Eduardo Pavez Goye. Animales Domésticos

Animales Domésticos Eduardo Pavez Goye Personajes EL ADOLESCENTE LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO LA JOVEN

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Animales Domésticos

Eduardo Pavez Goye

Personajes EL ADOLESCENTE LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO EL BOXEADOR RETIRADO

Resumen de la obra En un edificio, cinco vecinos cuentan sus vidas. Las semejanzas y diferencias de sus relatos equivalen a la distancia que hay entre un departamento y el siguiente. Los textos, entrecruzados, evidencian la falta de cercanía y producen un extraño paralelo entre los comportamientos de las personas y la crianza de los felinos domésticos. Todas las posibles reflexiones se reducen a un breve instante de verdad, en el cual vemos (al menos por un segundo) qué deseaban verdaderamente y cómo fallan en su intento por alcanzarlo. La separación física, dialéctica y emocional de cinco personas tan dispares se nos presenta en un ambiente irónico, triste y sobrecogedor.

Un edificio. Todo ocurre en invierno.

EL ADOLESCENTE En la pantalla de mi televisor puedo ver a Pamela Anderson follando con un tipo. Un sujeto que tiene un gorro en la cabeza. Un gorro en la cabeza y una erección leve. Pienso entonces en dos cosas: la primera es que si yo estuviera follando con Pamela Anderson no tendría una erección a medio camino, la segunda es que no importa con quién esté, jamás tendría sexo con un gorro puesto. Es decadente. Pamela chupa y chupa y trata de hacer parecer glamoroso el inevitable acto de sacarse los pelos de la boca, mientras el sujeto mira hacia a la cámara y se mueve para estar centrado en el plano. No sé si se permiten eso porque son estrellas (digo, el tener una erección a medio camino, el usar un gorro y estar preocupado únicamente de encuadrar bien el cuerpo en el ángulo de la cámara) o simplemente yo soy distinto del resto de los mortales. Otro canal. Veo un sujeto armado que le dispara a todo el mundo en un supermercado. Mata niños, mujeres, abuelitos, policías gordos, de todo. Clásica escena de películas de acción. Estoy a punto de cambiar de canal cuando la cara de un reportero aparece. Informa que esas son las imágenes del último asalto en la ciudad. Una especie de remordimiento me atrapa. Las imágenes eran de verdad. Las analizo mentalmente y pienso en el horror de la humanidad. La cantidad de muerte que hay por todas partes. Lo idiota que es la gente por no hacer nada. Cambio de canal y están dando Rambo. Abro una cerveza.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Un cigarro y él no llama. Debí haberlo supuesto. Enciendo el televisor para hacerme compañía y una serie de animalitos del desierto desfilan frente a mí. Animales listos. Animalistos. Son unas ardillas que entierran su excremento para sobrevivir. O algo así.

No sé, no entiendo mucho. Veo los animalistos sobreviviendo en un medio tan hostil y me da pena pensar en esos seres desamparados en el desierto. En la nada. Comienzan a salir unas lágrimas involuntarias. Mis gatos se sientan a mi lado a ver la tele. Me siento como una de ellos. Una animalista desamparada. Animatonta desamparada. Miro el teléfono rojo de mi sala de estar. No suena. Debí haberlo supuesto. No vas a llamar. No vas a llamar porque sabes que estaré aquí, esperándote en mi desierto. Esta será la última vez que estaré en mi pequeño microclima. Tomo mi cartera, abro la puerta y salgo a la calle. Camino pensando que eres un idiota y que no sé por qué te soporto. Si es que te soporto. Estoy por encender un cigarro, cuando te veo ahí, tirado en la esquina, bajo las ruedas de un auto, cubierto de sangre. Grito desesperadamente y corro. Llevas un ramo de flores en la mano. Flores blancas ahora manchadas con rojo. Soy una animatonta. ¿Cómo pude desconfiar de ti? Tonta. Tonta animatonta. Lágrimas corren por mis mejillas mientras veo tu cuerpo doblado, bajo las ruedas del vehículo y… ¿quién está junto a ti? Pregunto si alguien vio el accidente. Un viejito a mi lado me comenta que estabas paseando de la mano con esa chica, cuando el conductor del vehículo se pasó un semáforo en rojo. Estabas con ella. La chica del piso de arriba. La que tantas veces negaste. Entre la sangre en tus ropas puedo distinguir un beso marcado en tu cuello. Animalista. Soy una animalista. Me alejo triste o contenta o rabiosa o en paz o ya no sé cómo me siento. Me alejo y miro al cielo. Hermosa noche de invierno. Los animalistos deben salir a buscar comida. Salir a buscar alimento en esta noche hermosa. Me ubico en una mesa de la esquina del restaurante donde se supone me llevarías hoy o mañana o dentro de estos días. Miro alrededor y me siento sola. Abro mi billetera y reviso cuánto me queda para la semana. Un vino tinto, por favor, y unas machas a la parmesana. Cuando traen la mantequilla y los pancitos, sé que tardará un buen rato en llegar el pedido.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Entro al restaurante a toda velocidad. Se suponía que debía estar ahí. Miro y no hay nadie. Digo, claro que hay gente, pero no la persona que estaba esperando. Mesas vacías ya no quedan. Me baja un ataque de pesadumbre. ¿Así se dice? ¿Pesadumbre? Camino entre las mesas con la esperanza de verte en alguna de ellas, pero no estás. Una mujer me mira. Le saludo con la mano sin saber por qué y me voy.

