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GITANOS CIRCENSES

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Sociedad. Colectivos sociales. Etnia gitana. Poblados. Comunidad

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DE GITANOS Y MORISCOS La convivencia entre moriscos y castellanos tras la conquista de Granada estuvo siempre amenazada de continuas convulsiones. La

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INVESTIGACION Y DOCUMENTACION SOBRE EL APORTE DE LOS GITANOS CIRCENSES AL CIRCO CHILENO

Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes,MARIA FONDART. Convocatoria 2020 ANDRICH CARI ELENA

SOLANGE DIAZ VALDES ALEXIS PAEZ PEREGRIN

Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, FONDART. Convocatoria 2020

© María Elena Andrich, 2021 Inscripción Nº 2022-A-563. Santiago de Chile. 1ª edición: Enero 2022. Investigación y entrevistas: María Elena Andrich Investigación y redacción: Solange Díaz Valdés Investigación y documentación: Alexis Páez Peregrín Diseño y diagramación: Juan Manuel Neira Retoque fotográfico: Franco Giordano Editor: Manuel Holzapfel Gottschalk Se prohíbe la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización por escrito de la editorial. Gestión de impresión Bookdesign Ltda. Santiago, Chile.

Agradecimientos A don Héctor Fráncica por compartir sus conocimientos y hacerlo con tanto afecto, a mis primos Chumby, Danilo y Chava por transmitirme lo que se acordaban de la historia de la familia, a la “Comunidad gitana ludar-boyash” asentada en la comuna de El Bosque, a todos aquellos que colaboraron con un nombre, una fecha, una fotografía, un recuerdo que fue lo que hizo que parte de este trabajo se pudiera realizar, a Robert Stevanovich (Bobby) porque fueron sus palabras las que hicieron que me decidiera a realizar este proyecto. Mención especial: A mis hijos Schlomit y Gabriel Ignacio por aceptar y apoyar todo lo que emprendo.

Tabla de contenido Introducción 6 Capítulo 1. Historia del pueblo gitano

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Origen e Historia

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Llegada a América

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Periodo colonial

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Siglos XVII-XVIII

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Periodo republicano al siglo XX

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Discriminación del pueblo gitano

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Exterminio Nazi

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Capítulo 2. Identidad gitana

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Valores y características de la forma de vida gitana

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Unidad en la diversidad

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Grupos y subgrupos en pueblo gitano

29

Tradiciones y expresiones orales

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Música

33

Rituales

33

Artes del espectáculo – Circo

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Ludar y circo

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Capítulo 3. El circo gitano

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Circos Gitanos en el Mundo

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Capítulo 4. Gitanos en Chile

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Referencias: gitanos circenses en Chile

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Familias gitanas circenses en Chile

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Familia Todorovich Marincovich

68

Familia Andrich (Todorovich)

70

Familia Todorovich-Jorgevich

71

Familia Todorovich-Marcovich

75

Familia Todorovich-

75

Familia Lavalovich Todorovich-

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Los ultimos gitanos circenses en chile

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Conclusiones 105 Anexos 111 Referencias bibliográficas

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Introducción

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La nación gitana ha estado presente a lo largo de los siglos en la sociedad. Se ha caracterizado por su constante vida nómade y por ser excluida social y políticamente en distintos momentos de la historia. Dentro de la cultura popular, existe una conciencia colectiva de relacionar a los gitanos con el nomadismo, los espectáculos callejeros o la lectura de la suerte de las personas que buscan un momento de distención. Pero, ¿quiénes son esos sujetos que comúnmente son asociados con carros ambulantes y espectáculos callejeros? ¿Es posible establecer una relación entre gitanos y circenses en Chile y el Mundo? ¿Cuáles son las familias circenses chilenas hoy en día? Actualmente, existe una variada gama de investigaciones sobre los gitanos. No obstante, son escasas, por no decir ninguna, las que establecen una relación entre el mundo gitano y el circense. En ese sentido, esta publicación incluye una temática inédita de investigación, una primera aproximación al legado que las familias gitanas han transferido al mundo de las artes del espectáculo, específicamente al circo. De acuerdo a lo anterior, el objetivo principal de esta indagación apunta al análisis y la visibilización de las familias gitanas relacionadas con el mundo circense, para lo cual se indagó sobre las distintas familias gitanas en Chile y el mundo, y sus aportes al circo. De ésta forma, se pretende mantener y perpetuar la memoria de los gitanos circenses. La investigación se basó en la metodología cualitativa, que consiste en “la investigación que produce datos descriptivos; las propias palabras de las personas, habladas o escritas y la conducta observable” (Taylor y Rodgan, 1987). Además, se utilizó la metodología etnográfica, que permite describir y analizar las prácticas de la cultura gitana circense, levantando datos a medida que se vaya profundizando sobre la vida gitana en el mundo y en especial en Chile. Una de las técnicas empleadas para este levantamiento de información, se realizó en base a una triangulación de la información, utilizando fuentes de diversos orígenes para contrastar y someter los datos de los documentos analizados a una suerte de interpelación. También se utilizaron diversos métodos de recopilación de información: fotografías familiares de gitanos circenses, que permitiesen comprobar y corroborar la existencia de los gitanos en este ambiente. Se optó por la fotografía, porque muestra, como diría Roland Barthes, “Lo que ha sido”, o en otras palabras del mismo autor, “vemos

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en ella detalles concretos, aparentemente secundarios, que ofrecen algo más que un complemento de información (en tanto que elementos de connotación): conmueven, abren la dimensión del recuerdo, provocan esa mezcla de placer y dolor, la nostalgia”. (Barthes, 1989). La fotografía se transforma en el dispositivo por excelencia para demostrar la convivencia de gitanos y circenses. Por otro lado, puede ser vista como memoria, puesto que inmortaliza a los sujetos que la componen, e incluso en algunos casos, se transforma en el único testimonio visual de la existencia de las personas. Junto a la recopilación de fotografías se realizaron entrevistas con preguntas cerradas, a través de un contacto directo con familias de gitanos circenses alrededor del mundo, además de crónicas familiares que se han mantenido en la oralidad de generación en generación. Se empleó la entrevista como una herramienta para compilar información, la cual de otra manera no hubiese sido posible obtener. Hoy en día, los gitanos que han mantenido la práctica del espectáculo circense son escasos. Por ello, el acceso a sus memorias o referencias que aportan a la investigación, resultan significativas. Cabe destacar, que para el desarrollo de la investigación se ha utilizado en los primeros capítulos un importante número de investigaciones relacionadas con el pueblo gitano y el circo. Además, en el contexto actual de pandemia, se usó una variada gama de fuentes disponibles, a nivel digital y otras obtenidas gracias a la generosidad de investigadores en la materia. La investigación se estructura en cuatro capítulos. En ellos, se incluye el origen y la historia del pueblo gitano; la diáspora centenaria a la que ha sido sometido a lo largo de cientos de años, en variados territorios; los procesos de marginación y exclusión que ha sufrido durante su historia y la trashumancia que lo caracteriza. El segundo capítulo aborda la forma de vida, rasgos culturales e identidad del pueblo rom. De esta manera, se genera un acercamiento a los elementos del patrimonio cultural inmaterial, específicamente la relación entre los gitanos ludar, las artes del espectáculo y el circo. El tercer capítulo incorpora referencias a los circos gitanos en Europa y Latinoamérica. Para ello, se realizará una bajada en diferentes escalas sociales, desde los gitanos circenses europeos, pasando por Latinoamérica y enfocándonos en lo local, en el caso chileno. Con este capítulo se podrá observar las similitudes y diferencias entre los distintos gitanos alrededor del mundo. El cuarto capítulo presenta los testimonios de gitanos circenses en Chile, junto a la recopilación y sistematización de las familias gitanas circenses y sus herederos que mantienen o conservaron viva esta práctica. Junto a lo anterior, el objetivo de este capítulo es identificar aquellos aportes y valores gitanos que se han traspasado e influido al circo de tradición familiar.

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Capítulo 1

Historia del pueblo gitano

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Origen e Historia

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El origen del pueblo gitano ha sido un tema muy controvertido en el debate científico internacional. Son varias las personas que a lo largo de los tiempos se han interesado por averiguar el origen de este pueblo, caracterizado por su gran movilidad sobre el territorio. Sin embargo, el importante vacío de pruebas documentales que evidencien los diferentes caminos que ha seguido el pueblo gitano, ha dificultado en grado sumo el trabajo de quienes tratan este tema. (Sordé, 2013) Algunos estudios han explicado la llegada a Europa del pueblo gitano como resultado de la huida ante la propagación del islam en Asia. Otros han situado su origen en Egipto, lo que explicaría la raíz de la palabra gitano. Sin embargo, las pruebas más contundentes e indiscutibles proceden de los estudios de lingüística. Desde 1780, los lingüistas alemanes Grellmann y Rudiger, y el británico Jacob Bryant, demostraron científicamente cómo el Romanó, la lengua de los gitanos, tenía sus raíces en el idioma sánscrito. Desde entonces existe una amplia aceptación, por parte de la comunidad científica internacional y la certeza del propio pueblo gitano, que sus orígenes se encuentran en el Punjab y el Sinth, zonas situadas al noroeste de la India. Algunos fijan la fecha de su salida de esa zona hacia el 1000 – 1100 DC y otros incluso antes del siglo X. Se cree que la diáspora gitana se inicia durante las invasiones islámicas durante el siglo IX en zonas del norte de la India, cuando varios de sus moradores decidieron emprender una huida (el éxodo), que los llevó primero hacia la zona occidental de Asia (Oriente Medio) y más tarde, en sucesivas migraciones, hacia el continente europeo. Esos movimientos se vieron más tarde reforzados por las migraciones que volvieron a producirse en la India a raíz de las invasiones de los mongoles durante el siglo XIII (Sordé, 2013). Los inmigrantes indios siguieron la ruta de Persia, donde se les comenzó a denominar pueblo Dom o Rom, y de ahí se desplazaron hacia Europa a través del Mediterráneo. Según varios autores, el primer territorio europeo que los gitanos atravesaron fue Corfú, a principios del siglo XIV. Desde entonces, la gran familia del pueblo Rom ha ido siguiendo diferentes caminos por Europa, dando lugar a grandes grupos como son los kalé, lovari, sinti, kalderach y manouche. La diáspora es la dispersión por el mundo de grupos humanos que se han visto obligados, por distintas causas, a abandonar su lugar de origen. La palabra, como tal, proviene del griego διασπορa (diáspora), que significa ‘dispersión’. La diáspora, en este sentido, implica el desplazamiento masivo de grupos de personas de su lugar de origen hacia otros destinos que les ofrezcan las condiciones

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materiales o institucionales para hacer sus vidas y desarrollarse como individuos. Las causas que dan lugar a diásporas son diversas y pueden obedecer, tanto a conflictos religiosos, étnicos, sociales y políticos, como a problemas económicos. Todas estas situaciones pueden forzar e impulsar a un grupo de personas a abandonar el lugar de donde es originario. La diáspora, también, supone la idea de dispersión, lo que significa que el grupo humano se disgrega en una gran cantidad de países o regiones donde se les va dando acogida. En los distintos lugares donde se han establecido, los gitanos adoptaron la lengua y han desarrollado tradiciones y variantes del Romanó, fruto de la interacción e intercambio cultural. Pero dentro de la diversidad que les caracteriza, cada uno de estos grupos ha mantenido la unidad como pueblo a través de la fuerte vinculación que proporciona la identidad gitana. Esta identificación une a sus miembros en todo el mundo indistintamente del país de residencia, porque ha sido forjada junto a una historia de huidas permanentes. Estos inmigrantes, progresivamente, a través de varios siglos, viajaron a Occidente, trabajaron con metales, vendieron caballos, sirvieron como artistas y, en ciertas regiones y épocas, desempeñaron trabajos como esclavos (Pardo-Figueroa, Gitanos en Lima. Historia, cultura e imágenes de los rom, los ludar y los calé peruanos, 2013). Los gitanos fueron asociados inicialmente con una secta herética bizantina atsinganos, lo cual dio origen a varias palabras utilizadas en diversas lenguas europeas para referirse a un gitano: tsigane (francés), zigeuner (alemán), cigano (portugués), zingari (italiano), etc. En el siglo XV, cuando los gitanos eran ya ampliamente conocidos bajo distintas denominaciones, en Europa oriental, se produjo otro masivo movimiento migratorio gitano desde dicha región hacia Europa occidental (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje. Los gitanos Ludar y el Circo en los siglos XIX y XX, 2011). Antes que ello ocurriese, en Europa, muchos grupos y subgrupos gitanos se hicieron notorios internacionalmente, ya que algunos de sus miembros comenzaron a marcharse de los Balcanes y Austría-Hungría, en todas direcciones. Dentro de ellos, destacan de un lado, los rom, hablantes del romanés o romané, pero con influencia rumana, y de otro lado, diversos grupos rumano-parlantes que habían perdido la mayor parte del romanés y que en Europa eran conocidos por nombres diversos como boyăs aurari (buscadores de oro), rudari (mineros) y ursari (domadores de osos). A mediados de 1860, ambos grupos comenzaron a movilizarse hacia Europa occidental y a generar actitudes similares a las despertadas por otra oleada gitana del siglo XVI: una mezcla de curiosidad y antagonismo. Era el preludio de su pronta aparición en América. Entre mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, se produjo uno de los más importantes flujos migratorios en la historia mundial. Dicho fenómeno significó

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la movilización de aproximadamente 52 millones de personas. En este contexto, América en particular, atrajo millones de inmigrantes europeos, en un contexto en el cual nuestras naciones consolidaron su inserción en el mercado mundial (PardoFigueroa, Los gitanos en el Perú y el proyecto de control migratorio de 1952, 2000). Para comprender mejor el incremento de la inmigración de Europa oriental hacia América, es necesario conocer algunos de los cambios políticos ocurridos en Europa oriental, sobre todo en los imperios turco-otomano, ruso y los Estados de los Balcanes, regiones donde residían millones de gitanos. La guerra de Crimea (1854- 1856), la inestabilidad política y las sublevaciones regionales al interior del Imperio turco (1875 -1876), la guerra ruso- turca (1877- 1878), la guerra de los Balcanes (19121913), la Revolución rusa (1917) y la política de rusificación llevada a cabo por los sucesivos gobiernos de Alejandro II, Alejandro III y Nicolás II afectaron, en general, las condiciones de vida de dichas regiones y al interior de ellas, la de las poblaciones gitanas. Por otro lado, hacia mediados del siglo XIX se inició un movimiento contra la esclavitud en Valaquia y Moldavia, regiones en las que desde el siglo XVI existía una importante población gitana en dicha condición. Había esclavos gitanos de la corona, entre ellos, grupos denominados usari, rudari, aurari y otros más; y también gitanos esclavos de los nobles boyardos y de los monasterios. Mihail Kogalniceanu reformador rumano que hizo campaña a favor de la liberación de los esclavos gitanos, calculó que en Valaquia y Moldavia había 200.000 de ellos, la mayoría de los cuales eran esclavos de particulares. Entre 1837 y 1856, fue desarticulándose progresivamente la esclavitud gitana en estos principados y ocurrió algo parecido con la servidumbre de muchos gitanos en Transilvania, región del Imperio austro- húngaro que más tarde pasaría a formar parte del Estado romano junto con los anteriores. La libertad legal de los gitanos en ambos Estados, llegó en 1864 después de la guerra de Crimea cuando se elaboró una nueva Constitución común para estos principados, aún independientes, la cual consideró que los gitanos tenían, por lo menos derecho a la nacionalidad rumana. En el decenio de 1880, cuando la economía de Estados Unidos estaba floreciendo, se inició una nueva oleada inmigratoria hacia ese país, conformada ya no sólo por inmigrantes británicos, incluidos los gitanos romnichel llegados hacia 1850, sino de inmigrantes de Europa del sur y del este. Las principales expulsiones se produjeron en Austria, Hungría, Italia, Grecia, Rusia, Rumania y Turquía. Esta oleada migratoria incluyó algunos grupos gitanos como los rom de Austria-Hungría, que llegaron a Nueva York en 1881; los ludar o rudari que declararon tener origen búlgaro o español (1882); y músicos austrohúngaros (1883), conocidos como eslovacos húngaros. Otros gitanos arribaron a Estados Unidos procedentes de Cuba a partir de 1900 y desde Canadá, México y Sudamérica (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje: los gitanos ludar y el circo en los siglos XIX y XX, 2018).

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Llegada a América PERIODO COLONIAL Se ha documentado que los gitanos llegaron por primera vez al Perú a fines del siglo XVI, pese a que la corona española intentó evitar su paso a América. Una ley aprobada en 1570 por Felipe II, adoptada por Carlos II en la recopilación de leyes en los reinos de las Indias en 1861, prohibió su paso a los territorios del Nuevo Mundo (PardoFigueroa, Los gitanos en el Perú y el proyecto de control migratorio de 1952, 2000). Pese a la prohibición hubo gitanos que lograron ingresar a las colonias. En 1881 Felipe II dictó una nueva ley para que aquellos que estuvieran en América, fueran remitidos a la Península. Según el investigador Pardo-Figueroa se desconocen estudios específicos qué confirmen las leyes y ordenanzas dictadas desde España, con documentos que señalen noticias sobre la presencia de los gitanos en el Perú y Chile. Tampoco se descarta la llegada de gitanos españoles a México a fines del siglo XVI. No obstante, desconocemos la existencia de personas que desciendan o crean descender de gitanos venidos desde España hacia Chile y Perú en la colonia. En el siglo XVI se produce la llegada de los primeros gitanos a Brasil. El estatus alcanzado por los gitanos brasileños ha sido investigado con acuciosidad por diferentes historiadores que muestran, que no siempre en ese país estuvieron marginados. Incluso habrían alcanzado con frecuencia posiciones intermedias en la burocracia, aportando a la música y danza brasileña, incursionando en el comercio esclavista e inclusive algunos de ellos, fueron contratados y traídos a América por la corte portuguesa desde Europa, cuando el monarca se trasladó a Brasil a raíz de la invasión napoleónica. La tradicional movilidad de las poblaciones gitanas y la inexistencia de un control estricto sobre las fronteras en las colonias sudamericanas de España y Portugal, tuvo en Brasil la principal fuente de llegada de gitanos a las posesiones españolas en Sudamérica durante el periodo colonial (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje. Los gitanos Ludar y el Circo en los siglos XIX y XX, 2011).

