Efectos Secundarios del Tratamiento de Cáncer de Próstata Localizado, en Calidad de Vida y Ajuste Marital

ARTÍCULO ORIGINAL Efectos Secundarios del Tratamiento de Cáncer de Próstata Localizado, en Calidad de Vida y Ajuste Marital Dras. Karen Wilde Linz, C

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ACUPUNTURA para el tratamiento de los efectos secundarios de pacientes sometidos a QUIMIOTERAPIA. G Motis El presente trabajo es un estudio descrip

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ARTÍCULO ORIGINAL

Efectos Secundarios del Tratamiento de Cáncer de Próstata Localizado, en Calidad de Vida y Ajuste Marital Dras. Karen Wilde Linz, Camila Cruz Walteros, Lina Rojas Serrano y Mónica María Novoa Gómez Asesores:

Drs. José Miguel Silva Herrera, Tomás Wilde Sondemann Pontificia Universidad Javeriana Bogotá - Colombia

El interés del presente estudio, fue el de analizar los efectos secundarios del tratamiento para cáncer de próstata localizado, en la calidad de vida y en el ajuste marital, de hombres entre los 45 y 80 años, tratados mediante prostatectomía radical y/o radioterapia y/u hormonoterapia y/o braquiterapia. Estas hipótesis fueron aceptadas ya que se dieron correlaciones significativas entre las variables mencionadas. Así, los resultados indicaron cuáles fueron los síntomas de los tratamientos que mayor efecto tuvieron en las diferentes funcionalidades de la calidad de vida de los pacientes, y los que más desajuste produjeron en las áreas de interacción de la pareja. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología INC (2001) uno de los tipos de cáncer más frecuentes en Colombia, es el de próstata, con 3.172 nuevos casos para el año de la publicación; éste se ha convertido en la segunda causa de mortalidad en la población masculina, después del cáncer del pulmón. Según el Gray Cancer Institute (GCI) (2001), el 60% de los cánceres de próstata son localizados, y son susceptibles de ser tratados mediante: prostatectomía radical, radioterapia, hormonoterapia, braquiterapia, u observación médica.

Todos los tratamientos potenciales tienen sus ventajas y desventajas; según la opinión de algunos autores, las recomendaciones que se hacen a los pacientes para la elección de alguna forma de manejo, están basadas en factores como: la edad del paciente, las expectativas de vida, las condiciones generales de salud, las preferencias personales y el estado clínico y grado histológico del cáncer. Existen diversos efectos secundarios y complicaciones que pueden presentarse en el paciente según el tipo de tratamiento empleado; los principales están relacionados con la función sexual (disfunción eréctil, aneyaculación), en la urinaria (polaquiuria, nocturia, urgencia urinaria, disuria de esfuerzo, incontinencia urinaria de esfuerzo e incontinencia de diversa severidad) y en la intestinal (proctitis, escape involuntario de deposición) (Pickett y cols., 2000 y Brink y Fischman, 2000). Para el caso específico del tratamiento hormonal, se pueden presentar efectos como la reducción o abolición del deseo sexual, disfunción eréctil, oleadas de calor, cansancio generalizado, diarrea, alteración en las pruebas de función hepática, dolor y ginecomastia. Las complicaciones mencionadas, pueden tener una incidencia negativa en los diferentes dominios de la calidad de vida del paciente, debido a la disminución del sentido de bienestar

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Introducción

físico, psicológico y social (Pickett, Watkins, Joseph y Burggraf, 2000; Litwin, Mcguigan, Shpall y Dhanani, 1999). El concepto de la calidad de vida, esta compuesto por diversos dominios; en el presente estudio se midieron aquellos propuestos por The European Organization for Research and Treatment of Cancer (EORTC), y en el inventario QLQ-C30, donde se encuentran las siguientes áreas: Estado general de salud: hace referencia a la valoración que la persona tiene de su salud en general y de su calidad de vida. La funcionalidad física: se entiende como el grado en que la falta de salud, limita la realización de actividades de la vida diaria, que requieren de algún esfuerzo físico; así se tienen en cuenta las dificultades que presenta el paciente en aspectos tales como dar paseos cortos o largos, llevar objetos pesados, permanecer en la cama o sentado durante el día y necesitar ayuda para comer, vestirse, asearse o ir al baño.

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La funcionalidad de rol: hace referencia al grado en el que la falta de salud interfiere en el trabajo y otras actividades diarias o de ocio, produciendo como consecuencia un rendimiento menor del deseado o limitando el tipo de actividades que se pueden realizar. La funcionalidad emocional: se refiere al grado en que la falta de salud puede interferir en la vida emocional de la persona, teniendo en cuenta aspectos como el nerviosismo, la preocupación, la irritabilidad y la depresión. La funcionalidad cognoscitiva: hace alusión a los aspectos relacionados con el procesamiento de información en las personas, el cual puede evidenciarse en los procesos de concentración y memoria. La funcionalidad social: hace referencia a los comportamientos y actividades involucrados en la convivencia con otras personas y al establecimiento y mantenimiento de las diferentes relaciones interpersonales.

