El Dolor es mi Patria, E. Mangana López, C. M

“El Dolor es mi Patria”, E. Mangana López, C. M. Esta es una vista de aquellos tiempos. Hoy… vendría a ser como una maqueta puesta en el interior de

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“El Dolor es mi Patria”, E. Mangana López, C. M.

Esta es una vista de aquellos tiempos. Hoy… vendría a ser como una maqueta puesta en el interior de un patio de la gran ciudad La flecha señala el lugar en donde se escribió “El Dolor es mi Patria”

PARA PODER ENTRAR El día 24 de Diciembre de 1957 nos sorprendimos de lo que estábamos haciendo. A decir verdad, ni la solución que yo daba al problema podía ser aceptada, ni su aceptación podía ser duradera. Nos reímos descaradamente de todo aquel artificio literario y nos resolvimos a cambiar de vida, planificando en lo más íntimo de la sinceridad humana, una segunda parte. Una segunda parte que, a pesar de los casi veinte años de gestación -73, al momento de emprender esta nueva edición-, sigue “impreparada” para el nacimiento. Pero es una segunda parte necesaria. Ambos -mi protagonista y yo- estamos de acuerdo en que su posición honradamente desesperada ante el dolor debe remansarse y desembocar en la eterna posición cristiana bien entendida. Debemos aceptar a Dios como la razón de todos nuestros pasos, de todo nuestro gozo y nuestro llanto. Aun cuando sean enormes y nos parezca que sobrepasan límite y medida. Sólo así podemos liberarnos de la “tristeza absoluta” Una mirada hacia el pasado. Los pocos curiosos que han tenido la desgracia de leer “el engendro” están de acuerdo en definirlo como una “especie de diario novelesco, teatral, con pretensiones de sicoanálisis, etc. etc.”. Es fácil aceptar lo novelesco, teatral, etc., etc. Pero “sin pretensiones”.

De novelesco tiene la creación del protagonista ése, tan desconocido, tan imposible acaso, tan pobre que por tener no tiene ni nombre propio. Podría ser todos los hombres en general y ninguno en particular. Dicho de otro modo, un tipo que es y no es al mismo tiempo, un goliadkin retrasado del febricitante Dostoievski, un convaleciente escapada de las obras de Arthur Millar que busca su “salvación” en un nosocomio conventual. De teatral, lo imprescindible: diálogo y acción. Dialogo que no monólogo. Si una persona “se habla”, aunque esté sola y a solas, se interfiere y sufre una vivisección mental: dialoga. Dialoga consigo misma, con su otro yo. Ya podemos entrar.

A CUALQUIER HORA DE CUALQUIER DIA ¿Qué MAS DA? -¿Cómo te encuentras? -¡Bien! Sencilla, tranquilamente desesperado. -¿Tranquilamente desesperado? -El cero y el Infinito. Cuatro paredes blancas. La mesa. El Cristo sobre el Diario y el cero sencilla, tranquilamente desesperado y el Infinito acosándome, mordiéndome, reduciéndome al anudarme con sus anillos de acero y el cero pidiendo auxilio al infinito y el Infinito callando en torno al cero y el cero solo, solo con la vida, nada, nadie quien le ayude, sólo, terriblemente solo, sin Dios, sin gracia, sin otros hombres, el hombre solo sufriendo sin valor de sufrimiento. ¿Pudo sufrir El tanto? Cristo sufrió, sufrió mucho… pero era Dios! Al otro lado del sufrimiento, estaba; tenía la esperanza, era Dios, tenía una fuerza superior a todos los sufrimientos, era Dios… Pero el cero, mi pobre cero, abandonado de todos y de todo, sufriendo sin más allá, sufriendo al saber que es nulo su sufrimiento, el hombre solo sufriendo, oh Dios, esto es terrible, ¿lo ves? Decidme ¿por dónde existe un camino? ¿Puede haber un dolor igual a mi dolor? ¡Creer y no esperar, creer y no poder esperar, alentar sin la gracia, socializar desde la tranquila desesperación, sentir la inutilidad de la muerte, desesperar de estar desesperado, hacer, hacer aun sabiendo que nada tiene sentido, reír, llorar o lo que sea, ser, ser así, ser… ¿Hay algún camino para salir? ¿Para salid de dónde? ¿Dónde estoy? Ni la muerte, ni la vida, ni el más allá, ni el ser. ¿Hay algún camino? ¿Perder la fe y morir? Pero, ¿cómo perder la fe, Dios mío, si me estás rodeando, si me estás manteniendo sobre la vida? Puedes mirarme, oh Dios? ¿Sabes adónde estoy?... -La realidad del dolor parece sobrehumana. Sufre el inocente, sufren los cristianos, sufren aquellos que no conocen a Dios, sufren aquellos que, aún esforzándose mucho, son incapaces de conferir un sentido a su dolor. ¿Puede darse un instante, sólo un instante sin dolor? ¿Puede hombre alguno en la tierra, sobre la dura tierra, permanecer al margen del dolor? Todos estamos destinados al sufrimiento. El sufrimiento insiste…Tercamente, cruelmente en sufrimiento insiste. El sufrimiento es la otra parte del mundo. ¡Pero nosotros sabemos que no puede existir dolor sin recompensa. El mal que Dios permita se encontrará respaldado siempre con un bien mayor! Hay lágrimas que deben ser vertidas. Tienes derecho a llorar. Llora, corazón.

EL TIEMPO TAL COMO ES, como un río, todo seguido: Minutos, horas, días… Día 27 de Noviembre de 1957. Hace ya más de dos meses que vivo en Salamanca. ¿A cuántos millones de distancia? No lo sé. Lo único que sé es que, en adelante, mi vida prescindirá de mí (Hace ya mucho tiempo que venía entreviendo una especie de vida que vivía sin mí). Ahora la realidad es a mi vida lo que la sombra al cuerpo. Celebramos hoy la festividad de la Virgen Milagrosa. Después de la charla que nos dirige el buen Padre X –mi corazón es hacia el suyo lo que la nieve perpetua es hacia las cumbres del Mont Blanc- uno no puede menos de asentir: “Todo esto es cierto pero difícil”. Se interpreta la Misa “Choral” de Réfice. Uno de tantos fracasos hogareños: la Schola ignora el “Deo gratias” de la Misa Regia de Enrique Du Mont requerido por el Diácono oficiante. La parte desocupada del día fue cosa de reír o llorar. Eso sí, alguien, hacia las doce, echó la casa por la ventana del Seminario. Día 28. Mi corazón sigue gravitando terriblemente hacia el suyo. Comprendo que no le es lícito abandonarle a El para “atenderme”. Pero ¿es que acaso no puede resolver mis problemas sin apartarse de El? No, no le es lícito apartar la flecha de su camino: perdería su blanco. …Ah! Pero Tú lo sabes, oh Dios, todo está perdido para mí. Nada, nada queda ya que pueda entretener el corazón. No, nada. Ni la religión con el insistente reclamo del “delicado más allá”. No, nada. Ni las ciencias, ni las artes, ni las baraúndas políticas, ni los placeres, ni siquiera los dulcísimos placeres… Sólo, tan sólo El, sí; él puede enderezarme hacia la esperanza. El puede salvarme. Pero él… ¿estará lejos de mí? ¿Estará cerca de mí? ¿Sabrá que yo me siento gravitar hacia él, que mi corazón late incesantemente hacia él? Ah!, eterna desventura: nunca lo sabrá. Nunca sabrá que le amo porque tan sólo él puede salvarme. Día 29. ¡Que placer siente uno, qué gozo, qué archipiélago de gozo siente uno al pasear, en estas mañanitas floridas del frío invierno, por la huerta! Los caminos salen recientemente trazados hacia el campo de fútbol, mientras la escarcha brilla recientemente caída sobre la escarola y los yerbajos… Un vientecillo fino, no lúbrico, apenas besa. Mis pulmones aceptan el frescor del rocío y rechazan los comentarios tontos que, segundo antes aceptaran. Es todo blanco y sencillo como las alondras. Pero… en el fondo, ¡ay Dios! Que tempestad de fuego alborotado, qué incesante locura. Estoy obsesionado de Dios, estoy luchando con Dios, oh Dios, oh eterno Dios…! A la caída de la tarde, felicito, por quinta vez, a un amigo que celebra su fiesta. Día 30. Me despierto a fuerza de fiebre y frío y empiezo a tararear los “Remeros del Volga” para ahuyentar los malos e inoportunos pensamientos que me acribillaron durante toda la noche. Eran como tres corceles de fuego en medio de mi conciencia: una como Invisible Presencia de un Dios obsesionante y aterrador, una como Desesperación Absoluta que me arrastraba a velocidad inevitable hacia las lagunas de la determinación y de la nada y… él. ¡Todo un hombre! Con un corazón igual que el mío –mi corazón es hacia el suyo lo que la nieve es hacia las cumbres del Mont Blanc. Tan sólo él puede desbaratar este rigor de hielo que me oprime los huesos. Pero no sabe que le amo. No sabe que necesito su ayuda. No sabe que decididamente le amo porque necesito su ayuda. ¡Una mirada suya, sólo un brazo suyo y …empezaría a vivir! Prosigo tarareando los “Remeros del Volga”. …bogando, bogando, blanca espuma dejando, nunca cesar de remar… Ay triste suerte del batelero…!

