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Propuesta de inclusión, recuperación o puesta en valor de un Bien Patrimonial Material e Inmaterial
El Txikiteo y el Txikito como Bien Patrimonial de Bilbao Sobre el Patrimonio Cultural, Inmaterial y Material Para comenzar, creo que es necesario revisar varios conceptos, y entender que es aquello que llamamos “Patrimonio Cultural”. Posteriormente, analizaremos las diferencias entre el patrimonio cultural inmaterial y el material. 1) Patrimonio Cultural Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) “El patrimonio cultural es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que esta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras.” Asimismo, establece que el patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico dice que el concepto de patrimonio cultural es “subjetivo y dinámico, no depende de los objetos o bienes sino de los valores que la sociedad en general les atribuyen en cada momento de la historia y que determinan qué bienes son los que hay que proteger y conservar para la posteridad.” y si bien entiende que durante el siglo XIX era una visión “restringida, singular y antigua” en el siglo XX fue superada y se consolidó “una visión amplia y plural del patrimonio cultural, que valoran todas aquellas entidades materiales e inmateriales significativas y testimoniales de las distintas culturas”. 2) Patrimonio Cultural Inmaterial Una vez visto que existen diferentes tipos de patrimonio cultural y dejando claro que este no tiene por qué ser solo material y que puede comprender tradiciones o expresiones heredadas de nuestros antepasados, es importante ver la importancia del cuidado de los mismos. Según Unesco, “el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.” y entiende que estos conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación tienen “valor social y económico que es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado”. Unesco entiende que el patrimonio cultural inmaterial es “Tradicional, contemporáneo y viviente a un mismo tiempo” y que por lo tanto, no incluye solo tradiciones heredadas del pasado si no que también son “usos rurales y urbanos contemporáneos característicos de diversos grupos culturales.” y que estos han sido “transmitido de generación en generación, han evolucionado en respuesta a su entorno y contribuyen a infundirnos un sentimiento de identidad y continuidad, creando un vínculo entre el pasado y el futuro a través del presente. […] contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general.”. Y al estar basado en la comunidad, el PCI “sólo puede serlo si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten.”
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3) Patrimonio Cultural Material La primera clasificación entre las diferencias de las manifestaciones materiales e inmateriales fue creada en la 17ª Convención de la UNESCO en 1973. Allí estimaron, que el patrimonio cultural material abarca “monumentos (obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia), conjuntos (construcciones aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte o de la ciencia), lugares (obras del hombre y la naturaleza) y artefactos culturales.” Dentro de los artefactos culturales si bien son artefactos materiales, la UNESCO en la convención los incluye como parte del patrimonio cultural inmaterial: El “patrimonio cultural inmaterial” se define como “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural” (Artículo 2.1). Pero… ¿Qué es el Txikiteo? El Txikiteo es la tradición y acto social de tomar “txikitos” (pequeños vasos de vino cosechero de la casa, también conocido como Viña Arcada por su sabor rudo y acido) de bar en bar. Consistía y consiste en la ronda diaria de las cuadrillas de amigos (normalmente de sexo masculino) antes de comer o cenar, tomando tantos txikitos de vino como bares hubiera en el recorrido. Este acto se acompañaba con relajadas o acaloradas charlas que finalizaban con alegres canciones a capela seguidas por todos los participantes de la ronda. Pero el txikiteo es mucho más que salir a tomar unos vinos y cantar unas cuantas bilbainadas. El txikiteo es relacionarse entre amigos, hacer cuadrilla y mantener unos valores de socialización, de cohesión social y de solidaridad. ¿Dónde? El Txikiteo es muy común en País Vasco, Navarra, La Rioja y el norte de Burgos, si bien, siempre ha tenido más uso en el País Vasco y más concretamente ha sido conocido como una tradición típica de Bilbao. En palabras de José Lejarraga „Petiso‟, decano de Txikitero Artean, miembro del grupo de bilbaínadas 'Bilbotarrak” e icono indiscutible de este colectivo en la Villa, “se txikitea en muchos pueblos de
Bizkaia, e incluso en otras provincias: pero Bilbao es la auténtica sede de los txikiteros”.
Comúnmente, también se le conoce como “irse de chatos” o “de poteo”.
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¿Cuándo comenzó todo esto? Si bien sabemos, gracias al uso del vaso de Txikito que el Txikiteo lleva más de un siglo instaurado en nuestra sociedad, desgraciadamente, no existe un registro histórico que date el comienzo de la tradición del Txikiteo, si bien, ello va unido a la alta proliferación de bares en zonas concretas a finales del siglo XIX en los Cascos Antiguos de las ciudades y pueblos vascos o determinados barrios con niveles de población altos y a la popularización de las rondas de vino trasladado desde la Alhondiga (fue un almacén de vino) hasta las tabernas. Actualmente, el País Vasco es una de las zonas del mundo con más concentración de bares del mundo. En el año 2009 se publicó que solo en el País Vasco había más bares que en 11 países de Europa. Mientras que en País Vasco había 15.170 establecimientos hosteleros; Estonia, Lituania, Letonia, Luxemburgo y Eslovaquia sumaban 11.872 locales. Otros países como Finlandia (10.217), Noruega (10.073), Dinamarca (13.620) o Irlanda (13.103) tampoco superarían al P.V. en tradición hostelera. El vaso: el TXIKITO Se conoce como Txikito (también como vaso “de culo” o vaso de Bilbao) al vaso de vino que se utilizaba en muchos barrios de Bilbao y alrededores desde hace más de un siglo por los grupos de amigos en sus rondas por los bares.
