Tema de la semana #33 Amor y respeto por todo lo viviente. El regalo más grande Sant Darshan Singh Ji Maharaj:

Tema de la semana #33 Amor y respeto por todo lo viviente El regalo más grande Sant Darshan Singh Ji Maharaj: Introducción: Ser conscientes de nuestra

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Tema de la semana #33 Amor y respeto por todo lo viviente El regalo más grande Sant Darshan Singh Ji Maharaj: Introducción: Ser conscientes de nuestra conexión con todos los seres vivos es uno de las razones principales de nuestro desarrollo espiritual. El amor es innato en nuestra alma, pero podemos conectarnos con esta cualidad divina de manera más profunda y permanente si nos ponemos en contacto con un Maestro espiritual viviente, atendemos el Satsang y meditamos. Cuando aprendamos a amar la creación de Dios, con toda certeza nos acercamos a Él. Mientras pasamos, apresuradamente por la vida, de una actividad a otra, rara vez nos detenemos a considerar que todos los seres que nos encontramos son parte de la gran familia de Dios. Como dijo Sant Kirpal Singh Ji: «No hay lugar donde no esté Dios». En la siguiente lectura, Sant Darshan Singh Ji nos revela que el amor es el regalo más grande que en este mundo podemos dar o recibir. Sant Darshan Singh Ji Maharaj: Una vez, un anciano pordiosero, que se veía flaco y muerto de hambre se acercó al Conde León Tolstoy. El famoso autor buscó en sus bolsillos algo de dinero, pero se sintió abatido al darse cuenta que no tenía ni un centavo. Tomando la mano del desafortunado hombre, le dijo: «Lo siento hermano, pero no tengo nada para darte». Los cansados ojos del anciano se iluminaron cuando dijo: «Pero si me has llamado hermano y ese es el regalo más grande». En verdad, no hay regalo más grande que el regalo del amor. Puede que recibamos dinero, joyas, comodidades materiales, fama o poder, pero, a no ser que recibamos el regalo del amor, nunca vamos a experimentar la verdadera felicidad o paz. Como dijo una vez el gran escritor alemán del siglo XVIII, Friedrich Schiller: « ¿De qué sirve la vida si no hay el brillo del amor?». Desde el momento en que abrimos nuestros ojos al mundo, somos alimentados de amor. Un bebé recién nacido no está interesado en juguetes, solamente desea el afecto de su madre. Mientras crecemos, el amor de los padres y la familia es la primera fuerza en nuestra vida. Más tarde buscamos el amor de los amigos. Cuando llegamos a adultos, buscamos un compañero en la vida para amar. En todos los aspectos de la vida anhelamos amor. Buscamos afecto y aceptación por parte de aquellos con quienes nos relacionamos. Cuando estos se nos niegan, nos sentimos abatidos e, incluso, deprimidos. *** ¿Qué es lo que hace que tal fuerza intangible sea una necesidad primaria en nuestra vida? ¿Qué es el amor? Al hablar del amor, me refiero al Poder divino que es eterno, que transforma las tristezas en bienaventuranza y la miseria en éxtasis. Todos nosotros estamos familiarizados con las diversas formas de amor que encontramos en el mundo. Pero, el amor divino del que nos hablan los santos va más allá de todas las demás formas y, sin embargo, al mismo tiempo, las enriquece. En su esencia es una relación que ha sido llamada del otro mundo, pero, paradójicamente, nos lleva también a relaciones más profundas y significativas en este mundo.

