El léxico, como pilar inicial de la reflexión lingüística, y el diccionario. Paz Battaner 26 de junio, 2012 Universidad Carlos III de Madrid

El léxico, como pilar inicial de la reflexión lingüística, y el diccionario Paz Battaner 26 de junio, 2012 Universidad Carlos III de Madrid En mis pri

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El léxico, como pilar inicial de la reflexión lingüística, y el diccionario Paz Battaner 26 de junio, 2012 Universidad Carlos III de Madrid En mis primeras palabras, querría manifestar, por si mi exposición luego no es suficientemente convincente, que uno de mis objetivos es aunar el interés teórico que se está desarrollando en la Universidad española por las cuestiones del léxico y de la lexicografía, con la necesidad que hay en nuestra sociedad de tener buenos diccionarios y, en el caso de mi aportación, con la necesidad de llevar el diccionario al uso de todo ciudadano con una educación secundaria obligatoria. Conseguirlo, sería un rasgo de haber alcanzado un grado más alto de calidad en la educación, como es la exigencia por un uso apropiado y rico de la lengua. *** 1. El diccionario como reflexión lingüística del léxico y su carácter eminentemente práctico 1 Partimos del diccionario. Consideraremos el diccionario como un producto de la reflexión lingüística sobre el léxico de una, de dos o de varias lenguas, que desde sus primeros intentos históricos ha pretendido servir de ayuda práctica a sus posibles consultantes, pero no de ayuda puramente lingüística. Este carácter aplicado1 ha condicionado su elaboración, que se ha ido incrementando técnicamente a lo largo de los últimos cinco siglos, llegando a ofrecer hoy una tipología variada que intenta satisfacer muchas de las necesidades que los hablantes, los técnicos y los aprendices de lenguas tienen. Después ha ido tomando diversas especificaciones, unas lingüísticas (con objetivos científicos) y otras ‘extralingüísticas’ (con objetivos poco lingüísticos, enciclopédicos). Pero el diccionario del que terminaré hablando es el prototípico monolingüe o bilingúe, el que pretende ayudar a sus consultantes no especializados, hablantes en general de una o de dos lenguas, y que suministra información lingüística e información extralingüística, cuyo objetivo es ayudar a hacer cosas en el mundo con las lenguas que trata. 2. Esquema de la ponencia: Partimos del diccionario • • • • •

La cuestión propiamente lingüística del diccionario está en el concepto de léxico Caracterizaciones del léxico Idoneidad del léxico para ser puerta de entrada natural a la reflexión lingüística Qué características del léxico se pueden reflejar en un diccionario hoy La enseñanza del uso del diccionario para el acceso a la reflexión lingüística

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Los lexicógrafos “suelen fundar sus decisiones en criterios de utilidad más inmediatos”, Piera (2009: 37)

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3. El léxico como componente fundamental de las lenguas. La escasa atención teórica recibida 3 El tema del congreso (diccionario y lingüística) nos obliga precisamente a tomar posición sobre qué diccionario y qué lingüística, y en ello encuentro el tema que los relaciona: el léxico como componente fundamental de las lenguas, reconocido por la lingüística. El concepto de léxico aparece desde antiguo, pero no recibe atención sino es descriptiva, es decir, en los vocabularios, glosarios, diccionarios, etc., por ejemplo el vocabulario de Homero La posición más aceptada se lee en la NGLE “las informaciones que analizan la gramática y el diccionario constituyen los dos pilares fundamentales del idioma” (p. 4)2. No parecen poder ofrecer, sin embargo, los mismos fundamentos teóricos la gramática y el diccionario, ni están suficientemente deslindados3. La gramática, aun en su vertiente más normativa, obedece a una teoría, que la informa de manera más o menos coherente. 4. El léxico y sus unidades son las manifestaciones más obvias de las lenguas 4 Sin embargo, ya hemos dicho, el léxico se impone en una primera observación y reflexión lingüística espontánea. Las palabras son las manifestaciones más obvias de las lenguas (Hanks, Lexicology). El meollo de la acción lingüística radica en el significado de las palabras: en los usos, en las asociaciones cognitivas y culturales que se promueven entre ellas, en sus combinaciones. Por ejemplo: “En el más estricto [sentido] la gramática es la parte de la lingüística que estudia la estructura de las palabras, las formas en que estas se enlazan y los significados a los que tales combinaciones dan lugar” (NGLE 1.1a, p. 3), está formada por morfología y sintaxis. Señalo que el término palabra es punto de partida de la definición de gramática. Al revés no ocurre. Un dato, es raro encontrar una gramática normativa o descriptiva que no intente de alguna manera definir el concepto de gramática. He buscado en el prólogo o en la presentación de diccionarios generales y no he encontrado en ninguno el concepto de léxico. Esto puede interpretarse como que el léxico es como el aire, que no interfiere. Otro, una gramática siempre es un tratado, puede ser muy breve y sintético, pero siempre tiende a ser completo, cerrado. El léxico nunca se ofrece en un tratado y por el contrario, sus unidades, permiten ser glosadas de forma individual, circunstancial, descontextualizadas, sin ninguna preparación previa de términos o conceptos para los que reciben la aclaración, salvo la noción espontánea de significado (mejor dicho, de acierto pragmático) o de una buena realización fonética, las dos periferias de lo que consideramos propiamente lingüístico. Los estudios que lo enfocan siempre son descriptivos, repertorios y diccionarios, y si se quiere que sean útiles, tienen que estar presentes en ellos, de alguna manera, informaciones necesarias para explicar todas las unidades léxicas (y no todas caen precisamente bajo el 2

It is important to stress, however, that some systematic study of the lexicon must be seen as an essential part of any full-fledged linguistic description, and that a theory of language which has nothing to say about the lexicon is like a one-legged man proposing himself as a model for the study of human walking (Wierzbicka 1986b:685). 3 NGLE, por ejemplo, distribuye la información que es propia de una y de otro: El número no constituye en general una marca léxica, como el género y los diccionarios en general no especifican los plurales.

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concepto de sistema). Ello les hace desiguales, incoherentes, de manera que “…el paradigma lingüístico dominante suele despreciarlo” (Lara 2004: 89), pues les falta, carecen de teoría y de sistematización suficiente. Si esto lo reconoce un lexicógrafo de formación filosófica como es Luis Fernando Lara, --y veo que Juan Gutiérrez habló también de ello en su plenaria de Tarragona--, he podido recoger de los gramáticos Ignacio Bosque y Ricardo Mairal (2011) un reciente reconocimiento del riesgo económico y del esfuerzo humano que exige cualquier dedicación al léxico, y del que no se extrae rentabilidad: 3. “Como se sabe, los diccionarios son obras editoriales complejas que muy pocas instituciones se atreven hoy a financiar, puesto que conllevan elevados costes de personal, además de plazos inseguros y casi siempre sujetos a revisión. Se caracterizan asimismo, por su discutible rentabilidad y por otras cortapisas no menos amenazantes. De hecho en el ámbito de las humanidades acaso sea la lexicografía la disciplina en la que más patente se hace el enfrentamiento tradicional entre investigación y rentabilidad” (Bosque y Mairal 2011 en prensa)

[AELEX lo tiene difícil] 5. Sin léxico la gramática es demasiado etérea 5 Me parece útil para el tema de mi ponencia ejemplificar desde buen principio cómo, sin léxico, la gramática es demasiado ‘etérea’. Recurro para ello al concepto de núcleo gramatical que estableció Hockett en 1958, en su Curso de lingüística moderna. Hockett ejemplifica el núcleo gramatical sirviéndose del primer pasaje del Jabberwocky (“Jerigóntica”) de Lewis Carroll4, que la excelente traducción al español del Curso adapta:4 “Era el nigalo y los silosos cobos alían de ile y de padez nerados; trolaban todos con pirigos tobos y gaspitían rodibalos mados. (Humpty Dumpty explica que trolaban es el pasado del verbo trolar) Cuando Alicia oyó esta estrofa dijo: En cierto modo…, me parece como si me llenara la cabeza de ideas: ¿solo que no sé exactamente cuáles son!” (Hockett 1971: 266)

El pasaje le permite a Hockett marcar el armazón gramatical que lo aguanta, imitándolo: 5 Era el alba y los rudos labriegos partían, de pala y de azadón armados; marchaban todos con pasos vigorosos y repetían rústicos cantos. Era el recreo y los pequeños niños corrían, de dicha y de contento animados; charlaban todos con tonos gozosos y descubrían infinitos juegos.