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SIGLOS XVII-XVIII A mediados del siglo XVIII, Carlos III ordenó la realización de una gran redada o prisión general de gitanos en España. En este mismo siglo surgió una postura diferente a la planteada en el siglo XVI: la posibilidad de expulsar a los gitanos españoles a las colonias más distantes del imperio. Los destinos definidos para tal efecto, fueron Luisiana, orillas del Orinoco, Bahía de San Julián e islas de Juan Fernández, como una forma de reformarlos y aliviar el problema de su presencia en la península. El asunto despertó una polémica en el Gobierno español y aunque el resultado de la propuesta del destierro de los gitanos de América, fue defendida ardorosamente por el fiscal Campomanes y combatida igualmente por el ministro José de Gálvez, finalmente fue rechazada. Al parecer, en el siglo XVIII ya había colonias de gitanos en Perú, Chile y Brasil, según una publicación contemporánea. Además, luego de la polémica que concluyó con la ratificación de la prohibición de la inmigración de los gitanos a América, continuó la llegada de éstos desde España al actual Puerto Rico. Una vía indirecta de arribo de los gitanos a Perú y Chile pudo realizarse a través de la vecina colonia portuguesa de Brasil, donde su presencia ya se daba en el siglo XVII. La práctica del destierro de gitanos portugueses venidos, en ocasiones de España hacia Brasil, se había vuelto ya una costumbre en el siglo XIX (Pardo-Figueroa, Los gitanos en el Perú y el proyecto de control migratorio de 1952, 2000). A fines del siglo XVIII, a pesar de la política restrictiva de la inmigración de gitanos desde España, ya los había en la Audiencia de Buenos Aires. Según refiere Esteban Garay, durante el régimen del gobernador de Buenos Aires, Juan José de Vértiz y Salcedo (1770-1776), hubo gitanos en la ciudad, que vendían mercancías por las calles, chalaneaban, decían la buenaventura y deambulaban con sus vestimentas típicas. Su presencia ocasionó la indignación de algunos aldeanos porteños y el cabildo de la ciudad, ante las denuncias de los vecinos, actuó con medidas represivas, basado en la antigua legislación vigente (la Real Cédula de 1581), que prohibía la residencia de los gitanos en América. El cabildo pidió la reclusión de todos ellos y su deportación a España, previa residencia en la ciudadela de Montevideo. PERIODO REPUBLICANO AL SIGLO XX

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Aunque en el siglo XVI ya había gitanos en América, las migraciones masivas a este continente sólo tienen lugar durante el siglo XIX. Entre mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, se produjo uno de los más importantes flujos migratorios a nivel mundial. Dicho fenómeno significó la movilización de aproximadamente 52 millones de personas. América en general y América Latina, en particular, atrajo

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millones de inmigrantes europeos en un contexto en el cual las naciones consolidaron su inserción en el mercado mundial. El siglo XIX representó un período particularmente favorable para la migración de gitanos a América Latina desde Europa. Entre 1844 y 1865, se produjeron cambios profundos en la condición de muchos gitanos: el fin de su servidumbre en Europa del Este. Ello desencadenó nuevas oleadas de migración en toda Europa y hasta Estados Unidos. De hecho, el fin de cinco siglos de esclavitud en Moldavia y Valaquia, pero también el resurgimiento de las persecuciones contra los gitanos en Europa occidental y, especialmente en Francia y Alemania, condujo a un gran éxodo a América Latina. La independencia de Serbia en 1878 aceleró el movimiento. Los gitanos son parte de aquellos marineros que se embarcaron en barcos de carga desde las desembocaduras de Kotor (Montenegro) o Dalmacia (Croacia) desde finales del siglo XIX. Algunos buscaban escapar del alistamiento en los ejércitos del Imperio austro-húngaro o del Imperio Otomano. Otros van tan lejos para huir del recuerdo de la esclavitud y muchos más siguen el movimiento de los migrantes Gadje, impulsados inicialmente por la pobreza extrema como en Italia, donde ciertamente se unieron a la migración de calabreses o sicilianos a Argentina o Uruguay. Los barcos cruzan el Atlántico hasta Brasil o Argentina. Algunos gitanos permanecen en uno u otro de estos dos países, mientras otros continúan su camino, atravesando la pampa en carretas tiradas por caballos o traspasando las montañas de los Andes en mulas o a pie, según relatos familiares recogidos de familias gitanas en Argentina y Chile. Pero también los atraen las nuevas oportunidades de trabajo ofrecidas en estas tierras lejanas, la esperanza de hacer una fortuna o al menos mejorar la suerte de sus familias. La anhelada libertad empuja a los gitanos, como a muchos otros migrantes, al sur de las Américas. Esta ola de migración también se ve facilitada por los avances tecnológicos y los nuevos modos de transporte, incluidos los trenes y los barcos de vapor. El contexto político en América del Sur también es favorable a esta ola de migración gitana, que a menudo llega justo después de las guerras de independencia. Son tiempos de construcción de países independientes, lo que augura nuevas oportunidades económicas, en particular la explotación de recursos naturales como el salitre y el cobre en particular. “Desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, las familias gitanas han dejado Europa para emigrar voluntariamente a Estados Unidos, encontrándose en Canadá, California, los suburbios de Nueva York o Chicago, México, Centroamérica, y tan al sur como Argentina y Chile. Trabajan casi los mismos oficios que en Europa, mantienen los mismos ritos y se sienten como en casa, porque el lugar donde están se convierte en su patria”, comenta Vaux de Foletier. (Lignier, 2012/3)

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Esta segunda ola de migración de los gitanos continúa hasta la crisis de 1930 en Estados Unidos y Europa. Este periodo está marcado por el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, que terminó con la desintegración del Imperio Austrohúngaro, lo que sumó otra razón para la emigración gitana a América del Sur. En México, por ejemplo, cuando los húngaros no gitanos emigraron en la década de 1920, rápidamente entendieron que “Hungría” significa gitanos en ese país. El término es tan peyorativo que a menudo eligen presentarse como alemanes o europeos para encontrar un hogar y un trabajo. En América Latina, los gitanos del antiguo Imperio austrohúngaro, el Imperio Otomano o Rusia, reproducen una forma de nomadismo que tiene lugar en un entorno bien definido. Viajan entre tres países: Argentina, Uruguay y Brasil o Chile, Perú y Bolivia. A esta segunda ola de inmigración gitana, también caracterizada por la práctica de romanées o dialectos inspirados en húngaro, turco o serbocroata, le sigue un movimiento masivo de migración de no gitanos a América Latina. En Argentina, por ejemplo, donde muchos gitanos llegaron en ese momento, también había “payos” (no gitanos) que provenían de Italia, Alemania o Polonia. La tercera ola migratoria también está compuesta principalmente por gitanos de países de Europa Central y Oriental y de los Samudaripen, principales víctimas de las persecuciones y del genocidio perpetrado bajo el nazismo y los regímenes que colaboraron con Hitler. El objetivo principal de la emigración es poner una distancia máxima entre su familia y el horror. A menudo está motivada por la perspectiva de unirse a familiares o familias aliadas. Se presenta una cuarta ola de inmigración gitana desde la caída del Muro de Berlín en 1989 y la guerra en la antigua Yugoslavia (1991-1995). Después de la caída de los regímenes comunistas en Europa del Este, muchos gitanos en estos países también optaron por América Latina, especialmente aquellos que ya tenían familia o conocidos allí. A partir de 1991, la guerra fratricida en la antigua Yugoslavia aceleró este movimiento. Los gitanos bosnios, entre los más discriminados en la antigua Yugoslavia hasta la fecha, conforman el mayor contingente de estos nuevos migrantes (Lignier, 2012/3). En relación con la llegada de los gitanos al sur de América, se cuenta con fuentes e información de su llegada a inicio del siglo XX a Lima, Perú, pero no específicamente a Chile. En Lima se documenta la presencia de gitanos del grupo Kalderash, desde fines del siglo XIX, constatándose su residencia a inicios del siglo XX, a través de documentación que se refiere a ellos en los eventos ocurridos en el año 1952. Gracias a fuentes documentales y orales se sabe que llegaron grupos de gitanos Kalderash y gitanos húngaros a Perú. No obstante, las migraciones gitanas a América Latina no permiten precisar los subgrupos gitanos que las integraron y específicamente a qué países ingresaron.

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El término kalderash de origen rumano alude a la profesión de calderero porque al parecer la mayoría de estos gitanos se dedicaban a reparar recipientes de metal como cobre o estaño. El término kalderash, es conocido desde su llegada a España a fines del siglo XIX. Algunos autores establecen que un subgrupo de los kalderash, los ludars, son también llamados gitanos húngaros en Francia. A falta de estadísticas y otros documentos, no sabemos nada concreto sobre el volumen de la migración gitana a América Latina en la época colonial. Sin embargo, es seguro que la mayoría del pueblo Rom llegó más tarde, en el siglo XIX, puesto que casi la totalidad de los gitanos latinoamericanos, manifiestan a través de la tradición oral, que su presencia se remonta a esta época. Las encuestas de la tradición oral, realizadas por especialistas y organizaciones, coincide con las alusiones de viajeros extranjeros de la época. En ellas, mencionaron varias veces la presencia de caravanas de Rom que viajaban con cierta frecuencia siguiendo el recorrido centroamericano o la ruta Caracas – Bogotá – Quito – Lima - La Paz - Buenos Aires (Torbágy, 2003). Al respecto, una cita del viajero noruego Karl Lumholtz quien estando en México, habló de la manera siguiente sobre su encuentro con los gitanos: “…Un día, al acercarme a un miserable villorrio del camino, me sorprendió de repente la alegre charla y extraña apariencia de un grupo de gente de largos cabellos sueltos que estaban bañando unos grandes caballos en un hondable del río. Eran gitanos de una partida que había acampado en el pueblo. Contáronme que había ciento setenta de su raza recorriendo la República en grupos diversos. Todos habían desmarcado juntos en Veracruz y atravesado el país hasta Mazatlán. Por entonces se dirigían a Acapulco y pensaban regresar a Europa el año siguiente. Me aseguraron que hay actualmente gitanos viajando en todas las Américas, y noté, en efecto, que algunas de las mujeres llevaban en las trenzas monedas de plata de Chile y otras repúblicas latinoamericanas.” (Torbágy, 2003)

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DISCRIMINACIÓN DEL PUEBLO GITANO Por su imagen fundamentalmente errante y un estilo de vida diferente al de las poblaciones que habitaban los lugares por los que pasaban, desde su llegada a Europa en el siglo XII hasta la actualidad, el pueblo gitano ha enfrentado situaciones discriminatorias que han condenado a sus miembros a permanecer en los márgenes de prácticamente todas las sociedades con las que han tomado contacto. Han sufrido acciones discriminatorias que también tuvieron eco en América y no sólo desde el periodo colonial, con las restricciones a su llegada a las colonias y posteriormente en los periodos republicanos. También las han afrontado en pleno siglo XX debido a las crisis mundiales. En gran parte de los estados americanos se les negó el derecho a migrar y establecerse. Las crónicas de viajeros, literatura y prensa dan fe de las manifestaciones racistas y discriminatorias en contra del pueblo gitano en diferentes continentes y épocas. Ejemplo de ello, es el documento Diario de un burgués de París, una crónica que describe su llegada a esa ciudad el 12 de agosto de 1427. Allí se relata cómo muchos curiosos iban a ver a los gitanos de aspecto extraño y miserable, que adivinaban el futuro leyendo la palma de la mano y que con lo que sacaban de pequeños robos, se ganaban el pan. La crónica también explica que el Obispo de París fue a verlos para ordenarles que se marcharan ese mismo septiembre (Sordé, 2013). En estos testimonios, llama la atención encontrar en un ejemplar de la revista Variedades del 11 de abril de 1908, el extracto de una obra de Miguel de Cervantes donde los gitanos son asociados a la delincuencia, que sirve de opinión autorizada para acusar a este grupo de ladrones. De esta manera, se muestra la reproducción de estereotipos nutridos por la literatura española del siglo XVI, que han configurado un discurso orientalizante a lo largo del tiempo e, incluso, una visión dual y ambivalente (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje. Los gitanos Ludar y el Circo en los siglos XIX y XX, 2011). De acuerdo con Pardo-Figueroa, se podía encontrar notas periodísticas en Lima, sobre los gitanos y su diferente forma de vida, como ésta de febrero de 1893 en el diario El Comercio que registró la presencia de un grupo de gitanos, en términos bastante negativos en cuanto a su apariencia física y al antiguo espectáculo con osos, que como veremos más adelante es parte de los primeros referentes en América, del inexorable lazo entre los gitanos y el arte circense:

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“Interceptando el paso de los transeúntes, obligando a salir al centro de la calle a señoras, chiquillas y demás gente asustadiza, caminaba hoy …una partida de mugrientos gitanos, uno de los cuales conducía de tiro un gran oso sucio, feo y de feroz aspecto, con los que se empeñan en sacar monedas, por donde quiera que van esas tribus vagabundas que la Bohemia arroja sobre todo el orbe. Ya es harto que se permita que esos tipos asquerosos avergüencen las más centrales calles de una capital civilizada; que además de esto, se les consienta ocupar las aceras con sus fieras e introduciéndose a fortiori en patios de casas decentes a improvisar espectáculos y pedir dinero en recompensa, es ya más de lo tolerable y que pide la intervención de la policía, en guarda de la tranquilidad de los transeúntes y de los que están por ver en el patio de su casa una fiera bailando a fuerza de palos.” (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje: los gitanos ludar y el circo en los siglos XIX y XX, 2018) La crisis económica de 1929 empezó a aumentar el desempleo en los países latinoamericanos y las leyes flexibles de inmigración, tras el modelo estadounidense, tomaron medidas más severas. Por influencia de este modelo, se prohibió la inmigración de gitanos en 1927 en El Salvador; 1930 en Nicaragua; 1931 en México; 1934 en Honduras; 1936 en Brasil, Cuba y Guatemala; 1937 en Bolivia y en 1939 en Perú y Venezuela. Del mismo modo que en Uruguay, la ley de pasaportes de El Salvador de 1927 también impidió el ingreso “a los gitanos, conocidos también en el país con el nombre de “húngaros””, igualmente que en México donde a pesar de existir otra colonia de varios miles de húngaros, la ley de inmigración del 19 de mayo de 1931, prohibió la internación al país de los “húngaros”.

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EXTERMINIO NAZI

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La creación de los Estados modernos no representó el fin de políticas de discriminación y segregación para los gitanos. Muy por el contrario, el siglo XX marcó la historia romané con el Porrajmos. Este término, que en romanó significa “la absorción” o “la devoración”, es el nombre que recibe el genocidio del pueblo gitano en manos de los nazis y de sus colaboradores. Durante la Segunda Guerra Mundial fueron asesinados entre un cuarto de millón y más de medio millón de gitanos en los campos de exterminio nazis (Sordé, 2013). La persecución de los Rom, en el siglo XX, especialmente la de los alemanes, fue resultado de prejuicios mantenidos por los europeos occidentales hacia las gentes con rasgos oscuros y culturas “extranjeras”, alentados por supersticiones y estereotipos. Esto dio lugar a un círculo vicioso de pobreza y transitoriedad que, reforzó aún más la actitud negativa a la que tuvo que enfrentarse esta comunidad. En Alemania la de persecución se vio reforzada por la discriminación racial, que ganaba en popularidad a lo largo del siglo XIX. Los Arios habían decidido ser “la crème de toda la humanidad” y los alemanes “la crème de la crème: una raza de príncipes.” Al otro extremo del espectro, sin embargo, se encontraban los “seres que no merecían vivir” como los judíos y los Gitanos. Así, mientras la raza alemana fue la elegida por Dios para liderar a toda la humanidad, otras fueron consideradas el excremento de la humanidad, su inferioridad puesta en evidencia, a través de ciertas características raciales inmutables tales como, en el caso de Roma, la criminalidad transmitida genéticamente (Mendiola, 2002). Naturalmente, la población alemana sentía la necesidad de defenderse de lo que creía ser la plaga y el peligro que representaba esta “raza entera de criminales.” En los años 20, esta autodefensa tomó la forma de leyes que prohibieron a los Rom entrar en sitios públicos como parques, ferias o baños en toda Alemania. Para llevar esto a cabo, todos fueron fichados con fotografía y huellas dactilares y los que no tenían empleo o un hogar fijo, se vieron obligados a internarse en campos creados especialmente para ellos. Así, en el año 1933 cuando Hitler ascendió al poder todo estaba preparado para aumentar la persecución contra los Rom y para el apogeo espantoso de esa persecución durante el régimen de los Nazis. La persecución sistemática comenzó en 1934 cuando los Rom fueron seleccionados para campañas de esterilización por inyección o castración para impedir una descendencia genéticamente enferma. En 1935, fueron sujetos a las infames leyes de Nuremberg que prohibieron su matrimonio con arios. Poco tiempo después, la Ley Nacional de Ciudadanía les quitó los derechos civiles. En junio de 1938, se instauró la “Semana de Limpieza Gitana”, parecida al Kristallnacht que sufrieron los judíos.