De este tema nos han hablado los santos y místicos desde tiempos inmemoriales, pero es, especialmente hoy, el más relevante y crítico de los temas. El amor no es el vuelo irreal de la imaginación del poeta. En verdad, es el medio por el cual podemos enriquecer y colmar nuestras vidas y la vida de quienes nos rodean. *** El amor por nuestros semejantes es una parte, tan importante, del amor por Dios que la Biblia cita, firmemente: «Si un hombre dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso, porque aquel que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?» (Juan: 4:20). La piedad no consiste, solo, en levantar nuestros brazos en oración al Señor, sino, en extender nuestros corazones en simpatía por el prójimo. Al contar la parábola del Buen Samaritano Cristo explicó el significado de amar a nuestro prójimo (Lucas 10: 29-37). Si esta historia es tan ampliamente conocida, es porque su mensaje es muy importante en la vida espiritual. Nuestro sentimiento de afecto y servicio a la humanidad nos prepara para el reino de Dios y, simultáneamente, nos ayuda a traer el reino de Dios a la tierra. Después de la primera guerra mundial, una devastadora epidemia de influenza y una plaga golpearon a la India. Tan mortal fue la enfermedad y se propagó tan rápido que las víctimas con frecuencia eran abandonadas. La gente, temiendo por sus vidas, huía de las ciudades. Abandonaban los enfermos e incluso, dejaban los cuerpos de sus familiares a un lado de las vías. En este tiempo de desesperación, Sant Kirpal Singh Ji, sin importarle su seguridad personal, comenzó a ayudar a los enfermos y desvalidos. Reunió miembros de su comunidad y conformó un cuerpo de servicio social para distribuir medicina y para consolar a los afligidos. El servicio no busca nada a cambio, y a esto se refirió el escritor francés Antoine de Saint Exupery, cuando escribió: «El verdadero amor comienza cuando no se espera recompensa». Cuando Sant Kirpal Singh Ji era aún un estudiante, su tío se enfermó y fue confinado a un hospital. El joven, a diario, visitaba a su tío, lo alimentaba y asistía en sus necesidades. En la cama de al lado, había un anciano que no tenía amigos ni familiares, que sufría allí solo. Cuando Sant Kirpal Singh Ji le preguntó qué podía hacer por él, corrieron lágrimas por los ojos del demacrado hombre cuando dijo: «Han pasado muchos años desde la última vez que alguien me preguntó qué podía hacer por mí». El joven comenzó a llevarle comida al anciano e incluso pagó sus medicinas. El tío de Sant Kirpal Singh Ji le preguntó, por qué servía a ese hombre que ni siquiera era pariente suyo y que no tenía forma de devolverle sus servicios. El joven respondió, que él los trataba a ambos de la misma manera, y que el anciano tenía tanto derecho sobre él y sus servicios, como su tío. Le explicó que, en realidad, la creación entera tenía el mismo derecho sobre él, ya que él había venido aquí a servirles a todos. ¿Quién sabe qué efecto pueden tener nuestros más pequeños actos de bondad sobre los demás? Tal vez la contribución más importante de la Madre Teresa de Calcuta, quien sirvió a los más desamparados y abandonados es que ella les inculcaba a estos desdichados, la comprensión de que también eran amados. Sólo esto puede transformar el desconsuelo en esperanza. Nuestros actos de compasión, por humildes que parezcan, pueden sacar de las profundidades de la desesperación a aquellos que sufren en cuerpo y en espíritu, y pueden iluminar los rincones más oscuros del corazón humano. Como dijo William Blake:

El amor no busca complacerse a sí mismo, Ni busca cuidarse a sí mismo, Pero por otros abandona su bienestar, Y construye un Cielo en la desesperanza del infierno. Cuando nuestro amor abarque a toda la humanidad, empezaremos, en verdad, a llevar una vida divina. ¿Quién representa a la humanidad? Nuestro esposo, hijos, compañeros de trabajo, vecinos y amigos. Son los incontables hombres y mujeres con los que nos encontramos día tras día, cuyos nombres tal vez ni siquiera sepamos, pero a quienes reconocemos como nuestros hermanos y hermanas. Mirándolos, podemos ver reflejada la Luz de nuestro Padre Universal. §

