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TEMA 5 • LA GUERRA CIVIL (1833-1840) 1.1. Significado Histórico del Carlismo 1.2. Desarrollo del Conflicto • EL Rà GIMEN LIBERAL 2.1. La división Moderados / Progresistas 2.2. funcionamiento del Sistema parlamentario • LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA 3.1. El sistema del Estatuto Real 3.2. La Revolución de 1836 y la Institucionalización del modelo progresista 3.3. la regencia de Espartero BIBLIOGRAFà A • VILLARROYA, T. “El estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837” • MARICHAL, C. “La revolución Liberal y los primeros partidos polÃ−ticos en España” • SECO, C. ”Militarismo y Civilismo en la España Contemporánea” • GULLà N DE MENDOZA, A. “La Primera Guerra Carlista” • CANAL, J. “El Carlismo: dos siglos de Contrarrevolución en España” 1. LA GUERRA CIVIL (1833-1840) 1.1. SIGNIFICADO HISTà RICO DEL CARLISMO A la muerte de Fernando VII, los intentos de sublevación se convierten en una rebelión en toda regla, que desemboca en una guerra civil. Para tratar de entender ese enfrentamiento, hay que enmarcar al Carlismo en su ideologÃ−a, por lo que se descarta que se trate de un enfrentamiento dinástico. Este es un elemento a tener en cuenta, el pretexto, pero pronto es superado, ya que sus raÃ−ces son más profundas, y es algo más complejo, porque el Carlismo no sólo defiende unos derechos dinásticos, sino que viene de más atrás, y no se limita a la muerte de Fernando VII, sino que es anterior, y va desde la Herencia Contrarrevolucionaria de España. Viene, por tanto, de atrás, y no termina ahora, ya que es un movimiento de larga duración, y asÃ−, va a haber nuevas acciones militares carlistas en el siglo XIX, y cuando deje de ser un problema militar, quedará la trayectoria polÃ−tica, entrando incluso en el siglo XX. Hay que destacar la especÃ−fica e inalterada localización geográfica, que es la zona del PaÃ−s Vasco y Navarra, la zona del Maestrazgo, y tiene ramificaciones al Norte de Cataluña, en Valencia y Castilla. Respecto a la sociologÃ−a, se trata de un movimiento interclasista, confluyendo en él una parte de la 1
nobleza, junto con el clero rural, que en su gran mayorÃ−a es Carlista, y resalta también la presencia de Sectores Populares, como los campesinos, que se alÃ−an a los defensores de los Privilegiados. Hay dos interpretaciones clásicas en torno a este tema: • La que explica la realidad por medio de los factores ideológicos • La que lo explica con razones socioeconómicas Se dice que el carlismo es un rechazo contra el Liberalismo, porque éste rompe con la forma de vida tradicional que tenÃ−a como eje la Iglesia y que estarÃ−a vinculada a las ideas, al margen de las relaciones socioeconómicas. Se trata de convivir en una sociedad en la que la Iglesia forma un factor fundamental, con lo que se crea una comunidad. Según las ideas de base económica, es decir, según las bases estructuralistas, no existirÃ−a la sociedad anterior, comunicada por medio de vasos comunicantes. Ahora se dice que la sociedad española con este problema es una sociedad de clases enfrentadas, y lo seguirá siendo porque se introduce la existencia de dos movimientos dentro del Carlismo. Por este motivo, no se puede hablar de un movimiento en que se encierre a todos, y eso se debe a que son distintos grupos y luchan por sus propios intereses, y asÃ−, los campesinos van a luchar en su beneficio, tanto materiales como de clase, con lo que se echarÃ−an al campo y cogerÃ−an las armas, y lo hacen como resultado de la decepción que ha creado el Liberalismo. Hay que añadir que la lucha no se limita a los campesinos, sino que entrarÃ−an más sectores, que acabarÃ−an en brazos de los carlistas como decepción que les ha supuesto el Liberalismo, que no responde a sus expectativas. El replanteamiento se ha hecho sobre pautas de sistematización, es decir, sobre la crÃ−tica que guarda relación con el proceso de Revolución en España, y se llegó a la conclusión de que no era tan timorato, y que pasó por varios momentos, entre los cuales, la Revolución Liberal mostraba su cara más agresiva, y asÃ−, los momentos de radicalismo fueron los primeros, cuando los campesinos