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EL ADOLESCENTE En las películas de Hollywood las cosas siempre funcionan de una manera un poco torcida. Por ejemplo, estás un día comiendo en un restaurante, solo (porque siempre alguien come solo en las películas), y de pronto el amor de tu vida pasa como un rayo frente a ti. Casualmente intercambian un par de palabras y ante eso quedan dos caminos: o se enamoran perdidamente, conversarán toda la noche y él o ella tendrán un problema para comprometerse (familia, amigos, política, religión, etcétera), o la otra opción es que uno de los dos deba irse y su contraparte quedará pensando en esa persona especial durante mucho tiempo hasta que se vean de nuevo. Después se casan en una boda a la que siempre van Sandra Bullock o Tom Hanks. He pensado en este sistema y he almorzado solo miles de veces. He paseado a mi perro solo. He salido a trotar solo. He asistido a galerías de arte solo. He hecho todo, digo, realmente todo solo… y aún no encuentro a esa persona especial. Supongo que llegará algún día. O quizás debería ver

cine francés, analizar su sistema de funcionamiento y buscarme a una chica de pechos pequeños, que fume mucho y charle incesantemente sobre el existencialismo… digo, después de todo, esos son los únicos personajes femeninos de las películas francesas.

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LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO De niña mi madre solía decir que terminaría matándome. Claro, es fácil decirlo ahora, pero antes era un drama. O sea, mi madre lloraba casi todas las noches cuando me curaba las heridas. Eran heridas pequeñas, cosas de niños. Un golpe ahí, un rasguño por allá. Nada demasiado dramático. Decía que mi madre siempre me advertía que con esa actitud podría acabar muerta. Yo pensaba que de todas formas iba a morir tarde o temprano y hay que aprovechar de procurarse lo que uno más disfruta. Años más tarde descubrí que mucha gente tenía la misma forma de pensar, y con las mismas palabras se justifican para fumar o aprovecharse de menores de edad. No quiero decir que todos sean malos. Es que es muy difícil permanecer en la legalidad y procurarse lo que a uno más le gusta.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Me compré un gato para hacerme compañía. Este ataque de pesadumbre me estaba matando. Ella no se presentó. Sentía que iba a morir. Quizás me lo merezco. A veces me preocupo demasiado por los demás. Tal vez debería aceptar mi destino y dejar de buscar en un mejor mañana. El mejor mañana no existe. La chica perfecta tampoco. Es inútil

seguir buscando entre la gente. Esa “chica ideal”, si llegase a ser de verdad, jamás se fijaría en un idiota como yo. Así que tomé el dinero de la cena, fui a una tienda de mascotas y me compré un gato. Suena estúpido, pero ¿qué quieren? Me sentía solo. No todo lo que hacemos es coherente.

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EL BOXEADOR RETIRADO Sí, sé lo que piensan. Que soy un fracasado.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO ¿Es la vida un deporte de alto riesgo?

EL BOXEADOR RETIRADO Tal vez tengan razón.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Digo, cada segundo es una lucha.

EL BOXEADOR RETIRADO La pelea se acabó para mi.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Para todo el mundo.