Y sigue Hockett: “El armazón de por sí no afirma nada acerca de nada porque al hablar español hacemos uso constante de sus partes en emisiones que sí se proponen ocuparse del mundo que nos rodea” Y estas “emisiones que sí se proponen ocuparse del mundo que nos rodea”5 son el verdadero objetivo del diccionario prototípico, pues que en ellas se muestra lo que llamamos léxico. Hockett, como estructuralista ortodoxo, llama a los contenientes del armazón idiotismos, y les 4

« El empleo con fines ilustrativos de los versos de Carroll está tomado de Fries (42), quien cede el mérito de la idea a Ailee Traver Kitchin” En Hockett 1958: Notas,262. 5 Lo que los filósofos del lenguaje llaman ‘realidad’ y Habermas en concreto “el mundo de la vida” (Habermas…)

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dedica una atención menor señalando su idiosincrasia, --de aquí el término idiotismo--, como su característica más destacada. 6. Intentos actuales (y antiguos) de sistematización del léxico 6 Hoy es habitual leer en trabajos sobre cuestiones léxicas un bosquejo histórico de como la lingüística ha ido poco a poco introduciendo cada vez más atención en estos idiotismos, descubriendo en ellos rasgos no idiosincrásicos, intentando sistematizarlos, introduciéndolos en las gramáticas agrupados en clases que toman características sintácticas y semánticas parecidas. Y en eso está este congreso (lingüística y diccionario). Pero la lingüística en el diccionario debería empezar por el concepto de léxico. El léxico es el asunto teórico del diccionario 7. Siempre ha habido en los diccionarios reflejos de esta tendencia, así como en la historia de la lingüística 7 Y si miramos hacia atrás casi siempre se ha intentado teorizar en lo posible. En la historia de la lexicografía, se observa que los diccionarios, buscando también la utilidad, han ido integrando y adaptándose a las líneas generales que la atención de humanistas, ilustrados y filólogos ha prestado a las lenguas modernas en su progresiva independencia escrita del latín. Primero categoría gramatical, intentos loables de dirección onomasiológica, más tarde historia –por la etimología--. Hoy estamos con la incorporación de la sintaxis y la combinatoria léxica en el discurso. La sintaxis, considerada núcleo de la lingüística. A) El concepto de léxico 8. El vocabulario en el diccionario y el léxico en la lingüística 8 Por tanto, intentemos buscar una razón justificativa del interés del diccionario desde la reflexión lingüística planteando que sea su objeto propio. El objeto propio del diccionario como recurso práctico es explicar un gran vocabulario. El objeto del diccionario como actividad científica es enfrentarse al concepto del léxico. Sin embargo, John Sinclair reconocía, ya en 1966, que la teoría sobre el léxico es “fairly rudimentary”6. 6. “Consequently the theory of lexis is fairly rudimentary; it may satisfy our intuitions but it has not been shown to be valid and we have yet to see what a comprehensive description of the lexis of a language looks like” (Sinclair 1966:412). 9. Falta de teoría sobre el léxico, lexicón. Diccionarios de Lingüística 9 Una prueba de esta afirmación de Sinclair puede tomarse de las definiciones de léxico. Por ejemplo, la consulta de la entrada léxico y de su serie etimológica en los diccionarios de términos lingüísticos es un tanto desalentadora. 10. Diccionario de lingüística y definiciones de léxico

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“Consequently the theory of lexis is fairly rudimentary; it may satisfy our intuitions but it has not been

shown to be valid and we have yet to see what a comprehensive description of the lexis of a language looks like” (Sinclair 1966:412).

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10 La más completa entre los de Dubois (1973), Mounin (1974), Lewandowski (1986), Cardona (1991), Crystal (1987 y 2000), es la de Abraham (19741ª, 1986 [19812ª]), que sigue a Lyons (1970): Se lee en ellos, “El léxico registra, en principio, todas las unidades léxicas de la lengua y asocia con ellas la información sintáctica, semántica y fonológicas exigida para que funcionen correctamente”. Es decir, a lo largo de los años sesenta y setenta se va señalando progresivamente que las unidades del léxico pueden ser estudiadas desde diferentes niveles, o que pertenecen a varios subsistemas, con la novedad más llamativa, que es la de la información sintáctica que deben llevar los verbos en el léxico (Fillmore 1969 y 1973). De manera que el diccionario de Abraham (1981) ya señala que “Dentro del léxico de una lengua puede formularse un cierto número de propiedades y relaciones; en conjunto constituyen la estructura del léxico”, estas son: 7 1) pertenencia a categorías léxicas, clases distribucionales, clases flexivas, categorías secundarias, clases metafóricas [!]; (relaciones paradigmáticas de la morfología ya de la gramática tradicional ) 2) relaciones entre formas de representación gráficas (homógrafos); (quizá se vea como una ventanita a las características fonológicas) 3) relaciones asociativas, reflexivas y no reflexivas; (relaciones sintagmáticas) 4) relaciones semánticas, sinonimia, antonimia, etc.; (semántica estructural) 5) propiedades de relaciones que expresan la relación semántica: simetría, transitividad, reflexividad, etc. (semántica de predicados y no propiamente semántica léxica). Características todas ellas que se encuentran en las semánticas de Lyons (1970) y de Leech (1974). La orientación mentalista de la lingüística desarrolla el concepto de lexicón o léxico mental, que coincidiría con la observación muy anterior en el tiempo de que los hablantes tienen un vocabulario o léxico activo (producción) y otro pasivo (recepción). Esto significa colocar al léxico en el punto de salida de la generación de la sintaxis, en la concepción proyeccionista de Chomsky. En el léxico mental se tienen especificadas las propiedades sintácticas, semánticas y fonológicas de cada UL y el léxico puede ser, por ejemplo , “el repertorio de signos como saber internalizado del hablante sobre propiedades léxicas de las palabras”, en donde la tautología vuelve a manifestarse entre léxico y propiedades léxicas de las palabras. Este problema de concepción de qué sea el léxico en la teoría lingüística lo señala muy bien Elena de Miguel cuando presenta la Lexicología: 8 “Las dificultades que se le plantean a la lexicología, (…) tienen que ver por una parte con el hecho de que no cuenta con una definición bien establecida de su objeto de estudio (ni de la unidad ‘palabra’ ni del constructo ‘léxico’)” Encuentra ella también otra dificultad en el hecho de que el concepto de léxico es objeto compartido con otras disciplinas, (De Miguel 2008: 16). 11. Metáforas sobre el léxico 11 En vista de este panorama por el terreno de la lingüística, me ha parecido más llamativo el hecho de encontrar una serie de metáforas sobre qué sea léxico, que he recogido a través de un buscador de internet con la fórmula inglesa: lexicon is like… (V. anexo) 9 Dado que muchos posibles modelos se ofrecen en un primer momento como metáforas.

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Veamos. Una primera y tradicional es la de equiparar sus unidades a los ladrillos, el mortero y otros materiales con los que se construye, ladrillos porosos o no; esta metáfora tiene como meta (efectivamente) la frase, la oración; es esta una concepción metafórica desde la gramática oracional. Una segunda, es la de ser cárcel o prisión para los sin ley7 o ilegales, las unidades léxicas, que no se ajustan a una regla, a una norma. Enlaza esta metáfora con la afirmación conocida de Bloomfield. Otra de las metáforas con que se trata al léxico es desde su característica de mantener relaciones, entre sus unidades. Para este aspecto tenemos las metáforas de la red multidimensional, los grafos y para sus elementos una metáfora muy antigua ya, las unidades léxicas son como las cerezas del frutero, que al tomarlas salen enganchadas las unas a las otras. No sé si relacionar con lo anterior otra metáfora, que es concebir al léxico como una galaxia en expansión por su continua aparente ampliación y la variación continua constatable que admite. Esta enlaza con la vieja metáfora de Horacio, de que las palabras son como las hojas caedizas y renovadas de los árboles. Desde el punto de vista funcional, se concibe el léxico como una caja de herramientas, y a sus unidades como instrumentos conceptuales que capacitan a los humanos para pensar. Esta metáfora es muy querida por los filósofos que piensan que sólo podemos captar lo que llamamos realidad a través del lenguaje; principalmente desde el giro lingüístico de la filosofía (Richard Rorty, El giro lingüístico [1967] Barcelona, Paidós/ICE.UAB, 1990). Desde la visión psicolingüística, se establece que el léxico es semejante a un diccionario, un thesaurus, una enciclopedia, una biblioteca, un ordenador, un almacén, una estantería de libros, una base de datos, cuyos elementos serían como cada pequeño artículo de wikipaedia. Es un paso adelante de la concepción clásica que concebía el léxico como una lista ordenada y estática; concepción que desmonta Pustejovsky cuando propone una solución para tratarlo como activo, adaptativo, generativo. Estas metáforas conceptuales para lo que sea el léxico coinciden todas en caracterizar el léxico como un conjunto de unidades y se diferencian en función de la perspectiva teórica con que observan este conjunto. Las dos primeras, los materiales de construcción y la cárcel, pertenecen al paradigma tradicional, que se ha prolongado durante siglos; la caja de herramientas o el conjunto de instrumentos ya apuntan a los modelos siguientes, que señalan al léxico bajo su aspecto funcional y reconocen su necesidad para la comunicación humana; el grupo de la tercera, un diccionario, una enciclopedia, una base de datos, responde a los primeros intentos de teorizar sobre el léxico mental y a la constatación de que el léxico y la información sobre el mundo van netamente unidos, que en el léxico y en sus unidades hay muchas unidades y mucha información, y además ese largo listado se multiplicaría por la polisemia. En esa nos quedaremos.

