El caso de un historiador mormón

Por David Haglund El caso de un historiador mormón Lo que pasó cuando Michael Quinn desafió la historia de la Iglesia que amaba. Publicado en noviemb

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Por David Haglund

El caso de un historiador mormón Lo que pasó cuando Michael Quinn desafió la historia de la Iglesia que amaba. Publicado en noviembre del 2012 en Slate.com Un domingo de febrero de 1993, Michael Quinn estaba en casa enfermo con fiebre cuando sonó el timbre de su casa. Usando una bata, respondió después de varios timbrazos y encontró a tres hombres de traje y corbata en su puerta. La iglesia mormona se organiza en congregaciones llamadas barrios; un grupo de barrios se llama una estaca. Los hombres en la puerta eran el presidente de estaca local y sus dos consejeros, los hombres responsables de la supervisión de todas las congregaciones de la zona. El presidente de estaca, un hombre llamado Paul Hanks, trató de entrar en el apartamento mientras decía hola, Quinn recuerda. Le recordó a un viejo truco usado por los misioneros. Quinn había estado evitando este enfrentamiento por casi cinco años. En 1988 renunció a su puesto en la Universidad Brigham Young, el colegio privado propiedad de y operado por la iglesia mormona, habiendo decidido que su interés por las “áreas problemáticas” del pasado de la religión ponían en

peligro no sólo su posición en la facultad de historia, sino su membresía en la iglesia. Aceptó una beca en la Biblioteca Huntington, cerca de su ciudad natal de Pasadena, California, y comenzó a indexar su enorme colección de notas sobre documentos mormones antiguos en preparación para su próximo libro. Después de 18 meses se mudó a Nueva Orleans, donde era más barato vivir. Allí, él trató de escribir sobre otros temas, pensando que tal vez podría dejar la historia mormona en el pasado. En California, Quinn recibía su correo en una casilla de correo a 15 millas de donde vivía, y en Nueva Orleans lo recibía en un centro de recepción un poco retirado de su apartamento. La iglesia mormona moderna se ha convertido en una organización bastante jerárquica, pero la mayor responsabilidad de atender a sus miembros todavía reside en líderes laicos locales. La situación de Quinn en la iglesia— al menos oficialmente—debía de ser decidida por su presidente de estaca, y no por el liderazgo en Salt

Lake City. Si los máximos dirigentes no sabían dónde vivía, entonces no podían asignarlo a una estaca en particular, y su membresía en la iglesia no podía ser puesta en peligro. Eso, en todo caso, era lo que él pensaba. Quinn había pasado tres años en el ejército, a finales de los años 60, trabajando en contrainteligencia. “Sé cómo evitar a la gente con la que no quiero estar en contacto”, dijo. A pesar de que mantenía una creencia solemne en el evangelio mormón y en el sacramento del que participan los fieles durante los servicios dominicales, dejó de asistir a la iglesia por completo. Pero en el otoño del ‘92 tuvo que regresar a Salt Lake City para terminar la investigación de su libro, y estaba cansado de esconderse de las autoridades eclesiásticas. Se mudó de nuevo a Utah y comenzó a recibir su correo en su dirección real. El libro que estaba terminando, el cual se publicó en 1994, se llamó The Mormon Hierarchy: Origins of Power (La jerarquía mormona: Origenes del poder). Cuando los hombres de la presidencia de estaca llegaron a su puerta en febrero, Quinn estaba viviendo a tres cuadras del Templo de Salt Lake y de la sede mundial de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. *** “En lo que los disidentes han descrito como una purga, líderes de la iglesia tomaron medidas disciplinarias severas contra seis estudiosos y feministas mormones en septiembre”, informó el New York Times el 2 de octubre de 1993. Fue el segundo artículo del periódico en dos semanas sobre una serie de tribunales eclesiásticos llevados a cabo en 13 días ese septiembre, lo que

fue reportado en los medios de comunicación de todo el país. Quinn y otros cuatro—Lavina Fielding Anderson, Maxine Hanks (una pariente lejana de Paul Hanks, el presidente de estaca que se presentó en el departamento de Quinn), Paul Toscano, y Avraham Gileadi—fueron excomulgados por sus presidentes de estaca en Salt Lake City y Provo, Utah; una sexta, Lynn Whitesides, “perdió sus derechos”, lo que significa que seguía siendo miembro de la iglesia, pero no podía participar plenamente en sus ritos y actividades. Antes de la primera corte, Whitesides y Anderson alertaron a sus amigos y a la prensa, y la noticia se extendió rápidamente. Una vigilia se realizó fuera del centro de reuniones de Salt Lake City, donde [el tribunal] se llevó a cabo. Se cantaron himnos. Reporteros de televisión y periódicos locales estuvieron presentes. Whitesides dice que “la gente de Connie Chung“ le pidió que llevara una cámara oculta a su tribunal. Ella se negó. Apodados los “Septiembre Seis”, el grupo consistía en su mayoría de escritores de tendencia izquierdista y de académicos que habían publicado artículos o dados charlas sobre el papel de la mujer en el mormonismo y la forma en que los líderes de la iglesia lidian con la oposición en las filas mormonas. Siempre ha habido disidentes en las filas mormonas—la religión en sí misma es un cisma particularmente dramático del resto de la tradición cristiana—pero una nueva comunidad de intelectuales mormones se había unido en los años 1960 y 70.

Publicaciones independientes—más notablemente Dialogue (fundada en 1966) y Sunstone (1974)— proveían foros para el estudio y la reflexión de la historia y la teología mormonas. Esto hizo que algunos líderes de la iglesia se incomodaran. “Hay tres áreas en las que los miembros de la iglesia, influenciados por la agitación social y política, están siendo atrapados y alejados”, declaró Boyd K. Packer, uno de los Doce Apóstoles de la Iglesia, en mayo de 1993. Estos “peligros” Packer dijo, eran los “relativamente nuevos” movimientos “gay-lésbico” y feminista, y “el desafío siempre presente de los supuestos eruditos o intelectuales”. Una de las preguntas centrales después de los acontecimientos de septiembre fue cuánto estaba implicado el propio Packer en [las excomuniones]. En la cima de la jerarquía mormona está la Primera Presidencia—el profeta de la iglesia y sus dos consejeros—y el Quórum de los Doce Apóstoles. Esos 15 hombres supervisan los múltiples Cuórums de los Setenta, quienes a su vez supervisan a los presidentes de estaca y obispos que ministran a las congregaciones a nivel de tiempo parcial y de forma voluntaria. El profeta en ese momento era Ezra Taft Benson, quien, a los 94 años, estaba mayormente incapacitado. El apóstol de mayor antigüedad, Howard W. Hunter, también sufría de problemas de salud graves. (Benson murió en el 94, Hunter en el 95.) Packer, el segundo más alto entre los 12, era el “presidente sustituto” del Quórum de los Doce