EL BOXEADOR RETIRADO Dicen que ya estoy viejo.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Y sin embargo…

EL BOXEADOR RETIRADO No hay nada…

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Para mi…

EL BOXEADOR RETIRADO La cosa es simple:

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Sólo el verdadero reto merece la pena.

EL BOXEADOR RETIRADO Vivir es un deporte de alto riesgo.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO ¿No les parece?

EL BOXEADOR RETIRADO

Pagar las cuentas y llegar a fin de mes es un deporte de alto riesgo.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Hablo de un verdadero reto.

EL BOXEADOR RETIRADO El boxeo es un deporte más.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO No uno simple…

EL BOXEADOR RETIRADO Pero todo lo que hagas, tarde o temprano te traerá la cuenta.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Hablo de algo grande.

EL BOXEADOR RETIRADO A mi me trajo un tumor cerebral.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Muy fuerte.

EL BOXEADOR RETIRADO Y ahora sólo puedo colgar los guantes y guardar mis cosas. Nada más.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Hacer algo que valga la pena, quiero decir. Algo grande.

EL BOXEADOR RETIRADO Pienso en los días que pasé boxeando y me gustaría pensar que me dejaron algo. Un bonito recuerdo. Algo que compartiré con mis hijos. Pero no. No tengo vida suficiente para crear niños. Se me acabó el tiempo.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Para siempre.

EL BOXEADOR RETIRADO Sé que es idiota y que todos vamos a morir de algo.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Porque todos vamos a morir de algo. No, momento, eso ya lo dije.

EL BOXEADOR RETIRADO Pero no es el momento. Simplemente, no es el momento.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Mamá decía que terminaría matándome.

EL BOXEADOR RETIRADO

Mi madre tenía razón.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Me gustaría pensar que estaba equivocada.

EL BOXEADOR RETIRADO Pienso que desperdicié mi vida golpeando gente por dinero.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Pensar que todo va a estar bien, eso ayuda.

EL BOXEADOR RETIRADO Y sin embargo ya no puedo volver atrás.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO La buena onda siempre ayuda, ¿verdad?

EL BOXEADOR RETIRADO Supongo que algunos cargamos diferentes consecuencias, aún a pesar de no haber escogido verdaderamente el camino por nosotros mismos. Siempre alguien toma la decisión por ti. Simplemente avanzamos. No movemos el mundo. Nos ponemos en la fila.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Vuelvo a casa, le doy de comer a mis gatos y enciendo mi televisor. Están dando un programa de celebridades y muestran escenas del video porno de Pamela Anderson. Pienso que yo una vez grabé un video así con un novio y que al poco tiempo terminamos. Pienso que por suerte me quedé yo con la cinta. Pienso que los hombres son unos cerdos que sólo buscan filmar su miembro para impresionar a los otros hombres. Pienso que son todos maricones encubiertos y brindo con una botella de vino. Salud. Busco a mis amigos animales, pero ya cambiaron el programa y dan imágenes sobre la construcción de edificios en Taiwán. No sé de qué hablan, pero me parece bien. Todo me parece muy pero muy bien.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Las mujeres se dividen en dos grupos: Las que jamás tendrás y las feas. Suena crudo, pero a veces uno se ufana buscando cosas que nunca aparecerán. Lo siento. Es este dolor en el alma que quema a veces y cuesta volver a respirar. Como tragar humo y no poder seguir hablando. Mi alma es un bosque en llamas. Soy un árbol hecho de cenizas. Me gusta la metáfora. (anota) Un… árbol… Bonito. ¿En qué estaba?

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EL ADOLESCENTE Me estoy bajando un video porno casero. No sé por qué, pero últimamente me ha dado con los videos caseros. Ya me cansaron las estrellas porno. Son todas iguales. Pechugas

gigantes operadas, o naturales y bastante caídas… debe ser el uso. No sé. Las estrellas porno tienen cara de caliente las veinticuatro horas del día. Mucho maquillaje y pinta de estar sucias. Las mujeres comunes, en cambio, son una cajita de sorpresas. Sus cuerpos no son increíbles, y eso es lo increíble. No soy bellísimas y perfectas. Eso es lo perfecto. Me estoy bajando un video porno casero. La revolución industrial nos permite grabar intimidades y compartirlas. Una maravilla esta época en que vivimos.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA A los quince años mi mejor amigo se me declaró, le dije que no y me trató de puta el resto de mi vida.