se unieron al Carlismo, porque la Revolución Liberal no les afectó, no era radical. Partiendo de una realidad indiscutible, a la que no se la ha prestado atención, hay que achacar esta revolución a cuestiones geográficas, y por lo tanto, hay que conocer esta geografÃ−a, y explicarla en coordenadas igualmente especÃ−ficas, y asÃ−, en la zona Vasco-Navarra, los núcleos de resistencia son más fuertes, y asÃ−, a partir de allÃ− se pueden extender, por medio de muchas variables. De esta manera, no hay que confundir los grandes procesos generales con casos particulares de las distintas zonas. Entre esos elementos, hay que tener en cuenta los factores socioeconómicos, con la incidencia de determinadas coyunturas locales, pero sin grandes territorios. Se llega a comprobar cómo nos podemos perder en las grandes afirmaciones, como la pérdida de las colonias, que también pudo influir. Eso se va a ir revalorizando, y se debe completar con los factores socioculturales para tener en cuenta los elementos de base económica y social, y asÃ−, cosas que podÃ−an parecer etéreas y utópicas se pueden concretar en aspectos más aprehensibles. Este Carlismo va a tener unos lazos familiares muy arraigados, y por eso, va a pervivir más. Además, la economÃ−a de esas familias está presidida por la autosuficiencia, y el principio rector católico, por lo que son sociedades cerradas en todos los niveles, muy tradicionales porque no han sufrido unas transformaciones hacia la España Contemporánea. La propia región, que no ha avanzado, explica este tipo de sociedades. Se trabaja en la profundización del Discurso Carlista, que no es lo mismo que IdeologÃ−a. Mientras que el programa carlista se podrÃ−a conocer desde antes, no asÃ− el discurso, constituido por ese programa, y por los sÃ−mbolos, sitios, canciones y el acervo cultural, en el que se podrÃ−a encontrar el espÃ−ritu de comunidad entre populares y privilegiados. EL CONFLICTO Bà LICO
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En la guerra se diferencian tres etapas: FASE 1. hasta JUNIO DE 1835, cuando muere Tomás de ZUMALACÔRREGUI en el Sitio de Bilbao, que era el General en Jefe de los Carlistas. Se pueden señalar dos subfases que corresponden a: • Levantamiento carlista, que se produce inmediatamente después de la muerte de Fernando VII, cuatro dÃ−as después del 29 de Septiembre de 1833, cuando Don Carlos hizo pública su reivindicación al trono en el MANIFIESTO DE ABRANTES. Son partidas muy débiles sin un mÃ−nimo de organización, que no tienen eco en los cuarteles, por lo que están destinados al fracaso. Por eso, son sofocados y sólo van a quedar zonas de resistencia donde habÃ−a unas mayores raÃ−ces como son las del Maestrazgo y la Franja Vasco-Navarra. • Se organiza el ejército a partir de esas zonas. En esa fase, la iniciativa corresponde a los carlistas, que obtienen buenos resultados, castigando a las fuerzas militares, y recogiendo los materiales que consiguen con las huidas de aquellos, porque el Ejército Cristino no estaba aún preparado. La guerra se circunscribe a zonas agrarias de las áreas carlistas, y ni siquiera se produce en las ciudades, pero hay un momento en que estos Carlistas sienten la necesidad de buscar una gran ciudad, que va ser Bilbao, en contra de lo que pensaba Zumalacarregui, que preferÃ−a tomar Vitoria, que era un punto más débil. Al final, se impone la opinión de Don Carlos, que busca ese prestigio, por lo que busca los apoyos financieros del exterior. AllÃ− muere Zumalacarregui, y, desde entonces, los carlistas empiezan a perder poder • FASE 2. Octubre de 1837. FASE DE LAS EXPEDICIONES. El Carlismo intenta romper sus aislamientos y lo realizan mediante la táctica de las expediciones, y asÃ− recorrer partes del paÃ−s, tratando de distraer a las fuerzas liberales, y de este modo, aliviar la presión a la que estaban sometidos en el Norte, y de paso, que tropas pasasen a su bando los sectores más moderados del Absolutismo, con lo que se va a empezar a cambiar el Carlismo. ♦ Expedición de Gà MEZ, que atraviesa todo el paÃ−s llegando hasta Cádiz, y llegan a tomar alguna ciudad, como Palencia, pero su objetivo, que era ganar la guerra no lo