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cuando Hunter quedó marginado por razones médicas. Y él era el más estridente del grupo a la hora de denunciar a los miembros críticos de los líderes y de las enseñanzas mormonas. Insistió en que los tribunales de septiembre fueron asuntos locales, pero se descubrió que los empleados de la iglesia que le rindieron cuentas habían estado al tanto de los seis que estaban siendo disciplinados, y los rumores de que el propio Packer personalmente insistió en que los tribunales tuvieran lugar comenzaron a rodar. La participación de Packer importaba porque los Doce Apóstoles son considerados “profetas, videntes y reveladores” por los mormones devotos. Si ellos habían dirigido los tribunales, entonces las excomuniones eran, en esencia, un mensaje de las autoridades espirituales más altas sobre lo que los mormones podían hacer y, al menos públicamente, lo que podían decir. Muchas religiones tienen restricciones que establecen quién está dentro y quién está fuera, pero la iglesia mormona marca una línea más clara que la mayoría del resto. La iglesia lleva un registro bastante cuidadoso de sus miembros, por ejemplo, registros que juegan un papel importante en el esfuerzo mundial de traer la salvación a todos los hijos de Dios. Hay aspectos importantes de la vida mormona, tales como las ceremonias del templo, que están disponibles sólo a los verdaderos fieles. Lo que es más, todos los mormones deben tener un llamamiento en la Iglesia, lo que la convierte en una religión

maravillosamente participativa, pero lo cual también desalienta a alguien que prefiere tener una membresía casual. La excomunión ha jugado un papel significativo en la historia de la iglesia. Hasta hace 23 años, uno no podía dejar formalmente la iglesia sin ser excomulgado. (En 1985, un hombre de Arizona presentó una demanda de $18 millones contra la iglesia SUD por no permitirle hacerlo. El caso fue resuelto fuera de los tribunales y en 1989 se estableció un proceso de retirada voluntaria.) Esa línea tan clara es una de las razones por la que los mormones aún hoy parecen separados de la corriente principal de la vida estadounidense, incluso después de un siglo de asimilación. Muchas personas viven en la zona fronteriza entre ser mormón y no. Mi propio

nombre todavía está en las listas de la iglesia, y tengo la intención de dejarlo allí, aunque dejé de creer en el evangelio mormón hace 15 años. En última instancia, los acontecimientos de septiembre de 1993 pueden haber ayudado a ampliar esas zonas fronterizas, animando a otros miembros de la fe a cuestionar abiertamente la ortodoxia mormona sin abandonar por entero la religión. Esto no sucedió de repente, pero muchos líderes SUD parecían lamentar el furor y el dolor que rodeaba a esas excomuniones. Algunos, tal vez, simplemente lamentaron la mala prensa. Pero, poco a poco, la presión a los estudiosos mormones se alivió, y hoy muchos escriben y publican sin ninguna obvia preocupación por lo que sus presidentes de estaca podrían pensar. En retrospectiva, la “purga” de

septiembre de 1993 puede ser vista como el último gran intento de control, un control que los líderes mormones probablemente nunca volverán a tener. Pero también fue una pista dentro de la iglesia de que tal vez nunca desaparecerá del todo.1 *** En 1961, cuando Michael Quinn era un mormón devoto de 17 años, la novia de su mejor amigo le dio una copia de Family Kingdom, una biografía del entonces apóstol John W. Taylor. El libro, publicado una década antes, fue escrito por el hijo de Samuel Taylor, más conocido hoy en día por escribir el cuento que se convirtió en Un sabio en las nubes. El séptimo hijo de la tercera esposa de Taylor, Samuel retrata de

manera compasiva a su famoso padre, quien continuó casándose con varias esposas después de que la iglesia SUD renunciara oficialmente a la poligamia en 1890. Taylor huyó a Canadá durante las audiencias de Reed Smoot en el Congreso, un compañero apóstol monógamo que había sido elegido al Senado de los Estados Unidos. Fue excomulgado en 1911. El libro abrió los ojos adolescentes de Quinn a la disidencia dentro de las más altas esferas del liderazgo SUD, y al debate (y al aparente encubrimiento) entre los apóstoles del “matrimonio plural” después de 1890. Quinn ya tenía los ojos abiertos buscando tales problemas en la historia de la iglesia. Justo antes de leer Family Kingdom, había visto un panfleto antimormón llamado El Libro de Mormón Examinado, el cual resaltó cientos de cambios que José Smith hizo a la escritura mormona en sus primeras publicaciones. “¡Esto es todo mentira!”, le dijo el amigo que se lo mostró. Sin embargo, [Quinn] trató de encontrar la primera edición de la escritura e hizo su propia comparación. Decidió que sólo 16 de los cambios eran significativos. Poco después atendió, con unos amigos, a una reunión de la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una secta disidente que cree que el hijo de José Smith, no Brigham Young, era el legítimo sucesor de Smith como profeta. Un miembro de esa secta le contó a Quinn sobre una teología predicada por Brigham Young, y que luego fue abandona-

da, conocida como la “doctrina de Adán-Dios“. La teoría de Young, en términos generales, era que Dios y Adán son una y la misma persona. Este nuevo conocimiento llevó a Quinn a [estudiar] el Diario de Discursos, una colección de 26 volúmenes de sermones mormones. Estos tres sacudones al testimonio de Quinn (sobre el Libro de Mormón, la poligamia y la teología mormona) estimularon una búsqueda para descubrir y entender las partes del pasado de su religión que complica la historia más simple que había aprendido cuando era niño. Quinn estudió literatura en la Universidad Brigham Young, pero en sus tres años en el ejército decidió convertirse en un historiador, y convertir en una profesión lo que se había convertido en un pasatiempo. Al principio su ritmo parecía casual: En 1972, mientras estaba terminando una maestría en historia en la Universidad de Utah, un académico llamado Leonard Arrington fue nombrado historiador de la iglesia. Él fue el primer académico en ocupar el puesto, el cual antes había estado siempre en manos de líderes SUD de alto rango, y su nombramiento marcó un esfuerzo más amplio de reorganizar la oficina del historiador a lo largo de líneas profesionales. Los archivos SUD se abrieron a los estudiosos más durante esta época que nunca antes, y Arrington supervisó la investigación y la escritura de colegas académicos y estudiantes de posgrado, incluyendo a Quinn, quien entonces tenía 28 años y a quien contrató como asistente. El próximo año y medio,

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Quinn pasó horas todas las semanas en los archivos, tomando notas detalladas de los diarios que pertenecieron a los líderes mormones del siglo XIX, entre otros documentos. Cada mañana que trabajó allí “era como la mañana de Navidad”, dice Quinn. En los círculos de la historia mormona, este período es como conocido como “los años de Camelot”. Después de esos 18 meses, Quinn fue a Yale para hacer un doctorado y terminó en sólo tres años. Tenía 32 años; él y su esposa, Jan, estaban esperando su cuarto hijo. Ambos BYU y Utah State querían contratarlo. Ésta última, una escuela más pequeña, le ofreció menos dinero, pero BYU tenía sus propios inconvenientes: era y es un lugar conservador, tanto política como religiosamente. Durante los años de universidad de Quinn, el presidente de BYU, Ernest Wilkinson, organizó una “red de espionaje” entre los estudiantes con la intención de delatar a los profesores con tendencias comunistas. Pero Wilkinson fue reprendido, y en 1970 fue reemplazado por Dallin H. Oaks, profesor de derecho en la Universidad de Chicago, quien había trabajó para el presidente del Tribunal Supremo, Earl Warren, en la Corte Suprema de los Estados Unidos. La gente dijo que durante la presidencia de Oaks, el clima intelectual había mejorado. Durante el proceso de contratación de Quinn, un decano de la universidad ofreció “protegerlo”, Quinn dice, “de esa gente” (los líderes SUD) “en Salt Lake”. Antes de que pudiera ser con-