Es un vaso de vidrio basto realizado con prensa y soplado a molde fijo con trabajo al puntil. La característica más reseñable del producto era el grosor del cristal que aumentaba su peso y limitaba la medida del mismo. Aparte de su particular diseño (con un borde grueso de 5 milímetros), llama la atención su gran peso (623 gramos) y su reducida capacidad (4 centímetros de cuenco). Se dice que el diseño del vaso tenía varias funciones. Por un lado, al ser incomodo, facilitaba que los Txikitos se bebieran rápido y se cambiara de bar. Asimismo, este peso ayudaba a que no se agitara demasiado en la mano del Txikitero cuando llevaba alguno que otro de más. El vaso de Txikito es una obra prácticamente artesanal, de ahí que pudieran tener imperfecciones o pudieran ser ligeramente diferentes y estaba fabricado en vidrio prensado. Aunque en el pasado era habitual, comenzó a desaparecer en la década de los sesenta y hoy resulta muy
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complicado verlo y su producción es mínima y excepcional, realizándose tiradas puntuales (300 unidades mensuales) con una prensa, única en el Estado, que data del año 1917 producido en la vidriera “San Miguel Cristalería” de Barcelona. Origen del vaso de Txikito Se desconoce la antigüedad de su diseño que se asemeja a modelos del siglo S XIX localizados en los catálogos de vidrieras españolas. Es remota la probabilidad que se trate de un producto vasco, pero no cabe duda, a la vista de su nombre “Vaso de Bilbao”, como figura en los catálogos de 1898 de la empresa “Cifuentes y Pola”, que el éxito y demanda del mismo se centraron en el área de Bilbao. Por otro lado, La Unión Vidriera Española, S.A., empresa que aglutina desde 1908 a las principales vidrieras del país, recoge en sus catálogos de 1945 diferentes variantes de este mismo modelo conocido como “Vaso Txikito”. Testimonios orales describen a este vaso como propio y exclusivo de las tabernas de Bilbao, usado para servir una medida pequeña de vino tinto o txikito. A pesar de que como hemos comentado, se tiene constancia y existen referencias en catálogos de proveedores de vidrio que datan de finales del siglo XIX, la versión más extendida del origen del vaso de Txikito se basa en un artículo publicado en el periódico El Correo del 10 de Octubre de 1963: Visitaba la Villa el Príncipe de Asturias, (más tarde Alfonso XII), acompañado de su augusta madre, Isabel II. Entre los favores de vital importancia que entonces concedió la reina Isabel a Bilbao, figuraron la concesión del Ferrocarril de Bilbao a Tudela, colosal empresa para aquellos tiempos y que tantos beneficios reportaría a Vizcaya. Bilbao, para demostrar su agradecimiento por tanto beneficio, “tiró la casa por la ventana” y las fiestas que se organizaron en honor de los reales visitantes y acompañantes, pasaron a la historia del “Bocho” y de forma popular a su cancionero: ¡Disen que viene reina visitar Bilborá! ¡El prínsipe chiquito con ella venerá! ¡Ay...! ¡Alsa berriá! ¡Alsa berriá! ¡¡Date la vuelta Mariá!! Bilbao lució una espléndida iluminación y, cuando era la admiración de nuestros abuelos, hubo un apagón general del alumbrado de gas, quedando toda la Villa a oscuras. El apagón fue tan inoportuno que coincidió con el paseo que el alcalde, don José Jane, estaba dando con el Príncipe por las calles de Bilbao.
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Se dice que de esta visita proviene el vaso de Txikito que fueron adquiridos para servir de candiles o lámparas de aceite y que una vez acabada la visita real fueron regalados a los hosteleros de la época que optaron por convertirlo en el vaso de Txikiteo por excelencia. El Txikitero Eguna Instituida en 1964, por el añorado DON EPI (Epifanio Mezo, párroco de la Basílica Catedral del Señor Santiago y buen txikitero) en el día 11 de octubre, con el propósito de dedicar un recuerdo anual a los txikiteros fallecidos coincidiendo con la conmemoración de la festividad (no feriada) de la Patrona de Bizkaia, la Amatxu de Begoña, la FIESTA de los TXIKITEROS, a la que progresivamente se ha ido dotando de mayor trascendencia y contenido, es un homenaje a los hombres y mujeres que han sabido mantener la costumbre del txikiteo, como una forma típicamente vasca de relación cívica, de vital importancia para garantizar la pervivencia de la solidaridad y la cohesión social, y un acto de reivindicación festiva de los beneficios morales que ello comparta tanto para la persona como para la colectividad. Una fiesta que en torno al acto central y primigenio del canto de una Salve en memoria de cuantos han contribuido a conservar la costumbre del txikiteo, popularmente denominada “la Salve de los Txikiteros”. El anagrama de la fiesta se instauró en 1997 constituye la representación de los valores solidarios del Txikiteo, ejemplificados en la fiel adaptación de la histórica “TXAKUR TXIKI” (perra chica), la insignia con la que los txikiteros de antaño revindicaban la donación, mediante huchas dispuestas en los propios bares donde txikiteaban, de la calderilla, las “perras” (céntimos) de entonces para los niños -huérfanos- de La Casilla. En la actualidad, no existen dichas huchas en los bares pero se mantiene la hucha de los Txikiteros, que se encuentra empotrada en la calle Pelota con Santa María, frente al edificio “La Bolsa”, en el único punto del Casco Viejo desde el que puede verse la basílica de Begoña.
