EL PUNTO DE VISTA DE UNA RES. Conectarse con los Animales

EL PUNTO DE VISTA DE UNA RES Conectarse con los Animales UNA TERCERA PARTE del ganado vacuno y puercos en los Estados Unidos, son procesados en inst
Author:  José Suárez Cruz

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EL PUNTO DE VISTA DE UNA RES

Conectarse con los Animales

UNA TERCERA PARTE del ganado vacuno y puercos en los Estados Unidos, son procesados en instalaciones que he diseñado. A lo largo de mi carrera he trabajado en sistemas para mejorar el trato del ganado. El principio detrás de mis diseños es el de utilizar el patrón de comportamiento natural del animal para estimularlo a trasladarse de buena gana a través del sistema. Si el animal trastabilla y se rehúsa a caminar por el pasillo, uno tiene que encontrar el porqué de su negación a caminar y su espanto. Desafortunadamente, las personas frecuentemente intentan corregir estos problemas con la fuerza en lugar de comprender el comportamiento del animal. Mi conexión con estos animales proviene desde el momento que me di cuenta que la máquina apretadora podía ayudar a calmar mi ansiedad. He estado viendo el mundo desde su punto de vista desde entonces. Las personas me preguntan todo el tiempo si las reses saben que va a ser sacrificado. Lo que he observado durante estos años en diferentes plantas procesadoras, es que las cosas que atemorizan al ganado vacuno usualmente no tiene nada que ver con la muerte. Son las pequeñas cosas las que las hacen trastabillar y rehusar a moverse, tales como ver un pedazo de cadena colgando de alguna de las cercas del corredor. Por ejemplo, un animal se detendrá a observar el movimiento de una cadena y moverá su cabeza balanceándola en ritmo con el movimiento de la cadena. La res no está preocupada acerca de ser sacrificado; está atemorizado de una pequeña pieza de metal que se sacude y parece estar fuera de lugar. Muchas personas no observan estos pequeños detalles debido a que pican y empujan al ganado, y lo excitan demasiado cuando se rehúsan a moverse a través del corredor o hacia fuera del corral. Cuando el ganado se excita, es imposible determinar qué es lo que lo está molestando. Se ponen en modo contra depredador, y se empujan entre sí formando un círculo de animales agitados, con sus cabezas apuntando hacia el centro. La más pequeña distracción puede detener a un grupo de ganado a lo largo de un corredor. Recuerdo una ocasión cuando una planta procesadora de carne se puso en un estado caótico cuando una botella de jugo de plástico cayó en la entrada en la cual se acomodaba al ganado para entrar hacia la planta. Este se rehusó absolutamente a caminar sobre la botella de plástico. Cualquier cosa que ocasione un contraste visual, atraerá la atención de los animales. Ellos le temen a una rejilla de desagüe sobre el suelo de concreto o el reflejo centelleante de un charco de agua. En algunas ocasiones mover una lámpara de iluminación elevada para eliminar su reflexión en el suelo o pared, facilitará el movimiento del ganado o puercos. Iluminación pobre causará muchos problemas. El ganado vacuno y los puercos no caminarán hacia lugares oscuros, así que el instalar una lámpara para iluminar la entrada de un pasillo los atraerá a entrar. Los animales, como las personas, desean saber hacia dónde se dirigen. Cuando me pongo en el lugar de una res, realmente tengo que sentirme como la res, y no como una persona dentro de un disfraz de res. Utilizo mis habilidades de pensamiento visual para simular lo que un animal estaría viendo y escuchando en alguna situación dada. Me introduzco en su cuerpo e imagino lo que experimentan. Es el sistema más nuevo de realidad virtual, pero también me fijo en los suaves y tiernos sentimientos de empatía que he desarrollado de tal manera que mi estimulación sea distinta a la de un modelo computarizado. Agregue a la ecuación todo mi conocimiento científico del