tratado, sin embargo, tuvo que viscuya salud se ha deteriorado gravesia de Nueva Inglaterra, y se mudó itar la sede SUD en 47 East South mente en los últimos años, fue necon su familia a Cambridge, MasTemple en el centro de Salt Lake y gada). Pero Packer ciertamente dijo sachusetts. En un discurso de abril sentarse en una entrevista con uno cosas similares ante un público más de 1968 sobre el servicio militar, de “esa gente” (específicamente, amplio. En 1981 dio un discurso a describió a “los jóvenes inquietos una “autoridad general”, uno de los los educadores de la iglesia llamado que no han encontrado desafíos” más o menos 100 hombres que di“El manto es mucho, mucho mayor diciendo que estaban “repudiando rigen la iglesia). Estos hombres son que el intelecto”, el cual se organiza sus responsabilidades de ciudadaconocidos a menudo por los fieles en torno a cuatro “precauciones”. nía” al evitar y protestar el servicio mormones como “los hermanos”. La segunda precaución es ésta: “Exmilitar. Dos años más tarde fue llaA diferencia de los líderes laicos iste la tentación de que el escritor o mado como apóstol. Con su experilocales, quienes tienen trabajos secel maestro de historia de la Iglesia encia en educación, se interesó por ulares durante el día y ejercen sus quiera decirlo todo, sin importar la forma en que la Iglesia enseñaba funciones eclesiásticas de manera que sea digno de mencionarse o no, su propio pasado, y decidió que no voluntaria, las autoridades generales o que promueva la fe o no. Algunas le gustaba lo que estaba pasando son empleados de tiempo completo cosas que son ciertas no son de en la oficina del historiador de la que supervisan las operaciones mucha utilidad”. No es claro si globales de la iglesia. Uno Packer leyó la obra de Quinn “Tengo problemas con no adquiere estas posiciones antes de entrevistarlo, pero si los historiadores, ya que llenando una solicitud y envilo hizo, probablemente le habando un currículum, sino que ría parecido que no era muy idolatran la verdad. La son llamados por los hombres útil. En su disertación en Yale, en la cima de la jerarquía. Los verdad no es edificante” Quinn examinó al “liderazgo devotos mormones consideran más alto” de la iglesia morque estos llamamientos son inmona “como una élite social”, spirados divinamente. Aunque centrándose en los extensos tal llamado no confiere oficialmente lazos familiares dentro de la jeriglesia. Según la biografía de 1995 la infalibilidad en el hombre que la arquía, la considerable riqueza de las de Lucile C. Tate, Boyd K. Packer: recibe (las autoridades generales son autoridades mormonas y su larga Watchman in the Tower, [Packer] todos hombres), criticarlos públiparticipación en la política. Tamestaba preocupado por “la libertad camente está visto mal. En el peor bién acababa de publicar un artícon la que ciertos materiales estade los casos, hablar así es conocido culo titulado “La crisis de sucesión ban siendo puestos a disposición de como “hablar mal de los ungidos de mormona de 1844”, la que detalla algunos individuos que no estaban Jehová”. la confusión sobre quién debía autorizados”. En 1975, en parte La autoridad general asignada remplazar a José Smith después de a instancias de Packer, el papel de para entrevistar a Quinn en la prisu asesinato. Quinn mostró que Leonard Arrington en la oficina del mavera de 1976 fue Boyd K. Packer. Brigham Young tenía un derecho historiador de la iglesia fue disNacido en 1924 en Brigham City, legítimo de reclamar el llamamiento, minuido en gran medida. Utah, el 10º de 11 niños, Packer aunque no era el único. Al entrevistar a Quinn en el 76, trabajó durante años como maestro Packer aprobó contratar a Packer dijo, “Tengo problemas con y administrador en el Sistema EduQuinn, pero tal vez se arrepintió los historiadores, ya que idolatran la cativo de la Iglesia. A finales de los de haberlo hecho cinco años más verdad. La verdad no es edificante”. años 60 fue llamado para presidir tarde. En 1981, la rama de la orgaAl menos esto es lo que dijo Quinn los esfuerzos misioneros de la iglenización Phi Alpha Theta en BYU, (mi petición para hablar con Packer,

una sociedad de honor nacional para estudiantes de historia, le pidió a Quinn que respondiera a “El manto es mucho, mucho mayor que el intelecto”. Quinn no se mordió la lengua. Comparó la manera en que Packer hablaba de los líderes de la Iglesia con “la doctrina católica de la infalibilidad papal,” la que es anatema para los mormones. La Biblia y el Libro de Mormón, los que representan a profetas humanos e imperfectos, son, dijo Quinn, “una refutación absoluta de la clase de historia” que Packer sugería. También criticó a Ezra Taft Benson, un apóstol de más antigüedad, quien había hecho comentarios similares a los de Packer. Una historia llena “de líderes de la iglesia benignamente angélicos, como aparentemente lo proponían los élderes Benson y Packer”, dijo, “rayan en la idolatría”. Ese último comentario se convirtió en el subtítulo de una foto en Newsweek tres meses más tarde, cuando el reportero de religión de la revista, Kenneth L. Woodward, escribió una historia de 1.000 palabras sobre el discurso de Quinn y la controversia que provocó. Pocas personas habían asistido a la presentación, pero un periódico independiente de BYU publicó una historia al respecto, y copias de las declaraciones de Quinn, tituladas “En ser un historiador mormón,” comenzó a circular. Finalmente fueron publicados, sin el permiso de Quinn, por dos activistas anti-mormones prominentes, Jerald y Sandra Tanner. La pieza de Woodward, titulada “Apóstoles vs.

Historiadores” llama al discurso de Quinn “una agitada defensa de la integridad intelectual” que “había puesto a Benson y a Packer a la defensiva”. Estaba ilustrada con una gran fotografía de Quinn en la parte superior, y otra considerablemente menor de Packer. Después de que el artículo de Newsweek fue publicado, Quinn recibió una llamada telefónica de Marion D. Hanks. Hanks, cuyo sobrino Paul aparecería en la puerta de Quinn en 1993, era una autoridad general, y supervisó la misión mormona de dos años en la que Quinn había servido en Inglaterra después de su primer año en la Universidad Brigham Young. Se había convertido en una especie de figura paterna, incluso oficiando en la ceremonia matrimonial de Quinn. . . Él le pidió a Quinn que viniera a verlo en su oficina después de trabajar un día, dice Quinn. Allí le contó una historia sobre la vez que Packer lo avergonzó delante de otros líderes de la iglesia como aparente venganza por un comentario que había hecho seis años antes. “Elder Packer”, le dijo a Quinn, “nunca va a superar esto”. *** El 16 de octubre de 1985, Quinn estaba almorzando en un patio de comidas de BYU cuando escuchó en el noticiero que Mark Hofmann había sido volado por una bomba casera en Salt Lake City. Se quedó paralizado. El día antes, una bomba similar había matado a Steve Christensen, un amigo y un entusiasta de www.pesmor.org

la historia mormona, quien había hecho posible que Quinn hablara en algunos almuerzos y cenas, pagándole con generosos certificados de regalo para la tienda de ropa de su padre. Una segunda bomba ese primero día mató a Kathy Sheets, la esposa de uno de los ex socios de negocios de Christensen. Una teoría en ese primer día de pánico era que los atentados estaban relacionados con el negocio, una empresa de inversiones llamada CFS. Pero la tercera bomba, la que hirió gravemente pero que no mató a Hofmann, hizo alusión a una conexión con la “carta salamandra”, un documento histórico en disputa que Christensen le había comprado a Hofmann un año antes y que había inspirado el más reciente proyecto de investigación de Quinn, un libro que eventualmente fue llamado Early Mormonism and the Magic Worldview (El mormonismo temprano y la cosmovisión mágica). Con fecha del 23 de octubre de 1830, la carta estaba dirigida a un converso mormón llamado W. W. Phelps y firmada por Martin Harris. En ella, Harris, quien pagó por la primera impresión del Libro de Mormón, cuenta una historia de los orígenes de ese libro sorprendentemente diferente de la narrativa más tardía y oficial de Smith. Lo más memorable, Harris dice, es que el espíritu que se le apareció a Smith y lo dirigió a las planchas de oro, de las que Smith afirmó haber traducido la escritura fundacional del mormonismo, parecía una salamandra blanca que le pegó a Smith tres veces. Expertos autenticaron

