Métodos para prevenir y corregir errores del alumno en la clase del conservatorio. Alberto Carretero Aguado

Métodos para prevenir y corregir errores del alumno en la clase del conservatorio Alberto Carretero Aguado 1.- Introducción Si dejamos los problemas

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Métodos para prevenir y corregir errores del alumno en la clase del conservatorio Alberto Carretero Aguado

1.- Introducción Si dejamos los problemas para que los resuelva nuestro sistema autoorganizativo, éste ideará un plan de acción para resolver cualquier cuestión que tengamos que abordar, pero a veces no es siempre el mejor. Esta solución será almacenada y memorizada, y en la próxima ocasión que nos encontremos con un problema o en una situación similar, se usará el mismo patrón. Si no tenemos un cuidado enorme, nosotros mismos podemos crear innumerables posibilidades de error. Para prevenir estas situaciones, o para realizar acciones correctivas, hay procedimientos que pueden ser seguidos. Ponemos por ejemplo el caso de un alumno de piano.

2.- Inhibición Para F. M. Alexander, la inhibición significa la habilidad para prevenir que se produzca una respuesta habitual no deseada mediante la creación deliberada de una pausa. Lo inhibición es importante para mejorar la técnica pianística. La habilidad de ejercitar el autocontrol mediante la inhibición de una acción y, por tanto, meditar el próximo movimiento, es algo que debe ser cultivado. Se necesita valor para decidir no intentarlo otra vez, a ver si las cosas salen bien por sí mismas.

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3.- Tiempo para pensar Inhibir una acción para prevenir caer en un error es un primer paso esencial, pero no un fin en sí mismo. Proporciona el espacio que permite que las próximas acciones sean calculadas. A este espacio llamado "tiempo para pensar", y tanto la longitud como el contenido dependen de las circunstancias particulares.

4.- Aislamiento Aislar una sección de una pieza de música, trabajar en ella lenta y metódicamente y luego volver a colocarla en el contexto, en un método usado con frecuencia por estudiantes de piano para hacer frente a problemas técnicos. Esto permite dirigir un esfuerzo concentrado hacia dificultades específicas sin interrumpir el flujo de una obra musical. Pero hay otros tipos de aislamiento que tienen peligros ocultos. A veces se ralentiza una sección difícil de una pieza y después se continúa como si no hubiera pasado nada. Un aislamiento de esta clase dentro del contexto de una pieza puede ser efectivo, si es controlado cuidadosamente. Uno de los peligros es que podemos hacerlo sin darnos cuenta, con los que podemos incorporar a la música secciones "viciadas" que desarmonizan con el resto de la pieza.

Para el estudiante de piano a veces, el tempo, el ritmo, el fraseo, el timbre y la expresividad son desechados ante la inexorable búsqueda de las notas. La velocidad es la razón que con más frecuencia nos hace cometer errores, y es en el estadio más temprano de nuestra práctica donde puede resultar más dañino. Si hemos preparado un patrón de digitación inteligente y hemos seguido los procedimientos de inhibición, tiempo para pensar y aislamiento (particularmente en aquellas secciones de una pieza nueva que podemos prever que nos darán problemas), no deberíamos errar en ninguna nota. En realidad, conseguir que las cosas salgan bien no es tan sencillo. Tiene importancia perfilar cómo se pueden establecer y poner en práctica los procedimientos correctivos antes de continuar. Los errores se cometen antes de que se oigan. Cada acción está gobernada por la decisión de realizarla, ya sea consciente o inconscientemente, momento en el cual un mensaje es transmitido a los músculos apropiados. La decisión debe tomarse, por consiguiente, antes de que la acción se realice. Puede que sea inmediatamente o algo antes de la acción, pero el hecho fundamental es que el proceso decisorio y la transmisión del mensaje enviado a través

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de la red nerviosa son anteriores a la acción misma, seamos o no conscientes del hecho.

