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ESTUDIO DE BASE
PROVINCIA DE CORRIENTES Informe Final
Buenos Aires, enero de 2005
Informe preparado por Irene Novacovsky y Juan Martín Bustos. Se agradece la colaboración de Juliana Persia, el asesoramiento y cooperación de Jorge Scalise y de Marcelo Monzón, de la Unidad Nacional de Coordinación del programa y UEP- Corrientes.
1 INTRODUCCION
La realización de un Estudio de Base para la implementación del Proyecto de Desarrollo Rural de las Provincias del Noreste Argentino (PRODERNEA) en Corrientes tuvo como principal propósito ampliar información de los potenciales beneficiarios del proyecto a fin de contribuir en el diseño de las estrategias de implementación del programa en la provincia. Asimismo, colaborar en las futuras actividades de monitoreo y evaluación al proveer una línea de base de los principales indicadores que aborda el programa. El estudio se basó en una encuesta a Pequeños Productores Rurales y una encuesta a Pobladores de zonas Rurales Agrupadas realizado en el marco del Estudio para la determinación del ingreso de los productores agropecuarios en la provincia de Corrientes realizado por FLACSO1 durante el año 2004. Como antecedentes para su diseño, se utilizó el Planteo Metodológico para la Elaboración de Estudios de Base2 y el Estudio de Base para la provincia de Corrientes, realizado en 2002. Los objetivos generales para este estudio de base fueron: •
Estimar el ingreso neto de los potenciales beneficiarios del Programa.
•
Realizar una caracterización actualizada del perfil socioeconómico y condiciones
de vida de la población objetivo del Programa. •
Establecer la línea de base del programa para estas provincias.
Además, se consideró necesario: •
Explorar la relación entre ingresos y superficie del predio, con vistas a contribuir a
fijar los parámetros de la definición de la población beneficiaria en la provincia. •
Considerando las observaciones de la misión de reorientación, se decidió
profundizar en el análisis de la problemática de la juventud, sus capacidades y expectativas. •
1
Analizar en forma transversal la problemática de género en este sector.
FLACSO - PRODERNEA Estudio para la determinación del ingreso de los productores
agropecuarios en la provincia de Corrientes 2004 2
PRODERNEA. Planteo Metodológico para la Elaboración de Estudios de Base, julio 2002.
Pág. 2
•
Describir las condiciones tecnológico - productivas de las explotaciones y las
formas de gestión y comercialización así como los eslabonamientos productivos. •
Indagar la experiencia y demanda potencial crediticia y de generación de
emprendimientos productivos. •
Analizar las formas, experiencia y disposición para el de asociativismo en estas
poblaciones. El documento esta organizado en siete capítulos. En los primeros cuatro se describen los antecedentes tanto nacionales como provinciales que permiten enmarcar la inserción del programa en la coyuntura actual de Corrientes. Además se incluyen los procedimientos metodológicos adoptados para la construcción de la muestra y el trabajo de campo. A partir del quinto capítulo se resumen los principales resultados del estudio de base, partiendo de la lista de indicadores en el momento cero (t0) para luego abordar el análisis de la información desde el punto de vista socioeconómico, enfocando en particular las condiciones de vida de la población objetivo del programa. Finalmente, se presentan las principales conclusiones y recomendaciones para la implementación del programa en la provincia. Como anexos, se incluyen: la descripción de las bases de datos construidas a partir de las encuestas a productores y a pobladores rurales, los formularios utilizados para el relevamiento, la cartografía utilizada en al extracción de la muestra y los procedimientos de estimación.
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2 ANTECEDENTES Como antecedentes inmediatos para este estudio se consideraron los estudio de base realizados para otras provincias que participan del programa y se siguió con la misma metodología. A su vez, se tuvo en cuenta documentación de apoyo a los estudios de base elaborada por el programa (Planteo Metodológico para la Elaboración de Estudios de Base) y el informe preparado por la misión de reorientación del programa en diciembre de 2002. El estudio se basó en una encuesta a Pequeños Productores Rurales y una encuesta a Pobladores de zonas Rurales Agrupadas realizado en el marco del Estudio para la determinación del ingreso de los productores agropecuarios en la provincia de Corrientes realizado por FLACSO3 durante el año 2004. De acuerdo a estos antecedentes se consideró la necesidad de generar información compatible con los anteriores estudios que permita la comparación consolidación total de los datos generados por el sistema de seguimiento y evaluación del programa. Además, atendiendo a las recomendaciones de los estudios ex-ante y la misión de reorientación se amplió el estudio a hogares de áreas rurales agrupadas Asimismo se puso especial atención en la participación de jóvenes y mujeres dentro de las actividades productivas dentro y fuera de las explotaciones. Asimismo, nos pareció pertinente realizar una breve descripción de la situación nacional y provincial en relación a la pobreza y condiciones de vida en el medio rural. La información estadística utilizada para caracterizar la situación rural en la provincia proviene básicamente de dos fuentes: el Censo Nacional Agropecuario y el Censo Nacional de Población y Vivienda. Respecto del primero, a la fecha no se encuentran disponibles la totalidad de los datos por lo cual la información ha sido referida en algunos casos al Censo Nacional Agropecuario de 1988. Esta fuente provee estimaciones de la producción agrícola y ganadera de la provincia. En relación al censo nacional de Población y vivienda, los datos más recientes (2001) están disponibles en forma parcial, por lo cual se utilizaron además otras fuentes para completar la caracterización.
3
FLACSO - PRODERNEA Estudio para la determinación del ingreso de los productores
agropecuarios en la provincia de Corrientes 2004
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A. CONTEXTO NACIONAL A. La evolución de la pobreza en la Argentina reciente (19902004) Los actuales niveles de pobreza en la Argentina pueden y deben ser caracterizados como el producto de la agudización y concentración de una serie de problemas sociales que se venían manifestando con diversa intensidad en los últimos años y que sin dudas han deteriorado los horizontes y la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la población. A fines de brindar una somera explicación de la evolución de la pobreza desde comienzos de la última década del siglo pasado hasta la actualidad, podríamos reconocer la existencia de cuatro períodos bien diferenciados:
1) 1990-1994 Se registra un crecimiento acelerado del producto bruto interno, alcanzando cifras acumuladas para el período del 25%. Este crecimiento acelerado de la economía produce una sensible mejora relativa de los indicadores sociales (indicadores de pobreza y condiciones de vida de la población). Es importante destacar, sin embargo, que el carácter relativo de esta mejora debe ser considerado en un doble sentido: En primer lugar, dicha mejora se produce en relación con un período inmediatamente previo donde el proceso hiperinflacionario había agudizado todos los problemas asociados a la pobreza y la marginación. En segundo lugar, la mejora en los indicadores sociales se produce de manera simultánea al aumento de la vulnerabilidad de un amplio sector de la población, en riesgo de caer en situación de pobreza y exclusión. Esta situación es generada principalmente por el deterioro de las políticas públicas y la desarticulación del "Estado social", -proceso que afectó negativamente las políticas distributivas-, y por la desarticulación productiva del sector industrial, con sus consecuencias en cuanto al nivel y la calidad del empleo.
2) 1995-1998 Cuando hacia finales del año 1994 el proceso de crecimiento económico comienza a desacelerarse, esta situación de vulnerabilidad que permanecía latente emerge con creciente intensidad. Luego de la expansión de la crisis económica mexicana sobre Pág. 5
nuestro país, la tasa de desocupación trepa al 18,6% en mayo de 1995 (Fuente: INDEC, EPH). La mayoría de los indicadores que miden la pobreza comienzan a deteriorase a partir de esta época, pasando el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza del 11,4% en 1993 al 17% en 1998 (GBA). La pobreza y la exclusión social creciente se instalan fuertemente en la sociedad argentina, conformando una estructura social marcadamente polarizada, donde un porcentaje cada vez más pequeño tiene empleos estables, con buenos ingresos, acceso a los bienes y servicios de la salud y la educación, y un porcentaje cada vez más numeroso posee empleos precarios o se suma al conjunto de los desocupados, sus ingresos son insuficientes para satisfacer la canasta básica de sus hogares y tiene dificultades para acceder a los servicios y los bienes de la salud y la educación.
3) 1999-2001 Esta estructura dual comienza a mostrar toda su complejidad con la definitiva desaceleración de la economía hacia finales del año 1998. Si hasta el año 1998 la relativa recuperación económica seguía morigerando los efectos de la dualización de la estructura social, cuando dicha recuperación se frena, los resultados de los distintos procesos (crisis de las políticas públicas estatales, crisis del aparato industrial, crisis de las economías regionales, crisis del mercado de trabajo, crisis de crecimiento global de la economía, y finalmente, crisis financiera) convergen hacia una gran crisis social. En el que podríamos identificar como el tercer período del modelo de desregulación económica, es el propio modelo de acumulación el que entra en crisis, arrastrando, ahora sí, a las restantes esferas de la sociedad en su caída. En este período, la economía nacional no encuentra caminos propios para salir del círculo recesivo, con lo que ve intensificada su dependencia de la financiación externa, agravando de este modo la situación financiera del estado nacional. Intensificados los graves problemas de la segunda etapa de desaceleración económica, el período que va desde 1999 al 2001 conjuga en un mismo escenario una profunda crisis social, una grave crisis económica y una progresiva crisis de autoridad y legitimidad de los poderes públicos.
4) 2002 a la actualidad La devaluación de la moneda y el proceso inflacionario afectan inmediatamente a todas las condiciones de vida de los sectores vulnerables de la sociedad que dependen de los ingresos del hogar. De este modo, inmensos grupos de la población que se encontraban en la frontera de la pobreza o de la indigencia, caen abruptamente en estas situaciones de padecimiento de condiciones de vida insuficientes para su pleno desarrollo. Este deterioro del poder de compra de los hogares es acompañado por una situación macroeconómica altamente inestable, la cual no permite mejorar la
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situación del mercado laboral, ni la necesaria recomposición del mercado de consumo interno. Esta crisis coyuntural, producto de la devaluación, conduce al conjunto de la población argentina a un nuevo horizonte de pérdida de acceso a los capitales económicos, simbólicos y sociales. Una crisis como la manifestada, se transforma, por su intensidad, en un nuevo salto cualitativo de signo negativo, donde toda la población cae un nuevo escalón, sólo que partiendo ahora de un nivel peor que el de 1989, fundamentalmente en lo que respecta a las redes de contención social que pudieran articular tanto el estado como la propia estructura social. La debacle producida entre los meses de diciembre del 2001 y Octubre del 2002 significa la caída de 750 mil hogares más por debajo de la línea de pobreza. Por su parte, un millón ochocientas mil personas más se ven imposibilitadas de cubrir sus necesidades alimentarias básicas; cantidad que sumada a los ya indigentes anteriores a Diciembre incrementa la cifra total a más de nueve millones de habitantes. Al tiempo que estos procesos se registran al interior de los sectores más profundamente desprotegidos de las sociedad argentina, tendencias del mismo signo afectan a la estructura social en su capas medias. La mayoría de estos nuevos pobres debe su situación al constante deterioro de los salarios, y a la incorporación sin pausa de personas en condiciones de trabajar a las filas de desocupados y subocupados. De modo que la pauperización creciente de los sectores medios de la sociedad se suma a la tendencia regresiva general de la estructura social argentina: si muchos pobres pasan a ser indigentes, muchos miembros de las capas medias pasan a ser pobres, generándose, por otro lado, una mayor presión sobre las instituciones públicas de salud y educación (ya deficientes en momentos menos urgentes de la crisis) y un aumento de las legítimas demandas orientadas a que el Estado asuma sus responsabilidades con la sociedad. La complejidad de la situación social que genera la cada vez más acentuada distribución regresiva del ingreso excede el ámbito socioeconómico, derivando en una grave crisis de representación, como ha sido demostrado por los sucesos de diciembre del 2001. De acuerdo a las estimaciones oficiales, durante el primer año de la devaluación la condición de pobreza supera ampliamente el 50% del total de la población y la indigencia se cuadruplica con respecto al mejor año del período (1993), superando el 27%. Las cifras se hacen especialmente dramáticas en las regiones del Noreste, Noroeste argentino y el segundo cordón del Conurbano bonaerense. De modo que la fragmentación de la estructura social argentina involucra como fenómeno sustancial la territorialización de la pobreza, esto es, la existencia no sólo de sectores sociales identificables por no tener el acceso a las condiciones mínimas necesarias para un desarrollo pleno, sino de regiones enteras del país cuyos habitantes, por su mera pertenencia geográfica, ven cercenadas sus oportunidades desde el nacimiento y son
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excluidos hasta de la participación de cualquier sueño -por más ilusorio que fuera- de prosperidad nacional. El año 2003 inaugura un panorama que con el recambio presidencial pareciera dar signos de revertir las tendencias negativas. El retorno al crecimiento económico, la estabilización de los precios, la gradual recomposición de los ingresos reales y la disminución de la desocupación a través de la implementación del plan jefes y jefas de hogar desocupado y un leve aumento de los empleos genuinos produjeron, para el primer semestre del año –y por primera vez en una larga década-, un leve descenso de la pobreza y la indigencia en la Argentina. En el año 2004 esta tendencia de mejora económica se mantuvo, lo que se refleja en los indicadores sociales. Así la incidencia de la pobreza en la población ha descendido del 57.5% que se registraba en Octubre de 2002 a 44,3% para el primer semestre de 2004 según datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. Por su parte, la indigencia bajó de 27.5% a 17% en el mismo lapso4.
EVOLUCION DE LA POBREZA EN LA ARGENTINA RECIEN (1990-2004) 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0 1990
4
1993
1995
1998
1999
2000
2001
2002
Hogares por debajo de LP
Hogares por debajo de LI
Poblaci n por debajo LP
Poblaci n por debajo LI
2003
2004
Los datos corresponden a las ondas de octubre de la EPH puntual hasta 2002, en 2003 se
utiliza el segundo semestre de la EPH continua y en 2004 el primero (último dato disponible).
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B. Pobreza y condiciones de vida en los hogares rurales de Argentina En América Latina, la pobreza más grave se encuentra en las zonas rurales, donde algunos indicadores de calidad de vida son comparables con el nivel promedio de países africanos5. En estas zonas, la pobreza es más difícil de superar por la conjunción de diversos factores que la explican: baja productividad, desnutrición infantil, menor acceso y baja calidad de la educación rural, lejanía, falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras culturales, estructura social dualizada, etcétera. Lamentablemente, existen pocas fuentes de información que den cuenta cabal de la situación actual del mundo rural en Argentina. Las principales encuestas oficiales sobre condiciones de vida y empleo centran su atención sobre las áreas urbanas excluyendo de su análisis a este sector que involucra al 10.7% de la población total del país distribuida en localidad de menos de 2000 mil habitantes o en el campo abierto (rural disperso)6. Los principales motivos que se esgrimen para justificar esta exclusión son la alta heterogeneidad de este sector: las grandes extensiones territoriales y la enorme diversidad climática y cultural, de las cuales dependen en gran parte los tipos de actividad que dan origen a los ingresos y, por ende, a situaciones de vida diferentes, impiden abordar en forma global este sector. Sin embargo en diversos países de América Latina con Institutos de Estadísticas con menor capacidad institucional incluyen a la población rural en las encuestas a hogares periódicas. Más allá de estas limitaciones, especialmente en los últimos años se han hecho algunos aportes sumamente enriquecedores para comenzar a desentrañar esta realidad tan compleja como diversa. Tanto desde la Dirección de Desarrollo Agropecuario de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación, como desde diversos organismos internacionales se han hecho enormes esfuerzos para comprender la situación actual y la evolución de las condiciones de vida en el mundo rural, con especial énfasis en una etapa en que las condiciones generales relevadas en los principales centros urbanos revelan una escalada exponencial de los índices de pobreza e indigencia y un pronunciado empeoramiento de las condiciones de vida generales de la población7. En este contexto, el presente apartado recoge en forma sumamente sucinta una serie de indicadores comparativos entre las áreas urbanas y rurales provenientes de
5 6
FIDA, Informe sobre la pobreza rural 2001. 1.232.226 en localidades menores a 2000 habitantes y 2.638.812 corresponden al área rural
dispersa (INDEC, Censo 2001) 7
Ver 1. La evolución de la pobreza en la Argentina reciente
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diversas fuentes, a fin de poder acceder a una primera aproximación general acerca de los niveles de vida y pobreza en los hogares rurales de Argentina.
Incidencia de la pobreza y la indigencia. Hacia el año 1997, CEPAL estimaba que la pobreza en América Latina alcanzaba al 78% de la población distribuida en área rural. Este porcentaje, según el mismo informe8 se habría mantenido estable durante la década de los 90, registrando una pequeña baja entre los años 1990 y 1994, para volver a valores prácticamente idénticos hacia el año 1997. La pobreza extrema relevada, según la misma fuente, alcanzaría al 47% de la población rural. En este cuadro, Argentina se encontraba entre los países latinoamericanos con menores índices de pobreza rural –menos del 30%-. Hacia fines del año 2002, devaluación y efecto inflacionario de por medio, datos del Banco Mundial revelan que la pobreza en el área rural agrupada de la Argentina9, alcanzaría valores entre 60 y 87% sobre el total de población de acuerdo a la región geográfica. Las regiones más postergadas, en sintonía con los datos relevados para las mismas fechas en área urbana, son el Noroeste y el Noreste Argentino10, donde la pobreza alcanza al 83.9 y 87.1% de la población residente en localidades menores a 2000 habitantes. Como contracara, la región menos afectada es la Pampeana, donde los niveles de pobreza en zona rural son prácticamente idénticos a los relevados en área urbana para el mismo período (59.6 y 57% respectivamente). Aún así, que la pobreza en todas las regiones sin excepción alcance al menos a 6 de cada 10 personas, habla a las claras de la gravedad de la situación.
8
CEPAL: La Brecha de la Equidad, 2000.
9
Banco Mundial: Estudio de Impacto de la crisis en los hogares Argentinos, 2002. Excluye rural
disperso. Las líneas de pobreza e indigencia se calculan de acuerdo a los ingresos del hogar, utilizando las canastas regionales construidas por el INDEC para los aglomerados urbanos. 10
Estos datos son coincidentes con un análisis de pobreza por NBI realizado por PROINDER
en el 2001.
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INCID ENC IA DE LA P OB R EZ A E N LA P OB LA C ION 9 0% rea rural agrupa da8 7.1 . 0 % rea Urba na .% 2002 8 3 .90 8 2 .5 0 %
T ota l a re a ru ra l T ota l a re a urb a n a
8 0% 72% 70%
6 9 .50 %
7 0% 62% 5 9 .60 % 6 0%
57%
5 0%
En porcentajes
45 %
4 0%
3 0%
2 0%
1 0%
0% P A M P E A NA
N EA
Fuente datos ‡rearural : elaboraci — npro piaenbase adatosdelEstudiodeImpacto delaCrisis en Fuente datos‡rea urbana : SIEMPRO, en basea datosdelaEPH, INDEC.
NO A
CU Y O
P A T A G O N ICA
los HogaresArgentinos, BancoMundial
.
El porcentaje de personas que no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades alimentarias básicas resulta igual de alarmante que el de pobreza, con un pico máximo en la región noreste, donde alcanza al 64.4% del total de la población rural. Dicha región se separa notablemente del resto, donde los valores oscilan entre el 28% (Pampeana) y el 43% (Noroeste). Por otra parte, en esta misma región, la brecha entre incidencia de indigencia en área rural y área urbana supera con amplitud a la de las demás regiones del país (64.4/42%).
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IN CIDE N CIA DE LA IN DIG EN CIA EN LA P O BLA CIO N rea rural agrup ada . rea U rban a. 200 2 70%
64 .60%
T otal are a rural
T otal are a urb ana
60%
50%
42%
4 3.10 %
42 .80%
40% 36%
En porcentajes
33 .70%
30%
30%
28.1 0% 27 %
2 0%
20%
10%
0% P A M P E A NA
N EA
Fuente datos ‡ rea rural : elaboraci — n propia en base a datos del Estudio deImpacto de laCrisis en Fuente datos ‡rea urbana : SIEMPRO, enbase adatos delaEPH,INDEC.
NO A
C UY O
P A T AG O N IC A
los Hogares Argentinos, BancoMundial
.
El reporte de la pobreza rural 2001, del Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura expone que para reducir la pobreza global las políticas deben enfocarse en las áreas rurales. Para sobreponerse a las desventajas de la lejanía, la falta de educación y salud pública, inseguridad y trabajos poco productivos, altas tasas de fertilidad y muy a menudo discriminación de las mujeres, grupos étnicos minoritarios, las personas pobres de las áreas rurales requieren acceder equitativamente a la tierra y al agua, a las tecnologías que incrementen los rendimientos de producción, a los mercados, al manejo de los recursos y al crédito y la capacitación. De acuerdo con el reporte, tales políticas no sólo promoverían el crecimiento económico sino también ayudarían a aliviar la pobreza urbana al evitar masivas migraciones del campo a las ciudades.
Tasas de actividad y desocupación. Las tasas de actividad y desocupación son indicadores que funcionan como punto de referencia general de la situación por el papel central que tienen en relación al desarrollo. El aumento de la pobreza está íntimamente ligado a la situación de las condiciones de empleo. La falta de trabajo constituye el primer eslabón de una cadena que deviene situaciones de pobreza extrema y exclusión social.
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A juzgar por el comportamiento de los principales aglomerados urbanos, la década de los 90 se ha caracterizado por un continuo crecimiento de la actividad propulsado especialmente por una mayor incorporación de mujeres y personas mayores al mercado de trabajo. Los cambios en las pautas culturales, el deterioro de los ingresos familiares y las dificultades que encuentran los jefes para insertarse satisfactoriamente al mundo del trabajo –más de un 10% de ellos son desocupados de larga datapresionan sobre las fuentes de trabajo agregando más de dos millones de personas a la PEA a lo largo de la década. Paralelamente, la generación de puestos de trabajo ha sido insuficiente e incluso regresiva, incapaz no sólo de absorber a los nuevos trabajadores sino también de mantener el empleo a los que ya estaban insertos. Para Octubre del 2002 la cantidad de ocupados es inferior a la de 1993, levemente superior a la de una década atrás, con un 20% más de activos que han pasado directamente a engrosar masivamente las filas de desocupados. Tomando como punto de partida el año 1991, la cantidad de desocupados del período ha crecido más del 400% en sólo diez años. La tasa de actividad del mundo rural se encontraba, hacia fines del 2002, unos cuatro puntos porcentuales por debajo de la tasa de actividad en los principales aglomerados urbanos. Hacia Octubre 2002, según datos EPH, la tasa de actividad urbana alcanzaba a 42.8%, con diferencias bastante marcadas entre ambos sexos. Mientras que el 52% de los varones se encontraban empleados o buscando empleo para entonces, entre las mujeres el porcentaje descendía a 34.5%. Entre tanto, en el universo rural agrupado, la tasa de actividad registrada por un estudio del Banco Mundial en Diciembre del mismo año alcanzaba al 38.1% del total de la población. Entre los varones se encontraban activos el 46.9% y entre las mujeres el 29.2%. La brecha existente entre ambos sexos se encuentra aún más inclinada hacia los varones en el área rural que en la urbana; por otra parte, cabe destacar que la diferencia parece todavía más notoria si se tiene en cuenta que habría menos de una de cada tres mujeres con una posición activa de cara al mercado laboral. No obstante estas diferencias, cabría suponer que existe una gran cantidad de empleos destinados especialmente a obtener ingresos no monetarios (vinculados al autoconsumo fundamentalmente) no declarados o al menos subregistrados, donde el rol de la mujer es a menudo protagónico. “En un mundo basado en valores completamente económicos, el trabajo femenino, con frecuencia no remunerado, no es considerado como productivo. De ésta forma, a pesar de que la mujer rural desempeñe un papel central en la economía de subsistencia y la seguridad alimentaria, su actividad se excluye de los cálculos económicos. En consecuencia las estadísticas agropecuarias tienden a subvalorar y omitir variables indispensables para obtener una visión más real de la actividad del sector y del desarrollo rural. Ello
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conduce a un profundo desconocimiento de la situación de la economía agraria que a su vez limita las posibilidades de acción.”11 La tasa de desocupación, hacia fines del 2002, alcanzaba a un tercio de la población económicamente activa del área rural, lo que significa un 80% más que la tasa relevada para áreas urbanas. Por otra parte, es aquí donde la diferencia de género se hace más ostensible: mientras que en los aglomerados urbanos los valores de la tasa de desocupación en ambos sexos son prácticamente idénticos, las dificultades para encontrar empleo en el área rural afecta en una medida mucho más significativa a las mujeres que a los hombres (34.9% y 26.1%).
TA SA D E ACTIVID AD , TASA D E EMPL EO Y TAS A DE DE SOC UPA CIO N rea rural agrupada. rea urbana. 2002
60.0
52.0 50.0
46.9 42.8 38.1
En porcentajes
40.0
34.5
30.0
34.9
29.4
29.2 26.1
20.0 17.9 17.8 18.0
10.0
0.0
tasa de actividad
Total area rural Total area urbana
varon area rural
tasa de desocupacion varon area urbana
mujer area rural mujer area urbana
Fuent edatosárea rural : elaboraci ón propia en base a datos del Estudio de Impact o los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial Fuent edatos área urbana : SIEMPRO, en base a datos de la EPH, INDEC.
De acuerdo con el tipo de actividades predominantes en el mundo rural, un estudio de PROINDER sostiene que el universo de la pobreza rural muestra tres grandes grupos de principales perjudicados: en primer lugar el de aquellos que se encuentran desplazados de las actividades económicas, en segundo lugar quienes dependen de la economía familiar y en tercer lugar aquellos que cuentan con un componente de
11
Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación: C e n s o s
Agropecuarios y Género-Conceptos y Metodología, Julio de 1998
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trabajo asalariado en el sector privado. Otras ocupaciones con menor peso en el sector rural la integran empleados públicos y el servicio doméstico12. Las perspectivas del empleo post-devaluación se perfilan algo más promisorias. El crecimiento económico del último semestre ha conseguido bajar levemente el desempleo en los sectores urbanos básicamente por el resurgimiento de actividades vinculadas a la exportación. Sin duda el mundo rural ha sido uno de los principales favorecidos con el nuevo tipo de cambio, lo cual llevaría a suponer que la creación de fuentes de trabajo ha conseguido morigerar, aunque sea levemente, las graves carencias en este sentido.
Los ingresos de los hogares. Una de los rasgos más sobresalientes del período 1991-2002 ha sido el aumento progresivo de la brecha entre los que están en los primeros y últimos escalones de la escala distributiva. Hacia Octubre del 2002, para los principales aglomerados urbanos, el decil de población más rico recibía un ingreso que equivalía a 46 veces el ingreso del decil más pobre. A lo largo del período la concentración de ingresos se ha transformado en una de las consecuencias más características del modelo económico implementado. El veinte por ciento de los que más tienen acaparan hoy casi la mitad de la riqueza producida en nuestro país, mientras que los más pobres tan sólo reciben el 6% de los ingresos. Esta creciente desigualdad, que se incrementa año tras año -para Octubre del 99 la relación era de 34/1- deviene situación de inequidad distributiva implicando la imposibilidad de una gran cantidad de población de acceder a lo mínimo indispensable para subsistir. De acuerdo con datos del Banco Mundial, en las localidades menores a 2000 habitantes (nuevamente es necesario recordar que excluye al mundo rural disperso) si bien la brecha entre los sectores de más altos y más bajos ingresos no sería tan pronunciada como en los aglomerados urbanos(17/1 según el Estudio de Impacto de la crisis en hogares argentinos), los niveles de ingresos medios son significativamente más bajos que en estos últimos: hacia Diciembre del 2002, el ingreso per capita familiar promedio era de $169, es decir, cuarenta pesos por debajo del promedio urbano, con especiales carencias en las regiones Noreste, Noroeste y Cuyo. La pérdida de ingresos profundiza la crisis especialmente de aquellos hogares donde los niveles de estudios de los jefes son magros. Formar parte de un hogar con bajo nivel de estudios significa gozar de un ingreso per capita equivalente a dos terceras partes del ingreso per capita promedio. Más aún, si este hogar alberga niños en su seno, el ingreso per capita ronda un tercio del ingreso promedio o un quinto del ingreso de los hogares sin niños.
12
Murmis, M: Pobreza rural, Diversidad de situaciones ocupacionales, PROINDER, Bs. As.
2001
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El aumento de la desocupación, la subocupación, el importante corrimiento de trabajadores hacia sectores de menor productividad y el deterioro en el nivel de los ingresos afecta a un porcentaje importante de la población Una familia promedio en pequeñas localidades rurales (cinco miembros aproximadamente) poseía hacia fines del 2002 un ingreso medio mensualizado de unos 580 pesos.
ING RE S O PE R CA P ITA FAM ILIAR (IPC F) MED IO. rea rural agrupad a. rea urban a. En pesos . 200 2 $300
En pesos mensuales
Total area rural
$276
Total area urbana
$250
$227
$221
IPCF medio del total de aglomerados ZONA URBANA = $210 $200
$189
IPCF medio del total de aglomerados ZONA RURAL = $168.9
$179
$153 $150
$139 $120
$117 $102 $100
$50
$0
PAMPEANA
NEA
NOA
CUYO
PATAGONICA
Fuent eda tosárea rural : elaboraci ón propia en base a da tos del Es tudio de Impact o los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial Fuent eda tos área urbana : SIEMPRO, en base a dat os de la EPH, INDEC.
A partir de la crisis post devaluación, los hogares rurales han desarrollado una serie de estrategias a fin de amortiguar el impacto en el deterioro de los ingresos. Entre estas estrategias adaptativas es especialmente subrayable el incremento de elaboración de productos caseros para consumo en el hogar; este punto es destacable ya que, de acuerdo con un estudio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, al menos para las provincias de Santa Fe, Mendoza y Río Negro, entre el 77 y el 82% de los hogares obtenían en el 2001 ingresos no monetarios provenientes básicamente de la autoproducción de alimentos. Estas fuentes monetarizadas, representaban entonces un 6% del total de ingresos de los hogares rurales.13 Por lo tanto, si el incremento de este tipo de productos con posterioridad a la devaluación alcanzó a 7 de cada 10 hogares en área rural no dispersa según estimaciones de la encuesta del Banco Mundial, cabría suponerse que hoy en día la
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Gerardi, Alejandro: Ingresos y Gasto de los hogares rurales de Mendoza, Río Negro y Santa
Fe, 2001.
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proporción de ingresos no monetarios podría representar una parte todavía más sustancial del total de ingresos que al momento de aquel relevamiento.
Entre otras estrategias para enfrentar la crisis, las más utilizadas por los hogares son la sustitución de alimentos por otros más baratos, la disminución en el consumo de alimentos en general y la sustitución o suspensión de productos no alimentarios.