la carta, y Christensen, un mormón devoto, se la compró a Hofmann con planes de donársela a la iglesia. a Hofmann con planes de donársela a la iglesia. Pero era una falsificación. Eso fue determinado definitivamente en 1986 después de que Hofmann confesó los asesinatos de Christensen y Sheets como parte de una petición para evitar la pena de muerte. (No es del todo claro a quién le estaba llevando la tercera bomba cuando explotó accidentalmente.) En una confesión detallada, Hofmann dijo que había dejado de creer en el mormonismo en secreto mientras todavía era un adolescente y había urdido un plan para avergonzar a la iglesia mediante la creación de documentos falsos que expusieron hechos incómodos sobre la historia mormona temprana. Al igual que Quinn, se había interesado en la historia mormona cuando se enteró de que la poligamia se había prolongado durante años después de su [supuesto] abandono [oficial]. Él sabía esto porque los padres de su madre eran polígamos secretos. Hofmann eventualmente se convirtió, en palabras de un experto, en “el falsificador más hábil que este país ha visto jamás”. Para los líderes SUD que estaban nerviosos acerca de la historia de la iglesia, Hofmann era una pesadilla personificada: un hombre mentiroso y asesino empeñado en avergonzar a la religión, mientras que se glorificaba y enriquecía a sí mismo. Y él había basado al menos una de sus falsificaciones en el trabajo de Michael Quinn. En 1981 pro-

dujo una bendición supuestamente pronunciado por José Smith a su hijo José Smith III, declarándolo “mi sucesor en la Presidencia del Sumo Sacerdocio”. El documento fue inspirado en parte, parece, por “La crisis de sucesión mormona de 1844”, el que menciona una bendición. (“No hay pruebas concluyentes” de que se llevara a cabo, escribió Quinn, pero no descartó la idea por completo.) Si la bendición realmente sucedió, entonces Brigham Young, quien llevó a los mormones tempranos a Utah, podría haber estado equivocado al tomar control de la iglesia después de la muerte de Smith. No mucho antes de que Hofmann vendió ese documento falsificado, se acercó a Quinn en los archivos de la iglesia y le preguntó acerca de la crisis de sucesión y sobre su artículo. Los bombardeos y el posterior juicio de asesinato arrojaron una sombra sobre la práctica de la historia mormona. Ya era, en la mente de algunos, una actividad peligrosa, y ahora se había convertido en algo mortal, empañado por el fraude y plagado de errores. En los primeros días después de los atentados, varias personas que habían estado en contacto con Hofmann temieron por sus vidas. Después de que Quinn terminó su al-

muerzo en la Universidad Brigham Young, decidió no ir a su casa. En su lugar, fue a quedarse con un viejo amigo de la universidad, Richard Lambert. Para entonces, un asistente del fiscal de distrito, Lambert más tarde ayudó a procesar el caso contra Hofmann. Quinn, quien más tarde ayudó a la policía en su investigación, no fue a su casa durante varios días. Había sido un año difícil. En la primavera, se había publicado “LDS Authority and New Plural Marriages, 1890–1904” (La autoridad SUD y los nuevos matrimonios plurales, 1890–1904), la culminación de su interés en la poligamia posterior a 1890, primero impulsada un cuarto de siglo antes por Family Kingdom. Con casi 100 páginas y 400 notas al pie de página, el ensayo fue el fruto de décadas de reflexión e investi-

gación. El ensayo no fue popular entre los Hermanos, a quienes Quinn ya había enfurecido con su discurso sobre la historia mormona cuatro años antes. Para los fieles, la narración más simple en cuanto a la poligamia mormona es que Dios quería que los mormones la practicaran entre 1843, cuando se le reveló la doctrina del “matrimonio plural” a José Smith, y 1890, cuando se le informó a uno de los sucesores de Smith, Wilford Woodruff, del cambio de rumbo. Los críticos de la iglesia consideran que la elección del tiempo [para terminar la poligamia es muy] conveniente: En 1890, el gobierno de Estados Unidos había amenazado con embargar los bienes SUD si no renunciaban a la poligamia. Cuando un escéptico ve conveniencia, un creyente puede ver la mano de Dios. Un historiador diligente, por su parte, podrá apreciar que la verdad del asunto es complicada. El mismo Woodruff dijo en su diario que estaba “actuando para la salvación temporal de la iglesia”, y el Manifiesto de 1890 (nombre con el que se conoce su declaración oficial) no fue considerado inmediatamente como una revelación divina. Y tampoco se lee como tal. “Y ahora, yo públicamente declaro que mi amonestación a los Santos de los Últimos Días es que se refrenen de contraer cualquier matrimonio prohibido por la ley del país”, dice. Algunos líderes de la iglesia continuaron casándose con varias esposas, y esa es la razón por la que hubo un Segundo Manifiesto en 1904, durante las audiencias de Reed Smoot en el Congreso. Incluso después de

eso, unos pocos mormones de alto rango continuaron autorizando este tipo de matrimonios. Como escribe Quinn, “el Manifiesto heredó ambigüedad, se creó en la ambigüedad, y produjo ambigüedad”. El ensayo de Quinn sobre la poligamia, por su parte, le causó más problemas con los líderes SUD. Después de su publicación, Hugh West, el presidente de su estaba en Salt Lake City (Quinn nunca se mudó a Provo, considerando que valía la pena viajar diariamente por una hora con tal de poder vivir en la única metrópolis de Utah) le pidió que fuera a verlo. West dijo que una autoridad superior le había dicho que “tomara nuevas medidas” para “poner remedio a la situación”, dice Quinn. Ese líder de rango superior, James Paramore, había instruido a West a que dijera que la decisión era del mismo West y no que había venido de arriba. Según Quinn, West se negó a hacerlo. En cambio, se limitó a tomar la “recomendación para el templo” de Quinn. Los templos, a diferencia de los centros de reuniones regulares, están reservados para los rituales sagrados, y requieren una recomendación, una pequeña tarjeta que indica que el portador es digno de entrar. Quinn era un “trabajador de ordenanzas”, lo que significa que iba al templo con regularidad y ayudaba a otros a realizar esos ritos. West no revocó formalmente la recomendación, sino que la puso en su cajón. El estado de Quinn en la iglesia no cambió. Pero ya no podía ir al templo. No ha ido desde entonces. www.pesmor.org

*** El mismo mes en que su ensayo sobre la poligamia post-Manifiesto se publicó en abril de 1985, Quinn y su esposa se separaron y se divorciaron poco después. Era algo que iba a pasar: Quinn había sabido que era gay desde que tenía 12 años de edad. Como mormón, también sabía que “la atracción al mismo sexo” era, en el mejor de los casos, considerado algo desafortunado, algo con lo que hay que luchar, y, de ser posible, superar. Cuando llegó a comprender esto sobre sí mismo, y descubrió como se llamaba esto, hizo lo que era típico de él a esa edad: Fue a la biblioteca. Miró en el catálogo de fichas por la palabra “pervertido”, palabra que su abuela había usado después de que él le dijo que otro niño en la iglesia lo había estado tocando. El artículo sobre “perversión” decía “Ver homosexualidad”, y leyó todos los libros disponibles en esa categoría, no muchos en una pequeña biblioteca pública en 1956, aunque bastante pesados para un niño de 12 años de edad: El comportamiento sexual en el humano varón, de Kinsey, algunos de Freud, algunos de Havelock Ellis. Quinn también leyó ficción, incluyendo el nuevo libro de James Baldwin, La habitación de Giovanni. Incluso en las novelas, notó, los personajes gais siempre terminaban mal. Se determinó a suprimir esa parte de sí mismo y a ser un buen mormón. O un gran mormón, de ser posible: Desde la infancia, Quinn había sido informado por su abuela

