El que me ama, cumplirá mi palabra

1 de mayo de 2016 6o. Domingo de Pascua Año 16 No. 746 Liturgia de las Horas: 2a. semana del Salterio. “El que me ama, cumplirá mi palabra” 1 (Jn 14

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1 de mayo de 2016 6o. Domingo de Pascua Año 16 No. 746 Liturgia de las Horas: 2a. semana del Salterio.

“El que me ama, cumplirá mi palabra” 1

(Jn 14, 23)

Intención de nuestro obispo para el mes de MAYO

Para que se difunda en las familias, comunidades y grupos, la práctica de rezar el santo Rosario por la evangelización y por la paz. Por ser Domingo de Pascua utilizamos el color blanco.

RITOS INICIALES ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48, 20

Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.

ENTRADA

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

SALUDO

Que la presencia salvadora de Jesús resucitado, que vive entre nosotros, nos anime en este tiempo pascual y permanezca con ustedes. Y con tu espíritu. En lugar de Acto Penitencial, puede emplearse, durante este tiempo de Pascua, el rito de la bendición y aspersión del agua.

ACTO PENITENCIAL

Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, con la alegría de la Pascua de nuestro Señor, 2

abramos nuestros corazones a la reconciliación con Dios y los hermanos. (Silencio). Yo confieso… Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

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ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...

MESA DE LA PALABRA El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las necesarias. Del libro de los Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22- 29 En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el asunto con los apóstoles y los presbíteros. Los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la comunidad cristiana, juzgaron oportuno elegir a algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Los elegidos fueron Judas (llamado Barsabás) y Silas, varones prominentes en la comunidad. A ellos les entregaron una carta que decía: “Nosotros, los apóstoles y los presbíteros, hermanos suyos, saludamos a los hermanos de Antioquía, Siria 4

y Cilicia, convertidos del paganismo. Enterados de que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, los han alarmado e inquietado a ustedes con sus palabras, hemos decidido de común acuerdo elegir a dos varones y enviárselos, en compañía de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, quienes les transmitirán, de viva voz, lo siguiente: ‘El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicación y de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si se apartan de esas cosas, harán bien’. Los saludamos”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 66 R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya. Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R. Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R. Que te abalen, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R 5

Un ángel me mostró la ciudad santa, que descendía del cielo. Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 21, 1014. 22-23 Un ángel me transportó en espíritu a una montaña elevada, y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino. Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero. No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. No necesita la luz del sol o de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él (Jn 14, 23). Aleluya, aleluya. 6

El Espíritu Santo les recordará todo cuanto les he dicho. El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Del santo Evangelio según san Juan 14, 23-29 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho. La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PROFESIÓN DE FE En lugar del Símbolo Niceno-constantinopolitano, sobre todo en el Tiempo de Cuaresma y en el Tiempo Pascual, se puede emplear el Símbolo bautismal de la Iglesia de Roma, también llamado “de los Apóstoles”.

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Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,

(En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan).

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

PLEGARIA UNIVERSAL

Alabemos juntos a Dios nuestro Padre que, con gran júbilo pascual y misericordioso, nos invita a orar los unos por los otros en la gran familia que en Jesucristo ha formado. Supliquémosle pues con alegría diciendo: Padre bondadoso y misericordioso, santifícanos. Para que todos los que nos decimos cristianos, demos auténtico testimonio de la fe que profesamos y contribuyamos al bien común. Oremos. Para que nuestros gobernantes asuman la responsabilidad de velar y custodiar la justicia y la equidad, y se santifiquen por las obras que realicen por el bien de los ciudadanos. Oremos. 8

Para que los empresarios y los encargados de generar oportunidades de empleo, reconozcan siempre la dignidad de la persona, y cada trabajo sea también justamente remunerado. Oremos. Para que cada Celebración Eucarística, nos lleve a resucitar en el servicio a los hermanos. Oremos. Escucha, Señor, nuestras súplicas que gozosos te elevamos y dígnate concederlas si son para el bien de nuestras almas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

