EL IMPERIALISMO Y EL CONFLICTO EN SIRIA Por Joseph Daher ISLAMOFOBIA Y CÓMO COMBATIRLA Por David Karvala

La resistencia que se extiende Nº 0 Tercera época | Marzo-abril 2016 | 2,5 € - precio reducido 2€ La Hiedra/L’Heura es la revista de En lucha/En llui
Author:  Blanca Toledo Cano

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La resistencia que se extiende

Nº 0 Tercera época | Marzo-abril 2016 | 2,5 € - precio reducido 2€ La Hiedra/L’Heura es la revista de En lucha/En lluita | www.lahiedra.info

EL IMPERIALISMO Y EL CONFLICTO EN SIRIA Por Joseph Daher ISLAMOFOBIA Y CÓMO COMBATIRLA Por David Karvala

LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN NO ES UN CHISTE REFUGIADAS: ENTRE LA SOLIDARIDAD Y LA HIPOCRESÍA MADRID, CON LA UNIDAD, SERÁ LA TUMBA DEL FASCISMO CUANDO EL HUMOR SE PONE SERIO RESEÑAS 1

Editorial

Ideas para cambiarlo todo

U

n fantasma recorre Europa, o el mundo. Con estas palabras, citadas seguramente excesivas veces, se abre el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, punto de partida programático de un movimiento que hunde sus raíces en la tradición de la lucha de las oprimidas, desde la revuelta de Espartaco a la Revolución francesa, y que se extendió a partir de entonces a través de una historia convulsa y a veces sangrienta. Hoy en día, este movimiento parece sumido en una derrota sin precedentes, ahogado por sus propios errores y por el triunfo de un sistema económico que ha sido capaz de imponer una ideología y una cultura que se extienden por el mundo como lo hizo entonces ese viejo fantasma. Pero como dijo no hace mucho el cínico millonario Warren Buffett, “la lucha de clases existe y mi clase la está ganando”. Más allá de constatar que la única clase verdaderamente marxista que queda es la clase dominante, se atisban, en la lejanía, las contradicciones que el capitalismo nunca ha sido capaz de superar. De esas contradicciones surgen, como han surgido siempre, los fantasmas que se extienden por doquier. Por un lado, el empobrecimiento progresivo de la gente de abajo, el aumento de la desigualdad provocado por ese proceso de traspaso de recursos de abajo arriba que suponen el conjunto de políticas que conocemos como neoliberalismo. También el resurgir de los conflictos inter-imperialistas, en un tablero de juego en proceso de reconfiguración 25 años después del fin de la llamada Guerra Fría, que está convirtiendo Oriente Medio en escenario de un nuevo ciclo de guerras sin un final aparente; en este contexto, el terrorismo yihadista es utilizado por la derecha y el populismo para extender la islamofobia, mientras el fascismo emerge como un auténtico peligro, convirtiendo la frustración a su alrededor en un proyecto de odio racista. El auge de Alba Dorada en Grecia o del Front National en Francia, así como los ataques racistas ocurridos en Alemania estos últimos días, dan testimonio del reto al que nos enfrentamos. ¿Y al otro lado qué?, nos preguntamos. La gente de abajo, las oprimidas de la historia, siguen resistiendo y, como en su día Espartaco y quienes le siguieron, se lanzan a la conquista de aquello que les ha sido arrebatado: la paz, la justicia, la igualdad, la vida misma. A esa gente va dirigida esta revista, una publicación renovada que hunde sus raíces en una vieja tradición, la de una corriente internacional que nace,

como esta revista, al calor de las luchas hace ya unas cuantas décadas. Para la gente que lucha, pero también escrita, diseñada, producida y distribuida por la gente que lucha, activistas comprometidas con el presente en un momento en que el viejo régimen, representado por la monarquía y los dos grandes partidos que se han alternado en el poder desde 1978, parece haber perdido toda credibilidad. El 15M y el movimiento por la independencia en Catalunya, así como el descrédito de una clase política corrupta y acomodada, han puesto en evidencia la crisis de un régimen que hace todo lo que puede por mantenerse en el poder. Sin embargo, nos encontramos en un impasse, un momento en el que culmina un largo ciclo electoral que ha sacudido profundamente las instituciones y que ha marcado la actividad tanto de Podemos y el resto de fuerzas del cambio como de la CUP y los partidos involucrados en el procés soberanista catalán. Se abre la perspectiva de una legislatura inestable en el Congreso de los Diputados, durante la cual el Estado español deberá hacer frente al desafío de ruptura desde Catalunya, lo que tensará sin duda la cuerda entre las diferentes fuerzas en liza, mientras en Catalunya empiezan 18 meses cruciales durante los cuales el proyecto de República Catalana se debe consolidar como motor de cambio social en beneficio de las clases populares. Desde nuestro punto de vista, nada de lo que pueda ocurrir depende en primera instancia de un grupo de diputados y diputadas, sino de aquello que seamos capaces de hacer desde abajo quienes estamos dispuestos a seguir luchando. Es ahí, en ese terreno, donde La Hiedra quiere echar raíces y crecer, porque en momentos convulsos como el que estamos viviendo, entender el mundo que nos rodea a través de los debates que van surgiendo a nuestro paso es el único modo de encontrar los caminos que nos llevarán a buen puerto. Esa es la fuerza de las ideas, más necesarias que nunca cuando la acción parece lo único posible. Las ideas son un arma, pero también un mapa, elaborado a lo largo de los años por una tradición que se ha ido perpetuando y que conforma hoy la corriente de pensamiento, acción y organización que contribuye, desde estas páginas, al proyecto de transformación social que anhelamos, un proyecto que es mucho más que un mero fantasma. ■

¿Preguntas? ¿Sugerencias? ¿Críticas? ¡Háznoslas llegar!: [email protected] 2

Nuevo libro de la editorial La Hiedra: “La Transición: Movimiento obrero, cambio político y resistencia popular”, de Mike Eude. Más información en la contraportada.

EDITORIAL

Grecia el pasado 4 de febrero. Más allá de las concentraciones La tercera huelga general contra los recortes de las pensiones sacudió encrucijada en la que se encuentra el gobierno de Syriza, masivas, la demostración de fuerza de la clase trabajadora muestra la Si Tsipras se rendía a la austeridad a pesar de la incapaz de ofrecer concesiones sin enfrentarse a las exigencias de la Troika. la calle por un programa que le aparte de las consecuencias victoria del OXI en el referéndum, el pueblo griego sigue luchando en la derrota definitiva o la ruptura con las instituciones que terribles del continuismo de la “nueva política” griega. En el horizonte, deuda, el Euro, la UE en sí misma. La encrucijada que tarde o están extendiendo miseria y desigualdad a lo largo del continente: la adcast. temprano cualquier gobierno progresista deberá afrontar. // Foto SEKbro

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NOTICIAS BREVES HUELGA EN SEAT: ORGANIZACIÓN Y LUCHA CONTRA LA POLÍTICA DE MÁXIMO BENEFICIO AL MENOR COSTE

Islamofobia y cómo combatirla

David Bowie: Glamour, controversia y Rock & Roll

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20 La cultura de la violación no es un chiste

El Imperialismo y el conflicto en Siria

NOTICIAS BREVES 05

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Huelga en SEAT Correscales de Bilbao a Barcelona Debate sobre la concialición Los hechos de colonia ¿Fin de ciclo en Venezuela? UCFR en Majadahonda

ANTIFASCISMO 15

Del pacto de gobierno a la República Catalana Diego Garrido y Oscar Simón

GÉNERO

DOSSIER: LA UNIDAD POPULAR DESDE ABAJO

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La cultura de la violación: No es un chiste, es realidad Sonja Coquelin

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Viento de izquierdas: ¿Empujando hacia la regeneración…y la ruptura? Diego Mendoza

INTERNACIONAL

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Unidad popular: desde abajo para cambiarlo todo Manel Barriere Figueroa

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La unidad popular en perspectiva: el caso chileno Mike González

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El Imperialismo y el conflicto en Siria Joseph Daher

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Refugiadas, entre la solidaridad y la hipocresía Anna Palou

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Madrid, con la Unidad, será la tumba del fascismo y el racismo Aitor Bayón

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Islamofobia y cómo combatirla David Karvala

CULTURA 30

Cuando el humor se pone serio Manel Barriere Figueroa

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Glamour, controversia y Rock&Roll: un recuerdo de David Bowie Ale García

32 Reseñas: Techo y comida · Islamofobia: Nosotros, los otros, el miedo · Desmuntant Societat Civil Catalana · Veganismo de la teoría a la acción · Entre cunetas · Donde no llega nuestro grito

La Hiedra, la resistencia que se extiende. Tercera temporada. Marzo-abril, 2016. Editor: Manel Barriere Figueroa. Redacción: Aitor Bayón, Franco Casanga, Bendjamin Clemente, Álvaro Figueroa, Diego Garrido, David Karvala, Marina Pérez, Miguel Sanz Alcántara, Luis Zhu. Maquetación y diseño: Oriol Alfambra, Miguel Sanz Alcántara y Luis Zhu. Traducciones y corrección: Pau Alarcón, Guifré Bombilà, Joan Caralt, Franco Casanga, Àlvaro Figueroa, Pati Gómez, Marina Pérez, Mireia Roselló, Ana Villaverde, Luis Zhu. Web: www.lahiedra.info. Contacto de La Hiedra para valoraciones, propuestas de artículos o conseguir copias: [email protected]. La Hiedra es la revista bimensual de En lucha / En lluita. ISSN: 2385-3212

La mañana del jueves 7 de enero, se inició una huelga en la fábrica de cajas de cambio Gearbox, situada en la Zona Franca de Barcelona. Dicha fábrica, absorbida por la fusión con el grupo Volkswagen, es la encargada del suministro de dicho producto para las diferentes marcas automovilísticas de la firma, como Seat, Audi, Skoda y la que da nombre al grupo. El conflicto tiene su origen en el traslado forzoso de 50 empleados a la fábrica que posee el grupo en el municipio de Martorell, en el Baix Llobregat. Después de intentar la mediación en dos reuniones llevadas a cabo los días 5 y 6 de enero ante la Inspección de Trabajo, de las cuales no se ha obtenido ningún tipo de solución, la empresa alega un excedente de plantilla, a lo que se contrapone la versión de la representación de los trabajadores y las trabajadoras. En dicha sucursal se trabaja todos los fines de semana,

para completar la producción que debería realizarse de lunes a viernes. Se han acumulado más de 130.000 horas, adeudadas a los trabajadores y trabajadoras, al mismo tiempo que se pretende reducir la plantilla. Por otro lado, en la fábrica situada en Martorell existe una carencia de personal, ya que se despidió a 200 personas que habían sido contratadas a través de ETT para no tenerles que hacer contrato fijo como se encuentra tipificado en la ley. Éste es el motivo por el cual la empresa quiere realizar el traslado de los 50 empleados, que son el principal objeto de esta huelga. Desde CGT-METAL (FESIM) se denunció la política que realiza el grupo germano Volskwagen en España, buscando conseguir el mayor beneficio bajo el mínimo coste, lo que trae consigo la vulneración de los derechos de sus trabajadores y trabajadoras. CGT ha anunciando que debido al a fracaso

en la negociación, se mantendrá firme en la huelga en defensa de los derechos de la plantilla, y en contra de los abusos y actuaciones que realiza dicho grupo al margen de las leyes estatales. Al cierre de la edición de esta publicación, se acordó volver a la producción el lunes 11 de enero, para no provocar problemas de abastecimiento, y tras la convocatoria de la Generalitat de una nueva mesa de negociación para ese mismo día. En una nota hecha pública por el Comité de Empresa dos días después, se ha adquirido el compromiso, por parte de toda la plantilla, de no trabajar en días festivos y de parar las máquinas durante las pausas, como se recoge en el Art. 104 del Convenio Colectivo vigente. Por último, se acordó el jueves de la misma semana realizar asambleas generales en los tres turnos, durante la hora del bocadillo, para informar y decidir cómo avanzar en la lucha.

DE BILBAO A BARCELONA: EL CORRESCALES LLEVARÁ LA LUCHA AL MOBILE WORLD CONGRESS

apaciguar los conflictos para que la multinacional y sus contratas puedan seguir ejecutando sus planes de precarizar la especie. Nos declaramos en huelga indefinida en marzo ante la estupefacción de Movistar, sus contratas y sus sindicatos guardianes, CCOO y UGT. Y dimos un buen asalto, aunque sabíamos que no se puede doblegar a una multinacional tan poderosa en el primer round. Nos replegamos después de dar mucha guerra, pero para volver. Y tras un periodo de reorganización, en el que no hemos dejado la lucha, aunque esta no fuera tan visible, ahora volvemos a la calle. O mejor dicho, a la carretera. Vamos a seguir luchando por nuestros derechos y lo vamos a hacer con todas las formas de lucha que seamos capaces de imaginar. Si Movistar invierte millones en think tanks neoliberales, nosotros tenemos la solidaridad y la inteligencia colectiva. Y a ver quién acaba ganando al final. Ahora nos disponemos a dar un nuevo asalto y lo empezamos con el Correscales, una carrera de relevos de 800km de Bilbao a Barcelona. Desde Bilbao - donde la unión y determinación de los técnicos, la mayoría falsos autó-

nomos, hizo que la huelga se mantuviera en un 90% de seguimiento hasta el final y, por tanto, se consiguieran excelentes acuerdos que incluyeron el pase a plantilla de buena parte de trabajadores – hasta Barcelona, donde se celebrará el World Mobile Congress del 22 al 25 de febrero, cuya sede se ocupó una semana durante la huelga. El Correscales saldrá de Bilbao en forma de carrera de relevos en la que

Publicamos este texto extraído del blog de las Contratas y Subcontratas de Telefónica en lucha. Un resumen en primera persona de lo que ha sido una lucha ejemplar, que sigue adelante, con el compromiso y la movilización desde la base, a pesar de enfrentarse a uno de los gigantes empresariales del Estado español. Las y los trabajadores técnicos subcontratados de Movistar hemos protagonizado una de las huelgas más contundentes que se ha producido en los últimos años contra una multinacional en el Estado español. Miles de trabajadores y trabajadoras en condiciones de semi esclavitud, condiciones en las que estáis la gran mayoría de quienes estáis leyendo estas líneas, dijimos basta a una empresa muy poderosa que no solo nos explota, sino que además no nos reconoce como trabajadores. También dijimos basta a esos sindicalistas que se han pasado al lado oscuro y que no sabemos si con convencimiento o por interés, se dedican a

ÍNDICE

Por SERGIO LÓPEZ

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80 corredores correrán 800 km para difundir y denunciar las condiciones de semi esclavitud en la que Movistar tiene a sus trabajadores. Correremos también para recaudar fondos para continuar nuestra lucha y todas las luchas presentes y futuras que tienen que realizarse para que podamos vivir vidas dignas. Y el Correscales llevará a Barcelona la huelga, que al fin y al cabo, es nuestra arma más eficaz, si la hacemos juntos. CCOO y UGT siguen mareando la perdiz con la patronal en la paritaria sin conseguir nada e intentando marearnos a nosotros también, para ver si consiguen que olvidemos esto del sindicalismo de calle. Les animamos a sumarse a las movilizaciones como lo han hecho el resto de sindicatos, desde el respeto a las asambleas de trabajadores y trabajadoras de la Marea Azul.