que algún día iba a ser apóstol de la iglesia. Esto no es del todo infrecuente en la cultura mormona, pero Quinn lo tomó a pecho. Su padre nunca fue mormón: Hijo de inmigrantes mexicanos, se cambió el nombre, aunque no legalmente, de Daniel Peña a Donald Quinn, al parecer queriendo escapar de su patrimonio, así como de su pobreza. (Él tomó el apellido del actor Anthony Quinn, a quien conocía cuando creció en su barrio de Los Ángeles.) La madre de Quinn, por el contrario, era sexta generación mormona: Ella tenía un antepasado que se convirtió cuando los mormones estaban todavía en Nauvoo, Illinois, y quien es mencionado en los diarios de José Smith. Los padres de Quinn se divorciaron cuando él tenía 4 años, y fue criado en gran parte por los padres de su madre, quienes peleaban con frecuencia. Cuando lo hacían, Quinn, un hijo único, iba a su habitación, ponía un disco de música clásica, y subía el volumen. Desde muy temprana edad sentía dentro de sí mismo la presencia de Dios, “el fuego del espíritu”, como dice él. Ganó un testimonio ferviente no sólo de que Dios existe, sino también de que Dios le habló a José Smith cara a cara y que el Libro de Mormón y Doctrina y Convenios son, al igual que el Antiguo y el Nuevo Testamento, divinamente inspirados. Irónicamente, este testimonio sólo lo abandonó durante su misión. Mientras servía en Inglaterra estuvo a cargo de limpiar el resultado del “Programa de bautismos de béisbol”, en el que

los misioneros utilizaban el deporte para atraer conversos jóvenes. Una vez que los niños estaban interesados, los misioneros debían entrar en contacto con los padres, con el objetivo de convertir a la familia entera. Pero algunos simplemente bautizaron a los niños, a algunos sin siquiera saber qué era un bautismo. En el tiempo en que Quinn llegó, el programa había sido descontinuado, y muchos de esos bautismos necesitaban ser deshechos. Quinn fue a las iglesias locales y encontró las direcciones de los niños que no acudían a los servicios dominicales. Visitó esas casas con su compañero de misión y les preguntó a los niños si todavía querían ser mormones. Algunos ni sabían que lo eran. En los años ’60 no había un proceso de retirada voluntaria de la Iglesia Mormona, por lo que cada uno de estos niños tuvo que ser excomulgado, en papel, por apostasía. Quinn se deprimió tanto con la experiencia que durante unas semanas perdió su fe en Dios por completo. Sin embargo ésta no fue la última vez que ayudó a excomulgar a la gente. En Yale, mientras se desempeñaba como uno de los dos consejeros del obispo local, encontró, en los archivos del barrio, cartas sin respuesta de personas que deseaban salir de la iglesia. Él, el obispo, y el otro consejero realizaron los tribunales necesarios, excomulgando a los que querían salir. (No era requerido que estos futuros exmormones asistieran.) Más dolorosamente, como miembro del sumo consejo en una estaca de Utah varios años más tarde, Quinn fue www.pesmor.org

parte de cortes organizadas como resultado de pecados personales, tales como la participación en actos homosexuales. Quinn argumentó en contra de la excomunión, me dijo, pero no tenía la última palabra. Le pregunté a Quinn el verano pasado si pensaba que las provocaciones que escribió como historiador podrían haber sido impulsadas en cierto nivel por su propio conflicto interior respecto a las enseñanzas mormonas, si tal vez, inconscientemente, quería forzar un enfrentamiento con las autoridades eclesiásticas. Había, después de todo, pensado por muchos años que algún día iba a ser un líder de la iglesia, a sabiendas de que si esto era cierto tendría que suprimir para siempre una parte esencial de sí mismo. Tal vez, le sugerí, estaba tratando de sacar su verdadero ser a la luz. Estábamos sentados en la sala de una casa propiedad de una pareja gay que conoce en el barrio de Capitol Hill de Salt Lake City. Él estaba cuidando la casa. “He tenido más de un terapeuta con el que he hablado sobre este tema, ‘¿No ves que estabas poniéndote en una situación en la que ibas a fracasar?’”, me dijo. Pero él no lo recuerda así. “Oré sobre cada artículo que escribí y que fue impreso”, dijo, continuamente preguntando a Dios lo que debía hacer. “Siempre sentí que tenía la sanción y el aliento de Dios, así que seguí adelante por ese camino”. Incluso desde el principio un compañero historiador mormón empezó a decirle a Quinn que debía de tener un “deseo de muerte” con respecto a su membresía en la

Iglesia. En los años 90, cuando vivía en Nueva Orleans, Quinn, quien ya estaba cerca de su cumpleaños número 50, intentó escribir ficción, regresando a la literatura que una vez estudió cuando era un alumno. Escribió un cuento sobre dos misioneros varones en Louisiana que estaban atraídos entre sí y quienes eran acosados por un psicópata religioso. Revisó la historia de vez en cuando durante la próxima década y lo envió, sin éxito, al Paris Review y al Atlantic. Nunca escribió otra obra de ficción.

En la misma Conferencia General, otro apóstol dijo que un verdadero “miembro incondicional” de la iglesia “no prestaría su buen nombre a periódicos, programas o foros que cuentan con personas que ofenden y que hacen sembrar “la discordia entre los hermanos”. Cuando el Simposio de Sunstone volvió a convenirse en el verano del ‘92, Lavina Fielding Anderson presentó un documento sobre este creciente conflicto entre los líderes y los intelectuales. En su monografía, ella mencionó un “sistema de espionaje interno que crea y manDurante los años que Quinn *** tiene archivos secretos vivió en Nueva Orleans, la Primera sobre los miembros de Presidencia emitió un comunicado la iglesia”. Un profesor Durante los años que Quinn vivió en Nueva desalentando a los mormones de de literatura de BYU llaOrleans, la Primera Presmado Eugene England idencia emitió un comu- participar en conferencias académi- se levantó para hablar nicado desalentando a cas y en otros foros independientes tan pronto como Anderlos mormones de pardedicados a la discusión de su fe. son terminó. England ticipar en conferencias dijo que sabía acerca de académicas y en otros este sistema de espionaforos independientes dedicados je, llamado el Comité para el fortade BYU, quien ahora es un apóstol, a la discusión de su fe. El blanco lecimiento de los miembros de la había dado un discurso llamado principal de la declaración, emitida iglesia, el cual compila documentos “Voces alternativas” en la Conen agosto de 1991, era el Simposio y resalta declaraciones consideradas ferencia General semianual de la de Sunstone, un encuentro anual críticas de la iglesia. Fue dirigido iglesia. Usando la conocida metáiniciado por la revista Sunstone por William O. Nelson, dijo, un ex fora cristiana de una oveja perdida 12 años antes. Desde entonces se asistente de Ezra Taft Benson quien que trata de escuchar “a la única había convertido en el principal ahora rinde cuentas a Boyd K. voz que puede guiarla” de vuelta a evento para los “supuestos eruditos Packer. Supuestamente, Nelson, al casa, Oaks dijo que los mormones e intelectuales” del mormonismo igual que Benson, era un partidario deben tener cuidado con las “voces para reunirse e intercambiar ideas. de la John Birch Society, un grupo alternativas . . . cuyo objetivo con“Apreciamos la búsqueda de conoradical derechista, anticomunista, y feso o secreto es engañar y devorar cimiento y la discusión de temas del que apoya teorías de conspiración. al rebaño”. Entre las voces contra Evangelio”, dijo la Primera Presi“Yo acuso a ese comité,” declaró las que Oaks advirtió estaban las dencia. “Sin embargo, creemos que England, “de socavar nuestra Igleque pueden ser “oídas en revistas, los Santos de los Últimos Días que sia”. diarios y periódicos y en conferestán comprometidos con la misión Reporteros de televisión local encias, simposios y conferencias”. de su Iglesia y con el bienestar de los otros miembros se esfuerzan por ser sensibles hacia los asuntos que son más apropiados para ser conferidos y corregidos de manera privada que en un debate público”. “Hay veces”, agregaron, “cuando el debate público de los asuntos sagrados o personales es inapropiado”. La “Declaración sobre los simposios” fue otro desgarrón en la relación ya deshilachada entre los líderes de la iglesia y los eruditos. En 1989, Dallin H. Oaks, una vez profesor de derecho y presidente