Compasión por los animales Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Introducción: Los santos y místicos nos dicen que la clase de amor que debemos desarrollar debe abarcar todas las formas de vida. Sobre esta verdad Sant Kirpal Singh Ji escribió: "Mi deseo es que vivan entre todos ustedes en paz y armonía, y con aquellos que entren en contacto (sea alto o bajo), con los animales y los pájaros, quienes también pertenecen a la gran familia de Dios, el Creador de todos. Al cumplir este deseo, los demás sabrán que ustedes pertenecen a Dios y que permanecen en unión consciente con la luz del mundo". En la siguiente lectura, Sant Rajinder Singh Ji nos cuenta una historia acerca del nivel de sensibilidad que necesitamos desarrollar por toda forma de vida a nuestro alrededor. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Existe una historia inspiradora en la vida del santo Eknath. Él vivió en Maharashtra. Una vez, iba con un grupo de sus seguidores en peregrinación desde Varanasi a Rameshwaram, en el sur. En esa época, la creencia era que si se hacía una ofrenda al Señor Shiva en un templo de Rameshwaram, se tendría buena suerte. Así, Eknath y sus seguidores se detuvieron primero en el Río Ganges para recoger algo de agua sagrada, y llevarla como ofrenda al Señor Shiva. Mientras se dirigían a pie hacia Rameshwaram, pasaron a través de una espesa selva. El camino se hizo cada vez más estrecho. Por alguna razón, Eknath se separó de sus seguidores quienes no pudieron alcanzarlo. Él decidió detenerse a esperarlos. Se sentó debajo de un árbol inmenso para protegerse del ardiente sol. Hacía tanto calor, que la tierra estaba reseca y tostada. Mientras Eknath permanecía sentado allí, divisó, a lo lejos, un asno. El asno yacía en el suelo. Se aproximó al animal, y descubrió que se estaba muriendo de sed. Eknath sintió el dolor del asno en su propio corazón. Buscó agua en la zona, pero sin éxito. Miró su jarra con agua del Río Ganges y pensó por un momento. ¿Qué debo hacer: darle el agua al asno o guardarla para ofrecérsela en el templo al Señor Shiva? Puso la pregunta ante su alma y ante Dios y, de inmediato supo qué hacer. Tomó la jarra con agua del Ganges y se la dio a beber al asno. El asno estaba tan sediento, que se bebió hasta la última gota. Mientras le daba el agua sagrada al asno, sus seguidores le alcanzaron. Vieron al asno bebiendo el agua y empezaron a decirle al santo: “¿Qué haces? Es el agua sagrada que llevamos al Señor Shiva”, dijo uno. Otro dijo: “Ahora, malgastamos el viaje. No tenemos nada que ofrendar”. Pero el santo sonrió y les dijo a sus seguidores: “Un verdadero ser humano no soporta ver a otro ser morir de sed. Esta ofrenda para salvar la vida del asno es mucho más grande que cualquier otra ofrenda y brinda el máximo beneficio a quien la hace”. Esta historia ilustra el elevado ángulo de visión de un santo y cómo un ser que ha alcanzado a Dios siente dolor en su corazón por los demás seres vivos. Cuanto más cercanos estemos de Dios y de nuestra alma, nos volveremos más compasivos con el dolor de los demás.

A veces tratamos de hacer el bien con el fin de obtener algún beneficio. Algunas personas son caritativas para impresionar a otros. Hay quienes tratan de prestar un servicio para exhibirse ante su maestro espiritual o santo. A veces, al hacerlo, ignoramos a alguien que, en realidad, tiene alguna necesidad. Pisoteamos a otros, pasamos sobre alguien, o atropellamos a los demás buscando demostrar que hacemos el bien. Pero, el verdadero servicio consiste en escuchar el lamento de los demás y ocuparnos de sus necesidades. Si hacemos este servicio para ganar puntos para nosotros y en el proceso rompemos el corazón de alguien, o pasamos por encima de los derechos de otra persona, en realidad, no habremos obtenido ningún beneficio. Debemos vivir atendiendo las almas y corazones de los demás. Debemos ser sensibles a los sentimientos y necesidades de otros. Cuando le damos alivio al corazón de alguien, o aplicamos bálsamo en sus heridas, en verdad, habremos servido al Señor. Esta es la ofrenda más grande. §

