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IV U E S T U O S A N T I S I M O Í>AD RE G R E G O R IO X V I , SOBRE E L
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(Amados Atjos: Saíud ^ oip ostoitca éB enèìcion.
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medio del profundo dolor con que las desgracias de los tiempos presen tes oprijnen nuestra alm a, hemos encontrado un grande motivo de consolacion en lo que se nos ha informado por nuestro amado liijo Luis L am brusquini Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Komana con respecto á un piadoso ejercicio establecido principalm ente en honor de la Santísima V irgen, bajo el título de Ü 0 5 ^ i ? i 0 V I F I E N T E , por nuestra amada liija María Jarico tia, y que por vuestros cuidados y esfuerzos hace progresos tan felices en el Reino de l*rancia. No hemos cesado de bendecir al Dios Todo-poderoso, porque siendo el origen de toda consolacion. el padre de las luces , os ha inspirado á vos y á otros servidores de esta poderosa Madre , el santo pensamiento de em plea ros enteram ente en estender y protcjer su culto por todas partes por la reci tación de una oracion tan corta y fácil. Nos es , pues , de m ucha satisfacción para el mejor y mas feliz progreso de esta devocion el ayudaros con nuestra au to rid a d , y abriros a este fin los celestiales tesoros de las indulgencias^ di rigiéndoos á este efecto las letras apostólicas adjuntas. Continuad pu es, amados hijos en aplicar todas vuestras fuerzas por m edia de estas riquezas saludables que nos vienen con tanta profusion de Jos tesoros de la gracia divina , y propagar por todas partes el culto de la Santa Virgen M adre de Dios fortificados por este dulce y consolante pensam iento, que bajo sus auspicios y dirección no hay peligro ni desgracia alguna que podamos temer. Deseando, pues, ardientemente ver nuestros esfuerzos y los vuestros corona dos del mas feliz suceso, os acordamos afectuosamente nuestra bendición Apos tolica , como un garante de la protección divina . y una prenda de nuestro ca riñ o para vosofros y todos los asociados á este piadoso ejercicio. Dado en Roma en San Pedro el 2 de Febrero de 1832^ de nuestro Pontificado el ano primero.
Gregorio P apa X V I .
G R E G O R IO P A P A
X V I.
B E N D I C I E N D O al S e ñ o r d e toda consolacion^ hemos escucha^ do lo (¡ite nuestro m uy amado hijo Luis Lamhruscjuini^ C ardenalP j'esbitei‘0 de la Santa Iglesia Bom ana^ nos ha referido tocante á una santa práctica cjae la piedad activa é industj'iosa de algunos jieles acaba de sugerirles y bajo el titulo de KOSAKíO V IV IE ÍS lE , e« honor de la bienaventurada V irgen María. P o r lo que confiando en el Señor taneniüs una jirnie esperanza y de (¡ue uno de ¿osfe lic e s efectos de este ejercicio y no será solamente contribuir p o r su misma fa c ilid a d á ha cer mas frecuente la recitación de una oracion tan propia pa ra hon r a r santaniente á la M adre de D ios en todo lugar j tiempo^ sino tanibieii cfue la unión y concierto de tantas almas que la rezan y CO'municámdoley p o r decirlo así, una nueva fu e r z a ^ ella se, hará mas agradable á D ios, que obligado p o r los votos unánim es d e sú s Servido res, se deja doblegar ¿ in c lin a r hácia la clemencia. P o r ta n to , no he mos dudado e?L revestir una práctica ta n saludable con nuestra auto ridad y aprobación pontificial, j acreditarla concediéndole indulgen cias, acordándonos de las ventajas que ha esperimentado la Iglesia ca tólica, cuando el pueblo fie l ha comenzado á im plorar la poderosa p r o tección de la Santa V irg en por la recitación de las coronas in stitu i das en sit honor. P o r lo cual, á gloria de Dios Todo-poderoso, y á honor de la Santísima V irg en M aría, M adre su y a , de nuestra ciencia cierta, y de la plenitud de nuestro poder, concedemos á todos los fie les de uno y otro secso, que se obliguen á h o nrar á la S a n ta V irg en , po r el piadoso ejercicio que se ilOSAKIO V IV IE IS T E , el p r i m er dia de fiesta despuc's de su adm isión, uña indulgencia plenaria, la cual podrán aplicar también á los d ifu n to s , con ta l que realmente arrepentidos se acerquen con las disposiciones necesarias á los Sacramentosde la P enitenciay Eucaristía. Adem as deotras indulgencias coU" cedidas por los Pontífices Romatios nuestros predecesores, á la recita ción del R osario, concedemos una indulgencia de cien dias cada vez que en los dias de trabajo recen la p a rte del Rosario asignada según los estatutos de este-piadoso ejercicio; y una indulgencia de siete años, y otras tantas cuarentenas á los que la desempeñaren los domingos y fiestas del año, comprendiejulo aquellas donde se haquitado la obliga ción de oir m isa , y pendientes las octavas de N a vid a d , P ascua de Resun'eccion, del Corpus C risti, P entecostés, A su n ció n , N atividad y