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filmaron la sesión, y el reportero de AP Vern Anderson estaba sentado en la otra punta del auditorio. Salió silenciosamente y llamó al edificio de la oficina de la Iglesia SUD para preguntar sobre este comité. Un vocero de la iglesia le dijo que existía, y la Primera Presidencia emitió una declaración formal al respecto la semana siguiente. Citaron una revelación de José Smith del siglo XIX en la que habló de que “los santos obtendrían un conocimiento de todos los hechos y sufrimientos y abusos sufridos por ellos,” y dijo que “tal vez puede designarse un comité para averiguar estas cosas, y tomar testimonios y declaraciones juradas; y también para recoger las publicaciones difamatorias que existen”. La Primera Presidencia no mencionó que cuando Smith recibió esta revelación estaba en prisión en Missouri, donde “una orden de exterminación mormona” había sido decretada por el gobernador poco antes. Como el historiador Ross Peterson dijo en ese tiempo, “Comparar a Sunstone y a Dialogue2 con personas que disparaban a los mormones en 1839 Missouri es injusto”. Peterson, después de hablar acerca de los ritos mormones del templo en la prensa, vio su archivo durante una conversación con los líderes de la iglesia local. Empezaba en sus años universitarios. El Comité para el fortalecimiento de los miembros probablemente le pasó notas sobre Quinn a su nuevo presidente de estaca, Paul Hanks, a principios de 1993. Cuando Hanks apareció en la puerta de Quinn en Salt Lake City ese febrero,

trajo una carta citando dos artículos de Quinn y declaraciones que Quinn hizo a un periodista en 1991 como prueba de que era un apóstata. Uno de los artículos provenía de una antología llamada Women and Authority: Re-Emerging Mormon Feminism (Mujer y autoridad: Feminismo mormón reemergiendo), editado por Maxine Hanks, una pariente lejano de Paul y de su tío Marion, y pronto, una de los septiembre seis. El ensayo “Las mujeres mormonas han tenido el sacerdocio desde 1843” cita escritos de José Smith y otros documentos tempranos de la iglesia para argumentar que las mujeres ya tienen mucha de la autoridad espiritual concedida a los hombres, y los líderes SUD de hoy en día simplemente no reconocen esto. Vern Anderson, el reportero de AP, escribió una historia de 800 palabras sobre el ensayo en enero, justo antes de que Hanks se presentara en el departamento de Quinn. Quinn leyó la carta de Hanks esa noche y escribió una respuesta detallada. Relató lo que su ex presidente de estaca, Hugh West, había hecho cuando recibió lo que Quinn vio como órdenes similares desde arriba. Él puso en escrito su sincero testimonio del evangelio mormón y en la condición de Ezra Taft Benson como un verdadero profeta de Dios. Luego hizo copias de su carta y la carta de Hanks y las dejó en las oficinas de Vern Anderson y Peggy Fletcher Stack, una ex editora de Sunstone que se había convertido en reportera de religión para el Salt Lake Tribune. Anderson escribió www.pesmor.org

otra pieza que fue nuevamente publicada por varios periódicos, incluyendo el diario Los Angeles Times con el título “Los mormones lo están investigando, dice crítico”. Quinn fue a California—había recibido otra beca en la Biblioteca Huntington—esta vez quedándose con su madre. Ella estaba molesta porque él no asistía a la iglesia, así que manejó 45 minutos a un “barrio de solteros”, una congregación mormona específicamente para adultos solteros, cerca de la Universidad de California en Los Angeles. Le habían dicho que era una congregación inusualmente tolerante. Durante la escuela dominical, un hombre se le acercó y le dijo: “Al obispo le gustaría hablar con usted”. Quinn temía lo que se venía. Cuando entró en su oficina, el obispo, un hombre llamado Tom Andersen, dijo “que había leído este artículo en Los Angeles Times”, me dijo Quinn. El siguiente comentario del obispo fue: “¿Qué pasa con esa gente allá en Salt Lake?” Él estaba “entusiasmado” de tener a Quinn en su barrio. Había leído el ensayo sobre las mujeres y el sacerdocio, y le pidió a Quinn que hablara sobre el tema en una próxima “charla fogonera”, una reunión informal realizada a menudo en centros de reuniones mormones. Quinn asistió a ese barrio en Westwood cada semana mientras vivió en California. Y continuó escribiéndose con Paul Hanks, quien había escrito para expresar su disgusto al ver sus palabras citadas en el periódico. Quinn contestó con más dureza en esta ocasión, incluyendo una lista

de todas las cosas que Hanks había hecho que le habían molestado. Hanks se volvió conciliador, leyendo [el artículo de Quinn,] “En ser un historiador Mormón”, y escribió para decir que al leerlo había recibido una “visión más profunda de su devoción y su dedicación a la historia y a la Iglesia”. Él entonces le pidió a Quinn que se reunieran nuevamente cuando volviera a Utah . Quinn se negó y Hanks se volvió menos diplomático. Al “negarte a hablar con los líderes del sacerdocio”, escribió, “te estás cortando a ti mismos de las bendiciones del templo y de las bendiciones del sacerdocio”. Insinuó que los problemas de la iglesia con Quinn no eran teológicos. “Hay otros asuntos de los que tengo que hablar contigo que no están relacionados con tus escritos históricos. Son temas muy sensibles y altamente confidenciales y por eso no los he mencionado antes por escrito” Hanks había aludido a estos asuntos en cartas posteriores, pero nunca dijo explícitamente que es estaba refiriendo a la sexualidad de Quinn. nunca dijo explícitamente que es estaba refiriendo a la sexualidad de Quinn. Quinn estaba convencido que su destino en cualquier consejo disciplinario estaba predeterminado, que Boyd K. Packer lo quería fuera de la iglesia y que Hanks iba a hacer que sucediera. Hanks trabajaba para el Sistema Educativo de la Iglesia, donde Packer había sido un administrador durante mucho tiempo, y Quinn se enteró de que Loren C. Dunn, un amigo de Packer y auto-

ridad general, había hablado con Hanks personalmente. Si el destino de Quinn en verdad estaba sellado, es difícil de decir. En septiembre, Hanks le escribió otra carta a Quinn diciendo que había escuchado, en dos ocasiones, una grabación del ensayo de Quinn sobre el Programa de bautismos de béisbol, presentado en el simposio de Sunstone ese verano. También dijo haber leído el largo artículo de Quinn en Dialogue sobre la política de Ezra Taft Benson. Se refirió al “patetismo que sentí en tus cartas privadas, una súplica tuya a no ser rechazado de algo que amas”. “Quiero ayudar a resolver ese patetismo”, añadió, “y una tristeza que parece impregnar tus escritos privados dirigidos a mí”. Para entonces, Quinn más o menos había seguido con su vida. Rechazó la idea de que sus escritos y sus comentarios sobre la historia mormona a los periodistas justificaban una acción disciplinaria, y que se había resignado a lo que le esperaba. Hanks ya había tenido un tribunal en ausencia de Quinn en julio, en la que Quinn había perdido sus derechos como miembro. El domingo que se hizo, Quinn fue a un cine en el centro de Salt Lake y compró un boleto para la primera película que encontró, para quitarse el consejo disciplinario de la cabeza. La película era una adaptación del juego de Nintendo Super Mario Bros. Las tonterías ruidosas en la pantalla eran, para Quinn, el equivalente a lo que la iglesia estaba haciendo con él. Más tarde esa noche, cenando solo, sintió una nueva www.pesmor.org