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Finalmente, en 1940 la primera acción de genocidio masivo de los Rom a manos de los Nazis fue la ejecución de 250 niños romanées en el campo de Buchenwald para comprobar la eficacia de los cristales de zyklon- B, utilizados luego en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau. Con eso, sin embargo, los Nazis sólo habían empezado. Al final del año 1940, Hitler mandó a liquidar a todos los Rom de la Unión Soviética y la orden a los Einsatzkommandos de Heydrich al año siguiente, fue de “matar a todos los judíos, gitanos y minusválidos psíquicos”. Esto dio lugar a los fusilamientos masivos y matanzas en las furgonetas móviles de gas de miles de Roma en el frente oriental. En diciembre de 1941, cuando Hitler ordenó la deportación de todos los Rom que quedaban en Europa a Auschwitz-Birkenau para su exterminio, ya no quedaban muchos. Las deportaciones organizadas de Rom por parte del Reich Alemán ya habían comenzado el 16 de mayo de 1940, a los campos de exterminio de Auschwitz, Chelmno/Kulmhof, Treblinka y Majdanek. Además, la mayoría de los que no fueron desterrados ya habían fallecido en las matanzas masivas con gas y los fusilamientos a manos del Eisenstazgruppen y durante los asesinatos masivos por los oficiales en los países del Este de Europa. A pesar de todo, quedaban supervivientes el 1 de agosto de 1944 para ser exterminados en Auschwitz-Birkenau cuando “cuatro mil Rom pasaron por la cámara de gas y fueron incinerados en una sola acción, que se recuerda como Zigeunernacht, es decir “la noche de los Gitanos” (Mendiola, 2002). Durante los primeros años de la posguerra en Alemania, se promulgaron varias leyes para compensar a las víctimas de los crímenes de guerra Nazis. Los Rom han sido excluidos casi por completo de compensaciones bajo estas leyes, al igual que de los fondos especiales, algunos de los cuales siguen vigentes hoy en día, desde que fueron creados bajo la legislación de la restitución en la posguerra. Existen varias razones inexcusables para la exclusión romané de los primeros programas de reparación y restitución. La primera es que la comunidad romané simplemente carecía de la representación necesaria para facilitar la tramitación de las demandas. La ausencia de un organismo representativo para gestionar las peticiones romanées, se debe probablemente en gran medida a su posición social. La continuidad de un proceso de persecución y represión les ha mantenido entre las clases más bajas desde un punto de vista socioeconómico. Debido a lo anterior, los Rom han permanecido como un grupo fragmentado, carente de los recursos necesarios para establecer una base internacional, organizativa, que facilite la tramitación de sus demandas. Sin un organismo de esta naturaleza, son pocos los Rom que han podido llevar a cabo sus demandas bajo las leyes de restitución de las posguerras (Mendiola, 2002). 21

Capítulo 2

Identidad gitana

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“ Y es eso precisamente lo que más admiro en mi pueblo gitano: su capacidad para seguir siendo el mismo siempre y en todas partes, para correr en busca de su destino por los mil caminos de la historia, sacar fuerzas de una generación a otra y tratar de conservar su vitalidad, su voluntad de creación y el recuerdo poético de sus antepasados” (Sñtchenko, 1984).

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A lo largo de la historia, los gitanos han sido víctimas de la esclavitud, del racismo extremo y el genocidio. Han sido expulsados, perseguidos y criminalizados en la mayoría de los países europeos y varios estados modernos en América. Varias generaciones gitanas itinerantes han hecho frente a las persecuciones y sufrido fuertes discriminaciones. Así han ido forjando una cultura a lo largo de su desarrollo histórico. La unidad identitaria del pueblo gitano constituye un elemento clave en la resistencia al contexto histórico-político discriminatorio en el que ha convivido con las comunidades no gitanas. Tradicionalmente, su movilidad histórica y sus interacciones con miembros de otras culturas mayoritarias han recibido como respuesta un rechazo a lo diferente. Al mismo tiempo, los intercambios culturales protagonizados por la comunidad gitana han sido tan importantes como su unidad identitaria. Varias generaciones de gitanos han terminado creando una cultura que ha perdurado a través de la historia, sobreviviendo a los constantes ataques que ha sufrido este pueblo ancestral. A pesar de la dispersión geográfica y de las atrocidades históricas padecidas, el pueblo gitano ha logrado mantener su identidad, adaptándola al mismo tiempo a cada contexto. A pesar de este fuerte sentimiento de cohesión social del que goza la cultura gitana, la exclusión que han sufrido y sufren sus miembros, ha imposibilitado el conocimiento y la difusión de su cultura e identidad. Tal desconocimiento ha favorecido que se generen más prejuicios, estereotipos y tipificaciones excluyentes. Para lograr una convivencia intercultural y cohesión social es necesario conocer cómo son las culturas, sus saberes, sus valores y sus formas de vida. Superando el desconocimiento de la cultura e identidad gitanas se daría el primer paso hacia ello (Sordé, 2013). En una aproximación a definir la identidad gitana, como aquella que debe permitir conservar la propia cultura y al mismo tiempo, transformarla cuando sus miembros lo desean, evitando quedar en situación de desventaja social. A diferencia de otras identidades, la gitana tiene una fuerte base en el respeto a la diversidad cultural y una gran capacidad de adaptación. La historia de este pueblo ha llevado a sus miembros a convivir con otras culturas, a menudo mayoritarias, que han ejercido una fuerte dominación sobre la especificidad gitana. Aun así, durante siglos han logrado mantener características propias, valores y formas de vida que, en tanto elementos identitarios,

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todavía hoy permanecen y se transmiten generación tras generación. No quieren renunciar a su identidad para estar integrados en la sociedad mayoritaria (Sordé, 2013). Los gitanos reivindicaban el derecho a que su cultura y estilo de vida fueran respetados, fuera cual fuera su país o zona de residencia. A su vez, exigían igualdad en el trato y en el acceso a las mismas oportunidades sociales que el resto de las personas y grupos. Esta reivindicación exige un gran respeto a la diversidad, que solamente puede obtenerse dentro de un marco suficientemente igualitario en los distintos ámbitos de la sociedad, ya sea político, social o cultural. Es un pueblo que tiene historia y voces propias para contarla. La historia como memoria colectiva ha sido entendida, de hecho, por intelectuales y asociaciones romanées como un elemento decisivo para apoyar la lucha por sus derechos civiles. La memoria compartida de un pasado sentido como común en el presente, resulta fundamental para cualquier movimiento que reivindique los derechos de una colectividad marginada.

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Valores y características de la forma de vida gitana

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Alguna de las características específicas del modo de vida gitano, están dadas por las formas de organización familiar y comunitaria, las redes de cooperación que establecen entre ellos, el diálogo y el valor de la palabra o la solidaridad. Todo ello, hace posible el mantenimiento de una identidad que ya está siendo reconocida por aquellas mismas estructuras. Uno de los valores destacados continuamente entre los grupos gitanos, es  la ayuda que se da entre los miembros de la familia y de la comunidad. Este valor también va unido a la historia de persecuciones y discriminación que han sufrido. Sin embargo, la identidad gitana ha incorporado la solidaridad como forma de reacción ante dichas agresiones, un valor que se ha fomentado a lo largo de generaciones y en diferentes territorios y contextos nacionales El mantenimiento de determinados patrones culturales y familiares, forma parte de la identidad gitana, a través de redes no-jerárquicas de cooperación, mediante las cuales se han organizado a lo largo de su historia. La identidad, la constituye, así, un rasgo cultural fundamental del pueblo gitano que, como tal, sus miembros transmiten en todos los ámbitos en los que participan. La organización de los rom se expresa a través, por ejemplo, de las interacciones familiares y las relaciones de solidaridad que establecen con toda su comunidad. Ligado a la ayuda y a la solidaridad que definen la identidad gitana, el diálogo es otro rasgo que destaca en el trabajo de campo y que caracteriza las relaciones sociales entre ellos.  El pueblo gitano ha conseguido incorporar el diálogo entre los valores que definen su identidad y ésta, como tal, condiciona las formas de relacionarse que tienen sus miembros La historia de prohibiciones, como la de la lengua Romané, es un legado que ha marcado intensamente a la minoría gitana. En países de Europa del Este como Rumanía, el Romané se ha mantenido entre sus miembros. En España, en cambio, la lengua fue perseguida hasta ser prácticamente asimilada por la gramática castellana, aunque todavía queda su variante, el caló. No obstante, la lengua Romané (o sus variantes) sigue siendo un rasgo de identidad para los gitanos. Simboliza la unidad de su pueblo y les vincula a través de valores y características culturales comunes.

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De acuerdo con este análisis, existe un aporte gitano a las sociedades multiculturales actuales, que éstas pueden aprovechar para favorecer la cohesión social, tan necesaria en un contexto de crisis como el que se vive hoy. Los vínculos y lealtades que los unen no se definen en términos territoriales, sino por otros elementos como el respeto, la cooperación o el diálogo. Han sido históricamente un pueblo itinerante, que ha mantenido su identidad cultural sin necesidad de tener un territorio propio. Su proceso supone una aportación de gran valor para la superación del concepto exclusivo de identidad vinculada a un territorio. Lo relevante de ello, se encuentra en las posibilidades de integración, en donde sea posible la aceptación de unos principios comunes de convivencia, respetando al mismo tiempo las diferencias entre los colectivos y las personas. En este sentido, el pueblo gitano es un caso excepcional: nunca ha iniciado una guerra ni por conseguir un territorio propio ni por otro motivo. Este rasgo, la transterritorialidad gitana, supone una alternativa a los conceptos nacionalistas de identidad, resultado de una fuerte identificación entre nación, cultura y territorio (Sordé, 2013). Lejos de dejar de lado las propias características culturales para adoptar las de la cultura mayoritaria u otra con mucho más poder, la clave del desarrollo de la identidad gitana se encuentra en la idea de unidad en la diversidad. La capacidad de interactuar, valorar y si así se decide, incorporar los aspectos positivos de la cultura con la que convive. Ésa es la forma de contribuir al enriquecimiento sociocultural sin tener que renunciar a la propia identidad.

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Unidad en la diversidad Estudios especializados realizados en Europa sobre el pueblo gitano, abordan el concepto de la transterritorialidad como una de las características que definen su identidad, superando el de transnacionalidad anclado en los imperativos del Estadonación. El concepto gitano de transterritorialidad no centra la identidad sobre un territorio ni la adscribe a sus fronteras. El pueblo gitano es transterritorial porque ni tiene ni quiere tener un territorio exclusivo, sino compartir convivencia con todos los pueblos en todos los territorios. Es posible definir una serie de elementos identitarios que son compartidos por personas gitanas viviendo en diferentes territorios, concretamente, los valores de igualdad en la diversidad. La lengua Romanó, aporta en ese sentido, entre los miembros de la familia y de la comunidad, el mantenimiento de ciertos patrones culturales y familiares, la red de solidaridad, el rol influyente de la mujer gitana, el diálogo como herramienta de entendimiento y la unidad en la diversidad de comunidades gitanas. Lo que caracteriza la identidad gitana, es compartir todos esos elementos identitarios más allá de los límites territoriales. Esos elementos son de alcance transterritorial. Las y los gitanos son un pueblo sin territorio que mantiene su identidad gracias al hecho que conserva esos elementos más allá de las fronteras de los Estados-nación.

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Grupos y subgrupos en pueblo gitano Debido a este largo proceso de diáspora de los antepasados de los gitanos desde su patria ancestral y de posteriores asentamientos hacia los demás continentes, cualquier estudio oscila entre dos polos: la unidad y la diversidad. El pueblo gitano no solo se encuentra diseminado entre variadas regiones del mundo, sino que, además, como producto de ello y de su interacción con las sociedades receptoras, ha terminado conformando grupos y subgrupos étnicos. Según Carlos Pardo-Figueroa, estudioso del pueblo gitano en Perú, establece la presencia de tres grupos, en los que cada uno posee un particular proceso de inserción: los calé, los rom y los ludar. Los gitanos calé, son un grupo poco numeroso, caracterizado por sus vínculos con el flamenco y con la religiosidad popular española. Los rom constituyen un grupo mayoritario, y gran parte de los que arribaron a América del Sur. Los rom se dividen en dos: los léas, principalmente de origen ruso, y de los países que conformaron la Unión Soviética, los territorios de Austria-Hungría, así como de otros países de Europa oriental. Los jorajai, que aparentemente proceden del Imperio Turco, la antigua Austria-Hungría, Yugoslavia, Serbia, Bosnia y Grecia. Finalmente, están los gitanos ludar, que constituyen el segundo grupo en importancia, asociado a los espectáculos populares como el circo, donde realizan acrobacias en el trapecio y espectáculos con osos, tigres y monos (Pardo-Figueroa, Gitanos en Lima. Historia, cultura e imágenes de los rom, los ludar y los calé peruanos, 2013). El origen histórico de los gitanos ludar —y probablemente el del heterónimo con el cual los llaman los rom en diferentes países, boyăs— se encontraría en los antiguos principados de Valaquia y Moldavia, donde los gitanos fueron esclavizados tempranamente en el siglo XIV. La palabra ‘boyăs’ parece derivarse de la frase ’tsigan boieresi’, antes mencionada, que aludía a los gitanos que eran esclavos de la nobleza boyarda. Los esclavos gitanos eran apreciados como artesanos especializados en ciertos oficios como la herrería, la cerrajería y la hojalatería, entre otros, pero fueron obligados, además a sedentarizarse, cultivar la tierra y pagar tributos. También desarrollan oficios de barberos, sastres, panaderos, albañiles y sirvientes domésticos, pescadores, bordadores, etc. Más aun, los gitanos que pagaban tributo a la Corona estaban divididos en varias clases: Iingurari (”cuchareros”), que hacían utensilios de madera; ursari (“domadores

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de osos”), también herreros y caldereros; rudari (”mineros”), empleados en la minería y en el lavado de arenas auríferas; y laiesi (“miembros de una horda”), sin oficio fijo, que podían vagar por los principados. Desde el punto de vista geográfico, los ludar, como los rom, tienen un origen europeo-oriental, pero las referencias bibliográficas y documentales apuntan principalmente hacia Rumania y los principados que le dieron origen: Moldavia, Valaquia y Transilvania), el antiguo Imperio austro húngaro, Serbia y Turquía como los territorios de los cuales partieron dichos inmigrantes entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Debe aclararse, respecto de lo anterior, que el gentilicio ‘turco’ tenía en ese entonces una acepción amplía en Europa, pues se aplicaba también a territorios que anteriormente habían pertenecido al Imperio turco-otomano, como Boznia-Herzegovina. El idioma hablado inicialmente por los gitanos ludar en diferentes países americanos y en Perú en particular, es un dialecto del rumano. Este dialecto probablemente era similar al rumano arcaico que utilizan los boyăs de Pecs, en el sur de Hungría, el cual, a su vez, es similar al que se hablaba en el Banato, región de características étnicas mixtas colindante con el oeste de Valaquia y que, más tarde, se dividió entre Hungría, Rumanía y Yugoslavia. Sin embargo, cabe también pensar que se trataba de un rumano con fuerte influencia serbo-croata. Un estudio sobre los ludar mexicanos coincide que era un rumano antiguo. En base a investigaciones previas, el profesor Pardo-Figueroa propone el siguiente esquema para la subdivisión de grupos de gitanos. Grupos

Idiomas y dialectos

Regiones con mayor presencia

Rom o roma

Romanés

Europa central, oriental y América

Manús, sinte o bohemian

Manús o sinte

Europa central, EE. UU. y Brasil

Calé

Caló

España, Portugal, sur de Francia y algunos países de América Latina

Gypsies (gitanos británicos) Anglo-romany

Reino Unido de Gran Bretaña, EE. UU. y Canadá

Ludar / boyăs

Rumania y Hungría

Dialecto rumano

Otros grupos gitanos o Árabe, domary (otra pseudogitanos (lambadi, Cercano Oriente, Medio Oriente y la India lengua de origen indio) gormati, nawari, zott, etc.)

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CUADRO 1: PRINCIPALES GRUPOS CULTURALES GITANOS A NIVEL MUNDIAL’ “ Cuadro adaptado de Pardo-Figueroa

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EL PATRIMONIO INMATERIAL GITANO  La historia social de la cultura de las minorías gitanas ha demostrado que son portadoras de un rico patrimonio inmaterial en los diferentes ámbitos definidos en la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.  Según la Convención, las tradiciones, las expresiones orales y las lenguas comprenden una gran variedad de formas: cuentos, leyendas, proverbios, enigmas, cantos, mitos, poemas épicos, rezos, representaciones teatrales, etc. Las artes del espectáculo están constituidas por la música, la danza y el teatro tradicional. Las prácticas sociales, los rituales y los acontecimientos festivos estructuran la vida de los grupos sociales y forman parte de su identidad y memoria colectiva.  Podemos encontrarlas en rituales relacionados con nacimientos, bodas, funerales, que a su vez pueden tener un carácter público o privado (Mamontoff, 2010). Con referencia a los distintos ámbitos que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial, reconocidos en la Convención, se pueden identificar varios de ellos entre las comunidades gitanas.

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Tradiciones y expresiones orales

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La cultura gitana está marcada por la tradición oral, que también es producto del contacto con otros entornos sociolingüísticos como resultado de la movilidad que históricamente ha tenido. La lengua gitana, o romané, ha evolucionado hacia diferentes dialectos, desde sus orígenes indoeuropeos. Reyniers (1998) enumera como dialectos del original romané, entre otros, al balcánico, cárpato, ruso-polaco, finlandés, ucraniano, vlax, anglorromané, íberorromané o caló, sin que, según este autor, se puedan situar estrictamente repartidos en un mapa geográfico. Esta gran diversidad de dialectos no ha impedido que los colectivos gitanos estén en un acelerado proceso de pérdida del uso de la lengua romané. Como parte de la identidad gitana se define a partir de pertenecer a una comunidad, a un modo de vida, a un lugar geográfico y por hablar una lengua propia. A menudo los gitanos son bilingües o multilingües (Mamontoff, 2010). Dado el hecho de que el pueblo gitano prácticamente no ha dejado testimonios escritos, y los pocos que existen provienen de personas pertenecientes a las sociedades hegemónicas con las que han tenido contacto, se deduce que éstos pueden estar viciados por prejuicios y el desconocimiento propios de los criollos que los escribieron (Garay, 1987). Debido a esto, los aportes de la historia oral son cruciales para cualquier historiador que desee reconstruir la historia de este pueblo (Petris, 2018). Las narraciones recopiladas de miembros de la comunidad gitana acerca de su cultura y sus costumbres por medio de la técnica de entrevistas orales, se transforman en la materia prima y fuente de primera mano para el investigador. A través de este, se puede romper no solo la frialdad propia del documento escrito, sino también tener acceso a la información del pasado que ha pervivido en la memoria del pueblo gitano (Bel, 2009). Por esta razón, uno de los modestos aportes que esta investigación entrega, es la posibilidad de acercarse a la comunidad gitana circense en Chile, a través de la voz de ellos mismos. Por otro lado, encontramos numerosos proverbios y aforismos, cuentos y leyendas gitanos, con numerosos mitos, leyendas que hacen referencia al arte de vivir y a la espiritualidad, que son clave en el universo gitano (Geneuil, 2007).

