EL REGRESO DE SILO. P: Por qué tanta gente común y corriente no se siente interpretada por su pensamiento?... Qué es lo que falla en su teoría?

Diario: El Mercurio de Chile Periodista: Pamela Aravena Bolívar Fecha: 8 de mayo de 1994 Mario Luis Rodríguez, Silo, quien fuera uno de los artífices

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Diario: El Mercurio de Chile Periodista: Pamela Aravena Bolívar Fecha: 8 de mayo de 1994 Mario Luis Rodríguez, Silo, quien fuera uno de los artífices del nuevo humanismo en la década de los 60, viene a Chile a presentar su libro “Cartas a mis amigos”, donde por primera vez expresa su pensamiento social. Llegar a nuestro país el próximo viernes. EL REGRESO DE SILO Eran los años sesenta y la revolución de las flores estaba comenzando. Algunos signos: las palabras paz y libertad se gritaban a todos los vientos como nunca antes. Los cabellos largos en las mujeres y también en los hombres, las vestimentas sueltas, y el uso abusivo de las drogas, daban que hablar a más de algún conservador. Los hippies reaccionaban frente a un mundo que no les gustaba. También en ciertas parte del planeta, pero sobre todo en este continente, surgían las guerrillas. Grupos de muchachos con un pensamiento más contestatario, aguerrido y virulento, que quería transformar el mundo violentamente. Y estaban los neohumanistas, quienes volvieron a tomar al hombre como su centro de referencias y pretendieron una teoría alejada del humanismo cristiano, marxista o existencialista. Querían una nueva concepción que no partiera de prejuicios, sino que tuviera como punto de origen a la persona misma. Su definición: querían actuar y no reaccionar. Deseaban proponer y no destruir. El pequeño grupo, de origen argentino, estaba formado por gente muy joven que provenía de diferentes especialidades: sicología, sociología, ciencias políticas. Entre los últimos, figuraba el mendocino Mario Luis Rodríguez, más conocido como Silo. UN GUIA ESPIRITUAL Desde esos locos años universitarios, Silo se dedicó permanentemente a una actividad nada común hoy en día: a pensar. Con sus escritos influyó en innumerables personalidades y organizaciones en el mundo. Entre ellas, al Partido Humanista chileno. Sin embargo, jamás logró crear una gran organización de base que apoyara sus planteamientos. Más bien, sólo logró que un círculo cerrado de seguidores pregonara sus ideas. Sin embargo, ese pequeño grupo hizo de las suyas. En la época, se los acusó de pregonar el amor libre y de formar sectas perniciosas. Silo fue acusado de pervertir a muchas jovencitas -de ellas, algunas chilenas, quienes viajaban a Argentina a hacer realidad sus controvertidos ideales. Esas historias ya son parte del pasado. Ahora, a los 56 años, Silo publicó su séptimo libro titulado “Cartas a mis amigos”, en las que pretende exponer por primera vez su pensamiento social. El próximo fin de semana estará en Chile para presentarlo en las jornadas humanistas que se realizarán en el Centro Cultural Estación Mapocho el 14 de mayo. Periodista: ¿Se siente el guía espiritual de los humanistas? Silo: Son muchos los humanistas que están haciendo planteamientos muy juiciosos, aunque la elaboración en materia de ideas más conocidas sea la mía. No nos engañemos, ésto ha pasado con muchas corrientes de pensamiento, que han tomado el nombre de los que primero empezaron. Por ejemplo, el marxismo empezó con Marx, pero luego fue enriquecido con muchos aportes. Eso es lo que está ocurriendo con el humanismo ahora. P: Por lo tanto, ¿los marxistas son a Marx lo que los humanistas a Silo? S: Podría vérselo así. Eso sería una figura parecida... -dice riendo. P: ¿Por qué tanta gente común y corriente no se siente interpretada por su pensamiento?... ¿Qué es lo que falla en su teoría? S: Tal vez nuestro sistema de comunicación social no ha sido el mejor. Quizás los libros no son buenos para llegar a las sociedades de masas que tenemos hoy día. P: ¿Cuál es la diferencia entre los humanismos cristianos y marxistas, y el nuevo humanismo que usted propone?