sensación de alivio por lo que había sucedido hasta entonces y lo que él creía que iba a suceder. *** El consejo disciplinario final de Michael Quinn se celebró el 26 de septiembre de 1993, en el Centro de Estaca de Salt Lake, la sede de la estaca más antigua de Utah, fundado por Brigham Young en 1847. Las otras cinco personas que se conocen como “los seis de septiembre” ya había tenido sus tribunales. El de Maxine Hanks se había llevado a cabo en el mismo centro de estaca una semana antes, pero no asistió. Lavina Fielding Anderson también decidió no presentarse a su corte, la cual tuvo lugar en otro centro de reuniones en Salt Lake unos días después. Paul Toscano, un abogado muy combativo, se presentó a la suya en el Centro de Estaca de Cottonwood, en la parte sur de Salt Lake City. Tomó varias horas; una vigilia se llevó a cabo fuera durante las primeras horas, con velas, himnos, y chocolate caliente. Más al sur, en Provo, Avraham Gileadi se reunió más tranquilamente con sus líderes locales. Gileadi no era parte de los círculos de Sunstone y Dialogue que los otros habituaban; él había escrito y enseñado talleres populares acerca de las profecías bíblicas y del Libro de Mormón, las que habían sido consideradas “falsa doctrina” por los líderes mormones. Gileadi, Toscano, Anderson, y Hanks fueron excomulgados. Lynne Kanavel Whitesides no lo fue. También fue la única cuyo

consejo disciplinario fue supervisado por su obispo en lugar de su presidente de estaca. La iglesia mormona tiene dos tipos diferentes de consejos disciplinarios: un proceso más elaborado, a menudo reservado para aquellos que poseen el Sacerdocio de Melquisedec—en términos generales, todos los hombres adultos devotos—y un proceso más simple, en su mayoría utilizado para los que no—o sea, las mujeres y los hombres que no han avanzado mucho en la iglesia. Mientras que la versión más simple del tribunal es dirigida por un obispo y sus dos consejeros, la versión más elaborada está dirigido por un presidente de estaca, y no sólo involucra a sus dos consejeros sino al sumo consejo de la estaca, un grupo de 12 hombres. La mitad de estos hombres hablan

a favor del acusado, y la otra mitad a favor de la iglesia. (Sacan números para elegir los lados.) Después de una oración, el presidente de estaca les explica los detalles del caso. El acusado es llamado, se ofrece otra oración, y la corte procede. En ambas versiones de los tribunales SUD al acusado normalmente se le permite traer testigos de su carácter. Quinn les dijo a sus amigos que no quería que hablaran en su favor. Él mismo ni siquiera permaneció en la ciudad. Se fue a San Diego para dar el discurso de apertura de la conferencia anual celebrada por Afirmación, un grupo de apoyo para los mormones gais y lesbianas, y se quedó en California durante varios días después. En la conferencia habló sobre la historia de las relaciones del mismo sexo en

la iglesia y las actitudes cambiantes hacia ellos por parte de los líderes mormones. El 30 de septiembre llamó a Hanks para preguntar lo que el tribunal había decidido. Hanks le dijo que había sido excomulgado, y dijo que el tribunal duró seis horas. Quinn se sorprendió de que les tomó tanto tiempo. Más tarde se le dijo que a pesar de su petición de que nadie hablara en su favor, un amigo había asistido y había hecho precisamente eso, reproduciendo las grabaciones de las presentaciones de Quinn en los pasados simposios de Sunstone y leyó fragmentos de sus escritos. . . Este amigo le dijo que los hombres en el Consejo no se ponían de acuerdo si Quinn era un apóstata, y que el presidente Hanks finalmente declaró que Boyd K. Packer lo había presionado para

que tomara acción, y que tenían que hacer algo. Si bien el nivel de participación de Packer sigue siendo un motivo de controversia, lo poco que se sabe indica que estuvo involucrado. Después de que Paul Toscano fue excomulgado, Steve Benson, nieto del profeta mormón, se reunió en privado con los apóstoles Dallin H. Oaks y Neal A. Maxwell, y les preguntó, entre muchas otras cosas, si el rumor de que Packer tenía algo que ver con ello era cierto. Oaks le dijo que Packer se había reunido con el presidente de estaca de Toscano, y reconoció que eso había sido un error. Cuando Benson preguntó por qué nadie lo había detenido, Oaks supuestamente respondió: “No se puede entrenar a un oso grizzly”. Benson renunció a su membresía mormona poco después y se convirtió en un opositor de la iglesia que su abuelo lideró. En octubre, el Salt Lake Tribune informó que un hombre local llamado Michael D. Quinn había recibido una amenaza por teléfono. (Quinn es conocido profesionalmente como D. Michael Quinn; el primer nombre en su partida de nacimiento es Dennis.) Este otro Quinn no estaba en casa cuando llegó la llamada, y una niñera contestó el teléfono. Se le dijo que pasara este mensaje: “Estoy cansado de escuchar críticas a la iglesia. Mejor que se las guarde. Si no lo hace, tengo su número de teléfono y sé dónde vive. Voy a venir a buscarlo. Lo odio. Él apesta”. ***

A raíz de la ola de atención mediática que las excomuniones de septiembre provocaron, la Primera Presidencia defendió lo que había ocurrido. Ellos tenían “la responsabilidad de preservar la pureza doctrinal de la iglesia”, dijeron, y agregaron que, debido a que los líderes mormones están limitados por normas de confidencialidad, “los medios de comunicación se han basado en la información suministrada por los disciplinados o por sus simpatizantes”. Similares consejos disciplinarios se hicieron de manera más esporádicamente durante los siguientes años. Un ex profesor de la Universidad Brigham Young llamado David Wright fue excomulgado en 1994 después de publicar un documento argumentando que el Libro de Mormón no era un texto antiguo. La cuñada de Paul Toscano fue excomulgada por sus escritos sobre la Madre Celestial, un aspecto controversial de la teología mormona. Su esposa Margaret, profesora de inglés y feminista, quien atrajo la atención de los líderes de la iglesia antes que su marido, fue excomulgada en el 2000. Los consejos disciplinarios siguen sucediendo, aunque ahora parecen ser menos frecuentes, sobre todo cuando se trata de apostasía.3 De vez en cuando tal caso llega a la prensa. El mes pasado, por ejemplo, el Daily Beast informó que un blogger llamado David Twede fue amenazado con la excomunión a causa de unas piezas críticas que había escrito sobre Mitt Romney. Esto fue, casi seguramente, incorrecto: Romney tiene muchos crítiwww.pesmor.org

cos SUD, y entre los más notables se encuentra el mormón Harry Reid, líder democrático del senado. Pero el caso de la Iglesia contra Twede nunca se resolverá: Después de la historia en el Daily Beast, el consejo se pospuso, y unas semanas más tarde Twede renunció a la fe. Aunque los líderes mormones reaccionan defensivamente a la atención mediática, la crítica sostenida desde el mundo exterior parece tener efecto. Después de organizar una campaña masiva para aprobar la Proposición 8 y hacer ilegal el matrimonio gay en California, por ejemplo, la iglesia sufrió una reacción masiva, y desde entonces ha aparecido más tolerante hacia el activismo en beneficio de los derechos gay.4 Algo similar, aunque más prolongado, se llevó a cabo después de septiembre del 1993. Asistí al simposio de Sunstone este verano pasado, el cual se llevó a cabo en la Universidad de Utah, y mucha gente con la que hablé allí dijo que a medida que la influencia de Packer ha disminuido, se ha notado un enfoque más tolerante hacia los disidentes. A principios de este año, Maxine Hanks fue la primera de los Seis de Septiembre en volver plenamente a la Iglesia Mormona desde que el conservador Avraham Gileadi fue rebautizado silenciosamente hace casi dos décadas. En Sunstone, Hanks describió su camino de regreso al mormonismo como el típico viaje de un héroe, al estilo Joseph Campbell. Con el fin de tener sus bendiciones totalmente restauradas tuvo que reunirse con una autoridad general en la sede de

