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EFECTO DE LA EDAD E INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) EN EL ESTADO NUTRICIO DE VITAMINAS A, E Y C.
Morales Oyervides, JC (1), Anaya Loyola, MA (2), Camacho Barrón M (2) y García Obregón, O (2). (1) (2)
Facultad de Medicina, Unidad Saltillo. Universidad Autónoma de Coahuila
Nutrición. Facultad de Ciencias Naturales. Universidad Autónoma de Querétaro.
RESUMEN
En este estudio transversal descriptivo se evaluaron las concentraciones de vitaminas A, E y C de 211 mujeres adultas del estado de Querétaro. Se recolectaron también datos generales de las participantes como la edad, peso y estatura. En esta población se determinó la prevalencia de déficit de vitaminas, el diagnóstico de IMC según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la relación entre concentración sérica de vitaminas, edad y características antropométricas. Las participantes del estudio tuvieron una edad promedio de 36 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio 29.8 kg/m2. El 19.1% presentó peso normal, el 36.4% sobrepeso, el 28.1% Obesidad I, el 10.5% Obesidad II y el 5.9% Obesidad III. No se encontraron deficiencias de vitamina A, sin embargo, el 7.6% presentó deficiencia de vitamina E, mientras que el 27.8% concentraciones bajas de vitamina C y el 4.3% déficit de Vitamina C.
INTRODUCCION
Dentro de las vitaminas con capacidad antioxidante se encuentra la vitamina E, así como la vitamina C y el beta caroteno. Los antioxidantes son nutrientes que reducen el daño causado por los productos tóxicos liberados cuando el cuerpo transforma la comida en energía o combaten las infecciones. La deficiencia de vitamina E ocurren en personas que no pueden absorber la grasa apropiadamente, incluyendo algunas condiciones como la pancreatitis, fibrosis quística y enfermedades biliares (Obikoya, G. 2000). La vitamina C es muy importante para los seres humanos, debido a que es vital para la producción de colágeno. También es importante porque ayuda a proteger la vitamina A y vitamina E de la oxidación por los ácidos grasos. La vitamina C previene y cura el escorbuto y puede ser benéfica en el tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro (Gordon, J. 2000). La vitamina A es una vitamina liposoluble derivada de 2 fuentes: retinoides preformados y carotenoides. Los retinoides naturales están presentes en todos los organismos vivos, ya sea como vitamina A preformada o carotenoides, y son requeridos para un gran número de procesos biológicos como regular la visión y el crecimiento celular. Investigaciones también sugieren que la vitamina A puede reducir la mortalidad del sarampión, prevenir ciertos tipos de cáncer y mejorar la respuesta inmune (Mayo Clinic 2008). 1
MATERIALES Y METODOS
Descripción del estudio. En este estudio transversal participaron un total de 211 mujeres de comunidades rurales del estado de Querétaro. Previa cita se tomo una muestra de sangre en ayunas para llevar a cabo la determinación de vitaminas antioxidantes y calcular la prevalencia de deficiencia de las mismas. Se separó el plasma mediante centrifugación a 2000 rpm/15 min y se congeló a -80º C hasta su posterior análisis. Técnica de extracción para Vitamina A y E. 200 μL de plasma se mezclaron con 200 μL de metanol en viales ámbar de 1.5 mL. Posteriormente se les adicionan 800 μL de hexano y agitaron en vortex por 2 min. Se centrifugaron a 4000 g por 10 min a 4º C. y el sobrenadante fue transferido a tubos de 5 mL: Se agregaron 800 μL de hexano, agitando en vortex por 2 min y se centrifugaron por 2ª vez a 4000g por 10 min a 4º C. Se colecta el sobrenadante y se evapora a sequedad con nitrógeno. Las muestras extraídas se reconstituyeron en 80 μL de etanol y se transfieren a viales color ámbar, para ser inyectadas en el HPLC por duplicado utilizando un volumen de muestra de 20 μL (Bieri y col., 1979)
Técnica de extracción para Vitamina C. 500 μL de plasma se mezclan con 500 μL de ácido metafosfórico al 6% en viales ámbar de 1.5 mL. Se agitaron en vòrtex por 20 seg y centrifugaron a 5000 g por 10 minutos a 4º C. Se tomó una alícuota de 200 μL y se mezcló con 600 μL de solución buffer de fosfatos para posteriormente ser inyectada en el HPLC (Ravi y col., 1993).
La determinación de las concentraciones séricas de las vitaminas se llevó a cabo utilizando un equipo de cromatografía de líquidos de alta resolución Waters con bomba binaria y detector de arreglo de diodos. Las condiciones de la corrida para el análisis fueron: longitud de onda de 300 nm, presión 750 psi, temperatura 40º C y flujo isocrático de 1 mL/min. Se utilizó una columna C18 (Resolve TM) de 3.9 x 150 mm C18. La fase móvil fue metanol al 100%.