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EL BOXEADOR RETIRADO En mi primera pelea profesional le rompí la nariz a mi contrincante, haciendo un knock out en quince segundos. Todos estaban orgullosos de mí. Me pregunto cuál es la gracia de romperle la nariz a alguien. Mi madre me decía que un gato debería jugar con otros gatos. Nunca supe bien a qué se refería, pero supongo que era una forma elegante de decirme que no golpeara a mis compañeros de curso. Ahora miro en retrospectiva y pienso que la crueldad es una etapa de la niñez. Romper narices es parte del proceso. Un gato debería jugar con otros gatos. Supongo que nunca entendí las reglas del juego entre los animales, por eso luché con hombres toda mi vida.

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LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Mi hermano era boxeador y murió de un golpe en el cráneo. No fue su rival, sino el piso. Cayó mal. De cabeza. Son cosas que pasan, dijeron, son cosas que pasan. El funeral fue triste, fome y poco emotivo. Todos me pidieron que dejara de arriesgar mi vida, que dejara el paracaidismo y todas esas estupideces, pero de una u otra forma la muerte de mi hermano tuvo sentido: hizo lo que le gustaba. Supongo que uno comienza a hacer cosas cuando ya no soporta el seguir dando vueltas en círculo.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Me compré un libro para aprender a adiestrar a mi gato. En una parte dice así: Los animales pueden ser entrenados para hacer cosas que les resultan instintivas. Un perro puede adiestrarse para recoger algo porque está en su naturaleza, pero hay un rango de cosas que jamás podrá aprender, como hablar o dibujar. Suena lógico. Puedes enseñarle a un gato a dar la pata si lo justificas con un comportamiento. Adiestrar es engañar a tus animales para que hagan algo instintivamente, sin darse cuenta. Nosotros le damos el valor de lo social, ellos sólo cumplen su función. Si le muestras comida a tu gato y cada vez que estira su pata para tomarlo le dices “manito” y luego se lo das, él asimilará que es el proceso para obtener comida. No piensa que da la manito. Sólo reacciona. El gato ha asociado el dar la pata y escuchar la palabra “manito” con algo rico de comer. Lo repetirá aunque nueve de cada diez veces no haya nada. Igual que nosotros. Nueve de cada diez veces no hay nada, pero seguimos intentándolo.

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EL ADOLESCENTE Veo a mi vecina en un video porno bajado de internet. Es extraño. Una grabación casera muy antigua. Se ve que es una copia gastada. Me pone nervioso. Es bonita, pero me incomoda. Ella hace un poco de sexo oral, se sube encima y le dan hasta que él llega y apaga la cámara. Es muy decadente. Quizás son los colores o lo antiguo de la cinta, pero se ve muy triste todo el asunto. Pienso en mi vecina y supongo que su historia sexual es tan desastrosa como la de cualquiera.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Me llegó una carta diciendo “me bajé su video porno, es usted muy bella”. Me puse nerviosa al comienzo. Creí que ese video estaba en mi poder. Revisé si me lo habían robado y descubrí que no. El muy desgraciado le debe haber sacado copia. Me busco en internet pero no me encuentro. No sé cómo buscarme. Le quería pedir ayuda a alguien, pero no es algo que pueda explicar con tranquilidad. Me llegó una segunda carta con la fotografía de un pene. No me excita. Ni siquiera me atrae. La boté a la basura y grité de rabia un buen rato. Al día siguiente, había una rosa en mi puerta y eso me cautivó. Curioso. Una rosa me interesa más que un pene. ¿Me estaré volviendo dendrofílica?

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EL BOXEADOR RETIRADO Una vez me dijeron que el secreto de pelear estaba en buscar el punto débil del enemigo. El punto débil y el momento preciso para el ataque. Como los animales. Todos tenemos zonas que no deseamos sean reveladas. Hay que saber buscar. A los veintitrés años perdí a mi novia en un accidente de tránsito y me di cuenta que todos somos reemplazables cuando a los ocho meses estaba con otra persona. Nos casamos, tuvimos un niño que nació muerto y nos separamos al poco tiempo. Supongo que no es una gran historia, pero también creo que nadie tiene una gran historia.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Ella dijo que llamaría y no lo hizo. Dijo que estaríamos en contacto y nunca me dio su número. Dijo que todo este drama lo construía yo mismo, pero ya era demasiado tarde para explicarle que la gente siempre se va sin avisar. Decidí irme del país y viajar a Francia, a buscar novia… pero no sé hablar perfecto el francés. Me di cuenta de lo ridículo de toda esta situación cuando no pude comprar un sopapo. Así de simple. Se me tapó el baño y quería repararlo. Descubrí que no sabía decir “sopapo” en otro idioma que no fuera español. A los cinco días regresé y todos mis amigos se rieron de mí en una fiesta que organizaron para darme la bienvenida.

