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DEBATE
EL ESTADO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN EL PERÚ
Generar capacidades para transformar las condiciones de desarrollo social y económico de las poblaciones, es el punto de partida para ejercer, en el Perú, una labor cabal de responsabilidad social. “Haciendo País” convocó a personalidades destacadas del ámbito de la RSE para conocer cómo actúan las empresas hoy y cómo todos los agentes del tejido social peruano pueden contribuir a multiplicar sus aportes y añadir competitividad a todas las cadenas de valor. En el siguiente debate sobre el estado de la Responsabilidad Social en el Perú, dan sus puntos de vista Jorge Melo Vega, presidente de Responde, Inés Temple, presidenta de Perú 2021, Jorge A. Illingworth, especialista senior en organizaciones de empleadores de la Oficina Subregional de la OIT para los Países Andinos y Baltazar Caravedo, director del Centro de Liderazgo de la Universidad del Pacífico.
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RONDA I: LA RSE AL ESTILO PERUANO: FORTALEZAS Y RETOS La responsabilidad social es un concepto que según quien la utilice, ya sean los propios empresarios, la sociedad civil, los sindicatos, la academia o el público en general, admite diversas interpretaciones. ¿En su opinión, las organizaciones peruanas vienen asumiendo su propia responsabilidad social? ¿Considera que el despliegue de la responsabilidad social ha sido tratado de igual forma en los distintos ámbitos o sectores de la sociedad? JORGE MELO VEGA: Mientras en el extranjero la mirada a la Responsabilidad Social es muy corporativa, pues se refiere al “debe ser “ de la empresa en el contexto de las inversiones éticas, en el Perú esta pasa por promover emprendimientos y porque la sociedad los valore. Pero ella está muy divorciada de esa valoración, y no reconoce aún a la inversión como la principal autora y motor del desarrollo. Concretamente, la RSE en el Perú no es hacer más de lo mismo, sino innovar. En nuestro país, ya se piensa en la capacidad adquisitiva de los segmentos, y han sido las empresas más exitosas, las más capaces de haber incorporado al mercado canales de venta así como nuevos clientes. En el Perú, las empresas que han hecho bien la RSE, han sido capaces de haber incorporado al mercado colaboradores o canales de venta que estaban fuera, clientes nuevos, de modo que el crecimiento del país, se está dando por el progreso de las clases más bajas, como producto del escalamiento social, y eso lo han generado las empresas junto con las pyme. Creo que la tarea más importante es que las empresas privadas se acerquen a la sociedad y hagan ver que existen modelos de negocio que sí están siendo inclusivos.
A las que tienen este modelo les está yendo mejor, aun cuando en el proceso de inclusión y cambio, la empresa genere impactos positivos y negativos. Los impactos positivos hay que comunicarlos a la sociedad, y los negativos, se deben reconocer con transparencia, gestionado, mitigando o compensando los efectos sobre la comunidad o el medio ambiente. Asimismo, generando valor, siendo innovadores y acercándonos al cliente para ofrecerles los productos y servicios que se producen, brindando oportunidades en la base de la pirámide. INÉS TEMPLE: Sólo en este año, hemos duplicado el número de empresas que trabajan en el Patronato, duplicado el número de consultorías que venimos haciendo (en Perú 2021). Se han triplicado el número de empresas que se presentaron para tener su distintivo de empresa socialmente responsable. Y tanto en nuestro simposio como en las Expoferias, nos hemos quedado sin espacio para atender todos los requerimientos para que las empresas auspicien y presenten sus proyectos. Todo esto habla de un marcado crecimiento en el interés, en la conciencia y en la acción de las empresas en el Perú con respecto a la RSE. En los últimos 15 meses, los empresarios han tomado mayor conciencia de la relevancia para su negocio de un actuar socialmente responsable. Hoy en día, en las empresas formales, los empresarios no se pueden dar el lujo de no hacerlo. No hacerlo resta competitividad al momento de retener el talento, y afecta la percepción de los clientes sobre el negocio, más aún a las empresas más expuestas en el mercado internacional. BALTAZAR CARAVEDO: La responsabilidad social es un paradigma que plantea una nueva forma de gestionar las organizaciones. Implica ampliar la conciencia de