PO RC E NT A JE DE HO G AR E S QU E RE C UR R IER ON A DIV ER S AS ES TR A TE GIA S FR E NT E A LA CR ISIS POS T -D E VA LUA C ION rea rural agrupad a*. Diciem bre de 200 2 sustituyo alimentos por otros mas baratos
91.40% 88.90%
disminuyo la compra de vestido/calzado
84.50%
disminuyo el consumo de alimentos en general
80.20%
dejo de comprar productos no alimentarios
79.90%
sustituyo la compra de productos no alimentarios 70.80%
increment elaboracion propia para consumo disminuyo el consumo de harina
62.20% 57.40%
disminuyo el consumo de yerba comenzo a comprar articulos de 2a mano
42.70%
hace menos uso de servicios de entretenimiento destino mayor proporcion de lo producido al consumo
En porcentajes
42.40% 41.50%
sustituyo el tranporte publico por bicicleta
31.10% 29.50%
cancelo seguro de salud hace menos uso de servicios informativos
27.00% 19.40%
ha comenzado a fabricar cosas en su hogar para la venta participa en alguna modalidad de trueque
14.10%
participa en comedores escolares
7.50% 6.30%
algun miembro se retiro de la escuela lleva con menor frecuencia a control medico a ni o s
5.50% 4.60%
participo en piquetes de protesta 0.00%
10.00%
20.00%
30.00%
40.00%
50.00%
60.00%
70.00%
80.00%
90.00%
100.00 %
Fuent e: elaboraci ón propia en base a datos del Est udio de Impacto los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial . * Excluye rural disperso.
Condiciones de vida: acceso a la salud, a la educación y a los servicios públicos. A pesar del agravamiento general de la situación social, la asistencia de niños en edad de escolarización obligatoria se incrementó año tras año en las áreas urbanas14. En este sentido, las metas de ampliar los niveles de obligatoriedad haciéndola extensiva a los niños de 5 años para el caso del primario, y a los adolescentes entre 14 y 15 para el caso del secundario-, continuaron una línea de mejora a lo largo de estos años. Entre los asistentes al secundario, observando una línea de tiempo que incluya largos plazos hacia atrás, se puede afirmar que existe una tendencia hacia una mayor asistencia escolar, incluso en los sectores más pobres. Hacia Octubre de 2002, la tasa de asistencia en el total de aglomerados urbanos para niños de 6 y 12 años alcanza al 99%, desciende a 97% en la franja 13-14 y a 84% 14
Novacovsky y Adúriz: Observatorio de la infancia y la adolescencia, Save the Children, 2002.
Pág. 17
entre la población de 15 a 17 años. En áreas rurales agrupadas (localidades de menos de 2000 habitantes) estas tasas descienden considerablemente; la tasa de escolarización primaria se ubica en 92%, cayendo al 90% entre adolescentes de 13 y 14 años y a 78% entre los jóvenes de 15 a 17 años.
TA SA D E ASIST ENC IA ESC OLA R POR GRU POS rea rural agrupada. rea urbana. 2002 100
99
DE EDAD
97.5
92
Total area rural
Total area urbana
89.7
90
84 77.8
80
En porcentajes
70
60
50
40
30
20
10
0 6-12 A OS
13-14 A OS
15-17 A OS
Fuent edatosárea rural : elaboraci ón propia en base a datos del Estudio de Impact o los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial Fuent edatos área urbana : SIEMPRO, en base a datos de la EPH, INDEC.
Lamentablemente no se cuenta con datos concretos sobre el desenvolvimiento de los niños y jóvenes de la áreas rurales en el sistema escolar. Diversas fuentes remarcan que este es hoy un problema bastante más acuciante que el de la asistencia en las áreas urbanas, ya que se estima que el 41% de los niños que asisten al secundario lo hacen con retraso. El retraso y el abandono de la escuela evidencia la imposibilidad que tiene el sistema educativo para transformar esa asistencia masiva en un proceso de aprendizaje estructurado, con buenos niveles de continuidad. Cada vez más, los niños procedentes de hogares con carencias encuentran limitaciones para completar plenamente su formación. Comienza, de esta forma, una trayectoria que más adelante se transformarán inevitablemente en una desventaja al momento de afrontar el mundo del trabajo. En una coyuntura como la actual, donde la escasez de la oferta de puestos y la excesiva presión de la demanda sobre el mercado de trabajo expulsa a los menos calificados, los jóvenes provenientes de hogares
Pág. 18
pobres, de conseguir un empleo, sólo pueden aspirar a alcanzar, con suerte, una situación similar o no mucho peor que la de sus padres. Con relación al acceso a la salud, en los últimos años se ha constatado una tendencia al debilitamiento de las prestaciones de salud pública. Las deficiencias de acceso se han agudizado por el deterioro de la oferta pública y una importante ampliación de la demanda de los sectores que han perdido su cobertura, poniendo en riesgo especialmente a los grupos más vulnerables (embarazadas, ancianos y niños). El sistema de salud debería operar, en relación a estos grupos en las regiones más pobres del país, como un dique de contención de la influencia negativa de las condiciones estructurales desfavorables de modo de garantizar su supervivencia. Sin embargo, la realidad nos muestra que son precisamente estas regiones las que tienen peores resultados de sus sistemas de salud pública, con lo cual lejos de contener la influencia de un contexto adverso, lo que hacen es reproducir esas mismas restricciones al interior de un período sumamente frágil de la vida. Cabe destacar, además, la difícil situación que viven los hogares argentinos para cubrir las necesidades alimenticias básicas en cantidad y calidad suficiente como para evitar caer en zona de riesgo nutricional. Esto resulta especialmente preocupante para los niños entre el período de gestación y los dos primeros años de vida, cuando el déficit de nutrientes deja secuelas irreversibles. Debido a la mala alimentación los chicos pierden peso y quedan expuestos a un riesgo muy alto de contraer enfermedades infecciosas; más tardíamente, y en mejor de los casos, se manifiesta un déficit en la talla y un retardo definitivo en el desarrollo intelectual.
Pág. 19
C OB E RT UR A DE SA LUD rea rural ag rup ada *. Diciem bre de 20 02
100.00%
90.00%
En porcentajes
80.00%
45.70%
48.10%
HOSPITAL PUBLICO
70.00%
60.00%
11.30% 50.00%
11.10%
PREPAGA, PLANES Y SERVICIO EMERGENCIAS
40.00%
OBRA SOCIAL (incluye PAMI)
30.00%
43.10%
40.80%
20.00%
10.00%
0.00%
antes de la devaluacion
dic-02
Fuent e: elaboraci ón propia en base a datos del Est udio de Impacto los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial . * Excluye rural disperso.
Las falencias de acceso a servicios públicos completan el cuadro de situación al que quedan expuestos los hogares con menores recursos. En el área rural agrupada la falta de agua corriente de red pública alcanza a 1 de cada 4 hogares y la falta de cloacas y gas de red a más de 8 de cada 10 hogares. Las principales enfermedades relacionadas a la falta de agua y saneamiento son diarreas, cólera, ascariasis, filaria y esquistosomiasis. En Argentina, de acuerdo a datos del Banco Mundial, se generan unas 100 muertes por año por estas causas y se traduce en un costo económico anual de alrededor de US$ 14 millones. Además de los casos notificados de diarrea (una enfermedad que a menudo cuesta vidas de recién nacidos) se estima que 800000 familias están expuestas a niveles intolerables de arsénico y otro tanto se expone a la contaminación con nitrato. Si la situación del área rural agrupada se encuentra hoy a tanta distancia del área urbana, es de prever que en las áreas rurales dispersas estos porcentajes resulten aún más desalentadores.
Pág. 20
A C C E S O A S E R V IC IOS rea rural agrupada. rea urbana. 2002 100%
96.80%
98.80% 91.60%
90% Total area rural 80%
Total area urbana
77.70% 72.60%
70.90% 70%
En porcentajes
65.50% 60%
50%
40%
30%
26.00%
20% 15.30%
16.40%
10%
0% electricidad
agua corriente
cloacas
gas de red
telefono de l nea
Fuent e: elaboraci ón propia en base a da tos del Est udio de Impac to los de Hogares la Crisis en Argent inos, Banco Mundial .
Pág. 21
B. SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA PROVINCIAL Se consideran algunas dimensiones analíticas que sirven de base para contextualizar la situación social de la provincia. Estas condiciones dan el marco general de la situación de implementación del programa. Población. Residían en Corrientes en el año 2001, 930.991 personas, representando al 27,6% de la población del NEA y al 2,6% del total nacional.
El crecimiento
poblacional anual de la provincia fue del 1,5 en el período intercensal 1991 y 2001 mostrando valores inferiores al promedio de la región (1,76). Este resultado puede relacionarse con el bajo nivel de la tasa natalidad provincial el que se encuentra por debajo de la del resto de las provincias que componen el NEA. No obstante el crecimiento poblacional sigue siendo elevado cuando se lo compara con el promedio nacional (1,5 por mil).
Crecimiento poblacional. Tasa media anual período 1991-2001 (0/000). CENSO 1991 - 2001 Tasa media anual Total país
1,05
NEA
1,76
Corrientes
1,51
La urbanización alcanza en 2001 al 79% de la población, con una concentración del 35,3% de la población urbana en la capital provincial. En términos de evolución, en 1991 la provincia tenía un 26% de su población residiendo en áreas rurales, nivel que se reduce al 21% en 2001. Los valores de población rural son moderados en relación al NEA, pero duplican los del promedio nacional (del 12% en 1991 y 10 % para 2001).
Población en área urbana y rural de la provincia de Corrientes. CENSO 1991 - 2001. 1991
2001
Total*
795,594
930,991
Urbana
589,853 (74,1%)
739,040 (79,4%)
Pág. 22
Rural
205,741(25,9%)
191,951(20,6%
Agrupada
31,441
31,258
Dispersa
174,300
160,693
* Se excluye la población censada en la calle
En relación a los hogares, de 225.878 hogares registrados en 2001 en la provincia, el 20% se encontraba en zonas rurales, mientras el promedio nacional se ubicaba muy por debajo, 12%.
Hogares en áreas urbanas y rurales de la provincia de Corrientes. CENSO 2001. Total
Urbano
Rural
Total país
8.562.875
7.551.306 (88%)
1.011.569 (12%)
Corrientes
225.878
180.842 (80%)
45.036 (20%)
Por otra parte, la distribución por edades de la población continúa presentando una pirámide poblacional con una base más amplia que la del total país: en el último censo un 34,5% de la población era menor de 15 años en la provincia, en relación al 28% del total país. Si consideramos además, al 6,9% mayor de 64 años, la provincia tiene un coeficiente de dependencia potencial15 de 0,7.
Pobreza estructural. En 2001 la pobreza estructural medida en términos de necesidades básicas insatisfechas (NBI), afectaba al 24% de los hogares de la provincia de Corrientes, mostrando valores levemente inferiores al promedio de las provincias que componen el NEA (25,4%). Sin embargo, si se observa la evolución para el período intercensal, la provincia de Corrientes exhibe un menor logro relativo de la reducción de la pobreza entre 1991-2001. Los datos publicados en los dos últimos censos dan cuenta de una variación porcentual negativa de –11% en Corrientes, en relación al –17% del promedio regional.
Evolución de hogares con NBI en la provincia de Corrientes y en el NEA. CENSO 1991 – 2001 1991
2001
179.041
225.957
48.159 (27,6%)
54.341 (24,0%)
Corrientes Total hogares Hogares con nbi
15
(Población 0-14 años + 64 y más) / población 15-64 años.
Pág. 23
NEA Total hogares Hogares con nbi
638.868
813.551
195.938 (30,6%)
207.269 (25,5%)
Según esta fuente la pobreza estructural en el mundo rural afectaba a un 43% de los hogares de la provincia, valor sensiblemente superior al promedio nacional rural.
Proporción de hogares con NBI en zonas rurales. Censo 1991. total rural
Rurales con nbi
Total país
1.011.569
325.787 (32%)
Corrientes
44.926
19.171 (43%)
Nota: dato no disponible para Censo 2001.
Deficiencias habitacionales. Las deficiencias habitacionales que presentan los hogares de la provincia pueden desagregarse en diversas dimensiones. Según el censo 2001, en el 9% de los hogares de la provincia encontramos más de 3 personas por cuarto, lo que asciende a un 15% en términos de la población afectada por la condición de hacinamiento. En el caso de las viviendas tipo rancho, casillas o los locales no construidos para habitación esta problemática asciende al 26% de los hogares. Por otra parte, un tercio de los hogares (32%) de la provincia tienen inodoro sin descarga de agua o carecen totalmente del mismo. Estos valores, prácticamente duplican la proporción de hogares en el total país con estas carencias sanitarias (16,8%). A su vez, un 31% de los hogares de la provincia no cuentan con agua por cañerías dentro de la vivienda, siendo que un 23% se provee de agua fuera de la vivienda pero dentro del terreno y el restante 8% se provee de agua fuera del terreno. Pero más allá del tipo de provisión (dentro o fuera de la vivienda) un 81% de los hogares cuenta con acceso al agua corriente de la red pública, nivel que se encuentra dentro de los parámetros del total país (20%)
Fuente de aprovisionamiento de agua para beber y cocinar de los hogares. Corrientes. Elaboración propia en base a CENSO 2001.
Procedencia DEL AGUA
Pág. 24
Red pública (agua corriente)
81,7%
Perforación con bomba
6,5%
Pozo con bomba
2,4%
Pozo sin bomba
7,7%
Agua de lluvia
0,3%
Transporte por cisterna
0,2%
Río, canal, arroyo
1,2%
Además de la falta de provisión de agua al interior del hogar y la ausencia de inodoro con descarga, debe considerarse la existencia de un 15% de los hogares que no tienen piso de cerámica, baldosa, mosaico, mármol, madera o alfombrado (por lo general piso de tierra o ladrillo). Según el CENSO 2001, las deficiencias habitacionales antes destacadas afectan a un 24% de los hogares (residentes en viviendas de tipo casa “b”). Si a esto se le agrega un 14% de hogares residentes en ranchos, casillas, pieza en inquilinatos, locales no construidos para habitación y viviendas móviles el porcentaje de hogares con déficit se eleva a un 38%.
Viviendas particulares ocupadas con características deficitarias (%) Corrientes y total país. CENSO 2001. Total VIVIENDAS DEFICITARIAS TOTAL PAÍS CORRIENTES
Viviendas tipo b*
Viviendas precarias**
Urbana
Rural
Urbana
Rural
Urbana
Rural
20,3
63,3
13,4
41,9
6,9
21,4
38,1
24,3
13,8
*Cumplen al menos una de estas condiciones: no tienen provisión de agua por cañería dentro de la vivienda, carecen de retrete con descarga, tienen piso precario (tierra u otro material) **
Incluye ranchos o casillas, inquilinatos, locales no construidos para habitación y viviendas
móviles (no se consideran los hoteles ni pensiones).
Pobreza e indigencia por ingresos. La pobreza por ingresos mide la insuficiencia de los hogares para alcanzar una canasta básica de consumo. Si bien no se cuenta con información que discrimine la situación en el mundo rural en relación a estas dimensiones, estos indicadores, más sensibles a las coyunturas socioeconómicas, contribuyen también a contextualizar la situación provincial. Según los datos relevados por la EPH (Encuesta permanente de hogares continua del INDEC) en el primer semestre de 2004, el principal aglomerado urbano de la provincia tiene un 53% de los hogares bajo la línea de pobreza y 25,7% bajo la línea de indigencia, esto es, que no alcanzaban una canasta mínima de alimentos.
Pág. 25
Pobreza e indigencia en Corrientes. EPH, primer semestre de 2004. POBREZA
INDIGENCIA
Incidencia %
Incidencia %
HOGARES
53,0
25,7
POBLACIÓN
63,0
33,7
Estos niveles de pobreza implican una leve mejoría luego del gravísimo deterioro social de los años recientes. En mayo de 2001 la pobreza afectaba a un 42% de los hogares y en mayo de 2002 la pobreza había subido al 55,7%, incrementándose además la participación de los hogares indigentes. En el primer semestre de 2003 se registraron los niveles de deterioro más altos con un 64,4% de los hogares bajo la línea de pobreza y un 38,6% bajo la indigencia. A partir del segundo semestre de ese año ambos indicadores bajan significativamente, tendencia que se mantiene aunque atenuada en los datos del primer semestre de 2004. Cabe destacar que el NEA fue la región más afectada por el incremento de la pobreza urbana en los últimos años. Así mientras que en mayo de 2003 un 59,7% de los hogares en el NEA eran pobres por ingresos, en el total de los aglomerados urbano relevados por la EPH este nivel descendía al 42,6%. En el primer semestre de 2004 la diferencia se mantenía, el NEA sigue siendo la región con mayor incidencia de la pobreza y la indigencia, afectando la primera a un 49,9% de los hogares frente a un 33,5% del total de aglomerados, y la segunda a un 22,6% frente a un 12,1%. .
Empleo. Históricamente la tasa de actividad del aglomerado urbano de Corrientes fue inferior al promedio nacional, y entre 1990 y 1995 (cuando la TA ese mantuvo alrededor del 32%) estuvo por debajo de los otros aglomerados del NEA. A partir de ese año su participación sube (se mantendrá en torno a los 35,5% en los años siguientes) y supera a la de Resistencia y Formosa y es similar a la de Posadas, finalmente a partir de 2001 su participación es superior a la del resto del NEA (a partir de octubre de ese año alcanza una tasa de actividad del 38% que se mantiene hasta 2004). Sin embargo los niveles de participación laboral de la población de Corrientes, estuvieron acompañados de un estancamiento de la tasa de empleo y de niveles muy elevados de desempleo que muestran las dificultades de la economía local para dar empleo a la población demandante. En el período 1900-2002 la tasa de empleo se mantiene en torno al 30%, a partir de 2003 comienza a elevarse gradualmente, alcanzando el 33% en el segundo semestre de 2003 y el 34% en el primero de 200416. En el período entre 1995 y 2000 la tasa promedio de desocupación alcanzó al 12% de la población económicamente activa del aglomerado urbano de Corrientes, superando la desocupación promedio en Resistencia que se mantuvo alrededor del 10,5 %, la de Posadas de 5,3 % y la de Formosa 6,3% (promedio de tasas correspondientes a EPH, ondas mayos y octubres). Desde fines de 2000 se ve una tendencia creciente del 16
Para los valores a partir de 2003 se toman los datos de la EPH continua.
Pág. 26
desempleo hasta alcanzar el pico de 23% en mayo de 2002, valor 9 p.p. por encima de los otros aglomerados del NEA y levemente superior a la del total de aglomerados. La mejora de la situación del empleo en 2003 tiene un fuerte impacto, lo que se refleja en que en el primer semestre de 2004 la desocupación afecta al 10,3 por ciento de la población, cifra superior a la de Formosa y Resistencia pero inferior a la de Posadas y 4 p.p. por debajo del promedio del total de aglomerados urbanos. Esta reducción, se explica en gran parte por la implementación del Plan Jefas y Jefes de Hogar, según datos del ministerio de trabajo la provincia de corrientes recibía 59 mil planes en octubre de 2002, 67 mil en junio de 2003 y 59 mil a principios de 2005. En el período poco menos de la mitad de los planes se concentran en la ciudad de Corrientes y casi dos tercios de los beneficiarios son mujeres. Según datos de la EPH los beneficiarios del plan representaban el 11,5% de los ocupados totales en el 2004, porcentaje mayor al de Posadas pero inferior al de Resistencia y Formosa (8,2%, 14,1% y 15,1% respectivamente). Otro de los aspectos destacables fue la fuerte caída del empleo privado formal y estable, registrándose, por oposición, un aumento de la categoría de trabajadores independientes y de los niveles de informalidad e inestabilidad, que son expresión de la subutilización de la mano de obra. Así la tasa de subocupación demandante registró en el período 2000-2003, un 11% promedio, valor que se ubican por encima de la subocupación demandante en Resistencia (9,3%) y de Formosa (6,4%). En 2004 el aglomerado de Corrientes mantiene una incidencia de la subocupación demandante del 11,4% manteniéndose por encima del porcentaje de los otros aglomerados del NEA. Por otra parte, los niveles de empleo no reflejan necesariamente la evolución de las condiciones de vida e inclusión de la población. Al interior de los asalariados la precariedad medida por falta de beneficios jubilatorios afectaba a un 60% de quienes trabajaban en relación de dependencia en el primer semestre de 2004. El deterioro de la situación laboral de la provincia, refleja la pérdida en la participación en el producción nacional que ha sufrido en los noventas Corrientes, dejando como balance uno de los productos per cápita más bajos del país, desequilibrios importantes en el mercado de trabajo y niveles muy altos de pobreza e indigencia. A su vez, como se desprende de un informe del PROINDER en base a datos del CENSO 200117, en el mundo rural, la preeminencia del empleo en agricultura frente al
17
C. Craviotti, A. Gerardi: Implicancias del empleo rural no agropecuario en los hogares rurales
de Mendoza, Río Negro y Santa Fe, SERIE Estudio e investigaciones, PROINDER, SAGPYA, 2002.
Pág. 27
resto de las ramas es pronunciado en esta provincia en relación al resto del país: un 65,5% de la población ocupada, esta inserta en el sector agropecuario, en relación al 57,8% del total país.
Pág. 28
Población ocupada de residencia rural según rama de actividad económica (PROINDER, en base a reprocesamiento del Censo de Población de 1991)
GBA
TOTAL POBLACIÓN
POBLACIÓN
% OCUPADA EN
OCUPADA EN
OCUPADA EN
AGRICULTURA
AGRICULTURA
RESTO DE RAMAS
3,812
5,205
42.27
144,665
119,978
54.66
Catamarca
10,809
17,781
37.80
Córdoba
87,237
77,839
52.84
Corrientes
46,266
24,291
65.57
Chaco
92,013
19,741
82.33
Chubut
10,152
8,713
53.81
EntreRíos
52,910
38,079
58.15
Formosa
34,765
16,538
67.76
Resto de GBA
Jujuy
20,379
11,232
64.46
La Pampa
16,577
13,416
55.27
La Rioja
6,957
12,684
35.42
Mendoza
69,350
48,935
58.62
Misiones
84,291
36,369
69.86
Neuquen
9,922
10,611
48.32
Río Negro
21,375
16,979
55.73
Salta
40,553
23,054
63.75
San Juan
17,255
12,468
58.05
San Luis
10,661
11,501
48.10
Santa Cruz
3,225
3,653
46.91
Santa Fe
84,590
67,121
55.75
Santiago
54,310
29,064
65.14
Tucumán
39,549
49,320
44.50
440
378
53.78
962,063
674,950
58.77
Tierra del Fuego Total
Según este informe, podría existir un vínculo entre empleo en esta rama y la pobreza estructural, como se desprende de los mayores niveles de NBI entre residentes rurales con ocupación principal en agricultura y los ocupados en otras ramas. Tal como se desprende de los datos presentados el vínculo entre pobreza estructural e inserción ocupacional en la agricultura registrado en varias de las provincias, resulta válido para el caso de Corrientes en donde la proporción de población con necesidades básicas insatisfechas solo aumenta 7.64 p.p. para los ocupados en la agricultura.
Pág. 29
Porcentaje de la población rural con NBI según ocupación principal (PROINDER, en base a reprocesamiento del Censo de Población de 1991) NBI entre población rural
NBI entre población rural
ocupada en agricultura (%)
ocupada en otras ramas (%)
GBA
30.95
27.56
Resto de Buenos Aires
12.84
12.99
Catamarca
46.19
34.80
Córdoba
18.52
19.12
Corrientes
42.62
34.98
Chaco
62.04
43.96
Chubut
30.88
25.51
Entre Ríos
20.51
19.85
Formosa
53.31
48.99
jujuy
60.00
44.85
La Pampa
17.22
11.56
La Rioja
51.35
35.65
Mendoza
32.29
23.09
Misiones
44.75
34.34
Neuquen
45.23
34.32
Río Negro
32.87
25.91
Salta
66.44
52.76
San Juan
34.42
24.59
San Luis
37.19
31.21
Santa Cruz
25.83
28.30
Santa Fe
22.14
15.75
Santiago del Estero
57.00
44.88
Tucumán
45.46
38.55
Tierra del Fuego
28.86
25.66
Total
35.99
26.49
Salud. La precariedad laboral se condice con similares niveles de vulnerabilidad por falta de cobertura de salud entre la población. De acuerdo a datos del censo 2001, la población sin obra social y/o plan de salud privado o mutual llegaba al 62%. Estos valores se encuentran por encima del promedio nacional: del 48% para el conjunto de la población de acuerdo al CENSO. Los datos de la EPH para 2004 muestran una situación similar, en el aglomerado de Corrientes un 56% de la población no tenía ningún tipo de cobertura de salud frente a 44% del resto de los aglomerados urbanos. La situación es especialmente grave entre los niños hasta cinco años que carecen en un 68,5% de cobertura, 14,4 p.p. por encima del promedio nacional. Por otra parte, los niveles de mortalidad infantil siguen siendo muy elevados en la provincia los que alcanzan el 23.5 ‰ nacidos vivos, en relación al 16,3 en el total país.
Pág. 30
Educación. La escolaridad básica se encuentra ampliamente difundida en la provincia, mostrando en muchos aspectos una mejor situación relativa que el resto del NEA. Así se observa que la tasa de analfabetismo es del 6,5% y la tasa neta de escolarización combinada entre el nivel de educación primario y secundario es del 81,0%. El porcentaje de la población económicamente activa (PEA) con estudios secundarios completos dentro del aglomerado urbano relevado por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en el primer semestre de 2004 es del 52,5%, representando la más elevada del NEA (el promedio de los otros tres aglomerados es 44%). En cuanto a la asistencia por tramos etarios el aglomerado urbano de Corrientes presenta indicadores similares a los del promedio del país (EPH primer semestre 2004). La única brecha importante respecto al promedio nacional es la asistencia escolar de niños de cinco años (75%). Esta indicador se encuentra 15 puntos porcentuales por debajo del valor que registra el total de aglomerados urbanos del país; cabe aclarar que esta menor asistencia es similar con los indicadores que se registran en Posadas, pero muy inferior a la de Resistencia y Formosa. Para el tramo etario 6 a 12 años -coincidentes con el nivel primario de educación formal- las tasas de asistencia escolar son similares al promedio nacional. En relación a los grupos etarios, el de 13 a 14, tiene diferencias negativas de apenas dos puntos porcentuales, en el tramo de 15 a 17 la provincia exhibe una tasa de asistencia significativamente inferior al promedio del total de aglomerados urbanos (-8 p.p.) y a la del resto de los aglomerados del NEA (entre -8 y -13 p.p.). Llamativamente para el grupo de edad de 18 a 24 años Corrientes tiene una tasa de asistencia que se encuentra 14 p.p. por encima de la nacional urbana y también por encima de la del resto de los aglomerados del NEA (entre 10 y 8 p.p.). Por su parte, la problemática de los jóvenes excluidos del sistema educativo y sin posibilidad de inserción en el mercado laboral alcanzaba en el primer semestre de 2004 a 11,6% de los jóvenes entre 15 y 24 años18. Estos valores son similares a Formosa y levemente superiores a Resistencia y Posadas. Economía. Según datos de la Agencia de Desarrollo de inversiones19, la provincia tenía al año 2001 un PBG superior a los 2.600 millones de pesos (representando el 1,1% del producto nacional). El PBG de la provincia está conformado en un 17% por el sector primario, 26% por el secundario y 57% por el terciario.
18
Este valor excluye a las personas que se declaran como amas de casa.
19
Regiones donde Invertir, Fichas estadísticas, ADI, Abril, 2004.
Pág. 31
Las actividades primarias y agroindustrias constituyen la base de su economía. El tabaco, los cítricos, el arroz, la yerba mate, el té, la soja y el algodón son los principales cultivos. La ganadería se da con predominio de la raza cebú debido a que las condiciones ecológicas son desfavorables para la adaptación de las razas europeas. La industria está representada por la elaboración de tabaco y cigarrillos en la ciudad de Goya - donde desde 1995 funciona en Goya un parque con promoción provincial-; derivados de cítricos en Bella Vista; y molinos arroceros, establecimientos textiles, curtiembres y astilleros en la capital, Corrientes.
Producto Bruto Geográfico, Provincia de Corrientes, año 2001. (en $MM a precios constantes de 1993). Sector
$
%
Sector primario
440
16,7%
Agropecuario, silv.cultura, caza, pesca
428
16,3%
Explotaciones de minas y canteras
12
0,5%
SECTOR SECUNDARIO
689
26,2%
SECTOR TERCIARIO
1.499 57,0%
Dentro del sector primario, las actividades agropecuarias, silvicultura, caza y pesca explican prácticamente la totalidad del PBG del sector, dado que la explotación de minas y canteras tiene un peso residual. De acuerdo a la información que releva la Dirección Nacional de Programación Económica Regional20 la actividad ganadera es la actividad económica más tradicional de la provincia y ocupa la mayor parte del territorio dado su carácter extensivo. El stock de ganado bovino era en 2001 de 3,5 millones de cabezas y en el caso del ganado ovino el rodeo ascendía en 2001 a 860 mil animales. Con respecto al destino de la producción bovina se destina a la venta de terneros para invernada en la región pampeana y la faena en Corrientes. En relación al ganado ovino provincial, la producción de lana sucia es de 4.000 toneladas año la que tiene principalmente dos destinos, por un lado la exportación directa y por el otro la elaboración de tops en Corrientes que luego son exportados. A su vez, la provincia de Corrientes cuenta de acuerdo a los datos del último Censo Nacional Agropecuario (año 2002) con 14.934 explotaciones agropecuarias, cubriendo una superficie de 6.619.980 hectáreas. De la superficie relevada surge que el 6,5% de
20
Panorama económico provincial, Corrientes, Secretaría de hacienda, Octubre 2004.
