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El espiritu del mundo La vida inte rior contemporánea Se considera a sí mismo alguien espiritual? Si pone atención a su alrededor, seguramente notará que la palabra espiritualidad no ha perdido vigencia, pues aun en medio del cotidiano caos se pronuncia con frecuencia -quizá incluso más que
POR: SIGLO NUEVO
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en épocas anteriores. Lejos de archivarla en el cajón de los olvidos, parece que la gente se aferra a ella cada vez con mayor fuerza a través de la búsqueda de herramientas contemporáneas que le permitan desarrollarla.
FOTO: ARCHIVO SIGLO NUEVO / EFE
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esde hace ya varios años la humanidad se ha sumergido en un ritmo que nuestros antepasados calificarían como desquiciante. Vivimos abrumados por el trabajo, el crecimiento de las ciudades con todo lo que implica, el encarecimiento de los satisfactores básicos, el dominio de la cultura de consumo, y la multiplicación de enfermedades y
padecimientos antes desconocidos. Tenemos acceso a más información sobre lo que ocurre en todo el mundo, lo cual nos educa pero también nos preocupa o al menos nos da algo más en qué pensar. Incluso la cercanía que brindan los medios de comunicación y la tecnología contemporáneos, con todo y sus bondades, es motivo de estrés si consideramos que nos ab-
sorben un tiempo que anteriormente solía dedicarse al simple descanso y esparcimiento. Notamos que escasean las oportunidades de permitirnos un encuentro con nosotros mismos. También son pocas las personas que consiguen ‘vivir el momento’ en toda la extensión del término, pues el común de la gente no puede evitar repartir su concentración entre lo que hace en el instante y lo que deberá hacer enseguida, y al día siguiente, y al mes siguiente... En medio de este torbellino, en los últimos años son cada vez más los que buscan ‘ventanas’ por las cuales asomarse y tomar un respiro que les permita recobrar en alguna medida la tranquilidad y la paz: herramientas de apoyo para cultivar su lado espiritual. Y es que aunque algunos opinan que a mayor modernidad dejamos menos espacio para la espiritualidad, muchos otros coinciden en que ésta se encuentra lejos de desaparecer, si bien la forma de verla y vivirla ha experimentado una transformación acorde a nuestra época. Hoy en día hay nuevos factores que han facilitado una intensidad en la búsqueda espiritual. Por un lado la tecnología ha puesto a nuestro alcance información acerca de las vías de ejercicio espiritual de culturas que antes quedaban fuera de nuestro radar, en especial las de Oriente. Simultáneamente, la sociedad lleva tiempo inmersa en un ‘mundo material’ que aún satisface a un gran sector poblacional, no obstante a otro ya le ha provocado una suerte de agotamiento, lo que se refleja como una sensación de vacío interior.
Alma racional
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egún el diccionario, el espíritu es el alma racional racional. Tanto la Antropología como la Psicología coinciden en definirlo como la mente del ser humano, es decir aquello que radica en el interior del ‘yo’, la esen32 • Sn
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YOGA cia de cada individuo. Por ello la espiritualidad ha sido un tema de interés para el hombre desde que éste alcanzó la condición de ‘ser pensante’ y podemos afirmar que se habla de ella desde siempre. La Psicóloga Carolina Ramírez lo resume: “Por el simple hecho de ser humanos tenemos una esencia, independientemente de que la trabajemos o no”.