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MÚSICA El nomadismo y las corrientes migratorias de las comunidades gitanas han producido la diversificación de su música. Además del flamenco, se ha relacionado a los gitanos con otros estilos musicales, como la música húngara, los cantos folclóricos rusos, la rumba y el jazz. Han incorporado otros instrumentos procedentes de la tradición musical occidental, como la flauta y el violín, para desarrollar géneros musicales producto de la fusión con el jazz, el rock, el blues, la salsa, etc. (Thede 1999). No obstante, algunos grupos han perdido toda su tradición musical, otros han conseguido conservarla sin utilizarla comercialmente  (Mamontoff, 2010). RITUALES Los rituales y los acontecimientos festivos están muy presentes también en la tradición cultural gitana, fundamentalmente las bodas, nacimientos y funerales, aunque son manifestaciones que, a menudo, sólo se desarrollan en el ámbito privado y son de muy difícil acceso para quienes no son gitanos.  Las comunidades gitanas son reconocidas por su gran talento musical, pero no lo son, o son menos conocidas, por su habilidad en la artesanía (Mamontoff, 2010). Una de las prácticas familiares de mayor trascendencia en la forma de vida gitana, es la existencia de la kriss, Consejo de jefes de familia gitanos, como ente regulador y de preservación cultural. Este Consejo es una institución familiar que ha permitido lograr mantener un factor de cohesión y preservación cultural al interior de las comunidades gitanas. La kriss recurre a otra característica típica de los gitanos: el respeto a los ancianos. El valor y respeto que los rom le otorgan a los miembros de mayor edad de sus familias es parte de sus propios procesos de resguardo de tradiciones, de consejo y aporte en la resolución de conflictos. Son los integrantes de mayor edad los encargados de guardar y transmitir las normas y valores del grupo, de cuidar y guíar a los más jóvenes, y éstos tienen la obligación de respetarlos.

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La kriss permite transmitir a la comunidad, aquellos elementos que componen la identidad gitana. Para determinar quién puede ser autoridad dentro de la Kriss Romané, se considera a quien conozca de mejor manera la identidad y tradición. Este criterio establece que es el anciano (Bustamante Cardona, 2008). De este modo, el respeto a la ancianidad entre los gitanos, es crucial al momento de mantener la cultura y las tradiciones de la comunidad, debido a que los mayores poseen experiencia de vida y sabiduría. Además, existe un aire de superstición en torno a ellos, dado que están próximos a la muerte y a lo sobrenatural (Sant’ Ana, 1983). Petre Angelo Andrich, gitano circense lo expresa de esta manera: “Es la cultura nuestra. A nosotros nos enseñaron, que al mayor se le respeta. Nos criaron con eso y yo te digo, por los dos lados, por la parte gitana y la parte no gitana, nuestros ancestros, nuestros viejos no van a un asilo, se quedan con nosotros hasta el último día de sus vidas, Son los jefes o las jefas. Son lo más importante, se les toma el parecer en todo. No solo en la cultura gitana, también en la cultura del circo tradicional, respetamos mucho a nuestros viejos”. .

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Artes del espectáculo-Circo En el terreno de las artes del espectáculo, existen fuentes documentales que han confirmado y corroborado la relación entre los gitanos y manifestaciones relacionadas al espectáculo, como el teatro, marionetas y el circo. Reyniers (1998) indica que se conocen gitanos exhibidores de osos desde el siglo XII en Turquía y más tarde en los Balcanes. Algunos de ellos se fueron además especializando en el adiestramiento y exhibición de animales, como osos, monos y cabras. Respecto de las primeras crónicas con que se cuenta de los grupos gitanos más visibles, en Brasil, Chile, Argentina, México o Colombia, son Kalderash (fabricantes de calderas), Lovara o comunidades Ludar, que han mantenido un estilo de vida nómada o semi-nómada y viven en grandes tiendas coloridas establecidas en las afueras de ciudades, como Antofagasta, en la costa norte de Chile. Las mujeres visten las tradicionales faldas chamaré grandes y algunas leen las líneas de la mano. Los hombres hacen y venden productos de cobre, venden caballos, o más a menudo hoy en día, autos usados o autopartes. Algunas familias viajan con circos o teatros itinerantes (Lignier, 2012/3). Viajando por el subcontinente entero traían consigo espectáculos circenses, bailes de animales y música centroeuropea. A Paraguay, por ejemplo, la madame Elisa Linch, compañera de Francisco Solano López, llevó en 1855 un conjunto de músicos gitanos, que entre otros ejecutaban el baile húngaro csárdás en las tertulias de Asunción e implantaron la derivación de ritmos centroeuropeos en la música chamamé. En Brasil los Wassilnovitch, Stancowich y Stevanowich, familias kalderash procedentes de Hungría, fundaron los más importantes circos del país con los que recorrieron todo el continente. Y según la tradición oral durante el Imperio de Maximiliano, también llegaron músicos gitanos húngaros a América Central, donde, del mismo modo que en Paraguay, ejercieron influencia en la música y baile tradicionales. Además, ya en el siglo XX los gitanos, entre ellos, varias familias húngaras, empezaron a dedicarse al cine ambulante. Fueron los pioneros de la industria mexicana del cine, llevándolo con luz eléctrica a pueblos y rancherías donde generalmente hasta entonces, no conocían el cine ni la electricidad. Es la razón por la cual existe en América Central la tradición, que con el arribo de los húngaros se aproxima el carnaval (Torbágy, 2003). 35

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Ludar y circo Históricamente, los boyăs luego de la inmigración de la India, patria original de los gitanos, se habrían asentado inicialmente en Transilvania, Rumania, dedicándose a la exhibición de animales. Cleverbot agrega que después del caballo, el oso es el segundo animal totémico de los gitanos. Estos animales habrían sido cazados y domados por los gitanos en las montañas subcarpáticas, lo cual se refleja en el hecho que los “gitanos oseros han radicado sobre todo en la península de los Balcanes. Después de la Segunda Guerra Mundial, estos “gitanos oseros” han cambiado de oficio o, si tuvieron éxito con el mismo, ingresaron con los osos en el negocio circense, en el cual aprendieron a domar otros animales (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje: los gitanos ludar y el circo en los siglos XIX y XX, 2018). Los espectáculos con osos, hasta hace algunas décadas, fueron característicos de ciertos grupos gitanos de Europa oriental (ursiers o ursaris, ostiaks, orotches, oroks, veliqui) y de Asia occidental (zapari]. Reyniers (1998) explica cómo el teatro ambulante y de marionetas son formas de expresión gitanas conformadas por grupos conocidos de actores ambulantes, que existieron en Europa y también se registran en América, desde inicios del siglo XX, interpretando autores clásicos en lengua romané. Oficios complementarios de los gitanos han sido desde referencias históricas tempranas, el espectáculo con osos y el trabajo en circos (al aparecer los citados boyăs), así como el comercio de caballos, la lectura de la suerte por parte de las mujeres, para posteriormente también incluir, cines itinerantes y el comercio de relojes. Entre los gitanos que llegaron a América, muchos se dedicaron a la industria recreativa, específicamente los ludar o boyăs, que se desprenden de una subdivisión de los Kalderash. Se ha establecido que trajeron el espectáculo artístico y los circos a América. Cabe destacar, que los gitanos de diversas naciones sudamericanas se encuentran emparentados. Ello explica que en Santiago de Chile existan gitanos ludar o boyas (que en México al parecer son llamados del mismo modo. Armendáriz escribe los apelativos sin tilde), y que también en Perú los gitanos se refieran a ellos como los boyăs (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje. Los gitanos Ludar y el Circo en los siglos XIX y XX, 2011). 36

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Los boyăs originarios, residentes en México, siempre han tenido como principal actividad el espectáculo artístico. Particularmente, estos gitanos se han dedicado hasta hoy al cine y al teatro ambulante, que incluye a magos, faquires, ilusionistas, payasos, imitadores y cualquier manifestación artística de moda. En México los gitanos dieron a conocer el séptimo arte, a través de los cines callejeros transportados de ciudad en pueblo, primero por mulas en carros y luego en vehículos de motor. Esta actividad, tuvo su edad de oro en las décadas de 1960 y 1970, para luego desaparecer en la siguiente. Los gitanos afectados volvieron entonces al comercio de coches o el teatro itinerante, todavía muy popular en este país (Lignier, 2012/3). La gitanóloga brasileña Da Costa señala que estos mismos gitanos, como los ludar peruanos y mexicanos, se han dedicado al circo y al cinema ambulante, en espectáculos con osos y perros, y que incluso un gitano se ha desempeñado como instructor de la Escola Nacional de Circo en Brasil. La autora señala que los gitanos han prestado un gran servicio a las poblaciones del interior del Brasil, tan carentes de todo, inclusive de diversión, al llevar el arte circense y el cine a ellas (Pardo-Figueroa, Marginación, cultura popular y mestizaje. Los gitanos Ludar y el Circo en los siglos XIX y XX, 2011).

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Capítulo 3

El circo gitano

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Circos Gitanos en el Mundo La cultura gitana a través de los años se ha propagado por el mundo, y el circo también ha sido reflejo de ello. En la actualidad, existen distintas familias de gitanos circenses por el orbe, con toda la información heredada de las antiguas generaciones de artistas callejeros que migraron y que aún mantienen la tradición vigente. Los gitanos ursaris, adiestradores de osos, han recorrido las calles del mundo mostrando su arte y también lo han exhibido en circos, especialmente en Rusia y Europa.

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 Josep Elies Georgevich, gitano ursari, Europa, archivo de Héctor Fráncica.

 Tchiquine Bouglione Sinti, gitano ursari, nieto de Michel Bouglione y Agnes Bodino, Francia, archivo de Alexandre Bouglione.

 Esteban Todorovich Marincovich, gitano ursari, año 1926 Perú, archivo Danilo Todorovich.

De estas 3 imágenes se puede deducir que el adiestramiento de animales era una actividad realizada preferentemente por hombres, que establecían una relación de mucha familiaridad con su oso, lo que daba confianza a los espectadores. Los espectáculos con animales han sido una de las atracciones más importantes que han tenido los circos, debido al riesgo que significa interactuar con ellos. Gracias a la inclusión de especies exóticas en sus espectáculos, los habitantes de muchas regiones pudieron conocer este tipo de animales. Los gitanos, como grandes artistas circenses han desarrollado esta habilidad que los ha hecho reconocidos y admirados mundialmente. Además de los ursaris también había gitanos acróbatas saltimbanquis, quienes fueron creando sus propios circos y algunos se incorporaron como artistas en otros. En este capítulo nos referiremos a algunos de ellos.

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De acuerdo con conversaciones sostenidas con Héctor Fráncica desde marzo a octubre de 2021, se pudo indagar sobre la familia Stevanovich que desarrolló muchas temporadas de circo en Mar del Plata. Don Héctor, ha dedicado gran parte de su vida a coleccionar de preferencia afiches y programas circenses, vive en Mar del Plata, Argentina y es reconocido como el mayor coleccionista circense de Sudamérica. Gracias a sus investigaciones se ha podido establecer la línea de parentesco entre los Bouglione y los Stevanovich. A continuación, incluimos fragmentos textuales de esas entrevistas: Ma Elena Andrich: “Don Héctor, leí un artículo escrito por usted donde hablaba de las temporadas de circo en Mar del Plata y nombraba a los Stevanovich. Fue ese documento el que me motivó a escribirle. Le aclaro, que todo lo que usted diga en esta conversación irá con su nombre. Para mí, es una forma muy humilde de agradecer los años que con tanto cariño ha dedicado a los circenses. Así todo el que reciba el libro Gitanos Circenses sabrá que un señor llamado Héctor Fráncica hizo por el circo mucho más de lo que han hecho los propios circenses. Hay muchos que lo sabemos y agradecemos, pero creo que es una oportunidad para que más personas lo conozcan y lo valoren. ¿Desde cuándo usted conoce la aparición de gitanos-circenses en América y en el mundo?

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Héctor Fráncica: “ Yo soy el agradecido, de que ustedes, los cirqueros, me enseñaran a amar el arte más hermoso de la tierra. Los Bouglione son gitanos, y han escrito una página muy importante en la historia del Circo francés. Gruss no es gitano, Gipsy sí. (Les Folies Gruss). Los Bouglione tienen vínculo familiar con los Estevanovich y la famosa trapecista española María Del Pino Papadopoulos, conocida como Mara, tenía una abuela Estevanovich. En los años cincuenta, tenían un imperio circense, contaban con los mejores circos. El Circo Norteamericano, de Bebo Stevanovich fue el más importante en su época. Casualmente en días pasados hablé por teléfono con Rilda, quien fue esposa de Polaco Stevanovich, ya fallecido. De ese matrimonio es hijo Celso Stevanovich, magnífico payaso y mejor persona, con quien me une una gran amistad. Polaco era hijo de Bebo Stevanovich y sus hijos, Augusto (Dilo), Juan (Bebo), Pedro (Pedrin), José (Capitán Julio). A la madre le agradaba cambiarle los nombres. El prestigio de ese apellido fue tal, que, en determinado momento, en sus programas publicitarios, se leía ´No vea un circo cualquiera, vea cualquier circo de la empresa Stevanovich Hnos.´ También recuerdo a la familia Elies, que fue como mi familia. Argentino Elies fue mi hermano en el afecto. No teníamos secretos el uno con el otro. Su hermana Mecha, cuando llegó a Mar del Plata, estuvo en mi casa, siendo para mí también una hermana más. Hoy, la familia Elies, niega ser descendiente de gitanos, pero sabemos que lo son. El padre

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de Gastón y Teodoro Elies, fue Josep Elies Georgevich. Gastón y Teodoro llegaron desde Francia a Perú y luego a Argentina, donde se quedaron para siempre”. Ma Elena Andrich: Muy interesante todo lo que usted nos cuenta y lo que pueda aportar será muy bien recibido y agradecido. Héctor Fráncica: “Gracias respetable amiga. Usted me emociona con sus palabras, que no creo merecer. Como le decía, según informes logrados por datos conseguidos, la primera referencia de un gitano en la pista de un circo en Argentina fue en la década de 1880 a 1890, en el Circo Italiano de Giuseppe Chiarini que anunciaba a Stancovich y su oso. Al parecer esta familia Stancovich luego emigró a Brasil y nada tiene que ver con los Stancovich que llegaron en la década de 1910 a Argentina, que aún están por acá. Lo indudable, es la influencia gitana en el Circo, no sólo en el orden local sino mundial. En Francia nadie puede dejar de reconocer el gran aporte de la familia Bouglione, con cierto vínculo familiar con los Stevanovich. La época dorada del circo en Argentina, se estima entre los años 1945 y 1960. Durante el gobierno del General Perón, los Stevanovich, brillaron con luz propia en Argentina. También el Circo Scope Americano, de tres pistas, el Circo Búffalo Bill del Capitán Julio Stevanovich, y principalmente el Circo Norteamericano de Don Bebo Stevanovich, que fue un circo de gran categoría a nivel internacional”. Ma Elena Andrich: Yo sé de un Luis Stevanovich padre de Luis, George, Augusto y Robert, que actualmente tienen en Brasil “Le Cirque”, el “Amar” y el “Norteamericano”. Héctor Fráncica: “Que creo era el menor de los hombres. Luego estaban las hermanas mujeres, Susana, Nena y Emilia. Ésta última, se casó con César Rodríguez Onofre, un artista de circo portugués, que le enseñó mucho a toda esta camada de Stevanovich. Conocí y traté a Luis, a Bebo y Capitán Julio, en sus respectivos circos, pero sin tratar con ellos. Si el coronavirus me perdona la vida, me agradaría invitarla a pasar unos días con nosotros, compartir una comida, un café con mi señora, que es no vidente, para que vea lo que juntamos con mucho amor, durante nuestra vida, referente al arte más hermoso de la tierra: el circo. Creo que alguna vez le comenté, cuantas veces me he preguntado, cómo un ser tan impuro y lleno de defectos como el hombre, pudo crear un arte tan bello y puro como el Circo. Un escritor francés, en su libro ´Yo Amo al Circo´, lo define como ´El Último refugio de la Pureza´ “.

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FAMILIA BOUGLIONE (FRANCIA) La familia más conocida en el mundo, es sin duda, la Bouglione, quienes por décadas han continuado con la tradición familiar, siendo un referente de la cultura circense. Aproximadamente en 1907 fueron las primeras actuaciones de la familia Bouglione en Francia en el Cirque d’Hiver. “Todo comenzó en el siglo XIX, con el amor a primera vista entre un joven domador de leones gitano y la hija de un pañero italiano. Unos años más tarde, Scipion Boglioni ‘afrancesó’ su nombre a Bouglione y siguió a Sonia a Francia, donde exhibieron zoológicos de feria”. Como buenos gitanos de circo se hicieron famosos por sus actos con grandes felinos. En el año 1934 el Cirque d’Hiver fue vendido a los cuatro hermanos Bouglione, quienes empezaron a manejarlo desde el 28 de octubre de ese mismo año. “Esto marcó el comienzo de una pasión inextinguible. El nombre de Bouglione se volvió inseparable del Cirque d’Hiver”. Los Bouglione comienzan esta nueva etapa y asumen la dirección del circo, renovando los espectáculos con otro color artístico que refresca la cartelera cultural de aquellos años en París. El circo Bouglione también marcó generaciones con el famoso programa de televisión, “La Piste aux Étoiles”, el cual fue transmitido desde el Cirque d’Hiver Bouglione, entreteniendo y sorprendiendo a las familias hasta 1978.

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 Circo de la familia Bouglione instalado bajo la Torre Eiffel, año 1940, gentileza de Alexandre Bouglione.

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 Francesco Bouglione, administra el Cirque d´Hiver. Archivo Francesco Bouglione

 Alexandre Romanes Bouglione, administra el Romanes Cirque Tsigani. Archivo Catherine Gaudin

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 Alexandre Bouglione, administra el circo de Alexandre Bouglione. Archivo Alexandre Bouglione

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La familia se dividió en 1992 y una sucursal creó el Cirque Joseph Bouglione. Luego, en 1994, Alexandre Romanès-Bouglione creó con su esposa, Lydie Dattas, el circo Romanès, el primer circo gitano de Europa. Parte de la familia se trasladó a Bélgica en los años 90, Alexandre Bouglione y su esposa Linda Bügler-Bouglione, de gira con el circo Alexandre Bouglione (solo en Bélgica), van acompañados de sus hijos Anouchka y Nicolas. En 1999 la nueva generación Bouglione, encabezada por Francesco Bouglione, (hijo de Joseph conocido como Sampion Bouglione y Anna Bouglione), se hizo cargo del Cirque d´Hiver de Paris. En 2015, el Cirque d’Hiver Bouglione volvió a la carretera en Francia con una gira titulada “Cirque d’Hiver Bouglione en gira”, después de más de 30 años sin moverse de París. La última gira finaliza en abril de 2018, consagrando a los Bougliones como una de las familias de gitanos circenses más destacadas y exitosas de mundo.