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Di Sciullo y Williams (1988:3)

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Un dato que no se explicita pero que conviene retener es que el conjunto que sea el léxico no muestra ni un principio ni un final, no tiene ni primera ni última unidad. El léxico aparece como una masa amorfa, embrollada, pululante, en la que gustaría poner orden, pero que al ser un conjunto abierto8 sometido a variación, ese orden resulta difícil, por lo que el modo más rentable de tratarlo durante muchos siglos fue el digital alfabético. No se incide de forma explícita tampoco en que ese conjunto es muy numeroso. Ni se reconoce que la aplicación de la estadística sería bastante efectiva cuando se intentase hacer una descripción del de una lengua concreta o del de una parcela de la lengua, diacrónica o diatópicamente. Ese fue el intento de Patterson y Urrutibeheity en 1975, con loable metodología aunque aplicada a datos poco seguros, y estadísticos también son los últimos trabajos de Guillermo Rojo (2006, 2010, 2011). 12. Necesidad de ampliar sobre lo que se entiende hoy por léxico y por Lexicología 12 Se continúa necesitando hoy UNA REFLEXIÓN DETENIDA PARA CARACTERIZAR LO QUE SEA EL LÉXICO Y AMPLIAR LO QUE HOY SE ENTIENDE POR LEXICOLOGÍA. Hanks, en la edición de los artículos fundamentales sobre lexicología, que publica en (2008: 4), reconoce a Lakoff (1987), Pusteyovsky (1995) y Jackendoff (2000), como los que impulsan la nueva lexicología y la nueva concepción del léxico, desde la antropología, la lingüística computacional ‘aristotélica’ y una nueva concepción del léxico que sobrevuela e interconecta otros niveles lingüísticos. Hace ya más de veinticinco años también Joan Aitchison, Words in the Mind (1987), recogió lo que sobre el léxico mental habían investigado los psicolingüistas; y con un acierto, que no he visto en ningún otro trabajo posterior, recogió las diferentes relaciones que las unidades mantienen en la mente y que van desde las relaciones puramente fonéticas a las propiamente lingüísticas (fonológicas, morfológicas, sintácticas y semánticas), para terminar en cuestiones sociolingüísticas, pragmáticas y de creatividad. La descripción que allí se hace de las múltiples relaciones que el léxico mental de un hablante mantiene internamente se acerca a la posición de Geeraerts (1993)9 que compara la identificación referencial del hablante con la imagen de un reflector o foco (floodlight), el cual, cada vez que una palabra es usada selecciona un subconjunto particular de dominio de su aplicación. 13. Imposibles de partida en el estudio del léxico 12 A partir de las metáforas, se ha ido estableciendo que el léxico es un conjunto numeroso, no cerrado, de difícil ordenamiento y altamente interconectado. En ello radica la dificultad de su estudio. Encontramos de buen principio estos dos imposibles: la imposibilidad de inventariar todo el léxico documentado y la imposibilidad de recoger todo el léxico mental de un solo hablante en un momento determinado. Pensemos, por el contrario, en las clases cerradas de palabras de la gramática tradicional frente a la continua variación que se genera en todos los países de habla española con las palabras descriptivas. [Hoy oímos con aparente

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NGLE: “…el hecho, no controvertido, de que el léxico constituye una parte del idioma sujeta a mayor variación que las demás. (p. 30, 1.6i). 9 Geeraerts, Dir, The Structure of lexical variation : meaning, naming, and context, k, Berlin : Mouton de Gruyter, 1994

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naturalidad decir reformas estructurales y activos tóxicos, unidades léxicas que para mí y para muchos otros son incomprensibles, ¿dónde las colocaremos?] Esta dificultad imposibilita el establecimiento taxativo de estructuras cerradas. El léxico es abierto por el principio y por el final, es decir, en la ontogenia y en la filogenia, una de sus características es la diversificación. Pero tampoco se puede negar que se esbozan en él inicialmente tendencias hacia la sistematización. El léxico como factor del fenómeno lingüístico: del ‘mundo de la vida’ al lenguaje Además de estas características, en el intento de acotar el concepto de léxico se tiene siempre presente un aspecto fundamental, que no se explicita tampoco muy amenudo, tan natural es. 10 Y es que el léxico es lo que permite la entrada del mundo en los sistemas lingüísticos que son las lenguas, sistemas innatos, sistemas no conclusos, con sistematización inestable y siempre en reestructuración , que van de lo más establecido (gramática sin excepciones?) a lo que se pone en espera de ser estructurado aunque puede no estarlo (el léxico más caprichoso, más idiosincrásico). Este es el aspecto que se llama también ‘enciclopédico’10, pero que, a mi parecer, queda mejor identificado bajo el concepto de ‘mundo’ de los filósofos del lenguaje. 14. Esquema de la progresiva estructuración de los elementos lingüísticos 14 Si se acepta partir en la caracterización de léxico como que es la interfaz del mundo con los sistemas lingüísticos, el esquema en el que encontraríamos al léxico mental sería: 10 mundo > segmentación léxica > proceso de estructuración > gramaticalización y gramática (con algún escaso movimiento inverso aparentemente: de la gramática > a la lexicalización). Este proceso refleja también la dimensión social del lenguaje humano, el hecho de que el léxico mental de un hablante individual tenga que tener ciertas coincidencias con el de los otros hablantes de la comunidad lingüística: lo que llamo el léxico documentado, el recogido de acontecimientos reales de habla, al que se puede tratar de forma filológica11 y estadística. Y sobre el que trabajan bien los nuevos diccionarios que tienen a su servicio millones de datos sobre actuaciones lingüísticas. Estudiamos el léxico documentado y nos precavemos de los problemas que daría el léxico mental, más propios de la psicología, como queda de manifiesto en la siguiente anécdota recogida en Javier Pérez Andújar, en que dentadura y dictadura se identifican en el léxico mental de un hablante. El caso fue oído en un autobús del extrarradio de Barcelona: 11 A Franco lo que le faltó fue tener un hijo varón para que heredara su dentadura, dice una mujer y ya no puedo seguir leyendo. Busco una relación acaso entre los dientes de Franco y toda el hambre que hubo en España; pero sigo escuchando y al final comprendo que esa mujer

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Dice Elena de Miguel que el léxico generativo de Pustjovsky facilita entender “también la cuestión polémica de las borrosas fronteras entre el conocimiento lingüístico y el enciclopédico” (de Miguel : 360)). 11