comportamiento e instintos del ganado vacuno. También tengo que imaginarme como percibe el mundo el sistema sensorial de la res. El ganado vacuno tiene un campo visual amplio y panorámico, debido a que son una especia víctima de animales depredadores, siempre al pendiente y cautelosas de señales de peligro. De manera similar, algunas personas con autismo son como animales temerosos en un mundo lleno de depredadores peligrosos. Ellos viven en un constante estado de miedo, preocupándose de cualquier cambio en la rutina o enojandose si los objetos de su medio ambiente son movidos. Este temor al cambio puede ser la activación de sistemas contra depredador antiguos que están escondidos en la mayoría de las personas. El temor es un sentimiento universal del reino animal, debido a que provee una motivación intensa para evadir a los depredadores. Theresse Joliffe escribió que el tratar de mantener todo de la misma manera le ayudó a evitar algunos de sus más terribles miedos. Tony W. escribió que ella vivía en un mundo de soñar despierta y de temores, y tenía miedo de todo. Antes de empezar a tomar antidepresivos, cambios menores en mi rutina diaria ocasionaban reacciones de miedo. Hubo ocasiones en las que era dominada por temores debido a cambios menores, tales como el cambio al horario de verano. Este temor intenso es probablemente debido a defectos neurológicos que sensibilizan el sistema nervioso a los estímulos que son leves para las personas normales. Con el fin de sobrevivir, miembros de especies presas de depredadores, tales como el ganado vacuno y las ovejas, tienen que estar siempre vigilantes y huyen cuando observan un depredador. El ganado vacuno y las ovejas tienen oídos supersensibles, y sentido agudo del olfato, y ojos a los costados de sus cabezas de tal forma que pueden escudriñar el entorno cuando están en las praderas. Son más sensibles a sonidos agudos que las personas y pueden escuchar sonidos que están fuera del rango de la audición humana. Sonidos de tono agudos tienden a ser más perturbadores para ellos que los sonidos de tonos bajos. Tom Camp, un investigador del USDA en Texas, encontró que el nivel alto de la campana de un teléfono de exterior, causó el aumento del ritmo cardiaco de un ternero de 50 a 70 pulsaciones por minuto. Es improbable que cualquier persona, a excepción mía, pudiera haber notado que los sonidos que molestan al ganado vacuno son el mismo tipo de sonidos que son intolerables para muchos niños autistas con audición súper sensible. El silbido repentinamente ocasionado por el sistema de freno de aire de un tractocamión desencadenará una fuerte reacción de temor tanto en las reses como en becerros. Cuando los becerros escuchan este sonido, instantáneamente adhieren sus orejas hacia su cabeza y retroceden para alejarse de la fuente emisora del sonido. Como las reses, una persona con autismo tiene sentidos altamente vigilantes. Inclusive hoy en día, una persona que silbe en medio de la noche causará que mi corazón se acelere. Sonidos de tono alto son los peores. Sonidos rápidos y repetitivos son estimuladores del sistema nervioso. P. B. McConnell y su colega J. R. Baylis, en Alemania, encontraron que los entrenadores de perros utilizan sonidos intermitentes de tono alto para estimular a un perro que vaya y traiga algo, mientras que los sonidos bajos son utilizados para que se detengan, tal como el decir “whoa” a un caballo. En animales amaestrados los sonidos de tono alto tienen un leve efecto activador, pero en animales salvajes y niños autistas estos preparan una reacción masiva de temor. Contrario a la creencia popular, el ganado vacuno y otros ganados pueden distinguir los colores, pero su sistema visual está más calibrado para detectar movimiento. La visión del ganado vacuno es como tener lentes de ángulo amplio montados en los costados de su cabeza. Los animales tienen visión de 360 grados y pueden ver todo a su alrededor, excepto por un pequeño lugar ciego detrás de ellos. Sin embargo, el precio que pagan por su visión de amplio campo es que tienen un campo angosto en el cual

