El vizconde de Bragelonne; Alejandro Dumas

Literatura Universal. Siglo XIX. Novelista y dramaturgo francés. Narrativa. Novela histórica. Los tres mosqueteros. D'Artagnan. Luis XIV. Tramas políticas

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LE VICOMTE DE BRAGELONE Alexandre Dumas EL VIZCONDE DE BRAGELONNE. ALEJANDRO DUMAS (1802−1870) Alejandro Dumas nace en Normandía en 1802. Tiene cuatro años cuando su padre muere. En 1817 para ganar algo de dinero, trabaja en casa de un Notario. En 1822 parte a París, lee Shakespeare y escribe poemas y obras de teatro. Luego, en 1823, es empleado de despacho en la casa del Duque de Orleans, el futuro rey Luis Felipe ( rey de Francia de 1830 a 1848). Dumas gusta mucho a las mujeres. En 1824 tiene un hijo. (Alejandro Dumas hijo (1824−1895): famoso dramaturgo, autor de La dama de las camelias) El 10 de febrero de 1829 su obra de teatro Enrique III y su corte tiene mucho éxito. Es famoso y se hace amigo de Víctor Hugo y de Alfredo de Musset. Luego escribe dos obras de teatro, de 1844 a 1847, sus novelas sobre los mosqueteros (LOS TRES MOSQUETEROS, VEINTE AÑOS DESPUÉS, EL VIZCONDE DE BRAGELONNE), EL CONDE DE MONTECRISTO, LA REINA MARGOT, EL COLLAR DE LA REINA, tienen un gran éxito. De 1851 a 1864, viaja a Europa y África del Norte. Muere el 5 de diciembre de 1870 en Normandía, en Dieppe, en la casa de su hijo. Hoy Alejandro Dumas padre es uno de los autores franceses más leídos en el mundo. EL VIZCONDE DE BRAGELONNE. GÉNERO: Novela histórica. PRESENTACIÓN DE LA NOVELA. El VIZCONDE DE BRAGELONNE es la continuación y el fin de los tres mosqueteros y de VEINTE AÑOS DESPUÉS. La historia comienza en 1660 y se termina en 1671. Dumas se inspira en personajes reales que han jugado un papel en la historia de Francia: Luis XIV (rey de Francia), Mazarin (Primer Ministro de 1642 a 1661), Ana de Austria (madre de Luis XIV que, con Mazarin gobierna Francia de 1643 a 1661), Fouquet (Superintendente de las Finanzas desde la muerte de Mazarin) y Colbert (intendente luego inspector de Finanzas cuando Fouquet está en prisión). En esta larga novela (mas de 2500 páginas), el lector asiste a las aventuras, luego a la muerte, de estos mosqueteros muy famosos que tienen por nombre Dartañán, Atos y Portos. Sólo Aramis sobrevive. Tienen más de cincuenta años ahora. Su vida y la de Raúl, hijo de Atos y Vizconde de Bragelonne, están vinculadas a la del famoso Rey Sol. Dumas insiste mucho en el lado histórico del relato. Describe la toma del poder por Carlos II en Inglaterra, la muerte de Mazarin, el conflicto que enfrenta a Fouquet y Colbert, el nacimiento del poder absoluto de Luis XIV, los lazos entre las intrigas amorosas en la corte de los reyes de Europa y la política. 1

TEMAS PRINCIPALES. El amor, las intrigas políticas bajo el reinado de Luis XIV, la amistad, la muerte. ALGUNAS PALABRAS SOBRE EL REY LUIS XIV. Luis XIV (1638−1715) es el hijo de Luis XIII y de Ana de Austria, hermano de Felipe de Orleans, llamado Señor. Luis XIV es rey de 1642 a 1715. En realidad de 1643 a 1661, es Ana de Austria quién dirige el país con Mazarin. Desde 1661, a la muerte de Mazarin, Luis XIV quiere tener el poder absoluto en Francia y quiere imponer el predominio francés en Europa. Hace la guerra a Holanda y España. A Luis XIV le gustan mucho las mujeres. Por razones políticas, desposa a la infanta de España María Teresa en 1660. Ella muere en 1683. Luis XIV desposa entonces en secreto a la señora de Maintenon. A él le gusta también −y sin esconderse− la señora Luisa de La Vallière (en 1661), luego la señora de Montespan (en 1668). Sus numerosas otras aventuras amorosas son más discretas. De 1682 a 1715, Luis XIV vive en Versalles con su corte. Gasta mucho dinero. Cuando muere el país está arruinado. LOS PERSONAJES PRINCIPALES. Athos. Antiguo mosquetero de Luis XIII. Es el rico Conde de La Fère. Es un hombre perfecto y un buen padre. Adora a su hijo Raúl. Raúl. Mosquetero de Luis XIV. Es el Vizconde de Bragelonne, hijo de Athos y Milady. Tiene algo más de veinte años. Es un hombre perfecto, como su padre. Luisa de La Vallière. Ella es joven. Ama primero a Raúl, luego al rey Luis XIV. D´Artagnan. Mosquetero de Luis XIII luego de Luis XIV. Es muy valiente, muy fiel y muy inteligente. Porthos: Antiguo mosquetero de Luis XIII. Es el rico pero ingenuo señor de Vallon. Dumas le llama el gigante porque es muy grande y muy fuerte. Aramis: Antiguo mosquetero de Luis XIII. Es el rico señor de Herblay. Es Obispo de Vannes y sueña llegar a ser ministro del rey, y luego papa. Fouquet (1615−1680) Personaje histórico real. Superintendente de finanzas de Luis XIV, muy rico, amigo del poeta Jean de la Fontaine y del escritor Molière. Es poderoso y refinado. Colbert: Personaje histórico real. Intendente de las finanzas de Luis XIV, celoso de Fouquet. PRIMERA PARTE

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DE BLOIS A LONDRES. RAÚL AMA A LUISA DE LA VALLIÈRE. Estamos en 1660. Raúl, vizconde de Bragelonne, hijo de Athos y de Milady, mosquetero del rey de Francia, tiene hoy más de veinte años. Se parece a su padre: es un hombre de corazón puro, bello, valiente, inteligente, fuerte, invencible y fiel. Esta mañana llega a Blois, a la casa del señor de Saint−Rémy, para anunciar la visita de Luis XIV. − Ah! Vizconde, usted en Blois? Que contenta va a estar Luisa de veros! Dice el señor de Saint−Rémy. Aquí viene ella. La joven chica enrojece viendo a Raúl. El joven hombre conmovido la saluda. Su corazón late muy fuerte. Informa al señor de Saint−Rémy de la llegada del rey a Blois. − Qué buena noticia! Dice el señor de Saint−Rémy. Es un gran honor recibir a Su Majestad, aquí, en mi castillo. Luego el vizconde de Bragelonne deja Blois para ir a casa de su padre, Athos, conde de La Fère. − De dónde vienes tú, mi querido hijo? Pregunta Athos. − Del castillo de Blois, responde Raúl. − Has visto a Luisa? − Si, padre. − Tú sabes bien que yo no quiero que tu veas a esa joven chica! − Pero padre, yo amo a Luisa! − Cállate, Raúl. Yo no quiero que tu me hables de ella más. Olvídala. Ten, ven mejor conmigo a ver los nuevos edificios del palacio. Athos lleva a su hijo a ver los nuevos edificios que él ha hecho construir. Raúl está triste. Sin Luisa mi vida no tiene ningún sentido, piensa él. CARLOS DE INGLATERRA NECESITA AYUDA. Luis XIV y Mazarin están en Blois. Un visitante extranjero quiere ver al rey: es Carlos II, el hijo de Carlos I, rey de Inglaterra, de Escocia y de Irlanda. Carlos I le fue cortada la cabeza en 1649 bajo la decisión del Parlamento croupion (Parlamento de Grupa), dirigido por el puritano Oliver Cromwell. Su hijo Richard Cromwell le ha sucedido y ha dimitido en 1659. [(Carlos I: En 1625 se hace rey. Gobierna primero con el Parlamento, luego se hace muy autoritario. De 1629 a 1639 Carlos I gobierna sin el Parlamento y favorece a los cristianos Anglicanos (numerosos en Inglaterra). Los cristianos Presbiterianos (numerosos en Escocia) no están contentos. En 1639 Escocia se rebela. De 1642 a 1649 asistimos a la primera revolución de Inglaterra. Promovida por Cromwell, Carlos I es hecho prisionero (1645) luego es ejecutado (1649). Durante este tiempo, la guerra civil entre los anglicanos y los presbiterianos empezó de nuevo (1648−1649). De 1649 a 1658 Oliver Cromwell dirige el país.)]. 3