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no ha sabido decir dictadura. Javier Pérez Andújar, Paseos con mi madre, Barcelona, Tusquets, 2012, p. 47-48 Si estamos aquí reunidos, es porque la lengua nos interesa y nos interesa porque es el mejor vehículo para tratar del mundo y para intervenir en él. Después, y a partir de aquí, podemos observar, analizar, precisar, diseccionar, formalizar, etc. la sistematización que la lengua muestra; pero el interés primario por la lengua es que se utiliza para hablar de algo del mundo y la manera más sencilla de hacerlo es con unidades léxicas y este algo del mundo toma forma sistemática y articulada con ellas. 15. La dinámica entre analogía y anomalía en el léxico 15 En este esquema que va del mundo a una estructuración gramatical, la progresión radicaría en la posibilidad que tienen todos los hablantes de trabajar con la analogía (término antiguo para un mecanismo por el que se establecen estructuras o se asignan subestructuras que se muestran por la repetición y la copia; las más evidentes, las morfológicas), manteniendo también la anomalía (que se muestra en su faceta de diferencia o excepción). Esta concepción del léxico exigiría otro modelo, otra metáfora que mostrara en un primer momento: a) la apertura del conjunto; b) el alto número de unidades que lo integran; c) las relaciones no fijas pero posibles y aun habituales que en él se establecen y d) la integración de información que guardan estos elementos dentro de ellos. Sería un paso más de la metáfora de la red o de la base de datos relacional. 16. Una nueva metáfora para el léxico 16 En esta dirección, podría concebirse el léxico como el tejido neuronal de los mamíferos superiores, un tejido de elementos con las características de las neuronas, capaz de expandirse en nuevos elementos, memorizar información en el interior de ellos y poder conexionarlos de forma previsible o imprevisible. A esta metáfora sobre el léxico mental se adaptarían bien los modelos de recuperación del léxico en comprensión y en producción12. Las neuronas se organizan y reorganizan en redes multidimensionales, que la experiencia va instituyendo o modificando. Eso es lo que los neurólogos denominan la plasticidad neuronal. 12 Neurones that fire together, wire together, las neuronas que se enlazan acaban formando un cableado, un mapa, un sistema. Y ese proceso se repite también en sentido inverso, modelando y remodelando nuestro cerebro continuamente.

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Félix Ovejero en “Sociología analítica: por lo menos el qué” en Libros julio-agosto 2009 [http://www.revistadelibros.com/articulos/sociologia-analitica-por-lo-menos-el-que]: “las teorías «deben ser psicológicamente plausibles porque, de otro modo, simplemente estaremos ante una narración especulativa (as-if story), ante una historieta». Sobre cita de Hedström en Dissecting the Social: on the Principles of Analytitacl Sociology.

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La experiencia modifica las sinapsis, la relación entre neuronas es transferencia de información. Cada experiencia deja una huella en el cerebro, un mapa mental, y cada vez que evoca esa imagen la reactiva, pero creando otro mapa nuevo.13 La analogía con que se establecen ciertas relaciones en el léxico, que pasa desapercibida cuando se acepta (como en provisionar, hoy, aún no en DRAE), pero que se manifiesta en los aparentes errores documentados. En lo que podemos tachar de disparate espontáneo: 13 “hace unos meses oí en televisión a una señora referirse así a un vástago muerto por drogas: “Mi pobre hijo, que Dios me lo tenga en conserva”” (por en su gloria),. O “En una traducción me encuentro con que “aquello la sacaba de tino”, misterioso sustitutivo de sacar de quicio o de sus casillas”14. Unas sinapsis, por habituales, podrían considerarse sistemáticas y se encontraría prueba de ello en el léxico documentado. Serían lo que Patrick Hanks llama ‘normas’ muy certeramente y lo que Bosque encuentra en el corpus periodístico que utilizó en Redes, y que caracteriza como ‘lo esperable’ y lo asimila a constricciones del sistema. Otras sinapsis, anecdóticas y variables, con entidad propia, serían difíciles de predecir (las exploitations de Patrick Hanks, los usos estilísticos recogidos algunas veces en el mismo diccionario Redes). Estas sinapsis, es decir, las relaciones léxicas, serían variables, aunque algunas de ellas aparezcan frecuentemente en el léxico documentado, y a través de éste se puedan repertoriar, estudiar, y llegar a establecer incipientes estructuras en las que parecen instalarse. 17. El léxico y las imágenes del mundo 17 Se puede concebir, por tanto, el léxico como entrada del mundo, el mundo de la vida que dice Habermas, en los sistemas lingüísticos y ver en sus múltiples imágenes las relaciones que en el léxico se establecen, unas más fijas o establecidas que otras (con indicios las fijas de iniciar incipientes estructuras), que tienden por analogía hacia la sistematización gramatical, pero inestablemente. 15 “The brain is a highly connected and interconnected organ, but the activations of those connections are constantly shifting”, p. 22, “Activation makes certain patterns available for use a certain times, but it does not come for free”, p. 22, “Words themselves are part of activation patterns, so when the same word is appropriate for two elements, we can prompt someone to match them by using the same word for both.”, p. 22 (Fauconnier y Turner) 18. Capacidad en el léxico de diversos niveles de integración de la información 18 Para tener la capacidad de aparecer en múltiples sinapsis diferentes--posibles estructuras a medio o largo plazo--, las unidades léxicas (las neuronas) tienen que tener integradas en ellas mucha información, que los lingüistas reconocen como estructura subléxica. Pustejovsky presenta una atractiva propuesta sobre la estructura informativa de las voces descriptivas, las 13

François Ansermet, Pierre Magistretti (2007), Biology of freedom : neural plasticity, experience, and the unconscious, London : Karnac, trad. Susan Fairfield. 14 Javier Marías, Lección pasada de moda, letras de lengua, Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2012, p. 35.

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palabras léxicas, en la que conjunta semántica-sintáctica y sintaxis-semántica, que permite a las unidades amoldarse a los contextos en que aparecen. Pero además de esta carga, propiamente lingüística, cada voz encierra más información aún: nociones de la frecuencia con que es usada, asignación de registro, variables fonéticas, usos especializados, marcas diatópicas y diastráticas, etc. Por ejemplo: ¿alguno de los que me oyen no adapta la forma fonológica del adverbio adelante por alante según la ocasión? Su diferente realización fonética dependería de dos sinapsis diferentes, pero de la misma unidad. Resultaría algo extraño realizar la expresión echarse para adelante, sin realizar echarse p’alante, se echó p’alante, es un echao p’alante. Cuando los diccionarios describen fenómenos de esta naturaleza, ordenan las dos realizaciones de forma separada, alejadas a veces una manifestación de la otra, por el orden digital alfabético del diccionario, pero la unidad es la misma, con un aspecto o con otro, con una función o con otra, en una relación conocida en sociedad o en otra particular y estilística15. Esta información también parece subléxica. Las neuronas pueden establecer múltiples y diferentes sinapsis con sus dendritas en función de lo que se procese mentalmente en cada momento. Transportando esto a nuestra metáfora, se podría decir que las relaciones potenciales que tienen las unidades léxicas pueden ser bastante estables y entonces anunciarían las anheladas estructuras que busca y divisa el estudio del léxico. Estas conexiones serían clasificables por el tipo de conexión y por los elementos conectados. Los diferentes tipos de conexión dependerían de las categorías gramaticales; y los elementos subléxicos aportarían toda la información que subyace a la categoría y las constricciones para la combinatoria y la adaptación al discurso según la situación comunicativa y la habilidad del hablante. Señalo que es difícil exigir fijeza a estas relaciones, por ello prefiero la denominación de ‘normas’ que Patrick Hanks propone, pues la norma enlaza con lo habitual, no con lo determinado. En esta desconfianza al mantenimiento fijo de las relaciones (estructuras) coincide también Luis Fernando Lara al decir que el léxico no presenta estructuras fijas, sino relaciones móviles, por la labilidad de las conexiones en el léxico mental y por la variación en la comunidad lingüística, en función de época, geografía, estrato social, etc. (Lara 2004: 89) Las coincidencias, que pueden parecer estructuras fijas desde la gramática lexicista (de la que Lara no habla), son también variables. 19. Reconocimiento de la imposibilidad de encontrar en el léxico ciertas regularidades: ejemplos de la NGLE 19 El léxico no puede cerrar completamente las estructuras que se entrevean en él. Los estudios en los que parecen entreverse ciertas estructuras léxicas, difícilmente son llevados hasta el final ni se pueden proyectar en todas las voces que parecen análogas, como sin embargo ocurre con muchas reglas sintácticas. Así pasa entre la posible estructura de las parejas transitivas e intransitivas de muchos verbos de movimiento en español que hoy están en cuestión: 15

DEA : « alante  ADELANTE », sin dar referencias de uso, aunque usado por Sánchez Ferlosio. No se puede pronunciar normativamente la expresión echao p’alante