pueden percibir profundidad. Para hacer lo anterior, las reses tienen que detenerse y colocar su cabeza hacia abajo. Especies depredadoras tales como los leones, perros, gatos y tigres, tienen sus ojos por el frente de su cabeza, lo que les permite percibir la profundidad y juzgar exactamente distancias cuando saltan y tumban a su presa. Ojos al frente de la cabeza proveen visión binocular superior, cuando al contrario los ojos en los costados de la cabeza proveen la habilidad de escudriñar el ambiente y estar vigilante constantemente. En el Viejo Oeste, causas fortuitas ocasionaban estampidas durante las caravanas del ganado vacuno. Un sombrero llevado por el viento o un caballo reparando encendían el instinto de huída. Es posible desensibilizar el ganado a las causas fortuitas, sin embargo. Por ejemplo, los becerros en las Filipinas pastan al costado de autopistas del lugar en que nacieron. Ellos aprenden que todas las vistas y sonidos de la autopista no los dañarán. Estos animales domesticados, no son perturbados por nada. La mayoría del ganado vacuno en los ranchos Americanos está expuesto a menores causas fortuitas. Abrigos o sombreros colgados en cercas causarán frecuentemente que duden o rehúsen en caminar. Cuando un buey está tranquilo en su corral habitual, el mismo sombrero o abrigo dejado en la cerca puede evocar primero temor y luego curiosidad. El buey volteará y mirará al abrigo y luego se acercará a el cautelosamente. Si el abrigo no se mueve, el eventualmente lo lamerá. Un abrigo que esté aleteando en el viento es más probable que logre asustar a los animales, y estos mantendrán su distancia. En el terreno salvaje, movimientos repentinos son señales de peligro; puede ser un león en un arbusto o un animal huyendo de un depredador. La reacción del ganado vacuno a algo que parece estar fuera de lugar puede ser similar a la reacción de un niño autista a pequeñas discrepancias de su ambiente. Niños autistas que no les gusta nada fuera de lugar – una hebra colgando de un mueble, un tapete arrugado, libros que están ladeados en el librero. En ocasiones enderezarán los libros y en otras ocasiones tendrán miedo. Su reacción de miedo puede ser similar a la reacción de una res a una taza de café en un corredor o un sombrero en una cerca. Niños autistas también notarán discrepancias menores que las personas normales ignoran. ¿Puede ser este un antiguo instinto depredador que ha subsistido? En el terreno salvaje, una rama quebrada de un árbol o un montículo de tierra es una posible señal de actividad de un depredador en el entorno alrededor. El animal que sobrevive y evita los leones es un animal que ha desarrollado las más finas habilidades en detectar señales de cambios. Ganado vacuno, venados, y antílopes voltearán y observarán una fuente potencial de peligro no amenazadora inmediatamente. Las reses en las laderas voltearán y mirarán a una persona, y un antílope en las planicies africanas voltearán hacia y seguirán en ocasiones a un león. De cualquier forma, un león que pueden ver es una amenaza menor a la de un león que no pueden ver. Los animales seguirán al león pero se mantendrán a una distancia segura, la cual permite huir instantáneamente. Lo anterior es conocido como la zona de huida del animal. Personas que trabajan con ganado en las praderas pueden utilizar el principio de la zona de huida para mover grupos de animales eficiente y rápidamente. El tamaño de la zona de huida puede variar dependiendo que tan domesticado sea el ganado. Ganado productor de leche domesticado no tiene una zona de huída, y se acercarán a las personas para ser acariciados. Ganado de engorda criado en ranchos del oeste no está completamente domesticado, y se retirarán si las personas se acercan demasiado a ellos. La zona de huída puede variar de cinco pies a más de cien. El ganado excitado tendrá una zona de huida mayor que la del ganado tranquilo. H. Hedigar declaró en su libro The Psycology and Behavior of Animals in Zoos and Circuses, que el domesticar es la remoción artificial de la zona de huida entre los animales y las personas.

