Entre bobos anda el juego, historia textual 1

CRITICÓN, 110, 2010, pp. 201-216. Entre bobos anda el juego, historia textual1 Milagr o s R o d r ígu ez C ácer es F elip e B. P ed r aza J imén ez

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CRITICÓN, 110, 2010, pp. 201-216.

Entre bobos anda el juego, historia textual1

Milagr o s R o d r ígu ez C ácer es F elip e B. P ed r aza J imén ez Universidad de Castilla-La Mancha

M ul t i p l i c i d a d d e e d i c i o ne s

Sin duda, Entre bobos anda el juego es una de las comedias españolas más reiteradamente impresas. Estamos por decir que su éxito editorial excede sus méritos artísticos y su vigencia, aun siendo una pieza estimable y el modelo canónico de la comedia de figurón. Por complejas razones históricas, que hemos tratado de esbozar en otros lugares 2, Entre bobos se convirtió en una obra de referencia, y ha sido siempre objeto de especialísima atención por parte de los editores. Estamos dando los últimos retoques a un dilatado trabajo de edición y anotación de la comedia que verá la luz, Deo volente, en el tomo IV de las Obras completas de Francisco de Rojas Zorrilla, que en la actualidad prepara el Instituto Almagro de teatro clásico. Para fijar el texto crítico y perfilar su compleja historia, hemos manejado un total de treinta y tres impresos, cuya descripción sumaria, con las siglas que identifican a cada uno de ellos, es la siguiente: P1

Segunda parte de las comedias de don Francisco de Rojas Zorrilla , Madrid, María de Quiñones, 1645, ff. 43r-63v.

1 Este trabajo es fruto de la investigación que viene desarrollando el Instituto Almagro de teatro clásico. Se incluye dentro de los proyectos FFI2008-05884-C04-03 (I+D) y CSD2009-00033 (Consolíder), aprobados por el Ministerio de Ciencia e Innovación. 2 Por ejemplo, en el prólogo a la edición crítica de Entre bobos anda el juego que incluirá el tomo IV de las Obras completas de Rojas Zorrilla que prepara el Instituto Almagro de teatro clásico. Véase también Pedraza (2008).

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D P2 S1 S2 S3 S4 G CO Tt

L B

Ts CC PV RM CU Al IA Au Mo Te JM Nc

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Parte 57 de doce comedias nuevas de diferentes autores, Valencia, Juan Sonsoni, 1646, 16 ff. sin numerar. Segunda parte de las comedias de don Francisco de Rojas Zorrilla, Madrid, Lorenzo García de la Iglesia, 1680, ff. 42v-62v. Num. 177. Comedia famosa, Entre bobos anda el juego, s. l., s. i., s. a., 23 h. 3 Núm. 170. Entre bobos anda el juego, y eran todos fulleros. Comedia famosa, Sevilla, José Antonio de Hermosilla, s. a., 32 pp. Núm. 55. Comedia famosa. Entre bobos anda el juego, Don Lucas del Cigarral , Madrid, Antonio Sanz, 1750, 18 ff. Núm. 201. Comedia famosa. Entre bobos anda el juego, Don Lucas del Cigarral, Valencia, José y Tomás de Orga, 1776, 32 pp. Theatro hespañol, ed. Vicente García de la Huerta, parte primera, tomo II, Madrid, Imprenta Real, 1785, pp. 1-170. Comedias escogidas de don Francisco de Rojas Zorrilla, tomo I, Madrid, Ortega y Compañía, 1827, pp. 257-396. Tesoro del teatro español, desde su origen (año de 1356) hasta nuestros días, ed. Eugenio de Ochoa, tomo IV, París, Librería Europea de Baudry (Imprenta de Casimir), 1838, pp. 400-431 («Colección de los mejores autores españoles», 13). Ludwig Gustav Lemcke: Handbuch der Spanischen Litteratur, tomo III, Leipzig, Friedrich Fleischer, 1856, pp. 613-666. Comedias escogidas de don Francisco de Rojas Zorrilla, ed. Ramón de Mesonero Romanos, Madrid, Rivadeneyra, 1861, pp. 17-38 . Utilizamos la reimpresión de Madrid, Atlas, 1952 (BAE, 54). Teatro selecto antiguo y moderno, nacional y extranjero, ed. Francisco José Orellana, tomo II, Barcelona, Salvador Manero, 1867, pp. 447-475. Comedias escogidas de Francisco de Rojas Zorrilla, Barcelona, Daniel Cortezo y Compañía, 1884, pp. 79-163. Comedias de Francisco de Rojas Zorrilla, Valencia, Prometeo, s. a., pp. 1-80. Teatro de Francisco de Rojas Zorrilla, ed. Federico Ruiz Morcuende, Madrid, EspasaCalpe, 1917, pp. 99-220. Utilizamos la reedición de 1956 («Clásicos castellanos», 35). Entre bobos anda el juego , Madrid, Espasa-Calpe, 1921 («Colección Universal», 396397). Teatro clásico. Colección de las mejores obras teatrales escritas por los clásicos españoles, Barcelona, 1929, pp. 539-563 (Colección «Algo»). Entre bobos anda el juego, pról. Agustín del Saz, Madrid, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, 1929 («Bibliotecas populares Cervantes», 60). Entre bobos anda el juego (precedida de Del rey abajo, ninguno), Buenos Aires, EspasaCalpe, 1940. Utilizamos la 2ª ed.: Buenos Aires, 1943 («Austral», 104). Comedias de Francisco de Rojas Zorrilla, ed. José Mallorquí Figuerola, Buenos Aires/Barcelona, Molino, 1942 («Literatura clásica», 24). El teatro español. Historia y antología (Desde sus orígenes hasta el siglo XIX), ed. Federico Carlos Sainz de Robles, tomo III, Madrid, Aguilar, 1943, pp. 581-674. Entre bobos anda el juego, ed. Eduardo Juliá, Zaragoza, Ebro, 1947. Utilizamos la reedición de 1959 («Biblioteca clásica Ebro», 63). Entre bobos anda el juego, Novelas y cuentos, 829, Art. gráf. Diana (Madrid, 30 de marzo de 1947).