Sin embargo, con frecuencia se confunde la espiritualidad con la fe y la religiosidad, pese a que son conceptos muy distintos en su raíz. Como ya dijimos la espiritualidad es algo que todos poseemos desde nuestro nacimiento, mientras que la fe es la particular creencia que cada uno puede desarrollar en relación a algo, generalmente una figura divina. A su vez, la
religiosidad es la práctica de cierto tipo de rituales entendidos como un culto hacia esa deidad y los valores que ésta representa. Es por eso que una persona puede no practicar religión alguna sin que esto merme su condición espiritual. De hecho hoy en día es muy común escuchar a individuos que se describen a sí mismos como ‘espiritual, pero no religioso’. Usualmente se trata de gente que tiene un interés por trabajar en dicho aspecto de su vida, sin comprometerse con una creencia en particular. Incluso algunos estudiosos dan un nombre a este fenómeno: ‘espiritualidad secular’. En su artículo de 2005 titulado Secular Spirituality, Anne Van Dusen (quien hasta su fallecimiento fue investigadora asociada del Instituto Alban en Washington, D. C.), explicó: La espiritualidad secular aborda una búsqueda personal de un significado más profundo, sin el ‘gravamen’ de la religión organizada. La gente puede atender la salud y el bienestar espiritual mientras se esfuerza en la comprensión y en la iluminación, sin tener que tomar en consideración o estar de acuerdo con las cuestiones de una doctrina, credo o práctica práctica. A menudo oímos también hablar acerca de que tal o cual conocido nuestro es ‘muy espiritual’. La espiritualidad no es un área en la que entren diferentes niveles. Indiscutiblemente hay quienes cultivan más su vida espiritual, pero eso no los hace superiores a los demás. “La tendencia de hacer clasificaciones, de generar ‘clases’ en todo es muy humana, y aun así la espiritualidad es la misma; hay quienes la trabajan más y eso les va marcando recursos, posibilidades, pero no les da mayor nivel”, apunta Carolina Ramírez. En ese contexto, algunos individuos parecieran tener un interés más fuerte que otros en el desarrollo de su espiritualidad. Según los expertos, esa inclinación la va determinando la existencia misma, las experiencias que se acumulan a lo largo del paso por el mundo y la forma en que Sn • 33
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se enfrentan y aceptan las circunstancias y entorno. “Cada uno de nosotros atraviesa una historia de vida propia, con etapas insondables de dolor, gozo o incertidumbre, y eso de alguna manera desestabiliza la psique, el balance psicoafectivo del hombre, que entonces empieza una búsqueda de alternativas para recobrar la armonía perdida, la recuperación del orden interno”, expone la Antropóloga Leonor Domínguez.
Ventanas para el espíritu
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ara que haya armonía exterior debe haber armonía interior. La paz individual no define el pacifismo del mundo, pues para ello intervienen un sinfín de factores ajenos a nuestra decisión, mas quien cultiva su vida espiritual se turbará menos
ante las adversidades y tendrá una mejor capacidad de adaptación a las circunstancias que le toca vivir. Es por eso que a lo largo de la Historia la gente ha acudido a las experiencias espirituales como una ruta de ‘supervivencia psíquica’. “La humanidad ha recurrido a ello para soportar las vicisitudes que enfrenta el mundo. Lo contrario nos conduciría al suicidio, a depresiones muy profundas o a estados de angustia severos. La espiritualidad es un camino, una posibilidad de conquista de la estabilidad y la estructura interna del sujeto”, analiza Leonor Domínguez. Como ya mencionábamos, de unos años a la fecha este interés por lo espiritual es más notorio, pero es un fenómeno que tiene sus orígenes en los sesenta. De acuerdo con los especialistas antes de ese momento era todavía más común que la gente confundiera lo espiritual con lo religioso y a-
simismo daba más importancia a las manifestaciones externas, visibles, de su religiosidad, sin que tuviera realmente un trabajo hacia el interior de su ser. Fue en la citada década que comenzó a hacerse evidente una necesidad por encontrar caminos que conduzcan hacia una vivencia más espiritual, lo cual se ha ido intensificando conforme la gente ha abierto sus horizontes hacia otras culturas como las orientales. Y aunque los métodos de cultivo espiritual que se escogen varían de acuerdo a las necesidades e inclinaciones particulares, es posible detectar algunos que parecen actuar como ‘imanes’ en nuestros días.
Reiki
El reiki es un sistema de sanación de origen japonés relativamente joven, pues comenzó a emplearse como tal a finales del siglo XIX. Su nombre sig-
REIKI 34 • Sn
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nifica ‘energía vital universal’ (rei rei se define como universal, dios o lo absoluto, mientras que ki es energía vital). En principio el objetivo de esta terapia es brindar alivio a las dolencias físicas o emocionales de la persona, a través de un contacto muy sutil que más que un masaje puede calificarse como una ‘imposición de manos’ por parte del terapeuta, quien a través de éstas canaliza una energía no propia al cuerpo del paciente. “Se supone que esta energía es del cosmos, del Universo, de Dios, a quien no menciono como primera instancia porque el reiki carece de carga religiosa”, explica Ruth Castañeda, maestra de reiki. El común de la gente que acude a este sistema lo hace buscando la curación a un malestar tangible, pero muchos otros lo ven cada vez más como una alternativa para trabajar en su espiritualidad. Se dice que esto es debido a que al encontrar un remedio a sus molestias corporales, las personas se dan cuenta de que el concepto de salud va más allá de lo físico y se interesan por su bienestar espiritual. “En mi experiencia al menos el 30 por ciento de los pacientes continúan acudiendo a consulta una vez que resuelven su problema físico o emocional, para comenzar una especie de coaching espiritual, donde el reiki les muestra bloqueos energéticos que tienen que ver con sus concepciones del mundo”, apunta Castañeda. De acuerdo a la especialista, esta técnica oriental da una significativa aportación a la vida interior: “Uno no puede trabajar su espiritualidad de manera sana si no es yendo a los cimientos de sus procesos emocionales, y el reiki puede mostrar dónde están esos puntos débiles y al mismo tiempo te da mucho centro, te pone en el ‘canal’ idóneo para entrar en ese proceso de trabajo”, manifiesta.
