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El velo islámico, la moda y la emancipación De los “mipsterz” al “poppy hijab” 21/01/2016 - Autor: Francisco Mamani Fuentes, Neslihan Çevik - Fuente: Revista digital OrientXXI
De los mipsterz (“musulmanes” e “hipsters”) americanos a la nueva colección de la marca de lujo Dolce & Gabbana pasando por el “poppy hijab” en el Reino Unido, la industria de la “moda islámica”, solidamente implatada en Turquía, no ha cesado de evolucionar. El velo islámico, el hijab, que a partir de ahora se está presentando en multiples estilos, es el boom. Lejos de los estereotipos occidentales que hacen de él un símbolo de la sumisión y de la alienación de la mujer, el se vuelve acá, para todos los musulmanes, el estandarte de una voluntad de emancipación, con una pasión netamente musulmana y totalmente moderna a la vez. DOMPDF_ENABLE_REMOTE is set to FALSE http://www.webislam.com/media/2016/01/64391_arton1160-resp560_big.png
Sobre el afiche de la cuarta temporada de la serie americana Homeland premiada con un Emmy 1, la actriz principal Claire Danes resalta del fondo negro por el velo rojo que ella usa. Nos mira fuertemente, fijo a los ojos. Sus cabellos vuelan al viento; encarna intensamente la acción y la libertad en el centro de un grupo estático. Al cabo de unos segundos, reconocemos que este fondo negro y lúgubre es en realidad un grupo de musulmanas vestidas con un mismo vestido negro, sin color, movimiento ni expresión. Estas mujeres existen solo como masa informal; como personas, son invisibles. Esta imagen de las mujeres musulmanas corresponde a un visión totalmente estereotipada del hijab- del velo, del velo- y más allá, de un islam que coloniza las mujeres, ahogando toda intención de independencia y poder. La prohibición francesa del velo se basa en el supuesto de su incompatibilidad con la emancipación de las mujeres. La comisión Stasi2 sostiene por ejemplo que usar el hijab significa renunciar a la libertad (incluso de pensamiento) en provecho de los códigos religiosos represivos, lo que impide entonces a la persona volverse
una ciudadana completamente. Es necesario admitir que esta idea está reforzada por la insistencia de algunos islamistas de la necesidad de una total homogeneidad y conformidad de todos los creyentes. Un rechazo de la ortodoxia Para aquellos que tienen la experiencia de esta división profunda, la reciente irrupción el velo islámico en el universo de la moda contemporánea es sorprendente. Es una anomalia que exige una explicación particular. Finalmente, la moda concierne al individuo. En tanto que vicio, tiene directa relación con el individualismo de la ostentación, el principio del placer y la futilidad. Por lo tanto, la moda se opone aún más al hijab cuando es virtuosa, si creemos al filósofo francés Gilles Lipovestsky que afirma que la moda es el rechazo de la ortodoxia, es la gran liberación del s del “comunitarismo” y de la tradición. Muchos, musulmanes o no, han encontrado una explicación a esta intromisión sobre el mercado como anormal: la economía de mercado se ha tragado al islam, incitando a la evasión en un consumismo qui, absolutamente, flexibiliza o modera la fe islámica. En este sentido, la economía a logrado aquí lo que Nicolas Sarkozy no logró. El interés en aumento de los musulmanes por la moda ¿Es verdaderamente solo consumismo et trivialidad diluyendo al islam en la modernidad occidental? ¿O debemos ver aquí mas que eso? En el libro Muslimism in Turkey and Beyond. Religion in the Modern World (Palgrave Macmillan US, 2016), en el cual analizo el cara a cara del islam y la modernidad en la Turquía contemporánea a través de la economía, de la política y de la vida cotidiana, constato que la moda islámica contiene grandes complejidades. Concretamente, estudio la evolución de las interacciones entre los musulmanes y la modernidad – que no es ni liberal ni fundamentalista- y en este contexto, la transformación radical de las concepciones musulmanas de individuo y de comunidad. La “era del uniforme” está en el pasado Si Turquía aloja algunos de los gigantes mundiales de la industria de la moda islámica, hace 20 años, los estilos de los velos y de los trajes en Turquía estaban indiferenciados, vendidos en los pequeñas boutiques o en los bazares que existen por todos lados. Si tu eras una joven de 15 años o una mujer de 50, las elecciones para vestirse estaban reducidas: abrigos y velos estaban propuestos en negro, verde oscuro o café oscuro – lo que, en alguna medida, permite comprender ciertos estereotipos. De hecho, a lo largo de mis conversaciones con ellas, aparece el momento cuando las mujeres que portan el velo de diversas organizaciones feministas musulmanas califican la Turquía de los años '80 como la “era del uniforme”. Era una época, cuentan ellas, donde la gente pía, en particular las mujeres, no podías tratar, pensar, ni vestirse sin el beneplácito de las comunidades religiosas autoritarias (cemaat). Los circulos religiosos han intentado hacer del velo casi un uniforme. El velo-uniforme era irritante, no solamente porque estaba pasado de moda, sino también porque les impedía vestirse como ellas querían, además de expresar su personalidad y sus preferencias en la vestimenta, dicen ellas. Estas prescripciones estaban también conformes a la mentalidad patriarcal: la mayor parte de los hombres definían como debe ser un velo y asi controlaban a las mujeres.