¿FIN DE CICLO EN VENEZUELA? Por FRANCO CASANGA

La estrepitosa derrota del gobierno de Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional en diciembre del año pasado, ha sido un golpe duro para el proyecto bolivariano. Pero sería ingenuo pensar que esta derrota haya sido algo inesperado. Los y las venezolanas llevan varias elecciones apartándose de las políticas del gobierno, incluso antes del fallecimiento de Chávez. Los problemas de corrupción interna y externa al aparato de Estado, la crisis económica (con una inflación y fuga de capitales de las más altas del mundo) y la ceguera política para buscar soluciones reales a la población son las principales causas del descalabro electoral. Ciertamente este rotundo castigo al gobierno de Maduro no representa tanto el fin de la hegemonía del “chavismo” como de un hartazgo de la población con la gestión del gobierno. Este castigo ha venido especialmente desde las bases sociales del llamado chavismo, sectores de la población trabajadora que han visto como año a año sus condiciones de existencia van empeorando. La capitalización de este descontento 6

EL NECESARIO DEBATE DE LA CONCILIACIÓN Por ANA VILLAVERDE Se ha dicho mucho sobre la decisión de Carolina Bescansa de llevar a su hijo al Congreso. No nos interesan, por retrógradas y machistas, las críticas hechas desde la caverna mediática, pero es cierto que dentro del propio movimiento feminista también ha generado controversia. Los actos simbólicos pueden ser más o menos afortunados, pero lo importante es si con ellos se consigue el objetivo inicial. En este sentido, lo cierto es que la decisión de Bescansa ha logrado recuperar un debate central sobre un tema no resuelto que condiciona las vidas de muchísimas mujeres: la conciliación laboral y familiar. No creo que nos haga ningún favor limitarnos a criticar el gesto sin entender que si ha provocado tantas reacciones por parte de la derecha, es precisamente porque pone el dedo en la llaga al cuestionar el falso mito del “hombre público”, autosuficiente e independiente, que no necesita cuidar de nadie ni, aparentemente, que le cuiden, visibilizando la vulnerabilidad e interdependencia que nos caracteriza a todos y todas. A las mujeres que accedemos a la vida pública (no solo a la política, sino en general a cualquier empleo remunerado) se nos exige que nos comportemos como ellos y que, mientras estamos ejerciendo nuestros trabajos, ocultemos y olvidemos todas las responsabilidades de cuidado que nos imponen los roles asociados a nuestro género, que incluyen no sólo el cuidado de nuestros hijos e hijas, sino también de familiares con autonomía restrin-

gida. Se nos emplaza a que resolvamos la “conciliación” de forma individual, cuando, en realidad, se trata de un problema colectivo que afecta a toda la sociedad. Esto no es casual, permite que el cuidado, central para la reproducción de la vida que sostiene todo lo demás, se siga resolviendo a bajo coste para el Estado y las empresas, y se cargue sobre los hombros de las mujeres. Garantizar un cuidado de calidad, tanto para quienes lo ejercen como para las personas que son cuidadas, exige cambios estructurales en el sistema productivo y en la distribución del trabajo de cuidados. El Estado debe asegurar que la educación infantil, entre 0 y 3 años, sea universal y gratuita, se deben bajar los ratios por aula, además de ocuparse de la creación de centros de atención a personas dependientes que sean gratuitos y fomentar la asistencia personal profesionalizada. Pero también es necesario un cambio sistémico que, como señala la economía feminista, implique poner los cuidados en el centro y desplazar la producción y la acumulación de beneficio privado a un segundo plano, lo que, a corto plazo, implica una reducción de la jornada laboral. La conciliación pasa por la corresponsabilidad social, pero también por la corresponsabilidad de género, lo que exige la igualación en tiempo de las bajas de maternidad y paternidad y que éstas no sean transferibles. El gesto de Bescansa, correcto o no, ha contribuido a reabrir el debate, ahora toca presionar para que estas medidas se conviertan en una realidad.

por las fuerzas de la derecha, unidas en torno a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tiene que ver mucho con la incapacidad del gobierno para superar el estado de excepción económica en el que está sumergido el país. Durante la campaña, Maduro y sus dirigentes principales, en vez de reconocer la gravedad de la crisis y explicar su programa de soluciones, se dedicaron a echarle toda la culpa de la situación a la burguesía nacional e internacional, desresponsabilizándose de sus compromisos políticos y ensanchando la brecha entre la retórica y la práctica. No es que la “guerra económica” no exista, sino que también es cierto que hasta ahora la política económica del gobierno se ha

mostrado ineficaz a la hora de combatir los problemas más urgentes de la gente. Desde los comienzos de la república bolivariana se ha estado postergando la transformación de su economía rentista, dependiente del petróleo, mientras el ciclo económico era ascendente y había una coyuntural fase de precios al alza de materias primas que permitían un gasto social en favor de las clases populares. Hoy, inmersos en la peor crisis económica de su historia, parece difícil dar la vuelta a la situación si el gobierno de Maduro y sus dirigentes no se replantean su propio proyecto en términos de avanzar o retroceder. El proyecto de la revolución bolivariana solo se recuperará a partir de las luchas de la

clase trabajadora, dando pasos firmes hacia un nuevo modelo productivo y haciendo partícipes en todo momento a sus bases sociales. De otro modo, será la derecha neoliberal la que organice el malestar social en favor de los sectores patronales.

UCFR SE ORGANIZA EN MAJADAHONDA CONTRA UN ACTO HISTÓRICO DEL FASCISMO ESPAÑOL Por MANEL BARRIERE FIGUEROA El pasado 9 de enero tuvo lugar el acto de presentación de UCFR en Majadahonda, una pequeña ciudad al noroeste de Madrid con una de las mayores renta per cápita del Estado español. Un plácido lugar lleno de parques y flores, alejado de los barrios periféricos donde la extrema derecha intenta normalmente implantar sus organizaciones. Pero detrás de esa imagen, la de un municipio de clase media alta gobernado durante años por una mayoría absoluta del PP, se encuentra una realidad sangrante. La presencia del fascismo ha sido constante, gozando de una impunidad que se ha saldado con dos asesinatos en 15 años, agresiones continuadas y asiduos ataques a sedes de organizaciones de izquierda. El motivo principal, sin embargo, por el que se decidió organizar una presentación de UCFR el 9 de enero, es la coincidencia con un acto que diversos grupos de extrema derecha, principalmente Falange y Alianza Nacional, perpetran cada año en el municipio. Se trata de un homenaje a Ion Mota y Vasile Marin, dos legionarios de la Guardia de Hierro, organización fascista que cuando llegó al poder en Rumanía participó en el Holocausto nazi, muertos en combate el 13 de enero de 1937. Alrededor de un monolito edificado en un terreno privado –en realidad cedido a una fundación por el último alcalde franquista de Majadahonda–, desde 1970 se reúne lo bueno y mejor del fascismo español, incluido el inefable Blas Piñar, que no faltó a la cita ni una sola vez hasta su muerte. Lejos de tratarse de un acto nostálgico, la participación de líderes destacados como Pedro Pablo Peña, Manuel Andrino o Miguel Menéndez Piñar, nieto de Blas, lo convierten en un espacio de encuentro y exaltación muy vinculado a la realidad del momento. Así, el año pasado se pudieron oír palabras como estas referidas al atentado

LOS HECHOS DE COLONIA CON OJOS DE MUJER MUSULMANA INMIGRANTE Por FATIHA EL MOUALEM, activista de UCFR Catalunya y de su campaña, # StopIslamofòbia Durante las últimas semanas, se han hecho públicas noticias de varios países europeos que hablan de agresiones y violaciones mientras se celebraban las fiestas de fin de año. Hechos que nos indignan como personas y aún más como mujeres, porque nos sentimos identificadas y también porque son hechos que muestran cómo sigue persistiendo en el imaginario de muchos hombres la figura de la mujer como objeto sexual. Los avances en los derechos conseguidos a lo largo de muchos años de lucha femenina, no han significado la erradicación de prácticas machistas hacia las mujeres. El número de víctimas no para de crecer y aquí en España, las cifras hablan de entre 50 y 70 mujeres asesinadas cada año. En las celebraciones de San Fermines de 2014, muchas denuncias y también fotos publicadas mostraban cómo los agresores eran jóvenes crecidos en la Europa democrática y liberal. Los hechos de las semanas pasadas nos recuerdan que las mujeres seguimos siendo víctimas, tanto en situaciones de paz como en situaciones de guerra y pobreza. En Colonia, las mujeres fueron agredidas por unos 32 hombres, de los cuales 18 son de procedencia musulmana. Este dato ha sido suficiente para que el tratamiento de la noticia se enfocara hacia la cultura y la religión de los agresores, olvidando, primero, los otros 14 de origen europeo, y recurriendo a un discurso sensacionalista en contra de los refugiados por parte de unos medios xenófobos y islamófobos. Se han utilizado las víctimas

para alimentar los sentimientos de rechazo hacia las personas refugiadas e inmigrantes que huyen de las guerras y la pobreza, y la mujer blanca europea para mostrar la barbaridad del extranjero y su incompatibilidad con la cultura occidental. Un discurso que viene justo pocos meses después de la muestra de hospitalidad y solidaridad popular de muchos ciudadanos europeos, que abrieron hasta sus propias casas para acoger a los desplazados. La causa femenina se ha instrumentalizado en diversas tertulias televisivas, a la hora de formular discursos de menosprecio y humillación hacia la mujer musulmana, representada como ignorante, ridícula y tonta, mujeres obligadas a taparse de pies a cabeza y, por tanto, símbolo de un retroceso cultural y de la brutalidad de sus hombres. Discursos de personas que muestran su simpatía hacia las víctimas, pero se olvidan de las cientos y miles de mujeres que son violadas cada día, no porque están en una fiesta, sino porque intentan huir de los horrores de la guerra. Mujeres obligadas a pasar por las mafias durante sus trayectos antes de llegar a las puertas cerradas de Europa, mujeres de Europa del Este, africanas, sudamericanas y refugiadas procedentes, últimamente, de los países árabes. Mujeres y refugiadas que no parecen remover la memoria de Europa, recordándole los 35 millones de su gente que en otras épocas escaparon por mar y tierra buscando destinos de acogida y protección.

en Charlie Hebdo: “Ahora quieren que nos levantemos contra el yihadismo y que lo hagamos para defender a la República, según dice Hollande. Que se maten entre ellos, nosotros no vamos a defender la tolerancia para los homosexuales, las lesbianas, el aborto y el adulterio. El islam es el enemigo. Cuando estemos rearmados moral y militarmente nos levantaremos contra el sistema por haber abierto las puertas de Europa a la inmensa masa de inmigrantes musulmanes”. Era esencial que la sociedad civil

majariega diera este año una respuesta amplia y unitaria a quienes fomentan el odio y la violencia. El éxito de UCFR, que consiguió la adhesión de todas las organizaciones políticas de izquierda, así como el apoyo de algunos de los colectivos de base vinculados al 15M, supone un primer paso para impulsar una campaña de sensibilización, denuncia y movilización que consiga acabar definitivamente con un homenaje que humilla a las víctimas del Holocausto y supone un peligro que no puede ser ignorado por más tiempo. ■ 7

Viento de izquierdas: ¿Empujando hacia la regeneración…y la ruptura?

DOSSIER: LA UNIDAD POPULAR DESDE ABAJO VIENTO DE IZQUIERDAS La izquierda tras el 20D afronta un escenario complejo

UNIDAD POPULAR: DESDE ABAJO PARA CAMBIARLO TODO La unidad vista desde la perspectiva de la movilización y no desde las instituciones

LA UNIDAD POPULAR EN PERSPECTIVA: EL CASO CHILENO ¿Qué podemos aprender de la unidad popular forjada en el proceso chileno de 1970-73?

DEL PACTO DE GOBIERNO A LA REPÚBLICA CATALANA Hacia una verdadera ruptura democrática y social con el Estado español

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Podemos y las confluencias, las Candidaturas Municipalistas y la UP de Alberto Garzón, ofrecen un escenario de reconfiguración para la izquierda en el Estado español. Una nueva izquierda que se plantea cómo trascender su propio espacio para ganar al bipartidismo del régimen.

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E

l último periodo político ha conllevado muchos cambios en la izquierda que deberíamos mirar con cierto optimismo. El voto de izquierdas ha aumentado en 3,5 millones en las últimas elecciones generales y opciones a la izquierda del bipartidismo son hoy capaces de condicionar el desarrollo de la política a muchos niveles. Por primera vez desde la transición, hay un cuestionamiento serio de quién representa la izquierda y sobre todo, de cuáles son las bases de la misma y de la estrategia para superar el orden actual. Es en este contexto en el que hablamos de nuevos proyectos (la nueva izquierda) y de la unidad popular como un debate estratégico abierto.

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La izquierda como parte de la nueva política Empezando por lo más general, la nueva izquierda nace como una alternativa en parte facilitada por la reacción de la sociedad a los innumerables casos de corrupción. La lucha contra ésta, percibida como un logro de los nuevos partidos, con poco pasado o sin él, parece haber dado sus frutos. Los numerosos procesos judiciales y la depuración de los principales cargos implicados ha empezado a mitigar el malestar popular con “la política”. Pese a ello, el estigma de la vieja política persigue todavía no solo a PP y PSOE, sino también a IU y a Convergencia. Asimismo, la materialización de mecanismos de transparencia y reducción de sueldos (directos y/o indirectos) de cargos electos, se ha dado con cierta amplitud, impulsada por el municipalismo de izquierdas y Podemos. Este hecho, sumado a la sensación de recuperación económica, puede haber facilitado un cierto repunte de la confianza social en la posibilidad de reformar las instituciones y esperar al buen desarrollo del sistema para recuperar el bienestar social y la estabilidad. Tanto la lucha contra la corrupción como la regeneración democrática constituyen una exigencia política más bien superficial, asumible por el sistema. Aún siendo éstos logros de la nueva izquierda, la percepción social no acaba de identificar bien este hecho, haciéndolo extensivo también a Ciudadanos,

la vieja-nueva derecha muy dada a prácticas de obscurantismo y falta de garantías.

El despliegue de la política de la nueva izquierda Por otro lado, hay inquietudes políticas más profundas que explican las expectativas sociales puestas en los nuevos proyectos de cambio. La oposición a los recortes y la defensa de los derechos sociales son exigencias muy explícitas para la mayoría de las clases populares y constituyen la piedra angular de lo que debe ser una política progresista. Esto comporta la realización de una serie de reformas que tocan al corazón de la política neoliberal, como son una reforma fiscal progresiva, la persecución del fraude fiscal y el control estatal (o incluso nacionalización) de los sectores estratégicos de la economía, el bancario y el energético. En una hipotética situación donde los partidos de la nueva izquierda (esencialmente Podemos) tuvieran una mayoría suficiente para implementar estas medidas, en el actual marco de la UE y el Euro nos llevarían a un choque frontal. Aquí convendría no perder de vista la situación de Syriza. A la hora de la verdad, incluso con una supuesta estrategia rupturista, la táctica puede llevarnos a renunciar a ese fin en pos de la esperanza en una posible situación internacional más favorable, si no hay un consenso claro en las propias filas respecto a dar ese paso con todas las consecuencias. Esto no es una cuestión menor, ya que la dinámica cortoplacista nos suele hacer olvidar cosas que son muy evidentes, como el caso griego u otros ejemplos históricos. Aunque, yendo al debate sobre la situación actual, los equilibrios parlamentarios necesarios para el desarrollo de este tipo de medidas son un condicionante previo mucho más peligroso. Y es que este primer debate tratará sobre cuánto están dispuestos a renunciar proyectos políticos como Podemos a la hora de facilitar acuerdos para que gobierne el mal menor. En este sentido, para un posible “pacto de izquierdas” no se plantea fácil el horizonte inmediato de los presupuestos, ya que la Troika tiene preparado para el gobierno entrante un plan de recortes y

DIEGO MENDOZA Militante de En Lucha y miembro de Podemos en el Campo de Gibraltar.

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DOSSIER

© Mario Fernández / CC BY-SA / flick.com

La resistencia a aceptar el juego de los mercados es fundamental para el futuro de la izquierda

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Pero las aguas están mucho más revueltas de lo que sería deseable para el aparato central de Podemos. Éste ha ido modificando su estrategia a lo largo del tiempo de cara a mantener al máximo la posición de alternativa política real. En este sentido, el acierto en clave electoral de las confluencias en Catalunya, Galiza y el País Valencià tienen la contrapartida de ceder autonomía política (exigiéndole incluso grupos parlamentarios propios) a territorios más socialmente polarizados. Esto supone reducir el margen de maniobra frente a giros centristas, aumentando las tensiones internas con otros territorios cuyo “centro del tablero” se encuentra más a la derecha. El llamado proceso catalán y el debate sobre la reforma constitucional inciden especialmente en Podemos. La asunción a media campaña del referéndum de autodeterminación para Catalunya como medida irrenunciable es una clara muestra de ello, un giro a la izquierda más bien forzado por En Comú. La consigna eufemística lanzada por Pablo Iglesias de una segunda transición es un intento de huida por la tercera vía, que se traduce de nuevo en el callejón sin salida de inmovilismo o ruptura. El cuestionamiento del modelo actual de estado, cosa que discursivamente incluso el PSOE plantea, se enfrenta al bloqueo de un establishment que sabe que abrir el

Las estructuras de Podemos ofrecen todavía espacio a sus bases melón de la Constitución puede dar pie a discutirlo todo. Solo en una situación de claro consenso entre élites y actores sociales se accedería a ello. Y con la amenaza del proceso catalán y una sociedad inquieta y expectante, no va a ser fácil que PP y Ciudadanos, la voz directa del Ibex35, den su brazo a torcer.

