EL VERBO HECHO CARNE

CONTENIDO EL VERBO HECHO CARNE . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

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CONTENIDO EL VERBO HECHO CARNE . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 EL TIEMPO DE LA ADOPCIÓN DEL CUERPO MÍSTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO . . . . . . . . . . 57 LA LUZ DE LA PALABRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 LOS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID . . . . . . 123 PALABRAS DE DESPEDIDA . . . . . . . . . . . . . . . 141 SALUDO AL GRUPO DE DAMAS ``LAS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID'' . . . . 163

EL VERBO HECHO CARNE Por William Soto Santiago Del 31 de diciembre de 1992 al 1 de enero de 1993 Cayey, Puerto Rico

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Muy buenas noches, amados amigos y hermanos, es para mí una bendición muy grande estar con ustedes en esta noche aquí en Cayey, Puerto Rico, y también a través de la línea telefónica en los diferentes países de la América Latina, del Caribe, de Norteamérica y el Canadá. Que Dios derrame Sus bendiciones sobre nosotros en esta noche y nos permita entender Su Palabra, Su programa. Y también deseo para cada uno de ustedes muchas felicidades y un próspero año 1993. Este año que hemos vivido ha sido un año lleno de grandes bendiciones de Dios, y esperamos que el próximo año tenga más bendiciones de Dios, las cuales El ha prometido para nosotros. Así que esperamos grandes bendiciones de parte de Dios. En esta noche quiero leer una Escritura en San Juan capítulo 1, verso 1, y dice así: ``En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

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Este era en el principio con Dios.'' Y el verso 14 del Evangelio según San Juan capítulo 1, dice: ``Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.'' ``EL VERBO HECHO CARNE.'' Dios se hizo carne y habitó entre los seres humanos. Encontramos a Dios hecho carne entre los seres humanos cuando nació el Señor Jesucristo en la tierra de Israel; encontramos que en el ministerio del Señor Jesucristo se cumplió toda promesa correspondiente a la Primera Venida de Cristo; encontramos que aquel joven de Nazaret no era otro sino el Dios Todopoderoso encarnado, la Columna de fuego que guió al pueblo hebreo por el desierto, manifestado en carne humana, ese Pilar de fuego, ese Angel del Pacto, del cual Dios dijo en Exodo capítulo 23, verso 20 en adelante: ``He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus

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enemigos, y afligiré a los que te afligieren. Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.'' Ahora, aquí tenemos al Angel del Pacto, el cual guió al pueblo hebreo a la tierra prometida, el cual sacó al pueblo hebreo de Egipto, los libertó, y trajo plagas sobre el pueblo hebreo. Ese Angel del Pacto, esa Columna de fuego que le apareció a Moisés en el monte Sinaí, sacó al pueblo hebreo de la tierra de Egipto en el tiempo asignado por Dios, conforme a la promesa dada a Abraham. Y encontramos que este mismo Angel del Pacto es prometido en Malaquías capítulo 3, verso 1, y dice así: ``He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (este es Juan el Bautista, el mensajero que le preparó el camino al Señor); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.'' Vendría súbitamente a su templo la Columna de fuego, y vino a Su Templo humano en el momento en que Juan bautizó a Jesús, y allí moró; por eso dijo la Voz del cielo: ``Este es mi Hijo amado en el cual me complazco morar, o en el

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cual tengo contentamiento.'' Y así también fue dicho en el monte de la Transfiguración; porque en ese cuerpo moró la Columna de fuego; Dios, el Angel del Pacto, moró en ese cuerpo; por esa causa el Señor Jesucristo es el Angel del Pacto. Ahora, el Señor Jesucristo, algunas personas no lo conocen, algunas personas solamente conocen lo relacionado al velo de carne que nació en Belén de Judea, y que luego se crió en Nazaret, y luego comenzó Su ministerio casi a los treinta años, y a los treinta y tres años murió en la Cruz del Calvario; pero pocos saben acerca del que estaba dentro de aquel velo de carne, pocos saben acerca de ese Angel del Pacto, de esa Columna de fuego que guió al pueblo hebreo y luego habitó en ese Templo humano; fue esa Columna de fuego que había habitado en el templo que hizo Moisés y en el templo que hizo Salomón, ahora había venido a un Templo humano en el cual habitó; y se realizó allí la obra de redención por la Sangre preciosa de ese cuerpo y nos limpió de todo pecado. Aquel cuerpo reveló al que estaba dentro de El, reveló al Padre. A Dios nadie le vio jamás, el Unigénito Hijo del Padre le declaró, le reveló. Por eso Jesús podía decir: ``El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.'' Felipe le dijo: ``Muéstranos al

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Padre y nos basta.'' Jesús le dice: ``Tanto tiempo hace que estoy con vosotros Felipe, ¿y todavía no me has conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.'' Ellos no podían comprender que el Angel del Pacto, la Columna de fuego, Dios en esa Columna de fuego, estaba metido en ese velo de carne; ellos no podían comprender que aquel Jesús de Nazaret era el Angel del Pacto. Era el velo de carne lo que ellos veían, pero dentro estaba el Dios Todopoderoso realizando la obra correspondiente para aquel tiempo, allí estaba el Verbo hecho carne, allí estaban todas las promesas divinas correspondientes para la Primera Venida del Mesías, para ser cumplidas a través de ese velo de carne. ¿Por qué? Porque el Verbo se había hecho carne. Y cuando el Verbo se hace carne entonces cumple las promesas divinas correspondientes para ese tiempo; por esa causa en Jesús de Nazaret se cumplieron las Escrituras correspondientes para ese tiempo, relacionadas a la Venida del Mesías, o sea las profecías mesiánicas correspondientes para la Primera Venida del Mesías. Ahora, el Verbo hecho carne podemos ver que expresó las obras de Dios, expresó lo que Dios prometió que llevaría a cabo; porque la Palabra

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hecha carne expresa la Palabra que fue escrita, la expresa dándole cumplimiento a esa Palabra, y cuando cumple esa Palabra, esas Escrituras están confirmadas para el pueblo, o sea están cumplidas para el pueblo y le son de beneficio al pueblo. Ahora, hemos visto que el Verbo vino al mundo en carne humana. Pero vean ustedes lo que dice el apóstol San Juan, dice: ``Todas las cosas por él fueron hechas (El es el Creador de los cielos y de la Tierra, El es el Creador de toda la Creación, y a El le pertenece todo), y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.'' Ahora, miren ustedes, dice: ``Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (Juan el Bautista). Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.'' Vean ustedes, el Verbo, la Palabra, es Dios, y estaba con Dios, y por El fueron hechas todas las

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cosas, y en el mundo estaba, y el mundo no le conoció. Ahora, cuando Dios vino velado en ese velo de carne, el mundo no conoció que ese era el Creador de los cielos y de la Tierra, el mundo no conoció que ese era Dios, que era el Verbo, que es Dios encarnado; el mundo no conoció que ese era el Angel del Pacto, la Columna de fuego, que es Dios hecho hombre entre los seres humanos, tomando la forma humana para regresar a todos los hijos de Dios a la imagen y semejanza de Dios. El ser humano no comprendió en aquel tiempo, y muchos son los que en este tiempo tampoco comprenden, Quién es en realidad el Señor Jesucristo; pero es nada menos que el que dice el apóstol San Pablo en I de Timoteo, capítulo 3, verso 15 al 16: ``grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne.'' El Dios Todopoderoso, el Creador de los cielos y de la Tierra. Ahora, vean que fue la manifestación de Dios en forma humana. Dios había tenido Su manifestación también en la Dispensación de la Ley en la forma de la Columna de fuego, pero luego para la Dispensación de la Gracia, en la forma humana conocida como Jesús de Nazaret,

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aunque había nacido en Belén; pero los que le conocieron en el tiempo en que El se crió, le conocieron como de Nazaret, y por esa causa le llamaron Jesús de Nazaret; aunque era de Belén, pero se crió en Nazaret, pero más que todo eso, El era del cielo; pues El dijo: ``Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo.'' Ahora, podemos ver que toda la obra que Dios tenía para la Primera Venida de Cristo, para aquel tiempo, El la realizó a través de ese velo de carne. Luego encontramos que en El estaba el nombre de Dios para redención, que es Jesús. Jesús significa Salvador, Redentor. Encontramos también que realizó la obra de redención en la Cruz del Calvario. Ahora, El no realizó toda la obra divina que Dios tenía para realizar en todo Su programa, sino la correspondiente para aquel tiempo; porque el resto de la obra divina la cumpliría Dios, Jesucristo, la Columna de fuego, en y a través de Su cuerpo místico. Así como en cada uno de los profetas del Antiguo Testamento, la Palabra correspondiente para su tiempo se hizo carne, encontramos que a través de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil la Palabra correspondiente para cada edad

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se hizo carne en el ángel mensajero de cada edad y en el grupo de creyentes de cada edad. Si tomamos al mensajero y al grupo de creyentes como uno solo, entonces podemos ver que es el cuerpo místico del Señor Jesucristo pasando por diferentes etapas; pero Dios tomando, Jesucristo tomando de ese cuerpo místico a uno de entre ellos para ser el mensajero a través del cual El se revelaría en cada edad; y siendo parte de ese cuerpo místico, entonces la revelación de Jesucristo estuvo en Su cuerpo místico en cada edad, y en cada edad se hizo carne el Verbo, la Palabra, se hizo carne la Palabra correspondiente para cada edad, así como se hizo carne la Palabra correspondiente para cada edad en cada profeta mensajero del Antiguo Testamento. Ellos fueron la Palabra de Dios manifestada en carne en cada edad que ellos vivieron; eso fue en el Antiguo Testamento, y también así es en el Nuevo Testamento en cada uno de los ángeles mensajeros de cada edad. Ahora, en los mensajeros o profetas del Antiguo Testamento, en ellos se manifestó o se hizo carne una porción de la Palabra, pero cuando apareció el Señor Jesucristo, se hizo carne la plenitud de la Palabra, Dios en toda Su plenitud,

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para cumplir el programa correspondiente para ese tiempo. Y así también en el fin del tiempo, cuando han pasado las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, encontramos que la Palabra viene a los escogidos, a Su cuerpo místico, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, y al venir a ese cuerpo místico de creyentes, la Palabra en ese cuerpo místico de creyentes se hace carne. Miren ustedes, el séptimo ángel mensajero, en el Mensaje titulado ``La Unión invisible de la Novia con Cristo'', él dice (en la página 41): ``Jesús, la Palabra, tomó mi lugar. El vino a ser yo, un pecador, para que yo pudiese convertirme en El, la Palabra... Oh, esa unión espiritual de Cristo en Su Iglesia ahora, cuando la carne se está convirtiendo en Palabra, y la Palabra está convirtiéndose en carne. Manifestada, vindicada.'' Vean ustedes, la Palabra convirtiéndose en carne, y la carne convirtiéndose en la Palabra. Y en la página 50 del Mensaje ``Cristo es el misterio de Dios revelado'', dice así: ``Ahora, El santificó una iglesia con el Espíritu y Su Sangre para que pudiera revelar toda promesa para este último día. Ahora, es fácil volver y tomar lo que los demás han dejado en estos últimos días, por el Espíritu Santo, revelar

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todos esos misterios de los Siete Sellos. ¿Lo ven? El se está expresando; ese es Su propósito. ¡Por eso murió! Esa es la segunda parte de Su triple manifestación. Primero se expresó en Cristo, luego se expresó en la Iglesia, y es lo mismo porque Cristo es la Palabra. Ahora, la Iglesia llega a ser la Palabra cuando permite que Esta se exprese a través de ella.'' ¿Cuándo la Iglesia llega a ser la Palabra? Cuando permite que la Palabra se exprese a través de ella. Y la Palabra es Cristo, es Dios. ``En el principio era la Palabra, el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.'' Ahora vean ustedes, cuando la Palabra prometida para el fin del tiempo se expresa, tenemos la Palabra, el Verbo, hecho carne en el cuerpo místico del Señor, y hecho carne en el mensajero del fin del tiempo, de la Edad eterna de la Piedra Angular; la Palabra hecha carne en ustedes y en mí cuando la vemos expresada a través de nosotros en lo que ha sido prometido para este tiempo final. (Miguel, cuando sean las doce... Ya) Que Dios nos bendiga grandemente (vamos a ponernos de pie). Que Dios nos bendiga grandemente y que el Todopoderoso, Jesucristo, la Columna de fuego, continúe acompañándonos

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en esta hora final, en esta nueva dispensación que El ha comenzado. Señor Jesucristo, continúa acompañándonos y llévanos a la tierra prometida del nuevo cuerpo, el cuerpo eterno, y a la tierra prometida del glorioso Reino milenial. Señor, en tus manos estamos. Señor, continúa guiándonos, guía a Tu pueblo, guíame a mí, Señor, guíanos en Tu camino hacia la tierra prometida, Señor. En tus manos nos encomendamos en este nuevo año 1993. Te pedimos que te reveles a nosotros grandemente en toda Tu plenitud, y sean cumplidas todas las promesas que Tu has hecho en Tu Palabra para cumplir en y a través de Tu cuerpo místico, Tu Iglesia. En tus manos estamos, Señor. Y gracias, Señor, te damos por todas las bendiciones que Tú nos diste en el año 1992, y por Tu compañía con nosotros en este año pasado. Te damos gracias, Señor, por las bendiciones que nos diste en el año pasado, y te pedimos grandes bendiciones conforme a Tu Palabra, conforme a lo que Tú has prometido en Tu Palabra, para este año 1993. Y, Señor, nuestro deseo es ver en toda su plenitud el cumplimiento de todas las promesas

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que han sido hechas para Tu cuerpo místico de creyentes. Señor, en Tus manos estamos. Gracias, Señor. Sabemos que Tú estás con nosotros en nuestra edad de la Piedra Angular y en esta tercera dispensación que ha comenzado. Continúa con nosotros y llévanos llenos de alegría y de felicidad a la tierra prometida del nuevo cuerpo y del glorioso Reino milenial. Gracias, Señor, porque Tú siempre me escuchas, y escuchas a Tu pueblo. Que Todos tengan un feliz y próspero año 1993, lleno de las bendiciones divinas, lleno de las bendiciones prometidas en la Palabra profética para este tiempo final. Así sea para todos los que están también a través de la línea telefónica. Y continúe Dios cumpliendo toda Palabra que El ha prometido para este tiempo final a Su cuerpo místico y a través de Su cuerpo místico. Miren aquí en la página 107 del libro de citas. Esto es un extracto del Mensaje ``Cristo el misterio de Dios revelado'', dice así: ``Y así pasaban por alto lo que era la gran verdad de Cristo. Y hoy día dicen que es una denominación. ¡Es Jesucristo, el nuevo nacimiento revelado en Ud.! Así El tiene la preemi-

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nencia y puede expresar Su Palabra; y entonces cualquier cosa que ha prometido para estos días, El puede traerla a cumplimiento a través de Su Cuerpo a medida que está obrando.'' A través de Su cuerpo El puede traer a cumplimiento cualquier promesa que El ha hecho; por eso esperamos el cumplimiento de toda promesa divina, ¿dónde? en Su cuerpo místico, y a través de Su cuerpo místico, que está compuesto por cada uno de los escogidos, entre los cuales, como dijo el apóstol San Pablo, hay apóstoles, hay pastores, hay evangelistas, hay maestros y profetas. Por lo tanto, a través de Su cuerpo místico El puede traer a cumplimiento lo que El prometió. Y cuando se trata de traer la Palabra, de la Palabra ser revelada, tiene el ministerio de profeta; porque la Palabra no puede venir sino por medio de un profeta. Por lo tanto, todo lo que El tenga para hacer, todo lo que el Señor Jesucristo, la Columna de fuego, el Angel del Pacto, tenga para realizar en este tiempo final, lo realizará por medio de Su Iglesia, Su cuerpo místico, en el cual El ha colocado los diferentes ministerios, y ha colocado en ese cuerpo místico los diferentes miembros de ese cuerpo místico, que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.

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Por lo tanto la Columna de fuego, que es Dios, que es Jesucristo, el Pilar de fuego, puede tomar uno de entre los miembros de ese cuerpo místico, porque están redimidos con la Sangre del Señor Jesucristo; por lo tanto puede tomar de entre ellos al que corresponda, al que El desee tomar, para cumplir algunas cosas a través de él, puede tomar a otro y cumplir otras cosas a través de él, y puede tomar a otro y cumplir otras cosas a través de él, y puede cumplir toda promesa que El ha hecho a Su cuerpo místico, aún puede cumplir lo más grande que El haya prometido para Su cuerpo místico. Puede cumplir Su promesa a Su cuerpo místico, puede el Angel del Pacto, Jesucristo en ese Pilar de fuego, manifestarse a través de carne humana por medio de los miembros de Su cuerpo místico, y realizar la obra que El prometió para el fin del tiempo. Y todo lo que fue reflejado en las edades pasadas, todo lo que se realizó en las edades pasadas, luego viene a ser tipo y figura de las cosas que El realizará en la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, las cosas que El realizará en este tiempo están representadas en las que hizo en las edades pasadas. Por lo tanto, lo que El hizo en Su cuerpo místico da testimonio de lo que El hará en Su

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cuerpo místico en el fin del tiempo; y lo que hizo en Sus ángeles da testimonio de lo que El hará en Su Angel mensajero en el fin del tiempo en la Edad de la Piedra Angular; y lo que vimos en parte, siendo manifestado en las edades pasadas, será manifestado en toda su plenitud en la Edad de la Piedra Angular en esta Dispensación del Reino, que ha comenzado; tanto en el cuerpo místico como grupo de creyentes, como en el Angel del Señor Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular. Por lo tanto será el Verbo hecho carne, la Palabra hecha carne en Su cuerpo místico, a medida que Su cuerpo místico expresa esa Palabra. Y cuando decimos el cuerpo místico, hablamos del grupo de creyentes, de los ministros y del Angel mensajero de ese cuerpo místico en el fin del tiempo. Por lo tanto, el Verbo en el fin del tiempo nuevamente se hace carne, la Palabra se hace carne en el fin del tiempo. ¿Para qué? Para cumplir toda promesa que El ha hecho para el fin del tiempo. Les leí que toda promesa que El hizo, El la puede cumplir y la cumplirá por medio de Su cuerpo místico y en Su cuerpo místico de creyentes.