Además de las áreas mencionadas, la EORTC considera incluir otros aspectos que pueden llegar a interferir en la calidad de vida de personas que han presentado cáncer, como lo son: debilidad, cansancio, estreñimiento, diarrea, insomnio, dolor, asfixia, nauseas, vómito y pérdida del apetito. Por otro lado, el presente estudio quiso indagar por el ajuste de la relación de pareja de los pacientes y los efectos secundarios de los tratamientos. El ajuste marital, se define como el reporte subjetivo de los miembros de la pareja en cuanto al nivel de satisfacción con la relación en el compartimiento de intereses, objetivos, valores y puntos de vista. Cáceres (1996) afirma que existen cuatro áreas que inciden en el ajuste marital, estas son: Consenso; es el grado de acuerdo existente entre ambos miembros de la pareja en aspectos significativos de la relación como: la toma de decisiones importantes, el manejo del dinero, las cuestiones religiosas, las amistades, la realización de tareas domésticas, la filosofía de la vida, objetivos-fines-valores, convencionalismos, relaciones con los suegros, diversiones y tiempo que pasan juntos. Cohesión; es el grado en que la pareja se implica en actividades conjuntas que incluyen aspectos como el intercambio de ideas estimulantes, reírse en pareja, discutir algo con calma y trabajar juntos en un proyecto. Satisfacción; es el grado de satisfacción de la pareja con la relación. en el momento presente y su grado de compromiso a continuar en dicha relación. Expresión de afecto; es el grado de acuerdo que hay en la pareja respecto a las relaciones sexuales y a las demostraciones afectivas. Ajuste total, es la sumatoria de todas la áreas que hacen parte del ajuste marital (Cáceres, 1996), éste indica qué tan ajustada se encuentra la pareja. El presente estudio se realizó acorde con los parámetros de la Federación Colombiana

Objetivos • Determinar si existe relación entre los efectos secundarios de los tratamientos para cáncer de próstata localizado y la calidad de vida de los pacientes. • Determinar si existe relación entre los efectos secundarios del tratamiento antineoplásico y el ajuste marital de los pacientes Variables • Efectos secundarios del tratamiento • Calidad de vida • Ajuste marital

Materiales y Métodos El presente estudio se enmarcó dentro del paradigma asociativo (Arnau, 1998) o no-experimental, también denominado como de tipo descriptivo-correlacional, pues buscó establecer las relaciones entre las variables a evaluar. La obtención de datos se hizo a través de la aplicación de escalas (Arnau, 1998), con estrategia de recolección de tipo transversal, ya que buscó describir las características de un conjunto de variables en una población específica, y a su vez establecer la relación entre éstas. Participantes: Se tuvo un muestreo intencional de sujetotipo (Hernández, Fernández y Baptista 1998). Se escogieron 50 pacientes con diagnóstico de cáncer de próstata localizado (T1-T2), que tratados mediante prostatectomía radical y/o radioterapia y/u hormonoterapia y/o braquiterapia, cuyas edades oscilaron entre los 45 y 80 años y desde el momento del tratamiento transcurrieron de seis meses a dos años. Los pacientes tuvieron un nivel de escolaridad apropiado que les permitía leer y escribir.

Instrumentos: • Entrevista estructurada: para la recolección de datos demográficos; (edad, estado civil, escolaridad, diagnóstico, tipo(s) de tratamiento(s) y tiempo transcurrido después de éstos). • EORTC QLQ-C30 v.3: Inventario diseñado por la Organización Europea para la investigación y el tratamiento del cáncer (Fayers y cols. 2001), específicamente para la evaluación de la calidad de vida en pacientes oncológicos. • QLQ-PR25: Módulo complementario del inventario mencionado anteriormente, el cual se enfoca específicamente para evaluar los síntomas secundarios del tratamiento para cáncer de próstata. • Escala de Ajuste Diádico (DAS) (Spanier, 1976): Empleada para la evaluación del ajuste marital, adaptada y traducida por el psicólogo español Cáceres, (1982). Esta escala representa una versión moderna para medir el grado de armonía global de una pareja, la cual incluye cuatro dimensiones diferentes, a) consenso, b) cohesión, c) satisfacción y d) expresión de afecto. Procedimiento: Se realizó la selección de los pacientes aptos para participar en el estudio de la siguiente manera: • Colaboración de médicos tratantes y directivas del Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), del Centro Javeriano de Oncología, de la Fundación Santa Fe y el Instituto Nacional de Cancerología. • Posterior a esto, se estableció contacto telefónico con aquellos pacientes y se invitaron a participar en el estudio. • Se recogieron los datos a través de los inventarios mencionados, previa firma del consentimiento informado por parte de cada uno de los pacientes, sabiendo que la información proporcionada era completamente confidencial y privada. • Una vez terminada la fase de evaluación se procedió al análisis de los datos.