Sí, ay triste suerte del batelero! ¡Ay triste suerte de aquel que lleva consigo todas las tempestades del tormentoso mar de la tristeza! A las tres y media de la tarde, la Comunidad entra en su retiro espiritual. ¡Que paradoja! ¿Para qué va a entrar uno en retiro si está constantemente pensando en Dios? Son las diez de la noche. Una luna renacentista nos ilumina, lubrica, las riberas del Tormes. Hacia Santa Marta se deja oír una canción de amor, mientras las farolas del puente brillan profundas en el agua. Prosigo tarareando los “Remeros del Volga” y me dispongo a cruzar el túnel de la noche después de haber pasado uno de los días más tristes de mi vida. Día 1 de diciembre. Si María –Mariam, Miriam- significa mar de la amargura, la estación de Santa María la Mayor será “la estación de la mayor amargura”. Hoy celebramos, pues, la estación de Santa María la Mayor, o lo que es lo mismo, la Estación de la Mayor Amargura. Nos levantamos media hora antes de lo acostumbrado. Doy gracias a Dios, no por el acto de virtud realizado al deshojar las mantas al primer toque del cencerro, sino más bien porque prefiero descansar de la lucha nocturna. Me pasa lo que al “Huído” de Trulock: huyo y huyo de los hombres y del amor y del canto del pájaro y de la caridad y del ruido sin motivo y desaparezco... Desaparezco en los hombres, en el amor, en todo... Cumplo como todos, al menos externamente, las obligaciones de mi “tu social”. Las oraciones, la oración, la voz del Pastor monótona y cansada que hace descender nuevamente el sueño sobre mis turbios ojos... ¿Conoces algún drama que se parezca a este? ¡Responde, corazón! Día 2 de Diciembre. Llamo de día y no responde. De noche, y no hay silencio para mí. Llamo con los ojos. Sólo con los ojos se me permite llamar. Pero Tú, oh Dios, oh eterno Dios... ¿qué telón atroz de lejanías levantas entre mi corazón y el suyo? ¿Qué valladar de penas, qué serranía de distancias tengo que atravesar para llegar a él? Llamo y no responde. Busco como perro sin amo. Busco todo el día, pero jamás encuentro. ¿Eres Tú, oh Dios, quien le detienes? Pero no ves que se me vuela el tiempo? ¿No ves las manecillas del reloj hiriendo como espadas implacables? ¿No ves que se acerca el día, el inminente día, el espantoso día? “Oh Dios, si eres humano, compadécete ya; quita esa mano de encima; no me sirve y me duele, me da frío y miedo”. Al despuntar el día, releo, otra vez, la carta que me llegó de casa. ¿Cómo Tú, oh Dios, consientes eso? Todos han tenido que sufrir el rigor de la fiebre. Otros dirán: “es la peste”. Ah! es la peste... ¿Pero es posible que tengamos que estar eternamente sufriendo, eternamente bregando, eternamente subiendo, eternamente rodando con nuestra rueda de dolor al fondo? A última hora, se nos hace saber seca, inhumanamente la muerte del Padre X. Cabe pensar que la comunión de los santos tiene que ser algo distinto de lo que algunos ministros del Señor se creen. Cabe pensar, mirar, fijarse de hito en hito cómo pasa triunfal y cruelmente la espada del Señor... Día 3 de Diciembre. Tan pronto alborea el día escribo un rápido Cardiograma felicitando a Xavier. Con una nota aclaratoria que dice: (Texto íntegro): “No puede ser desde el verso, porque desde el verso... porque desde aquí ya nada tiene sentido. No puede ser desde el gozo, porque ya la escarcha nos heló las manos. No puede ser desde el alma, porque desde el alma ya todo está dormido. Sólo. Tan

sólo desde la aspiración se puede llegar a tí. Todos los puentes rotos, todos los caminos desheredados. Nada queda ya que me conduzca a tí” Y el Cardiograma dice: Casigozo Javier o Aldebarán Tormes - Salamanca “A mi regreso, si es que tienes la paciencia de esperarme, todo se hará más nuevo, todo se hará más blanco, todo se hará más tuyo y más perfecto”. Tu amigo. La Lejanía. Hora 25. (En la que ni un Mesías podría ya salvarme). Cierto. Nadie podría ya salvarme. Después de haber estado tan cerca. ¡Después de haberle tenido tan cerca! ¡Ah, qué montaña mágica levantas, qué corazón de hierro fuerte pones entre su corazón y el mío? ¡Nadie podría ya salvarme! Sólo Tú, oh Dios! Déjale, déjale que se acerque a mí, déjale. Sálvame Tú por él. Déjame. ¡Tú! ¡El! ¡Sálvame! ¡Déjale que me salve! ¡Déjame! ¡Sálvame! ¡Tan cerca como estuvimos! ¡Oh Dios encauza su corazón hacia mí. No, no. No puedes pensar que mi deseo es ése. No, nunca. Ah! ya sé que Tú me conoces... Pero no es eso. No puede ser. Te juro que no es eso. No, no llega a ser tan fuerte la raíz del desorden. No puede serlo. Tienes que ser Tú. Eres Tú, oh Dios. Eres Tú dentro de mi pecho mordiéndome, acosándome, doliéndome. Doliéndome como una úlcera en el pecho. ¡Oh Dios! ¡Oh fuerte Dios! Tú déjale. El, déjame. Ah, salvador mío, ven. Acércate, ángel mío. Acércate, mi tierra prometida, Ven, mi voz. Acércate, mi costumbre. Sin tí, temo mucho a la vida, temo mucho a la muerte, temo mucho a la muerte de mi vida sin tí. ¡Ven! ¡Acércate, ángel mío! Oh Dios, oh, eterno Dios, déjale que se acerque, déjale. Déjame que le abrace, déjame. ¡Ah! Eres más fuerte que yo, puedes más que yo. Pero déjale, déjame, ¿No ves que tengo las manos tendidas hacia Tí? ¿Pero no ves, oh Dios...? Día 4 de Diciembre. Tú nos creaste, oh Dios, eternos, inmortales. Pero nosotros pecamos y, al pecar, nos llevas hacia la muerte. Más he aquí que Tú vuelves, oh Dios, y con tu sangre nos libras del pecado. ¡Ah! ¿Y por qué no nos libras de la muerte? La vida: fiebre y frío. Luego, viene la muerte. ¿Hasta cuándo la muerte? ¿Hasta dónde la muerte? Dí, habla, oh Dios, ¿hasta dónde la muerte? Sólo Tú puedes contestarme. ¿Hasta cuándo la muerte? No me hables con tu silencio. Háblame más fuerte, ¿no ves que no te oigo? Grítame. Dame la valentía que necesito para seguir viviendo. Concédeme esperanza para seguir esperando. Concédeme la esperanza de seguir viviendo. Noche del día 4 El y yo convergiendo para seguir paralelos. Pero ¿por qué se dio tanta prisa? Solos los dos en la distante soledad. Sería el momento cumbre, la plenitud de mi gozo, mi salvación, oh Dios, oh Dios, oh Dios... Pero, ¿por qué se dio tanta prisa? ¿Acaso se arrepintió? ¿Acaso Tú no le dejaste, oh Dios? Si no te parece bien, no me digas la fecha, la hora de mi gozo, oh Dios, pero dime que su corazón, que mi corazón, que él y yo... para que arribemos hasta Ti, Dios mío. ¡Qué velocidad, qué avasalladora velocidad aquella, la de la sangre...! ¿Qué tenía que hacer? ¿Correr? ¿Adelantarme a su paso? ¿Morir? ¿Soñar, tal vez? ¿Gritar? ¡Ah sí, gritar! Pronto, oh Dios! Díselo prontamente! Son las diez y cuarto de la noche. Durante el día no hice más que bregar. Arbor... Dámaso... Pemán... Dámaso... ¡Quedémonos con Dios: “porque me hieres, Señor, porque con inmenso amor hieres con mayor dolor a las almas que más quieres... bendita sea, Seño, la mano con que me hieres!

Día 5 de Diciembre. Durante todo el día permanecen los árboles con la escarcha al hombro. El frío cala los huesos. La vida se nos presenta rigurosa y dura. Una niebla densa, densísima nos reduce a cero el horizonte, quiero decir, el paisaje. Y otra niebla más densa, nos reduce a cero la posibilidad de vivir. Y, ahora, oh Dios, todo está terminado. No has querido salvarme. Hiciste que él se alejase definitivamente... Siento tu espada horrible cortando los primeros hilos de mi garganta. Voy a morir. Voy a morir inevitablemente. Nadie estará conmigo oh Dios. Aquí me tienes, oh Dios, rendido, deshojado. Aquí me tienes pobre perro triste deshojado. Aquí tienes los años que me diste. ¡Veintidós! ¡Veintitrés!... Ah! Tú sabes que no es hora de morir, pero, ¿para qué seguir alentando tan espantosamente?. ¡Hombres, amigos, cosas... lejanamente os veo! Para vosotros, mi latido. Para vosotros, mi postrer latido. Sobre la tierra, sobre la dura tierra no hice más que amaros, amaros fuertemente, amaros desesperadamente. Enteraos, amigos, sobre todo vosotros que pudisteis ver los desnudos rincones de mi alma: sobre la tierra, sobre la dura tierra, no hice más que amaros... ¡Ah! y que lo sepa él. Decidle que nadie pudo amarle tanto como yo le amé porque sólo él podía salvarme. Enteradle, decidle: tanto quiso amarte que su corazón se detuvo. Enteradle, decidle: pronto, sálvale prontamente! Son las diez y media de la noche. Escarcha. Niebla y niebla... Ya no puedo escribir mis últimas palabras. Poneos locos de amor. ¡Amad, amad! Yo muero obsesionado de Dios: “Méteme, Padre Eterno, en tu pecho, misterioso hogar. Dormiré allí. Pues vengo deshecho del duro bregar.” Día 6 de Diciembre. ¿Qué significa todo este desorden? Hago lo posible por recordar las cosas que me acontecieron anoche pero no logro aclararme nada. Solamente recuerdo unos anillos de acero que apretaban insistentemente mi garganta, las hojas del diario y un escalofrío que me hizo rodar al suelo... Todo el día me encuentro como adormecido. ¿Será, acaso, la vivacidad del dolor que no me permite sentir más intensamente el dolor? El día se pasa como en “angarillas”, hechizado de nieblas y de nieves. Tengo la sensación de cosas imperceptibles, vagas, difuminadas... (A la caída de la tarde, nos abandona un compañero). Hace ya varios días que no aparece el sol. La niebla lo cubre todo. Los árboles están cargados de escarcha. Me detengo a contemplar un paisaje bellísimo. El frío sigue calándome los huesos. La fiebre... ¡qué se yo! A última hora, una buena noticia: él se marcha a su terruño para ayudar a bien morir a su padre. ¡Oh Dios, oh eterno Dios, haz que no se muera! ¡No quiero que se muera! ¡Ah corazón mío, mi pobre máquina de sentir, cómo te resientes, ahora. No puedes con tanto sufrimiento. Son las diez y media de la noche. El frío me llega al alma. Todas las cosas están cubiertas de escarcha y la niebla la invade todo. Hay un resplandor difuminado en la niebla. Un resplandor fantasmagórico que debe ser de la luna. Ladran los perros en La Nacional -Villa María-. Por la carretera no pasa nadie. Las imposiciones cívicas salmantinas nos restringen la luz. Yo escribo todas estas cosas a la vacilante luz de una vela. Y sufro.

Día 7 de Diciembre. Todavía sigue la restricción eléctrica de anoche. Sin embargo para ponerse en pie a las cuatro de la madrugada... no se necesita lámpara ni aceite. La niebla sigue tan densa como todos los días anteriores. Fuera y dentro.