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Vean ustedes que a través de las edades pasadas toda la obra que El hizo, la hizo en Su Templo espiritual, que es Su cuerpo místico; y los que eran llamados, eran llamados a entrar ese Templo espiritual, al Lugar Santo de ese Templo, porque ahí fue realizada la obra de la Columna de fuego, de Jesucristo. Y hoy en día es en el Templo espiritual del Señor Jesucristo todavía, pero en el Lugar Santísimo de ese Templo, en donde El se expresa, se revela en este tiempo final en las Escrituras, en las promesas correspondientes para este tiempo, cumpliendo así cada una de las promesas a medida que va pasando el tiempo; se van cumpliendo las diferentes promesas en el cuerpo místico del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, donde está la Columna de fuego, la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Es el Verbo hecho carne en Su Iglesia, en Su Templo espiritual, cumpliendo Sus promesas para este tiempo final. Y nos damos cuenta que la Palabra se ha estado haciendo carne a medida que se expresa esa Palabra a través de nosotros. No hay edad ni grupo en este planeta Tierra en el cual esté expresándose la Palabra que corresponde para el fin del tiempo, la Palabra que corresponde para después que las edades de la

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Iglesia han terminado, no hay otro grupo ni otro lugar, sino el cuerpo místico del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, en la Edad de la Venida del Hijo del Hombre, en la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. ¿Y qué tienen los demás? Sus propias interpretaciones, y trabajando con sus propias interpretaciones para colocar más personas en su grupo. Pero el cuerpo místico del Señor Jesucristo tiene la Palabra hecha carne, tiene las promesas que corresponden al fin del tiempo, las tiene encarnadas, y se están expresando a través de ese cuerpo místico, y Dios confirmando Su Palabra al cumplir Su Palabra. Así que lo que tenemos no es otra cosa sino el Verbo hecho carne nuevamente, ahora en el cuerpo místico del Señor Jesucristo. Primero fue en el cuerpo físico, literal, del Señor Jesucristo donde el Verbo se hizo carne, la Palabra se hizo carne; y ahora es en el cuerpo místico de creyentes donde la Palabra se ha hecho carne y está expresándose a través de Su cuerpo místico o espiritual. Así que toda promesa es cumplida a y en el cuerpo místico del Señor Jesucristo; a través de ese cuerpo místico El cumplirá todo lo que El ha prometido. No podemos estar mirando para otro

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lugar sino al cuerpo místico del Señor Jesucristo en la Edad del Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular: de ahí saldrá todo cumplimiento de toda promesa divina correspondiente para después de las edades de la Iglesia gentil; porque será el Verbo hecho carne, expresándose en lo que fue prometido para este tiempo final. En la Primera Venida de Cristo, que fue la Venida del Verbo hecho carne, no comprendieron las cosas que El tenía que hacer, y pensaron que El tenía que hacer lo que ellos pidieran. Y le decían: ``muéstranos señal del cielo'' o ``muéstranos esto'' o ``¿qué señal Tú haces?'' Pero vean ustedes, la Palabra hecha carne, el Verbo hecho carne, no tenía que hacer nada de lo que la gente le pidiera, sino hacer todo lo que estaba escrito que haría el Verbo, la Palabra hecha carne en aquel tiempo. Y el cuerpo místico del Señor Jesucristo no hará otra cosa sino lo que dice la Escritura que hará el cuerpo místico del Señor Jesucristo. Lo que hará el Señor Jesucristo, lo hará a través de Su cuerpo místico de creyentes, y no tiene que hacer otra cosa sino eso que está prometido para este tiempo final; entonces será Jesucristo revelado a través de Su cuerpo

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místico, incluyendo ahí a cada uno de los escogidos con el Angel mensajero. Lo que El hace por medio de Su Angel, está haciéndolo a través de Su cuerpo místico, porque él es uno del cuerpo místico del Señor Jesucristo, lavado con la Sangre preciosa del Señor Jesucristo, como el resto del cuerpo místico. Así que este es el gran misterio que no fue comprendido en otros tiempos, y esperaban el cumplimiento de este misterio en otra forma; pero Dios no tiene que cumplir lo que El prometió de acuerdo a la forma en que las personas se lo imaginen o lo interpreten, sino de acuerdo a como Dios pensó y como El determinó hacerlo. Por esa causa encontramos que en la Primera Venida de Cristo, El cumplió la Primera Venida de Cristo en aquella forma; porque ese era el pensamiento divino desde antes de la fundación del mundo, revelado a Sus profetas. Y las cosas correspondientes a la Segunda Venida de Cristo y Su obra como León están prometidas para ser cumplidas en el fin del tiempo, conforme a la forma en que Dios determinó cumplirlas, y no en la forma en que la haya interpretado alguna persona. Toda interpretación humana será ignorada por Dios, porque nadie puede interpretar a Dios, ni

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puede interpretarle lo que El va a hacer. Dios es Su propio intérprete; y El cumple lo que El prometió; y cuando lo cumple esa es la interpretación correcta; y entonces toda otra interpretación tiene que ser echada a un lado. ¿De qué le sirve a una persona tener una interpretación muy bonita acerca de una promesa divina, y que esa no sea la forma en que Dios la va a cumplir? De nada le sirve esa interpretación, es una interpretación humana, intelectual. Pero cuando Dios cumple lo que El prometió, esa es la interpretación divina y es la que produce bendición para la persona cuando recibe esa interpretación divina, o sea cuando la cree con todo su corazón. Así que en cuanto a las promesas divinas de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, es una promesa para ser cumplida en y a través del cuerpo místico del Señor Jesucristo; sería Jesucristo revelado en y a través de Su cuerpo místico en el fin del tiempo, sería la Columna de fuego, el Pilar de fuego, en Su cuerpo místico de creyentes revelándose, manifestándose, expresándose, en lo que El prometió para el fin del tiempo. Y ese cuerpo místico encabezado en el Angel

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mensajero del Señor Jesucristo, a través del cual la Columna de fuego estaría revelándole a todos los hijos de Dios el gran misterio de la Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, a y en Su cuerpo místico de creyentes en el fin del tiempo, en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo de ese Templo espiritual; porque todo lo que El ha prometido, lo cumplirá por medio de Su cuerpo místico de creyentes. Ese es el cuerpo del Señor Jesucristo que El utilizaría para cumplir Sus promesas a través de las edades y también en el fin del tiempo. Por eso el cuerpo místico del Señor Jesucristo ha pasado por diferentes etapas, como pasó también el cuerpo físico, literal, del Señor Jesucristo dos mil años atrás. Así que este es el gran misterio de Dios que estaba escondido, y en el fin del tiempo es revelado. Por eso en el Libro de los Sellos, en la página 256, hablando acerca de Apocalipsis 19, dijo el séptimo ángel mensajero: ``Pero cuando nuestro Señor Jesucristo aparezca sobre la Tierra será completamente Emmanuel, la Palabra encarnada en un hombre.'' Eso es Apocalipsis capítulo 19. Vean ustedes lo sencillo que es todo; porque

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las personas no habían comprendido que sería el Verbo hecho carne en Su cuerpo místico de creyentes, encabezado en el Angel del Señor Jesucristo. Pero aunque no lo entendían así la gente, con todo y eso Dios cumple lo que El prometió de acuerdo a como El lo pensó desde antes de la fundación del mundo, y nos da a conocer ese gran misterio a todos nosotros para que recibamos las bendiciones de la Venida del Señor como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Porque ahí están todas las bendiciones de Dios, ahí está el Milenio, ahí está el Rapto, ahí está la Transformación, porque ese es el Séptimo Sello abierto; y en el Séptimo Sello está todo, y está también el fin de todo lo que tiene que tener fin, está el fin de las edades de la Iglesia gentil, o sea está el fin de la segunda dispensación, está el fin de los reinos de este mundo, está el fin de todos los sistemas políticos, económicos, sociales, religiosos. Todos los sistemas tienen su final en el Séptimo Sello, y también está la introducción al Milenio; porque en la Palabra está el Milenio, en esa Palabra está el Milenio. Y miren ustedes, página 22 del Mensaje ``La Palabra hablada es la simiente original'', el Mensaje que fue predicado en la mañana, ha-

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blando el precursor de la Segunda Venida de Cristo, dice: ``Mi misión a la tierra, yo creo ¿es qué? Es para precursar la Palabra que viene, ¿ve? la venida de la Palabra, la cual es Cristo. Y Cristo en El tiene el Milenio y tiene toda cosa allí, porque El es la Palabra.'' Ahora vean dónde está el Milenio: en la Palabra, en la Palabra que en el fin del tiempo sería cumplida; en el Verbo, la Palabra que en el fin del tiempo se haría carne; en Cristo, la Palabra viniendo sobre un caballo blanco es donde está el Milenio, y es donde está la fe para ser transformados, y ahí están los truenos que dan la fe para ser transformados los escogidos en el fin del tiempo. ¿En dónde? En la Palabra, el Verbo, que es Dios. Así que cuando recibimos la Palabra revelada, la Palabra manifestada, expresada, estamos recibiendo esa Palabra que trae el Milenio, que trae la fe para ser transformados, que trae todo lo que nosotros necesitamos para ser transformados y raptados, y luego más adelante entrar al glorioso Reino milenial. Todo eso está en el Verbo hecho carne. ``EL VERBO HECHO CARNE.'' Se hizo carne en un cuerpo: Jesús de Nazaret; y se hace

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carne en el cuerpo místico del Señor Jesucristo encabezado en el Angel del Señor Jesucristo, así como fue encabezada cada edad en el ángel mensajero de cada edad. ``EL VERBO HECHO CARNE.'' Que Dios nos bendiga grandemente, que Dios nos guarde, y nos bendiga con todas las bendiciones del Verbo hecho carne, en donde vienen todas las bendiciones que El ha prometido para Sus hijos, y nos permita comprender este gran misterio, y que sea de grande bendición para cada uno de ustedes y también para mí. En otras actividades estaremos explicando lo más que podamos explicar y lo que Dios nos permita explicar sobre el Verbo hecho carne en el fin del tiempo. Porque se ha estado haciendo carne la Palabra, el Verbo, en el cuerpo místico del Señor Jesucristo; y la carne, nosotros, nos hemos estado haciendo la Palabra, la Palabra para nuestro tiempo. Así que este es un misterio muy grande, el cual esperamos que Dios nos ayude a entender, a comprender, y saber que a medida que se expresa la Palabra en nosotros, nos vamos haciendo la Palabra, la Palabra encarnada. Quizás podamos ver algunos ejemplos en estos días, hoy viernes en el culto de las siete de

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la noche, y también el domingo en la mañana, si Dios me da Palabra para hablar sobre todo esto estaré hablándole a ustedes, para que lo puedan comprender en la forma más simple, más sencilla, y sea de beneficio para cada uno de ustedes. Así que Dios nos continúe bendiciendo grandemente, Dios nos guarde, y gracias a Dios porque la Palabra, el Verbo, se ha hecho carne en nosotros. ``EL VERBO HECHO CARNE.'' Bueno, ustedes van a entenderlo mucho mejor en otros Mensajes. Ya les leí que cuando permitimos que la Palabra se exprese a través de nosotros, la Palabra se hace carne en nosotros. Así que vean ustedes lo sencillo que es todo. Que Dios nos continúe bendiciendo grandemente en este nuevo día, o en este primer día del año 1993, y que nos bendiga grandemente, y también nos use grandemente en Su Reino, y Su Palabra se exprese a través de nosotros como cuerpo místico de creyentes, y a través de nosotros como individuos, y así la Palabra se continúe haciendo carne y se haga carne en toda su plenitud en cada uno de nosotros. Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín para concluir nuestra parte en esta noche. Ya hemos tenido el último Mensaje del año

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pasado y el primer Mensaje de este nuevo año. Y ha sido algo glorioso, algo maravilloso, que Dios nos haya permitido estar reunidos para darle gracias a Dios por Sus bendiciones del año pasado y las bendiciones de este nuevo año, y haber terminado el año escuchando un Mensaje y comenzado el nuevo año escuchando otro Mensaje; y un Mensaje que nos habla de la Palabra, del Verbo encarnado en cada uno de nosotros. Somos el Verbo hecho carne, la Palabra prometida para el fin del tiempo encarnada en nosotros. Así que yo le doy gracias a Dios por esta bendición tan grande que Dios nos ha dado para nosotros en el fin del tiempo. Vamos a pedirle a nuestro hermano Miguel pase por aquí para concluir en esta noche. Que Dios nos bendiga y nos guarde a todos en este año 1993; y si es posible y concuerda con el tiempo que El tiene para la transformación de nuestros cuerpos y la resurrección de los muertos, si concuerda con Su programa y está en Su programa, que nos transforme en este año y resucite a los muertos en Cristo, si es de acuerdo a Su programa; si no es, pues, esperamos el próximo año, esperaremos el tiempo que

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tengamos que esperar. Pero se cumplirá en nosotros lo que El ha prometido; porque es en Su Esposa, Su cuerpo místico, y a través de Su Esposa que El cumple lo que El prometió. Así que tenemos paciencia, y tenemos fe también, y esperamos lo que no vemos; porque lo esperamos por fe. Pero se materializará, porque está en la Palabra simiente, y esa Palabra simiente se materializará, dará a luz, producirá esa transformación que El ha prometido. Bueno, con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios te bendiga Miguel, y te use grandemente en este año 1993, y a cada uno de ustedes que están aquí presentes, y a todos los que están a través de la línea telefónica, y a todos los escogidos en este tiempo final, y a mí también. Que Dios nos bendiga grandemente a todos. ``EL VERBO HECHO CARNE.''

AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS Por William Soto Santiago 1 de enero de 1993 Cayey, Puerto Rico

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Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes en este primer día del año 1993; es para mí una bendición muy grande estar con ustedes aquí en Cayey, Puerto Rico, en esta noche, y tener así la oportunidad de verlos y darles a conocer lo que Dios tiene para nosotros en este tiempo final. Hemos escuchado a nuestro hermano Bermúdez hablándonos de la obra misionera, y también ayer en la noche vimos cómo la Palabra ha llegado hasta las cárceles allá en Venezuela, y cómo las personas han recibido la Palabra, y cómo ellos se expresan como nosotros, y cómo están llenos de alegría, de regocijo y de agradecimiento a Dios. Así que podemos ver cómo la obra misionera se está moviendo en toda la América Latina; hemos visto que no hay barreras para la Palabra en toda esta obra misionera, en donde la Palabra está buscando los hijos de Dios. No importa

dónde se encuentren, esa Palabra llegará a ellos; y nosotros la llevaremos por todos los lugares, porque hemos sido enviados por Dios en este tiempo final para ese propósito. Aquí en Apocalipsis capítulo 22, verso 17, dice así: ``Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.'' Para todos los sedientos: Agua de vida eterna. ``AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS.'' A través del profeta Amós, en el capítulo 8, verso 11, dice: ``He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir la palabra de Jehová.'' Aquí tenemos que sobre la Tierra habrá hambre, y no hambre de pan, y no sed de agua, sino de oir la Palabra de Dios. Ahora, la Palabra de Dios para el fin del tiempo no es otra sino el Mensaje final de Dios representado en la trompeta final o gran Voz de trompeta, que es el Evangelio del Reino. Y este planeta Tierra tiene hambre y tiene sed de oir la Palabra de Dios, la trompeta final, el Mensaje de gran Voz de trompeta que llama y junta a todos

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los escogidos. Encontramos en las diferentes esferas de la raza humana que todos los que han leído la Escritura, y han leído esta parte que dice que ``a la final trompeta, porque será tocada la trompeta y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados'', todos tienen hambre y sed de oir esa trompeta, esa trompeta final. Cuando también han leído la Escritura de San Mateo 24, verso 31, que dice: ``Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a todos los escogidos'', toda persona que ha leído esa Escritura o que ha escuchado esa Escritura siendo leída, ha deseado escuchar esa gran Voz de trompeta. ¿Por qué? Porque la humanidad tiene hambre y sed de oir la Palabra, de oir esa trompeta final, de oir el Mensaje final, que es el Evangelio del Reino. Todos tienen sed y hambre de oir la Palabra de Dios. Y para todos los que tienen hambre y tienen sed, que vengan; y los que quieran que tomen del agua de la vida gratuitamente; porque el agua de la vida eterna es para todos los sedientos. Por lo tanto todos los sedientos en el fin del tiempo tienen una fuente, la fuente del agua de la

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vida eterna, para tomar de ella, y todos están invitados: El que tenga sed, que venga; y el que quiera, que tome del agua de la vida eterna. Ahora, para que ellos conozcan que está abierta esta fuente del agua de la vida eterna para todos los seres humanos, y tengan la oportunidad de aprovechar esa bendición, aquí dice: ``Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.'' Aquí tenemos el ministerio del Esposo, de Cristo, de la Columna de fuego en el fin del tiempo por medio de Su Angel mensajero, y aquí tenemos también el ministerio de la Esposa de Cristo para trabajar en esta obra que le ofrece el agua de la vida eterna a todo ser humano que está sediento de oir la Palabra de Dios, la Palabra de vida eterna; porque Jesús dijo: ``Mis palabras son espíritu y son vida, y el que oye mi palabra, tiene vida eterna.'' Así que estando la humanidad con sed, estando la humanidad sedienta de oir la Palabra de Dios, no de pan y agua literal; aunque muchos lugares en este planeta Tierra están sedientos de agua literal y están con hambre literal, pero la mayor necesidad que tiene la raza humana es espiritual: hambre y sed espiritual, hambre de oir la Palabra de Dios correspondiente para el fin del tiempo; hambre y sed de oir la trompeta final, esa gran Voz de trompeta; hambre y sed de oir el

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Evangelio del Reino, que le da la bendición divina que corresponde para este tiempo y para toda la eternidad. Por lo tanto para todos los sedientos Dios tiene el agua de la vida eterna, y para que le llegue a ellos tiene al Espíritu Santo dándonos Su Palabra, al Espíritu Santo y a la Esposa del Cordero, que dicen la misma cosa. Vean ustedes el Espíritu, la Columna de fuego, dándonos en el fin del tiempo Su Palabra, esa agua de vida eterna, el Evangelio del Reino; y la Esposa de Cristo, Su cuerpo místico, también hablando la misma Palabra, el mismo Mensaje, llevando el mismo Mensaje en las diferentes formas en que puede ser llevado: en videos, en folletos, en periódicos, a través de la prensa, la radio, la televisión. No está quedándose quieta, sino caminando en la obra misionera por todos los lugares, llevando esa agua de vida eterna, extendiendo esa invitación a todo el que tiene sed, a todos los sedientos. La Columna de fuego, Jesucristo en esa Columna de fuego, y el cuerpo místico del Señor Jesucristo, a todos los sedientos le ofrecen la oportunidad de tomar del agua de la vida eterna; y esa agua de la vida eterna es la Palabra, el

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Mensaje final de Dios para todos los seres humanos. Cuando ya terminó la Dispensación de la Ley, el Mensaje de esa dispensación terminó; y ahí encontramos que la vida de Cristo no está, se movió de ahí; luego de la segunda dispensación, al terminar, se movió de ahí; y ahora se ha movido a la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, para ofrecerle vida a todos los seres humanos, a todos los sedientos de oir la Palabra de Dios correspondiente para el fin del tiempo, correspondiente para la Dispensación del Reino, correspondiente para la Edad de la Piedra Angular, correspondiente para la Segunda Venida de Cristo. El Mensaje del Evangelio del Reino que revela a los seres humanos la Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su obra de reclamo; para así nosotros recibir esa revelación, y así recibir el beneficio de Su Venida como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores; así como al recibir el Mensaje de la Ley, se recibía el beneficio que hubo en ese Mensaje, también en el Mensaje de la Dispensación de la Gracia, al recibir ese Mensaje de la Gracia que presentó a Jesucristo en Su Primera Venida como

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el Cordero de Dios y Su obra de redención en la Cruz del Calvario, al recibir ese Mensaje, al creerlo de todo corazón y aceptar a Jesucristo como su salvador, al aceptarlo así, la persona recibía la bendición contenida en ese Mensaje, y recibía el bautismo del Espíritu Santo. Ahora vean ustedes, en cada dispensación hay una manifestación divina de la Columna de fuego, y surge un Mensaje, una obra se realiza, un Mensaje surge, que revela la obra que Dios ha llevado a cabo; y al recibir ese Mensaje, la persona recibe el beneficio de la obra realizada por la Columna de fuego en esa ocasión; y Dios respalda esa obra, ese Mensaje, y derrama Sus bendiciones sobre los creyentes en ese Mensaje. Así fue en la Dispensación de la Ley, en la Dispensación de la Gracia; y así es en la Dispensación del Reino. El Mensaje del Evangelio del Reino da a conocer a los seres humanos el gran misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, a Su Novia-Esposa gentil, en donde El se presenta como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, para luego tomar el Trono de David allá en Israel, en la ciudad de Jerusalén.

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Y por cuanto el pueblo hebreo, el Israel terrenal, es tipo y figura del Israel celestial, encontramos que las cosas que acontecieron allá son tipo y figura de las cosas que acontecerían en el Israel celestial; encontramos también que el Israel terrenal rechazó a Cristo en Su Primera Venida; pero el Israel celestial recibe a Cristo en Su Venida como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, para así Cristo colocarse sobre Su Trono. El Trono que Jesús, que Cristo, tomará en medio del pueblo hebreo es el Trono de David allá en Jerusalén; y ese Trono de David allá en Jerusalén es tipo y figura del Trono espiritual del Señor Jesucristo en el Israel celestial: ese Trono es y está en la Edad de la Piedra Angular, a donde El viene en Su Segunda Venida y se coloca como Rey de reyes y Señor de señores, se coloca como el León de la tribu de Judá, se coloca ahí como la raíz y el linaje de David, se coloca ahí como el Hijo de David, para luego manifestarse al pueblo hebreo, al Israel terrenal; pero primero se manifiesta, se revela, al Israel celestial, el cual está tipificado en el Israel terrenal. Por esa causa el pueblo hebreo está esperando la Venida de Cristo, la Venida del Mesías. Cristo, Mesías y Ungido significa lo mismo, es lo mismo.