Estamos en 1660. La armada inglesa está ahora en las manos del general Lambert. Sus enemigos, los Escoceses, obedecen las órdenes del general Monck. Este último ha invadido Newcastle, puerto del noreste de Inglaterra. Su armada va a atacar pronto Londres puesto que los soldados de Lambert ocupan la ciudad. Carlos II exiliado en Holanda, actúa a escondidas para hacerse rey de Inglaterra. Necesita un millón de oro para corromper (sobornar) a uno de los generales y hacerse con un aliado con el fin de recuperar el poder. Viene a pedir la ayuda de Luis XIV y Mazarin. El cardenal lo rechaza, Luis XIV no puede hacer nada. − Cardenal, por qué rechaza ayudar a Carlos II? − Holanda protege al rey. El parlamento Inglés no está contento. − Si, y entonces? − Entonces Inglaterra va a declarar la guerra a Holanda. Sus soldados de infantería marina van a destruirse el uno al otro. − France tendrá así la marina más poderosa del mundo! − Lo habéis comprendido todo, señor. Mientras que Luis XIV dialoga con su ministro, Carlos II, desesperado, deja Blois. Acude a la casa de Athos, puesto que sabe que en otra ocasión éste último intentó ayudar a su padre. RECORDAR. Cuando Carlos II llega a La Fére, Athos está en el gran salón del castillo. − Señor cond, le dice él, yo soy Carlos II, hijo de Carlos Stuart, que ha reinado en Inglaterra y que fue matado en el cadalso. Soy muy desgraciado. Usted ayudó a mi padre el día de su muerte. Usted puede ser que podrá ayudarme, a mi también, pobre hombre condenado al exilio en Holanda. − Si, majestad, dice Athos. Pero que puedo hacer yo por usted? − En primer lugar, quiero agradeceros llamarme majestad, pero yo no soy todavía rey! Si estoy desesperado porque Mazarin y Luis XIV se han negado a prestarme el dinero que necesito para recuperar la corona de Inglaterra. − Majestad yo voy a ayudaros puesto que hice una promesa a vuestro padre. Escucha mi secreto: yo estaba bajo el cadalso cuando Carlos Stuart me dijo justo antes de su muerte: Me queda un millón en oro. Lo enterré en las bodegas del castillo de Newcastle. Usted solo, conde de La Fére, sabe dónde está este tesoro. Utilícelo para ayudar a mi hijo. Luego el rey de Inglaterra, vuestro padre me dijo:recuerda! Entonces hoy me acuerdo. Vamos a recuperar ese oro. Es suyo!. − Pero en este momento mi enemigo, el general Monck, ocupa ese lugar! Responde Carlos de Inglaterra. − Eh, eso no es nada (no pasa nada). Ese dinero es el vuestro. Vamos a recuperarlo. Luego Athos se dirige a Grimaud, su fiel servidor: − Grimaud, prepara nuestros equipajes, el tuyo y el mio, partimos inmediatamente a Inglaterra!.

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Carlos II mira a los dos hombres partir para Inglaterra, su querido país natal. Él tiene todavía esperanza. D´ARTAGNAN PRESENTA SU DIMISIÓN A LUIS XIV. D´ARTAGNAN, valiente Teniente de los mosqueteros del rey, en compañía de Athos, Aramis y Porthos, estaba de guardia cuando Carlos II fue a ver a Luis XIV. Escuchó el diálogo entre el rey y Mazarin. No está de acuerdo con el cardenal. Hay que decir que como su amigo el conde de La Fére, él trató de salvar a Carlos I de la pena capital en 1649. Piensa que Francia debe ayudar a su hijo Carlos II a devenir (llegar a ser) rey de Inglaterra, es por lo que quiere ir allá abajo para capturar al general Monck y vencer a Lambert. Pero para hacerlo d´Artagnan debe en primer lugar liberarse de sus obligaciones de mosquetero. Tiene que pedir una entrevista con el rey y la ha obtenido. − Majestad, señor Mazarin , me hizo nombrar capitán cuándo yo estaba e Inglaterra para servir a Francia, dice d´Artagnan. − Usted se engaña, usted no es mas que teniente, responde Luis XIV. − Mazarin me reanudó mi título de capitán cuando la paz volvió, reprocha D´Artagnan. − Voy a ocuparme de usted más tarde, dijo el rey. − Más tarde? Mordioux, no enseguida! Yo tengo 54 años ahora. El tiempo apremia, exclama el mosquetero. − Qué impaciencia!, exclama el rey. D´Artagnan estáenfurecido. − Yo quiero servir bien al rey pero no al cardenal, continúa el mosquetero. − Por el momento es el cardenal Mazarin quien tiene el poder, usted losabe bien! Dice Luis XIV enervado. − Si, Majestad. − Entonces, que quiere usted? Pregunta el rey. − Retirarme, Majestad. − Retiraros? Y si yo lo niego? − Yo no os obedeceré más! − Es así pues una amenaza! Entonces, retiraros, d´Artagnan. − Adiós Majesta. − Adiós, d´Artagnan. Usted ya no es mas mosquetero del rey. Eres libre! Luis XIV está enfurecido contra el antiguo mosquetero. D´ARTAGNAN RINDE VISITA A ATHOS, A ARAMIS, LUEGO A PORTHOS. 5