La gravedad de mi corazón hacia el suyo, no obstante la lejanía, arrecia cada vez más fuerte. ¿Lograré recuperarme...? A veces, es tanta la ilusión óptica de mi vida que se me ocurre pensar que estoy soñando: “Ah gloriosa, gloriosa, ah tierna, intermitente, onda suave, onda en furia que nos lames o azotas, ese muerto, esa ausencia, oh si vivir pudiera” Sería difícil encontrar en la historia de la humanidad una tragedia así. (¿O será tal vez ésta la historia de la humanidad?). Hasta el primer día de mi diario pude conservarme inalterable, pude conservar esta apariencia de una vida sustancialmente irreal. Desde esa fecha, mi ficción ha empezado a tambalearse. No. No puedo continuar así. Creí que la esperanza llegaría a brindarme una solución, pero “mi deplorable estado anímico” va tomando dimensiones cada vez más alarmantes. Tal vez el único camino sea una “completa destrucción”. Pero Tú, oh misericordioso Dios, determina las cosas de tal modo que, al enterarse de mi muerte, digan: ¡así lo quiso el Señor! Y, enséñales a vivir... No les abandones a sus propias fuerzas. Resulta muy difícil querer hacerse una vida a propio intento; querer hacerse una vida que pareciendo real, sea la más irreal; que pareciendo verdad, sea mentira; que pareciendo vida, sea la ficción más absoluta, si es que dentro de lo absoluto pueden permitirse grados. Resulta muy difícil mantenerse en ese “tu social” creado a propio intento, sobre todo en un instituto religioso como éste. Es casi una utopía proponerse: “voy a vivir así ” y mantenerse en “esa vida” hasta el fin... Hacia las doce se levanta un poquitín la niebla, pero vuelve enseguida a su cerrazón anterior. Yo me encuentro profundamente triste. No porque sea día de ayuno y abstinencia y tenga que someterme a las normas dadas por la Iglesia, sino porque... “mi destino es estar triste”. Día 8 de Diciembre. Desaparece la niebla. Se desintegra la escarcha. Se nos presenta un sol lleno de gloria y majestad. Celebramos hoy la fiesta de la Inmaculada Concepción de María y es justo que todas las criaturas se muestren triunfales y generosas. En éste conglomerado de cosas que se despiertan existe una alegría furiosa. El aire vibra de júbilo. Todo se enciende y ríe. Mis compañeros brincan de gozo y dicen: “Vamos a jugar, seamos como el sol”. “En este día así, todos somos felices”. ¿Todos somos felices? ¿Yo, también, soy feliz? Después de la elocución monótona y cansada del pastor, tenemos una Misa Solemne. Finalizada ésta, nos abandona un compañero. Yo pienso mucho en esta y otras cosas así. Y, siempre que lo pienso voy a dar a un callejón sin salida. Entrada ya la noche, vuelven, otra vez, las nubes al cielo salmantino, Y, con las nubes, me llega la sensación de que mi vida está sobrecargada de “infantilismo”. Tengo la sensación de seguir siendo un verdadero niño. Todavía recuerdo las manos de aquel demonio en sotana quien, después de haberme envenenado, colgando de sus hombros un fardo de sacrilegios, abandona su estado sacerdotal, reniega de su fe y emprende veloz carrera hacia lejanas tierras. ¡Oh Dios! ¡Oh eterno Dios!... Siempre que pienso en ello, las lágrimas afloran a mis ojos. Lo mismo que al escribir éstas líneas. Y recuerdo, una vez más las páginas de “El Renegado”. Me identifico con aquel pequeño protagonista que debe entregar su vida por el dragón. ¡Ah! Pero, ¿cómo podré salvar a ese sacerdote renegado, mientras yo no me salve? ¡Dile, oh Dios, a este salvador que vive cerca de mí que me salve! Día 9 de Diciembre. ¿Por qué me despierto a las dos y media de la noche? Hago todo lo posible por volver a conciliar el sueño. No lo consigo. Y así, a fiebre y frío, hasta las cuatro, hora bienamada en que suena “el cencerro”. El día me resulta monótono y cansado. A veces tengo la sensación de estar abandonado y solo en un bosque de penas. ¿Con qué fuerza me llegan a la memoria los versos de “Mi pena acostumbrada”

Y de repente con su luz, cautiva brotará del día la alborada. Y el cercano horizonte de este pueblo será igual que hoy. Vendrá mañana. No cantarán los pájaros. Se cubrirá el sendero de hojas blancas. Volverán a cruzar los pasajeros la senda acostumbrada... Con mis alforjas llenas de recuerdos, abriré mi ventana al enorme jardín de la ilusión: la madrugada otra vez me dirá que tengo pena y tristeza en el alma... Día 10 de Diciembre. Se levanta una ventolera furiosa... !Qué voluble es este cielo salmantino! En todos los otoños de la tierra, no pudo haber existido una tarde “tan otoñal” como ésta. Ah! pero el otoño es bueno porque lleva consigo la “primavera”. ¿Estará mi alma en el otoño? Mi aliento empaña los cristales de la ventana. ¿Por qué se mueven las hojas desprendidas si ya no tienen vida? ¿Por qué se alteran los latidos del corazón cuando se lastima el viento en los cristales? Al anochecer, el frío apunta a las extremidades y acierta. Por un cielo incoloro, ruedan plenos, henchidos, los nubarrones. Y llueve. “En mi ventana llueve agua del cielo; llanto en mi corazón. ¿De dónde viene el vago y triste anhelo, causa de mi aflicción? Lo que más me acongoja de éste llanto es no saber jamás por qué razón, sin amor y sin odio sufre tanto mi pobre corazón.” Pero no. Mi corazón no sufre sin amor y sin odio. Mi corazón sufre con amor, con infinito amor, desesperado amor... Día 11 de Diciembre. Más atrayente que nunca, pero también más imposible que nunca. Regresa él. ¡Ah corazón mío, llora y ríe, duerme y sufre, llora y canta! Pobre máquina de sentir! Siente, siente a toda prisa; cruelmente, brutalmente siente, rueda, arrecia tu lluvia de sensaciones, clava, clava tu manecilla loca que me dará la muerte... El aguacero arrecia dentro y fuera del alma. Aunque alaridase que el aguacero arrecia dentro y fuera del alma, nadie me escucharía, nadie me entendería. Porque nadie sabe de nadie. Porque nadie sabe de mí. Porque mi dolor parece un dolor vulgar. Pero ¿es que puede mi dolor ser un dolor vulgar? !Ah vida determinada, nunca, nunca quisiera verte. Ni pensarte, ni siquiera pensarte. ¡Apartaos, oh cosas, apartaos! ¡Vivir así, sólo así! ¡Vivir en mí, sólo en mí! ¿No ves, oh Dios, que estoy necesitado? ¿No ves que soy sincero? Toma tú mi pluma, oh Dios, y escribe. ¿Qué escribirías, oh Dios? ¿Qué vas a escribir? Pues eso quiere decirte. Eso. Te digo eso. ¿Es que quieres que comience de nuevo? Para que pueda comenzar de nuevo, tienes que serenarme, oh Dios. Dame serenidad. No entiendes el zumbido? ¿No escuchas cómo se lastima el viento en los cristales? ¿No sientes el aguacero? La carretera es un río que atraviesa misterioso una selva. La noche está cerrada. Y el aguacero arrecia dentro y fuera del alma.

Día 12 de Diciembre. Dame serenidad, oh Dios, dame serenidad. Enséñame a sentirme, no como centro del universo, sino como “un garabato” que Tú creaste con infinita paciencia. Hazme ver que te he salido mal. Pero dime que mi dolor no es un dolor vulgar. Cada vez que le miro, le adivino mucho más lejos de mí. Todo lo que Tú quieras, oh Dios, pero dime que detrás de todo estás Tú. Hazme sufrir, hazme rabiar, hazme morir pero dime que detrás de todo estás Tú. Porque a medida que me acerco a tí, todo va tomando sentido. Dámelo, oh Dios, es mío. Tiene que ser mío. Tiene que salvarme. ¿Soy, acaso, un objeto sin valor? ¿Para quién es o dice algo mi vida? Trabajo, sufro, lucho, sufro y sufro y sufro. ¿Para qué, para quién trabajo? ¿Para qué, para quién tanto sufrimiento? ¡Ah, la muerte! Pero, ¿para qué la muerte? ¡Ah páramo desierto, ah lobo desierto! Ahora estoy escribiendo, pero ¿Para qué escribir? ¿Es éste acaso el curso de la vida? ¡Ah pasión inmortal! ¡Cómo cuesta vivir cuando no se ha resuelto la razón de vivir!¡Ayúdame, tienes que ayudarme! ¿Qué tengo que hacer, oh Dios, qué tengo que hacer? Dímelo. Háblame. Haría cosas imposibles. Mírame, oh Dios, mírame. ¿ A dónde quieres que vaya? ¿Por dónde quieres que vaya? ¿No ves? Estoy desnudo, desnudo hasta los huesos. Señálame la salida. Ponme delante un rayo. Enciéndeme una columna de fuego. Pero llévame, llévame de aquí. Llévame de este bosque de dudas. No cesa de llover en todo el día. Yo me distraigo con los preparativos del "belén". ¡Ah, aquí, oh Dios, aquí te quiero ver! Yo arquitecto de tu casa, constructor de tu casa, maestro de obras de tu casa, yo creando tu mundo, haciéndote una morada en belén, tan así, tan tranquila, tú que me tienes así, tan turbulento, tan desesperado, oh Dios, ¿no ves con qué cariño te voy haciendo las cosas? ¡Ah! El, ¿no ves? Tengo que salvarme. Tiene que salvarme. Día 13 de Diciembre.- Ante los demás esto tiene que parecer el mayor de los ridículos. Pero le amo sinceramente, desesperadamente porque "sólo él puede salvarme". Y la razón de que yo le ame eres Tú, oh Dios, eres Tú. Por eso ante tus ojos y los míos y los suyos... no puede parecer un desatino. Es indudable que el día se ha puesto enfermo. Pero su enfermedad no es comparable a la mía. Soñoliento, febricitante, oscuro, me paso las horas muertas. Me paso todo el día reconstruyendo cosas que apenas rozan, originando, creando, sufriendo sufrimientos, haciendo vida social, haciendo sueños. Vagos, imperceptibles recuerdos acuden a mi memoria, se van apoderando poco a poco del alma. En realidad debo estar enfermo. Estoy enfermo. Día 14 de Diciembre.- ¡Vamos a ver! ¿Puede decirse, acaso, que yo me encuentro enfermo? De ninguna manera. Todos los problemas que me aquejan están ahí, son del todo reales. No puedo atribuirlos a enfermedad alguna. Y el afecto que siento hacia esa persona amiga, la única en quien sinceramente confío y de quien espero "una palabra salvadora ", lo siento día y noche, dentro y fuera, turbulento y sosegado. ¡Ah, máquina mía de sentir, llora, llora copiosamente! ¡Ah contenido mortal, estalla! ¡Oh Dios, destrúyeme! ¡Vamos, pronto, destrúyeme! ¡Ha muerto su padre! Ahora sí, ahora ya no puedo más. He traspasado los límites del sufrimiento. He llegado a la cumbre, a la línea más alta del dolor. ¡Hombres, seres humanos, decidme cómo se escribe el llanto, cómo se escribe este monte, esta serranía, esta cordillera de tristeza, cómo se escribe esto que estoy sintiendo, esto que siento ahora! ¡Y pensar que todo pasará en silencio! ¡Pensar que él no se enterará que sufro tanto como él, más aún, mucho más que él! ¡Oh Dios si eres humano... ah! Día 15 de Diciembre.- Tengo unos veintitrés años de vida: algunos de adolescencia y todos los demás de sufrimiento. Veo claramente que no estoy enfermo. No soy un histérico, ni un alucinado, ni un epiléptico. Me doy perfecta cuenta del verdadero sentido de las cosas. Conozco que no pretendo engañarme: no gano nada en