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FAMILIA LÓPEZ (GUATEMALA) Con una trayectoria familiar de más de cien años, el Circo Rey Gitano ha mantenido esta tradición de circo de descendencia gitana durante estas últimas décadas en Guatemala. Se ha caracterizado por tener grandes domadores de animales conocidos como los “Tarzanes”. Jerry López en una entrevista de Juan Luis García para Publicogt. com, se refiere a su descendencia. “Somos descendientes de la abuela paterna, quién era gitana húngara; mi abuelo paterno era cirquero de Huehuetenango. Llevamos más de 100 años en Guatemala”. Él con sus nueve hermanos crecieron bajo las carpas, alimentando a las fieras diariamente, viajando cada semana a un pueblo distinto, como él mismo relata en dicha entrevista. Como buenos gitanos los López son conocidos como adiestradores de animales, lo que ha caracterizado por años a su circo.

47  Circo Rey Gitano, año 1978, gentileza de Christian López.

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 Circo Rey Gitano, Guatemala, año 2013, gentileza Christian López.

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Sobre este oficio y arte en particular, Jerry comenta lo siguiente. “El fundador de este circo fue mi papá Francisco López Beltetón, ya fallecido y mi madre, Enriqueta López González”. Con una amplia trayectoria circense el Circo Rey Gitano se ha mantenido vigente, a pesar de las prohibiciones que existen en el mundo de suspender los espectáculos con animales. Esta familia ha conservado sus raíces firmes reinventándose en el mundo circense. De acuerdo a información entregada por su nieto Christian López, su abuela paterna, una gitana húngara, se llamaba Mery Magdalena Mac Cormick. El circo Rey Gitano fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, en Guatemala.

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FAMILIA STANKOWICH (BRASIL) Gracias a la documentación sobre la historia del circo en Brasil se conoce que en 1843 Pedro Stankowich llegó a Brasil con un grupo de animales entrenados, después de perder su circo en Rumania. A medida que su familia crecía, los miembros se extendían por todo el país. Al llegar el circo a Soledade, un pequeño pueblo de Rio Grande do Sul, Constantino Stankowich, hijo de Pedro Stankowich, conoció a Aurora, quien era maestra en la ciudad. Se casaron y siguieron juntos con la vida de circo. Antonio Stankowich, uno de los hijos de Constantino y Aurora Stankowich, nació en 1935 en la ciudad de Guaíba, Rio Grande do Sul. Es parte de la cuarta generación de la familia Stankowich. Fue acróbata, malabarista, trapecista, equilibrista y payaso con el nombre de “Lamparina”, heredado de abuelos y tíos. Hoy, después de más de 170 años, la sexta generación del clan aún mantiene viva la tradición familiar consolidando al Circo Stankowich como el circo más antiguo de Brasil. En la actualidad, Marcio Stancowich y Marlon Stancowich mantienen la tradición circense de la familia con dos circos. Ambos usan el mismo nombre:”Circo Stancowich”, según información entregada por Cesar Guimaraes.

 Petre Angelo Andrich, Marcio Stancowich, Maria Elena Andrich, en Campinas, Sao Paulo, Brasil, año 2019, archivo familia Andrich.

 Afiche gentileza de César Guimaraes.

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FAMILIA STEVANOVICH BOUGLIONE (BRASIL) George Stevanovich, nacido en 1848 se casó y fue padre de Dimitrio, Esteban y Augusto. Dimitrio Stevanovich se casó con Rose Marie Bouglione, (hija de Jean Baptiste Bouglione y Marie Jeanne Sintat). Así, dos tradicionales familias de gitanos circenses se unieron. De la unión de Dimitrio y Rose Marie, nacieron Esteban, Juan, Augusto, José, Emilia, Susana, Pedro, Antonieta, Danilo y Luis. Luis Stevanovich se casó con Amalia Griselda Ríos y tuvieron 4 hijos: Luis, George, Augusto y Robert (Bobby), todos empresarios de espectáculos artísticos. Augusto es el que más ha diversificado su quehacer con una muy marcada preferencia hacia la difusión de la danza. Luis, George y Robert son los dueños de los circos “Le Cirque”, “Amar” y “Americano”. Todos sus hijos son parte activa dentro del espectáculo y del quehacer circense. El legado de los Stevanovich en Brasil está bien conservado y además su continuidad está asegurada por las nuevas generaciones de gitanos circenses brasileros.

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 George Stevanovich, Robert Stevanovich, Luis Stevanovich y Augusto Stevanovich, gentileza de Mario Cáceres Olabarría.

 Marie Jeanne Sintat y Jean Baptiste Bouglione, archivo, Robert Stevanovich.

 Circo Amar. Gentileza de Mario Cáceres Olavarría.

 Circo Americano. Gentileza de Mario Cáceres Olavarría.

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FAMILIA YOVANOVICH (ARGENTINA) El Circo Servían mantiene aún vigente la tradición de los gitanos circenses, a través de su dueño Jorge Yovanovich, más conocido en el mundo del circo como Jorge Servían, quien viaja por Argentina hace más de 25 años..

52  Familia Jovanovich, el más pequeño es Jorge Jovanovich, año 1956, Argentina.

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 El primer circo de la familia a cargo de Miguel Jovanovich.  Jorge Yovanovich, el abuelo, Cristian Yovanovich, el hijo, Matteo Yovanovich, el nieto, año 2016, gentileza de Cristian Yovanovich, familia Servian.

Servían es la cuarta generación de la familia circense. Su padre era el dueño del Circo Australiano y era popularmente conocido por su canguro boxeador y como adiestrador de animales. Jovanovich en una entrevista para el diario Uno de Santa Fe en el año 2016 comentó: “Somos descendientes de yugoslavos por parte de mi bisabuelo y abuelo, quienes llegaron a Argentina y trabajaron en la calle con animales, haciendo acrobacias, payasadas y todo lo relacionado con el circo, hasta que mi tío y mi padre comenzaron con una carpa”. Jorge Servían desde pequeño ha estado ligado al circo. Todas sus historias están allí y él mismo describe como ha sido este estilo de vida. “Me crié viajando por toda Argentina. A los ocho años comencé a vender caramelos entre el público, a ver y conocer el movimiento del circo. A los 13 años empecé a hacer números de payaso, luego de equilibrio, a subirme a los trapecios de payaso, trabajar con animales, ser arrojador de cuchillos y por último equilibrista. Pero además armaba las carpas y manejaba los camiones, es decir, todo el movimiento del circo que amé y sigo amando a mis 63 años”, relató. Después de estar cuarenta años en el circo de su padre Jorge Servían decide junto a su esposa iniciar su propio circo familiar y comenzar una vida independiente. El primer nombre que tuvo fue Circo Súper Servían, que años más tarde se llamaría Circo Hermanos Servían, en honor a sus hijos. En 2008, cambió a Circo Servían, nombre con el cual se mantiene vigente hasta el día de hoy, como uno de los más importantes de Argentina.

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FAMILIA STEFANO (PERÚ) La Información de la familia Stefano fue proporcionada por José Stefano Diaz, en abril de 2021. “El primero en llegar a Sudamérica fue José Stefano Yovanovich (Diny), nacido en un pueblo llamado Kuty, perteneciente al imperio Austro-Húngaro. Llegó entre los años 1900 y 1910, y venía casado con Emilia Stancovich (Milixa), nacida en Bosnia. Ambos eran ludar. También venían sus hermanos Lázaro, Marco y Pedro. Éste último, se enemistó con sus hermanos y se cambió el apellido a Yovani. Por ello, los Yovani son Stefano y no Estefano con E, que fue un error al inscribirlo y quedó así”. Hijos de José: Juan, Humberto, Adolfo Luisa, Enrique, Lorenzo y Goya. Hijos de Pedro: Julio y Basilio. Hijos de Marco: Antonio, Rosa y Maro. Hija de Lázaro: Yonsha De aquí descienden todos Desde que llegaron a Perú trabajaron en circo y las mujeres en la brasdala (adivinando la suerte). Según señala José Stéfano, “mi padre, Henrique Stefano, falleció en 1965 y en 1967, vendimos el circo y junto a mi madre nos establecimos en Lima”. Actualmente, la familia de Ciro Stefano continúa haciendo circo en Perú. Uno de sus hijos, Marco, es el dueño del circo Rumano. Cabe señalar, que en este capítulo se mostraron diferentes familias de gitanos circenses para establecer su presencia y la relevancia que tienen en el mundo del espectáculo y en la creación del circo moderno. Todos tienen un origen común: partieron como saltimbanquies, acróbatas, juglares, trovadores por las calles del mundo, y consiguieron armar sus propios circos.

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55  Jose Stefano Yovanivich (Diny) con Elilia Stancovich (Milixa).

Capítulo 4

Gitanos en Chile

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Según cifras oficiales respecto a la presencia de gitanos en América del Sur, se estima que hay al menos 800.000 gitanos en Brasil; 300.000 en Argentina; unos 16.000 en México; 5.000 en Colombia, entre 5.000 y 8.000 en Chile; varios miles en Perú y Bolivia y unos pocos en Uruguay. Estas cifras, que sugieren que el número total de gitanos en América Latina asciende a alrededor de 1,5 millones, generalmente se consideran subestimadas. La estimación aproximada de las cifras de la población gitana, responde a la falta de interés de los Estados, respecto de la presencia de minorías, como el pueblo gitano, lo que se demuestra en la ausencia de registros en los censos. Existe también, desinterés y profunda desconfianza de los gitanos a ser identificados, porque el registro de sus antepasados a menudo ha llevado a lo peor (Lignier, 2012/3). De las escasas investigaciones disponibles se sabe que la procedencia de las primeras familias gitanas que llegaron a Chile, en su mayoría tenía origen en Serbia (Dunin 1989). A la inmigración serbia, de acuerdo con Sotomayor (1993), hay que agregar un pequeño número de inmigrantes rumanos, rusos y norafricanos. El número de gitanos que reside actualmente en Chile, como se indicó anteriormente, se estima entre 5.000 y 8.000. Elsie Dunin publicó un artículo donde se refiere a la migración de gitanos serbios a Chile. En él la autora afirma: “la población gitana chilena actual puede ser exclusivamente de Serbia y Bosnia, antes de la Primera Guerra Mundial. Excepto por los dos nombres no eslavos, todos los demás revisados eran ​​ de origen eslavo del sur, principalmente de Serbia” (Dunin, 1989). Entre los gitanos residentes en Chile, se reconocen dos grandes grupos: Grupo rom (habla romané) Grupo ludar o boyas (habla algún dialecto rumano). Es interesante consignar que la interacción entre los gitanos rom y ludar se produce sólo en español, pues los rom no hablan ludar y viceversa (Gutiérrez Salamanca & Gónzalez Concha, 2002). Los gitanos rom distinguen entre sí algunos subgrupos (“razas”, como ellos les denominan), los cuales, en palabras de Sotomayor, “se caracterizan por ciertos rasgos generalizadores, pero se encuentran tan fuertemente vinculados por costumbres y por sangre, que es difícil establecer límites entre ellos” (Sotomayor, 1993, 15). Algunos de estos subgrupos son los autodenominados káwichis, koriánura, invasórure, chikarestis, baduníchura y khañarias. Los gitanos rom de Chile llaman a los gitanos de Argentina leasi y éstos a los gitanos de Chile jorajanés o jorajái.

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Referencias: gitanos circenses en Chile En pleno siglo XX, los integrantes del pueblo gitano, en muchos casos se han integrado a las sociedades de los países en los que habitan, conservando en parte algunos de los rasgos identitarios que los distinguen. En muchos casos, esta mezcla se ha dado a través de la escolaridad de los niños por la cual optaron algunas familias, lo cual trajo consigo un proceso de “integración” social. En el caso chileno, nuestro interés radica en conocer la relación de algunas de las familias circenses de origen gitano que, a través de las artes del espectáculo, han podido salvaguardar parte de sus prácticas y formas de vida. Como se ha señalado en capitulo anterior, la relación de los gitanos llegados en la ola migratoria del siglo XX a Perú y Chile, permite establecer la estrecha relación familiar que existió entre ellos. Los gitanos ludar peruanos formaban parte del negocio del espectáculo, sobre todo a nivel popular, más en provincias que en la capital. No eran dueños de grandes circos sino de circos pequeños. En todo caso, algunos de ellos trabajaban como empleados para circos de los no gitanos. De acuerdo con testimonios recogidos por el profesor Pardo (2000) respecto a las ocupaciones de los descendientes de ludar en Perú, cuenta con los relatos de la familia Todorovich. Ellos dan cuenta cómo sus padres y abuelos se desempeñaron en el negocio de espectáculos con osos, que realizaban en los parques, colegios y teatros. Las mujeres, por otro lado, siempre se dedicaban a leer la suerte. Cuentan que sus ancestros, en Perú, montaron un circo propio, llamado Circo América: En Chile formaron un circo solo los ludar y relatan cómo padre, hermanos, tíos, y varios de sus familiares y conocidos de origen ludar, montaron y aún conservan diversos circos, en los cuales trabajan hasta hoy, sobre todo en la costa norte del Perú.

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El señor Stéfano describe así la importancia del circo y el cambio en las ocupaciones en los últimos 50 años: “Antiguamente los padres enseñaban a sus hijos los diferentes actos circenses a hombres y mujeres, tradición que sigue en los que quedan aún en circos. Los que están establecidos como cualquier peruano. Antiguamente la única fuente de trabajo era el circo y el de las mujeres hasta los años 60, la adivinación de la suerte. Actualmente, el hombre trabaja en su profesión y la mujer se encarga de la casa. Donde es necesario, hombre y mujer trabajan”.

 José Stefano Díaz, año 2019. Gentileza José Stefano.

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Familias gitanas circenses en Chile En este capítulo se presentarán los antecedentes más relevantes de las familias de gitanos circenses, que llegaron a principios del siglo pasado a Chile. Se reconstruirá la historia de esta travesía a través de la memoria y la oralidad de los descendientes de los protagonistas. Según nuestra investigación previa podemos decir que las primeras familias de gitanos circenses que llegaron a Chile, fueron los Todorovich, Lavalovich, Marcovich y Andrich a principios del siglo XX. Sus orígenes son gitanos Ludar / Boyash, y de acuerdo con los relatos de sus actuales descendientes, provienen de la península balcánica al sureste de Europa. Concretamente, de Bosnia y Herzegovina, quienes migraron a Colombia con su circo para probar nuevas oportunidades, representando espectáculos callejeros y posteriormente con circo. Dentro de ese grupo familiar viajan hermanos, esposas e hijos, todos gitanos, además de un oso amaestrado que viene con ellos desde Europa. Tras desembarcar en Colombia viajan por varios países, pueblos y ciudades. La familia Todorovich Marincovich llega con su espectáculo callejero trayendo un oso amaestrado con el cual bailaba Elena (Ica), esposa de Carlos, tocando el pandero, para luego pasar por el público recolectando algunas monedas. Hicieron esto hasta formar nuevamente su circo en América, pero nunca abandonaron el arte callejero ya que en viajes muy largos lo utilizaban para sobrevivir. En 1927 mientras estaban de gira en el sur del Perú, en el poblado de Mirave, según los testimonios de familiares directos, se produce un aluvión que arrasó con el poblado incluyendo el circo de los gitanos. En esta tragedia, fallece Elena (Ica) esposa de Carlos, muere también el oso con el cual Ica bailaba y deleitaba a los espectadores.

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LA SEPULTACIÓN DE MIRAVE (FUENTE: Libro “Tacna, Historia y Folklore” - Fortunato Zora Carvajal) El villorrio de Mirave, alegre y pintoresco, estaba situado sobre una pequeña planicie en la unión de la quebrada o valle de Ilabaya con la «Quebrada Seca», que nace de las alturas de Sausane. Con un clima templado y suave, una pequeña iglesia donde se veneraban las imágenes de la Virgen del Rosario y de San Juan de Dios, una cincuentena de viviendas construidas de adobe y techos de barro o «torta» y algunas humildes chozas de carrizo, Mirave albergaba a unos quinientos habitantes, más o menos. Viñedos y huertas de árboles frutales y de hortalizas circundaban el poblado, hacia el valle, y era transitado el antiguo camino de herradura, que cruzaba el poblado y que unía los pueblos de Ilabaya y Locumba. Mirave posee, además, cierta prestancia histórica, a raíz del memorable combate, ocurrido el año 1883, entre los bravos montoneros de Pacheco Céspedes y las tropas invasoras chilenas.

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Amanece el 27 de febrero de 1927 A las diez de la mañana se desencadena una lluvia torrencial. Algo inusitado para los habitantes del lugar acostumbrados a la fina y suave «garúa” costeña de la época invernal. Al mediodía cesa la lluvia. Los pobladores están dedicados a sus labores habituales. Por esos días un circo de gitanos, con sus jaulas de leones, osos y monos amaestrados, había levantado su carpa en plena pampa. De pronto, a las cuatro de la tarde, se oye un ruido sordo, como de tempestad lejana. No se puede precisar de qué lado asoma ese estruendo. Uno de los vecinos del lugar que, a poca distancia del poblado, se ocupa de preparar una especie de «tajamar” o defensa para su propiedad, cuenta que a distancia de un centenar de metros más o menos, baja, una enorme «lloclla» de cuatro a cinco metros de altura, arrastrando barro, rocas y troncos, a todo lo ancho de la “Quebrada Seca” hacia el poblado. Ese vecino apenas tiene tiempo de dar la voz de alarma a los pobladores y salvar familiares, huyendo hacia las laderas del cerro que domina el villorrio por el lado noroeste. La gigantesca avalancha de barro, rocas y agua se precipita cubriendo todo el poblado y arrastrando lo que encuentra a su paso. Muchas personas son sorprendidas en el interior de sus casas, sin tiempo para poder salvarse. Otras trepan las laderas del cerro del lado norte. Un centenar de personas: hombres, mujeres y niños, para

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salvarse, trepan a un elevado y corpulento pacae, a poca distancia del poblado. El gigantesco árbol logra resistir la primera acometida de la «lloclla», y queda, enhiesto, como en medio de una isleta, debido a que la tremenda avalancha logra bifurcarse, en dos “brazos”, siguiendo valle abajo. A las siete de la noche, amaina la “lloclla”, en su fuerza devastadora. La terrible catástrofe ha ocasionado cuantiosas pérdidas materiales. Las víctimas llegan a quince o treinta personas. La mayor parte de los artistas gitanos, junto con sus animales, han perecido. Algunos leones, que lograron salvarse, huyen hacia la espesura del monte. El pueblecito ha desaparecido. Sólo una o dos casas se mantienen en pie, situadas en un recodo del cerro. Todo es desolación, dolor y lágrimas”.