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Cristo, Mesías o Ungido es el ungido con la Columna de fuego. Ahora, Cristo en Su Primera Venida no fue reconocido como la persona ungida con la Columna de fuego, el Mesías prometido para el pueblo hebreo, aunque el pueblo hebreo estaba esperando la Venida del Mesías; y se reveló a ellos en ese ministerio de tres años y medio, pero ellos estaban ciegos y no pudieron ver que tenían en medio de ellos al Rey de Israel, al Hijo de David. Vean ustedes quiénes Le vieron y Le reconocieron como el Hijo de David: Bartimeo. Bartimeo reconoció que Jesús de Nazaret era el Hijo de David, y clamó: ``Hijo de David, ten misericordia de mí.'' ¿Quién lo vio como el Hijo de David? Un ciego. Bartimeo vio a Jesús como el Hijo de David, y clamó a El, y recibió la sanidad, recibió la vista. Y el pueblo hebreo teniendo ojos, vio a Jesús, pero no lo vio como el Hijo de David, no lo vio como el Rey de Israel que ellos estaban esperando. ¿Y por qué? Porque ellos fueron cegados, ellos quedaron ciegos. ¿A causa de qué? A causa del velo humano que Dios usó. Y recuerden: eso siempre ha sido lo que ha cegado a las personas,

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eso siempre ha sido lo que ha impedido que las personas vean a Dios cumpliendo lo que El prometió. ¿Qué era lo que impedía que el pueblo viera a Dios en el lugar santísimo? El velo, el velo de pieles de tejón, de un animalito sencillo; esas pieles impedían que el pueblo viera a Dios en el lugar santísimo, y solamente el Sumo Pontífice una vez al año podía entrar al lugar santísimo con sangre del sacrificio de la expiación. Y si el Sumo Sacerdote entraba sin esa sangre, veía a Dios, pero moría; pero si entraba con sangre, veía a Dios y no moría. Ahora, nosotros entramos al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual porque hemos entrado con la Sangre de Jesucristo que nos redimió de todo pecado, y somos Sumos Sacerdotes, Sacerdotes según el orden de Melquisedec. Ahora miren ustedes, el velo que estaba a la entrada del lugar santísimo, vean ustedes, era lo que impedía que la gente viera a Dios en el lugar santísimo. Y cuando la Shekinah, la Columna de fuego, el Logos, se hizo carne, lo que impidió que la gente viera a Dios, que la gente viera el cumplimiento de la promesa mesiánica, fue aquel velo de carne en donde estaba la Columna de fuego. Ellos esperaban que ese velo de carne fuera

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algo espléndido, porque ellos esperaban un Rey; pero ellos no comprendían que el Rey era el que estaba dentro. Ese era el Rey de Israel, que es Dios, la Columna de fuego. Y ellos no se dieron cuenta que aquel velo de carne había sido creado por esa misma Columna de fuego, por Dios, y que era el velo señalado en donde Dios se manifestaría, Emmanuel, que traducido es ``Dios con nosotros.'' Ahora, ellos pensaron que cuando Dios promete algo grande, a la vista humana se tiene que ver grande; pero no es así; pues cuando Dios promete algo grande, a la vista humana es algo sencillo; porque Dios se manifiesta en simplicidad. El se vela y se revela en simplicidad. Y cuando Dios promete algo más grande, entonces lo hace en una forma más simple todavía. Por lo tanto el velo siempre ha sido el motivo de tropiezo de la gente; siempre tropiezan con el velo de carne. Miren ustedes, dice la Escritura que tropezaron con la Piedra Angular: la piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser piedra de escándalo y piedra de tropiezo. ¿Para quiénes? Para los que tropiezan en la Palabra, para los que son incrédulos a la Palabra y tropiezan en esa Palabra manifestada en carne humana. La misma

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Palabra que ellos esperan que se cumpla; cuando se cumple, tropiezan en el velo de carne en el cual se cumple esa Palabra. Ahora, el Señor Jesucristo sabía Quién El era; y por esa causa aunque muy pocas personas creían en El, El continuó hacia adelante realizando la obra correspondiente para ese tiempo; porque El no podía detenerse y decir: ``Bueno, si no me creen, yo no haré nada.'' No, El tenía que continuar hacia adelante, El creía esa Palabra, El creía lo que estaba escrito de El. Aunque los demás no creían en El, no creían que esa Palabra se estaba cumpliendo en El, El sí lo creía; aunque era contrario de la manera de pensar del mundo religioso de aquel tiempo. Pero lo importante es que aquel en el cual se cumple la Palabra, crea que se está cumpliendo, lo entienda, sepa que Dios está cumpliendo lo que El prometió, y continúe hacia adelante y realice la obra que le corresponde llevar a cabo. Y el cuerpo místico del Señor Jesucristo en el fin del tiempo tiene una misión, y el cuerpo místico del Señor Jesucristo tiene una bendición grande, y el cuerpo místico del Señor Jesucristo tiene una unción grande: la unción de la Columna de fuego. Es el cuerpo místico del Señor Jesucristo el lugar donde está la Columna de

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fuego en el fin del tiempo; ¿dónde? en la Edad de la Piedra Angular; y tiene una bendición grande, tiene un Mensaje grande: el Mensaje del Evangelio del Reino; y tiene una misión grande: darle de tomar del agua de la vida eterna a todo aquel que tenga sed y quiera tomar del agua de la vida eterna. Por lo tanto en este año 1993 tenemos por delante una labor para llevar a cabo, la cual hemos comenzado y ya llevamos 18 años, y estamos comenzando el año 19, y esperamos en el próximo año terminar esa labor, o en el año que Dios determine, porque no le vamos a poner fecha; pero queremos hacer lo máximo en este año; de tal modo que si Dios nos llama en este año, si nos transforma en este año, podamos decir: ``Toda la obra que Dios nos encomendó en nuestras manos, la hicimos: hicimos llegar el Mensaje a todos los lugares que tenía que llegar.'' Y no digamos: ``se nos quedaron algunos lugares por vagos, por negligentes.'' No. Nosotros queremos ser bien diligentes en esta labor que Dios nos ha encomendado, queremos ser fieles. Tenemos el Mensaje correcto para nuestra edad y nuestra dispensación; y también tenemos la unción, tenemos la Columna de fuego, el Espíritu Santo con nosotros, y también tenemos el llamado

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para llevar ese Mensaje. Por lo tanto Dios estará en todo momento con nosotros, aunque tengamos luchas, aunque tengamos problemas. Vean ustedes, los discípulos fueron enviados por el Señor Jesucristo con un Mensaje, el Mensaje del Evangelio de la Gracia, tuvieron muchísimos problemas, pero fueron con ese Mensaje e inundaron a Jerusalén, a todo Israel, y luego el Mensaje pasó a los gentiles: y fue inundado el mundo gentil con el Mensaje de la Primera Venida del Señor Jesucristo y Su obra en la Cruz del Calvario. Así que vean ustedes, ellos tuvieron problemas, pero la Columna de fuego, Jesucristo, estuvo con ellos; y aunque ellos murieron por causa del Mensaje, ellos se encuentran en el Paraíso esperando la resurrección; y nosotros los que vivimos seremos transformados. Ahora vean ustedes, la vida aquí en la Tierra tiene un propósito, y principalmente para los escogidos es el propósito divino con cada uno de nosotros, como individuos; y el propósito divino con todos nosotros como el grupo de una edad y de una dispensación y la obra correspondiente para ese tiempo que tiene que llevar a cabo ese grupo de creyentes. Vean ustedes, esa es la parte principal de cada

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hijo de Dios; por eso dijo Jesús: ``El que no deje a padre, y madre, y hermanos, y todo, por causa de mí y del evangelio, no es digno de mí.'' Porque lo primero para los hijos de Dios es Cristo y Su Mensaje y Su obra, lo demás es algo secundario; porque miren ustedes, ningún padre o madre puede salvar a ninguna persona, ni ningún hijo a sus padres, pero Jesucristo sí puede: El nos salvó en la Cruz del Calvario, y nosotros Le pertenecemos a El. Eso es bien importante entenderlo: El nos compró, a El nosotros Le pertenecemos, somos de El, somos Sus hijos. Por lo tanto nosotros trabajamos en la Casa de nuestro Padre celestial, y lo que estamos trabajando en Su Casa, que es Su cuerpo místico, es para vida eterna. Miren, cuando trabajamos en algún lugar, trabajamos para beneficio de alguna compañía; y la compañía le da un beneficio pequeño a la persona, pero el beneficio grande lo tiene que recibir la compañía. Nosotros trabajamos en el Reino de Dios, y en el Reino de Dios recibiremos el beneficio más grande que un ser humano puede recibir, porque es un beneficio para vida eterna. Y ninguna compañía aquí en la Tierra, ninguna persona aquí en la Tierra le puede ofrecer un beneficio para toda la eternidad; y algunas

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personas gastan sus vidas, dan sus vidas, para una compañía: 20 años, 30 años, 40 años, 50 años de trabajo, y se mueren y se acabó todito; porque no tienen recompensa al otro lado, en el Paraíso; porque esas compañías no están inscritas en el Reino de Dios, no están inscritas allá en el Paraíso; por lo tanto cuando llega la persona al otro lado, no sabe dónde está la compañía en donde él trabajaba, y si llega a la quinta dimensión tampoco la va a encontrar. Así que vean ustedes, el único negocio que tiene recompensa para vida eterna son los negocios de nuestro Padre celestial, en los cuales, dijo Jesús, ``me conviene estar'', y estar no de vago, sino estar trabajando. Y nosotros decimos lo mismo: ``En los negocios de nuestro Padre celestial, del Señor Jesucristo, nos conviene estar trabajando.'' Estar trabajando como dice aquí Apocalipsis 22, verso 17, ofreciéndole a la humanidad lo mismo que el Espíritu le ofrece a la humanidad, a todos los sedientos: Agua de vida eterna para todos los sedientos. Eso es lo que El nos ha dado; y lo que por gracia hemos recibido, por gracia lo damos, por eso dice: gratuitamente. Así que nosotros tenemos el agua de la vida eterna de parte del Señor Jesucristo. Y tenemos también la misión de ofrecerle esta oportunidad a

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todo ser humano, ofrecerle la oportunidad a todo el que tenga sed, a todos los sedientos, que vengan y tomen del agua de la vida gratuitamente. Esa es nuestra misión, ese es nuestro trabajo en favor de los demás seres humanos, para que puedan tomar de la misma agua de vida eterna que nosotros hemos tomado. Y esperamos en este año 1993 cumplir lo que corresponde para este año 1993. Y yo le pido al Señor Jesucristo que Su bendición sea tan grande para todos nosotros, que en este año 1993 hagamos más que todo lo que hemos hecho en los años anteriores, que hagamos más que todo lo que hemos hecho en todos los demás años juntos, y así muchas personas reciban el agua de la vida eterna gratuitamente. Tenemos toda la América Latina para repartir de esa agua, del agua de la vida eterna. Tenemos todo el Caribe para darle del agua de la vida eterna. Así como comenzaron los apóstoles desde Jerusalén, y luego se extendieron a las demás ciudades de Israel, así también a nosotros se nos ha dado para que comenzando en la América Latina y el Caribe demos la Palabra, demos el Mensaje, prediquemos el Evangelio del Reino, y luego veremos a qué otras naciones tiene que

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llegar el Evangelio del Reino, incluyendo al pueblo hebreo, pero primero los de la Casa, que son los latinoamericanos y caribeños. ``AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS.'' Agua de vida eterna para todos los latinoamericanos y caribeños, y luego para el resto de los seres humanos sedientos de oir la Palabra de Dios correspondiente para este tiempo final. Vean ustedes que todos los seres humanos alrededor del mundo que han leído la Biblia, estén o no estén en alguna secta religiosa, encontramos que cuando han leído de la Venida del Señor para el fin del tiempo, de la Venida del Hijo del Hombre como en los días de Noé, han deseado escuchar la noticia de Su Venida, han deseado escuchar y ver el cumplimiento de esas Escrituras; porque el contenido o cumplimiento de esas Escrituras es lo que produce el Mensaje del Evangelio del Reino, para así toda persona conocer el cumplimiento de esas promesas y tomar ese Mensaje, tomar del agua de la vida y vivir eternamente. El Mensaje que se predicará durante el Reino milenial es el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, es el Mensaje que se

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enseñará, es el Mensaje del cual todos tomarán, y es el Mensaje que durante el Reino milenial le revelará el misterio de Dios a las personas que no han escuchado en este tiempo final; les revelará el gran misterio escondido de Dios que causó silencio en el cielo por media hora. Es tan grande el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, que así como el Mensaje de la Primera Venida de Cristo ha sido predicado por dos mil años aproximadamente, y ha sido enseñado lo que El realizó en Su Primera Venida y el beneficio para todo ser humano; así también el Mensaje de la Segunda Venida es tan importante que se estará predicando durante el Reino milenial, y se estará dando a conocer la obra que El ha realizado, y se estará dando a conocer los beneficios para todos los seres humanos. Recuerden que este es el tiempo en que El viene con el Título de Propiedad, del cual hablaremos en otra ocasión. Por esa causa es que los que reciben Su Palabra en el fin del tiempo obtienen el derecho a regresar a la vida eterna, porque el Título de Propiedad ha regresado a la raza humana después de seis mil años, aproximadamente, que le había sido quitado a la raza humana a causa de la caída.

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Es tan grande ese misterio y es tan grande la bendición que hay en el regreso del Título de Propiedad, de ese Librito de los Siete Sellos, es tan grande la bendición que para explicar la bendición que hay en el regreso del Título de Propiedad a la Tierra, tenemos que tomar todas las Escrituras que hablan del regreso del ser humano a la vida eterna, y también mostrar la situación en que estaba Adán, el ser humano, antes de la caída. Por lo tanto para todos los sedientos se ha abierto la fuente del agua de la vida eterna, para darle a todos los seres humanos del agua de la Palabra de vida eterna, en donde es dado a conocer todo el programa divino que corresponde para nuestro tiempo y la forma para nosotros regresar a la vida eterna. Así que para todos los sedientos hay agua de vida eterna. El Espíritu y la Esposa dicen lo mismo, dicen: Ven. Y el que oye diga: Ven. Y el que tenga sed, venga; y el que quiera (porque toda persona tiene libre albedrío, el que quiera porque no se obliga a nadie) el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente, para que pueda regresar a la vida eterna. ``AGUA DE LA VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS.''

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Que Dios nos continúe bendiciendo en esta noche, que Dios nos guarde, y que en este año 1993 derrame grandes bendiciones sobre nosotros y nos use grandemente en Su obra: a los adultos, a los jóvenes y a los niños también, hombres y mujeres en el Reino de Dios. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos con todas las bendiciones contenidas en el Título de Propiedad. Y nos deje entender cada día más el programa que El está realizando, y los beneficios y bendiciones que hay ahí para cada uno de nosotros, y nos ilumine cada día más el camino de regreso a la vida eterna. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que pasen todos muy buenas noches, y con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín. Dios nos bendiga y nos guarde a todos. ``AGUA DE VIDA ETERNA PARA TODOS LOS SEDIENTOS.''

EL TIEMPO DE LA ADOPCION DEL CUERPO MISTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO Por William Soto Santiago 3 de enero de 1993 Cayey, Puerto Rico

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Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Cayey, Puerto Rico, y también cada uno de los que están a través de la línea telefónica en los diferentes países de la América Latina, de Norteamérica, del Canadá y del Caribe; que las bendiciones de Dios sean sobre todos nosotros en este primer domingo del año 1993. Dice en Gálatas capítulo 4, verso 1 al 7: ``Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y cuidadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.'' ``EL TIEMPO DE LA ADOPCION DEL CUERPO MISTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO.'' Dice que Jesucristo vino para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. El ser humano cayó en el Huerto del Edén, luego de Dios colocarlo en una condición con vida eterna, lo colocó allí con la Palabra, le dio la Palabra; el ser humano tenía el Título de Propiedad, él podía vivir por toda la eternidad, esa Palabra algún día vendría a ser carne, y entonces él podría comer esa Palabra; pero el ser humano no esperó allá en el Huerto del Edén, y comenzó a traer los hijos por el sexo y no por la Palabra hablada creadora de Dios. Por lo tanto la raza vino en una situación caída, o sea luego de la caída la raza comenzó a

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multiplicarse en una condición caída; pero el Señor Jesucristo vino a la Tierra para redimir a todos los hijos de Dios, para colocar a los hijos de Dios en la posición de hijos de Dios, ser adoptados hijos de Dios en esa posición con vida eterna. Ahora, para llegar a la adopción de hijos e hijas del Dios Altísimo se requiere pasar por estas etapas que dice el apóstol San Pablo; él dice que el heredero, o sea el hijo, aunque es heredero de todo no difiere en nada con el esclavo, aunque es dueño o heredero de todo; dice que en lo que llega el tiempo asignado por Dios para los herederos, los hijos de Dios, ser adoptados y recibir su Herencia, dice que en lo que llega ese tiempo, el heredero está bajo tutores y curadores, va pasando por ciertas etapas en lo que va creciendo y obtiene el tiempo correcto para recibir la Herencia que el ser humano perdió allá en la caída. Ahora, a través de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil encontramos que los hijos de Dios, que son los herederos de todo, encontramos que han pasado por siete etapas, en donde el Tutor, el Espíritu Santo, Jesucristo en forma de Columna de fuego, en cada edad ha estado enseñándole a Sus hijos hasta que lleguen a una estatura correcta para recibir la Herencia que los

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hijos de Dios perdieron allá en la caída en el Huerto del Edén. Ahora vean ustedes, el ser humano como individuo pasa por esas etapas y el cuerpo místico del Señor Jesucristo pasa por esas etapas también. Son siete etapas por donde pasa el ser humano y pasa el cuerpo místico del Señor Jesucristo, para luego pasar a la etapa número ocho, que es la etapa de la Adopción, la cual representa la eternidad: el ocho representa eternidad. Por lo tanto esa es la etapa o el tiempo señalado por el Padre para la Adopción de los hijos de Dios. No hay otro tiempo en que los hijos de Dios pueden ser adoptados, porque Dios ha señalado el tiempo en Su Palabra, y lo ha representado en esas siete etapas de la Iglesia gentil donde los hijos de Dios han sido enseñados por el Espíritu de Dios, han sido enseñados en la Palabra de Dios, en el programa de Dios, y han ido formando el carácter correcto de hijos de Dios. Y cuando terminan esas etapas o edades encontramos que son subidos arriba a la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción, para eso son colocados en esa Edad de la Adopción; porque esa es la edad del regreso de los hijos de

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Dios a ser nuevamente hijos de Dios en todo el sentido de la palabra; porque mientras no había llegado esa etapa, esa Edad de Adopción, los hijos de Dios, aunque son los dueños, los herederos de todo, estaban como los esclavos, en el sentido que han estado viviendo en este planeta Tierra en una situación parecida al pueblo hebreo, que son los siervos. Ahora, siendo que Dios tiene un tiempo señalado para los hijos de Dios salir de la situación parecida a la de siervos, como estuvo el pueblo hebreo en Egipto siendo los hijos, los herederos de la tierra de Israel, siendo ellos el Primogénito de Dios como nación, el pueblo hebreo, por eso dice: ``Israel es mi primogénito;'' pero en Egipto estaban viviendo como esclavos por cuatrocientos años: los herederos y dueños de toda la tierra de Israel estaban como esclavos. No había diferencia entre los esclavos que tenía el faraón de Egipto, de otras naciones, con los esclavos del pueblo hebreo. Ellos no eran esclavos, pero vinieron a ser esclavos, y por cuatrocientos años ellos estuvieron en la tierra de Egipto y allí fueron esclavizados; pero Dios había prometido que los libertaría con mano poderosa en el tiempo señalado por Dios. Dios le había dicho a Abraham que en la cuarta

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generación El los sacaría con mano poderosa. Vean ustedes, en el Génesis capítulo 15, verso 13 en adelante: ``Entonces Jehová dijo a Abraham: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.'' Ahora vean ustedes, Dios le dijo que por cuatrocientos años serían allí oprimidos, pero que El con mano poderosa los sacaría, y juzgaría a aquella nación, y que saldrían con gran riqueza. Ahora, era un misterio el cumplimiento de esta promesa para el pueblo hebreo, como también era un misterio cómo el pueblo hebreo se convertiría en esclavos de otra nación; pero lo que es un misterio para los seres humanos, para Dios es un programa que tiene que llevarse a cabo, el cual conoce Dios. Ahora, era un misterio cómo un pueblo esclavizado iba a salir con gran riqueza; pero vean ustedes lo sencillo que fue: Dios le dijo a Moisés: ``Tú le dirás al pueblo que pidan alhajas, pidan ropa, y pidan todas esas cosas; y despojarán a

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Egipto.'' Dice que despojaron a Egipto, porque la gente de Egipto comenzaron a darle de todo al pueblo hebreo; y se convirtieron en ricos, como decimos nosotros, ``de la noche a la mañana.'' Y dice: ``Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá (miren el tiempo señalado por Dios. Dios dijo: `cuatrocientos años estarán allá, serán oprimidos por cuatrocientos años', y aquí dice: `y en la cuarta generación volverán acá.' La cuarta generación); porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.'' Aquí podemos ver que Dios le establece el tiempo que estará el pueblo hebreo en Egipto, y también le establece el tiempo y el ciclo divino en que Dios traería nuevamente a la tierra de Israel al pueblo hebreo. Dijo: ``en la cuarta generación volverán acá.'' Ahora vean que Dios tiene todo bien ordenado, para todo el programa divino Dios le ha establecido el tiempo correspondiente para ser llevado a cabo aquí en la Tierra. Dios no hace nada fuera de tiempo. El pueblo hebreo, vean ustedes, tenía también que estar clamando a Dios, y cuando llegó el momento preciso, el pueblo hebreo clamó a Dios.