consiguieron. ♦ Expedición REAL, que tuvo una mayor importancia, y su nombre se debe a Don Carlos, que tiene como objetivo no generalizar la guerra, sino que busca entusiasmar de nuevo a las poblaciones por las que pasó Gómez, y gana algunos apoyos, mediante la toma de posiciones y conseguir una solución pactada con la reina, negociar, ya que la reina tenÃ−a muchos problemas, pero esta expedición fracasa. • TERCERA FASE. Consiste en el declive Carlista, con profundas divisiones internas, y en donde se perfila una rendición, una transacción. En Agosto de 1839 se firma el Convenio de VERGARA entre MAROTO y ESPARTERO, con la victoria de Isabel II, pero con el respeto a los oficiales Carlistas, e incorporándolos al ejército de nuevo. La guerra continuará en la zona del Maestrazgo, con CABRERA, hasta que en Mayo de 1840 llega el General Espartero cuando toma la plaza fuerte de MORELLA. Rà GIMEN LIBERAL Este régimen se establece a la muerte de Fernando VII, y es el que va a obedecer todo el paÃ−s después de 1840. ese régimen consiste en una corriente ideológica cuyos presupuestos son los derechos del Individuo, es un sistema basado en la SoberanÃ−a Nacional, y caracterizado por una ley globalizadora, fundamental y previa, la Constitución, que no se puede modificar sin el acuerdo mayoritario de los electores, y los parlamentarios. El rey no decide cómo se participa en el proceso polÃ−tico, que es ahora inherente al ciudadano. Este nuevo régimen promulga la división de poderes frente a la concentración en el Antiguo Régimen, al igual que se va de la reglamentación al Libre Comportamiento. También se basa en la uniformización, es decir, que todos sean iguales ante la ley, y la búsqueda de un entramado polÃ−tico 3
administrativo centralizado, con vértice en Madrid. El Liberalismo, en realidad, no es un mundo cerrado, con una única interpretación, sino que hay dos corrientes claras y definidas, y eso es lo que se conoce como el Liberalismo Moderado y el Liberalismo Radical, o modelo Progresista. Eso significa que hay diferencias entre la teorÃ−a y la práctica, y las hipótesis siempre son teóricas. Las corrientes son liberales, aunque haya dos, y por eso, comparten la definición de Régimen Liberal. Ambas corrientes comparten el concepto de monarquÃ−a limitada, que consiste en la restricción de la participación en el voto, y sólo votaban los más ricos, los ciudadanos, que son aquellos que tienen cierta capacidad económica, con profesiones, riquezas y otros enseres, y por eso, va a ser una parte mÃ−nima de la sociedad. AsÃ−, el número de electores no va más allá del 4 o del 5% de la población. Sin embargo, estas dos corrientes no son iguales en sus planteamientos, hay diferencias: • Los Moderados defienden la soberanÃ−a compartida, y tienden a aumentar las prerrogativas de la corona. • Prefieren un parlamento bicameral, para que atenúen las situaciones. El senado era necesario para frenar los excesos del Congreso, y también para dar cobijo a la aristocracia. • Defiende la Confesionalidad del Estado, y son los que buscan una centralización en el PaÃ−s, con centro en Madrid. También defiende al Jefe PolÃ−tico, el Gobierno, que pone en contacto Estado con los municipios, y se crea un malestar, porque era Anticonstitucional, y las demarcaciones territoriales son los que sufren la gran cantidad de quejas. • Los moderados proponen en Distrito Uninominal, pero en el que se puede votar sólo a una persona, con lo que se está procediendo a la fragmentación de territorios porque tienen que votar a un único representante, con lo que se controla a varios elegidos, creándose el Caciquismo. • En economÃ−a suelen ser Proteccionistas, pero esto no es tan tajante como el resto de las caracterÃ−sticas. PROPUESTAS Los progresistas defienden la SoberanÃ−a Nacional, y tiende a disminuir el poder del voto. Hay que diferenciar entre lo que ellos buscan y lo que consiguen, ya que asÃ−, las diferencias están más matizadas, y va a haber un punto de partida diferente que permitió interpretar la ley según sus criterios. Los progresistas son partidarios del Mono-camaralismo, pero, al final, acaban aceptando la segunda cámara. Respecto al asunto religioso, los