Es relativamente fácil mover grupos de ganado en una manera silenciosa y ordenada si la persona trabaja al límite de la zona colectiva de huida. Invasión profunda de la zona de huida, sin embargo, puede causar pánico entre el ganado vacuno. Si estos son acorralados en un corral, pueden intentar brincar la cerca para aumentar la distancia entre ellos y la persona amenazante. Los terapeutas han observado que los niños autistas frecuentemente observan de reojo cuando están cerca de otros niños mientras están en una línea de espera. Se ponen tensos cuando otros niños invaden su espacio personal. Si otro niño lo roza, puede causarles retraerse con temor como un animal atemorizado. Un roce ligero inesperado desencadena la zona de huida, y un toque firme, similar a la presión estrecha de un grupo de reses, es tranquilizador. Gran parte de mi éxito al trabajar con animales proviene del simple hecho que observo todo tipo de conexiones entre su comportamiento y ciertos comportamientos autistas. Otro ejemplo es el hecho que tanto el ganado vacuno como las personas con autismo pueden ser muy rígidos con sus hábitos. Un cambio en la rutina diaria puede causar que una persona autista tenga una rabieta. Tales cambios solían ponerme muy ansiosa. Los rancheros han descubierto que el ganado vacuno colocado en una nueva ladera debe ser motivado a recorrer el área completa cuando es colocado por primera vez ahí. Observé a un grupo perezoso de toros rehusar caminar menos de un cuarto de milla en una buena ladera. ¿Por qué el ganado se comporta de esta manera? Tiene que ver algo con los instintos para evitar depredadores. Cuando el ganado aprende que cierta área es segura, estos se rehúsan a moverse a una nueva área, la cual puede contener algún riesgo. Un experimento que Ken Odde y yo realizamos en la Colorado State University indicó la gran fuerza de rechazo de los bovinos en cambiar una ruta segura. El ganado fue permitido escoger entre un corredor que llevaba una cámara apretadora y un corredor por el cual simplemente caminarían a través de el. Los animales rápidamente aprendieron a evitar el corredor en el cual serían sujetados por la cámara apretadora. Cuando los corredores fueron intercambiados, la mayoría del ganado se rehusó en cambiar de corredor para evitar ser sujetado. El ser sostenido en una cámara apretadora es ligeramente no placentero, pero no tan aversivo que estuvieron deseosas en cambiar la ruta segura previamente aprendida. Cuando algo realmente doloroso o desagradable ocurre, a pesar de todo, la mayoría de los animales cambian para evitarlo. Mary Tanner, una estudiante de la Colorado State University, encontró que la mayoría de las reses en una lechería estuvieron dispuestas en entrar por ambos lados de un salón de ordeña, pero unas cuantas fueron muy rígidas y siempre entraban por un mismo lado. Evidencia preliminar indica que las reses que se encuentren más nerviosas y excitadas serán las que más rehúsen en cambiar una ruta previamente conocida como segura. Resistencia al cambio puede ser parcialmente motivada por intentos de reducir la ansiedad. En mi propia experiencia, cambios menores en el itinerario de mi escuela preparatoria o el cambiar de horario de ahorro de energía al horario normal, me causaba ansiedad. Mi sistema nervioso y los sistemas nerviosos de algunas personas con autismo están en un estado de alta sensibilidad sin motivo alguno. Antes de que tomara fármacos antidepresivos, mi sistema nervioso estaba constantemente listo para huir de depredadores. Estrés pequeño insignificante causaba la misma reacción como el ser atacada por un león. Estos problemas eran creados por anormalidades en mi sistema nervioso. Ahora que el medicamento ha calmado mis nervios, puedo manejar pequeños cambios en la rutina de mejor manera. Uno de los mas estresantes eventos para el ganado semisalvaje, es que las personas invadan demasiado su zona de huida cuando son incapaces de alejarse. Una persona que se asome por encima de un corredor es muy amenazador para el ganado vacuno que no esta completamente domesticado. El ganado se detendrá y rehusará a caminar a través de un corredor si pueden observar personas a lo lejos.

