FRONTERAS EN TERAPÉUTICA Farmacoterapia para el tratamiento de la obesidad: nuevos fármacos y dianas emergentes La obesidad constituye un problema de salud pública a nivel mundial. Sus consecuencias negativas exceden a las producidas por el abuso del alcohol o el tabaco. La obesidad, considerada por la Asociación Médica Estadounidense como una enfermedad por si misma desde junio del 2013, afecta profundamente a la morbilidad, mortalidad y los costes en salud, así como a la calidad de vida profesional y personal del individuo que la padece. Las estrategias terapéuticas habituales incluyen la toma de medicamentos, junto con cambios alimentarios y un aumento en la actividad física. O bien el sometimiento a una cirugía bariátrica (distintos procedimientos que inducen a la pérdida de peso, al reducir el tamaño o la capacidad gástrica, limitando así drásticamente la ingesta de alimentos). La cirugía bariátrica ha demostrado eficacia en la inducción de la pérdida de peso sostenida y mejoras en la presión arterial, control de la glucemia y el perfil lipídico. Sin embargo, todavía tiene serios riesgos de complicaciones quirúrgicas y metabólicas, además del elevado gasto económico que supone. Por todo ello, el uso de medicamentos contra la obesidad como adyuvantes en la terapia de la obesidad es vital. Los fármacos pueden ser muy eficaces en la inducción de la pérdida de peso, pero este éxito viene acompañado por un gran fracaso en lo que a seguridad respecta, ya que se han descrito multitud de efectos adversos para estos medicamentos. Entre ellos podemos encontrar la hipertensión pulmonar, valvulopatías, adicción, muerte súbita, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, depresión e ideas suicidas…
Coordinado por Dra. Mercedes Villarroya Sánchez Instituto Teófilo Hernando Departamento de Farmacología Facultad de Medicina, UAM Avda. Arzobispo Morcillo, 4 28029 - Madrid c.e.:
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Así, hasta ahora únicamente son 3 los fármacos que han sido aceptados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como tratamiento adyuvante para el control de peso crónico: orlistat (Alli, GlaxoSmithKline; Xenical, Roche), aprobado en 1999; lorcaserina (Belviq, Arena Pharmaceuticals), que fue aprobado en 2012; y fentermina/topiramato (Qsymia, Vivus), también aprobado en 2012. Y de estos tres, sólo orlistat ha sido también aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés). Tanto lorca-
Actualidad en Farmacología y Terapéutica
serina como fentermina/topiramato fueron rechazados por la EMA debido a que opinaban que los beneficios proporcionados por estos fármacos no son mayores que los riesgos que suponen. Particularmente, por el potencial peligro de aparición de tumores y afectación de los sistemas nervioso central y cardiovascular. No obstante, y a pesar de sus limitaciones, representan los primeros nuevos medicamentos para el tratamiento de la obesidad aprobados en 13 años. Actualmente se están abriendo otras líneas de investigación para el desarrollo de fármacos antiobesidad. Estas consisten en la regulación de la homeostasia de la energía y el metabolismo. Especial importancia están cobrando las estrategias dirigidas a la disminución de tejido adiposo blanco (encargado de almacenar el exceso de energía en forma de triglicéridos) y aumento de tejido adiposo pardo (encargado de disipar el exceso de energía en forma de calor). Una forma de favorecer la funcionalidad del tejido adiposo pardo es a través de la señalización del cGMP, por lo que esta vía se está convirtiendo en una posible estrategia para el tratamiento de esta enfermedad.
Carmen Pérez de Nanclares Instituto Teófilo Hernando
Curando la Hepatitis C
Los pacientes crónicos de hepatitis C han recibido recientemente una muy buena noticia, pues la FDA ha aprobado OLYSIO (simeprevir, en la imagen), el primer inhibidor de la proteasa vírica NS3/4A que, administrado una vez al día y en combinación con interferón pegilado y ribavirina, puede curar la infección.
marzo
2014 |
volumen
12
nº1
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- 47 -
fronteras en terapéutica
Se ha demostrado en tres ensayos clínicos fase III que el 80% de los pacientes que llevaron a cabo esta nueva terapia se curaron, es decir tuvieron una respuesta virológica sostenida, en la cual el virus de la hepatitis C (VHC) no es detectable en sangre (RNA VHC