Dr. Rafael Calduch Lecciones de Relaciones Internacionales. Madrid,

Dr. Rafael Calduch Lecciones de Relaciones Internacionales. Madrid, 1987 1 2º. Principales enfoques y teorías sistémicas en las Relaciones Internac

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2º. Principales enfoques y teorías sistémicas en las Relaciones Internacionales En términos generales y siguiendo el estudio realizado por el Prof. BRAILLARD cabe reconducir los principales trabajos sobre las Relaciones Internacionales desde una perspectiva sistémica a cuatro grandes enfoques o corrientes analíticas: a-Los trabajos de los internacionalistas cuyo centro de atención se sitúa en la distinción entre sistemas y subsistemas internacionales. b-Los autores que analizan y estudian los diversos tipos de sistemas internacionales. c-Las aprobaciones realizadas por aquellos internacionalistas que tratan de conocer los procesos característicos y propios de los diversos sistemas internacionales. d-Finalmente la corriente de autores dedicados a investigar las cuestiones epistemológicas que suscita el análisis sistémico de las Relaciones Internacionales. Por supuesto que como semejante clasificación de los enfoques teóricos y corrientes analíticas de los internacionalistas, que utilizan el análisis de sistemas en sus trabajos resulta de la aplicación de criterios más o menos arbitrarios, algunos de tales autores observaremos que participan en más de una de tales categorías en la medida en que se han aproximado a la investigación de las diversas cuestiones que el análisis sistémicos de las Relaciones Internacionales suscita. Por lo que se refiere a los trabajos dedicados a determinar el marco y objeto de referencia del análisis sistemático de las Relaciones Internacionales, es decir, a distinguir los diversos sistemas y subsistemas internacionales, señalemos que éstos han seguido dos criterios fundamentales: 1º. El criterio de delimitación histórica; 2º. El criterio de delimitación por su extensión. De esta forma, la determinación de los sistemas generales o globales y de los sistemas parciales o subsistemas se ha desarrollado por los diversos autores atendiendo a la conjunción de los dos criterios que acabamos de señalar. Respecto a los autores que tratan de determinar los rasgos y características propios del sistema internacional general o global cabe decir que la mayor parte de ellos centran su atención en el análisis del sistema internacional actual. Así por ejemplo, podemos citar como trabajos o autores relevantes en esta dirección al propio MERLE, con su análisis del sistema internacional actual realizado al final de su obra; WALTZ, Kenneth: “La estabilidad en un mundo bipolar”, Daedalus (1964) o ROSECRANCE, Ridward N.: “Bipolaridad, Multipolaridad y el Futuro”, Journal of Conflict Resolution, vol. X (1966). Junto a estos autores se sitúan los que han desarrollado su investigación en torno a la delimitación de sistemas internacionales parciales o subsistemas ya fuese limitándose a la consideración de determinadas áreas regionales o geo-políticas, o bien a determinados subsistemas específicos, por ejemplo los subsistemas de seguridad o los subsistemas ideológicos. Entre los primeros merecen citarse los estudios de:

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-BINDER, Leonard: “Oriente Medio es un sistema internacional subordinado”, World Politics, vol. X (1958). -MODELSKI, George: “Relaciones Internacionales y estudios de área: el caso del Sudeste asiático”, International Politics, vol. II (1961). -BRECHER, Michael: “Relaciones Internacionales y estudios asiáticos: el sistema estatal subordinado de Asia”, World Politics, vol. XV (1963). -ZARTMAN, William I.: “África es un sistema estatal subordinado en las Relaciones Internacionales”, International Organization, vol. XXI (1967). -BANKS, Michael: “Análisis sistémico y el estudio de las Regiones”, International Studies Quarterly, vol. XIII (1969). Entre los autores centrados en el conocimiento de sistemas internacionales parciales específicos citemos, entre los dedicados a los subsistemas de seguridad: -HOFFMAN, St.: “Discordia en comunidad: El área Nordatlántica es un sistema internacional parcial”, Internacional Organization. Vol. XVII (1963). -DINERSTEIN, Herbert: “La transformación del sistema de Alianzas”, American Political Science Review, vol. LIX, (1965), y para los subsistemas ideológicos: -MODELSKI, George: El sistema comunista internacional, Princeton Univ., 1960. Pero si los autores que hemos citado hasta ahora han tratado en sus trabajos de referirnos los rasgos particulares que presentan ya sean los sistemas internacionales generales o globales, ya sean los subsistemas internacionales, ciertamente no está en su intención presentarnos con ello una tipología, una clasificación de los diversos sistemas internacionales, ya sena reales o posibles, hayan existido o no a lo largo de la historia. Los autores que han asumido semejante tarea han recurrido, para ello, a la configuración y determinación de la estructura interna de cada sistema internacional general para, en virtud de ella, ofrecernos una clasificación descriptiva de los mismos. En esta categoría de autores debemos destacar, ante todo, la obra de MORTON A. KAPLAN, que constituye el primer intento relevante de aplicar el análisis de sistemas a las Relaciones Internacionales, se publicará en 1957 bajo el título Sistema y Proceso en la Política Internacional, en ella se recogen los seis modelos básicos de sistemas internacionales que a juicio de este autor constituyen la clasificación general delimitadora de la realidad internacional en su evolución histórica, presente y futura. A sus trabajos me referiré con mayor detenimiento posteriormente. Si la clasificación de KAPLAN es fundamentalmente abstracta y deductiva, otro autor ya citado en el apartado anterior, ROSECRANCE Richard, ha procedido a una investigación de los sistemas internacionales existentes entre 1740 y 1960, atendiendo básicamente al carácter de las relaciones diplomáticas y a los factores que han incidido en la mayor o menor rentabilidad de las mismas. Atendiendo a este criterio constata la existencia de nueve sistemas internacionales diferentes caracterizados cada uno de ellos por el predominio de un determinado estilo diplomático. También JOSEPH FRANKEL procede en su obra Conflicto y armonía en la política internacional a una tipificación de los sistemas internacionales a lo largo de la historia atendiendo a los rasgos estructurales de los mismos, aunque debemos decir que este autor considera que no es factible operar una separación total entre cada uno de los sistemas

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internacionales de un período histórico y los sistemas precedentes o siguientes en virtud de la continuidad de la propia dinámica histórica. Por su parte, MODELSKI, George, realiza una clasificación de los sistemas internacionales atendiendo, prioritariamente, a la estructura socioeconómica de tales sistemas lo que le conduce a distinguir entre los sistemas internacionales formados por sociedades de tipo agrario y sistemas internacionales formados por sociedades de tipo industrial. En relación con el sistema internacional imperante en la actualidad, aunque un gran número de autores sigue la clasificación que distingue entre sistema bipolar y sistemas multipolar (recordar por analogía el caso de ARON), han existido esfuerzos teóricos tendentes a superar el excesivo esquematismo y simplicidad de esta clasificación. Así, por ejemplo: WOLFRAM HANRIEDER nos ofrece un esquema en el que se distinguen los distintos niveles del sistema internacional (issue levels) correspondiéndose cada uno de estos niveles con una función del sistema (económica, ideológica, seguridad, etc.). A partir de esta base propone analizar la estructura del sistema para cada nivel recurriendo al carácter simétrico o asimétrico de dicha estructura, en virtud de los cuales distingue cuatro “patrones de variación” en cada sistema internacional: Simétrico-----asimétrico (varias simetrías) heterosimétrico------heteroasimétrico (varias asimetrías) Un tercer grupo general de trabajos se ha orientado al análisis del funcionamiento de los diversos sistemas internacionales y de los procesos que en ellos manifiestan antes que a la determinación de una tipología sistémica en base a la estructura de éstos. En este colectivo de autores podemos distinguir, a su vez, tres subgrupos según el criterio teórico seguido para llevar a cabo el estudio de tales sistemas internacionales: 1º. Comprende los trabajos centrados en el estudio del grado de estabilidad (o inestabilidad) de los sistemas internacionales. 2º. Las investigaciones orientadas al conocimiento de los conflictos y crisis que surgen en el seno de los diversos sistemas internacionales. 3º. Las obras destinadas al análisis de los procesos de integración en el marco de los sistemas internacionales. La característica general apreciable en todos aquellos autores que tratan de investigar la estabilidad o inestabilidad que presentan los sistemas internacionales reside en que para tales autores dicha estabilidad se configura como una variable dependiente de aquellas otras variables que caracterizan la estructura de cada sistema internacional. Es a partir de las características estructurales analizadas para cada sistema internacional de donde estos autores pretenden derivar los procesos tendentes a estabilizar o desestabilizar el sistema internacional estudiado. Ya veíamos cómo en el pensamiento aroniano, aunque no se sitúa este autor en el ámbito teórico del análisis sistémico, se contemplaba a los sistemas homogéneos como unos sistemas más estables que los sistemas heterogéneos. Por ello, no resulta ser una casualidad que STANLEY HOFFMANN, discípulo de ARON, haya abordado también el análisis de la estabilidad de los sistemas internacionales en términos muy similares, aunque con una formulación más general que su maestro. Para este autor, cabe distinguir entre sistemas