Las bases en la nueva izquierda y más allá Un denominador común del ciclo político que dejamos atrás ha sido la centralidad del electoralismo 10

Unidad popular: desde abajo para cambiarlo todo Sea cual sea el gobierno que salga del 20D, las políticas que le exigirá la Troika deben ser contestadas y combatidas en la calle. © blogs.vanitatis.elconfidencial.com / Cordon Press

¿Un régimen en cuestión?

y los procesos enfocados hacia las instituciones. De esta presión electoralista se ha servido la dirección de Podemos para desbancar a otras alternativas en el terreno más adverso para la izquierda, el estatal. Los 900.000 votos que ha logrado conservar IU solo le han servido para obtener dos asientos en el Parlamento y han anulado prácticamente su proyecto a nivel institucional. También Bildu se resiente en parte de este hecho. Como contrapartida al incremento del peso de la nueva izquierda, han crecido también unas identidades partidistas que han fomentado cierta confrontación y competitividad, en siglas más que ideas, y cierta actitud acrítica hacia las direcciones. Pese a ello, las implicaciones sociales asociadas a la trayectoria y la situación de la nueva izquierda van más allá de estos hechos. Por un lado, la herencia de luchas políticas que han cristalizado en la nueva izquierda la hacen bastante más susceptible y permeable a la presión desde abajo que los aparatos de los viejos partidos. Aunque ha habido un esfuerzo importante por cerrar burocráticamente Podemos, sus estructuras no están del todo consolidadas, y esto ofrece todavía espacio a sus bases para condicionar decisiones políticas trascendentales, más informal que formalmente. Por otro lado, el campo difuso que hay entre los distintos partidos y el municipalismo de izquierdas puede permitir el desarrollo de espacios de discusión que podrían ser capaces de ampliar el espacio de la izquierda y ayudar así a construir identidades más inclusivas basadas en ideas compartidas. Superar las barreras de las burocracias de los nuevos y viejos partidos no es algo descabellado en un momento en el que la inestabilidad acentúa las brechas de los diferentes relatos parciales. Ejemplo claro de ello es el debate abierto en torno al concepto de la unidad popular, un signifícate en disputa vinculado ya no solo al nuevo reformismo, sino también a movimientos rupturistas como el independentismo de izquierdas en Euskal Herria y els Països Catalans. En futuros debates de configuración de nuevos espacios se mezclarán sin duda ideas dominantes en la izquierda como las de unidad, pragmatismo y efectividad, con las de movilización, combatividad y ruptura, debates de los que todas las personas implicadas saldrán fortalecidas. Serán discusiones políticas de fondo vinculadas a sus implicaciones estratégicas las que condicionarán el camino de la izquierda en este periodo. Cada vez de forma más generalizada se empezará a imponer el debate sobre si es posible y deseable una nueva transición, cómo y cuándo, y si se puede o no reformar el Estado español. Con mayor fuerza se hablará del encaje de estas políticas y de los derechos sociales como tal, en el marco actual de la UE. Las calles volverán a hablar, más pronto que tarde, con o sin el apoyo de la nueva izquierda. Si estas son capaces de tomar la iniciativa e imponer su propio ritmo, tal vez partir la cadena del sistema en este eslabón, el Estado español en el sur de Europa, sea una realidad de aquellas que nadie espera y que marcan con fuerza la historia.■

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a situación política que se está viviendo estas últimas semanas en el Congreso de los Diputados y sus aledaños parece querer hacer valer esa famosa frase de El Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual. Las elecciones del pasado 20 de diciembre han dejado un panorama incierto y de difícil resolución en cuanto a la aritmética parlamentaria, pero que no debe cegarnos ante la naturaleza de cualquiera de los posibles pactos que llevarían a la configuración de un nuevo gobierno. Un gobierno del Partido Popular no parece posible sin el apoyo del PSOE. Un gobierno del PSOE no parece posible sin el apoyo de Podemos. En este contexto es el partido de Pedro Sánchez el que se encuentra sujeto a las mayores presiones, mientras Rajoy juega a dilatar los tiempos y Pablo Iglesias intenta dar muestras de iniciativa y fortaleza políticas. La cuestión de fondo no es lo que pueda hacer este o aquel gobierno, sino cuál es el camino para construir una alternativa capaz de impulsar medidas de cambio que rompan con el inmovilismo y la austeridad.

millones. Esta tendencia se puede interpretar de dos maneras diferentes, o en dos direcciones. Primero, como un movimiento marcado por una brecha generacional, no tanto por los rangos de edad que apoyan en mayor medida los nuevos partidos, sino por la percepción generalizada, entre amplias capas de la población, del agotamiento del régimen surgido de la transición y sus consensos. La desigualdad, el paro, los desahucios, la “fuga de cerebros”, los recortes sociales, la corrupción, y tantas otras consecuencias nefastas de la mal llamada crisis, lanzó a la gente a la calle en lo que conocemos como 15M y las mareas, y de ahí han surgido los nuevos proyectos políticos hoy en liza. Pero si desde las plazas se señalaba a los partidos políticos del régimen sin distinción al grito de ‘no nos representan!’, y ese grito fue fundamental en la articulación del discurso que llevó a Podemos a constituirse en una alternativa posible, la situación actual obliga a replantearse cuál es la verdadera naturaleza de eso que se ha denominado “casta”, y porqué es posible proponer un pacto de gobierno con parte de esa “casta”, que desde el principio sabemos que son “la misma mierda”. Pasaremos por alto la contradicción de quienes han denostado a la CUP-CC por pactar con el partido de la corrupción y los recortes en Catalunya y ahora quieren pactar con el partido del 135, los desahucios

MANEL BARRIERE FIGUEROA Activista, escritor y miembro de En Lucha en Madrid.

Lo importante aquí no es la crisis del bipartidismo, sino la crisis de la socialdemocracia

El bipartidismo en la encrucijada El descalabro electoral sufrido por el PP y el PSOE, que han perdido entre los dos 5 millones de votos, no es tan relevante como un voto a la izquierda del PSOE que, sumando a Podemos y a UP, llega a los 6

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una nueva reforma laboral que supondría más lluvia sobre mojado, una profundización en la pérdida de los ya muy dañados derechos y prestaciones de la gente de abajo. La resistencia a aceptar el juego de los mercados es fundamental para el futuro de la izquierda. El abrazo del neoliberalismo ha sido la clave que ha propiciado el derrumbe del PSOE, una caída que no vislumbra freno por el momento y que evoluciona hacia la partición en dos de la formación. También la profunda crisis de IU tiene mucho que ver con su papel como muleta del PSOE y su renuncia a mantener una política rupturista alejada de la trampa de la gestión. La disputa de la hegemonía de la izquierda por parte de Podemos ha tomado mucha fuerza y de ser capaz de mantener este pulso, podría terminar de explotar las contradicciones de IU y el PSOE en favor propio.

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Sea cual sea el gobierno que venga, deberá enfrentarse a las demandas de la Troika La crisis del PSOE y el nuevo reformismo No se puede negar que el Estado español tiene sus particularidades, pero estas no sirven para entender la totalidad de la situación que vivimos. En Gran Bretaña por ejemplo, el Partido Laborista ha emprendido un proceso de renovación que supone un giro a la izquierda, con la elección como líder de Jeremy Corbin. El PSOE intentó algo parecido con Pedro Sánchez, un candidato joven que aparenta unos aires de renovación que no han servido para frenar su descenso en las urnas. Pedro Sánchez quiere resituar al PSOE como un proyecto de cambio que impulse medidas sociales, pero dado que para eso necesita el apoyo de Podemos, la vieja guardia de su propio partido, así como buena parte del poder mediático y económico, presionan para forzar una alianza con el PP y Ciudadanos que devuelva el país a los cauces de la normalidad y la estabilidad. Lo que está en cuestión es, precisamente, el espacio político que representa el PSOE, su capacidad de frenar la sangría de votos, 6 millones desde 2008, y la posibilidad de que entre en un proceso de “pasokización” en favor de Podemos u otras fuerzas del cambio. Podemos, por otro lado, no está exento de contradicciones. La conquista del centro político por parte de una máquina de guerra electoral no ha sido suficiente para romper el tablero y asaltar el cielo, como preconizaban en Vistalegre. El apoyo al referéndum en Catalunya, propiciado por En Comú, la negativa a firmar el pacto anti-yihadista y sus alianzas en Galiza, País Valencià y Catalunya, suponen un giro a la izquierda responsable en gran parte de los buenos resultados del 20D. Ahora necesitan demostrarle a la gente que sus 69 diputados y diputadas sirven para algo, que son una opción de gobierno y que lucharán por ello, lo cual les obliga a negociar acuerdos con el PSOE y tal vez, con Ciudadanos. Al mismo tiempo es necesario seguir trabajando para ocupar el espacio político que la socialdemocracia en crisis no parece capaz de mantener, o recuperar. Para ello será importante lo que se consiga en el parlamento, pero más aún las dinámicas que se pueden dar fuera y que son las que han impulsado desde siempre los momentos de cambio.

La Troika llama a la puerta Es difícil imaginarse un gobierno compuesto por el PSOE, Podemos y UP que no implique grandes concesiones por parte de estos últimos. La trayectoria del 12

PSOE en el poder no puede ser más clara. Muestra la naturaleza de un partido que ha gobernado integrándose cada vez más en el sistema, capaz de abordar con entusiasmo las reformas que el mercado y las instituciones del neoliberalismo le reclaman. No se puede olvidar que sea cual sea el gobierno que venga, deberá enfrentarse a las demandas de la Troika, que exige al Estado español una nueva reforma laboral y un ajuste de 11.000 millones de euros. Más recortes, más privatización y más precariedad laboral. Esta será la línea de actuación de quien no esté dispuesto a proponer políticas de ruptura con la UE, políticas que defiendan la soberanía popular real frente a los dictados del poder económico. Ni siquiera un gobierno de Podemos en solitario parecería dispuesto a abordar cuestiones cruciales como el impago de la deuda o la salida del euro, ni aun en un hipotético escenario en el que lograra una mayoría absoluta, caso de repetirse las elecciones. Lo mismo que gobernando con el PSOE, Podemos es rehén de su estrategia de conquistar la centralidad política, lo que le obliga renunciar a cuestiones programáticas y de discurso esenciales para conseguir un cambio de rumbo, tanto en el Estado como en la UE. Si bien han sido capaces de entender la importancia de defender un referéndum de autodeterminación para Catalunya, no dejan de declarar que su objetivo es mantener la unidad de España. Defendemos los derechos sociales, políticos y democráticos, pero renunciamos a la ruptura con el estado de cosas actual. Esta podría ser una definición de reformismo tan válida como cualquier otra. El problema viene cuando es precisamente el “estado de cosas actual” el que no solo niega cualquier avance, sino que exige seguir por la senda de los sacrificios. El caso griego es paradigmático. Quienes parecían encarnar la esperanza de Europa en una nueva política que pusiera fin a la austeridad, son ahora quienes aplican los planes de ajustes, recortes y privatizaciones que empobrecen cada día más al pueblo griego.

Desde abajo, para cambiarlo todo No es el gobierno lo que debe preocuparnos entonces, sino la correlación de fuerzas. No tanto porque no sea importante lo que se pueda hacer desde los parlamentos y las instituciones, sino porque va a ser en la calle donde se ponga en cuestión la continuidad o no de las políticas que venimos sufriendo desde que empezó la crisis (y mucho antes). Tanto si se convocan nuevas elecciones como si no, el ciclo electoral está llegando a su fin. Todas las energías puestas en esa dinámica deberán canalizarse hacia un nuevo ciclo de luchas. Solo con el resurgir de las mareas y un aumento de la resistencia en el mundo laboral podremos hacer frente a las políticas de la Troika, las aplique el PP, el PSOE o incluso un gobierno de Podemos doblegado, como lo fue Syriza, por los poderes económicos y sus instituciones. Es en esos procesos donde podremos darle a la unidad popular el sentido que verdaderamente tiene. Ni pactos entre cúpulas ni listas electorales. Una confluencia desde abajo en el fragor de las luchas, para cambiarlo todo. ■

La unidad popular en perspectiva: el caso chileno La experiencia de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile, sigue siendo hoy en día un referente para algunos proyectos, que abordan la transformación social desde las instituciones y con la unidad popular como principio.

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alvador Allende murió entre los escombros de su palacio el 11 de septiembre de 1973. Llevaba poco menos de tres años en la presidencia de Chile, a la que accedió entre una ola de alegría popular. Candidato de una coalición, la Unidad Popular, que incluía su partido, el Partido Socialista, era la cuarta vez que se presentaba como candidato. Como pasaría tres décadas más tarde en varios países de América Latina, un movimiento de masas llevó a la presidencia a una figura que prometía transformar el país en su nombre. Se abría, decía Allende, la vía chilena al socialismo, pacífica y transformadora. Chile era un país dependiente de sus riquezas minerales, y desde hacía más de cuarenta años, del cobre que exportaba desde las zonas desérticas del norte. Pero las minas pertenecían a dos grandes corporaciones norteamericanas, Anaconda y Kennecott, que acumulaban e invertían sus inmensas ganancias muy lejos de Chile. En 1964, salió elegido Eduardo Frei, democratacristiano favorecido por un Washington preocupado por las resonancias de la revolución cubana. Prometía una “revolución en libertad”, es decir, un proceso de desarrollo modernizador que no amenazara el orden capitalista. Frei prometía una reforma agraria que redistribuyera tierras al campesinado pobre, un desarrollo industrial financiado por la inversión extranjera y la nacionalización de las minas de cobre. La reacción de las multinacionales fue llevar a Chile a los tribunales internacionales y bloquear las exportaciones. La reforma agraria se enfrentó con la decidida resistencia de la gran oligarquía terrateniente y sus amigos en la judicatura. Y la supuesta nacionalización resultó ser una forma de subsidiar a nuevos inversores, compensando además a las compañías. Sin embargo se habían despertado expectativas. Las organizaciones del campo empezaron a ocupar las tierras prometidas, los trabajadores intensificaron las huelgas ante una inflación en alza y los estu-

diantes lanzaron marchas de protesta a través del país exigiendo la democratización de la educación. En vísperas de las elecciones de 1970, el gobierno de Frei intentó reprimir las protestas, pero el gigante ya se había despertado.

“Porque esta vez no se trata de cambiar un presidente será el pueblo que construya un Chile bien diferente” (Inti-Illimani en el ‘Canto al programa’)

MIKE GONZÁLEZ

La coalición de Unidad Popular incluía a los partidos radical, socialista, comunista y el Mapu, recién escindido del partido de Frei. Su programa planteaba reactivar la economía, sentar las bases de un sistema de bienestar social, nacionalizar el cobre sin compensación y redistribuir las tierras de la oligarquía. En otras palabras, cumplir el programa de reformas de la democracia cristiana. Pero había un inconveniente. Allende ganó, con el 36% de los votos, la presidencia, pero no la mayoría parlamentaria. La oposición amenazaba con congelar el proceso. En ese momento, Allende firmó un Estatuto de Garantías que garantizaba la independencia de las fuerzas armadas y de los jueces, además de la no intervención del estado en la educación y los medios de comunicación. ¿Cómo era posible que un marxista, que así se declaraba Allende, no entendiera el carácter del estado burgués y de sus instituciones ideológicas? Más aún, ¿por qué aceptaron los partidos de la UP que se firmara semejante garantía a espaldas de sus bases? El movimiento de masas tenía bastante claro que el poder estaba en manos de los terratenientes, los dueños de las fábricas, los banqueros y los inversionistas extranjeros. A pesar de que Allende podía ser un aliado importante en la lucha de clases, él no había conquistado el poder, sino una parte del estado. Y en esas circunstancias,

Profesor emérito de estudios latinoamericanos en la Universidad de Glasgow.

Los casi tres años de la Unidad Popular fueron escenario de una lucha de clases cada vez más intensa y violenta. En la imagen, un cartel celebrando la nacionalización de la industria del cobre.

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exprés y el rescate a la banca. Lo importante aquí no es la crisis del bipartidismo como símbolo de la crisis del régimen del 78, sino la crisis de la socialdemocracia como consecuencia de una política de rendición ante el neoliberalismo que ha tenido lugar en toda Europa, y especialmente en el contexto de la Unión Europea.

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© cronicaglobal.com / CUP

las demás instancias se convertirían en poderosas armas en manos de los enemigos del cambio. El Estatuto representaba, de alguna manera, una rendición de antemano ante la burguesía del país, desarmando a las clases populares antes de la batalla.

¿Cómo se construía el cambio en Chile? No se trata aquí de la calidad humana de Allende, sino de la perspectiva política que guiaba sus actos. Para la socialdemocracia, el estado es un instrumento neutro, una herramienta cuyo uso depende de quién la maneja. Pero el estado burgués existe solo y exclusivamente para organizar la sociedad conforme con los intereses del capitalismo. Como lo describía Marx, es “el comité ejecutivo de la clase dirigente”. No se puede usar en contra de sus objetivos. Es cierto que en el primer año del gobierno de Allende se pusieron en marcha medidas para activar la economía. Hubo un aumento general de salarios, se estatizaron varias empresas industriales y se emprendió un proceso legal de apropiación de propiedades agrícolas mayores de 160 hectáreas, entre otras reformas. El impacto entre las clases populares era positivo, despertando nuevas esperanzas de cambio. En abril de 1971, en las elecciones municipales, se incrementó el voto a la UP. Al mismo tiempo, aumentaba el número de ocupaciones de tierras ante la negativa de los jueces a implementar las nuevas medidas y creció también el número de huelgas. La reacción de Allende y los dirigentes de la UP, curiosamente, fue exigir a los y las militantes que

Allende no había conquistado el poder, sólo parte del estado suspendieran sus actividades en espera del cumplimiento de la ley. Ante la movilización de las bases, la UP se respaldaba en la legalidad burguesa.

La lucha de clases, motor del cambio Por un lado el protagonismo de los movimientos populares, por otro las acciones de la burguesía que se aprovechaba de las contradicciones en el seno de la UP. En agosto de 1972, los camioneros, cuyo papel era clave en Chile, inmovilizaron sus camiones para 14

Lecciones de la caída de Allende Los casi tres años de la Unidad Popular fueron escenario de una lucha de clases cada vez más intensa y violenta. Cada medida propuesta por la UP en cumplimiento de su programa enfrentaba la férrea oposición de la burguesía. La reacción violenta y brutal que acabó con Allende fue la respuesta de la clase dominante ante el surgir de nuevos órganos de poder en manos de la clase trabajadora. Su derrota se empezó a fraguar con la firma del Estatuto de Garantías y se selló con la entrada de Pinochet en el gobierno. Una semana antes del golpe del 11 de septiembre, la revista Chile Hoy, publicación del Partido Socialista, lucía en su portada el lema “No a la violencia de derecha e izquierda”, como si la autodefensa del pueblo fuera igual a la violencia del estado. La venganza de una burguesía que había visto amenazado su poder, no por un gobierno electo, sino por el surgimiento de una verdadera revolución desde abajo, no se hizo esperar. Y fue terrible. Luego, Chile se ofreció como primer laboratorio del neo-liberalismo en las condiciones que más le favorecían. ■

Del pacto de gobierno a la República Catalana El pacto entre la CUP-CC (Crida Constituent) y JxSí (Junts pel Sí) ha suscitado numerosas críticas en importantes sectores de la izquierda. Reflexionamos sobre las luces y sombras del pacto, esbozando posibles líneas de actuación para lograr una verdadera ruptura democrática y social con el Estado español.