Se trata de la edición descrita por González Cañal, Cerezo y Vega (2007, núm. 356).

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JL

Entre bobos anda el juego, pról. y notas Juan Loveluck, Santiago de Chile, Zig-Zag, 1957. Edición incompleta: salta del v. 2020 al 2764. So Entre bobos anda el juego (precedida de Del rey abajo, ninguno), Barcelona, Ramón Sopena, 1972 («Biblioteca Sopena», 105). TeC Teatro español, tomo IX, Madrid, Ministerio de Cultura, 1983, pp. 177-279. Or Teatro de Francisco de Rojas Zorrilla, ed. María José Echeverría, [Barcelona], Orbis, 1983, pp. 143-350 («Historia de la literatura española», 66). PT Entre bobos anda el juego, ed. Maria Grazia Profeti, Madrid, Taurus, 1984. SM Entre bobos anda el juego (precedida de Del rey abajo, ninguno), ed. Ana Suárez [Miramón], Barcelona, Planeta, 1990, pp. 83-178 («Clásicos universales Planeta», 182). PC Entre bobos anda el juego, ed. Maria Gracia Profeti, Barcelona, Crítica, 1998 («Biblioteca clásica», 76). Ru Entre bobos anda el juego (precedida de Del rey abajo, ninguno), Madrid, Rueda, J. M., 2004, pp. 87-184 («Teatro español»). Si Entre bobos anda el juego, Simancas, Dueñas (Palencia), 2007.

Tenemos noticia de dos ediciones más que no hemos podido consultar: Br Sd

Entre bobos anda el juego, Berlin, Editorial Internacional, 1924. Entre bobos anda el juego en Spanish drama of the Golden Age: twelve plays, ed. Raymond R. MacCurdy, New York, Appleton Century Crofts, [1971]. Una o j e a d a d e c o nj unt o . H a s t a e l s i gl o x x

Si resumimos los números por siglos, contamos con tres ediciones del xvii, cinco del xviii, seis del xix, diecisiete del xx (más las dos que no hemos logrado cotejar) y dos de lo que llevamos de siglo xxi. Algunas de las aquí reseñadas han conocido múltiples reimpresiones. En este sentido son particularmente destacables la de Mesonero Romanos en la «Biblioteca de autores españoles» (B), la de Ruiz Morcuende en «Clásicos castellanos» (RM) y las aparecidas en otras colecciones de amplia difusión: «Universal» (CU), «Austral» (Au), «Historia de la literatura española» (Or)... Naturalmente, la importancia de estos impresos en la historia textual de la comedia es muy distinta. En la mayoría de ellos no se puede intuir la menor intención crítica: se limitan a copiar, con más o menos fortuna, otros anteriores. En el siglo xvii, los testimonios que hay que tener en cuenta son la princeps de 1645 (P1) y, con los matices que más adelante veremos, la edición valenciana de 1646 (D). En cambio, es irrelevante, aunque ha tenido amplísima descendencia, la segunda edición de la Parte (P2), que además de deturpar, con carácter general, el ya viciado texto de 1645, omite los vv. 1073, 1077 y 1310. Precisamente de la edición de 1680 (P2) derivan las dos sueltas dieciochescas carentes de datación (S1 S2). Sin embargo, todo indica que S3 (Antonio Sanz, 1750) siguió el texto de la primera edición (P1): además de las coincidencias en muchas lecturas, repone los versos omitidos por P2. Sanz también debió de tener a la vista la edición valenciana ( D), aunque parece que no acudió a ella más que para sanar algún pasaje corrupto, como el del v. 1196, al que más adelante nos referiremos. S3 va a ser clave en la difusión de Entre bobos anda el juego, ya que su texto constituye la base fundamental de García de la Huerta (G) y de Mesoneros (B), que, a su

