Story Transcript
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EL CGRREQ l)Z LA MQI3A. Z
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propiedad
sttststttu. heriste des{cota, pcr del{c aarorc perca átiroo.-scr {}cinto lpce tal, pcr dcn autculcpcrcccsct Grita -utucnct de uct sucia, pcr tcsc acacia Grcsct. Viaje de Cádiz é lnccita i cccctcciccl,pcr dcc Sctccic G. dct recto.-ncl nicho ct {leche < cccclccicct, pcr Coas l{t}cae}t dc nitro.-icbcrcc, por dcila Jccquics G. nchaaceda.
Lattt\ast lricurin, ueu. tss.
Grcscdc dc Lctcrcc, uau. m.
la que no puede gastar taoto, pero el mismo color graoa, forman el vestido
alpaca,
REVISTA DE MODAS.
eo
con
cuerpo alto y manga justa, que deja
sobre éste
AMOS á sbantlonar por nn moregiones de Ia coroneds Villla, y á dejar en ella olvidados por un breve rato los trajes severos mento las
que llevan n
eo
si el sello de dislin-
acompañar debe
que
á toda dama
damos, bectorss¡modelos de ellos, que os hetutrsr en yritner término en todos gentes constantemente
os
los mrculos adonde os llamen vuestras relaciones sociales ; y lo mismo eu la iglesia que en el iatseo, en la soiree que en la comida de etiqueta ó en la reuttion de recordar
conlianzs, oo habreis podido menos de gratitud á vuestro infsliga-
cariñosa
con
ble
coosejero Et Cocean nz r.t Moot. Hoy la moda, que yodriemos llamar de todos los tiempos y de todos Ins ysises, pues semejante al gran blnliere toma ln quc Ic hace falla donde quie¡
qae lo
ro
rocés
con
encuentra uoa
¡
y armonizá
sanen, y
un
un
gorrilo
cs-
ncctido dc Lnis XV
peinado griega ¡ó de los que sc usaban á priocipios del siglo, ba creado caprichosos disfraces para las elegantes que acuden á las playas y establecimientos de henos, mes pnr seguir la costumbre que por buscar alivio á sus dolencias, y justo es que la sigamos, aunque no sea mas que por un dio. No tomeis á broma, lectoras mies, la yalebre dis-
con un
fraces
que cal iñcamos les actuales modas de camparece sino que á porfia las damas han procurado ataviarse del modo mas escéntrico, como si
pe
con
: no
reñida paiestra el mal gusto con Ia hermosura, quedase ésta siempre vencedora. En efecto, cuanto
en
mas
escéntricas y Ias Modas.
origiaales, mas
encantadoras pa-
recen
Los
trajes encarnados llevan la mejor parte suntuosos tmjes de grós Parle, de glasé, de espuma de seda, ó Realmente esta incesante lucha:
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ver
el
inrlispensable traje negro, tle falda aun mas corta y abierta por los costados, con cruzados de cordon, cuerpo de escote coadrado y hotnbrera, que permiten ver el otro cuerpo y mangas ya citados : este cnbrctrcje es indispensablemcnle de grós. Una gorrita eseoeesa, botas de charol ahss y el bsston eon borlas, completen el traje de las modernas campesioas para lns horas rle la mañaoa. Védlss reuaidss en le mesa de los grsodes establecimientos, y }a no recooocereis en ellas las escéutricas pastoras de hace un tnomento : los trojes altos de graaadine, ceñidas al talle cou un cintnron, suyos cabos caen Rotantes ; las faldas de organdi con cuerpos suizos, de batista, y allernsndo con estos los trajes de pelo de cabra ¡crespon de lana, y demas
va
telas de la estscion, de hechuras conocidas y damas para ¡ son el recurso de lss
adornos sencillos esta !tnra. Recorred las
ylayss
de Bisrritz y de nuestros de-
puertos csotábricos á la hora de paseo ¡y entonces vereis trajes á cual mas estraños y capriliciosos
chosos coge
:
en
sobre la saya corta de lujoso bordado, se reysbellonrs la del vestido de mil rayas, 6 mil
cuatlros, de llores, jardinera, ó de un solo color con adornos de ntro muy contrario, y estos pabellones recogidos eon yates, que vuelven de adeolro á fuera con arañas que bajan desde la cintora, ó con broches y hebillas de
caprichosa combinacion,
adornan
la falda á la per que la levantan : los chalecos ó chupas á lo Luis XV se abrochan debajn de la imlispen-
sable cazadora, y los sombreros
ingleses de paja, Rotantes, comyletan los no faltando catre estos alguno que por mayor novedad se comyleta con la rotonda y capucbita igual, abrigo moy útil para esta ocasioa en que la humedad se deja ya sentir á orillas del largas gasas y trajes de esta hora; con
tnles
de
mar, ó en las escursiones á las montañas. Fáltauos ya solo buscar á estés eiegaotes
de
cionarias
en
siempre ioierior, el pié, y
en
espedi-
los soirées masicales y bailes que
se
CORREO QE LA RODA.