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Ahora, muchas personas ignoraron lo que estaba aconteciendo en aquel tiempo conforme al programa divino. El faraón y sus sabios y las religiones de Egipto ignoraron lo que Dios estaba realizando en Su escogido, en Su hijo Primogénito, el Israel terrenal. Y lo que Dios hizo en el Israel terrenal, y las etapas por las cuales pasó el Israel terrenal, el Israel celestial también tiene que pasarlas; porque el Israel terrenal es el hijo Primogénito de Dios como nación terrenal, pero el hijo Primogénito de Dios como nación celestial son los escogidos de Dios, el cuerpo místico del Señor Jesucristo. Ahora, el pueblo hebreo, vean ustedes, cuando él fue llevado al monte Sinaí, él fue adoptado allí como el pueblo de Dios, el hijo Primogénito de Dios, y allí Dios le dio Sus leyes y lo estableció como una nación, como un pueblo; y allí Dios estuvo con Su pueblo como el Rey de ese pueblo manifestado por medio de Moisés. Una de las bendiciones grandes que tuvo el pueblo hebreo fue que tuvo un profeta dispensacional en medio de él para traerle un Mensaje dispensacional y establecerlo como el pueblo Primogénito de Dios, hijo Primogénito de Dios como nación. Ahora, encontramos que el pueblo hebreo

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tuvo que viajar por cuarenta años por el desierto para llegar a la tierra prometida, donde sería establecido como nació con las leyes que Dios le dio en el Sinaí, con las leyes y estatutos que le dio en el Sinaí y durante el camino; porque por el camino le dio estatutos y un sinnúmero de ordenanzas. Ahora, el pueblo hebreo siendo el Israel terrenal, que fue adoptado allá como pueblo, es un ejemplo claro del Israel celestial y de la trayectoria por la cual el Israel celestial tiene que pasar hasta llegar a la tierra prometida del nuevo cuerpo y a la tierra prometida del glorioso Reino milenial. El pueblo hebreo cuando entró a la tierra prometida, allí recibió la adopción en toda su plenitud, él pasó por las diferentes etapas o edades; así como la Iglesia gentil ha pasado por siete etapas o edades de la Iglesia gentil, el pueblo hebreo en esa trayectoria pasó por esas etapas; y luego de estar el pueblo hebreo en su tierra, también encontramos que pasó por siete etapas la Iglesia hebrea, o sea el pueblo hebreo. Vean que siempre se pasa por siete etapas y luego se sube a la etapa o edad octava, la Edad de la Adopción, esa es la Edad de la Adopción para personas o para pueblos; por lo tanto en el ocho

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está la Adopción. Cuando se habla de Adopción, se habla para la persona como individuo de la transformación de su cuerpo para regresar a la vida eterna con un cuerpo eterno; y para el cuerpo místico de Cristo cuando se habla de Adopción, se habla de un cambio que el cuerpo místico del Señor Jesucristo tendrá, y para ese cambio el cuerpo místico del Señor Jesucristo es llamado a subir arriba, a la Edad de la Piedra Angular, a la edad octava, en donde recibe un cambio, en donde ese cuerpo místico de creyentes en esa edad tiene al mismo Espíritu de Dios, la misma Columna de fuego que estuvo en las siete etapas o siete edades, caminando cada paso hacia la perfección del cuerpo místico del Señor Jesucristo. O sea fue Jesucristo en esa Columna de fuego por medio de cada ángel mensajero el que fue llevando Su cuerpo místico por los diferentes pasos hacia la perfección, hacia la estatura de un hombre perfecto, o sea en el cuerpo místico del Señor Jesucristo hacia la estatura de un cuerpo místico perfecto; y para eso se requiere que en la Edad de la Adopción venga el mismo Espíritu que estuvo en las edades de la Iglesia gentil, pero que venga en una forma plena.

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Por esa causa en la Edad de la Adopción suenan siete truenos que representa el Mensaje completo y perfecto de Jesucristo, el Mensaje del amor divino, el Mensaje que le dará al cuerpo místico del Señor Jesucristo y a cada uno de sus miembros como individuos la gran victoria en y del amor divino. Tiene también el cuerpo místico del Señor Jesucristo en la Edad de la Adopción, a la Columna de fuego, a Jesucristo, el Angel del Pacto, ministrando Su Palabra; es Jesucristo en la Edad de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Y también tiene el ministerio de Moisés y de Elías, que es el ministerio de los dos olivos; esto fue mostrado en el monte de la Transfiguración cuando el Señor Jesucristo fue adoptado, y si el Señor Jesucristo necesitó que allí estuvieran presentes Moisés y Elías para Su Adopción, también el cuerpo místico del Señor Jesucristo tiene la necesidad de que el ministerio de Moisés y de Elías estén presentes en la edad o etapa de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Encontramos que Moisés representa a los muertos en Cristo que van a resucitar, y Elías representa a los vivos del cuerpo místico del Señor Jesucristo que serán transformados y

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raptados. Encontramos también que así como el cuerpo de Dios, el velo de carne de Dios, el Templo de Dios, Jesucristo, fue identificado allí en el monte de la Transfiguración como Su Hijo, El dijo: ``Este es mi hijo amado en el cual me complazco morar'' o ``en el cual tomo contentamiento.'' Vean ustedes al Señor Jesucristo, fue identificado como el Templo humano donde moraba Dios, la Shekinah, la Columna de fuego. Y el cuerpo místico de creyentes, que es el Hijo de Dios como cuerpo místico de creyentes, compuesto de los miembros de ese cuerpo místico, o sea compuesto de los hijos de Dios, de los escogidos de Dios en el fin del tiempo, y también pertenecen a ese cuerpo místico los escogidos de las edades pasadas, y algunos de los nuestros que partieron, y nosotros los que vivimos. Vean ustedes, así como aquella Nube o Columna de fuego identificó Su cuerpo, en donde El moraba, y también luego de identificarlo, dijo: ``A él oíd.'' Así también en el cuerpo místico del Señor Jesucristo en la Edad de la Adopción es identificado como el cuerpo místico de creyentes en donde mora Jesucristo, la Columna de fuego, en Su manifestación final, en Su cuerpo místico.

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Y la Voz de Cristo, la Columna de fuego, además de decir: ``Este es mi cuerpo místico, mi Templo, este es mi Hijo amado como el cuerpo místico, mi Hijo amado como el Israel celestial'', también dice: ``A él oíd.'' Por eso dice que el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. ¿Por qué? Porque tiene la misión de hablar, porque le ha sido dado un Mensaje a ese cuerpo místico de creyentes para darlo a la humanidad. Así como Jesucristo trajo el Mensaje, y El mismo era el Mensaje, también el cuerpo místico de creyentes trae el Mensaje en el tiempo final, y lo comparte con los seres humanos, lo da a los seres humanos, para que tengan la oportunidad de conocer el programa divino que se está desarrollando en el cuerpo místico del Señor Jesucristo, y tengan la oportunidad de recibir del agua de la vida eterna, puedan entonces recibir vida eterna. Ahora miren ustedes, allí en el monte de la Transfiguración estaban Moisés y Elías; algunos pensaron en hacer tres grupos: uno para Elías, uno para Moisés, y otro para Jesús, pero cuando habló la Voz del cielo desde esa Nube de luz, El dijo a Quién las personas tenían que escuchar, y luego cuando ellos miraron, vieron solo a Jesús, no vieron ya más a Moisés y a Elías.

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¿Y esto por qué? Porque en Jesús estaban todos los profetas. Jesús era Moisés, Jesús era Elías, Jesús era David. Por eso cuando David dijo: ``Horadaron mis manos y mis pies...'' Y ahora cuando Cristo en la Cruz del Calvario muere, se cumple en El esa profecía; porque en Jesús estaba David, el rey David, estaban todos los profetas, estaban todos los hombres de Dios del pasado. Jesús fue la plenitud de Dios manifestada en carne humana. Por lo tanto en El estaban todos los ministerios de todos los demás profetas. Y en el monte de la transfiguración encontramos que cuando es identificado el cuerpo místico del Señor Jesucristo, la Voz habla en el fin del tiempo: ``Este es mi hijo amado, mi cuerpo místico, a él oíd.'' La humanidad se pregunta a qué iglesia, o a qué secta religiosa, o a qué religión debemos nosotros escuchar: ¿quién tiene la verdad? Y la Voz de la Columna de fuego identifica Su cuerpo místico de creyentes en la Edad de la Adopción, y dice Quién es Su cuerpo místico, Quién es Su Hijo celestial, como cuerpo místico. Y dice: ``Este es mi Hijo amado, mi cuerpo místico, y a él oíd.'' Pues solamente ese cuerpo místico de cre-

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yentes es el único que tiene el Mensaje final de Dios, es el único cuerpo místico que tiene el Mensaje que corresponde para el fin del tiempo, es el único cuerpo místico de creyentes que tiene el Mensaje del Evangelio del Reino para todos los seres humanos, cuando han terminado ya las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Por lo tanto no hay otro Mensaje vigente para los seres humanos en esta Tierra, sino el Mensaje dado al cuerpo místico de creyentes en la Edad de la Adopción. Por esa causa el cuerpo místico de creyentes al recibir ese Mensaje en la Edad de la Adopción, y hacerse carne en ellos esa Palabra, ese Mensaje, tienen la promesa de ser transformados como individuos y ser raptados; porque son los hijos de Dios que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, y componen el cuerpo místico del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular. Y así como en Jesucristo estaban todos los profetas y todas las edades, en el cuerpo místico del Señor Jesucristo en el fin del tiempo están todas las edades de la Iglesia gentil; por esa causa el cuerpo místico del Señor Jesucristo vive, pasa, por siete etapas consecutivas, y recibe un Mensaje representado en siete truenos, recibe un Mensaje que contiene toda la revelación divina de las siete

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edades de la Iglesia gentil, más lo que no fue dado a las siete edades de la Iglesia gentil. Por lo tanto en ese cuerpo místico de creyentes del Señor Jesucristo, ahí están manifestadas todas las edades consecutivas, ahí están todas las edades. Por lo tanto la gente se preguntará: ``¿A quién debemos escuchar? ¿Y a quién debemos hacerle una enramada?'' como Pedro y los apóstoles, querían hacerle una enramada a Elías, otra a Moisés y otra a Jesús; pero Jesús era el que tenía el Mensaje, y Jesús era el que tenía que decir lo que tenían que hacer en ese tiempo. Así que encontramos que en el tiempo de la Adopción es donde Dios identifica Su lugar de morada. Todas las religiones y todas las sectas religiosas dicen y reclaman que Dios está con ellos, pero solamente hay un lugar donde Dios estaría manifestado en toda Su plenitud. En las edades pasadas estuvo manifestado en una porción en cada etapa, pero en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de la Adopción para el cuerpo místico del Señor Jesucristo y para todos los hijos de Dios, Dios está en toda Su plenitud, la Columna de fuego está en toda Su plenitud revelándose a nosotros.

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La Voz de Jesucristo, la Columna de fuego, está rugiendo como cuando un león ruge, está clamando como cuando un león ruge, y los siete truenos están emitiendo sus voces; los truenos emitieron sus voces en la Tierra, porque Jesucristo, la Columna de fuego, había descendido a la Tierra con el Librito abierto en Su mano. Ahora, podemos también ver dónde Jesucristo, la Columna de fuego, ha traído el Título de Propiedad: lo trae a la edad o al tiempo de la Adopción; porque sin el Título de Propiedad ninguna persona puede ser adoptada, y tampoco el cuerpo místico del Señor Jesucristo puede ser adoptado si no tiene ese Título de Propiedad restaurado en y a ellos en la etapa o tiempo de la Adopción. Así que podemos ver que el tiempo de la Adopción es el tiempo más importante de todos los tiempos, porque es el tiempo de la Venida de Cristo, del Angel fuerte, de la Columna de fuego, del Angel del Pacto que guió al pueblo hebreo y que luego se manifestó en carne aquí en la Tierra, y fue conocido como Jesús de Nazaret, y luego regresó a la Columna de fuego y se reveló, se manifestó, a Saulo de Tarso, esa Columna de fuego. Y le dijo a Saulo de Tarso: ``Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces

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contra el aguijón.'' Y Saulo le preguntó: ``Señor...'' sabiendo que era el Señor, que era Elohim, que era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, sabiendo que era el Angel del Pacto, esa Luz que le estaba hablando; le preguntó: ``Señor ¿quién eres?'' Y la Columna de fuego le dijo: ``Yo soy Jesús, a quien tú persigues.'' Vean ustedes, Jesucristo, el Angel del Pacto, esa Columna de fuego, ha estado viajando desde la tierra de Israel, pasando por Asia Menor, pasando luego por Europa y luego a Norteamérica, y luego pasando a Puerto Rico, el Caribe y toda la América Latina para el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Estamos nosotros viviendo en el tiempo señalado, el tiempo asignado, por el Padre para la Adopción, para salir de la situación de esclavitud terrena en la cual nosotros vivimos; pues estamos esclavizados aquí en la Tierra como los esclavos que nacen, viven en esta Tierra, se enferman, sufren, y luego se ponen viejos y se mueren; y estamos nosotros esclavizados en ese mismo ciclo vicioso, como podríamos decir. Dios tiene Sus hijos para vivir eternamente, y en el ciclo o tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo saldremos de la

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esclavitud, seremos libertados en el tiempo de la Adopción, seremos libertados en el tiempo asignado por el Padre; y este es el tiempo asignado por el Padre celestial, este es el tiempo asignado para la liberación del Israel celestial. Ahora, así como el Señor Jesucristo tuvo que tener tres años de ministerio en los cuales probó ser obediente a la Palabra del Padre, al programa del Padre, a los negocios del Padre celestial, así también nosotros en el tiempo de la Adopción o Edad de la Adopción estamos pasando en forma consecutiva por esa o esas etapas por las cuales pasó el Señor Jesucristo en tres años para obtener la Adopción. Y nosotros para obtener la transformación de nuestros cuerpos, como individuos, hemos estado pasando por esas etapas en donde nosotros hemos estado trabajando en los negocios de nuestro Padre celestial, y en donde cada uno ha estado demostrando que es un hijo de Dios obediente al Señor Jesucristo, a nuestro Padre, y que trabaja en Su obra, en Sus negocios, porque ama a Su Padre celestial; y también nosotros hemos estado escuchando la Voz del Señor hablándonos en forma consecutiva el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la gran Voz de trompeta, que es el Mensaje para la Adopción; en ese

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Mensaje está el programa de Dios para la edad o tiempo de la Adopción, para nosotros hacer conforme a ese Mensaje y recibir la Adopción de hijos de Dios, o sea ser transformados conforme a la promesa divina. Ahora, nosotros como individuos pasamos por esas mismas etapas, así como el cuerpo místico del Señor Jesucristo. Y la etapa que corona es la etapa del amor divino, que es Dios. Nosotros estamos en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo, y también de la Adopción y para la Adopción de cada uno de los hijos de Dios como individuos. Y cuando seamos transformados y los muertos en Cristo hayan resucitado, estará sobre la Tierra en pie el cuerpo místico del Señor Jesucristo completo y adoptado, adoptado como el Hijo celestial, el Israel celestial, adoptado como Hijo de Dios, y con un cuerpo eterno cada uno. Y cuando eso ocurra, la Gloria será mayor que la Gloria cuando Adán, será mayor la Gloria divina manifestada en el nuevo cuerpo que la Gloria manifestada allá en Adán. Así como dice Hageo capitulo 2, verso 9, dice: ``La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en

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este lugar, dice Jehová de los ejércitos.'' Ahora, está hablando del templo, y nosotros somos templo de Dios como individuos, y como cuerpo místico de creyentes somos el cuerpo místico de creyentes, el Templo del Señor Jesucristo. Y la Gloria será mayor, la Gloria de esta Casa espiritual, de esta Casa de Dios, de este Templo de Dios, de este Templo místico, será mayor que la primera Gloria, será mayor que la Gloria de la primera Casa, será mayor que la Gloria del templo que hizo Moisés, y mayor que la del templo que hizo Salomón, y será mayor que la Gloria de la Casa de Israel, que fue como nación un templo también. La Gloria del cuerpo místico del Señor Jesucristo, del Israel celestial, es mayor que la Gloria del Israel terrenal. Y la Gloria de la Casa donde moró Dios, Jesucristo, fue mayor que la Gloria de la primera Casa: Adán. Y la Gloria en la Casa nueva que hemos nosotros de tener, el nuevo cuerpo, será mayor que la Gloria manifestada en esta primera casa de carne que hemos obtenido nosotros. Y esa Gloria será vista en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Estamos en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo, estamos en el

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tiempo en que ese cuerpo místico del Señor Jesucristo recibirá las bendiciones más grandes jamás imaginadas; y ya está comenzando a recibir de esas bendiciones, porque está en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Un cambio de dispensación ha tenido el cuerpo místico del Señor Jesucristo, ha entrado a la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, es la Edad de la Adopción, la edad que coloca en eternidad al cuerpo místico del Señor Jesucristo, y también a los miembros de ese cuerpo místico del Señor Jesucristo. Estamos en la edad en donde el cuerpo místico del Señor Jesucristo recibiría a Jesucristo, la Columna de fuego, en su corazón, lo recibiría en su alma, y así recibiría la Piedra de corona, o sea la Piedra Angular, para la Adopción de todos los hijos de Dios. La transformación de nuestros cuerpos se realizará alrededor de la Palabra que hemos recibido, alrededor de esa Palabra que tenemos dentro se materializará el nuevo cuerpo, el cuerpo eterno. Al recibir esa Palabra, ese Mensaje, hemos recibido la semilla, la simiente del cuerpo eterno, hemos recibido la simiente de vida eterna para

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obtener un cuerpo eterno, así como Abraham y Sara recibieron una transformación, un cambio, alrededor de esa Palabra que ellos habían recibido, y fueron rejuvenecidos para poder tener al hijo prometido. Así también es para cada uno de nosotros y es para el cuerpo místico del Señor Jesucristo. Estamos nosotros en el tiempo señalado por Dios para la Adopción de Su cuerpo místico, y para la Adopción de cada uno de los miembros de ese cuerpo místico que viven en este tiempo final y de los que vivieron en edades pasadas. Es el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo, y de cada uno de nosotros también. Estamos en tiempo de Adopción, tiempo para la Adopción de todos los hijos de Dios. Los hijos de Dios regresarán a la vida eterna, regresarán a ser eternos, a tener un cuerpo eterno, a tener vida eterna. Este es el tiempo en que Dios le da vida eterna en el cuerpo a todos Sus hijos miembros del cuerpo místico del Señor Jesucristo. No es para todo el mundo la transformación y el rapto, sino para los miembros del cuerpo místico del Señor Jesucristo que estarían en el tiempo y Edad de la Adopción; y para aquellos que vivieron en el pasado en sus edades y fueron los

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escogidos de Dios, los hijos de Dios de cada edad, para ellos también es tiempo de Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. De un momento a otro estamos esperando la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Nuestro espíritu teofánico, que es parte de la Columna de fuego, transformará nuestros cuerpos, entrará en estos cuerpos mortales y los transformará, entrará donde esté la Palabra, el Mensaje final de Dios y transformará esa casa, llenará de Gloria esa casa; porque estamos en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Yo estoy esperando de parte del Señor lo que El ha prometido para nosotros en este tiempo final. Y así como ha ido cumpliendo promesas que El hizo para este tiempo, y las hemos visto cumplidas, veremos también el cumplimiento de todas las demás promesas que El ha hecho para el fin del tiempo. Y veremos un día, que no será muy lejano, el cumplimiento de la promesa de la transformación de nuestros cuerpos, y nos veremos, y daremos gracias a Dios, y diremos: ``Esto es más glorioso de lo que yo me imaginaba.''