Pág. 32
la superficie está implantada con cultivos y bosques, lo que implica un crecimiento del 53,6% con respecto al anterior censo (año 1988). En cuanto a los cultivos, el tabaco es uno de los principales de la provincia. En Corrientes se desarrolla la etapa de cultivo como así también el procesamiento y elaboración de cigarrillos. La provincia produce el 60% de la producción nacional de tabacos oscuros. Los volúmenes producidos durante los últimos años oscilaron entre las 3.600 y 7.400 tn. El principal destino de la producción es el preparado de tabaco que se exporta. Dentro de los cereales, el arroz es el cultivo con mayor superficie implantada y producción. La provincia aporta el 40% de la producción nacional de arroz con cáscara. Las excelentes condiciones agroecológicas para el desarrollo de este cultivo en la región y las inversiones en el sector permitieron que la producción de este cereal creciera fuertemente a partir de mediados de los ‘90, alcanzando en 1999 una producción récord de 560 mil toneladas. A su vez, la integración en el MERCOSUR creó oportunidades e incentivos para extender el cultivo en la provincia. En cuanto a la molienda de arroz, esta se produce sólo en parte en la provincia, el resto se industrializa en Entre Ríos o fuera del país (fundamentalmente Brasil). La producción de yerba mate se presenta en forma integrada con la etapa de secado, molienda y fraccionamiento. La capacidad de industrialización provincial es relevante de modo que procesa la totalidad de la producción provincial más una parte de la producción misionera. Asimismo la provincia posee una superficie implantada con cítricos (principalmente naranjas y mandarinas) que asciende a las 29.000 has. La producción se destina en parte al consumo en fresco y en parte a la industrialización (jugos concentrados), los máximos niveles de producción de los últimos años fueron de 320 mil tn. en el caso de las naranjas y de 112 mil tn. para las mandarinas. Desde hace 15 años se ha estado desarrollando una agricultura no tradicional, principalmente de horticultura bajo cubierta, que comprende una interesante producción de tomates, frutillas, pimientos, pepinos, plantas ornamentales y flores, entre otros. Por su parte, el desarrollo industrial de Corrientes se halla limitado al procesamiento de algunos productos primarios de la provincia principalmente molinos de yerba mate, té y arroz, fábricas de jugos cítricos, aserraderos y procesamiento de tabaco, la elaboración de algunos bienes de consumo local o regional como la cerveza, panificados y metalúrgica básica y la industria textil (que industrializa algodón que predominantemente es originado en otras provincias- hilanderías, tejedurías, lavadero de lanas e indumentaria).
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Por último cabe destacar que la extracción de la madera ha sido en los últimos años una actividad muy dinámica, llegando a representar una participación importante en el total nacional. Corrientes participa con el 17% del total de productos forestales extraídos de bosques implantados del país, solamente superada por las provincias de Buenos Aires y Misiones. Su participación es aún mayor en la superficie de bosques implantados de la Argentina, en la que le corresponde el 23,2%. La menor edad de sus bosques explica esta menor relación extracción/has. implantadas. Ello a su vez, es un indicador del gran futuro que tiene el complejo foresto-industrial de Corrientes, pues al gran dinamismo que han tenido las nuevas forestaciones en los últimos años, se está comenzando a agregar el desarrollo de un vigoroso proceso de inversiones para la explotación del bosque, el transporte y la manufactura de la madera.
En cuanto al proceso de reducción de la cantidad de EAP registrado en varias provincias del país durante los ’90, también se observa en la provincia de Corrientes. Los resultados del Censo Nacional Agropecuario de 1988 muestran un total de EAP 23.218 en la provincia y el de 2002 muestra una cantidad total de 15.244 EAP.
Cantidad total de Explotaciones agropecuarias y % sin límites definidos. CNA 1988 Y 2002.
Departamento Total
Cantidad total
EAPS sin límites
EAPS
definidos (%)
1988
2002
1988*
23.218
15.244
1.148
2002** 571
3. DISEÑO MUESTRAL
21
3.1 Muestra de Explotaciones Agropecuarias
21
PRODERNOA - FLACSO La descripción del Diseño Muestral fue extraída del Estudio para la
determinación del ingreso de los productores agropecuarios en la provincia de Corrientes-2004
Pág. 34
Para realizar la selección de Explotaciones Agropecuarias (EAPs), se dividió la provincia de Corrientes en dos estratos, formado por los siguientes departamentos:
Estrato 1:
Curuzú Cuatiá Esquina General Alvear Ituzaingó Mercedes Monte Caseros Paso de los Libres San Martín San Miguel Santo Tomé Sauce.
Estrato 2:
Bella Vista, Berón de Estrada Capital Concepción Empedrado General Paz Goya Itatí Lavalle Mburucuya Saladas San Cosme San Luis del Palmar San Roque.
Esta estratificación se realizó atendiendo a las características socioeconómicas de la provincia, con un sector predominantemente agrícola, con explotaciones en algunos casos intensivas y de cultivos industriales, y otro predominantemente ganadero, aunque también pueden observarse plantaciones de cítricos. Dentro de cada uno de los estratos se estableció como población objetivo todas las EAPs con 50 o menos hectáreas, utilizándose como marco muestral el listado de explotaciones censadas en la provincia durante el Censo Nacional Agropecuario 2002. Este listado fue proporcionado por la Dirección de Estadísticas del Sector Primario del INDEC, y contiene la siguiente información:
Pág. 35
-
Departamento
-
Fracción
-
Segmento
-
Número de Cuestionario
-
Superficie total de la EAP
-
Superficie implantada
-
Cantidad de cabezas de ganado
La población total de EAPs es de 8607, de las cuales 2383 pertenecen a los departamentos del Estrato 1, en tanto que las 6224 restantes se encuentran en los departamentos del Estrato 2. Se propuso para cada uno de los estratos, y en forma independiente, la selección de una muestra probabilística en dos etapas con probabilidades distintas de selección de las unidades muestrales. En la primer etapa, se consideró a los segmentos como unidades primarias de muestreo (UPM), y la selección de los mismos se llevó a cabo utilizando un muestreo con probabilidad proporcional a una medida del tamaño22, siendo ésta la superficie total de las EAPs contenidas en el mismo. El número de UPMs seleccionadas fue de 7 segmentos en el Estrato 1, y de 12 en el Estrato 2. Dichos tamaños fueron establecidos siguiendo una adjudicación de la muestra proporcional a la superficie total de los mismos. En la segunda etapa, dentro de cada uno de los segmentos seleccionados, se procedió a considerar las EAPs como unidades secundarias de muestreo (USM), y la selección de las mismas se llevó a cabo siguiendo un muestreo sistemático. El número de USM seleccionadas en cada uno de los segmentos pertenecientes al Estrato 1 fue de 8 EAPs, mientras que en el Estrato 2 fue de 12 EAPs. Una vez seleccionada la muestra, con los datos de Segmento Censal y Número de Cuestionario se solicitaron los nombres de los productores seleccionados para poder salir a campo con esa información. Se solicitó a la Dirección Provincial de Estadística de la Provincia de Corrientes los mapas correspondientes a los segmentos seleccionados y se realizaron copias heliográficas de los mismos en Escala 1:30.000. A continuación se realizó un dibujo cartográfico de las explotaciones correspondientes a los cuestionarios seleccionados en la muestra y se entregó a los encuestadores para las tareas de campo. 22
Método de Madow
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3.2 Muestra de Hogares en Población Rural Agrupada Para la selección de Hogares en Población Rural Agrupada, se consideró la misma estratificación aplicada en el caso de las EAPs. La población objetivo para este estudio fueron los hogares que habitan en aglomerados de la provincia con una población menor a 2000 habitantes. Debido a la imposibilidad de contar con un marco muestral de hogares confiable y actualizado, se optó por utilizar un listado de segmentos con la siguiente información: -
Departamento
-
Aglomerado Fracción
-
Radio
-
Segmento
-
Número de Personas
-
Número de Personas en Hogares con NBI
-
Número de Personas en Hogares sin NBI
-
Número de Personas Ocupadas
-
Número de Personas Desocupadas
-
Número de Personas Jubiladas
-
Número de Personas Estudiantes
-
Número de Personas con Otra Situación
-
Número de Personas mayores de 14 años
-
Número de Personas que trabajan en el Sector Público Número de Personas que trabajan en el Sector Privado
-
Número de Hogares
-
Número de Hogares con NBI
El tamaño de muestra de hogares a seleccionar en cada uno de los estratos resultó ser de 130, el cual asegura un coeficiente de variación para las futuras estimaciones del orden del 10% dentro de cada estrato. Con el objetivo de obtener los 130 hogares en cada estrato, se seleccionaron muestras probabilísticas independientes considerando 3 etapas de selección. En la primera etapa se seleccionaron 2 aglomerados de cada uno de ellos utilizando un
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muestreo con probabilidad proporcional al tamaño23, siendo esta medida de tamaño la cantidad de Hogares con NBI. Cabe aclarar que los dos estratos estaban formados por 19 aglomerados, y que el total de Hogares en los mismos resultaron similares. En el Estrato 1 las localidades seleccionadas fueron Felipe Yofre y Villa Olivari, mientras que en el Estrato 2 resultaron seleccionadas San Cosme y 9 de Julio. La segunda etapa consistió en la selección de segmentos censales en las localidades seleccionadas utilizando un muestreo con probabilidad proporcional al tamaño24 medido a través del número de hogares con NBI del segmento. La fracción de muestreo en esta etapa fue la misma para todas las localidades dentro del estrato, siendo de 1/4 en el Estrato 1 y de 1/7 en el Estrato 2. El número de segmentos seleccionados en cada localidad fue:
Localidad Felipe Yofre Villa Olivari San Cosme 9 de Julio
Número de Segmentos Seleccionados 7 4 6 5
Debido a la imposibilidad de contar con un listado de los hogares de cada uno de los segmentos seleccionados, se decidió que la tercera etapa de muestreo sea llevada a cabo por los encuestadores en campo mediante un muestreo sistemático circular. Para ello se seleccionó al azar en cada segmento el número de orden de una vivienda de acuerdo al recorrido del segmento, el cual constituye el arranque aleatorio del mencionado método, y se calculó el paso necesario para obtener las viviendas restantes, debiendo el encuestador incluir a todos los hogares que formen parte de las mismas. En cada uno de los segmentos seleccionados el diseño muestral preveía se encuestaran los hogares correspondientes a 12 viviendas.
3.3 Expansión de los datos muestrales 23
Método de Lahiri-Midzuno
24
Método de Madow
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Una etapa crítica en toda encuesta con diseño muestral complejo como son los casos de la Encuesta Explotaciones Agropecuarios y la Encuesta de Pobladores Rurales es la expansión de la información relevada para la muestra al universo de referencia o población objetivo. Una selección adecuada y el posterior desarrollo de una metodología para ponderar los datos muestrales es importante ya que debe atender simultáneamente varios requerimientos. Las distintas temáticas estudiadas y la necesidad de lograr estimaciones para cada una de ellas a distintos niveles de desagregación obliga a que dicha metodología sea la más eficiente posible en términos de precisión, cuidando no privilegiar a algunas en perjuicio de otras. Su implementación tiene que ser simple y única a causa del gran volumen de datos involucrados. Por otro lado, debe ser flexible para facilitar el uso de los datos por distintos investigadores y económica en los tiempos de ejecución y cálculo. Por último, deberá atenuar posibles sesgos por no-respuesta, imputación y otros errores no muestrales siempre presentes en investigaciones de esta magnitud.
3.4 Calibración de los factores de expansión Entre los problemas más comunes en las encuestas complejas de gran envergadura, que utilizan diseños multietápicos con conglomerados, distintos niveles de estratificación, con probabilidades de selección proporcionales al tamaño, etc., es la introducción de sesgos en la etapa de estimación. Por otro lado es cierto que pueden existir algunos subgrupos de la población objetivos sub o sobre-representados. Las características de un diseño muestral complejo, como los de las encuestas en cuestión, no permite muchas veces controlar esta situación ya que involucra probabilidades de selección distintas para las unidades de muestreo sumado a que las muestras son no autoponderadas. Todas estas dificultades y dependiendo de la magnitud de los errores llevan a que los sesgos puedan ser pronunciados, impidiendo una interpretación correcta de las estimaciones o imposibilitando la comparación de los resultados con fuentes alternativas. Como consecuencia de ello en la práctica es habitual corregir o calibrar los pesos o factores de expansión iniciales (usualmente las inversas de las probabilidades de selección) con la ayuda de información auxiliar conocida o preestablecida a partir de registros o fuentes externas.
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Para las Encuestas de Explotaciones Agropecuarias y de Pobladores Rurales se optó por llevar a cabo un ajuste a los pesos iniciales a través de la técnica de “calibración por marginales fijos” siguiendo la metodología desarrollada por Deville y Sarndal [1992]. Esta en su forma más general introduce nuevos pesos que resultan de modificar o calibrar las ponderaciones iniciales fijadas en la etapa de diseño al resolver un problema de minimización numérica. Dicho problema queda planteado con la elección de una distancia, entre los nuevos ponderadores y los originales, y la utilización de un conjunto de restricciones impuestas sobre las variables auxiliares que intervienen en el ajuste. La calibración que se llevó a cabo respetó los diseños muestrales empleados en las encuestas. Por lo tanto fue aplicada a los factores iniciales de expansión de cada unidad muestral (las EAPs en la Encuesta de Explotaciones Agropecuarios y las viviendas en la Encuesta de Pobladores Rurales) corregidos por no-respuesta, ya que ésta fue la última unidad de muestreo en el diseño. Con respecto a la información auxiliar empleada para la calibración y el ajuste de las estructuras internas de la muestra se recurrió a datos del Censo Nacional Agropecuario 2002 y Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, ambos desarrollados por el INDEC Para salvar posibles inconsistencias en los cuadros a publicar, los pesos calibrados fueron tratados por un algoritmo de redondeo para eliminar la componente decimal con los que salen del proceso iterativo sin destruir las concordancias alcanzadas.
3.5. Selección y capacitación de los encuestadores Para la encuesta a explotaciones agropecuarias se seleccionaron encuestadores que reunieran las siguientes condiciones: 1) Que residieran en el departamento a encuestar; 2) Que tuvieran experiencia como encuestador, preferentemente en el Censo Nacional Agropecuario Se optó por convocar a todos los encuestadores a la ciudad de Corrientes y se realizó la capacitación en dos sesiones los días 4 y 5 de junio en el Salón Business II del Grand Hotel Guaraní, en jornadas de 8 horas diarias. Pág. 40
La capacitación en este caso fue realizada por la misma profesional que realizó la capacitación en ocasión de los estudios de ingreso de otras provincias, razón por la cual se pudo aprovechar la experiencia acumulada en campos anteriores. Por la mañana se procedió a identificar las explotaciones escogidas para la muestra en la cartografía del Censo Nacional Agropecuario 2002 obtenidos en el INDEC en tanto que por la tarde se explicó cómo debía completarse el cuestionario, lo cual llevó a dudas y preguntas, que se fueron aclarando a medida que se avanzó con la explicación. El segundo día fue destinado a realizar una serie de dramatizaciones, simulando algunos acontecimientos que se pudieran presentar durante la puesta en marcha de la encuesta. En esta dramatización participaron todos los encuestadores y el supervisor, y se pudo comprobar que la capacitación había resultado favorable dado que el trabajo se pudo realizar con fluidez y facilidad. A fin de facilitar el desarrollo de la jornada, y para su posterior uso en campo se entregó a cada participante un manual de capacitación, cuestionarios y credenciales de identificación, así como la carga de cada encuestador con los mapas correspondientes. Similar tratamiento se observó en la capacitación de los encuestadores a pobladores rurales. En este caso los encuestadores residen en su totalidad en la ciudad de Corrientes y se optó por aquellos con experiencia en el Censo de Población u otras encuestas similares. La capacitación estuvo a cargo del supervisor local los días 18 y 19 de junio de 2004.
4. TRABAJO DE CAMPO
25
El trabajo de campo de las Explotaciones Agropecuarias se realizó sin dificultades habida cuenta de la experiencia recogida en operativos anteriores. La supervisión efectuó correcciones en algunos casos referidos especialmente a los gastos de las explotaciones, no registrándose observaciones para destacar en otros aspectos.
25
PRODERNOA – FLACSO La descripción del Trabajo de Campo fue extraída del Estudio para la determinación del ingreso de los productores agropecuarios en la provincia de Corrientes 2004
Pág. 41
La muestra con los departamentos seleccionados, la cantidad de encuestas por departamento y las encuestas efectivamente realizadas se vuelcan en el cuadro siguiente:
Departamento
Encuestas previstas
Encuestas efectivas
Bella vista
12
10
Curuzú Cuatiá
8
8
Empedrado
12
12
Esquina
16
19
Goya
48
35
Lavalle
24
23
Monte Caseros
8
6
Saladas
12
10
San Cosme
12
10
San Luis del Palmar
12
10
San Miguel
8
8
San Roque
12
12
Santo Tomé
8
7
En el caso de la Encuesta a Pobladores Rurales el trabajo se llevó a cabo en dos etapas, a saber: a) Prueba Piloto Se llevó a cabo en la Localidad de Santa Anta distante a 20 kms. de Corrientes. El objetivo de la misma fue la prueba del cuestionario y de la metodología de recorrido, como así también tiempos de relevamiento.El trabajo se llevó a cabo con 2 encuestadores, con experiencia en encuestas de carácter domiciliario. No obstante ello fueron capacitados para esta encuesta en particular. Se seleccionaron 2 Segmentos Censales logrando barrer las 12 encuestas previstas en cada uno. Una vez finalizado el relevamiento se realizó una reunión con los Pág. 42
encuestadores para evaluar el campo en su conjunto. De dicho análisis surgieron recomendaciones y/o sugerencias en el manejo del cuestionario que fueron incorporadas oportunamente. b) Campo definitivo Como se consignó en el diseño muestral, fueron seleccionadas 4 localidades con distintos tamaños de muestra. La cantidad de entrevistas efectivas por segmento variaron de acuerdo a las características de cada localidad, destacándose el motivo Ausente como la principal causa de las encuestas no realizadas. A continuación se presenta un cuadro con la cantidad de encuestas previstas y de las encuestas efectivas, y una breve descripción de cada una de las localidades encuestadas.
Localidad
Encuestas previstas
Encuestas efectivas
San Cosme
72
48
F. Yofré
84
61
Villa Olivari
48
41
9 de Julio
60
49
Villa Olivari – Depto. Ituzaingó. Es una población ubicada a 200 kms de Corrientes y a 25 kms. de Ituzaingó. Económicamente está dentro de un área fuertemente forestal y ganadera, con lo cual la población es transitoria. Se revisitó para disminuir las encuestas no realizadas por ausencias. El equipo de trabajo estuvo conformado por 4 encuestadores.- La supervisión no detectó imprecisiones o incoherencias respecto de lo relevado por los encuestadores San Cosme – Depto. San Cosme. Esta localidad está ubicada a 35 kms. de la ciudad de Corrientes. Presenta la característica de existencia de Casas de Fin de Semana motivada por su cercanía a la Laguna Totoras, lugar turístico donde además se realiza windsurf.
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El equipo de trabajo estuvo compuesto por 3 encuestadores, y fue la 1° localidad donde se llevó a cabo el operativo a fin de ajustar tiempos promedios y experiencia en el manejo del cuestionario. La supervisión cubrió no sólo las entrevistas sino también el barrido y/o recorrido con las respectivas selecciones de viviendas. No se detectaron inconvenientes en ninguno de las situaciones. 9 de Julio – Depto San Roque Se encuentra ubicada a 170 kms de Corrientes sobre una ruta provincial, con acceso poco fluido, que vive básicamente de la economía agropecuaria. La supervisión no detectó diferencias con lo relevado por los encuestadores. En el caso particular de 9 de Julio se debió seleccionar nuevos arranques aleatorios dado que la cantidad de viviendas del Censo en algunos segmentos era menor al arranque aleatorio. Felipe Yofre- Departamento Mercedes. Trabajaron 4 encuestadores que permanecieron 2 días y medio en la localidad. Durante el operativo no se presentaron inconvenientes ni situaciones particulares. La supervisión comprobó un trabajo sin problemas.
Formulario de relevamiento: Se respetó el mismo cuestionario que el utilizado en ocasión de los estudios del ingreso anteriores para poder realizar las comparaciones correspondientes y dado que se demostró el buen resultado en campo. Se practicaron pequeñas modificaciones a la luz de las experiencias anteriores, especialmente pruebas de validación a realizar por el propio encuestador durante la entrevista y, a posteriori, por el supervisor de campo. Se diseñó un nuevo cuestionario para la encuesta de pobladores rurales en poblaciones de menos de 2000 habitantes. Se previó que en caso que el poblador encuestado sea productor agropecuario se recabaría información sobre el tamaño de la explotación y se daría por finalizada la entrevista, dado que esa persona podría haber sido seleccionada en la muestra de explotaciones agropecuarias. Se incluyó un módulo para las actividades por cuenta propia, para atender los casos de comerciantes o pequeños emprendimientos industriales. En cuanto a la información de carácter socio-demográfico y a las características de las viviendas se mantuvo el esquema del formulario de las explotaciones agropecuarias.
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Carga y procesamiento de los datos26: Se realizó el análisis y la carga de los formularios de ambas encuestas. El software empleado para la carga, almacenamiento y posterior procesamiento de los datos es Microsoft Access 2002. Se consideró este programa como el más adecuado debido a la cantidad de registros a procesar, a la posibilidad de exportar datos con otros formatos como por ejemplo: planillas Excel, archivos ASCII y porque cuenta con un poderoso lenguaje de consulta (SQL) que permite obtener las salidas requeridas. Se ha construido una base de datos especialmente diseñada en el Planteo Metodológico, la cual responde al formulario de relevamiento aplicado en la Encuesta. Para consultar las encuestas ingresadas, se accede fácilmente desde el explorador de Windows, haciendo doble clic sobre el ícono del archivo, aparece la pantalla del menú principal donde a través de la opción “Actualización de datos” se ingresa a la Base.
26
PRODERNOA - FLACSO Estudio para la determinación del ingreso de los productores
agropecuarios en la provincia de Corrientes 2004
Pág. 45
Una vez dentro de esta pantalla, en la parte superior se observan los datos identificatorios de la encuesta y, a través de fichas (P2, P3, P4, etc.), se accede a las distintas páginas de la misma. La carga de los datos es realizada por data-entry capacitados, a quienes se les pidió una especial atención en el dato ingresado y como pauta general se les indicó que al terminar el ingreso de datos de un bloque, efectuaran una revisión visual de todos los datos cargados, a fin de mejorar la calidad del ingreso. A cada encuesta el sistema le asigna un número correlativo el cual se escribe en lápiz en la primer hoja del formulario, permitiendo de esta manera localizar rápidamente un formulario para revisión y/o consulta. Asimismo, la base de datos cuenta con una serie de procesos que realizan distintas validaciones sobre los datos ingresados los cuales se pueden efectuar en cualquier momento y obtener eventualmente listados de errores que son analizados por el supervisor y posteriormente corregidos.
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5. RESULTADOS Se presentan a continuación los resultados de las dos encuestas realizadas en la provincia. En el caso de los productores rurales los resultados que se exponen parten del análisis de 170 entrevistas en los siguientes departamentos:
• • • • • • • • • • • • •
Bella vista Curuzú Cuatiá Empedrado Esquina Goya Lavalle Monte Caseros Saladas San Cosme San Luis del Palmar San Miguel San Roque Santo Tomé
En tanto, para el caso de los pobladores rurales agrupados se analizan 199 entrevistas a hogares de las siguientes localidades:
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• • • •
San Cosme 9 de Julio Villa Olivari Felipe Yofré
Como se detalla en la sección referida al diseño muestral, la provincia se dividió en dos zonas con condiciones socio-productivas diferenciales. Si bien se ensayan en algunos casos análisis comparativos de las zonas, estos deben leerse sólo a título exploratorio en tanto las bases muestrales de cada zona son reducidas. La presentación e interpretación de los resultados se ha organizado en dos secciones: En primer lugar se exponen los indicadores y su cuantificación al momento de referencia de las encuestas (t0). Estos valores son los que deberán ser considerados a la hora de evaluar el impacto del programa por lo cual su desagregación y cuantificación constituye el principal capítulo de este estudio de base. En primer término se presentan los indicadores de la encuesta a pequeños productores y luego los correspondientes a los pobladores rurales agrupados. La segunda sección contiene el análisis socio-económico de las EA bajo estudio y de la población rural agrupada partiendo de los resultados de las encuestas. Para las EAS se indaga sobre las condiciones productivas y las condiciones de vida de la población pobre, intentando discriminar la situación que se presenta en las distintas zonas definidas en la provincia y en las explotaciones de mayor o menor tamaño. Para los pobladores rurales agrupados se analiza su inserción laboral, los emprendimientos productivos y las condiciones de vida. En el análisis se realizan comparaciones entre las poblaciones de las dos encuestas en los aspectos que son similares.
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5.1 Indicadores y variables en su momento inicial A. Explotaciones agropecuarias Indicadores y variables en su momento inicial en EAS Tabla de valores en t0
Indicadores de ingresos Ingresos monetarios Promedio de ingresos brutos prediales
4.039,4
Promedio de ingresos extraprediales
3.935,7
Promedio de ingresos brutos totales
7.975,2
Promedio de ingresos netos prediales
1.884,4
Promedio de ingresos netos totales
5.820,2
Proporción de ingresos netos prediales sobre ingresos brutos prediales
46,7
Proporción de ingresos extraprediales sobre ingresos brutos totales
49,4
Proporción de ingresos extraprediales sobre ingresos netos totales
67,6
Porcentaje de EA que comparte el ingreso con algún socio, familiar u otro
11,0
Porcentaje del ingreso predial que depende de cultivos anuales y hortalizas
59,3
Porcentaje del ingreso predial que depende de cultivos permanentes
13,1
Porcentaje del ingreso predial que depende de la actividad ganadera
17,0
Porcentaje del ingreso predial que depende de flores y aromáticas
0,3
Porcentaje del ingreso predial que depende de otras actividades y subproductos
10,3
Porcentaje de EA con ingresos brutos total anuales menor a 5 mil pesos
52,4
Porcentaje de EA con ingresos brutos total anuales entre 5 y 10 mil pesos
27,5
Porcentaje de EA con ingresos brutos total anuales entre 10 y 15 mil pesos
9,0
Porcentaje de EA con ingresos brutos total anuales de más de 15 mil pesos
11,1
Autoconsumo e ingresos no monetarios extraprediales Porcentaje de producción agrícola y hortalizas dedicados al autoconsumo
22,4
Porcentaje de producción de cultivos permanentes dedicados al autoconsumo
17,5
Porcentaje de animales destinados al autoconsumo
9,0
Porcentaje de subproductos ganaderos destinados al autoconsumo
9,6
Porcentaje de subproductos agrícolas destinados al autoconsumo
15,9
Estimación de ingresos no monetarios prediales (promedio anual $) (1)
692,4
Estimación de ingresos no monetarios extraprediales (promedio anual en $) (2)
388,4
Promedio de ingreso neto total (monetario y no monetario)
6.901,0
(1) Estimación monetaria de ingresos no monetarios en base a valores declarados para los mismos productos vendidos. (2) Estimación monetaria de ingresos no monetarios en base a valores estimados. Incluye planes de ayuda en especies.
Pág. 49
Indicadores productivos Porcentaje de hectáreas en producción sobre hectáreas aptas para la producción
79,5
Porcentaje promedio de tierras propias sobre el total
56,3
Porcentaje promedio de tierras alquiladas sobre tierras en producción
5,3
Porcentaje de EA con actividad agrícola anual u hortalizas
71,1
Porcentaje de EA con actividad agrícola permanente
39,0
Porcentaje de EA con actividad ganadera
88,2
Porcentaje de EA con actividad agrícola y ganadera
70,9
Porcentaje de EA con subproducción agropecuaria
17,8
Porcentaje de EA con subproducción ganadera
26,7
Mano de obra Porcentaje de explotaciones que contratan mano de obra temporaria
19,2
Porcentaje de explotaciones que contratan mano de obra permanente
5,9
Mecanización Porcentaje de EA que utilizan tracción a sangre
61,7
Porcentaje de EA que tienen maquinaria propia (tractores y/o sembradoras)
12,2
Instalaciones Porcentaje EA con superficie bajo riego
18,5
Porcentaje EA con superficie bajo riego de una ha. o más
2,7
Porcentaje de EA que tienen invernaderos
14,2
Porcentaje de EA que tienen silos, galpones y/o tinglados (1)
52,6
Porcentaje de EA que tienen mangas, molinos y/o tanques australianos (1)
16,2
(1) Por lo menos uno de éstos Uso de insumos Porcentaje de EA que utilizan abonos y fertilizantes
41,8
Porcentaje de EA que utilizan pesticidas, funguicidas, insecticidas
45,7
Porcentaje de EA que compran alimentos para vacunos y otros animales
23,5
Porcentaje de EA que utilizan medicamentos y vacunas para animales
53,9
Diversificación Porcentaje de EA que realizan una actividad
17,5
Porcentaje de EA que realizan de dos a tres actividades
42,1
Porcentaje de EA que realizan más de tres actividades
40,4
Elaboración de subproductos Porcentaje de EA agrícolas que elaboran subproductos
21,4
Porcentaje de EA ganaderos y afines que elaboran subproductos
30,5
Inversiones Porcentaje de EA que realizan mantenimiento / reparación de maquinarias (agrícolas y ganaderas)
13,1
Porcentaje de EA que compraron animales, bienes de capital (agrícolas y ganaderos)
6,4
Porcentaje de EA que compraron herramientas (agrícolas y ganaderas)
6,2
Porcentaje de EA que compraron tierras en el período bajo análisis
0,0
Porcentaje de EA que vendieron tierras en el período bajo análisis
0,8
Pág. 50
Indicadores de gestión Grado de formalidad/ informalidad económica Porcentaje de productores que tienen CUIT/ CUIL
50,1
Porcentaje de productores con cuenta corriente bancaria
5,0
Porcentaje de EA agrícolas y ganaderas que pagan impuestos y contribuciones
21,2
Porcentaje de hectáreas alquiladas sobre hectáreas en producción
5,3
Porcentaje de EA que realizan ganadería que tienen marca de ganado propia
61,6
Porcentaje de EA agrícolas que elaboran subproductos y tienen etiqueta o marca
1,0
Porcentaje de EA ganaderos que elaboran subproductos y tienen etiqueta o marca
0,0
Porcentaje de productores que tienen créditos para la explotación
7,0
Porcentaje de EA que tienen o tuvieron seguro agropecuario
0,8
Gerenciamiento Porcentaje de EA con gerencia remunerada
0,0
Porcentaje de productores menores de 45 años al frente de la explotación
30,2
Asistencia técnica y capacitación Porcentaje de EA que disponen de asesoramiento técnico
10,8
Porcentaje de EA que trabajan con asesoramiento del INTA
4,5
Porcentaje de productores que ven programas rurales por TV
22,4
Porcentaje de productores que leen revistas u otras publicaciones agropecuarias
10,9
Porcentaje de EA que participaron en el PNEA
4,1
Porcentaje de EA que fueron asistidas por otros programas similares
7,4
Contabilidad y administración Porcentaje de EA que llevan registros contables
7,2
Porcentaje de EA que reciben asesoramiento contable
2,6
Porcentaje de EA que tienen archivos organizados de recibos, facturas, etc.