S: El humanismo cristiano parte de premisas -como la existencia de Dios- que condicionan sus análisis sobre el hombre. Nosotros hacemos una tabla rasa, y partimos de nuestra realidad más inmediata, que es el hombre, para conocer quién es, qué desea, cuál es su búsqueda de sentido, cuál es la mejor organización que puede lograr. Por su parte, para el humanismo marxista, el hombre es reflejo de lo que pasa en el mundo, y por tanto tiene una conciencia pasiva. Para nosotros, el hombre se transforma a sí mismo y al mundo, mediante una conciencia activa. Por ésto, con nuestro pensamiento, las personas pueden derivar directamente al cristianismo o al ateísmo, porque partimos desde el hombre mismo. EL COLAPSO Mientras habla, Silo -como ya está acostumbrado a que lo llamen- no deja de fumar Marlboro light. Sentado en su confortable sala de estar, rodeada de libros, de un computador, de teléfono y fax -todo dentro de su casa estilo campestre, custodiada por una alarma y ubicada en las afueras de Mendoza-, habla sobre sus actuales preocupaciones. Uno de esos tópicos es la corrupción que, a su juicio, surge de la extrema concentración de dinero y de poder. En su libro dice que ahora “no se habrá de aspirar a una democracia formal, manejada por los intereses de las facciones, sino a una democracia real”. P: ¿Cuál es su análisis sobre las organizaciones políticas tradicionales? S: Los partidos políticos se han hecho muy cupulares, por lo que se han distanciado del pueblo. Se comunican con él sólo mediante los medios de comunicación y olvidando el trato personal. De este modo, han perdido su verdadero significado que es estar al lado de la gente. P: ¿Y al lado de quién se ponen? S: La cúpulas políticas se van ligando a las economías y terminan en un juego de acuerdos que sólo se hace entre ellos. De esta manera se produce una peligrosa concentración de poder en unas pocas manos, que pertenecen precisamente a quienes toman las decisiones. Esto que ya ocurrió en Italia, Japón, Brasil y otros países, se va a trasladar a otras regiones. La organización política se va a saturar y fatalmente van a producirse colapsos. P: ¿Tienen alguna respuesta concreta para solucionar estos problemas? S: Respecto de la parte económica, se está avanzando hacia una gran concentración del capital y eso es un síntoma del futuro colapso. Las empresas no deben concentrar su dinero, sino que deben reinvertirlo productivamente. Si surge el problema de la saturación de mercado, entonces deben ser capaces de crear nuevas opciones. Las alternativas son variadas. La cuestión es que la relación trabajo-capital debe cambiar, para sostener como uno de sus principales elementos al trabajador. El capital, por tanto, debe estar en función de crear nuevas fuentes de trabajo. Por su parte, los partidos tradicionales deben hacer lo que ya están haciendo las colectividades humanistas, es decir, preocuparse por organizar un sistema de comunicación directa con los barrios, de manera de ponerse de acuerdo en común respecto de la solución de los problemas que aquejan principalmente a las personas corrientes. P: Pero es un hecho que los partidos tradicionales comenzaron con esa relación directa con los barrios. Los partidos humanistas por tanto, pueden terminar en lo mismo en que, según usted, hoy están las antiguas colectividades. S: Aunque en algún momento los partidos tradicionales hicieron lo mismo, se veía claramente una tendencia a la superestructura. Ellos no se preocuparon jamás de quienes serían consejeros comunales. Sus intereses estaban dirigidos a quienes iban a ser diputados, senadores o Presidentes. P: ¿No le parece una pretensión idealista sugerir que los militantes de un partido se ocupen sólo de la comunicación con los barrios y olviden todos sus intereses particulares? S: Sí, pero lo que es ideal hoy, puede ser realidad en el futuro. Nosotros siempre pensamos en la proyección. Los problemas no pueden verse con un criterio utilitarista a corto plazo, deben ser enfrentados con una amplitud de criterio. EL HUMANISMO PARTIDARIO 2

