Ramón Fernández Palmeral

La revista digital “COMO EL RAYO”, presenta un poemario de: Ramón Fernández Palmeral BALADA ERÓTICA Quedan reservados todos los derechos tanto del
Author:  Marta Luna Rojo

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La revista digital “COMO EL RAYO”, presenta un poemario de:

Ramón Fernández Palmeral

BALADA ERÓTICA

Quedan reservados todos los derechos tanto del texto como de las ilustraciones.

I

soy lo que soy me gusta sentir el peso de mis frutos entre las ingles, que me molesten al caminar, que se muevan al correr desnudo, que se vean en el pantalón oprimido a punto de reventar, me gusta mi culo estrecho y andares deportistas, mis tetillas pequeñas y mis bellos1 en las piernas, la barba, lija de tres días, y sobre todo, preñar a las hembras y nacer hijos, soy lo que soy y, no me da la gana cambiar.

1

Nota: Bisemia entre bello y vello, como sátira a mis piernas.

II

soy fuego Como el fuego, sin ojos, sin guía, torbellino, partido en tres pedazos, subo y me elevo, cuando la llave carnal entra en tu juramento de mujer, cerradura abierta, sin matrimonio, sin abismo breve, empujado por el retorcimiento de tu hermosura, como el fuego soy, truenos y rayos que cesan en el celo de tu buena tierra bien sementada. Volcán semilla cuando entro y sangrante de fuego cuando salgo derretido, nadando sobre el licuante dolor de no ser tu hombre, y es que te quiero sin límites en el terrenal mundo espiritual de las últimas y apagadas noches sin luz ni manos de lava a las que pertenezco.

III no le cabía en la boca tenía dieciocho año y no le cabía en la boca la luna llena tenía las piernas juntas como una sirena y no le cabía en la boca el mar tenía todos los océanos para ella y no le cabía en la boca tenía los ojos grandes como soles y no le cabía en la boca no le cabía en la boca un mar de iceberg no tenía un minuto para mí y no le cabía en la boca el atardecer no, no podía con tanto cuerpo con tanto arpón tan largo y duro tenía todo los mares para ella, en cambio, la ballena me ingoraba y mi cuerpo sí le cabía en la boca

IV

mi carne desnuda es mar, mundo, septiembre... soy león que se come la corteza del aire elefante sediento a la orilla del ruido orilla del aire, corazón corteza del cielo, trabajo esquina del monte, espera caminos acribillados, balazos carne vestida de ti, mundo mujer vestida de piel, tú soporte de dulzura, pasión amarillo, ayer pájaros atados, a las nubes amor colgado del jacinto, mujer Mi carne desnuda eres tú. Yo soy tú. Mi carne de almendras y uñas Yo soy tú, Mi carne de espumas Yo soy tú. ...pero, amor, tú no eres yo.

V balada erótica-1 dormiré junto a la raíz de tu hombro en la vertical de tu rosa latiente, en el celo de la primavera derretida acariciaré el secreto de tu vientre, y cuando gimas, mujer poseída, yo también lloraré, te consolaré, la culpa, de la virgen que perdió Eros sonriente por la pérdida de un botón innecesario, dormiré junto a la raíz de tus senos y al extraño calor de tu ardiente boca, me comeré los pezones de la hierba, antes de que lo copule el arado con su espada de ardor enamorado, reluciente al roce de la amada tierra, que, algún día la lluvia la moje y lo fecunde, dormiré junto al líquido de tu saliva húmedo como un pez que entra y sale como la lengua de la mariposa, sedosamente suave, besos y caricias, y final de la espalda el rayo, la golondrina blanca de espumoso vuelo

VI

arder lleno de gozo Esta mañana he despertado a no sé qué mundo... esta mañana puedo sentir, grave, caliente, la mordedura de tus versos y el aroma de recuerdos en mí, retenido, antes de aquel “hasta mañana”, con tu manita llena de un triste adiós. Esta mañana vivo fuera de mí sin voz, sin luz, sin ti, con mi aburrido yo por dentro, solitario de nuevo. ¿Qué pretendida luz desea conocerme? ¿Qué luz ruge entre mis metáforas? Deseo un cuerpo donde arder lleno de gozo ser candelabro en tu pensamiento, una memoria acostumbrada a tu recuerdo. Ahora lo entiendo, tú soy yo, nadie me ama más que yo mismo.