15,1
Porcentaje de EA que tienen computador personal
1,3
Comunicación Porcentaje de EA que tienen teléfono
19,6
Porcentaje de EA que tienen equipo de comunicación radial
1,0
Porcentaje de EA que tienen automóvil
12,6
Porcentaje de EA que tienen camioneta
19,4
Potencial asociativo Porcentaje de EA que produjeron bienes en sociedad con otros productores
10,0
Porcentaje de EA que repetirían la experiencia
66,6
Porcentaje de EA que producirían bienes en sociedad con otros productores
48,4
Porcentaje de EA que comercializaron bienes en sociedad con otros productores
11,0
Porcentaje de EA que repetirían la experiencia
68,0
Porcentaje de EA que comercializarían bienes en sociedad con otros productores
48,2
Porcentaje de EA que compraron insumos en sociedad con otros productores
11,1
Porcentaje de EA que repetirían la experiencia
74,2
Porcentaje de EA que comprarían insumos en sociedad con otros productores
50,1
Pág. 51
Indicadores comerciales Agricultura y hortalizas Modalidad de venta (1) Porcentaje de EA que venden su producción a granel
51,6
Porcentaje de EA que venden su producción fraccionada
24,5
Porcentaje de EA que venden su producción clasificada
50,9
Porcentaje de EA que venden su producción con marca
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción de otra manera
15,3
Canal de venta (1) Porcentaje de EA que venden su producción a acopiador
45,7
Porcentaje de EA que venden su producción a cooperativa
29,5
Porcentaje de EA que venden su producción a industria
36,3
Porcentaje de EA que venden su producción a empaque
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción en feria
2,0
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa en finca
18,1
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa a domicilio
21,8
Porcentaje de EA que venden su producción a exportador
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción por otro canal
2,9
Cultivos permanentes Modalidad de venta (1) Porcentaje de EA que venden su producción a granel
54,0
Porcentaje de EA que venden su producción fraccionada
46,0
Porcentaje de EA que venden su producción clasificada
13,7
Porcentaje de EA que venden su producción con marca
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción de otra manera
6,1
Canal de venta (1) Porcentaje de EA que venden su producción a acopiador
33,2
Porcentaje de EA que venden su producción a cooperativa
6,4
Porcentaje de EA que venden su producción a industria
33,8
Porcentaje de EA que venden su producción a empaque
12,2
Porcentaje de EA que venden su producción en feria
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa en finca
39,2
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa a domicilio
6,9
Porcentaje de EA que venden su producción a exportador
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción por otro canal
7,3
Ganadería y afines Canal de venta (1) Porcentaje de EA que venden su producción en feria
0,9
Porcentaje de EA que venden su producción a frigorífico/ matarife
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción a carnicero
59,2
Porcentaje de EA que venden su producción a usina láctea
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa en finca
38,7
Porcentaje de EA que venden su producción en forma directa a domicilio
5,7
Porcentaje de EA que venden su producción a exportador
0,0
Porcentaje de EA que venden su producción por otro canal
7,9
(1) La suma de porcentajes es mayor que 100 porque cada EA puede utilizar más de una modalidad
Pág. 52
Indicadores Laborales Ocupación general % de mayores a 14 años ocupados (base: total mayores de 14 años)
76,5
% de hombres que trabajan sólo dentro de la EA (base: total hombres > 14 años)
59,6
% de mujeres que trabajan sólo dentro de la EA (base: total mujeres > 14 años)
51,1
% de jóvenes 14-30 años que trabajan sólo dentro de la EA (base: total 14-30 años)
52,2
% de hombres mayores a 14 años que trabajan sólo fuera de la EA (base: hombres > 14 años)
8,7
% de mujeres mayores a 14 años que trabajan sólo fuera de la EA (base: mujeres > 14 años)
5,1
% de jóvenes 14-30 años que trabajan sólo fuera de la EA (base: total 14-30 años)
7,3
% de hombres mayores a 14 años que trabajan fuera y dentro de la EA (base: hombres > 14 años) % de mujeres mayores a 14 años que trabajan fuera y dentro de la EA (base: mujeres > 14 años) % de jóvenes 14-30 años que trabajan fuera y dentro de la EA (base: total 14-30 años)
23,4 3,0 12,3
% de hombres mayores a 14 años que no trabajan (base: hombres > 14 años)
8,2
% de mujeres mayores a 14 años que no trabajan (base: mujeres > 14 años)
40,8
% de jóvenes 14-30 años que no trabajan (base: total jóvenes 14-30 años)
28,2
Ocupación predial % de trabajadores permanentes (base: total ocupados dentro de la EA)
86,5
% de mujeres con trabajo permanente (base: mujeres ocupadas dentro de la EA)
96,2
% de hombres con trabajo permanente (base: hombres ocupados dentro de la EA)
76,1
% de jóvenes con trabajo permanente (base: jóvenes 14-30 años ocupados dentro de la EA)
81,2
% de trabajadores remunerados (base: total ocupados dentro de la EA)
2,5
% de mujeres con trabajo remunerado (base: mujeres ocupadas dentro de la EA)
0,7
% de hombres con trabajo remunerado (base: hombres ocupados dentro de la EA)
4,5
% de jóvenes con trabajo remunerado (base: jóvenes 14-30 años ocupados dentro de la EA)
2,9
Pág. 53
Ocupación extrapredial % de varones patrones o cuentapropistas fuera de la EA (base: varones ocupados fuera de la EA)
16,4
% de mujeres patrones o cuentapropistas fuera de la EA (base: mujeres ocupadas fuera de la EA)
39,1
% de jóvenes patrones o cuentapropistas fuera de la EA (base: jóvenes ocupados fuera de la EA)
12,3
% de varones empleados del sector privado fuera de la EA (base: varones ocupados fuera de la EA)
72,1
% de mujeres empleadas del sector privado fuera de la EA (base: mujeres ocupadas fuera de la EA)
11,1
% de jóvenes empleados del sector privado fuera de la EA (base: jóvenes ocupados fuera de la EA)
76,8
% de varones empleados públicos fuera de la EA (base: varones ocupados fuera de la EA)
7,7
% de mujeres empleadas públicos fuera de la EA (base: mujeres ocupadas fuera de la EA)
19,2
% de jóvenes empleados públicos fuera de la EA (base: jóvenes ocupados fuera de la EA)
3,4
% de mujeres en servicio doméstico (base: mujeres ocupadas fuera de la EA)
20,1
% de trabajadores en programas de empleo (base: total ocupados fuera de la EA)
2,7
% de trabajadores en una ciudad (base: total ocupados fuera de la EA)
14,8
% de trabajadores en otro pueblo (base: total ocupados fuera de la EA)
9,6
% de trabajadores en un caserio (base: total ocupados fuera de la EA)
0,8
% de trabajadores en zona rural (base: total ocupados fuera de la EA)
69,7
% de varones empleados en pequeños establecimientos (1-5 empleados) (base: asalariados)
76,5
% de empleadas mujeres en pequeños establecimientos (1-5 empleados) (base: asalariadas)
11,5
% de empleados jóvenes en pequeños establecimientos (1-5 empleados) (base: asalariados 14-30)
79,8
% de varones empleados con descuento jubilatorio (base: asalariados)
22,0
% de empleadas mujeres con descuento jubilatorio (base: asalariadas)
80,5
% de empleados jóvenes con descuento jubilatorio (base: asalariados 14-30 años)
9,4
% de varones cuentapropistas con acceso a crédito (base: varones cuentapropistas)
22,5
% de mujeres cuentapropistas con acceso a crédito (base: mujeres cuentapropistas)
0,0
% de jóvenes cuentapropistas con acceso a crédito (base: jóvenes 14-30 años cuentapropistas)
39,7
% de varones cuentapropistas interesados en ampliar su actividad (base: varones cuentapropistas)
56,9
% de mujeres cuentapropistas interesadas en ampliar su actividad (base: mujeres cuentapropistas)
54,1
% de jóvenes cuentapropistas interesados en ampliar su actividad (base: cuentapropistas 14-30)
77,6
% de trabajadores informales (total cuentapropias con bajos estudios y empleados sin beneficios)
58,3
Nuevos emprendimientos % interesados en realizar nuevos emprendimientos
19,6
% interesados en iniciar un emprendimiento porque hay demanda en la zona
49,8
% interesados en iniciar una actividad porque cuenta con la maquinaria/equipamiento
2,3
% de mujeres interesadas en iniciar un emprendimiento
10,7
% de jóvenes interesados en iniciar un emprendimiento
20,2
Interés en recibir asistencia técnica para una nueva actividad (base: interesados en iniciar una act.)
88,5
Interés en recibir capacitación para una nueva actividad (base: interesados en iniciar una act.)
84,9
Interés en recibir crédito para una nueva actividad (base: interesados en iniciar una act.)
92,9
Destinaría un crédito a: compra o arreglo de maquinaria (base: interesados en recibir crédito)
83,3
Destinaría un crédito a: contratar mano de obra (base: interesados en recibir crédito)
11,7
Destinaría un crédito a: compra de insumos (base: interesados en recibir crédito)
55,1
Destinaría un crédito a: asesoramiento legal/contable/técnico (base: interesados en recibir crédito)
21,6
% de experiencias de anteriores emprendimientos
3,1
% de mujeres con experiencias de emprendimientos previos
1,4
% de jóvenes con experiencias de emprendimientos previos
0,3
Pág. 54
Indicadores de calidad de vida Hogar y Vivienda Porcentaje de viviendas del productor con piso de baldosa o cemento
57,6
Porcentaje de viviendas del productor que tiene agua por cañería dentro de la vivienda
23,0
Porcentaje de EA a menos de 20 km de acceso asfaltado
93,4
Porcentaje de viviendas que cuentan con heladera
44,5
Porcentaje de viviendas que cuentan con heladera con freezer
26,7
Porcentaje de viviendas que cuentan con televisor
53,3
Porcentaje de viviendas que cuentan con videograbador/reproductor
4,7
Porcentaje de viviendas que cuentan con lavarropas común
22,8
Porcentaje de viviendas que cuentan con lavarropas automático
2,0
Porcentaje de viviendas que cuentan con computadora personal
1,3
Porcentaje de viviendas que cuentan con conexión a internet
0,7
Promedio de miembros en el hogar
4,3
Porcentaje de hogares con niños 0-17 años
60,2
Porcentaje de hogares con niños y núcleo incompleto
18,5
Porcentaje de hogares ampliados (extensos o compuestos)
34,2
Porcentaje de hacinamiento crítico en el hogar (más de 3 pers/hab)
12,3
Acceso a servicios públicos Porcentaje de EA con acceso a luz eléctrica por red
55,3
Porcentaje de EA con acceso a agua por cañería
23,0
Porcentaje de EA con teléfono
19,6
Porcentaje de EA a menos de 20 km de transporte público
97,2
Porcentaje de EA a menos de 20 km a teléfono público
87,7
Porcentaje de EA a menos de 20 km de correo
79,5
Porcentaje de EA a menos de 20 km de registro civil
75,6
Porcentaje de EA a menos de 20 km de juzgado
67,7
Porcentaje de EA a menos de 20 km de escuelas primarias
100,0
Porcentaje de EA a menos de 20 km de escuelas secundarias
86,8
Porcentaje de EA a menos de 20 km de hospitales
66,6
Porcentaje de EA a menos de 20 km de CAPS
87,8
Porcentaje de EA a menos de 20 km de destacamento policial
90,6
Porcentaje de EA a menos de 20 km de centro urbano
76,9
Salud Porcentaje de EA a menos de 20 km de farmacia
70,4
Porcentaje de hogares con al menos un miembro con cobertura médica
46,5
Porcentaje de acceso a cobertura médica (base: personas)
32,1
Educación Productores sin estudios secundarios completos
92,3
Productores varones sin estudios secundarios completos
91,8
Productoras mujeres sin estudios secundarios completos
97,0
Varones mayores de 18 años sin estudios secundarios completos
88,9
Mujeres mayores de 18 años sin estudios secundarios completos
89,4
Jóvenes entre 18 y 30 años sin estudios secundarios completos
80,1
Adolescentes entre 13 y 14 años que no asisten a escuela secundaria
13,2
Adolescentes entre 15 y 17 años que no asisten a escuela secundaria
45,0
Niños entre 5 y 12 que no asisten a la escuela
3,5
Pág. 55
Participación social Porcentaje de EA en las cuales algún miembro de la familia participa en alguna OSC
16,5
Porcentaje de miembros que participan en clubes deportivos
2,7
Porcentaje de miembros que participan en asociaciones de productores
12,5
Porcentaje de miembros que participan en cooperadoras
13,6
Porcentaje de miembros que participan en cooperativas
0,0
Porcentaje de miembros que participan en consorcios
2,7
Porcentaje de miembros que participan en actividades religiosas
42,7
Porcentaje de miembros del hogar en edad activa desocupados
7,8
Porcentaje de miembros que participan en la dirección de una OSC
14,2
Porcentaje de miembros que participan como miembros activos de una OSC
47,9
Porcentaje de miembros que participan como adherentes sin participación activa de una OSC
32,8
Migraciones % de EA con miembros migrantes en el último año
16,1
% de migrantes jóvenes
70,8
% de migrantes a otra zona rural
22,2
% de migrantes a una ciudad
77,8
% de migrantes otro país
0,0
% de migrantes por razones de empleo
38,8
% de migrantes jóvenes por razones de empleo
29,8
% de migrantes que ayudan con dinero a su hogar
13,8
Pobreza Porcentaje de EA bajo la línea de pobreza (sólo en base a ingresos monetarios)
76,0
Porcentaje de EA bajo la línea de indigencia (sólo en base a ingresos monetarios)
49,2
Porcentaje de EA bajo la línea de pobreza (incluyendo ingresos no monetarios)
70,7
Porcentaje de EA bajo la línea de indigencia (incluyendo ingresos no monetarios)
34,8
Porcentaje de EA con NBI
82,3
Jóvenes y Mujeres al frente de la Explotación Género Porcentaje de productores mujeres
17,4
Porcentaje de mujeres mayores de 18 años sin estudios primarios completos
44,7
Porcentaje de mujeres mayores de 18 años sin estudios secundarios completos
97,0
Porcentaje de mujeres mayores de 30 años sin estudios superiores completos
100,0
Porcentaje de mujeres menores de 45 años al frente de la explotación
5,9
Porcentaje de EA con mujeres gerentes
15,6
Porcentaje de EA con crédito, cuyo beneficiario es mujer
0,0
Jóvenes Porcentaje de productores/ as menores de 30 años
0,0
Porcentaje de jóvenes 18-30 años sin estudios primarios completos
81,7
Porcentaje de jóvenes 18-30 años sin estudios secundarios completos
93,4
Porcentaje de EA con crédito, cuyo beneficiario es joven
0,0
Pág. 56
Grupos Vulnerables Mujeres (mayores de 14 años) Porcentaje de mujeres que trabajan
59,2
Porcentaje de mujeres trabajando en la explotación
54,1
Porcentaje de mujeres que trabajan fuera de la explotación
8,1
Porcentaje de EA con emprendimientos/elaboración de subproductos dirigidos por mujeres
20,9
Porcentaje de mujeres que trabajan por cuenta propia y tienen acceso a crédito
0,0
Porcentaje de mujeres que reciben becas de estudio
1,6
Porcentaje de mujeres ocupadas en planes de empleo (base: ocupadas)
10,5
Porcentaje de mujeres que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
21,8
Porcentaje de mujeres que asisten a comedores escolares o comunitarios
0,6
Porcentaje de mujeres que reciben alimentos en forma gratuita
4,6
Porcentaje de mujeres que reciben leche en forma gratuita
3,2
Porcentaje de mujeres que reciben medicamentos en forma gratuita
15,3
Porcentaje de cobertura médica de mujeres en edad fértil
28,7
Porcentaje de mujeres predispuestas a realizar nuevos emprendimientos
10,7
Jóvenes (14 a 30 años) Porcentaje de jóvenes que trabajan
71,8
Porcentaje de jóvenes que trabajan en la explotación
64,5
Porcentaje de jóvenes que trabajan fuera de la explotación
19,6
Porcentaje de EA con emprendimientos/elaboración de subproductos dirigidos por jóvenes
1,1
Porcentaje de jóvenes que trabajan por cuenta propia y tienen acceso a crédito (base: jóvenes cp) Porcentaje de jóvenes que reciben beca de estudio
39,7 3,9
Porcentaje de jóvenes ocupados en planes de empleo (base: jóvenes 14-30 ocupados)
0,0
Porcentaje de jóvenes que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
19,2
Porcentaje de jóvenes que asisten a comedores escolares o comunitarios
2,8
Porcentaje de jóvenes que reciben alimentos en forma gratuita
2,0
Porcentaje de jóvenes que reciben leche en forma gratuita
1,1
Porcentaje de jóvenes que reciben medicamentos en forma gratuita
14,2
Porcentaje de jóvenes predispuestos a realizar nuevos emprendimientos
20,2
Niños y adolescentes Porcentaje de menores de 14 años que trabajan (base: menores de 14 años)
20,8
Porcentaje de trabajo infantil y adolescente (base: menores de 18 años)
32,8
Acceso a planes de ayuda y programas sociales Porcentaje de explotaciones que cuentan con algún miembro ocupado en programa de empleo
1,8
Porcentaje de ocupados en planes de empleo (base: total ocupados)
2,7
Porcentaje de personas que reciben plan de empleo (mayores de 14)
5,9
Porcentaje total de personas que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
22,5
Porcentaje de personas que asisten a comedores escolares o comunitarios
2,3
Porcentaje de personas que reciben alimentos en forma gratuita
5,2
Porcentaje de personas que reciben leche en forma gratuita
1,1
Porcentaje de personas que reciben medicamentos en forma gratuita
13,8
Pág. 57
B. Población rural agrupada Indicadores y variables en su momento inicial en población rural agrupada Tabla de valores en t0
Indicadores de ingresos Ingresos monetarios Promedio de ingresos del jefe de hogar por actividad principal
3365,9
Promedio de ingresos de otros integrantes del hogar por actividad principal
1476,4
Promedio de ingresos totales del hogar por actividad principal
4842,3
Promedio de ingresos adicionales del jefe de hogar
708,2
Promedio de ingresos adicionales de otros integrantes del hogar
450,6
Promedio de ingresos adicionales totales del hogar
1158,8
Promedio de ingresos neto total del hogar
6001,1
Autoconsumo e ingresos no monetarios por ayuda Estimación de ingresos por autoconsumo (promedio anual $) (1)
80,1
Estimación de ingresos no monetarios por ayuda (promedio anual en $) (2)
252,1
Promedio de ingreso neto total (monetario y no monetario)
6333,3
Pág. 58
Indicadores Laborales Ocupación general % de mayores de 14 años ocupados (base: total mayores de 14 años)
49,2
% de hombres ocupados (base: total hombres > 14 años)
65,0
% de mujeres ocupadas (base: total mujeres > 14 años)
34,4
% de jóvenes 14-30 años ocupados (base: total 14-30 años)
31,2
% de hombres mayores de 14 años que no trabajan (base: hombres > 14 años)
35,0
% de mujeres mayores de 14 años que no trabajan (base: mujeres > 14 años)
65,6
% de jóvenes 14-30 años que no trabajan (base: total jóvenes 14-30 años)
68,8
% de varones patrones o cuentapropistas (base: varones ocupados)
16,0
% de mujeres patrones o cuentapropistas (base: mujeres ocupadas)
10,0
% de jóvenes patrones o cuentapropistas (base: jóvenes ocupados)
12,0
% de varones empleados del sector privado (base: varones ocupados)
49,2
% de mujeres empleadas del sector privado (base: mujeres ocupadas)
2,3
% de jóvenes empleados del sector privado (base: jóvenes ocupados)
35,4
% de varones empleados públicos (base: varones ocupados)
18,1
% de mujeres empleadas públicos (base: mujeres ocupadas)
35,5
% de jóvenes empleados públicos (base: jóvenes ocupados)
20,5
% de mujeres en servicio doméstico (base: mujeres ocupadas)
14,7
% de trabajadores en programas de empleo (base: total ocupados)
15,0
% de trabajadores en esta localidad (base: total ocupados)
71,5
% de trabajadores en una ciudad (base: total ocupados)
9,9
% de trabajadores en otro pueblo (base: total ocupados)
3,3
% de trabajadores en zona rural (base: total ocupados)
15,3
% de varones empleados en pequeños establecimientos (1-5 empleados) (base: asalariados)
23,6
% de empleadas mujeres en pequeños establecimientos (1-5 empleados) (base: asalariadas)
27,2
% de empleados jóvenes en pequeños establ. (1-5 empleados) (base: asalariados 14-30)
32,6
% de varones empleados con descuento jubilatorio (base: asalariados)
61,0
% de empleadas mujeres con descuento jubilatorio (base: asalariadas)
80,9
% de empleados jóvenes con descuento jubilatorio (base: asalariados 14-30 años)
46,5
% de trabajadores informales (total cuentapropias sin primario comp. y empleados sin beneficios)
25,0
Nuevos emprendimientos % interesados en realizar nuevos emprendimientos
21,4
% interesados en iniciar un emprendimiento porque hay demanda en la zona
26,1
% interesados en iniciar una actividad porque cuenta con la maquinaria/equipamiento
0,5
% de mujeres interesadas en iniciar un emprendimiento
19,1
% de jóvenes interesados en iniciar un emprendimiento
22,4
% de interesados en recibir crédito para una nueva actividad (base: interesados en iniciar una act)
81,3
% de int. en recibir asistencia técnica para una nueva actividad (base: int. en iniciar una act)
70,5
Potencial asociativo Porcentaje de jefes de hogar que produjeron bienes en sociedad con otros productores
1,5
Porcentaje de jefes de hogar que repetirían la experiencia
100,0
Porcentaje de jefes de hogar que producirían bienes en sociedad con otros productores
46,1
Porcentaje de jefes de hogar que comercializaron bienes en sociedad con otros productores
1,7
Porcentaje de jefes de hogar que repetirían la experiencia
100,0
Porcentaje de jefes de hogar que comercializarían bienes en sociedad con otros productores
46,4
Porcentaje de jefes de hogar que compraron insumos en sociedad con otros productores
1,0
Pág. 59
Porcentaje de jefes de hogar que repetirían la experiencia
100,0
Porcentaje de jefes de hogar que comprarían insumos en sociedad con otros productores
47,1
Actividades cuentapropia % de la producción o servicios destinada al mercado local
98,7
% de cuentapropias con lugar propio para desarrollar su actividad
81,5
% de varones cuentapropistas con acceso a crédito (base: varones cuentapropistas)
17,7
% de mujeres cuentapropistas con acceso a crédito (base: mujeres cuentapropistas)
0,0
% de jóvenes cuentapropistas con acceso a crédito (base: jóvenes 14-30 años cuentapropistas)
0,0
% de varones cuentapropistas interesados en recibir crédito (base: varones cuenta p. sin crédito)
83,7
% de mujeres cuentapropistas interesadas en recibir crédito (base: mujeres cuenta p. sin crédito)
0,0
% de jóvenes cuentapropistas interesados en recibir crédito (base: cuenta p. 14-30 sin crédito)
100,0
Destinaría un crédito a: compra o arreglo de maquinaria (base: cuentapropistas)
45,1
Destinaría un crédito a: contratar mano de obra (base: cuentapropistas)
3,7
Destinaría un crédito a: compra de insumos (base: cuentapropistas)
12,4
Destinaría un crédito a: asesoramiento legal/contable/técnico (base: cuentapropistas)
0,0
Destinaría un crédito a: construcción/reparación/ampliación del local (base: cuentapropistas)
14,4
Destinaría un crédito a: mejorar la comercialización (base: cuentapropistas)
18,2
Mano de obra Porcentaje de cuentapropias que contratan mano de obra temporaria
21,7
Porcentaje de cuentapropias que contratan mano de obra permanente
22,0
Gerenciamiento Porcentaje de actividades cuentapropia con gerencia remunerada
0,0
Porcentaje de cuentapropia menores de 45 años al frente de la actividad
27,9
Dificultades que enfrenta el emprendimiento Costo de transporte para llegar a los mercados
26,2
Proveedores locales
37,8
Falta de mano de obra especializada
0,0
Falta de Mano de obra no especializada
0,0
Informac. sobre programas de apoyo para mejorar la calidad y competitividad de prod. / servicios
17,4
Publicidad de la empresa
3,2
Precios en relación a sus competidores
0,0
Calidad de bienes y servicios en relación a sus competidores
8,6
Acceso a asistencia técnica
0,0
Acceso a créditos formales
12,3
Indicadores de gestión de la actividad cuentapropia Grado de formalidad/ informalidad económica Porcentaje de cuenta propias que tienen CUIT/ CUIL
31,9
Porcentaje de cuenta propias con cuenta corriente bancaria
0,0
Asistencia técnica y capacitación Porcentaje de cuenta propias que disponen de asesoramiento técnico
0,0
Contabilidad y administración Porcentaje de cuenta propias que llevan registros contables
3,8
Porcentaje de cuenta propias que reciben asesoramiento contable
3,8
Porcentaje de cuenta propias que tienen archivos organizados de recibos, facturas, etc.
17,2
Pág. 60
Pág. 61
Indicadores de calidad de vida Hogar y Vivienda Porcentaje de viviendas con piso de baldosa o cemento
87,2
Porcentaje de viviendas con teja o baldosa con cielorraso
62,6
Porcentaje de viviendas que tienen agua por cañería dentro de la vivienda
81,2
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de acceso asfaltado
97,4
Porcentaje de viviendas que cuentan con heladera
44,7
Porcentaje de viviendas que cuentan con heladera con freezer
30,3
Porcentaje de viviendas que cuentan con televisor
71,8
Porcentaje de viviendas que cuentan con videograbador/reproductor
7,3
Porcentaje de viviendas que cuentan con lavarropas común
21,7
Porcentaje de viviendas que cuentan con lavarropas automático
4,6
Porcentaje de viviendas que cuentan con computadora personal
4,2
Porcentaje de viviendas que cuentan con conexión a internet
2,7
Porcentaje de hogares con automóvil
13,0
Porcentaje de hogares con camioneta
8,2
Cantidad promedio de miembros en el hogar
4,3
Porcentaje de hogares con niños 0-17 años
74,1
Porcentaje de hogares con niños y núcleo incompleto
16,8
Porcentaje de hogares ampliados (extensos o compuestos)
23,6
Porcentaje de hacinamiento crítico en el hogar (más de 3 pers/hab)
14,8
Acceso a servicios públicos Porcentaje de viviendas con acceso a luz eléctrica por red
94,1
Porcentaje de viviendas con acceso a agua por cañería
81,2
Porcentaje de viviendas con teléfono
16,0
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de transporte público
94,6
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km a teléfono público
95,5
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de correo
62,7
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de registro civil
98,3
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de juzgado
20,9
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de escuelas primarias
100,0
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de escuelas secundarias
100,0
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de hospitales
71,7
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de CAPS
59,6
Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de destacamento policial
99,7
Salud Porcentaje de viviendas a menos de 20 km de farmacia
44,7
Porcentaje de hogares con al menos un miembro con cobertura médica
57,1
Porcentaje de miembros de los hogares con cobertura médica
41,8
Pág. 62
Educación Jefes/as de hogar sin estudios secundarios completos
84,4
Jefes de hogar varones sin estudios secundarios completos
82,1
Jefas de hogar mujeres sin estudios secundarios completos
91,9
Varones mayores de 18 años sin estudios secundarios completos
77,5
Mujeres mayores de 18 años sin estudios secundarios completos
78,0
Jóvenes entre 18 y 30 años sin estudios secundarios completos
61,3
Adolescentes entre 13 y 14 años que no asisten a escuela secundaria
9,6
Adolescentes entre 15 y 17 años que no asisten a escuela secundaria
28,2
Niños entre 5 y 12 que no asisten a la escuela
3,4
Participación social Porcentaje de hogares en las cuales algún miembro de la familia participa en alguna OSC
13,3
Porcentaje de miembros que participan en clubes deportivos
26,7
Porcentaje de miembros que participan en asociaciones de productores
0,0
Porcentaje de miembros que participan en cooperadoras
13,8
Porcentaje de miembros que participan en cooperativas
0,0
Porcentaje de miembros que participan en consorcios
0,0
Porcentaje de miembros que participan en actividades religiosas
52,8
Porcentaje de miembros del hogar en edad activa desocupados
9,1
Migraciones % de hogares con miembros migrantes en el último año
12,3
% de migrantes jóvenes
83,6
% de migrantes a una ciudad
97,6
% de migrantes a una zona rural
2,4
% de migrantes otro país
0,0
% de migrantes por razones de empleo
60,6
% de migrantes jóvenes por razones de empleo
59,4
% de migrantes que ayudan con dinero a su hogar
13,6
Pobreza Porcentaje de hogares bajo la línea de pobreza (sólo en base a ingresos monetarios)
67,8
Porcentaje de hogares bajo la línea de indigencia (sólo en base a ingresos monetarios)
30,6
Porcentaje de hogares bajo la línea de pobreza (incluyendo ingresos no monetarios)
64,4
Porcentaje de hogares bajo la línea de indigencia (incluyendo ingresos no monetarios)
22,4
Porcentaje de hogares con NBI
39,9
Pág. 63
Grupos Vulnerables Mujeres (mayores de 14 años) Porcentaje de mujeres que trabajan
34,4
Porcentaje de mujeres que trabajan por cuenta propia y tienen acceso a crédito
0,0
Porcentaje de mujeres ocupadas en planes de empleo (base: ocupadas)
25,3
Porcentaje de mujeres que reciben becas de estudio
3,3
Porcentaje de mujeres que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
21,8
Porcentaje de mujeres que asisten a comedores escolares o comunitarios
1,2
Porcentaje de mujeres que reciben alimentos en forma gratuita
8,0
Porcentaje de mujeres que reciben leche en forma gratuita
8,4
Porcentaje de mujeres que reciben medicamentos en forma gratuita
13,6
Porcentaje de cobertura médica de mujeres en edad fértil
39,0
Porcentaje de mujeres predispuestas a realizar nuevos emprendimientos
19,8
Jóvenes (14 a 30 años) Porcentaje de jóvenes que trabajan
31,2
Porcentaje de jóvenes que trabajan por cuenta propia y tienen acceso a crédito
0,0
Porcentaje de jóvenes ocupados en planes de empleo (base: jóvenes 14-30 ocupados)
12,1
Porcentaje de jóvenes que reciben beca de estudio
4,9
Porcentaje de jóvenes que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
11,1
Porcentaje de jóvenes que asisten a comedores escolares o comunitarios
1,8
Porcentaje de jóvenes que reciben alimentos en forma gratuita
1,2
Porcentaje de jóvenes que reciben leche en forma gratuita
7,1
Porcentaje de jóvenes que reciben medicamentos en forma gratuita
7,2
Porcentaje de jóvenes predispuestos a realizar nuevos emprendimientos
22,4
Niños y adolescentes Porcentaje de menores de 14 años que trabajan (base: menores de 14 años)
1,6
Porcentaje de trabajo infantil y adolescente (base: menores de 18 años)
3,2
Acceso a planes de ayuda y programas sociales Porcentaje de hogares que cuentan con algún miembro ocupado en programa de empleo
16,0
Porcentaje de ocupados en planes de empleo (base: total ocupados)
15,0
Porcentaje total de personas que alguna vez tuvieron acceso a ayuda gubernamental
9,7
Porcentaje de personas que asisten a comedores escolares o comunitarios
1,6
Porcentaje de personas que reciben alimentos en forma gratuita
3,1
Porcentaje de personas que reciben leche en forma gratuita
2,7
Porcentaje de personas que reciben medicamentos en forma gratuita
4,8
Pág. 64
5.2 Análisis socio-económico 5.2.1. Características de las Pequeñas Explotaciones agropecuarias de Corrientes Como marco analítico de los resultados se considera a continuación las características básicas de las explotaciones agropecuarias con menos de 50 hectáreas de la provincia.