Sólo una vez en su vida Silo sintió la tentación de dedicarse a la política. Fue cuando sus jóvenes 20 años lo impulsaban a creer que mediante esa actividad podría resolver los problemas que veía y que lo aquejaban. Sin embargo, se dio cuenta de que el sistema político era mucho más complejo de lo que pensaba. “Yo, la implementación práctica de mis ideas, no sé como hacerla. Eso se lo dejo a los políticos”. Entonces, desarrolló la veta que creía podía explotar mejor, y eso era intentar conocer al hombre. A pesar de ésto, y como suele suceder, sus ideas fueron determinantes para la formación de una particular tendencia política, que en Chile emergió con banderas naranjas. El partido humanista era entonces muy llamativo y atraía principalmente a los jóvenes. Sin embargo, el sistema no les dio cabida y fueron muy pocos los que se unieron a sus filas. Además, se ganó grandes enemigos que, entre otras cosas, lo tildaron de charlatán. Hace unos pocos años, los partidos humanistas volvieron a emerger, tanto en Argentina como en Chile. “Y en casi todo el planeta”, acota Silo. Sin embargo, en nuestro país ha tenido una escasa entrada, que se vio reflejada en el pobre porcentaje de votos obtenidos por Cristián Reitze en la última elección presidencial. P: En Chile se dijo que gracias a su influencia, la Alianza Humanista Verde se retiró de la Concertación y postuló un camino propio a la Presidencia de la República. S: No, fue una decisión propia de parte de ellos. A mí me pidieron una opinión sobre lo que estaba ocurriendo en la relación entre los frentes y los partidos. Y se les dijo que los frentes son muy dinámicos y que tienden a cambiar demasiado, por lo que los partidos deben buscar su propia identidad. P: Tal vez es bueno lograr esa identidad, pero, en términos de representación, los humanistas lograron menos del uno por ciento de adhesión y las elecciones se ganan con votos. S: En Chile me dijeron que los objetivos principales del partido no se plantearon en términos de votos, sino de posicionamiento. La idea era presentarse como una nueva opción, por eso el punto de vista principal fue el lanzamiento de un lenguaje y un estilo propios. P: ¿Por qué era el momento de salirse de la Concertación? S: Cuando las situaciones son muy estables, como lo fue la transición chilena, el humanismo no llega. En cambio, cuando se desestabilizan, sí, porque la gente busca nuevas alternativas y ahí estamos nosotros. P: Entonces, ¿los humanistas buscan la desestabilización para poder posicionarse? S: No, de ningún modo. La alianza humanista chilena pensaba que iba a haber una desestabilización en este nuevo gobierno y por eso era necesario mostrarse como una alternativa diferente. P: ¿Y les ve algún futuro? S: A vuelo de pájaro, yo creo que van a tener su desarrollo, sin duda. Veamos la situación mundial. Cuando se acabó el socialismo en el Este, existía la alternativa del capitalismo, pero si este sistema falla, debe existir otra. Y allí estaremos nosotros. No asesinemos estas posibilidades. Dejemos que surjan como una alternativa reservada para solucionar los problemas que otros no han sabido resolver. Si todo sale bien y estamos equivocados, y el colapso de este sistema no se da, -excelente, muy bien! Pero, ¿y si falla? CARTA A SUS AMIGOS En su séptima publicación, “Carta a mis amigos”, Silo describe por primera vez su pensamiento social. Son diez las misivas que envió y que publicó a lo largo de casi tres años. La primera fue escrita el 21 de febrero de 1991, y la última. el 15 de diciembre de 1993. Este año, le sugirieron unirlas en un solo libro. En ellas se esboza un pensamiento de fácil lectura y comprensión, aunque no exenta de profundidad. En la reseña del libro se explica que son una serie de exposiciones ocasionales, que permiten una lectura sin secuencia.