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16 Ir/llevar, venir/traer, salir/sacar, entrar/meter, quedar/dejar, caer/tirar, ascender/subir, descender/bajar, pender/colgar, volver/tornar ( y lucir/alumbrar) Debería ser fácil admitir que las dificultades reales del estudio holístico (?) del léxico no se manifiestan en toda su crudeza hasta que no se intenta describir un número muy grande de unidades, las correspondientes a lo que hipotéticamente, pudiera ser el vocabulario total de un grupo de personas experimentadas y cultas, lo que equivaldría a la nomenclatura de los diccionarios. Pues, por ejemplo, al hablar de los sufijos apreciativos dice la NGLE, “cuando las voces transparentes aparecen en el diccionario (caballerete, libraco, mocito), casi siempre se asocian con algún matiz especial que debe ser descrito de modo explícito.” NGLE 9.3a, p. 635, 20. Interés de las semánticas léxicas por los nombres o por los verbos 20 En el acotamiento del léxico descriptivo que estoy intentando, convendría considerar también dos tendencias semánticas que se manifiestan en las unidades. En el discurso, una unidad descriptiva puede manifiestarse hacia el valor referencial, principalmente denominativo, y otras veces su valor es principalmente predicativo; es decir, se manifiesta con predominio de la extensión o se manifiesta más cercana a su intensión. Un reflejo de esta idea, que no se suele considerar en las semánticas léxicas, es cómo, a partir del estructuralismo, las semánticas léxicas aportan ejemplos mayoritariamente de nombres (sustantivos, con preferencia notable por zoónimos, y algo menos de adjetivos) y cómo la semántica léxica actual [no considero la semántica de predicados] se ocupa hoy (a partir de Fillmore, Levin, Jackendoff y Sue Atkins) principalmente de los verbos y, en general, de las unidades cuya característica principal es la predicación. Los diccionarios lo atienden de forma confusa, que podría mejorar. EJEMPLO de 17 cogollo en datos de corpus o 18 de león en el DRAE. 21. La centralidad del léxico descriptivo para la reflexión y para los primeros análisis lingüísticos 21 Una toma en consideración de lo planteado hasta aquí, el léxico como horma del mundo de la vida y su inestable y casi imposible estructuración total, permite dar un paso más que es a lo que quiero llegar: considerar el léxico, y su concreción en vocabulario y en sus unidades, como la puerta de entrada para la reflexión lingüística de los hablantes, que sería también progresiva, como la estructuración léxica. En ello coinciden los estudios sobre adquisición del lenguaje. Liceras, me ayuda en la argumentación de esta propuesta. Dice: “Sin palabras no hay ni una estructura fonológica ni morfológica ni sintáctica. Por lo tanto es redundante plantear que en cualquier modelo de lenguaje el léxico constituye un componente central”, Liceras 2009: 373-37416. 22. Datos de la adquisición del léxico por los hablantes: ontogenia 22 En ello inciden otras muchas observaciones que se recogen fácilmente:

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Curioso resulta saber que un lexicógrafo tan entusiasta como fue en el siglo XIX Pierre Larousse propusiera, en su aspecto de maestro de primeras letras, una Lexicologie des écoles primaires (1849) y Petite Grammaire lexicologique du premier âge (1852).

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a) Que los datos que se tienen de la adquisición de las lenguas sitúan las unidades léxicas como el estadio primero, tras la gimnasia fonética de los primeros meses en los niños. Los niños se manifiestan con unidades segmentadas, asimilables a lo que los adultos llaman palabras. b) Los niños y, en general, los hablantes, generan y cambian las hipótesis sobre el significado léxico. c) El reconocimiento de que es más eficaz un diccionario de esa lengua para los primeros días en un país de lengua no conocida, que no una sucinta o una completa gramática. d) La variación observada fácilmente en el léxico, la capacidad de adquirir nuevas unidades léxicas hasta edad muy avanzada, lo que para la gramática y hasta para la fonología no es posible. Las unidades se adquieren por un mecanismo de imprimación, lexical priming, siguiendo a Hoey, equiparable con el principio idiomático de Sinclair (2004), y que es lo que queda de cuando se perciben por primera vez. Es decir el léxico (descriptivo) es un conjunto abierto y numeroso de unidades que realizan la conversión de aspectos del “mundo de la vida” en formas lingüísticas, que permiten establecer relaciones más o menos constantes o estructuradas e integran dentro de ellas mucha información. Estas relaciones son observables tanto en el léxico documentado, en los datos recogidos de actuaciones lingüísticas, como en el léxico mental, a partir de métodos de observación y de experimentación. Es interesante observar que realizan dos funciones principales, denominación (orientada a la referencia y al mundo) y predicación (orientada a la capacidad puramente lingüística). Una vez llegados aquí, vuelvo a otro de mis objetivos, hacer del léxico la introducción a la reflexión lingüística. La palabra (entendida como unidad léxica) presenta una centralidad aprovechable en la reflexión y en los primeros análisis lingüísticos. 23. La reflexión sobre la lengua exige que lo que parece transparente hay que hacerlo opaco 19 Si en nuestra tradición la reflexión sobre la lengua, la metacognición, se ha considerado un método para obtener buenos resultados en la enseñanza de la lengua, principalmente materna, en la mejora de su uso, en su dominio escrito, veamos cómo puede funcionar el léxico para lograr este objetivo de inicio de la reflexión lingüística. 23 Los que hemos enseñado lengua, y reflexión sobre la lengua, fácilmente admitiremos que la lengua materna, o primera, se muestra como transparente para la mayoría de los hablantes, y precisamente la enseñanza tiene que hacerla visible. Persigue convertirla en opaca para lograr que se pueda reflexionar sobre ella (pasar a la metacognición) y se sea consciente de su uso y de su posible enriquecimiento. En este proceso de hacer visible la lengua, el primer obstáculo es no conocer el vocabulario, lo que hace ya que la lengua se muestre opaca, y es por tanto una entrada natural y satisfactoria para poder analizar después elementos mucho más difíciles por transparentes, como las relaciones sintácticas, y no digamos las estructuras y las relaciones discursivas. Las relaciones 13

que se establecen en el uso de la lengua son bastante más exigentes y por tanto más detectables para un adolescente en el léxico que en la gramática o en el análisis del discurso. 24. Concepción de la lengua como léxico gramaticalizado 24 Todos los hablantes, sea cual sea su nivel cultural, hacen o pueden hacer comentarios sobre la forma lingüística de sus actuaciones o de las de otros hablantes17. La asignatura de lengua se especializa en activar esta capacidad, es decir, se propone ver la lengua como opaca. Muy temprano, con la enseñanza de la lectura y de la escritura, la lengua tiene que verse, que advertirse, ha de permitir reflexionar sobre sus formas. Se empieza con el aprendizaje de la lectura y no termina nunca más. El reconocimiento de las unidades léxicas es también muy temprano, ofrece a veces errores [se segmenta mal o por el contrario no se segmenta: con la grama bien me avendría yo, pero con la tica ni me tiro ni me pago, porque no la entiendo, de Sancho (Quijote, II, cap. 3)], pero se reconocen fácilmente las unidades conocidas y se aíslan las desconocidas (Liceras 2008). Por tanto es un camino fácil, a lo largo del cual se puede ir haciendo reflexiones morfológicas, y con ellas las primeras sintácticas, la concordancia; después otras relaciones más sutiles, sintácticas y semánticas. Yo asumo llegado este momento que 19 El léxico –y el diccionario-- como entrada para acceder a la reflexión lingüística requiere un supuesto de partida, que tomo de Michael Lewis: La lengua consistiría en léxico gramaticalizado, no en una gramática lexicalizada.18 Para ello las palabras aisladas en la escritura, segmentadas en la corriente fonética, tendrían que ser el primer objeto de atención, de reflexión. Tienen a su favor que llevan en ellas el interés sobre el mundo y lo materializan en formas lingüísticas intuitivamente aprensibles. 25. Ejemplos de la centralidad del léxico en la reflexión lingüística 25 Si entendemos la palabra (en tanto que unidad léxica) como elemento central para la reflexión y los análisis lingüísticos, enseguida podemos observar en ella la información integrada e integrable que encierra, es decir, la mucha información lingüística que encierra cada unidad. Pongamos algunos ejemplos:

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Un borrachín va caminando por el cementerio a media noche con una cerveza en la mano, cuando de pronto se tropieza con una tumba, se le cae la cerveza y se rompe el botellín. El borrachín se pone a llorar junto a una tumba, y al rato pasa el velador por ahí, quién le pregunta: –¿Era familiar? –¡No, de medio litro! 18

La gramática, en tanto que estructura, está subordinada al léxico. La gramática debe recibir prioridad en tanto que habilidad para la percepción de la analogía y la diferencia. Michael LEWIS (1993), The Lexical Approach, The State of ELT and a Way Forward, Londres, ITP Teacher Training, (reimpresiones 1994 y 1996.

