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El Dios Trino • La primeras referencias bíblicas al Dios Trino las encontramos en el libro del Génesis. – “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (1:1) – “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre…” (1:26) – “Ahora, pues, descendamos…” (11:7)
• Este vocablo hebreo, que se traduce como Dios (singular) en nuestras versiones castellanas, es un término plural que enfatiza el carácter poderoso y fiel del mismo.
Elohim “El nombre Elohim, que algunas veces se escribe El o Elah, y se traduce Dios en castellano, es el primero de los tres nombres primarios de la Deidad. En su estructura es un nombre que encierra pluralidad en la unidad, y está formado de El, ‘poder’ o ‘el que es poderoso’, y Alah, que significa ‘jurar’, ‘comprometerse a sí mismo por medio de un voto’, e implica por tanto la idea de fidelidad.” Biblia anotada de Scofield, Génesis 1:1
La Trinidad • Estas revelaciones incipientes de la Trinidad en el Antiguo Testamento se ven luego ampliamente desarrolladas en el Nuevo Testamento. • “La doctrina neotestamentaria de la Trinidad aparece más plenamente desarrollada que en el Antiguo Testamento. Ya que la revelación es progresiva, más luz está arrojada sobre este tema cuando Dios se reveló más cabalmente a sí mismo en el tiempo de Cristo y los apóstoles.” Billy Graham, “El Espíritu Santo”, p. 23
El Espíritu Santo • La primera manifestación simbólica visible del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento es la de una paloma descendiendo sobre la persona del Señor Jesús en el momento de su bautismo en el río Jordán, antes de comenzar su ministerio. • De manera singular, la primera referencia del Antiguo Testamento a la tercera persona de la Trinidad sugiere también la misma figura.
El Espíritu Santo • El libro de Génesis (1:2) narra la historia de la creación mencionando que el Espíritu de Dios ‘incubaba’(1) sobre la faz de la inmensidad, que “estaba desordenada y vacía”(2), probablemente producto de la conmoción espiritual que había tenido lugar en las esferas celestes con la caída de las huestes angelicales. (1) Traducción de la Biblia Peshitta (2) Traducción de la Reina Valera Revisada
“la tierra estaba desordenada y vacía—o en “confusión y vaciedad”, como se traducen las palabras en Is. 34:11. (En la versión inglesa, quiere decir el autor. Nota del Trad.). Habiendo sido convulsionado este globo terráqueo, en algún período desconocido, era una extensión desolada, obscura y anegada, hasta que, de entre este estado caótico, surgió la actual estructura del mundo.” Jamieson-Fausset-Brown, “Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia”, Tomo I, p. 20
El Espíritu Santo • Cuando vamos a las Escrituras encontramos al Espíritu Santo de Dios participando activamente en la creación y propiciando el terreno para el cumplimiento de los objetivos divinos. • “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:30 RVR) • “El Espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4)
• La persona y obra del Espíritu Santo, manifestada claramente en el Nuevo Testamento, había sido prefigurada en el Antiguo Testamento. • El Espíritu Santo, existió desde la eternidad y operaba de acuerdo al Plan Divino, en la forma como el Trino Dios lo había establecido. • Aún cuando el Nuevo Testamento desarrolla más ampliamente el tema de la identidad divina del Santo Espíritu, esto no significa que el Antiguo Testamento desconozca el tema.
La Fiesta de Pentecostés • La fiesta de Pentecostés, llamada así porque tenía lugar cincuenta días luego de la Pascua, celebraba el comienzo del tiempo de la cosecha. En Números 28:26 se la llama “día de las primicias”. • El Día de Pentecostés (Hechos 2:1-4), en el cual descendió el Espíritu Santo sobre la Iglesia, dio inicio a una nueva ‘cosecha de Dios en este mundo’ y a una nueva etapa en el obrar de la tercera persona de la Trinidad en la creación. • Esto estaba prefigurado en el Antiguo Testamento.
¡Él es Dios! • La Biblia no deja duda alguna respecto de la divinidad de su persona. • “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” Salmo 139:7 RVR • “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarías 4:6 RVR
¡Cuidado! “Pero el espíritu santo no tiene nombre personal. La razón de esto está en que el espíritu santo no es una persona inteligente, sino una fuerza invisible, impersonal y activa, que tiene su origen y reserva en Jehová Dios, y que Él emplea para realizar su voluntad.” "Let Your name be sanctified" (Watch Tower Bible and Tract Society), p. 269; citado por J.K. Van Baalen en “El Caos de las Sectas”, p.256
“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?” Isaías 40:12-13 RVR
El Aceite de la Unción • Uno de los símbolos del Espíritu Santo de Dios, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento es la figura del aceite. • Este aceite de la unción, mencionado en el Antiguo Testamento debía ser preparado con extremo cuidado (véase Ex. 30:23-30), y empleado sólo en ciertas ocasiones o circunstancias específicas. • Tal era el caso de la consagración de los objetos ceremoniales e instrumentos humanos que habrían de ser usados en el servicio a Dios.
El Aceite de la Unción • Un caso específico en el que este aceite debía ser aplicado era en el caso de un leproso que había sanado de su enfermedad (Lev. 14). • Este ritual, aparentemente complicado y carente de significado para muchos, es rico en significado en cuanto a su simbología. • “Este acto representa la purificación y la consagración del pecador… El infeliz leproso que se encontraba fuera del campamento nos representa a nosotros en nuestro peor estado…
“ Primeramente, el pobre leproso era recibido por el sacerdote que le conducía dentro del campamento y derramaba sobre él agua purificadora y le rociaba con sangre; después de eso le ungía con el aceite, y se le tocaba sobre la señal de la sangre que ya se le había aplicado, sobre la oreja derecha, en el dedo pulgar de la mano, y en el dedo mayor del pie derecho, lo cual significaba la consagración de todas las facultades de comprensión y de recepción que representa el oído; todas las facultades de apropiación por la fe y santo servicio, representados por la mano, y todos los pasos que diera y camino que siguiera, representados por los pies. Todo se dedica a Dios y el Espíritu Santo se posesiona de ello.” A.B. Simpson, “El Poder de lo Alto”, p. 92
“Lo primero que se pone no es el aceite, sino la sangre. Después, sobre la sangre se aplica el aceite. El Espíritu Santo viene únicamente a aquellos que han recibido a Jesús. Aparte de la cruz y el Salvador, no hay ningún otro poder espiritual.” A.B. Simpson, “El Poder de lo Alto”, p. 92
“…Como le ocurría al anciano San Francisco, siempre podemos saber quién es el verdadero Cristo por las cicatrices que le dejaron los clavos y por la herida que le hizo la lanza en su costado. Sin embargo, necesitamos del aceite tanto como la sangre. Nuestros oídos, nuestras manos y nuestros pies deben recibir la vida divina, deben ser poseídos y llenos del Espíritu Santo antes de que podamos oír a Dios y comprender lo que nos dice y apreciar debidamente lo que sabemos y trabajar como debemos para él, y andar en sus santos caminos.” A.B. Simpson, “El Poder de lo Alto”, p. 92
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