progresistas son partidarios de dividir el Estado, y el Clero, pero en la Práctica, aceptan el estado procesional, y esto lo hacen para ganarse al pueblo. Los moderados eran partidarios de una administración centralizada y jerarquizada, pero los progresistas son partidarios de la descentralización, aunque el sistema polÃ−tico no cambia, sino que fomentan la autonomÃ−a de los ayuntamientos, en vez de al jefe polÃ−tico. Al contrario de los moderados, lo que hacen los progresistas, es defender demarcaciones más amplias, la Circunscripción Plurinominal de Ômbito Provincial, que consiste en identificar la provincia con la Demarcación Electoral, que es más o menos el sistema actual. Los progresistas no van a ceder en esta cuestión, siempre con el ámbito provincial. Mientras los moderados son partidarios del Proteccionismo, y los liberales, del Librecambio, sin embargo, no todos se identifican con ello. Hay mayor flexibilidad con los modelos exteriores, pero tendrán su base en el proteccionismo. Cada una de estas formulaciones cuenta con las organizaciones partidistas, y se juega en el marco de un sistema parlamentario, con lo que estos dos partidos tienen idénticas posibilidades de llegar al poder. Ambos partidos van a tener acceso al gobierno, pero los tiempos son muy desiguales, y se puede concluir que en España no tienen la misma posibilidad de acceder moderados y progresistas, pero no esto se debe a que en España, el régimen funciona al revés, porque el poder de la corona y el funcionamiento electoral 4
hacen posible la paradoja de que el sistema funcione de arriba a abajo, ya que las elecciones no son el paso previo, no se elige un parlamento, y de ahÃ−, se nombra al gobierno, sino que lo primero es nombrar gobierno, que disuelve las cortes, y luego, se realizan las elecciones, que por tanto, gana el gobierno gobernante. La reina llama a la persona idónea, y las elecciones están completamente falseadas, que es lo más seguro. En estas condiciones la actitud de la reina es decisiva, porque elle elige la lÃ−nea a seguir. Esta actitud se puede simplificar en que es siempre invariable, una y otra vez se coloca en posiciones moderadas, nunca llama de manera voluntaria a los progresistas, con lo que se salen del sistema, pero llegan al gobierno con el pronunciamiento y el levantamiento popular. La corona va a claudicar, y en esos momentos, el progresismo reconduce la situación, introduce el levantamiento en la vÃ−a legal, y asÃ−, se restituye el sistema constitucional. Lo primero que hacen es disolver las Juntas que se crearon en momentos anteriores para que la reina tuviera miedo de que se repitiera la situación de 1808, y ante esto, la reina entregó el poder a los progresistas, que disuelven las juntas, incorporando a los hombres en el sistema administrativo normal. Luego, se convocaron Cortes y se elabora la Constitución Progresista, incorporándose cambios inherentes a los progresistas, aunque esto es mucho más teórico que prácticos, ya que con respecto a la corona, no son capaces de disminuir su poder, y va a conservar la atribución fundamental de encauzar el sistema polÃ−tico, por lo que pasado un tiempo, la reina se coloca en posiciones moderadas, con lo que hay una vuelta a empezar. 3. LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA En el Gobierno está CEA BERMà DEZ, que es el mismo que estuvo en el gobierno con Fernando VII. Cea Bermúdez es un representante del reformismo Ilustrado, del Despotismo Ministerial, ya que busca las reformas administrativas, pero apegado a las formas polÃ−ticas anteriores. AsÃ−, las reformas van a ser administrativas, con la creación de provincias con nuestras lÃ−neas actuales. En estos meses se hicieron las bases para el Centralismo, pero en términos polÃ−ticos existe un gran inmovilismo, pero esta situación no se puede mantener durante mucho tiempo, alejando del régimen a los liberales, que son decisivos para ganar la guerra, y la reina regente necesita este apoyo, por lo que se ve obligada a caminar en posiciones liberales. Al comenzar 1834, que es una etapa de transición, se nombra a MARTà NEZ DE LA ROSA como hombre fuerte, entrando en una etapa distinta. 