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a) ¿Qué falta es más básica desde la eficacia de la comunicación en la siguiente expresión?, me corre un sosiego por todo el cuerpo. Parece que el muchacho que escribió esta frase no conocía la palabra sosiego y sin embargo sí sabía qué argumentos externos permite un verbo de movimiento como correr. Un estudiante de ESO la propuso como ejemplificación de la serie sosegar, sosiego y sosegado. El muchacho conocía los sujetos que en algunos casos elige el verbo correr, fluidos como agua, electricidad, sangre, pero desconocía que sosiego es antónimo de ‘cambio’, de ‘movimiento’, de ‘alteración’ y que difícilmente podía construirse con correr. El léxico, la palabra, en cuanto pórtico de lo extralingüístico a lo lingüístico es básico en la reflexión teórica. Otro caso de acceso por falta de comprensión: b) Pensemos en el muy difundido comentario atribuido a García Lorca, cuando, después de escuchar el verso de Rubén Darío 20 «que púberes canéforas te ofrenden el acanto», preguntó: «A ver, otra vez, por favor, que yo sólo he entendido el “que”». Por dónde empezar a palpar, a entender, ¿por la modalidad desiderativa de la frase?, ¿por la concordancia en tercera persona del plural de canéforas con ofrenden? O ¿por aclarar el vocabulario con tantas reminiscencias clásicas de conocimiento enciclopédico? Si buscáramos estas voces en un diccionario la única necesidad de conocimiento metalingüístico que tendríamos es saber encontrar el verbo ofrendar, ofrende y que púberes y canéforas tienen un morfema de plural. Y esto, con una morfología básica o un diccionario en línea que ofrezca la flexión, hoy, está salvado. a) ofrendar, “1 Ofrecer dones y sacrificios a los seres sobrenaturales por un beneficio recibido o solicitado o en señal de rendimiento y adoración.” Con esta definición del DRAE se identifica que acanto puede ser comprendido como un don o sacrificio y que la segunda persona representada por te puede muy bien identificarse con un ‘ser sobrenatural’. Falta entender púberes canéforas. b) Para púber, el DRAE aporta “que ha llegado a la pubertad”, y, consultado pubertad, se aclara que es la “Primera fase de la adolescencia, en la cual se producen las modificaciones propias del paso de la infancia a la edad adulta”, dato que en un diccionario en línea, sin exigencias de espacio, puede explicarse algo más detenidamente y repetirse también en púber, lo que evitaría tener que hacer la remisión. c) Si tenemos suerte de que el diccionario tenga en su nomenclatura canéfora, veremos en el artículo enmendado por el diccionario académico en línea (2012-4-8) que “En algunas fiestas de la Antigüedad, [canéfora] doncella pagana que llevaba en la cabeza un canastillo con flores, ofrendas y cosas necesarias para los sacrificios.” Volvemos a encontrar en la definición de canéfora algo parecido a ofrendar, ofrendas; además, lo sitúa en la Antigüedad y en el paganismo, habla de doncellas, lo que se puede poner en relación con púberes, y vuelve a cerciorarnos de que el acanto que llevan en el canastillo va destinado a un sacrificio. El salto hay que darlo entre sacrificio, que aparece en la definición de ofrendar y el de las ofrendas que llevan las canéforas, a esa segunda persona, ese te, que en el 15

poema de Rubén es un poeta visto como un antiguo dios. La información enciclopédica, materializada en significado lingüístico que el diccionario actual debe de recoger más ampliamente, ha sido bastante informativa, pero aún podría mejorarse, si los realia tipo acanto tuvieran unas explicaciones más cercanas a las necesidades de los usuarios (Putnam 1975).

Lingüísticamente se necesita para entender la rebuscada frase una morfología flexiva y unas pequeñas nociones anexas de concordancia. Con ello, Lorca, o JRJ, hubiera solucionado su problema. Ciertamente, reflexionar sobre la modalidad optativa de la frase aporta mejor comprensión (metacognición exclusivamente), pero esta ha de pasar primero por saber qué se desea, quién desea, dónde y cuándo, y eso nos lo da el diccionario. Las modalidades oracionales se entienden primero sin reflexión metalingüística, es lo que yo llamo la trasparencia de la lengua, que en una educación cuidada hay que ir haciéndola opaca poco a poco, pero que en el aprendizaje de la lectura y la escritura, con los requisitos de la segmentación de palabras (los blancos obligados en gran parte de los sistemas gráficos de las lenguas) y la ortografía, este proceso ya se ha empezado a hacer de manera muy eficiente (yo mantengo que la reflexión lingüística más profunda que hacen los hablantes, que luego no son lingüistas ni profesores de lengua, a lo largo de su vida es el aprendizaje de la lectura y de la escritura, y ahí sí ayuda el diccionario). Otro ejemplo de entrada a la necesidad de reflexión también conocido: 21 Dijo Sancho a su amo: —Señor, ya yo tengo relucida a mi mujer a que me deje ir con vuestra merced adonde quisiere llevarme. —Reducida has de decir, Sancho —dijo don Quijote—, que no relucida. —Una o dos veces —respondió Sancho—, si mal no me acuerdo, he suplicado a vuestra merced que no me emiende los vocablos, si es que entiende lo que quiero decir en ellos, y que cuando no los entienda, diga: «Sancho, o diablo, no te entiendo»; y si yo no me declarare, entonces podrá emendarme, que yo soy tan fócil... —No te entiendo, Sancho —dijo luego don Quijote—, pues no sé qué quiere decir soy tan fócil. 22 —Tan fócil quiere decir —respondió Sancho— ‘soy tan así’. —Menos te entiendo agora —replicó don Quijote. —Pues si no me puede entender —respondió Sancho—, no sé cómo lo diga: no sé más, y Dios sea conmigo. —Ya, ya caigo —respondió don Quijote— en ello: tú quieres decir que eres tan dócil, blando y mañero, que tomarás lo que yo te dijere y pasarás por lo que te enseñare. —Apostaré yo —dijo Sancho— que desde el emprincipio me caló y me entendió, sino que quiso turbarme, por oírme decir otras docientas patochadas. —Podrá ser —replicó don Quijote—. Y en efecto ¿qué dice Teresa? Quijote II, cap. 7 Hoy no se necesita a D. Quijote si tenemos un diccionario bien informatizado que sea capaz de reconocer puver por púber, como fócil por dócil y, además, suministrar sustitutos. [Fíjense que

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Sáncho tenía claro el esquema silábico del adjetivo, aunque prevaricara lingüísticamente, lo cual es subléxico] 26. Palabras de significado principalmente enciclopédico y palabras con tendencia a lo gramatical 26 Poco a poco se pasa de las palabras con un significado netamente enciclopédico a las palabras con un significado de tipo gramatical y se entra en la reflexión puramente gramatical (Weinreich 1963 sobre el significado vacío del verbo to take; desde otra perspectiva teórica, Sinclair explicando un artículo lexicográfico posible para la preposición of en inglés). Ejemplo posible del adjetivo considerable. Se puede hacer reflexionar a los estudiantes qué significa considerar, qué considerable, qué consideración y qué de consideración, para ver cómo se gramaticaliza el adjetivo y se transforma en intensivo de grado: herida considerable, disgusto considerable, de consideración, daños de consideración, faltas de consideración. Por consiguiente, tanto en su vertiente semántica como en sus informaciones o rasgos más lingüísticos guardados en cada una de las unidades …