5.- Normas para empezar el proceso correctivo 1. Seleccionar una pieza en la que, invariablemente, haya confusiones en las notas en un momento determinado. 2. Comenzar a tocar unos compases antes de ese punto. 3. Ir lentamente hacia el punto del error, tocando nota por nota y asignando un pequeño período de tiempo para pensar entre cada movimiento. 4. En cada período de tiempo para pensar, reflexionar sobre: a) Qué notas se van a tocar. b) Qué dedos se van a usar para tocarlas. c) Qué duración va a tener cada nota o acorde d) Con qué fuerza o "peso" sonará cada nota o acorde. 5. "Presionarse" a sí mismo para mantener correctos los ritmos relativos, siempre a esa velocidad lenta que habíamos dicho. 6. Resistir toda tentación de darse a sí mismo un poco de tiempo extra para examinar qué está ocurriendo o qué es lo que ya ha ocurrido. 7. Sobre todo, no tratar simplemente de eludir el error. Ese es un pensamiento negativo. Lo que se debe hacer es pensar positivamente acerca de qué es lo necesario para tocar las notas correctamente. 8. Al aproximarse al error, ser consciente de cualquier sentimiento de duda o confusión, que indicará la cercanía del punto en el que se ha tomado, o se tomará, la decisión errónea. 9. "Forzarse" a continuar más allá de ese punto, hasta llegar a la nota o al acorde en los que usualmente comete el error. 10. Parar concretamente en la nota o en el acorde en los que normalmente hay fallos, manteniendo presionadas las teclas que se están tocando, tanto si son las correctas como si no lo son, y examinar atentamente qué es lo que se ha tocado.

Si las notas son correctas, no hay que dar por sentado que se ha solucionado el problema porque la práctica deficiente habrá creado muchos caminos entre los que el cerebro puede escoger. El hecho de que en esta ocasión se haya seleccionado el correcto sólo implica que existe tal camino, no que no haya otros. Repetir la secuencia desde el paso 2 hasta el paso 10 unas cuantas veces, reduciendo el tiempo para pensar entre cada paso. Cada vez que lleguemos al paso 10 hay que examinar las notas que está tocando y recordar qué errores se han producido. Debería variar en cada ocasión. Continuar repitiendo la secuencia del paso 2 al paso 10, reduciendo el tiempo para pensar hasta que:

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a) Ha sido necesario pararse súbitamente en uno de los movimientos porque no se sabía dónde ir luego. b) El intérprete es consciente de que su próximo movimiento producirá un error. c) En este momento se están tocando notas que no se deseaban tocar. Al reducir el tiempo para pensar, estamos poniendo a prueba el sistema organizativo. Si la base inicial era defectuosa, al presionarla cualquier defecto que allí hubiera saldrá a la luz. Una vez hallado exactamente dónde se ha tomado una decisión errónea, los esfuerzos deberán concentrarse en sustituir el mensaje incorrecto en este punto, para que la secuencia gradual pueda llevarnos con precisión a la nota o acorde correctos.

A tal fin, la siguiente tarea será, precisamente, averiguar qué había en las instrucciones del mensaje original que fuera incorrecto. Podría haber muchas causas posibles. Enumeramos algunas de las más posibles: 1. Intentábamos usar un dedo inadecuado. 2. La mano estaba situada en un ángulo que nos impedía usar el dedo adecuado, a pesar de que lo intentaba. 3. Estábamos utilizando en este momento el dedo que necesitábamos para la siguiente nota. 4. La mano estaba demasiado adelantada, cerca del límite del teclado, de modo que nos hemos visto forzados a levantar un dedo sobre una tecla negra y después nos ha resultado difícil situarlo limpiamente sobre la blanca, en el reducido espacio que queda entre dos teclas negras. 5. La mano estaba demasiado retrasada, de modo que nos resultaba difícil alcanzar una nota negra concreta. 6. La digitación para el pasaje anterior implicaba que el dedo que necesitábamos no estaba, por una razón u otra, disponible. 7. Habíamos leído mal una nota concreta cuando empezamos a estudiar la pieza, de modo que nos hemos visto obligados a decidir en cada ocasión que la hemos vuelto a tocar qué nota era; y la reducción del tiempo para pensar nos ha hecho imposible cambiar de idea en este punto, y por lo tanto el error es inevitable. Este método de trabajo necesita práctica, pero aprender a usarlo es un tiempo bien aprovechado, y en el futuro nos ahorrará tiempo y frustraciones.