226
improvisanl entre los mismos bañistas, para los que nunca saleo desprevenidas nuestras damas de la aorta: para estos trajes, que exijen la elegancig unida á la sencillez, condicion fácil de cumplir solo para las personas de esquisito tacto en materias de rnoda, se utilimn en primer término los trajes de tarque eon un poco de ingónio de baile los que ya han servido para comida 6 paseo, refrescándoles los adorlatana y
se
tul, sino
transformen
en
es
trajes
coinpletáudolos cou cuerpo esñoiado ¡y berta de vaporoso cómo. Entre mtos trajes de gpaugaz y sociedad citaremos uno de hechura Luis XV, de
nos,,y
glasé rayado
celeste I.
blanco,
se
que
abre por los
costados sobre otra falda figurada de glasé asomar
que parece
'la primera:
tambien
una
esta falda interior
blanco¡
figurado
ambas, adornada la primera de dos bullonados con cinta pasada verde mar „y recogida en pequeños pabellones la segunda, con ciotas verdes, que bajando del talle todo alrededor ¡remataban en un lazo y una l'Osa.
Lm adornos de cabeza para estas reuniones son siempre los rulós de cintas, y si ser puede las ñores
Tal
es
el
aspecto de
Ante mi
patria de hinojos pecho la calma ; Estaba enferma mi alma, Estaban turbios mis ojos. Perdí del
Y el rostro
de trenzas
caprichosamente figuran en
de tirabuzones
fijo :
Campanas con voces puras en golpes secos ;
Vibraron
Arrastró el aire los úcm Por las bóvedas oscurnz.
lánguidas armonías aura en su embeleso, Y casime trajo un beso De aquellas moo tañas núas. Con
Gimió el
Ante mis soñadas
glorias virgiual En el rico pedestal De mis antiguas memmias.
Se alz6 el alma
Y
la Roda
el cielo
en
Dije en su suélo postrado 6 Re llamas como sol Chdo, Ó me quieres como hijo 9
varecorta-.
en
natuáales : los peinados prendidas y las moñas competencia.
dia
cuarta alrededor de
ondas y cubierta de cintas celeste,que figurau un rayado mas ancho : el pato corresponde á la falda interior, y la berta es blanca y celeste. Tambien hemos visto para este objeto uno de tarlatana blanca de doble falda, y casi del mismo largo da
ICórdoba! patria que un ojos al mundo abri6; Ri patria mekeclamó Y vine á la patria rsio.
Ris
en
las
playas
loma-
da al natural eotre el murmullo dé lss olas que vieá besar nuestros piós: naturalmente áerá cada dia mas lujosa eu Zarauz y Biarr itz convertidas este
nen
el
bogar de mi padre grito luego ; patria de un büo ciego en
Rodaba este sLa
Son los brazos de
sk
mi
se
medra,
s
residencias reales. Esto nos dará materia pam otras Revistas, sin desviarnos por eso de nuestro principal objeto, que socias deRadrid. verano en
Aoaoaa Psazz Iñaon.
La duda
en
Estoy libre...
Puesto que sin
Todo lo que
LITERATVRk
Yo mivo
no
y
dulce calma
Y entre nubes de
dl dugel de ods SOY
gUINTO.
A lks isoiorks ds Et. Cosaco.
Con los
Siendo
leyes esclavo aquí, quinto.... yo no fui
fjuiuto
ni serio ni octavo.
De duras
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ojos
colores,
amores
de mi alma.
Y á las niñas de Ez Conano
Como
un
recuerdo divino ¡
Las busco las adivino
Con los
Vine á Córdoba.... y
yo veo conviene.
ver...
me
con
mantiene
lo creo;
ojos del deseo,
Porqne en el gran escalon íjue del cielo uos separa ¡
ojos faltan Ojos tiene el
Si
en
la cara,
corazon.
.
:
ALBUM DE
IV, Por
los
ga, lectoras, sali
embargo,
soy
Casi desde que nací.
Soy quinto Mi honor Y será
en
con
:
mi
quinto
quinto
brazo fuerte
puesto fundo ;
en
el mundo
Hasta que venga la muerté.
L mi patria
me trajeran, quinto no me ailije ¡ sCuál es el quinto? me dije : No matar.— Me respondieron.
Y el
ser
consiguiente...
Cdrdobo, Agosto 3
soy
Era el anochecer ¡las sombras
quínlo. A. F. Gan,o.
ds 4865.
que le revelase quióa era dado la vida por saberlo!
Al principio de su fuoesto descubrimiento babiá'seguido á su esposo á lo bailes ¡al teatro, espiaüdb' todas sus miradas, procuranrlo interpretar baslalos mas frívolos cumplirlos ; pero no Imbia hallado ningun sór' humano que tomase las formas def fanmsmá su reposo. l Y sin embargo el fantasniá
te dentro dé los cuatro
se
encerr6 obstinadamende su casa, implorana
moros
do á la muerte que debia devolver la ansiada libaba su marido.
tad'á
nube.