3.1. EL SISTEMA DEL ESTATUTO REAL MartÃ−nez de la Rosa crea un Estatuto Real el 1834, que es un régimen de Carta Otorgada en el que deja el poder a la corona tal y como está, con lo que es conservadora y represiva con respecto a la de Cádiz, y se ve en que la Corona es la que sólo tiene derecho Legislativo, que es una iniciativa que las Cortes no poseen, y sólo discuten los proyectos que les llegan desde el gobierno, con lo que pueden poner enmiendas o rechazarlas, pero no pueden realizar una ley, y a lo más que pueden llegar es a pedir una petición a la Corona para que mande a las Cortes una petición a la Corona para que mande a las Cortes lo que quiere pedir. Las Cortes tienen dos cámaras: • CÔMARA ALTA, o de los PRà CERES, formada por los Grandes de España y miembros de la Aristocracia con cierta renta, han de tener cierto poder económico, no cuenta sólo que sean nobles. • CÔMARA BAJA, o de los PROCURADORES. Es elegido esto por los mayores contribuyentes, y se realiza por medio de una elección indirecta. El texto constitucional, de todos modos, valorado en las coordenadas temporales y cronológicas, llegó a ser un texto positivo y enormemente pragmática. Se puede tener una visión más positiva, teniendo en cuenta el momento. En un paso adelante, si vemos lo anterior, poco da el Estatuto Real, pero es que antes no habÃ−a nada, es un puente tendido hacia el Liberalismo, y el régimen de Carta Otorgada es algo caracterÃ−stico de la época, es un sistema que se sigue por toda Europa, como en Francia, que hasta 1830, ha tenido un régimen de Carta Otorgada.
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Por las circunstancias en el que se da el Estatuto Real, hay una guerra civil y se trata de aunar esfuerzos, para ganar la guerra y, por eso, se tiende puentes al liberalismo, pero evitando a sectores de la población que sin ser Carlistas son cercanos a esa frontera ideológica y pueden caer en él si se da un edicto excesivamente liberal. La oposición a este texto se va a dar con la Corona que va a hacerse no apropiada para las Cortes, es el ejemplo del derecho de petición que las Cortes pueden hacer a la Corona. No es mucho, pero se puede flanquear esa puerta para realizar peticiones a la Corona, y es una vÃ−a que van a aprovechar y se van a lanzar a hacer peticiones, con lo que en menos de un año, entre julio de 1834, y mayo de 1835 se van a aglutinar las peticiones a la Corona, y van a ser todo un compendio liberal lo que piden a la Corona, como la Desamortización, cuando se revalidan las ventas del Trienio, realizando una ley municipal nueva, con más independencia a las Cortes, pidiendo una milicia urbana. Estas peticiones no se van a llevar a cabo, y van a crear opinión y actúan como un factor de tensión polÃ−tica, y van a conseguir, que ante la mÃ−nima concesión, la situación estalle, lo cual era algo que tenÃ−a que suceder antes o después, porque no se puede mantener esta tensión creciente y por poco que parezca que se consigue es un hilo de donde tirar, por lo que se va a aprobar un reglamento para la milicia urbana, que a simple vista no tiene ningún fondo polÃ−tico ya que su función era la de proteger el sistema, pero se va a ver que hablaron e hicieron algo más, ya que esta milicia va a hacer una serie de pronunciamientos, y en verano de 1835, va a plantear, no sólo cuestiones liberales, sino también progresistas y a finales de 1835, se van a conseguir las consideraciones no sólo liberales, sino progresistas que se van a dar con la ley llamada del Voto de Confianza, con la que conseguir mayores recursos para la Hacienda sin subir los impuestos. La vÃ−a para modificar el Régimen polÃ−tico, del Estatuto Real se acrecienta a inicios de 1836, y en las Cortes hay un claro aumento de progresistas, pero lo que está claro es que este avance progresista se ve por la fuerte reacción que realizan los conservadores y la corona que se vuelve conservadora, y acto seguido, disuelven las Cortes, con lo que entran en una etapa mas restringida, por lo que se produce la reacción del Progresismo, que considera la hora de superar el Estatuto Real, y hacen una Revolución en toda regla en agosto de 1836. 