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Formulación de una hipótesis Hernán Verdugo Fabiani Profesor de Matemática y Física www.hverdugo.cl
A menudo solicitamos a nuestros estudiantes que formulen una hipótesis antes de realizar una actividad, usualmente de carácter experimental, pero lo que nos proponen, ¿es una hipótesis? ¿Saben los estudiantes lo que es una hipótesis?, ¿saben formular una hipótesis?, ¿saben distinguir una hipótesis de una ley, de un teorema, de una predicción, de un postulado o de un principio, entre otros? Hay variadas definiciones referidas a una hipótesis, pero para efectos de lo que sigue, entenderemos una hipótesis como una explicación tentativa del por qué ocurre un fenómeno o alguna situación. En el ámbito escolar u otro, una explicación de un suceso, para que sea una buena hipótesis, además debe ser verificable a través de una investigación científica (o de otra naturaleza en otros ámbitos del saber). Por ejemplo, pedir una hipótesis sobre conservación de la energía en el caso de ver caer un objeto y que choca con el suelo. Una hipótesis puede ser que “el objeto al chocar con la tierra le transmite parte de su energía y la otra se disipa en forma de calor en el ambiente, el mismo objeto y en la tierra”. Esta hipótesis podrá será cierta, a nivel escolar u otro, pero si la revisamos bien, ¿cómo la validamos o refutamos? Al menos a nivel escolar, podría haber más una dificultad si queremos validarla con evidencias empíricas. Es decir, cuando se plantea una hipótesis, dando la explicación de un suceso o una situación, hay que tener ya a la vista de qué se va a realizar para comprobarla, aunque finalmente no resulta posible comprobarla. Por ejemplo, no basta decir, “la pelota se detiene cuando rueda por el pasto porque los choques sucesivos con hojas de pasto la van deteniendo”, hay que pensar en el diseño de una actividad que la ponga en juego, una actividad que permita validarla o rechazarla. En el caso de que las evidencias obtenidas permitan concluir en un rechazo de la hipótesis, es conveniente que se replantee la hipótesis o bien se reoriente lo que se quería explicar, lo peor que podemos hacer es conformarnos con un “la hipótesis fue errónea” y se cambia de tema. La hipótesis no es una predicción, pero sí permite fundamentarla. Si respecto al tiempo atmosférico alguien levanta la hipótesis “de acuerdo a las variables Hernán Verdugo Fabiani Profesor de Matemática y Física www.hverdugo.cl
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atmosféricas de la época veraniega mañana será un día caluroso”, en realidad estará formulando una predicción. Si quisiera formular una hipótesis, con la misma idea temática, sería algo como “el día de hoy fue caluroso debido al comportamiento de las variables climáticas”. Una hipótesis debe tener un argumento que permita sostenerla, que la haga “creíble”, ese argumento puede ser parte de los conocimientos previos o ideas previas, en términos más formales, el argumento proviene del constructo teórico. El que dichos argumentos sean o no correctos afectará a la validación de una hipótesis, pero cuidando que un error no valide a otro error, aquí es necesaria nuestra presencia para acompañar a los estudiantes. Que no ocurra que se le pida una hipótesis que explique el por qué un pequeño trozo de papa flota en una porción de agua y que diga algo como “el pequeño trozo de papa flota en el agua porque para que se hunda debe ser más grande”. Hay que estar atentos a una buena formulación de hipótesis por parte de los estudiantes, independientemente de que resulte ser correcta o errónea, esto es de especial importancia ya que muchas veces es esa hipótesis la que orienta el trabajo a desarrollar. Cuando se diseña una investigación, experimental o no, se hace teniendo a la vista dicha hipótesis, porque esa es la explicación que se está dando para comprender por qué ocurre determinada situación, entonces si la hipótesis no se plantea bien, puede conducir a una confusión al momento del diseño de la actividad. Si, por ejemplo, como hipótesis se dice “una rueda de vehículo frena mejor en un pavimento mojado mientras más ranuras tenga en su superficie”, puede orientar erróneamente una investigación. Eso está bien si cuando se haga una evaluación de ella se replantee la hipótesis, pero si se deja tal cual y no se aclara que las ranuras de la rueda no se relacionan con el roce sino que con la adherencia, entonces la confusión será tal que no se podrá llegar a un aprendizaje efectivo. Además, se podría alegar en esta situación, de que el aprendizaje necesario no es “de dominio público”, las personas conocemos (o intuimos) más o menos bien el concepto de roce pero no el de adherencia, especialmente en el ejemplo dado. Una hipótesis debe, sí o sí, ser verificable, de lo contrario no podrá ser una hipótesis de trabajo. Si, por ejemplo se dijera “si Newton no hubiese propuesto que la luz estaba compuesta por partículas, no se habría propuesto la teoría del Big Bang”. Tiene la redacción de una hipótesis, pero no podrá crearse una actividad de investigación, experimental o no, que la pueda validar o refutar.