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i algo nos demuestran los acontecimientos de los últimos meses en Catalunya es que en política no se puede dar nada por hecho. Todas aquellas personas que hacían augurios mecánicos o incluso conspirativos sobre la investidura del President de la Generalitat (algunas lo seguirán haciendo inevitablemente), deben reconocer que el resultado actual no responde a ninguna de estas lógicas, y que sólo se puede valorar desde la prudencia y la rigurosidad.

Nunca más Mas Otra evidencia, que no es nueva, es que la derecha catalana muestra una capacidad sorprendente de flexibilidad y resistencia. Pero eso no significa que sea invulnerable. Desde la CUP-CC se ha conseguido tumbar a su candidato a la presidencia hasta ahora indiscutible, Artur Mas, siendo reemplazado por Carles Puigdemont a menos de 48 horas del final del plazo. Así pues la dicotomía entre “Mas o elecciones en marzo”, era una imposición para chantajear a la candidatura de la izquierda independentista y anticapitalista, presentando las elecciones como las siete plagas de Egipto (un paso atrás en la ruptura, de vuelta al autonomismo; poner en riesgo la mayoría y el mandato conseguidos el 27S…). Desde luego, era la derecha quien más tenía que perder en unas próximas elecciones, especialmente vistos los resultados del 20D en Catalunya. Pero finalmente no habrá ni elecciones en marzo ni Artur Mas como presidente. La democracia horizontal desde abajo de las CUP ha conseguido resistir a las duras presiones de las negociaciones y de los medios de comunicación, gracias al apoyo de los y las militantes y activistas de base. Así pues, se manda a Mas a la “papelera de la historia”, como dijo contun-

dente el diputado de la CUP-CC Benet Salellas en rueda de prensa, y con él una tradición política de 40 años de “pujolismo” y el activo más valioso de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en un momento en que su apoyo electoral sigue decayendo y su dirección se plantea una “refundación”. La derecha vive del poder y los liderazgos fuertes, y la caída de Mas y otras figuras centrales de su gobierno como Felip Puig (Empresa), Boi Ruiz (Sanidad), Irene Rigau (Educación), o Mas-Colell (Economía) sin duda la deja tocada; esta victoria de la izquierda rupturista debe ser puesta en valor.

DIEGO GARRIDO Y ÓSCAR SIMÓN Militantes de la CUP-CC y de En Lluita/En Lucha.

Desbordar el acuerdo Sin embargo, el acuerdo final no es ideal y tiene peligros importantes que hay que prever desde hoy mismo. La presidencia se queda en manos de CDC, en las de un Carles Puigdemont que prácticamente juró fidelidad a Artur Mas en la investidura, y por tanto, tendrá muchos rasgos continuistas; mientras que la vicepresidencia económica va a Oriol Junqueras de Esquerra Republicana, así como una parte importante de las conselleries, que esta vez serán encabezadas por figuras más progresistas que las del anterior gobierno. En el acuerdo, CDC ha intentado atar en corto a la CUP-CC para asegurar la gobernabilidad, y así lo ha vendido de cara a los medios de comunicación. Es cierto que sobre el papel el acuerdo parece anular la autonomía política de la CUP-CC y dejarla a merced del partido de gobierno en las votaciones en el parlamento, al comprometerse a “no votar en ningún caso en el mismo sentido que partidos contrarios al proceso y/o al derecho a decidir cuando esté en riesgo dicha estabilidad”. Aunque este aparente secuestro ya era suficiente para no firmar el acuerdo y buscar al menos otra

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El gobierno de la UP perdió la capacidad de contener la situación o impulsarla hacia delante. En ese momento, por primera vez, Allende recurrió a las fuerzas armadas para reimponer el orden. En la foto, Allende antecede a Pinochet tras su nombramiento en 1973.

paralizar la economía. La respuesta desde las bases fue la de arrancar los camiones y distribuir directamente los bienes y productos que necesitaba la gente. Fábricas cerradas por sus dueños se ocuparon para reiniciar la producción, los depósitos de alimentos y demás productos de primera necesidad se abrieron a la fuerza. En ese momento aparecieron los cordones industriales, órganos de un auténtico poder popular protagonizado por los movimientos de base. Era lo que se definía como un momento de poder dual, la coincidencia en el tiempo de dos tipos de poder. El gobierno de la UP perdió la capacidad de contener la situación o impulsarla hacia delante. En ese momento, por primera vez, Allende recurrió a las fuerzas armadas para imponer el orden. Como muestra clara de sus lealtades, el Ministro de Economía, el comunista Orlando Millas, devolvió las fábricas tomadas a sus antiguos dueños. Faltaba menos de un año para que cayera la Unidad Popular y muriera Allende, pero se presentía ya al empezar 1973. La clase trabajadora había ensayado su poder en la huelga patronal de agosto, pero ante un gobierno inmovilizado, la burguesía preparaba su respuesta a partir de principios de año. La escasez de productos básicos, acaparados y escondidos por los comerciantes, provocó un aumento de la inflación y una bajada del valor de los salarios. En junio, un regimiento de tanques se lanzó a las calles bajo el mando del coronel Roberto Souper. Era un desafío y un ensayo. Ante una nueva movilización de los camioneros en julio, los trabajadores respondieron reactivando los cordones. En lugar de ver esas acciones como una defensa del proyecto de la UP por parte de sus bases, los líderes de la coalición los denunciaban como ‘aventureros’, porque estaban fuera de su control. Allende invitó a los militares a formar parte del gobierno y a restaurar el orden. Entre ellos, Augusto Pinochet. Los resultados son un capítulo trágico de nuestra historia común.

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Ganar la independencia en las calles Así pues, esta ambigüedad en el acuerdo y su aplicación deja en manos de la CUP-CC y sus estructuras de base ser lo suficientemente previsoras esta vez para anticiparse a los debates y poder tomar, con las mínimas presiones externas, la mejor decisión para avanzar en la construcción del independentismo con la estrategia de la Unidad Popular. Ante este escenario, el papel de la CUP-CC debe ser el de seguir tensionando hacia la ruptura real con el Estado (evidenciando así las contradicciones de los representantes de la burguesía) mientras se siguen reforzando las luchas y se amplía la base social del independentismo por la izquierda, que será la única manera de tener la fuerza y la legitimidad democrática para culminar el proceso. En este sentido, organizar un gran congreso de la Unidad Popular en los próximos meses para debatir colectivamente y en profundidad la estrategia y ganar la independencia puede ser clave.

Presupuestos soberanos y sociales En el campo institucional, dentro de los estrechos márgenes desde una, aunque determinante, 16

El “procés” entre la institucionalización y el movimiento La Plataforma por el Derecho a Decidir, las consultas, las diadas, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Òmnium Cultural y la creación de la ANC son dispositivos y movilizaciones que han ido dando expresión política a un cambio de fondo en Catalunya: el surgimiento de un poderoso movimiento de base por la independencia que en estos momentos roza la mayoría social. Así podríamos definir el proceso como la cristalización de un movimiento independentista de masas, autodefi-

nido como transversal, es decir, un espacio político que tiene como principal vínculo la consecución de la independencia de Catalunya y todas las acciones políticas (tanto favorables como desfavorables) que de aquí se derivan. Este movimiento tectónico ha provocado una crisis política profunda en el sistema de partidos surgido de la transición. Ante esta situación, el relevo generacional en la dirección de CDC ha puesto todas sus fuerzas en dirigir el “proceso”, evidenciando una doble batalla que involucra a todos los actores políticos que apuestan por romper con el régimen del 78. La lucha contra el Estado español y la confrontación para conseguir liderar el camino hacia la independencia. CDC ha optado por imponer su liderazgo en ERC, que a la vez ha hecho de la necesidad virtud y ha adoptado una imagen de socio leal. La CUP, desde unos postulados irrefutablemente independentistas, ha mantenido una independencia política respecto a los posicionamientos de la AMI, la ANC y Òmnium, que hasta hace un año se puede decir que ejercían el liderazgo del proceso. La CUP impulsó el movimiento de las consultas, y formó parte del llamado “efecto Montilla”, por virtud del cual la manifestación del 10 de julio de 2010 en defensa del estatuto se transformó en un clamor popular en favor de la independencia. Por otra parte, la participación de la CUP en la ANC ha sido desigual a lo largo del territorio en función de las fuerzas y prioridades de cada núcleo local. Hasta aquí una descripción somera del proceso, que mayoritariamente se ha dado en el campo de las ideas con 3 hechos materiales concretos, en forma de dos declaraciones parlamentarias (rápidamente suspendidas por el Tribunal Constitucional) y el

proceso participativo del 9N. Las elecciones del 27S, en clave plebiscitaria, tienen un carácter contradictorio para el independentismo, ya que dieron una mayoría parlamentaria pero no representan una victoria del Sí a la independencia, tanto porque no se logró más del 50% de los votos como porque no era un referéndum vinculante y, por tanto, entraron en juego más factores que el posicionamiento político favorable o contrario a la misma independencia. Así, el proceso que tiene como sustrato material real el movimiento popular que ha sobrevivido a todas las predicciones de “bajadas de soufflé”, se ha jugado principalmente en el ámbito de las ideas populistas. Es decir, la demanda de independencia ha sido utilizada como significante vacío, esto es, un contenedor de muchas demandas diferentes pero siendo capaz de convertirse en una idea hegemónica en sí misma, tanto por los que son independentistas como por los que no. Y que no predetermina los medios para conseguirla. Otros rasgos del populismo que se han expresado durante todo el proceso es el hiperliderazgo de una figura carismática, como Artur Mas, así como la presencia de un discurso ambiguo capaz de permitir la alianza entre clases sociales diferentes, bautizado como el transversalismo. En esta indefinición las ideas social-liberales han crecido (convirtiéndose en los pilares del espacio donde tanto la nueva CDC como ERC esperan cimentar su hegemonía en la futura república catalana). Los sectores más neoliberales y conservadores han utilizado todo su poder para imponer el dogma actual del proceso “primero la independencia y después ya veremos”. De ahí su esfuerzo en acabar con la independencia política de la ANC, ERC y la CUP. Sin embargo, la necesidad de conectar con grandes sectores de la población que llevan años sufriendo la crisis económica y los recortes ha propiciado un giro a la izquierda de la sociedad. De nuevo aquí el debate se ha articulado alrededor de significantes vacíos, como justicia social o igualdad. Los medios de comunicación han jugado y juegan un papel clave en la configuración de este independentismo transversal o populista. Uno de los ejemplos más claros es el genial programa televisivo humorístico «Polonia»,

Desde la CUPCC se ha conseguido tumbar a su candidato a la presidencia hasta ahora indiscutible, Artur Mas, siendo reemplazado por Carles Puigdemont a menos de 48 horas del final del plazo.

La magnitud de la transformación social depende de la correlación de fuerzas entre las clases sociales que ha contribuido en gran medida a la apariencia de gran familia del independentismo donde Mas era el padre responsable, Junqueres el cuñado amable y la CUP los hijos rebeldes. Esta batalla, parcialmente ganada por los sectores conservadores, ha convertido la idea de independencia en un auténtico significante flotante, como idea difusa que se encuentra a medio camino, no se sabe si uniendo o separando lo institucional de lo

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minoría parlamentaria, cabe intentar afianzar puntos de no retorno en la ruptura con el Estado y sobre todo luchar por unos presupuestos soberanos, es decir, que desobedezcan los límites impuestos por el Estado español, pero también por la Troika. Esta es la manera de plantear una alternativa a unos presupuestos de JxSí que seguro serán antisociales y que ante las presiones que llegaran para aprobarlos en nombre de la “estabilidad del proceso”, o bien construimos el apoyo social para ganar los presupuestos soberanos, o bien se tendrá que renunciar al pacto con JxSí para conservar la autonomía política de la CUP-CC. Y si se diera tal situación, el final de este pacto tampoco significaría el fin de las aspiraciones de liberación nacional del pueblo de Catalunya (aunque así se defienda desde algunos sectores); mientras exista un movimiento masivo por la independencia como derecho democrático, como el que existe hoy en Catalunya, se buscaran caminos para avanzar y como militantes revolucionarias ofreceremos nuestras mejores propuestas.

© Alberto Esteve / EFE

formulación, públicamente las representantes de la CUP-CC han dejado muy claro que este compromiso se aplica sólo en cuestiones de ruptura democrática con el Estado, proceso constituyente y plan de emergencia social, que son los pilares sobre los que se entiende inequívocamente el proceso independentista desde la izquierda, y así se ha socializado estos últimos meses. También se ha dejado claro que los presupuestos no entran en el pacto. Respecto a las dos diputadas que “entrarán en la dinámica parlamentaria de Junts pel Sí”, cabe aclarar que esto implica que solo asistirán a las reuniones y deliberaciones del grupo parlamentario de JxSí, y que en ningún caso dejan el grupo parlamentario de la CUP-CC y su correspondiente línea de voto. Estas dos diputadas probablemente quedarán más absorbidas por la vorágine institucional y estarán sometidas a más presión que el resto, es cierto, pero, a la vez, podrán fiscalizar desde dentro los movimientos de JxSí y exponer públicamente sus contradicciones. El documento pactado también incluye una “asunción de culpabilidad por la dificultad de llegar al acuerdo” y la dimisión de dos parlamentarios de la CUP-CC, que es una cesión frente al relato de la sumisión que quiere hegemonizar la derecha sobre el proceso. Es otro golpe que la CUP-CC ha encajado, no tanto por las dimisiones, ya que la dinámica no personalista de la candidatura la hace poco vulnerable a ellas, sino por aceptar una cierta deslegitimación de los mecanismos de toma de decisiones de la candidatura, que como hemos dicho antes, han sido ejemplares. En cualquier caso, una vez más, desde lo que se escribe en el papel hasta lo que se aplica y lo que trasciende públicamente, hay un trecho, y a nivel comunicativo la CUP también ha sabido (quizás tarde) tirar el balón al otro tejado y no ser totalmente estigmatizada por la opinión pública como la única culpable.

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que se sitúa fuera del sistema. Así, la insistencia en mantener la “seguridad jurídica” repetida mil por veces por Artur Mas, ha convertido el parlamento en el centro del movimiento por la independencia, transformando los activistas en meros votantes y seguidores de unos u otros partidos. Aquí, los partidarios del populismo de izquierdas (los que defienden una especie de frente nacional) deberían ponerse muy en guardia, dado que incluso Laclau en su libro La razón populista advierte sobre el peligro que suponen la aparición de estos significantes flotantes que sepultan las ideas de ruptura bajo las de cambio

La independencia de Cataluña es el eslabón más débil del Estado Español. Hay que luchar al máximo por ella factible, que limitan, y mucho, los procesos de transformación profunda de las relaciones sociales. Una y otra vez hemos visto a lo largo de la historia que el capitalismo puede adaptarse a cualquier proceso de liberación nacional y que lo que determina la magnitud de la transformación social es la correlación de fuerzas entre las clases sociales involucradas en el proceso. De hecho, la resistencia de la CUP-CC a investir a Mas y las necesidades de concreción material que establecía el plan de choque, han puesto de manifiesto las contradicciones inherentes a este proceso. Si la CUP-CC quiere fortalecer el proceso, ha de seguir luchando firmemente contra la institucionalización del mismo y contra la idea de que la independencia se puede hacer sin ruptura, porque si llegamos a este momento la gente no estará preparada para afrontar los grandes retos que requerirá. De hecho, la consolidación de la idea “primero la independencia y luego ya veremos”, reduce las potencialidades del espacio de oportunidad que representa la ruptura con el Estado Español.