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vez, son la fuente de gran parte de las ediciones posteriores. Profeti [1998: liii] afirma que «en el caso de Mesonero el texto base de edición fue el correcto, la Parte segunda». Sí, pero a través de S3 (Antonio Sanz), como se puede ver en las variantes de los vv. 1, 216, 561 (errata), 946 (grave dislate), 1196, 1515 (corrigen el error de P1), 1534 (nueva corrección), 2751... Es decir, en los casos en que S3 difiere de P1, Mesonero acostumbra a seguir el texto de la suelta de Antonio Sanz. El s i gl o x x . Lo s f a l l i d o s e s f ue r z o s d e Rui z M o r c ue nd e y J ul i á

El primer conato de algo que podría aproximarse a una edición crítica lo debemos a Federico Ruiz Morcuende. Publicó su texto en la acreditada colección «Clásicos castellanos» de «La Lectura», que pasó a reimprimirse durante muchos años por Espasa-Calpe. Quiso volver a las fuentes, pero su base fue P2, hasta el extremo de omitir los vv. 1073 y 1077, que se le escaparon al tipógrafo de 1680. Incluso, cuando repone el v. 1310, lo imprime entre corchetes, como rescatado de otra edición. Como ya apuntó Profeti [1998: liv], lo más probable es que Ruiz Morcuende sufriera una confusión: creía estar copiando P1 cuando tenía entre sus manos un volumen de la edición de 1680. Esta hipótesis parece confirmada cuando observamos que la Biblioteca Nacional de España conserva un ejemplar de la segunda edición (R-13861), falto de portada y preliminares, que se han rehecho a mano, copiando los datos y todos los detalles tipográficos de la príncipe. Todavía en estos momentos, el catálogo electrónico de la BNE lo registra con fecha de 16454. Choca este error catalográfico con el hecho de que esté emparejado con el ejemplar R-30860, que contiene la segunda edición de la Primera parte, en este caso con la portada original de 1680. Naturalmente, los impresos sin firma de la «Colección Universal» (C U ) y de la «Austral» (Au) siguen el texto de Ruiz Morcuende, aunque en raras ocasiones se apartan para recuperar lecturas de P1. Lo mismo ocurrirá con el de la editorial Molino (Mo), el de Aguilar (Te) y el de la colección «Novelas y cuentos» (Nc). El reciente de editorial Rueda (Ru) copia el de Aguilar y, a través de él, a Ruiz Morcuende. Sin embargo, la edición valenciana de Prometeo (PV), la de «Algo» (Al), la que prologa Agustín del Saz (IA) y la de Sopena (So) siguen el texto difundido por la BAE. La tirada de quiosco de Orbis (Or) pertenece también a esta familia. Juliá Martínez (JM), aunque edita en la colección escolar «Ebro», intenta volver a las fuentes. Dice seguir a P1, pero las lecturas que atribuye a la edición de 1645 son, en varias ocasiones, las de 1680 (P2). Profeti [1998: liv] se muestra perpleja: «No me explico el caso de la edición de Juliá, que a veces sigue las lecturas equivocadas de Ruiz Morcuende y a veces las acertadas de A [nuestra P1]». Una explicación posible sería que don Eduardo aceptó como procedentes de P1 las variantes de «Clásicos castellanos» sin comprobarlas y, en cambio, recurrió a un ejemplar de la edición de 1645 para otras correcciones y comentarios. La edición del Ministerio de Cultura (TeC) se limita a copiar el texto de Juliá.

4 González Cañal, Cerezo y Vega (2007, p. 417) describen el ejemplar y señalan sus irregularidades. Esperamos que en breve se corregirá esta anomalía.

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Caso aparte es la edición chilena, avalada por la firma ilustre de Juan Loveluck, que parece copiar a RM, pero que salta desde el v. 2020 al 2764, de modo que reduce la obra en más de un cuarto de su extensión (743 vv. de 2776) y descabala su argumento y sentido. A f i na l e s d e l s i gl o x x . La o b r a d e P r o f e t i

Más suerte ha tenido nuestro texto en los últimos tiempos gracias al trabajo de dos ilustres filólogas: Maria Grazia Profeti y Ana Suárez Miramón. A la primera le debemos una edición que apareció en Taurus (PT). Se trata del trabajo más riguroso realizado hasta ese momento, aunque su autora se quejó posteriormente de que no se le dio la oportunidad de corregir las pruebas de imprenta 5. Con todo, es una excelente labor ecdótica, solo superada por la nueva edición que la misma Profeti nos ofreció en la «Biblioteca clásica» de Crítica (PC). Sin duda, este último es, hoy por hoy, el texto de referencia. Nos ha sido muy útil en nuestro quehacer, las más de las veces para apoyarnos en sus conclusiones y en algún momento para corregirlo. Su fuente es P1, aunque no desdeña, como veremos, las lecturas de D. Ana Suárez Miramón volvió sobre el texto de Entre bobos... unos años después de la primera edición de Profeti. Obviamente, se beneficia del trabajo de su predecesora en la elección de lecturas de P1 y D. El resultado es un texto muy fiable pero deudor del de Profeti. El de Suárez ha servido de base a la última edición aparecida hasta hoy: la de editorial Simancas, 2007 (Si). A la vista de este panorama, las filiaciones, en sus líneas maestras, no ofrecen mayores dificultades, aunque resulta imposible registrar todas las contaminaciones nacidas de ocasionales consultas a varias fuentes en el proceso de impresión. Téngase en cuenta que Suárez Miramón (SM) y la segunda edición de Profeti (PC), como declaran en sus notas, volvieron a cotejar el texto de los primeros impresos; pero no hay duda de que la base de ambos trabajos está en la edición de 1984 (PT), aunque se haya mejorado notablemente en la última de Profeti. Lo s p r i m e r o s t e s t i m o ni o s . La e d i c i ó n v a l e nc i a na d e 1 6 4 6 ( D) . S us t r i v i a l i z a c i o ne s