Y la muerte
porque cada
Cóusímiea.
parecia haber escuchado estaba
pálida,
cada
votas,
sus
teáhti fuerza para sosteoerse. inútiles eran entonces los cuidadóa,' lag a?étágóu nes de Alfredo: no pronunciaba una palabra, no lbrvez
mas
vez
menos
áájhíán es aqneBA mujer pálida, débil, vacilante,
que reoostadaisobre el alfeizar de la ventaáa etitrega suseabelleéá lazfrebeas auras del otoño, eony
tetnplatriatéozóáte las mústias'-bajas que caen alfombrando el suelo, come si envidiase su destinbv Quián es aquellb mujer que dóbla. suapiraudo' la ca-
beza al oir los últimos santos de las aves, sorna si creyese que pttra'elht ne be de llegar otra alégre primavera I
íbty; qútnetsclutílde l clotilde qué vüíá'de amor ¡ yuinmmáz 'désduñu la existencia'I clotHgé qhe ya no lienu flv, yvm píuetRI éntrégürse d'la'esperanzai t i Hátsaé meses que'sólo vive thurieádo hace trm me;
sas
que'seleóbzBóiáelreposo dala'tumgal Ya no hay sonrisas en suz lábios, no hay ntzé que lágrimas en sua mejillas páñdas y dézcufurfdab I
IAb, trístti dep que amh y ne se juzga amado f l ay, trívtssde1 que uo conga en el ohjétó de'su amorf
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rival dichosa. i Hubiera
su
que turbaba existia I
ív.
ce
huesos.
sus
Entonces, dosalentada,
primero
condensaban
Y Clotilde la leis y la releia, esperando cada vez encontrar en ella una nueva palabra, un nuevo dato
IHEñIORIAS DE UNA CASADA.
Le
se
ecos se
retia hasta la módula de
En' tán hondo laberihto Sér guféto no me intimidá ; Yo no be matado en mi vida, Por
v2?
estinguian. Clotilde como si quisiera aprovechar los últimos resplandores del crepúsculo, séc6 precipitadamente de su seno on papel arrugado y ro to, y devar6 su conteniilo. 6Quióo podria decir cuan-' tas veces lo babia devorado con ei mismo afan,con la misma angustia? Clatilde, que por una estrena meiclade dignidad, abnegaciony orgullo¡ no babia interroeoado ni una sola vez á su marida, no babia interrogado á los criados, babia cometido sin embargo una'aceion baja 6 indigna, introduciendo su mano en el seoretsr de Alfredo ¡ sustrayendo aquella' carta escrita por una mujer, una mujer que le otor.gaba una pedida cita!... En justo castigo de su vil accion, aquella capta que llevaba siempre oculta en su pecho, era co-' mo lat única fatal qne Dejsnira puso á Hercoles; túnü ca de fuego qae abramba las carnes del hóroe y der-
De tao hondo laberinto ¡
Y sin
SEIYOR I?AS.
mulaba
ma no
un
deseo,
diese al
4 los cuales
instante
Ah, que cuando en la ganza ya no pueden
uoa
su
imaginacion
iaterpretacion
enféé-.. torcitñpi
uniou de dos se pierde la Cbáa' existir la paa ni la ventural
Clotilde escondió vivamente la carta' al óir rulgéi de pasos : era Alfredo. El también> esteR pálidb', ól tambien mostraba en su rostro, las huellas dé.uni horrible sufrimiento. —
Estás mejor liov'f estás hoy táejór? Ia piegühtgi dulcisiroa. I Oh si Dios qniéréra dbvolveéW'
con voz
la salud I
Clotilde sonrió amargamente, y nada' dijo. Mira, repuso Alfredo, Imce dos meses' melá&" —
taste'para que pidiera una licencia y te siguietay á Antequera. Entonces no podía, hoy puedo, si qúáerélF' dbntlo de ocha diez partiremos. l'Qüfóri sabe si' el carine dé tus bueáos pádiftáo
CORHEO DE LA MODA.
obrará
mas
portentos que el ardiente
que yo
amor
profeso I
te
Clotilde puso instintivamente la mano sobre su daba corazon, buscando el inalbadado escrito, que un
meolis6 todas aquellas
apasionadas espresiones.
¡Pero le amaba !solo l ¡Oh, si pudiese creer! murmuró —
ardorosa freole sobre el
marco
apoyando
su
de la ventana.
I eselam6 Alfredo asombra-
¡Si pudieras mis pado¡y por quó oo'I Te ofreoen iais acciones, de duda'! motivo estoy justo á Siempre labras algun de iu dulce voz, fijos los ojos en los tuti, pendiente yos! La revelaeion de sii s era!o estuvo próxima á esel orgullo y el caparse de los lóbios de Clotilde; pero creer
—
rubor la rechaxaron de
hasla el fondo de
auevo
su
No
hagas caso, dijo, estoy enferma, estoy
me
triste !
Alfredo Hubo
comprimió
un
un
suspiro.
instante de silencio.
Venia á decirte ¡repuso el jóven ¡que esta noche tengo preeisioa de salir¡y acaso vuelva tarde, —
solo,
vuelva
acaso uo
y
traiga conmigo quiea alegre
tu tristeza i
Cierra la ventana ; el aire
es
[rio....