JORGE MELO
INÉS TEMPLE
PRESIDENTE DE RESPONDE
PRESIDENTA DE PERÚ 2021
quienes conducen y forman parte de las organizaciones con relación a los impactos económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales que produce su accionar en sus áreas de influencia y, específicamente, en los grupos de interés con los que se relaciona. Contiene una ética de la transparencia, un patrón de vínculos que privilegia la escucha y una energía social cohesionadora. Supone hacer algo por reducir o transformar los impactos negativos y potenciar los impactos positivos. En el Perú el paradigma de la responsabilidad social desafía la práctica habitual en todos los campos. Cuestiona la cultura diaria tal como tendemos a desarrollarla. Y es que el discurso que subyace y que predomina en las relaciones que establecemos suele ser contradictorio, cargado de cinismo, desconfianza y pesimismo. Poner en práctica el nuevo paradigma no es sencillo porque, en cierta medida, pone en tela de juicio la manera en que hemos desplegado nuestras relaciones; es ir a contramarcha. La responsabilidad social ha sido asociada predominantemente a la práctica empresarial. El peso de la crítica ha sido colocado en las empresas. Pero la sociedad es una construcción cotidiana en la que intervenimos todos. La transformación de la sociedad para beneficio común no depende sólo de que las empresas adopten prácticas socialmente responsables; es necesario que el nuevo paradigma sea incorporado por esa diversidad de organizaciones existente. JORGE ILLINGWORTH: Ante todo, hay que definir qué es RSE. Creo que debe quedar bien claro que la RSE es un acto voluntario de las empresas. No es obligatorio, sino que la empresa decide, más allá de lo que la ley le obliga, mitigar o compensar los impactos de su actividad en el entorno. No hay que
BALTAZAR CARAVEDO
JORGE ILLINGWORTH
DIRECTOR DEL CENTRO DE LIDERAZGO DE LA UP
ESPECIALISTA SENIOR EN ORGANIZACIONES DE LA OIT
“CREO QUE LA TAREA MÁS IMPORTANTE ES QUE LAS EMPRESAS PRIVADAS SE ACERQUEN A LA SOCIEDAD Y HAGAN VER QUE EXISTEN MODELOS DE NEGOCIO QUE SÍ ESTÁN SIENDO INCLUSIVOS”. JORGE MELO VEGA
olvidar que el primer objetivo de la empresa es ser rentable y pagar sus impuestos, tener a sus trabajadores en planilla, generar empleo. Luego, una vez que la empresa está establecida, decide incorporar la RSE en todas sus actividades. Entonces la empresa dice ”Ok, he decidido hacerlo, y lo voy a hacer de esta forma”. Lo que me preocupa, es que poco a poco y peligrosamente, estamos queriendo exigir responsabilidad social a las empresas, como si fuera obligatorio. Al momento que una empresa mediana o grande llega con su actividad a una comunidad en donde hay carencias históricas, la comunidad dice “lo que no me dio el Estado durante tanto tiempo, que me lo dé la empresa”…como si fuera obligación de la empresa privada subsanar esas carencias. Y las empresas caen en un juego peligroso, intentando suplir al Estado y esto está generando unas expectativas enormes. El Estado tiene su responsabilidad y no puede esperar a que las empresas lo hagan por ellas. La iniciativa de obras por impuestos es diferente porque la empresa cumple su obligación de tributar. El Estado en América Latina no ha avanzado como se debería porque se le dificulta mucho llegar a las zonas rurales.
En la región latinoamericana yo ya he visto diversos intentos del Estado por regular la RSE y los empresarios tienen que estar atentos para que cuando salgan este tipo de intentos se tenga claro que es un tema voluntario: imagínese que esto se haga obligatorio también en la empresa mediana o pequeña: ¿sacrificarían su rentabilidad y el empleo de sus propios trabajadores porque ‘tienen’ que dar una contribución?... En la OIT siempre promovemos que la primera RSE de una empresa, es cada adentro.