No conservamos manuscrito alguno del siglo xviicon el texto de Entre bobos anda el juego. Cotarelo señaló, sin mayores precisiones: «Ms. en la Bibl. Nac. con el título de Don Lucas del Cigarral» 6. Es muy probable que se refiriera, como indicó Profeti 7, a un sainete del mismo título de Francisco Bernardo de Quirós (Ms. 17207), editado y comentado por García Valdés 8. Su asunto, como señaló Ruiz Morcuende [1956: lii], «nada tiene que ver con la comedia de Rojas»9.

5 6 7 8 9

Véase Profeti, 1998, p. liv. Cotarelo, 1911, p. 165. 1998, p. l. García Valdés, 1984. Ruiz Morcuende, 1956, p. lii.

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Lobato alude a un manuscrito de la obra, pero todo lleva a pensar que se trata de un simple lapsus. En realidad, se refiere a la carta que dirige don Lucas a don Antonio (v. 514+)10. Los primeros testimonios son dos ediciones que vieron la luz en fechas muy próximas. Se trata de la Segunda parte de las comedias de don Francisco de Rojas Zorrilla (Madrid, 1645) y de la Parte 57 de doce comedias nuevas de diferentes autores (Valencia, 1646). A pesar de su proximidad temporal, parten de dos fuentes manuscritas distintas. La que publicó el propio poeta ( P1) quizá derive de un autógrafo, que fue, como era habitual, mal interpretado y deturpado por los tipógrafos. Exige en no pocas ocasiones una vigorosa emendatio. La edición valenciana D ( ) procede del texto de alguna compañía teatral que introdujo numerosas variantes en el original. En ella encontramos múltiples omisiones: vv. 735-740, 939-940, 1205-1206, 1697-1698, 1896-1897, 2043-2492, 2103-2122, 2133-2142, 2217-2228, 2271-2284, 2309-2328, 2337-2368, 2443-2444, 2683-2706, 2758-2762... Como puede observarse en esta relación de algunas de las más relevantes, los cortes crecen en el último acto, quizá por la necesidad de precipitar el final y de reducir la representación al tiempo deseado por los cómicos. A veces, estas omisiones rompen la estructura estrófica o la cadencia métrica (vv. 163-164, 377) o el sentido (v. 713). En otras ocasiones, la supresión afecta a un detalle menor y no es raro que contribuyan a dar agilidad al texto (vv. 307-308, 789790). En algunos casos D añade versos que no se encuentran en P1: por ejemplo, los insertos tras el v. 523 de P1 o tras los vv. 417 y 750. Contra lo que es habitual en textos que proceden del teatro, D suprime o reduce un crecido número de acotaciones: 174+, 391+, 394+, 513+, 548+, 661+, 669+, 1164+, 1457+, 1497+, 1502+, 1518+, 1523+, 1531+, 1540+, 1549+, 1557+, 1576+, 1600+, 1614+, 1620+, 1648+, 1687+, 2002+...; pero añade otras: 345+, 414+, 651+, 1163+. 1305+, 1736+, 2019+, 2037+, 2624+... Con frecuencia estas nuevas didascalias aspiran a precisar el movimiento escénico: 345+ Va a salir, y topa con don Antonio de Contreras, su padre Añadido en D

El fenómeno es particularmente observable en la escena nocturna de la venta de Torrejoncillo: 1305+ Abren al otro lado otra puerta, y salen don Luis y Carranza Añadido en D 1370+ Por ir al aposento de doña Isabel, van al aposento de don Lucas y doña Alfonsa Añadido en D

Otras veces, señalan las reacciones o actitudes de los personajes: 1465+ Túrbase Añadido en D 2270+ Quiere irse Añadido en D

10

Lobato, 2008, p. 30.

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Algunas de las variantes de D mejoran en apariencia el texto de la príncipe, lo que ha inclinado a Maria Grazia Profeti a mirarla con particular simpatía. Sin embargo, la mayor parte de estas mejoras responden, probablemente, a las demandas de la representación. Son intervenciones ope ingenii que quisieron dar mayor coherencia y agilidad al manuscrito que había llegado a manos de la compañía. Esta actitud se nos revela desde el primer verso, donde P1 lee: Isabel.

Llegó el coche. Es evidente. (v. 1)

Los manipuladores de D pensaron, no sin razón, que podía resultar más coherente y eficaz en escena repartir el parlamento entre dos personajes: Doña Isabel. ¿Si es el coche? Andrea. Es evidente.