¡Te
he
en-
contrado el libro que deseabas: mucho me ba costado encontrarlo!.... Lée inientras yo vuelvo, piensa en mi I.... La bes6
en
lafrenle,
hijo i...
nii
—
El destino te ha traído á Madrid para nuestro Esteban! esclamó Geuoveva corriendo á arro-
bien, jarse entre
y salió
El beso de Judas! murmur6 Clotilde con voz no puedo vivir asi I.... Yo necesito sorda.
brazos¡el deslino propicio
sus
Se envolvió
aposento. doblado
necesito saberlo lodo de
en ua
maato,
Cuando sali6 á la
aun
la
esquioa.
se
calle, Alfredo
como
vez!..
fuera del no
babia
sigui6.... ¡Parecia imposeguirle llébil y este-
Le
sible que tuviese fuerza para
nuada
una
precipit6
¡
estaba.
á la calle de Lapos del otro llegaroa en uaa casa de modesta apaenlró Alfredo vapiés. de riencia, y aun Clolilúe ao babia tenido liempo vió salir le cuando debia lo cs hacer, que quó El
uno en
pensar
otra vez, dando el brazo á
do de la
mauo
iOh,
cóaio
á
un
una
bella j6ven, y llevan-
aiüo de pocos años. cayó muerta sobre el
amparada
adonde acababa de llegar I :
todavía
de tu padre te babia obligado á partir, desaleatado, y obtuvo del coroael, de quien tan querida, que en atencion á la santidad de la
es
causa, baria caso oiniso de tu una
demás, Alfredo procur6 que la eleccion de habilitado interino recayese ea él, y de este modo pudo volver seeretameule á la caja el dinero sustraido. Estéban
tu desdicha ha sido un sueuo!... Sueno
:
benélico qne venir!
Geooveva! Alfredo! esclam6 cou acento desá garrador, á qué venia? por qué quereis obligarme
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ie
enseñará á
ser mas
Estéban babia escuchado
en
cauto en el por-
silencio
estere!ato,
las lágrimas pero los sollozos levsnlaban su pecho, y inundaban sus mejillas. De repente tomó á su aiñoen los brazos, se arro-
Alfredo, y esclamó con transporte: Juro sobre la inocente cabeza de mi hijo no
dilló delante de —
aaa sala cartel juro devolverdeuda, y bendecir!e á cada instantede mi vidal Míralei hijo mio, míralebien! Aél debes honor, fortuna, dicha....
volver á tocar te
jamás ni
religiosamente
nii
plegó padre.
El niño
crnzaron varias calles, y delaute de otra casa, en suyo por lia se detuvieron umbral estaba acolada nna mujer. Alfredo la Imbló al oido, puso en su mano algueo ua reducido cuarto nas moneilas de oro, y entró
—
coacederia efectu6. Por
te
lo
alegria I
hom-
falta, y
tres meses, eonio asi se
liceacia lle
de
un
porvenir, todavía
loco y
pavimento
bajo, seguido de su coinpaoera. Por la desalhajada estaocia se paseaba bre ¡ que al verlos lanzó uo grilo.
miestro el
presentó repentina
su
al verlos la infeliz esposa I Alfredo y la descoaocida
es
está ileso el llonor, patrimonio de tu hijo l... Así que Alfredo supo que una pérdida en el jueá sustraer algunas sumas de go te babia arrastrado la caja del regimienlo, conliada á (u booradez, se á los jefes, suponienilo que una enfermedad
de
no
el que
tarde! Porqne tú oo sabes... ¡Oh ¡tú no sabes cuánto le debes á ese amigo noble y generoso l Apenas leí tu serla, volví á él los ojos, sola y descomo estaba en esta inmensa capital,
—
¡Oh, yo saber adonde vá,
es
ba hecho descubrir á Allredo el lugar de tu retirol... {}uirñs dentro de alguoos dias hubiera sido
¡Alienta
alias. —
He andada averguence delante de vosotros? el destiPero sin sin abrigo! pan y prófugo, errante, nome encadenaba aquí! aquí volvian siempre mis vacilantes pasos!... ¡Oh ¡mi Genoveva, yo queria verte uoa vez aun antes de morir! iqueria ver á me
que
iuanecitas y
sus
repitió
Todos lloraban á la par: pero —
esposo I tan
de consuelo y
ver
¡Ob,
ama con
tolla la fuerza de
buena,
su
aliaaí.... Dice que
tan ainante I.... ñ!e ba
cuidaré, supuesto No
pudo
decir
;
uaa
esperar lo sois vos-
triste, yo eaferma, yo... mujer salió furtivamen-
que está
mas
es
permitido
de corazoo, coino que seríainos hermanas otros l Yola consolaré, supuesto que está la
palabras
á Clotilde! escíam6 Geuoveva ¡ de las bendiciones debidas á su partícipe cuánto deseo conocer á la que Alfredo
Corramos á
á hacerla
era
las
~
229
ALBlfáf DE SE!9ORITAS.