EL ADOLESCENTE Deseo encontrarla en el ascensor.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO

Al menos ahora puedo hacer lo que quiero.

EL ADOLESCENTE Deseo hablarle.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Me puedo comunicar.

EL ADOLESCENTE Las cosas no siempre salen como uno lo desea.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Es cosa de abrir la boca.

EL ADOLESCENTE Estoy cansado de los lugares comunes.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Cómo se inicia la conversación con un desconocido?

EL ADOLESCENTE Hola, que lindo día.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Qué hora es?

EL ADOLESCENTE Disculpa, ¿te conozco?

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Que calor hace, ¿eh?

EL ADOLESCENTE Es un desastre.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Soy un desastre.

EL ADOLESCENTE Hoy me la topé en la entrada del edificio y no pude decirle nada.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Hoy desperté pensando en matarme y a los quince minutos me estaba duchando para ir al trabajo.

EL ADOLESCENTE Las decisiones son tan baratas.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Todo se pierde demasiado rápido.

EL ADOLESCENTE Volví a casa y escribí una carta.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Odio casi todo. Yo incluido.

EL ADOLESCENTE Pero la borré para no pasar por idiota.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Mi trabajo es disfrazarme de condón gigante y repartir preservativos.

EL ADOLESCENTE Evitar la mirada de los otros.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Todos se ríen y algunos me chiflan en la calle, pero no me ven la cara.

EL ADOLESCENTE Mantener el anonimato.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO El secreto está en nunca dejarse alcanzar.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO A veces siento que todos son miserables.

EL ADOLESCENTE La nueva identidad de nuestra cultura.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Si nadie sabe lo que eres capaz de hacer, nadie espera nada de ti.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO El mundo se ve diferente desde aquí dentro.

EL ADOLESCENTE Cambian las máscaras.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Así, te evitas el dar explicaciones.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Soy un peluche gigante.

EL ADOLESCENTE Soy un filósofo de poca monta.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO

Soy sólo una mujer que busca reordenarse. A veces me dicen que saltar en paracaídas no es lo indicado para una señorita. Mis relaciones son cortas, intensas y sin sentido. Quizás es mejor así. Nadie espera nada de mí y yo no espero nada de nadie. No es egoísmo, es saber que todos van a irse en algún momento y no vale la pena intentar retenerlos a nuestro lado. Nadie quiere estar junto a nadie. No hay necesidad. Ya todos estamos conectados con todos, de una u otra forma, quiero decir. ¿No es así?

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Hoy en la televisión dieron un documental sobre el fin del mundo. Dicen que el anticristo está cerca. Se lo comenté a una amiga y me dijo que el anticristo está cerca desde que ella tiene memoria. Me acordé que una vez, cuando era chica, un tipo dijo por la tele que el mundo se acabaría el próximo martes y todos mis amigos y yo nos llamamos para despedirnos y nos escondimos bajo la cama esperando el fin del mundo durante todo el día. Al final no pasó nada y el miércoles nos abrazamos como si hubiésemos cruzado juntos el Amazonas. Quizás los profetas del fin de los tiempos existen para que le demos valor a lo que tenemos. O quizás sólo son un montón de idiotas que buscan ganar plata a costa de los miedos de la gente.

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EL ADOLESCENTE ¿Disculpa? Sí, yo te envié una rosa el otro día. Y lo de la foto… eso fue una idiotez. Pensé que– Bueno, en verdad no sé lo que estaba pensando. Sólo quería entrar en

contacto contigo porque creo que eres muy bonita y– Decadente. Ensayo el monólogo mil veces frente al espejo pero nunca sale bien. Nunca nada sale bien. Abro otra cerveza y vuelvo a practicarlo.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO En invierno mi madre solía cantar canciones para que me quedara dormido. Ella era de esas mujeres que siempre salía con paraguas. Aún si no llovía. Decía que le gustaba ser precavida. No la entendí nunca y peleamos mucho por eso. Por lo que yo consideraba su neurosis. Fuera de contexto, claro, parece una idiotez, pero así eran las cosas. Ahora miro hacia atrás y me gustaría pedirle perdón y salir un día soleado a caminar juntos con los paraguas bajo el brazo. Quisiera hacer tantas cosas que ya no tienen sentido. Que me cantara de nuevo. Una vez más.