RESULTADOS Y DISCUSION
El promedio de edad de las 211 participantes fue de 36.1 años (adultos jóvenes) con un índice de masa corporal (IMC) promedio de 29.8, el cual se encontró por encima del valor normal (18.5 – 24.9 kg/m2) (Tabla 1). Del total de las participantes, el 19.1% presentó peso normal, el 36.4% sobrepeso, el 28.1% obesidad tipo I, el 10.5% obesidad II y el 5.9% obesidad III. Estos valores concuerdan con los datos reportados en ENSANUT 2006 en el que señala que la prevalencia nacional de sobrepeso en mujeres fue de 37.4% y la prevalencia de sobrepeso más obesidad en adultos mayores de 20 años de Querétaro fue de 62.8%. (Olaiz y col., 2006). 2
Tabla 1. Características de las participantes
Promedio
±
DS
Edad, años
36.1
±
7.2
Peso, kg
67.2
±
12.5
Estatura, cm
150.5
±
5.0
IMC, kg/m2
29.8
±
5.7
Característica
Los valores plasmáticos promedio de las vitaminas se encontraron dentro de los rangos normales (Tabla 2). No se encontró deficiencia de vitamina A en las mujeres participantes. El 7.6% presentó deficiencia de vitamina E, mientras que el 27.8% de las participantes presentó valores bajos de vitamina C y el 4.3% presentó déficit de vitamina C.
Tabla 2. Valores plasmáticos de las vitaminas A, E y C
Promedio
±
DS
Vitamina A
1.7
±
0.4
Vitamina E
18.2
±
6.3
Vitamina C
5.4
±
2.3
Vitaminas (μmol/L)
Estos datos concuerdan con datos previamente publicados por Rosado y col. en 1995, en donde se reportó que en los adultos no es tan frecuente la deficiencia de vitamina A.
Se encontró que a medida que aumenta el IMC lo hace también la concentración plasmática de vitamina A (P=0.0023) (Gráfica 1). Diferencia estadística significativa se observó entre las mujeres con peso normal y las que presentaron sobrepeso (P=0.0005) al igual que aquellas con peso normal y las que presentaron obesidad (P=0.0307).
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Gráfica 1. Relación entre la vitamina A y el índice de masa corporal (IMC).
Al igual que la vitamina A, los niveles plasmáticos de vitamina E también aumentaron conforme aumento el IMC (P=0.0059) (Gráfica 2). Encontrándose diferencia estadística significativa entre las mujeres con IMC Normal y aquellas con sobrepeso (P=0.0014) y aquellas con IMC Normal y mujeres presentando obesidad (P=0.0288).
Gráfica 2. Relación entre la vitamina E y el IMC 4
En contraste, no se encontró relación estadística significativa entre las concentraciones plasmáticas de vitamina C y el IMC (P=0.661).
Se encontró que hay relación directa entre los niveles plasmáticos de vitamina A y la edad; a medida que aumenta la edad lo hace la vitamina A (Gráfica 3). Diferencias estadísticas significativas entre las concentraciones plasmáticas promedio de vitamina se observaron entre los grupos de edad de 20-29 años con 50-59 años, (P=0 .0166) y al comparar el grupo 30-39 años con 50-59años (P=0.0313). No se encontró relación estadística significativa entre la edad y los niveles plasmáticos de vitamina E y C.
Gráfica 3. Relación de las concentraciones de vitamina A y la edad
CONCLUSIONES
Hay una gran prevalencia (80%) de sobrepeso y obesidad en este grupo. Las deficiencias de vitamina A y E en este grupo de mujeres fue prácticamente inexistente. Mientras que la deficiencia de vitamina C fue la que se encontró que afecta a casi un tercio de las participantes. Las concentraciones de vitaminas A y E aumentaron al aumentar el IMC, posiblemente debido a 5
que también aumenta la grasa corporal. La edad tuvo también un efecto positivo pero sólo en las concentraciones de vitamina A.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bieri, J.G., Tolliver, J.T. y Catignani, G.L. “Simultaneous determination of alpha tocopherol and retinol in plasma or red cells by high pressure liquid chromatography”, The American Journal of Clinical Nutrition, 1979. Olaiz-Fernández G, Rivera-Dommarco J, Shamah-Levy T, Rojas R, Villalpando-Hernández S, Hernández-Avila M y Sepúlveda-Amor J. “Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006”. Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud Pública, 2006. Ravi S., Howell R. “Testicular and plasma AA levels in mice following dietary intake: a high performance liquid chromatographic analysis”. J. Chromatography. 614: 233-243, 1993.
Rosado, J.L., Bourges, H. y Saint-Martin, B. “Deficiencia de Vitaminas y Minerales en México”, Salud Pública, México 1995.
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