en doode estaba oculta, y eorri6 á de Alfredo : era Clotilde. piés postrarse Perdon i perdon! esclam6, estaba loca I Yo suel rlia pe que te babia mandada á llamar una mujer en que debíamos ir juntos al Retiro, y tuve celos i... l Yo me atrevi á registrar tus papeles, y á sustraer unacartade tusscretsr,como hoy be coutetido la bajeza de seguirte! Perrlon! perdon! eslaba loca!... Si ¡dijo Alfredo con tono severo¡desusado en él, bien necesitas que te perdone! Has hecho real, Clotilde, has hecho muy mal! El hombre por su posicion en la sociedad, tiene á veces secretos de importancia, que á nadie puede ni debe revelar! Quizás tu iadiscrecioa hubiera podido comprometer el honor y el porvenir de toda una familia!... Adernas, recuerdo que me hiciste el sagrado luramento de que jamás teudrlas para mi la menor reserva; la base del matrimonio estriba en la recíproca confiase, en la recíproca franqueza : sin lranqueza y sin conganza no puede existir la dicha. Si hubieras venido á mi, á tuesposo,á tu amigo, y me hubieses dicho¡es por esto por lo que sufro, yo te Imx hiera jurado con tono solemne sobre el honor, que te enganabas ¡y tú ltubieras recobrado el reposo y la alegrial Pero boy es dia de júbilo, auadió cambiaado de tono¡levantando ó su esposa y estrechándola ea sus brazos¡hoy es dia de júbilo y de olvido I A tí taruhien esta leecion, Clotilde mia, te hará ser mas cauta en el porvenir, y ahorrarnos a los dos inútiles amarguras! Oh lo jnro! Io juro I esclamó Clotilde con efusion. ; He sido tan desgraciada, he sufrido tanto! Aquella noche fué una noche de delicias para los cuatro jóvenes esposos. Clotilde nunca faltó á su juramento, nunca dejó
te de la alcoba
á los
—
—
—
que se condensara y tomara cuerpo la mas leve nubecilla que aparecia en el cielo de su dicha.
Hoy es
madre de muchos
dancia el fruto de
sus
íiijos
y
virtudes.
recoje en
abun-
deseogañamos, pues supimos por medio del telégrafo que era el Klipper inglés Baringa, que, procedente de Calcuta iba para Hongkong con 54 dias de navegacion, 6 sea eon un viaje mucho mas pesado que el nuestro, teniendo en cuenta la distancia. Poco tiempo despues vimos que echaba un bote al agua, y á pesar de hallarse á mas de legua y media de 'distancia, vino á bordo el capitan en una ligera canoa tri-
pulada
por cuatro marineros. Supimos por él que hacia !7 dias que se hallaba bordejeando sobre las mis. que nosotros, y que la noche anterior habio estado á pique de naufragar sobre un bajo de mas cos!as
coral inmediato á las islas de Pater noster.
que
se
le onleró del rumbo
Despues qhe debia seguir hasta
Hongkong, pues él vacilaba respecto al que debia de adoptar, por no haber navegado mtnca por el estrecho de Macasar, se despidió y regresó á su Klipper, que perdiutos de visla al dia siguiente.
Tambien durante nuestra navegaeion por el cabo Esperanza, tuvimos ocasiou de hablar por
de Bacas medio del
telógrafo eon M barca inglesa Cochester, procedente de Gibraltar iba á Mad rás con 49 de asvegaeion, al paso que nosotros hablamos
la cual dias
hecho
ea
39 la misma travesia.
El íl y 12 de Marzo adelantamos grada y poco mas ó menos, en el estrecho, y el !3
favorecernos
con un
dar
viento de popa que
algunas millas; pero pocas horas, y uo pudimos
por
medio, quiso Dios
nos
hizo
desgracia duró
avanzar mas
cabo Ttmoel.
su-
muy
que basta el
Ni las famosas Scila y Caribdis de los antiguos, ni el cabo de Horaos ó el de Buena Esperanza, ni nin-
guao de los cabos y eslrechos habidos y por haber, ioeluso el de Euripe, que causó la muerte ea Aulis
á
Higenia ¡la hija de Agamenon,
roe
han
inspirado
tanto horror como el maldito cabo Timoel.
la liase
bajo uaa
Situado
equinoceial cualquiera podrá formarse
irlea dsl calor que debe abrasar á los infelices
Malayos que le habitan, y por desgracia de los pasajeros rle la Coucepcion, la calma nos sorprendió á alguoas millas de distancia de dicho cabo, sin per-
Anoscs Gassst.
milirnos andar
uua
sola línea. Cuando Bolo soltaba
!a brisa que tenis encerrada en sus subterráneos, lo hacia mandándouosla por la proa, y á pesar de esta
burla
VIAJE DE
sangrienta, todavía teníamos que mostrarnos agradecidos, porque cuando menos evilaba que nos altogásemos de calor. Asi permanecimos basta el dia 23, en que sin duda se compadeció la Virgen del Cármen de nuestra angustiomt zituacion, y pudimos doblar tan maléñco cabo yendo á parar á algunas millas léjos de él, 6 sea á la iomediaeion de un islote denominado Vigilante del Norte, en el cual volvimos
CARIZ A MAIIILA,
CUUCIUUIUU
El '! de hlarzo descubrimos mura
ta
de babor: al
española Cervantes,
el mismu
dia.y
ua
grau
buque
por la
que era la fragaque babia salido de Cádiz en
principio creímos
hora que nosotros; pero pronto
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nos
á sufrir la misma contrariedad quc en él cabo Timoel ¡esto es, calmas y vientos de proa. I Con cnánto dolor vimos aparecer en el horizonte, el dia 25, un vaporcito costero, que traia nues-
CORREO BE LA, MORA.