muy completa, pues es de carácter psicosomático, es decir que involucra una acción de la mente sobre el cuerpo y viceversa. La palabra yoga viene del sánscrito y significa unión o esfuerzo. Se considera una tradición milenaria de origen impreciso, si bien a menu-
do se vincula con Oriente, concretamente con la antigua civilización de la India. En México se estima que el yoga comenzó a difundirse en los años cuarenta. Cada movimiento que se realiza dentro del yoga es una expresión que vincula cuerpo y espíritu; por ejem-
MEDITACIÓN
Yoga
Aunque en Occidente el yoga se ha difundido más como una práctica deportiva de tipo gimnástico, en realidad se trata de una disciplina de vida Sn • 35
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plo una postura que favorece a la columna vertebral a la vez trabajaría en una facultad como la paciencia, o una posición que estabilice el aparato digestivo podría tener repercusión en la voluntad. El yoga tiene ocho ramas y cada una de ellas deriva en una serie de acciones. El Licenciado en Filosofía Alberto Madero, quien cuenta con una sólida formación en esta disciplina, explica dichas ramas: yama, una serie de directrices éticas que implican la relación del individuo con los demás; niyama, relacionada al autoconocimiento; asana, que se refiere a las ya mencionadas posturas físicas; pranayama, enfocada en la respiración; pratyahara, consistente en replegar la sensación; dharana, centrada en la concentración, dhyana, que podemos equiparar con la meditación y finalmente samadhi “que es una fusión: es cuando ya no hay ego, no hay tú ni yo, sujeto
ni objeto. Como reza un gran mantra sánscrito tat tvam asi asi,, ‘eso tú eres’, ya no hay pares ni opuestos; eso es yoga”, resume Madero.
Angelología
La palabra angelología tiene su origen en el latín angĕlus, ángel, y del griego λογíα,, tratado o ciencia. Formalmente es una rama de la Teología que se ocupa de analizar lo relativo a los espíritus de origen divino. Pero el estudio de los ángeles está al alcance de todo aquél que se interese en él. Su fin principal es tener un conocimiento más amplio acerca de estos seres, para tener una comunicación más clara con ellos. Lucy Aspra, escritora y fundadora de La Casa de los Ángeles, ubicada en la colonia Hipódromo Condesa de la Ciudad de México, explica que los ángeles “están a nuestro lado pero no actúan porque respetan nuestro libre
albedrío; esperan el momento en que nos llega la claridad y pedimos a Dios su apoyo; cuando nos acercamos a ellos comenzamos a vibrar en una frecuencia distinta, que abre un espacio
ANGELOLOGÍA
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BUDISMO
luminoso en nuestra aura y entonces pueden entrar a nuestro espacio para auxiliarnos”. La angelología se considera una alternativa para el desarrollo espiritual porque “cuando nos acercamos a los ángeles nuestra vida se transforma positivamente; empezamos a tener experiencias extraordinarias, inenarrables a menos que las vivamos”, asevera la entrevistada. Cabe subrayar que la auténtica práctica de la angelología se avoca en el estudio y en ejercicios de interiorización, de diálogo privado entre el interesado y el ser angélico, no requiere de rituales, ni de comprar determinadas figuras, velas o inciensos. “Nos comunicamos con ellos a través del pensamiento y podemos hacerlo en cualquier momento y lugar; es posible armonizar el lugar donde estamos con agua, veladoras, música y otros elementos pero todo esto es para nosotros, para equilibrar nuestro espacio y elevarnos hacia su plano, pero ellos por su condición espiritual no necesitan nada de eso”, advierte Aspra.