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de psicología (2001). La investigación se rigió por los principios de respeto y dignidad, mediante la privacidad y el anonimato de los participantes. Además éstos fueron informados previamente acerca del propósito del estudio, el motivo por el cual fueron seleccionados, el tiempo y los esfuerzos requeridos.

Resultados

Estado civil:

A los datos obtenidos se aplicaron los procedimientos de los análisis bivariados que permitieron hallar las correlaciones entre las diferentes variables. Para lo anterior se aplicó la estadística de Kendall´s. Las relaciones encontradas en este estudio fueron al nivel de .05, esto indica que la probabilidad de error es menor de 5% o bien, que hay un 95% de confianza y al nivel de .01, lo cual hace referencia a que hay un riesgo de error de 1% o bien un 99% de confianza. (*p £ .05; **p £ .01). Datos sociodemográficos: Edad: Entre 50 y 55 años Entre 56 y 60 años Entre 61 y 65 años Entre 66 y 70 años Entre 71 y 75 años Mayores de 76 años

16% 16% 10% 30% 20% 8%

Ocupación: Independiente Pensionado Empleado Desempleado Otros

Casados Unión libre

88% 12%

Escolaridad: Técnica/ Universitaria Bachillerato completo Bachillerato incompleto Primaria completa Primaria incompleta

76% 14% 4% 4% 2%

Información acerca de los tratamientos: Radioterapia Prostatectomía radical Prostatectomía radical y radioterapia Radioterapia y hormonoterapia Prostatectomía, radioterapia y hormonoterapia Prostatectomía y hormonoterapia Braquiterapia

28% 26% 20% 12% 6% 6% 2%

Tiempo postratamiento:

38% 36% 18% 2% 6%

Entre 6 a 12 meses Entre 12 y 18 meses Entre 18 y 24 meses

66% 22% 12%

Resultados de la Escala sintomática contenida en el QLQ-C30 v3: Parar paraDebilidad Cansancio Estreñidescansar miento

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En absoluto Un poco Bastante Mucho TOTAL

72%

60%

52%

22%

30%

34% 10% 4% 100%

2% 100%

10% 100%

Diarrea Insomnio

Dolor

Asfixia Nauseas Vómito

84%

72%

62%

86%

90%

94%

14% 14%

8% 6%

100%

100%

28% 6% 4% 100%

4% 2% 4% 100%

6%

16%

100%

100%

100%

Pérdida del apetito

90% 10%

100%

100%

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Nota: Los porcentajes hacen referencia a los resultados que obtuvo el total de la población para cada una de las categorías de respuesta en cada uno de los síntomas que estaban incluidos en el instrumento de calidad de vida.

El efecto que más reportaron los pacientes después de haber sido tratados, fue el cansancio, seguido por la debilidad y el insomnio. Estos hallazgos afirman que una de las principales implicaciones de los tratamientos es la reducción de la vitalidad o la energía que tiene el paciente y que es determinante en la calidad de vida (Clark, Rierker y Talcott 1999).

Resultados de los efectos secundarios de los tratamientos PR- 25 Las cifras hacen referencia al porcentaje de la población que presentó los síntomas después del tratamiento. Síntomas urinarios: Polaquiuria (78%), Nocturia (74%), Urgencia urinaria (44%), Incontinencia (44%), Dolor al orinar (14%). Otras

Resultados de la Calidad de vida QLQ-C30 V3

observó también que entre menor era el grado de satisfacción obtenida de la relación sexual, menor era la apreciación de su estado general de salud. En este punto, puede ser que tanto las complicaciones físicas a nivel sexual (disfunción eréctil, problemas de eyaculación, entre otros), como las alteraciones psicológicas derivadas de éstas, estén dificultando al paciente para que disfrute de sus relaciones sexuales, y así el sentido de bienestar disminuye. Otra de las relaciones encontradas fue que entre más incómodo se siente el paciente estando en intimidad sexual, menor estado general de salud manifiesta, en este sentido la presión cultural que el hombre siente respecto a su funcionamiento sexual puede estar jugando un papel importante, ya que como lo afirma Corsi (1999) ésta, genera sentimientos de frustración especialmente cuando no se puede obtener o mantener una erección o hay dificultades en la eyaculación, haciendo de la intimidad sexual una situación incómoda, en la cual el paciente prefiere evitar ciertas conductas de intimidad y privacidad que posteriormente lleven a una relación sexual. Todo lo anterior, se reafirma directamente con lo encontrado en el estudio de Clark, Rieker y Talcott (1999), en donde la percepción de la salud general es uno de los aspectos de la calidad de vida más sensibles a los síntomas sexuales que se dan como efecto de los tratamientos antineoplásicos.