Bajo la lluvia llegan a mí Trozos de cielo como marfil Llueve que llueve invierno mío Llueve que llueve en mi corazón

Será que sigo esperando Que vuelva el solcito a salir Que se caliente mi alma Y verte sonreír

Llueve que llueve invierno mío Llueve que llueve en mi corazón Llueve que llueve invierno mío Llueve que llueve en mi corazón

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EL BOXEADOR RETIRADO Hoy, un condón gigante me regaló preservativos. Fue lo más extraño que he visto en mi vida. Adentro del sonriente peluche gigante, había un joven con ojos tristes. Estiró su brazo, dijo algo y se volteó. Un condón gigante me regaló preservativos y esa es toda la historia. No sé por qué cuento esto. Tal vez sea toda esa– No, en verdad no tengo idea.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Ayer me llamaron por teléfono. Se murió una amiga. Es decir, una amiga que no veía hace años, pero una amiga al fin y al cabo. Pensé que no me afectaría pero lloré durante toda la misa. Me sentí ridícula. Sus hermanos estaban destrozados. Su familia deshecha. No pude aguantarme y lloré. Eso ya lo dije. Pensaba que no le hablé en dos años y ya no le hablaría nunca más. Había tanta gente en el funeral que se llenó la iglesia, el patio de ésta, la calle del frente y la otra vereda. No era famosa. Sólo una persona que tenía mucho por entregar. Dio tanto a tanta gente que al final sus glóbulos no pudieron luchar con el cáncer. No sé por qué cuento todo esto. Debe ser que murió en invierno y alguien estaba cantando algo sobre la lluvia. No sé. Ya no sé por qué hacemos las cosas.

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Suenan varios teléfonos celulares.

EL ADOLESCENTE ¿Aló? ¿Sí?

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA ¿Aló? ¿Cómo?

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Aló?

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Diga.

EL BOXEADOR RETIRADO Yo no tengo celular.

EL ADOLESCENTE Sí, ya sé.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA No, no importa.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO No es nuevo en absoluto.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Me parece casi interesante.

EL BOXEADOR RETIRADO Dicen que produce tumores cerebrales.

Todos ríen.

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EL BOXEADOR RETIRADO Es curioso que no tenga resentimientos por haber golpeado a las personas con las cuales luché. Sólo tengo algunas penas. Heridas menores en el alma, o algo así. En una pelea, le di un golpe a un sujeto y éste cayó mal. Se golpeó la cabeza contra el suelo y murió instantáneamente. No fue mi culpa, eso siempre lo supe y lo tengo asumido. O casi. Pienso que si aquel tipo no hubiese luchado contra mi, todavía estaría vivo. Son cosas que pasan, me digo a veces, pero ese momento no se borra tan fácil.

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EL ADOLESCENTE

Le envié otra carta. Algo intenso, largo y muy del corazón. Soy un amante de papel. No puedo hablarle. Le dejé mi dirección por si quiere venir. Son dos pisos de distancia. No es muy difícil presionar un botón en el ascensor. Es cosa de tener la fuerza para hacerlo. Ahora bien, ¿por qué ella debería tener la fuerza y yo seguir siendo el cobarde que siempre he sido? Intenté arrendar otra comedia romántica y buscar soluciones ahí, pero no encontré ninguna que se adecuara a la situación. Ahora todo me parece tan ficticio. Ya no puedo ni encender el televisor porque no creo en lo que veo. Ya no creo en nada. Suena a filosofía existencialista de poca monta, pero no hay mucho que hacer al respecto.