engañarme. Cumplo mis deberes lo mejor que puedo. Y puedo cumplirlos bien. De modo que mi vida -si yo estuviera en gracia- sería digna de alabanza ante el Altísimo. ... Mas, he aquí que yo no estoy en gracia. ¿Que yo no estoy en gracia? Desde que aquel dragón, blando y adormecido de pinos, me derribó contra la ley de Dios, no he vuelto a tener un día de verdadera calma. Mírame, oh Dios. Mi vida es intachable ahora, pero el pasado se me encima como un peso en el alma, como una montaña de tristeza sobre mis hombros. Por eso voy a pedirte la muerte. Te pido la muerte, oh Dios, estoy deshecho, ¿no ves?: Triste al alba. Triste al atardecer; sol, que te escondiste, ¿cuándo has de volver? ¿Cuándo has de volver, oh Dios, a darme aquella gracia bellísima de mis primeros años? ¿Cuándo vas a regalarme la intimidad de aquellos quince minutos en tu presencia? ¿Recuerdas aquellos días, aquellos atardeceres, aquellas horas de soledad infinita en las que mi corazón de niño arribaba hasta Ti, atravesando un silencio espesísimo? ¡Ah, y todo aquello, ¿recuerdas? ¿Aquellos sosegados praderíos, aquellas "fonteliñas", todos aquellos caminos afectuosos que bajaban balando de los montes, a la caída de la tarde? ¿Y aquellos otros días de magnífica grandeza tuya, de impresionantes tormentas, de velas encendidas y de todos nosotros invocando tu nombre? ¡Ah, todo aquello era hermoso! ¿Por qué no me devuelves a la inocencia, oh Dios? ¡Todavía es tiempo, hala, ayúdame! Es domingo. Día del Señor. Nieva. Sale el sol. Vuelve a nevar y vuelve a salir el sol. Misas cantadas, plácticas, villancicos: "No se calla mi Niño, no se me calla, porque tiene frío dentro del alma. Que no se me calla el Niño, no se me calla!" ¡Qué bien! ¡La música! ¡Dios existe! (Dios existe, pero por más que le ruego, no me responde). Día 16 de Diciembre.- ¿Se lo dijiste, acaso? ¿De veras que lo sabe? Tú me dijiste: sal. Yo no lo creía: no era aquella su hora. Confiado en tu palabra me apresuré a salir. Sólo dos segundos de retraso. Y todo perfectamente: él, también salía. Salía y me miraba. ¿Qué me miraba, digo? No me miraba. Pero me daba la sensación de que quería mirarme, o lo que es lo mismo, me miraba de suyo, pues quería aparentar que andaba a prisa pero andaba despacio. ¡Qué cerca estaba el gozo! ¿Qué cerca mi libertad! ¿Y después en la puerta? ¿Qué pasaba en la puerta? ¿Cerraba o no cerraba? ¿Quería cerrar para mirarme o me vio cuando quería cerrar? ¿Qué hacía tan indeciso al ir a cerrar la puerta? ¿Le detuviste la mano? Pero ¿de veras se lo dijiste, oh Dios? ¿De veras que lo sabe? ¡Gracias, gracias, oh Dios! Pero sigue, dile que le quiero, dile que no es cosa de un momento tan sólo este afecto mío, dile que es uniforme, y puro y santo y desde siempre y para siempre. Ah! Otra vez y de veras. ¡Que se entere, que lo sepa cierto, ciertísimo! Día 17 de Diciembre.- Es cierto que sabe algo. Pero no sabe precisamente eso. Hoy le tuve cerca, muy cerca, casi a flor de pecho. Además, los diminutos cambios

hogareños me favorecen. Ahora puedo verlo de veras. Más aún, puedo sentirle de veras. Estamos frente a frente. Nadie se interpone entre nosotros. -"A estas alturas y todavía con esas" diría alguien que no entiende de afectos. Necesito su palabra salvadora y por eso le amo. Considero las cosas justamente, fríamente y me parece todo tan natural. Otros dirán que soy un sentimentalista arruinado. Posiblemente. Pero me parece todo tan natural! Me hace falta intimidad, oh Dios. A todos nos hace falta intimidad. Este es el problema: se necesita intimidad, amigos. Nos es de todo punto necesario un "colectivo espiritual" El corazón humano necesita del corazón humano frente a los fracasos de la vida. Sobre todo nosotros, los pecadores, necesitamos de los corazones de los otros, para no quedarnos abatidos por el peso de nuestros propios pecados...

Día 18 de Diciembre. – "...Alma, no me digas nada, que para tu voz dormida ya está mi puerta cerrada." La aguja de mi dolor sube inexplicable y repentinamente a su máxima intensidad. ¡Ah! ¡El dolor es mi Patria! ¡Abandonadme todos! Yo soy el horno de la ausencia de Dios. ¿De la ausencia de Dios? ¡Pero si le llevo conmigo! ¡Sí, sí, Bernarnos, sí querido George: en mi pobre y pequeño mundo, el dolor es un buen Dios ¿El dolor es un buen Dios? Pero ¿qué es lo que digo? ¿Que el dolor es un buen Dios? ¡Ah, sí... el dolor es un buen Dios, un Dios crucificado. ¿Cuándo, cuándo despuntará la Alegría? ¿Cuando despuntará nuestra Mañana Pascual con la que tanto soñamos? Con frecuencia se dice que la paciencia del pobre no perecerá porque, en ella, es Jesús el que sufre. Con frecuencia se dice que Cristo está infinitamente más presente en el mundo de lo que nosotros creemos. Pero ¿será posible que Jesús sufra en mi paciencia...? ¿Será posible que esté presente en mi vida? La vida no es nada si no es verdadera, se dice. Y no es verdadera si no participa de una Verdad Absoluta. ¿Es que yo no participo de una Verdad Absoluta? ¿Es que por tanto mi vida no es verdadera? ¿Es que no es nada mi vida? El hombre pobre, se dice, el pecador pese a su total abandono, debe despertarse un día sobre el hombro real de Jesucristo, porque, también él, es de la estirpe real de Jesucristo, también lleva en sus hombros una invencible luz que él no ve, y que nosotros tenemos la obligación de descubrirle. ¿Cuándo me vais a descubrir esa luz? Día 19 de Diciembre.- A las tres y media de la madrugada siento algo así como un llamamiento de Dios, Obedezco, me dispongo y bajo a la capilla. Son ya las cuatro y diez. Empiezo mi oración y espero a que la voz de Dios... (Pero yo pienso: ¿para qué hacer oración, si mis oraciones y mis palabras y mis obras son obras muertas, pues proceden de mí muerto a la gracia?) La oración se prolonga Y el arrepentimiento se exterioriza. Las lágrimas arrecian cada vez más fuerte. Dios combate y combate, pero mi corazón -ah, malditas ataduras sociales que nos amordazan- no cede ni se ablanda-. (¿Por qué él y sólo él?) ¿Que no cede ni se ablanda? Mi corazón es el más arrepentido de cuantos tuvieron, tienen y tendrán que arrepentirse. La batalla se alarga, dura y dura. Apenas oigo cómo se mueren las horas. Nunca en mi vida recibí una tolvanera de latigazos tan grande, oh Dios, oh eterno Dios.

Día 20 de Diciembre.- Patrocinio de San Vicente de Paúl, el padre de los pobres. Conferencia. Las palabras del buen pastor me dan pié para repensar lo que decía Pratmans: "más se convierte conmoviendo que discutiendo". Misa armonizada. Se interpreta: "No se calla mi Niño", con letra de “mi puño letra” y música de Domingo Mendía. En el reloj de la torre da la una Y otra vez la niebla. Otra vez, la escarcha dentro y fuera del alma. (Dentro del alma, siempre). Se aproximan las horas en que se medita en los misterios del nacimiento de Dios. Lo mejor de estas fiestas es su valor simbólico: Dios nace en las almas. ¡Misterio de amor es éste! Dios nos crea para darse al mundo. Y el mundo es, se realiza en la donación que hace de sí mismo al Señor eterno, al Padre y Creador de todas las cosas. "La Encarnación salva lo que estaba perdido". El Señor de los cielos de rico se hace pobre para enriquecernos a los pobres. Está, dice el Profeta, en medio de vosotros Alguien a quien no conocéis y que será vuestro salvador: la Alegría Cristiana. ¡La Alegría Cristiana! ¿Será posible, oh Dios, nacerás en mi alma? Nacemos para la alegría! ¡Crear, crear, estar con Dios para que nuestra vida tenga sentido! Yo no estoy con Dios y por eso mi vida carece de sentido. ¿Yo no estoy con Dios? ¿Pero es posible no estar con Dios? ¿Será posible no estar con Dios? ¿Es posible tener, alentar un hálito de vida teniendo a Dios ausente? ¡No! Es de todo punto imposible querer, vivir, sentir, ser, si Dios no nos tiene de su mano. No podemos hacer nada sin su ayuda. Y sin embargo, yo no estoy con Dios ¿Yo no estoy con Dios? Pero ¿qué es lo que devora mi entraña? ¿Qué es lo que brutalmente me empuja? ¿Qué serranía de pasión es ésta que me arrincona hacia la luz? ¡Eres Tú, oh Dios! ¡Tienes que ser Tú! Se aproximan las horas en que se recuerda el hecho más trascendental de la historia. El Verbo se hace carne y habita entre nosotros. ¿Habita entre nosotros? ¿Entre nosotros también? Son las diez y media de la noche. No pasa nada. Nada. No pasa nada. Monotonía. Cansancio. Monotonía. Distancia. Monotonía. Pájaros con alas muertas. Mis obras están muertas. Son pájaros con alas muertas. ¿Para qué vivir? ¿Para qué alentar? ¿Para qué dormir? ¿Para qué soñar? ¿Para qué, Dios mío? Todo, todo me lo roban, hasta el dolor. Mi vida carece de sentido:

" ¡Qué triste es amarlo todo sin saber lo que se ama! ¡Que triste es tener sin flores el santo jardín del alma, soñar con almas en flor, soñar con sonrisas plácidas, con ojos dulces, con tardes de primaveras fantásticas.. ! ¡Qué triste es llorar sin ojos que contesten nuestras lágrimas...! O lo que es lo mismo: " ¿Qué es tu vida, alma mía? ¿Cuál tu pago? -Lluvia en el lago. ¿Qué es tu vida, alma mía, tu costumbre? -Viento en la cumbre.