RONDA II: AVANCES EN EL PERÚ La RSE es un término que se está incorporando desde hace algunos años al lenguaje empresarial. Se trata de iniciativas voluntarias que las empresas adoptan para tratar de ir más allá del mero cumplimiento de la legislación en toda una serie de ámbitos sociales, económicos y medioambientales. ¿Cuáles son los avances de la RSE en el Perú y su necesidad para el país?
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“EN LOS ÚLTIMOS 15 MESES, LOS EMPRESARIOS HAN TOMADO MAYOR CONCIENCIA DE LA RELEVANCIA PARA SU NEGOCIO DE UN ACTUAR SOCIALMENTE RESPONSABLE”. INÉS TEMPLE
JORGE MELO VEGA: Creo que en el país el sector privado ha sido muy inclusivo y por eso, la clase media es la que más ha crecido. Pero lo que debe buscar la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es apostar por el desarrollo de la ciudadanía, ya que el Estado es poco capaz de desarrollarla. En el Perú, sobre todo, en donde hasta hay gente que siente beneplácito cuando a la empresa le va mal, es recomendable que se tenga la transparencia suficiente como para transmitir y comunicar a la sociedad los impactos positivos y negativos de su labor y cómo impacta ella en la generación de las propias capacidades para la sociedad, y que se identifique que la empresa es una generadora de valor. El propio Estado invierte en infraestructura de agricultura y saneamiento, pero nadie lo valora, nadie enseña a los pueblos cómo usarla; lo que se difunde como beneficio debería indicar cómo la obra impacta en sus vidas. Es distinta la RSE en Inglaterra, Perú, Chile o Brasil. Los grupos de interés en cada uno son distintos. En Europa, la preocupación central es el medio ambiente y las empresas comunican ciudadanía medioambiental. En América Latina, en cambio, la expectativa de la gente está centrada en el tema laboral y de empleo digno. La gente lo que espera de la empresa es más una contribución a la comunidad y que haga acción
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social (que se haga la canchita del barrio, por ejemplo) pero no necesariamente generación de capacidades. INÉS TEMPLE: Hoy en día, ser socialmente responsable no es una opción sino una necesidad estratégica del negocio. Así que las empresas no sólo tenemos que actuar bien sino comunicarlo y reportarlo. Por otro lado, si bien la RSE es un concepto que ha sido difundido desde la empresa, abarca también al ciudadano, las ONG, al Estado. Creo que nadie está excluido porque todos tenemos una responsabilidad con el país para hacer de él uno más desarrollado y más humano. BALTAZAR CARAVEDO: La Responsabilidad Social Empresarial se impulsa con énfasis desde hace unos dieciocho años en el Perú. En los noventa el propósito fue difundir el paradigma en el medio empresarial, no sólo dentro del Perú sino, también, en otros países de América Latina. En el medio académico se despertó el interés en el tema. La Universidad del Pacífico, por ejemplo, empezó a publicar a través de lo que se denominó “Biblioteca de Responsabilidad Social” libros y material de investigación. En la década siguiente se aprecia un interés por poner en práctica el paradigma en las empresas. El lanzamiento del Pacto Global y la suscripción de un