A. Distribución de EA por Departamentos En cuanto a la ubicación geográfica de las explotaciones, los resultados de la encuesta arrojan una concentración de este tipo de EA en la zona 2 de la provincia. A su vez, permite distinguir dos departamentos en esta zona, Goya y Saladas, los que juntos agrupan a más de un tercio de las EAS provinciales con menos de 50 has.
25.00 20.3
20.00 14.3
9.4
SAN COSME
SALADAS
LAVALLE
GOYA
EMPEDRADO
SANTO TOME
SAN MIGUEL
ESQUINA
MT. CASEROS Zona 1
5.2
3.9
3.0
CURUZU CUATIA
-
5.4
5.2
5.00
BELLA VISTA
5.9
9.2
4.4
4.8
SAN ROQUE
9.1
10.00
S. LUIS DEL PALMAR
15.00
Zona 2
Pág. 65
La pequeña cantidad de entrevistas realizadas27, indica prudencia a la hora de extrapolar los resultados por zona. Por ello, el cálculo de los indicadores de base y el grueso del análisis se realizó a nivel del total provincia.
DISTRIBUCI N DE LAS EAS POR ZONA
Zona 1 27%
Zona 2 73%
El universo muestral estuvo constituido por las explotaciones de menos de 50 has, que representan el 30% del total de explotaciones agropecuarias según el Censo Nacional Agropecuario 2002. La estrategia muestral tomó como uno de sus parámetros iniciales la extensión declarada en el último censo agropecuario, y consideró dos estratos:
§
De 1 a 25 has.
§
De 25.1 a 50 has.
En el universo muestral, el 71.3% de las EAS tiene una superficie menor a las 25 has y el 28,7% restante esta compuestos por EAS de 25,1 a 50 has. La distribución de las EAS según tamaño es sin embargo diferencial por Zonas. Si consideramos la presencia de explotaciones de mayor tamaño encontramos que en la Zona 1 éstas representan al 42% del total de explotaciones, mientras que en la Zona 2
27
La cantidad de casos final de la muestra (170 EA), se distribuye en 48 casos relevados en la
zona 1 y 122 casos en la Zona 2.
Pág. 66
las explotaciones con más de 25 has. reducen prácticamente a la mitad su peso relativo, alcanzando sólo al 24% de las explotaciones. El mayor peso de explotaciones pequeñas en la Zona 2 en realidad se explica por un por el volumen de explotaciones de hasta 3 has, las que alcanzan a un cuarto de las explotaciones en esta Zona, en relación al 8% de EAS de hasta 3 has en la Zona1.
Tamaño de la explotación según zona (%) Zona 1
Zona 2
Total
Hasta 1 has
2,2
9,0
7,1
De 2 a 3 has
5,9
15,4
12,8
De 4 a 25 has
50,2
51,8
54,4
De 26 a 50 has
41,8
23,8
28,7
Total
100%
100%
100%
En cuanto a la condición de tenencia de la tierra, entre las EAS de 0-25 has las tierras propias representan un 58% del total de tierra y en las de 25-50 has la proporción de tierras propias asciende al 64%. Un 86,8 % de las de las tierras de las EAS son aptas para la explotación, valor que es algo superior (89,5%) en el segmento de 25 a 50 has. No obstante esto, al momento del relevamiento sólo se utiliza un 75.7% de las tierras aptas, lo que implica una relativa disponibilidad para la expansión de producciones.
Condición de tenencia de las tierras según tamaño de la EA. (%) De 0 a 25 has.
De 25.1 a 50 has.
Total
Propias sobre total
57,9%
64,3%
61,5%
Aptas sobre total
83,3%
89,5%
86,8%
En producción sobre total
63,8%
67,2%
65,7%
En producción sobre aptas
76,6%
75,0%
75,7%
5,5%
8,3%
7,1%
Tierras
Alquiladas sobre en producción
Pág. 67
B. Generación de ingresos El presente apartado tiene por objetivo brindar un análisis de los ingresos de las Explotaciones, considerando las distintas fuentes de obtención de los mismos: 1. Ingresos prediales: son aquellos que corresponden a los frutos del trabajo agropecuario dentro de la explotación. La encuesta releva los ingresos recibidos en concepto de ventas de cultivos anuales y hortalizas, cultivos permanentes, ganado, apicultura, producción avícola y subproductos ganaderos y agrícolas. A partir de la suma total de ingresos prediales se obtiene un ingreso bruto predial. El ingreso neto, equivale a lo obtenido por las explotaciones al cabo de un año luego de restarse los gastos por producción. 2. Ingresos extraprediales: son aquellos que provienen de trabajos realizados fuera de la explotación, tanto por cuentapropia como en relación de dependencia. Junto a los ingresos correspondientes a empleos extraprediales se computan también ingresos no laborales provenientes de jubilaciones, indemnizaciones, rentas, subsidios, etc. A partir de la suma de ingresos prediales y extraprediales se obtienen los ingresos brutos y netos (excluyendo gastos) totales anuales. 3. Ingresos no monetarios: los ingresos no monetarios corresponden a pagos en especies, producción destinada al autoconsumo y ayudas no monetarias de planes gubernamentales. A fin de comprender la relevancia de este tipo de ingresos, se procedió a su monetarización en base a los valores relevados por la producción vendida o a valores estimados de acuerdo a precios de mercado según sea el caso.
En una primera aproximación a los ingresos de las EA de hasta 50 hectáreas se observa que el 44,6% del total de los ingresos promedio del hogar resulta de las actividades agropecuarias. El ingreso generado por trabajo realizado fuera de la explotación y/o no laboral representa el 43,5% del ingreso total, en tanto que el 11,9% restante corresponde al equivalente monetario de ingresos por autoconsumo, especies o planes de ayuda gubernamental.
Pág. 68
El peso del componente extrapredial registrado en las EAS de Corrientes es inferior al registrado en el estudio de base para la provincia de Catamarca (61%) y superior al de Formosa (29%).
COMPOSICI N DEL INGRESO SEGUN ORIGEN
12% 45%
43%
Ingreso bruto predial
Ingresos estraprediales
Ingreso no monetario
Respecto al tamaño de las explotaciones se observa que en Corrientes, este indicador establece diferencias significativas en el nivel medio de ingresos prediales brutos y netos. En efecto se evidencia que a mayor escala en la producción, se elevan las medias de ingresos. Así mientras que en las EAS de menos de hasta 25 has el ingreso neto predial es de 1.702$, en las de 25 y más hectáreas dicho ingreso se eleva a los 2.340$.
Ingresos medios anuales, prediales, extraprediales y no monetarios, según tamaño de las EAS.
0-25 has 25.1-50 has
Total
Promedio de ingreso bruto predial
3.363
5.722
4.039
Promedio de ingreso neto predial
1.702
2.340
1.884
Promedio de ingreso extrapredial
3.829
4.201
3.936
Promedio de ingreso bruto total
7.192
9.924
7.975
Promedio de ingreso neto total (1)
5.531
6.541
5.820
982
1.327
1.081
6.512
7.868
6.901
Promedio de ingreso no monetario (2) Promedio de ingreso total (1-2)
El ingreso total medio anual asciende a $6.901, lo cual equivale a una media mensual cercana a los $ 575 y a un ingreso per cápita familiar mensual de $ 170. No obstante esto debe destacarse que la estacionalidad natural de la actividad agrícola, determina
Pág. 69
importantes variaciones en los ingresos según el momento de la campaña. Estas oscilaciones se traducen en un patrón de gasto y consumo no uniforme a lo largo del año. Las diferencias al interior de la provincia muestran la heterogeneidad regional de los principales indicadores de ingresos de la población. Como se observa en el siguiente cuadro la zona 1 acusa ingresos de $268,6 mientras que la zona 2 ubicada en la parte Noroeste y Oeste de la provincia el ingreso pér capita familiar se reduce a la mitad.
Ingreso per capita familiar promedio. Provincia de Corrientes -Según zona geográfica
Media ZONA 1
268,6
ZONA 2
133,7
TOTAL
170,2
Otro rasgo característico de las pequeñas explotaciones agropecuarias es la alta heterogeneidad del ingreso. El 20% más rico genera el 55% de la riqueza total, mientras que el 40% más pobre apenas genera el 10,6% del total de ingresos. Por otra parte, la distancia entre la media de ingresos totales de los extremos de la escala de ingresos (quintiles I y V) presenta una relación de 29/1. Esta distancia, que refleja la desigualdad entre los que más y los que menos tienen, es menor que la reflejada en el medio urbano -34/1- y mayor a la que se observa en las áreas rurales no dispersas 17/1- (ver introducción). DISTRIBUCI N DEL INGRESO Seg n quintiles de ingresos netos totales
2%
9% 14%
55% 20%
I
II
III
IV
V
Pág. 70
Esta situación es resultado de la existencia de pequeñas explotaciones dinámicas, junto a un conjunto de explotaciones en condiciones de subsistencia.
1. Los ingresos prediales Dentro de la explotación, se indagó por las actividades agrícolas (distinguiendo entre las permanentes y las anuales), ganaderas y afines que fueron realizadas durante el período de referencia: mayo de 2003 - abril de 200428. Del análisis de la difusión de las distintas actividades en la provincia se desprende que la ganadería se practica en el 88% de las EA provinciales, las actividades de cultivos anuales en un 71% y las de cultivos permanentes en un 39% de las EAS. En cuanto a los perfiles productivos por zonas, cabe destacar que la única diferencia importante esta dada por el tipo de cultivos que se realizan en cada una de ellas. En la zona 1 los cultivos permanentes y anuales tiene una participación similar (un 57% de las EAS de zona 1 realiza cultivos permanente y un 52% realiza cultivos anuales); mientras que en la zona 2 se da un predominio de los cultivos anuales. Un 78% de las EAS de la zona 2 realizan cultivos anuales y sólo un 32% realiza cultivos permanentes.
28
El período 2003/2004 se caracterizó por un pronunciado déficit hídrico que trajo aparejado
caídas en la producción de una serie de productos y rindes por debajo de los considerados normales. Esto, es de esperar, haya contribuido a la caída en los ingresos prediales, especialmente en las explotaciones más pequeñas, las más vulnerables a las contingencias climáticas.
Pág. 71
Porcentaje de EAS que realizan cada actividad por zona Flores y Arom t icas Apicultura Prod. de Huevos Subproductos Ganaderos Actividad Ganadera Subproductos Agr colas Cultivos Permanentes Cultivos Anuales y Hortalizas 0%
10%
20%
30%
40% Total
50% Zona 2
60%
70%
80%
90%
100%
Zona 1
La realización de actividades en las EAS no supone la comercialización de los productos. En muchos casos la producción únicamente tiene como destino el autoconsumo. Esta situación presenta diversidad por tipo de actividad y zonas, pero destaca fundamentalmente que las EAS que realizan actividad ganadera y cultivos anuales tienen una mayor tendencia a la venta de estos productos. Por el contrario, los cultivos permanentes observan una menor comercialización y los subproductos agrícolas y la producción de huevos, se destinan mayormente al autoconsumo.
Pág. 72
Procentaje de EAS que realizan cada actividad seg n si comercializan su producci n Flores y Arom t icas Apicultura Prod. de Huevos Subproductos Ganaderos Actividad Ganadera Subproductos Agr colas Cultivos Permanentes Cultivos Anuales y Hortalizas 0%
10%
20%
30%
40%
50%
no vende
60%
70%
80%
90%
100%
vende
A las diferencias por actividad y zona en la propensión a comercializar también puede incorporarse un análisis con mayor detalle según el tamaño de las EAS. Este análisis se efectúa con mayor detalle para las actividades con mayor proporción de ventas: actividad ganadera, cultivos anuales y cultivos permanentes. En el caso de los cultivos anuales destaca una mayor probabilidad de vender productos entre las pequeñas explotaciones de la zona 2, en el sector oeste y noroeste de la provincia. Las mayores ventas de estas EAS corresponden a tomate, tabaco, pimiento y algodón; las EAS más grandes de la misma zona tienen altos ingresos por los mismos productos salvo el algodón. En cambio en la zona 1 -en el centro y este provincial- las pequeñas explotaciones de hasta 25 has. obtienen Actividades prediales seg n zona y tama o (% de las EAS que las practican seg n si venden productos) 100%
80%
vende
60%
no vende 40%
20%
0% 0-25 25.1- 0-25 25.1- 0-25 25.1- 0-25 25.1- 0-25 25.1- 0-25 25.1has 50 has has 50 has has 50 has has 50 has has 50 has has 50 has zona 1
zona 2
cultivos anuales
zona 1
zona 2
cultivos permanentes
zona 1
zona 2
actividad ganadera
Pág. 73
ingresos de la venta de lechuga y tomate y las explotaciones de más de 25 has, de la venta de sandías y algodón. Los cultivos permanentes son mayormente destinados al autoconsumo, salvo en las explotaciones de menor tamaño de la zona 1, las que comercializan este tipo de producto obteniendo sus mayores ingresos de la venta de naranjas, mandarinas y yerba mate. En las EAS grandes de esa zona -aunque hay comercio de cítricos- la yerba mate tiene un peso mucho mayor en las ventas. En cambio en la zona 2 los pocos que comercian este tipo de cultivo, se concentran únicamente en los cítricos. Respecto a las actividades ganaderas aunque se ve una alta propensión a la comercialización en todos los segmentos, los productos y los volúmenes de ingresos involucrados difieren. En las EAS de hasta 25 has. de la zona 1 las mayores ventas son de ovinos, vacas y terneros, en cambio en las grandes, se venden - con ingresos mucho mayores- terneros y en menor medida vacas. En la zona 2, las EAS pequeñas obtienen los mayores recursos por la venta de vacas, terneros y novillos, y las grandes mayormente por vacas, con menor participación de los terneros y novillos. Cuando se realiza elaboración de subproductos agrícolas, es mayor la probabilidad de venta entre las explotaciones de la zona 1. Además entre las explotaciones de entre 25 y 50 hectáreas de esta zona se observa que la producción lechera -con una elevada comercialización- genera importantes ingresos.
Actividades prediales seg n zona y tama o (% de las EAS que las practican seg n si venden productos) 100%
80%
60%
vende no vende
40%
20%
0% 0-25 has
25.150 has
zona 1
0-25 has
25.150 has
zona 2
subproductos agr colas
0-25 has
25.150 has
zona 1
0-25 has
25.150 has
zona 2
subproductos ganaderos
0-25 has
25.150 has
zona 1
0-25 has
25.150 has
zona 2
producci n de huevos
Pág. 74
En el volumen total de ingresos que generan las ventas de productos de las actividades agropecuarias se observa que los cultivos anuales equivalen al 59% del total de la riqueza producida. Muy por debajo, le siguen los ingresos por venta de ganado (17%), los ingresos por cultivos permanentes (13%) y la venta de subproductos ganaderos (8%). Si no se encontraban fuerte diferencias por zonas en el perfil productivo –a excepción de cierta especialización de la zona 2 en los cultivos anuales- sí se encuentran diferencias marcadas en los ingresos que generan las distintas actividades en una zona y otra. Así mientras que en la zona 2 los cultivos anuales -fundamentalmente tomate, tabaco, pimientos y algodón- explican el 77% de los ingresos, en la zona 1 los ingresos por cultivos anuales sólo representan un 32% del total de ingresos de las explotaciones. Los cultivos permanentes, naranjas, mandarinas, limones y yerba mate se encuentran por el contrario más difundidos en la zona 1 y aportan el 31% de los ingresos de la agricultura de esta zona, en relación al sólo 3% que tienen en la zona 2. A su vez la ganadería explica un 25% de los ingresos de la zona 1 y sólo un 13% de los de la zona 2. Este análisis agregado de los ingresos generados por las EAS ofrece un panorama general de las formas de generación de ingreso por parte de las EAS. Sin embargo como se destacó anteriormente el tipo y la variedad de actividades que realizan las EAS varía por zonas y por tamaños.
Ingresos brutos promedios prediales por actividad según zona geográfica (estimado sobre el total de EAS, las EAS que realizan la actividad y las que comercializan los productos de la actividad) ($) Zona 1
Explotaciones agropecuarios e ingresos por actividades
0-25 has
Zona 2
25.1-50 has
Total
0-25 has 25.1-50 has
Total
Total ingreso por cultivos anuales
1384
914
1188
2404
4241
2841
ingreso por cultivos permanentes
2581
226
1597
47
406
132
18 551
57 2242
34 1257
80 376
0 804
61 478
10
2253
947
80
179
104
ingresos por miel ingresos por huevos
0 7
0 66
0 31
3 16
59 11
16 15
ingreso por flores
0
0
0
21
0
16
ingreso por subproductos agrícolas ingreso por venta de ganado ingreso por subproductos ganaderos
Que realizan cada actividad
Pág. 75
ingreso por cultivos anuales
2766
1637
2264
2709
9658
3639
ingreso por cultivos permanentes
5455
322
2807
182
767
411
229 683
225 2242
226 1416
462 437
0 891
323 549
44
4900
2922
454
385
423
0
0
0
51
700
272
14 0
93 0
54 0
25 799
20 0
24 799
9410 8596
2636 2644
5153 7586
3604 1628
16300 13100
4983 4512
700
804
770
2584
0
2584
ingreso por subproductos agrícolas ingreso por venta de ganado ingreso por subproductos ganaderos ingresos por miel ingresos por huevos ingreso por flores Que realizan cada actividad y declaran venta de productos ingreso por cultivos anuales ingreso por cultivos permanentes ingreso por subproductos agricolas ingreso por venta de ganado ingreso por subproductos ganaderos ingresos por miel ingresos por huevos ingreso por flores
1357
3137
2351
908
1513
1081
192 0
7427 0
6041
2572 151
1407 700
1919 482
68
334
225
118
125
119
0
0
0
799
0
799
Dos tipos de información permiten un análisis más detallado, en primer término los ingresos promedios generados por cada tipo de actividad calculados únicamente sobre las EAS que realiza dicha actividad, en segundo, los ingresos promedios por actividad de aquellos que realizan la actividad y declaran haber tenido ingresos por ventas. Los cultivos anuales que representan el mayor ingreso promedio para el total de EAS muestran montos elevados, especialmente entre las explotaciones pequeñas de la Zona 1 y las grandes de la Zona 2. Destaca que los otros dos grupos (grandes de zona 1 y pequeños de la 2) a pesar de tener una gran proporción de EAS que venden productos generan en promedio ingresos sustantivamente menores. Los cultivos permanentes que significan un aporte reducido al total de ingresos de las EAS, se muestran significativamente elevados en las pequeñas explotaciones de la Zona 1 y en las grandes de la Zona 2. Los ingresos que generan por la venta de estos cultivos los otros dos grupos (grandes de zona 1 y pequeñas de zona 2) son mucho más bajos. Los subproductos agrícolas generan ingresos elevados únicamente entre las pequeñas explotaciones de la zona 2 que comercializan fundamentalmente dulce de maní y maní tostado. En la zona 1, el ingreso por subproductos es tres veces inferior y proviene de la venta de harina de maíz y almidón. Si bien en los cuatro grupos se observa actividad ganadera, es en las explotaciones de más de 25 hectáreas de la Zona 1 donde esta genera mayores ingresos (mayormente por venta de terneros y donde hay una mayor proporción de EAS que comercializan). A su vez también en este segmento destacan los ingresos que generan la importante
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cantidad EAS que colocan subproductos ganaderos en el mercado (casi exclusivamente leche). Con montos menores y menos EAS involucradas pero con una estructura similar, las pequeñas EAS de la zona 2 alcanzan a generar ingresos importantes por la venta de subproductos. Las otras actividades generan un volumen de ingresos muy inferior a las antes mencionadas. Destaca que sólo en la zona 2 se obtienen ingresos por venta de miel, principalmente en las EAS grandes. Los ingresos por venta de huevos son bajos en general y la venta de aromáticas (albahaca) produce ingresos únicamente en las EAS chicas de la zona 2. En resumen se observa una mayor diversificación de las fuentes de ingreso en las EAS grandes de la zona 1 y en la pequeñas de la 2, con un peso significativo de los ingresos generados por subproductos agrícolas o ganaderos. En cambio las EAS pequeñas de la zona 1 y las grandes de la zona 2, generan los mayores ingresos a través de la actividad agrícola permanente o anual.
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Promedio de ingresos por actividad de EAS que comercializan los productos de cada actividad
151 482 5005
4055
Cultivos Anuales y Hortalizas Cultivos Permanentes Flores y Arom ti cas Subproductos Agr colas
1474
Ganado Subproductos Ganaderos Apicultura
1841
Huevos 799
6747
Es importante señalar que la existencia de una producción diversificada no parece ser la clave de una mayor obtención de ingresos. Los resultados de la encuesta parecen indicar que, por el contrario, la realización de más de una actividad productiva condiciona las posibilidades de incrementar los ingresos: las EA dedicadas a una sola actividad cuentan con ingresos medios sustancialmente mayores, especialmente si se tiene en cuenta que el nivel de gastos en las explotaciones con actividad diversificada significa una pérdida de ingresos reales considerablemente mayor a la que se observan en las explotaciones que desarrollan una sola actividad. En principio, estos resultados parecen indicar la conveniencia de profundizar una actividad productiva frente a la alternativa de diversificar las fuentes de ingreso. No obstante, también cabría pensar que los sectores más carenciados tienden a utilizar estrategias precarias de diversificación, siendo ésta más una consecuencia que una causa de la disminución de los ingresos. Una actividad agropecuaria
Más de una actividad
Total
Promedio de ingreso bruto predial
6440
3532
4039
Promedio de ingreso neto predial
3848
1470
1884
En cuanto a la disponibilidad de medios de producción e instalaciones en las EAS, un 18,5 % de las EAS cuenta con superficies bajo riego -pero sólo un 2,7% tiene una hectárea o más bajo riego-, un 14,2 % tiene invernaderos, un 16,2% cuenta con mangas, molinos y/o tanques australianos dentro de los establecimientos productivos.
Pág. 78
Todos estos indicadores se encuentran muy por encima de los registrados en la provincia de Formosa, los que en su mayoría no superaban el 5%. A su vez, un 61,7% utiliza tracción a sangre para la realización de las actividades agropecuarias (en relación al 85% registrado en Formosa) y un 52,6 % de los productores declara contar con silos, galpones y/o tinglados para el almacenamiento de los productos. Cabe destacar que estos elementos denotan un interés importante por tecnificar la producción y mejorar las instalaciones en el medio de fuertes restricciones de capital. Por último, es importante señalar que la organización doméstica del trabajo en las EAS -donde en la mayoría de los casos coincide el jefe de hogar con la figura del productor y donde cónyuges e hijos prestan colaboraciones siguiendo las instrucciones del jefereduce las necesidades de contratación de mano de obra remunerada: sólo el 5,9% de los productores declaran contratar mano de obra en forma permanente y el 19,2% lo hace en forma temporaria. A su vez, dentro del empleo predial sólo el 3% es remunerado en forma directa, lo cual indica que el empleo asume una modalidad –aunque permanente- de colaboración informal a la actividad agropecuaria.
2. Los ingresos extraprediales. En un 41% de las EAS, se observa la existencia de complementación de ingresos a partir de actividades realizadas por fuera de las explotaciones agropecuarias. Las ocupaciones extraprediales son realizados en un 70% en zonas rurales y se caracterizan por la baja calificación del puesto y el alto grado de informalidad. Dentro de la organización familiar del trabajo en las EAS, sólo un 24% de las personas mayores de 14 años no trabaja. El 55% de las personas mayores de 14 años trabaja exclusivamente dentro del predio, un 14% trabaja dentro y fuera de la EA y un 7% trabaja exclusivamente fuera de la explotación agropecuaria. A su vez, en la mitad de los hogares donde se registró actividad laboral extrapredial, existe más de un miembro del hogar con este tipo de ocupación.
Pág. 79
PARTICIPACION DEL TRABAJO EXTRAPREDIAL (mayores de 14 a os)
24%
55%
14% 7%
Trabaja dentro de la EA
Trabaja fuera de la EA
Trabaja dentro y fuera de la EA
No trabaja
Entre las ocupaciones extraprediales más frecuentes se ubica en primer lugar el empleo estacional en el sector privado (empleados, jornaleros, peones). Este tipo de inserción corresponde al 34% del total de trabajo extrapredial y esta en su totalidad compuesto por mano de obra masculina. En segundo lugar los ingresos extraprediales son obtenidos a través de inserciones permanentes en el sector privado (empleados, jornaleros, peones). Este tipo de inserción corresponde al 30% de las ocupaciones extraprediales de los hombres y al 10% del de las mujeres. En tercer lugar y cuarto lugar se ubican las ocupaciones por cuenta propia no agropecuarias (15%) y el empleo en el sector público; ambas con una fuerte composición femenina. Entre las mujeres las actividades por cuenta propias no agropecuarias representan el 33% del total de las inserciones, seguidas por el empleo público (22%), el que supera al servicio doméstico (19%). Cabe por último destacar la baja proporción de inserciones como patrones agropecuarios (0,6%) y la de trabajadores familiares sin remuneración en las actividades extraprediales.
La división por sexos de las fuentes de obtención de ingresos por fuera de las EAS es clara: la mayor proporción de la población masculina complementa ingresos a partir de inserciones como empleados, jornaleros, peones en actividades
permanente y
estacionales en el sector privado; mientras que las mujeres se concentran en actividades vinculadas al cuenta propismo no agropecuario (principalmente el comercio), los empleo en el sector público y el servicio doméstico. También son las mujeres las que tienen una mayor participación relativa en los programas de empleo.
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Un 10% de las mujeres son beneficiarias de algún programa de empleo mientras que entre los hombres los programas de empleo sólo alcanzan al 1% de las inserciones extraprediales. Estos porcentajes están muy por debajo de los que se observan para el aglomerado urbano de Corrientes, donde un 5% de las ocupaciones principales de los hombres y un 20% de las de las mujeres corresponden al Plan Jefas y Jefes de Hogar (EPH primer semestre de 2004). De señalarse alto grado de precariedad e informalidad que en general registran las ocupaciones extraprediales: entre los asalariados, un 70% se emplea en establecimientos pequeños y sólo se le realiza aportes jubilatorios a un 27% de ello; y entre los cuentapropias agropecuario sólo un 29% presta contribución al fisco y en general no llevan registros contables (sólo un 10 %) ni poseen cuentas bancarias (4,6%). Por otra parte el aporte de insumos y de maquinarias sólo alcanza al 28% y 18% de los cuenta propias respectivamente.
PRINCIPALES ACTIVIDADES EXTRAPREDIALES seg n sexo Empleado /j o rnaler o/ peon est ac ional del sec to r pr iv ado
Empleado/ jo rnale ro /peon per manent e del sec to r pr iv ado
Total Tr abaj ador por cuen ta propia no ag rop.
Mujer Var n
Empleado públ ico
Tr aba jado r por cuent a pr opia ag rop.
Se rv i cio domés ti co
T rabaj ado r en p rog ramas de empleo
Tr abaj ador f ami la r s/ r emuner ación
Pat rón agr opecuar io
0.0
5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 40.0 45.0
Sin bien la mayor proporción de población que complementa ingresos por fuera de la EA lo hace a partir de insertarse en el sector privado como empleado, jornalero o peón en forma estacional, los ingresos medios obtenidos en este tipo de actividad son los más bajos de la estructura de ocupaciones, observando un promedio de $ 961,7 anuales. Estos valores se encuentran por debajo de las ocupaciones como cuenta
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propias agropecuarios ($1.616) y del promedio de ingresos que se obtienen a partir de planes de empleo ($1800). El empleo en el sector público observa en cambio la media más elevada de ingresos $ 5.732,9, seguido de las inserciones por cuenta propias no agropecuarias que en su conjunto alcanzan un promedio de $ 5.183,2; y de los trabajos permanentes en el sector privado ($3.676,4). Estos promedios agregados de ingresos por tipo de ocupación ocultan sin embargo diferencias importantes por sexo. Mientras que los trabajadores por cuenta propia varones obtienen una media de ingresos de $7.593,6 (principalmente en actividades vinculados al comercio de carne, a la reparación de automóviles y maquinas, y al movimiento de tierras); el trabajo por cuenta propia femenino sólo alcanza los $1.741,0 concentrándose en Kioscos y en la reparación y confección de ropa. Esta diferencia por sexo se invierte en el caso de los trabajos permanentes en el sector privado donde las mujeres desempeñándose en empleos administrativos y como asalariadas en hilanderías obtienen una media de $ 4.313,3, en relación a los hombres ($ 3.627,6) que se desempeñan mayoritariamente como peones; y también en el sector publico donde las mujeres obtienen mejores ingresos que los hombres. Esta situación lleva a que la media de ingreso femenino sea mayor que la de los hombres ($3.304,8 y $2.914,5 anuales respectivamente).
INGRESOS MONETARIOS MEDIOS EXTRAPREDIALES seg n categor a ocupacional
962
1,617
5,733 1,800
2,500
Empleado/jornalero/peon estacional del sector privado Trabajador por cuenta propia agrop. Trabajador en programas de empleo Patr n agropecuario Servicio dom stico
5,183
3,034 3,676
Empleado/jornalero/peon permanente del sector privado Trabajador por cuenta propia no agrop. Empleado p blico
En términos regionales se encuentran diferencias importantes tanto en el tipo de empleo extrapredial, como en las remuneraciones. En la zona 1 las oportunidades de
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empleo son notoriamente mejores a las que presenta la zona 2 en donde un 37% del empleo total se corresponde con el empleo privado estacional. Los empleos públicos tienen igual participación en el total de actividades extraprediales en ambas zonas, sin embargo mientras que en la Zona1 la media de ingreso de los empleados públicos es de $10.622, en la Zona2 los ingresos medios anuales de los empleados públicos sólo alcanzan los $4.090. Igual situación se registra en el trabajo permanente en el sector privado que muestra una media de ingresos de $5.243 en la Zona1 y de $3.048 en la Zona 2; y en el servicio doméstico ($5.200 y $2.160 respectivamente) Por último, entre los que reciben ingresos extraprediales no laborales (13,4% de las personas) en concepto de jubilaciones, pensiones, seguros, indemnizaciones, rentas, becas y subsidios se observa una media anual de $3.192 pesos, cabe decir, $266 mensuales. En tanto, las ayudas monetarias por parte de familiares que han migrado fuera del hogar son prácticamente inexistentes: sólo el 7,8% de los hogares de las EAS recibió este tipo de ayuda, lo que les aporta por año en promedio $496.