¿Cómo tu vida, abría mía, se renueva? -Sombra en la cueva. Lágrimas es la lluvia desde el cielo y es el viento sollozo sin partida, pesar la sombra sin ningún consuelo, y lluvia y viento y sombra hacen la vida."

Y ahora, ¿a qué ilusión nos vamos? Es necesario dormir, no pensar, no sentir, no soñar... morir. ¡Es necesario morir! ¡Ah, locura, locura!: "para mi pobre cuerpo dolorido, para mi triste alma lacerada, para mi yerto corazón herido, para mi amarga vida fatigada, el mar amado, el mar apetecido, el mar, el mar y no pensar en nada..." Día 21 de Diciembre.- Y ahora, ¿a qué ilusión nos vamos? ¿Cabe la esperanza? Dios es nuestro Padre. Nunca rechaza al pecador arrepentido. ¿Es verdad que, en el hombre -dime, honrado Camus- hay más cosas dignas de admiración que de desprecio? Lo sé perfectamente: mi vida es intachable. Pero mi vida pasada no ha pasado. Está ahí, como un perro mordiéndome, acosándome... ¿Tan profundo es mi pecho que no eres capaz de sondearlo, oh Dios? "Si fuéramos al fondo de las cosas, ¿no tendríamos compasión incluso de las estrellas?" Pero ¿me oyes, oh Dios? Si llegaras al fondo de mi pecho, ¿no tendrías, incluso, compasión de mí? El está muy lejos todavía. Y yo sin él no podría salvarme. Día 22 de Diciembre.- Tercer domingo de adviento. "El Señor está cerca". "Venid, adorémosle". ¿El Señor está cerca? Consuélate, corazón mío. Enseguida viene el señor. ¿Enseguida viene el Señor? ¿Por qué te deshaces de tristeza? No temas: yo te salvaré. ¿Tú me salvarás, oh Dios? ¿Tú me salvarás? Tenemos Misa cantada, presidida por él, celebrada por él. Cantamos con toda el alma. Cantamos bien. Tenemos Vísperas a primera hora de la tarde presididas por él, celebradas por él. Cantamos con toda el alma. Cantamos bien. ... "y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón al viento". Pero no temas, hijo mío, yo te salvaré. ¿Tú me salvarás, oh Dios, tú me salvarás?. El está muy lejos todavía. Creía tenerle a flor de pecho... ¿Que es lo que estaba haciendo? ¿Que es lo que estoy haciendo? "por dar al viento trabajo, cosía con hilo doble las hojas secas del árbol".

Día 23 de Diciembre.- ¿Por qué, oh Dios, encaminas todos mis pensamientos a él, todos mis sentimientos a él, todas mis pulsaciones a él, ¿Por qué ha de ser precisamente él quien pueda redimirme? Todo lo que sueño, lo que quiero, lo que vivo, en él radica. En él estoy constantemente pensando. Aquí y allá y ahora y siempre él y siempre él! Oh Dios, no seas cruel. ¿No ves? ¿No sientes, no resientes este dolor entero que es mi vida? ¿Para qué dormir? ¿Para que pensar? ¿Para que sentir? ¿Para qué soñar? ¿Para que vivir?... ¡Morir! Solamente morir! ¡Ni siquiera morir, pues ¿para qué morir? ¡Ah locura, ah desventura: desesperar de estar desesperado, no tener un rendija para poder huir. Todos los puentes rotos. Nada queda ya que me conduzca a tu gracia... Esto no tiene nombre. ¡Morirse a fuego lento! ¡Morirse a dolor lento en este horno de la ausencia de Dios! La varilla del dolor marca su máxima intensidad. Día 24 de Diciembre.- Y, otra vez, la fiesta cae en la estación de Santa María la Mayor. Que si María -Mariam, Miriam- significa mar de la amargura, la estación de Santa María la Mayor será la estación de la mayor amargura. Hoy estamos, pues, segunda vez, en la estación de la mayor amargura. Los preparativos del belén -últimos detalles- siguen fatigándome mucho. Mis "hermanos" por el contrario se afanan, se descomponen, gritan de alegría. Son las tres y media de la tarde. Para llegar a él, para salvarme, me quedan ya pocas horas. Esta lluvia de sensaciones arrecia cada vez más fuerte. ¿Vendrá Dios a mi alma? Ellos se ponen locos, vocean la alegría, alaridan el gozo. ¿Vendrá Dios a mi alma? Son las siete y cinco de la tarde. Siento que algo horrible se aproxima. ¡Apartaos, oh cosas! Todos ellos se rompen de alegría, estallan de alegría, triunfan de alegría. ¿Vendrá Dios a mi alma? (No Bernanos, no querido George, no todo es alegría) Son las dos y media de la noche. Todo está consumado... Y, ahora, hermanos "viertan nuestros pobres ojos sus lágrimas. Murmuren los labios padrenuestros inconsolables. Cierto. Ya no tenemos nada". "Y fue el horror helado de perderlo; y el grito desgarrador que apenas cabe en el infinito; y el tomarse la frente con las manos febriles y el sentir cómo el alma se envejece por miles de siglos, en un solo minuto que apresura no sé qué tenebrosas ráfagas de locura. Y fueron las palabras supremas, los alzados brazos implorativos, los cabellos crispados, y el horror de andar solo, perdido en un desierto, donde todo está triste, donde todo está muerto, donde, en medio de grandes escombros y destrozos como canes hambrientos, me asaltan los sollozos y me muerden. ,No, nada fue más cruel en la senda ni lo será! ¡No, nada! ¡Ninguna cosa horrenda! ¡Nada! ¡Ni andar errante, ni mendigar! ¡No, nada! No podrá sombra alguna cegarme la mirada, con tanta bruma y tanta lágrima y tantas penas; ya nada, en este, mundo me rasgará las venas como ese frío y ese dolor, y ese gran frío de la muerte...! ¡Oh, más frío que la muerte! ¡Ah, mi río de lágrimas, mi río de lágrimas amargas es ese que ha corrido, por esas noches largas y lentas; que ha corrido con sus salobres ¡olas por estas, noches mías enormemente solas...!" Todo está consumado. Mi salvación es contraría a la Justicia de Dios. Estoy eternamente .perdido. Y, ahora ¿a qué ilusión nos vamos? Es necesario dormir, no pensar, no sentir, no soñar, morir! ¡Es necesario morir! ¿Es que de donde, por donde, hacia donde? ¿Qué? ¿Caminos ignorados? ¿Posibles adivinaciones de rutas? ¡Ah cuánto sufrimiento! El curso de la vida prosigue su camino inevitable. Yo estoy obsesionado de Dios. Quiero salvarme. Pero no lo consigo. Dios me fuerza constantemente hacia sí. Pero me faltan fuerzas; En torno mío hay vida, hombres que se mueven, que socializan, porque Dios ha venido y ha venido a sus almas. Nada tienen de extraño tanta luz y música y ternura:

¡Qué gozo no habrá de haber, Niño mío, si eres Tú quien ha venido! Nada. Nada tienen de extraño. Sin embargo, yo estoy eternamente perdido. Ni siquiera conseguí el camino para poder salvarme... Yo le amaba. Le amo. Le seguiré amando. Que ya no puedo conseguir su amor ni su palabra salvadora... ¡Que más da! Lo cierto es que el tiempo es como un río que seguirá fluyendo y yo tendré que seguir remando. Remando por un río que, según se dice, tiene que ir hacia alguna parte, hacía algún destino. Seguramente hacia el océano inmenso del corazón de Dios. Por ahora... "Me basta con que digan reprimiendo su llanto, los que sepan la historia de mis tristes enojos: -El se hundió sin la gracia, pero la lloró tanto que, a fuerza de llorarla, le floreció en los ojos. Santa María de Tormes, 1957.

“Peregrino de la vida, No temas la tempestad Después de la noche oscura Pronto el día brillará,” E. Mangana

Canciones A An ntto ollo og gííaa d dee eessccrriitto oss o orriig giin naalleess Y Y aad daap pttaacciio on neess P uee M Maan ng P.. E En nrriiq qu gaan naa LLó óp peezz,, C C.. M M..