En los años '90, sin embargo, las cosas han comenzado a cambiar al mismo tiempo que emergía una industria textil islámica especializada y mundialmente conectada. Teniendo mas que una opción, las mujeres han podido a partir de este momento expresar que eran, según su edad, su morfología, el color de sus ojos, su personalidad o su gusto personal. De nuevo, han afirmado que la multiplicación de los estilo de velo significaban mas que una diversidad de opción. Representaba el fin de la época del uniforme y el inicio de una era nueva, donde los creyentes podían expresar su identidad única, afirmar su independencia y reclamar el control de su moral individual. Esto demuestra que la emergencia de la supuesta moda islámica no se reduce a un nuevo apetito de la trivialidad. Es más bien la búsqueda de la realización de si mismo, de la elección individual y la independencia. En efecto, la personalización del velo deja presagiar un fenómeno mas largo: el individuo a ganado en interés y legitimidad entre los religiosos. Esto se manifiesta también en otros sectores de la vida, desde la evolución de las concepciones del Estado y las actitudes hacia la familia tradicional hasta la redefinición del progreso social y económico. Rechazo del autoritarismo religioso El interés creciente por el desarrollo personal entre los musulmanes turcos, contrariamente a las interpretaciones de los laicos condescendientes y de los islamistas escandalizados, no constituye una ola individualista. No rechaza la experiencia religiosa común, sino más bien las formas autoritarias de la comunidad religiosa, sus códigos y sus instituciones. La búsqueda de un expresión y de una voluntad individual provoca cuestionamientos preocupantes, sin embargo, para el islam puritano que preconiza actitudes y un comportamiento fuertemente comunitario en vista de preservar la pureza de las reglas. La autoridad de la comunidad mantiene a las personas en la moral correcta, tal como es prescrita por los puritanos. El desarrollo individual, al contrario, libera un proceso de cuestionamiento de la autoridad moral comunitaria, la posibilidad de desviar las normas prescritas y finalmente de corromper la pureza del islam. Resaltando la expresión y la elección personal, el velo fashion amenaza también la pureza de las reglas y sus fundamentos patriarcales. Mientras que los puritanos ven al individuo como un problema, la búsqueda personal entre los creyentes está calificada por nociones teológicas islámicas, en particular la definición de la verdadera fe como imman, sumisión voluntaria y tahkik, una elección consciente que desafía la conformidad ciega en la tradición. Iman y tahkik confieren una legitimidad al sujeto y desacreditan el comunitarismo autoritario y sus reglas. De hecho, eso fue precisamente el rol jugado por el islam, históricamente. Nacido en la península Arábiga tribal, la revelación islámica apuntaba directamente al individuo; y es el individuo, no la tribu, que a sido el principal destinatario del mensaje divino. Así era destacada la responsabilidad moral y el libre albedrío de aquel que contesta la subordinación a la autoridad tribal y la conformidad a la tradición. A través de los siglos, sin embargo – desde la muerte del Profeta- las influencias políticas y culturales han distorsionado el mensaje teológico. La orientación del islam en favor de la autonomía personal del creyente fue pronto reemplazada por los códigos políticos y culturales autoritarios, acreditados como formas supuestas de piedad. Reducir el interés de los musulmanes contemporáneos por la moda en una suerte de
consumismo islámico nos impide aprender otras complejidades, en la coyuntura del desarrollo del los sujeto contra los códigos comunitarios autoritarios socialmente construidos y disfrazados en piedad. Eso nos conduce de la misma forma a esta visión falsa del deslizamiento de la sumisión islámica hacia la lealtad al Mercado, y nos pasamos entonces al lado de lo que ha sido filtrado a través de las nociones teológicas islámicas. Normas excluyentes Pero este mirada reduccionista nos hace perder otra cosas aún. El velo en la moda revela también el rol secundario que ha jugado en la creación de una imagen estereotipada de la mujer musulmana con velo como invisible, carente de toda autonomía, privada de participación pública y de todo poder. Es solo