Amor incondicional Sant Rajinder Singh Ji Maharaj Introducción: «Sirvamos al pobre y al necesitado», escribe Sant Kirpal Singh Ji, «sirvamos a nuestros hermanos y hermanas, sirvamos a los pájaros, a las bestias y a toda la creación en la que mora el aliento de vida. No malgastemos nuestra energía en cuestionamientos y controversias. Encendamos unas cuantas velas en el altar de la humanidad que sufre. Esto se logrará con el correcto entendimiento de que toda la humanidad es una». Los santos y los místicos son ejemplos brillantes del amor personificado. Para poder esparcir el amor, a todos los que nos encontremos, ellos nos pueden enseñar cómo contactar el poder de Dios en nuestro interior, a través de la meditación. «Una flor se conoce por la fragancia que esparce», escribe Sant Kirpal Singh Ji, «así que haz que tus pensamientos, palabras y acciones se saturen del perfume del amor». Si podemos darnos cuenta de la gran verdad del amor y respeto por todos los seres vivos, entonces podremos proclamar, como lo hizo Sant Darshan Singh Ji en uno de sus hermosos versos: He aprendido a amar a toda la creación como mía, Tu mensaje de amor es el significado mismo de mi vida. El amor incondicional es innato en nuestra alma. Es, no solo lo que deseamos, sino lo que debemos, en su momento dar. El extracto siguiente del libro de Sant Rajinder Singh Ji Maharaj, Descubriendo el poder del alma a través de la meditación, explora esta cualidad esencial del amor. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Nosotros buscamos amar y ser amados. Durante nuestra jornada en la vida, puede que pasemos por muchas relaciones en busca del amor perfecto. Queremos un amor que nos llene de calidez y de gozo. Un amor en el que seamos aceptados como somos a pesar de nuestras fallas. Queremos un amor que no nos abandone. Queremos un amor que dure para siempre. A través de nuestra vida experimentamos muchas relaciones. Existe la de padres e hijos, hermanos y hermanas, amigos, amantes y la relación de pareja. Queremos la realización en cada una de éstas relaciones y nos desilusionamos si no marchan bien. Tenemos la expectativa de que el amor entre nosotros se manifieste de una manera en particular, y nos desilusionamos cuando no se satisfacen nuestras expectativas. Aun cuando superamos las dificultades en algunas de estas relaciones y formamos unos lazos más fuertes, en otras rompemos con la relación. Aún si establecemos una relación maravillosa con alguien, puede que tengamos que sufrir la perdida de nuestro amado por una enfermedad, o una separación o por la muerte. Puede que nos preguntemos, ¿existe algún amor que sea permanente? ¿Existe algún amor que no tenga final ni separación? La respuesta es sí. Hay un amor permanente y duradero en el alma dotada de poder. Hay un amor incondicional que nos espera en nuestro interior. Conectarnos con nuestro amor nos llena de calidez, gozo y éxtasis. *** El alma ama incondicionalmente, porque Dios ama incondicionalmente. El alma y Dios son uno y lo mismo. Si nos eslabonamos a nuestra alma y miramos el mundo a través de sus ojos, no sólo podremos amar sin condiciones, sino también sentir el amor incondicional de Dios por nosotros. El

sol no discrimina sobre qué flores brillar. Derrama su luz sobre todas por igual. Por lo tanto las rosas y las violetas, los tulipanes y rastrojos, todos reciben la misma luz. Así es con el amor de Dios. Brilla sobre todos nosotros, seamos hombres o mujeres, hindúes o musulmanes, cristianos o judíos, sikhs o sufíes, parsis o jaínos. Brilla sobre nosotros sin importar el color de nuestro cabello, piel u ojos. Cuando experimentamos nuestra alma y empezamos a identificarnos con ella, también crece en nosotros el amor por toda la gente. *** Cuando nos conectamos con el alma dotada de poder, podemos ignorar las diferencias externas de religión, cultura, color y nacionalidad. Todo lo podemos ver como parte de la familia de Dios y, así, aprender a canalizar el amor de nuestra alma dotada de poder hacia todos los que conocemos. §

