Fuentes para el estudio de la construccion de infraestructuras hidraulicas antiguas

Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid:

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Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Fuentes para el estudio de la construccion de infraestructuras hidraulicas antiguas María Luisa Ruiz Bedia Almudena Herrera Peral Beatriz Ruiz Gómez Marta Casanova Sanjuán Rafael Ferrer Torío

SOBRE EL ESTUDIO DE LAS ANTIGUAS INFRAESTRUCTURAS Y APROVECHAMIENTOS HIDRÁULICOS

Lo que caracteriza a las fuentes para el estudio de antiguas infraestructuras hidráulicas —azudes y canales para derivación de agua que servían a pequeños aprovechamientos hidráulicos como molinos, batanes, ferrerías, fundiciones, serrerías, etc . . . — es la dispersión física y territorial. En muchos casos, y dada la propia naturaleza de las obras, no se trata de fuentes específicas, como puede ser un proyecto de construcción o reparación, u otro documento propio de la ejecución de una obra de ingeniería. A ello se une que, salvo excepciones, la mayoría son desconocidas en los ámbitos habituales de difusión de estos temas, y solo se sabe de su existencia, y a veces ni eso, en los espacios regionales o locales. Desde las últimas décadas del siglo XX se ha constatado un notable interés por los estudios históricos de carácter local y regional, a cuyo amparo se han dado a conocer numerosos catálogos e inventarios de diversa naturaleza, unas veces compuestos por investigadores y otras por eruditos locales. En ellos, la presencia de los aprovechamientos hidráulicos no es ni suficientemente representativa no suele estar bien tratada. Unas veces es porque pensar en estas obras de ingeniería como parte del patrimonio aún no es habitual, otras por la desinformación y/o escasa formación de quienes abordan estas tareas, y otras por la inexistencia de bancos de información

clasificada y ordenada sobre las infraestructuras del agua que ayude a un trabajo sistemático y productivo. Además de la identificación y localización de estas obras de ingeniería, labor básica y fundamental, es importante proceder a su documentación en el espacio geográfico y en el tiempo histórico para poder dotarles del significado que tienen y han tenido, y entender la relación con la ordenación del territorio y el paisaje. La variedad, y sobre todo dispersión, de las fuentes que sirven para esta tarea es lo que ha motivado que se elabore este texto, que además está sustentado en una experiencia reciente, que ha consistido en la catalogación de un centenar de antiguos aprovechamientos hidráulicos, con especial atención a sus infraestructuras, en la cuenca de los ríos Pas y Pisueña (Cantabria), trabajo que ha contado con una ayuda del CEDEX-CEHOPU enmarcada en el fomento para la realización de proyectos de investigación que contribuyan a la difusión de la evolución de la técnica y la ciencia a lo largo de la historia.

TIPOS DE FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA CONSTRUCCIÓN DE INFRAESTRUCTURAS Y APROVECHAMIENTOS HIDRÁULICOS ANTIGUOS

Para el estudio de la infraestructura hidráulica propiamente dicha la fuente fundamental es el proyecto de ingeniería, que consta de varios documentos: me-