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Por más que yo les diga lo grande y glorioso que va a ser ese cuerpo que ustedes van a recibir y que yo voy a recibir, todavía me faltan palabras para explicarle a ustedes lo glorioso que será ese cuerpo. Será un cuerpo donde habitará Dios, donde habitará usted en alma, espíritu teofánico, ese espíritu teofánico que es una parte de la Columna de fuego, y usted ahí que es alma viviente habitará en ese cuerpo para toda la eternidad. Por esa causa no nos preocupa mucho si este cuerpo que tenemos actualmente es grande, pequeño, bonito, feo, gordo, flaco, si somos pobres, si somos ricos, eso no debe preocuparle a nadie; porque este cuerpo es temporal. Lo importante es saber que tenemos un cuerpo eterno diseñado por Dios para ser creado en este tiempo final y estrenarlo en estos días en el tiempo de la Adopción. Mire, ese cuerpo que vamos a tener todavía no está hecho, pero ya está diseñado por Dios desde antes de la fundación del mundo. Y si ha sido bueno, maravilloso, hermoso, vivir en estos cuerpos mortales que nos dieron papá y mamá, en donde Dios intervino, porque Dios estaba en todo, permitiendo todo para El glorificarse... Vean ustedes, hemos venido la mayoría como

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personas normales, no con muchas riquezas, no con mucha sabiduría humana, pero ¿qué ha sido eso? lo mismo que aconteció con el Señor Jesucristo. El más sabio de todos, que es Dios, el más rico de todos, que es Dios, que es el Dueño de todo, vino sencillo, vino pobre, vino con poca sabiduría o conocimiento humano, porque El vino con el conocimiento de arriba. Y los hijos de Dios han venido aquí a la Tierra en forma sencilla, en forma tan sencilla que cualquier persona que los ve, dice: ``¿Pero cómo ustedes son Reyes y no tienen lo suficiente para quizás tener carros nuevos, y casas grandes? La mayoría de ustedes son pobres, ¿y dicen que son Reyes?'' Es que humanamente somos pobres en este pobre cuerpo, que se pone viejo, se enferma. ¿Y para qué queremos ser multimillonarios en este cuerpo terrenal? Y si lo llegamos a ser, será para trabajar en la obra de Dios; pero Dios nos ha dado a todos la oportunidad de trabajar, por esa causa la mayoría son personas que no son ricas, y les da la oportunidad a todos. Si alguno de nosotros en este cuerpo mortal fuera multimillonario no nos dejaría a nosotros trabajar en el Reino de Dios, porque todo lo iba a hacer él; pero gracias a Dios que estamos casi

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todos en el mismo nivel. Y algunas veces los menos que tienen, son los más que hacen. Eso fue el ejemplo que dio Jesús cuando aquella viuda echó aquellas dracmas, aquellas monedas en el lugar de la ofrenda, y Jesús cuando vio eso y vio a los ricos que echaban más que lo que echó la viuda, Jesús dijo: ``Esta viuda ha dado más que estos ricos; porque estos ricos echaron de lo que les sobraba, y ella echó todo lo que tenía.'' Y Dios cuenta en forma correcta. Dios no se deja llevar por las apariencias, sino que El sabe álgebra, y sabe sacar por ciento; por lo tanto ella echó el ciento por ciento; y aquellos ricos quizás echaron ni el uno por ciento. Así que ¿quién echó más? Así es que Dios saca la cuenta. Ahora, todos tenemos la oportunidad de trabajar en el Reino de Dios estando nosotros en estos cuerpo mortales, y luego cada uno recibirá el galardón cuando esté en el otro cuerpo, de acuerdo a lo que haya trabajado en este cuerpo. Recuerden que los galardones son de acuerdo a lo que haya trabajado la persona. Vamos a ver aquí, ya estábamos terminando, pero ya que tenemos esto aquí vamos a ver en Apocalipsis capítulo 22, verso 12, tenemos esta Escritura donde Jesús dice: ``He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompen-

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sar a cada uno según sea su obra.'' Ahora, somos los herederos de todo; pero recuerden que cuando se le repartió al pueblo hebreo la Herencia, a unos se les dio una parte por acá, a otros otra parte por allá; y a nosotros cuando se nos reparta la Herencia, cada uno recibirá según fuere su obra. Somos los herederos de todo. Dice: ``El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.'' Vamos a heredar todo, pero recuerden: se les repartirá a cada uno según sea su obra; a los de las edades también será en esa forma. Por lo tanto aprovechamos nosotros bien el tiempo mientras estamos en este cuerpo mortal, en lo que llega el otro cuerpo. Cuando llegue el otro cuerpo nosotros ya no tendremos limitaciones; y la obra que hay que hacer cuando estemos en ese cuerpo, yo nunca les he dicho cuál será; y aunque yo vea algo, no les he dicho, porque nos conviene mejor hacer la obra que corresponde a este cuerpo, porque al hacer la obra que corresponde para este cuerpo, tendremos el galardón de acuerdo a esa obra; y yo deseo para cada uno de ustedes el galardón más grande que hijo de Dios reciba en esa repartición de galardones. Mi deseo

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es que el galardón más pequeño que un hijo de Dios de nuestra edad reciba, sea mayor que el galardón más grande que reciba cualquiera en y de las edades pasadas. Y yo no estoy pidiendo en una forma egoísta, es que cada uno pide lo mejor para su familia. Si el Señor Jesucristo dijo en una ocasión: ``De los nacidos de mujer no hubo ninguno mayor que Juan, pero el más pequeño del Reino de los cielos es mayor que Juan''; pues yo desearía eso mismo para cada uno de ustedes: que el menor sea mayor que el mayor de las edades pasadas; y yo no estoy menospreciando a ninguno de los ángeles mensajeros al yo desear lo mayor para mi edad, para mi dispensación y para mi gente. Desear lo mejor para su pueblo, para su gente, para su edad, eso está bien. Jesús deseó lo mejor para Sus discípulos, Jesús deseó lo mejor para Sus hijos; por lo tanto yo deseo lo mejor para ustedes, y les digo cómo hacer lo mejor en la obra de Dios, cómo trabajar lo más efectivamente, y todos los campos que hay para trabajar en el Reino de Dios, para que así recibamos la recompensa más grande que pueda ser recibida. Así que yo sé que la recompensa de nuestra edad es grande. Es tan grande que yo les diría que es la mayor, que es mayor que toda recompensa

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de las edades pasadas. Y eso será de esa manera. Pero es porque también tenemos el Mensaje más grande de todos los Mensajes, y también tenemos la edad más grande y más importante de todas las edades, y tenemos un Mensaje dispensacional. Así que todo lo que tenemos es dispensacional. Al tener una edad dispensacional, y un pueblo dispensacional, y un Mensaje dispensacional, eso nos habla de Adopción, y nos habla de seguir viviendo, ser transformados, y seguir viviendo, y pasar luego al Reino milenial. La mayoría de los que estamos aquí seremos transformados sin ver muerte, recibiremos el nuevo cuerpo sin ver muerte, excepto alguno que Dios quiera llevarse para que sea testigo de la resurrección cuando ocurra la resurrección. ¿A cuántos les gustaría ser testigos de la resurrección? Hay algunos que les gustaría ser. Yo quiero ser testigo de la transformación, porque es lo que yo estoy esperando. De la resurrección estoy esperando que ellos regresen, porque tienen que regresar para luego nosotros ser transformados. Así que estamos esperando que aparezcan y se identifiquen esos testigos de la resurrección, porque cuando eso ocurra nosotros seremos

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transformados también. Así que recuerden: Estamos en el tiempo de la Adopción del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Esto es una bendición tan grande para cada uno de nosotros como individuos, que no hay palabras para expresar la bendición tan grande que nos ha tocado a nosotros. Si ustedes se van por todas las naciones investigando a ver quién tiene el conocimiento de lo que Dios está haciendo en la actualidad, ustedes se sorprenderán y se darán cuenta que nadie sabe dónde está la Columna de fuego, nadie sabe hacia dónde voló la Columna de fuego, nadie sabe ni en qué edad está la Columna de fuego, nadie sabe ni en qué pueblo ni con qué gente está la Columna de fuego, no saben que se ha llevado a cabo un cambio de dispensación, nadie sabe que el Mensaje del Evangelio del Reino ya se está predicando, nadie sabe que la trompeta final o gran Voz de trompeta ya está sonando; y sin embargo nosotros lo sabemos, lo estamos escuchando, estamos escuchando esa trompeta final, estamos viendo dónde está la Columna de fuego. Dios ha tenido misericordia de nosotros. Es el amor divino hacia nosotros, porque somos Sus hijos que hemos sido llamados en el tiempo de la

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Adopción para ser adoptados hijos de Dios con cuerpos eternos, lo cual estamos esperando. Estamos esperando esa transformación de nuestros cuerpos como individuos. Como individuos lo estamos esperando; no estamos transformados todavía, pero lo estaremos, porque tenemos la Palabra dentro de nosotros, la Palabra simiente, y ahí está ese nuevo cuerpo, en esa semilla de esa Palabra, lo que falta es que se materialice; y se va a materializar. De eso no hay lugar a dudas. Yo no tengo ninguna duda. ¿Y ustedes? No hay duda, no hay ninguna clase de duda en nosotros de que seremos transformados. Estamos escuchando la trompeta final, esa gran Voz de trompeta, estamos escuchando a Jesucristo, la Columna de fuego, trayéndonos el Mensaje final, colocándonos en la Edad de la Adopción, la Edad de la Piedra Angular. Nos ha colocado en esa edad, cuando las edades de la Iglesia gentil han terminado, para ser adoptados hijos e hijas de Dios en este tiempo final. Y cuando estemos transformados, en este planeta Tierra habrá un grupo de personas, los que seamos transformados de nuestra edad, o sea nuestra edad que será transformada, y también los

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que vienen de las edades pasadas, y será un grupo grande al juntarse los resucitados y los que en este tiempo final vivimos en la Edad de la Piedra Angular que seremos transformados. ¿Cómo uno sabe que va a ser transformado? Por la Palabra que ha recibido. Al recibir esa Palabra sabe que va a ser transformado, si no Dios no se lo hubiera revelado a la persona, no sabría nada de lo que está aconteciendo en el programa de Dios. Pero a vosotros es dado conocer los misterios del Reino de Dios. ``EL TIEMPO DE LA ADOPCIÓN DEL CUERPO MÍSTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO.'' Ese es este tiempo, y es nuestra edad en este tiempo final. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios nos guarde, a cada uno de ustedes aquí en Puerto Rico, y a cada uno de ustedes allá a través de la línea telefónica, que Dios les guarde les bendiga, y continúe usándolos grandemente en Su obra, y pronto nos adopte, pronto nos transforme, para regresar a la vida eterna; y entonces caminaremos por la Tierra de treinta a cuarenta días estrenando esos cuerpos nuevos que hemos de recibir; y estarán sobre la Tierra, como dos mil años atrás, pero no un solo hombre con un cuerpo inmortal, Jesús de Nazaret, sino miles o

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millones de hijos de Dios ya adoptados, con cuerpos eternos. Y si fue grande lo que aconteció con uno solo, ¡cómo será con millones de hijos de Dios ya adoptados aquí en la Tierra! Lo que acontecerá en esos días, en treinta o cuarenta días, ha sido profetizado lo que va a acontecer, de lo cual hablaremos en otra ocasión. Así que vamos a dejar eso para otra ocasión, porque ya el tiempo se nos ha terminado. Ya el viernes próximo y domingo próximo estaré con ustedes nuevamente para continuar viendo lo que Dios tiene para nosotros, lo que El está haciendo en este tiempo, y cómo agarrar esas bendiciones que El tiene para todos nosotros. Así que Dios nos continúe bendiciendo a todos, Dios nos guarde, y adelante creyendo firmemente que pronto seremos transformados, los adultos, los jóvenes, y también los niños, porque no hay edad o edades para Dios. Así que es para todos en la Edad de la Adopción. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios nos guarde. Muchas gracias por vuestra amable atención, y con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín para concluir nuestra parte en esta tarde. Que Dios les continúe bendiciendo a todos.

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``EL TIEMPO DE LA ADOPCION DEL CUERPO MISTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO.''

LA LUZ DE LA PALABRA Por William Soto Santiago 8 de enero de 1993 Cayey, Puerto Rico

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Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes; es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, y tener así con ustedes las primeras actividades del año 1993. En esta noche quiero leer en el Salmo 119, el verso 105, y dice así: ``Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.'' ``LA LUZ DE LA PALABRA.'' El salmista presenta la Palabra de Dios como lámpara para sus pies y lumbrera en su camino, porque cuando la persona conoce la Palabra de Dios correspondiente para su edad y su dispensación, está alumbrándole su camino, está conociendo la trayectoria de su vida aquí en la Tierra, está conociendo el motivo de su existencia; porque esa Palabra que es lámpara a los pies y lumbrera al camino de la persona, le da a conocer el porqué vive en este planeta Tierra, le da a conocer el programa divino para el tiempo en que vive.

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Ahora vean ustedes, no hay lámpara ni hay lumbrera para los pies y el camino de las personas aparte de la Palabra de Dios; fuera de la Palabra de Dios el ser humano vive en tinieblas, fuera de la Palabra de Dios ni siquiera los científicos saben de dónde han venido, dónde están y hacia dónde se dirigen. Aún los científicos piensan que el ser humano desciende del mono, del chimpancé, o de algún otro animal, pero no conocen la existencia del ser humano, no conocen de dónde ha venido el ser humano. Pero cuando la persona tiene la Palabra de Dios y la conoce, entonces sabe que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, y que hubo una caída allá en el Huerto del Edén en donde el ser humano perdió el Título de Propiedad de su Herencia y en donde la Herencia del ser humano fue tomada por el enemigo de Dios, y el ser humano perdió temporalmente los derechos a esa Herencia. Ahora, podemos ver que el ser humano antes no moría, pero después de la caída el ser humano vino a morir, y así el ser humano a medida que nace en esta Tierra, crece, luego ya se pone grande, ya los años le van quitando la vida, hasta que por fin muere; esto es para aquellos que mueren por muerte natural, pero otros se van

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mucho antes. Ahora vean ustedes, en ese lapso de tiempo en que Dios ha tenido al ser humano aquí en la Tierra, Dios ha estado llevando a cabo una obra. En una ocasión dije que el ser humano estaba en ese círculo vicioso de nacer, crecer y luego morir, pero por otro lado Dios ha estado con el ser humano realizando una obra para regresar al ser humano a la vida eterna; por lo tanto podemos ver que Dios no pierde tiempo y que el amor de Dios ha permanecido para el ser humano; aún con la caída del ser humano, el amor divino no desapareció, sino que Dios preparó un camino de regreso a la vida eterna. Ahora, podemos ver que en ese camino de regreso a la vida eterna han transcurrido bastantes años, aproximadamente seis mil años, para el hombre pasar en las diferentes edades y dispensaciones por el programa de Dios correspondiente para su tiempo. Encontramos en el Antiguo Testamento que Dios mostró allí, con todo lo que le dio al pueblo, mostró allí lo que El haría más adelante en una nueva dispensación. Podemos ver que Dios fue colocando los tipos y figuras de la obra que El llevaría a cabo a través del Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, o sea la obra que llevaría a

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cabo a través de la Primera Venida del Señor, y también en la forma en que El llevaría a cabo esa obra: como Cordero de Dios. Y luego también estableció allá en el Antiguo Testamento todos los tipos y figuras para la Segunda Venida del Señor, en donde El realiza la obra de reclamo, donde El reclama todo lo que El redimió con Su Sangre preciosa, para llevar de regreso a la vida eterna a todas esas personas que El reclama, llevarlos de regreso a la eternidad con un cuerpo eterno, llevarlos a la Casa de nuestro Padre celestial. Así que podemos ver que Dios no ha perdido tiempo, mas bien lo que ha estado sucediendo es que los atributos divinos han estado manifestándose en aproximadamente seis mil años; y yo le doy gracias a Dios por vivir en este tiempo final, porque es el tiempo en donde los hijos de Dios se conectan con la eternidad, es el tiempo en donde lo que es en parte será quitado y lo que es perfecto es establecido. Estamos viviendo en el tiempo más grande y más importante de todos los tiempos, es el tiempo que desearon ver y vivir los profetas y santos del Antiguo Testamento, y también los apóstoles y los siete ángeles mensajeros del Nuevo Testamento. Pero a nosotros por la Gracia de Dios nos ha tocado vivir y ver lo que desearon ver los santos

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del pasado, del Antiguo Testamento y también los del Nuevo Testamento; y nos ha tocado a nosotros vivir lo que ellos desearon ver y vivir, y nos ha tocado a nosotros escuchar lo que ellos desearon escuchar. Vean ustedes, a través de la Escritura en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento se habló acerca de una trompeta: en el Antiguo Testamento la trompeta del año del Jubileo que se tocaba en el mes número siete, en donde esa trompeta representaba que el año del Jubileo había comenzado, o sea el día exacto de Jubileo o de liberación, que era el día número diez del mes séptimo, siendo ese el día de la expiación. Vean ustedes que si no se realizaba esa expiación ese día y no se tocaba esa trompeta ese día, en el año cincuenta, todo quedaba en la misma condición, y tenían que esperar cincuenta años más; por lo tanto se requería que en ese día exacto se tocara la trompeta del año del Jubileo, se realizara ese sacrificio, el sacrificio de la expiación, y se proclamara el mensaje por toda la Tierra, el mensaje que proclamaba libertad en toda la Tierra. Todo eso es tipo y figura del Mensaje final, que es el que proclama a todos los hijos de Dios la libertad gloriosa de los hijos de Dios para este

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tiempo final. Es el Mensaje representado también en la trompeta del año del Jubileo del cual San Pablo dijo, en I de Tesalonicenses capítulo 4, verso 14 al 17, y también I de Corintios capítulo 15, verso 49 al 54, dijo que la final trompeta de Dios sería sonada, tocada, porque es el Mensaje final que le proclama a todos los hijos de Dios que el tiempo para la redención de nuestros cuerpos, para la transformación de nuestros cuerpos, ha llegado, y que estamos en el año del Jubileo actualizado. Los otros cuarenta y nueve años anteriores al año cincuenta cayeron en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil que duró aproximadamente dos mil años; pero ahora estamos en el ciclo divino del año del Jubileo actualizado, en donde todo lo correspondiente al año del Jubileo se materializará, se convertirá en una realidad en cada uno de los escogidos que viven en el fin del tiempo, y en este ciclo divino del año del Jubileo saldremos libres, libres del cuerpo de esta muerte, libres de este cuerpo mortal, saldremos libres en un cuerpo inmortal, en un cuerpo eterno, en un cuerpo como el del Señor Jesucristo; porque esas son promesas divinas para cada hijo de Dios para el fin del tiempo. Para los que vivieron en el pasado la promesa

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es la resurrección de ellos en cuerpos incorruptibles, cuerpos eternos; pero ellos no podían resucitar fuera del ciclo del año del Jubileo, porque es en el ciclo del año del Jubileo en donde se proclama libertad en toda la Tierra, en donde los hijos de Dios salen libres sin necesidad de un nuevo sacrificio; porque no se requiere un nuevo sacrificio, una nueva crucifixión literal para salir libres los hijos de Dios, ya con el sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario El nos limpió de todo pecado, no se requiere otro sacrificio por el pecado; por lo tanto nosotros recibiremos la redención de nuestros cuerpos sin otro sacrificio en la Cruz del Calvario. Esto es así porque en el año del Jubileo encontramos que sin pagar ni un solo centavo salían libres los esclavos que querían ser libres, las propiedades también que habían sido tomadas en garantía o habían sido vendidas, salían libres también, excepto cierta clase de propiedad, de ciertas ciudades, las cuales estaban amuralladas; pero las propiedades en ese año del Jubileo salían libres, quedaban libres para que sus verdaderos dueños, que son los verdaderos herederos, las tomaran nuevamente. Este planeta Tierra pertenece a los hijos de Dios, y el gobierno de este planeta Tierra fue

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dado a Adán, el primer hijo de Dios. Y el Señor Jesucristo, vean ustedes, tomará el gobierno de este planeta Tierra al final de la gran tribulación, porque le pertenece; y en el ciclo profético del año del Jubileo, en el campo espiritual, le da a El ese derecho de tomar los reinos de este mundo y sujetarlos a Su glorioso Reino milenial. Por eso en Apocalipsis, en el capítulo 11, verso 15, miren ustedes aquí lo que dice: ``El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.'' Y también en la profecía de Daniel encontramos que nos habla acerca del Reino que será dado a los santos del Altísimo. Daniel capítulo 7, verso 18, dice: ``Después (o sea después de estas bestias que representan los cuatro imperios del reino gentil. Dice:) Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.'' O sea, los santos del Altísimo, que son los escogidos de Dios, toman el Reino para comenzar el glorioso Reino milenial, y después ya no lo sueltan más: tienen el Reino milenial con Cristo, y después continúan por toda la eternidad. Vean ustedes, dice: ``poseerán el reino hasta

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el siglo, eternamente y para siempre.'' No habrá más oportunidades para otros tipos de reinos ser establecidos en la Tierra. Así que podemos ver que el Señor Jesucristo en el fin del tiempo es Quien tiene el derecho a tomar los reinos de este mundo, y también tiene el derecho a reclamar a todo aquel que El redimió con Su Sangre preciosa. El tiene el derecho a transformar a todos los escogidos en este tiempo final, porque es el ciclo divino del año del Jubileo actualizado para el regreso de los hijos de Dios a su Herencia, a su posesión, a lo que se perdió en la caída, lo cual será restaurado en este tiempo final a todos los escogidos; y luego de la gran tribulación tendremos el glorioso Reino milenial, porque el Reino nuevamente regresa a Jesucristo y a todos los hijos de Dios, que son herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús. En otro tiempo no se podía realizar esta obra de parte de Dios. Vean ustedes, por eso el Señor Jesucristo cuando el diablo, dos mil años atrás, le ofreció los reinos de este mundo, le mostró todos los reinos del mundo y le dijo que eran de él, y también el diablo le dijo: ``y a quien yo quiero los doy, por lo tanto si tu postrado me adoras, a ti yo te los daré.'' El Señor Jesucristo le dijo: ``al Señor tu

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Dios adorarás, y a El sólo servirás.'' También le dijo Jesús: ``apártate de mí, satanás.'' ¿Por qué? El diablo quería que Jesús tomara los reinos del mundo en aquel tiempo, y aquel no era el tiempo correcto para hacer eso, porque El no había muerto y no había derramado Su Sangre preciosa en la Cruz del Calvario para limpiar de todo pecado al ser humano. Juan había dicho: ``He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo''; pero Jesús no había muerto todavía cuando el diablo le ofreció los reinos de este mundo; por lo tanto le estaba ofreciendo los reinos de este mundo en una condición caída, le estaba ofreciendo los reinos de este mundo y le estaba ofreciendo todo sin ser quitado el pecado; por lo tanto le ofrecía a Jesús todo, pero entonces le decía: ``si tu postrado me adoras.'' Por lo tanto el Dios de Jesus sería ¿quién? el diablo, si Jesús aceptaba esa proposición. Y todo ser humano entonces tenía que adorar al diablo, vean ustedes, y el mismo Jesús tenía que adorar al diablo. El diablo le dijo: ``si tu postrado me adoras''; la adoración en ese reino que le ofrecía el diablo a Jesús, tenía que ser entonces una adoración al diablo, una adoración satánica. Y Jesús no aceptó la proposición del diablo.