CANCIONES… P. Enrique Mangana López, C. M. "Canciones que van por el aire en busca de algún corazón! ¡Canciones que son ilusiones y son como son...!" LA ESTACIÓN FLORIDA Nadie sabe cómo ha sido que ha venido a nuestro corazón la estación florida de la dicha y del amor. Todo canta y todo ríe en la tierra estremecida con la nueva vida de la luz del sol. Cantan los pardales dentro del huerto, que está el naranjo en flor! Ríen los bancales y, a campo abierto, extienden sus verdor! (Cuando sus canciones canta el ruiseñor, ¡cuántas ilusiones se abren al amor!) ¡Viva el sol que nos dio la luz! ¡Oh juventud, escucha mi canción! ¡Ven a gozar las dichas del amor! Chiclayo, 1965

LA BANDERA PERUANA ¡Qué herniosa ondea en el aire la bandera de mi Patria! Bordada de nieve y sangre, de heroísmo y de plegaria, simboliza la grandeza de la tierra peruana. ¡Que hermosa ondea en el aire la bandera de mi Patria! Honremos nuestra bandera, la bandera rojiblanca, y, en ella, sintamos siempre, la Patria que sufre y ama y en sus colores ensueña la grandeza del mañana. ¡Qué hermosa ondea en el aire la bandera de mi Patria! Chiclayo, 1965 CANCIÓN DEL HUEREQUEQUE Canción del huerequeque, se llama esta canción. se canta en Lambayeque del suave viento al son. ¡Pajarín pintón, pajarín pintón de mi canción: se canta para ti, del suave viento al son...! Bonita es mi canción compuesta para tí; se canta en Lambayeque, con aire juvenil. ¡Pajarín pintón, pajarín pintón de mi canción: se canta para tí, del suave viento al son...! Chiclayo, 1965 (Adaptación)

LAS ROSAS DE MAYO Otra vez en tus campos, Chiclayo, las rosas de Mayo han vuelto a brotar y, en su ronda de amor, han dejado el aroma sagrado de un viejo rosal. El rosal que plantara mi madre junto al árbol de nuestra ilusión; el rosal que florece en mi sangre y alegra mi vida con rosas de amor. Evocando el rosal de tu vida quiero, madre, ofrecerte mi amor y, en las rosas de mayo escondida, la rosa encendida de mi corazón. Otra vez en tus campos, Chiclayo, las rosas de mayo han vuelto a brotar y, en su ronda de amor, han dejado el aroma sagrado de un viejo rosal. Chiclayo, 1967

VOLVORETA i Dentro de tus ojos, todas las estrellas! ¡Y entre tu alma y mi alma, la primavera! ¡No hay color tan puro, entre cielo y tierra, como tus colores, volvoreta bella. En tus blancas alas todo se renueva, precursora esquiva de la primavera. Vuela presurosa del cielo a la tierra, ilusión del aire con alas de seda Ilusión del aire, Volvoreta bella, ven a darnos siempre tu frágil belleza. ¡Dentro de tus ojos, todas las estrellas! ¡Y entre tu alma y mi alma, la primavera! Eres, en el aire, sólo transparencia, la forma más pura de toda la tierra. Volvoreta frágil, volvoreta incierta, eres sólo un heraldo de la primavera. Anidan en tus ojos todas las estrellas y, entre tu alma y mi alma, la primavera. ¿Qué tienen tus alas divina hechicera, que, en mi pensamiento, afanosas, vuelan? ¿Será la ilusión que, en mi duermevela, se posó en tus alas y con ellas juega? ¡Dentro de tus ojos, todas las estrellas! ¡Y entre tu alma y mi alma, la primavera! Chiclayo, 1967 CHICLAYO, HOGAR BENDITO Chiclayo, hogar bendito, bendito y dulce hogar, linda ciudad norteña, escucha mi cantar: Eres, ciudad bendita, la gloria de Naylamp, linda ciudad norteña más bella que la mar. Jardín sin jardinero, jardín hecho ciudad, linda ciudad norteña, escucha mi cantar: Eres, jardín bendito, la gloria del Perú, linda ciudad norteña bajo la cruz del sur. ¡Chiclayo, hogar bendito, bendito y dulce hogar, linda ciudad norteña, más bella que la mar...! Chiclayo, 1967 Y ASI PASO MI VIDA Canto a la luz del día Canto a la luz del sol canto a la primavera, y, en ella, canto a Dios. Y vivo tan feliz, cantando esta canción, que no hay dolor que pueda turbar mi corazón. Canto a la primavera y, en ella, canto a Dios, y así, paso mi vida, cantando esta canción. Chiclayo, 1969

FESTIVAL DE LAS ESTRELLAS A cantar, a gozar, a reír en esta noche feliz... A cantar, a gozar, a reír con la Coral Infantil.. A cantar, a gozar, a reír te convida el Festival con la algarabía salerosa y viva de las canciones más bellas que, ahora, te cantamos y te dedicamos en esta Ronda de Estrellas... Chiclayo, 1966 (Adaptación)

QUE VIVA LA FIESTA! En la campiña de Monsefú está de fiesta el Perú. Esta es la fiesta del sol: vamos a cantar y a bailar, mi amor. Me basta una marinera para cantar y bailar. ¡ Venga una chicha casera, cholita, para empezar!Esta jarana, cholita, tiene sabor regional. ¡Que viva la fiesta y viva la gente de este lugar! En la campiña de Monsefú está de fiesta el Perú. Esta es la fiesta del sol: vamos a cantar y a bailar, mi amor! Chiclayo, 1967 (Adaptación)

RONDA DE NAVIDAD Una tuna de angelitos llena toda la ciudad. ¡Farolillos de verbena! ¡Ronda de la Navidad! ¡Gloria in excelsis Deo! Como no saben apenas de las cosas del amor, ríense los angelitos al saber que canto yo. ¡Gloria in excelsis Deo! Pero no vale la pena que les vaya a rezongar que, esta noche es nochebuena y, mañana, Navidad. ¡Gloria in excelsis Deo! Chiclayo, 1964

LOS PASTORES DE BELÉN Tan atentos eran todos los pastores de Belén qué, al más leve rumor, se ponían de puntillas escuchando la oración de los ángeles de Dios... Estas eran las ternuras del mensaje angelical: "gloría a Dios en las alturas y en la tierra, al hombre, paz"

. En el marco de la cuna, un reloj encontraréis que, en la tierra, da la una y, en el cielo, da las tres. Aquí está la maravilla no estrenada del amor que ha nacido de María porque así lo quiso Dios. Tan atentos eran todos... Chiclayo, 1964 (Adaptación) (Música; "Dominique") SOMOS LOS NIÑOS CANTORES Somos los niños cantores que vamos a pregonar la Natividad, señores, del Rey de la Humanidad.

Venid, amigos, que esta noche es Nochebuena. Venid a ver el nacimiento de una Estrella. Venid aprisa que ha nacido un Chiquitín, el más hermoso que se ha visto por aquí. Somos los niños cantores... Danzad, pastores, que esta noche es Nochebuena. Haced que suenen palillos y panderetas. Danzad, pastores, que ha nacido un Chiquitín. Danzad, pastores, porque ya está el Niño aquí. Somos los niños cantores... Chiclayo, 1965 (Adaptación)

BLANCA NAVIDAD ¡Navidad! ¡Navidad! ¡Blanca Navidad! Tú nos encaminas rumbo a la ilusión... ¡Navidad! ¡Navidad! ¡Blanca Navidad! No hay canción tan bella como tu canción. Vamos, vamos al Portal donde el Niño Dios está con el Paraíso que nos quiere regalar. ¡Navidad! ¡Navidad!... Todo el mundo ha de entonar su canción de Navidad, porque todo el mundo busca "el mundo de la paz". ¡Navidad! ¡Navidad!... No hay niño sin hogar, no haya hogar sin Navidad, para que disfrute todo el mundo de la paz. Navidad! ¡Navidad!... Chiclayo, 1965

NUEVA RONDA

Los niños cantores vamos a cantar una nueva ronda de la Navidad Los niños cantores queremos cantar la ronda más buen de la Navidad. Al pobre y al rico que son buena gente: ¡Feliz Nochebuena, lo mismo que siempre! Los niños cantores... Al blanco y al negro y al cholo de enfrente: ¡Feliz Nochebuena, lo mismo que siempre! Los niños cantores... A todo el que quiera que Cristo le llegue: ¡Feliz Nochebuena, lo mismo que siempre! Los niños cantores... Y al pueblo peruano y a toda la gente: ¡Feliz Nochebuena, lo mismo que siempre! Los niños cantores... Chiclayo, 1973

FRAGMENTOS LA VIRGEN CAMINA ALEGRE ¡Qué ocurrencias que tiene este Niño ¡Nace entre animales y entre pastorcillos! ¡Qué ocurrencias que tienes, mi Bien: venir a este mundo y llamarte Manuel! Chiclayo, 1873 (Una Nueva Ronda)

PASTORES A BELÉN Venid a ver a Dios, pastores de mi tierra: vestidos de ilusión, de poncho y marinera. Venid, venid... Con este nuevo Sol despierta el nuevo día y, encima del dolor, florece la alegría... Venid, venid... Chiclayo, 1973 (Una Nueva Ronda)

¡PUNO, PUNO!

Cholito puneño soy, de junto a la cruz del sur, donde Dios ha puesto su sonrisa y la tierra misteriosa tiene, Puno, regueros de luz... Puno, Puno, tierra de misterio... Chiclayo, 1966 (Ronda Peruana)

UNA MAÑANITA FRESCA ¡Ay cómo ladran los perros tras las palomas del rebledal! RENUEVO DE AMOR En este hermoso Chiclayo tierra ideal donde nací, en donde tengo mis amores, donde siempre dichoso yo viví: hay un lugar encantado con el que sueña mi ilusión: es el Colegio Manuel Pardo a quien yo siempre quise con todo el corazón ¡Colegio! Eres la casa encendida, llena de amor y de vida, donde se vive feliz... ¡Colegio! Dentro del alma te llevo y aunque esté lejos, muy lejos, nunca me olvido de tí... Frescos, fragantes y hermosos, crecen la rosa y el jazmín en tus jardines primorosos, donde tantos amores conocí. Y, entre las rosas del huerto, hay un renuevo de mi amor, testigo fiel, cálido, cierto, de quien tanto te amara y nunca te olvidó. ¡Colegio! Eres la casa encendida, llena de amor y de vida, donde se vive feliz... ¡Colegio! Dentro del alma te llevo y, aunque esté lejos,muy lejos, nunca me olvido de tí... ¡Colegio! Dentro del alma te llevo. ¡Colegio! ¡Colegio! Nunca me olvido de tí... Chiclayo, 1973 (Adaptación)

GLORIA Y HONOR

¡Gloria y honor al fundador ilustre de este plantel de juventud! ¡Gloria y honor a Don Manuel Pardo que nos trazó rutas de luz! Y... ¡gloria a tí, gloria a tí, gloria a tí, gloria a tí..., fuente de luz, de amor, vida y juventud! ¡Gloria y honor a tí, honor y gloria del Perú! ¡Gloria y honor a este lugar de ensueño, verdor y luz de un nuevo sol! ¡Gloria y honor a este lugar en donde la juventud florece en paz! Y... ¡gloria a tí, gloria a ti, gloria a tí, gloria a tí..., fuente de luz, de amor, vida y juventud! ¡ Gloria y honor a ti, honor y gloria del Perú! ¡Fuente de luz, de amor, vida y juventud! Chiclayo, 1973

HIMNO DEL COLEGIO SAN VICENTE (ICA) Coro ¡Gloria a tu honor, oh noble San Vicente! ¡Gloria a tu luz, mansión de la verdad! ¡Gloria a tu historia, oh generosa fuente de juventud, de amor y lealtad! Vueltos a tí, te cantaremos siempre, gloria a tu honor, idolatrado hogar, verdor y luz, oasis permanente de juventud, de amor y lealtad. Estrofas: Mansión de paz, hogar idolatrado, mi dulce hogar, tu nombre venerado, por tierra y mar, tu nombre llevaré. Será tu cruz, oh noble San Vicente, fragua de luz, será ya para siempre la juventud que siempre viviré. Mansión de luz, humana primavera, donde la cruz de mi destino espera la plenitud de toda perfección. Será tu ser la norma de mi vida y así, podré vivir con la alegría que tu saber plantó en mi corazón.