rumbo, y perderse de vista á las pocas horas, fnterin nosotros pera)anecíamos clavados en el misruo sitio, ó lo que era aun peor para los pobres marineros, dando viradas de E. á O. sin ganar
noche dimos ñu á nueslro penoso y cansado dando fondo eu la bahía rle Manila.
sola milla I El 27 por la tarde vimos otro vapor, que seocult6 á nuestra vista con la noche ¡y por ñn el 28 al amanecer conseguimos rebasar el maldito is-
tos eu la
tro mismo
uua
Iote y doblar el cabo Donde á las once de la noche ¡ mar de Celebes, que cra el objeto de nuestras ansias. saliendo al anchuroso
Con calma y vientos de proa surcamos el citado mat en seis dias, y el 2 de Abril al oscurecer divisamos á lo lejos la isla de Mindanao, primera del ar-
I Ya llegué! eselam6 meutalmeats ¡contemplando las mil luces que veis brillar en los buques sm'
babia, en Ias casas de Manila y en las de los pueblos que la rodeao. I Ya llegué á la ciudad de mis deseos, á mi querida Manila, á la que tanto be acariciado en miimaginacion, y á la quc iniinitos
tantas veces
entonces
tCuánto habian cambiado mis ideas en el espacio quince años! Cuiín risueñas eran entonces, y cuán
graves, sérias y tristes
son
ahora! Cuántas ilusiones
perdidas l cuántas
esperanzas frusmadas! cuántos ensueños desvanecidos i lfua sola sosa conseguí de las muchas que halagaban entonces mi imaginacion, rica un
en
sueaosde
nombre
en
gloria
y de poesía. Ansiaba tener la literatura patria : ansiaba escribir y
publicar muchas obras con aceptacion de la prensa y del público¡y, gracias seau dadas al Altísimo ¡mis votos ydeseoshaa sido coronados de un éxito aun mayor qne el que babia imaginado. El 4?5 los empleamos enpasar el estrecho de Basilan ¡tenierido siempre 6Zamboanga delante de los ojos, y entonces recordé lo que de ella decia en mi poema Lc isla dsl Amor.
que dice
prosa y verso, y recerdé
poesía
que la
dirigí á
ml
:
: en tu reciato hermoso la años Largos paz he disfrutado, Y hora me lanzo al piélago azulado
Para
acaso
jamás volverte á ver. las desgracias que el destino
ll}ulán sabe
Reserva para mi en su libro oscuro! l hlaailal... te abanrloao.... mas te
meato
de
en
estrofa de la
hlanila, adios
claridad de la luna.
Basilea.
he cantado
una
despedida,
chipiélago Iilipino, hallándonos el 3 á las once de la noche á mas decuatro millas de distancia de la de Basilau, qne veíamos perlectamente á favor de la
ICuántos recuerdos se agolparon en aquel moá mi imagiuacion I En Basilea, quince años antes, babia escrito mi primera novela y primer drama ¡y tres años despues, 6 sea en 1853, babia pubñcado en España mi poema, titularlo La isla del Amor, cuyo asunto está tomado de. Ia Conquista de
viaje,
í}ue quisiera feliz á tí volver
juro
He
vuelto, y he contemplado á mi perla orientaá: el cariño de un amante, despues de dilatada ausencia ; pero... i cuán mudada la encuentro l... Pov con
todas partes no se ofrecen á mis ojos mas que ruinasv silencio, desolacion, falta de vida, y.... Ipobse Manila!... esclamo. 4 Será posible que siendo tan rica. ta has de preseotar siempre miserable y cubierta de harapos? I Acaso no tienen ojos tus gobernantes? merecen
de sensaciones? Ies falta el sentimiento de lo
bueno y rle lo malo?
hlauila, aunque en la apariencia eres pobre y mi' serable, yo sé que guardas en tu seno inmensas riquezas, que pudieran servir para embellecerte : yo Isz denunciaré á los gobernantes para que las exploten en tu favor y en el de la Metr6poli, que tantos sami-
Qcios ha hecbó por tí ; y si á pesar de mi celo y mhz cuidados no mejoras de situacion, no por eso dejaré de amarte, y siempre palpitará de gozo mi' comzatc al
contemplar la feracidad de tu suelo, y al ver motraaquiiamenté'las apacibles ondas del risuene poético Pasig.
verse
Al Sur de Mindauao, isla preeiom, (}ue el Español posée ea Filipinas,
Dó
pesca el carey, la concha
hermosa, perlas ñnas, Levántese Zamboaaga la orgullosa. se
Y cuyo
mar
abunde
en
El 5 á las siete de la mañana
se present6 un vienperder de vista á las pocas horas la famosa isla de Mindanao, viendo en los dios siguientes las, de Oregros, Mindano, Tablas, Páuay, y por último la farola def Corregidor el H á las dos delamadrugada; y el 12 álas siete y cuarto .de Ia
to
lhrgo,
quenos hizo
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y
Aa romo G.
ozr.