MESA DE LA EUCARISTÍA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

CONSAGRACIÓN

Después que el sacerdote pronuncia las palabras de consagración del pan y del vino, se sugiere realizar la siguiente proclamación:

Éste es el Misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros. Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

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PADRE NUESTRO

En la confianza con que Jesucristo nos invitó a orar a Dios llamándolo Padre, digamos llenos de fe y esperanza: Padre nuestro...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 15-16

Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA

(Inclinen la cabeza para recibir la bendición). El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Señor Dios, con el corazón deseoso de cumplir tu voluntad, invocamos tu ayuda y, ya que sin ti no podemos hacer lo que es justo, concédenos, en tu gran misericordia, que logremos llevar a cabo siempre lo que es recto y poda10

mos recibir de ti todo lo que sea para nuestro bien. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén. Vayamos con la esperanza del Resucitado, que nos anuncia la venida del Espíritu Santo, a hacer vida lo que aquí hemos celebrado. Pueden ir en paz. Demos gracias a Dios.

“Quien verdaderamente cree que Jesús es el Verbo Encarnado, el Redentor del hombre, no puede menos que experimentar en lo íntimo un sentido de alegría inmensa, que es consuelo, paz, abandono, resignación, gozo…” San Juan Pablo II 11

“Amar y vivir en paz con la ayuda del Espíritu Santo” Pbro. Jorge Rosas Suárez

La

paz que nos regala Cristo resucitado nos compromete a vivir en el amor, respeto y aceptación de los hermanos. No es una paz basada en conveniencias personales, sino en la búsqueda del bien común que ayuda a transformar la comunidad en un espacio y ambiente agradable para la sana convivencia. Cuando perdemos la paz, el miedo se apodera de nuestros corazones y, de inmediato, brotan la inseguridad y los complejos que detienen el crecimiento de la confianza en Dios. Muchos nos volvemos cobardes y no queremos responder con fidelidad al llamado que el Señor nos hace para ser “misioneros de su misericordia”. A pesar de esta situación que alcanza la vida de muchos creyentes, la presencia del Espíritu Santo en la actualidad sigue siendo una fuerza renovadora, que libera nuestra voluntad de cualquier forma de esclavitud. Por eso Jesús le llama Paráclito, es decir, abogado, defensor, intercesor y consolador; que nunca deja de enriquecer con sus dones a la humanidad entera. Este domingo es una buena oportunidad para convertirnos en la “morada del Señor”, donde él pueda habitar con toda la gracia sanadora de su Espíritu y practicar el amor desde las obras de misericordia, para ser instrumentos de su palabra que alimenta y renueva la fe. Amar a Dios y cumplir su palabra son acciones que nacen de la total apertura a la gracia del Espíritu Santo que nos da la paz y disipa todos los miedos que nos tienen bajo la incertidumbre. Hoy podemos ser apóstoles de la palabra y compartir la alegría de la presencia del Señor resucitado entre su pueblo. 12

SANTOS EN LA MISERICORDIA Misericordia para los pequeños San Jerónimo Emiliani (1486-1537) “Patrono universal de los huérfanos y de la juventud abandonada”. En lugar de quedarse en su noble y acomodada condición social, Jerónimo escuchó “el infinito lamento de los pobres” y descubrió “la dulce ocasión” que Dios finalmente le daba para poder donar todo a su amado Jesús crucificado. Durante el día gastaba el dinero acumulado para socorrer a cuantos miserables podía, en la noche vagaba por las calles recogiendo enfermos tirados y sepultaba a los muertos abandonados. Reunió junto a sí varios centenares de jóvenes abandonados y creó para ellos una gran familia dotada de maestros artesanos, de medios y de ambientes en los cuales educarlos, instruirlos e introducirlos dignamente en el mundo del trabajo. Aún siendo laico, los amigos lo llamaban “el vagabundo de Dios” y “el peregrino de la caridad”. Es el fundador de la “Compañía de los siervos de los pobres”. “Que se acuerden de mantenerse firmes mutuamente en el amor a Dios y al Prójimo” P. Jerónimo Emiliani

Mi asistencia a Misa “Enseña al niño a seguir fielmente su camino... ” (Prov 22,6)