número importante de empresas manifestó la inquietud y preocupación por el asunto. Tal vez, las empresas que más se interesaron inicialmente fueron las mineras. No está demás señalar que la primera Memoria de Responsabilidad Social fue presentada por la empresa Antamina en el año 2000. Con la continuidad de los simposios organizados por Perú 2021, la aparición de instrumentos como los Indicadores Ethos y los Reportes de Sostenibilidad GRI, las empresas se fueron dotando de nuevas herramientas. Los Premios a la Responsabilidad Social de las empresas fueron un estímulo. En esta misma década se empiezan a desarrollar la Responsabilidad Social Universitaria y aparece la iniciativa Responsabilidad Social TODOS, lo que permite ampliar la aplicación práctica del nuevo paradigma a otro tipo de entidades no empresariales. La conformación de un Comité Espejo en el Perú, que apoyó la elaboración del ISO 26000, es un hecho que hay que destacar en este período. Hoy en día hay un número significativo de empresas que hacen Reportes de Sostenibilidad con la metodología GRI y que se inspiran en el ISO 26000 para el diseño de sus estrategias. A pesar de lo señalado anteriormente, la responsabilidad social no logra aún constituirse en la energía de cohesión que se requiere en el Perú para plasmar una sociedad inclusiva. El esfuerzo que hay que realizar
es notable dada la inmensidad de obstáculos que enfrenta la sociedad peruana para reducir la trama altamente conflictiva que subsiste. El posicionamiento que ha adquirido la RSE es un logro así como la expansión del número de empresas que adoptan el paradigma, también lo es. Estamos en la dirección adecuada. Hay que hacer ajustes y, seguramente, algunas modificaciones. Pero el sentido y la dirección del paradigma son los apropiados. JORGE ILLINGWORTH: Aquí como en América Latina el Estado tiene que buscar llegar más. He escuchado decir que hay un Perú por debajo de los 2,500 metros de altura y otro por encima, diferente. Entiendo que llevar una línea de transmisión eléctrica a un poblado de 20 familias es difícil, saquemos el costo, pero hay que hacerlo, con subsidios cruzados, pero el Estado debe hacerlo porque esas personas tienen igual derecho que ustedes y yo a tener energía. Lo que me está preocupando, es que empiezan a salir intentos por querer certificar la RSE. Al empresario le sirve metodológicamente pero la RSE no es una certificación. ¿Cómo certifico la voluntariedad?... ¿tú eres más voluntario que yo?¿por qué?...”ah, no, es que yo tengo más plata que tú”…eso es otra cosa. En general el avance de la RSE en el Perú, en los últimos diez años ha sido evidente. Algunas empresas han cambiado su foco, lo han refinado en su accionar de RSE. Si hubiera un censo sobre acciones de RSE, sería interesante, pero hay muchas empresas que no lo cuentan, aunque sus clientes probablemente estén muy interesados en saber lo que uno hace. En este contexto, hay muchas acciones de RSE, eventos, y hay empresas de todo tamaño en ello. Hasta los municipios desarrollan acciones de RSE, y se espera que esto sea natural en ellos. Hay muchos foros, muchas iniciativas nuevas que se ven. La currícula de las universidades incluye temas de RSE para sus diplomados y otros postgrados y tenemos más demanda de las propias organizaciones empresariales sobre el tema. Creo que no es muy difícil que muchos hagan poco, pues más bien pocos son los que hacen mucho. Pero en general estamos mucho mejor que antes.
RONDA III: ¿EXISTE UN MODELO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL? El empresariado siempre ha reconocido que, junto a otros actores, le corresponde un papel importante a la hora de contribuir al desarrollo de las comunidades en las que realiza sus actividades. En su
“EN EL PERÚ EL PARADIGMA DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DESAFÍA LA PRÁCTICA HABITUAL EN TODOS LOS CAMPOS. CUESTIONA LA CULTURA DIARIA TAL COMO TENDEMOS A DESARROLLARLA”. BALTAZAR CARAVEDO