3. Los ingresos no monetarios El 87% de las explotaciones analizadas recurren al autoconsumo de producción propia para complementar sus ingresos, porcentaje algo superior al estimado en otras encuesta rurales (de acuerdo a PROINDER, en Mendoza y Río Negro, oscilaría entre el 77 y 82%). El 41,8% ha recibido alguna vez ayudas no monetaria por parte del gobierno (bolsones de alimentos, medicamentos, leche, comedores, etc). La proporción del ingreso no monetario en el ingreso neto total alcanza al 15,6% en promedio y equivale a unos 1.081 pesos anuales. Cabe señalar, no obstante, la valorización monetaria de los productos consumidos en el hogar se realizó tomando como referencia el precio de venta de los productos, en consecuencia, es factible que de tomarse como equivalente un precio de mercado minorista, la importancia de este ingreso en el total hubiese sido mayor29. 29
Alejandro Gerardi, en Ingresos, niveles de pobreza y gasto de los hogares rurales de
Mendoza, Río Negro y Santa Fe, trabaja con ambas metodologías alternativamente –el estudio de gasto así lo permite- y llega a la conclusión de que la valorización del ingreso no monetario a través del consumo represente entre el 4 y 6% de los ingresos totales de acuerdo a la provincia, en tanto que utilizando la monetarización por equivalente de producción estos valores representarían entre el 2 y 3% de los ingresos totales. En forma análoga, podría suponerse que los ingresos para las pequeñas explotaciones catamarqueñas de acuerdo a una valorización por consumo supondrían aproximadamente entre un 7 y 8% del ingreso total. Lamentablemente, las herramientas con las que se cuentan en esta oportunidad imposibilitan realizar un ejercicio con esta metodología.
Pág. 83
El componente no monetario tiene un peso considerablemente superior en los ingresos de los hogares más relegados. Así, en los hogares pobres el ingreso por autoconsumo equivale al 21,4% del ingreso monetario neto y entre los no pobres al 5,1%. Aún así, esta proporción en relación al ingreso monetario no se traduce en un incremento importante de los ingresos de los pobres, puesto que el ingreso no monetario por autoconsumo en términos absolutos es más importante en aquellas zonas donde se radican las poblaciones con mayores ingresos monetarios. La composición del ingreso por autoconsumo es en un 32,4% ingreso proveniente de cultivos anuales y hortalizas, un 33% proveniente del autoconsumo de ganado, un 16,4% por autoconsumo de huevos y un 8,5% de subproductos ganaderos; el resto de los rubros equivalen al 9,7% de los ingresos por autoconsumo. Esta composición es producto de precios y cantidades de los bienes, con lo cual los bajos precios que por ejemplo tienen los cultivos permanentes (naranjas, mandarinas, limones, pomelos) no permiten reflejar la importante magnitud de este tipo de producto en la dieta de los hogares.
ORIGEN DEL INGRESO POR AUTOCONSUMO (Porcentaje sobre el total de ingresos por autoconsumo)
Ingresos por autoconsumo de anuales y hortalizas 16%
0%
Ingresos por autoconsumo de cultivos permanentes 32%
5%
Ingresos por autoconsumo de ganado
9%
Ingresos por autoconsumo de subproductos ganaderos Ingresos por autoconsumo de subproductos agr colas Ingresos por autoconsumo de miel 4% 34%
Ingresos por autoconsumo de huevos
En relación a las ayudas gubernamentales, el equivalente monetario percibido anualmente asciende a unos 388 pesos por hogar. El comportamiento agregado muestra que el 68,7% de este ingreso corresponde medicamentos, por un monto anual estimado de 267 pesos. La segunda ayuda en importancia, de acuerdo al equivalente en ingresos, la constituyen las bolsas de alimentos con un media anual
Pág. 84
estimada de $86,5. Muy por debajo de estos valores se encuentra la asistencia a comedores escolares con una participación del 4,2% en el total de la ayuda gubernamental, seguido por las ayudas en materiales para la construcción (2,8%) y las ayudas en leche (1,1%) y la entrega de semillas. Finalmente, cabe destacar la baja ayuda recibida en semillas en relación a los valores que se pudieron registrar en el informe de base de la provincia de Formosa. Más allá de los montos involucrados en cada tipo de ayuda, si se observa la distribución de ayuda gubernamental promedio que recibe cada EA, los valores difieren: un 39% corresponde a la recepción de bolsas de alimentos, un ORIGEN DE INGRESOS POR AYUDA GUBERNAMENTALES (porcentaje sobre el total del ingreso por ayuda)
1%
3%
ingreso por bolsones de alimentos ingreso por comedores escolares
22%
ingreso por entrega de leche ingreso por entrega de medicamentos
4% 1%
ingreso por entrega de semillas ingreso por entrega de materiales viv
69%
36% a medicamentos, un 14% a semillas y un 10% en concepto de asistencia a comedores escolares. Con respecto a la focalización de las ayudas gubernamentales en cuanto a necesidades concretas de ingresos por parte de las pequeñas explotaciones agropecuarias, la valorización monetaria indica que existe una distribución razonable, aunque no optima. La población pobre recibe una ayuda anual de $482 y la población no pobre recibe $90, y en igual sentido el análisis por NBI, advierte una adecuada focalización de los planes: los hogares con NBI reciben $424 y los no NBI $258. Sin embargo la focalización no llega a asignar adecuadamente entre los distintos grados de pobreza: los indigente reciben una ayuda anual promedio que se encuentra por debajo de la de la población pobre no indigentes.
Indigente
Pobre no indigente
Total pobres
NBI No pobre
Total No NBI
NBI
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Ingreso medio anual por ayuda
460
523
482
90
258
424
384
gubernamental
C. Gestión A continuación se resumen los resultados relativos a las variables elegidas para caracterizar las condiciones de gestión de EA. Los resultados se analizan para el total y en relación al tamaño de la explotación.
1. Condiciones y modalidades de gestión
La descripción de los niveles de formalidad y el grado de racionalidad alcanzado en la gestión de la unidad productiva constituyen puntos relevantes en tanto permiten determinar la importancia de destinar esfuerzos al fortalecimiento de las capacidades de administración, comercialización y vinculación con mercados formales (tanto de venta, como de compra o financiamiento) si se pretende impactar con éxito en los ingresos generados a partir de las actividades de las explotaciones. Un indicador relevante del grado de formalidad de la unidad productiva como es el hecho de mantener una contabilidad registrada de la actividad, presenta valores bajos (7,2%), en especial en las EA de menor tamaño (5,5%). Asimismo, cabe considerar que sólo el 15% de los productores mantienen archivos organizados de recibos, facturas, y un minoritario 2,6% de EA tiene accesoramiento contable. En relación a la bancarización, la posesión de cuenta corriente bancaria es baja (5%). Estos resultados son inferiores a los encontrados en el estudio de base de Catamarca (alrededor del 10%) y se encuentran por encima de los de Formosa (1,6%). A su vez, sólo un 7% de las EA cuenta con créditos en la actualidad. Esta situación de informalidad en cuanto a las modalidades y condiciones de gestión que es ciertamente más aguda en las EA más pequeñas- se traduce en obstáculos para el acceso a mercados de comercialización y crédito en condiciones favorables, lo que constituyen una oportunidad de intervención concreta si se pretende impactar en los ingresos de esta población.
Indicadores de formalidad según tamaño de las EA Indicador Posee cuenta corriente bancaria
De 0 a 25 has.
De 25.1 a 50 has.
Total
3,9%
7,5%
5,0%
Pág. 86
Tiene créditos en la actualidad
6,8%
7,4%
7,0%
Lleva registros contables
5,5%
11,4%
7,2%
Recibe asesoramiento contable
1,5%
5,2%
2,6%
13,4%
19,3%
15,1%
Tiene archivos organizados de recibos, facturas, etc.
En relación a la actualización y el apoyo que reciben los productores para mejorar los resultados de sus producciones, se indagó sobre el acceso a asesoramiento y la vinculación con medios masivos de información especializados. El 10% de las EA dispone de asesoramiento técnico. Sin embargo el acceso a este tipo de servicio se encuentra más difundido en las EA de mayor tamaño (17%). A su vez, un 4% de las EA tiene vinculación con el INTA y alrededor de un 11% participó en el PNEA o recibió asistencia de algún otro programa asimilar. Por otra parte, alrededor de un 22% de los encuestados declara ver programas de televisión especializados y un 11% lee revistas u otras publicaciones agropecuarias. Cabe destacar que en las explotaciones de mayor tamaño (25.1-50 has), tanto la vinculación con programas estatales de apoyo a los productores como el acceso a medios masivos de información es superior. Sin embargo la baja experimentación agropecuaria registrada (1,4%), se concentra en las EAS de menor tamaño.
Indicadores actualización y apoyo a la gestión según tamaño de las EA Indicador
De 0 a 25
De 25.1 a
has.
50 has.
Total
Dispone de asesoramiento técnico
8,1%
17,5%
10,8%
Realiza experimentación agropecuaria
1,9%
0,0%
1,4%
Trabaja con el INTA
4,4%
4,9%
4,5%
Participó en el PNEA
2,7%
7,7%
4,1%
Fue asistido por otro programa similar
5,6%
11,9%
7,4%
19,3%
29,9%
22,4%
8,8%
16,2%
10,9%
Ve programas rurales por televisión Lee revistas u otras publicaciones agropecuarias
El acceso a insumos es un punto clave para facilitar márgenes de ganancia que permitan mejorar las condiciones de vida de los productores rurales. Entre las opciones de compra tradicionales en la provincia priman las vinculadas al sector privado, en especial negocios especializados y veterinarias. Sin embargo las opciones vinculadas al sector cooperativo tienen un peso relativo importante (15%), si se la
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compara con la situación de otras provincias del NEA, como es la de Formosa donde el acceso a insumo por cooperativas sólo representan el 1,6%.
Adquisición de insumos Proveedor
De 0 a 25
De 25.1 a 50
has.
has.
Cooperativa
Total
11,1%
4,2%
15,4%
Acopiador
2,9%
1,7%
4,6%
Industrial
4,9%
3,0%
7,9%
Importador
0,0%
0,0%
0,0%
Veterinaria
24,3%
14,1%
38,3%
Negocios Especiales
23,6%
8,3%
31,9%
1,9%
0,0%
1,9%
Otras EA
Nota: la suma de los porcentajes por rango de hectáreas puede superar el 100% ya que una misma explotación puede tener más de un proveedor de insumos.
En relación a las formas de comercialización de la producción, se han incluido en este apartado cuadros que describen las modalidades y canales de venta de los cultivos permanentes y anuales. En cuanto a los cultivos permanentes la yerba se comercializa en su totalidad a granel, siendo también importante la venta a granel de los limones (65%). Las mandarinas y naranjas por el contrario se comercializan mayoritariamente fraccionadas (85% y 76% respectivamente), y la venta clasificada que es minoritaria sólo se aplica a los limones y al resto de los cultivos permanentes minoritarios (17% y 36% respectivamente). Por su parte, entre la producción de cultivos anuales que se destina a la venta, el algodón, el pimiento y la sandía se comercializan principalmente a granel (97%, 62% y 55% respectivamente), mientras que el tabaco y las frutillas se comercializan en su casi totalidad clasificados (100% y 96% respectivamente). Ninguno de los cultivos es comercializado con marca, y la venta fraccionada -que es en general minoritaria- se registra en la venta de tomates y pimientos (21% y 16% respectivamente), así como en el resto de los cultivos minoritarios (40%).
Modalidades de venta de la producción agrícola (%) CULTIVOS PERMANENTES
A granel
Fraccionado
Clasificado
Con marca
Otro
Naranja
23,3%
76,7%
0,0%
0,0%
0,0%
Mandarina
14,9%
85,1%
0,0%
0,0%
0,0%
65,0%
17,5%
17,5%
0,0%
0,0%
100,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
Limón Yerba mate
Pág. 88
Resto
0,0%
0,0%
36,0%
0,0%
64,0%
41,7%
20,8%
10,4%
0,0%
27,2%
CULTIVOS ANUALES Tomate Tabaco
3,7%
0,0%
96,3%
0,0%
0,0%
Pimiento
61,6%
16,3%
22,2%
0,0%
0,0%
Algodón
97,1%
0,0%
2,9%
0,0%
0,0%
Frutilla
0,0%
0,0%
100,0%
0,0%
0,0%
Sandía
55,4%
0,0%
7,9%
0,0%
36,7%
Resto
50,7%
40,4%
3,8%
0,0%
5,0%
Las modalidades de comercialización de los cultivos permanentes se encuentran bastante diversificadas, pero la venta al acopiador y a las industrias son las más importantes. Un 37% de las naranjas, un 30% de las mandarinas, y entre un 26 y 20% de la venta de la yerba y el limón es vendido al acopiador. Alrededor de otro 20% de estos cultivos son vendidos a la industria; a excepción de los limones cuya venta es destinada en un 43% a la industria. El empaque es importante en el caso de las mandarinas y naranjas (24% y 26% respectivamente), pero no es una modalidad utilizada para ningún otro tipo de cultivo. La venta a cooperativas es realmente baja y sólo afecta al caso de la yerba mate, y la venta directa en finca o en el domicilios es reducida en general, salvo en el caso de los limones (35%). Por su parte, la comercialización de los cultivo anuales se encuentra más concentrada en la figura del acopiador. Así un 85% del algodón, un 70% de los pimientos y los tomates y un 43% de las sandias es vendidos al acopiador. Los únicos cultivos anuales en los que este canal de venta no es importante son el tabaco y las frutillas. En el caso del tabaco su comercialización se divide prácticamente por mitades entre la industria y las cooperativas; y en el caso de la frutillas también por mitades entre la venta directa en fincas y a domicilio. La venta directa en fincas y a domicilio son también importante en el caso de la sandia y en menor medida, de los tomates. A excepción del caso del tabaco, la baja penetración de la modalidad de venta por canales cooperativos se condice con la baja ocurrencia de experiencias asociativas para la comercialización: sólo 11% de las EA comercializaron alguna vez en sociedad con otros productores. Esto se vuelve a observar en el caso de la producción ganadera, donde la venta individual es la única utilizada.
Canales de venta de la producción agrícola (%)30 Acopiador
30
Cooperativa
Industria
Empaque
Feria
Vta. Directa
Vta. Directa a
en finca
domicilio
Respuestas múltiples: los porcentajes pueden sumar más de cien en los marginales.
Pág. 89
Otros
PERMANENTES Naranja
37,3%
0,0%
19,4%
23,9%
0,0%
6,0%
13,4%
0,0%
Mandarina
30,5%
0,0%
21,5%
26,5%
0,0%
6,6%
14,9%
0,0%
Limón
21,4%
0,0%
43,6%
0,0%
0,0%
35,0%
0,0%
0,0%
Yerba mate
26,2%
11,2%
25,7%
0,0%
0,0%
11,2%
0,0%
25,7%
Resto
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
100,0%
0,0%
0,0%
ANUALES Tomate
69,7%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
13,2%
13,5%
3,6%
Tabaco
9,3%
43,7%
47,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
Pimiento
69,7%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
8,1%
0,0%
22,2%
Algodón
85,1%
0,0%
14,9%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
Frutilla
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
50,0%
50,0%
0,0%
Sandia
43,3%
0,0%
0,0%
0,0%
0,0%
16,1%
40,6%
0,0%
Resto
20,5%
0,0%
1,8%
0,0%
5,2%
22,7%
46,3%
3,5%
En cuanto a los canales de venta más frecuentes de la producción ganadera se observa que la venta al carnicero es la más difundida para la comercialización de vacas, novillos, novillitos y cerdos; mientras que el caso de los terneros, terneras y los ovinos la venta directa es superior a la venta al carnicero. Por ultimo cabe destacar que las ferias y la venta directa en fincas sólo son importante para la venta de las aves de corral; y que los frigoríficos y matarifes no son utilizados como canales de venta de la producción ganadera.
Canales de venta de la producción ganadera (%) Feria
Frigorífico/ matarife
Carnicero
Vta. directa en finca
Vta. directa domicilio
Otras
comprador
Vacas
0,0%
0,0%
75,5%
24,5%
0,0%
0,0%
Terneros y terneras
0,0%
0,0%
21,4%
75,8%
2,8%
0,0%
Novillos y novillitos
0,0%
0,0%
58,0%
26,4%
0,0%
15,6%
Ovinos
0,0%
0,0%
32,3%
58,0%
9,7%
0,0%
Cerdos
0,0%
0,0%
52,0%
26,7%
8,1%
13,3%
49,3%
0,0%
0,0%
0,0%
50,7%
0,0%
0,0%
0,0%
64,7%
17,3%
18,0%
0,0%
Aves de corral Otros
Finalmente, resulta significativo que ante la pregunta sobre que tipo de estrategia aplicaría para mejorar ingresos en caso de disponer de más capital, las respuestas más frecuentes de los productores fueron comprar ganado (70%), insumos (43%), tierras (58%), o comprar o reparar máquinas (32%); sin embargo un numero no menor de caso consideró como un punto relevante la capacitación (27%) la mejora de los canales de comercialización (21,5%), la incorporación de norma de calidad (20%) y contratar asistencia técnica el (19%).
Pág. 90
5.2.2. Características de los hogares de residentes en zonas rurales agrupadas de Corrientes La población objetivo para este estudio fueron los hogares que habitan en aglomerados de la provincia con una población menor a 2000 habitantes, utilizando la misma estratificación por zonas.
A. Distribución de los hogares de residentes en zonas rurales agrupadas por Departamentos En cuanto a la ubicación geográfica de las zonas agrupadas analizadas, los resultados de la encuesta arrojan una concentración de este tipo de poblados rurales en la zona 1 de la provincia. Dentro de la zona 1 se encuentran Villa Olivari (Departamento de Ituzaingó) ubicada a 25 kms. de Ituzaingó en un área fuertemente forestal y ganadera; y la localidad de Felipe Yofré perteneciente al Departamento Mercedes. En la zona 2, se encuentra la localidad de San Cosme (Departamento de San Cosme) ubicada a 35 kms. de la ciudad de Corrientes; y la localidad 9 de Julio (Departamento de San Roque) ubicada a 170 kms de Corrientes sobre una ruta provincial, con acceso poco fluido, que vive básicamente de la economía agropecuaria.
45.0 40.0
41.8 35.0 30.0 25.0 20.0 15.0
18.4
20.5
19.3
10.0 5.0 FELIPE YOFRE
VILLA OLIVARI zona 1
9 DE JULIO
SAN COSME zona 2
Pág. 91
B. Generación de ingresos El presente apartado tiene por objetivo brindar un análisis de los ingresos de los hogares de zonas rurales agrupadas, considerando las distintas fuentes de obtención de los mismos: 1.Ingresos monetarios (laborales y no laborales): son aquellos que provienen de los trabajos de los miembros del hogar, junto a los ingresos no laborales provenientes de jubilaciones, pensiones no contributivas, indemnizaciones, rentas, subsidios, etc. 2.Ingresos no monetarios: los ingresos no monetarios corresponden a pagos en especies, producción destinada al autoconsumo y ayudas no monetarias de planes gubernamentales. A fin de comprender la relevancia de este tipo de ingresos, se procedió a su monetarización en base a los valores relevados por la producción vendida según la información relevada en la encuesta a EAS o a valores estimados de acuerdo a precios de mercado según sea el caso.
En una primera aproximación a los ingresos de los hogares en zonas rurales agrupadas se observa que el 76,5% del total de los ingresos promedio del hogar resulta de las inserciones laborales. El ingreso no laboral representa el 18,3% del ingreso total, en tanto que el 5,3% restante corresponde al equivalente monetario de ingresos por autoconsumo (1,3%), especies o planes de ayuda gubernamental (4%).
COMPOSICI N DEL INGRESO SEGUN ORIGEN
5% 18%
77%
Ingreso laboral
Ingreso no laboral
Ingreso no monetario
Pág. 92
El ingreso total medio anual asciende a $6.333, lo cual equivale a una media mensual cercana a los $ 528 y a un ingreso per cápita familiar mensual de $ 141. Estos valores se encuentran por debajo de los registrados en las EAS. Cabe destacar a su vez que a diferencias de lo registrado en las EAS; no existen diferencia regionales: los hogares de las localidades pertenecientes a cada una de las zonas obtienen ingresos promedios semejantes (en las EAS el ingreso neto per capita familiar promedio de la zona 1 era el doble del de la zona 2).
Ingreso neto per capita familiar promedio. Población de zonas rurales agrupadas -Según zona geográfica
Media ZONA 1
142
ZONA 2
139
TOTAL
141
Otro rasgo que diferencia la situación de los hogares en zonas rurales agrupadas de los del las EAS es la más equitativa distribución del ingreso al interior de los distintos estratos sociales. El 20% más rico genera el 41% de la riqueza total, mientras que el 40% más pobre genera el 19% del total de ingresos. La distancia entre la media de ingresos totales de los extremos de la escala de ingresos (quintiles I y V) presenta una relación de 6,5 /1. Esta distancia, que refleja la desigualdad entre los que más y los que menos tienen, es mucho menor que la reflejada en entre los residentes en las EAS (29/1). Frente a un volumen total de ingresos levemente más reducido que en las EAS, la distribución más equitativa del ingreso revierte en una menor cantidad de hogares pobres que entre las EAS donde la distribución se encuentra más segmentada.
Pág. 93
DISTRIBUCI N DEL INGRESO Seg n quintiles de ingresos netos totales
6% 12% 42%
16%
24%
I
II
III
IV
V
1. Ingresos laborales. Los hogares de las zonas rurales agrupadas dependen fundamentalmente de los ingresos obtenidos a partir de la inserción ocupacional, la que es en su mayoría es de tipo asalariado. Existe sin embargo un 14% de hogares que no cuentan con ningún miembro ocupado y que obtienen ingresos a partir de jubilaciones, pensiones y otros subsidios; y del complemento no monetario. Dentro del 85% de los hogares con algún miembro ocupado, un 59% cuenta con un sólo miembro del hogar ocupado, un 31% con dos miembros y un 9,7% con tres o más miembros. Controlando esta situación por el tamaño de los hogares (cantidad de miembros en el hogar) se observa que en promedio existe una actividad laboral del 42% al interior del hogar. Por su parte en la población mayor de 14 años existe un 21,2% que declara no encontrar trabajo, siendo que un 82,3% de ellos ha buscado trabajo en los últimos 30 días. Este 21% de población desocupada, es indicativa de la falta de oportunidades de empleo que brinda el contexto en el que residen estas poblaciones.
Pág. 94
MERCADO DE TRABAJO
40% 49%
2%
Ocupado
9%
Desocupado
Desalentado
Inactivo
Los trabajos son en su mayoría realizados en zona rural agrupada o urbana. Un 10% trabaja en la ciudad, un 71,6% en la misma localidad y un 2,9% en otro pueblo. Sólo 15% trabaja en zona rural, siendo en su mayoría varones (sólo un 3% de las mujeres tiene trabajo en zona rural). Entre las ocupaciones más frecuentes se ubica en primer lugar el empleo en el sector público 24,8% y el empleo asalariado permanente en el sector privado 24,4%. La composición por sexo de ambos tipo de empleo difiere fuertemente, mientras que las mujeres se concentran en el empleo público (36%), los varones lo hacen en el sector privado (36%). En orden de importancia le siguen los trabajadores en programas de empleo, con un 15% en la participación en el empleo total, y con concentración en el grupo de mujeres (25,3%). Vale destacar que estos valores se encuentran por encima de los observados en el aglomerado de Corrientes (con un 5% de los ocupados para los varones y un 20% para las mujeres, EPH-2004). Luego se ubican los trabajos por cuenta propia no agropecuarios con un 14% de participación en el empleo total y con una distribución por sexos bastante pareja: 15,6% entre los varones y 11,5% entre las mujeres. Los trabajos como asalariados, jornales o peones estacionales en el sector privado, tienen una representación del 9,8 % en la ocupación total y están compuestos prácticamente en su totalidad por varones. El servicio doméstico, compuesto por el
Pág. 95
contrario en su totalidad por mujeres, representa el 5,2% del empleo total y alrededor de un 14% del empleo femenino. Por último con participaciones que no superan el 3% se encuentran los trabajos como cuenta propias agropecuarios, los trabajadores sin remuneración y con ingresos a porcentaje. Cabe por último destacar la presencia residual de patrones no agropecuarios (0,6%) y la inexistencia de patrones agropecuarios. De este modo queda establecida la fuerte diferencia entre los tipos de inserciones extraprediales de las población de las EAS, y la de la población residente en áreas agrupadas urbanas, donde el peso de las actividades agropecuarias es prácticamente residual. PRINCIPALES ACTIVIDADES SEGUN SEXO
Servicio dom stico
Trabajador en programa de empleo
Trabajador con ingreso a %
Empl./jornalero/pe n estacional, sector privado
Mujeres Varones Total
Empl./jornalero/pe n permanente, sector privado
Empleado p blico
Trabajador fliar s/remuneracion
TCP no agropecuario
TCP agropecuario
Patr n no agropecuario 0
5
10
15
20
25
30
35
40
En cuanto a la calidad de los empleos asalariados debe destacarse que un significativo 66% de los asalariados cuenta con descuento jubilatorio. La más amplia cobertura se encuentra entre los empleados públicos (86%) y los asalariados permanentes en el sector privado (67,5%). Por el contrario sólo un 12% de los trabajadores estacionales del sector privado se le efectúan descuentos jubilatorios, y sólo a un 13% de los empleados de comercio.
Pág. 96
En términos de los ingresos que generan los distintos tipo de inserción laboral, cabe destacar que la media ingreso anual más elevada es la de la actividades por cuenta propia no agropecuaria, las que alcanza los $ 5.813 ($ 484 mensuales). En segundo lugar se ubican los empleos asalariados permanentes en el sector privado con una media anual de $ 5.437 ($453 mensuales). Por otra parte, con medias de ingresos de $4.800 se encuentran los trabajos con ingresos a porcentajes y los patrones no agropecuarios y con un monto similar, de $4.767, los empleos en el sector público. Las actividad como cuenta propias agropecuarios y como asalariados o jornaleros estacionales observan similar nivel de generación de ingreso, con medias anuales de $ 2.484 y $ 2.399 respectivamente, y con medias mensuales de alrededor de $200. Por último los trabajos en planes de empleo ($1.760) y el servicio domestico ($1.190), constituyen el piso de la estructura de ocupaciones evaluada en términos de ingresos.
INGRESOS LABORALES MEDIOS Seg n categor a ocupacional
Patr n no agropecuario
1,190 1,760
TCP agropecuario
4,800
TCP no agropecuario
4,800
2,484
Empleado p b lico Empl./jornalero/pe n permanente, sector privado
2,399 5,813.8
Empl./jornalero/pe n estacional, sector privado Trabajador con ingreso a %
5,437
Trabajador en programa de empleo
4,767 Servicio dom stico
En cuanto a los ingreso no laborales, un 38% de hogares percibe ingresos en concepto de jubilación o pensiones contributivas, y no contributivas, subsidios, becas indemnizaciones. La media anual de este tipo de ingresos es de $1.159 en el total, y de $2.461 entre las personas que reciben este tipo de ingreso. Este tipo de ingreso constituye una fuente importantísima de recursos para los hogares que no tienen ningún miembro ocupado (14% del total de los hogares).
Pág. 97
2. Los ingresos no monetarios El 46% de los hogares analizadas recurren al autoconsumo de producción propia para complementar sus ingresos, porcentaje que representa prácticamente la mitad del registrado en las EAS. Por su parte, una proporción similar a la observada entre los hogares de las EAS ( 39%) ha recibido alguna vez ayudas no monetaria por parte del gobierno (bolsones de alimentos, medicamentos, leche, comedores, etc). La proporción del ingreso no monetario (por autoconsumo y por ayudas) en el ingreso neto total alcanza al 5,3% en promedio y equivale a unos $332 anuales para los hogares de zonas rurales agrupadas. La valorización monetaria de los productos consumidos en el hogar se realizó siguiendo la misma metodología que en el caso de las EAS (la imputación de los precios se efectuó en base a los precios captado en la encuesta a EAS). Nuevamente aquí se observa que el componente no monetario tiene un peso considerablemente superior en los ingresos de los hogares más relegados. Así, en los hogares pobres el ingreso por autoconsumo equivale al 2,6% del ingreso monetario neto y entre los no pobres se vuelve un componente residual, del 0,2%. La composición del ingreso por autoconsumo es en un 48% proveniente del consumo de huevos, en un 19% de leche, en 17% de verduras de hoja, en un 6% pollo y en 4% cerdos.
Pág. 98
ORIGEN DEL INGRESO POR AUTOCONSUMO (Porcentaje sobre el total del ingreso por autoconsumo)
4%
6%
6% Huevos Leche 48%
17%
Verduras Pollos Cerdos Otros
19%
Un 39% de los hogares reciben ayudas gubernamentales, el equivalente monetario percibido anualmente asciende a unos $252 pesos por hogar. El comportamiento agregado muestra que el 44,7% de este ingreso corresponde medicamentos, por un monto anual estimado de $113 pesos. La segunda ayuda en importancia de acuerdo al equivalente en ingresos, la constituyen las bolsas de alimentos con un media anual estimada de $107 y con un 42% de participación en el ingreso total por ayudas. Muy por debajo de estos valores se encuentra la entrega de leche, con una participación del 4,6% y una media de $11; la asistencia a comedores escolares con una participación del 5,6% en el total de la ayuda gubernamental y media de $14, seguido por las ayudas en materiales para la construcción y las semillas. Más allá de los montos involucrados en cada tipo de ayuda, si se observa la distribución de ayuda gubernamental promedio que recibe cada EA, los valores difieren: un 48% corresponde a la recepción de bolsas de alimentos, un 34% a medicamentos, un 9% leche y un 8% en concepto de asistencia a comedores escolares.
Pág. 99
ORIGEN DE INGRESOS POR AYUDAS GUBERNAMENTALES (Porcentaje sobre el total de ingresos por planes de ayuda) 1%
2% ingreso por bolsones de alimentos ingreso por comedores ingreso por entrega de leche 42% ingreso por entrega de medicamentos
44%
ingreso por entrega de semillas ingreso por entrega de materiales viv. 5% 6%
Con respecto a la focalización de las ayudas gubernamentales en cuanto a necesidades concretas de ingresos por de los hogares de zonas rurales agrupadas, en este caso la valorización monetaria indica que existe una adecuada distribución. Mientras que los no pobres por ingresos reciben una media de $66, los pobres reciben una media de $340, siendo que los pobres indigentes reciben $402. Igual situación se registra en la asignación diferencial entre hogares con y sin Necesidades Básicas Insatisfechas.