Hacia la República Catalana El análisis anterior no descarta en absoluto el hecho material de que hoy la independencia de Cataluña es el eslabón más débil del Estado Español, y por tanto, hay que luchar al máximo para alcanzarla. Como ya hemos dicho, el proceso no puede ser caracterizado como un invento de las derechas para esconder los recortes, sino como un anhelo de amplias capas populares de Cataluña. Se debe tener en cuenta que los sectores neoliberales llevan la práctica totalidad del proceso diciendo que si ellos no mandan se van. No obstante, la realidad actual ha minado en buena parte su discurso, así, el paso a un lado de Mas o la sustitución de Mas-Colell y Boí Ruiz por Junqueras y Toni Comín nos muestran que las élites independentistas, a pesar de querer controlar el proceso, no se pueden desligar del mismo tan fácilmente sin 18

sufrir un considerable desgaste y un fuerte cuestionamiento por parte de sus electorados. De hecho la idea de un proceso constituyente no subordinado permitiría un trabajo de base de muchos sectores sociales, pero necesariamente debería afrontar los riesgos anteriormente mencionados, especialmente, el de la indefinición y la subordinación al parlamento; por lo tanto, tenemos que buscar un camino que permita a las clases populares en general y a la clase trabajadora en particular, romper el círculo populista. Es decir, hay que dar contenido material al camino hacia la independencia. Este hecho pasa por dos puntos claves, el primero es orientar buena parte de las fuerzas organizativas a la acción colectiva para garantizar las necesidades de la población: vivienda, alimentación, trabajo, educación, sanidad, igualdad. Y el segundo, a partir de esta práctica, construir un discurso propio del significado de independencia. Poner en práctica estas dos orientaciones lleva indefectiblemente al enfrentamiento con la derecha del proceso, pero también a cuestionar las posiciones inmovilistas de ciertas partes de la izquierda. Por lo tanto, la acción independiente de la izquierda rupturista articulada alrededor de la CUP, es uno de los factores fundamentales para avanzar hacia la República Catalana. En este sentido, las luchas reales para llenar de contenido la soberanía son imprescindibles. A modo de ejemplo, ligar la lucha contra el Plan Hidrológico del Ebro a la nueva cultura del agua y la comunalización del bien que esta representa es fundamental. Cabe recordar que la mitad de las hectáreas de regadío planificadas, que supondrían la muerte del delta, se encuentran en Cataluña. O la lucha por la soberanía alimentaria, en una Cataluña donde el sector del agronegocio ahoga las posibilidades de gestionar el territorio en función del bien común y convierte los comedores escolares y hospitalarios en grandes negocios. No debe haber ningún miedo, todo lo contrario, a convertir la CUP-CC en una herramienta de lucha de las clases populares contra el modelo de país de los que quieren una nueva “Massachussets”. El proyecto de una República Catalana similar a la república italiana o alemana no animará a los sectores que aún no ven clara la independencia. Por lo tanto, no podemos dejar para el día después de la independencia las cuestiones sociales, porque si no, no la ganaremos. Hay que profundizar el análisis y hay que profundizarlo colectivamente, pero es bastante evidente que la vía populista basada en una alianza entre clases que incluya sectores neoliberales tiene enormes limitaciones prácticas y restringe las posibilidades de victoria, porque no prepara a la gente para los conflictos que vendrán y porque no amplía la base social y la fuerza material del independentismo. Ahora mismo el tren de la República Catalana se acerca a la estación donde el liderazgo debe pasar a manos de la izquierda y los vagones deben llenarse de conquistas sociales. Es necesario, pues, buscar espacios de debate con otros sectores de las izquierdas con los que podemos compartir parte del horizonte nacional y social. ■

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A raíz de los graves incidentes ocurridos en Colonia, alguna gente habla como si la agresión sexual no existiera en Occidente. Sin embargo, la verdad es muy diferente. La palabra “no” todavía significa no Solo el “sí” puede significar sí Si ella no dice ninguna de esas dos palabras, O si no puedes realmente entenderlo Entonces ella no está de acuerdo Y eso también es “no” El consentimiento es el requisito Y sin él, la violación es real1 SONJA COQUELIN Activista y miembro de En Lucha en el Campo de Gibraltar.

E

stos versos pertenecen a un poema escrito como réplica a una camiseta cuyo eslogan era “no es una violación, es un abrazo con lucha”. Hace pocos meses, SM Supermalls se ha visto obligada a retirar dicha camiseta tras propagarse el escándalo en la red. Este es solo uno de los innumerables ejemplos de trivialización de un acto tan violento y traumático como es la violación. La violencia contra las mujeres se encuentra tan presente en la sociedad que está totalmente normalizada, además de asumirse como algo inevitable. A través de anuncios publicitarios, medios de comunicación, películas, libros, canciones... se transmite el mensaje de que las mujeres son objetos y que si son acosadas y víctimas de violencia sexual es porque lo han provocado de una manera u otra.

La teoría de la cultura de la violación El término se usó por primera vez en Estados Unidos en los años ‘70 y es principalmente en el mundo anglosajón donde se ha desarrollado un análisis sobre este tema. La cuestión de la violación forma parte importante del movimiento feminista en EEUU e intenta demostrar que vivimos en una sociedad que naturaliza la violencia de género y culpabiliza a las víctimas, mientras justifica los comportamientos y actitudes sexistas y la violencia hacia la mujer. En su artículo Rape: The All-American Crime, que habla de la sociedad americana de los ’70, Suzana Grifin revela que “la violación es el crimen más violento y frecuente en América”. Grifin fue una de las primeras feministas en explicar que los hombres no se hallan presos por sus “irreprimibles” impulsos sexuales, ya que la violación no es un acto sexual sino de control y de violencia2.

Más recientemente, otras feministas han definido la cultura de la violación como “un conjunto de creencias que fomentan la agresión sexual masculina y sustentan la violencia contra las mujeres [y niñas], una sociedad donde la violencia se considera sexy y la sexualidad violenta, y una continua amenaza que va desde comentarios sexuales al acoso sexual y la violación”3. Es cierto que en la sociedad occidental la violencia contra las mujeres casi no se percibe, porque forma parte de nuestra vida diaria. En cada parada de autobús, cada tienda, cada página web, se publican imágenes de cuerpos o partes de cuerpos de mujeres hipersexualizados para vender cualquier producto. Esa publicidad promueve la idea de que las mujeres somos objetos de consumo que están aquí tan solo para ser usados y satisfacer (principalmente) las necesidades sexuales de los hombres, sin conciencia de sí mismas ni ningún propósito propio. El movimiento feminista había luchado porque las mujeres fueran reconocidas como seres sexuales más allá de su función reproductora, pero esta liberación se ha utilizado para reforzar la visión de sus cuerpos y su sexualidad como un vulgar producto que se puede vender y comprar en el mercado. También se culpa a las mujeres a través de la música pop, como la canción Líneas Borrosas que cantan Robin Thicke y Pharrel Williams con versos como: “Intenté domesticarte pero eres un animal; Odio esas líneas borrosas, sé que tú lo quieres”. Esta canción obtuvo un gran éxito, fue número uno en más de 25 países y se vendieron más de 14’8 millones de copias. En novelas como 50 Sombras de Grey –también adaptada al cine– el rol de la mujer es sumiso y solo existe para satisfacer los deseos del hombre poderoso y rico con trastornos causados por su traumática infancia, al que retratan con un carácter violento pero encantador. La primera entrega de esta saga vendió más de 125 millones de copias mientras que la película ha batido récords en algunos lugares: más de 14.000 entradas vendidas en los primeros seis días en el Estado español, un beneficio de más de 570 millones de dólares a nivel mundial, sin contar la amplia gama de productos relacionados: acceso-

La violación no es un acto sexual sino de control y de violencia

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Sexo, cosificación y capitalismo La violación y la manera de culpar a las víctimas son ejemplos de las mismas contradicciones en las que cae el capitalismo al hablar de nuestros cuerpos. Por un lado, nos dicen que nuestros cuerpos son lo único que nos pertenece realmente y que nuestras decisiones en la vida son lo que, más que ninguna otra cosa, nos convierte en personas. Pero por otro lado, cuando una persona viola a otra, negando su capacidad de decisión y transgrediendo su cuerpo, el sistema les dice a las víctimas que, en última instancia, es culpa suya. Vivimos en un mundo definido por una paradoja sexual y económica: el sexo está por todas partes pero la gente se siente más ansiosa con respecto a su sexualidad que antes. Sabemos que vivimos en un sistema económico que no funciona y todavía es difícil articular alternativas. En las últimas décadas hemos entrado en una fase del neoliberalismo que ha reestructurado la economía. Ahora, la © Tom Radenz / flickr.com

locura del mercado y la mercantilización de todo han llegado a niveles sin precedentes. Lo más privado, nuestras relaciones personales y sexuales, se han convertido también en productos que se compran y venden como cualquier mercancía. A día de hoy, la cosificación ha llegado incluso a hacer de la violación una marca. La tienda online Super Gurl ha tenido que reconocer que “ha cometido un error” tras anunciar las rebajas de su Black Friday con el lema: “viólanos ahora”. Se pueden comprar algunas camisetas del tipo Keep Calm &... (cálmate y...) que promueven la violación con lemas como “rape a lot” (viola mucho), “hit her” (pégale) o “choke her” (asfíxiale). El hecho de que la violación se vea como un recurso con gancho a la hora de vender es un ejemplo de la locura del sistema.

Hablemos del tema, pero sobre todo luchemos contra la violación No debemos ser pesimistas, la violación y la violencia contra las mujeres son temas que cada vez se hablan más abiertamente y la indignación sigue creciendo. Los productos mencionados fueron denunciados y tuvieron que ser retirados. En el movimiento contra la violación se insiste en luchar contra la idea de que las mujeres deben aprender a “no ser violadas”, promoviendo en su lugar que los hombres deben aprender a “no violar”. Pero debemos entender que no podemos cambiar la violencia contra las mujeres sin cambiar las raíces de la violencia y la alineación del sistema capitalista. La liberación solo será posible al desarticular la mercantilización de nuestros cuerpos, de nuestro trabajo productivo (y del “invisible” trabajo reproductivo), así como de todo el entramado de relaciones sociales e interpersonales.

Notas:

Las “Marchas de las putas” (slutwalk) movilizaron a millones de mujeres reclamando su derecho a vestirse como quieran sin sufrir agresiones sexuales

1 Real Rape, Janine Booth, http://www.janinebooth.com/ node/200 • 2 Rape : The All-American Crime, Susan Griffin, Ramparts Magazine, 1971 • 3 Transformando la cultura de violación, Buchwald, Fletcher, and Roth , 2005 ■

GÉNERO

La cultura de la violación: No es un chiste, es realidad

rios eróticos, lencería, juegos de mesa o libros de cocina como 50 sombras de pollo. Además, culpar a las víctimas es una constante en la manera de informar sobre las violaciones (aunque la mayor parte no salen a la luz). En la escuela secundaria de Steubenville (Ohio) en 2012 una mujer fue pública y repetidamente violada por el colectivo autoproclamado Rape Crew, que publicitó los vídeos del acto a través de las redes sociales, transformándolo en un chiste. La reacción de la universidad fue intentar esconderlo para luego culpar a esa chica por beber alcohol y no ser capaz de defenderse, en lugar de arruinar el futuro prometedor de los jugadores de fútbol que lo hicieron. Que la cultura de la violación culpa a las mujeres por ser violadas también se ve en las instituciones de varios estados. Vivimos en un sistema que persigue e intimida a las mujeres y no podemos confiar en el gobierno, la ley o la policía para hacer justicia, porque son responsables de mantener esta situación. Debemos recordar que fue un policía, en Toronto en 2011, quien sugirió que “las mujeres deberían evitar vestirse como putas” para evitar ser violadas. La reacción fue enorme, originando las “Marchas de las putas” (slutwalk) que movilizaron a millones de mujeres reclamando su derecho a vestirse como quieran sin sufrir agresiones sexuales. El movimiento global contra la violación y la violencia sexual se ha extendido mucho, porque en la era de las redes sociales, la información puede estar en línea en cuestión de segundos, lo que permite movilizar a gente en todas partes del mundo.

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Después de casi cinco años del comienzo del levantamiento popular y la revolución en Siria, las discusiones y debates en la izquierda permanecen abiertos.

JOSEPH DAHER Socialista revolucionario sirio y blogger.

Muy debilitada, existe todavía la resistencia popular en Siria de varios grupos y movimientos progresistas y democráticos Además, la “guerra contra Daesh”, ha empujado, incluso entre la izquierda, a querer mantener y/o colaborar con el régimen de Assad. Pero este régimen ha jugado un papel importante en el auge de ISIS y otros grupos fundamentalistas. Muchos 22

líderes de grupos fundamentalistas islámicos estaban en prisiones sirias a principios del 2011. Tres meses después de que el levantamiento empezase, Assad liberó a muchos de ellos. El régimen tenía como objetivo a los activistas progresistas y pro-demócratas, así como al Ejército Libre de Siria. Un número de líderes de ISIS fueron previamente oficiales del régimen de Saddam Hussein, que se unieron a grupos yihadistas durante la ocupación de EEUU. ISIS no puede ser entendido como un producto del Corán, como algunos racistas argumentan. Es una organización militar totalitaria que ha crecido como resultado de las intervenciones militares y las acciones del gobierno de Assad. La continuación de estas causas sólo empeora el problema. La mayor confusión de la izquierda se basa en el análisis del papel que el imperialismo está jugando en Siria.

entre 5,000 y 10,000 rebeldes sirios. Sin embargo, un general dijo al congreso que EEUU había entrenado solo “cuatro o cinco” soldados de la oposición. La ayuda política, económica y militar aportada por los aliados de Assad es mucho más significativa. Irán ha apoyado al régimen sirio desde del comienzo del levantamiento. Les ha mandado tropas, agentes de inteligencia, suministros militares esenciales, así como fuerzas de orden público5. Irán ha prestado casi 6 billones de dólares al régimen de Assad, mientras que el comercio entre los dos países ha crecido desde los aproximadamente 300 millones en 2010 a 1 billón de dólares en 20146. Por su parte, Rusia ha apoyado ampliamente a las fuerzas armadas de Assad con la gran mayoría de sus armas, y ha continuado prestándole ayuda a partir de 2011. Entre 2014 y 2015, Rusia ha incrementado los suministros militares al régimen sirio, incluyendo vehículos militares, drones y bombas guiadas, así como entrenamiento y soporte logístico7. En septiembre de 2015, las fuerzas rusas estaban desarrollando dos instalaciones militares adicionales cerca de Lattakiyya8, mientras que el 30 de septiembre, Rusia empezó una intervención militar directa. Sus objetivos son claros: proteger al régimen de Assad y aplastar toda forma de oposición, tanto democrática como reaccionaria, bajo la llamada “lucha contra el terror”.

terrorismo representado por el Estado Islámico y sus [organizaciones] hermanas y el régimen criminal [del partido] Baaz”.10 Este nuevo grupo está liderado por YPG (el brazo armado de PYD, la filial siria del PKK), mientras otros grupos (sirios y grupos de FSA como el ejército revolucionario Jaysh al-thuwar11) juegan un papel auxiliar hasta el momento. El SDF se fundó para proveer de cobertura legal y política al apoyo militar estadounidense para la filial siria del PKK llamada PYD en Siria.12 EEUU espera que otros grupos del FSA se unirán a la alianza del SDF, pero las políticas del PYD, el apoyo expresado en diferentes ocasiones a una transición política en la que Assad se mantendría en el poder, el apoyo a la intervención de Rusia en Siria13, así como las violaciones de los derechos humanos y abusos contra civiles árabes en algunas áreas14, evita que se creen relaciones de confianza con las poblaciones locales15. Esto no significa para nada que el régimen de Assad y el PYD sean aliados, pero sí que el PYD está colaborando tácticamente con varios actores en distintos momentos y lugares. El movimiento revolucionario en Siria debería dar total apoyo a la autodeterminación de los kurdos en Siria y en cualquier otra parte, pero esto no implica silenciar las críticas necesarias hacia los líderes kurdos. La política de EEUU hacia Siria siempre ha tendido a mantener el régimen. Esto es igualmente cierto con

¿Un conflicto sociopolítico? “Los Estados Unidos y nuestros socios no están buscando un supuesto cambio de régimen”, dijo John Kerry, Secretario de Estado de los Estados Unidos, después de reunirse con Vladimir Putin, el presidente de Rusia, en Moscú (AP, 15/12/15). Estas palabras sorprendieron a muchas personas dentro de la izquierda, las cuales pensaban que el cambio de régimen era el objetivo de EEUU (y de los estados imperialistas occidentales en general) desde el comienzo del levantamiento en Siria. Eso estaba lejos de la verdad. Los poderes occidentales nunca han querido ayudar a los revolucionarios sirios al derrocamiento del régimen de Assad. Por el contrario, EEUU ha tratado de llegar a un acuerdo entre el régimen de Assad (o una parte de él) y la oposición ligada a Occidente, Turquía y los regímenes del Golfo, representados hoy en día por la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria. Este acuerdo, a la manera de la “solución yemení”, mantendría la estructura del antiguo régimen y garantizaría el orden neoliberal e imperialista previo a 2011. En el comienzo del levantamiento, la Secretaria de Estado Hillary Clinton calificó al dictador Bashar Al Assad como un reformista.2 En agosto de 2011, Obama llamó públicamente a Assad a dar un paso atrás, pero la política de EEUU todavía era la de mantener el régimen, eso sí, con cambios superficiales. La muy limitada ayuda militar de EEUU a los revolucionarios sirios confirma una falta de voluntad para cualquier cambio radical en Siria. En enero, según fuentes de la CIA, “algunos cargamentos de

A pesar de la extrema militarización, la resistencia popular y democrática sigue movilizándose en Siria contra los fuerzas contra-revolucionarias, los regímenes autoritarios y los grupos salafistas-yihadistas.

INTERNACIONAL

L

a resistencia popular y la masiva auto-organización ha sido el aspecto más ignorado del levantamiento en Siria. La extrema militarización y la guerra limitan la posibilidad de realizar manifestaciones masivas y una resistencia popular como la que hubo al comienzo del levantamiento, mientras los grupos fundamentalistas islámicos se han convertido, cada vez más, en un factor dominante en el terreno militar. Aunque muy debilitada, existe todavía la resistencia popular en Siria, que se ejerce por parte de varios grupos y movimientos progresistas y democráticos que se oponen a todos los sectores de la contra-revolución, formada tanto por los grupos afines al régimen de Assad como por grupos islámicos fundamentalistas. Rami Jarrah, un activista y periodista de ANA Press, informó a principios del 2016 que en las zonas liberadas de Aleppo se sufrían ataques diarios de los aviones rusos y de los partidarios del régimen de Assad. Descubrió que las instituciones civiles populares tienen un rol importante en el gobierno de la sociedad: “Lo que vemos aquí es que la democracia ya se está llevando a la práctica”, mientras que “los grupos militarizados que tenían mucha autoridad un año antes, ahora tienen mucha menos. Los ciudadanos han tomado el control y tienen su voz”.1 Sin embargo, la mayoría de observadores, incluyendo sectores de la izquierda, han analizado el proceso revolucionario en Siria en términos geopolíticos, desde arriba, y han ignorado las dinámicas políticas y socio-económicas desde la base. Ven el levantamiento en Siria como el conflicto entre dos bloques: los estados occidentales, las monarquías del golfo y Turquía por una parte; Irán, Rusia y Hezbolá por otra.