opinión, ¿cuál es el perfil de una empresa moderna del siglo XXI? JORGE MELO VEGA: Es la de aquella que sabe comunicar la cultura del éxito para que la sociedad se sienta parte del éxito de las empresas, se genere un empoderamiento del ciudadano en paralelo al desarrollo de la institucionalidad. En la línea de la ciudadanía, a las empresas del siglo XXI les corresponde ser rigurosas con la cadena de valor: proveedores, colaboradores, consumidores. Deben mirar que los proveedores cumplan las leyes laborales, que sean aseguradas, exigiéndoles estándares y no precio, es decir, no precarizar el mercado en nombre de la eficiencia. También se debe contribuir a desarrollar capacidades en el Estado, para que la educación, la seguridad y la salud sean las mejores en las zonas de influencia del Estado pues en esta tarea de generación de valor por parte de la empresa, el Estado es el gran accionista. INÉS TEMPLE: Yo diría que el perfil es el de una empresa que incorpora en su estrategia principal los intereses de sus stakeholders, que apunta a perdurar en el tiempo, a ser sustentable y extender la generación de riqueza hacia el accionista y hacia todos sus públicos. Creo que es un tema cultural. BALTAZAR CARAVEDO: Para plasmar una estrategia que incorpore el nuevo paradigma de la responsabilidad social es necesario conocer en profundidad el entorno interno y externo de la organización. Sin un conocimiento que abarque
distintas dimensiones por las que atraviesan los diversos grupos de interés, los impactos de las acciones empresariales no darán los resultados deseados. No basta cumplir con los reportes u obtener premios. El manejo flexible y a la vez profundo de todas las entidades con las que se relaciona la empresa es vital. Es necesario hacer preguntas como, por ejemplo ¿cuál es el sistema en el que se despliega la organización?, ¿cómo pretende asegurar su continuidad?, ¿cómo está compuesto el sistema del que es parte la empresa?, ¿cómo es la dimensión subjetiva de sus componentes?, ¿Cuál es el universo inadvertido plagado de frases y metáforas que hacen a la identidad de la empresa?, ¿cómo sienten, piensan y conocen las entidades con las cuales se vincula nuestra organización?, ¿qué tipo de energía social predomina en los vínculos que desarrollamos los componentes del sistema del que formamos parte?, ¿cuál es el balance energético?¿positivo?, ¿negativo?, ¿qué hacer para asegurar la continuidad de la organización?. Esta es una tarea en la que las empresas deben trabajar. El perfil de una empresa que adopte el paradigma de la responsabilidad social es el de una entidad que escucha, que sabe escuchar, que conoce en profundidad a su entorno, que investiga multi y transdisciplinariamente, que se conecta afectivamente y permite que se conecten con ella, en la que todos sus integrantes participan del paradigma nuevo y lo incorporan individual y colectivamente; es el de una empresa que aprende, no el de una base de datos; es el de una entidad congruente, coherente, consistente. JORGE ILLINGWORTH: Más que de una empresa socialmente responsable yo hablaría de una empresa sostenible, una empresa que deba manejar con eficacia y eficiencia el pilar económico, el ser rentable. Paralelamente debe manejar el pilar social, y otro ambiental. Una empresa sostenible es la que tiene su negocio sustentado en esos tres pilares. Para la OIT esa es la empresa del hoy y del mañana. El país tiene también que dar al empresario un entorno seguro, predecible, para poder ejercer su actividad. En general, todo lo que vaya a mejorarle el nivel de vida de las personas, a través de lo digno que es ejercer una actividad productiva, para mí es el camino; no regalar el pescado sino enseñar a pescar, generando capacidades e incluyendo a la gente como ente productivo y a la sociedad, para elevar su nivel de vida. Esto no sólo renta al empresario en una mejor imagen, sino que significa un aporte trascendente y sostenible, sin conflictividad con la comunidad.