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moria descriptiva, planos, pliego de condiciones y presupuesto. Además, pueden conservarse adjunto el expediente administrativo de la obra, donde se registran todos los pasos seguidos en su tramitación, muy útil para entender la evolución temporal y procedimiento de este tipo de obras. Dependiendo de la envergadura de la obra proyectada y del organismo financiador, al proyecto le puede anteceder un anteproyecto y continuarse con un replanteo, modificados y liquidación. Es el caso, por ejemplo, de las infraestructuras proyectadas y construidas para captar y conducir agua para saltos hidroeléctricos que se construyeron en las primeras décadas del siglo XX. Lo que proporcionan estos proyectos, especialmente los documentos de memoria y planos, es una definición precisa de la geometría de la obra, sus dimensiones y disposición —que se puede cotejar en el campo con los restos encontrados—, así como una detallada explicación de los materiales con que se ejecutó, o las razones por las que se decidió ese emplazamiento. También es frecuente que las memorias, aunque esto depende de la capacidad personal de cada ingeniero autor del proyecto para la expresión escrita, resuman los sucesos más relevantes acaecidos en la zona, como pueden ser grandes y pequeñas avenidas, guerras u otros incidentes que ayuden a entender la obra que se analiza. Lo usual es que estos proyectos vayan acompañados de documentos en los que se registran el caudal captado concedido, la fechad de concesión, incidencias en el mismo, nombre del concesionario . . . etc; todo ello sirve para establecer la vigencia de la obra analizada. El mejor lugar para consultar este tipo de fuente es el archivo de las Confederaciones Hidrográficas, que es donde se custodia el mayor número de documentos relacionados sobre un mismo aprovechamiento. En su defecto puede hacerse también en el Archivo General de la Administración (AGA) —aunque no es un registro demasiado completo—; o en las sedes sociales de las empresas propietarias de las obras estudiadas, por ejemplo, una compañía hidroeléctrica, aunque en estos casos, y debido a las sucesivas adquisiciones de las pequeñas por las más grandes, no es frecuente que tengan bien archivados los documentos antiguos de las pequeñas fábricas de luz de ámbito local. En el caso de que las infraestructuras y aprovechamientos analizados sean anteriores a la mitad del si-

glo XX, nada infrecuente, no existen los proyectos propiamente dichos, porque o no existía aún el cuerpo de ingenieros como tal o estaba en sus orígenes y no se había sistematizado la elaboración de los proyectos. Entonces se hace preciso recurrir a las descripciones de las obras y reparaciones realizadas por maestros canteros o carpinteros, u otros profesionales. Este tipo de documentos no son tan precisos como los anteriores y a veces inducen a equívocos porque, por ejemplo, las unidades de medida (longitudes, capacidad . . . ) responden a unidades locales que no siempre se pueden unificar a un patrón común. Igualmente, la explicación de los procedimientos constructivos no suele ser fácilmente entendible por el uso de vocablos locales o del argot constructivo de los artífices, y no se sabe con precisión que están expresando. A cambio, si se consiguen superar estos inconvenientes, son documentos muy ricos y de gran valor porque expresan tradiciones constructivas de la tecnología popular muy interesantes y poco conocidas. Este tipo de documentos se ha localizado en lugares como archivos municipales, locales y regionales, unas veces dentro de la sección de Secretaría (expedientes de construcción de obras); Urbanismo (obras municipales, particulares, industrias); Patrimonio (Bienes: arrendamiento, cesión, expropiaciones, subastas, ventas); y muchas otras entre la documentación notarial, por ejemplo en los protocolos notariales, donde figuran en los textos de testamentos y documentos de compra-venta. Para aprovechamientos hidráulicos más antiguos, por ejemplo de la edad Medieval, hay que recurrir a textos publicados en cartularios y colecciones diplomáticas de los monasterios y sedes episcopales que tuvieran intereses en el ámbito geográfico de estudio. La principal dificultad para tratar esta fuente es que se necesita disponer de conocimientos en paleografía, ya que no todos están transcritos, y aunque lo estén son precisos unos conocimientos mínimos básicos para su explotación adecuada. Los Tratados de Construcción clásicos y los Manuscritos, como Los Veintiún Libros de los Ingenios y de las Máquinas, Los Diez Libros de Arquitectura de M. Vitrubio o el Machinae Novae de F. Veranzio proporcionan información teórica y clasificaciones, recomendaciones constructivas, tipológicas . . . etc. que pueden ponerse en relación con las obras anali-