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estables y sistemas revolucionarios. Según HOFFMANN, un sistema estable es aquel en el que los valores esenciales de sus unidades constitutivas no se cuestionan de forma permanente y continua y, por tanto, existe un acuerdo compartido por todas estas unidades sobre las normas que deben regular la competencia recíproca entre las mismas caracterizándose, en consecuencia, sus relaciones por la tendencia a la moderación. El sistema revolucionario se caracteriza por el cuestionamiento de alguno o de todos los valores fundamentales por parte de algunas unidades del sistema lo que implica una incompatibilidad en cuanto a las normas que deben regular los conflictos para las unidades del sistema discrepantes y, consiguientemente, se asiste a una progresiva desaparición de la moderación en sus relaciones recíprocas. A partir de esta distinción esencial HOFFMANN considera que es posible determinar teóricamente para cada tipo de estructura del sistema internacional y para cada género de “tecnología de conflicto” las reglas o normas y las condiciones necesarias para alcanzar una moderación en las relaciones entre las unidades del sistema internacional y, en definitiva, para el restablecimiento de la estabilidad en dicho sistema. Dos autores, KARL DEUTSCH y DAVID SINGER, han tratado de examinar la idea generalizada según la cual un sistema multipolar resulta ser más estable que un sistema bipolar. Desde este análisis, estrictamente formal, ambos autores han llegado a la conclusión de que todo sistema, bipolar o multipolar, tendía a largo plazo a la autodestrucción si bien cabía aceptar una corrección menor en el sentido de reconocer una mayor inestabilidad en los sistemas bipolares rígidos que en los sistemas multipolares. Las conclusiones de los dos autores señalados han sido sometidas a contrastación empírica por MICHAEL HAAS quien tras estudiar 21 subsistemas internacionales claramente delimitados en los ámbitos geográfico e histórico, ha llegado a una conclusión opuesta a la de DEUTSCH y SINGER. Según HAAS, existe una relación negativa entre la distribución del poder o polaridad y la estabilidad internacional y, por tanto, en un sistema bipolar las guerras son menos frecuentes que en un sistema multipolar aunque en este último caso tengan tendencia a ser menos duraderas. También agrega que el número de polos de un sistema permite, aunque en menor grado que otros elementos de estratificación como las alianzas, predecir el grado de violencia inherente al sistema (“Interanctional Subsystems: Stability and Polarity”, The American Political Science, Review, vol. LXIV (1970) . En la misma línea apuntada por HAAS, otro autor, KENNETH WALTZ ha trabajado con referencia al sistema internacional contemporáneo y ha llegado a la conclusión de que la bipolaridad en la estructura del sistema internacional no constituye un factor de inestabilidad sino que, por el contrario, contribuye a potenciar la estabilidad como resultado de la concurrencia de cuatro características: a) b) c) d)

La ausencia de periferias en un sistema dominado por dos grandes potencias. El aumento de la extensión e intensidad de la competencia. La persistencia de la presión y la recurrencia de las crisis. La preponderancia del poder de la dos grandes potencias.

Todo ello permite afirmar, según WALTZ, que el juego de estos cuatro rasgos característicos concede:

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“una notable capacidad para absorber en el equilibrio bipolar los cambios políticos, militares y económicos que se producen”. Por su parte, otro autor de destacado prestigio en el ámbito de las técnicas cuantitativistas de investigación de las Relaciones Internacionales, KENNETH BOULDING, precisa más las diversas opciones del concepto o criterio de la estabilidad estructural de un sistema internacional. En efecto, cabe caracterizar la estabilidad de un sistema internacional como su capacidad para mantener su estructura a través del tiempo, entendiendo por estructura del sistema internacional “la distribución existente de los territorios y del poder”. En segundo término, cabe considerar la estabilidad de un sistema internacional como la capacidad del sistema para mantener la paz, incluso a pesar de los cambios territoriales o del reparto del poder. Se puede concebir, por tanto, que un sistema internacional sea estable en el segundo sentido y que en cambio pueda apreciarse una notable inestabilidad según la primera acepción, precisamente porque para mantener la paz el sistema internacional se vea obligado a cambiar su estructura territorial y de poder existente entre los Estados. De todo ello deduce que el análisis del sistema internacional contemporáneo muestra una tendencia a largo plazo a pasar de una menor a una mayor estabilidad, tomando este término en su segunda acepción. Otros autores, en esta misma orientación, han centrado sus trabajos en la influencia que un determinado factor relevante posee para la estabilidad de los sistemas internacionales,. Entre ellos debemos destacar a RICHARD BRODY, quien partiendo del modelo de simulación establecido por GUETZKOW y denominado “Simulación Internacional”, ha investigado los efectos para el sistema internacional de la dispersión de la tecnología de las armas nucleares, concluyendo que puesto que se produciría una modificación de la estructura bipolar jerárquica y su transformación en una estructura mucho más laxa y fragmentada, se generaría una tendencia a la desestabilización del sistema. Asimismo, JOHN HERZ, operando sobre los efectos que el desarrollo científico y tecnológico genera en la estructura del sistema internacional y en su estabilidad ha destacado la idea de que debe distinguirse claramente entre los factores verdaderamente estabilizadores para el sistema de aquellos otros que únicamente aumentan la rigidez de la estructura del sistema dando una apariencia de estabilidad pero arriesgando, a largo plazo, aumentar su inestabilidad. En este sentido señala como junto a la existencia de factores desestabilizadores en el sistema internacional actual generados por la evolución científico-tecnológica, tales como la tecnología armamentista, el crecimiento demográfico y el incremento del número de Estados, aparecen también otros factores de aparente estabilidad pero, en realidad, de mayor rigidez estructural, como por ejemplo la disuasión nuclear, que suponen a largo plazo un grave riesgo de inestabilidad. 2º. Conflictos en los sistemas internacionales Evidentemente, y como ya hemos apreciado al hablar de los autores citados, existe una estrecha relación entre las investigaciones orientadas a determinar la estabilidad estructural de un sistema internacional y aquellas otras dirigidas a estudiar los conflictos tal y como se configuran y se desarrollan en el seno de dicho sistema internacional. Ahora bien, resulta útil distinguir analíticamente las aportaciones de los autores que toman como punto nuclear de sus estudios una u otra de ambas cuestiones. Uno de los autores más destacados y pionero, al propio tiempo, de la utilización de modelos matemáticos para el análisis del conflicto internacional es, sin duda, LEWIS RICHARDSON, quien ha trabajado sobre los efectos de la percepción de hostilidad entre los

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Estados o grupo de Estados como proceso de retroalimentación positiva en un modelo de sistema internacional de carácter cibernético. Importante resulta también la aportación de DAVID SINGER quien junto a MELVIN SMALL se interesa por el estudio de las causas de las guerras internacionales centrando su atención en las variables de tipo estructural que determinantes de una “agregación aliancista”. Para comprobar la validez de la variable aliancista como factor estructural de los conflictos internacionales ambos autores estudian los conflictos durante el período comprendido entre 1815-1945. El propio MERLE en su consideración del sistema internacional referida en su obra, analiza también la importancia y funciones de los conflictos internacionales distinguiendo entre conflictos territoriales, económicos e ideológicos. 3º. Integración en los sistemas internacionales Finalmente hay un colectivo de autores que han centrado sus trabajos en el análisis de los procesos de integración que se desarrollan en el seno de los sistemas internacionales. Un primer autor al que debemos referirnos es ERNST HAAS quien ha desarrollado un trabajo de investigación sobre la O.I.T. y su relación con el entrono internacional para deducir su contribución a la integración internacional. La hipótesis sobre la que descansa la obra de este autor ha sido formulada por él mismo en los siguientes términos: “Si la escena internacional actual se concibe como una serie de entornos nacionales en interacción, y en función de la participación de estos últimos en las organizaciones internacionales, entonces la integración describiría los procesos de aumento de las interacciones orientadas en el sentido de una superación de los límites entre el sistema de las organizaciones internacionales y el entorno constituido por los Estados-naciones que son sus miembros”. Por último, LEON LINDBERG ha tratado de aplicar el análisis de sistemas al proceso de integración regional europea, y más concretamente, ha desarrollado un modelo sistémico de integración para la Comunidad Económica Europea, partiendo de la consideración de la Europa Comunitaria como de un sistema en el sentido en que DAVID EASTON desarrolla su análisis sistémico, es decir, como un sistema político (“La Comunidad Europea es un Sistema Político: Notas relativas a la construcción de un modelo”, Journal of Common Market Studies, vol. V (1967).