Hezbolá también ha jugado un papel clave como agente extranjero, ayudando al régimen de Assad militarmente. Las estimaciones del número de combatientes de Hezbolá en Siria se encuentran entre 3.000 y 5.000, incluyendo combatientes de élite, expertos y reservistas, que han estado entrando y saliendo del país en despliegues de 30 días.9 Combatientes de las milicias chiíes iraquíes están luchando también en Siria apoyando al régimen de Assad. Tras el completo fracaso para asistir a las fuerzas democráticas de FSA, EEUU ha decidido apoyar a la alianza kurda conocida como las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), fundadas en octubre de 2015, según su declaración oficial, para luchar contra “el © Freedom House / CC BY / flickr.com

El Imperialismo y el conflicto en Siria

armas [enviados a los revolucionarios sirios] eran tan pequeños que los comandantes tenían que racionar la munición”. Uno de los comandantes de más confianza de EEUU obtuvo el equivalente de 16 balas por mes para cada combatiente. A los líderes rebeldes se les dijo que tenían que entregar misiles antitanque antiguos para que se les pudieran dar los nuevos. Cuando el verano pasado hicieron un llamamiento para obtener municiones para luchar contra Al Qaeda, EEUU se las denegó3. Además, Estados Unidos siempre se ha negado a suministrar a diversas fuerzas del FSA misiles antiaéreos capaces de derribar aviones de combate4. Obama tenía un plan aprobado por el Congreso de EEUU para armar y equipar a

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La colaboración de los estados imperialistas en su lucha “contra el terrorismo” de Daesh no ha terminado con los desacuerdos y rivalidades entre ellos, como lo muestra la destrucción de un avión militar ruso el 24 de Noviembre de 2015 por el ejército turco en la frontera siria. Rusia contestó intensificando los bombardeos a lo largo de la frontera turca y otras áreas entre Alepo e Idlib. Estos conflictos podrían dar lugar a una escalada peligrosa. Sin embargo, el reciente acuerdo entre Irán y EEUU y la coordinación con el Estado de Israel de las acciones militares rusas en Siria, refutan la idea que Rusia e Irán forman un bloque anti-imperialista. Los diferentes poderes imperialistas mundiales y sus regímenes burgueses regionales, a pesar de sus rivalidades, tienen un interés común en la derrota de las revoluciones populares de la región, y el ejemplo más obvio es el de Siria. Las múltiples iniciativas de paz en ese país, apoyadas por los poderes globales y regionales sin excepción, tienen el mismo objetivo desde el comienzo del proceso revolucionario en 2011: llegar a un acuerdo entre el régimen de Assad y una facción oportunista de la oposición —relacionada con los Estados occidentales, Turquía y las monarquías del Golfo—. El único objetivo nuevo es la derrota de ISIS. Los poderes imperialistas, y muchos otros, quieren que el levantamiento sirio se acabe, dado que se ha convertido en una fuente de inestabilidad global, ya sea en forma de un flujo de refugiados hacia Europa o por la presencia de ISIS en Siria, Irak y otros países. Los regímenes burgueses de EEUU, China y Rusia son y han sido siempre enemigos de las revoluciones populares. Quieren imponer, o reforzar, un contexto estable que les permita acumular y desarrollar su potencial político y económico en detrimento de las clases populares. Como hemos visto, ningún poder regional o internacional es amigo de la revolución siria. Las fuerzas progresistas no pueden limitarse a escoger entre dos bandos imperialistas o sub-imperialistas que compiten entre sí por la explotación política y económica de los recursos y las poblaciones de la zona; deberían apoyar siempre a los revolucionarios y revolucionarias que luchan por su libertad y por la emancipación en toda la región. Solo la acción colectiva y el desarrollo de movilizaciones masivas desde abajo, puede generar un cambio real. Como escribieron los sirios del pueblo de Kafranbel en una pancarta en 2013: “Los enemigos son múltiples, la revolución es una y continúa”.

La mayor confusión de la izquierda gira en torno al rol del imperialismo en Siria

Las luchas desde abajo El proceso revolucionario en Siria es parte de un movimiento regional que continua azotando el conjunto de la región, con nuevas y masivas protestas en los pasados meses en el Líbano e Irak que desafiaron tanto a su burguesía como su sistema político sectario. Los revolucionarios sirios están luchando, como los demás activistas de la región, por la libertad y la dignidad, y también contra los regímenes autoritarios, los fundamentalistas islámicos y los grupos salafistas-yihadistas opuestos a sus objetivos. Los análisis centrados en los factores geopolíticos de los bloques de países hacen imposible entender las dinámicas de los procesos revolucionarios, e ignoran el hecho de que los mayores poderes, supuestamente opuestos, colaboran en diferentes cuestiones, como, por ejemplo, en Irak y Siria, pero también en la “lucha contra el terrorismo”. 24

Notas 1 bit.ly/1P1gcgO • 2 bit.ly/1X1i392 • 3 on.wsj.com/1z5JGir 4 reut.rs/1mW72p4 • 5 bit.ly/1fWKSyB • 6 ceip.org/1IgymEv 7 bit.ly/1P1gtQI; bit.ly/1Ng8AVY • 8 reut.rs/1Kz853m • 9 bit. ly/1mW7x2e • 10 bit.ly/1RMSVxQ • 11 bit.ly/1ZuvNKF 12 ceip.org/21yfdbr • 13 bit.ly/1ZkRpE0 • 14 bit.ly/1J3iLMU 15 bit.ly/1l6DhAz • 16 bit.ly/1ZkRwiN ■

Refugiadas, entre la solidaridad y la hipocresía Las políticas de la UE siguen convirtiendo Europa en una fortaleza, provocando la muerte de miles de personas que huyen de la guerra y la desigualdad.

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ientras más de un millón de personas han llegado a Europa este 2015 y más de 3.700 han muerto en las aguas del Mediterráneo, los países de la Unión Europea siguen impasibles, inexistentes y despreocupados. La hipocresía de los Estados miembros es más clara y evidente que nunca. En septiembre fuimos testigos de una de las situaciones más perversas: el regateo de cuotas de acogida de personas. ¿Personas? Parecía más bien que hablaran de ganado. Finalmente se acordó la reubicación de 160.000 seres humanos. 120.000 demandantes de protección internacional urgente de Grecia, Italia y Hungría, y 20.000 de los ya negociados en mayo. Este año se calcula que han llegado más de un millón de personas a Europa. La cuota acordada supone menos del 16%. ¿Y cuántas han sido reubicadas a estas alturas? Cerca de 270. Las cuotas pactadas sólo incluyen a personas refugiadas sirias, iraquíes y eritreas. Es decir, se considera que sólo en estos países hay un conflicto tan importante como para recibir protección internacional. Pero no sólo allí hay guerra, también existen Pakistán, Yemen, Ucrania, Afganistán, Palestina, Somalia, Nigeria... y tantos otros lugares. Y tampoco la guerra es la única causa de la fuga de miles de personas. A pesar de que según el Estatuto del Refugiado, lo es aquella persona perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social o de opinión política en particular y que corre peligro si vuelve a su país de origen, también existen aquellos que se denominan “inmigrantes ilegales”. Son los migrantes económicos que no disfrutan de la protección internacional pero que huyen de otro conflicto, el económico, y representan más de 30 millones de personas. El 1% de la población mundial tiene tanta riqueza como el 99% restante. Esto genera una desigualdad evidente que sumada a la de oportunidades, la de participación, la de género y la de poder, hace que la población tenga que marcharse de su casa para sobrevivir a la violencia económica y social. Según el artículo 13 de la carta de los Derechos Humanos, todo el mundo tiene derecho a la libre circulación, y el artículo 14 reconoce el derecho de asilo y refugio. Ninguno de estos dos artículos está siendo garantizado por los gobiernos europeos. Vemos como, cada día, llegan miles de personas que

© Leif Hinrichsen / CC BY-NC / flickr.com

ANNA PALOU Periodista y activista de Stop Mare Mortum

se ven expuestas a jugarse la vida para llegar a Europa, dejando la suya y la de su familia en manos de las mafias. Mientras, la Unión Europa, que continúa tratando la inmigración como una vulneración de fronteras, mira hacia otro lado e incumple su deber: el rescate humanitario. En lugar de apostar por vías seguras de acceso al continente y por ser una tierra acogedora, hace todo lo contrario; invierte en protección de fronteras, ya sea con dotación presupuestaria a la agencia Frontex, que tiene la misión de vigilar pero no de rescatar vidas, o con la actitud impasible ante la construcción de muros y barreras de algunos de sus Estados miembros, como el Estado español o Hungría; paga a terceros como Turquía para que frene la inmigración y crea mecanismos para la devolución de personas como la Oficina Europea de Retorno de Inmigrantes. Estamos delante, pues, de una nueva forma de genocidio en pleno siglo XXI. La falta de voluntad de los países de la Unión Europea es clara: mientras ellos negocian las cuotas de acogida, países cercanos al conflicto sirio acogen a la mayoría de la población: Turquía (2,2 millones) o Líbano (más 1 millón). Y la falta de voluntad es suya, porque la ciudadanía pide lo contrario. Es cierto que hemos sido protagonistas de actos racistas y xenófobos, que, más allá de la violencia, vinculan a las personas refugiadas con la delincuencia y el terrorismo, pero también hemos sido y somos testigos de la solidaridad entre pueblos. Hemos visto a la población civil ofrecer su casa, manifestarse, autoorganizarse... Hace falta que nos movilicemos y no esperemos a la supuesta llegada de personas que ahora están cruzando el mar Mediterráneo. Podemos y debemos actuar ya. Una ciudadanía acogedora es una sociedad sensibilizada, crítica y movilizada. Una gran parte de la sociedad europea ha demostrado que cree en la diversidad y en el deber de acoger, y lo ha exigido en la calle. Ahora, hay que persistir en esta lucha, para que los líderes políticos actúen en consecuencia. Pero también nos tenemos que tomar esta situación como una oportunidad para defender y mejorar los derechos de las personas refugiadas y migrantes, que viven con nosotros y que han visto cómo las políticas racistas de nuestros gobiernos las empujan a la marginalidad, robándoles el derecho a vivir y a desarrollarse donde decidan hacerlo. ■

INTERNACIONAL

otros Estados occidentales imperialistas. Después de los ataques terroristas del 13 de noviembre en Paris, Francia asumió el liderazgo en la “Guerra contra Daesh” e incrementó los ataques aéreos. Actualmente tiene movilizados 3.500 soldados y ha desplegado en el este del Mediterráneo la aeronave de carga Charles de Gaulle, por lo tanto, ha triplicado su capacidad de actuación desde el 23 de noviembre. Gran Bretaña y Alemania también se han unido a la campaña. Los gobiernos ruso y francés han anunciado su decisión de “coordinar” sus ataques contra Daesh en Siria y, en concreto, de establecer como objetivos los transportes de petróleo. El mando militar israelí no está a favor de la caída del régimen de Assad. Un miembro del estado mayor israelí declaró: “Aunque nadie en Israel pueda decir esto pública y explícitamente, la mejor opción para Israel sería que el régimen de Assad se mantuviera y que la lucha interna se prolongara tanto tiempo como fuera posible.”16 Arabia Saudí y Qatar son, con Turquía, los Estados que más desean la caída de la familia de Assad, pero no del régimen en sí. Temen una Siria democrática y la propagación de la revolución en la región, lo que amenazaría su poder y sus intereses. Aunque Arabia Saudí fundó y apoyó algunas fuerzas liberales y del FSA, las monarquías del Golfo y las redes privadas entre estas regiones trabajaron para transformar esta revolución popular en una guerra civil sectaria, dando apoyo político y militar a movimientos fundamentalistas islámicos. Estos se oponen al espíritu de la revolución e intentan reducir el rol de los comités populares, algunas veces a través de métodos violentos. También propagaron discursos religiosos sunís sectarios a través de sus medios; justamente como lo hicieron en Irán IRI y Hezbolá, usando propaganda sectaria chií en sus intervenciones.

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Desde noviembre de 2015 Madrid, siguiendo el ejemplo catalán, cuenta con una nueva herramienta amplia y unitaria de lucha contra el fascismo y el racismo, UCFR Madrid.

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omo antifascistas y antirracistas, conocer la evolución de las ideas y organizaciones fascistas y nazis en Madrid y otros lugares, nos ayuda a tener perspectiva histórica, y ese mismo ejercicio es interesante también si lo aplicamos a nuestro movimiento, para ver nuestros errores y aciertos a lo largo del tiempo y así poder construir herramientas realmente efectivas para esa lucha.

Distintas formas, la misma bestia

AITOR BAYÓN Activista de UCFR y miembro de En Lucha en Madrid.

Durante la Transición, en Madrid, se dieron dos estrategias en la extrema derecha: el pistolerismo o terrorismo fascista y los partidos ultras como Fuerza Nueva o Falange. Ambas estrategias tenían lazos demostrados entre ellas y con parte del aparato del estado, la policía y la Guardia Civil. Sus acciones y operaciones intentaban amedrentar y desarticular a la izquierda y sus bases sociales. El atentado perpetrado contra el despacho laboralista de la calle Atocha, el secuestro y asesinato de la joven, feminista, estudiante, vasca y trotskista, Yolanda González y el asesinato del diputado de Herri Batasuna, Jusu Muguruza en Madrid, son muestra de ello. De la crisis de los proyectos políticos de extrema derecha, ahogados por el éxito de la unificación de la mayoría de sectores de la derecha conservadora y neoliberal en un partido democrático, el PP, con el que se fueron conformando la mayoría de exfranquistas que entendieron que no había vuelta atrás, nace un nuevo fenómeno en los 80, Bases Autónomas. Organización juvenil centrada en el ámbito universitario y ligada al incipiente movimiento skinhead (bonehead) fascista de inspiración británica. Comienza a actuar con nuevos métodos, utiliza un vestuario concreto, hace pintadas por la calle y

La extrema derecha está centrada en lavar su imagen emprende agresiones contra colectivos que, hasta ahora, no habían sido tan señalados o golpeados por la extrema derecha, como las personas LGTBI, las migrantes extracomunitarias, las personas drogodependientes y la juventud de izquierdas. Esta organización será disuelta para la nueva década, pero de 26

ella saldrá un nuevo estilo y grupos callejeros ligados a barrios o equipos de fútbol. La década de los noventa se abre con el primer asesinato a una persona migrante, Lucrecia Pérez Matos, joven de origen dominicano tiroteada por el agente de la Guardia Civil de extrema derecha Luis Merino, en una discoteca abandonada de Aravaca. A este asesinato le siguió en 1995 el de Ricardo Rodríguez, vecino de Alcorcón y antifascista, asesinado a la salida de un bar de copas en su localidad. Ambos sucesos están ligados a grupos juveniles neonazis que también se caracterizaron por las palizas y otras agresiones en una década especialmente violenta. La criminalización y declive de esos grupos hace que los partidos de extrema derecha intenten ocupar el centro del movimiento, surge Alianza por la Unidad Nacional de Ynestrillas, Democracia Nacional y, posteriormente, España 2000, asumiendo como eje central de su proyecto el rechazo a la inmigración, y, tras los atentados del 11M de 2004, la islamofobia. Será precisamente en la primera década del siglo XXI cuando tengamos un nuevo asesinato fascista a manos de un militar afiliado a una de esas nuevas organizaciones, Democracia Nacional, en 2007. La víctima fue el joven antifascista vallecano Carlos Palomino. Hoy la extrema derecha está centrada en lavar su imagen, tienen como referentes a grupos como el Frente Nacional de Francia, Casa Pound de Italia o Amanecer Dorado de Grecia, y combinan las organizaciones de traje y corbata con los grupos juveniles, los cuales copian a la izquierda joven combativa del siglo XXI, tanto en estética como en modos de actuar. La creación de ONGs racistas y poner mesas de recogida de alimentos sólo para “españoles sanos”, es parte de esa estrategia para limpiar su imagen y calar en los barrios golpeados por la crisis con sus mensajes de odio.