Fuentes para el estudio de infraestructuras hidráulicas antiguas

zadas, pero que, por su menor entidad física o trascendencia o lejanía geográfica respecto de las grandes obras de la ingeniería hidráulica clásica, no sirven para caracterizarlas. La única excepción encontrada en nuestro ámbito de estudio ha sido el texto de P. B. Villarreal de Bérriz, Fábricas Hidráulicas de Molinos y Herrerías, debido a su más que probable presencia en el valle del río Miera (Cantabria) donde hay dos azudes construidos según las recomendaciones tipológicas y geométricas del citado autor. Es mucho más abundante la información sobre los avatares del aprovechamiento hidráulico, especialmente si se trata de un molino harinero, y también de algún tipo de factoría preindustrial como batanes, ferrerías, fábricas de papel, de curtidos, textiles . . . En el caso de nuestro ámbito de estudio el aprovechamiento más frecuente han sido los molinos, las fábricas de luz, las ferrerías y los batanes, que aquí se denominan «pisones». Una primera aproximación a su existencia la proporcionan los libros y folletos antiguos, por ejemplo en las descripciones de la provincia. En ellas se ofrece una enumeración, a veces acompañada de una somera descripción, de los principales establecimientos industriales clasificados por zonas. El principal inconveniente es que, salvo excepciones, no se localiza con precisión el aprovechamiento a que se alude, lo que dificulta su identificación. Estas descripciones se pueden cotejar con otro tipo de fuentes, como son los catastros y diccionarios geográfico-estadísticos. Un ejemplo típico, y útil, lo constituyen las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (1753), en ocasiones clasificadas y publicadas, o el Diccionario de Pascual Madoz (1850) que proporcionan una aceptable semblanza de este tipo de obras en dos momentos históricos significativos. El inconveniente es que, aunque son registros minuciosos y bastante fiables, es difícil identificar sobre el terreno lo expresado en el texto. Junto a ellos se pueden citar también los censos y padrones de riqueza de ámbito municipal, así como los cuadernos de amillaramiento, que también enumeran la existencia de aprovechamientos hidráulicos tradicionales, aunque la dificultad sigue siendo hacerles corresponder con la obra concreta sobre la que se trabaja. Para entender el significado de los aprovechamientos, señaladamente de los molinos hidráulicos,

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en la vida cotidiana de las poblaciones son útiles las colecciones legislativas (Fueros, Ordenanzas) que reglamentaban sobre su uso y trataban de evitar o dirimir litigios entre los diferentes usuarios de estas instalaciones. Exceden los aspectos técnicos, pero ocasionalmente proporcionan datos objetivos sobre caudales, características de las instalaciones (anchura y/o longitudes de canal, elementos alojados en el nivel hidráulico, número y tipo de muelas para la molienda, clases de barquines . . . ) La cartografía constituye otra fuente de información muy útil para la documentación de las obras de ingeniería hidráulica. Por un lado la cartografía antigua, aunque sea imprecisa desde el punto de vista métrico, ayuda a una ubicación general de los aprovechamientos en una población o en un marco administrativo más amplio. Por otro, la cartografía moderna, especialmente a partir de la formación del Mapa Topográfico Nacional (MTN) a escala 1/50.000, cuyas hojas antiguas recogen con precisión la posición exacta de estos aprovechamientos. Una comparación entre las ediciones antiguas y las modernas, en esta escala, permite conocer la vigencia temporal de la obra analizada, porque en las sucesivas revisiones de estos mapas se borraban las instalaciones arruinadas. Con más detalle, el MTN a escala 1/25.000 facilita la ubicación precisa, con coordenadas UTM, de cada aprovechamiento, incluso existe una simbología específica para los canales, y en la toponimia también se recogen los nombres y/o usos, de los distintos aprovechamientos. Una mención especial merecen los planos que acompañan a los proyectos de ingeniería, singularmente los que tienen que ver con carreteras u otras obras lineales. A finales del siglo XIX, época de plena vigencia de los aprovechamientos hidráulicos, cuando se construyeron buena parte de las redes provinciales de carreteras, los ingenieros no disponían de cartografía en la que hacer encajes previos de trazado, por lo que siempre comenzaban su trabajo con un levantamiento de la zona de influencia para componerse sus propios mapas y planos sobre los que proyectar. Como estas vías de comunicación discurrían próximas a las poblaciones, allí donde había una infraestructura o aprovechamiento hidráulico éstos quedaban fielmente reflejadas, y a unas escalas de mucho detalle, más aún si se veía interceptado algún elemento, por ejemplo el canal o el azud, por la carretera o las estructuras necesarias para su conti-