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“LO QUE ME PREOCUPA, ES QUE POCO A POCO Y PELIGROSAMENTE, ESTAMOS QUERIENDO EXIGIR RESPONSABILIDAD SOCIAL A LAS EMPRESAS, COMO SI FUERA OBLIGATORIO”. JORGE ILLINGWORTH
RONDA IV: LA PYME EN LA RSE La RSE no es una cuestión que afecte únicamente a las grandes empresas multinacionales. Su carácter voluntario, su diversidad y su flexibilidad son elementos esenciales para permitir que todas las empresas, cualquiera que sea su tamaño o su ubicación, puedan estudiar la mejor manera de responder a las realidades de la sociedad en donde desarrolla sus operaciones. ¿Cuáles deberían ser los factores a considerar en las estrategias de RSE dirigidas para el amplio sector de la pequeña empresa? JORGE MELO VEGA: Que pymes hay poquísimas: son entre el 1% y 2% de todo el tejido empresarial. El resto son mypes; y que en la medida que se ha nominalizado la responsabilidad social en nuestro país (qué tamaño tienes, cuánto me das), para la pyme adecuarse a la ley ya es una valla alta. Sin embargo, generar ciudadanía, respetando la ley, cuidando también su cadena de valor, es ya empezar a ser socialmente responsable y ellas pueden empezar a trabajar en eso. INÉS TEMPLE: Aún hay mucho por hacer
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en las empresas medianas y pequeñas. La empresa grande -más expuesta a sus stakeholders en general- no puede trabajar sin una licencia social, por tanto la estrategia de RSE es intrínseca a su negocio. Las pequeñas empresas no se mueven tanto en ese escenario porque en sus niveles de competitividad aparentemente la RSE no es tan exigida. Creo que la gran frontera a trabajar es la empresa pequeña. Cuando ésta sea agente activo de la RSE, al Perú no lo para nadie. Es un cambio de cultura. Una empresa pequeña no puede desarrollarse si hoy no tiene una estrategia que contemple un accionar ético, que no es lo mismo que tener proyectos de RSE. La pyme que incorpora en su accionar la RSE es más competitiva; pero el error está en pensar que la RSE consiste en “hacer planes filantrópicos”. Quienes deciden a ser socialmente responsables, deciden actuar conforme a la ley, son buenos empleadores, pagan salarios justos y a tiempo, son correctos con sus proveedores; se preocupan que el impacto en el medio ambiente sea el mínimo posible, y actúan en el tiempo conforme a la ley: eso es ser socialmente responsable desde el core el negocio. No se trata de tener un lindo proyecto con un colegio nada más, sino actuar con corrección y con ética frente a todos aquellos ante los cuales la gestión impacta.
BALTAZAR CARAVEDO: En toda estrategia de RSE es indispensable conocer el sistema del que es parte constitutiva la empresa. Primero, es necesario realizar un estudio que nos permita establecer qué tan compenetradas están las pequeñas empresas con el nuevo paradigma; cómo operan; cómo establecen sus vínculos; cómo se toman las decisiones; cuáles son los valores que se practican; cómo se distinguen las pequeñas empresas de un sector determinado de las que actúan en otro sector. Las que operan en una región determinada con las que actúan en otras regiones; cómo se vinculan con sus zonas de influencia o con sus comunidades; qué criterios emplean para la compra de sus insumos; qué tan atentos están a los problemas ambientales; cómo se da la relación con sus colaboradores, con la comunidad en la que se ubican, etc. Por ejemplo, esto se podría llevar a cabo tomando el universo de proveedores y clientes empresariales de las grandes y medianas empresas. De acuerdo a lo que se descubra, será factible establecer qué aspectos habría que desarrollar o profundizar. Si se trata de empresas vinculadas a las medianas y grandes, éstas se convertirían en uno de los vehículos para la incorporación del nuevo paradigma. Adicionalmente, sería pertinente organizar capacitaciones adecuadas a las formas de trabajo de las pequeñas empresas, según ámbitos geográficos y sectores. Dado el peso de las pequeñas empresas en el país y dadas las necesidades por las que atraviesa nuestra sociedad, su participación como entidades socialmente responsables contribuirá a la configuración de una sociedad inclusiva y sostenible. JORGE ILLINGWORTH: Tenemos que meter el tema de la RSE a nivel general. La mayor parte del empresariado está compuesto por empresas medianas y pequeñas, pero cuando uno habla de RSE lo primero que se le ocurre es multinacionales o multilatinas, como si fueran las únicas capaces u obligadas a hacer RSE. Todas podrían hacer RSE si la tenemos transversalizada en todo nuestro eje de negocio. Hay empresas medianas en el Perú que tienen bonitos programas de inclusión de personas con discapacidad y se esfuerzan por capacitarlas, por darles un buen ambiente de trabajo, es un buen ejemplo de RSE hacia adentro. En Lima uno puede mover iniciativas grupales entre asociaciones de productores para tener más impacto. La pyme ve la RSE como algo lejano, de grandes, pero el concepto tiene que decantarse hacia más abajo para tener un impacto. Pero, repito, pensar que la empresa tiene que entrar a cubrir las carencias del Estado, es equivocado