D se quedó sola en esta lectura, pero su propuesta autorizó que editores posteriores (a partir de S3, Antonio Sanz, 1750) dieran un paso más y combinaran, ganando en propiedad, las dos lecturas: Doña Isabel. ¿Llegó el coche? Andrea. Es evidente.

La más tardía de las ediciones dieciochescas (S4), todas las decimonónicas (CO Tt L B Ts CC) y algunas de las del siglo xx (PV Al So Or) siguieron este texto. Las seis últimas dependen, directa o indirectamente, de Mesonero. Creemos, sin embargo, que la lectura de P1 es la genuina. Es doña Isabel la que constata la llegada del coche y la que subraya —pesarosa, abrumada— la temida evidencia de que el vehículo (cuyo ruido ha oído desde la sala en que se encuentra) ha de llevarla hacia un destino desconocido y no deseado. Fieles a P1 se mantienen P2, los impresos dieciochescos anteriores a S3 (S1 S2) y buena parte de los del siglo xx a partir de RM (CU IA Au Mo Te JM Nc JL TeC PT SM PC Ru Si). Aunque no cabe negar que se hicieron con buen sentido, las lecturas de D y las mixtas son, en este caso, una trivialización de lo que presumiblemente quiso escribir el poeta. Este camino lo recorre en varias ocasiones D. Un pasaje controvertido es el del v. 420 en conexión con los vv. 461-462. En P1 don Pedro se dirige a la protagonista por su nombre propio, debidamente adjetivado con un epíteto galante (divina Isabel, v. 420). En los vv. 461-462 doña Isabel corrige a su interlocutor: Doña Isabel es mi nombre, no doña Alfonsa…

La puntualización de la dama señala que las galanterías que don Pedro le ha dirigido son excesivas e inadecuadas, pues solo tendrían sentido si la destinataria fuera su prometida. Irónicamente, doña Isabel sugiere que se ha confundido de persona y la ha piropeado como si creyera estar hablando con doña Alfonsa. No entendieron ese juego

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los editores de D y modificaron erróneamente el v. 420: divina Alfonsa. El error se perpetuó en varias ediciones y ha llegado hasta las postrimerías del siglo XX: D G CO Tt L PT SM Si; pero no cayeron en él ni S3 y cuantas la siguen (entre ellas, la BAE) ni Ruiz Morcuende y su descendencia. Profeti, que había acogido el texto de D en 1984, restaura la buena lectura en su edición de 1998 (PC). Ese afán regularizador y simplificador de D se puede observar también en el v. 1915. Don Lucas, dispuesto a romper el compromiso, le espeta a don Antonio: Volveos a mi sa Isabel a Madrid sin enojaros...

Eso fue lo que escribió Rojas, con la contracción popular (mi sa: «mi señora»). D prefirió una forma más común y que no pudiera sorprender o confundir a ningún tipo de público: «Volveos a doña Isabel...». Podría pensarse que la forma mi sa no ofrecía duda alguna al hablante del siglo XVII; pero alguna resistencia debía de ofrecer, pues P1 editó misa, variante ortográfica ambigua y poco común que pervivió en muchos otros impresos (P2 S1 S2 S3 G CO Tt L B CC Al So). Lo mismo ocurre en el v. 363. Donde P1 pone en boca del padre una expresión autoritaria: yo os he de casar con él.

D opta por una fórmula más usual: tú te has de casar con él.

El tono ofensivo de P1 en el v. 628: Carranza.

Aqueste es un don Lucas, un menguado de Toledo.

se suaviza en D: Carranza.

Aqueste es un don Lucas, que ha heredado en Toledo.

D vuelve a deturpar el texto de P1 en el v. 946: Cabellera protesta porque don Pedro lo ha levantado a las dos de la madrugada: de mi media con limpio me has sacado...

Quizá la expresión media con limpio («cama compartida con alguien que no tenga enfermedades contagiosas») no se entendió en la Valencia secentista (Autoridades señala que se trata de un modismo local de Madrid) y, por eso, editó: medio con limpio. Pero el dieciochesco y madrileñísimo Antonio Sanz encontró igualmente absurdo lo de media con limpio (o, más probablemente, medio con limpio) y, ni corto ni perezoso, enmedó con un resultado aún más disparatado y chusco: medio columpio, que, aunque parezca

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mentira, ha gozado de notable fortuna editorial: S3 S4 G CO Tt L B Ts CC PV Al IA Te So Or. Obsérvese cómo en este dislate Mesonero, a pesar de su acreditada pasión por el pintoresquismo madrileño, siguió a S3 y no la forma correcta de P1. D no s p e r m i t e r e s t a ur a r un j ue go c o nc e p t i s t a d e Ro j a s

A pesar de la tendencia trivializadora, en uno de los pasajes ecdóticamente más interesantes y que creemos se ha interpretado y editado mal hasta ahora, D nos permite corregir una difícil errata de P1. Veamos la escena, tal y como la reproduce la príncipe: Isabel. Pedro.

Isabel. Pedro.

¿Y me queréis? Os adoro; solo falta que yo vea vuestro amor. Dirale el tiempo. No le deis al tiempo treguas, teniendo vos vuestro amor.