Indigente
NBI
Pobre no indigente
Total pobres
No pobre
290
340
66
Total No NBI
NBI
216
306
Ingreso medio anual por ayuda gubernamental
402
252
C. Gestión A continuación se resumen los resultados relativos a las variables elegidas para caracterizar las los emprendimientos por cuenta propias registrados entre los
Pág. 100
pobladores de zonas rurales agrupadas. La muestra es muy pequeña, sólo se seleccionaron 15 casos31. Un 53% las actividades por cuenta propia registradas se vinculan al comercio (kioscos y almacenes en su mayoría), el resto de los emprendimientos se orientan a la reparación de automotores, a trabajos en cueros y carpinterías, y al transporte de pasajeros. Existe un único caso, con actividades vinculadas al sector agropecuario. En primer lugar cabe destacar que el gerenciamiento o administración de la actividad esta en su totalidad a cargo de los propietarios (no existe gerencia o administración es paga). La composición por sexo de los dueños de los emprendimientos es en un 53% femenino y en 47% masculino. En un 81,5% de los casos el lugar donde se realiza la actividad es propio. El 18,5% restante declara que no tiene un lugar fijo y que presta el servicio donde el cliente lo requiera o que le prestan un espacio para llevar a cabo la actividad. En ningún caso se registra alquiler de locales o talleres para la realización de las actividades. A su vez, sólo un 21% contrató mano de obra en el período de referencia en forma indefinida o por más de seis meses, pero otro 22% contrató personal en forma temporaria. Para un 96,8% de los emprendimientos por cuenta propia el destino de la producción o servicio que ofrece es en su totalidad el mercado local. Sólo un 3% observa diversificación de las ventas en diferentes mercados, destinando en estos caso un 60% al mercado local y el 40% restante al mercado provincial. La descripción de los niveles de formalidad y el grado de racionalidad alcanzado en la gestión del emprendimiento constituyen puntos relevantes en tanto permiten determinar la importancia de destinar esfuerzos al fortalecimiento de las capacidades de administración, comercialización y vinculación con mercados formales (tanto de venta, como de compra o financiamiento) si se pretende impactar con éxito en los ingresos generados a partir de las actividades de las explotaciones. Un indicador relevante del grado de formalidad de la unidad productiva como es el hecho de mantener una contabilidad registrada de la actividad, presenta valores bajos (3,8%). Asimismo, cabe considerar que sólo el 17% de los cuenta propistas mantienen archivos organizados de recibos, facturas y que ningú cuenta propia tiene
31
Los changas u otras ocupaciones por cuenta propia de notoria precariedad laboral,
presentaban dificultades para llenar los campos de la sección de “actividades por cuenta propia”, razón por la cual el módulo sólo fue preguntado entre los “trabajadores por cuenta propia no agropecuario”, principalmente compuestos por comerciantes.
Pág. 101
cuenta bancaria. Estos resultados son muy inferiores a los encontrados entre los productores de las EAS menores a 50 has.
Indicadores de formalidad: POBLACIÓN RURAL AGRUPADA - CUENTA PROPIAS
Tienen CUIT Cuenta bancaria Asesoramiento técnico
31,9 0 0
Asesoramiento contable
3,8
Registros contables
3,8
Registros organizados de facturas
17,2
Esta situación de informalidad en cuanto a las modalidades y condiciones de gestión se traduce en obstáculos para el acceso a mercados de comercialización y crédito en condiciones favorables, lo que constituyen una oportunidad de intervención concreta si se pretende impactar en los ingresos de esta población. Un 12,3% alguna vez solicitó un crédito pero sólo un 9% logró efectivamente acceder, dada la imposibilidad -para un 3,7% de los cuentapropistas- de cumplir con los requisitos solicitados. Cabe advertir que el acceso al crédito antes señalado, se da a partir de instancias informales con otros comerciantes y no a través de bancos, cooperativas, organizaciones de productores o programas de gobierno. Otro 6% se manifiesta interesado en obtener crédito pero desconoce como obtenerlo; asimismo existe otro 6% que declara que no pedir crédito por otras razones, entre las cuales la más frecuente es el temor a meterse en un crédito y no poder pagarlo. Sin embargo la situación más frecuente entre los entrevistados (75%) es considerar que no necesitan crédito para la actividades que desarrollan.
Acceso al crédito: Tiene acceso a crédito
9,0
No lo recibió por no cumplir los requisitos
3,7
No lo recibió por otras razones No necesito crédito
0 75,1
No lo solicitó porque el interés era muy alto
0
No existe crédito para esa actividad
0
No supo a quién pedirlo
5,8
No lo solicitó por otras razones
6,3
Pág. 102
Al consultarles a los entrevistados a que destinarían el crédito en caso de obtenerlo, un 45% declara que lo destinaría a compra o arreglo de maquinaria, un 18,2% a mejorar la comercialización, un 14,5% a la construcción, reparación o ampliación del local, un 12,4% a la compra de insumos y un 3,7% a la contratación de mano de obra. A su vez un 70% de los entrevistados declara que si dispusiera de capital adicional o crédito lo invertiría en la misma actividad. En cuanto a las principales dificultades que enfrentan hoy los emprendimientos en primer lugar destaca el problema de los proveedores locales (37,8), en segundo lugar el costo de los servicios energéticos (32%), en tercer lugar el costo del transporte para llegar a los mercados y en cuarto lugar la falta de información sobre programas de apoyo para mejorar la calidad y competitividad (17%) y el acceso a créditos formales (12%).
Principales dificultades para el desarrollo de las actividades por cuenta propia – Respuestas múltiples Costo de transporte para llegar a los mercados
26.2
Proveedores locales
37.8
Falta de mano de obra especializada
0
Falta de mano de obre no especializada
0
Falta deficiencia de servicio telefónico
6,1
Costo de servicio telefónico
3,2
Falta de servicios energéticos
0
Costo de servicios energéticos
32,2
Espacio físico
8,6
Servicio de mantenimiento
0
Falta de innovación técnica
0
Información sobre programas de apoyo para mejorar la calidad y competitividad
17,4
Pág. 103
Capacitación profesional de técnicos Publicidad de la empresa Precios en relación a los competidores Calidad de bienes y servicios en relación a los competidores
0 3,2 0 8,6
Acceso a asistencia técnica
0
Acceso a créditos formales
12,3
Pág. 104
5.4. Asociativismo. Encuesta EAS y encuesta a pobladores en zonas rurales agrupadas
Uno de los propósitos del programa, es apoyar e incrementar la capacidad de autogestión de la población rural pobre32 y el fortalecimiento de las instituciones públicas y privadas de la provincia. En consecuencia, se incorporó en la encuesta a productores y a pobladores en zona agrupadas una serie de preguntas destinadas a indagar sobre sus experiencias asociativas, el nivel de participación en organizaciones de la comunidad (OSC’s) y los requisitos exigidos para participar. El análisis se presenta en forma comparativa para ambas poblaciones. Los niveles de asociativismo registrados en la provincia se encuentran por debajo de los registrados para el caso de Catamarca y de Formosa. En la población de las EAS sólo un 10% de los productores ha producido bienes en sociedad y sólo un 11% comercializó bienes en forma asociada o se asoció para la compra de insumos. Sin embargo un dato alentador es que quienes han realizado este tipo de experiencias opinan mayoritariamente que las volverían a repetir y quienes no han participado, algo menos de la mitad se muestra dispuesto a intentar una estrategia asociativa con otros productores. En el caso de la población residente en área agrupadas no existe prácticamente experiencias asociativas. Solo un 1,5% ha producido bienes en sociedad, un 1,7 % ha comercializado bienes con otros productores, y un 1% ha comprado insumos con otro productores. En cuanto al grado de reconocimiento de la institucionalidad dentro de la sociedad civil rural, llama la atención que sólo un tercio de los entrevistados de las EAS tenía conocimiento de alguna organización de la comunidad en su zona. En las zonas agrupadas este reconocimiento se eleva al 41%. La participación efectiva sin embargo es más alta en la población de las EAS: un 16% participa de alguna OSC, en relación al 13% de participación que se registra en la población de las zonas rurales agrupadas.
32
Marco Lógico, Apéndice I del Informe de Reorientación (2002)
Pág. 105
CONOCIMIENTO Y PARTICIPACION EN OSC«s 45%
En
40% 35% 30% 25%
41% 35% 16%
20%
13%
15% 10% 5% 0% EAS
POBLADORES
Conoce alguna OSC
Participa en alguna OSC
cuanto al perfil de la población que ha participado en OSC, en la población de las EAS en un 48% se trata del mismo productor. De modo que tanto los bajos niveles de participación en OSC como la alta concentración en la figura del productor indican la existencia de bajos niveles organizativos en la sociedad civil dentro del ámbito rural de Corrientes. Igual situación se registra en la población rural agrupada, donde un 45% de los casos con participación son jefes de hogar. Si bien es escasa la participación en OSC entre los pobladores de las EAS, en los casos en que se registra participación, esta tiende a ser de tipo activa y comprometida. Al analizar el tipo de actividades que realizan dentro de las OSC se observa que la mitad de los casos es miembro activo, al tiempo que un 14% esta comprometido en las funciones de dirección/administración.
(No se cuenta con información para la
población de residentes en zonas rurales agrupadas).
Tipo de participación en OSC (%) Adherente s/
Otro
Dirección
Miembro
Administración
activo
participación activa
ENCUESTA EA
14%
48%
33%
5%
ENCUESTA POBALDORES
S/d
S/d
S/d
S/d
En cuando al tipo de organización en la que participa la población de las EAS, se observa una baja presencia de instituciones ligadas a la actividad productiva: 13% son asociaciones de productores, 9% sindicatos y 3% consorcios. Esto implica que solo un cuarto de los productores se vincula a OSC’s para el mejoramiento o defensa de sus actividades económicas.
Pág. 106
Entre las OSC’s ligadas directamente a la actividad de las EA se mencionaron: •
APASA. AS. PEQUEÑOS PRODUCTORES SAN ANTONIO
•
CAMARA DEL TABACO
•
COOP. UNION SALADEÑA
•
FUNDACIÓN SANTA TERESA
Considerando que sólo un cuarto de las EA’s tiene algún tipo de participación, y a su vez que la penetración de OSC vinculadas al mejoramiento o defensa de sus actividades económicas es reducida, parece necesario incluir entre las acciones del programa actividades destinadas a fortalecer y promover la articulación entre productores, en la medida que estas experiencias permiten potenciar el acceso a mercados, la compra de insumos y la articulación con los actores del sector público local. En la población rural agrupada no se observa ningún caso con participación en instituciones ligadas a la actividad productiva. Estas son en su mayor parte religiosas (52%), recreativas (27%) y asociaciones cooperadoras escolares o de hospitales (14%).
.
PARTICIPACI N SEG N T IPO DE OSC«s 7%
Otro
16% 52%
Iglesia 27%
Club deportivo
42%
3% 14%
Cooperadora escolar-hospital Sindicato
9%
Consorcio
3%
Asociaci n de productores
13%
0% EAS
10%
20%
30%
40%
50%
60%
POBLADORES
Dentro de la población de la EA la población involucrada en las instituciones de la sociedad civil realiza algún tipo de aporte o colaboración. Un 28% efectúa pago de cuota, un minoritario 1,4% declara realizar colaboraciones en dinero, un 4,1% realiza colaboraciones en especies y un 50% declara realizar trabajo voluntario. Entre las OSC’s ligadas a actividades productivas la vinculación formalizada mediante una cuota
Pág. 107
se incrementa al 51%, al tiempo que el trabajo voluntario mantiene una alta participación (32%). En las zonas rurales agrupadas también la población que participa en OSC realiza aporte o colaboraciones, pero en este caso tienden a encontrarse menos formalizadas. Sólo un 12% efectúa pago de cuota, un 10% declara realizar colaboraciones en dinero, un 12,3% realiza colaboraciones en especies y un 36% declara realizar trabajo voluntario.
Requisitos para la participación. Pago de cuota social. (%) ENCUESTA EA
ENCUESTA POBLADORES
Total
Asoc.de productores
Total
Ninguno
15,2%
9%
28,6 %
Cuota Social
28,5%
51,8%
12,5%
Colaboración ($)
1,4%
0%
10,3%
Donación en especies
4,1%
6,8%
12,3%
Trabajo voluntario
50,9%
32,3%
36,2%
Total
100%
100%
100%
Base: población que participa en OSC’s
Pág. 108
5.4. Condiciones de vida. Encuesta EAS y encuesta a pobladores en zonas rurales agrupadas La descripción de las condiciones de vida de las dos poblaciones potencialmente beneficiarias del programa se efectuará en distintas dimensiones. De un lado, se analizarán las características sociodemográficas de los hogares, haciendo foco en la vivienda33, el acceso a servicios públicos, salud y educación. Por otra parte, se analizarán en profundidad los niveles de pobreza, y la condición de los llamados grupos vulnerables: jóvenes y mujeres.
A. Caracterización socio-demográfica. Encuesta a EAS y Encuesta a pobladores Las encuestas a productores y pobladores incluyeron una batería de preguntas a los fines de determinar las características de los hogares. El relevamiento se llevó a cabo a través del informante clave (el productor o jefes de hogares en la mayoría de los casos) quien informó sobre todos los miembros del hogar. En total, se registraron datos sobre 756 personas en las pequeñas explotaciones rurales; y sobre 906 personas en el área rural agrupada. En cuanto a los aspectos demográficos estructurales como son la composición por sexo y la edad, las poblaciones rurales encuestadas no presentan diferencias significativas respecto de los datos relevado en el último censo poblacional. En la población de las EAS se observa una menor presencia de mujeres que las que se registran en los espacios rural agrupados y en las zonas urbanas. Esta situación confirma la relativa preponderancia de los hombres en zonas rurales asociada a las más bajas oportunidades laborales para las mujeres dentro del ámbito rural.
Sexo. Total provincial y población encuestada ok CENSO 2001 Total provincial
Total rural
ENCUESTA EA
POBLADORES
Rural disperso
33
Cabe destacar que no se cuenta con datos sobre vivienda para los productores que no viven en las EAS (15,3%). Por lo tanto los estimaciones que involucran datos sobre vivienda (hacinamiento critico, condiciones sanitarias, provisión de agua, etc), no afecta al total de la población sino al 84,7% de los hogares residentes en las EAS.
Pág. 109
VARON
49,4
52,9
53,4
53,8
48,6
MUJER
50,6
47,1
46,6
46,2
51,4
En cuanto a la distribución por edad, en las EAS de Corrientes existe una menor participación relativa de niños -en particular de los de 0-4 años-, y una sobrerepresentación de los mayores de 60 años. Esta situación replica la encontrada en las pequeñas explotaciones agropecuarias de la provincia de Formosa, en donde también se registraba cierto envejecimiento poblacional. En el ámbito rural agrupado la distribución por tramos etarios prácticamente replica los del total provincial, desapareciendo la fuerte participación de los mayores encontrada en las EAS pequeñas. Sin embargo también existe aquí una baja participación de los niños de 0-4 años, aunque compensada por una cohorte más abultada de niños de 512 años.
Grupos de edad. Total provincial y población encuestada (%) ok CENSO 2001
ENCUESTA EA
0-4
11,4
7.6
9,7
5-12
18,8
14.9
24,4
13-17
10,5
12.3
11,3
18-29
19,7
18.3
15,1
30-59
30,0
32.6
31,0
60-+
9,7
14.4
8,5
La composición de los hogares se analiza teniendo en cuenta la cantidad de miembros en el hogar, la prevalencia de condiciones de hacinamiento y los tipos de hogares que se constituyen. En cuanto a la cantidad de personas en el hogar se observa en ambas poblaciones encuestadas hogares de mayor tamaño, que en el total provincial. Mientras que el promedio de personas en el hogar es en estas poblaciones de 4,3, en el total provincial este promedio desciende a 3,9 personas por hogar. Estas diferencias en los promedios de personas por hogar pueden ser entendidos por la subrepresentación de los hogares unipersonales -sobre todo en las EAS-, y por la mayor participación relativa de los hogares con cuatro y más personas.
Pág. 110
Sin embargo el hacinamiento crítico que sufre la población de las EA (12,3), es inferir al registrado en los hogares en zonas rurales agrupadas (14,8), e incluso inferior al promedio de la provincia (15, 0%).
Cantidad de personas en el hogar. Total provincial (Censo2001) población encuestada (%)
y
ENCUESTA TOTAL PROVINCIAL
ENCUESTA EA
POBLADORES
1
12,1 %
6,7%
9,6
2
15,7%
19,9%
12,6
3
17,1%
12,8%
16,2
4
17,5%
26,6%
22,0
5
14%
9,6%
14,0
6
9,4%
7,8%
10,6
7o+
14,2%
16,6%
15,1
Promedio
3,9%
4,3%
4,3
Hacinamiento crítico
15,0%
12,3%*
14,8
*Para población con residencia en la EA
Por otra parte, si bien la estructura de conformación de los hogares sigue los promedios provinciales, resulta claramente superior en las EAS la cantidad de hogares compuestos y multipersonales, es decir donde conviven otros miembros sin parentesco con el jefe de hogar. Por el contrario en las zonas rurales agrupadas, estos dos tipos de hogares descienden a valores más próximos a los parámetros censales, y se incrementan las familias con núcleos completos.
Tipo de hogar. Total provincial (Censo 2001) y población encuestada TOTAL
ENCUESTA
PROVINCIAL
ENCUESTA EA
POBLADORES
Hogares unipersonales
12,2
6,7
9,6
Hogar con familia de núcleo completo
49,8
50,8
56,9
Hogar con familia de núcleo incompleto
10,8
5,2
8,5
Hogar extendido
24,0
24,5
16,3
Hogar compuesto
2,2
9,7
7,2
No familiar multipersonal
1,1
3,2
1,5
La Vivienda. Las características de las viviendas de las poblaciones bajo estudio presentan fuertes disparidades. Para su comparación se han escogido algunos indicadores referidos a las viviendas que permiten una caracterización de las condiciones de vida de estas poblaciones. Pág. 111
En las EAS la disponibilidad de agua por cañería dentro de la vivienda es significativamente menor que en el ámbito rural agrupado y que en el promedio provincial (68,8%, Censo 2001). Sólo un 23% de las viviendas de las EA encuestadas cuentan con agua por cañería, y dentro de la zona 2 este valor es aún más crítico, descendiendo al 17%. Por otra parte el aprovisionamiento de agua desde ríos, arroyos o canales es bajo en las EAS (2,7%) pero se encuentra por encima de los parámetros provinciales (0.01%, Censo 2001). A su vez, los materiales del piso de la vivienda de la población de las EAS son en un 31 % pisos de tierra y en un 11% de otro material no conveniente; lo que suma un 42% de viviendas con deficiencias, en relación 16,6% provincial.
La situación habitacional de la población residente en áreas rurales agrupadas es notoriamente mejor en todos los parámetros, mostrando valores semejantes al promedio provincial según datos del Censo. Así se observa que solo un 19% no dispone de agua por cañería dentro de la vivienda y sólo alrededor de un 13% no cuenta con piso convenientes dentro de la vivienda. Por otra parte no se registra ningún caso con provisión de agua de ríos, arroyos o canales.
Condición de la vivienda según zona (%) ENCUESTA EA
ENCUESTA POBLADORES
Zona 1
Zona 2
Total
Zona 1
Zona 2
Total
% Dispone de agua por cañería
38,8
17,4
23,0
78,7
85,0
81,2
% agua por río, arroyo o canal
2,6
2,8
2,7
0
0
0
% Piso de baldosa o cemento
73,1
52,0
57,6
84,7
91,2
87,2
Pág. 112
Iguales diferencias se encuentran en el acceso a los bienes normalmente utilizados para conocer la situación socio-económica de los hogares (heladera, lavarropas, videocasetteras o PC). En la población de las EAS se registra en general un menor acceso que en las zonas rurales agrupadas; la única excepción la constituye el teléfono, el que es algo más frecuente en los hogares de las EAS que en los de zonas rurales agrupadas.
Cabe destacar que no obstante la mejor situación relativa de los pobladores en zonas rurales agrupadas; los niveles de acceso a este tipo de bienes se encuentran muy por debajo de los parámetros provinciales.
Bienes en el hogar. Total provincial (Censo 2001) y población encuestada (%) ENCUESTA
TOTAL PROVINCIAL
ENCUESTA EA
Posee heladera con o sin freezer
78,1
44,5
69,6
Posee lavarropas
50,5
24,8
26,3
Posee videocasettera
19,5
4,7
7,3
Posee teléfono fijo, teléfono celular o ambos
43,2
19,6
16,0
Posee PC
10,5
1,3
2,7
POBLADORES
En relación a la ubicación de la vivienda, resulta significativo considerar la distancia que debe recorrer la población potencialmente beneficiaria para acceder a servicios básicos. En la población de las EAS se dan diferentes niveles de acceso dependiendo de la zonas en las que se encuentran ubicadas las explotaciones. La zona 1, ubicada en la franja este de la provincia -aún cuando presenta en general mejores condiciones habitacionales- enfrenta una mayor dificultad para el acceso a los servicios básicos. Un primer indicador de relevancia, es la presencia de vías asfaltadas en las cercanías de la EA, lo cual facilita el acceso a mercados para las producciones, brinda mejores oportunidades de empleo urbano y acceso a servicios públicos. En la zona rural dispersa 1, un 16% de las viviendas se encuentra a más de 20 km de un acceso asfaltado, mientras que en la zona 2 sólo un 3% de las viviendas tienen este tipo de dificultad. A su vez, tal como se exhibe en el siguiente cuadro, el acceso a medios de comunicación (tel. público, correo) y a servicios públicos (justicia, registro civil, farmacias, policía, etc.) se encuentra notablemente más restringido en esta zona 1.
Pág. 113
Cabe por último destacar la amplia distribución territorial de escuelas primarias -dado que ninguna EA se encuentra a más de 20km- y por oposición señalar las restricciones que aparecen en el acceso a escuelas secundarias, las que se convivan -sobre todo en la zona 1- con dificultades de acceso al transporte público. La convergencia de dificultades en el acceso y tal como se verá más adelante de estrategias familiares de supervivencias vinculadas a la inserción laboral temprana de los adolescentes, confluyen en una alarmante proporción de jóvenes residentes en explotaciones agropecuarias que no asisten a la escuela media.
Acceso de la vivienda a servicios según zona (%) – EAS. ENCUESTA EAS A más de 20km de...
Zona 1
Zona 2
Total
Centro urbano
27,8
21,4
23,1
Escuelas primarias
0,0
0,0
0,0
Escuelas secundarias
22,7
9,8
13,2
Farmacias
49,9
22,4
29,6
Destacamento policial / comisaría
15,8
7,1
9,4
Teléfono público
22,8
8,5
12,3
Transporte público
10,6
0,0
2,8
Correo
32,0
16,5
20,5
Registro Civil
32,0
21,8
24,4
Juzgado
47,5
26,9
32,3
Calle / ruta
16,1
3,2
6,6
La población que vive en zona rurales agrupada no presenta dificultades en el acceso a vías asfaltadas ni en el acceso al transporte publico, lo cual brinda mejores oportunidades de empleo urbano y acceso a servicios. A su vez existen escuelas primarias y secundarias, destacamentos policiales y registros civiles en el entorno. Pero igualmente enfrentan distancias considerables cuando se tiene en cuenta las distancias que deben recorre para llegar a centros urbanos. A pesar de esta situación general notoriamente más ventajosa que la que enfrentan los pobladores de las EAS, la población rural agrupada que reside en la zona 1 (Felipe Yofre y Villa Olivari) también presenta algunas dificultades en el acceso a bienes y servicios, destacando el hecho que un 49% de los pobladores rurales de la zona 1 se encuentra a más de 20km de un correo y 90% a más de 20 km de una farmacia.
Pág. 114
Acceso de la vivienda a servicios según zona (%) – Pobladores.
ENCUESTA A POBLADORES A más de 20km de...
Zona 1
Zona 2
Total
Centro urbano
96,6
60,1
82,3
Escuelas primarias
0,0
0,0
0,0
Escuelas secundarias
0,0
0,0
0,0
Farmacias
90,8
0,0
52,7
Destacamento policial / comisaría
0,0
0,0
0,0
Teléfono público
1,8
0,7
1,4
Transporte público
3,3
0,0
2,0
Correo
49,1
3,4
30,9
Registro Civil
0,6
0,0
0,3
Juzgado
99,4
45,2
77,8
Calle / ruta
0,6
0,0
0,3
Educación. Las deficiencias educacionales entre la población pobre de las áreas rurales, tanto si consideramos a los menores que no asisten a un establecimiento educativo, como a los mayores que no han podido completar sus estudios, son por un lado, emergentes claros de la imposibilidad de los hogares para generar estrategias de subsistencia que permitan prescindir de la mano de obra infantil y adolescente –sobre todo en el caso de las EAS-, aunque también habla de las dificultades económicas, geográficas y culturales de acceso a la escuela. De este modo, es de esperar que las acciones tendientes a mejorar los ingresos y las condiciones de vida de la población rural pobre contribuyan a disminuir esta problemática.
En las EAS, la población de niños de 5 a 12 que no asiste es reducida (3,5%) ubicándose por debajo de los parámetros provinciales (6,6%), y los niveles de exclusión escolar observados en la población de adolescentes de 13 a 14 años, son apenas más elevados (13,2%) que aquellos que se registran en el total provincial según el último censo poblacional (11%). Pero en cambio, existen diferencias muy marcadas para el grupo de 15 a 17 años, entre los cuales la no asistencia al sistema educativo formal alcanza al 45% de los jóvenes de las EAS, en relación al 28% de no asistencia en las zonas rurales agrupadas y en la provincia. La población rural agrupada replica -e incluso mejora- los patrones de asistencia escolar del total de la provincia; los que por otra parte se encuentran comprometidos cuando se observan los totales urbanos del país.
Pág. 115
Asistencia escolar. Total urbano (EPH 2004), Total rural no disperso (BM), Total provincial (Censo 2001) y población encuestada (%)
Porcentaje de niños entre 5 y 12 años que no asiste a un establecimiento
TOTAL
TOTAL RURAL
TOTAL
ENCUESTA
ENCUESTA
URBANO
NO DISPERSO
PROVINCIAL
EA
POBLADORES
2,0
8,0
6,6
3,5
3,4
3,0
10,0
11,0
13,2
9,6
13,8
22,0
28,7
45,0
28,2
educacional Porcentaje de adolescentes entre 13 y 14 años que no asiste a un establecimiento educacional Porcentaje de adolescentes entre 15 y 17 años que no asiste a un establecimiento educacional
En cuanto a los motivos del abandono escolar declarados por los adolescentes de entre 13 y 17 de las EAS destacan la necesidad de trabajar (30%), la de atender a la familia (30%), y las dificultades del estudio (20%). Pero cabe señalar –aún cuando la base es reducida para alcanzar conclusiones determinantes-, que el hecho de que un 85% de los adolescentes de entre 13 y 17 que no asisten, trabajen en la actualidad fundamentalmente dentro de la explotación (71%), parece confirmar la importancia del trabajo dentro de la explotación como uno de los factores explicativos primordiales del abandono de los estudios. Cabe asimismo indicar que la ocupación también es elevada dentro de la población que asiste, pero de todas formas el porcentaje de ocupados desciende al 53% y las ocupaciones son exclusivamente dentro de las EAS. Muy distinta es la situación de los residentes en áreas agrupadas, no solo porque la deserción casi desciende a la mitad, sino porque apenas un 6,7% de los adolescentes de entre 13 y 17 años que abandonan la escuela declaran que el motivo se vinculó a la necesidad de trabajar, y a su vez no se registran casos que señalen la necesidad de atender a la familia como razón del abandono. Los principales motivos del abandono se refieren a la falta de interés en continuar los estudios (35%); y al no poder afrontar los gastos (18%). Por otra, sólo un 29,5% de los adolescentes que abandonaron sus estudios se encontraba trabajando al momento del relevamiento. En general los niveles de instrucción que alcanzan las poblaciones analizadas muestran retrasos mayores que los que se observan en el promedio provincial. Es así que la proporción de personas de 15 y más años que suspende los estudios a nivel primario alcanza a un 38% de la población de las EA y a un 39% de la población de residentes en zonas rurales agrupadas. Estos valores son sensiblemente más elevados que en el total provincial, donde la población con primaria incompleta desciende al 22%.
Pág. 116
Sin embargo la peor situación relativa de las EAS se vuelve más notoria al analizar el acceso y completud del nivel secundario. Sólo un 9,6% de la población de 15 o más años logra completar el nivel secundario en relación al 20,4% de la zona rural agrupada y al 27% del promedio provincial. Esto es que si bien existe un acceso difundido a la escuela básica en las EAS, existen dificultades fuertes para el acceso y completud del nivel secundario. Aquí debe volver a destacarse el trabajo adolescentes y la distancia a las escuelas secundarias como factores que diferencian claramente la situación de los adolescentes en zonas rurales agrupadas y dispersas.
Nivel de Instrucción de la población de 15 años y más. Total provincial (Censo 2001) y población encuestada (%) TOTAL
ENCUESTA
ENCUESTA
PROVINCIAL
EA
POBLADORES
Sin instrucción
6,6
3,5
7,4
Primario incompleto
22,7
38,6
32,1
Primario completo
24,7
37,0
23,7
Secundario incompleto
18,5
10,4
16,3
Secundario completo
14,4
4,7
12,3
Terciario / universitario incompleto
6,4
3,4
3,6
Terciario / universitario completo
6,7
1,5
4,5
Salud. Un primer dato preocupante es la falta de cobertura en salud por obra social, plan de salud privado o mutual. Un 68% de la población de las EAS no tiene cobertura, y entre la población indigente (57%) estos valores ascienden al 86%. En la población rural agrupada la falta de cobertura de salud desciende al 58% y afecta al 83% de la población indigente, la que no obstante tiene un menor peso relativo que en las EAS (40% de indigentes)
Indicadores de Salud. Total provincial y población encuestada ENCUESTA EA
CENSO 2001
ENCUESTA POBLADORES
Total
Total
Rural
No
No
provincial
rural
disperso
Total
Indigentes
indigentes
Total
62,1
74,9
76,7
67,9
85,9
44,3
58,2
Indigentes indigentes
% personas sin cobertura
83,8
médica
Pág. 117
40,5
A su vez, deben considerarse otros obstáculos para la consulta y la atención médica, vinculados a las distancias, la disponibilidad de transporte y las vías de acceso a salitas o dispensarios de salud y a centros de mayor complejidad y respuesta. En tal sentido cabe destacar que un 40% de la población de las EAS se encuentra a más de 5 km de una sala de atención primaria de salud (CAPS). La situación en el caso de las poblaciones agrupadas es relativamente peor en términos de distancias CAPS, pero existe un mejor acceso al transporte público y a las vías asfaltadas, y sobre todo un mejor acceso a centros de salud de mayor complejidad y capacidad de respuestas. Así mientras que sólo un 18% de los pobladores de las EAS se encuentra a menos de 5km de un hospital; un 73% de los pobladores de áreas rurales agrupadas cuenta con un hospital a menos de 5 km.