Ahora que él es libre, D´Artagnan debe encontrar el dinero para pagar una pequeña armada de soldados con el fin de ayudar a Carlos II a llegar a ser rey de Inglaterra. Deja Blois y va a la casa de Athos para pedirle prestado el dinero. Cuando llega al castillo de La Fére, un servidor exclama: − Señor D´Artagnan, Señor D´Artagnan! Oh, cuánto tiempo hace! − Mordieux, si, es cierto! Hace mucho tiempo que no vi a mi amigo el conde de La Fére, dice D´Artagnan. Está él allí? − No, se fue de viaje. − Estará él aquí mañana? Pregunta D´Artagnan. − No, ni mañana ni pasado. Su viaje va a ser largo. Partió con Grimaud, su viejo servidor. − Dónde han ido? − Yo no se, responde el criado. Decepcionado, d´Artagnan se va. Aramis es rico, él puede ser podrá ayudarle. Decide pues ir a verle a Herblay (Herblay se encuentra en el val−d´oise). Llegado al palacio de su amigo, escucha la voz de Bazin, el viejo servidor de Aramis. − Señor D´Artagnan, Señor D´Artagnan! − Si, buenos días mi querido Blazin, busco al señor d´Herbaly. − Es aquí donde Monseñor el Obispo vive. − Qué? Aramis es Obispo? − Si, usted no lo sabía? − Mordieux, no! Hace mucho tiempo que no lo he visto! Pero dónde está tu señor? − En Bretaña. Monseñor es Obispo de Vannes desde hace dos meses gracias a Fouquet. − ah? − Si, el Obispo de Vannes y el señor Fouquet son amigos. D´Artagnan está decepcionado: No ha podido resolver su problema. Necesita encontrar el dinero. − Prepara una habitación y comida. Tengo hambre y estoy cansado. − Enseguida, señor D´Artagnan. El antiguo mosquetero baja del caballo. Ahora Aramis escoge a sus amigos entre las gentes ricas y poderosas. Yo, yo soy viejo y pobre. Le interesaré todavía? Poco importa. Voy a ir a casa de Porthos. Él es bueno y va a ayudarme, piensa D´Artagnan.

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A la mañana siguiente d´Artagnan se levanta temprano. Parte a Pierrefonds. Después de haber pasado dos días a caballo, divisa el castillo de Porthos. Estamos en mayo, hace bueno y la naturaleza resplandece. Se aproxima al parque. Mousqueton, el servidor de Porthos está allí. Oh, Mousqueton eres tú? Ah, que buena hora! Es el señor D´Artagnan! Mousqueton, tu estás como Porthos, tu comes demasiado! Tu señor está siempre tan fuerte? Oh si! Sus piernas están débiles algunas veces, pero sus brazos están cada vez más fuertes! − Mordieux, que hombre! Está él aquí? Pregunta D´Artagnan. − No, señor de Vallon, no está aquí, responde Mousqueton. − Dónde está? − No lo se. Se fue a reunirse con el señor d´Herblay. No tengo suerte piensa d´Artagnan. Luego dice a Mousqueton que tiene hambre. − Venga entonces al castillo! Yo encargo su comida inmediatamente. Numerosos sirvientes preparan una mesa y una suntuosa comida. D´Artagnan come. La comida está excelente. Luego escoge una habitación y duerme. En sus sueños imagina a Aramis y Porthos en Bretaña. Pero que hacen? Puede ser que trabajen para Fouquet. Ellos ganan si duda mucho dinero! Ah como me gustaría tener los bolsillos llenos de oro a mi también! piensa d´Artagnan. Al dia siguiente, d´Artagnan parte para París. Yo no tengo familia, estoy solo. Mis amigos Athos, Aramis y Porthos están lejos. Dónde voy a encontrar el dinero? se pregunta d´Artagnan inquieto. Cuando llega a París, va a casa de su amigo Plancher para pedirle ayuda. Aforunadamente, Planchet está allí y le presta el dinero. Con este oro, d´Artagnan contrata una docena de hombres, va a Normandía donde alquila un barco de pesca y parte para Inglaterra con sus nuevos compañeros. SEGUNDA PARTE CARLOS II SE HACE REY DE INGLATERRA EN EL CAMPAMENTO DEL GENERAL MONCK En la costa inglesa, en Newcastle, el general Monck y sus hombres tratan de dormir antes de partir hacia Londres donde ellos deberán vencer a Lambert y sus soldados. Tienen hambre. De repente, se anuncia la llegada de pescadores franceses. Su barco está lleno de pescado pero quieren venderlo a Lambert. − Id a buscar a esos pescadores, dice el general Monck a sus soldados. Ellos regresan con doce pescadores franceses y su jefe. Este de aquí habla mal inglés.

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− Mordioux, dice el jefe de los pescadores que tiene un acento gascon, yo quiero vender estos pescados a Lambert pusto que él paga bien. Ustedes los escoceses sois muy avaros! − eh, bien, usted se equivoca. Nosotros no somos avaros. Nosotros os compramos estos pescados al precio que usted fije! Responde Monck. − En ese caso, son para vosotros, dice el jefe de los pescadores, satisfecho. − Ustedes son nuestros invitados. Esta noche, podrán dormir en el pueblo que está allí abajo, a lo largo de la costa, añade Monck. Los pescadores franceses van a instalarse en el pueblo. Durante ese tiempo, un soldado anuncia al general Monck la llegada de un aristócrata francés. − Vendadle los ojos y traedle aquí, ordena Monck a tres de sus soldados. Vuelven con el visitante. Le quitan su venda. El aristócrata francés se frota los ojos, luego se presenta. Habla perfectamente inglés. − General, yo soy el conde de La Fére. He auí mi espada. Es sin arma que yo me dirijo a usted. − He aquí una bella espada! La pongo sobre esta mesa. − Es la espada de un mosquetero, señor. Yo fui hecho caballero de la Jarretière por el rey Carlos I y recibí de Ana de Austria el cordón de San Esprit. − Todas mis felicitaciones! − Si, a menudo arriesgué mi vida por el rey de Francia. − Noble caballero de la Jarretière, a qué honor debo vuestra visita? − En 1648 vivía en Newcastle. Escondí dos barriles de oro en la bodega de una torre del castillo. − ah! Pero hace doce años de eso. Los barriles ciertamente han desaparecido! − No, yo los enterré. Yo quisiera recuperar este oro lo más rápido posible. − Le pertenecen. Si lo encuentra puede recuperarlo. − Gracias Monck. Athos parte en dirección del castillo de Newcastle, pero el general le detiene: − Caballero de la Jarretière, usted debe tener hambre. Quiere usted compartir conmigo este plato de pescado cocido que me han traido? Pregunta Monck. − Acepto con gusto! Responde Athos. Estoy entristecido, no hay vino, solamente cerveza. Buen provecho, señor conde! Gracias, buen provecho a usted también, Monck. 8

LA DESAPARICIÓN DE MONCK. Después de comer, los dos hombres deciden ir a buscar el tesoro. Es de noche. Monck y el conde de La Fére llegan a la torre del castillo y encuentran los dos barriles llenos de oro. El conde decide entonces contar al general la historia de ese oro. − Este tesoro pertenece a Carlos II, exiliado en Holanda, dice Athos. Debo devolverlo allí abajo. − Espere aquí. Necesito una semana aproximadamente para convencer a Lambert que una alianza es mejor que una batalla. Después usted podrá llevar este oro a Holanda. − Monck usted es un hombre extraño. Usted acepta que yo lleve este tesoro a Carlos II para que él tome el poder en Inglaterra! Pero Carlos II es vuestro enemigo! − No! Carlos II no es mi enemigo personal. Por el momento yo estoy al servicio del Parlamento y si yo combato a Lambert y Carlos II es porque el Parlamento me lo ha ordenado. Si un dia el Parlamento cambia de opinión y quiere que yo ayude a Carlos II a tomar el poder, yo lo haré. − Entonces acepto esperar algunos días aquí, dice Athos. − Usted verá , yo no tendre necesidad de hacer la guerra para ganar, afirma el general Monck. Estarde, Athos ayudado por dos oficiales al servicio de Monck carga los dos barriles en un coche de caballo y se dirige a la casa. Monck vuelve solo al campo. A la mañana siguiente, cuando Athos se despierta se da cuenta que ha olvidado su espada en casa de Monck. Regresa por tanto al campo. El oficial Digby, brazo derecho de Monck, ha ocupado la comandancia. Parece muy inquieto: el general ha desaparecido. Hace a Athos prisionero pues la desaparición de Monck debe quedar en secreto: si Lambert conoce esta noticia, va a atacar el campamento. EN HOLANDA Dos días más tarde, el jefe de los pescadores llega a Holanda, a el pueblo de Scheveningen, allí donde Carlos II está refugiado. Ha venido a hablar con el rey. El viejo Parry, servidor de Carlos I luego de Carlos II, va al encuentro de este desconocido. Pero no, no es un desconocido, es d´Artagnan! El viejo hombre está muy contento de volever a ver al antiguo mosquetero. Señor d´Artagnan me reconocéis? Parry, mi buen Parry, está usted bien? Lléveme a casa de tu joven señor. Parry presenta d´Artagnan a Carlos II. − Majestad, hice de Monck un aliado. Es poderoso. El parlamento tiene confianza en él. El os ayudará a llegar a ser rey de Inglaterra, aconseja d´Artagnan. − Tenéis razón d´Artagnan. Pero me está prohibido ir a Inglaterra!. − Majestad, no tiene necesidad deir a Inglaterra para rencontrarse con el general Monck, dice d´Artagnan. − ah, y por qué pues? Se asombra Carlos II. − Yo lo he traido hasta aquí. Mire está en la gran caja llena de hoyos, allí abajo, sobre el barco. 9