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Es absolutamente vital que encontremos el fallo real, porque es improbable que resulte satisfactorio intentar sustituir una secuencia de mensajes sin detectarla. Reducir la cantidad de tiempo para pensar nos forzará, finalmente a cometer un error; algo necesario si queremos erradicarlo. Puede haber varios patrones disponibles que envíen diversos mensajes a manos y dedos. Deberemos eliminar todos y cada uno de esos mensajes, dejando solamente el correcto, y sabremos que lo hemos hecho así cuando hayamos suprimido cualquier sentimiento de aprensión o duda. Una observación adecuada permitirá reconocer cuál es el error y qué lo está causando. A veces ocurre que cuando estamos tocando las notas correctas, los dedos están haciendo un movimiento inmediatamente anterior al error potencial, movimiento que nosotros mismos corregimos antes de tocar la tecla adecuada. Hay que examinar si se producen semejantes acciones involuntarias e intentar averiguar en qué dirección apuntan. Eso podría mostrarnos precisamente cuál es el error y dónde está. Las acciones involuntarias de este tipo son errores que están esperando su ocasión. No siempre va a ser fácil detectarlos por nosotros mismos. Si reducimos la velocidad, es menos probable que realicemos esa acción involuntaria, ya que nos daremos a nosotros mismos la suficiente cantidad de tiempo para pensar cómo para evitarlo; si no reducimos la velocidad, podría ser que fuéramos demasiado deprisa para detectar exactamente qué está pasando. A menudo es de ayuda que alguien se siente a nuestro lado. Si nosotros le dirigimos la atención correctamente, esta persona podría ser capaz de ver ese insignificante movimiento indicador de un dedo que inicia un movimiento en una dirección equivocada y vuelve inmediatamente a la posición correcta.

Ejemplo: Si el error es tocar un "si" natural en lugar de un "si bemol", un experto sentado junto a un estudiante puede ver que al aproximarse al "si bemol" a menudo sus dedos están demasiado cercanos al borde de las teclas blancas, cuando lo ideal sería que estuvieran mucho más cercanos a las teclas negras. Conforme se va acercando el "si bemol", se puede observar un leve movimiento del dedo hacia el "si" natural, que de repente se extiende rápidamente, intentando alcanzar el "bemol". A veces ocurre así y a veces no. Viendo esto, puede aconsejar que, en un punto particular, el estudiante adelante la mano, con lo que le es más fácil tocar el "si bemol" y mucho más difícil tocar el "si" natural, y marcar este punto en su partitura como recordatorio. Cada vez que se cometa un error se estará reforzando el patrón erróneo, y por tanto aumentando el número de veces que necesitará hacerlo bien antes de que el error sea suprimido. El método más efectivo de sustitución por patrones correctos consiste en aislar la sección del contexto de la pieza. Una vez establecido con exactitud cuál es el error, en las siguientes sesiones se debe reducir deliberadamente la velocidad de la sección

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en la que el error tiene lugar, ralentizándola lo suficiente para darse tiempo para pensar. Esto permitirá colocar el patrón correcto en cada ocasión y es una diferencia en la velocidad suficiente para que resulte perceptible. Un aislamiento fuera de contexto que esté cuidadosamente controlado puede prevenir que esto ocurra. Bibliografía [1] Brenann, Richard (1994). “La Técnica Alexander”. Barcelona: Biblioteca de la Salud. Ed. Kairós. [2] Gelb, Michael J. (1987). “El cuerpo recobrado: introducción a la Técnica Alexander”. Barcelona: Ed. Urano. [3] Meifen, John (2002). “Mejore su técnica de piano”. Teia: Ed. Manon Troppo. [4] Orozco Delclós, Luis. Solé Escobar, Joaquín (2000). “Tecnopatías del Músico”. Madrid: Ed. Ariza Comunicaciones.

Alberto Carretero Aguado

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