A la muerte de ~i·monelta, quedaba brillando en Florencia la be/le::a de Gior;cmna degliA!bi:z:d Habt'a s1diJ la segunda e:.'/rel/t.t el dla de lasjuslas de Giulicmo. Sin haber llegado a los vei?Zte años se casó con Lore11::o dei 7bnwhuoni. Fue la gran bodtt entonces. 'lócklla riqueza y el m"le de la ciudad se aunaron pcira dar esplendor ti esta fiesta. GhirlandRio y Botticelli, otra tez en compelencia, fueron llamados pam hacer algunas obras que siguen sitmclo Jestimonio de lo que en esos días se quiso .~uhlimm: AGbirlandaío se fe pidw que J>inlara unas escenas de la histo1·ú~ de la Virgen .J! de&mjuan Bautista para la Iglesia de Santa Marút Novel/a. F.>' algo de lo que hoy tieue que k a ver quien vaya a f'lorencía. Hn los frescos. que decoran ltts p(lredes del ábside, vu.elt·m a a¡Jarecer ltts pet:~onaí de es/a IJistO!ia. tf Simonetta se la cree reconocer en una de las.fixums que asi~ten al Nacimiento de la Virget7. Oottir..clll .~e \ücd\\ que ¡;~1arda d n)u~c() dt• P~uio. f~ló rcpresenlaciOO, \'cnus.