− Que lo traigan aquí! Ordena Carlos II. Los compañeros de viaje de d´Artagnan llevan la caja que parece verdaderamente pesada y frágil. D´Artagnan la abre. Monck sale. Está muy enfadado. − General, no he sido yo quien ha dado la orden de capturaros, dice Carlos II. Entonces, quien es responsable? Pregunta Monck. − Soy yo, señor! Responde d´Artagnan. − Usted, el pescador a quien yo acepté pagar muy caro esos pescados muy mediocres! Pero por qué habéis hecho eso? Pregunta Monck. − Para ayudar a Carlos II a llegar a ser rey de Inglaterra! − Creedme Monck, yo ignoraba el plan de d´Artagnan, dice Carlos II. Yo tenía otro proyecto. Ha visto usted al conde de La Fére? −Si. − Entonces usted sabe como yo pienso recobrar la corona de Inglaterra. − Si. De este sujeto os informo que el conde ha encontrado vuestro oro y lo puso seguro.. − Está bien Monck, dice Carlos II, está usted libre! Mientras que el general reposa un poco, Carlos II explica el proyecto de Athos a d´Artagnan. Luego a pesar de la noche Monck y d´Artagnan regresan inmediatamente para Inglaterra en un pequeño barco de pesca holandés. Entonces Athos estaba en Inglaterra cerca de mi, teníamos los dos el proyecto de ayudar a Carlos II, pero lo ignorábamos!. Es increíble! Monck parece verdaderamente estar muy enfadado contra mi. No le gustó en absoluto su viaje en barco, dentro de la gran caja. Yo lo comprendo..., piensa d´Artagnan. Después de dos noches y dos días de travesía, los dos hombres llegan al campamento del general Monck. Los soldados han prendido fuego a la casa de Athos para hacerle salir, puesto que ellos creen que él es responsable de la desaparición de su general. A pesar de las llamas, el conde permanece en el interior de sus cuatro muros y continúa tirando en todos los sentidos para impedir a los soldados entrar. Él protege los dos barriles de oro. D´Artagnan se precipita para salvar a su viejo amigo de las llamas. − Athos, Athos, soy yo d´Artagnan, no me mates! Salid de esta casa! Algunos minutos más tarde, Athos sale. Los dos amigos se comprometen entonces en un gran combate contra el fuego que ellos consiguen apagar. Ellos pueden al fin abrazarse. Luego el general Monck confía una misión a Athos. − D´Artagnan abraza a vuestro amigo y dile adiós, puesto que él debe partir inmediatamente para Holanda, dice Monck. El general coge papel y pluma, luego escribe algunas palabras y firma. Da enseguida la carta a Athos. − Conde de La Fére, usted va a partir con los barriles y esta carta a Holanda. Buen viaje! 10

− Gracias. Adiós señor, adiós d´Artagnan dice Athos saludando a los dos hombres. A la mañana siguiente, Monck y Lambert tienen una entrevista. Lambert dice que él prefiere una alianza a una batalla. Monck explica que necesita algunos días para reflexionar. Lambert acepta. La entrevista no ha aportado pues ninguna solución. Nada se ha firmado: ni tratado ni batalla. Los soldados de Lambert comienzan a perder la confianza en su jefe. Son cada vez más numerosos los que se sienten atraídos por el general Monck, que defiende al Parlamento y alimenta bien a sus soldados. Algún tiempo más tarde, sus hombres desertaron, Lambert se encuentra solo. Decide huir. Monck llega triunfante a Londres con numerosos soldados, tan bien que el Parlamento cree que el pueblo eligió a este general como protector. Sus deseos serán pues sus ordenes. Es así que cuando Monck declara que Carlos II debe tomar el poder en Inglaterra porque ese país tiene necesidad de un rey, el Parlamento está de acuerdo. Cuando Carlos II está de vuelta, algunos días mas tarde, en su país, el pueblo le acige con alegría y entusiasmo. Hurra por el rey Carlos II! Hurra por el capitán Monck. Es en medio de estos gritos que Athos y d´Artagnan se rencuentran por segunda vez. − D´Artagnan mi amigo, mi querido amigo, exclama Athos conmovido. − El destino nos reúne pues de nuevo. Que alegría, mi Dios, que alegría! Responde D´Artagnan. Y ellos van a tomar una copa a la Corne du Cerf. Los tres mosqueteros y D´Artagnan durmieron en ese hotel el 30 de enero de 1649. − Mordieux! Que de recuerdos! Nuestra juventud! Dice d´Artagnan. ATHOS ACEPTA LA BODA DE RAÚL CON LUISA Durante ese tiempo, en Francia, Raúl está siempre enamorado de Luisa de La Vallière y se cree amado por la joven chica. Es así que a su vuelta de Inglaterra. Athos se rencuentra cara a su hijo que le pide permiso para casarse con Luisa. El padre vacila puesto que no confía en las mujeres: Milady le traicionó en otro tiempo. − Querido Raúl, yo pienso que esta chica es frágil y resulta que el rey tiene mucho encanto...Raúl tengo miedo por ti. En la corte las mujeres no son fieles. La corte corrompe los corazones y los espíritus más puros! − Pero padre, Luisa no es una mujer como las otras. Yo la conozco bien. − Raúl mi querido hijo, no puedo negarte más. Tu sabes cuanto te quiero y veo que estás muy enamorado de Luisa de La Vallière. Entonces eso será si. Tu puedes desposar a esta mujer si el rey te da la autorización. Pero tengo miedo, Raúl, tengo miedo por ti. Yo siento que tu vas a sufrir a causa de ella, mi querido hijo. El conde sw La Fére acepta pues que Raúl se case con Luisa de La Vallière. Ahora hace falta que el rey de, él también, su acuerdo puesto que Raúl es mosquetero y todo mosquetero tiene por jefes a Dios y al rey. TERCERA PARTE LUIS XIV SE HACE REY. 11