Esta es una de las razones por la que he diseñado pasillos curveados de una sola línea con paredes sólidas. Ayudan a mantener al ganado más calmado. Las paredes sólidas previenen que los animales se atemoricen por las personas y otros objetos que se mueven por fuera del corredor. Un corredor curveado funciona también mejor que uno recto debido a que el ganado es incapaz de ver las personas que están adelante, y cada animal cree que va hacia el mismo lugar de donde partió. El comprender estos tipos de sensibilidades me hicieron posible encontrar maneras de calmar antílopes atemorizados en el zoológico cuando otras personas estaban convencidas de que era imposible entrenarlos a cooperar durante procedimientos veterinarios. Estos procedimientos eran frecuentemente muy estresantes, debido a que los animales tenían que ser inyectados con un dardo tranquilizador o sujetados por una persona. El antílope puede ser entrenado en aceptar nuevos procedimientos, lugares y sonidos si tales cosas son introducidas gradual y tranquilamente, contrario a lo que sucede con animales que se les alimenta con amenazas. Trabajé con los estudiantes Megan Phillips, Wendy Grafham, y Mat Rooney con los antílopes nyala y bongo a entrar a una caja de madera y permanecer quietos durante procedimientos veterinarios tales como una inyección o prueba sanguínea. Las paredes sólidas de la caja proveían a los animales un sentido de seguridad. Mientras que soportaban los tratos, el veterinario trabajaba en ellos. Durante el entrenamiento, teníamos que cuidar el evitar desencadenar una reacción amenazadora en estas especies víctimas de depredadores. Tenían que ser cuidadosamente desensibilizados al sonido y ruido de las puertas de la caja, y a las personas que entraban en la caja y los tocaban. Los animales astutos rápidamente aprendieron a entrar en la caja para obtener los tratos y luego patear en el momento en el que se intentaba la prueba sanguínea. Para detener esto, sosteníamos el trato hasta que el animal se ponía quieto y cooperaba. Los entrenadores tienen que discriminar entre el pataleo debido al miedo y el pataleo por el simple hecho de evitar hacer algo que el animal no desee hacer. Sostener una recompensa alimenticia servirá a enseñarle a detener el pataleo, pero no tendrá efecto alguno en el pataleo debido al miedo. Las personas que trabajan con personas bajamente funcionales no verbales, deben similarmente ser capaces de determinar si una rabieto u otro mal comportamiento es causado por temor o miedo o es una respuesta de rechazo aprendida. En algunas ocasiones es debido al dolor de sonidos que dañan sus oídos o temor a un cambio inesperado en la rutina. Como en los antílopes y ganado vacuno, los autistas tienen miedo de lo inesperado. Pero en ocasiones estos hacen rabietas simplemente para obtener atención o para evadir hacer cierta actividad o lección escolar. En un estudio, la agresión y explosiones fueron grandemente reducidas en niños autistas muy afectados al darles a sostener un objeto quince minutos antes de que tuvieran su almuerzo o tomar un paseo en autobús. Una cuchara fue utilizada antes del almuerzo, y un autobús de juguete antes de pasear en el autobús. El tacto era el único sentido que no estaba confuso debido a revoltura sensorial, y sostener el objeto permitió a estas personas estar mentalmente preparadas para el siguiente evento en sus rutinas. Hubo ocasiones en las que yo hacía una gran rabieta simplemente para observar como reaccionaban los adultos. Maestros observadores pueden diferenciar entre una reacción de temor masiva y el uso calculado del mal comportamiento para evadir tareas que la persona no desea realizar. Problemas de las Personas El mal trato de las personas es la causa número uno por la cual se atemorizan los animales. El mejor equipo del mundo pierde valor a menos que los administradores controlen el comportamiento de los empleados de la planta. Cuando me inicié en el diseño de equipo, ingenuamente creí que podía diseñar el sistema perfecto, controlaría el comportamiento del empleado. Lo anterior no es posible,