La unidad de la vida Sant Darshan Singh Ji Maharaj Introducción: In 1985, Sant Darshan Singh Ji Maharaj habló en la Conferencia Mundial de Religiones sobre Ahimsa, Protección Animal, y Nutrición Humana. La siguiente lectura es un extracto de sus palabras en esta conferencia. En su discurso, él nos dice que por siglos los santos, han comprobado la unidad en toda la vida, y han venido con el mensaje de “Ahimsa Parmo Dharma,” que significa, La religión universal es tener No-Violencia por nadie. Sant Darshan Singh Ji Maharaj: Este girante planeta, nuestra Madre Tierra, también es una nave espacial. En lugar de millones de dólares, le ha costado al Creador millones de millones de años de evolución traerlo al presente estado de desarrollo. Es el hogar de incontables especies de seres vivos, cada una de ellos único e irremplazable. Pero, por encima de todo es el hogar de la humanidad, a quien todas las grandes escrituras del mundo describen como la corona de la creación. *** Los místicos y santos de todos los tiempos han puesto énfasis en la no-violencia como la base de una vida integral, pues ellos percibieron la unidad de la vida. Como Kabir dijo: Del Señor mismo brotó la Luz, y fue la Luz la fuente de toda Vida. De la Luz surgió el universo entero: ¿Quién entonces es bueno y quién es malo? Aquellos que se han elevado por encima de la conciencia del cuerpo y han ganado el autoconocimiento y la realización de Dios ven de manera palpable que todo es espíritu, que todos los seres son de la misma esencia. Al reconocer esto, hablan de la necesidad absoluta de no-violencia y amor. En la espiritualidad, esos principios no son más que las dos caras de la misma moneda. Si ustedes reconocen en sus vecinos a su propio ser en Dios, los amarán, y este amor, en primer lugar, se expresará evitando todo lo que pueda dañar a una persona u ofender sus sentimientos. Donde hay amor, no puede haber injurias. El principio de ahimsa sólo pone como advertencia lo que el amor afirma de manera positiva. Es, solo a través del sendero del amor que nuestra alma se funde en Dios. Dios es amor, y nuestra alma, siendo de la misma esencia de Dios, es así mismo, amor; y el camino de regreso a Dios es a través del amor. ¿Cómo haremos para alcanzar la meta de la no violencia y el amor? Idealmente, podemos alcanzarla teniendo la misma experiencia que inspira a los santos y místicos. Nosotros, también, debemos aprender a "ir hacia dentro". Este nacimiento humano nos da una maravillosa oportunidad. Sólo como seres humanos podemos aprender a verificar que no somos el cuerpo sino, espíritu. Varias escuelas de yoga y misticismo han desarrollado diferentes formas de ir hacia dentro. Algunas de ellas involucran grandes trabajos y austeridades. Aquellos que las siguen están obligados a dejar su hogar, familia, amigos, empleo y obligaciones sociales. Pero los Maestros del Surat Shabd Yoga hablan de un sendero que es tan natural, que incluso un niño puede practicarlo. Ellos no defienden

el sendero que llamamos "misticismo negativo". Nacemos en una familia, una comunidad y una sociedad. Un sendero que nos lleve a repudiar todas esas relaciones involucra una forma de violencia. Al meditar en la Luz y el Sonido interno, podemos elevarnos por encima de la conciencia del cuerpo con el mínimo esfuerzo y a medida que progresamos internamente, comenzamos a ver cada vez más, la Luz de Dios que cada átomo y cada ser vivo irradian. Es cuando alcanzamos este estado, que ahimsa, en verdad el amor, deja de ser un concepto, para convertirse en una forma integral de ver, sentir y vivir la vida. Es por esta razón que muchos grandes Maestros a través de los siglos han aconsejado lo que yo llamo, "misticismo positivo". Este no requiere que abandonemos el hogar o desatendamos nuestras obligaciones con la sociedad por ningún motivo. Conduce a su conclusión lógica de, "Ahimsa Parmo Dharma". Este sendero afirma que somos parte de una comunidad y que debemos cumplir con nuestros deberes y obligaciones hacia la comunidad. Tenemos un cuerpo, una mente y un alma. Es correcto que desarrollemos la mente y el cuerpo, como lo hacemos todos nosotros en diversas formas. Pero, también, es esencial que desarrollemos el alma. En última instancia, toda la creación es manifestación del espíritu. Si solo nos desarrollamos, en el aspecto físico o mental, lastimamos nuestra naturaleza esencial y no podemos alcanzar la paz y felicidad duraderas. Necesitamos completar nuestro desarrollo dando la debida atención al crecimiento espiritual. Al hacerlo, podemos alcanzar la meta suprema de la vida: el auto-conocimiento y la realización de Dios. §

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