TOILETTE
LA HIGIENE A FINALES DEL SIGLO XIX Una exposición que sumergirá al visitante en el apasionante universo del aseo personal y la cosmética fin de siècle, un momento histórico en el que la imagen personal comienza a adquirir un protagonismo ineludible. Cecilia Casas, comisaria de la muestra, recupera la esencia de los interiores domésticos consagrados a la toilette, a través de una selección de piezas originales del Palacio Cerralbo y otras procedentes del Museo del Traje CIPE y de colección privada. La exposición, producida por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Arte del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, se enmarca en el programa “Miradas” del Museo Cerralbo, en el que se han concebido una serie de exposiciones de formato reducido que tienen como objetivo difundir los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en el museo, de forma amena y didáctica.
TOILETTE Toilette significa en español, ya desde el siglo XIX, aseo personal, belleza y discreción o arreglo en el aspecto físico, sustituyendo a los tradicionales términos de aderezo o compostura. El término toilette también designa, paralelamente a su progresiva aparición en los espacios domésticos, nuevas estancias como la sala de baño o el área de retrete o excusado. LA HIGIENE A FINALES DEL SIGLO XIX Los cambios en la infraestructura urbana, en los interiores domésticos, y en el mobiliario de aseo se suceden vertiginosamente desde mediados del siglo XIX. El Museo Cerralbo, como casa-museo única en Madrid, posee un gran valor para contextualizar estas costumbres, más si tenemos en cuenta que la familia que habitó el edificio usó simultáneamente varias de las soluciones higiénicas que convivieron en esta época, entre 1890 y los años 20 del siglo XX. A fines del XIX aparecen además las primeras marcas comerciales cosméticas, los salones de belleza y peluquerías, y comienza a democratizarse el concepto de moda y estilo. Los inicios de la cosmética, tal y como la conocemos en la actualidad, son apasionantes y de una estética deliciosa, basada en las corrientes historicistas y modernistas.
LA EXPOSICIÓN Cecilia Casas Desantes, comisaria de la muestra y miembro del equipo científico del Museo Cerralbo, recupera gracias a elementos originales del Palacio Cerralbo y a piezas procedentes del Museo del Traje CIPE y de colección privada, la esencia de los interiores domésticos consagrados a la toilette. Predomina así en la muestra, una museografía evocadora como ejemplifican un área de aseo en el contexto del dormitorio, un tocador femenino y un moderno aseo con wc, bañera, bidet y agua corriente, claro reflejo de la elegancia del mobiliario y del ajuar personal decimonónico. Estas recreaciones conviven con la exposición de accesorios de higiene y belleza y cosméticos de marcas punteras de la época como Gal, Floralia, Dorin, L.T. Piver o Houbigant, así como una cuidada selección gráfica de pinturas, grabados y tempranos carteles publicitarios de casas como La Toja, Pears Soap o Jacob Delafon.
EL ASEO EN EL DORMITORIO A pesar de que la vivienda contaba con agua corriente, esta no llegaba a las habitaciones, en las que se llevaba a cabo el aseo esencial mediante el uso del jarro y el aguamanil. El escrupuloso afeitado era básico en la higiene masculina y origen de todo un ritual y parafernalia. Retretes portátiles como el asiento con agujero convivían en la casa con otros más modernos conectados a la red de alcantarillado. Era el servicio doméstico el que proveía de agua limpia a las habitaciones y el que retiraba y vaciaba los bacines usados.
Vista del Dormitorio del Marqués de Cerralbo © Filippo Pincolini
EL TOCADOR FEMENINO Estancia inmediata al lugar del baño, en ella terminaban los procesos de higiene y arreglo personal, y se cuidaban la piel y el cabello. El mueble tocador, pieza polivalente usada también como escritorio y costurero, alberga en la recreación que se muestra elementos esenciales de belleza: crema y polvos de arroz para el rostro, colorete, y una bandeja para joyas.
Mesa escritorio tocador (det). Mueble español. Hacia 1800. Museo Cerralbo
La decoración realizada en marquetería refleja el uso polivalente que se le daba a este mueble, que presenta entre los motivos, tanto libros, plumas y tintero, y cartas, como contenedores cosméticos y elementos de higiene como el jarro o el set de vaso y cuenco para el enjuague dental.
De la percha que se ha incluido en la recreación de esta entancia, colgaría la indumentaria doméstica de comodidad, previa a la ropa de calle. Además, el uso de escupideras era indispensable en los interiores domésticos de fin de siglo, en este caso para apoyar el uso de un colutorio bucal aromático. Escupidera Manufactura española. Hacia 1900. Museo Cerralbo
LA SALA DE BAÑO Se muestra en este espacio un moderno aseo con agua corriente, canalizada a través de una fuente que surtía a todas las dependencias de la misma planta. El mueble lavabo no solía estar conectado al agua corriente, de ahí que no faltara en esta estancia un juego de aguamanil. El baño de cadera proporcionaba todos los beneficios del baño de inmersión, y permitía una higiene completa. El bidet, por su parte, era indispensable para la higiene femenina, íntimamente ligada con los ciclos reproductivos. Bañera y bidet portátiles podían trasladarse a la estancia donde quisieran usarse.