Estudios epistemológicos sobre la teoría de sistemas internacionales En el cuarto y último grupo o categoría de trabajos sistémicos sobre las Relaciones Internacionales debemos citar las aportaciones de aquellos autores que abordan los problemas y cuestiones epistemológicos derivados del análisis sistémico en las Relaciones Internacionales. Aquí cabría realizar también una distinción entre los autores que abordan cuestiones relativas a la validez científica y teórica del análisis sistémico para las Relaciones Internacionales a lo largo de sus trabajos pero sin centrar en tales cuestiones sus investigaciones, y aquellos otros autores que han abordado en profundidad una investigación epistemológica del análisis sistémico de las Relaciones Internacionales.

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Entre los primeros autores, es decir, entre aquellos internacionalistas que tocan marginalmente en sus investigaciones aspectos epistemológicos, la mayoría de ellos destacan la importancia del análisis sistémico como modelo teórico o marco de referencia que permita una perspectiva totalizadora y global de los diversos actores y relaciones internacionales. Así, por ejemplo, STANLEY HOFFMANN señala la importancia de la perspectiva sistémica para superar dos peligros que acechan al internacionalista: -la fácil y simple reconducción de los fenómenos internacionales al marco teórico de la política internacional, con la inevitable limitación de los actores internacionales a los Estados nacionales. -la pérdida de la perspectiva internacional totalizadora que conduce a considerar irrelevante la incidencia de la naturaleza misma del sistema internacional en la acción de los actores internacionales, es decir, a olvidar la influencia del todo sobre las partes precisamente porque el todo (el sistema internacional) se equipara con la simple yuxtaposición de las partes (los actores internacionales). JEAN SIOTIS, siguiendo esta misma orientación destacará más la importancia de la teoría de sistemas en las Relaciones Internacionales como modelo teórico que permita captar y analizar en profundidad “las interacciones en su conjunto”. Otro tanto puede decirse de CHARLES McCLELLAND, para quien el empleo del concepto de sistema y de la teoría general de sistemas resulta extraordinariamente importante en el campo de las Relaciones Internacionales para poder satisfacer dos necesidades que experimenta esta disciplina y que ya formuló en su momento QUINCY WRIGHT, a saber: -la necesidad de reconciliar las diversas aproximaciones teóricas a los fenómenos internacionales; -la necesidad de aprobar un marco conceptual que posea “las dimensiones de una perspectiva mundial”. En lo tocante a los autores que han abordado amplia y profundamente la dimensión epistemológica del análisis sistémico en las Relaciones Internacionales, nos referiremos brevemente a los tres autores que consideramos más relevantes, no sin antes recordar que en la obra de DAVID EASTON (El análisis sistémico de la vida política) se encuentra también una extensa investigación sobre los principales problemas y las implicaciones que se derivan del análisis sistémico si bien, referido directamente a la política y no específicamente a las Relaciones Internacionales. Tales autores son ORAN YOUNG, DAVID SINGER Y PHILIPPE BRAILLARD.

En su obra Una aproximación sistémica a la Política Internacional, ORAN YOUGN parte de la idea de que el mayor obstáculo para el desarrollo de la investigación sistémica de los fenómenos internacionales deriva de la “ausencia de una adecuada clasificación de las bases epistemológicas” en los trabajos de los internacionalistas lo que con frecuencia se traduce en confusiones conceptuales y en una inevitable deformación o sesgo teórico a lo largo de una misma obra. Por esta razón, YOUNG insistirá en la necesidad de explicitar y determinar los postulados de base inherentes a todo análisis sistémico internacional. Al objeto de orientar esta tarea metodológica fundamental, abordará en su obra cuestiones tales como:

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-la identificación empírica de los sistemas, adoptando una posición intermedia entre los constructivistas y los defensores de los sistemas naturales. -la selección de las variables sistémicas fundamentales. -la naturaleza concreta o analítica del entorno de un sistema. -la validez del recurso a las analogías organicistas, etc. La obra de DAVID SINGER, sigue la orientación de YOUNG en cuanto a la necesidad de esclarecer las bases y postulados de toda aproximación sistémica a las Relaciones Internacionales. Parte de una distinción de tres tipos de esquemas conceptuales en la ciencia: la taxinomia (que trata de encontrar nuevas similitudes o diferencias formales para establecer una clasificación de los objetos de estudio); el modelo (que trata de establecer una representación abstracta del objeto de estudio) y la teoría (que intenta establecer los postulados y normas del funcionamiento real para una adecuada explicación del objeto de estudio). A partir de esta triple distinción conceptual, estima este autor que la orientación que preside la teoría general de sistemas, es una orientación primordialmente taxinómica la que resulta útil para el estudio de los fenómenos internacionales, tratando de establecer, con arreglo a ello, una clasificación de los objetos de análisis, de los niveles de estudio, así como de los rasgos de las relaciones entre las entidades internacionales. Sin duda alguna, de los tres autores que señalé con anterioridad, es PHILIPPE BRAILLARD quien más amplia y exhaustivamente se ha ocupado de las cuestiones epistemológicas que se suscitan en el estudio sistémico de la realidad internacional, a través de su obra Teoría de sistemas y Relaciones Internacionales. Este autor tras desarrollar los conceptos centrales de la teoría de sistemas (sistema, subsistema, entorno, función, estabilidad y cambio del sistema, etc) establece una clara distinción entre los sistemas sociales, de una parte, y los sistemas orgánicos o mecánicos, de otra. Así los sistemas sociales se caracterizan por ser sistemas abiertos, sistemas adaptativos complejos (es decir, interviene tanto la morfostasis como la morfogénesis), se comprenden a través de sistemas analíticos, dado que en último término todo sistema social está integrado por individuos que se interrelacionan, son sistemas de larga duración y de difícil determinación respecto del momento de su desaparición, características éstas que les distinguen claramente de los restantes tipos de sistemas orgánicos o mecánicos. Ahora bien, dentro de la categoría de los sistemas sociales, BRAILLARD concede un carácter singular y específico a los sistemas internacionales atendiendo a un criterio básico: “los sistemas internacionales presentan un bajo nivel de integración entre sus elementos (actores internacionales) así como una importante autonomía de éstos”. El propio BRAILLARD nos advierte sobre los riesgos de no absolutizar el valor de este criterio distintivo que si bien sirve para cualificar este tipo de sistemas, nada autoriza a utilizarlo para asilar a los sistemas internacionales del resto de los sistemas sociales. De ahí que este autor considere que cabe perfectamente abordar el estudio de los fenómenos internacionales siguiendo un análisis sistémico, en el que junto a los diversos actores o elementos internacionales (Estados, Organizaciones Internacionales, Actores transnacionales, e incluso, el individuo) deba también estudiarse la estructura propia de cada sistema internacional además del comportamiento de cada uno de los diversos actores. Finalmente, aborda en su obra otra serie de cuestiones tales como la determinación del entorno de un sistema internacional global, o la posibilidad de una teoría general de los sistemas internacionales, respecto de la que se muestra poco propicio a admitirla como independiente

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de una teoría general de sistemas más amplia que abarque a todos los sistemas sociales incluidos, claro está, los internacionales. Antes de proceder al estudio pormenorizado de la concepción sistémica desarrollada por MORTON KAPLAN, conviene señalar que la aplicación del análisis sistémico, en el que junto a los diversos actores o elementos internacionales (Estados, Organizaciones Internacionales, Actores transnacionales, e incluso, el individuo) deba también estudiarse la estructura propia de cada sistema internacional además del comportamiento de cada uno de los diversos actores. Finalmente, aborda en su obra otra serie de cuestiones tales como la determinación del entorno de un sistema internacional global, o la posibilidad de una teoría general de los sistemas internacionales, respecto de la que se muestra poco propicio a admitirla como independiente de una teoría general de sistemas más amplia que abarque a todos los sistemas sociales incluidos, claro está, los internacionales. Antes de proceder al estudio pormenorizado de la concepción sistémica desarrollada por MORTON KAPLAN, conviene señalar que la aplicación del análisis sistémico a las Relaciones Internacionales ha estimulado poderosamente el desarrollo de diversas técnicas, más que métodos, de investigación especulativa y empírica de los fenómenos internacionales permitiendo, con ello, el comienzo de la acumulación de datos y trabajos de base para posteriores desarrollos de los sistemas internacionales y un mejor conocimiento de los mismos. Entre estas técnicas, merecen citarse, la teoría de los juegos, con importantes aplicaciones en el estudio de los conflictos internacionales y de los procesos de negociación diplomática; las teorías de decisión, que han permitido ampliar los conocimientos sobre los procesos de adopción de decisiones a nivel estatal e internacional así como perfilar las influencias de factores sociológicos, elementos accidentales o coyunturales o influencias de grupos de presión; las técnicas de simulación, ya sean a través de sujetos sometidos a las condiciones del caso histórico que se desea estudiar, como a través de modelos matemáticos basados en la estadística y las probabilidades y desarrollados mediante el uso de computadoras. Nótese bien, sin embargo, que el mérito o valor instrumental de estas técnicas se convierte en obstáculo para el desarrollo de la investigación cuando se pretende convertirlos de simples técnicas en teorías explicativas con carácter general, absoluto y determinista de los fenómenos internacionales.

