Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumna: Miriam Alter www.asociacioneducar.com Mail:
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EL PLACER DE APRENDER, una experiencia en el aula
Haber atravesado por el curso Neurociencias para docentes me sirvió para rever mis prácticas como docente de futuras docentes. Antes de eso necesité preguntarme, cómo aprendo yo? Como llegué a ser quien soy, considerando que un ser humano es quien es a partir de sus conocimientos y sus propios recuerdos que lo hacen ser único e irrepetible…Qué recuerdo de mis escuelas cuando yo misma era estudiante? Cómo recuerdo las prácticas de mis maestras, señoras que hoy deben ser ancianas y que jamás han escuchado hablar de las neurociencias? Como habrán hecho para hacer de mí y de mis compañeros personas motivadas, deseosos de aprender, interesadas, concentradas y creativas? Qué influencia tuvo en mi UCCM el estilo de crianza con padres descendientes de europeos para quienes la noche estaba hecha para dormir, las comidas eran caseras y diarias y el hogar tranquilo y acogedor?
Entro al aula a las 8 AM. De a poco va entrando un grupo de jóvenes semidormidos y en ayunas que apenas si registran mi presencia. Es lunes, en el aula hace frio… Después de varios intentos anteriores de empezar la clase y que nadie me siguiera hasta transcurrida por lo menos media hora de clase esta vez, y después de haber tomado este Curso de Neurociencias para Docentes, me propuse cambiar la estrategia. En vez de saludar, busco en mi teléfono celular alguna música tranquila que empieza a sonar suavemente. Los estudiantes me miran asombrados, van cambiando sus posturas como preparándose para recibir algo interesante. Los miro, me miran. Paso por entre los bancos, les toco el hombro, les tomo la mano y les digo que tengo frio. Uno de ellos se voluntariza para prender la estufa. Otro propone en broma jugar a la “batalla del calentamiento”. “Claro, qué buena idea!” Los sorprende mi aprobación. Muy tímidamente empezamos a jugar hasta que veo que sus cuerpos y sus UCCM están verdaderamente despiertos. Les propongo sentarnos en un semicírculo con los pupitres. Saco de mi bolso mate y yerba y les otorgo 5 minutos para que el que quiera ir al bar a comprar algo para tomar o comer, lo hiciera. Algunos van y con otros empezamos a cebar mate. Me cuentan que salieron a bailar el fin de semana y que durante el domingo se quedaron estudiando para los exámenes que tendrían esa semana. “Cuánto habrán asimilado?”, me preguntaba para mis adentros. El aula ya estaba más agradable y el resto del grupo había llegado con sus desayunos. 2
Digo: “Ahora si, buen día, como están?” Me miran, en silencio, sorprendidos…Como nadie contestaba les propuse un juego mientras tomaban sus colaciones: el que desee a su tiempo y en ronda, puede expresar con alguna palabra y/o gesto como se siente esta mañana. Aclaro: no vale “me siento bien, me siento mal”, deben intentar describir su emoción lo más asertivamente posible: preocupado por…, triste…, satisfecho, miedoso, sorprendido, indiferente, etc. ya que entiendo que al nombrar la emoción esta se hace más conciente (esto no se los dije). Una vez terminado el juego, una estudiante pregunta “¿qué vamos a ver hoy?” Les pregunto si el resto del grupo está preparado para empezar o si hay alguien que todavía necesita un poco más de tiempo para hacer algo. Les comento cuál será el tema del día de acuerdo a la planificación (la Didáctica de las Ciencias Sociales en el Nivel inicial) e inmediatamente les devuelvo a ellos la pregunta “¿de qué manera les parece empezar?” Nuevamente se quedan mirándome como si no fuera yo quien esta frente a ellos sino un marciano. Parecen no entender la pregunta…Una estudiante se anima a responder y detrás de ella, otros: -
A mí me parece que tendríamos que empezar por preguntarnos qué sabemos de la didácticas y que son las ciencias sociales.
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Yo tengo ganas de ver algún video de algún hecho histórico e imaginarnos cómo lo podríamos enseñar
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A mí me sería más fácil leer algún texto teórico sobre el tema ya que creo que no sé a qué se refieren las Ciencias Sociales
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Yo me acuerdo de una vivencia de cuando aprendí sobre la Revolución de Mayo en preescolar. Al día de hoy no me lo puedo olvidar!
Y así los estudiantes se iban activando, hasta construir entre todos un “menú” de alternativas donde se podía visualizar cómo era el estilo de aprendizaje de cada uno, sus motivaciones, sus preferencias, etc.
Sería anecdótico relatar como continuó la clase y sobre todo como terminó, ya que se extendió al tiempo de recreo con estudiantes sentados debatiendo activamente y creando recursos como jamás había sucedido antes.
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En función de esta experiencia me propuse reflexionar acerca de algunos conceptos que fui estudiando en este curso de capacitación docente en neurociencias. Es sabido que dormir cierta cantidad de horas es necesario para que nuestra UCCM descanse pero además se sabe que el cerebro aprende mientras duerme y es entonces cuando podemos mejorar la eficiencia de la memoria. Según los investigadores el segmento más importante del sueño relacionado con esta función es el último de la noche. Seguramente mis alumnos se habrán acostado tarde y se habrán obligado a despertarse muy temprano para llegar a mi clase a tiempo por lo que seguramente tropezaremos con un primer obstáculo en este aspecto. También se conocen la importancia de la alimentación y sobre todo el nivel de glucosa y su influencia en la memoria. El ejercicio físico disminuye el nivel de glucemia además de producir un aumento de neurotrofinas, moléculas que son secretadas por las células nerviosas y actúan como alimento para mantenerlas sanas y activas.