Distancia hasta una salita o dispensario de salud (CAPS) y a Hospitales(%) ENCUESTA EAS
ENCUESTA POBLADORES
CAPS a menos de 5 km
60,3
56,8
entre 5-20 km
27,5
13,9
a más de 20 km
12,2
29,3
18,1
73,0
Hospital a menos de 5 km entre 5-20 km
48,5
0
a más de 20 km
33,4
27,0
B. Pobreza La situación de los ingresos de las explotaciones agropecuarias menores a 50 hectáreas confluyen de tal forma que el 76,0% de las mismas se encuentran por debajo de la línea de pobreza y el 49,2% no alcanza los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas (indigentes)34. Estos niveles de pobreza e indigencia, llevados al total de personas que forman parte de las pequeñas
34
Para la estimación de pobreza e indigencia se utilizó el promedio anual de las Canastas
Básica Alimentaria (CBA) y Básica Total (CBT) a lo largo del año (período de referencia de ingresos), de acuerdo con las estimaciones del INDEC para los hogares en aglomerados urbanos de la región Noreste Argentino, y el promedio mensual de ingresos netos totales relevado en la encuesta.
Pág. 118
explotaciones agropecuarias de la provincia de Corrientes alcanzan valores de 82,9% en pobreza y 57,4% en indigencia. En la población de zonas rurales agrupadas los niveles de pobreza de los hogares descienden alrededor de 9 p.p. (67,8%) y la indigencia desciende 20 p.p. situándose en el orden del 30,6% . Llevados al total de personas se observa un 75,4% de pobreza y 40,8% de indigencia. De acuerdo con datos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, la incidencia de la pobreza a nivel del aglomerado de Corrientes involucraba a 53% de los hogares y la indigencia al 25,7%, en el primer semestre de 2004. Sobre el total de personas, estos porcentajes equivalen a 63% y 33,7% en pobreza e indigencia respectivamente. En consecuencia, los valores obtenidos por las encuestas en explotaciones agropecuarias menores a 50 hectáreas expresarían y en las poblaciones en zonas rurales agrupadas presentan una situación claramente desventajosa respecto al medio urbano. La aplicación del índice de Necesidades Básicas Insatisfechas35, revela que el 82,3% del total de las explotaciones poseen al menos una carencia fundamental, mientras que en las zonas rurales agrupadas estas deficiencias desciende a la mitad, 39,9%. Estos valores se encuentran muy por encima de los valores censales de 2001, que exhiben un porcentaje de NBI de 24% en el total de hogares de la provincia. Cabe no obstante destacar que las situaciones de pobreza estructural encuentran un notable mayor arraigo en las áreas rurales que en las urbanas. Los últimos datos censales sobre pobreza urbana y rural para la provincia de Corrientes son los del año 1991; y en estos se evidencia que mientras la pobreza por NBI afectaba a un 27% de los hogares de la provincia, entre la población rural este valor alcanzaba al 43% de los hogares. Por otra parte, cabe remarcar la heterogeneidad regional en relación a los índices de pobreza de las EA 0-50 has de Corrientes. Tal como podía advertirse de acuerdo a los ingresos medios, la zona 2 presenta peores indicadores en la pobreza por ingresos, y también cierta brecha –aunque menor- respecto a la zona 1 en términos de NBI. En las áreas rurales agrupadas no se exhiben prácticamente diferencias por zonas.
Incidencia de la pobreza en hogares
ENCUESTA EA
35
ENCUESTA A POBLADORES
Para ver su construcción metodológica se puede consultar “La pobreza en Argentina”,
INDEC.
Pág. 119
Zona 1
Zona 2
Total
Zona 1
Zona 2
Total
Pobreza por ingresos
61,5
81,4
76,0
67,5
68,2
67,8
Pobreza por NBI
70,1*
86,6*
82,3*
45,2
31,8
39,9
*Para población con residencia en la EA
Las fuertes diferencias en los niveles de la pobreza estructural –la que en las EAS se duplica- están dadas principalmente por el déficit en las condiciones habitacionales de las EAS. La falta de vivienda adecuada afecta al 78% de los hogares de las EAS, y al 84% de los hogares de las EAS ubicados en la zona 2. A su vez, la falta de saneamiento adecuado afecta al 70% de los hogares de las EAS, y es también más agudo en la zona 2. Por el contrario en las zonas rurales agrupadas, sólo un 23% de los hogares reside en una vivienda inadecuada y sólo un 21% carece de saneamiento adecuado. Son estas diferencias las generan un balance tan distinto entre una y otra población, dado que el resto de los indicadores no son especialmente desfavorables en las áreas rurales dispersas. Las condiciones de hacinamiento crítico, los aspectos relacionados con posibilidades de empleo y acceso a la educación tiende incluso a ser más reducidos en las EAS que entre los residentes en áreas rurales agrupadas.
Indice de Necesidades Básicas insatisfechas y tipo de carencia por zona geográfica ENCUESTA EA
ENCUESTA POBLADORES
Zona 1
Zona 2
Total
Zona 1
Zona 2
Total
70,1
86,6
82,3
45,2
31,8
39,9
0
1,4
1
0,8
3,7
1,9
hacinamiento critico
10,5
12,9
12,3
15,7
13,6
14,8
vivienda inadecuada
61,4
83,9
78
25,7
18,8
22,9
saneamiento inadecuado
65,7
71,7
70,1
28,3
10,8
21,4
más de 4 miembros, por miembro ocupado y jefe con nivel < 3er grado
1,2
0
0,3
13,4
4,6
9,9
% NBI niños 6-12 que no asisten a la escuela
En cuanto a la pobreza e indigencia por ingresos en ambas poblaciones existe cierta asociación con la cantidad de miembros que habitan en el hogar. De este modo los
Pág. 120
hogares más numerosos tienden a sobre-representarse en la pobreza y la indigencia. Aunque esto de debe relativizarse -para las zonas agrupadas- en los casos de hogares unipersonales.
Pobreza e indigencia por ingresos según cantidad de miembros en el hogar ENCUESTA EA Pobre
1
3-5
6 o más
Total
27,5
60,6
81,7
90,6
76,0
0,0
31,4
56,0
63,4
49,2
Indigente
ENCUESTA POBLADORES
2
1
2
3-5
6 o más
Total
Pobre
54,0
42,5
67,6
85,7
67,8
Indigente
24,8
6,5
20,3
65,6
30,6
A partir del cruce resultante de ambas metodologías –pobreza por ingresos y pobreza estructural- puede observarse que en las pequeñas explotaciones : • •
un 70% clasifica como pobre bajo ambas metodologías, un 12% presenta carencias estructurales pero sus ingresos son suficientes para cubrir la canasta básica de bienes y servicios,
•
un 11% es pobre únicamente por ingresos,
•
y sólo el 6,3% de los hogares de las EA relevados no sufre carencias estructurales ni por ingresos.
Mientras que en zonas rurales agrupadas: •
un 32% de los hogares clasifica como pobre bajo ambas metodologías,
•
un 7,9% presenta carencias estructurales pero sus ingresos son suficientes para cubrir la canasta básica de bienes y servicios,
•
un 35,8% es pobre únicamente por ingresos.
•
Y por último un cuarto de los hogares relevados no sufre carencias estructurales ni por ingresos.
Pág. 121
POBREZA POR INGRESO SEG N POBREZA ESTRTUCTURAL (NBI 80 69.8 70 60 50 40
35.8
32
30
24.3
20
11.5
10
12.5
7.9
6.3
0 Pobre- NBI
Pobre- No NBI
No Pobre-NBI
No Pobre-No NBI
Hogares en Peque as Explotaciones Agropecuarias Hogares en zonas rurales agrupadas
En las EAS, la existencia de ingresos por autoconsumo reduce las condiciones de pobreza. El equivalente monetario del ingreso por autoconsumo consigue disminuir en 2,9 puntos porcentuales la tasa de pobreza, pero su alcance tiene fuertes diferencias regionales: en la zona 1 la reducción de la pobreza alcanza los 7,6p.p. mientras que en la zona 2 -que es en realidad la más pobre- sólo la reduce en 1,2p.p.. Sin embargo el autoconsumo tiene efectos mayores en la reducción de la indigencia (-3,1p.p.) y en este caso tiene un efecto más homogéneo entre zonas. Si a este componente sumamos los ingresos por planes de ayuda36, se observa un impacto más focalizado sobre la población indigente. Si por autoconsumo la indigencia solo se reduce un 3,9 puntos porcentuales, cuando además se considera la ayuda gubernamental la reducción de la indigencia alcanza los – 14,4 p.p., en tanto que el impacto sobre la pobreza pasa de -2,9 puntos porcentuales por autoconsumo, a -5,3 bajo ambos componentes. Por último cabe indicar que esta mayor focalización observada al incorporar el impacto de las ayudas gubernamentales, se debe al desempeño de la zona 2 en donde claramente la ayuda se orienta a las poblaciones en peores condiciones.
36
Para el cálculo de pobreza e indigencia en estos casos se trabajó con el ingreso neto total producto de la suma de ingresos monetarios y no monetarios totales, manteniéndose los mismos valores de canasta que los utilizados en el cálculo basado en los ingresos monetarios.
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Impacto del ingreso no monetario en la reducción de las tasas de pobreza e indigencia. En puntos porcentuales POBLACIÓN EAS
Autoconsumo
Autoconsumo + planes de ayuda
1
2
Total
Pobre
-7,6
-1,2
-2,9
Indigencia
-3,5
-4,0
-3,9
Pobre
-11.7
-2.9
-5,3
indigencia
-6.4
-17.4
-14.4
Tal como fuera indicado en el apartado de generación de ingresos, en la población rural agrupada las estrategias vinculadas al autoconsumo se encuentran menos difundidas y tiene un menor peso dentro de los ingresos totales. En cuanto al impacto efectivo del autoconsumo en la reducción de la pobreza, puede decirse que es residual (-0,3p.p.), pero en cuanto a la reducción de la indigencia alcanza los -2,5p.p. En ambas dimensiones, la reducción sólo se observa en la zona 1. En cambio los ingresos por planes de ayuda tiene un efecto más difundido por zona y más intenso en la reducción de las carencias económicas de los hogares. Así se observa que la combinación de ambos tipos de ayuda, permiten la reducción en –3,4 p.p. de la pobreza y de –8,2p.p de la indigencia.
Impacto del ingreso no monetario en la reducción de las tasas de pobreza e indigencia. En puntos porcentuales POBLACIÓN RURAL AGRUPADA
Autoconsumo
Autoconsumo + planes de ayuda
1
2
Total
Pobre
-0,5
-0
-0,3
Indigencia
-4,1
-0
-2,5
Pobre
-3,7
-2,8
-3,4
-8
-8,3
-8,2
indigencia
C. Grupos vulnerables: jóvenes y mujeres
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La atención a grupos vulnerables constituye un campo prioritario de los programas de políticas sociales y laborales en la Argentina. Los programas focalizados sobre ingresos y pobreza del mundo rural, y más específicamente PRODERNEA/ PRODERNOA no son ajenos a dicha problemática. Más aún, la incorporación sistemática de mujeres, jóvenes y niños a las políticas de desarrollo y empleo resultan un imperativo desde los objetivos de dicho programa. En el contexto del mercado laboral, las mujeres y los jóvenes resultan más afectados que los varones adultos ante fenómenos de desigualdad de acceso al trabajo, segregación, desempleo, precariedad e informalidad de las relaciones laborales. La incorporación masiva de mujeres al trabajo en las últimas décadas en todas partes del mundo y particularmente a partir de la década del 90 para el caso de Argentina, no está exenta de problemas. Parte de ellos derivan de la superposición del rol tradicional de la mujer en el hogar con las nuevas funciones asumidas en la actividad económica; otros se asocian a actitudes, prácticas y disposiciones normativas que generan un ambiente de desventaja para su desarrollo laboral, dentro de un contexto diseñado básicamente en función del papel tradicional del hombre en el contexto familiar, social y laboral. Para los jóvenes la incorporación al mundo del trabajo no resulta tampoco sencilla, especialmente para los más pobres. El paso prematuro de la escuela al trabajo, signadas por el abandono y la consecuente baja preparación para actividades calificadas profundiza las desigualdades, reproduciendo aún de manera más irreversible las condiciones de vida heredadas familiarmente. En las pequeñas explotaciones agropecuarias de Corrientes, el porcentaje de mujeres que actualmente se declaran ocupadas es 59%, el de los jóvenes 71% y el de los niños 20% . Esta proporción es notablemente alta si se tiene en cuenta que las tasas de empleo en el mundo rural agrupado o urbano. La situación cambia notablemente en el caso de las zonas rurales agrupadas, donde la ocupación laboral de las mujeres, jóvenes y niños desciende a valores, más cercanos a los de las poblaciones urbanas. No obstante sigue presente un mayor nivel de ocupación -que en los aglomerados urbanos- que es indicador de estrategias familiares asociadas a la necesidad de sacar al mercado de trabajo una mayor cantidad de miembros para complementar los bajos ingresos del hogar.
Porcentaje de ocupados en las EAS, en Zonas Rurales Agrupadas y en el Aglomerado Urbano de Corrientes (EPH-primer semestre 2004). En porcentajes sobre el total del grupo
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Varones (>14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Niños (14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Niños (14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Niños (14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Como asalariado
79,9
30,3
80,1
-del sector privado
72,1
11,1
76,7
-del sector público
7,7
19,2
3,4
Como patrones o cuentapropistas
16,4
39,1
12,3
Como servicio doméstico
0,0
20,1
1,8
En programa de empleo
1,1
10,5
0,0
Varones (>14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
69,4
41,4
64,6
POBLACIÓN DE ZONAS RURALES AGRUPADAS Como asalariado -del sector privado
50,9
5,2
0,0
-del sector público
18,5
36,2
20,5
Como patrones o cuentapropistas
20,4
13,9
12,7
Como servicio doméstico
0,0
14,4
5,4
En programa de empleo
9,6
25,3
12,1
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Como fuera antes destacado el trabajo extrapredial es una fuente importantísima de complementación de ingresos para la pequeñas explotaciones agropecuarias. En este tipo de ingresos las mujeres y jóvenes cumplen un rol fundamental. La media anual de ingresos extraprediales para las mujeres es de $3.472 ($289 mensuales), encontrándose por encima de la de los varones que logran un ingreso medio anual de $3.143 ($ 262 mensuales). Esta diferencia de ingresos favorable a las mujeres esta dada por las actividades vinculadas al sector estatal -tanto programas de empleo como empleo estatal-, y al servicio doméstico cuyos ingresos medios son superiores a los del trabajo asalariado estacional en el sector privado, que es el principal tipo de inserción de los varones. En buena medida la diferencia de ingresos esta dada por la ubicación de la actividad: mientras que los hombres en su mayoría trabaja en áreas rurales (solo un 15% trabaja en ciudad o pueblos), las mujeres asalariadas y empleadas en el servicio doméstico lo hacen en poblados o zonas urbanas (68%). A su vez se observar que las actividades por cuenta propia de las mujeres -las que tienen ingresos muy bajos- se llevan a cabo en general en zonas rurales. La única excepción a esta regla se vincula con el cuenta propismo de los varones, actividades que exhiben las medias mas elevadas de ingresos. Las desventajas de los ingresos rurales se afirman en el grupo de jóvenes, quienes observan la mayor participación en el trabajo estacional en el sector privado. Los jóvenes obtienen una media de $2526 ($210 mensuales). En las poblaciones rurales agrupadas son los hombres los que más ganan mostrando una media de $4503 anuales ($375 mensuales), en relación a las mujeres que obtienen $3449. Los jóvenes son los que menos ganan dentro de esta población ($3300 anuales), pero muestran una situación más favorable que la de los jóvenes de las zonas rurales.
Ingreso medio anual, según tipo de inserción y grupo En porcentajes sobre el total de trabajadores del grupo POBLACIÓN DE EAS - (trabajo extrapredial)
Varones (>14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Como asalariado
2613,1
5392,4
1881,6
Como patrones o cuentapropistas
6614,5
2262,5
7753,7
Como servicio doméstico
0,0
3034,2
1800
En programa de empleo
1800
1800
0,0
Total ingreso medio anual
3142,6
3472,0
2525,7
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POBLACIÓN DE ZONAS RURALES AGRUPADAS
Varones (>14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Como asalariado
4841,2
4072,2
3729,9
Como patrones o cuentapropistas
4674,2
6841,2
3593,8
Como servicio doméstico
0,0
1190,3
591,0
En programa de empleo
1686,5
1808,8
1785,2
Total ingreso medio anual
4503,3
3449,9
3300,4
La situación desventajosa de los empleos en el mundo rural en relación a los de la ciudad dependen en alguna medida del medio en donde transcurren. Históricamente los salarios del campo han sido inferiores a los de los grandes centros urbanos. No obstante, otro factor importante que inciden en la desigualdad de los ingresos es la calificación del empleo, dependiente en gran medida de las instancias educativas recorridas por los trabajadores. En este sentido, las condiciones de ingreso al mercado laboral de los residentes en el campo remite a un punto de partida desigual con respecto al de los habitantes de la ciudad. En particular los jóvenes de las EAS presentan una situación enormemente desfavorable. Un 26% no ha terminado el primario, un 39,4% inicia estudios secundarios, pero poco menos del 14% completa el ciclo. En la población de zonas rurales agrupadas, en cambio un 26% de los jóvenes tiene nivel de secundario completo o más. Cabe señalar que, más de la mitad de la población de las EAS menor de 25 años que abandonó sus estudios estarían dispuestos a retomarlos si las condiciones lo permitieran. En este contexto, un programa de estímulo de terminalidad de estudios primarios y secundarios e incentivos para promover jóvenes universitarios supondría importantes niveles de adhesión al tiempo que facilitaría un más equitativo acceso a ocupaciones de mayor calificación y mejores ingresos.
D . Ayuda gubernamental:
El acceso a ayudas gubernamentales también reviste una serie de problemas en el mundo rural con respecto a la ciudades. En las EAS y hogares residentes en zonas rurales agrupadas de Corrientes la penetración de la ayuda gubernamental es baja. Los valores observados en estas poblaciones se encuentran incluso por debajo de los registrados en las pequeñas explotaciones de las provincias de Formosa y Catamarca.
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En las EAS, la penetración más importante de la ayuda gubernamental se alcanza en los medicamentos (distribuidos en los hospitales y CAPS), los que son recibidos por un 13,8% de los residentes en EAS, en forma muy homogénea entre grupos de sexo y edad. En segundo lugar se encuentran los bolsones de alimentos los que sólo alcanzan al 4,3% de la población de las EAS, y son más frecuentemente distribuidos entre los varones adultos. La entrega de leche, por su parte se concentra en las mujeres, aunque también es muy baja y sólo un 3,2% de las mujeres acceden a este tipo de ayuda. La concurrencia a comedores comunitarios o escolares, es reducida y se concentra entres los menores de 14 años. Sólo un 3,9% de los jóvenes reciben becas escolares y prácticamente no se distribuyen becas entre los menores de 14 años. La ayuda gubernamental de insumos vinculados a la producción, como semillas, herramientas y animales de granja, se concentra entre los varones adultos, alcanzando a un 4% de esta población. La cobertura estimada para las pequeñas explotaciones de Corrientes dejan entrever un fuerte rezago con respecto a la cobertura de programas estimada a través de mediciones de carácter nacional en centros urbanos. Según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Siempro realizada en 2001, la asignación de planes alimentarios alcanza al más del 15% de los hogares y las becas escolares alcanzan al 5% de los estudiantes secundarios.
La situación mejora en algunos aspectos en las zonas rurales agrupadas. Por un lado en esta población existe una menor proporción de hogares pobres que en las EAS y la ayuda gubernamental de distinto tipo logra llegar a los hogares con carencias (son los mismos hogares los que reciben ayudas de diferentes tipos). Cabe destacar a su vez que en esta población las ayudas tienden a canalizarse a través de las mujeres, las que se instituyen en el canal de distribución al interior del hogar. Un 13% de las mujeres ha recibido bolsones de alimentos, en relación al 6% de los varones y al 2,5 % de los jóvenes. A su vez un 13% de las mujeres ha recibido medicamentos, en relación al 1,5% de los varones y al 7,2 de los jóvenes; y un 8% de las mujeres y un 7% de los jóvenes han recibido leche. Por su parte la ayuda a niños se concentra en los comedores escolares comunitarios, en los que también participan en menor medida- los jóvenes y las mujeres.
Acceso a ayudas gubernamentales y programas sociales En porcentajes sobre el total del grupo
ENCUESTA EAS
Varones (>14)
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Niños (14)
ENCUESTA POBLADORES
Mujeres (>14)
Jóvenes (14-30)
Niños ( 14 varones > 14
41,2 33,7
mujeres > 14 mujeres > 14
j venes 14-30 j venes 14-30
ni os < 14 ni o s < 14
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6. REFLEXIONES FINALES La situación de las pequeñas explotaciones agropecuarias y de la población rural agrupada de la provincia de Corrientes debe enmarcarse en un contexto nacional y regional sumamente delicado. La desarticulación del “estado social”, la parálisis del crecimiento económico y el aumento de la inequidad distributiva a partir de la década del 90, elevaron la tasa de desocupación hasta superar el 20% e incrementaron los niveles de pobreza comprometiendo prácticamente cinco de cada diez argentinos. El Noreste argentino (NEA), en este proceso, ha sido una de las regiones más duramente castigadas del país. Junto al Noroeste y el Conurbano Bonaerense constituye una de las tres regiones que ha sentido con mayor énfasis el deterioro de sus condiciones de vida en el período. Corrientes en particular, presenta serias carencias tanto en la creación de empleos genuinos como en la generación y la distribución de los ingresos, acarreando graves consecuencias sobre las posibilidades de desarrollo de su población residente. El medio rural, objeto específico de nuestro análisis, no ha estado exento de este proceso; más bien por el contrario, según se ha demostrado en diversos estudios, el deterioro lo afecta en igual o peor medida que al medio urbano, con el agravante de contar con condiciones de partida de por sí menos favorables. La baja productividad, los altos niveles de desnutrición infantil, el menor acceso y la baja calidad de la educación rural, la lejanía, la falta de acceso a infraestructura y servicios básicos, las barreras culturales, etc, colocan a la pobreza rural como un problema aún más complejo que el de la pobreza urbana, dada la cantidad de factores que inciden en su definición. En este contexto, demás está mencionar la importancia que los programas destinados a incentivar la generación de ingresos y reducir la pobreza tienen actualmente entre los pequeños productores rurales y los pobladores rurales del país y en particular en una provincia como Corrientes, caracterizada por la elevada proporción de pequeños productores cuyos resultados económicos en muchos casos se vinculan más al costo de oportunidad de la mano de obra familiar que a la rentabilidad del capital involucrado. De los datos analizados se desprende que una alta proporción de los pequeños productores agropecuarios no están en condiciones de gozar de una vida digna con los resultados finales de su trabajo. Una situación igualmente grave se presenta para el caso de los pobladores que residen en áreas rurales agrupadas.
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Los problemas del pequeño productor obedecen, básicamente, a faltas en su capacidad organizacional, que tienen su origen en factores culturales de conocimiento en lo tecnológico y gerencial, situación que se agrava por el escaso desarrollo de las opciones cooperativas tanto productivas como comerciales. Las pequeñas explotaciones agropecuarias de Corrientes se caracterizan por ser en su mayoría unidades económicas familiares con muy baja dotación de recursos y activos, bajísimo nivel de formalidad y un nivel de gestión de la unidad productiva sumamente precario. La insuficiencia en la generación de ingresos en la explotación obliga a recurrir a formas de empleo extrapredial agropecuarios y no agropecuarios que generan una mejora relativa en la situación económica de los hogares. Por otra parte, los hogares se apoyan en estrategias de producción destinadas al autoconsumo, sobre la base de una amplia diversificación para compensar las carencias de ingresos. Aún así, estas formas de complementar los ingresos resultan insuficientes para superar la condición de pobreza en que vive la mayoría de ellos. La encuesta realizada permitió estimar que los ingresos extraprediales equivalen al 43% de la riqueza de las explotaciones, y que las oportunidades de complementar ingresos no se distribuyen homogéneamente. Se observaron fuertes diferencias por sexo según el tipo de inserción, destacando que las mujeres obtienen en promedio mayores ingresos que los varones. Destaca además el bajo grado de formalidad de las actividades como se refleja en los altos índices de precariedad entre los asalariados y la baja capitalización de los cuenta propia. A su vez otra conclusión que se desprende del estudio en relación a las necesidades de incrementar los ingresos, indica que si bien la proporción de ingresos no monetarios por autoconsumo entre las poblaciones pobres es más importante entre las explotaciones de menores ingresos que entre los que más tienen, en términos absolutos la producción para autoconsumo es más sustancial entre aquellos que tienen mayores ingresos monetarios, por lo tanto, ser pobre no sólo implica una carencia vinculada a la falta de ingresos salariales sino también la imposibilidad de generar productos que suplan estas carencias. Entre los residentes en zonas rurales agrupadas un 77% de los ingresos provenían de actividades laborales. En esta población destaca que frente a un volumen total de ingresos levemente más reducido que en las EAS, la distribución más equitativa del ingreso lleva a en una menor cantidad de hogares pobres que entre las EAS donde la distribución se encuentra mucho más segmentada. Tan sólo una muy escasa proporción de estos pobladores realiza tareas en el área rural dispersa y se observa una fuerte presencia de los planes de empleo nacionales, superior a la observada entre las ocupaciones extraprediales de las EAS y aun mayor a la del aglomerado urbano de Corrientes. Los emprendimientos por cuenta propia en las zonas rurales dispersas son escasos y mayormente de comercialización al por menor. Presentan un bajo grado de inversión y de contratación de mano de obra, se concentran casi totalmente en el mercado local y Pág. 134
tienen un alto grado de informalidad. Entre sus demandas destacan la falta de proveedores y el costo del servicio energético y el transporte pero también la falta de información y de acceso al crédito. Esta situación de informalidad en cuanto a las modalidades y condiciones de gestión se traduce en obstáculos para el acceso a mercados de comercialización y crédito en condiciones favorables, lo que constituyen una oportunidad de intervención concreta si se pretende impactar en los ingresos de esta población
Los estudios sobre nueva ruralidad proponen una redefinición de lo rural que lo asimila de manera más amplia y abarcativa, al conjunto de interacciones que se entablan en el espacio rural. La noción de nueva ruralidad surge a partir de la constatación empírica, entre otras dimensiones, del desarrollo de diversas formas de integración de la producción en cadenas agroindustriales, del desplazamiento de la ocupación estrictamente agropecuaria por la combinación de ocupaciones en el sector agropecuario y no agropecuario y de la consecuente diversificación de las fuentes de ingresos. Desde esta perspectiva se redefinen también las vías de salida de la pobreza en el campo. Estas estrategias ya no se relacionan unívocamente con el estímulo a la producción agropecuaria —acceso a la tierra, créditos blandos, incorporación de tecnología y capacidad organizacional— sino con el desarrollo local. En la situación actual, los programas sociales son irremplazables. Su cobertura presenta diferencias entre las dos poblaciones analizadas según el tipo de programa: respecto a los planes de empleo se observa una mayor presencia para todos los grupos de edad y sexo entre los que residen en las áreas agrupadas, en cambio en relación a otros planes (principalmente medicamentos y en menor medida bolsones de alimento) el acceso es mayor entre la población de las EAS. Si bien escasos, estos programas presentan una muy adecuada focalización sobre los sectores más carentes, en mayor medida en el área rural agrupada. En el caso de las ayudas no monetarias se observa además que tienen una influencia importante en la disminución de la pobreza y, aún más, de la indigencia. A estos programas deberían sumarse especialmente políticas de infraestructura, muy especialmente apuntando a los proyectos de riego y a la infraestructura comercial (energía, agua corriente, caminos, sistemas de transporte), ambos de impacto directo sobre los ingresos. En relación al bajísimo nivel de formalidad de las explotaciones, la precaria racionalización de la gestión e inexistentes niveles de inversión, cabe subrayar la enorme necesidad que presentan hoy las explotaciones de Corrientes de superar estas limitaciones como medio indispensable para el acceso a mercados de comercialización y crédito en condiciones favorables. En sintonía con lo antedicho, los niveles de asociativismo detectados son bajos: las prácticas cooperativas tanto en producción como en comercialización no se
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encuentran lo suficientemente desarrolladas. Entre la población rural dispersa son casi nulos y en las EAS alcanzan valores muy bajos. Por otra parte, el reconocimiento y la participación en organizaciones de la comunidad en la zona también son bajas. En la población rural agrupada no se observa ningún caso con participación en instituciones ligadas a la actividad productiva. Por otra parte, si consideramos que sólo un cuarto de las EA’s tiene algún tipo de participación, y a su vez que la penetración de OSC vinculadas al mejoramiento o defensa de sus actividades económicas es reducida, parece necesario incluir entre las acciones del programa actividades destinadas a fortalecer y promover la articulación entre productores, en la medida que estas experiencias permiten potenciar el acceso a mercados, la compra de insumos y la articulación con los actores del sector público. Aparece además como un objetivo en sí mismo la facilitación de instancias que permitan mayor formalidad y racionalidad a las explotaciones, y contribuyan por otra parte a fortalecer sus demandas a nivel provincial. Las estrategias a implementarse por el programa pueden contribuir a promover en este sentido un cambio en las condiciones de vida de la población si logran impactar efectivamente en su capacidad de autoimpulsar un mejoramiento sostenido de sus condiciones de producción y comercialización. Para finalizar, y haciendo mención especial de los grupos vulnerables residentes en las áreas rurales de Corrientes, fundamentalmente mujeres y jóvenes, sectores sobre los que PRODERNEA/ PRODERNOA presta fundamental atención, cabe señalar el importante rezago que sufren en cuanto a su nivel de instrucción formal en comparación con los sectores urbanos - aunque menos grave entre los que residen en áreas agrupadas- y el alto nivel de predisposición que demuestran en relación a aprovechar una posibilidad concreta de completar sus estudios. En este sentido, un programa destinado a la terminalidad de estudios primarios y secundarios y a promover jóvenes universitarios supondría importantes niveles de adhesión, al tiempo que facilitaría un más equitativo acceso a ocupaciones de mayor calificación y por ende, mejores ingresos. Por otra parte, si bien el nivel de calificación y los ingresos de los empleos actuales entre estas poblaciones al parecer es muy bajo, la predisposición hacia el trabajo –en las EAS prácticamente todos declaran realizar alguna actividad y en la otra población una porción muy significativa- y la persistencia en sus actividades –la gran mayoría de ellos se inscriben como trabajadores permanentes- establece bases suficientemente sólidas como para encarar un proceso de capacitación e incentivo de emprendimientos que en un futuro no muy lejano puedan significar una fuente de ingresos suficientes para revertir las magras condiciones de existencia que hoy presentan.
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