Alza tu voz, alumno vicentino,

guarda tu honor y prende a tu destino la luz de un sol que siempre brillará para que, en él, tu patria bienamada pueda entrever su imagen adorada, su eterna sed de gloria y majestad. lca, 1963

HIMNO A SAN MARTIN DE PORRAS (Chincha) Coro Padre de los humildes, San Martín, protector, acoge nuestros ruegos, nuestra ofrenda de amor que todos los chinchanos te dedicamos hoy. Estrofas: Tú, que encontraste un día la senda del Señor, conduce nuestros pasos con la luz de tu amor y lleva nuestras almas a la gloria de Dios. Gloria de nuestro pueblo, apóstol de la paz, vuelve a tu amado suelo, vuelve a tu amado hogar y haznos sentir de nuevo tu ardiente caridad. Chincha Alta, 1961-1962 (Adaptación)

HIMNO A CHICLAYO, CIUDAD HEROICA (No oficial) Entonemos un himno de gloría a Chiclayo, la heroica ciudad que corona su vida y su historia con el grito de la libertad. Libertad que nació con tu vida al abrigo del sol de Naylamp; libertad que será defendida, ahora y siempre, Chiclayo inmortal. En tus campos, Chiclayo, amanece un futuro de gloria y de luz, y, en tu nombre inmortal, resplandece la grandeza de todo el Perú. De tu historia nos llega el destino, tus bancales nos brindan el pan y, en tu fe, se ilumina el camino del progreso y de la libertad. Libertad que acompaña tu historia

y, en tus hijos, modela tu ser; libertad que es un timbre de gloria y es un premio, Chiclayo, a tu fe. En tus campos, Chiclayo, amanece un futuro de gloria y de luz, y, en tu nombre inmortal, resplandece la grandeza de todo el Perú. Chiclayo, 1968

HIMNO DEL COLEGIO MANUEL PARDO (Chiclayo) ¡Viva, viva el Colegio Manuel Pardo que nos da, al nacer, su eterna juventud! ¡Viva, viva el Colegio Manuel Pard que, en nosotros, es la gloría del Perú! ¡Gloria al Colegio que supo fundar en el emblema patrio su propio ideal! Gloria al Colegio que siempre sabrá de juventud, esfuerzo, patria y lealtad! Manuel Pardo es la enseña que la patria nos legó al nacer nuestro primer amor; noble enseña que siempre llevaremos, con orgullo y fe, por toda la nación. ¡Gloria al Colegio que supo seguir la senda que una estrella le dejó al morir! ¡Gloria al Colegio que sabe vivir con la heredada norma del mejor sentir! Vive siempre con honor, manuelpardino, que, en tu nombre, está la imagen de tu ser; viva imagen del reflejo de un destino que tan sólo da la cifra del deber. ¡Gloria al Colegio que supo fundar en el emblema patrio su propio ideal! ¡Gloria al Colegio que siempre sabrá de juventud, esfuerzo, patria y lealtad!

Chiclayo, 1965 PRIMAVERA.

Juventud, canta esta canción Del amor. Canta la canción Del ruiseñor. Canta, canta la Canción de Primavera Canta al sol que nos da la luz y a la flor que nos da el color. Oh juventud, canta, canta la canción de Primavera. ¡Primavera! ¡Primavera! ¡Fiesta del sol y del amor! ¡Primavera! ¡Primavera! La juventud tiene tu color... Todo canta, todo ríe todo es pájaro y es flor y es la vida que nos llega con la reina del amor, la Primavera. ¡Primavera! ¡Primavera! ¡Fiesta del sol y del amor! ¡Primavera! ¡Primavera! La juventud tiene tu color… Al llegar, nuevamente, el sol, todo, aquí, se cubrió de flor... oh juventud, todo, todo se vistió de Primavera. Si el amor llena el corazón, del amor brota la ilusión. Oh juventud, llena, llena tu ilusión de Primavera. ¡Primavera! ¡Primavera! ¡Fiesta del sol y del amor! ¡Primavera! ¡Primavera! La juventud tiene tu color... Primavera de la vida, juventud del alma en flor, canta, ríe, sueña y ama que es el tiempo del amor, la Primavera. ¡Primavera! ¡Primavera! ¡Fiesta del sol y del amor! ¡Primavera! ¡Primavera! La juventud tiene tu color... Chiclayo, 1973

HIMNO A SAN VICENTE DE PAUL Coro: ¡Gloria a tu amor, oh padre de los pobres! ¡Gloria a tu luz, oh sol de la verdad! ¡Gloria a tu fe, lucero de las almas! ¡Gloria a tu vida! ¡Gloria a tu bondad! Vueltos a ti, tus hijos, hoy cantamos la gloria de tu ardiente caridad. Tú, que en el cielo eternamente brillas, faro incesante, universal doctor, haznos imagen de tu ardiente vida, que es viva imagen del ardiente Dios. Estrofas:

Como prenda de amor, gozosa y pura, los que amamos la luz de tu heredad, te ofrecemos, oh Padre, la hermosura de tres siglos de amor y de bondad. Como un rio de anhelos y de nombres, nuestras súplicas van hacia tu altar, donde, oh Padre, eres gozo de los hombres, inmenso, eterno y hondo como el mar. Como enciende la luz todas las cosas y las une en destellos de verdad, va encendiendo en amor todas las almas la rosa de tu ardiente caridad. Salamanca, 1959

HIJOS DE DIOS Venid, venid al Dios que nos confía todo su amor, su vida y su verdad; venid, venid al Dios de la alegría, que sólo en él encontraréis solaz. Hijos de Dios, es Dios quien os convida a recibir el beso de su amor, venid, venid al trigo de la vida que trituró la muela del dolor. Hijos de Dios que, en ardorosa brega, buscando vais la luz de la verdad, venid, venid al Dios que nos entrega toda la luz de su divinidad. Hijos de Dios, que no encontráis las fuentes donde apagar la sed que os da el dolor, venid, venid a un vino que, a torrentes, brotando está del pecho del Señor.

Salamanca, 1958

TU, QUE AL SUFRIR... Tu, que al sufrir enciendes la alegría, tú, que al llorar mitigas el dolor, enciende tú mis penas, oh María, y pon en mí la estrella de tu amor. Mi corazón desconsolado y triste,

ante tu altar ansia revivir, pero el dolor acostumbrado insiste, sin otorgar descanso a mi sufrir. Todo mi amor te entrego en este día, todo mi ser, oh Madre del Señor, que sólo tú, gloriosa madre mía, le puedes dar sentido a mi dolor. Tu, que en amor nos das, a manos llenas, gozo al sufrir y alivio en el pesar, recoge tú, del huerto de mis penas flores de luz y ponlas en tu altar. A polvo y sed, camina esta llanura, sin encontrar descanso, el corazón... Señora y Madre endulza esta amargura: que, su latir, se torne... en oración.

Salamanca, 1958 SEÑOR, TU QUE ERES BUENO… Señor, tu que eres bueno, mitiga mi dolor, espérame en tu leño y dame tu perdón. Clavé, clavé Dios mío, con negra ingratitud, tu pecho dolorido al árbol de la Cruz. Límpias (Santander), 1953

1 RONDA DE NAVIDAD, 1965 Ronda de Navidad hace su entrada triunfal en el hogar cristiano con una madurada selección de villancicos interpretados por un grupo de cantores, único en nuestro medio. La Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo. Un coro recién nacido que "canta" las alegrías de un Dios recién nacido. Ronda de Navidad se propone hacernos revivir la Navidad: el regreso al hogar de los dispersos y atareados miembros de la familia; los simbólicos belenes que nos recuerdan la escena del nacimiento del Niño, los fluorescentes adornos que llevan a la calle su invisible presencia y ese aroma de cristiana intimidad que flota en el ambiente. ¡Ronda de Navidad! Una selección de villancicos populares. Proceden en su mayoría de España. Y es natural tratándose de villancicos. Podrán disfrutar de esos claros y graciosos aires castellanos cuya emoción se ve contenida siempre por un sabio sentido de clasicismo. Y, junto al equilibrio castellano, la ruidosa algarabía de los campanilleros andaluces con su delicada poesía y sus caprichosos ritmos. La Navidad de Lope de Vega es la más alta fuente de inspiración navideña para los compositores de habla castellana. Como un resumen de lo mejor de Lope le ofrecemos una poética composición musicada por el P. Prieto:

Mañanicas floridas del frío invierno, recordad a mi Niño que duerme al hielo". De la reducida galería peruana hemos tomado el más comunitario y elegante de todos. Nuestro villancico adolece de un marcado "tipismo personalista". "Navidad en el Perú" supera ese tipismo haciendo prevalecer el elemento melódico sobre el elemento rítmico: "Rueda, rueda por la montaña blanca luz del sol, llega, llega cholito, cholito que es la Navidad". Chiclayo, Noviembre de 1965

2 RONDA PERUANA, 1966 La Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo de Chiclayo, siempre en progresión de altura, nos ofrece un nueva fuente de alegría con su nuevo L.P. "Ronda Peruana". Es ésta una de las selecciones musicales más puras de los aires y cantos de nuestra tierra, donde no caben preferencias regionalistas, donde todos los terruños son para nosotros iguales en afecto y simpatía. La simple lectura de los títulos incluidos, nos proporciona una extensa geografía espiritual del Perú, no sólo en espacio sino también en el tiempo. En el espacio, desde "Malabrigo". el luminoso puerto norteño donde el resplandor lunar prende farolas en las brillantes escamas de los peces, hasta los cabrilleos del lago azul en las alturas de Puno, donde Dios ha puesto su sonrisa. Y en el tiempo, desde el incaico estribillo de "Yunsita" con el aroma evocador del fabuloso Imperio, hasta la expresión más alta de nuestras creaciones marineras "San Juan de los Amancaes", entrañable e inolvidable por su hermosura y gracia renacentista. Y, en el interior de esta espiritual geografía, encontrarán la delirante ternura de una selección de Polkas, el acompasado movimiento de los valses, la picardía sentimental de "Zaña" y la sorpresa casi no estrenada de "Chiclayana", un vals del Maestro Rafael Carretero con letra de Ricardo Espinoza. Los niños de la Coral Infantil, siguiendo la trayectoria de "Ronda de Navidad", han puesto en este long play toda la frescura de sus voces. Si acaso se detienen a escucharlos, se encontrarán escuchando los latidos del inmenso corazón del Perú. E. Mangana López, C. M. Chiclayo, Junio de 1966

3 RONDA INFANTIL "Dondequiera que haya niños -escribe el romántico Novalis-, existe una edad de oro". La Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo de Chiclayo inaugura, con este embelesante Long Play, una maravillosa edad de oro para todos los niños peruanos.