Estado general de salud: Se observó que no hubo una reducción significativa de la valoración y el sentido general de éste, ya que la mayoría de los pacientes señalaron los puntajes más altos; sin embargo para el 22% de los pacientes su percepción del estado general de salud disminuyó después del tratamiento. En estos casos, se vio que entre menor era el interés del paciente por el sexo, su percepción del estado general de salud era menor. Lo anterior puede deberse a que el deseo sexual es un aspecto que ocupa un lugar importante en la concepción de salud y en la vida de los pacientes, por tanto su disminución puede generar insatisfacción, la que incide en el deterioro de la percepción general de salud. Se

Funcionalidad física: Ningún paciente reportó tener dificultades para dar paseos cortos; tampoco necesitaron permanecer en la cama o sentados durante el día, ni tenían que recurrir a alguien para que les ayudara a realizar actividades como comer, vestirse, asearse o ir al baño. El 50% manifestó tener dificultades en cargar cosas pesadas y en dar paseos largos. Se observó que la funcionalidad física era menor en la medida que los pacientes presentaban mayor nocturia e incontinencia y mayor escape involuntario de materia fecal. En relación a la incontinencia, los hombres manifestaron que muchas veces cuando realizaban algún esfuerzo físico se presentaba goteo de orina y por ésta razón se veían limitados en los aspectos mencionados.

Síntomas intestinales: Sensación de flatulencia (42%), sangre en las deposiciones (38%), escape involuntario de deposición (24%). Un 22% reportó que la realización de las actividades diarias se habían visto limitadas debido a los problemas intestinales. Síntomas sexuales: Incomodidad en la intimidad sexual (92%), disfunción eréctil (72%), problemas para eyacular (44%), inactividad sexual (26%), grado de deseo sexual (10% en absoluto, 34% solo un poco), nivel de agrado en el sexo (9% en absoluto, 33% solo un poco). Otros síntomas asociados al tratamiento: Calores corporales (42%), percepción de pérdida de masculinidad (40%), inflamación o crecimiento anormal de los pectorales o tetillas (14%), ganancia de peso (22%), perdida de peso (4%).

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situaciones relacionadas con los síntomas urinarios fueron las siguientes: un 36% reportó que era difícil dormir lo suficiente debido a la necesidad de levantarse frecuentemente en la noche a orinar; un 36% informó que le era difícil salir de la casa debido a la necesidad de estar cerca a un baño; y un 48% mostró que la realización de sus actividades diarias se habían visto limitadas dados los problemas urinarios.

Respecto al segundo, expresaron que era una situación muy incómoda y restringía la ejecución de ciertas actividades. De esta manera, el paciente puede verse afectado psicológicamente, dadas las limitaciones en su actividad física producida por los síntomas mencionados a lo que se les suman las reacciones emocionales negativas, como la vergüenza. Lo anterior está de acuerdo con los estudios de Potosky y cols. (2000), Litwin y cols (1999) y Shraden-Bogen y cols. (1997), quienes reportan que tales síntomas alteran el bienestar y la actividad física, afectando así la calidad de vida. Funcionalidad de rol: Esta área no se vio afectada para el 68% de los pacientes. El otro 32% evidenció un cambio en esta área. Los síntomas urinarios como la incontinencia y la necesidad de utilizar ayudas para ésta, fueron los que afectaron significativamente la funcionalidad de rol. Para estos pacientes, la realización de sus actividades cotidianas o de ocio había diminuido por lo menos en frecuencia e intensidad después del tratamiento.

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Funcionalidad emocional: Esta fue una de las áreas más afectadas en comparación con las otras áreas evaluadas. Se encontró que la mayoría de los pacientes (78%), sintieron que su funcionalidad emocional se había afectado después del tratamiento en alguna proporción. Los pacientes presentaron diferentes estados de nerviosismo (42%), preocupación (64%), irritabilidad (56%) y depresión (40%). Solo el 22% de toda la población dijo no haber sentido cambio alguno en esta área de la calidad de vida después del tratamiento. Esto concuerda con los planteamientos de (Palmero y Fernández, 1998) quienes afirman que los cambios experimentados cuando hay cáncer de próstata, desencadenan en los pacientes a nivel emocional sentimientos de inutilidad o de carga familiar, pérdida de la capacidad para disfrutar, tendencias al aislamiento y sentimientos de ira o irritabilidad. Analizando los resultados de la función emocional en relación con la presencia de efectos secundarios de los tratamientos, se encontró que los síntomas que afectaron sig-

nificativamente esta área de la calidad de vida fueron: los problemas urinarios cuando éstos limitaban la realización de actividades cotidianas de los pacientes. Este aspecto también tuvo una gran incidencia en los pacientes que se sentían deprimidos y nerviosos, “la incontinencia lo afecta a uno como persona, con la pareja y socialmente”; “tengo sentimientos de frustración, culpa, temo”, “lo más terrible es la incontinencia, lo acompleja a uno”. Comunicación de los pacientes, 5-12-2002). Por otro lado, los síntomas sexuales como son, la disminución de los niveles de agradabilidad en el sexo y los problemas de eyaculación, afectaron sustancialmente el área emocional. Los resultados encontrados, están acordes con los planteamientos de Ptacek, Pierce, Ptacek y Nogel (1999) en donde afirman que los hombres que tienen esta enfermedad y se someten a estos tratamientos, experimentan una serie de eventos generadores de angustia, que los dejan en riesgo potencial de desajuste emocional; además afirman que uno de los principales temores de los hombres con cáncer de próstata es el cambio en la actividad sexual lo que llega a deteriorar su bienestar físico y psicológico. Adicional a lo anterior, algunos pacientes manifestaron haberse sentido preocupados cuando no obtenían los resultados que esperaban después de los tratamientos y expresaron que los médicos habían asegurado que todas las funciones se recuperaban rápidamente; esto generaba en el paciente sentimientos de frustración, cuando ocurría lo contrario. Varios pacientes consideraron debilidades en el manejo de la información que los médicos suministran, pues muchos sintieron que no habían sido informados lo suficiente sobre las reales implicaciones de dichos tratamientos (duración, magnitud). De esta forma se evidenció que este aspecto incidió de forma negativa en el estado emocional de los hombres, generando una carga adicional para el paciente y experimentando gran confusión, ya que las predicciones de los médicos no se habían cumplido.