Canvo.
SEEORITAS.
ALBUM DE
23t
necio, la soberbia DEL DICHO AL HECHO.
me
cegaba,
—
Ahora
conozco
que
sino el deseo de abusar
El
peluquero
v
dijo, pero se llevó las manos al apoy6 su abatida y sonrojada frente, nada
á duras penas contuvo
uu
solloza.
demas., Ninguna falta nos hacen sus doctrinas, lo que nos hace falta es aprender, y sobre todo practicar la del Evangelio. La ley de Diós enseña que todos los homhermanos y que deben
amarse
¡
mando,
sin
mas
fuerza que la del
ejemplo y la verdad de su doctrina. De manera¡grit6 el peluquero ezasperado, que solo por tener el gusto de yredicarme un sermon me habeis espuesto á sufrir uua prueba tan dura? 66 ha—
beis tratado de hacer sin cuidaros de las ca
lá caridad Y Con el
esperimento en carne viva resultas, á y sois vos el que predi-
ejemylo,
un
Berú. Yo
pondré á deje abusar de los dones recibidos, pero sabré compensar.el mal rato que acabais de pasar, restituyéndoos á Nioeta, convencida de que no babeis sido ingrato cou ella, y tomo á cargo mio dotarla de modo que podais entrambas gozar de un porvenir dichoso. En cambio, espero que me deis la mano de amigo y la palabra de —
~uestra
disposicion
macee
una
fortuna que
no
os
renunciar á la murmuracioo y á la mal entendida
ñlosofia. El
de
pehiquero, vencido, subyugado¡
aquel ejemplo que tan acorde doctrina de su maestro, estrechó no
se con
difícil
por la fuerza hallaba con la efusioo Ia ma-
del
Marqués, y recobrando su ñiosofía, esclamó: La filantropía yueds hacer bsneiicios; la caridad sabe hacer milagros. Me babeis converüdo ; era un —
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convencer
era
no
el odio á los
abusos,.
el móvil de mis declama-
á Nineta de que
biañnjido desairarla
y socorrerse
mútuamente,y vé'ahi cómo se alcanza el remedio de la deñgualdad, que no puede menos de haber entre tus hombres ; esa ley de amor nos manda perdonar y hacer bien á nuestros enemigos, para ser verdaderosbijosdsDios¡que savia sl sol y la lluvia sobre los buenos y los malos. Eu lo sucesivo, mostráos mas indulgente con el yr6jimo, y menos conbado en vos mismo. No es buen medio para mejorar á las elasav predicar la guerra sino enseñarlas á conocer sus respectivos deberes, educando religiosamente á cada uno segun sus necesidades; así es como el cristianismo civiliz6 al
roia el
-Eso es positivo l dijo el lñarqués : la miseria y lujo conducen por distintos caiuinos á la degrsdaeion moral ; pero en cualquier estado que se halle la fortuna, si la eoneiencia está limpia y la caridad reina en los sentimientos¡el hombre goza de la felicidad, porque se bella bien con Dios, con los hombres, y consigo mismo. Pero aquí se acerca mi cómplice ¡añadió mirando con ternura y entusiasmo á la Baronesa, que se presentó acompañada de su protegida : no le babia sido
á sí mismos antes de meterse á reformadores de los
son
me
el
Consoíáos, esclamó el Marqués entre malicioso y compasivo, no sois el único liiósofo que ha desmentido con M práctica sus teorias ¡ el mundo está lleno de parlanchines que harian bien en reformarse
bres
envidia
ciones. En la medianía que me ofreceis es donde se hallan los goces mas puros, y ene!la espero ser mas dichoso que lo hubiera sido en la cumbre de la grandeza humana.
Coaeiasioe.
rostro y en ellas
la
corazon.
con
el
objeto
amante salo lm da disminuir su
su
pesadumbre al saber que no era dueno del castillo; la senciña jóven agradeci6 en el alma su cuidado, y no sabia cómo manifestarle sn ternura. El peluquero
Berú valia yara ella
mas
que el altivo Señor de Ro-
benbourg. Verilicado el doble matrimonio de
aliijsdes
y pa-
drinos, éstos partieran á Baden, y aquellos á Bourg,
colmados los primeros de bendiciones, y de dádivas segundos ; pero felices á cuál mas.
los
!
A falta de
castillo, compró la feliz pareja una caagradable, amén de algunas tierras y viñedos> suyo producto, unido al de su trabaje¡ les yermitia vivir tau lejos de la iniseria como de la molicie. La leceion no fuó perdida ; si alguna vez el peluquero reincidia en sus achaques y murmuraba un poco de las faltas del prójimo, ó quemaba un gra. nitode incienso en honor de sus virtudes propias, Nineta se las compeuia.de modo que siempre tenis un pretesto para nombrar el castiño de Robenbourg. Este nombre producia en sa marido el efecto de un talisman ; al oirlo se asilaba, humillaba la frente, y apñcábase con mas ardor á su trabajo, dicienda allá en sus adentros : Razon tenis la madre Berta¡ sita muy c6moda y
Dsl dicho al hecho
ea
macho trecho.
(ArregtoO Micsszs
on
Sizvs.
CORREO OE LA RODA.