pensar en las diferentes actividades y espacios que han sido dominados por la estética laica y los criterios de “normalidad” excluyendo automáticamente a la religión. Tomemos la natación y los deportes: la manera normal de nadar supone que debemos desvestirnos para ponerse un traje de baño. Estos criterios no son solamente discursivos: a veces se transforman en reglas obligatorias, tales como la prohibición del velo en el fútbol femenino, o en la escuela. Por una gran parte, estas normas excluyentes son justificadas por la incompatibilidad asumida entre el hijab y la emancipación, y entonces por la idea que el velo impide intrínsecamente nadar, practicar un deporte, elegir una carrera profesional, realizar estudios superiores o hacer elecciones de vida de manera racional. Por tanto, el velo disimula en adelante una mujer musulmana que entra en la arena política habiendo creado su propio estilo, afirmado sus gustos personales, sus elecciones y sus preferencias. Esta nueva imagen desafía no solamente al autoritarismo religiosos, sino también los lugares comunes de los “laicos” que esperan a que los musulmanes impulsen, voten, se vistan de la misma manera y alimenten las mismas aspiraciones en la vida – similitud forjada por los supuestas severas limitaciones de la libertad atribuidas al velo. Musulmana y moderna Esto nos conduce a una visión mas extensa. El hijab versus la autonomía del sujeto, el islam versus Occidente y la religión versus la modernidad han sido históricamente construidos. Son categorías contingentes. Cierto, el interés de los musulmanes por la moda y la emergencia del individuo en la Turquía después de los años '80 han aparecido en un contexto particular marcado por el aumento de una nueva respuesta religiosa a la modernidad, que no la rechaza más pero utiliza la religión para comprometerse y remodelarla. Este tipo de compromiso religioso no es específico de Turquía, de hecho; es mundial. El movimiento hipster y la moda que se han expandido rápidamente en la juventud musulmana occidental estos ultimos años auguran dinámicas similares. El matrimonio de la cultura hipster, que pone el acento en el anticonformismo y la autenticidad de la persona con el hijab musulmán visto como un instrumento de homogeneización que requiere la sumisión absoluta a una identidad religiosa totalitaria, puede parecer desconcertante. Sin embargo, es sobre este enigma que la joven “mipster”3 con velo capitaliza. Ella estremece las categorías
totalitarias atrayendo la atención sobre la diversidad de mujeres musulmanas a través de los estilos personalizados de hijabs. En eso, ella resiste también al islam puritano que ve la subjetividad humana como una amenaza a la pureza religiosa y a la identidad colectiva. Generalmente, desafía las divisiones contenidas entre el islam y Occidente revelándose como un sujeto absolutamente musulmán y al mismo tiempo, plenamente moderno. Para ver el video Somewhere In America #MIPSTERZ haz click: https://www.youtube.com/watch?v=68sMkDKMias 1. NDT. Los Emmy Awards, llamados “Emmys”, recompensan cada año las mejores emisiones y los mejores profesionales de la televisión americana. 2. NDT. La comisión Stasi debe su nombre a su presidente Bernard Stasi, mediador de la República de 1998 a 2004. Esta comisión de reflexión sobre la aplicación de la laicidad ha sido puesta en práctica en 2003 por Jacques Chirac, entonces presidente de la República. Ella da sus conclusiones el 11 de diciembre 2003 en un reportaje resalta el principio de laicidad en una interpretación que inaugura una concepción represiva ilustrada un año más tarde por la “ley sobre los signos religiosos en las escuelas públicas”. 3. NDT. Mitad musulmana, mitad hispter = mispter. El neologismo apareció el 2012. La prensa norteamericana habló de éste concepto sobre todo desde que unas jóvenes publicaron un vídeo a fines de noviembre de 2013 titulado Somewhere in America, en la cual maniquíes con velo se filmaban andando en skate, tomándose selfies o deambulando en lugares “cool” *Autor del artículo: NESLIHAN ÇEVIK Investigador postdoctorante asociado al Instituo de Altos estudios de la cultura, Universidad de Virginia. Miembro del cuerpo profesional del Centro de investigación de estudios post-coloniales de la Universidad Üsküdar de Estambul.
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