EL REY Y LAS MUJERES. Cuando Luis XIII muere en 1642, Luis XIV no tenía más que cinco años. Era demasiado joven para gobernar. En realidad, es el Ministro, el rico y malo cardenal Mazarin quien dirige el país desde 1643. En 1660, Luis XIV tiene 22 años, sin embargo el cardenal Mazarin ostenta el poder. El joven rey está enamorado de la bella María Mancini, sobrina del cardenal. Pero debe renunciar a este amor puesto que Mazarin se opone a su boda. Triste pero buen diplomático, Luis XIV desposa a su Majestad la infanta María Teresa. Gracias a este matrimonio, España y Francia tienen ahora un lazo de familia y buenas relaciones diplomáticas. Algunos meses mas tarde, el 9 de marzo de 1661 Mazarin muere. El 10 de marzo de 1661, Luis XIV tiene por fin el poder. El rey olvida enseguida a María Mancini. Le gustan las mujeres y son numerosas en la corte. Aprecia particularmente a Luisa de La Vallière que el vizconde de Bregelonne quiere desposar. Ana de Austria y la nueva reina la infanta María Teresa, quieren impedir toda aventura amorosa entre Luis XIV y Luisa de La Valliére. Pero el joven rey consigue a pesar de todo visitar a la joven muchacha que, después de haberle reconocido su amor, se tumba inanimada. El le coge las manos, la despierta y la aprieta contra su corazón. − Yo os amo, señorita, Luis os ama! El la abraza y promete protegerla. La entrevista ha sido breve, pero una pasión amorosa ha tenido tiempo de nacer entre estos dos seres. CUANDO EL AMOR NO ES MÁS QUE DOLOR. Athos tenía pues razón: elegir desposar a la señorita de La Vallière era un error. En efecto cuando Raúl fue a la Corte a pedir al rey una autorización para su matrimonio con Luisa, he aquí que él opuso su negativa y envió a Inglaterra al joven mosquetero convertido en su rival en el amor. Pero después de haber pasado numerosos meses en el reinado de Carlos II, Raúl está agotado. Vuelve a escondidas algunos días a Francia para volver a ver a Luisa de La Vallière que le reconoce que ella ama al rey. − Tú me amabas, tu estabas segura de quererme, Raúl, entiende que yo, yo..., dice Luisa. − Entiendo que tu, tu me dijiste que me amabas entonces tu estabas enamorada de otro hombre! − Por desgracia! Si, exclama la joven chica. Si, yo amo a ese otro hombre, con todo mi corazón. Estoy dispuesta a darle mi vida!. − Olvídales! − No, yo no quiero olvidarlo. Yo sólo quiero amarlo a él, dice ella con pasión. Todas estas palabras son como puñaladas que desgarran el corazón de Raúl. − Luisa, hoy soy un hombre muerto el que tienes delante de ti. Nosotros no nos volveremos a ver más en el mundo, dice Raúl desesperado.

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Luisa se desvanece. Raúl llama a Olivian, el lacayo. − Coged a esta joven dama y llevarla a su silla que espera en la puerta. Adios luisa, adiós mi querido y tierno amor. EL FIN DE UN MOSQUETERO. Athos no quiere más que Luis XIV obligue al vizconde de Bragelonne a vivir en Inglaterra. Decide ir a ver al rey para pedirle que acepte la boda de Raúl con Luisa de La Vallière. Majestad yo os suplico, dejad que Raúl se case con Luisa! No, Luisa es mia! Entonces Majestad os habéis convertido en mi enemigo. Yo no quiero ser más vuestro mosquetero. Athos rompe su espada con su rodilla, saluda al rey luego parte. Él ya no es más mosquetero del rey. Luis XIV está enfurecido. Se siente humillado. UNA CENA IMPREVISTA. Habiendo perdido un fiel servidor en la persona d Athos, el rey desea que d´Artagnan esté de nuevo a su servicio. Para convencerlo, le propone ser el capitán de sus mosqueteros. D´Artagnan acepta pues sueña llegar a ser mariscal de Francia y, para eso, necesita primero ser capitán. Decidido a vengarse de la afrenta que le hizo Athos, el rey envía a d´Artagnan, su nuevo capitán de los mosqueteros, a capturarlo para encerrarlo(hacerle prisionero) en la Bastilla. D´Artagnan obedece. Arresta a su amigo, pero prepara un plan para ayudarlo a huir luego a Havre en Inglaterra. Athos rechaza el plan. Quiere ir a prisión. − Yo no soy un cobarde, dice él. D´Artagnan, que tiene un espíritu vivo, encuentra inmediatamente un segundo plan para evitar la prisión de Athos. Pero esta vez, no dice nada a su prisionero que lleva a la Bastilla, en casa del gobernador del lugar, el bravo Baisemeaux. Allí encuentra por maravilloso azar a Aramis, venido en carroza para visitar a un prisionero muy secreto. Aramis y Baisemeaux van a sentarse a la mesa alrededor de una comida excelente cuando d´Artagnan y Athos entran en el comedor. − Señor de Baisemeaux, se acuerda usted que me había invitado a comer? Pregunta d´Artagnan. − Oh, si! Yo tengo verdaderamente mal la memoria, perdonadme. Siéntese, yo le hago traer un cubierto, responde Baisemaux todo confuso. − Gracias, querido gobernador. Por el momento sólo Athos va a sentarse con ustedes pues yo debo priemro ir a casa del rey. Tengo un asunto urgente que arreglar. Estaré de vuelta para el postre. Buen provecho, señores! Dice d´Artagnan saludando a sus amigos. La comida es deliciosa. Aramis y Athos cambian impresiones muy educadas pero no dan ninguna explicación 13

sobre su presencia un poco extraña en la Bastilla. CUARTA PARTE TODO VA MAL! SALVAR A D´ARTAGNAN A TODA COSTA. Mientras que los invitados saborean sus deliciosos alimentos, d´Artagnan llega al Louvre, a casa del rey. − El conde de La Fére está en la Bastilla? Pregunta el rey. − Si, Majestad, responde d´Artagnan. Yo le he propuesto huir a Inglaterra pero ha rechazado! − Qué? Habeís querido desobedecer al rey! Abusas de mi paciencia, exclama Luis XIV. − No Majestad, yo vengo a hacerme arrestar. − Y Por qué? − Yo quiero estar con Athos para que no se aburra más, dice d´Artagnan. El rey parece irritado. Toma entonces una pluma para escribir la orden de arrestar a d´Artagnan. Aquí se rebela: − Majestad, elegid! Quiere usted dos amigos a dos esclavos? Quiere usted soldados valientes o marionetas que tienen miedo de usted? Los hombres sinceros y desafiantes como el conde de La Fére y yo, usted debería conservarlos! Si usted no quiere más la verdad, entonces usted es un mal rey! El rey está lívido. D´Artagnan pone su espada sobre la mesa. Luis XIV la rechaza brutalmente. La espada yace en el suelo. Majestad, habeís deshonrado mi espada. Yo prefiero la muerte al deshonor! El mosquetero se precipita entonces sobre su espada para suicidarse. El rey se lo impide. Muy conmovido y completamente emocionado, Luis XIV escribe algunas líneas sobre un papel y firma. − Qué habéis escrito, Majestad? Pregunta d´Artagnan. − Que el conde de La Fére es libre! Respone el rey. D´Artagnan recobra por fin la calma, besa la mano real, luego se va. Luis XIV se queda solo. No yo no soy un mal rey, pero yo soy todavía un niño, piensa él. El buen caballero d´Artagnan recorre rápidamente la distancia que sepaea elLouvre de la Bastilla. Eso le permite mantener su promesa. En efecto, cuando llega a la prisión, Athos, Aramis y Baisemeaux se disponen a comer el postre. ATHOS ESTÁ LIBRE PERO TRISTE. − Ah, d´Artagnan, cumple siempre sus promesas! Llega para el postre, dice Baisemeaux lleno de admiración. 14