Bañera de asiento. Fabricación española. Hacia 1880. Museo del Traje. CIPE
El retrete de porcelana supuso en aquel momento una verdadera revolución que, sin embargo, instalaban sólo las familias más pudientes y modernas.
W.C THE COMBINATION Doulton, Inglaterra. 1883 – 1900. Porcelana moldeada, vidriada y pintada y madera. Museo Cerralbo
Los retretes de porcelana aparecieron a mediados de siglo en Inglaterra y, de hecho, la época victoriana es considerada la edad de oro de los retretes. Una de las firmas pioneras y responsables de la evolución de la higiene en Inglaterra y Europa fue Doulton.
ACCESORIOS DE HIGIENE Y BELLEZA: DEL JABÓN AL “MAQUILLAGE” La higiene se transformaba en belleza gracias a ciertos utensilios que potenciaban o modificaban las gracias naturales. Cepillos, navajas y tenacillas mantenían a punto y conforme a la moda el cabello, el vello facial, la dentadura, las uñas, e incluso los vestidos.
Juego de cepillos de caballero.
Cepillos para cabello, ropa y sombrero. Boudet (París) Segunda mitad del siglo XIX. Museo Cerralbo
Estos cepillos ostentan un monograma de M y C entrelazadas, las iniciales de “Marqués de Cerralbo”, por lo que podemos pensar que fueran adquiridos entre un grupo de piezas ya fabricadas, pero personalizadas por petición expresa del propietario.
Resultaba indispensable la posesión de unos recipientes adecuados para guardar los cosméticos, tanto si eran comprados ya hechos en la droguería como si se fabricaban en casa, a partir de materias primas adquiridas ex profeso y conforme a los variados recetarios de la época.
Juegos de contenedores con tapa. Hueso y papel impreso. Museo Cerralbo
Este lote de varios contenedores, prácticamente sin marcas ni indicaciones de su contenido, nos proporciona sin embargo una interesante información. A pesar de la incipiente irrupción en el mercado de las marcas cosméticas pioneras en el último tercio del siglo XIX, según se desprende de los recetarios y manuales de belleza de la época, lo normal era que las mujeres fabricasen ellas mismas sus lociones para la higiene facial y corporal, cremas hidratantes o nutritivas, e incluso su maquillaje, como polvos o el conocido como carmín o rouge, y almacenadas convenientemente en botes como estos. Posteriormente, las empresas cosméticas fueron adquiriendo entidad, aparecieron la publicidad y la imagen corporativa, y las preparaciones de venta directa ganaron en calidad y atractivo para el público.
También se comercializaban entonces, en droguerías y farmacias, las primeras marcas cosméticas nacionales y extranjeras, algunas de tan largo recorrido como Gal, Floralia o L.T. Piver. Las bellas de la época confiaban su aspecto a estos novedosos productos.
Caja de polvos. Poudre Pompéïa, L.T. Piver (París) Hacia 1910. Museo Cerralbo
CATÁLOGO Edita Fundación Museo Cerralbo Textos Cecilia Casas Desantes y Mª Antonia Herradón Figueroa Diseño y maquetación Javier Martínez Milán Créditos de las imágenes Ángel Martínez Levas, Museo Cerralbo; Francisco Javier Maza, Museo del Traje – CIPE; Museo Cerralbo, Madrid; Museo Sierra Pambley; Fundación SelgasFagalde; David Serrano Pascual, Museo del Traje-CIPE; Cecilia Casas Desantes; National Portrait Gallery Images; La Toja (Henkel Ibérica); Blanca Desantes Fernández Imprime Villena Artes Gráficas Depósito Legal M-24224-2013
CRÉDITOS Organizan Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes. Ministerio de Educación Cultura y Deporte Museo Cerralbo Comisariado Cecilia Casas Desantes Diseño y Montaje Amar XXI Transporte Servicio Móvil
INFORMACIÓN PRÁCTICA
TOILETTE
LA HIGIENE A FINALES DEL SIGLO XIX Exposición del 15 de octubre 2013 al 12 de enero de 2014
Museo Cerralbo
http://museocerralbo.mcu.es/ C/ Ventura Rodríguez, 17 28008 Madrid, España Teléfonos: (00 34) 915 47 36 46 / 47 Fax: (00 34) 915 59 11 71 Correo-e:
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