C) El diccionario … el léxico y por tanto el diccionario pueden ser el pórtico para la reflexión lingüística, el paso del mundo que interesa, en el que estamos, a su transformación en sistema lingüístico. Los diccionarios pasarían a ser los recursos más usados en la etapa escolar, la gramática se apoyaría en ellos con sus informaciones más evidentes: significado, categoría gramatical y morfología flexiva y derivativa, funciones sintácticas, pronunciación ortografía, etc.. Veamos rápidamente cómo se llega a la reflexión lingüística con el diccionario. 27. La reflexión desde la dirección bottom up en comprensión 27 La entrada en la reflexión lingüística y la centralidad de las unidades léxicas en la reflexión lingüística en la escuela tiene que ir de lo concreto a lo abstracto, de las unidades léxicas a las unidades mayores (sintagmas, relaciones anafóricas, predicaciones completas: frases): es decir, tomar la dirección que se conoce como bottom up, saber incluir las unidades léxicas segmentadas en unidades superiores, hasta entender bien estas y conocer la aportación de cada unidad léxica en las relaciones sintagmáticas establecidas en ellas. El camino para acceder a través de los diccionarios establece primero de lo extralingüístico a lo puramente lingüístico: a) El significado. Saber encontrarlo con acierto en las diferentes acepciones de palabras que ellos piensan que conocen: mano, gallo. Los sustantivos dan en ello mucho juego, pues su polisemia se muestra en el variado hiperónimo que suele encabezar las explicaciones o definiciones. b) La forma fónica u ortográfica. Saber deducir dónde y cómo buscar una voz oída o que hay que escribir en el diccionario, lo que comporta segmentar unidades léxicas, saber algo de lematización (es decir, de flexión) y conocer la ayuda que el diccionario presta

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en su hiperestructura, por ejemplo, los anexos de la conjugación y otras notas gramaticales. Son estas dos las entradas extralingüísticas para pedir ayuda al diccionario, según las encuestas de uso. Ya un paso más en la reflexión se trata de ver opaco lo que nos parece transparente (lo cual es una actitud que violenta, como toda disciplina, la tendencia natural a lo inverso, es decir, a tomar lo fácil y dejar lo costoso). c) La categoría gramatical primaria y poco después las secundarias. Este paso abre la reflexión a la sintaxis y a la concordancia. La concordancia abre la reflexión a la correferencia, a la cohesión y a la coherencia. d) La fraseología. Este paso abre la reflexión a otros tipos de unidades léxicas, a significados complejos y con requisitos más estrictos, como la no adaptación a las exigencias gramaticales del discurso, los grados de fijeza, el significado matizado (figurado, con intenciones irónicas, apreciativas, etc). Hasta aquí he señalado el diccionario como ayudante a la construcción del significado por medio de la destreza de la segmentación de palabras, de una morfología flexiva y una pequeña reflexión sobre categorías gramaticales; se ha visto también cómo el peso de la comprensión también recae, y de qué manera, en la información sobre el mundo, aunque este sea lejano a la realidad inmediata del usuario, como es el del “Responso a Verlaine”19, que podría ser un ejercicio para estudiantes de bachillerato, por ejemplo. Se trataría de ver nuevas cosas, antes invisibles. En mi generación, que pasó por el latín, ya tenía delante una lengua opaca. Hoy se puede hacer frente a textos difíciles o con la lengua extranjera que se enseñe en la escuela y el uso de un diccionario bilingüe. 28. El diccionario como interfaz mundo interior-lengua en producción 28 Ahora, en segundo lugar, toca ver qué puede hacer el diccionario en la ayuda a la producción, a la codificación, a la puesta en actuación de un discurso coherente. Veamos qué puede aportar un diccionario a este aspecto productivo. Siempre es posterior, como son posteriores en el tiempo, los diccionarios onomasiológicos, el uso del diccionario en producción. Primero se utiliza para la comprensión, después para la producción. Pues esta es la dirección habitualmente top down, es decir, la que viene por si sola naturalmente, cuando se va por delante del discurso, y solo se detiene cuando este no surge o no se entiende con facilidad o se enfrenta a un obstáculo. [En comprensión el top down no encuentra ninguna dificultad para procesar la información, se puede leer casi en diagonal; y en producción, todo va de por sí y no se necesita ayuda, ¡qué bien me está saliendo!] e) Los escolares pueden pronto resumir o redactar textos, primeramente los oídos o leídos. De esta manera sabrán qué voces les faltan, qué voces tienen en la punta de la 19

El DRAE no ha hecho el esfuerzo de ser explicativo en la voz responso ni en responsorio al que remite. Tendría también que enmendarlos. Una características del rezo es la solemnidad que se le puede dar, por ejemplo: “Su voz levantóse grave como en un responso: - ¡Saludo al ilustre prócer…”, en Sonata de invierno, ed. de Leda Schiavo, Madrid, Espasa-Calpe, p. 198. O bien “aprobadas la renuncia del Rey y la respuesta ó responso que le dieron las Cortes…” Benito Pérez Galdós, Amadeo I, 1910, Madrid, Perlado, Páez y Cía, p. 299

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lengua y no terminan de encontrarlas. Reproducir textos con falsilla es una actividad que se ha dejado de hacer y habría que reintroducirla, pues ayuda en la autorreflexión sobre el dominio que se tenga de la lengua, ante los textos bien construidos oídos o leídos con anterioridad. Así irán al diccionario o escucharán atentamente a quien se las sugiera. La siguiente jornada en este camino con el léxico y el diccionario es la redacción ex novo, componer sin falsilla un texto, oral o escrito. En este ejercicio ya no se llega nunca al fin y los diccionarios son instrumentos fundamentales, tanto como en la traducción lo es un diccionario bilingüe.

Aquí se puede objetar que los diccionarios generales más o menos extensos en papel no ayudan en ello. Efectivamente, se necesita para ello saber encontrar la otra dirección, la propia de la producción, activar el vocabulario mental o buscar la voz adecuada en un repertorio onomasiológico. Los diccionarios ideológicos u onomasiológicos son posibles de introducir a partir de la ayuda que presta en ellos su parte alfabética, que ofrece referencias a la parte ideológica; los catálogos del DUE son también de consulta posible en el bachillerato. No lo son todavía en lo que es la Secundaria obligatoria. Un diccionario escolar intermedio, con una selección de lo ofrecido en los catálogos de María Moliner sería muy bien acogido. En el sentido de la reflexión sintáctica y combinatoria, ya puramente lingüística, hay que ir poco a poco. Era el caso de considerable y de consideración anterior ¿Por qué no establecer ejercicios del juego del pototeo con para confrontar el diccionario con lo que se sabe intuitivamente de la íntima relación de los verbos con la construcción sintáctica y la combinatoria léxica que imponen? Ya a uno de nuestros gramáticos este juego le despertó la afición a la combinatoria. 23 ¿alguien pototea? Sí; ¿alguien pototea un objeto? No; ¿alguien pototea un deseo? No; ¿una idea pototea? Sí; ¿una idea pototea con dificultad? No; ¿alguien pototea en coche? Sí; ¿alguien pototea en barco? Sí; ¿alguien pototea en avión? No; ¿alguien pototea en casa? No; ¿alguien pototea por la calle? Sí ; ¿un objeto pototea por la calle? Sí; ¿un coche pototea por la calle? Sí; ¿un rumor pototea por el barrio? … entonces… circular 24 El diccionario ofrece sub circular: 1 PASAR MOVIÉNDOSE a intransitivo Un líquido, gas, la electricidad, etc., circula por un circuito cuando avanza por él, o formando una corriente: La sangre circula por todo el cuerpo. (SWC), La corriente eléctrica circula por un hilo metálico. (SWC) b intransitivo Un vehículo o una persona circula cuando se mueve realizando un trayecto o siguiendo una dirección: El camión circulaba a 65 km/h. (SWC), El matrimonio circula en su coche en dirección Oeste. (SWC) c intransitivo El dinero, la información u otra cosa circula cuando pasa de una persona a otra: Hemos recibido un e-mail que circula por la web. (SWC), El dinero circulaba con profusión en el sector agrícola. (CREA) 2 DIFUNDIR transitivo Alguien circula información cuando la difunde o hace que muchas personas la conozcan: Su misión es circular información sobre acontecimientos recientes y 19

novedades.(SWC), incendiaria. (SWC) (DAELE, in progress)