− Lo intento, Baisemeaux, lo intento, responde el mosquetero. Él da unprimer papel a Baisemeaux que lo lee: − Orden del rey de guardar al conde de La Fére como prisionero en la Bastilla... Oh, mi Dios, señor conde! Bien, ahora lee el segundo papel. − Orden del rey de poner inmediatamente al señor conde de La Fére en libertad. Ah, yo quiero mejor esta! Que el rey me deja en libertad? Si, el rey hace todo lo que yo quiero!. Ahora Athos puede escoger entre dar las gracias al rey o retirarse a su castillo de La Fére, a orillas del Loira. − Yo no pediré jamás perdón al rey porque ha hecho a mi hijo desgraciado, dice Athos. Vamos a mi casa, querido d´Artagnan. Y tu Aramis, vienes con nosotros? La Fére está en el camino de Vannes. − No, responde Aramis, tengo una recepción en París esta tarde. D´Artagnan y el conde de La Fére se alejan. En realidad Aramis tiene proyectos muy ambiciosos. Para realizarlos, debe encontrar a un prisionero muy particular, un tal Felipe. LUIS XIV EN PRISION. Con la ayuda de Baisemeaux, Aramis rinde visita al misterioso prisionero de la Bastilla que se llama Felipe. El Obispo de Vannes conoce un terrible secreto: el 5 de septiembre de 1738, no nació un hijo de Luis XIII y Ana de Austria, sino dos. Luis XIV tiene un hermano gemelo. Se llama Felipe. Vive en prisión puesto que el pueblo debe ignorar su existencia. Francia no puede tener dos reyes. Entonces para convertirse en ministro del Rey, el ambicioso Aramis quiere ayudar a Felipe a tomar el lugar de Luis. Con la ayuda de Porthos, aprovecha una fiesta organizada en casa de Fouquet para hacer salir a Felipe de prisión, capturar a Luis XIV y remplazar a Luis por Felipe. Es fácil puesto que los dos hermanos se parecen mucho: tienen los mismos rasgos en la cara y la misma altura! Luis XIV se encuentra pues en la Bastilla, en la prisión de Felipe, mientras que el de aquí tiene semblante de ser el rey de Francia. Fouquet es sin duda responsable de mi rapto. Él lo ha organizado todo. Me ha enviado a prisión para tomar el poder! Piensa el rey. Pero Luis XIV se equivoca: el ministro de finanzas es inocente. Sólo el obispo de Vannes es culpable. De vuelta a los lugares de la fiesta, Aramis cuenta su secreto a Fouquet. Este de aquí no está de acuerdo con la estratagema del mosquetero. Está furioso: prohíbe a Aramis permanecer en Francia, excepto en la Belle−île. Fouquet se precipita entonces a la Bastilla para liberar al rey que grita después de demasiadas horas en 15

prisión: − Yo soy el rey Luis XIV. Yo soy el rey, liberadme! Abrid esta prisión! Fouquet me ha enviado a prisión, pero soy yo el rey! El guardián piensa que este prisionero ha perdido la razón. En efecto, Luis XIV se agita tanto en la celda que todas sus vestimentas están desgarradas. Cuando Fouquet le abre la puerta, el rey está sorprendido: Entonces, no es el superintendente de finanzas el que me ha enviado a prisión! Yo no comprendo, se dice. Fouquet libera al rey. LA MÁSCARA DE HIERRO. Fouquet y d´Artagnan devuelven a Luis XIV a Vaux−le−Vicomte. Los tres hombres entran en la habitación dónde Felipe tiene semblante de ser el rey. D´Artagnan, que está al servicio de Luis XIV, arresta a su hermano gemelo. − Perdonadme, pero yo estoy al servicio de vuestro hermano, dice d´Artagnan. − Comprendo, responde Felipe. − Estoy entristecido, Monseñor, pero vuestro hermano es mi invitado, añade Fouquet. − Mis amigos, yo soy vuestro prisionero, comprueba Felipe con resignación. Cuando Luis XIV sabe que Aramis es responsable del complot y de su estancia en prisión, le condena inmediatamente a abandonar Francia. Enseguida ordena a d´Artagnan transportar a Felipe a la isla Santa Margarita. Este prisionero deberá llevar una máscara de hierro todo el resto de su vida. D´Artagnan le cuida y tiene piedad de él. QUINTA PARTE NADA DE MEJORÍA! FOUQUET EN PRISION. Fouquet, el rico y poderoso superintendente de finanzas ama la literatura. El poeta Jean de La Fontaine y el escritor Molière son sus amigos. Él se interesa por la arquitectura y el arte en general. Adora las fiestas y la buena cocina:el célebre Vatel es su maître de hotel. Él ha hecho construir el magnífico castillo de Vaux−le−Vicomte cerca de París. Con la ayuda de Aramis y de Porthos, él ha hecho fortificar la Belle−île, el escondite del rey, con el dinero del Estado. Si un dia él se opone al rey, podrá ir a esta isla bien protegida contra todo ataque. Celoso del poder de Fouquet, Colbert dice al rey: − Majestad, desconfiad del señor superintendente. Es vuestro enemigo. Fouquet comprende rápido que el rey desconfía de él. Entonces para recuperar su confianza y su amistad, le da Belle−île. Pero a pesar de ese magnífico regalo, Luis XIV todavía desconfía, ese es el porqué hace regresar a d´Artagnan a París para algunos días y le ordena arrestar al superintendente de finanzas. El capitán de los mosqueteros tiene mucho respeto y amistad con este hombre, pero debe obedecer al rey. Tiene que meter a Fouquet en prisión para el resto de su vida. El plan de Colbert tuvo éxito. El se hace controlador general de las finanzas. D´Artagnan, en cuanto a él, se va 16

de nuevo a la isla Santa Margarita a vigilar al prisionero. LA HUÍDA DE BELLA ISLA Después del fracaso de la toma de poder por Felipe, el hermano gemelo de Luis XIV se convirtió en el hombre de la máscara de hierro, Aramis y Porthos se escaparon rápidamente de Vaux−Le−Vicomte para ir a casa de su amigo el conde de La Fére. Allí se encontraron con Raúl y su padre. Aramis le cuenta la historia del prisionero Felipe. El mal está hecho. Qué vais a hacer ahora? Voy a ir a España con Porthos. Luego él añade a escondidas de Porthos. − Debo protegerle, es tan ingénuo! − Id a Bella Isla, aconseja Athos. Yo estoy seguro que la guerra entre Francia y España va a estallar a causa de Felipe. Es normal puesto que sería justo queLuis XIV compartiera el poder con su hermano! El conde de La Fére da algunos pasos luego se vuelve y se dirige a Aramis. Aramis, huye inmediatamente con Porthos. El rey piensa que vosotros dos sois sus enemigos! Si, vamor a ir a refugiarnos en Bella−Isla. Aramis ha participado en la fortificación de esta isla. La conoce bien. Y luego piensa que el rey no atacará sin la firma de Fouquet! En efecto, el obispo de Vannes no sabe que Bella Isla pertenece ahora al rey y que el superintendente de Finanzas no puede ayudarles más puesto que está en prisión. LA ÚLTIMA CARTA Habiendo perdido toda esperanza de ser amado por Luisa y después de haber pasado algún tiempo en casa de su padre, en lugar de volver a Inglaterra, Raúl elige ir a hacer la guerra en Argelia con el señor de Beaufort. Él no está más al servicio del rey pero si de Dios. − Raúl, irás a todas las islas que van a lo largo de la costa de Toulon a Antibes para contratar hombres, ordena el duque de Beaufort. − Yo me voy contigo, dice Athos a su hijo. El conde de La Fére y el vizconde de Bragelonne atraviesan toda Francia. Después de quince días de viaje, llegan a Toulon. Un pescador les informa que un hombre ha ido a la isla de Santa Margarita. Puede ser d´Artagnan, piensa Athos. El padre y el hijo llegan a la isla de Santa Margarita. Allí los soldados de Luis XIV les arrestan para fusilarlos. − Deténgase, mordieux, no dispare! Grita d´Artacan. No maten a estos dos hombres! Que habéis venido a hacer a las islas de Lérins? Pregunta ahora el capitán de los mosqueteros a sus dos amigos. − Deciros adiós, responde Raúl.