885

El texto parece coherente e inteligible y lo han aceptado todos los editores hasta la última edición de Profeti (PC). La eminente estudiosa italiana, en cambio, acudió a D para sanar el v. 884: Pedro.

No le deis al tiempo lenguas, teniendo vos vuestro amor.

885

Ganamos en coherencia: a la prosopopeya coloquial de doña Isabel, Dirale el tiempo, don Pedro replica que no hay que darle lenguas: «no hay que conceder al tiempo la última palabra, la decisión sobre el amor de la dama, si ella es dueña y señora, soberana absoluta para dirimir esta cuestión». Sin embargo, una más atenta lectura de D nos permite perfeccionar el pasaje y restaurar el juego conceptista que Rojas puso en boca de sus personajes: Isabel. Pedro.

Dirale el tiempo. No le deis al tiempo lenguas, teniendo voz vuestro amor.

El cambio de vos (en P1 y en treinta y uno de los impresos que hemos cotejado) por voz (que solo se encuentra en D y en la edición que aparecerá en el tomo IV de las Obras completas del Instituto Almagro de teatro clásico) nos permite entender cabalmente la imagen conceptista: «no hay que conceder al tiempo el privilegio de pronunciarse sobre el asunto, ya que el amor de la propia dama (tópicamente personificado) tiene voz propia para dar una definitiva respuesta». El error tipográfico se produjo por no haber entendido el juego conceptista, con la doble prosopopeya, construido sobre un modismo coloquial.

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Ot r o s c a s o s e n q ue D m e j o r a l a s l e c t ur a s a l us o

Menos notable, pero igualmente significativo de la utilidad de D para sanar erratas y errores de P1, es el caso del v. 1196. En medio de un romance en i-o, P1 rompe la asonancia: ha de ser quien os adore tan amante y tan rendido que han de ser alma y potencias lo menos que un serafín.

1195

La coherencia semántica parece muy débil; pero, habida cuenta de las libertades y atrevimientos del ingenio conceptista de Rojas, no faltará quien intente encontrarle explicación. De hecho, buena parte de los impresos cotejados mantuvieron la lectura del último verso, a costa de la rima: lo menos que un serafín P1 P2 S1 S2 RM CU Au Mo Te JM JL TeC Ru

D, en cambio, restaura la asonancia y el sentido: que han de ser alma y potencias lo menos de un sacrificio. («Lo menos que se sacrificará en las aras del amor será el alma y sus potencias; es decir, sacrificaré todo mi ser»).

Tras D, hasta la primera edición de Profeti (1984) no se recupera lo que parece ser el texto genuino de Rojas. A partir de aquí, la lectura correcta la encontramos en SM PC Si. Obsérvese que entre las ediciones erradas se encuentran la de Ruiz Morcuende (RM) y la de Juliá Martínez (JM). Ambos situaron la fidelidad al texto de P2 por encima de la regularidad métrica y la coherencia semántica, a pesar de que desde mediados del siglo xviii Antonio Sanz había puesto en circulación una lectura mucho más correcta y próxima al original: lo menos que os sacrifico

En este caso, parece evidente que S3 (Sanz, 1750) tuvo delante un ejemplar de D, aunque después enmendara por su cuenta en un proceso de regularización trivializadora. Lo siguieron las ediciones de finales del xviii (S4 G) y principios del xix (CO Tt L) y, a través de Mesonero, buena parte de las posteriores (Ts CC PV Al IA So Or). No deja de ser llamativo que una edición mostrenca como la de «Novelas y cuentos» (Nc), que copia servilmente a Ruiz Morcuende, se percate del error e intente recuperar, al menos, la regularidad métrica, aunque no la acompañe la fortuna ni el buen sentido en la corrección: lo menos que un serafino

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El mismo fenómeno en el v. 1515. En P1 leemos: Lucas. Cabellera.

Pues ¿adónde la oirás? En aquel poyo, y serás poeta samaritano.

1515

La alusión al episodio evangélico de la samaritana que dio de beber a Jesús (San Juan, 4, 5-30) exige corregir de acuerdo con D : p o z o , y no p o y o . No puede sorprendernos el error de los cajistas, ya que la grafía de la zeta en el siglo xvii incluía con frecuencia un garabato por debajo de la línea de escritura que podía confundirse fácilmente con una y. Los ojos y la mente del corrector de imprenta pasaron sobre el error sin advertirlo. Sin embargo, S3 sí se percató del yerro y legó la buena lección a sus descendientes, entre ellos B . Ruiz Morcuende también corrigió; pero Juliá optó, consciente o inconscientemente, por ser fiel al error de P1 y P2. En el v. 341, D vuelve a subsanar una errata de P1 que han mantenido muchos otros editores. Cabellera está hablando de los desmayos de doña Alfonsa y concluye: pero son ellos fingidos D pero son ellas fingidas P1