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nuidad. Así, hemos localizado proyectos de puentes de piedra que horadaban un estribo para permitir el paso del caz de un molino. Por la precisión de esta fuente, y por la posibilidad de llevarla al terreno para replantear, es especialmente útil para y fiable para las tareas de documentación. Las fotografías, grabados, dibujos, las imágenes en general, son también una buena fuente de información. Las más antiguas, por ejemplo grabados que acompañan textos, ayudan a formarse una buena idea de lo que describen. Entre las fotografías es conveniente revisar los catálogos de exposiciones conmemorativas que con cierta frecuencia organizan las comisiones culturales de ayuntamientos y pedanías, porque consiguen recopilar mucho material inédito procedente de colecciones particulares. Son estas especialmente útiles para infraestructuras de reciente desaparición, dos o tres décadas, porque con la huella ya borrada en el terreno se consigue posicionarlas de nuevo virtualmente. Entre las publicaciones periódicas debe hacerse hincapié en las colecciones de ámbito local y provincial, a veces integradas por muy pocos números, y que no son de difusión amplia. Las agrupaciones culturales, los centros de estudios locales u otras instituciones de gran tradición y presencia en la vida cultural de una región, provincia o localidad suelen disponer de boletines, revistas e incluso actas de jornadas o congresos en los que se escriben sobre temas muy concretos, de escaso interés general o simplemente que no se han difundido, que en ocasiones tratan sobre aprovechamientos hidráulicos en particular y sobre los que aportan datos precisos y locales. Entre la bibliografía general son especialmente útiles los trabajos historiográficos que incluyen repertorios clasificados de bibliografía de interés regional, pues aunque es raro que existan obras generales específicas sobre el tema que nos ocupa, si hay estudios que proporcionan información a partir de la cual se puede definir con más precisión el objeto de estudio, por ejemplo trabajos sobre aspectos económicos, sociales, tecnológicos, culturales, inventarios . . . Y también investigaciones inéditas (memorias de licenciatura, tesis, proyectos de fin de carrera) que además de las conclusiones que nos aporten son en si mismas una fuente bibliográfica y documental excelente. Igualmente es conveniente hacer un repaso bibliográfico de monografías, de publicaciones periódicas, de actas de congresos de ámbito nacional y

supranacional, pues aunque no proporcionen información específica si que sirven para un mejor planteamiento general de la investigación, así como comparar metodologías de trabajo. Finalmente, la historia oral es a veces la única que permite reconstruir con cierta fiabilidad el funcionamiento de un ingenio, o su huella en la comunidad, o su valor como espacio para la sociabilidad. Las historias, fábulas, cuentos, leyendas, canciones, versos etc. contadas por los ancianos del lugar morirán con ellos, como ha sucedido con tantas tradiciones, y no siempre quedan los suficientemente explicadas en las recopilaciones etnográficas editadas. Lo más importante, con todo, no es disponer de muchas fuentes, sino ser capaz de preguntar a cada una de ellas aquello que nos puede responder, y tener la habilidad necesaria para enfrentarlas y cotejarlas, porque es esta tarea, y nunca la transcripción directa, lo que otorga fiabilidad y precisión a la tarea de documentar obras de ingeniería antigua. A continuación se anotan algunas de las referencias y archivos estudiados en las labores de documentación para la investigación que ha motivado esta comunicación.

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Fuentes para el estudio de infraestructuras hidráulicas antiguas

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