El análisis sistémico de MORTON KAPLAN El núcleo fundamental de la teoría sistémica de MORTON KAPLAN se encuentra recogido en su obra Sistema y Proceso en la Política Internacional (1956), si bien algunas de las ideas y modelos contenidos en esta obra serán ampliados o modificados en artículos posteriores. La concepción sistémica de KAPLAN parte de la formulación del concepto de SISTEMA DE ACCIÓN y de una serie de conceptos y postulados generales sobre los que cimentar, con posterioridad, todo su análisis. Resulta, por tanto, necesario especificar algunos de estos conceptos y postulados antes de pasar a una caracterización de los diversos modelos o “teorías” de los sistemas internacionales. En efecto, el concepto básico es el de sistema de acción definido por este autor como:

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“el conjunto de variables relacionadas de tal modo frente a su medio que las regularidades de comportamiento descriptibles caracterizan las relaciones internas de las variables entre sí y las relaciones del conjunto de variables individuales con combinaciones de variables externas al sistema” (HOFFMANN, pag. 149). En realidad, ésta definición así formulada puede ser aplicada a numerosos sistemas tanto de naturaleza social como de naturaleza orgánica o mecánica por lo que a juicio del propio KAPLAN resulta excesivamente general y escasamente preciso APRA utilizarlo directamente en el análisis sistémico internacional. Ahora bien, puesto que inicialmente lo que se propone es la formulación de los conceptos generales de una teoría de sistemas, no considerada que tal definición general sea irrelevante. Para KAPLAN, todo análisis sistémico general, presupone la concurrencia de cinco reglas o características fundamentales: 1ª. El sistema a investigar debe estar explícitamente diferenciado de su contexto. 2º. Los elementos internos del sistema deben estar explícitamente formulados. 3º. Tiene que existir una relación entre los elementos del sistema y entre éste y su contexto que deben ser formulados explícitamente. 4º. Cuando estas relaciones permiten una inferencia se utilizarán las reglas del razonamiento lógico o matemático. 5ª. Toda afirmación sobre las relaciones entre el sistema y el mundo real debe quedar confirmada de acuerdo con las reglas del método científico. Si se cumplen los cinco rasgos o condiciones del proceso de análisis sistémico será posible configurar teóricamente un sistema tanto estática como dinámicamente. Para ello, es necesario poder establecer el estado de un sistema, o en otros términos, su estructura y comprobar los cambio que en él se operan como consecuencia de las modificaciones en los elementos y sus interacciones. En efecto, determinadas y descritas las variables de un sistema en un momento determinado (estado del sistema), éstas se pueden ver brusca y radicalmente alteradas como consecuencia del impacto o efecto producido por una variación en las mismas (valores parámetros) produciendo una función transformante que provoca una alteración en el comportamiento característico de las variables del sistema en el estado en que se encontraba. Estas alteraciones o valores parámetros generan una transformación o bien del equilibrio del sistema o de su estabilidad. Para poder determinar cuando asistimos a una transformación del equilibrio o de la estabilidad de un sistema es necesario incorporar unos conceptos adicionales, a saber: sistemas engranados y realimentación, positiva o negativa. Por sistemas engranados KAPLAN entiende aquellos sistemas: “en los que la reacción de un sistema actúa como impacto para otro sistema” (pag.150), o dicho de otro modo, cuando existe una interacción entre ambos de modo que toda variación en uno de ellos provoca un proceso de transformación en el otro. Nos hallamos ante una realimentación que será negativa cuando opera en sentido contrario al del impacto, es decir, cuando la alteración de un sistema provoca en el otro una función transformante tendente a anular dicha alteración, y será positiva cuando opera en el mismo sentido, es decir, cuando una alteración de un sistema genera una función transformante en el otro que tiende a amplificar los efectos de la variación inicial. Pues bien, un sistema permanecerá en equilibrio siempre y cuando se mantengan las variables establecidas como básicas para el sistema durante un tiempo determinado

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arbitrariamente. El equilibrio será estable siempre y cuando se mantenga dentro de unos límites especificados previamente, pudiendo alcanzarse dicha estabilidad de forma mecánica (ej. del columpio) o de forma homeostática ( a través del reajuste continuo y recíproco de las variables). Cuando un sistema no sufre ninguna perturbación, su equilibrio será estable, pero si experimenta una perturbación, es decir, un valor parámetro, cuyos efectos sobre el equilibrio dependen de la fuerza de la misma, nos hallaremos ante un equilibrio localmente estable. En este último supuesto, cabe que la fuerza de la perturbación provoque un nuevo estado de equilibrio, en cuyo caso nos encontraremos ante un “cambio de equilibrio”, en cambio si la perturbación tiene una fuerza crítica suficiente para generar un nuevo estado de equilibrio que no retorna a su estado originario una vez desaparece la perturbación hablaremos, entonces, de un “cambio de sistema”. A partir de estos conceptos y postulados esenciales, KAPLAN procede a una determinación de las variables de los sistemas políticos así como a una determinación de los rasgos o características generales de tales sistemas que permitan, con posterioridad, su tipificación para los sistemas internacionales. Las variables fundamentales de todo sistema político son, para KAPLAN, de cinco tipos: -

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Normas esenciales del sistema: aquellas tendencias de comportamiento que describen las relaciones generales entre los actores o les asignan funciones concretas (por ej.: la norma que asigna a los Estados el monopolio de la fuerza y su uso legítimo). Normas de transformación. Son aquellas tendencias de comportamiento que vinculan las normas esenciales con valores parámetros o funciones transformantes. Son por tanto, las normas que nos muestran las regularidades de cambio de un sistema internacional. Por ej.: será una norma de cambio del sistema internacional de seguridad la que establezca las modificaciones en las normas esenciales de la disuasión nuclear entre las dos superpotencias ante la aparición de una nueva superpotencia o de numerosas potencias nucleares. Las variables clasificatorias de los actores: son aquellos elementos o variables que caracterizan la estructura de los diversos actores de un sistema internacional. Por ej.: de un Estado: territorio, población y gobierno. Las variables de capacidad de un actor: son las que determinan la capacidad física de un actor internacional, pero no de forma genérica, sino referida a una determinada acción y en determinadas condiciones del sistema. Por ej. La capacidad bélica de un Estado para mantener con probabilidades de éxito una guerra contra otro Estado en un momento determinado. Las variables de información: son todos aquellos elementos informativos y de conocimiento que posee un actor internacional tanto sobre su realidad interna como sobre su entorno exterior. Comprende tanto el conocimiento de sus capacidades, materiales o morales, como de sus deseos y / o aspiraciones.

Determinadas por KAPLAN las variables fundamentales a las que todo análisis sistémico deberá referirse par lograr una determinación de la estructura de dicho sistema, este autor procede a destacar y caracterizar los sistemas políticos como centro directo de referencia de sus modelos sistémicos de las relaciones internacionales, ahora bien, puesto que los sistemas políticos forman parte del género más amplio de los sistemas sociales, KAPLAN estima de interés proceder al desarrollo de un análisis de tales sistemas políticos a partir del

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cual poder sentar los rasgos generales y los caracteres específicos de los sistemas internacionales en la medida en que éstos se consideran una variedad de los sistemas políticos. Para definir a estos últimos KAPLAN escribirá: “En una organización hay un método para decidir no sólo lo que se ha de hacer, sino también dónde se debe tomar la decisión y quién está cualificado para tomarla. Un sistema político es el sistema más amplio o más abarcador que tiene interese identificables y que no son idénticos –aunque no han de ser necesariamente opuestos y quizá sena complementarios- a los de los miembros del sistema, y dentro del cual existen organismos y método regularizados para tomar decisiones relativas a esos intereses. Estas normas de elaboración de decisiones, entre ellas la especificación de los roles, son independientes de los nombres de los actores que desempeñan los roles de elaboración de decisiones del sistema. El sistema político se distingue por el hecho de que sus normas especifican las zonas de jurisdicción de otras unidades decisorias y proveen de métodos para resolver conflictos de jurisdicción. Es de carácter jerárquico y de ámbito territorial” (HOFFMAN, pag. 155). Así concebido el sistema político, resulta esencial para su existencia que la red de canales de información entre los diversos actores del sistema posibilite la transmisión de las decisiones adoptadas por los órganos correspondientes como mensajes o comunicaciones obligatorias para los destinatarios o actores receptores de tales mensajes, incluso cuando no existe intención de obligar por parte del actor emisor u órgano de decisión, y además orientada a la acción política. Cuando tales demandas de acción para la consecución de objetivos políticos no logran transmitirse, por ausencia de canales, o lo hacen de una forma incompleta, contradictoria o sin transmitir obligatoriedad, semejante sistema político dejará de existir como tal para configurarse como otro tipo de sistema social. Semejante concepción del sistema político implica, inequívocamente, jerarquía tanto del sistema en su conjunto respecto de sus elementos o subsistemas, como de éstos entre sí. Es por esta razón que KAPLAN señala que el sistema político es un sistema dominante por cuanto sus normas esenciales operan como datos paramétricos para cualquiera de los actores o subsistemas que lo integran. Cuando nos encontramos con que las normas esenciales del sistema político son determinadas por un subsistema del mismo, podemos decir que dicho subsistema domina al sistema político, o en otras palabras que las normas esenciales del sistema político no le son impuestas como datos paramétricos a ese subsistema sino que, por el contrario, son impuestas por ese subsistema al resto de los actores y subsistemas que configuren en el sistema político en su conjunto. En términos más sencillos, las decisiones y normas a las que deben ajustar sus comportamientos no sólo los restantes elementos del sistema político sin el propio sistema político en su totalidad proceden del actor o subsistema dominante. Ejemplo, los partidos políticos en los sistemas totalitarios de partidos únicos. Cuando nos encontramos ante un sistema político dominado por uno solo de los subsistemas que lo integran, entonces las normas esenciales del sistema político podrán experimentar modificaciones y alteraciones rápidas, en cambio si el sistema político se encuentra dominado por varios subsistemas o por varios subsistemas a la vez, será mucho más difícil proceder a un cambio en sus normas esenciales. Ejemplo: comparación entre un sistema dictatorial y un sistema democrático con pluralidad de poderes (legislativo, ejecutivo, judicial, etc)

