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El 2do. Tratado de Lucas a Teófilo Cap. 1 y 2 Con un énfasis a las características distintivas del cristianismo del siglo I.
Por: Luis A. Barros México, 2012.
Nota: Le he llamado el 2do. Tratado (escrito o enseñanza) de Lucas a Teófilo por el hecho de que el escritor inspirado llama al escrito de la narración de la vida de Jesús de Nazaret, “el primer tratado”, en consecuencia y siendo del mismo escritor, este sería el segundo tratado. -α– Basado en la traducción RV 60 y el Interlineal Griego –Español de Cesar Vidal, entre otras traducciones de las Sagradas Escrituras.
Cap. 1, versículo 1-5. “1En el primer1 tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días…” En “El primer relato…”2 Este relato es la primera narración que Lucas escribió “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar…”, es decir, el evangelio según Lucas (Cf. Luc. 1:1-4) Por tanto, el personaje principal del primer relato fue Jesús de Nazaret. Además, podemos observar con esta frase, que durante el cristianismo primitivo, las enseñanzas comenzaron siendo orales, y luego, escritas (2 Tes. 2:15) En consecuencia, la enseñanza transmitida a Teófilo comenzó siendo oral, luego fueron puestas en escritura para que, como bien dice Lucas, “conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido enseñado” (Luc. 1:4) Luego, ¿Hasta dónde abarco el primer relato? “hasta el día en que fue recibido arriba…” Es decir, hasta la ascensión al cielo por parte del Señor (Cf. Luc. 24:50-53) La misma palabra es empelada en los versículos 11 y 22 traduciéndose en la versión RV 60 como “…ha sido tomado…” y “…recibido arriba…”. Y, ¿Qué hizo el Señor antes de ascender? Dio mandamientos a los apóstoles por medio del Espíritu Santo. La palabra empleada por Lucas, la cual se traduce como mandamiento, 1
El evangelio según Lucas.
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Traducción de Cesar Vidal, Interlineal del N.T. Pag. 410.
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indica que el Señor dio ordenanzas, instrucciones a sus apóstoles, es decir, a Sus mensajeros, aquellos que había escogido (Cf. Jua. 14:26; 16:13) En el comienzo del cristianismo, El Espíritu Santo tendría la solemne obra de guiar o conducir a los verdaderos apóstoles durante la vida de estos a toda verdad. En algunos casos, hubo una intervención directa del Espíritu Santo para dar a conocer la voluntad Divina (Hech. 15:28) Esta intervención donde el Espíritu Santo revela Su voluntad, quedo plasmada únicamente en la Escritura del Nuevo Testamento. Por tanto, las enseñanzas o las instrucciones de los apóstoles tienen su origen en la misma Deidad (1 Cor. 2:10-13; Efe. 3:3-5) Este punto es de suma importancia, sobre todo, cuando existe la tendencia religiosa de apartarse de la doctrina apostólica, siendo reemplazada por la sabiduría que tiene su origen en los hombres. No es de extrañarse, pero esto también sucedió en el primer siglo. Por tal razón, los apóstoles encomendaron a estar firmes y retened la doctrina dada por ellos (Cf. 1 Cor. 11:2; 2 Tes. 2:15; 3:6 y 14) Y muchos la retuvieron, como también hoy en día hay quienes con reverencia también la retienen. Por tanto, ¿La retiene usted? Ahora bien, ¿Qué mandamientos dio el Señor Jesús por medio del Espíritu Santo a los apóstoles? Los que fueron dados antes de su ascensión (Mat. 28:18-20; Mac. 16:14-16; Luc. 24:47-49) Así como algunas otras instrucciones que son conocidas en el resto del Nuevo Testamento (Cf. Hech. 20:35) Luego, a estos mismos apóstoles, el Señor se les presento vivo después de sus padecimientos (Cf. Mat. 16:21) convirtiendo así a los apóstoles como los únicos testigos calificados y autorizados para hablar lo concerniente a la vida, muerte y resurrección de Cristo (Cf. Hech. 3:15) Además, el Señor se presento ante los apóstoles con “pruebas indubitables3” (pruebas convincentes) Es decir, evidencias irrefutables que podían producir una persuasión solida acerca de la resurrección de Cristo. Por tanto, no cabe duda que esta aparición del Señor con dichas pruebas produjo un cambio radical en la vida de los apóstoles. Tanto, y a pesar del riesgo que esto implicaba, que no estuvieron dispuestos a callar lo que habían visto y oído (Hech. 4:19-20) También Lucas afirma que el Señor se les apareció (se hizo visible) por 40 días a los apóstoles enseñándoles acerca del reino de Dios (Cf. 1 Cor. 15:5). Por tanto, podemos decir con toda confianza y seguridad, que las enseñanzas impartidas por los apóstoles tenían como origen y fundamento, las mismas palabras de Cristo, pues, de él mismo recibieron ellos el contenido de dicho mensaje. Luego, Lucas menciona que el Maestro se reunió con los discípulos para ordenarles que “no se fueran de Jerusalén, y esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oíste de mí” ¿A qué promesa 3
Indudables, innegables, incuestionables, inequívocas, indiscutibles.