“Ronda Infantil quiere representar la máxima aspiración de la Coral Infantil. Y es algo muy natural pues nos ofrece canciones enteramente infantiles, aires para el recuerdo de la niñez y populares tonadas que son reflejo perenne de nuestro primeros años La Coral Infantil, exitosa y febrilmente aplaudida desde su nacimiento por la frescura de sus voces, su clara y sorprendente dicción, su amplísima tesitura y su gran sentido musical, llega a esta "Ronda Infantil" segura de sí misma y revestida de inagotables recursos. Y llega con una línea de canto luminosa y alegre que se traduce en fina sensibilidad y sentimiento, en decisión y valentía y en esa sencillez propia de los niños que hace subir el alcohol de nuestras emociones hasta el nivel de las primeras lágrimas: ...pero un día el cucú de tan viejo no cantó y, con él, mi abuelito enfermó! Todas las canciones de este Long play gozan de un impresionante colorido ambiental. Algunas de ellas parecen estar tratadas con delicadeza de orfebre. Puede percibirse, al escucharlas una insistente acentuación melódica que les confiere atractivo y belleza indiscutibles. Y, a esta acentuación melódica, se suma el acendrado lirismo de la palabra ¡Ay cómo ladran los perros tras las palomas del robledal...! Ronda Infantil pretende ser un granero de recuerdos para la segunda infancia – la de los últimos años-, un oasis de frescura y de dicha para la fogosa juventud de nuestros días y un arsenal de graciosos aires infantiles para todos los niños peruanos. ¡Ojalá que así sea Ronda Infantil: arsenal, oasis y granero, signo de plenitud y aroma de corazón descubierto. Chiclayo, 1966

CORAM TE, VIRGO MARÍA Chorus: Coram te, Virgo María, peccatores respice. Ut sis nobis ante Deum deprecamur, audi nos. Strophae: María, fons amoris, cor altum bájulans mundo: in te, toto corde, sumus, ut ad Deum supplices. In te congregati sumus, deprecantes, Mater bona, ut nos tu vivificares, generans omnes in te. Stella maris hujus mundi, oculi facti sunt nostri, in te, resurgentem, vitam, nunc occasum nescient.

In te, toto corde, sumus deprecantes, Mater bona, In te confidimus semper: ora pro nobis. Amen. LETRA: ENRIQUE MANGANA MÚSICA: P. Domingo Mendia Assumptionis et Coronationis Mariae Antiphona O quam suavis est mihi, o piissima Virgo Maria, gloriam tuam, in hac potissimum die, festinanter, collaudare, quia Dominus meus elegit te, et prodigio magna fecit in te, et exaltavit te, super omnes coelos exaltavit te. Regina in coelum assumpta, Intercede pro nobis ante Deum,

Inmaculatae Conceptionis Mariae Antiphona O quam suavis est mihi, o sanctissima Virgo María, gratiam tuam, sicut dulcedinem tuam, confidenter memorare, quia Dominus meus saepivit te pulchritudine sua, et quasi lux aedificavit te, quasi lux in coelo aedificavit te. O Mater Inmaculata, Intercede pro nobis ante Deum Beatissimae Virginis Mariae a sacro Nomismate Antiphona O quam suavis est mihi, o dulcíssima Virgo Maria, Numisma tuum, sicut mysterium amoris, vehementer, praedicare, quia Dominus meus omavit te, et prodígio magna fecit in te, et coronavit te, cordium Regina coronavit te. O dulcis Virgo Maria, Intercede pro nobis ante Deum. Letra: P. Enrique Mangana Música: P. Domingo Mendia P. José María Alcacer

HIMNO

A SANTIAGO APÓSTOL, PATRÓN DE ESPAÑA Coro: ¡Oh bondadoso sol de nuestros padres, ardiente y fiel apóstol del Señor, vueltos a tí, tus hijos, a millares, te aclaman, hoy, glorioso Defensor. Tú, que iluminas toda nuestra historia, oh sol de Dios, rey de la Hispanidad, reina en nosotros, oh Santiago, ahora, y guarda viva nuestra fe inicial! Estrofas: 1.- Trueno de Dios sobre los enemigos; de nuestra fe, glorioso defensor, guarda las almas de tus fíeles hijos, que, en torno a tí, se postran con amor. 2.- Como encendió, venida en blanco vuelo, tu corazón la Virgen del Pilar, ven a encender la fe de nuestro pueblo, oh sol de Dios, en tu glorioso altar. 3.- Tú, que la oscura noche de los hombres venciste, oh fuego del Eterno Sol, vence la oscura noche de los pobres para que vuelvan a la luz de Dios. Letra :Enrique Mangana López. C.M. Música: J. Franco

CANCIÓN DE PRIMAVERA Primavera, flor en sangre mariposa del amor en tus alas de armonioso enjambre qué revuelo tienes hoy; primavera de la vida, mariposa, qué revuelo tienes hoy. Juventud que al aire va como góndola de amor, mariposa de este mar en fiesta que alegría tienes hoy, cascabeles entre los trigales que alegría tienes hoy. Región del amor, flor del iris, suspensa brisa, oh ciudad del ruiseñor, para tí toda la luz del día, para ti toda la luz del sol. Oh estación florida, para ti toda la luz del día para ti toda la luz del sol. Con qué luz, con qué luz

allá en el cielo. fulge y brilla el sol. ¡Gloria al sol del cielo, al sol, rey, flor de sangre en flor. Con qué luz allá en el aire estremecido brilla el sol. ¡Gloria al sol del alto cielo en fiesta, gloria al sol de sangre en flor! Qué alegría en soles, cantos, nieves, brillos, brisas, oro, vuelos, alas, aves, niños brazos, besos, mares, olas, playas, risas, fuentes, ojos, labios, vuelos de trigal en fiesta. ¡Qué revuelo tienes, qué alegría tienes, Primavera, flor en sangre, qué alegría tienes hoy! Enrique Mangana López C.M. Santa Marta del Termes Salamanca, 1958

UNA PALOMA BLANCA La, la, la... La paloma de mi vida se escapó del palomar. Yo no sé si está perdida entre el aire o sobre el mar. Pero sé que, si algún día, a tu puerta va a llamar, le abrirás con alegría y con buena voluntad. Esa paloma blanca quiere enseñarte a volar. Esa paloma blanca quiere enseñarte a cantar una canción de amor y de paz. La paloma de mi vida por el mundo viene y va, mensajera de la dicha, del amor y de la paz. Yo no sé en qué techo anida, ni a qué puerta va a llamar. Si es la puerta de tu vida debe estar de par en par. Esa paloma blanca quiere enseñarte a volar. Esa paloma blanca quiere enseñarte a cantar una canción de amor y paz. (bis) La paloma de mi vida se escapó del palomar. Yo no sé si está perdida entre el aire o sobre el mar Esa paloma blanca...La, la, la... Enrique Mangana López C. M. Chiclayo, 1965

RENUEVO DEL AMOR

(Canción)

Frescos, fragantes y hermosos crecen la rosa y el jazmín en tus jardines primorosos donde tantos amores conocí. Y, entre las flores del huerto, hay un renuevo de mi amor, testigo fiel, cálido, cierto de quien tanto te amara y nunca te olvidó. Enrique Mangana López C.M. Chiclayo, 1976

JUVENTUD NUNCA VENCIDA Primavera de la vida, primavera del amor, juventud nunca vencida ven y canta tu canción: La canción de la esperanza, de la vida y del amor. Juventud nunca vencida canta y canta tu canción, al compás de la alegría, entre el aire y bajo el sol. Juventud nunca vencida canta y canta tu canción. E. Mangana L. C.M. Chiclayo, 1976

PALABRAS DE AMOR Palabras de amor, palabras que habla el corazón. Palabras de amor nacidas sin pronunciación. Palabras de amor, sinceras, hechas de ilusión. Palabras de amor, palabras, desde el corazón. Palabras de amor que encierran todo lo mejor que hay en este mundo creado entre los dos -creado entre tu y yo-; Palabras de amor que suenan claras con el sol. Palabras de amor, palabras desde el corazón. Remos, ríos, besos, brazos, góndolas de amor, vuelos, brisas, mundos nuevos hechos de ilusión. Palabras de amor, palabras que habla el corazón. Palabras de amor, palabras claras como el sol.

Enrique Mangana L. C. M. Chiclayo, 1977

JUVENTUD, ALEGRA PRIMAVERA (Música del Casatchok) Otra vez, la alegre primavera, como antaño, ha vuelto a florecer. Y, a su paso, todo lo renueva, al vencer los fríos del ayer... Y, a su paso, todo lo renueva, al vencer las sombras del ayer. Juventud, humana primavera, que floreces siempre en ilusión y, a tu paso, todo lo renuevas transformado al mundo entero por amor... Un… dos… tres...

E. Mangana L. Chiclayo, 1967

TODO EN CRISTO Himno de la Congregación de las Madres Canonesas de la Cruz Letra: P. Enrique Mangana, C. M. Música: Modesto Rodríguez Chiclayo, 1994

"Todo en Cristo" es el lema que Teresa, nuestra Madre nos legó "Todo en Cristo" cantemos, Canonesas de la Cruz, ayer y hoy. "Todo en Cristo" cantemos revestido de diamante el corazón, "Todo en Cristo" y en todos, el impulso de la fe y un nuevo ardor. *Delante de la cruz, sabiduría que alegra el corazón, hoy renovamos -catequesis y fe, liturgia y vida-, el carisma que orienta nuestros pasos. "Todo en Cristo"... *Delante de la cruz que es luz y guía, ciudadela de Dios, hoy aclamamos a la Sierva de Dios que nos envía un impulso de fe y amor cristianos. "Todo en Cristo"...

*Delante de la cruz, como María, canonesa también, hoy confirmamos nuestra fe maternal y nuestra vida abrazada a la cruz de los hermanos. "Todo en Cristo"...

“Canciones que van por el aire en busca de algún corazón… Canciones que son ilusiones y son como son!”

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