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Como se puede apreciar, la jerarquización interna de un sistema político viene especificada en función del concepto de dominio del sistema determinado por la influencia que se posea sobre la estructura del sistema, influencia que según se de por uno, varios subsistemas del mismo pero sin que los miembros o individuos que integran dichos subsistemas dominantes posean algún grado de influencia o dominio sobre los mismos. En este supuesto, las recompensas derivadas del dominio que tales subsistemas ejercen sobre el sistema político en su totalidad revestirán no sobre los miembros de dichos subsistemas tomándolos aisladamente sino sobre todos ellos tomados colectivamente, es decir, beneficiarán directamente a cada subsistema dominante en tanto que unidad aglutinante de sus miembros y no a éstos directamente. Pues bien, en este supuesto el conjunto de tales subsistemas actuará como dominante respecto del sistema político, porque determinarían sus normas esenciales, y como directivos respecto de sus miembros al ser los subsistemas como unidades las que dominasen a sus miembros o en otras palabras, al no tratarse de subsistemas dominados por sus miembros. Cabe, por el contrario, que el subsistema dominante se encuentre a su vez dominado por alguno de sus elementos o miembros, en este supuesto dicho miembro del subsistema será el verdadero beneficiario del funcionamiento del sistema político en su totalidad precisamente en la medida en que participa y controla el subsistema dominante, entonces podremos decir, afirma KAPLAN, que tal subsistema dominante no es directivo respecto de sus miembros ya que está sometido y mediatizado por uno de ellos. Un ejemplo típico de sistema político directivo sería el de las dictaduras militares en las que el colectivo militar domina el aparato estatal en beneficio de todos los miembros que integran la administración militar, quedando sometidos todos y cada uno de los militares a las normas que regulan la propia estructura y funcionamiento de dicha administración militar. En cambio, un sistema político dictatorial de naturaleza “caudillista”, sea de corte militar o civil, es el “líder” o caudillo el verdadero dominador del ejército o del partido político a través del cual ejerce su dominio sobre todo el Estado. En este último supuesto las normas de funcionamiento de los subsistemas, militar o civil, del Estado son determinadas y benefician exclusivamente al “líder” o “caudillo”. Pues bien, según KAPLAN, un sistema político tiende hacia el extremo directivo de la escala de valoración en la medida en que se tienda hacia: 1º. Una mayor jerarquía interna entre sus elementos o subsistemas; 2º. Las directrices vayan de la cúspide de la jerarquía hacia abajo y no en sentido inverso; 3º. Cuanto más se ascienda en la jerarquía más se reduzca el número de los miembros con roles asignados, El carácter no directivo de un sistema político se determinará, lógicamente por la tendencia hacia características opuestas a las señaladas. Cabe también señalar que el análisis del carácter directivo podemos referirlo también a los diversos subsistemas que integran un sistema político y así se puede afirmar que la Administración Civil de un Estado es más directiva que su Parlamento, pero a su vez, menos que su Ejército, y así sucesivamente. Pero no basta con determinar el carácter dominante del sistema político o de los subsistemas, ni tampoco su variable directiva o no directiva. En la realidad, KAPLAN observa que tanto los individuos como los grupos sociales desempeñan diversos roles, atendiendo a la diversidad de grupos sociales o sistemas en los que participan y que con frecuencia algunos de estos roles entran en conflicto entre sí, terminando por imponerse el rol que se corresponde con el sistema o grupo social que domina en unas circunstancias

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específicas. Ello significa, que el equilibrio entre la pluralidad competitiva de roles para un individuo o grupo social, sólo se alcanza de forma dinámica y nunca estática, o como lo señala el propio KAPLAN: “La desviación, el ajuste, la asimilación, el conflicto y otras formas de cambio se producen cuando cambian las funciones de los roles en las diversas economías topológicas sistémicas” (pag. 160) . Trasladando todos estos conceptos utilizados por KAPLAN para caracterizar y determinar los sistemas políticos al campo de los fenómenos internacionales, este autor, nos mostrará las diferencias importantes que los sistemas internacionales presentan respecto a los modelos teóricos de los sistemas políticos nacionales, intentando a partir de ese punto establecer los conceptos básicos para desarrollar el análisis de tales sistemas. En efecto, los sistemas internacionales son sistemas políticos caracterizados por carecer de fuerza legal. En otros términos, las decisiones o demandas de acción política no pueden ser comunicadas como obligatorias por carecerse de canales adecuados para tal fin o por lo menos tales mensajes se transmiten de forma deficiente y contradictoria respecto a su obligatoriedad precisamente porque los sistemas internacionales carecen de unos órganos decisorios estrictamente jerarquizados mediante los cuales quepa especificar las zonas de jurisdicción entre los elementos o actores del sistema así como sus conflictos jurisdiccionales. KAPLAN ha relacionado muy acertadamente este rasgo característico del sistema internacional con la cuestión del conflicto de roles existente en un sistema político, señalando que los conflictos de roles en los órganos decisorios de los subsistemas internacionales se resuelven generalmente mediante el dominio de los roles que tales órganos tienen asignados no en el sistema internacional sino en los subsistemas o actores nacionales. Como lo ha descrito el propio autor: “Una de las razones por las que el sistema internacional no es un sistema político (típico) deriva del echo de que, dentro de los sistemas de personalidad de los que elaboran las decisiones, su rol en el sistema internacional está subordinado a su rol el sistema de actores nacionales. Más aún: en la medida en que no pueda aplicarse esto a un determinado individuo que tenga a su cargo la elaboración de decisiones, probablemente será sustituido en su cargo. El dominio de los roles es una de las cuestiones más importantes de la ciencia política” (HOFFMANN, pag. 161). El segundo rasgo específico del sistema internacional como sistema político deriva de su carácter de sistema dominado, o dicho de otro modo, resulta de la tendencia del sistema internacional ha quedar dominado por un subsistema dominante, sin perjuicio de que junto a éste figuren también una serie de subsistemas principales, por su relativa influencia, que aunque no dominen al sistema internacional en términos absolutos, debido a su relativo equilibrio mutuo, sí poseen una incidencia en la estabilidad estructural del sistema internacional, tal es el caso de los Estados nacionales más importantes en cada etapa histórica y para cada sistema internacional. Precisamente mediante: 1º) la determinación de las principales variables del sistema internacional, 2º) así como del estudio de los roles desempeñados por los órganos de decisión