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− Tu partes con el señor de Beaufort? Pregunta d´Artagnan. − Si, adivináis todo! − Es una costumbre, responde d´Artagnan. Raúl se aleja de los dos hombres para meditar un poco. Athos, por qué le dejar partir? Por qué no te vas con él? Él va a morir, yo lo se, y yo no quiero verlo morir. Mírale. Está totalmente triste!. Raúl se aproxima a d´Artagnan. − D´Artagnan, dice él, he aquí una carta que darás a Luisa si yo muero. D´Artagnan muy emocionado lee la carta que se termina así: Señorita, en lugar de maldecirla, yo os amo y yo muero. D´ARTAGNAN NO PUEDE AYUDAR A SUS AMIGOS Aramis y Porthos han escuchado los consejos de Athos, han ido a refugiarse a la Bella Isla. Los soldados del rey están en sus puestos. En efecto, para estar seguros de que monseñor d´Herblay y su amigo guardan el secreto sobre la existencia del hermano gemelo del rey, Ana de Austria, Colbert y Luis XIV quieren su muerte. Entonces cuando los antiguos mosqueeros vieron llegar a lo lejos los barcos transportando soldados, comprenden que están en peligro. − Estamos perdidos!, dice Porthos. Desgraciadamente a pesar de que d´Artagnan quiere hablar con sus dos amigos, el oficial le detiene. Le prohíbe igualmente dar órdenes a los soldados. El capitán de los mosqueteros no puede pues ayudar a Porthos y Aramis. Furioso y hecho inútil, parte a presentar su dimisión a Luis XIV. Deja inmediatamente la isla para ir a la casa del rey. Durante ese tiempo, el nuevo jefe militar da la orden de atacar Bella Isla. D´Artagnan escucha los cañonazos a lo lejos. Qué horror! Yo no puedo hacer nada para ayudar a mis dos amigos! piensa él. El combate ha comenzado en Bella Isla. − A las armas! Gritan Aramis y Porthos. SEXTA PARTE ADIOS, QUERIDOS MOSQUETEROS! EL REY RECHAZA LA DIMISIÓN DE D´ARTAGNAN. Después de algunos días de viaje, d´Artagnan llega por fin a París donde ha venido a presentar su dimisión al rey porque él ha hecho prohibir ir en ayuda de Aramis y Porthos. Luis XIV acepta recibirlo:

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− Y bien, d´Artagnan que tienes que decirme? Pregunta el rey. − Majestad, yo vuelvo de Bella−Isla. Porthos y Aramis son mis amigos, yo quiero ayudarles pero usted me lo prohíbe! Yo quiero por ello dimitir, responde d´Artagnan. − Pero esos son los enemigos del rey! Ellos deben morir! Es curioso, venís a presentarme vuestra dimisión cuando yo pensaba justamente nombraros pronto mariscal de Francia, recplica el rey. Qué daño! − Majestad, habéis dicho mariscal de Francia? − Si, d´Artagnan. D´Artagnan sueña llevar el título de Mariscal de Francia desde siempre, pero la vida de sus amigos es más importante todavía que la realización de su sueño. − Majestad me gustaría estar a vuestro servicio pero yo no podría hacerlo mas que si usted me deja ayudar a Aramis y Porthos a dejar Francia. Yo os prometo que no tendréis nunca más que oir hablar de ellos. Pensando que sus soldados ya han matado a los dos antiguos mosqueteros y queriendo mantener a d´Artagnan a su servicio, el rey acepta hipócritamente esta proposición. Es pues con el corazón lleno de esperanza que d´Artagnan vuelve a Bella Isla. LA MUERTE DE PORTHOS Mientras tanto, los combates continúan en la Bella Isla. Aramis y Porthos luchan con mucho ardor y coraje. Ellos consiguen escaparse y esconderse en la gruta de Locmaria. Pero los perros de los soldados los tienen controlados. Afortunadamente, los amigos bretones de Aramis, que se han escondido con ellos también en la gruta, llegan a atrapar a los animales y a matarlos a cuchilladas. Es una verdadera carnicería!. De repente los soldados del rey entran por la espalda. Aramis y Porthos tiran. Diex de ellos mueren. Para librarse del resto de los soldados, deciden recurrir a la dinamita. Porthos sitúa los palos en algunos lugares estratégicos del interior de la gruta, luego después de haber encendido la mecha, parte enseguida a meterse en el refugio. Pero he aquí que de repente se para. Sus piernas no quieren más llevarlo. Él no puede caminar más. Qué le pasa a él? Es porque es viejo que no tiene más fuerza? Mi dios! Y la dinamita que va a explotar enseguida! Avanza Porthos, avanza! Yo no puedo caminar más! De pronto las rocas explotan y caen sobre el gigante inmóvil. No! No! El obispo de Vannes corre hacia su amigo. Es demasiado tarde: Porthos está muerto. Desgraciadamente, Aramis no puede quedarse más para ocuparse de su amigo muerto. Debe tomar un barco con el fin de huir inmediatamente con la esperanza de encontrar refugio en España. LA MUERTE DE ATHOS Y DE RAÚL