Experiencias de resistencia En el ámbito del antifascismo madrileño hemos tenido poca diversidad a lo largo de las décadas. La respuesta que se dio desde finales de los años 60 y 70 llegó de la mano de las organizaciones tradicionales de la izquierda. Tanto las combativas como las más moderadas respondían mediante la movilización a las acciones de los grupos fascistas, repartían comunicados, presionaban y se manifestaban. Las acciones armadas o violentas contra la extrema

Si se reinventan, nos reinventamos Si miramos a Europa, contemplamos como en algunos estados como Francia, Reino Unido, Grecia o Hungría, el fascismo se ha reinventado, se ha puesto traje y corbata e intenta legitimarse. Frente a esto, en Reino Unido y Grecia se creó un movimiento con vocación de unir mayorías sociales, y a las potenciales víctimas de la amenaza fascista y nazi, que somos la mayoría en una sociedad diversa (personas LGTBI, migrantes, mujeres, jóvenes de izquierda, personas sin techo, etc.). En el estado español hemos comprobado cómo esa estrategia funciona en la lucha contra Plataforma per Catalunya. Esta organización fascista catalana, cuyo máximo dirigente fue el ex-miembro de Fuerza Nueva, Josep Anglada, se organizó bajo un discurso xenófobo y racista, pero cuidándose mucho de no mostrar enseñas del pasado franquista o nazi. Se pusieron traje y corbata y comenzaron a mostrar una imagen distinta. Pretendían ganar respetabilidad y

Desenmascararles, sumar todas las fuerzas posibles y construir una herramienta para revertir sus ideas y acciones hacer pasar su mensaje de odio como otra idea política cualquiera. Comenzaron a jugar a la democracia. Pues bien, gracias a la constitución del espacio Unitat Contra el Feixisme y el Racisme (UCFR) en Cataluña, un trabajo paciente, amplio y a ras del suelo, con todas las entidades posibles, se logró desenmascarar a esta organización. Gracias a ese trabajo, iniciado en 2010, han pasado de 67 representantes municipales a 8 en 2015. En Madrid el peligro fascista tiene dos nombres propios, Hogar Social Madrid en lo que concierne al espacio de calle, y España 2000 en lo relativo al ámbito institucional. En ambos casos nos encontramos con grupos que cuidan mucho su imagen, que esconden la simbología nazi y fascista e intentan legitimarse con acciones como recogida de alimentos y juguetes. Presentan su discurso racista y de odio como ideas políticas diferentes pero legítimas, e intentan ganar respetabilidad. Ante esto, lo que se hace necesario es desenmascararles, sumar todas las fuerzas posibles y construir una herramienta que permita revertir sus ideas y acciones. Para las personas que impulsamos UCFR Madrid, esta es la herramienta, ya que articula un tejido más amplio que otras iniciativas y pretende sumar a la mayoría social, tal cual es hoy, al proyecto de acabar con el fascismo y el racismo en cualquier ámbito. A la vez que se construye en Madrid UCFR, han surgido otras iniciativas con un discurso similar en algunos barrios, lo que es muy enriquecedor, y sigue existiendo la Coordinadora como referente para ciertos colectivos. Todo esto es complementario, cuanto más rico y diverso sea el antifascismo y antirracismo madrileño, mejor. Pero, por supuesto, entendemos que construir y reforzar las herramientas amplias, unitarias y no sectarias es la manera más eficaz para que se debilite lo máximo posible el fascismo y racismo madrileño. ■

ANTIFASCISMO

Madrid, con la Unidad, será la tumba del fascismo y el racismo

derecha fueron, en general, minoritarias. Será en los años 80 cuando, frente al avance de esa nueva forma de organización juvenil del fascismo y el nazismo, se cree una gran herramienta de lucha, la Coordinadora Antifascista de Madrid. En el año 1988, las acciones violentas de las organizaciones neonazis en torno al 20N, las cuales llegaron a asaltar un local de Chueca y los puestos políticos de la izquierda revolucionaria en Tirso de Molina, hacen reaccionar a diversos colectivos autónomos así como a las organizaciones de la izquierda radical para generar una respuesta a ese fenómeno. Será unos años después, ya constituida la Coordinadora, cuando su actividad cobre un nuevo impulso frente a los asesinatos de Lucrecia Pérez y Ricardo Rodríguez. Es tras estos crímenes cuando las organizaciones mayoritarias de la izquierda (partidos y sindicatos) comienzan a entender el peligro real que supone el fascismo y el racismo. Pero desgraciadamente no se consolida un trabajo unitario entre ambos sectores y la Coordinadora ve cómo, a la vez que entran nuevos colectivos en su seno, otros salen. La debilidad relativa de la extrema derecha hace que muchas organizaciones con peso específico dejen en segundo plano la lucha contra el fascismo, sólo poniendo interés en él cuando se producen asesinatos o agresiones graves, a lo que tampoco ayuda la actitud algo sectaria de la Coordinadora. Por otra parte, el auge de las ONGs hace que la lucha contra el racismo se centre en campos como la ayuda directa a personas migrantes o el racismo institucional y social, mediante campañas de presión e información. Se pone menos interés en la lucha contra el fascismo y racismo ultra y de calle.

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Islamofobia: un problema transversal

DAVID KARVALA Activista de UCFR y militante de En lluita. Coordina un libro de próxima aparición sobre la islamofobia.

Para leer más: • Chris Harman,

“Islam, imperialismo y resistencia” (edición castellana de En Lucha, 2001) • David Karvala, “La izquierda y el Islam”, La Hiedra #0, junio de 2011. • Runnymede Trust, Islamophobia: A Challenge for Us All. • UCFR, “¡Stop Islamofobia!”, bit.ly/1OBI31n

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Una definición útil de islamofobia la elaboró la entidad antirracista Runnymede Trust en 1997: “Se considera el Islam como un solo bloque monolítico, estático y nada sensible a las nuevas realidades… como… algo bárbaro, irracional, primitivo, machista.” Prejuicios de este tipo son cada vez más prevalentes. Se oyen en discursos desde la extrema derecha, pasando por el “centro liberal”, hasta sectores que se autodenominan de izquierdas. Es evidente que la hostilidad hacia el islam y la gente musulmana tiene una larga historia en la península ibérica, pero la islamofobia actual tiene una explicación mucho más reciente. Un elemento clave es el fracaso de la izquierda tradicional en el mundo arabo musulmán, especialmente a partir de los años 70. El nacionalismo árabe y los partidos comunistas no tenían ninguna alternativa a la injusticia social y a la opresión: frecuentemente incluso las ejercían (Karvala 2011). Cuando corrientes islamistas ocuparon el vacío dejado por la vieja izquierda, ésta las tildó de agentes del imperialismo y las reprimió aún más; en el caso de Afganistán, mediante una brutal guerra. En los años 80, se sentaron las bases de la islamofobia moderna. Se habló del “fundamentalismo islámico” como una corriente antidemocrática, machista y homófoba, típicamente asociada con el terrorismo, o el “yihadismo”. Con la caída del bloque del este en 1989-91 y la creciente importancia estratégica de Oriente Medio, la oposición al imperialismo occidental en la región se expresó, cada vez más, en términos del islam político. De ahí que los Estados imperialistas empezaron a adoptar el lenguaje de la islamofobia. En los años 80, EEUU financió a grupos islamistas en Afganistán, para debilitar a Rusia. En 1992 se escribió en el Washington Post que “El fundamentalismo islámico es un agresivo movimiento revolucionario, tan combativo y violento como los movimientos bolcheviques, fascistas y nazis del pasado”, y en 1994 el Presidente Clinton declaró: “Estamos muy preocupados por el aumento del fundamentalismo militante en los Estados islámicos”. Con el crecimiento de Al Qaeda durante los años 90,

que culminó en los atentados del 11 de septiembre de 2001, estas posiciones se endurecieron. Grupos islamistas muy diferentes —la Hermandad Musulmana de Egipto, Hamas en Palestina, Hezbolá en el Líbano…— fueron estigmatizados por igual (pero no así la familia real saudita, que sí tiene relación directa con Al Qaeda). Mientras tanto, el partido fascista disfrazado, el Front National (FN), crecía en Francia. Su fundador, Jean Marie Le Pen, dejaba ver su antisemitismo a veces, pero la estrategia del FN, copiada por muchos otros partidos fascistas, fue la de esconder el antisemitismo a favor de la islamofobia, cada vez más “socialmente aceptable”. Increíblemente, fue durante esta misma época que gran parte de la izquierda francesa —incluyendo a la izquierda radical— contribuyó a la islamofobia con sus campañas contra el hijab, supuestamente en nombre de la liberación de las mujeres.

Una izquierda contra la islamofobia Sin embargo, otro sector de la izquierda tuvo una visión radicalmente diferente. La corriente de la que forman parte La Hiedra y En lucha elaboró un análisis mucho más matizado del islam político, insistiendo en que no era lo mismo un movimiento de liberación nacional como Hamas, que la familia real saudí (ver Harman, 1994). Y sobre todo que en occidente, la población musulmana es en general una minoría oprimida. Hoy, la islamofobia se expresa mediante agresiones, principalmente a mujeres y chicas con hijab; detenciones arbitrarias y a veces años de cárcel sin pruebas; sospechas de “fundamentalismo” entre alumnos, incluso en la primaria; cierres de oratorios y centros islámicos… Lejos de equiparar a las personas y entidades musulmanas con el fascismo, como hacen algunos, la primera responsabilidad de la izquierda consecuente es la solidaridad. Así que la Stop the War Coalition, el movimiento antiguerra británico en el que el Socialist Workers Party —organización hermana de En lucha— jugó un papel clave, convocó las enormes manifestaciones contra la guerra de Irak conjuntamente con la Asociación Musulmana de Gran Bretaña. No se trataba de la

Lejos de equiparar a las personas y entidades musulmanas con el fascismo, la primera responsabilidad de la izquierda consecuente es la solidaridad

Debatiendo la islamofobia

interna; el 19 de febrero, un acto contra la islamofobia, en la Universidad de Barcelona, reunió a más de 350 personas; el 11 de marzo, una concentración islamófoba de “Pegida”, convocada en L’Hospitalet por PxC, fue superada en 10 veces por la protesta vecinal organizada por el grupo local de UCFR; el 21 de marzo, se celebró la manifestación con motivo de la jornada internacional contra el fascismo, el racismo y la islamofobia en el distrito barcelonés de Sant Martí, donde el centro nazi Tramuntana cerraría definitivamente 8 semanas después. En las elecciones municipales de mayo de 2015, PxC —un partido obsesivamente islamófobo— fue expulsado de casi todos los ayuntamientos del país, tras una fuerte campaña de UCFR. En el momento de escribir este artículo se prepara el Foro Social contra la islamofobia y todo tipo de racismo, para el 20 de febrero, así como la manifestación del 19 de marzo, con motivo de la jornada internacional de este año. Durante este tiempo, cada vez más personas y entidades musulmanas se han unido a UCFR y ahora juegan un papel importante en el movimiento. Este hecho contribuye mucho a la lucha contra la islamofobia; se normaliza la colaboración, codo con codo, de personas diversas, de diferentes orígenes y creencias, en un proyecto común, estableciendo relaciones de confianza entre ellas. Esta unidad es, a su vez, una buena base para muchas otras luchas que tenemos por delante. La insistencia en que el enemigo no es el islam, sino el racismo, ha dado sus frutos. ■

La campaña #StopIslamofobia La declaración de UCFR, #StopIslamofobia, y el amplio apoyo recibido, fue la base para una serie de actividades que continúan hasta hoy. El 14 de febrero de 2015, se celebraron unas jornadas de formación © José Luque Prieto / facebook.com

La islamofobia es la forma más peligrosa de racismo en Europa hoy. Sin embargo, hay mucha confusión dentro de la izquierda al respecto. Este artículo trata de este tipo de racismo y de cómo Unitat Contra el Feixisme i el Racisme ha articulado una respuesta unitaria frente a él en Catalunya.

han terminado —porque siempre llega gente nueva con ideas preconcebidas— pero las dudas entre la gente que participa en UCFR han desaparecido. Por todo esto, ante los atentados de París la reacción unánime fue la de fortalecer la lucha por la convivencia y contra la islamofobia.

Los atentados de París del 7 de enero de 2015 provocaron un auge islamófobo por todo el continente. Cuatro días después, UCFR firmó y publicó la declaración al respecto emitida por UAF (GB). Unas semanas más tarde, la propia declaración de UCFR, #StopIslamofobia, había sido apoyada por un centenar largo de partidos, sindicatos, movimientos sociales… de Catalunya y más allá. Esta respuesta, que incluyó a todas las fuerzas progresistas, desde los partidos institucionales hasta asambleas del 15M, fue el fruto del trabajo —y del debate—de varios años. Una de las primeras acciones de UCFR, una concentración ante un acto del partido fascista, Plataforma per Catalunya (PxC), a finales de 2010, fue fortalecida por la participación de un gran grupo de gente joven musulmana, uno de los cuales habló durante el acto. En la siguiente asamblea de UCFR, algunas personas se quejaron ante la “excesiva” presencia musulmana, o criticaron la intervención del chico de origen marroquí por no ser “laica”, etc. Sin embargo, la opinión mayoritaria de la asamblea, tras una dura discusión, fue la de alegrarse de la participación musulmana. Se dio un proceso gradual pero muy importante de debate. Por ejemplo, un tema en las jornadas de UCFR de 2012 fue “¿Qué puede hacer UCFR para combatir la islamofobia?” En la primavera de 2012, el Centro Cultural Islámico Catalán se adhirió a UCFR, y las jornadas de 2013 se celebraron en la sede de esta importante entidad musulmana. Los debates no se

Unitat Contra el Feixisme i el Racisme ha conseguido articular una respuesta amplia frente a la islamofobia en Catalunya. La presencia de gente musulmana en sus actos y movilizaciones ha sido una pieza clave de ese éxito.

ANTIFASCISMO

Islamofobia y cómo combatirla

imposición de un grupo; la solidaridad frente a la islamofobia se había convertido en el sentido común de una parte importante de la izquierda y de los movimientos sociales de ese país. El movimiento unitario contra la extrema derecha en Gran Bretaña, Unite Against Fascism (UAF), trabaja en esta línea desde hace años. En Catalunya, Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR) —movimiento en el que En Lluita ha jugado un papel destacado— ha conseguido que aquí también haya una respuesta amplia frente a la islamofobia.

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Cuando el humor se pone serio La televisión, el humor y los programas de entretenimiento han marcado como nunca una campaña electoral que ha abierto un nuevo escenario político en el Estado español.

Jordi Évole, “el Follonero” representa la voz del público que se entromete en la pantomima plácida y controlada del espectáculo televisivo.

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Llama la atención que entre los cuatro periodistas más influyentes ante la campaña del 20D se encuentren dos humoristas

Glamour, controversia y Rock & Roll: un recuerdo de David Bowie Enero de 2016 se recordará entre otros motivos por la muerte de David Bowie, una estrella controvertida y una figura esencial para la historia de la cultura popular.

© thierry ehrmann / CC BY / flickr.com

E

l pasado 14 de diciembre, en plena campaña electoral, El Periódico de Catalunya publicaba el resultado de un estudio realizado por ACCESO, una compañía de inteligencia de medios y consumidores en España y Latinoamérica, que concluía que el periodista más influyente ante las elecciones generales del 20D era Jordi Évole, director y presentador de Salvados. En el cuarto lugar, detrás de Iñaki Gabilondo y Ana Pastor, se encontraba el Gran Wyoming. Como refleja el ranking, un 80,3% de las y los encuestados aseguraban acudir a la televisión para informarse sobre las cuestiones relacionadas con la campaña. Que el medio televisivo ha jugado un papel fundamental en los procesos políticos que han desembocado en la reciente contienda electoral es algo que nadie cuestiona. Desde la emergencia de Podemos alrededor de un líder forjado como tertuliano televisivo, hasta la aparición de los candidatos en magazines de entretenimiento ajenos a la política, como El Hormiguero. Pero lo que llama la atención de este estudio es el hecho de que entre los cuatro periodistas más influyentes se encuentren dos humoristas. En 1996, el Gran Wyoming se encargó de presentar la versión española del programa argentino Caiga Quien Caiga. En los pequeños reportajes que lo constituían, un enviado especial, vestido siempre con un traje negro y gafas de sol, abordaba en actos públicos a personajes famosos de toda índole, para generar situaciones cómicas mediante una entrevista que transgredía la seriedad del momento. El entrevistado era forzado a entrar en el juego o a hacer el ridículo con reacciones fuera de tono. Mucha gente del ámbito de la política sufrieron esos pseudo escraches y el éxito del programa les obligó a asumirlos como algo a lo que debían someterse sin demasiada resistencia. Poco tiempo después, en 2002, hace su aparición de la mano de Buenafuente, El Follonero, el personaje encarnado por Jordi Évole que le haría famoso. El Follonero irrumpe desde el público para interrogar al invitado, cuestionándole y poniéndole en evidencia desde el punto de vista de la sabiduría popular y profana. Representa, en cierta manera, la

voz del público, que se entromete en la pantomima plácida y controlada del espectáculo. No hay duda de que El Intermedio y Salvados son herederos de esos dos proyectos previos, y comparten tanto la transgresión discursiva que pone en evidencia a quienes se esconden detrás de una imagen pública prefabricada, como el intento de construir una voz que representa a quienes desde la calle viven ajenos a las instancias que deciden sobre sus vidas. Posiblemente esta sea una de las funciones del humorista. Pero Évole y Wyoming van más allá y asumen un rol periodístico que les encumbra en las audiencias. La causa de este fenómeno no se reduce a la calidad de sus programas o a su inclinación política, sino que hunde sus raíces en la idiosincrasia del periodismo español como institución y al papel que estos dos personajes han jugado en un contexto marcado por la llamada crisis de régimen. No hace mucho pudimos ver en el Intermedio una comparación entre una entrevista realizada por RTVE a Mariano Rajoy y la del periodista británico Jeremy Paxman, del canal Sky New, al primer ministro David Cameron. Mientras este último era interrogado insistentemente sobre el aumento de bancos de alimento en el país durante su mandato, a Rajoy se le preguntaba por sus vacaciones y otras banalidades. La concentración de la gran mayoría de medios de comunicación en las manos de unos pocos grupos empresariales, así como el uso partidista que algunos gobiernos hacen de los entes de comunicación públicos, ha convertido en una excepción la presencia relevante de periodistas incisivos y con actitud crítica, capaces de insistir en preguntas incómodas e indagar en los entresijos de los hechos. La precariedad rampante también ha contribuido a la docilidad de quienes practican una profesión sometida a las exigencias del mercado, ventas, audiencias y anunciantes. En este escenario, dos humoristas como Évole y Wyoming han llenado un vacío. Y su éxito se debe, en gran medida, a una ciudadanía que ha empezado a cuestionar, también en la calle, los discursos dominantes de la llamada Cultura de la Transición. ■