El aspecto que más se vio afectado, fue la capacidad de los pacientes para recordar cosas y la concentración. Lo anterior se relaciona con lo explicado por Palmero y Fernández (1998), quienes afirman que las demandas personales tanto psicológicas como físicas pueden llegar a ocasionar dificultades cognoscitivas, agotamiento y cansancio general. Se vio que los síntomas ocasionados por los tratamientos que afectaron de manera significativa esta área de la calidad de vida fueron: La presencia de calores corporales y los problemas urinarios cuando impedían la realización de actividades. En cuanto a los síntomas sexuales, se vio que fue la falta de agrado obtenida de la relación sexual. Los efectos mencionados afectaron la capacidad de concentración de los pacientes para realizar tareas específicas como leer o ver televisión y también su memoria. Funcionalidad social: Se pudo observar que el área social de la calidad de vida tuvo una afectación importante en los pacientes, ya que el 64% percibieron algún cambio después del tratamiento. El 36% de toda la población dijo no haberse afectado. Estos resultados coinciden con lo planteado por Litwin y cols (1999); la función social es una de las áreas de la calidad de vida que más se afecta después de los tratamientos antineoplásicos para el cáncer de próstata, debido a las limitaciones físicas y psicológicas que pueden llegar a afectar las actividades sociales que se realizan normalmente. Relacionado a lo anterior, Helgeson y Lepor (1997) argumentan que la persona puede generar cierto tipo de desinterés en el establecimiento de las relaciones con las personas que lo rodean, incrementando tendencias que lo lleven al aislamiento social.

Se pudo observar que varios de los síntomas secundarios afectaron significativamente la funcionalidad social; dentro de éstos se encontró que los síntomas urinarios como la necesidad de levantarse frecuentemente en las noches a orinar, afectó directamente la función social, podría pensarse que lo anterior, al interferir en el descanso de las personas, producía desaliento y esto impedía hasta cierto punto el desempeño normal de las actividades sociales. Así mismo, la urgencia urinaria fue otro aspecto que afectó la función social, ya que los pacientes reportaron que la necesidad de estar constantemente cerca a un baño les impedía involucrarse de la misma forma en actividades sociales después del tratamiento. La incontinencia urinaria también se relacionó significativamente con esta función, pues se vio que los pacientes con funcionalidad social más baja, fueron aquellos que presentaron mayores problemas de incontinencia y quienes utilizaban alguna ayuda para ésta, ellos reportaron que lo anterior generaba grandes incomodidades y más aún al estar en grupos sociales. Se encontró que los síntomas intestinales también afectaron de manera significativa esta área de la calidad de vida. Podría pensarse que el escape involuntario de materia fecal fuera de ser un hecho molesto para el hombre, como lo informaron, genera en algunos casos vergüenza. Por esta razón, es posible que el paciente tienda a alejarse de su vínculo social. El síntoma de la inflamación de las piernas o los tobillos afecto también la función social de los pacientes, posiblemente debido a las molestias que esto produce al estar demasiado tiempo parado o sentado, de esta manera la asistencia a eventos sociales disminuye. Teniendo en cuanta todo lo anterior, los pacientes pueden perder el interés en el establecimiento y mantenimiento de vínculos satisfactorios con quienes lo rodean. Este punto es importante y hay que tenerlo en cuenta, ya que como lo menciona Rodríguez (1995), la red de apoyo social representa una pauta de lazos continuos e intermitentes que juegan un papel significativo en la integridad psicológica

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Funcionalidad cognoscitiva: Se encontró que la mayoría de los pacientes (66%), expresaron que su función cognoscitiva se había afectado en el tiempo transcurrido después del tratamiento. Un 34% de la población dijo no haberse afectado en absoluto.

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y física de las personas a lo largo del tiempo, debido a que proporciona intimidad, define competencias mutuas, proporciona elementos de referencia, permite compartir problemas comunes y ofrece asistencia en las crisis. Así, cuando las relaciones sociales del paciente se ven alteradas, el proceso de afrontamiento puede disminuir, desencadenando una mala adaptación a los cambios generados por los tratamientos.

losofía de la vida, los convencionalismos, los objetivos, fines y valores y en la realización de las tareas domésticas. Así, se evidenció que después del tratamiento seguía habiendo un buen manejo de los factores instrumentales; esto es un asunto importante y positivo ya que como lo dice Weiss (1978) citado por Buela-Casal, Caballo y Sierra (1996), hace parte de las categorías que influyen en el mantenimiento del ajuste de la pareja.