Meditación
En términos generales meditar (del latín meditāri, reflexionar o estudiar) consiste en aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de
conocerlo o conseguirlo. Muchos practicantes lo definen como un proceso de ‘purificación mental’. La meditación ha estado presente desde hace miles de años en numerosas civilizaciones, por ello no se considera exclusiva de una cultura. Esa misma diversidad ha dado origen a una gran variedad de técnicas de meditación, cada una de las cuales recomienda una serie de pasos a seguir con el fin elemental de centrar la mente en sí misma, lo cual favorece que el individuo alcance los objetivos que desee para sí -normalmente tranquilidad interior. En su libro Meditación. Guía práctica de técnicas orientales (Âgama Publicaciones, 2008), Stella Ianantuoni, escritora y directora del Centro de Yoga Amitayus de la ciudad de Buenos Aires, lo expone de la siguiente manera: Es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin inferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser. Algunas de las vertientes existentes se apoyan en ejercicios de respiración, la repetición de frases o en posturas -otras indican que basta con que el cuerpo se encuentre en una posición
relajada- e incluso en música, aromaterapia y otros elementos. Cualquiera de las alternativas que se escoja para meditar, si la práctica es llevada a cabo adecuadamente, permite a la persona un constructivo diálogo interior. “Creo que meditar es fundamental e ineludible para el cultivo de la espiritualidad; hay muchas técnicas pero evidentemente la meditación es el camino hacia la estabilidad y la paz mental, y en consecuencia hacia la armonía”, indica la Antropóloga Domínguez.
Budismo
Más que una religión el budismo es un sistema de enseñanzas que promueve el entendimiento del origen de todas las cosas mediante sus causas, favoreciendo que sus practicantes obtengan un estado de bienestar y liberad. Tradicionalmente se cita como su fundador a Shakyamuni o Siddharta Gautama, un noble que vivió en la India y dedicó gran parte de su vida a transmitir sus conocimientos a un grupo de discípulos que a su vez continuaron la propagación. Existen diferentes variantes de la doctrina budista. Todas se derivan de dos grande escuelas, denominadas Theravada y Mahayana, que coinciden en principios y conceptos esenciales, como aceptar el potencial de los seres humanos para Sn • 37
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alcanzar el despertar espiritual (nirvana), mediante el seguimiento de una serie de prácticas que conducen a dicha iluminación. La globalización ha permitido que poco a poco se conozca más acerca de cada una de las vertientes del budismo. Una de las más expandidas en Occidente es el budismo Zen, de raíz japonesa. “Lo que distingue al Zen es que en él todo es santo, todo es milagroso, presencia, la totalidad”, apunta Alberto Madero. Independientemente de la escuela que se elija, el budismo ofrece a sus practicantes el aprendizaje de herramientas que permiten cultivar la espiritualidad a través de un exhaustivo trabajo hacia el interior, lo cual en primera instancia redunda en una mayor capacidad de adaptación a las circunstancias exteriores.
Tai Chi Chuan
Pese a la cadencia de sus movimien-
tos, el Tai Chi Chuan es un arte marcial que en sus inicios fue ideado como una forma de combate. Se originó en China, aunque sus raíces son imprecisas. Algunos dicen que era una tradición de una familia de apellido Chen y que sólo sus integrantes eran instruidos en ella, hasta que alrededor de los siglos V y VI un hombre se infiltró y aprendió los movimientos. Otra versión apunta que el autor fue un monje taoísta que vivía en las montañas hacia el año 1101. Incluso el significado de su nombre tiene varias explicaciones, entre las cuales se expone que tai chi significa ‘último supremo’. El Tai Chi Chuan llegó a Occidente en los años sesenta y desde entonces ha cobrado cada vez más interés debido a que permite a sus practicantes armonizar pensamiento y cuerpo a través de movimientos coordinados. Hay diversas escuelas de Tai Chi y cada una muestra algunas variantes; en general coinciden en algunos
preceptos como son la alineación del eje cráneo-sacro mediante posturas fijas, técnicas de respiración, y la ejecución de formas (movimientos) que se realizan con cierta intensidad y velocidad. El escritor francés Jacques Choque, entrenador de diferentes disciplinas orientales, indica que el Tai Chi concede prioridad al pensamiento y no a la fuerza, gracias a movimientos efectuados mediante la concentración, coordinación y relajación puestas en consonancia con una profunda respiración abdominal. Se desarrolla sin interrupción ni discontinuidad, al ser, el cuerpo y el espíritu, llamados en todas las direcciones al mismo tiempo. La sucesión de figuras tiende a reestablecer la armonía entre el hombre y el Universo y a deshacer los nudos que impiden la libre circulación de la energía vital. Es por ese balance del individuo con su entorno que un sinfín de personas encuentra en el Tai Chi una fuente para su progreso espiritual.