 Aluvión en Mirave.

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Esta tragedia los obligó a cambiar de destino drásticamente, decidiendo dirigirse al norte de Chile para comenzar una nueva etapa. Tras este suceso, se comienza a forjar la historia de los gitanos circenses en el circo chileno. “Yo era chico y fue terrible cuando pasó todo. Me acuerdo que mi tío Laca me tiró arriba de un árbol y ahí estuve colgado como cuatro horas más o menos. Él con mis hermanas se agarraron de las manos y así resistieron. Yo miraba cómo pasaban cosas, animales y personas arrastradas por el agua. Cuando me fueron a soltar no podían porque tenía las manos agarrotadas. Así fue que me quedé sin mamá. A ella la encontraron después y la reconocieron por las botas. Cuando la enterraron le colocaron la cruz de la iglesia, porque estaba al lado de ella cuando la encontraron. Unos días después, hallaron el oso con el que mi mamá bailaba. Estaba atrapado con la cadena en un tronco, y como estaba como loco, tuvieron que matarlo” (Relato de Carlos Segundo Andrich a sus hijos). “Ellos estaban en un pueblo que se llamaba Mirave. Estaba mi tío Carlos viejo con su esposa y sus hijos y llovía mucho. Vino un aluvión y se llevó el pueblo entero, no solo el circo. La mamá de mi tío Carlos, tu abuela, no se salvó. El viejo perdió a su mujer, su circo, su dinero, todo. Nunca se hablaba de eso. En la familia era muy raro que alguien hablara del aluvión” (Relato de Danilo Todorovich, basado en lo que le contaban sus tíos sobrevivientes. Entrevista de julio de 2020). Estas tres versiones, del historiador, de un sobreviviente y la de la oralidad familiar, muestran el motivo por el cual la familia Todorovich Marincovich decide abandonar tierras peruanas. En esta imagen, la única que se encontró donde aparece Elena (Ica), quien perdió la vida en esa tragedia.

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 Carlos, su esposa Ica y en los brazos de su mamá, Carlos Segundo Andrich, Perú año 1923 archivo familia Andrich.

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Después de febrero de 1927 llegan desde Tacna a Arica una de las primeras familias de gitanos circenses.

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 Foto gentileza de Pilar Ducci.

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Esta fotografía tan recurrente en relatos circenses es de la familia Todorovich Marincovich, que como uno de los resultados de esta investigación se pudo identificar a cada uno de los que aparecen en esta imagen. Si se pone atención a la carga de la carreta se vera que viajaban con todos sus enseres tanto de trabajo como de sus hogares, esto ratifica la trashumancia de los gitanos y que los circenses han adoptado. 1.

JorgeTodorovich Marincovich

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Miguel Todorovich Marincovic

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Mitre Todorovich Marcovich

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Marisa Marcovich

5. RosaJorgevich 6.

Yuca Todorovich Marcovich

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Stoyna Todorovich Jorgevich

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Petra Todorovich Jorgevich

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Shure Andrich

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Ana Andrich

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Maria Andrich

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Dine Todorovich Marcovich

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Carlos Segundo Andrich

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Stele todorovich Marcovich

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Miguel Todorovich Marcovich

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Carlos Andrich Marincovich al final detrás de la carreta

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FAMILIA TODOROVICH MARINCOVICH En relación con los gitanos circenses llegados a Chile, de acuerdo con los testimonios recogidos por María Elena Andrich, se conoce la historia de la familia Todorovich Marincovich y su arribo a Chile después del aluvión de Mirave. Respecto de la familia, se relata que era un matrimonio con ocho hijos que salieron de Bosnia y Herzegovina: Stanko Todorovich, el padre, Maria Marincovich, la madre y sus hijos: Esteban (Nano el Mare), Carlos, Miguel (Miai), Jorge (Gogue), Lázaro (Laka), Juan (yoncha), Ana y María. Con ellos también venían los hermanos Marcovich Stancovich: Milan, Ángel y Radoban, además de los hermanos Jorgevich: Lucas, Pedro y Petra. En esta tumba quedó el testimonio de su procedencia y permaneció por escrito el peregrinar de esta mujer y sus hijos hasta llegar a Chile. Además, su lápida muestra cómo falleció. Una tormenta eléctrica partió una rama del árbol que cayó sobre su casa (en esos años los circenses vivían en camarines de tela), quitándole la vida.

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 Sepultura de María Marincovich, gentileza de Eduardo Salazar administrador del Cementerio de la Santa Cruz de Yerbas Buenas.

Gitanos circense

Eran gitanos artistas, saltimbanquis, adiestradores, jinetes, bailarines y músicos por excelencia, todos son ludares/boyash. Recorrían Europa, donde nacieron Stoyna, Juan, Mitre y Laka. En el periodo de la Primera Guerra Mundial, huyeron a América, desembarcando en Colombia. Una vez allí, continuaron desempeñándose como artistas callejeros y pronto armaron su propio circo de nombre América. El circo de la familia Todorovich Marincovich se presentó en Brasil, Bolivia (allí nació Petra), y en Perú, donde permanecieron muchos años. En este país nacieron María (Mocha), Shure, Ana (Chicha), Carlos (Pillo), Dine, Yuca, Miguel Stele, Stane. De los gitanos circenses que llegaron a Chile, Carlos Segundo Andrich Marincovich fue el último en fallecer, en febrero de 1995.

 Documento donde se autoriza el funcionamiento del Circo América, gentileza de José Stefano Diaz.

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FAMILIA ANDRICH (TODOROVICH) Posteriormente a la tragedia de Mirave, de acuerdo a información entregada por la familia Andrich, Carlos Todorovich Marincovich, viudo de Elena (Ica), ingresó a Chile como Carlos Andrich Marincovich junto a sus cuatro hijos Ana (Chicha), María (Mocha), Shure, Carlos Segundo (Pillo). Archivo familia Andrich De ellos, sólo Carlos Segundo conservaría la tradición circense familiar. Ana nunca se casó para cuidar a sus hermanos menores. Tanto María como Shure, se casaron con gurbet y salieron del circo. Carlos Segundo se casó con Filomena Quiroz (circense) y nació su hijo Carlos Fernando (Nando). Se separó y cuatro años después se unió con María Ernestina Cari (Tina Neira, circense) donde nacieron María Elena, Juan Carlos y Petre Ángelo. Ica fue enterrada en Perú, Shure en Brasil, Carlos, Chicha, Mocha y Carlos Segundo en Chile.

 Archivo familia Andrich.

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FAMILIA TODOROVICH-JORGEVICH De acuerdo con la información proporcionada por Danilo Todorovich Lavalovich, respecto de otra rama de la familia Todorovich Marincovich, ingresaron a Chile, Miguel Todorovich Marincovich con su esposa Rosa Jorgevich y sus dos hijas Stoyna (Lola) y Petra. Posteriormente nació Jacinto Mario. Los tres hijos de Miguel Todorovich eran artistas en el circo. Hacían “grupo” y salían en los bailes “paloteo y fricase”. Stoyna y Jacinto Mario eran tonies, pero además Stoyna oficiaba de anunciadora. En Perú era el Circo América y en Chile se llamó Circo Miguel Todorovich.

 Miguel Todorovich Marincovich y Rosa Jorgevich.

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Gitanos circenses

En esta imagen, podemos identificar a Stoyna Todorovich Jorgevich, Elena Garrido, Juan Todorovich Marincovich, Stane lavalovich, Miguel Todorovich Marincovich, Rosa Medina y Petra Todorovich Jorgevich., Rosa Jorgevich, Maria Marincovich, Ana Todorovich Marincovich y los niños Mario Todorovich Jorgevich, Victoria Lavalovich (Mima), Stoyna y Petra (en los extremos), vestidas para el baile “Paloteo” y Carablanca, Dine Todorovich Marcovich.

 Circo de Miguel Todorovich, año 1930, archivo Pilar Ducci.

Posteriormente, Stoyna Todorovich Jorgevich (Lola), se casó con Juan Marcovich (Negro) y abandonaron el circo; Petra Todorovich Jorgevich nunca se casó por acompañar a su mamá viuda y a su hermano menor, Jacinto Mario Todorovich Jorgevich. Éste se casó con Julieta Lavalovich (Yuquina). Ambos realizaban la rutina del “baúl” y Mario además actuaba como tony (payaso) y cantante mexicano.

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 Mario Todorovich, Yuquina Lavalovich, Petra Todorovich, Stoyna Todorovich, Juan Núñez y los niños Tegualda, Guacolda, Valentín y Pantaleón (Gentileza de Danilo Todorovich).

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 Mario y Yuquina, gentileza de Danilo Todorovich.

Mario y Julieta tuvieron 5 hijos: Víctor César (Michel) tony Chispita, quien se casó con Lucrecia Marcovich Lavalovich (Chumby); Miguel Daniel (Danilo) tony Parachoque, que se casó con Angélica Marcovich; Zenobia de Lourdes (Yaya), malabarista casada con Banny Marcovich; Mario Dimas (Pin), casado con Fresia Marcovich y Gino Greco. La historia circense de ellos termina en la década del 70 cuando Jacinto Mario vende el circo y viaja con toda su familia hacia Argentina. Miguel Todorovich Marincovich está sepultado en Yerbas Buenas, junto a su madre Maria Marincovich, Rosa Jorgevich. Sus hijas Stoyna Tororovich Jorgevich y Petra Todorovich Jorgevich, están enterradas en Pelequén y Mario y su esposa Yuquina en Santiago, al igual que sus hijos Michel y Gino.

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FRAGMENTOS DE LA CONVERSACIÓN CON MIGUEL DANIEL TODOROVICH LAVALOVICH, DANILO:

“Yo era el tony Parachoque. Trabajaba con mi hermano Michel, el tony Chispita. Después, más grande tocaba la batería. La Yaya, mi hermana Zenovia hacía malabares con Peresoff. Recuerdo a mi abuelo Miai, (nombre en luderiaste que es Miguel en castellano). Mi mamá hacía el baúl diabólico, el cuplé vestida con traje suare y de maestra de pista. Mi papá, trapecio-guitarrazo, magia, el baúl diabólico, la cámara de los espíritus y tony Chispita. Él dejó de pintarse cuando el Michel empezó a pintarse. Cantaba, hizo el charro Marine y salía de mexicano a cantar”. “Mi tía Lola se pintaba de tony y hacía de maestra de pista. Ella fue la que pintó de payaso a Caluga. Mi tía lola y mi tía Petra bailaban Paloteo y Fricase y hacían grupo. A mi tío Stele lo vi haciendo el baúl. Mi abuelo Miai y mis tíos Laca, Juan y Gogue todos eran hermanos. Llegaron a Colombia y estuvieron muchos años en Perú. Mi tío Mitre era el Mayor de los hermanos, hijo de mi tío Gogue. Había dos Dines. Para distinguirlos uno era el charro Dine y mi suegro el rucio Dine. Mi tía Lola nació en Francia y mi tía Petra en Bolivia. El tío Juan y el tío Laca también nacieron en Francia. El circo de mi papá tuvo varios nombres, Lonwis, Gelsen, Bucarest como la capital de Rumania. Dejé de hacer el tony como a los 22 años”.

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FAMILIA TODOROVICH-MARCOVICH De acuerdo con lo informado por Salvador Todorovich (Chava), su abuelo Jorge (Gogue) Todorovich Marincovich, venía con su abuela Marisa Marcovich (Mursa) y sus hijos Mitre, Stele (Borrao), Miguel, Dine y Yuca. De esta rama familiar, sólo Stele que se casó con Nelly Medina, siguieron en la actividad circense, pero no dejaron descendencia. Jorge Todorovich Marincovich está sepultado en Melipilla.

FAMILIA TODOROVICH Lázaro Todorovich Marincovich (Laca) alambrista, se casó con Maruri (chilena) y tuvieron a Damián, Alicia y Estela, quien fue la única que quedó como gitana circense al casarse con Eladio Lavalovich. Chumby Marcovich Todorovich informan sobre la familia de Juan Todorovich y Ana Todorovich. Juan Todorovich Marincovich (Yoncha) nunca se casó. Tuvo compañeras, pero no hijos. Fué acróbata, músico y un reconocido fabricante de platillos de bronce, oficio que probablemente aprendió de padres o abuelos en el trabajo con metales. Está sepultado en Llay-Llay.

75  Juan Todorovich Marincovich, archivo de Pilar Ducci.

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FAMILIA LAVALOVICH TODOROVICHAna Todorovich Marincovich, era casada con Stane Lavalovich y sus hijos eran Stane, Stana, los mellizos Zoila (Chola) y Zoilo (Cholo), Juan Elías (Yova) y Victoria (Mima). Todos ellos cumplían funciones dentro del circo.

 Ana Todorovich, Stane, Mima, Cholo, Chola, Stane Lavalovich, Stana.

Stane Lavalovich Todorovich se casó con Elena (chilena). De esa unión nacieron Julieta (Yuquina), Esteban, Eustaquio (Guata) y Eladio. Yuquina Lavalovich, se unió con Jacinto Mario Todorovich Jorgevich. Esteban Lavalovich, trapecista-guitarrazo, con Tegualda y abandonó el circo.

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 Esteban Lavalovich, archivo Tegualda Nuñez Todorovich.

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Eustaquio Lavalovich, tony Guatapique, se casó con Blanca (chilena) de donde nacieron Edward, tony TinTin y Ñaña, quien después convivió con Teresa y tuvieron a tony Peluca, Nevenka, (contorsionista) y Bossa (tony). Los hijos de Guatapique siguen activos en circos de Brasil.

 Eustaquio (Guatapique) y Blanca.

 Bombilla y Guatapique.

 Nevenka y su hermano, el tony Peluca, archivo Nevenka Lavalovich.

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 Eladio Lavalovich y Estela Todorovich, archivo familia Andrich.

Eladio Lavalovich, trapecista-guitarrazo, casado con Estela Todorovich. De esta unión nacieron Eddy (contorsionista), Elena, Sandra (contorsionistas), Eladio (trapecio-paso aéreo), Mauricio (trapecista), Ivone (trapecista) y Paola. Eddy se casó con Juan José Marcovich Lavalovich, (Kiu, tony Zapallito), en la década del 70 y dejaron el oficio. Elena se unió a Luis Milla y sus hijos aún trabajan en circos europeos. Sandra se casó con Moisés Milla y sus hijas trabajan en México. Eladio abandonó el oficio siendo muy joven. Mauricio está en Brasil y ya no está en el circo. Ivone, se casó con Mario Cáceres (trapecista), pero dejó el oficio al separarse. Paola no ejerció oficio circense.

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Zoilo Lavalovich Todorovich (Cholo), se casó con Aspirina Marcovich. Nacieron Julupe Lavalovich Marcovich y Julieta Lavalovich Marcovich, bailarina en el circo. Victoria Lavalovich Todorovich (Mima), con José Luis Marcovich (Goyo). Juan Elías Lavalovich Todorovich (Yova), trapecista, acróbata y músico, fue un circense muy completo. Sus hijos: Sonia (trapecista); Jacqueline; Hugo (trapecista) y Toto (tony), dejaron el oficio cuando Eladio Lavalovich cerró su circo. Ana Todorovich Marincovich, Aspirina Marcovich, José Luis Marcovich, Milán, Stane Lavalovich están sepultados en San Fernando.

 Julieta Lavalovich Marcovich, gentileza de Torre .

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La familia Marcovich Stancovich, eran Milán, Ángel y Radovan. Milán Marcovich se casó con Stana Lavalovich Todorovich. Sus hijos: Conche, Aspirina y José Luis (Goyo). Aspirina se casó con Zoilo (Cholo) Lavalovich Todorovich. José Luis (Goyo) se casó con Victoria (Mima) Lavalovich Todorovich. Sus hijos fueron ocho: Ramon, Lucrecia (Chumby), Emilio, Juan José (Kiu), Pamela, Kolia, Jaime y Fresia. Los mayores tuvieron oficios circenses, pero los abandonaron luego de la muerte de su padre (información entregada por Eduardo Inostroza, Tony Cascarita y Chumby Marcovich Lavalovich). Dine Marcovich se casó con Iris (chilena) y tuvo seis hijos: Fanny, Nadia, Angélica, Banny, Antonio y Fadua. Sólo las tres mayores tuvieron una corta actividad circense como contorsionistas y bailaban (información entregada por Fanny Marcovich). FRAGMENTOS DE LA CONVERSACIÓN CON LUCRECIA MARCOVICH LAVALOVICH, CHUMBI:

“Mi nombre de chilena es Lucrecia Marcovich Lavalovich y de gitana soy Chumby. Mi mamá se llamaba Victoria (Mima) y mi papá José Luis (Goyo). Las hermanas de mi papá eran Conche y Aspirina, y los hermanos de mi mamá eran Stane, Stana, Cholo, Chola y Yova. La madre de mi mamá, la abuela Ana, era Todorovich. Mi papá siempre le cambiaba el nombre al circo. Me acuerdo que una vez le puso Hesen, como mi tío Mario. Mi padre hacia verticales, que eran como dos cuerdas marinas y trapecio doble. Incluso yo hice trapecio doble con él y con mi hermano Moncho, además de contorciones, baile y grupo con mis hermanas. Para bailar me anunciaban “Chumba La Negra, la Bailarina de Afrocubano”. Hacíamos la función solos. Me case vieja, a los 21 años con Michel Todorovich Lavalovich, hijo de mi tío Mario y de mi prima Yuquina. A los viejos le teníamos vergüenza y mucho respeto. Estaba casada e igual me mandaban y teníamos que obedecer. Tú eras igual que mi papá. No les gustaba la peineta. Por eso decían que tú eras hija de Goyo. Recuerdo que la que bailaba con el vestido de puros hilos era mi comadre Guaca, porque era muy delgada y le daba vergüenza salir solo con trusa. A mi tío Mario no le gustaba que en el circo anduviéramos de gurviata, teníamos que vestirnos de corto. Mi papá falleció como a los 36 años. Ninguno de mis hermanos siguió con el circo. Yo estaba casada y vivía en otro lado. Nosotros éramos independientes, pero el Michel nunca se quiso separar de su papá. Nosotros somos ludar”. (Entrevista realizada por María Elena Andrich).