POR ALE GARCÍA

E

l 10 de enero de 2016, 2 días después de cumplir 69 años y de salir a la luz su último trabajo, Blackstar, moría David Bowie, estrella del rock que rompió moldes y estereotipos y no quiso nunca adaptarse a las modas imperantes en la música popular, siendo precursor de nuevos géneros de los cuales el más reconocido es, probablemente, el glam rock. Su actividad creativa fue muy intensa durante toda su carrera, reinventándose a sí mismo constantemente. De todas sus etapas, la más interesante es, quizá, la que transcurre durante la primera mitad de la década de los 70, con la creación de su personaje Ziggy Stardust, un ser andrógino que venía de Marte para salvar la Tierra de su destrucción. El disco en el que apareció este alter-ego de David Bowie se tituló The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, siendo considerado como el más representativo del glam rock. Fue durante este periodo cuando el músico se declaró públicamente bisexual, concretamente en 1972. Si bien posteriormente matizó esta afirmación dando a entender que sus inclinaciones reales fueron siempre heterosexuales –aun reconociendo que tuvo relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. Además, es muy posible que hacer pública su

bisexualidad se debiera también a una operación de marketing (ahondando en el tono transgresor de su obra) para promocionar su personaje Ziggy Stardust y el disco. Lo cierto es que el hecho de que personalidades con relevancia pública declaren abiertamente su bisexualidad u homosexualidad siempre supone un avance en la visibilidad del colectivo LGTB y en su normalización social. En cualquier caso, Bowie nunca quiso ser abanderado de ninguna causa ni ser considerado como tal. De 1989 a 1991 formó el grupo Tin Machine, abandonando durante este corto periodo de tiempo su carrera como solista. Lo destacamos no por el hecho en sí, sino porque es aquí donde Bowie escribe las letras de mayor calado político de su carrera. Denuncia, entre otras cuestiones, el surgimiento de grupos neonazis. También realiza una versión de la canción Working Class Hero, de John Lennon. Por último, es reseñable la influencia que ha tenido en multitud de cantantes y grupos, tanto en sus sonidos como en la estética. Sin ir más lejos: la androginia es un rasgo característico de no pocos cantantes. Por poner un ejemplo: Brian Molko, de Placebo. No hay duda de que con su muerte, se pierde una figura singular de la cultura popular. ■

CULTURA

POR MANEL BARRIERE FIGUEROA

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TECHO Y COMIDA

re s e ñ a s :

PELICULA | Escrita y dirigida por Juan Miguel del Castillo | 90 min. Por MIKE EAUDE Esta hermosa y dolorosa película empieza con una joven que sufre un ataque de pánico. Lleva tres años intentando aparentar delante de las vecinas una vida normal, pero finalmente la realidad de su situación le supera. Su casero, que tampoco tiene dinero, ha iniciado los trámites para desahuciarla cuando debe 8 meses de alquiler. Rocío, madre soltera sin trabajo, vive en Jerez con su hijo de 8 años. Se llevan muy bien: el niño es un encanto y Rocío, una buena madre. La película narra una angustiosa cuesta abajo, en la que a Rocío le van cerrando todas las puertas. Lo intenta todo: reparte publicidad en la calle, busca trabajo limpiando casas, pide ayuda del estado, intenta robar, pone una manta en la calle con artículos encontrados en un solar y acaba huyendo de la policía, busca restos en los contenedores para que su hijo coma. Queremos zarandearla: ¡Rocío, contacta con la PAH!, no escondas tu situación, no luches sola: no es ninguna vergüenza. Pero esta no es una historia de lucha colectiva, sino la de una mujer que, como tantas personas, se encara al desahucio en la más absoluta soledad. La película está muy bien dirigida, con sobrio realismo y una muy buena interpretación. Dos vidas se hunden detrás de la puerta cerrada del piso, todo según la ley vigente.

ISLAMOFOBIA: NOSOTROS, LOS OTROS, EL MIEDO

LIBRO | Santiago Alba Rico | Icaria, 2015 | 134 págs. | 13 € Por MARÍA VICTORIA CASTILLO

Es este un libro absolutamente necesario, sobre todo 32

arroja un poco de luz sobre los mecanismos que utilizamos para discriminar al otro, en un contexto en el que la islamofobia, forma particular de racismo, se está convirtiendo en un auténtico peligro.

DESMUNTANT SOCIETAT CIVIL CATALANA

LIBRO | Jordi Borràs | Edicions Saldonar, 2015 | 224 págs. | 15,20 € Por SERGIO LÓPEZ a la luz de los últimos acontecimientos acaecidos en Colonia y con el drama de los refugiados al rojo vivo. La islamofobia es el marco intelectual en el que a menudo se escudan las personas para justificar lo que no son más que actos racistas y opiniones xenófobas. Con este texto, el autor nos ayuda a reconocer estos discursos, que pretenden ser objetivos, y desmontarlos. Recorre la historia de esta clase de pensamiento, conocido como orientalismo, desde la colonización hasta nuestros días, y denuncia su función fundamental: la construcción del otro para dominarlo o destruirlo, y para “eximir al vencedor de toda responsabilidad”. El orientalismo nace del colonialismo, como herramienta ideológica para dominar los territorios por los que Europa se expande a partir del siglo XIX. Antes, las misiones colonialistas se excusaban en Dios, ahora en la civilización. El libro nos habla también de los efectos de este pensamiento sobre la izquierda, tanto en los países árabes como en occidente. La incapacidad de entender la naturaleza de la islamofobia condiciona las políticas de la izquierda referidas al imperialismo o al auge de la extrema derecha, por poner dos ejemplos. Este es un libro breve, que deja con ganas de profundizar sobre el tema, pero que

Desmuntant Societat Civil Catalana es el título del último libro realizado por el fotógrafo, periodista y también ilustrador Jordi Borrás, conocido por sus trabajos de investigación sobre los movimientos fascistas y de extrema derecha en Cataluña, y más recientemente por las amenazas que sufrió en boca de Pedro Chamarro, uno de los dirigentes de Democracia Nacional Joven, en su discurso realizado el 12 de Octubre en Barcelona. El autor nos descubre, a través de una extensa y documentada información, los vínculos existentes entre Sociedad Civil Catalana (SCC) y la extrema derecha, revelando que buena parte de sus dirigentes provienen de movimientos franquistas o neonazis. También pone sobre la mesa las conexiones con Alba Dorada de Grecia o Democracia Nacional, las exaltaciones a Blas Piñar o a los combatientes de la División Azul, así como sus actividades de exaltación fascista en las redes sociales. Esta entidad, que pretende ser un contrapeso de la Assamblea Nacional Catalana movilizando a los sectores anti-soberanistas en Catalunya, también mantiene vínculos con el partido de Albert Rivera, Ciudadanos. El periodista analiza la financiación de SCC y denuncia públicamente las complicidades con medios

públicos y privados. Esta información ha sido expuesta a pesar de los múltiples ataques que han vulnerado su intimidad y su integridad física. La investigación se realiza a través de los treinta socios fundadores de la asociación, centrándose en los que mantienen vínculos con los movimientos de extrema derecha y difunden un pensamiento fascista y ultra católico a través de diferentes medios, como Libertad Digital, Info-Católica, y un portal que denota cinismo a borbotones denominado Dolça Catalunya. Borrás ha publicado con anterioridad Warcelona y Plus ultra. Su nueva obra se encuadra en la colección Periodistas, de la editorial EdicionsSaldonar. Para el prólogo ha contado con David Bassa, presidente del grupo de periodistas Ramón Barril. Cabe destacar la buena redacción y las excelentes fotografías que añaden a este trabajo un interesantísimo valor si se quiere descubrir un periodismo llevado a cabo en paralelo a los grandes medios de información.

VEGANISMO DE LA TEORÍA A LA ACCIÓN

LIBRO | Salvador Cotelo | Ochodoscuatro Ediciones, 2013 | 208 págs. | 9 € Por AITOR BAYÓN Dicen que el veganismo está de moda, y debe estar tan de moda que ya sale hasta en los anuncios electorales del PP. Pero lo que realmente se está popularizando es una parte del veganismo, la dieta, no comer productos animales ni sus derivados. Las personas que se adscriben al veganismo como forma de vida y pensamiento, no sólo se restringen a lo dietético, luchan por la liberación de todos los animales y persiguen que se respeten sus derechos. 33

Al ser algo novedoso, el movimiento político por la liberación animal surge a finales de los años 70 del siglo XX, algo complejo de entender en una sociedad antropocéntrica en la que el número de animales utilizados y asesinados cada año se cuenta por billones, muchas veces se toman parte de las ideas y se distorsionan los mensajes. Por eso, el libro Veganismo de la teoría a la acción, es una perfecta guía para orientarse en todo el campo del movimiento por los derechos y la liberación animal. La lectura es amena y está muy bien estructurada en dos partes diferenciadas: teoría y acción. Teoría: en esta primera parte se repasa la base de la opresión a los animales, el especismo. Esta palabra, cada vez más conocida, es fácilmente comprensible si decimos que es la discriminación que sufre un individuo por no pertenecer a la misma especie que otro. Podríamos sustituir especie por raza o género y saldría racismo y machismo. En esa misma línea se repasan las formas de opresión y explotación que sufren los animales no humanos por el mero hecho de no pertenecer a esa especie (carne, experimentación, entretenimiento, vestimenta, etc.) y las bases ideológicas para revertir esa situación y dotar de derechos, en base a sus intereses 34

(a vivir, a disfrutar de su vida y a no ser explotados), a los animales no humanos, ya que lo que nos une es la capacidad de sentir. Esta primera parte también deja claro por qué las personas veganas no somos ovolactovegetarianas, y cómo las comúnmente denominadas “vegetarianas” contribuyen a la explotación y el sufrimiento animal. La acción: todas esas ideas deben convertirse en hechos si se quiere hacer realmente algo por los animales no humanos. Desde el libro se plantea la necesidad de actuar, ya que son millones de vidas las que están en juego. Se plantean también diferentes estrategias y se comparan resultados a la hora de extender el mensaje y propiciar el mejor escenario. Se analizan y explican acciones realizadas, la evolución del propio movimiento en función de esas expresiones de lucha y las respuestas por parte del Estado. El movimiento por los derechos y por la liberación animal es un movimiento pujante y plural, y con este libro entramos de lleno en él. Su lectura puede situarnos lejos de la moda y en el camino para acabar con la injusticia, por número de seres que la sufren, más grande que existe.

ENTRE CUNETAS

LIBRO | Luis Ramos de la Torre | Baile del Sol, 2015 | 62 págs. | 10,40 € Por ALBERTO GARCÍA-TERESA Ramos de la Torre presenta una treintena de poemas sobre los y las desaparecidas y represaliadas por la dictadura franquista. Así, ofrece un poemario sobre la memoria, la falta de justicia y la necesidad de reparación. Pero, del mismo modo, erige un canto contra el olvido, que bebe de la indignación, de la ternura y del respeto por dichas víctimas a través de poemas

contenidos por la meditación, de ritmo sosegado. Además de sus consecuencias morales, psicológicas y políticas tanto en la sociedad como en las personas, el poeta atiende a los efectos físicos de estos asesinatos. Presenta, de esta forma, una dimensión muy interesante, más allá de los tópicos, que permite dignificar a los muertos tras su aniquilación. Con esa intención, sabiendo equilibrar el lirismo, construye imágenes llenas de emoción con elementos de la naturaleza siguiendo los parámetros clásicos. Por su parte, condena la crueldad y el sistema de terror impuesto por el Poder, junto a la Historia construida por los vencedores. Arremete contra el “mutismo cómplice” y presenta la memoria como un acto insumiso, porque negarse al olvido constituye un hecho de desobediencia y resistencia. Entre cunetas resulta un notable poemario, que se acerca desde distintas perspectivas y ámbitos a este asunto sin agotarlo.

DONDE NO LLEGA NUESTRO GRITO

LIBRO | Francisco Gómez-Porro | La encina errante, 2015 | 196 págs. | 12 € Por MANEL BARRIERE FIGUEROA Es ya un lugar común apelar al 15M como punto de partida de proyectos que discurren por caminos nuevos o alejados de lo establecido.

Es el caso de este particular libro de relatos breves, que empieza a gestarse al calor de las plazas ocupadas y va creciendo desde entonces, en manos de un escritor ya consolidado y un joven editor debutante. No es solo un libro, es un proyecto editorial que se quiere ajeno al mercado y a los ámbitos literarios institucionales, contribuyendo así a esa construcción de un nuevo “nosotras” que representó el 15M. El libro aúna 50 cuentos breves, género muy en boga hoy en día, ambientados en el mundo rural de Castilla-La Mancha. Con una prosa precisa y en ocasiones lírica, que ahonda en la belleza de los detalles del paisaje geográfico y humano, la obra combina el realismo con una cierta ironía descarnada, al estilo de la celebrada película Amanece que no es poco. Como resultado, un retrato tierno y a la vez mordaz de una realidad invisible, sumida en el olvido y la desaparición, pero que representa el contra-plano de esa imagen exuberante

Publicaciones de En lucha y La Hiedra: LECTURAS CON IDEAS Y ALTERNATIVAS

enlucha anticapitalismo y revolución

QUIÉNES SOMOS

En lucha es una organización anticapitalista y revolucionaria. Pensamos que hay que desafiar el capitalismo en todas sus manifestaciones: neoliberalismo, guerras, racismo, opresión de las mujeres y LGTBI, opresión nacional, degradación del medioambiente…Luchamos por reformas para mejorar nuestras vidas aquí y ahora, pero éstas no son suficientes. Creemos que la única vía para lograr una sociedad igualitaria y democrática es a través de una revolución desde la base, hecha desde la autoorganización en centros de trabajo, barrios, universidades…que acabe con el sistema actual.

Libro | Lenin. La construcción del partido | Tonny Cliff |18€

Libro | Trabajadores y medio ambiente | Jesús Castillo | 12€

Folleto | Los fundamentos sociales de la cuestión femenina y otros escritos | Alexandra Kollontai | 2,5€

Folleto | La Revolución Egipcia. Análisis y testimonio | Sameh Naguib | 2,4€

Folleto | Cuba: ¿adónde fue la revolución? | Mike González | 2,5€

Folleto | 1936: Guerra y revolución | Andy Durgan | 2,4€

POR LO QUE LUCHAMOS

El capitalismo se basa en la búsqueda de beneficios económicos a corto plazo y en el crecimiento constante. Debido a su lógica de competencia y explotación, tiene la necesidad de extenderse a costa de las condiciones de vida de la mayoría de las personas y del medio ambiente. Es preciso por tanto, tener una perspectiva de acabar con este sistema y construir uno nuevo que ponga a las personas por delante de los beneficios.

ORGANÍZATE CON NOSOTR@S que nos desbordó desde las plazas de todo el país. El valor de este libro tal vez sea doble, como el de la literatura misma. Conservar la memoria de todo lo bello y humano que hay en el mundo, y contribuir a que nuestro grito, el de la gente de abajo, trascienda las fronteras del espacio y el tiempo. ■

La base del éxito de cualquier propuesta es organizarse bien para poder llevarla a cabo. En lucha es una organización democrática, basada en el debate continuo que actúa de manera conjunta y unitaria para hacer avanzar las luchas allí donde se den y las ideas anticapitalistas dentro de éstas. Para conseguirlo necesitamos a gente como tú que quiera cambiar el mundo desde la base. Escribe a [email protected] o llama al 691 709 918 Más información: www.enlucha.org

Folleto | 1989, Europa del Este: una explicación de lo sucedido | Alex Callinicos | 2€

Folleto | La Transición: movimiento obrero, cambio político y resistencia popular | Mike Eaude | 3€

Folleto | ¿Cuál es la tradición marxista? | John Molyneux | 2,8€

Pídelos en [email protected] o en www.enlucha.org Consulta el catálogo completo de publicaciones en www.enlucha.org/publicaciones 35

La Transición por el activista y escritor

2a edición actualizada

Incluye 3 entrevistas a activistas de los años 70

Mike Eaude

L

resistencia popu

lar LA HIEDRA

a llamada transición de los años 70 (el tránsito político de la dictadura franquista a la democracia) ha pasado a primer plano en los últimos años. Ahora diversas fuerzas, como Podemos, hablan de una segunda Transición.

LA TRANSICIÓN

Movimie

bio político y nto obrero, cam

l n ó s r.

¿Segunda Transición? Entérate de lo que pasó en la primera con el nuevo libro de Ediciones La Hiedra

fo

ra

Hay dos grandes motivos para volver a hablar de la Transición. El primero es para entender las raíces de un régimen que -aunque todavía aguante- se encuentra ya enormemente debilitado. Comprender el origen de unos partidos y unas instituciones hoy desacreditadas y con una capacidad de persuasión bajo mínimos históricos.

N ó i c i s n a r La T O OBRERO,

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Introducció

Una editorial de En lucha | enlucha.org

El segundo motivo por el que merece la pena hablar de la Transición, el motivo más importante, es que nos permite conocer el potencial de cambio que se desplegó en aquellos años 60 y 70: momentos de efervescencia crítica, de ascenso de alternativas y de lucha social. No sólo merece la pena enumerar las victorias y conquistas conseguidas. También debemos recordar los objetivos que se quedaron por el camino. Hoy que vivimos un momento de recomposición política inédito desde los años 70 —con componentes totalmente diferentes— es clave poder aprender de lo que sucedió en el periodo precedente, aquel en el que se sentaron las bases del régimen que ahora estamos intentando cambiar.

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