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Jesús conocía el programa divino, porque Jesús era la Columna de fuego, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en carne humana; por eso le dijo: ``Apártate de mí Satanás, al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás.'' Y allí estaba el Dios eterno en carne humana, y el diablo está llamado a servirle y adorarle cuando Dios demanda eso de parte de él. Ahora, podemos ver que Jesucristo conocía el programa, Jesucristo conocía todas las cosas, porque El no vino como vienen normalmente los seres humanos, que vienen del atributo a la carne, y reciben un cuerpo humano en la permisiva voluntad de Dios, no es el cuerpo eterno que Dios tiene para cada hijo Suyo, el cual El diseñó desde antes de la fundación del mundo, sino un cuerpo temporal, mortal, corruptible, para en estos cuerpos tener la oportunidad de hacer contacto con el Dios eterno, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y recibir Su Palabra, que es lámpara a nuestros pies y lumbrera en nuestro camino, en nuestro camino de regreso a la vida eterna, y así tener una temporada en esta Tierra para ser colocados en el programa de Dios correspondiente para nuestro tiempo. Nosotros teníamos que venir a la Tierra, pero por causa de la caída hemos venido en estos

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cuerpos mortales, pero nosotros estaremos de nuevo en la Tierra con un cuerpo inmortal, incorruptible, el cual recibiremos en este tiempo final. Para eso es que viene la Palabra, que es lámpara a nuestros pies y lumbrera en nuestro camino. Ahora, como les dije, el ser humano viene normalmente del atributo a la carne, y recibe un cuerpo temporal, y recibe también un espíritu del mundo, el cual tiene una inclinación hacia el mal, pero cuando nace no recibe el espíritu teofánico ni recibe el cuerpo eterno, no recibe el espíritu teofánico que Dios tiene para esa persona, ni tampoco el cuerpo eterno que Dios tiene para esa persona; porque eso, por causa de la caída, no ha sido permitido. Pero luego nosotros regresaremos a la vida eterna. Cuando cada hijo de Dios ha escuchado la Palabra de Dios para la edad y dispensación en que le ha tocado vivir, esa persona por la Palabra y el Espíritu ha nacido de nuevo, como le dijo Jesús a Nicodemo: ``De cierto, de cierto te digo que el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.'' Nicodemo pensó que tenía que ser un nacimiento literal, nacer nuevamente a través de su madre, pero no era en esa forma, era del agua y del espíritu, o sea de la Palabra y del

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Espíritu de Dios. Y ese nuevo nacimiento es el que coloca a la persona en la sexta dimensión, ese nuevo nacimiento es el que coloca a la persona en lugares celestiales en Cristo Jesús, ese nuevo nacimiento es el que hace que esa persona esté identificada en la sexta dimensión con ese espíritu teofánico que le pertenece a esa persona, el cual tenía que tomar cuando apareció en la Tierra, pero por causa de la caída no lo pudo tomar, o sea no pudo ir primeramente a la sexta dimensión y estar allí la cantidad de tiempo establecida por Dios, por lo tanto le ha tocado en este tiempo. Aunque nosotros estamos aquí en la Tierra, nuestro espíritu teofánico está en la sexta dimensión, y acampa en derredor nuestro e influye en cada uno de nosotros, y nos guía en el camino divino. Ese espíritu teofánico es una parte de Dios, ese espíritu teofánico es una parte de ese cuerpo teofánico de Dios. Y siempre está influyendo en la vida del escogido, su espíritu teofánico, para guiarlo siempre en el camino de Dios, en la Palabra de Dios correspondiente para ese tiempo. Y la persona siempre será dirigida en el programa divino, tenga o no tenga una preparación académica la persona será guiada por ese espíritu teofánico, y la persona verá, comprende-

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rá, el Mensaje de Dios para el tiempo, para la edad y dispensación que le toca vivir. La persona quizás, si se pone a pensar un poco, puede ver que la Palabra que ha recibido, que ha entendido, no ha sido por sabiduría humana, porque si fuera por sabiduría humana, los teólogos lo hubieran entendido primero que usted; pero vean que ha sido por revelación divina, la cual el espíritu teofánico ha intervenido para traerle a cada hijo de Dios la bendición de Dios escondida en la Palabra de Dios correspondiente para ese tiempo. Cuando recibimos el Mensaje, cuando lo recibimos en nuestros corazones, cuando se nos abrió el entendimiento, cada uno de nosotros hemos dicho: ``Esto era lo que yo estaba esperando.'' Y el Mensaje es parte de ustedes, es parte mía también, el Mensaje. Ahora, eso ha sido que cada uno de ustedes ha escuchado de sus teofanías, del Angel de Jehová que acampa en derredor de los que le temen y los defiende; es que cada escogido tiene un ángel, y ese ángel es su espíritu teofánico, y ha escuchado de ese espíritu teofánico para poder entender el Mensaje en el tiempo en que vive, entender la Palabra que corresponde para el tiempo en que vive.

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Por eso ustedes pueden ver a través de la Escritura que personas que no tenían preparación académica, o que tenían muy poca preparación académica, como los apóstoles, pudieron entender lo correspondiente para aquel tiempo. Y Jesús dijo que cualquiera que le hiciera daño a uno de esos pequeñitos, sería mejor amarrarse una piedra de molino y echarse a lo profundo del mar. También dijo: ``sus ángeles ven el rostro de mi Padre cada día.'' ¿Los ángeles de quiénes? De esos pequeñitos. Aquí Jesús enseñó que cada hijo de Dios, cada escogido, tenía un ángel. Cuando Pedro fue libertado por la Columna de fuego, por Jesucristo, y apareció en la casa donde estaban orando por él y tocó la puerta, salió una muchacha llamada Rhodes, y cuando abrió la puertecita (en muchos países en la puerta de la entrada tienen una puertecita pequeña, la abren y miran a ver quién es) y vio que era Pedro, del gozo, en vez de abrir la puerta, se fue a decir que Pedro estaba ahí, y les dijo: ``Pedro está a la puerta.'' Pero los que estaban orando por Pedro, dijeron: ``No es Pedro, es su ángel.'' Estaban orando para que Dios libertara a Pedro, y cuando lo libertan, creen que es su ángel, que es su espíritu teofánico, pero era Pedro. La muchacha decía: ``No, es Pedro.'' El Angel del Señor lo

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había libertado. Ahora, vean ustedes que la Iglesia primitiva también tenía conocimiento de que cada persona, cada hijo de Dios, tiene un ángel, un ángel que puede ser visto en algunas ocasiones, pero que pertenece a la sexta dimensión, es una dimensión divina. Y en esa sexta dimensión encontramos que también la Columna de fuego, Jesucristo, se mueve; por lo tanto nuestros ángeles están en mutuo compañerismo con la Columna de fuego, con Jesucristo. Así que tenemos representación en la sexta dimensión: nuestro espíritu teofánico, tenemos representación delante de Jesucristo, en esa Columna de fuego. Así que estos son misterios del Reino de Dios, los cuales para muchas personas no son muy sencillos, pero es que son tan sencillos que uno tiene que entender estas cosas en esa forma sencilla en que Dios lo ha dado a conocer. Ahora, algún día cada hijo de Dios tendrá ese espíritu teofánico dentro de su cuerpo, y escuchen una cosa: ese espíritu teofánico entrará a ese cuerpo físico, mortal, y lo transformará. Así que por esa causa es que viene la Palabra a nosotros día tras día, y se va encarnando en nosotros la Palabra que corresponde para nuestro

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tiempo, para que ese espíritu teofánico se encarne completamente en cada hijo de Dios, y transforme ese cuerpo terrenal que tiene, y así regresemos todos a la vida eterna. Ese espíritu teofánico contiene todo lo que se necesita para producir un cuerpo eterno, producir un cuerpo eterno utilizando este polvo de la Tierra, que es lo que somos nosotros. Para la resurrección de los muertos en Cristo, los santos vendrán en esos cuerpos teofánicos, en ese espíritu teofánico que ellos tienen, en el cual están viviendo en la sexta dimensión, y del polvo de la tierra serán levantados en cuerpos inmortales. ¿Cómo acontecerá todo? Esperen a que acontezca. Pero lo más grande para nosotros ¿sabe lo que es? que ya nosotros tenemos el polvo de la tierra que va a ser usado para ese cuerpo eterno. Así que nosotros estamos esperando la transformación de este polvo de la tierra que está formando un cuerpo mortal, para la formación de un cuerpo inmortal. Ellos por cuanto vivieron en edades anteriores a la nuestra, les toca resucitar, y estar en cuerpos eternos, y luego a nosotros nos toca la transformación. Primero ellos entran en cuerpos eternos, y luego nosotros seremos transformados.

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Todo eso está prometido para nosotros, y Dios confirmará esa promesa a nosotros en este tiempo final. Por eso, lámpara es a nuestros pies la Palabra y lumbrera en nuestro camino. El nos muestra por Su Palabra lo que El tiene para hacer con nosotros, El nos muestra en Su Palabra las promesas hechas para nosotros, para saber qué esperar en este tiempo final, para saber qué El estará haciendo en este tiempo final. El con Su Palabra nos alumbra el camino. Por eso San Pedro dijo que la Palabra profética es como una antorcha que alumbra en lo que el día esclarece y sale en nuestros corazones el lucero de la mañana; así es la Palabra profética. Por lo tanto todo lo que Dios hará en este tiempo final está en Su Palabra, El no se puede salir de Su Palabra. Su Palabra profética da testimonio de las cosas que El ha prometido para Sus hijos, y El confirma esa Palabra; y cuando la confirma, esa Palabra confirmada resplandece, alumbra el entendimiento de cada hijo de Dios. La Palabra confirmada, la Palabra cumplida, es una luz para cada hijo de Dios, que le alumbra el entendimiento, el corazón, el alma, todo su ser, para caminar en el glorioso camino de Dios de regreso a la eternidad, de regreso a la vida eterna.

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Así es cuando el escogido recibe la Luz de la Palabra. Teniendo la Luz de la Palabra para nuestro tiempo, nosotros caminaremos hacia la vida eterna en cada momento, y El estará confirmándonos cada promesa que ha hecho para Sus hijos para el fin del tiempo; y para nosotros Su Palabra es la Luz que nos alumbra en este tiempo. Y Su Palabra cuando es confirmada, es esa Luz resplandeciendo e iluminándonos el entendimiento para conocer claramente lo que El dijo, lo que El prometió para nosotros para este tiempo final. ``LA LUZ DE LA PALABRA.'' Vean ustedes todo lo que hace la Luz de la Palabra. Cuando Jesús fue a Neftalí y a Zabulón, y comenzó a predicar allí la Palabra, se cumplió allí la profecía que decía en Isaías capítulo 9: ``Tierra de Neftalí y de Zabulón, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles, el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz, y a los asentados en camino y sombra de muerte luz les resplandeció.'' Y vean ustedes, era Jesucristo caminando entre ellos y predicando el evangelio. El había dicho: ``Yo soy la luz del mundo;'' porque la Luz del mundo, Jesucristo, no es otra cosa sino la Palabra hecha carne, la Palabra

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cumplida en medio de ellos, la promesa mesiánica cumplida en medio de ellos era la Luz para ellos, y allí estaba resplandeciendo esa Luz; por eso la Palabra es Luz, es lumbrera en nuestro camino, es lámpara a nuestros pies, para caminar en Luz espiritual de regreso a la Casa de nuestro Padre celestial. Ahora, hemos visto que cuando la Palabra se cumple para una edad o para una dispensación, esa es la Luz divina para esa edad o para esa dispensación. Y por esa causa surge un Mensaje proclamando el programa de Dios para esa edad o para esa dispensación, proclamando lo que Dios está cumpliendo en esa edad o en esa dispensación, y ahí está la Luz de Dios para esa edad o para esa dispensación. No hay Luz ni para una edad ni para una dispensación, aparte de la Palabra de Dios, la Palabra de Dios siendo cumplida, la Palabra de Dios siendo confirmada para ese tiempo. La Palabra de Dios confirmada para esa edad o dispensación es la Luz para esa edad o para esa dispensación, es la Luz de la Palabra, y eso es lo que nosotros tenemos en este tiempo final: La Luz de la Palabra, la Luz de la Palabra siendo confirmada a cada uno de nosotros como individuos y también como grupo, como el grupo de la

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Edad de la Piedra Angular del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Ya la Luz de las siete edades de la Iglesia gentil se apagaron y solamente hay Luz en la Edad de la Piedra Angular, es la Luz de la Palabra prometida para la Edad de la Piedra Angular, es la Luz de la Palabra siendo confirmada en la Edad de la Piedra Angular. Los demás mensajeros tuvieron Luz, y fueron la Luz de su edad, porque en ellos se cumplió la Palabra correspondiente para cada edad en que ellos vivieron, y ellos proclamaron la Palabra para la edad en que ellos vivieron, y así la edad tuvo la Luz de Dios para ese tiempo, que fue el cumplimiento de la Palabra prometida de Dios para esa edad o esas edades. Y ahora nos ha tocado a nosotros recibir la Luz de nuestra edad, que es nada menos que la Palabra siendo confirmada a nosotros en la Edad de la Piedra Angular. Esa es la Luz de la Palabra para nosotros en nuestra edad y nuestra dispensación. ``LA LUZ DE LA PALABRA.'' Por esa causa el Mensaje de nuestra Edad de la Piedra Angular en la Dispensación del Reino, que ha comenzado, nos da a conocer las promesas que Dios hizo para el fin del siglo, las promesas que

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no fueron cumplidas en otras edades y dispensaciones, las cuales El está cumpliendo en este tiempo final, en la edad nuestra y dispensación que ha comenzado. Y cuando El ha hecho eso la Luz ha resplandecido en nuestro camino, en nuestras vidas, y nos está alumbrando el entendimiento, el corazón, el alma, todo nuestro ser está siendo alumbrado, como dijo Isaías capítulo 60: ``Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz (es la Luz de la Palabra, la Luz de Cristo) y la Gloria de Jehová ha nacido sobre ti.'' La Gloria de Jehová en la Edad del Lugar Santísimo. La Gloria de Jehová así como nació en el templo en el lugar santísimo, donde estaba la Gloria de Dios, porque ese es el lugar de la Gloria de Dios, el Lugar Santísimo, así también ha nacido sobre nosotros en nuestra edad, porque es la Edad del Lugar Santísimo. La Gloria de Jehová ha nacido sobre ti, por lo tanto levántate y resplandece. La Luz de la Palabra está resplandeciendo, está alumbrando en nuestra edad y nuestra dispensación, y en nuestros corazones, en nuestras almas, porque nuestras almas es tipo y figura del Lugar Santísimo. Así que Dios continúe alumbrándonos el camino de la vida, el camino de regreso a la

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eternidad, a la Casa de nuestro Padre celestial, con la Luz de la Palabra. Que Dios nos bendiga a todos, que Dios nos guarde, y estaremos nuevamente aquí el próximo domingo en la mañana y en la tarde también, para luego salir viajando durante las próximas semanas para otros países, en donde también la Luz ha llegado, y donde hay muchos hijos de Dios, escogidos de Dios, que están recibiendo la Luz de la Palabra. Y todo escogido que falte por ser llamado y recogido, será llamado y será recogido por la Luz de la Palabra en este tiempo final. Y cuando ya estemos completos, y cuando ya toda Palabra haya sido confirmada, y toda Palabra esté en nosotros encarnada, luego veremos la transformación venir sobre nosotros. Yo no sé cuántos días faltan, o meses, o años, para nuestra transformación, pero una cosa yo si sé, que es una promesa divina, y El la confirmará en algún momento. Y para recibir el cumplimiento de toda promesa divina la persona necesita tener fe y también paciencia. Dice San Pablo que seamos imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredaron las promesas de Dios; y por la fe y la paciencia heredaremos toda promesa que El haya

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hecho para nosotros en este tiempo final. Así que yo no me estaré desesperando, en el sentido de pensar de que ya no vendrá la transformación o que se tarda mucho. No, porque lo que El ha dicho, vendrá; y como El ha dicho, así El hará. Ahora, mientras llega esa transformación tenemos mucho trabajo para llevar a cabo. Por lo tanto estaremos ocupados en el trabajo que nos corresponde realizar en este tiempo final, y estaremos escuchando Su Palabra, que es la Luz que nos ilumina el camino de regreso a la vida eterna; porque la Palabra es Cristo. Así que Dios nos continúe bendiciendo a todos con la Luz de la Palabra, y continúe dándonos más y más Luz de Su Palabra correspondiente para nuestra edad y nuestra dispensación. Que Dios les bendiga, Dios les guarde, y pasen todos muy buenas noches. Con nosotros nuevamente Félix Caro para concluir nuestra parte en esta noche. Que Dios nos continúe bendiciendo a todos. ``LA LUZ DE LA PALABRA.''

LOS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID Por William Soto Santiago 18 de marzo de 1993 Santafé de Bogotá, Colombia

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Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes de aquí de Colombia y de Venezuela y también todos los que están a través de la línea telefónica en esta noche. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes nuevamente, aquí en Bogotá, Colombia, para estar en estos días con ustedes y así recibir de parte de Dios lo que El tenga para nosotros. En esta noche, como hemos visto, el predicador era nuestro hermano Bermúdez; yo estaba para un saludito nada más. Estamos llegando hoy del Brasil, y esperamos que Dios nos dé toda Palabra que El tenga para nosotros acá en Colombia. Estábamos escuchando a nuestro hermano Bermúdez hablando de los valientes de David. En cada edad y en cada dispensación Dios ha tenido gente valiente. En el tiempo de Moisés: ¿Quiénes eran los valientes allá? Josué y Caleb. Dos valientes que

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comenzaron trabajando con Moisés; ellos salieron en el éxodo y llegaron a la tierra prometida. ¿Por qué? Porque ellos salieron para llegar; no para quedarse a mitad de camino por algún problema; porque problemas siempre los hay en la vida. Y el que sale pensando: ``Bueno, si no tengo problemas voy a llegar.'' Eso es lo que dicen algunas personas: ``Si no tengo ningún problema voy a llegar a tal lugar. Si no tengo problemas voy a obtener tal cosa.'' Pero cuando la persona sale para llegar y obtener lo que él quiere, dice: ``Tenga o no tenga problemas voy a llegar. Si tengo problemas los resolveré por el camino; y nada me detendrá.'' Miren ustedes todos los problemas que hubo en el tiempo de Moisés, por cuarenta años; pues en cuarenta años cuántos problemas no le vienen a una persona, y cuántos más a un pueblo completo. Durante cuarenta años el pueblo tuvo muchos problemas: problemas de escasez de agua, escasez de alimento, y un sinnúmero de cosas más. Ellos miraron los problemas en vez de mirar a Dios y tropezaron con esos problemas; hablaron en contra de Dios y en contra de Moisés, y ahí se buscaron el problema más grande; porque el

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problema grande no fue la falta de agua y la falta de alimento, el problema grande fue hablar en contra del ungido de Dios, en contra de Moisés; porque hablando en contra de Moisés, estaban hablando en contra del que estaba en Moisés, que era realmente el que estaba guiando al pueblo hacia la tierra prometida. Y miren ustedes, ¿qué son los problemas? Dios dice en Deuteronomio: ``Yo los llevé por el desierto, les hice tener hambre, les hice tener sed, para que saliera del corazón lo que había dentro, y si habían de servir a Dios o no habían de servir a Dios.'' ¿Qué nos muestra todo esto? Que Dios permite que vengan algunos problemas al pueblo o a los individuos, en donde la persona o el pueblo (como grupo) tiene que tener su mirada puesta en Dios, y decir como decía el apóstol San Pablo: ``Todo obra para bien.'' Es un problema, pero vamos a buscar la parte buena al problema; y en ningún momento vamos a hacer comentarios negativos en contra de Dios y en contra de las personas que Dios está usando; porque ahí sería entonces el problema grande. Ahora, Dios obrará, nos ayudará, y se resolverán los problemas que vengan. En una trayectoria de muchos años, muchos

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problemas tienen que venir, eso es normal; y toda persona debe ver estas cosas como algo normal, algo común y corriente en un pueblo y también en la vida de una persona. ¿Cuántos problemas no le vienen a una persona en la vida? Un sinnúmero de problemas; pero miren qué sencillo es resolver los problemas: A los niños les viene el problema, por ejemplo, cuando se le compra ropa o zapatos, y a los tres o seis meses ya no le sirven; es un problema; pero vamos y les compramos otros, y se acabó el problema; y si tiene niños menores, pues le sirve al menor, o de otro modo se los regala a otra persona. Y así se resuelven los problemas de un niño, o de una persona mayor también; si se le dañó la ropa o se le acabó, pues vamos a comprale otra, y se resolvió el problema. Y cuando se acaba la compra en la casa, la comida, pues vuelve y hace otra compra; y se resuelve el problema. Y si no tiene dinero para comprarla, entonces trabaja para obtener el dinero. Algunas veces el problema es que hay personas que no les gusta obtener el sustento luchando y trabajando; y ese es todo el problema. El problema es mas bien la misma persona. Ahora, todo problema tiene su solución; de