pero he diseñado equipo que requiere muy poca habilidad para ser operado, e instalaciones bien diseñadas proveen las herramientas que hacen posible el sacrificio del ganado de una manera tranquila y con bajo estrés, pero los empleados deben operar el sistema correctamente. Gente tosca y cruel causará molestias en los animales aún si estos utilizan el mejor equipo. La actitud de los administradores es la variable más importante que determina cómo los animales son tratados. No me sorprendería si esto fuera cierto para cualquier organización. El manejo del ganado ha sido mejorado grandemente durante los últimos diez años, y los administradores han sido mas sensibles acerca del bienestar de los animales, pero aún continua existiendo necesidad de ser mejorado. Es muy doloroso para mí observar que alguien abuse de un animal, especialmente cuando sucede en alguno de mis sistemas. Algunas personas compran equipo nuevo y creen que es un sustituto de buena administración. A través de los años he visto mejorar el manejo de los animales con un cambio en los administradores, y he visto convertirse en rudo y salvaje cuando un buen administrador parte. Un buen administrador funge como la conciencia para sus empleados. Tiene que involucrarse lo suficiente para estar al pendiente, pero no tanto que se convierta en frío y no sensible. Uno no puede confiar en el capataz para promover un buen ambiente. Esta persona frecuentemente se torna inmune al sufrimiento animal en el piso de sacrificios. El administrador que promueve buen trato a los animales es usualmente más efectivo cuando se encuentra al nivel de gerente de planta. Alguien en una distante oficina matriz está frecuentemente muy desligado de la realidad del piso de sacrificio como para preocuparse al respecto. Plantas que tienen altos estándares de bienestar animal, aplican estrictos códigos de conducta. Un administrador construyó su oficina de tal forma que pudiese ver los corrales y la rampa del ganado que entraba hacia la planta. Si el veía empleados que golpearan al ganado, el llamaba al capataz. Empleados que manejan miles de animales frecuentemente se tornan insensibles y duros. Las personas que sacrifican a los animales deben ser rotados, y la automatización completa del procedimiento actual de matanza promueve un buen ambiente laboral. La automatización de la matanza es de especial importancia en plantas de alto volumen, con tasas de más de 150 reses por hora. Una persona se convierte en zombi cuando tiene que disparar miles de reses cada día. A velocidades menores uno puede adquirir orgullo en hacer el trabajo humanamente y tratar al animal con respeto, pero a altas velocidades es simplemente lo que uno puede hacer para mantenerse a la par del movimiento sin descanso de la línea de producción. La administración debe también tener el deseo de tomarse el tiempo y realizar esfuerzos para mejorar los métodos de manejo. Los empleados tienen que ser entrenados para comprender el comportamiento del ganado y utilizar los instintos naturales de los animales para asistirlos a moverse. Empleados entrenados aprenden a llevar el ritmo de grupos de animales de tal forma que sigan al líder en la punta. Cada grupo debe ser guiado al corredor de una sola fila de la misma forma que la del último animal del grupo previo. Si el siguiente grupo es llevado demasiado rápido, las reses o puercos se voltearán, debido a que no existe espacio para ellos. No adoro algo más que observar una planta que he diseñado funcionar tranquila y eficientemente, sabiendo que los animales están siendo tratados con decencia. Siempre me sorprendo con el número de personas que piensan que la “selva” sigue existiendo en el corral de ganado Chicago. El corral de ganado de Chicago ha existido por más de 30 años. Cuando discuto mi trabajo con viajeros en los aviones, muchos preguntan si se siguen utilizando los mazos. Los mazos fueron prohibidos por el Human Slaughter Act en 1958 en todas las plantas procesadoras de carnes que proveyeran al gobierno de los Estados Unidos. El Humane Slaughter Act demanda que el ganado vacuno, puercos, ovejas y cabras sean insensibles instantáneamente al dolor