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de los actores nacionales y, 3º) de los subsistemas dominantes así como de su mayor o menos carácter directivo, KAPLAN extraerá los elementos característicos de sus distintos modelos de los sistemas internacionales. No obstante, antes de proceder a una somera descripción de los mismos, KAPLAN establece los conceptos y postulados generales que definen a los sistemas internacionales en una perspectiva analítica. Tales postulados generales son los siguientes: 1º) Los sistemas internacionales poseen como elementos a los actores internacionales. 2º) Estos actores internacionales pueden ser de dos tipos: -actores nacionales. -actores supranacionales. 3º) Los actores supranacionales cabe subdividirlos, a su vez, en otros dos grupos: -actores de bloque, ej.: OTAN -actores universales, ej.: ONU 4º) Las acciones que se desarrollan entre los actores internacionales constituyen las acciones internacionales. 5º) Los sistemas internos de cada actor internacional se tomarán como parámetros para el sistema internacional y sus respuestas se configurarán como variables del sistema internacional. 6º) Cuando algunos actores internacionales, aunque eventualmente no todos ellos, se integran en un sistema internacional parcial, tal sistema se configurará como un subsistema del sistema internacional general o global, por lo que todo análisis de un sistema internacional parcial deberá considerar como parámetros los datos del sistema internacional general. 7º) Finalmente, todo el análisis sistémico internacional debe tratar de investigar los efectos para el sistema internacional general de los cambios que se producen en los sistemas parciales de actores internacionales así como averiguar las modificaciones que se generan en la acción de los actores internacionales cuando experimenta cambios el sistema internacional general. Es decir, debe contemplar la interacción constante que existe entre el sistema internacional general y los subsistemas que lo forman. A partir de todos estos postulados generales formulados sobre los sistemas internacionales junto con los ya mencionados sobre los sistemas políticos, KAPLAN procede a una exposición de los seis modelos de sistemas internacionales. Estos seis modelos son: 1º. Sistema de equilibrio de poder. 2º. Sistema bipolar flexible. 3º. Sistema bipolar rígido. 4º. Sistema universal. 5º. Sistema jerárquico. 6º. Sistema de veto unitario, Posteriormente en un artículo publicado a mediados de los años 60 (1966.- “Algunos problemas de la investigación de sistemas internacionales”), ampliará estos modelos con la inclusión de otros cuatro sistemas internacionales que se corresponden con algunos de los modelos sistémicos iniciales aunque parcialmente corregidos, estos serán: 1º. Sistemas bipolar muy flexible. 2º. Sistema de distensión,

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ambos referidos al sistema bipolar flexible. 1º. Sistema de bloque inestable. 2º. Sistema de difusión nuclear incompleta, estos últimos como variantes del sistema de veto unitario. Detengámonos brevemente a exponer los rasgos característicos y condiciones fundamentales que deben concurrir para la configuración estructural y la dinámica interna de cada uno de estos modelos sistémicos. Sistema de equilibrio de poder: Es el modelo de sistema internacional más ampliamente estudiado por KAPLAN que estima que éste es el sistema internacional existente durante los siglos XVIII, XIX y principios del siglo XX. Actores: En el sistema de equilibrio de poder los únicos actores básicos son de naturaleza nacional y, concretamente, aquellos Estados que poseen una gran capacidad económica y militar. Entre estos actores no existe diferenciación de roles con respecto al sistema. Normas esenciales del sistema: Las normas esenciales de este sistema internacional son las siguientes: a) Todos los actores del sistema deben incrementar sus recursos nacionales, lo que conduce a privilegiar las relaciones pacíficas y diplomáticas (negociación) a las relaciones bélicas (guerra) pues en este caso se quiebra la finalidad del incremento de recursos al menos de forma inmediata, ya que estos últimos requieren un coste mayor que los anteriores. b) No obstante, el recurso a la guerra se consideración preferible a dejar de incrementar los recursos nacionales si tal es la condición para la pacificación del sistema. c) Todo actor del sistema optará por sustituir las relaciones beligerantes por las relaciones pacíficas cuando existe la posibilidad efectiva de que con la prosecución de la contienda se producirá la desaparición de uno o varios actores esenciales del sistema. d) Todo actor del sistema se opondrá, incluso mediante la guerra, a toda coalición o actor esencial que pueda alcanzar realmente la hegemonía o predomino absoluto en el sistema. e) Se reprimirá toda acción de aquellos actores esenciales que tienda a lograr la consolidación de actores supranacionales o que se adhieran a principios organizativos supranacionales, pues haría aparecer actores distintos de los nacionales. f) Finalmente, los actores del sistema estarán dispuestos a aceptar la reincorporación como actores esenciales de que los que han sido derrotados o reprimidos, o en su caso a que un actor de la periferia se incorporase a la jerarquía de actores esenciales siempre y cuando se logre con ello mantener el número de actores esenciales del sistema. Estructura y estabilidad del sistema: en lo tocante a la estructura del sistema de equilibrio de poder, KAPLAN estima que ésta debe ser de carácter multipolar y estatal,

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siendo a su juicio 5 el número de actores esenciales mínimo para que el sistema sea estable y aumentando dicha estabilidad en la medida en que aumenta el número de polos o actores esenciales. Este mínimo de 5 actores esenciales se establece por KAPLAN atendiendo al criterio que trata de averiguar a partir de qué número de actores esenciales éstos estarán más interesados en seguir aumentando el número de actores esenciales que en disminuirlo mediante un conflicto, ya que mediante el aumento de actores esenciales se incrementará paralelamente el número de posibilidades de obtener nuevos aliados. Como lo indica el propio KAPLAN: “Este sistema en el que no hay una diferenciación de papeles, será probablemente inestable, a menos que haya por lo menos cinco actores nacionales fundamentales. En tal caso, estos países estarán más interesados en no dejar que se impida a otros países convertirse en protagonistas, con el fin de conservarles como futuros aliados en potencia, que en dividir sus fuerzas y reducir la competencia dentro del sistema al disminuir el número de protagonistas” (Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales, vol. 9, pag. 727). La cuestión de la determinación del número de actores esenciales adecuado para una mayor estabilidad del sistema de equilibrio de poder ah sido objeto de diversos estudios. En efecto, mientras KAPLAN considera un número de 5 actores esenciales como el mínimo necesario para la estabilidad del sistema al tiempo que la estabilidad aumenta en la medida en que aumenta el número de actores esenciales por encima de este número, hipótesis que ha sido reafirmada por los estudios de DEUTSCH y SINGER a través de modelos matemáticos de simulación para sistemas internacionales con armamento nuclear. Por su parte, BURNS estimó que cinco era el número de mayor estabilidad del sistema que tiene tendencia a decrecer en su número de actores esenciales, mientras que considera oportuno constatar que el armamento convencional fomenta el equilibrio en tanto que el armamento nuclear fomenta la disuasión. Efectos del funcionamiento estructural del sistema: Según los trabajos de KAPLAN, el funcionamiento del sistema de equilibrio de poder conduce a los actores esenciales del sistema a tratar de adquirir un margen de seguridad que les permita proceder al incremento de sus recursos nacionales sin el riesgo permanente de tener que asumir conflictos bélicos constantes, ello les obligará a asumir responsabilidades superiores, cabría decir dictatoriales, en el sistema, por encima, incluso, de sus capacidades reales así como a concertar un conjunto de normas jurídico-internacionales que regulen sus relaciones recíprocas tanto en los supuestos de relaciones pacíficas como de relaciones beligerantes entre los propios actores esenciales. Todos los actores esenciales del sistema de equilibrio de poder participarán de las normas esenciales del sistema ya que únicamente de este modo tendrán la probabilidad de participar en una coalición victoriosa o de no sufrir una derrota definitiva para su supervivencia en el supuesto de que su coalición pierda la contienda. Pero si ello es así, señalará KAPLAN, el resultado será un constante reajuste de las alianzas entre tales actores para acomodarlas a la dinámica de sus relaciones recíprocas al tiempo que una limitación de las contiendas bélicas en los supuestos en que se produzcan. El resultado será un sistema internacional extraordinariamente estable. Sistema bipolar flexible:

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Este sistema se considera por KAPLAN una evolución histórica resultante de la disgregación del sistema de equilibrio de poder. Actores: A diferencia del sistema anterior, en el sistema bipolar laxo los actores son tanto nacionales como supranacionales, existiendo entre estos últimos tanto actores supranacionales de bloque como actores supranacionales universales. Todos ellos participan en el sistema, aunque desempeñarán roles diferenciados en el mismo según pertenezcan a uno u otro tipo. Dado que el sistema es bipolar, ello implica que cada bloque de actores se configura alrededor del líder o actor hegemónico en el mismo, lo que refuerza todavía más la diferenciación de roles atendiendo al carácter dominante y directivo de los actores y bloques esenciales del sistema. Finalmente, la existencia de dos polos o líderes en cada uno de los bloques dominantes no implica la ausencia de otros actores internacionales, tales como países no alineados en los bloques, organizaciones internacionales de naturaleza distinta a la políticomilitar, etc. Normas esenciales del sistema: lógicamente las normas esenciales de este sistema derivan del carácter dominante que los bloques, sobre todo si son bloques directivos, y sus líderes poseen respecto del sistema internacional en su conjunto. En efecto: 1º. Los dos bloques pertenecientes a este sistema, que son directivos o están jerarquizados, tratarán de eliminar al bloque antagónico, ya que sólo mediante esta eliminación el correspondiente bloque y su polo hegemónico lograrán dominar plenamente el sistema internacional y, por tanto, imponer una acomodación de las normas esenciales del sistema a sus intereses. 2º. Dado que esa tendencia es recíproca, ambos bloques tratarán de negociar antes que recurrir a la guerra, pero no descartarán el recurso al conflicto bélico si ello implica la renuncia al objetivo de eliminar al bloque contrario, pues lógicamente tal renuncia equivaldría a abandonar su rol de bloque y/o actor dominante en el sistema internacional. 3º. Por idénticas razones, todos los actores de cada uno de los bloques tratarán de incrementar sus recursos a costa de los actores del bloque opuesto, ya que ello constituye una forma de proceder a su progresiva eliminación. 4º. Con respecto a los actores supranacionales universales, los actores de los bloques anteponen los objetivos propios del bloque al que pertenecen a los objetivos de laos actores supranacionales universales en los que participan, pero consiguientemente subordinan los objetivos del bloque rival a los de los actores supranacionales universales. 5º. Todos los actores nacionales que no pertenezcan a los bloques tratarán de reducir el riesgo de una guerra entre ambos bloques antagónicos, por cuanto éstas tenderían a convertirse en guerras totales o ilimitadas amenazándose con ello al sistema en su conjunto y, por tanto, también a estos actores nacionales neutrales o no alineados. 6º. Los actores supranacionales universales, por su parte, desempeñarán una actuación orientada a limitar y reducir las incompatibilidades entre ambos bloques, es decir a fomentar su coexistencia en términos de relaciones pacíficas. 7º. Por último, los actores nacionales no integrados en ningún bloque atacarán a alguno de los bloques o a ambos en el marco de los actores supranacionales universales,