la iglesia. Al entrar en el edificio en Nineteenth-Century Americans: A deben compartir solamente aquellas 47 East South Temple, se encontró Mormon Example (Dinámicas del cosas que “promueven la fe” no es con Boyd K. Packer, quien estaba mismo sexo entre los americanos sólo intelectualmente ofensiva en la saliendo. Él estaba en una silla de del siglo diecinueve: Un ejempactualidad, sino que es una curiruedas, y a ella le llamó la atención lo mormón), publicado en 1996, osidad, una reliquia de una época lo frágil que se veía, y se encontró sostiene que la intimidad del mismo en que la información no era tan sintiendo “nada más que compasión sexo fue mucho más aceptada por libremente disponible. y amor” por un hombre que una los primeros mormones, incluyendo Esto también, parece, ha hecho vez le había parecido ser un enemia José Smith, de lo que es hoy. El lique el enfoque de Michael Quinn go. Ella le dijo hola, pero él no la bro ganó un premio de la American en las partes poco conocidas del reconoció. Historical Association, pero le trajo mormonismo hayan sido menos En el campo de la historia más dolores de cabeza a Quinn en relevante para los historiadores mormona los cambios son particUtah. Él sostiene que un ex director más jóvenes, los que cuenten con ularmente pronunciados. En 1997, del Coro del Tabernáculo Mormón más libertad y menos presión y el aclamado historiador Richard tenía sentimientos abiertamente que encuentran mucho más interés Bushman, quien pasó gran parte de románticos por los hombres, y que sus predecesores en el resto su carrera escribiendo sobre temas pone de relieve un asunto gay, que del mundo, el que de repente ha no SUD, comenzó a estudiar su una vez fue silenciado, de la década quedado fascinado con el mormonreligión más en serio, y convocó de 1940 entre un prominente líder ismo. El campo ha crecido y parece un seminario anual que de la iglesia y un mormón ayudó a atraer a jóvenes La noción de Packer de que los de 21 años sirviendo en estudiosos que podrían que escriben la historia de la ig- la Marina. Vern Anderson haber seguido otros escribió un artículo para lesia deben compartir solamente intereses. En 2001, un el Associated Press sobre esfuerzo de muchos años aquellas cosas que “promueven el libro, y varios periódillamado Joseph Smith la fe” no es sólo intelectualmente cos de Utah escribieron Papers Project (Proyecto reseñas y críticas. Quinn ofensiva en la actualidad, sino de los Documentos de fue acosado por correo. José Smith) recibió una En ese momento él estaba que es una reliquia financiación adicional y de duelo por la muerte se convirtió en una gran atracción de su hijo, quien se había perdido haber seguido adelante, a pesar de para los que deseaban estudiar los y fue encontrado semanas después que la investigación de Quinn, y sus primeros días de la iglesia. Hoy día, colgado de un árbol de un cable de luchas, fueron cruciales para lo que gran parte de ese proyecto está en extensión. Ése fue, Quinn me dijo, sucedió más adelante. línea. Más que ninguna otra cosa, el “un año horrible”. En la época en la que se dio Internet ha revolucionado el campo. Cuando se recuperó lo sufisu carrera, la que una vez pareció Hoy en día, cualquiera puede buscar ciente como para escribir, Quinn fortuita, ahora parece casi cruel. “poligamia mormona” en Google terminó la secuela de The Mormon Después de su excomunión, tery aprender más de lo que jamás Hierarchy y revisó su libro Early minó The Mormon Hierarchy: Ornecesitaría saber acerca de esa prácMormonism and the Magic Worligins of Power (La jerarquía mortica, acerca de su abandono, de las dview (El mormonismo temprano mona: Origenes del poder), y volcó consecuencias posteriores, etcétera. y la cosmivisión mágica). Pero a su atención a otro libro académico La noción de Packer de que los pesar de su productividad, nunca con profundo significado personque escriben la historia de la iglesia pudo volver a entrar en el mundo al. Same-Sex Dynamics Among www.pesmor.org

académico. En el 2004, tras una serie de becas y de dar clases como profesor visitante, fue el único finalista para un puesto de titular en la Universidad de Utah. Pero varios miembros de la facultad argumentaron que, en las palabras de un profesor, “Mike no era la persona adecuada para dirigir cualquier tipo de programa de historia o de estudios mormones dado el hecho de que fue públicamente excomulgado. Habría un gran número de personas en la comunidad mormona que verían esto como algo desfavorable”. Más tarde ese año, Quinn fue recomendado para un contrato de un año en la Universidad Arizona State. Su contratación fue vetada por el gobierno de la universidad, y muchos observadores creen que este gobierno cedió a las presiones de Ira Fulton, un donante mormón que entre 2003 y 2006 donó al menos $155 millones a la escuela. Fulton llamó a Quinn “una persona inexistente”. Sin un ingreso regular de que hablar, Quinn se mudó al departamento de su madre en Rancho Cucamonga, California. Él dormía en su futón y no tenía acceso al Internet o a seguro de salud. Cuando su madre murió en 2007, le dejó el condominio a su hijo. Dos años más tarde cumplió 65, haciéndolo elegible para recibir Seguro Social y Medicare. Él ha seguido publicando artículos sobre la historia mormona y participando en el Simposio de Sunstone. Este año se completó el tercer y último volumen de su trilogía sobre la jerarquía mormona, el que examina las actividades

comerciales y financieras de la iglesia desde 1830 hasta 2010. Se publicará el año que viene. Quinn ha dejado de buscar trabajo académico. Él espera que eventualmente va a poder vender la casa y que tendrá el suficiente dinero para regresar a Nueva Orleans y vivir allí durante el último par de décadas de su vida, si Dios quiere. Él ama las ciudades grandes, y cuando vivía en Nueva Orleans en los años 90 hizo amigos en los bares y en un grupo informal de profesionales homosexuales que se reunían una vez al mes. En Rancho Cucamonga no tiene amigos. Justo antes de su excomunión, en la primavera de 1993, Quinn dio su testimonio en el barrio de solteros en Westwood, cerca de la UCLA, al que asistía cada semana. Los mormones dedican una reunión sacramental cada mes para escuchar testimonios personales, y Quinn estaba seguro de que ésta iba a ser su última oportunidad para ofrecer el suyo en la iglesia. Se levantó delante de la congregación y declaró su creencia en el evangelio mormón, en José Smith como un profeta de Dios, y en el Libro de Mormón como escritura divina. A continuación, expresó su gratitud a la Iglesia por proporcionar, durante toda su vida, un vehículo para el servicio. La iglesia Mormona, dijo, lo sacó de su vida en gran parte monástica y lo obligó a ayudar a los hombres y mujeres que veía todos los domingos. Me admitió que, obviamente, es posible encontrar oportunidades de servicio fuera del mormonismo. Ha asistido a otras iglesias en ocasiones. Pero nada

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más le ha impulsado a contribuir a la vida de los demás de la forma en que la fe en la que nació y se crio lo hizo alguna vez. NOTAS DEL TRADUCTOR

1. Una especie de “Septiembre Seis” moderno es la excomunión de John Dehlin, anfitrión del podcast Mormon Stories, de Kate Kelly, líder de Ordain Women, y de Rock Waterman, blogger y mormón fundamentalista (no de los polígamos, sino de los seguidores de las enseñanzas de José Smith y no de los profetas modernos). 2. Sunstone y Dialogue son las dos publicaciones sobre temas mormones, desde un punto de vista fiel al extremo más liberal. La revista Sunstone ha organizado un simposio por décadas, y ha atraído a las figuras más notables de la academia mormona, tales como al mismo D. Michael Quinn. 3. Esto va a cambiar ahora, con la nueva política de la iglesia con respecto a los homosexuales. Muchos miembros de la iglesia se casaron con sus parejas gay o están conviviendo, lo que en el Manual de Instrucciones #1 es considerado apostasía y requiere un tribunal disciplinario. 4. Esto también, lamentablemente, ha cambiado. Ahora las personas que quieren bautizarse en la iglesia deben “repudiar” el matrimonio gay.

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