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LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Hoy me llegó una carta. Es de un vecino. Del piso de abajo. Me dice que todavía lo siente por la muerte de mi hermano pero que ahora él está pagando sus culpas. Nunca lo he visto. Llegué hace poco a este lugar. Supongo que debería ir a verlo, pero no me siento de ánimos. Hoy se cumplen diez años de su muerte y creo que tendría que ir al cementerio. Pero no puedo. Me deprimo tanto. No visito a nadie en el cementerio porque el recuerdo de las tumbas con flores marchitas es casi más poderoso que el recuerdo de la persona cuando estaba viva. Cambiar la imagen de una sonrisa por la de una tumba con fecha de nacimiento y defunción es demasiado tétrico. Pueden decirme que es una excusa, pero la cosa funciona así. Hoy me llegó una carta de un vecino y tal vez debería visitarlo.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Fue un día agotador. Repartí preservativos en el centro comercial. Los niños me abrazaban pensando que era una especie de “señor banana”. Me da lástima. Siento que les rompo la niñez, pero no hay mucho que hacer al respecto. Presiono el botón para que baje el ascensor y hago lo que mejor sé hacer: esperar.

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LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Me llegó una carta hoy. Una carta extensa. Lastimosa. Apasionada. Desesperada. Me da miedo ir a la dirección y me aterra aún más que el remitente sea un vecino. ¿Será joven? ¿Viejo? ¿Un solterón pervertido? Después de todo me encontró surfeando en internet. Puede que haya llegado clickeando por error. Sí, ya sé. Me estoy convenciendo sola de un asunto que no me corresponde. Si le interesa verme, que venga. Yo no voy a subir los pisos y dejar mi guarida de animalista protegida. Aquí estoy segura. Afuera, el mundo es un caos.

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LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Buen día.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Hola.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Disculpa, ¿tú vives acá?

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Sí.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Nunca te había visto.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Sí? Soy del piso ocho.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO ¿Somos vecinos? Que locura. Los edificios son algo muy extraño.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Sí, mucha gente viviendo y… nunca los conoces a todos.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Claro.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Subes? Digo, que idiotez, claro que subes. Adelante.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Gracias.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO ¿Y hace cuanto que vives acá?

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Un par de años.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Sí, yo también. Un par de años.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Siempre me ha dado miedo este ascensor.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Sí, como que se va a caer.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Sí.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Sí.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO

Bueno, aquí nos bajamos.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Claro.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Un gusto, pues.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Un gusto. Nos vemos pronto.

LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO Claro.

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO La veo alejarse por el pasillo y pienso. “Si se da vuelta, es porque tengo posibilidades”. Quizás éste sea el momento en que todos los dolores del pasado se conviertan en una bendición. Ella puede ser la chica que sane todos los dolores. Todos los sinsabores. La sigo con la mirada. Veo como avanza, avanza, avanza hacia su puerta. La abre. La cierra. Fin. Créditos.

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EL ADOLESCENTE Las comedias románticas dicen pura mierda.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA (Hablando por teléfono) ¿Y recién te das cuenta?

EL ADOLESCENTE Claro, uno piensa… “no se habrán gastado tantos millones de dólares en una película que sólo dice una sarta de mentiras”.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Tu ingenuidad es sorprendente.

EL ADOLESCENTE Pero resulta que no.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Claro.

EL ADOLESCENTE Que todo era falso.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Nadie ha dicho lo contrario.

EL ADOLESCENTE

Mi error ha sido creer que todo puede ser solucionable aprendiendo de los demás.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Es el mismo problema de mucha gente

EL ADOLESCENTE Cuando en realidad cada uno debe enfrentar sus asuntos solo.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Eso mismo.

EL ADOLESCENTE Porque uno está solo.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Que reflexión más inteligente.

EL ADOLESCENTE Si yo me pego, me duele a mí, a nadie más.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Brillante.

EL ADOLESCENTE

Y eso ya significa que tenemos una brecha de separación con el resto de las personas. Una brecha de dolor que nos diferencia los unos de los otros.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Me parece fantástico que descubras eso.

EL ADOLESCENTE Ya es hora de hacer lo que hay que hacer.

LA MUJER CUYA VIDA ES UNA TRAGICOMEDIA Que rico, amiga. En verdad, felicidades. Yo ahora me a duchar, nos vemos.