En general la hipótesis planteada acerca de la posible relación entre los síntomas secundarios de los tratamientos y la calidad de vida se acepta, si se tienen en cuenta las correlaciones antes analizadas; se vio por un lado que los síntomas asociados al funcionamiento sexual de los pacientes tuvieron un impacto negativo en diferentes áreas de la calidad de vida, como en el estado general de salud, la funcionalidad de rol y sobre todo el área emocional, ya que se evidenció que los problemas para eyacular, la disfunción eréctil, la disminución del deseo sexual y la incomodidad en la intimidad, fueron aspectos que produjeron en los pacientes altos niveles de preocupación, irritabilidad y nerviosismo.

Sin embargo, otros aspectos del consenso (diversiones, cantidad de tiempo a pasar juntos y manejo del tiempo libre) se relacionaron con algunos de los efectos secundarios de los tratamientos. Se vio que los pacientes que se encontraron en niveles pésimos o bajos “de acuerdo” en los asuntos mencionados, eran quienes presentaban alta sintomatología.

Por otra parte los síntomas urinarios afectaron significativamente la funcionalidad física, de rol, emocional y especialmente en la funcionalidad social de los pacientes. Así mismo los síntomas intestinales tuvieron una afectación directa en la funcionalidad física y social. Resultados del ajuste marital (DAS):

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Consenso: se encontró que sólo un 18% de la población, evidenció tener niveles muy altos en esta área. Un 50% se encontró en un nivel bueno, 20% manifestó tener niveles bajos y 12% informó tener un nivel de consenso pésimo. Los pacientes reportaron tener altos niveles de acuerdo en la toma de decisiones importantes, lo cual refleja como lo dice Cáceres (1996), un intercambio de información y preferencias adecuado. Este mismo nivel de acuerdo se presentó en el manejo del dinero, las cuestiones religiosas, las amistades, la fi-

La polaquiuria y las ayudas para la incontinencia se asociaron con el acuerdo que tiene el paciente frente a las actividades de diversión que comparte con su pareja. Tal vez el hecho de tener que orinar constantemente durante el día, esté entorpeciendo de alguna forma estas actividades. Este es un aspecto de suma importancia, ya que como lo afirma Weiss (1978) citado por Buela-Casal, Caballo y Sierra (1996), las actividades en pareja mantienen y aumentan el grado de satisfacción de la misma. Cuando esto no se da, genera como lo sugieren Palmero y Fernández (1998), una pérdida de la capacidad para disfrutar. En este caso las emociones negativas se incrementan, sea por las presiones del medio o del mismo individuo y generan tensión en la pareja. Se observó también que entre menos agradable es el sexo para el paciente y hay mayor incomodidad al estar en intimidad sexual, hay mayores desacuerdos en cuanto al tiempo que pasan juntos. Al parecer, el hecho de compartir más tiempo en pareja existen mayores probabilidades de encuentros sexuales, en los cuales el paciente no se va a sentir bien y así prefiere evitarlos, generando así el desacuerdo entre los miembros. Satisfacción: respecto a esta área se concluyen varias cosas. En primer lugar, los pa-

Otra de las correlaciones que se encontró, fue que las personas que discutían con más frecuencia (16%), eran quienes presentaban mayor sintomatología de nocturia. Es importante recordar que la nocturia interrumpe el sueño; entre más frecuente sea este fenómeno, más dificultades habrán para dormir. De esta manera puede ser que la persona no tenga un sueño reparador, y así se de origen a un cansancio físico crónico, que tal vez lleve al paciente a sentirse irritable y la posibilidad de discutir aumente. Este es un aspecto el cual merece atención, ya que como lo menciona Rodríguez (1885, cuando hay discordia mantenida en la relación, es posible que se presenten conductas que llevan a la ansiedad y a la depresión, disminuyendo así la satisfacción de pareja. Expresión de afecto: Los resultados encontrados mostraron que el 60% de la población se encontraba satisfecha con este aspecto de su relación de pareja, demostrando que no se habían presentado cambios después de haberse sometido a los tratamientos y el 40% estaban insatisfechos al respecto. En cuanto a la relación de los síntomas secundarios de los tratamientos y los resultados de esta área se encontró que síntomas sexuales