antes de ser sacrificados. Lo anterior no incluye aves de corral o actos de sacrificio de cualquier rito religioso. La ley estipula que los animales sean insensibilizados al dolor ya sea por un tornillo contundente, choque eléctrico, o gas CO2. El tornillo contundente mata al animal instantáneamente al atornillar un tornillo directamente sobre el cerebro. Tiene el mismo efecto que un disparo de arma de fuego. El choque eléctrico causa una inconsciencia instantánea al pasar una corriente eléctrica alta a través del cerebro. Funciona de la misma manera que el tratamiento de choques electro convulsivo en las personas. Si el procedimiento se realiza correctamente, el animal se vuelve inconsciente instantáneamente. Las personas frecuentemente me preguntan si los animales le tienen miedo a la sangre. De nuevo, son las pequeñas distracciones las que atemorizan a los animales más que la sangre. Sangre u orina de relativamente reses tranquilas parecen tener ningún efecto alguno, pero la sangre de reses que se han atemorizado mucho puede contener un sustancia de “cierto temor”. Si las reses permanecen relativamente calmadas, caminarán voluntariamente hacia la rampa ensangrentada. Pero si el animal se estresa severamente por más de cinco minutos, el siguiente animal se rehusará en entrar. Diseño de Equipo de Sujeción Muchas personas que diseñan sistemas para sujetar animales no piensan acerca de cómo la siente el animal. Algunos ingenieros son raramente inconscientes que un filo puntiagudo se puede enterrar y lastimar. Ellos construyen dispositivos que aplastarán o se clavará en el animal. Equipo de sujeción para restringir reses o puercos de cualquier veterinaria o rastro de sacrificio, frecuentemente aplasta demasiado al animal o lo sostienen en una posición no confortable. Una de las razones por las cuales soy buena para diseñar este tipo de equipo, es por que puedo visualizar como se sentirá el dispositivo. Puedo ponerme dentro de una prensa de 1200 libras y sentir el equipo. ¿Cómo se sentirá con una persona gentil operándola? ¿Cómo sería con una persona ruda operándola? Cuando veo que una persona que aplasta demasiado a un animal, me hace sentir el dolor por todo el cuerpo. Una de mis cruzadas en la industria de la carne ha sido eliminar el constreñir y alzar con cuerda como método de sujeción en plantas de sacrificio kosher. El principal problema de bienestar animal en las plantas kosher son los espantosos métodos de sujeción de algunas plantas. La variación en el método de sujeción debe ser separado de la variable del existente corte shehita, el cual es realizado sobre el animal totalmente consciente. En plantas kosher, un largo cuchillo especial muy filoso es utilizado. Cuando el corte está hecho correctamente de acuerdo a las reglas del Talmud, el animal no parece sentirlo. El Talmud establece que no debe de haber indecisión durante el corte y la incisión no debe regresarse sobre el cuchillo. El cuchillo debe tener un afilado perfecto y libre de muescas, debido a que las muescas pueden causar dolor. Nunca olvidaré las pesadillas que tuve después de haber visitado la ahora difunta planta Spencer Foods en Spencer, Iowa, hace quince años. Los empleados utilizando cascos de fútbol americano colocaban un aro en la nariz de una bestia retorciéndose suspendida por una cadena amarrada a una de sus piernas traseras. Cada terrorificado animal era forzado con una varilla eléctrica a correr hacia una pequeña caseta la cual tenía piso resbaladizo a un ángulo de 45 grados. Esto causaba al animal resbalar y caer de tal forma que pudieran colocar la cadena a su pierna trasera. Mientras observaba esta pesadilla, pensé, “Esto no debería suceder en una sociedad civilizada”. En mi diario escribí, “Si el infierno existe, me encuentro en él”. Juré que iba a transformar ese infierno de planta por un sistema más amable y suave. Hace diez años fui contratada por el Council for Livestock Portection in New York para