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EL AÑO DE LA MISERICORDIA Centralidad de la misericordia en el mensaje cristiano Ramiro Pellitero

Partiendo de María, “icono de una iglesia que evangeliza porque es evangelizada”, se nos invita en este tiempo de gracia a escuchar personalmente la Palabra de Dios. Dios, que es Padre con entrañas maternas, que es generoso, fiel y compasivo, que siempre nos espera, que no se cansa de perdonar. Esto acontece “especialmente en los momentos más dramáticos”. En la historia del pueblo elegido, cuando Dios es traicionado en su Alianza. Y a pesar de todo, él restablece la justicia y la verdad. De modo que las relaciones entre Dios y su pueblo son presentadas en la Biblia como un “drama de amor”. Bueno es detenerse para ver si nuestras relaciones con Dios son así de personales. Y si, especialmente en épocas más o menos largas de dificultades en la fe o en la vida cristiana, acudimos a él por medio de la oración y de la lectura meditativa de la Sagrada Escritura, sobre todo del Evangelio. Pues bien, este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo de Dios hecho hombre: “En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la ‘Misericordia encarnada’ (Misericordiae Vultus, 8)”. Jesús encarna la escucha perfecta de Dios, con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas, que es el núcleo de la Alianza (cf. Dt 6, 4-5). El Hijo de Dios se presenta también como “el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella”. En este drama de amor, que se sitúa en el corazón del anuncio de la fe, observa el Papa que “la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental”. ¿En qué sentido? En cuanto que es la belleza del amor de Dios manifestado en Jesucristo: “La Misericordia entonces ‘expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer’ (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él”. Fuente: Almudi/iglesiaynuevaevangelizacion.blogspot.com 14

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Las obras de misericordia espirituales 7. Rogar a Dios por vivos y difuntos Como conclusión de las siete obras de misericordia espirituales aparece la práctica de la oración (rogar a Dios por los vivos y por los difuntos) en clave de síntesis, dado que la oración es un don de Dios al hombre. En efecto: “La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él” (CEC, no. 2560). En definitiva: “La oración cristiana es una relación de alianza entre Dios y el hombre en Cristo” (no. 2564) y, por lo tanto, sostiene todas las obras de misericordia. Esta obra de misericordia pone de relieve, además, la “comunión de los santos” en la Iglesia, la cual viene recordada ya en el Catecismo Romano (siglo XVI): “Todo cuanto posee la Iglesia es poseído comúnmente por cuantos la integran; todos (los bautizados) están constituidos para el bien de los demás” (cfr. 1Cor 12,23; Ef 4,11). En definitiva, se trata de la comunión de los miembros de la Iglesia, tanto de los que peregrinan aún en la tierra, como de los bienaventurados del cielo, calificados ambos como “santos”, gracias al Bautismo que han recibido en Cristo. En este sentido, esta última obra de misericordia prepara y dispone a “aceptar” y “vivir” la voluntad de Dios, sea cual sea, ya que “si le pedimos al Creador algo según su voluntad, nos escucha” (1Jn 5,14; Ef 1,3-14).

Directorio S.E. Mons. Francisco Javier Chavolla Ramos Obispo de Toluca

L.D.G. Isela Castro Serrano Diseño Gráfico

Pbro. Jorge Rosas Suárez Responsable de CODICOSOC

César A. Zetina Rojas Ilustrador

Ventas: Tels. (01 722) 213 01 81 214 01 62 213 50 78 Consulte la versión electrónica en: http://www.diocesistoluca.org.mx/inicio.htm

L.L.L. Edith Muciño Martínez Cuidado de la edición

“Mensajero de la Palabra” es una publicación semanal de la Diócesis de Toluca que, a través de la Comisión Diocesana para las Comunicaciones Sociales, (CODICOSOC) e integrantes de la Pastoral Litúrgica editan para facilitar la participación consciente, activa y plena de los fieles en la celebración eucarística. Las oficinas de la CODICOSOC están ubicadas en Belisario Domínguez No. 103, Col. Centro, C.P. 50000 Toluca, México. Registro en trámite.

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