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* Primera Carta: Analiza la situación que hoy vive la sociedad mundial. Alerta acerca de la manipulación que se realiza para no permitir los cambios, y destaca las paradojas de un mundo incomunicado, solitario y sospechoso. * Segunda Carta: Plantea los factores de cambio del mundo actual y las posturas que habitualmente se asumen frente a él. Silo acentúa el notorio individualismo que se observa, la fragmentación social y la fuerte concentración de poder en las minorías. * Tercera Carta: Ordena y simplifica sus opiniones acerca de la situación que hoy se vive y considera algunos aspectos de la relación entre individuos, y entre éstos y medio social en que viven. * Cuarta Carta: Resume las ideas que fundamentan sus opiniones vertidas en estos escritos. Entre ellas, las más importantes son: la conciencia activa del ser humano y su proyecto vital básico: superar el dolor y el sufrimiento. * Quinta Carta: Destaca la libertad humana como la fuente de todo sentido. * Sexta Carta: Aquí se exponen los temas y propuestas fundamentales de los humanistas de hoy. Para ésto se desarrolla el “Documento del Movimiento Humanista”. * Séptima Carta: Silo precisa el tipo de revolución a la que aspira: aquella que ponga como valor central al ser humano. * Octava Carta: Se centra en la relación entre las Fuerzas Armadas, el poder político, y la sociedad. * Novena Carta: Pasa revista a la situación actual de los derechos humanos y los enfoca desde la perspectiva humanista. * Décima Carta: Establece la necesidad de tener una visión global sobre los complejos fenómenos que se advierten. Plantea sus propuestas para contrarrestar la situación de crisis que ve en el mundo. Las misivas fueron publicadas separadamente en casi todo el mundo, siendo traducidas a más de 20 idiomas en los cinco continentes. Ahora, comienza la presentación de ellas en un solo libro. A fines de este semestre viajará también a Milán a dar una conferencia sobre él, y luego a Moscú. REMINISCENCIAS DE SILO Mario Luis Rodríguez Cobos nació en el centro de Mendoza, bajo el signo de Capricornio, durante el año 1938. Fue a un colegio religioso durante toda su enseñanza. Sin embargo, no se hizo católico. Tampoco es ateo. Se declara creyente, porque cree en el destino del ser humano y en que luego de la muerte hay algo más: alguna fuerza, un significado a nivel cósmico, al que no llamaría “Dios”. Una de sus primeras revoluciones fue tomar el bolso y partir de su provinciana Mendoza para conocer Sudamérica. Recorrió todos los países hasta llegar a Colombia. En esa época, muy pocos se atrevían a hacer lo que él hizo. “Hoy, en cambio, cualquier joven llena su mochila y parte a recorrer”. En ese viaje conversó con estudiantes, profesores, pero principalmente con la gente de la calle. Y se conoció a sí mismo. Intuyó que tenía interés por el ser humano en general y por su sentido en este mundo, en particular. Apenas regresó a Argentina ingresó a estudiar Ciencias Políticas. Allí junto a algunos amigos formó un grupo de estudios humanistas. Debido a su parecido físico con los silos (en ese momento era gimnasta, tenía el cuerpo delgado y debido a su alta estatura lo compararon con los silos que llegaban a almacenarse a Buenos Aires), nació el seudónimo que aún lo acompaña y con el que ha firmado todos sus libros. Gracias a Ana Luisa Cremaschi, su polola de entonces y su actual mujer, quien bailaba en el ballet de Santiago -bajo la dirección de Uthof- creó grandes lazos con humanistas chilenos, que aún se mantienen. Durante largos años se dedicó -aparte de escribir libros y de influenciar a los círculos humanistas que le solicitaban ideas y respuestas- a la agricultura. Su padre y su suegro le dejaron a la pareja vastos campos en las cercanías de Mendoza, en un pueblito conocido como Chacras de Coria. Sin embargo, las inclemencias económicas que padeció Argentina y la paradójica sobreproducción de las viñas mendocinas hicieron que cambiara de rubro hace ocho años. Vendió las tierras y se dedicó a la compra de bienes raíces.

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Aún así no perdió la esperanza, porque siempre ha creído en el ser humano. Tampoco, a los 56 años, ha perdido el sueño de crear para el hombre el mejor de los mundos posibles. Por algo se autocalifica como “revolucionario”. P.A.B.

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