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otro modo no es un problema. Todo problema tiene su solución. Y por causa de los problemas de la vida uno no puede tropezar en el programa divino; porque el que tropieza en el programa divino es colocado en uno de los grupos de la parábola en donde se sembró la semilla de la Palabra: Uno es el que oye la Palabra, y no la entiende; y viene el enemigo, y se llevó lo que fue sembrado (o sea que se le olvidó hasta lo que se predicó en esa ocasión). Hay otro que fue sembrado en pedregales, donde la Palabra no echó raíces, y cuando calentó el sol, quemó esa Palabra. La que fue sembrada junto al camino, vinieron las aves y se comieron lo que fue sembrado. Y la que fue sembrada en espinos es aquella que por causa de las riquezas, o de los problemas y afanes de la vida, no produce fruto ni crece como debe crecer esa simiente, porque es ahogada por las cosas de la vida, de la tierra. Ahora, entre esos grupos están esas personas que por causa de la Palabra le vienen problemas, persecuciones, y un sinnúmero de cosas, y tropiezan en la Palabra. Estos son los que dicen: ``Ah, yo no sabía que iba a tener problemas.'' Desde que nació, la persona tiene problemas, y tiene que enfrentarse a ellos y resolverlos. Pero es mejor que la persona, aunque tenga

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problemas, camine siempre hacia adelante, hacia la meta divina, hacia la tierra prometida, y llegue; y no que tropiece y se aparte y pierda la vida eterna. En esta Tierra ustedes encuentran personas que tienen muchísimos problemas, y sin embargo no están caminando hacia la vida eterna, no están en el programa de Dios; y también hay otras personas que aparentemente no tienen problemas, y tampoco están en el camino divino. ¿Y de qué le vale a ellos no tener problemas, o aparentemente no tener problemas? Si el problema mayor que tienen son las comodidades, las riquezas, que dice la Escritura que ahogan la Palabra. Así que el problema grande de los ricos es la misma riqueza que ellos tienen; por eso Jesús dijo: ``¡Cuán difícil es entrar un rico en el Reino de los Cielos! Es más fácil para un camello entrar por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de Dios.'' Y aquí no está hablando de una aguja de coser, sino que era una puerta, un lugar por donde entraban en aquellas ciudades amuralladas, por ejemplo en Jerusalén, en donde la altura y el lomo del camello no lo dejaban pasar por ese lugar, porque eran bajitas; y eso era el lugar del cual el

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Señor habla. Ahora vean ustedes, en la vida todas las personas tienen problemas; y el Señor dice a través de San Pablo: ``Si sufrimos con El, también reinaremos con El.'' El que no quiere sufrir, tampoco quiere reinar. Así que todo tiene una causa. San Pablo dice que llevaba en su cuerpo los sufrimientos que faltaron a Cristo. Es que Cristo dejó para Su cuerpo místico, para Su Iglesia, una cantidad de sufrimientos, para que se cumplieran en Su Iglesia, porque son Su cuerpo místico. Por las mismas etapas que pasó el Señor Jesucristo, pasa Su cuerpo místico; pero nunca al grado que pasó el Señor Jesucristo, pasaremos nosotros, en cuanto a sufrimientos; porque El sufrió por nosotros, se hizo pecado por nosotros, y pagó por el pecado nuestro; El pagó el precio de la redención, lo cual ninguno de nosotros tiene que pagar, ya eso fue arreglado. Nosotros estamos en el camino a la tierra prometida del cuerpo eterno, una nueva tierra, un nuevo lugar para vivir. En este lugar, en este cuerpo que tenemos, no nos podemos quejar de que nos haya ido mal, porque Dios nos ha hallado en este tiempo final; y eso significa que nos ha ido muy bien; porque si nos hubiera tocado vivir

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en un cuerpo de allá de la China, pues estaría usted solito por allá. ¿Quién le enviaría el Mensaje allá? Tendríamos que enviarle el Mensaje a través del correo o de la línea telefónica; pero miren ustedes dónde les ha tocado tener el cuerpo, la casa terrestre, en donde están viviendo. Así que nos ha ido bien. Aunque estamos viviendo en la América Latina y el Caribe, en donde las condiciones económicas no son las mejores; pero lo bueno que está en la América Latina y el Caribe, es que está llevándose a cabo el programa de Dios para la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino que ha comenzado, en donde están todas las promesas de Dios para los hijos de Dios; y de aquí se extiende para otros lugares donde también hay hijos de Dios, que en algunos casos hallamos que son hijos de latinoamericanos o caribeños, y les llega también a ellos el Mensaje; para los cuales yo deseo también las bendiciones de Dios. Estamos nosotros muy cerca de recibir el nuevo cuerpo, la tierra prometida, el nuevo lugar donde hemos de vivir eternamente; y luego de eso estaremos en la gran fiesta, donde se estarán repartiendo los galardones, ¿a quiénes? a los valientes que han luchado y han trabajado en las

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edades que han vivido, entre los cuales estaremos nosotros, para quienes yo siempre he deseado el galardón más grande; y yo creo que lo podremos lograr. En el tiempo de Moisés hubo valientes: Josué y Caleb; fueron pocos, pero buenos. Miren ustedes, Josué recibió la bendición del ministerio que entraría con el pueblo a la tierra prometida; por eso el ministerio de Josué... Josué representa a Cristo, porque Josué y Jesús significan lo mismo. Jesús en otro idioma -no sé si es en Griego o en arameo- se lee Josué. Josué y Jesús es lo mismo, significa `redentor.' Y miren ustedes, como Dios estuvo con Moisés, estuvo con Josué. Moisés cuando tenía algún problema oraba a Dios, y Dios le decía: ``¿Por qué clamas a mí? Extiende tu vara y divide el mar.'' Ese fue un problema que tenía delante de ellos; y le tocó a Moisés extender la vara, que es la Palabra, y abrir el mar. Ahora, cuando Josué tuvo el problema de que ya el día se estaba acabando y la tarde estaba para llegar, e iba a llegar la noche, y Josué estaba luchando y estaba teniendo la victoria. Y cuando se está teniendo la victoria no se puede estar con los brazos cruzados, hay que aprovechar; y Josué dijo: ``si llega a caer la tarde y la noche, se me va

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a escapar el enemigo, y se van a recuperar, y después vendrán con más fuerza, o no los vuelvo a ver.'' Y entonces mandó a parar a la luna y al sol. Los científicos dicen que para que el sol se parara, y la luna se parara, tenía que pararse todo el sistema solar completo. Josué no se puso a preocuparse: ``¡Oye! Pero ¿cómo podré yo parar el sistema solar, y la luna, y el sol?''; él simplemente habló la Palabra, porque la Palabra de Dios estaba en Josué; y por cuanto la Palabra de Dios para aquel tiempo estaba en Josué, la Palabra creadora, la misma Palabra con la cual Dios creó los cielos y la Tierra; y con esa misma Palabra que creó los cielos y la tierra y mandó a funcionar todo ese sistema planetario, con esa misma Palabra mandó que se detuviera el sol y la luna. Josué no se puso a pensar: ``¿Traeré una catástrofe sobre la Tierra, si paro todo ese sistema solar?'' Josué hizo lo que tenía que hacer. Josué no se puso a preguntar: ``Señor, ¿puedo hacer esto o no puedo?'' El caminó hacia la tierra prometida, porque esa era la meta. Y nosotros caminemos hacia la tierra prometida con la Palabra, sin tropezar en los problemas de la vida, sin tropezar en nada; y llegaremos a la

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tierra prometida; sin estar quejándonos como hizo el pueblo hebreo; porque por quejarse desagradó a Dios. No nos podemos quejar de nada, porque estamos más bien de lo que estuvieron los hijos de Dios de otras edades y otras dispensaciones. Esos creyentes fueron valientes y dieron sus vidas, cuando se los echaban a los leones, cuando los quemaban en las hogueras y en las estacas, cuando los perseguían y los mataban en las diferentes formas; ellos fueron valientes en sus edades juntamente con el mensajero, ellos fueron los valientes del Hijo de Dios en las siete edades de la Iglesia gentil, y en la etapa de los apóstoles que estuvieron con el Señor Jesucristo, cuando también los perseguían y los mataban, y también los discípulos cuando estuvieron con Jesús, ellos fueron los valientes del Hijo de Dios. Así como David tuvo 37 valientes sobre todo el pueblo que estaba con él. Esos valientes de David por ningún problema dejaban a David, esos valientes de David luchaban en favor de David para que David llegara al trono; y después que estaba en el trono, luchaban para que nadie lo pudiera quitar del trono. Ellos amaban a David, y ellos habían visto la unción de Dios en David, la unción de Dios en

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David como rey. Ellos sabían que había sido ungido como rey; por lo tanto ellos veían en David el único hombre capacitado por Dios para ocupar ese lugar, porque sería la unción del Espíritu de Dios en él. Por esa causa es que Dios promete el glorioso Reino milenial bajo el Trono de David; y está hecha la promesa que se sentará el Hijo de David en el Trono de David. Vean ustedes en las edades pasadas, en la Primera Venida de Cristo hubo valientes allí, valientes al lado del Hijo de Dios, como los hubo al lado de David, como los hubo al lado de Moisés, como los hubo luego también en las edades subsiguientes al lado de los apóstoles; y luego al lado de cada ángel mensajero, comenzando con San Pablo. Los que estuvieron brazo a brazo con estos mensajeros, los ministros que estuvieron brazo a brazo luchando a favor de la obra de Dios para esa edad, para cada edad, juntamente con el pueblo, fueron los valientes de cada edad, y aparecerán así en la historia divina de las siete edades, y así aparecen: de las siete edades de la Iglesia gentil. Y ahora, al final del siglo, al final del tiempo, nosotros estamos en la etapa en donde los

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valientes ¿de quién? del Hijo de David, estarán en pie con la Espada de la Palabra, luchando en favor del Reino de Dios, en favor del programa divino para la Dispensación del Reino, para que pronto esté sobre la Tierra el glorioso Reino milenial, y para que pronto también todos los escogidos reciban la Transformación de sus cuerpos, y tengamos el nuevo cuerpo en el cual y con el cual estaremos adoptados como hijos del Dios viviente, como Reyes, para el glorioso Reino milenial, y como Sacerdotes, no de un orden terrenal, sino del orden celestial, del orden divino, del orden del cual el Señor Jesucristo es. ¿Y cuál es ese orden? Me alegro mucho que sepan de qué orden es que ustedes son Reyes y Sacerdotes. Es del orden celestial según el orden de Melquisedec; por esa causa en este tiempo final estamos en pie con la espada de la Palabra en nuestra mano, luchando y trabajando en el Reino de Dios, en el programa de Dios, como los valientes del Hijo de David. Así como David tuvo valientes, el Hijo de David, Cristo, tiene valientes en este tiempo final. Hacia adelante valientes del Hijo de David, luchando para que pronto estemos en el glorioso Reino milenial, en donde cada uno de nosotros tendremos una posición muy especial en ese

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Reino así como la tuvieron aquellos valientes de David. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, muchas gracias por vuestra amable atención, y será hasta mañana, Dios mediante, en el centenario, los que estén allí, y los otros que estén aquí, a través de la línea telefónica. Así que Dios les bendiga, Dios les guarde, y adelante valientes del Hijo de David, así como los valientes de David de aquel tiempo. Con nosotros nuevamente Miguel para concluir nuestra parte en esta noche. Dios les bendiga y Dios les guarde a todos. ``LOS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID.''

PALABRAS DE DESPEDIDA A la hermana Miguelina Cruz de Menéndez Por William Soto Santiago 30 de marzo de 1993 Cayey, Puerto Rico

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Muy buenas tardes, amigos y hermanos presentes y familiares de doña Miguelina Cruz Menéndez. En esta tarde hemos de colocar en la tierra, conforme a la Palabra de Dios, el cuerpo donde habitó nuestra hermana Miguelina Cruz de Menéndez. Esto es así, porque Dios dijo en el Génesis, capítulo 3, verso 17 en adelante, cuando Dios maldijo la tierra por causa del pecado del hombre y la mujer. Dice así: ``Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.''

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Dios nos ha dado estos cuerpos mortales para vivir un tiempo aquí en la Tierra. Y en ese tiempo que vivimos en la Tierra, nosotros estamos llamados a ver y a caminar en el programa que Dios tiene para ese tiempo, para así tener la promesa divina de (luego de terminada nuestra vida aquí en la Tierra) regresar a este planeta Tierra en un cuerpo eterno. Job preguntó en una ocasión en el capítulo 14, verso 14, del libro de Job: ``Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi liberación.'' Ahora, esta pregunta: ``Si el hombre mueriere, ¿volverá a vivir?'' es una pregunta que ha estado en la mente y el corazón de todo ser humano; porque nadie quiere morir; pero al entender que estamos por un tiempo aquí en la Tierra, en este cuerpo, entonces necesitamos saber qué será después de terminada nuestra vida en este cuerpo. Después de terminada nuestra vida en este cuerpo, la persona pasa a un lugar de espera. Miren lo que el Señor Jesucristo muestra en San Lucas capítulo 16, verso 19 en adelante: ``Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro,

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que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham.'' Ahora, miren ustedes lo que es la muerte, para los hijos de Dios así es la muerte: dice: ``Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y (el rico) en el Hades (o en el infierno) alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (o sea en el Paraíso). Entonces (vio a Abraham y a Lázaro en el Paraíso) ...Entonces él (el rico), dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está

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puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos.'' ``A Moisés y a los profetas tienen'', dijo Abraham; ¿para qué? para escuchar la Palabra de Dios. Es necesario que todo ser humano se ocupe de su salvación, se ocupe de lo que será su vida después que termine su vida terrenal; porque si no se ocupa de su vida futura mientras está en este cuerpo mortal, después no tiene oportunidad; no la tuvo el hombre rico y no la tendrá ninguna persona. Pero el que se ocupa de su vida espiritual, el que se ocupa de su vida futura, estando aquí en

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este cuerpo, caminando en el programa que Dios tiene para el tiempo en que vive, esa persona aunque muera no está muerta, solamente ha muerto su cuerpo terrenal; pero ella es llevada por los ángeles de Dios al Paraíso, y allí vive en un cuerpo teofánico, un cuerpo de esa dimensión, en donde son jóvenes y están felices, y ni trabajan, ni se cansan, ni duermen, ni comen; porque es un lugar de descanso de los trabajos terrenales, es un lugar en donde descansan de todas las luchas que nosotros tenemos aquí en la Tierra. Y allí están esperando el momento glorioso de la Resurrección, en donde ellos se levantarán del Paraíso, y vendrán a esta Tierra en un cuerpo nuevo, en un cuerpo eterno creado por Dios, conforme a las promesas divinas, para vivir por toda la eternidad. Pero vean ustedes, lo que el ser humano recibirá en el futuro, primero lo obtiene en las promesas de Dios mientras está aquí en la Tierra; si no ha caminado en el programa divino, en la Palabra de Dios para el tiempo en que él vive, no puede esperar el Paraíso. Porque así le aconteció al hombre rico: se ocupó de las cosas de esta Tierra, para él la vida era las cosas de esta Tierra: las riquezas, los negocios, su trabajo; y eso es bueno, pero eso no

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es el todo del hombre. Vean lo que Abraham le dijo al rico: ``Tú recibiste tus bienes, todo lo bueno lo recibiste en la Tierra, y Lázaro recibió muchos problemas, recibió muchas situaciones difíciles; ahora él es consolado aquí y tú atormentado, porque todos los bienes tú los recibiste mientras estabas en ese cuerpo que Dios te dio, pero no aprovechaste la vida que tuviste en ese cuerpo para buscar a Dios, y para servirle a Dios y asegurar tu futuro.'' Y mientras nosotros estamos aquí en este planeta Tierra, tenemos que asegurar nuestro futuro, siguiendo la Palabra de Dios, creyendo en Su Palabra, creyendo en Su programa, creyendo en el Señor Jesucristo y caminando hacia adelante en Su programa, en Su obra correspondiente para el tiempo en que nosotros vivimos. El apóstol San Pablo, conocedor de lo que era la vida después de la muerte, pues él en una ocasión fue apedreado, y murió, y dice que subió al tercer cielo, y vio cosas allí que ojos no habían visto, ni oído había oído, ni habían subido al corazón de hombre alguno, las cuales cosas no le fue permitido contarlas, solamente habló de algunas de ellas. Y él conociendo lo que es la vida después de la muerte del cuerpo físico, dijo así en I de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 14 en

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adelante, para toda persona que tiene un familiar que ha partido de esta Tierra, dice: ``Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él (creyendo en El; habiendo aceptado Su sacrificio en la Cruz del Calvario, y viviendo de acuerdo a Su Voluntad). Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor...'' Miren ustedes, el pasaje anterior decía: ``a los que durmieron en Jesús''; porque los santos, los hijos de Dios, no mueren, sino que duermen. El cuerpo descansa, duerme ahí en la Tierra, pero ellos están en el Paraíso. ``Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, que habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire (esta es una promesa de parte de Dios), y así estaremos siempre con el Señor.''

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Ahora, esta promesa es para los que creen en El y para los que le siguen, para los que se ocupan de su futuro estando en este cuerpo terrenal. Es necesario que todo ser humano entienda esto, para que así asegure su futuro mientras está en este cuerpo mortal. ``Por tanto, alentaos (o sea consolaos) los unos a los otros con estas palabras.'' Estas son palabras de consuelo para todas las personas que tienen un familiar que ha terminado sus días en el cuerpo terrenal, mortal, y que ha pasado al Paraíso. Tiene la promesa de que regresará esa persona en un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado, para vivir por toda la eternidad. Y volveremos a ver a los que han partido creyendo en el Señor Jesucristo. En Apocalipsis capítulo 20, verso 6, dice: ``Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.'' Ahora vean, aquí Apocalipsis nos muestra que los que tienen parte en la primera resurrección son bienaventurados; porque esta es la resurrección de los muertos en Cristo; pero la segunda resurrección es la resurrección general, para todos los seres humanos, los cuales no resucitaron en la

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primera resurrección. Esta segunda resurrección será después del glorioso Reino milenial del Señor Jesucristo. Y todos los que han de resucitar en ese tiempo irán delante del Trono blanco del Señor para ser juzgados de acuerdo a la vida que vivieron aquí en la Tierra, a esa vida que Dios les dio, y darán cuenta por la forma en que usaron esa vida y ese cuerpo que Dios les dio. Pero antes de ese tiempo hay una primera resurrección, que es antes del glorioso Reino milenial y también antes de la gran tribulación, que está señalada como la segunda parte de la semana número setenta de la profecía de Daniel. Y los que han de resucitar en la primera resurrección, son señalados en la Escritura como bienaventurados, porque esos son los escogidos, los elegidos o predestinados de Dios, los cuales serán a imagen y semejanza del Señor Jesucristo; y así regresaremos con Jesucristo a la vida eterna, con un cuerpo eterno. Esa es una promesa para los hijos de Dios, los que han buscado a Dios y Su programa para el tiempo en que viven y se han ocupado de su futuro; porque esa es la forma de ocuparse del futuro de una persona, porque el futuro está después de esta vida terrenal. En esta vida terrenal, algunos han malenten-

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dido el programa de Dios, y creen que solamente es la vida aquí para comer, dormir y trabajar; pero esas son cosas comunes que todo el mundo hace. Jesucristo dijo: ``la vida no es nada más que la comida, es más que eso.'' La vida para el ser humano es Dios y Su Palabra. Jesucristo dijo, y también Dios a través de Moisés en Deuteronomio: ``No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.'' Vean ustedes, así como alimentamos nuestros cuerpos para que puedan seguir viviendo, con alimento de acá de la Tierra, para vivir eternamente tenemos que ser alimentados con la Palabra de Dios; por esa causa para cada tiempo Dios envía Su Palabra, Dios tiene un programa. Si viviéramos en el tiempo de Noé, teníamos que estar en el programa de Dios que le fue dado a Noé, y evitaríamos el juicio del diluvio, y saldríamos para vivir en una nueva generación. Pero estamos en un nuevo tiempo, y estamos en el fin del tiempo del cual habló el Señor Jesucristo; por lo tanto cada uno de nosotros tenemos que ocuparnos de nuestra salvación, de nuestra vida después de esta. Y para ocuparse de la vida que vendrá después de esta, tiene que ocuparse mientras está en este cuerpo; y que sea