como las dificultades para eyacular, la falta de agrado en el sexo, la disfunción eréctil, y la incomodidad para estar en intimidad sexual, afectaron significativamente esta área, especialmente en lo que se refiere a las demostraciones afectivas en la pareja y a los problemas ocasionados como consecuencia del cansancio y la no disposición que manifiesta el paciente para hacer el amor. En cuanto a la eyaculación, es menester recalcar que los hombres que se han realizado la prostatectomía radical no pueden volverlo a hacer, y los pacientes que recibieron otro tipo de tratamientos, puede dificultárseles, sin embargo, ésta se asocio con ansiedad psicológica, a pesar de las explicaciones acerca de que el placer puede sentirse sin eyacular. Haciendo referencia a la incomodidad que siente el paciente estando en intimidad sexual, Palmero (1995) afirma que si el paciente evita al máximo tener momentos de intimidad y de privacidad, el contacto físico y las caricias en la pareja empiezan a perder valor. Si los contactos no tienen valor, es como si estuvieran ausentes. Este es un aspecto que hay que tratar con el paciente ya que como lo sugieren Weihs y cols (2002), las necesidades de contacto físico, y las relaciones sexuales se deben satisfacer por los miembros de la pareja para que se de un proceso de adaptación adecuado, de lo contrario, se desencadenan conflictos. Al parecer, la incidencia de los síntomas sexuales en la expresión de afecto, se asocian con una disminución en el valor personal percibido en aquellos aspectos relacionados con qué tan atractivos resultan para sus parejas.

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Por otra parte, el escape de deposición se relacionó directamente con la ausencia de demostraciones afectivas en la pareja. Lo mismo sucedió con el hecho de ganar peso después del tratamiento. Cohesión: Se encontró que el 65% obtuvo un nivel muy alto de cohesión, un 26% obtuvo nivel bajo de cohesión y un 14% se encontró en un nivel pésimo. El aspecto que más se afectó en esta área, fue el intercambio de ideas estimulantes, 14% presentó un intercambio

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cientes que manifiestan que el sexo es poco satisfactorio, y que hay grandes incomodidades en la intimidad sexual, son los mismos que informan que las cosas con la pareja después del tratamiento nunca o raramente van bien (8%). En este caso, si para el hombre la agradabilidad en el sexo es un factor determinante en su relación de pareja y los síntomas sexuales abolieron o disminuyeron éste, entonces la evaluación de la satisfacción marital suele ser negativa. En tal sentido, los planteamientos de Bornstein y P, Bornstein (1986) sobre las expectativas o creencias de las personas acerca de que “el nivel sexual, nunca debe decaer”, acarrea frustraciones personales que de no manejarse adecuadamente en la pareja, facilitan el deterioro de la relación. De esta manera, se da un choque de expectativas con lo que quiere o espera el paciente y la realidad.

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bajo y 22% pésimo. Solo un 24% mostró un intercambio alto, cuestión importante para mantener altos los niveles de armonía entre la pareja. Se encontró que a mayor disminución de la percepción de masculinidad, menos intercambio de ideas estimulantes. Respecto de la sensación de sentirse menos masculino, Helgeson y Lepor (1997), argumentan que el funcionamiento sexual es un aspecto fundamental en la constitución de la masculinidad y es posible que la incontinencia y la impotencia pueden generar en los hombres sentimientos y sensaciones que afecten la manera en que el hombre se ve a si mismo. El hecho que la masculinidad se vea afectada puede deberse también a la creencia que un hombre llega a ser tal si desarrolla ciertos atributos; como el hecho de satisfacer siempre a la mujer en el acto sexual (Corsi, 1999). Según este autor, en nuestra cultura, se enseña a los hombres un ‘modelo de sexo de fantasía’, un conjunto de expectativas irreales, idealistas, que se traducen en intensas presiones con respecto a su rendimiento. De esta forma, es posible que el hombre que presenta dificultades en su función sexual, se sienta incómodo y tenga temor a enfrentarse a tales creencias que incrementan sus sentimientos de frustración. Es posible que algunos hombres en esta situación activen como lo menciona Corsi (1999), el mecanismo de “farsa sexual” en la cual evita por diferentes medios que las personas que lo rodean dentro de éstas la pareja, se enteren de su problema sexual; este aspecto genera un déficit en el autoestima del individuo y en la credibilidad de sí mismo. Además produce en el hombre un tipo particular de estrés que puede aumentar los niveles de ansiedad. Si el hombre se siente menos masculino, y por tanto considera que su atractivo pudo haber disminuido e incluso haberse perdido, puede desencadenarse una desmotivación respecto a la interacción que tiene con la pareja y esto hace que el nivel de intercambio de ideas estimulantes disminuya o incluso se ausente y como bien concluyen Llavona y Carrasco (1997), “si no hay un intercambio de refuerzos positivos entre los miembros de la pareja, la relación no será satisfactoria”.