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Los ultimos gitanos circenses en chile En la actualidad, existen cuatro hermanos Andrich descendientes directos de los primeros gitanos que han heredado la tradición circense hasta hoy. A través de entrevistas personalizadas a los miembros de esta familia indagaremos en su linaje, su historia y aporte al circo. Nos basaremos en sus relatos y testimonios para conocer los antecedentes de sus parientes y antepasados. Investigaremos su forma de vida, sus rutinas y cómo hacían para vivir con el circo en aquellos años. Investigaremos cuáles han sido las técnicas u oficios circenses característicos de la familia, los actos más destacados para develar sus habilidades y los hitos históricos más importantes de cada una de sus generaciones.

CARLOS ANDRICH MARINCOVICH De él tenemos escasa información, ya que es unos de los primeros que llegaron a Chile. Tras el fallecimiento de su mujer en el aluvión en Perú, Carlos Andrich Marincovich llegó a nuestro país viudo de Elena (Ica), con sus cuatro hijos pequeños: Ana, Maria, Shure y Carlos Segundo. Éste último sería el único que continuaría con la tradición circense de la familia.

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 Década de 1920. Archivo familia Andrich.

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 Ana Andrich,año 1922 vestida para su acto de contorciones, archivo de la familia Andrich.

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Carlos Segundo Andrich Marincovich, heredó el oficio y el arte circense de su padre, el cual desarrolló durante toda su vida. Fué uno de los gitanos circenses más relevantes de esta historia. Para conocer más de esta familia, entrevistamos a los hijos de Carlos Segundo Andrich Marincovich, quienes nos hablaron de su historia como descendientes directos de gitanos, que han seguido con la herencia y tradición circense hasta el día de hoy. Nos brindaron antecedentes para conocer los detalles artísticos de esta familia, saber cuáles fueron sus destrezas, sus números de circo, sus habilidades y los aportes más relevantes en el desarrollo del circo en Chile

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 Carlos Segundo Andrich Marincovich y su padre Carlos Andrich Marincovich, Década de 1940. Archivo familia Andrich.

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CARLOS SEGUNDO ANDRICH MARINCOVICH “Cuando fui a sacar carné, tenía 13 años y me preguntaron cómo me llamaba. Di el nombre de mi papá porque él siempre me dijo ´hijo usted se llama igual que yo´, así que él era Carlos y yo Carlos Segundo. Los dos teníamos los mismos apellidos. Incluso como ya tenía barba me aumentaron la edad. Soy del 22 y ellos me pusieron que había nacido en 1917”, recordó Carlos Segundo Andrich.

 Década de 1940, Archivo familia Andrich.

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Nació el 11 de Julio de 1922, aunque su documentación dice que fue en Cabrero, Chile, su hija nos comenta que en realidad el nació en un pueblito llamado Cutervo, Cajamarca, Perú. Durante su juventud se emparejó y convivió con varias mujeres.

 Filomena 1946.

 Maldi Año 1944.

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 Maria Ernestina. Año1969.

Gitanos circense

En 1946, se casó con Filomena Quiroz, matrimonio que no prosperó. Con ella tuvo un hijo, Carlos Fernando Andrich Quiroz en octubre de 1947. Posteriormente, en 1955, estando en la temporada de Lima, se emparejó con María Ernestina Cari (Tina Neira), quien fue su compañera hasta que falleció, en febrero de 1995. Con la artista circense chilena Tina Neira tuvo tres hijos: María Elena Andrich Cari (abril de 1956), Juan Carlos Andrich Cari (octubre 1959) y Petre Ángelo Andrich Cari (agosto de 1968).

 Juan Carlos, Maria Elena y Petre Angelo, Circo Ritmo Temporada de fiestas Patrias 1974 archivo familia Andrich.

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Gitanos circenses

Al poco tiempo de unirse con Tina Neira (alambrista), intentaron obtener su circo propio, pero como no tenían todo el material necesario para hacerlo solos, se asociaron con el señor Rosendo Tello. Al poco tiempo, pudo complementar lo que le hacía falta y lograr incursionar con su propio circo. En los años 1965-1966 cierra su circo para dedicarse a recorrer el país con “Carpa Show”. En septiembre del año 1973, vuelve a salir a itinerar con su circo hasta diciembre del año 1979, donde se cerró el circo de forma definitiva. Durante su época de empresario, el circo tuvo varios nombres: Circo Berlín, Múnich, Andrich y Circo Ritmo.

 CIRCO BERLIN. Carlos Andrich sosteniendo a su hija Maria Elena sobre la Escalera Plaza Ñuñoa, 1960. Archivo familia Andrich.

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 CIRCO RITMO. Petre Angelo, tony Ciruelita, junto al carro de la boletería, Concepcion, 1976. Archivo familia Andrich.

Gitanos circense

 CIRCO ANDRICH. Carro de boleteria El Quisco, 1975. Archivo familia Andrich.

 CIRCO MUNICH. Memoria Chilena, Biblioteca Nacional Valparaiso, años 60. Archivo Biblioteca Nacional.

“Carlitos” es conocido por su amplia y destacada trayectoria circense. Cuando niño sus primeras actuaciones fueron como payaso, como la mayoría de los niños en el circo. Él era el “Tony Pantallita”. Cuando joven se dedicó al trapecio, recorrió el país y viajó contratado a Perú. Hizo trapecio sencillo, de giro, quebrado y trapecio doble. Como trapecista trabajó en varios circos familiares hasta llegar al gran circo Las Águilas Humanas, donde estuvo durante muchos años. En el circo chileno, ¨Carlitos” es reconocido y recordado por el oficio de carpero y fabricante de carpas de circo. También se le conoció internacionalmente como El Rey de la Tijera”. Fabricó por muchos años las carpas de los circos más grandes del país, entre ellos, del circo Las Águilas Humanas. Dejó de coser cuando se convirtió en dueño y empresario de circo. Como hemos ido descubriendo durante esta investigación, podemos decir que ambos clanes, los gitanos y los circenses, tienen ritos y tradiciones. Con Carlos Andrich Marincovich, “Carlitos”, como buen gitano circense, su familia y sus compañeros cumplieron con todos los ritos mortuorios, cuando falleció. El velatorio duro tres días y hubo velas e incienso. Se puso junto a su cuerpo, todo lo que las costumbres indican: una muda de ropa, utensilios para comer, dinero (simbólico) y sus herramientas de trabajo. Como cirquero fue acompañado hasta su última morada por la tradicional murga, compuesta por una banda de músicos. En aquella ocasión le tocaron su canción característica “Moliendo café”. Con esa canción tuvo una anécdota en septiembre de 1960. “En una función por una emergencia, él tuvo que hacer de músico. Se puso tan nervioso que mientras tocó, sólo interpretó la canción ´Moliendo Café´. Hasta el día de hoy la tocan en las romerías circenses y cada vez que se escucha, no falta el circense que dice que ésa es la canción de Carlitos” relató su hija María Elena.

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En la actualidad, la familia Andrich está compuesta por los hijos de Carlos Andrich, a quienes conoceremos a continuación.

Archivo familia Andrich.

CARLOS FERNANDO ANDRICH QUIROZ

Nació el 11 de octubre de 1947 y tiene tres hijos: Carlos Marcelo, Víctor Mauricio (circense) y Paula Karina. Tres de sus nietos siguen la tradición circense como trapecistas y acróbatas. Al igual que su padre fue trapecista y hoy trabaja en la mantención del material de tela (carpa, cortinajes, fundas) en el circo Los Tachuelas.

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Fragmentos de la conversación con carlos fernando andrich: “Soy nacido en Curicó, cuando el circo pasó por esa ciudad el 11 de octubre de 1947. Mi abuelo Carlos Andrich, fue de los primeros gitanos circenses. Somos fabricantes de circo y trapecistas. Cuando tenía 4 años mis papás se separaron y lo primero que hice en el circo, como a los siete años, fue vender cabritas y después tocaba el bombo. Siempre toqué el bombo y lo hago todavía cuando nos toca ir al cementerio a un funeral.

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Los que tocábamos nos íbamos a una plaza o algún lugar central y tocábamos un par de piezas. Después lo hacíamos en una esquina, hasta que llegábamos de regreso al circo tocando. A los 12 años, ya hacia trapecio. A los 17 era capataz y pasadito de los 17, le ayudaba a hacer carpas a mi papá. Él cosía y yo le tiraba la costura. Me dormía tirando, porque él se amanecía cosiendo. Al tiempo después, empecé a fabricar yo, igual como también lo hizo mi hermano Juan Carlos. Usé la misma capa y las botas que utilizaba mi papá para el trapecio. Las tuve guardadas por muchos años y se las puse en el ataúd, junto con la aguja que usaba para hacer las carpas. Hice todo tipo de trapecios: sencillo, quebrado, de giro, esmeralda, trapecio doble y me subí a los vuelos. La primera vez que me caí, fue a los 12 años, cuando recién estaba empezando. A los 25 años me bajé del trapecio. El guitarrazo lo hacían unos tíos míos. Consiste en trapecio sencillo, luego le suben una silla, la colocan encima del trapecio, suben una guitarra y cuando está cantando, se tira y cae el trapecista y la silla, pero queda colgado de los pies tocando la guitarra y cantando.

 Eladio Lavalovich, haciendo trapecio-guitarrazo, archivo Pilar Ducci.

Un tío abuelo mío hizo verticales. Fue de los únicos que lo hizo. Eran dos cuerdas y se enganchaba una pierna en cada una y subían de esa forma. Recuerdo que vivíamos en camarines y cuando llovía hacíamos zanjas para que no se metiera el agua Íbamos con baldes y en la primera casa que encontrábamos pedíamos agua y permiso para pasar al baño. No existían las lavadoras ni había cocinas. Los más pudientes cocinaban en anafres y el resto en braseros con carbón.

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Eran tres o cuatro los que tenían un vehículo en el circo. Fue duro, se ganaba harta plata, pero no existían las comodidades actuales. En las casas rodantes de ahora, hay de todo. Yo tengo paneles solares en el techo. Se corta la luz y no tengo problemas. Ése es el circo de ahora. Antes se hacían hasta siete pueblos por semana. En esos años, en el ferrocarril había una rebaja del 50 por ciento para los circenses. Nos gustaba viajar en tren de carga porque armábamos hasta las camas arriba. Pero como no era permitido, unos viajaban como pasajeros y los otros, escondidos detrás de la carga. En el tren de carga se prendía el anafre o el brasero. A veces uno se hacía amigo de los maquinistas y avisaban cuando hacían cambios de carros. Otras veces, de improviso chocaba la máquina con el carro para engancharlo y se caía la olla con la comida y quedábamos sin almuerzo. Ahora los circos permanecen un mes, dos y hasta tres meses en un local. El circo ya no es trabajo, es veraneo. En la actualidad, me dedico a fabricar cosas para el circo, a reparar lo que se echa a perder. Somos muy nombrados en el ámbito circense. No tanto por la pista, sino por lo que sabemos de fabricar el circo. Nunca tuve dificultad en el circo por ser gitano. Sólo bromas, pero nunca me afectó. Hasta ahora, tengo amigos con los que nos hacemos bromas.

MARÍA ELENA ANDRICH CARI Nació el 12 de abril de 1956 y se tituló de Secretaria Ejecutiva con mención en inglés. Madre de Schlomit y Gabriel Ignacio. Dentro de su quehacer artístico, nos contó que ha trabajado en diversas actividades en el circo. Su primer oficio fue de ayudante de mago en el número de ilusionismo denominado la “suspensión”, que realizaba con su madre “Tina Neira”, donde era la persona que la maga “suspendía” en el aire. Posteriormente, fue contorsionista, bailarina circense, guaripola, maestra de pista (locutora-presentadora) y maga como su madre. Fuera de la pista, en el “Circo Ritmo” del cual era dueño su padre, realizó una labor administrativa, a cargo de la contabilidad y la boletería. Como en todos los circos, también realizaban temporadas en distintos lugares y todos los integrantes de la familia ayudaban y trabajaban. El circo se cerró en 1979. A continuación, el relato de su vivencia de esa época.

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María Elena en algunos de sus distintos oficios circenses.

 Año 1971 Bailando | Año 1974 Animando | Año 1975 Guaripola. Archivo familia Andrich.

“Como era un circo de familia, tenía que ser parte de las personas que armaban y desarmaban y acarreaba las cosas al camión los días del cambio. Era parte de las labores que debían hacer desde siempre las personas en todos los circos. Los niños recogían las cosas pequeñas, las mujeres se encargaban de las sillas y de la platea. Los varones de las cosas más pesadas, como acarrear tramos (gradas) para armar las galerías”.

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 María Elena leyendo las cartas. Archivo familia Andrich.

Al indagar sobre cuáles han sido los aportes de los gitanos al circo chileno, María Elena Andrich dice “las mujeres gitanas introdujeron el leer las cartas y muchas señoras de circo aprendieron esa técnica. Solamente la ocupaban en invierno, porque la vida era muy dura, las carpas de telas se llovían y eso signif icaba que a f inales de abril había que dejar de trabajar (...) entonces salían a ver la suerte para poder alimentar a sus familias”.

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Después del cierre del circo de su padre, María Elena tomó protagonismo en la labor admirativa. Desde diciembre de 1974, comenzó a perfilarse como gremialista. En la década de los 80 fue dirigente del Sindicato Circense. Dentro de sus gestiones, en 2011 destaca el reconocimiento que obtuvo el circo del Concejo Nacional de la Cultura y las Artes y su incorporación como parte de las Artes Escénicas. En 2016, también en su rol de dirigente circense, formó parte del grupo que redactó el reglamento de la Ley 20.216 de Fomento y Protección al Circo Chileno e integró el equipo que tramitó la Ley 21.026 que estableció que el primer sábado de septiembre se celebre el Día Nacional del Circo. Otra importante misión cumplida por María Elena en 2019, es su participación en la mesa de trabajo que redactó la Ley 21.175 de Artes Escénicas y la incorporación del circo tradicional en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile. Durante mucho tiempo fue la única mujer dirigente gremial dentro de las organizaciones circenses.

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 Cesar Antonio Basaure, Pedro Reinaldo Pontigo, Mario Ramon Aguirre, Guillermo Cartes, María Elena Andrich, Joaquín Gastón Maluenda, Abraham Lillo, Jaime Vásquez Leal, Joaquín Maluenda Campos. Archivo familia Andrich.

En los últimos años, el trabajo de María Elena Andrich para visibilizar y dignificar el circo tradicional ha sido fundamental. “Comencé las gestiones, como dirigente de la Asociación Gremial de Empresarios Artistas Circenses de Chile (EMARCICH), con el Ministerio de Bienes Nacionales para lograr que los circos chilenos puedan ocupar todos los terrenos del estado a lo largo del país de forma gratuita. Fui parte de las conversaciones con el Ministerio de las Cultura, las Artes y el Patrimonio, para que se firmara un acuerdo tripartito con la Universidad Alberto Hurtado y el Sindicato Circense. El objetivo: que esa casa de estudios superiores se haga cargo de la investigación participativa y de preparar el expediente que se presentará para postular el ingreso del Circo Tradicional en Chile en el Inventario del Patrimonio de la Nación.” Como socia fundadora de la EMARCHI y dirigente en su primer periodo, junto a los siete dirigentes de esa época fue organizadora del 1° Congreso Sudamericano de Circo. Como productora de eventos organizó la segunda versión del Festival

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Internacional Circense-Chile, que fue la primera versión que contó con jurados internacionales. Dentro de la conversación que sostuvimos, María Elena nos comentó que ha dedicado estos últimos quince años a la gestión cultural circense, labor que ha sido prolífica. Le gusta y le enorgullece lo que hace. En la actualidad, es parte del grupo de circenses que está trabajando en la investigación participativa para que el circo tradicional ingrese al Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile (PCI). Hoy por hoy, la tradición de gitanos circenses se ha ido perdiendo, porque la vida de circo es bastante sacrificada. “Los gitanos siguen siendo un aporte desde su área, pero no están dedicados a desarrollar este arte”. María Elena sostiene que las nuevas generaciones de gitanos no se criaron en el circo, lo que hace difícil que sigan con esa herencia. Una de sus hipótesis es que un grupo de artistas callejeros, saltimbanquis, de gitanos circenses, fueron los que le dieron el carácter trashumante al circo moderno. “Antiguamente, el circo era estable, había salas de espectáculos que eran de circo. Hay fuertes razones para pensar que eso de trashumar, se lo dieron los gitanos”, plantea. Al hábito de viajar de pueblo en pueblo, María Elena lo llama trashumancia, y hace la diferencia con la itinerancia. Para ella, el caminar de los gitanos y los circenses consiste en trasportar su vida y su hogar en el viaje. Con una importante trayectoria en la gestión cultural circense, María Elena ha sido un gran aporte para el desarrollo integral de circo chileno, consagrándola como una gitana circense destacada del país. En noviembre de 2021, fue nombrada Consejera de Artes Circenses del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.

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JUAN CARLOS ANDRICH CARI

Nació el 30 de octubre de 1959, tiene dos hijos, Paula Isabel y Carlos Aníbal, ambos Constructores Civiles. Él sólo cursó la Enseñanza Básica y a sus 14 años pasó a ser un trabajador más dentro del circo. Todos sus conocimientos - que son muchos y variados, dentro de sus oficios, los adquirió con el hacer. En una primera entrevista realizada para esta investigación, conversamos sobre sus orígenes, parientes y sus inicios circenses en chile, sobre lo cual, nos contó lo siguiente: “Mis conocimientos vienen de mis papás y de mis tíos. Recuerdo que cuando era niño, tenía varios tíos que eran empresarios, casi la mayoría eran más que artistas, empresarios. Sé que mis abuelos llegaron a América haciendo bailar un oso en las plazas y pasando el pandero. Después empezaron a hacer circo y se movilizaban en carreta tirada por bueyes. De ahí viene lo que es el circo gitano”. Dentro de la conversación que sostuvimos, nos comentó que uno de los aportes de la comunidad gitana al circo chileno, fue la incorporación de la música. Todos sus familiares eran músicos, viajaban con instrumentos e interpretaban nuevos estilos y ritmos musicales. “Aportamos a la difusión de la música en el circo, porque éramos músicos y gitanos andariegos, nómades”, señaló.