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para cada uno de nosotros primero Dios: ``Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas.'' Ese es el primer mandamiento; y el segundo es semejante a ese: ``Amarás a tu prójimo como a ti mismo.'' Son dos mandamientos de amor. (San Mateo 22:37-40). Así que podemos ver lo que es la vida. La vida realmente es recibir la Palabra de Dios para el tiempo en que uno vive; porque ahí está la promesa para la vida eterna. Y nuestra hermana Miguelina Cruz, recibió esa Palabra; por esa causa nosotros sabemos que ella fue llevada por los ángeles al Paraíso, y está allí en un cuerpo teofánico. Un cuerpo teofánico es un cuerpo como este que nosotros tenemos, pero de otra dimensión: que no se pone viejo, que siempre está jovencito, representando de 18 a 21 años. Así están en el Paraíso los que han partido en Cristo, dice San Pablo: ``los que han dormido en Cristo.'' Y están allí muy contentos, ni se cansan, ni les da sueño, ni les da hambre, ni trabajan; porque no es un sitio para estar trabajando, es un sitio de reposo en lo que ocurre la resurrección, la primera resurrección de los muertos en Cristo, para regresar a la Tierra en un cuerpo eterno,

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jovencito: de 18 a 21 años; y ya de ahí en adelante no habrá más muerte para los hijos de Dios. San Pablo, siendo un gran conocedor de este gran misterio del Reino de Dios, dice en el capítulo 15 de Corintios, verso 45 en adelante: ``Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal...'' Este cuerpo animal que nosotros tenemos es el primer cuerpo que Dios nos da, y después nos da el cuerpo espiritual, o sea cuerpo eterno, y así seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Pero primero nos da el cuerpo animal, temporal, este cuerpo que nosotros tenemos. ``...luego lo espiritual (ese cuerpo como el del Señor Jesucristo). El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.'' Así como Jesucristo y Su cuerpo eterno serán también los hijos de Dios al tener el cuerpo eterno que El ha prometido. Sigue diciendo: ``Y así como hemos traído la imagen del terrenal (de Adán), traeremos también la imagen

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del celestial (del Señor Jesucristo, que es el segundo Adán). Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta...'' La trompeta es el Mensaje final, señalado como la trompeta final o gran Voz de trompeta, que es el Mensaje final de Jesucristo para todos Sus hijos, sin importar en qué religión o secta religiosa estén. Sigue diciendo: ``...a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles (o sea en un cuerpo eterno, el cual Dios diseñó desde antes de la fundación del mundo, y para nosotros los que estamos vivos, dice:), y nosotros seremos transformados (nosotros los que vivimos). Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra

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que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.'' La muerte será vencida, la muerte va a desaparecer de los hijos de Dios, de los cuerpos de los hijos de Dios, y eso será en la primera resurrección. Cuando ellos regresen en cuerpos eternos, nosotros los que vivimos seremos transformados, y entonces seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, y viviremos eternamente, y reinaremos con Cristo mil años para comenzar, y luego por toda la eternidad. Esa es la promesa de Dios para los que creen en El, esa es la promesa de Dios para Sus hijos; por esa causa cuando alguno de nuestros familiares parte, sabemos que está en el Paraíso, sabemos que fue llevado por los ángeles al Paraíso, como dijo el Señor Jesucristo, como fue hecho con Lázaro, que fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, al Paraíso. Nuestra hermana Miguelina está en el Paraíso descansando, ella desde allá puede mirar hacia acá. Algunas personas creen que el Paraíso se encuentra más lejos que el sol, o más lejos que la luna, o más lejos que Saturno, o algún planeta de esos; pero el Paraíso es la sexta dimensión, es otra dimensión; y esa otra dimensión está a doce pies de altura, ahí están ellos viviendo, y ellos pueden

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mirar hacia acá, y aún ellos pueden caminar entre los seres humanos, pero en otro cuerpo, el cual nosotros no podemos ver. El Paraíso, la sexta dimensión, está ahí a doce pies de altura, miran hacia acá, escuchan lo que nosotros hablamos, y todas estas cosas; y nos ven a nosotros acá en nuestras luchas, en nuestros trabajos. Y ellos allá esperan el momento de la resurrección; porque ese es el momento en que ellos regresarán con un cuerpo eterno, para no sufrir más, para no estar en estos trabajos que tienen al ser humano esclavizado: Trabajar, comer y dormir, y esa rutina diaria en la cual el ser humano está esclavizado. Hay algo más para el ser humano: es el programa divino, la Palabra de Dios, donde está la promesa para una vida eterna, y en donde nosotros viviremos como Reyes y Sacerdotes en el glorioso Reino del Señor Jesucristo que estará muy pronto en esta Tierra. Y allí en ese glorioso Reino milenial, la posición que nosotros tendremos en ese glorioso Reino milenial no será la posición humana que hemos tenido aquí en la Tierra, porque aquí hemos estado trabajando y luchando para poder sobrevivir, pero allí estaremos como Reyes y Sacerdotes, y reinaremos con Cristo mil años para comenzar, y luego por toda la eternidad.

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Podemos ver que Dios tiene grandes bendiciones para todos Sus hijos; y nuestra hermana Miguelina ha recibido esa Palabra de bendición; por lo tanto ella está en el Paraíso descansando, pero muy pronto regresará. Y nosotros, cuando ella regrese, y regresen todos los muertos en Cristo ya resucitados en cuerpos eternos, nosotros los que vivimos seremos transformados; y luego seremos raptados o trasladados con el Señor Jesucristo en lo que pasa una etapa de purificación de este planeta Tierra; y luego estaremos en ese glorioso Reino milenial con todas las bendiciones de Dios como Reyes y Sacerdotes. Y personas que nunca tuvieron una buena posición política, social o económica en esta tierra, tendrán la más alta allá: la de Reyes; porque los hijos de Dios son Reyes y Sacerdotes según el orden de Melquisedec. Así que lo que Dios tiene para todos nosotros es grande; y por esa causa El nos dice: ``Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y las demás cosas serán añadidas.'' Nosotros hemos encontrado el Reino de Dios. Lo hemos buscado, lo hemos encontrado, y estamos en el Reino de Dios, asegurando así nuestro futuro, como lo hizo nuestra hermana Miguelina. Ella tiene testimonio de haber agra-

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dado a Dios. Así que Dios bendiga a cada uno de sus familiares, y estas palabras sean de consuelo para todos sus familiares. Ella está en el Paraíso, fue llevada por los ángeles, y regresará muy pronto en un cuerpo eterno, un cuerpo inmortal, un cuerpo jovencito, un cuerpo de 18 a 21 años, para vivir por toda la eternidad. De parte de la familia de nuestra hermana, doña Miguelina Cruz de Menéndez, don Rafael Menéndez, su esposo, Sonia Menéndez, su hija, sus hermanos Carlos, Monserrate, Hipólita, y demás familiares, les expreso su agradecimiento a cada uno de ustedes que nos han acompañado hasta este campo santo, en donde depositaremos el cuerpo donde habitó nuestra hermana amada Miguelina Cruz de Menéndez, para que así lo que ha sido tomado de la tierra, del polvo de la tierra, regrese al polvo de la tierra. Que Dios les bendiga a todos. Muchas gracias por vuestra amable atención, y pueden pasar adelante para depositar en la tierra lo que es de la tierra; porque ella está en el Paraíso, porque fue llevada por los ángeles, como dijo el Señor Jesucristo.

SALUDO AL GRUPO DE DAMAS ``Las Valientes del Hijo de David'' Por William Soto Santiago 29 de abril de 1993 Veracruz, México

SALUDO AL GRUPO DE DAMAS...

Muy buenas tardes, damas ``Las Valientes del Hijo de David;'' es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta tarde, y saludarlas, y pedirle a Dios Sus bendiciones sobre cada una de ustedes. Como podemos ver en la actualidad, también en tiempos pasados, por ejemplo en el tiempo de David, en el tiempo de Moisés, en el tiempo de los profetas del Antiguo Testamento, en el tiempo de Jesús, en el tiempo de los apóstoles, y así a través de los diferentes tiempos, edades y dispensaciones, hubo mujeres valientes que estuvieron trabajando en la obra de Dios correspondiente para aquel tiempo, y ellas fueron las bienaventuradas en aquel tiempo. Miren ustedes en el tiempo de Elías y de Eliseo: En el tiempo de Elías hubo una viuda que alimentó al profeta Elías por tres años y medio; y esa viuda recibió una bendición muy grande de Dios.

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Ella tenía la última comida para ella y su hijo cuando llegó Elías. Y Dios le había dicho a Elías: ``Yo tengo una mujer viuda para que te alimente.'' Y cuando él llegó lo único que tenía la mujer viuda era la última comida; y salió al patio a buscar dos pedazos de madera para colocarlos así en el fuego, en forma de cruz (que es que se colocan), y así preparar la última comida, y luego acostarse a morir después; pero cuando llegó Elías y le pidió de comer, y ella le dio, y también le pidió agua y le trajo agua, la Voz de Dios en Elías dijo que no faltaría harina de su tinaja, ni aceite de la botija. Y allí vivió Elías por tres años y medio, vivió en ese lugar, o quizás menos porque ya la sequía había comenzado, pero estuvo un tiempo grande allá, siendo alimentado por una mujer que cuando él llegó lo que le quedaba era el último bocado de comida y muy poca agua. Pero vean ustedes, estuvo en las manos de Dios para hacer una obra en el programa divino, y Dios la bendijo con esa Palabra que salió de la boca de Elías; y aparece en la Biblia como una valiente hija de Dios que se mantuvo en el programa de Dios trabajando, trabajando en la alimentación de Elías, donde estaba la Palabra de Dios para aquel tiempo.

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Y en nuestro tiempo todas las mujeres valientes que trabajan en el programa de Dios están trabajando para así alimentar la Palabra, para que esa Palabra corra, y para que esa Palabra llegue a todos los lugares que tenga que llegar. Y las valientes trabajan en ese programa para el sostén de esa Palabra, para que pueda llegar a muchos lugares, y a los que ya ha llegado que permanezca en esos lugares. La viuda estaba alimentando a Elías, estaba alimentando al velo de carne que tenía ese ministerio. Y en nuestro tiempo, como en otros tiempos, cuando se trabaja brazo a brazo con el ministerio que corresponde para una edad o para una dispensación, es como estaba haciendo la viuda: Se está alimentando el ministerio que corresponde para el tiempo en que uno vive, se está proveyendo para que ese ministerio llegue a todos los lugares que debe llegar, para que ese ministerio y en ese ministerio no haya escasez. También encontramos en el tiempo de Eliseo que una señora que no tenía niños, ella y su esposo estaban solitos, y tenían su finca, pero no tenían niños; y en una ocasión le dijo a su esposo: ``Vamos a prepararle una cámara, una habitación, un apartamentito, al varón de Dios, porque él pasa siempre por esta área; para que cuando él pase por

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este lugar se quede en ese lugar.'' Y le prepararon un lugar, y cuando Eliseo pasaba entró allí y le ofrecieron ese lugar. Y encontramos que lo cuidaban muy bien en ese lugar, y Eliseo le dijo a su siervo: ``¿Qué cosa podré pedir a Dios para que le conceda a esta mujer, a este matrimonio, que son tan buenos conmigo?'' El siervo de Eliseo dijo: ``Mira, hay una cosa: no tienen niños, y ya tienen bastante edad.'' Y entonces Eliseo habló la Palabra para que tuvieran un niño, y lo tuvieron. Encontramos también que en el tiempo de Jesús hubo un grupo de mujeres que siguió ese ministerio; fueron mujeres valientes, fueron mujeres que ayudaron en esa obra de ese ministerio, y fueron mujeres que estuvieron también en el día de la crucifixión del Señor, y también estuvieron en el día de la resurrección del Señor. Y fue la primer persona que vio a Jesucristo ya resucitado, ¿quién fue? una mujer, una mujer que trabajaba en la obra de Dios, en el programa de Dios; y fue ella la que recibió la encomienda de decirle a los discípulos del Señor que se fueran allá a Galilea, porque allí se encontrarían con Jesús. Vean ustedes, fue una mujer también madrugadora, no era de esas que se quedaban en la cama

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dormida por vaga, sino una mujer madrugadora, una mujer que iba en esa mañana a hacer una obra. Habían comprado las especies que preparaban allá para embalsamar a los muertos, al cuerpo, y tenían todo comprado para hacer ese trabajo; el sábado no lo podían hacer, entonces tenían que hacerlo ya el domingo tempranito en la mañana. Así que tempranito en la mañana apareció allí en el sepulcro esta mujer, y cuando llegó se encontró con ángeles que le dijeron que no estaba allí, que había resucitado. Encontramos que también María Magdalena cuando se encontró con una persona fuera de la cueva, de la tumba, creyendo que era la persona que guardiaba allí, el hortelano, le pregunta: ``¿Dónde lo pusiste? Porque yo quiero verlo.'' Y ella no sabía quién era esa persona, pensaba que era la persona que trabajaba allí; pero cuando esa persona le dice: ``María,'' ella reconoció la voz, y le dice: ``Rabí.'' Ella ahí se sorprendió, recibió una bendición muy grande; y vean ustedes, en la mañana, una mujer valiente y madrugadora para trabajar en el Reino de Dios. Esta mujer encontramos que tuvo grandes bendiciones de parte de Dios. No sabía que había resucitado, pero Le vio resucitado y Le reconoció cuando El le habló.

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Ahora, encontramos que muchas mujeres en aquel tiempo seguían ese ministerio del Señor y ayudaban en una cosa y en otra cosa; y las que tenían facilidades, posibilidades, o haciendas, ayudaban económicamente. Vean ustedes, hubo un grupo grande de mujeres que sirvieron a Dios y al ministerio correspondiente para aquel tiempo, y fueron mujeres bienaventuradas, y fueron mujeres valientes; y Dios las bendijo grandemente. Ahora, miren ustedes, de las personas grandes que hubo en aquel tiempo, encontramos que de muy pocos de ellos habla la Biblia, y algunas veces no tiene mucho o nada bueno de qué hablar acerca de ellos; por ejemplo de Herodes, nada bueno se puede hablar de él, y así también de otros hombres importantes. Pero vean ustedes las cosas buenas que habla la Biblia de estas mujeres valientes que se ponen al lado de la Palabra de Dios que corresponde para el tiempo en que ellas viven; y eso delante de Dios es agradable, y tiene delante de Dios un reconocimiento. ¿Recuerdan aquella otra mujer que con un frasco de perfume lo derramó en la cabeza del Señor y así ungió al Señor con ese perfume? Y encontramos que el Señor dijo que esta mujer

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había hecho una buena obra. Y uno de los discípulos del Señor quiso detenerla, porque dijo: ``Eso es un perfume de un precio grande, esto se puede vender por un precio alto y darlo a los pobres.'' Y Jesús dijo: ``Dejen quieta a esta mujer, porque buena obra ha hecho, me ha ungido para mi sepultura.'' Así que vean ustedes, cuando fue sepultado Jesús nadie vino a ungirlo y a colocarle las especies, pero esa mujer con aquello que había hecho, Jesús dijo: ``Me ungió para mi sepultura.'' Y también Jesús dijo: ``De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.'' (San Mateo 26:13). Y también la ocasión en que una mujer con sus lágrimas lavó los pies del Señor, y con su cabello secó sus pies (no sé si fue María Magdalena). Vean ustedes, en el Evangelio de la Gracia hubo un grupo de mujeres valientes y trabajadoras en el Reino de Dios que dejaron grabada la historia de sus obras en el Reino de los Cielos, en la Dispensación de la Gracia. ¿Y sabe quiénes son las mujeres que harán historia y que tendrán historia en la Dispensación

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del Reino? ¿Dónde encontraremos esas mujeres? ¿Dónde las hallaremos? Están aquí, son ustedes; por lo tanto que Dios les bendiga y les use grandemente en esta Dispensación del Reino, y quede grabada la historia de vuestras obras, de vuestra labor en el Reino de Dios, para que así cuando estemos en el glorioso Reino milenial sea reconocida la labor que ustedes han hecho cuando se cuente la historia de la Dispensación del Reino en su comienzo; y aparezcan todas ustedes en esa labor tan grande que Dios les ha encomendado en este tiempo. Trabajo hay para todas, como decimos nosotros: ``trabajo es lo más que hay''; pero hay valientes también, mujeres valientes en este tiempo que han recibido la revelación divina de la dispensación en que estamos, de la edad en que estamos, del Mensaje que Dios nos ha dado para este tiempo, y están en pie trabajando en el Reino de Dios como mujeres valientes de la Dispensación del Reino. Valientes mujeres de esta dispensación: Adelante trabajando en el Reino de Dios, porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Vean ustedes las mujeres que trabajaron en el Reino de Dios en edades y dispensaciones pasadas, fueron mujeres bienaventuradas; tomen

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como ejemplo esas mujeres valientes del pasado que estaban en el programa de Dios trabajando, las cuales fueron bienaventuradas, mujeres de fe, y que su obra fue una obra de fe en el programa divino correspondiente para ese tiempo. Hubo muchas mujeres en este planeta Tierra, pero vean ustedes, queda registrado en el programa divino la historia de las mujeres valientes que trabajaron en el programa de Dios; por lo tanto no pasen por este planeta Tierra como simples mujeres, sino como mujeres valientes que se han colocado en el programa divino para trabajar sin limitaciones. Adelante valientes del Hijo de David, y que Dios les bendiga y les use grandemente en Su Reino; porque todo el trabajo que hacemos, todo gira alrededor del programa divino como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su obra de reclamo, todo gira alrededor del Señor como Hijo de David para sentarse en el Trono de David. En palabras más claras: Todo gira alrededor del programa que corresponde a la restauración del Reino de Dios en este planeta Tierra, allá en Israel y desde Israel, para gobernar sobre todas las naciones. Todo gira alrededor del programa divino para la restauración del Reino de David,

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con el Hijo de David sobre el Trono allá en Israel. Así que tenemos que estar conscientes del programa que Dios está llevando a cabo para la restauración de ese Reino que Dios le entregó a David, y a través del cual Dios estuvo gobernando en Israel, y luego a través de Salomón. Ese Reino será restaurado. Y nosotros estamos todos trabajando para la restauración de ese Reino, del Reino de Dios aquí en la Tierra, ese Reino del glorioso Milenio. Y estamos trabajando para recibir nuestra transformación, porque nosotros seremos vestidos con un nuevo cuerpo, con una vestidura de Reyes y de Sacerdotes; porque con esta vestidura mortal, corruptible, no podemos llegar a ese Reino, y ser Reyes allí, sino con el nuevo cuerpo, la nueva vestidura de Reyes y Sacerdotes. El apóstol San Pablo decía: ``Porque la carne y la sangre (o sea este cuerpo) no pueden heredar el reino de Dios.'' Si vamos a heredar el Reino de Dios como Reyes y como Sacerdotes, como hijos de Dios para reinar en ese glorioso Reino milenial, tenemos que estar vestidos del cuerpo nuevo e incorruptible, inmortal, cuerpo celestial; porque la carne y la sangre mortal que nosotros tenemos no puede heredar ese glorioso Reino milenial, tenemos que ser vestidos de un nuevo

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cuerpo, conforme al programa divino. Y todos nosotros estamos trabajando en ese programa con el cual Dios llevará a cabo la obra de la Transformación de nuestros cuerpos, nos dará un nuevo cuerpo, y la obra para la restauración de ese glorioso Reino de Dios aquí en la Tierra, en donde nosotros tenemos el lugar principal: Reyes y Sacerdotes; y reinaremos con Cristo mil años, y eso es para comenzar, después por toda la eternidad. Si con mil años no se conforma, entonces recuerde: Mil años, eso es para comenzar, y luego por toda la eternidad. Así que el futuro nuestro es un futuro seguro. Los únicos que tienen futuro aquí en la Tierra somos nosotros, y el futuro nuestro está en Dios, y es un futuro eterno. Así que los únicos que tienen futuro somos nosotros, y estamos conscientes de eso, y lo habla Dios a través de Su Palabra. ¿Qué otra persona o qué gobierno puede ofrecerle un futuro tan hermoso, tan maravilloso, a su pueblo como el futuro que Dios le tiene a Sus hijos? Ningún gobierno puede, porque todos tienen problemas, y saben que cada día tendrán más problemas; pero en el Reino de Dios nosotros tenemos el futuro bien asegurado.

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Trabajemos por ese Reino y en ese Reino, que es donde está nuestro futuro, nuestra felicidad, y nuestra posición como herederos, como Reyes y Sacerdotes para reinar con el Señor Jesucristo. Aunque ninguna o ninguno de ustedes haya tenido una buena posición en los gobiernos de esta Tierra, sin embargo en el Reino de Dios tenemos la posición más alta que puede alcanzar una persona; y no porque nosotros hemos luchado para alcanzar esa posición, sino porque Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo para ser Reyes y Sacerdotes, y reinar con Cristo mil años para comenzar; porque somos hijos de Dios, herederos de Dios, los primogénitos de Dios, para heredar el Reino de Dios. Así que valientes del Hijo de David: Que Dios les bendiga, y adelante trabajando valientemente en el Reino de Dios. Muchas gracias y buenas tardes. Con nosotros Miguel. ``LAS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID.''

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