Dado el antecedente, el género del pronombre-sujeto y del adjetivo-atributo ha de ser masculino. Todo indica que no se trata de un error interpretativo (no hay ningún elemento femenino que pueda ser antecedente), sino de una mera errata, en la que no incurrió el editor de D. Ts (Orellana) se percató del error de P1 y quiso ponerle remedio con una enmienda ope ingenii: pero son cosas fingidas Ts

La edición valenciana y algunas otras posteriores también aciertan (en la réplica y en la atribución al personaje adecuado) en el v. 1534: Cabellera. Lope es contigo novel D S2 S3 S4 G CO Tt L B Ts CC PV Al IA So PT SM PC

Obsérvese cómo B sigue, de nuevo, a S3 y se aparta de P1, que había errado en el pronombre: Cabellera. Lope es conmigo novel P1 CU Au Mo Te JM Nc TeC Ru Si

A esta errata se añadió otro error en P2, que ofrece un verso hipermétrico: Cabellera.

Lope es conmigo muy novel P2

Este error se repitió, como es lógico, en S 1. Lo que resulta incomprensible es que reapareciera en la edición de quiosco de Orbis (Or), que, naturalmente, no consultó el vetusto texto de P2, sino que se limitó a copiar el de la BAE, donde este verso aparece en su lectura correcta: «Lope es contigo novel». Poligénesis se llama la figura.

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Cuando Ruiz Morcuende (RM) trató de editar el texto, se percató del error de P2 (ya sabemos que él creía estar manejando P1) y quiso subsanarlo cambiando el personaje y no el pronombre: Don Lucas. Lope es conmigo novel RM

Solo Loveluck (JL), en su edición truncada, lo siguió en el error. Al guno s o t r o s e s t r a go s y t r i v i a l i z a c i o ne s

Las variantes del v. 561 nos avisan de cómo se encadenan las erratas y errores en la tradición textual, y también de los peligros que encierran las enmiendas ope ingenii. Las dos primeras ediciones (P1 D) nos ofrecen el texto correcto. Don Luis amaga con contar sus sinsabores amorosos a Carranza, y el criado responde: A oírlos en tu prosa me sentencio.

P2 deturpó gravemente el verso hasta hacerlo incomprensible y durísimo: A oírlos en tu profana me sentencio.

El dislate pasó, como en casi todos los casos similares, a S1 S2. No fue este el único error de la tradición textual. Una errata de S3 (A. Sanz), que sigue a P1, volvió a enturbiar la trasmisión: A oírlos en tu proa me sentencio.

Este sinsentido pasó sin más a S4 (lógico: es una suelta descuidadísma) y a B (Mesonero no puso atención y siguió a ciegas a S3). De la BAE se trasladó a C C (Cortezo), PV (Prometeo), Al («Algo») y Or (Orbis). García de la Huerta se percató del absurdo y procuró enmienda sin consultar otras fuentes. El resultado no deja de ser ingenioso: A oírlos en tu pro yo me sentencio.

Esta lectura la reencontramos en las ediciones románticas de Ortega (CO), de Ochoa (Tt) y de Ludwig (L); y pasó también a Orellana (Ts), con una ligera variante: A oírlos en tu pro ya me sentencio.

El texto correcto no se restauró hasta la edición de Ruiz Morcuende. Posiblemente, la enmienda se realizó ope ingenii, ya que el texto base de esa edición (P2) contenía el error. Es posible también que don Federico, que tenía fácil acceso a los fondos madrileños, consultara en este caso un ejemplar de P1. A partir de aquí, la mayor parte de las ediciones posteriores presentan el texto correcto: CU IA Au Mo Te JM Nc JL So TeC PT SM PC Ru Si.

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Menos grave (no se trata de un error sino de una modestísima lectio facilior) es lo ocurrido en el v. 216. De nuevo, las dos ediciones más antiguas (P1 y D) coinciden en el texto correcto. Don Lucas tiene los pies, un poquillo luengos, muy bajos de empeine y anchos, con sus Juanes y sus Pedros

215

El jugueteo con los nombres propios y las deformidades de los pies no ofrece duda; pero el cajista de P2 decidió, inadvertidamente, dejar aún más claro el sentido, a costa, una vez más, de la métrica: con sus Juanetes y sus Pedros

En el ejemplar R-30861 de la Biblioteca Nacional de España un lector, que no era enteramente sordo, tachó el segundo posesivo para restaurar la medida del octosílabo: con sus Juanetes y sus Pedros

El error hipermétrico pasó a S1, y se corrigió un tanto a partir de S2, en un texto que coincide con S3 y una larga serie de ediciones posteriores (S4 G CO Tt L CC PV Al IA So Or): con sus Juanetes y Pedros

La BAE sigue el mismo texto, con una erratilla que pasó también a Orellana (Ts), pero fue subsanada por otros descendientes: con sus Juanates y Pedros

Ruiz Morcuende volverá a restaurar el texto genuino, que será dominante en lo sucesivo (CU Au Mo Te JM Nc JL TeC PT SM PC Ru Si). En c o nc l us i ó n