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se refirió Cristo? A aquella que el mismo pronuncio durante la institución de Su memorial (Jua. 15:26) Luego, ¿En qué consistía esta promesa dada únicamente a los apóstoles? Según los pasajes en Lucas y Juan, la promesa consistía en la intervención y en la investidura del poder del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Es decir, el Espíritu Santo estaría con ellos en el sentido de Su ayuda y compañía (Jua. 14:14-17) El Espíritu Santo les enseñaría, es decir los instruiría o adoctrinaría. Y también le traería a la mente de ellos todas las cosas que Jesús les dijo (Jua. 14:26). El Espíritu Santo daría testimonio, es decir hablaría a favor de Cristo (Jua. 15:26), y El Espíritu Santo les guiaría, es decir conduciría a toda verdad, incluyendo las cosas que habrían de venir (Jua. 16:13). Por tales razones, es de suma importancia resaltar la obra que el Espíritu Santo llevaría a cabo en la vida de los apóstoles, y estos en consecuencia, en la vida de la iglesia primitiva. En una ocasión, Pablo escribió a los Tesalonicenses diciéndoles que el que rechaza la enseñanza o instrucciones de los apóstoles, rechaza al mismo Espíritu Santo (1 Tes. 4:2 y 8) Esta advertencia debe ser considerada seriamente por todos aquellos que profesan el cristianismo. Y Pedro en otra ocasión dijo, que los santos hombres de Dios, incluyendo a los apóstoles, hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Ped. 1:21) Por tanto, la enseñanza dada por los apóstoles a la iglesia primitiva era de origen Divino (Cf. Hech. 2:42) De esta forma entendemos, que la clase de actitud que tengamos hacia los escritos de los apóstoles, marcara nuestra diferencia entre el sectarismo y el cristianismo del primer siglo. También, Lucas declara en su relato de la vida de Jesús, que en el día del ascensión del Señor, él les dijo: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Luc. 24:49) Lo cual indica, que la promesa, es decir la venida y manifestación del Espíritu Santo en los términos que dijo el Señor Jesús a los apóstoles, seria en Jerusalén y estaría acompañada con poder. De esta forma entendemos, que los apóstoles serian envueltos o puesto sobre ellos el poder dado por el mismo Espíritu. Poder que les dio la capacidad o habilidad de llevar a cabo los milagros que hicieron. Esta “envoltura o investidura” es llamada también el bautismo con/por el Espíritu Santo, “…mas vosotros series bautizados4 por5 el Espíritu Santo”. Cuestión que fue dicha también por el mismo Juan (Cf. Luc. 3:16) De esta forma, y dado que el vocablo “bautismo” no debe ser entendido literalmente, ser bautizado en el Espíritu 4
Aquí, se puede también entender como la experiencia que resulta de una manifestación especial de Espíritu Santo capacitando a una persona para una tarea especial. 5
Aquí el griego se puede traducir “en”, “con” o “por”. “Por” es más apropiado por ser instrumental el sentido. Es decir, - por la acción del Espíritu Santo -.
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Santo puede y debe interpretarse como ser envuelto, arropado o investido de él. Así como cuando una persona es sumergida en agua, ella llega a estar arropada, envuelta o investida de agua, así los apóstoles serian arropados, envueltos e investidos por el Espíritu Santo. Luego, dicho bautismo, seria hecho visible con la manifestación del poder dado por el Espíritu Santo a los apóstoles. Y esto ocurriría precisamente “…dentro de no muchos días”. Es decir, en el día de pentecostés en Jerusalén.
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