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Concepción de la Santísima Virgen. Mas en las fiestas solemnes de N a tividad y de La E p ifa n ía y de la Circuncisión ^ Pascua, Ascensión y Cor p u s Cristi, de Pentecostés j de la A ugusta T rinidad, como también en todas las fiestas de la Santa V irg en , aun los menores, j en las fiestas de los Santos Apóstoles San P edro y San Pablo, de todos los Santos, y el tercer domingo de cada m es, les concedemos una indulgencia plenaria aplicable á los d ifu n to s, con ta l que prim eramente hayan rezado con cuidado y devocion todos los d ia s, á lo mcjios p o r u n m es, fu e r a del caso de impedimento legitimo, taparte del Rosario que le esté asig nada , y que en dichos dias de fiesta confiesen y com ulguen, y hagan algunas oraciones en la Iglesia. ( a ) 7 'ambien queremos que estas in dulgencias se ganen p o r los que nopueden ir á la Jglesiapor emferm edad, ó algún otro impedimento legitimo, con ta l que se ejerciten en al guna otra obra de pied a d , á discreción del confesor. Pero al paso que tanto nos esforzamos en inflam ar mas y mas en el corazon de los fieles el celo, el respeto, el amor y la devocion hácia la Santísima V irg en , y que con este fi n hemos procurado aum entar aun el fe rv o r de sus mas devotos sers'idores, p o r el número y grandeza de las indulgencias que les proponem os, les exhortamos a l mismo tiempo, y les compelemos con instancia á llenar con cuidado los demas deberes de religión, de cari dad y otras virtudes, á fin de que arreglando su conducta sobre los pre ceptos de la vida cristiana, se hagan mas amados de la Santa M adre de D ios, que prom ete conducir á la vida eterna á los que se apliquen á honrarla» D e este modo nuestra intención y nuestros votos obtendrán los fe l i ces efectos que esperamos, y nos feUcitarem os en haber abierto al pue blo fie l una fu e n te tan abundante de bendición y de salud. Decretamos p o r fi n que las presentes letras perm anezcan siempre firm e s, válidas y eficaces, y que ellas obtengan su efecto plano y entero., no obstante cualesquiera disposiciones contrarias, debiendo las presentes conservar' su fu e r z a en todos los tiempos por venir. Dado en R om a, en San P e dro, bajo el anillo del Pescador, el 27 de Enero de '\ 832, elpi'im er a~ fio de nuestro PontificadoPublicada por su Ein. el Card. Albani. t4 ^icchiGni^ Suéstítut. ( a ) Se satisface á esta obligación rezando cinco Padre nuestros. Ave Marias y Gloria P a tris , según la intención de la Iglesia.
(4) ESPLICAGIQN
D E L JÌOSAIUO V I V I E N T E .
E L ROSARIO V IV IEN TE es una ingeniosa invención de cierta Señora y m uy piadosa llamada María Jaricotia . de nación Francesa. La práctica de rezar es te Rosario se reduce á que entre quince personas reunidas en caridad y buena armonía se comprometan rezar, entre todas, el Rosario com pletorie quince decenarios cada dia en honra y gloria de la ¿antísim a Virgen M aría, obligán dose cada cual á rezar un solo decenario , aegun su devocion, ó según la suerte le tocare , lo cual puede hacer en su casa cada u n o , ó donde mejor le pareciere no siendo necesaria la reunión personal al tic-mpo de re zarlo . por que basta que se supongan reuniilos en caridad Para esto pueden convenir en tre las quince personas . y sortear una vez cada mes d por mas tiem po, si Ies pareciere, las quince tarquetas de los Misterios Dolorosos. Gozosos y Gloriosos para encargarse cada uno de de&empeúar aquel decenario que le toco en suerte E l rezar el Santo Rosario en esta conformidad , debe ser sin duda m uy grato al S eñor, porque se representa asi la caridad y unión que tanto debe reinar entre los Cristianos , y aun por eso mismo , deben estas quince perso nas asi reunidas ayudarse m utuamente y socorrerse in sus necesidades espi rituales y corporales prestándose en cuanto puedan m utuam ente su favor. i\si es que podemos considerar á esta piadosa confraternidad como uno de los remedios que Dios nuestro Señor nos envía contra los grandes m a les que el enemigo dq nuestra Salvación introduce opuestamente en el m un d o ; pues unidos los fieles con tan piadoso m otivo , debemos esperar, que ayudándonos la Santísima Virgen, crecerá en nosotros la caridad verdadera^ nos favoreceremos unos á otros , y aumentaremos el merito delante del Señor , que con un grande precepto suyo nos manda amarnos m utuam ente. Por esta razqu , e s , que N. SS. P. Gregorio X V I, agradado de esta de vota práctica ha concedida tantas gracias é indulgencias á los. que se unie ren en esta pequeña confraternidad, que son las mismas que puede ganar el que rezare el Rosario entero ^ con otras mas que pueden verse en la presen te Bula También el Eminentísimo Sr. Cardenal D. Francisco Javier Cienfuegos, Arzobispo de Sevilla concede cien dias de indulgencia por cada uno de los Padre n u estro s. por cada Ave M aría y por cada Gloria P dtri de esle Ro#ario Viviente j á los que lo rezaren con devocion.
N U E S T R A . S E Ñ O R A D E L E O SA R T O .
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JA T IV A : REIM PRESO POR JOSÉ MARTÍ.
Se hallará también en A lcoy en su librería plaza del Mercado,
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