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Spas
SPA
Para algunos los servicios de un spa no tienen ninguna relación con la espiritualidad, sino con el relax o el placer. Sin embargo, mucha gente encuentra en estos establecimientos un punto de encuentro con su individualidad, ya que al sentir su cuerpo relajado sienten una mayor capacidad para ‘conectarse’ consigo mismos. Esto es muy válido, si tomamos en cuenta que otras opciones de las que ya hemos mencionado -como el yoga, el Tai Chi Chuan o el reiki- se apoyan significativamente en movimientos corporales. Y como apunta la Socióloga Laura Orellana: “Todo cuidado del cuerpo finalmente lleva a la mente a un estado interior de armonía”. Así los masajes, el temazcal, la aromaterapia, los baños en tina de hidromasaje o con lodo o chocolate, entre otros tratamientos propios de un spa, se han convertido en una alternativa más para quien busca establecer una conexión con su voz interior, dejando de lado por un momento las preocupaciones.
¿Impulso interior o moda moda?
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on varias las razones por las cuales la humanidad ha ido sintiendo una mayor necesidad de trabajar en su espiritualidad. Una de ellas es el ya citado ritmo de vida acelerado que predomina en la sociedad, el cual a la vez está motivado por el deseo de alcanzar o mantener un nivel económico. Es así que “el hecho de fincar la existencia en los aspectos materiales de la identidad, en decir ‘qué tengo, qué soy’, ha propiciado un cansancio y también una búsqueda interior”, señala Orellana. Por otro lado, desde hace tiempo se vienen planteando algunas teorías en torno a que hemos saturado una forma de vida que ya no responde a nuestros requerimientos, propiciando una ruptura. “Hay una especie de crisis que requiere un cambio; lo que
estamos buscando es un orden superior, pasar a algo distinto”, afirma la Psicóloga Ramírez. Se habla asimismo de que las últimas décadas han estado más enfocadas en satisfacer necesidades físicas. Son notables los avances en la salud y mejoría del cuerpo, y poco a poco nos damos cuenta de que la salud no está completa si no se logra un progreso más allá de lo físico. En ese contexto, aún es común repetir el dicho “mente sana en cuerpo sano”. Hoy esa visión está transformándose considerando que la experiencia nos ha mostrado que quien goza de una mente saludable procu-
ra igualmente el bienestar de su organismo. “Estamos cuestionando nuestras creencias, objetivos e incluso los significados que le damos prácticamente a todo, porque notamos que el trabajo interno es el que nos va a mover a acciones diferentes, a llevarnos a algo distinto a lo que estamos habituados y que ya no nos funciona”, complementa Ramírez. No obstante, si bien en ciertas personas es una necesidad auténtica de cultivar su lado espiritual, otras más se interesan en ello impulsadas por una especie de moda y tergiversan la intención de las diversas prácticas, por Sn • 39
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ejemplo convirtiendo el yoga en gimnasia, el reiki en masaje, la angelología en esoterismo, etcétera. Esto se debe a que hay quienes son más susceptibles a dejarse llevar por lo que hacen los demás, apartando la reflexión o el pensamiento crítico que cada una de las técnicas de apoyo representa en esencia. Aun así, alguien que comienza una práctica que puede favorecer la vida interior sólo porque sus mejores amigos o familiares lo hacen podría obtener algo positivo, siempre y cuando persevere en la disciplina elegida.
La trascendencia de la guía
Un factor fundamental para que una persona logre trabajar en su espiritualidad a través de cierta práctica es que elija un guía adecuado. Prácticamente en cualquier campo de enseñanza hay pseudoespecialistas que ofrecen sus servicios sin contar con una base sólida, o bien que no buscan transmitir un conocimiento sino rodearse de
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un grupo de seguidores que los hagan sentir poderosos o estimulen su vanidad. Por ello es importante recurrir a instructores que además de una formación adecuada en el campo en cuestión posean una evidente integridad y solvencia moral.
2012 aliciente para el espíritu?