Mi actitud empática, expresando mi genuino interés por ellos, por sus estados de ánimo, por sus deseos e intereses también modificó la dinámica, pero más aún me permitió desarrollar mi propia inteligencia emocional y ponerla en juego. No solo ellos estaban activando sus UCCM sino yo también!
Propuse una modificación del contexto físico (sillas en ronda, calefacción, música agradable, etc.) para activar positivamente sus UCCM. Yo necesitaba estimular y captar la atención de sus UCCM para que ellos logren el aprendizaje cognitivoejecutivo que deseaba alcanzar. Estos nuevos aprendizajes no solo iban a reflejarse en sus conductas y en la mía sino también en nuestras estructuras cerebrales, a través de nuevas sinapsis neuronales, sobre todo en nuestros encéfalos, en el Núcleo Accumbens. El cerebro emocional esta fuertemente asociado a la memoria, a las emociones, a la atención y al aprendizaje. Las novedades y sorpresas generaban dopamina en mis estudiantes, un neurotransmisor que interviene en la motivación y entusiasmo. Los niveles adecuados en el espacio de aprendizaje de este neurotransmisor garantizan la atención y luego la memorización de los conocimientos. La dopamina estuvo disponible para aumentar el placer, la atención, y la memoria. 4
Este neurotransmisor genera también algo que se denomina circuito anticipatorio, haciendo que la UCCM se anticipe a considerar que si algo fue atractivo lo volverá a ser la próxima vez. La dopamina aumentará el foco de atención, potenciando la consolidación y el almacenamiento de nuevos aprendizajes en la memoria a largo plazo. Las actividades de la clase pueden utilizar este efecto de la dopamina para atrapar a los estudiantes en aprendizajes agradables. Los estudios de las experiencias que se asociaron a niveles crecientes de dopamina en el cerebro incluyeron: movimiento físico, conexiones del saber con intereses personales, música, novedad, recompensa, sentido del logro, iniciativa, juego, humor, contacto social, etc. Además de la dopamina, en los UCCM de mis estudiantes se estimularon la producción de serotonina y la noradrenalina. La serotonina otorga seguridad. Cuando el cerebro percibe amenazas o el alumno se siente estresado, el filtro límbico en la amígdala cambia al “modo supervivencia” y desvía la información sensorial del cerebro racional a los centros automáticos (respuestas de lucha o fuga). La noradrenalina es un neurotransmisor encendido con los estímulos atractivos unidos a propuestas de actividades que comprometan el hacer, el ponerse a la acción, lo que contribuye a aumentar los niveles de energía y la memoria. Se logró además, activar el SARA, que es un área específica dentro de la Formación Reticular que determina el estado de alerta y vigilancia en el resto del cerebro. Si el SARA se activa a favor de lo que se desea enseñar, la información entrante pasa del tálamo a zonas más elevadas del cerebro. El objetivo de una enseñanza exitosa es controlar el fluido de información que pasa a través del SARA de los alumnos para que, de este modo, la información más útil, la que se puede convertir en conocimiento, alcance las redes neuronales cognitivas superiores en los lóbulos prefrontales.
Podemos ayudar a nuestros alumnos a prestar atención a la información importante, llamando la atención de su SARA, dado que el mismo busca los cambios en el entorno, incorporando sorpresas y novedades en el aprendizaje a través de variaciones en los estímulos sensoriales: variaciones en el tamaño, cambios de volumen, en el ritmo de la voz, cambios visuales, en el movimiento, etc. La información sensorial que atravesó el SARA debe pasar luego a través del núcleo 5
emocional del cerebro, el sistema límbico –en especial por la amígdala y por el hipocampo– en donde se le da significado emocional a la información. Cuando recibimos información sensorial, estos filtros emocionales evalúan los valores de supervivencia y placer. Esta “decisión” determina si a la información se le permite el acceso al cerebro racional y, de ser así, a qué lugar se enviará. El SARA y los filtros afectivos se utilizaron de manera positiva, con actividades de aprendizaje planeadas para sostener la atención y el interés, sin producir frustración, confusión, o aburrimiento. Estos filtros pueden ayudar al cerebro a focalizarse en información sensorial del aprendizaje. El SARA es el sistema de encendido de la activación de la atención. Logré controlar dónde va el foco de atención de los estudiantes al entrar en la clase y qué información consigue atravesar el SARA, incorporando la novedad: el aprendizaje multisensorial, la atención motivada por el deseo de un logro y la creatividad en las actividades de aprendizaje. La información que pasa a través de la amígdala y se asocia a una emoción positiva, se realza para facilitar su almacenamiento en la memoria de largo plazo. Al lado de la amígdala en el sistema límbico, está el hipocampo. Es en este centro de consolidación que la nueva información sensorial se liga al conocimiento previo y a las memorias de experiencias anteriores. Cada vez que se experimentan dolor o placer nuestro cerebro emocional busca las causas que lo ha producido y lo registrara en la memoria para facilitar decisiones en el futuro lo que constituirá neurofusiones: seguramente esta clase no será olvidada por muchos de ellos ya que estuvo asociada a emociones agradables. De más está decir que intenté en las clases posteriores repetir muchas de estas estrategias a fin de lograr su fortalecimiento.
Revisar mis prácticas con mis estudiantes a la luz del curso de neurociencias, me habilitó para trabajar de forma que mi UCCM se optimice, haciéndome sentir más segura y alegre en mi tarea, logrando disminuir el nivel de estrés de mis estudiantes al tiempo que aumentaba su rendimiento general en el curso.
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