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La fiesta de los txikiteros se basa en torno a dos sencillos actos: 1) Un acto de reciente incorporación (año 2000), al que anualmente da comienzo el presidente en funciones de la Peña Athletic Casco Viejo, encaramándose por una escalera de tijera hasta la hornacina de la Amatxu (a unos 6 metros de altura) para allí depositar una ofrenda floral, y que básicamente consiste en la colocación, sobre un enrejado dispuesto al efecto, de los ramilletes de flores, que (hasta los dos del mediodía) aportan los más variados colectivos cívicos y la ciudadanía en general, contando con la participación de Bilboko Txistulariak, que durante la “ascensión” a la hornacina tocan el Agur Jaunak en medio de un impresionante silencio, la interpretación, a capela, de una canción dedicada a la Amatxu (que hasta la fecha siempre ha entonado “Petiso”), y el reparto de porciones de la tarta “Begoña” obsequiadas por el Gremio de Pastelería de Bizkaia.
2) El Canto popular de la llamada “Salve de los Txikiteros”. Núcleo primigenio y génesis de la Fiesta de los Txikiteros, que en un principio (allá por 1964) no era más que una reunión de Txikiteros, convocados por Don Epi, para dedicar un recuerdo anual a sus compañeros fallecidos, cantando los himnos “Dios te salve, reina y madre”, “Aita gurea” y “Begoñako Andra Mari”, y que gracias a su perseverancia, y a la progresiva asunción por parte de los bilbainos del significado intrínseco de esta celebración de exaltación cívica, ha devenido en una multitudinaria concentración de gentes de toda edad y condición que, en la tarde noche de cada 11 de octubre, abarrotan la esquina de “La Bolsa” y las calles adyacentes, para cantar la Salve y luego irse a tomar unos txikitos por el Casco Viejo, reivindicando con ello la pervivencia de un modelo cultural que potencia la sociabilidad: el salir a la calle para compartir la vida con el resto de los humanos. En el año 1997 también se incluyó a la fiesta los “Txikitos de honor”, galardón que se otorga a aquellas personas o entidades que hayan destacado por su apoyo a la conservación de esta forma de relación cívica y cohesión social que el txikiteo ha supuesto para los vascos, otorgándose anualmente siempre a más de dos personas
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por convocatoria, para remarcar el carácter de forma de relación social que supone la costumbre del txikiteo. Marino Montero (relaciones públicas del Café Boulevard), diseñó un protocolo y una filosofía del Txikiteo, dotándolo de un significado y un contenido propios, y convirtiendo el concepto en una reivindicación del más puro bilbainismo. Los huevos (duros) de Txikitero Se trata de la adaptación de las clásicas banderillas de huevo cocido. Banderillas que tienen su origen en los huevos cocidos, huevos duros, que antaño se exponían en la barra de los bares con su cáscara y todo, y que el cliente pelaba y comía espolvoreándolos con sal. Un alimento de fácil preparación y conservación, y económicamente asequible, que en aquellos años de penuria franquista y escasez gastronómica, en los que se comía para nutrirse y no solo por degustar, resultaba un alimento redondo, muy apreciado por los txikiteros, de los que acabó tomando el nombre. Algunos bares del Casco Viejo, el día del Txikitero, realizan diferentes pintxos basándose en los “huevos de txikitero”. El Txikiteo y el Txikito en la actualidad Actualmente, el vaso de Txikito ha desaparecido y el Txikiteo ha variado en sus formas adecuándose a la realidad social actual. Como hecho positivo más importante, podríamos situar a la inclusión de la mujer en el Txikiteo siendo cada vez más común las cuadrillas de mixtas o de mujeres que optan por este acto social como forma de ocio y socialización. También se han ampliado las bebidas “validas” para Txikitear, aceptando vinos de más calidad, cerveza e incluso bebidas no alcohólicas. Actualmente, el txikiteo, se encuentra en grave peligro de extinción dado a los cambios en usos y costumbres de la juventud vasca y bilbaína en particular. Aun así, multitud de bilbaínos realizan actividades durante el año con la finalidad de poner en valor el Txikiteo. Varios ejemplos de ello sería la asociación “Txikitero Artean”, la organización de Bilbo Kantari por parte de Bilboko Konpartsak o el primer travesti poteo organizado por Pinpilinpauxa en la última Aste Nagusia.