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Distinto es que se diga, “si se alumbra con una luz incandescente un objeto triangular, la sombra que proyecte tendrá forma triangular porque la luz se propaga en línea recta”. Esto es verificable sin mayor dificultad. Por otro lado, hay hipótesis e hipótesis, unas simples y otras complejas, algunas son fáciles de comprender y otras requieren más tiempo o dedicación. Por ejemplo: a) un objeto que se lanza hacia arriba disminuye su rapidez porque la fuerza de gravedad lo va frenando, b) un objeto que se lanza hacia arriba disminuye su rapidez porque su forma no es aerodinámica para mantenerla durante más tiempo, además que su superficie no es lisa y pueden haber otras fuerzas que lo frenan además de la fuerza de gravedad. ¿Queda clara la idea? La simplicidad de una hipótesis es importante y colabora bastante con el trabajo escolar, en el caso a) hay solo dos variables, en el caso b) hay al menos cuatro variables. Es decir, mientras menos variables haya en la hipótesis, más simple es y, eventualmente, sería más fácil trabajarla, lo que sin dudas es un aspecto que hay que considerar seriamente en nuestra actividad escolar. Miremos esta “otra” hipótesis “yo creo que la luz verde es la más útil para experimentos de reflexión de la luz porque dicho color es más relajante, es un color tranquilizador”. ¿Qué tiene de malo esta hipótesis? Hay apreciaciones personales, subjetivas. Una hipótesis bien construida será igualmente interpretada por diversas personas, podrá ser replicada en más de un lugar, pero cuando hay uso de sesgos pierde validez, los valores o creencias de los autores de una hipótesis no deben trasmitirse a ellas. Una hipótesis no utiliza valores o creencias de quienes la formulan. A nivel escolar hay muchas preguntas que surgen de diversas situaciones, algunas las formulan los profesores y unas pocas los estudiantes (esto es algo que debería revertirse), pero algunas de ellas son concretas para las que no son necesarias las hipótesis, por ejemplo, pedir una hipótesis que explique por qué al multiplicar 4 por 3 da como resultado 12, no va a ser posible, la respuesta apunta a algo muy concreto y no generalizable (4 por 3 es 12 porque 4 veces 3 es 12). Distinto sería, si se sigue el mismo ejemplo, “el resultado de multiplicar X por Y es Z porque X veces Y es igual a Z”. Quizás este último ejemplo de hipótesis no es lo rebuscado que uno quiere o piensa que debe serla, pero está lo fundamental en el punto que se aborda, es una explicación que aborda cierta generalidad.
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Al respecto de la generalidad de una hipótesis, está bien que lo sea, pero no hay que caer en exageraciones, no sea que se tenga una hipótesis que siendo generalizadora es, a su vez, muy amplia, ya que para su comprensión habría que desglosarla en una serie de hipótesis (sub hipótesis) que aborden explicaciones específicas y que en su conjunto dan la cobertura requerida a esa hipótesis muy amplia. Por ejemplo, respecto al movimiento de una caja que se desliza por el suelo, dar como hipótesis “el movimiento de la caja queda explicado con la mecánica clásica o newtoniana”. La mecánica clásica o newtoniana es una teoría, que abarca un conjunto de hipótesis, leyes, postulados y principios, entre otros, de los cuáles solo algunos sirvan como argumento para explicar el movimiento de la caja, y por los que podrían formularse diversas hipótesis, una referida al efecto de las fuerzas sobre la caja, otra sobre la energía mecánica de la caja u otra sobre el comportamiento térmico de la caja, entre otras. Otros conceptos de hipótesis: -
Es una proposición que se refiere a la relación entre hechos observados. Es una proposición anunciada tentativamente para resolver un problema. Es una relación entre variables. Es una proposición, condición o principio que se supone sin certeza con el fin de derivar sus consecuencias con hechos lógicos y, por este método comprobar su concordancia con hechos conocidos o que puedan determinarse.
Importancia de la hipótesis: -
Sugiere las variables que deben estudiarse en un problema. Orienta la labor investigativa. Orienta el diseño de una investigación.
Algunas características que debe tener una hipótesis son: -
Debe referirse a una situación real. Debe ser verosímil. Debe redactarse en términos simples y claros, sin uso de palabras desconocidas. Debe estar redactada de forma que no sugiera más interpretaciones que la que propone su autor. Su redacción tiene que tener una lógica fácil de seguir.
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Debe tener un referente empírico que lo aleje de ser un juicio de valor (como los típicos: “yo creo que”, “es el mejor” y “lo más adecuado es”, entre otros). Una hipótesis debe tener capacidad predictiva.
Bibliografía: Arias, G. F. (2007). Metodología de la investigación. México. Trillas. Hernández, S. R., Fernández, C. C., & Baptista, L. P. (2006). Metodología de la investigación. México. McGraw Hill. Kerlinger, F. y Lee, H. (2002). Investigación del comportamiento: Métodos de investigación en Ciencias Sociales. México. McGraw Hill Interamericana. Pardiñas F. (1998). Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales. México. Siglo XXI. Tamayo, T. M. (1987). El proceso de la investigación científica: Fundamentos de investigación manual de evaluación de proyectos. México. Limusa.
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