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cuando se haya producido una grave trasgresión por alguno de los bloques que amenace la supervivencia del sistema mismo. Estructura y estabilidad del sistema: La estructura de este sistema se configura a partir de la existencia de dos bloques de actores estatales centrados en dos actores nacionales hegemónicos, en cada uno de ellos, que actúan como centro de todos los demás elementos o actores del sistema. Ello hace que la existencia de otros tipos de actores nacionales o supranacionales situados fuera de cada uno de ambos bloques solamente adquiere relevancia para la estabilidad del sistema en la medida en que se vinculan e inciden en el centro o núcleo de su estructura bloquista y bipolar. De todo ello se desprende claramente que la estabilidad o incluso la propia supervivencia del sistema que estudiamos, depende de la perpetuación de ambos bloques con sus respectivos polos, así como de la flexibilidad que subsista en las relaciones recíprocas entre los mismos y que estará influida, en gran medida, por la acción de los restantes acortes extrabloquistas del sistema. KAPLAN ha señalado también que dicha estabilidad del sistema se verá incrementada en la medida en que los líderes de cada uno de los bloques dispongan de armamento nuclear, pues ello reforzaría el carácter directivo o jerárquico de cada bloque. Efectos del funcionamiento estructural del sistema. Debido al carácter bipolar así como a la flexibilidad de las relaciones ente los dos bloques, y dado que en la esencia misma de semejante estructura se encuentra una mutua voluntad de exclusión entre tales bloques, resulta obvio que en este sistema internacional las alianzas entre los actores nacionales del sistema, incluso los no integrados en los bloques, se basarán en la identidad de intereses a largo plazo y por tanto serán alianzas muy estables y difícilmente modificables, aunque ello no impida que los intereses a corto plazo introduzcan una limitada acción independiente por parte de los actores pertenecientes a una alianza, sobre todo en relación con el actor hegemónico, que no alterará su valor y vigencia a medio y largo plazo. Ello conducirá a una tendencia a absolutizar y totalizar los conflictos bélicos entre los bloques o alianzas antagónicos, si bien dicha tendencia podrá frenarse mediante la acción de los actores nacionales neutrales o no integrados en los bloques, así como por la presencia de actores supranacionales universales en cuyo seno puedan dirimirse algunos de los antagonismos entre bloques o alianzas. Nos encontramos, por tanto, en presencia de un sistema internacional muy estable aunque, en opinión de KAPLAN, dicha estabilidad resulta menor que en el caso de un sistema internacional de equilibrio de poder. Sistema bipolar rígido: Este sistema constituye una extrapolación modificada del sistema anterior y no ha tenido expresión real histórica. Sus diferencias más importantes derivan de la modificación que se presenta en cuanto a sus actores. Actores: En este sistema se aprecia la desaparición de los actores supranacionales universales o, en todo caso, su desvirtuación práctica. A ello habría que agregar la progresiva desaparición de los actores nacionales no integrados en alguno de los bloques. De este modo los actores esenciales de este sistema quedarían limitados a los actores nacionales y a los

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bloques en los que tales actores nacionales se integrarían, así como por los líderes o actores nacionales hegemónicos en cada bloque. Normas esenciales: Persistirán las mismas normas esenciales que en el caso anterior con la desaparición de las normas 4ª, 5ª, 6ª y 7ª que son las que dotan de flexibilidad al sistema. Estructura y estabilidad del sistema: La estructura sigue siendo bipolar y bloquista, aunque dada la rigidez de las relaciones entre ambos bloques, la mayor estabilidad estructural del sistema se alcanzará cuando ambos bloques presentan un carácter estrictamente jerárquico en su organización interna. Funcionamiento del sistema y efectos: Dado que la rigidez de las relaciones entre los bloques y polos antagónicos incrementan el riesgo de un conflicto entre los mismos, se atribuirá una mayor importancia a la estabilidad de las alianzas, al tiempo que obligará a cada una de ellas a incrementar su armamento y capacidad militar ante cualquier modificación similar en el bloque o alianza contraria. Las guerras, cuando se generan, alcanzarán muy rápidamente dimensiones totales e ilimitadas, de los que cabe deducir que la inestabilidad estructural del sistema resulta ser muy importante. Sistema de unidades con derecho a veto: Este sistema internacional posee un carácter teórico aunque KAPLAN admite la posibilidad histórica de que se llegue al mismo como resultado de la evolución del sistema internacional actual en lo referente a la difusión del armamento nuclear de contraataque entre varios actores nacionales distintos de los dos polos hegemónicos. Actores: los actores esenciales de este sistema internacional serán aquellos actores nacionales o actores supranacionales de bloque, con capacidad de respuesta o contraataque nuclear, desapareciendo, por esta misma razón los actores supranacionales universales. Normas esenciales: La norma esencial más importante de este sistema es la de que ningún actor esencial tendrá interés en resolver los conflictos de intereses con los restantes actores del sistema por el recurso a la guerra, a la que únicamente recurrirá ante la agresión por parte de otro actor esencial que amenace su propia supervivencia como actor independiente. Estructura y estabilidad del sistema: El sistema contará con una estructura multipolar en la que todos los actores esenciales del sistema estarán a un mismo nivel, es decir, tendrán la misma capacidad de dominio sobre el sistema y existirán, consiguientemente, tantos polos como actores esenciales existan con independencia de su carácter nacional o de bloque. Por las características propias de los actores esenciales de este sistema, la estructura sistémica será bastante estable dado que ningún actor esencial podrá modificar dicha estructura, eliminando a otros actores esenciales, mediante la vía del conflicto bélico sino tan sólo por vías no beligerantes. Sin embargo, dado el riesgo que cada actor esencial debe asumir de experimentar un ataque nuclear procedente de otro actor esencial junto con la relativa imposibilidad de evitar el incremento del número de actores esenciales como resultado de la

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difusión del armamento nuclear, el grado de inestabilidad de este sistema será mayor que en el caso de un sistema bipolar flexible. Efectos del funcionamiento estructural del sistema: En este sistema las alianzas entre los actores esenciales tenderán a desaparecer en la medida en que cada actor deberá contemplar el riesgo o amenaza potencial de un ataque nuclear procedente de cualquier otro actor esencial con independencia de la identidad de intereses y valores que existan en otro terreno (político, ideológico, etc.), lo que conducirá a una política exterior aislacionista por parte de los actores esenciales ya que no tendrán motivos de suficiente interés y peso, salvo la propia supervivencia, para arriesgar el desencadenamiento de un conflicto bélico nuclear del que con toda certeza saldrían afectados en su propia existencia. Por esta razón la probabilidad de contiendas bélicas se reducirá sensiblemente, sin que ello quiera significar que desaparezcan los antagonismos y conflictos de intereses que se resolverán fundamentalmente por la vía de la negociación diplomática. Sistema universal: En opinión de KAPLAN este sistema internacional, estrictamente teórico en la actualidad, se alcanzaría como resultado de la presión a la que se verían sometidos los actores internacionales en el caso de que se llegase al límite en algunas de las tendencias actualmente existentes, tales como la carrera de armamentos nucleares o el peligro real surgido para las grandes potencias de una escalada bélica entre ellas. En ambos supuestos, cabría recurrir a la configuración de una “ confederación universal”. Ciertamente hay que señalar que si bien no se ha logrado configurar semejante “confederación universal”, esta idea ha presidido la creación de las dos organizaciones con vocación universal surgida de las dos contiendas mundiales: la Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas. Actores: En el sistema universal existen tanto actores nacionales como actores supranacionales universales, si bien estos últimos se constituyen en los actores dominantes del sistema. Este o estos actores supranacionales universales deberán disponer de una potencia superior a la de cualquier actor nacional así como disponer de los medios y competencias para poder desempeñar roles muy diversos tales como económicos, políticos, judiciales, administrativos, etc. Normas esenciales del sistema: Entre las diversas normas esenciales de este sistema internacional cabe mencionar las siguientes: 1ª. Los actores nacionales tratarán de alcanzar sus objetivos dentro del sistema, pero sometiéndolos siempre a los objetivos de los actores supranacionales universales. 2ª. El sistema universal debe configurarse de forma no directiva al objeto de permitir que el prestigio y las recompensas o sanciones puedan asignarse por los actores supranacionales universales tanto a los actores nacionales como a los propios individuos directamente. 3ª. La asignación de recompensas y/o sanciones deberá configurarse de tal modo que permita a los actores nacionales menos favorecidos sustentar expectativas de progreso y mejora de sus condiciones reales pero sin afectar de forma seria las recompensas y beneficios disfrutados por los actores nacionales más favorecidos en el sistema, en definitiva, que permita una cierta movilidad internacional.