única inconveniente de
los
poder jugar con todos
no
tan biea como la anlerior.
trajes
Joxamax G. Bsl.uasaua.
La utilidad de las limosneros y el sello de dislincion que siempre tuvieron, ha hecho que se invendescentas de diversos géneros y fornias, haciéndolas al cosiéodolas otras unas veces del einturon, y
der mismo vestido si
como
la que
teriales? primoroso trabajo los demas adornos de mas
lindo y
nuevo
un
que
esa
ocupa por sus digna de alternar
nos
es
rico
traje
rica y
de seda. Nada
caprichosa
labor
dilicultailes en su ejeque parece presenlar grandes cueiou, dáadooos luego la agradable sorpresa lle ob-
tenerse coo fiicilidad: solo reclaina un poco de pa-
ciencia, á y qué labor femenina
uo
lleva
consigo
La limosnera que muestra nueslro grabado está ejecutada sobre uaa tela de sella coa tleacilla, rosetas de crochet 6 feston, y molinetes sujetos con
¡del
Sobre
ua
modo
siguiente
:
trozo de seda fuerte se bilvana el dibu-
de jo de lalimosoera, que se habrá sacado en papel en todos lol bordes souloohe treacilla seda, poniendo marcados coa cadeneta, y arrancando despues el papeli entre amlizs treoeillas se pasan puntos de terxal uoidos para que resulte un bordado sl pasado, y con
el mismo torzal á punto de feston se bordan las rosas ó circules en los sitios marcados en el llibujo. En el centro de cada uno de estos se hace un moliaele,que saben nuestras lectoras consiste en pasar puntos de un borde á otro en forma de cruz, pasando en colno
en meprimero uua cuenla que procurará dejarse dio siempre. Los reslantes calados en vez de molinetes forman red, siendo el procedimiento el mismo
el
de pasar de unborile á otro los puntos en cruz, loreado una cuenta, casado el dibujo lo marea. Esta limosnera se compone de dos partes ; ls
co-
pri-
larga, que va sin bordar por la parte ioferior, unda la que sobre ella, cosida por las oiillas y forrada de lafetaa blanco, forma el bolsillo. Se dibujan aparte, se bordan como queda dicho, y se cosen caeolas un por el borde, faltando solo anadirle con festoo al aire colocarle las tres borlas, uua en el
mera
y la
la
se
y
centra y otra á cada lado donde termina Ia
parte del
bolsillo. Fáltanos ya únicamonte
designar
dina
colores á esta
labor, y materia es esta que abandonamos al gusto de nuestras lectoras ¡no sin aconsejarles la borden con torzal, cuestas y soutache neque si no es que gros, sobre grós de Paris gris plomo, el lorzal y la con un fondo sobre la prelieran malva,
lfada
Tamz
udm. 785.
oa aaoiuox.— Vestido
Rlda lisa
blanca, de
Figurin,
el escote de
guarnecido
¡
de grana-
eacaje. Corpigo de grós color de salmon, que figura chaleco del tiempo de la llegenciu, guarnecido de blanda negro. Casooo de
esta
exigencia?
cuentas
Fio, t."
ma-
con
det
Sspficocioo
te y
ajustada
de
encaje
Peinado, finpsrio.
El
la frente. Una treaza á la
perlas,
tas de
moño que
se
circasiana,
compoae de tres
Fio. 2.'
Talm
de
oz
de
grós
figura
termina
¡
sobre
cae
entre dos
sar-
debajo
del
bucles
cor-
Vestido de
grós
con
perlas.
con
—
ua
guaroecido de bie-
blanco á lo Clemencia lisura. Este ador-
baria por
en
coces
Plazo.
azul, de forma Prtaeeso, no
muy rizado
pelo
forma diadema y pasa por
respondientes. Coger y pendientes
ses
por delan-
Chantilly, abierta
al talle por detrás.
detrás,
cola. La falda
y por delante casaca, que
lisa
es
forma volante por detrás desde el
necido, La manga
es
en
el delaatero y del guar-
ángulo
estrecha y de corte recto
con
vuelta blanca.
Sombrero, ympsrio, de p"ja de arroz, de cordones de
oro.
El fondo
gnarnecido
calado,.y de él cae tira dc paja, un velo de es
una por detrás sostenido por tul de seda blanco, bordado de luaarcitos de oro. Diadema de oro debajo del ala con rixados de tul.
Bridas de cinta de seda blanca, oro en
cordencillo de
las orillas.
Estos dos mas
con
modelos, de
elegantes
un
gusto esquisito,
son
entre la inñnila variedad que ofrecen
hoy á la vista Biarrilz, Zarauz y otros puntos
concur-
ridos por la sociedad de buen tono.
buen
úly las cuentas negras. Esta tima combinaeion seria 'encantadora ¡ teniendo el
soutache
pensamiento
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Por
y
los
loeonrmsaolet Dlreelor
Editorpropietario, hf ADRID.
—
P. J.dc la Pena. t 865.
lmpauxxa ox R. Oksipo-axooano.
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CORREO DE I A h/ODA.
MADRID.
Coge de
© Biblioteca Nacional de España
Lope
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Vega, aém.
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