Los

revolucionarios

circulaban

una

prensa

verdaderamente

La acepción transitiva de circular es poco habitual hoy. Para practicar con el diccionario onomasiológico, se podrían establecer para bachilleres unos ejercicios retóricos del tipo de Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, utilizando voces encontradas en esos catálogos, pidiendo diferentes redacciones desde diferente registro, con diferentes objetivos y desde diferentes emisores, podrían considerarse un pasatiempo que exige algo de esfuerzo, pero cuya consecución es ingeniosa y, por tanto, si se vence, satisfactoria. Hoy tenemos para ello muchos diccionarios que son de consulta on line y que se pueden aprovechar, aunque no tengamos un diccionario concebido y realizado considerando todas las posibilidades de la informática. Es útil dar a conocer varias posibilidades que de forma libre y aun altruista se pueden consultar en la red. a. 25 DIRAE: [http://dirae.es/palabras/?q=angustia … sinvivir, angor, agobio, congoja, ardura, congojoso, desconsuelo, acongojado, Carracuca, claustrofobia, aprensar, hipocondría dpd20, aflicto, acedia, extrasístole dpd, tósigo, angostura, agonía, exhalar, transido, ansiolítico, apurado, agorafobia, desolar dpd, ansiedad, ansia, afligir, hipar, pesada, pesadilla, culillo, kafkiano, agonizar, angina dpd, cerote, preocupar dpd, terror, conflicto, calma, miedo dpd, traspaso dpd, crucero, tormento, calle de la amargura, corazón, mano dpd b. Tener un diccionario en base a un wordnet del español, podría ser muy instrucivo para esta dirección en producción: 26 Visual Dictionary https://www.visualthesaurus.com/ consider c. El siguiente diccionario se podría invertir y hacerlo para la producción: Diccionario de partículas discursivas: http://www.dpde.es/ al contrario d. Diccionario de aprendizaje de Español lengua extranjera (DAELE) http://www.iula.upf.edu/rec/daele/ conceder, confiar, crecer, considerar

Entre otros que hoy son consultables. Para los iniciados otras bases de datos consultables tanto en español como en otras lenguas. 29. La consulta de un diccionario concebido informáticamente 29 Con un diccionario pensado ya desde las posibilidades de la informática se puede tener mucha información en la dirección de producción. Quizá, para ser viable su creación, se 20

Esta abreviatura avisa de que la voz tiene tratamiento en el Diccionario Panhispánico de Dudas al que lleva directamente, pero que quizá no está relacionada la duda con la acepción en que aparece el término ‘angustia’

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tendría que hacer en colaboración, con la participación de los muchos diccionarios o trabajos que hoy ya están en marcha, pero también habría que plantearse hacer un Activator para el español. El Activator de Longman se basa fundamentalmente en los frames o marcos de Fillmore. 27 Marco de: forma (entre las voces ofrecidas en el catálogo correspondiente del DUE o haciendo uso del DIRAE, que ofrece más de 4000 voces en cuya definición se utiliza forma) la forma de un objeto o de alguien mostrar una forma particular tener una forma regular tener una forma irregular dar forma dar forma con El ejemplo de pasada de silla simpática (atractiva, agradable, cómoda) de mi colega, Janet DeCesaris, extrañada pues no había recibido esta imprimación. Con un diccionario consultable y con otras prestaciones de las que ofrecen los que hoy se consultan electrónicamente, los escolares pueden tener, a la vez que todo el diccionario a su disposición, conocimiento del mundo, significado lingüístico, uso y combinatoria, y gramática básica para entender los textos en los que el mundo se refleja con estructuras, esas sí, semánticas y gramaticales: los paradigmas y la relaciones sintácticas. Las dos orientaciones en el uso y en la enseñanza del diccionario son, primero, entender textos difíciles con esfuerzo, para romper la opacidad, lo que exige una adecuación a la capacidad lingüística del usuario escolar, es decir, una traducción elaborada, de la estructura superficial a la comprensión mental; y, segundo, de la intención comunicativa a la expresión con propiedad léxica y gramatical adecuada al que está en uso de la palabra. 30. Conclusión y advertencia sobre la enseñanza del diccionario 30 Un diccionario tiene que contemplar, enciclopedia y relaciones lingüísticas. Las voces tienen un lado enciclopédico, mundo de la vida, que es externa, y que es fundamental para entrar en la zona propiamente lingüística. Es eso lo que queremos poner aquí de manifiesto, que ese componente enciclopédico, “mundano”, es la entrada natural a la reflexión lingüística. Es verdad que el diccionario no será ni una enciclopedia tal como la entendemos, ni una gramática, tal como la entendemos, que ya lo dijo Juan Gutiérrez (1996); pero ha de tener rasgos de los dos. Un diccionario es un trabajo puramente lingüístico, que muestra cómo el mundo se transforma en formas lingüísticas. Como gramática, se requeriría fundamentalmente en los nuevos diccionarios cambio en los modos de definición o representación para introducir el valor predicativo y por lo tanto la afinidad combinatoria de las voces descriptivas. Exclusivamente lectura y diccionario sería un buen programa para antes de entrar en la Educación Secundaria y a lo largo de ella. Adquirir el manejo de las categorías gramaticales es fundamental en el manejo de un diccionario (conocimiento y habilidad que no logran todos los estudiantes de secundaria y que les sería mucho más útil para su vida que no saber los componentes de una argumentación o la diferencia entre un complemento de régimen y un complemento circunstancial cuando tienen trece o catorce años) Una vez hábiles en esta 21

dirección, intentar la inversa, consultar el diccionario también para la producción, para la producción oral y escrita. Habría que enseñar a consultar los diccionarios a la inversa y hacer posible informáticamente que así sea. Quiero hacer una advertencia, salida al paso: --si mi alegato a favor de la introducción del léxico y del diccionario como primer escalón en la enseñanza formal y en la reflexión sobre la lengua tuviera cierta acogida-- me parecería horrible, horrible, que la introducción del diccionario de manera decisiva en el currículum escolar de primaria y secundaria, y hasta de bachillerato, comportara la explicación de macroestructura y microestuctura, entrada, lema, etc., que a los estudiantes no tiene por qué decirles nada y no les sirve para nada. (Cosas como estas veo en la escuela hoy.) Lo que hay que enseñar es la potencia del caudal léxico, la mucha y sutil información interna que pueden albergar sus unidades, sus posibilidades de uso y para ello, en papel primero y posteriormente, hoy que existe la informática, on line por la ampliación de prestaciones que permite, 28 el léxico es el/un camino y el diccionario es el/un recurso. (juego con los artículos porque no quiero pasar por radical) Anexo I … lexicón is like… “The lexicon is like a prison – it contains only the lawless, and the only thing that its inmates have in common is lawlessness.” [1] p3. This is a neat summary of . www.cstr.ed.ac.uk/downloads/.../Fitt_2006.pdf Lexicon is like a dictionary. A collection of words. There is also a card game called Lexicon..the cards have alphabetical letters on them and it is a bit like .. answerit.news24.com/.../What%20is%20a%20Le... The lexicon is like a layered cake Kiparsky and the other writers on lexical morphology cited above have shown that it makes good sense to organise our ... books.google.com/books?isbn=041529892X. A lexicon is like a mental dictionary: it is the representation of the total word knowledge that a language-user has in her mind. If you are bilingual, you will have a . https://sites.google.com/site/.../psycholinguistics/my-current-research According to Forster's autonomous search model, the lexicon is like a library. A word, like a book, can be in only one place, but its location can be determined . www.bsos.umd.edu/hesp/.../bookchapter4.htm (1990: 34) gives the following examples: The mental lexicon is like a dictionary, a thesaurus, an encyclopedia, a library, a computer and a net. Brown (2006: 37) ... www.birmingham.ac.uk/.../PeppardMod2.pdf 21 Nov 2008 – The mental lexicon of a language is formed through the repeated exposure and use of a particular language , the lexicon is like a repository of ... www.mightystudents.com › ... › psychology … tags appearing in the user's stories and pictures. Users define the tags with media and text, so that an entry in the lexicon is like a lightweight Wikipedia article. blog.instebooks.com/.../dynamic-narrativesin-eb..

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20 Oct 2010 – nothing to say about the lexicon is like a one-legged man proposing himself as a model for the study of human walking (Wierzbicka 1986b:685) ... www.scribd.com/.../TRATAMIENTO-DELLEXICO-EN-LA-TST-E.. It is important to stress, however, that some systematic study of the lexicon must be seen as an essential part of ANYfull-fledged linguistic description, and that a theory of language which has nothing to say about the lexicon is like a one-legged man proposing himself as a model for the study of human walking (Wierzbicka 1986b:685). Fodor (1985 in Fitzpatrick 2011: 2) the lexicon is like a connective graph, with lexical items and nodes with paths from item to item www.birmingham.ac.uk/.../SarahBarrowdiss.pdf

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