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Estructura y estabilidad del sistema: Este sistema presentará una estructura integrada pero no jerarquizada en la que el carácter dominante de los actores supranacionales universales del sistema será más el resultado de la solidaria aceptación por parte de los actores nacionales de dicho predominio que el fruto de una imposición efectiva. Se tratará, por tanto de un sistema muy estable, aunque en la medida en que los actores supranacionales universales no consigan satisfacer toda las funciones requerida por el sistema o lo hagan sin lograr mantener las expectativas de recompensas y beneficios entre todos los actores nacionales del sistema, podrá experimentar una inestabilidad creciente que termine por transformar el sistema universal en un sistema jerárquico, precisamente por que se quiebre la solidaridad entre alguno o algunos actores nacionales respecto de los actores supranacionales universales. Efectos del funcionamiento estructural del sistema: El principal efecto del funcionamiento estructural del sistema será la progresiva armonización de intereses entre los actores nacionales a través de la identificación con los intereses de los actores supranacionales universales, lo que evidentemente originará una total exclusión del conflicto armado entre actores nacionales salvo en caso de disgregación del sistema acaecida por su creciente inestabilidad estructural o, precisamente por su persistente equilibrio que le orientará en ambos casos al sistema jerárquico. Sistema jerárquico: Para KAPLAN, la configuración del sistema jerárquico se alcanza más como resultado especulativo de las premisas contenidas en otros modelos sistémicos que como consecuencia directa de la necesidad de configurar este modelo teórico en función de la posibilidad de evolución de los acontecimientos internacionales. En este sentido cabe calificarlo de un sistema residual. Al sistema internacional jerárquico se accedería por una de estas tres causas: a) Por un cambio de escala de los actores supranacionales universales, lo que se lograría mediante la integración plena y la definitiva sustitución y desaparición de los actores nacionales a favor de los supranacionales universales. b) Por el buen funcionamiento del sistema universal, que generaría una consolidación definitiva de la supremacía funcional de los actores supranacionales universales sobre los actores nacionales y, consiguientemente, a una jerarquía de aquellos sobre estos últimos que, sin embargo no desaparecerían como en el supuesto anterior. c) Por la conquista o predominio absoluto de un actor nacional sobre todos los demás actores esenciales del sistema internacional. Actores: Evidentemente según las causas que concurrieran en la génesis del sistema internacional jerárquico darán lugar a una diversidad en la configuración de los actores esenciales del sistema. Cabe, sin embargo, afirmar que salvo en el segundo supuesto, los actores nacionales tenderán a desaparecer o, al menos, a perder sus funciones básicas, y desde luego, en los tres supuestos los actores dominantes del sistema serían los actores supranacionales universales.

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Normas esenciales del sistema: La norma esencial más importante es la de que en este sistema internacional la asignación de recompensas y beneficios se orientará básicamente hacia los actores funcionales (asociaciones profesionales, organizaciones empresariales o sindicales, etc.) y hacia los individuos. Estructura y estabilidad del sistema: En opinión de KAPLAN la estructura del sistema jerárquico variará a tenor de las causas que hayan concurrido en su génesis. En efecto, para los dos primeros supuestos señalados anteriormente, estima que el sistema presentará una estructura federal y democrática o no impositiva. Por el contrario, en el último supuesto, la estructura sistémica será autoritaria o impositiva. En todos los casos, sin embargo, una vez establecida la estructura del sistema, ésta será estable, por principio, y persistirá cualesquiera que sean los valores parámetro (alteraciones) que se produzcan en la misma, aunque esta estabilidad y persistencia estructurales no suprimirán la existencia de tensiones entre los actores funcionales y los individuales, si bien tales tensiones, estima KAPLAN, serán más intensas y agudas si la estructura es autoritaria que si es democrática. Efectos del funcionamiento estructural del sistema: El efecto principal consistirá en la superación del límite normativo y organizativo impuesto por los actores nacionales a los grupos funcionales e individuos, así como su inserción directa en una estructura sistémica universal o jerárquica. En otras palabras, una revolución en el panorama del sistema internacional que existe en nuestros días. Pero si los seis modelos que acabamos de describir someramente, y no podemos olvidar que fueron elaborados en 1956, constituyen el núcleo teórico esencial de la obra de KAPLAN, la evolución de los acontecimientos internacionales posteriores así como algunas de las críticas realizadas por otros autores a través de sus estudios en relación con algunos de los supuestos teóricos sobre los que descansan tales modelos sistémicos, especialmente la relación entre polaridad y equilibrio estable, le obligaron, con posterioridad, a revisarlos, ampliando dos de estos modelos, concretamente: el sistema bipolar flexible y el sistema de unidades con derecho a voto. Para el modelo de sistema bipolar flexible, KAPLAN introducirá dos variantes: el sistema bipolar muy flexible y el sistema de distensión. El primero de ambos sistemas se identifica por KAPLAN con el sistema internacional imperante durante la década de los años sesenta que es cuando realiza su revisión teórica. Los rasgos característicos de este sistema respecto al bipolar flexible son los siguientes: 1º. Se intenta establecer las bases para un control de armamentos sobre todo, pero no exclusivamente, de armamentos nucleares. 2º. Se produce un acuerdo básico entre ambos bloques que posibilita la potenciación de relaciones interbloquistas a través de la negociación. 3º. Surgen, entre los miembros de ambos bloques, criterios, manifestaciones y acciones opuestas a la política del bloque correspondiente. El sistema de distensión surge como resultado de cambios importantes acaecidos en los polos de ambos bloques, es decir en Estados Unidos y la Unión Soviética. En ese caso estos polos tenderán a reducir su intervención directa a través de medios coercitivos, lo que favorecería la posición de los países periféricos y no integrados en los bloques. Idénticamente

Dr. Rafael Calduch

Lecciones de Relaciones Internacionales. Madrid, 1987 24

se vería reforzada la acción de los actores supranacionales universales (ONU) en aquellos temas que no afectasen directamente los intereses o recursos de ambos polos, o que todavía no hubiesen quedado sometidos a su control exclusivo, por ejemplo, el gobierno de las regiones pobres, de recursos en zonas marinas o extraatmosféricas todavía no suficientemente explotadas, etc. Por lo que se refiere a los modelos derivados del sistema de unidades con derecho a voto, estos son: el sistema de bloque inestable y el sistema de difusión nuclear incompleta. Respecto del primero, lo más destacable es que en él, el número de actores nacionales con armamento nuclear es como mínimo de cinco lo que conduce a dificultar o impedir la posibilidad de alcanzar acuerdos entre los dirigentes de los bloques para el control de este tipo de armamento, ello conduce lógicamente a la necesidad de que tales potencias hegemónicas incrementen su intervencionismo tanto respecto de los miembros del bloque como respecto de actores nacionales no integrados en los bloques para consolidar, de este modo, su posición hegemónica pero ello genera una mayor rivalidad y tensión entre los polos de ambos bloques y con ello una mayor inestabilidad en el conjunto del sistema. El sistema de difusión nuclear incompleta posee los mismos rasgos estructurales que el sistema anterior con la diferencia de que el número de actores nacionales con armamento nuclear se incrementa notablemente, alrededor de quince o veinte, lo que genera un intervensionismo extremo y consiguientemente una extremada inestabilidad que se agudiza debido al hecho de que el incremento de intervencionismo por parte de las potencias hegemónicas de los bloques, puede desencadenar una reacción tanto entre los miembros de cada bloque como entre los actores nacionales no integrados en los bloques de “acusado nacionalismo”.

Obras de KAPLAN: - “Problemas de la construcción teórica y de la confirmación teórica en Política Internacional”.- The International System. Theorical Essays por Klaus KNORR y Sidney VERBA. 1961. - “Bipolaridad en una Era Revolucionaria”.- The Revolution in World Politics, de MORTON KAPLAN (1962). - “Variantes sobre seis modelos del Sistema Internacional”.- International Politics and Foreign Policy. A reader in Research and Theory, de James N. ROSENAU (1969).

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