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Dentro de su vida y oficio de circo Juan Carlos Andrich ha tenido una trayectoria multifacética como todo circense. Ha desempeñado distintas actividades relacionadas al oficio. Al respecto, indicó que “en el circo he tenido que armar y desarmar, ser maestro de pista, anunciar, manejar, hacer propaganda, ser electricista y atender números de la pista, entre muchas otras funciones propias del circo”. En una segunda entrevista nos develó su interés artístico por el circo (diciembre 2020). “ Yo le pedía a mis padres que me enseñaran algún número, un alambre o algo más complicado. Me preguntaban que para qué quería aprender, si a los artistas se les contrataba. Que lo importante era la administración y saber cómo manejar el negocio. Tenían toda la razón, pero yo quería ser artista” Como vimos anteriormente, dentro del circo en Chile la familia Andrich es reconocida por la creación y confección de carpas de circo de forma artesanal. Este oficio, heredado por Carlos Segundo Andrich, padre de Juan Carlos, es conocido como el de “carpero”. Es un sello familiar heredado y mantenido en el tiempo hasta la actualidad, siendo el principal aporte al circo de esta familia de gitanos circenses. Al preguntarle cómo aprendió el oficio, Juan Carlos contó que “se trató de una herencia, porque fui ayudante de mi papá a los nueve o diez años. Le ayudaba a tirar la costura, a afirmar la lienza y la huincha para marcar y medir, le pasaba las tijeras y así fui aprendiendo. Nunca me enseñaron a coser, fue de práctica nada más. No hay teoría, no hay una escuela donde a uno le digan cómo tiene que hacer las cosas. Fue herencia de mi papá, a pesar de que no tenía mucha pedagogía. Él daba por entendido que uno ya tenía que saber. Aprendí de él las técnicas. Con un poco de matemáticas uno hace una carpa, pero las terminaciones las da la experiencia”. En la actualidad, Juan Carlos tras haber heredado el oficio de su padre, Carlos Segundo Andrich, uno de los carperos más destacados del circo chileno, ha continuado fielmente su legado, siendo hoy el último carpero gitano en Chile. Cada vez son menos los miembros de la familia que se dedican a la vida circense, por lo que no ha podido transmitir su herencia.

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 Juan Carlos Andrich, año 2017, Archivo Circo del Mundo.

Fragmentos de la conversación con juan carlos andrich, “Nací en Santiago el 30 de octubre de 1959 y tengo 62 años. Mis papás fueron los pioneros, gitanos que venían de Europa. Después que mi abuelo tuvo la tragedia en Perú, quedó mi tío Miguel a cargo de la familia. El aluvión se llevó a mi abuela y a los días después la encontraron y reconocieron por las botas que usaba. También se llevó al oso que tenían. A Chile mi familia llegó alrededor del año 1928. A los 9 años empecé con mi experiencia en la costura y a los 11 años ya era tirador profesional. Todos los costureros necesitan un tirador de costura para la repasada. La primera es con más precisión, pero en la segunda hay que hacer correr la máquina. Uno está al otro lado y hay que tirar mucho. A mi papá le gustaba usar carretes y había que enrollarle los carretes. Había 20 o más y con una máquina había que estar enrollándole los carretes no con mucho hilo. Él tenía su técnica cuando salían a marcar las carpas, los demás sostenían la lienza y yo como era el más chico, tenía que tirarla y soltarla para que quedara marcado donde tenía que ir la faja. Nosotros tuvimos el honor de reparar una carpa Canobbio, que son las mejores para el circo. Es el sueño de todo cirquero y nosotros las conocimos bien. Juventino Fuentes Gasca nos pasó una para repararla y aprendimos mucho y más encima nos pagaron.

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 Carpa hecha para la película “Hermanitos: Las aventuras de Lalo y Roberto”, año 2012. Archivo Juan Carlos Andrich.

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Hay mucha diferencia entre las carpas antiguas y las actuales. En las de ahora, uno une dos telas, las saca de la máquina y están listas. Antiguamente, después que estaba lista la tela había que relingarlas, es decir, pegarles el cordel. Para hacerlo había que darle la tensión justa y no reventarlas con el uso. Estaba el embarrilado donde se metían por entremedio del cordel los remates del empate para que no se torciera el cordel. Había que saber en forma exacta cuántas vueltas darle al revés para que el empate no quedara torcido. Las carpas antiguas tenían mucho detalle, las de ahora son más fáciles. Achicar una carpa es muy fácil, lo difícil es agrandarla. Acá lo hacían don Miguel Carrasco, un tremendo carpero que hubo en Chile y mi papá. A los 23 o 24 años hice la primera carpa. Mi papá le hizo una a un amigo de la familia, José Liborio González Palma (Remolino). Era una carpa de lona preciosa de cuatro palos, corte pluma, con picoreta, cúpula en la picoreta y doble corrida de cuartos, que debutó en General Velásquez. Luego, le hice yo una carpa azul a Remolino y de ahí seguí haciéndolas. Ahora, me dedico a hacerle carpas a las escuelas de circo en las municipalidades, desde las más grandes que son las del Circo del Mundo hasta las más pequeñas, especialmente para el sur. La última carpa de tela la hice para la película “Hermanitos”, sobre Lalo y Roberto Parra. La productora necesitaba una carpa antigua de lona, con palos de eucaliptos, no con tubo, ahí fue la última vez que hice una carpa en lona. Ninguno de mis hijos siguió mi oficio. Cuando muera esto se termina, porque soy el ultimo fabricante de carpas en forma artesanal que queda en Chile. A mí se me reconoce como el gitano de las carpas. Los gitanos hasta el día de hoy son muy machistas y en el circo también lo eran. Los hijos mientras no se casaban seguían trabajando para el padre, no importaba la edad que tuvieran. Mi papá fue trapecista y mi hermano mayor también, además de estar muy ligado a la fabricación de carpas. Por el lado de mi madre, hasta hoy son parte del circo. Hay payasos, trapecistas, empresarios, representantes, pintores, hasta personas que escriben libros y hacen trámites. De la familia de mi padre ya no queda nadie en el circo”. Antiguamente, había números típicos. Entre los gitanos había muy buenos músicos, números de trapecio, bailes y paloteo. Guitarrazo es un trapecio hecho por todos los gitanos, que somos muy cercanos a lo mexicano. Salían vestidos de charro, con bigotes, su guitarra y cantaban ´Manzanitas Coloradas´, ´Ojo Arriba Ojo Abajo´. Encima del trapecio había una silla y el trapecista estaba sentado equilibrándose. De improviso se tiraba para atrás y quedaba enganchado de los empeines y seguía cantando. Yo vi a mi tío Eladio Lavalovich haciendo el guitarrazo en el año 70. Era un número que sólo hacían los gitanos.

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Pienso que la familia con más trascendencia es la Lavalovich, porque hasta el día de hoy están vigentes, no en Chile, pero sí en Brasil, México y Europa. Después nosotros, mi hermano Nando que está con Los Tachuelas; mi hermano Ángelo que tiene su propio circo, y yo nacido y criado en el circo, pero que trabajo en otras cosas y miro el circo desde la platea. Creo que otro de los aportes de los gitanos al circo es ver la suerte. El que hacía magia, repartía la carta horóscopo e invitaba a los interesados a una atención especial al día siguiente. También veían la suerte y eso lo aprendieron de los gitanos, igual que el adiestramiento de animales y la música. Además, contribuyeron con el sistema de trabajo, el sistema itinerante, la forma nómade y sus números tradicionales como los que ya reseñamos. Quiero que quede para la historia el respeto por los gitanos, por lo que lograron en la parte circense. Había empresarios de circo gitanos muy respetados, que acá por la cultura sudamericana no es lo mismo que en Europa. Allá de diez circos ocho son de gitanos y son mirados de otra forma. Que quede eso, que haya un respeto hacia los gitanos que hicieron un gran aporte al circo. A mi se me reconoce como el gitano de las carpas”.

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PETRE ÁNGELO ANDRICH CARI Nació el 14 de agosto de 1968, se graduó como Técnico en Estructuras Metálicas y tiene dos hijas: Safka y Milenka. Cuando pequeño fue el “Tony Ciruelita”.

 Tony Ciruelita, 19 de septiembre 1974, gentileza de Petre Ángelo Andrich.

Es el dueño del Poderoso Circo Rodas. Continuando con la tradición familiar, su última gira antes de la pandemia fue por la carretera Austral, estando en pueblos como Puyuhuapi, Coyhaique y Aysén. Como buen gitano, también se dedica a la compra y venta de vehículos y chatarras. Va a remates y negocia todo tipo de artículos. Es vicepresidente de la Asociación de Empresarios Artistas Circenses de Chile, EMARCICH. Además, es socio fundador y vicepresidente de la Fundación Chilenos Circenses Unidos (CCU), organización formada por circenses chilenos repartidos por el mundo, cuyo objetivo es ir en ayuda de compañeros que estén pasando por  Poderoso Circo Rodas, Lago General Carrera, momentos difíciles. año 2020, archivo familia Andrich Gasaui.

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Fragmentos de la conversación con petre angelo andrich, “Tengo 53 años, nacido y criado en el circo tradicional. Vengo de una familia gitana circense normal, y hoy en día soy el único dueño de circo que va quedando en Chile. Mi familia proviene de Bosnia. Eran saltimbanquis, hacían bailar osos, tenían números ecuestres y con eso salieron de Europa huyendo de la Primera Guerra Mundial. Cruzaron el Atlántico, llegaron a México, se trasladaron a Colombia y luego a Perú. Ahí nació mi padre, Carlos Segundo Andrich y cuando tenía 4 años hubo un aluvión, falleció mi abuela. y a los 6 años mi padre entró a Chile” Los Todorovich, junto con los Lavalovich y los Andrich, llegaron juntos a Chile aproximadamente el año 1928. Mi padre tenía 6 años. Cuando pequeño, como todos fui payaso, entre los 6 y los 7 años. Entre los 10 y los 11 años, ya adquirí obligaciones y me convertí en el payaso “Ciruelita”. No era muy bueno, era como esas ciruelas verdes, dice sonriendo. Antes el circo era estable. Se hizo nómade porque vieron que empezó a bajar el negocio y como existían los saltimbanquis que iban de un lugar a otro, empezaron a imitar a los gitanos que trabajaban recorriendo Europa. Gracias a los gitanos el circo también logró ser nómade. De los Lavalovich, el payaso Guatapique trabajó muchos años en Brasil y Centroamérica. Un hijo de él vive en Bolivia. Edwards Lavalovich, (Payaso TinTin), trabajó largo tiempo en el circo de Orlando Orfei. Los primos de ellos eran hijos de mi tío Eladio, que fue dueño de los circos Real de Bengala e Italiano. Las hijas de mi tío Eladio se casaron con dos hermanos de la familia Milla Maluenda. Moisés se casó con Sandra y Luis con Elena. Eran trapecistas y partieron en 1986 a Brasil, luego a México y a Europa. Nunca más volvieron. En nuestra cultura, nos enseñaron que al mayor se le respeta. Nos criaron con eso y por la parte gitana y la no gitana, nuestros ancestros, nuestros viejos no van a un asilo. Se quedan con nosotros hasta el último día de sus vidas. Son los jefes y jefas, son lo más importante para nosotros y se les pide la opinión en todo. En la cultura gitana y la del del circo tradicional, respetamos mucho a nuestros viejos. Para mí es un orgullo ser hijo de Carlos Andrich, aún recordado y respetado. Es un honor, haber sido su ratón, su regalón, haber sido su conchito. Me siento totalmente orgulloso de mi sangre gitana. En la escuela nunca me dio vergüenza ser gitano. Soy gitano y voy a morir gitano. Para la gente del circo soy el gitano y no me ofende, al contrario, me enorgullece ser quien soy. 102

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Todos los hijos de Carlos Segundo Andrich aprendieron a coser carpas.

 Carlos Fernando Andrich. Archivo familia Andrich.

 Petre Angelo Andrich.

 Juan Carlos Andrich.

Los Andrich han sido una familia apegada desde sus orígenes al circo. Su aporte ha sido considerable para el desarrollo integral del gremio. En la actualidad, la contribución de Juan Carlos Andrich a las nuevas generaciones del Nuevo Circo, ha sido esperanzadora para continuar con el legado de esta familia. Desde la gestión cultural, el trabajo de María Elena Andrich ha sido ejemplar, posicionando al circo chileno en el lugar de Patrimonio Cultural Inmaterial, siendo fiel a sus raíces gitanas y luchando por conservar su historia, que hasta el día de hoy se mantiene vigente.

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Conclusiones

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Este afiche de la colección de Alexandre Bouglione refleja lo que queríamos mostrar al mundo exterior. Lo que se vive al interior del mundo circense y gitano, que por ser desconocido no es valorado en su verdadera dimensión.

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La imagen comprueba lo que el afiche tan románticamente quiere mostrar. La simbiosis entre el mundo gitano y los orígenes del circo moderno, como se denomina al espectáculo circense tradicional.

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Los gitanos se han destacado por ser un pueblo muy apegado a sus raíces y a su cultura. La música, la danza y todo su arte reflejan su cosmovisión, siendo mundialmente reconocidos como grandes artistas callejeros. En el mundo existe todo un misticismo con las mujeres gitanas, ya que son conocidas por el don de ver la suerte y por su gracia al danzar. Así, poco a poco, en todas las latitudes se va descubriendo esta nueva forma itinerante de realizar los espectáculos. Su legado ha dado la forma trashumante que hoy tiene el circo tradicional en el mundo. La nación gitana es un pueblo trashumante por excelencia y el circo ha tomado sus influencias y se ha nutrido de este estilo de vida desde sus comienzos, como resultado de esta investigación concluimos en la hipótesis que fue una compañía de gitanos saltimbanquis, acróbatas, artistas callejeros que se incorporó al circo ecuestre que era estable y le traspaso el concepto de trashumancia, lo que perdura e identifica al circo tradicional hasta el día de hoy. Otra cualidad del pueblo gitano transmitida a los circenses es la “resiliencia”. Se podría decir que es parte de la genética de los gitanos, la capacidad de dejar la adversidad, el sufrimiento, las tragedias, sepultadas en el pueblo anterior y viajar mirando hacia adelante sin volver la vista hacia atrás. Es la forma como se han levantado cada vez que los han hecho caer durante siglos de discriminación, sometimiento, persecución y hasta exterminio. A muchos les han arrebatado la vida, pero nunca han podido despojarlos de su dignidad. No hay gitano que no sea orgulloso de su raza. La investigación arrojó que los últimos gitanos circenses que quedan en Chile son los hermanos Andrich. Ellos además de pertenecer al circo, siguen y respetan las costumbres de su raza, especialmente sus ritos y ceremonias. Una de ellas son los biau (matrimonios) donde comparten por separado hombres y mujeres. Ninguno de los descendientes de los hermanos Andrich está relacionado con el circo. Todos siguieron estudios formales y hoy son profesionales en diferentes rubros. Cuando los hermanos Andrich pasen a otra dimensión, se extinguirán en Chile los gitanos circenses. Quedarán descendientes, pero ya no pertenecerán al mundo gitano y circense al mismo tiempo. Sin duda, los gitanos circenses han entregado un aporte significativo en Chile y en el mundo entero. El estilo de vida que en la actualidad conocemos del circo tradicional, tiene su raíz en la cultura gitana. El hecho de vivir en carpas y casas rodantes es un modo de vida aportado por los gitanos a los circenses.

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 Juan Carlos Andrich y Esteban Lavalovich. Tambien se ve en la imagen a “Moncho” y al Tio Pedro. Archivo familia Andrich.

 Estela Todorovich, “Chumby” Marcovich Lavalovich, Ma. Elena Andrich y Eddy Lavalovich.

Como resultado de esta investigación es que nos planteamos la hipótesis que fue una compañía de gitanos acróbatas, saltimbanquis, ursaris los que le dieron el carácter de trashumante al circo tradicional, ya que primeramente era solo ecuestre y estable y con la incorporación de una compañía de artistas callejeros se transformó en lo que hoy conocemos como circo moderno, esto ocurrió en Londres, Inglaterra el 9 de enero de 1768 ideado por Philips Astley. Descubrimos que hicimos una investigación inédita, porque encontramos estudios sobre gitanos y sobre circenses, pero no de gitanos circenses. Nos sentimos felices como equipo de ser pioneros en el tema y soñamos con ver en un futuro cercano muchos más trabajos como el nuestro. Esperamos que lo que escribimos en estas páginas pueda servir como incentivo y base a futuros investigadores en la materia.

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Anexos

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CUESTIONARIO Cuestionario que se le aplico a los entrevistados en Chile • ¿Cuál es tu descendencia gitana en el circo? • ¿Cuál fue la primera familia de gitanos circense en Chile? • ¿Cuáles son las principales familias gitanas circenses en Chile? • ¿Qué historias, anécdotas, personajes y relatos de gitanos circenses conoces? • ¿Qué técnica u oficio realizas o realizabas en el circo? ¿En qué otras tareas colectivas ayudabas? • ¿Tu familia se caracteriza por algo en el circo chileno? • ¿En qué se diferencian las familias gitanas a las otras familias de circo en Chile? • ¿Cuántas familias gitanas continúan con la tradición circense? ¿Quiénes se destacan? • ¿Cuál crees que ha sido el aporte de los gitanos al circo chileno? • ¿Cuál ha sido el mayor aporte de tu familia al circo chileno? • ¿Quién de tus hijos/as sobrino/as ha aprendido de la rutina/s que tu realizabas? • ¿Cómo era la enseñanza de ellos/ellas? ¿Cómo aprendían? • ¿Ellos/as han continuado en el espectáculo del circo? • Si no han continuado: ¿Cuál crees que son las razones para que los jóvenes gitanos se alejen de la tradición circense? • ¿Qué se podría hacer para que la tradición de las familias gitanas en el circo siguiera vigente? 112

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FAMILIA Integrantes de la familia Todorovich Marincovich que llegaron a Chile. Hijo 1

Esteban Todorovich Marincovich (no llegó a Chile)

Hijo 2

Carlos Todorovich Maricovich (viudo)

Hijo 3

Miguel Todorovich MarincovichRosa Jorgevich

Hijo 4

Jorgue Todorovich MarincovichMarisa Marcovich Maria Marincovich

• • • •

Ana Maria Shure Carlos

• Stoyna • Petra

• • • • •

Mitre Stele Miguel Yuca Dine

(Viuda)

Hijo 5

Lazaro Todorovich Marincovich

Hijo 6

Ana Todorovich MarincovichStane Lavalovich

• Stane • Stana

Hijo 7

Maria Todorovich Marincovich (no llegó a Chile)

Hijo 8

Juan Todorovich Marincovich

Los demás integrantes fueron naciendo en Chile.

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