desarrollar un sistema de sujeción para becerros kosher. El consejo era un consorcio de grupos de defensa de los animales importantes tales como el Humane Society of the United Status, el American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, the Fund for Animals, el Massachussets SPCA, el American Humane Association, y otros. Fue formado a los inicios de los años setentas para reemplazar el constreñir y levantar, por métodos de sujeción mas humanos. En ese entonces, sistemas de sujeción existían para rastros kosher para grandes reses, pero no para becerros o corderos. Cuando se promulgó el Humane Slaughter Act en 1958, los rastros Kosher fueron exonerados, debido a que no existían alternativas para el constreñir y levantar animales totalmente conscientes. Walter Giger, Don Kinsman, y Ralph Prince, de la Universidad de Connecticut, habían demostrado que un becerro puede ser sujetado de una manera cómoda cuando era montado sobre una banda transportadora. El animal monta la banda transportadora tal como una persona monta un caballo, soportado sobre su barriga y pecho. Paredes rígidas a los costados de la banda transportadora evitan que se ladee y caiga. Los investigadores de Connecticut tuvieron una muy buena idea, pero tuve que inventar muchos nuevos componentes para construir un sistema que funcionara en una planta de sacrificio comercial. Para hacer funcionar el nuevo sistema, tuve que eliminar todos los puntos de presión los cuales causaban incomodidad a los animales. Por ejemplo, presión incómoda en las articulaciones de los carneros causaban movimiento y forcejeo con el sujetador. La eliminación de los puntos de presión resultaron en terneros más tranquilos. Una de las desventajas de un sistema de sujeción de banda tanto para rastros convencionales, donde las reses son dormidas, y rastros ritualistas, es que las reses se mueven a lo largo de una línea continua. Cada animal tiene su cabeza en la parte trasera del animal enfrente de ellos. Al haber observado a las reses, me había dado cuenta que se mantenían más calmadas cuando se podían tocar entre sí. Debido a que las reses estaban en contacto continuo entre sí, estas se mantenían mas calmadas en la planta que en el sujetador de la Colorado State Experiment Station. También había observado que las reses están acostumbradas a caminar en una sola línea. Una revisión de pastizales de reses muestran un pequeño y angosto camino de doce pulgadas. Caminar en una sola fila es parte de la naturaleza de las reses. Lo anterior es el por qué un sistema que maneje reses en movimiento sobre una sola línea funciona muy bien. Muchas personas no me creen cuando les digo que los rastros de reses pueden ser tranquilos, pacíficos, y humanos. En algunas plantas, las reses permanecen en absoluta tranquilidad y los empleados son muy conscientes. En una planta grande, 240 reses por hora caminaban tranquilamente sobre una rampa y voluntariamente entraban en un sujetador de banda de dos rieles. Era como si fueran a ser ordeñadas. Cada res caminaba hacia la entrada del sujetador y se sentaba sobre la banda como una anciana se sienta en un autobús. La mayoría de los animales entraban al sujetador cuando se le palmeaba en su trasero. Dado que las reses se movían a través del sistema en una línea continua, nunca están solas y separadas de sus compañeras. En esta planta, el sistema había sido hermosamente instalado y apropiadamente iluminado. Cuando el rastro es operado apropiadamente, las reses experimentan menos estrés y molestias de las que sufren en maniobras en la rampa para procedimientos veterinarios. El ser autista me ha ayudado a comprender como sienten, debido a que sé lo que se siente tener el corazón acelerado cuando un carro toca el claxon en medio de la noche. Tengo sentidos muy sensibles y respuestas al temor que pueden asimilarse a las de las especies víctimas de depredadores, a diferencia de la mayoría de los humanos. Recientemente visité un rastro en el cual las reses eran aterrorizadas por el aire que escapaba de una puerta neumática. Cada ocasión que la puerta abría o cerraba, las reses se arremolinaban y retrocedían en la rampa. Ellas reaccionaban como si hubieran

visto una víbora de cascabel. Era obvio para mí que el aire silbante las asustaba, pero la mayoría de las personas no pudieron darse cuenta. La adquisición de silenciadores de aire fue la solución. Cuando el silbido cesó, los animales dejaron de estar asustados de la puerta. Todo lo que fue necesario fue el punto de vista de una res.

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