Los ejemplos podrían multiplicarse, y multiplicados se encontrarán en las variantes registradas en el aparato de nuestra edición crítica. Creemos que lo expuesto en los límites razonables de un artículo viene a demostrar hasta qué punto resultan apasionantes las minucias ecdóticas y cómo es precisa una atenta lectura de múltiples testimonios para acercarnos al texto que quiso trasmitir el poeta. Incluso cuando se cuenta con una tradición académica tan sólida como la de los editores de Entre bobos anda el juego, cabe mejorar los textos recibidos, como creemos que ocurre en el caso del v. 885. Nuestra edición crítica sigue el texto de P1, salvo en aquellos pasajes en que resulta imprescindible la corrección, para lo que nos basamos en el resto de los testimonios en el orden jerárquico que revela el estema y se deduce de las explicaciones ofrecidas en este artículo. En el aparato de variantes se registran todas las que arroja el cotejo de P1, P2 y

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D. En un número limitado de pasajes significativos o difíciles incluimos las variantes que se han observado en el cotejo de los treinta y tres impresos que hemos reseñado, de modo que el lector tenga a mano todas las lecturas relevantes y pueda corroborar las razones para la filiación y jerarquización de los testimonios. Referencias bibliográficas Cotarelo y Mori, Emilio, Don Francisco de Rojas Zorrilla. Noticias biográficas y bibliográficas, Madrid, 1911. Facsímil, prologado por Abraham Madroñal, Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 2007. García Valdés, Celsa Carmen, «Un entremés inédito de Francisco Bernardo de Quirós: Entre bobos anda el juego», Segismundo , 39-40, 1984, pp. 291-308. González-Cañal, Rafael, Ubaldo Cerezo y Germán Vega García-Luengos, Bibliografía de Francisco de Rojas Zorrilla, Kassel, Reichenberger, 2007. Lobato, María Luisa, «Puesta en escena de Rojas Zorrilla (1630-1648)», en Rojas Zorrilla en escena. XXX Jornadas de teatro clásico (Almagro, 2007), eds. F. B. Pedraza, R. González Cañal y E. Marcello, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2008, pp. 17-44. Pedraza Jiménez, Felipe B., «Figuras, figurillas, figurones en Rojas Zorrilla», en Rojas Zorrilla en su IV centenario. Congreso internacional (Toledo, 2007), eds. F. B. Pedraza, R. González Cañal y E. Marcello, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2008, pp. 383-399. Profeti, Maria Grazia, «Estudio preliminar», «Prólogo» y notas a su ed. de Francisco de Rojas Zorrilla, Entre bobos anda el juego , Barcelona, Crítica, 1998. Ruiz Morcuende, Federico, «Prólogo» y notas a su ed. de Entre bobos anda el juego, en Francisco de Rojas Zorrilla, Teatro, Madrid, Espasa-Calpe, 1956.

* RODRÍGUEZ CÁCERES, Milagros y Felipe B. PEDRAZA JIMÉNEZ. «Entre bobos anda el juego, historia textual». En Criticón (Toulouse), 110, 2010, pp. 201-216. Resumen. Entre bobos anda el juego es una de las obras más reiteradamente impresas de Rojas Zorrilla. Esta abundancia contrasta con los escasos conatos de fijar críticamente el texto: solo Profeti (1998) abordó esta tarea de forma metódica. Sin embargo, al preparar una nueva edición crítica, se ha vuelto a cotejar el conjunto de los textos, en especial los impresos fundacionales: P1 (Primera parte de comedias, 1645) y D (Parte 57… de diferentes autores, Valencia, 1646). Del análisis se deduce la necesidad de estudiar cada variante en particular para restablecer el texto que quiso trasmitir el poeta, ya que las trivializaciones y deturpaciones se dan en todos los testimonios, pero el cotejo nos permite restaurar algunas lecturas indudablemente genuinas que han pasado inadvertidas a la tradición crítica. Résumé. Entre bobos anda el juego est une des pièces de Rojas Zorrilla les plus fréquemment imprimées. Cette abondance d’éditions contraste cependant avec la minceur du travail fait pour l’établissement critique du texte, travail qui n’a été abordé avec méthode que par Profeti (1998). Pour élaborer une nouvelle édition critique, ont été consultés tous les textes, en particulier les deux éditions de base: P1 (Primera parte de comedias, 1645) et D (Parte 57… de diferentes autores, Valencia, 1646). Dans tous les textes utilisés apparaissent des variantes, qui soit défigurent le texte “original”, soit permettent, au contraire, de le restaurer. Summary. Entre bobos anda el juego ranks among Rojas Zorrilla’s most frequently printed works. This abundance contrasts with the scarcity of attempts at a critical textual fixation: only Profeti (1998) attacked this task in any systematisation. However, in the preparation of a new critical edition there has been a revision of the different versions, especially the foundational prints: P1 (Primera parte de comedias, 1645) and D

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(Parte 57… de diferentes autores, Valencia, 1646). The results of this recent analysis emphasize the need to study each specific variant in order to restore the text as it was intended by the poet, since there are trivializations and corruptions in every text but a critical comparison allows us to restore some readings that are undoubtedly genuine and currently ignored by the critical tradition. Palabras clave. Edición crítica. Entre bobos anda el juego. Rojas Zorrilla, Francisco de.

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