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EL BOXEADOR RETIRADO Un gato debería jugar con otros gatos. Voy al departamento de la mujer. Toco el timbre. Abre su puerta. Es joven. Quiero decirle que siento mucho la muerte de su hermano, que todo en esta vida es un error, que nos demoramos quizás demasiado tiempo en reparar nuestras falencias, pero ya es tarde para ciertas cosas. Quiero decirle que todos estos años su muerte me ha pesado en la espalda, que este tumor me come el cerebro como una venganza a mi estupidez, a mi falta de sensibilidad. Quiero pedirle perdón por cualquier daño causado. Por no ver a su hermano casarse o tener hijos. Hijos que no nacieran muertos, como los míos. Decirle que quizás él podría haber tenido una familia y ser feliz y que yo no tenía derecho a arrebatarle, con un golpe, todos los sueños que alguna vez tuvo. Pero que ya es tarde para lamentarse. Que ya es tarde para casi todo.

Intento hablar pero mis labios no responden. Mi silencio es mi condena. Soy un gato mal entrenado, que nunca aprendió a cazar por diversión, sino por supervivencia. Sólo supe herir porque nunca entendí que las garras podían guardarse. Rompo el silencio con lo único que sé es verdad en esta vida. Un gato, le digo, debería aprender a jugar con otros gatos. Luego guardo silencio y ella cierra su puerta.

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EL ADOLESCENTE Toco su puerta y nadie abre. En ese momento siento un hedor de animales desde su casa. Quedo paralizado. En mi cabeza el encuentro era de la siguiente manera: tocaba yo el timbre, ella abría con una ropa interior provocativa. No alcanzaba a presentarme y ella me tomaba entre sus brazos, se colgaba a mí. Nos besábamos por su departamento hasta llegar a su cama. Nos acostábamos, nos desnudábamos y teníamos sexo hasta muy tarde. Luego nos veríamos al día siguiente en un café, conversaríamos un par de nimiedades y la invitaría a mi departamento. Ahí beberíamos algo, tendríamos más sexo y quedaríamos de vernos al día siguiente. Sí, es simplón. ¿Y qué? Las fantasías nunca son muy elaboradas. Son eso: fantasías. Ahora estoy frente a una puerta con olor a orina de gato, con unas flores en la mano y muy arreglado para la ocasión. La ocasión de nada. Vuelvo sobre mis pasos, tiro las flores por el dispensador de basura, llamo el ascensor, y en ese momento ella abre la puerta. Está en toalla, se nota que la interrumpí. Me mira. La miro. No se preocupe, digo, me equivoqué de departamento. Ella cierra su puerta y todo vuelve a estar como antes.

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EL CHICO GUAPO Y MANÍACO DEPRESIVO Los gatos disfrutan mucho con las cosas que encuentran alrededor de la casa. Les encanta esconderse dentro de bolsas de papel o jugar un pedazo de hilo que cuelga. El simple hecho de intentar atrapar algo que se escapa constantemente les proporciona horas de diversión.

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LA JOVEN ADICTA AL PELIGRO

EL CHICO GUAPO Y MANÍACO

Mi abuelo era de esas personas que le

DEPRESIVO

tenían miedo a la bomba atómica. Él vio la segunda guerra y le tenía terror a todo

Bajo la lluvia llegan a mí

ese tipo de cosas. A la aniquilación

Trozos de cielo como marfil

completa de todo lo que siempre hemos

Llueve que llueve invierno mío

deseado y por todo lo que luchamos. La

Llueve que llueve en mi corazón

destrucción. La bomba atómica. Un miedo ridículo, si quieren verlo así, pero algo absolutamente real. El día de su muerte estábamos todos reunidos junto a él y nos pidió ir a la playa. Estaba

Será que sigo esperando

ahogándose. No podía ponerse de pie,

Que vuelva el solcito a salir

pero nos pidió ir a la playa, quería ver el

Que se caliente mi alma

mar. Le dijimos que mi tía se demoraba

Y verte sonreír

mucho en maquillarse y se nos haría

tarde. Él se rió, comprendiendo que era una mentira piadosa. Son unos bellacos, dijo en su tono más tierno, son unos bellacos que no quieren dejar a un viejo

Llueve que llueve invierno mío

despedirse del lugar donde nació. Esas

Llueve que llueve en mi corazón

fueron sus últimas palabras. No se

Llueve que llueve invierno mío

despidió de nadie, sólo abrió mucho los

Llueve que llueve en mi corazón

ojos y se quedó quieto. He pensado mucho en todo esto, ¿saben? Después de todo, vivir es un deporte de alto riesgo.

Comienza a caer la oscuridad. Afuera es invierno, hace frío y ha comenzado a llover. Las gotas, con su particular canto, reemplazan la melodía. Mañana todo será diferente.

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