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A algunos cientos de kilómetros de allí, Athos que ignora lo que ha pasado en Bella Isla, está extremadamente triste. Su hijo está lejos, en Argelia. El viejo hombre está agotado, rechaza todo alimento. Tiene fiebre. Pero mientras que Raúl viva, Athos seguirá viviendo. El padre quiere sobrevivir para ayudar s su hijo que el destino ha golpeado duramente. Un día de fiebre muy alta, tiene una visión: cree ver a Raúl que le comunica que Porthos está muerto. Algunas horas más tarde, Athos recibe una carta de Aramis. Ella confirma su visión: Porthos ya no es más de este mundo, está muerto! Entonces, querido Raúl adorado, nos comunicamos con el pensamiento se dijo el viejo conde. Esa misma tarde, Athos tiene otra visión. Está en Argelia en un campo de batalla. Todos los soldados franceses están muertos, tumbados en el suelo, salvo su hijo. De repente, imagina a Raúl, de pie, una espada rota en la mano. Cuando trata de tocarlo, el joven hombre se eleva al cielo como un ángel. Invita a su padre a venir con él. Qué? Raúl no es más que un fantasma? Su espada rota significa que el joven mosquetero del rey está muerto?, se pregunta el conde de La Fére, agotado. Entonces se despierta. Su fiel servidor Grimaud entra de pronto en la habitación llorando: Raúl está muerto. Esa pesadilla. Entonces eras tu, mi hijo? Una hora más tarde, Athos sintiendo su fin llegar exclama: Raúl, mi hijo, mi amor, he aquí yo. Y la dulce mirada de Athos se apaga tranquilamente para la eternidad. LUISA TIENE PENA Algunos días más tarde, d´Artagnan conoce la muerte de Raúl y de Athos. Siente entonces un terrible dolor. Raúl representaba el hijo que nunca tuvo y Athos era su amigo preferido. Ahora él está solo. Se acuerda entonces que le queda una misión que cumplir: dar la carta de Raúl a Luisa. D´Artagnan se dirige a la corte del rey. Reconoce a la joven mujer. Cómo ha cambiado! Su rostro está marcado por el dolor. Cuando reconoce a d´Artagnan corre a su encuentro. − D´Artagnan, es horrible! Exclama Luisa. − Si, es horrible! Dice d´Artagnan. Se aproxima a ella y le da la carta de Raúl. − Raúl me había encargado daros esta carta. Luisa abre la carta y la lee. Llora. Es mi culpa, es mi culpa! Luisa se siente culpable de la muerte del joven hombre. Ella llora. Raúl era tan bueno, tan perfecto y él la amaba, ella que Luis XIV la abandona ahora. En efecto, en lo sucesivo es la señora de Montespan a la que el 20

rey prefiere. La joven mujer está desesperada pero acepta su dstino. Yo merezco estas torturas. Yo soy culpable de la muerte de Raúl y de la muerte de Athos, su padre. Dios debe pues castigarme doblemente, piensa ella. LA MUERTE DE D´ARTAGNAN Algunos años pasaron después de la muerte de Raúl y de Athos. Aramis vive siempre en España. Él se ha convertido en el duque de Alameda. Un día, d´Artagnan recibe una invitación para cenar en la casa del rey con Colbert y el duque de Alameda. Llega a la corte, el capitán de los mosqueteros está feliz de descubrir que ese duque no es otro que su viejo amigo Aramis. Organizando esta cena, Colbert quiso mostrar a d´Artagnan que el rey había cumplido en parte su promesa: cierto, Portos murió en Bella Isla pero Aramis, él, está siempre vivo. En la mesa se discute de política: Francia va a hacer la guerra a Holanda. − Inglaterra nos ayuda, dice Colbert. − Y yo, yo estoy seguro que España es neutra, añade Aramis. − Tu eres un buen espía, Aramis! − Gracias, señor Colbert. − Tengo que preguntaros una cosa, Señor Colbert. − Qué quiere usted, señor d´Artagnan? − Yo quiero que el rey me de por fin el título de mariscal de Francia! Responde el capitán de los mosqueteros. − Si, d´Artagnan, está prometido. A la mañana siguiente, antes de partir a Madrid, Aramis hace una visita a d´Artagnan. − Mi amigo, mi amigo tan amado, nosotros no somos más que dos! Yo soy viejo, la muerte esta´próxima. − No, Aramis, hace falta que vivas, puesto que Francia necesita diplomáticos como tu! Yo, yo soy soldado, el honor me condena a morir un día por mi rey. Algunos meses después de esa cena, d´Artagnan está en Holanda. Su ejército gana numerosas batallas. Entonces, para agradecerle todas sus victorias, un mensajero del rey le lleva por fin un cofre lleno de oro y el bastón de mariscal de Francia. Contento, el capitán de los mosqueteros coge el cofre con sus manos, lo mira sonriendo, luego lo deja en la tierra y aprieta muy fuerte el bastón de mariscal sobre su corazón. La alegría le ha hecho olvidar el peligro. Entonces, el enemigo está allí, vigilante. De pronto una bola de cañón estalla a sus pies, d´Artagnan cae cubierto de sangre. Athos, Porthos, yo llego! Aramis, adiós! El valiente mariscal de Francia ha muerto en la guera. Es como héroe y fiel a su rey como se reúne con Athos, Porthos y Raúl. Aramis, adiós! El valiente mariscal de Francia ha muerto en la guera. Es como héroe y fiel a su rey como se reúne con Athos, Porthos y Raúl.

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Raoul, vicomte de Bragelonne, fils d´Athos et de Milady est mousqueteire du roi de France Louis XIV. Il aime Louise de la Vallière mais son père ne veux pas cet amour. Charles d´Angleterra demande l´aide a Luis XIV et Mazarin pour reprendre le pouvoir de l´Angleterre. Mais ils refusent. Alors el demande l´aide de Athos un vieux ami de son pére, mousquetaire de Louis XIII et maintenant Louis XIV. Áthos décide de aider lui à trouver l'or et récupérer le puissance.D´Artagnan donne sa démission à Louis XIV parce que le roi ne veut pas devenir lui capitaine des mosquetaires. Puis il rend visite à Athos, à Aramis et à Porthos, mais aucun d'eux n'est dans chez leurs. D´Artagnan obtient de l'argent pour aider à Charles II, et il part pour l´Anglaterre. Lá avec l´aide de Athos convainquent Monck pour signer la paix, et ils récupèrent l'or. Charles II deviant roi d´Angleterre. Finalement Athos accepte le marriage de sonfils avec Louise. Mais le roi aime beaucoup les femmes, toutes les femmes, aussi Louise et il s'est opposé à la pétition, envoyant en Angleterre a Raoul. Athos ne veut plus être son mousquetaire. Le roi envoie D´Artagnar pour l´arrêter et l´emprisonner. Ce mousqueteire réussit à convaincre le roi pour laisser Athos libre. Pendant ce temps Aramis, l´évêque de Vannes, anxieux de puissance, connaît un terrible secret: Louis XIV a un frère jumeau quis´appellePhilippe et il vit en prison a la Bastille. Or, pour devenir ministre du roi Aramis veut aider Philippe á prendre la place de Louis. Plus tard Fouquet, le ministre des finances, libère le roi. Avec l´aide de d´Artagnan arrêtent Philippe, ils le portent à l´île Sainte− Marguerite, avec a masque de fer pour tout le reste de sa vie. À Vaux−le−Vicomte se retrouvent Raoul, Athos, Aramis et Porthos. Athos conseille à ses amis qu'ils partent à Belle−îlle. À Sainte− Marguerite Athos et Raoul se trouvent avec D´Artagnan, Raoul, il lui donne une lettre pour luisa s'il meurt. D´Artagnan essaie d'aider ses amis Porthos et Aramis qui sont à Belle−îlle combatent les soldats du roi qui veulent leur mort. Mais il ne peut pas rien faire pour les aider. Porthos meurt par suite de la dynamite explosée. Aramis réussit à fuir à l´Espagne. Athos voit en rêvant la mort de son ami Porthos et aussi la mort de son aimé fils Raoul, une heure plus tard il meurt. D´Artagnan s'informe de la mort du père et du fils et décide de remettre la lettre de Raoul à Luisa. Elle a du chagrín, le roi l'a abandonné d'une autre femme, et Raoul et son pére sont morts: elle pense qu'elle est coupable. Finalement d´Artagnan meurt dans le domaine d'une bataille après avoir reçu la nouvelle du roi d'avoir été nommé maréchal de France. Son rêve s'est accompli avant de mourir!

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