Ajuste total: Hay que tener en cuenta que el ajuste total es la sumatoria de todas las áreas de interacción, las cuales fueron evaluadas enfatizando en el tiempo transcurrido después del tratamiento. Al respecto se observó que ningún paciente puntuó dentro de la categoría de parejas armoniosa, es decir ninguna obtuvo altos niveles de ajuste total, 8% fueron parejas ajustadas, 72% fueron parejas desajustadas y 20% fueron parejas conflictivas. Recopilando las relaciones que se dieron entre el ajuste marital del paciente después de haber sido tratado y los efectos secundarios, se concluye que los síntomas sexuales son los que más desajuste producen en las diferentes áreas de interacción. Esto se puede evidenciar no sólo a través de las correlaciones que se dieron sino también a partir de los reportes personales de los pacientes. Los siguientes comentarios fueron los más comunes “Después del tratamiento no he vuelto a tener relaciones sexuales”, “El tratamiento me ha afectado la relación, antes yo era activo sexualmente”; “La parte de la sexualidad es traumatizante”; “Mi relación de pareja se vio afectada por la impotencia”; “La disfunción eréctil ha afectado la relación”; “Sexualmente se afecta la relación”, “La relación cambia en la sexualidad”, “En la sexualidad me he visto muy afectado con mi pareja, a veces tenemos conflictos por eso, es duro psicológicamente”, “Prácticamente se acaba la relación de pareja porque la erección se acaba”;.”Hicimos una separación de cuartos por la impotencia sexual, para así estar tranquilos”. Así, los síntomas relacionados con el funcionamiento sexual como la disfunción eréctil, la dificultad para eyacular, la incomodidad en el acto sexual, la disminución del deseo y la pérdida de percepción de masculinidad, tuvieron un impacto fuerte en todas las áreas de interacción de la pareja especialmente en la satisfacción y expresión de afecto. Por otro lado, los síntomas urinarios como la incontinencia, la polaquiuria y la nocturna, llegaron a afectar significativamente las áreas de satisfacción y consenso. Las disfunciones intestinales afectaron el área de expresión de afecto.

Conclusiones

anterior con el fin de mantener altos niveles de satisfacción en la pareja.

Es fundamental pensar en la creación de un espacio de intervención psicológica enfocada al:

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Surge la necesidad de realizar un trabajo integrado entre los profesionales de la salud, • Apoyo en el funcionamiento emocional de los pacientes, interviniendo en aspectos el paciente y su medio social más cercano, tales como, frustración, sentimientos de teniendo una mirada interdisciplinaria que irritabilidad, miedo, ira y depresión, que permita manejar de manera oportuna y permitan tener una mejor calidad de vida. acertada las múltiples circunstancias que los tratamientos traen consigo. • Fortalecimiento de la autoestima del paciente, enfatizando en la valoración de la • Fortalecimiento de la información que se imagen que se tiene de si mismo y en la desle suministra al paciente: El médico aparte mitificación del concepto de masculinidad de tener una preparación especializada, de la sociedad actual. Ya que el concepto técnica y científica para tratar al paciente tradicional del rol masculino genera un y de mencionarle los posibles síntomas impacto negativo en el hombre. físicos que él puede presentar después del tratamiento, debe tener en cuenta cómo • Fortalecimiento de la función social, brinel paciente puede llegar a sentir, sufrir y dando herramientas al paciente para el temer acerca de lo que éstos pueden desenestablecimiento y mantenimiento de las cadenar en su vida teniendo en cuenta que relaciones interpersonales. él es un ser psicológico, cultural y social. • Igualmente se propone con estos resultados, De esta manera, la “consulta médica” debe desarrollar programas de intervención diser un encuentro interpersonal, donde el rigidos a cubrir las tres fases del proceso médico presente una disposición afectiva por el cual pasan los pacientes, a saber: el integrando no sólo una destreza clínica diagnóstico y pretratamiento, tratamiento sino también terapéutica de igual carácter. y los efectos posteriores a los mismos. Lo anterior ayudaría al hombre a saber de antemano de las posibles alteraciones psiBibliografía cológicas y emocionales a las que puede 1. Aaronson, N., Ahmedzai, S., Bergman, B., Bullinger, M., verse enfrentado, logrando así un proceso Cull, A., Duez, N., Filiberti, A., Flechtner, H., Fleishman, S., de Haes, J., Kaasa, S., Klee, M., Osaba, D., Razavi, D., Rofe, de adaptación más adecuado y disminuP., Schraub, S., Sneeuw, K., Sullivan, M. & Takeda, F. (1993). yendo la posibilidad de afectación en su The European Organization for Research and Treatment calidad de vida y en su relación de pareja. of Cancer QLQ-C30: A Quality-of-Life Instrument for Use in International Clinical Trials in Oncology. Journal of the Sería importante también que el médico, al National Cancer Institute, 85 (5) 365-376. comprender las implicaciones que trae los 2. Andreson, B.(1992) Psychological interventions for cancer efectos secundarios de los tratamientos en patients to enhance the quality of life. Journal of consulting la vida del paciente, pueda hacer que los and clinical psychology, 60, 552- 568. encuentros incluyan a los dos miembros de 3. Arias, I. & Byrne, C.A. (1996). Evaluación de los problemas de pareja. En G, Buela-Casal., V, Caballo & J, Sierra (Eds.), la pareja o en dado caso sugerirle al paciente Manual de evaluación en psicología clínica y de la salud. que busque apoyo psicológico. (pp. 357-375). Madrid, España: Siglo XXI.

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