El ser humano siempre se ha sentido atraído por lo misterioso, por ello no es de extrañar que profecías como las de Nostradamus den pie a largos debates sobre el futuro de la humanidad. En época reciente se han difundido distintas versiones acerca de un cambio radical para nuestra especie en el año 2012, las cuales van desde el exterminio hasta una notoria transición de tipo espiritual, supuestamente de acuerdo a lo descrito en el llamado calendario maya. “El calendario maya es la ley del tiempo, es el calendario de las 13 lunas
que no sólo utilizaban los mayas sino también los druidas, los egipcios, los incas y otras civilizaciones; volver a la cuenta de las 13 lunas es sincronizarnos con la Naturaleza”, apunta Eulalia Corripio, facilitadora del conocimiento del Sincronario de las 13 lunas. Cuestionada acerca de la citada transformación que podría sufrir el mundo que conocemos dentro de un año y cómo se refleja esto en la vida actual, Corripio apunta: “Decir 2012 es igual a decir ‘que suene el despertador’. En 2012 cerraremos el quinto sol, termina un periodo de 5,200 años que iniciamos con una conciencia aborigen, y pasaremos a una de tipo cósmico, es decir estar conscientes de que pertenecemos a sistemas mayores y que todos estamos interrelacionados. Es algo colectivo, porque alguien puede estar dormido hasta más tarde pero finalmente se va a levantar y antes de 2012 todos estaremos despertando. No es algo que vaya a ocurrir al llegar esa fe-
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cha, porque de hecho la cuenta regresiva empezó en 1987; y no hay nada que temer, es parte de la evolución, un momento bellísimo de elevación de la conciencia que nos permitirá lograr un equilibrio, una igualdad entre quienes habitamos este planeta”. No sólo los estudiosos de la tradición maya hablan de un proceso de transición iniciado años atrás. Algunos especialistas señalan el movimiento hippie nacido en los sesenta como un parteaguas indicador de un despertar espiritual, destacando que a partir de esa época se percibe en la sociedad una inquietud por encontrar nuevos caminos y formas de expresar ese aspecto de la existencia.
en el planeta, se autointerrogarán en relación a esa última instancia que es el sentido de la vida. ¿Por qué? Porque vivimos volcados hacia la trascendencia, todos anhelamos trascender en la existencia de una forma u otra y esa necesidad nos conduce hacia la interioridad, a buscar la quietud del espíritu”. Evidentemente reflexionar acerca de la propia espiritualidad es algo que no puede forzarse; tarde o temprano a cada uno le llega el momento de hacerlo. Y es también cuestión personal definir si algo nos hace falta para nutrir esta parte de nuestro ser. §
Fuentes: Psicóloga Carolina Ramírez, terapeuta familiar de Centros de Integración Juvenil Torreón; Antropóloga Leonor Domíguez, catedrática e investigadora de la Universidad Iberoamericana Laguna; Socióloga Laura Orellana, catedrática e investigadora de la Universidad Iberoamericana Laguna; Licenciado en Filosofía Alberto Madero, catedrático; Lucy Aspra, escritora y fundadora del centro cultural La Casa de los Ángeles; Ruth Castañeda, maestra de reiki; Eulalia Corripio, facilitadora del conocimiento del Sincronario de las 13 lunas; ABC del Tai Chi Chuan, Wan der Heyoten, Louis (Kairos, 2001); Aprende a relajarte, Choque, Jaques (Robin Book, 1999); Tai Chi Chuan: transformación y cambio para lograr el bienestar, Schwarz, Mario (Kier, 2005).
Futuro Espiritual
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l futuro es impredecible, al me menos con exactitud. Sin embarbargo las pautas trazadas por el pasado y el presente nos permiten vislumbrar ciertos aspectos como ‘seguros’, e indudablemente uno de ellos es que el interés por cultivar la espiritualidad no desaparecerá. Por más que el aspecto exterior, con todas sus implicaciones (preocupación por la salud y la satisfacción de necesidades o carencias físicas, observación de leyes, ambición por bienes materiales, peleas por poder, etcétera) se mantenga como algo constante en la vida, es un hecho que en dado momento todo individuo se formulará las preguntas fundamentales y universales: “¿Quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿cuál es el sentido radical de mi existencia?”. La Psicóloga Carolina Ramírez ejemplifica este cuestionamiento como un espiral, pues “en cada giro tu respuesta es más elaborada, porque has trabajado más en ti, has vivido más cosas; pero siempre estamos dándole vueltas a lo mismo”. Leonor Domínguez coincide, y explica el porqué de esa preocupación, así como su relación con la espiritualidad: “Mientras haya seres humanos Sn • 41