VII desollando horas Aquí, en ninguna parte, en la nada, estoy aquí, ¿no me ves?, amor soy la ausencia, quebrado de pies, suelto de manos, en el aire, en medio del aire, sobre el aire valiente un olvido certero y airado, bajo el cuchillo caníbal rápido y caliente. La música desnuda de cuerdas las llorosas trompetas, nauseas de metal, pusieron sus corazones a secar, allí, junto al mío, en la misma cuerda de un roto violín sin horas. Aún recuerdo la humedad de tu herida el eco de un sabor a clavos, el graznido del cisne tigre sin rayas de cebra la caricia de tu lengua desollada de horas, olvidadas horas, de trapecios besos en la fragua caliente de tu boca, raíces de dientes derrotados en geografía... ...mi recuerdo se derrama hasta desaparecer ...mi recuerdo despojo de deseos, moneda transeúnte. Llanto a la puerta de la vida que se va, se me va entre clima de dolor, se me va entre héroes y heridas.

VIII

espejismo Soy el espíritu de la quintaesencia encontrada la fantasía no es, siquiera, evasión conmigo comparada Soy la adulación incansable el círculo más perfecto en alta estima me tengo jardín de los espejos donde mirarse está prohibido el jardín es la imagen, el espejo no existe Soy espejismo sin materia en la que arden soy todo y no soy todo yo soy tú: jamás abandono Jardín donde se detiene la hierba el trébol cuenta sus hojas en la esperaza de su equívoca realidad el mugir del corazón ante el espejo de ese puñado cielo sin nubes que piernas ligeras sobre la sierra azul, angustiada, los pinos rezan Soy relámpago entre las manos que moldean la forma del cuerpo, sin esquinas, labrador, holgazán en tu regazo, sutil manifestación feliz. Jardín sobornado a las caricias de tu pelo Soportal de la entrada clandestina y ese fuego que no se apaga que se estremece, que no quema que no… que no… que puede vivir en la llama de este amor de este sufrimiento sin ti. Tú eres mi espejo de mí mismo.

IX balada erótica-2 * ...te acercas hacia mí, y con el látigo de tu boca, arrancas las últimas prendas de mi coraza sin luz ni lágrimas, sin fuego, a mordiscos de Licuantes deseos y gélido queda al descubierto [la Soledad del Sol hambriento. La Imaginación se sumerge en lascivos recuerdos: flechas de Eros y burlas dalinianas, y, asombrado veo cómo “El gran masturbador” me persigue con su langosta y su anzuelo. Cierro los ojos y no puedo..., órganos húmedos que soplan metálicos instrumentos, boquillas de flautas dulces en sinfonías de silencios, caricias entre sábanas de cuero,yyyyyyyy, siempre, siempre, desnudo en Licuante deseo, la memoria de mujeres desnudas en mi cerebro. La boca en genitivos vellos, líquido y sudor, roces y suspiros de un no lisonjero. ¿Quiero quererte, cuándo parará este desamor, para cuándo dejarás la mano, la lápida que, lisa y suave mármol pulido reclama mi cuerpo, firma que sostiene los labios míos y me disputa un beso de aire, preso, de tus suspiros.

X Sin título Presiento como aquello que temo y todavía no ha llegado a arder. El fuego como elemento disuasorio la herida de aquella leche caliente derramada sobre tu rostro de leña. Temo como el presente teme al futuro como el cuerpo teme al dolor o como el tiempo teme a una foto sepia. El dolor es dolor más fuego. Nada me importa si tú estás junto a mí, respirando el mismo aire de moléculas que podamos compartir en el futuro El temor no es nada, con todo lo que todavía he de temer, que sin tu aliento no estoy seguro de nada, sin destino común todo se convierte en erial seco y caliente. Pero venceré al temor de temer ya tengo cuando necesito: tu mirar tu respirar tus palabras tus buenos días, tu beso y tu olor a mujer.

“ COMO EL RAYO”, Revista virtual ilustrada

Alicante, noviembre 2005

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