3.2. LA REVOLUCIà N DE 1836 E INSTITUCIONALIZACIà N DEL GOBIERNO PROGRESISTA En agosto de 1836, se da el Gran Pronunciamiento de los Sargentos de la Granja y se va a volver a entrar en una etapa progresista. De 1835 a 1836 se da una revolución, cambia en 1835, pero no produce un resultado polÃ−tico, circunstancia que se va a cambiar en la Revolución de 1836. Con la Revolución de 1836, se supera el Estatuto Real, y se vuelve a la Constitución de Cádiz, se repara, y esta etapa supone un peldaño más, y se va a configurar el régimen del año 1837, con una nueva constitución. La Constitución de 1812 resulta excesivamente radical en estos momentos, por lo que necesita una reforma, y a ello se dedican las nuevas Cortes, que técnicamente, van a reformar las Cortes de Cádiz, y el resultado es una nueva Constitución que se aprueba en 1837, y esta Constitución está planteada como una concordia entre los sectores liberales y, debido a ello, se introducen unos cambios mas que fundamentales con la de 1812. Se va a sacar todo aquello que en Cádiz sobraba y se va a reducir el texto, esa importancia es por: • La aparición de dos Cámaras parlamentarias, esto se va a perpetuar en el tiempo y rompe con la fórmula del primer liberalismo, que era de una cámara. • Se introduce un cambio en el tipo de sufragio, entra un sistema liberal que tiene voto censatario pero directo, con lo que se olvidó, el sufragio indirecto que existÃ−a en Cádiz en 1812 y en el Estatuto Real. La constitución y su sistema, aunque se quiere que sea la unión de los liberales, no está bien estructurada, y frena las pretensiones progresistas por el ambiente de guerra, pero esta no es la única razón porque tiene la oposición de los moderados porque ellos no han colaborado.
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Otro elemento es que la actitud de la reina es negativa, colocándose en posición conservadora, ya que serán los propios moderados los que gobiernen mas tiempo. Al final, estalla la situación, y esto ocurre en marzo de 1840 cuando el gobierno elaboraba el proyecto de Ley Municipal, que frena a los progresistas, son las leyes de los ayuntamientos, y los moderados adaptan esta ley a su propio planteamiento, y es por ello que los progresistas se quejan. Este proyecto prevé que los concejales sean elegidos por los mayores Contribuyentes, y no por todos los vecinos, y prevé que los ayuntamientos tengan funciones deliberativas, pero no ejecutivas, ya que éstas las tiene el ALCALDE, que es designado y no elegido, en el caso de los municipios más grandes. A esto se oponen los progresistas apelando al poder local, y se lanzan a la acción con un modelo insurreccional. Es decir, se levantan los ayuntamientos y las asambleas, pidiendo la prohibición del proyecto, y la dimisión de la regente, lo cual empeorará con la insubordinación del Ayuntamiento de Madrid, que lleva a la Guerra una justificación de su actitud, y, pidiendo que se disuelvan las Cortes, que se forme otro tipo de gobierno, pero esto no lo consiente la reina. Su respuesta es enviar al ejército, pero el hombre encargado de sofocarlo es ESPARTERO, que se niega a hacerlo, con lo que se pronuncia, y con ello, la situación da un giro grande, alentando al movimiento de rebeldÃ−a, y eso conduce a su propio nombramiento como jefe del Gobierno, lo cual consiente la Reina. Además, le deja en libertad para que escoja a su equipo de gobierno, que va a ser progresista. Espartero lo hace, y envÃ−a a la regente un programa de Gobierno, en el cual se pide que no se aplique la Ley de Ayuntamientos, que se disuelvan las cortes, y que se acompañase en su regencia con hombres de Estado, es decir, que compartan la regencia, y lo hace de una forma en la que no pueda negarse, es decir, gracias a la insistencia de la Opinión Pública. Los progresistas no estaban dispuestos a aceptar un no por respuesta, y MarÃ−a Cristina abandona la regencia en Octubre, la cual pasa a manos de Espartero. LA REGENCIA DE ESPARTERO Sus tres años de regencia son una pérdida de apoyos hasta 1843, cuando se queda solo, porque se granjeó la enemistad de todos. Cuando llega as la regencia, deroga la Ley de Ayuntamientos, pero cara a mantener las formas, la decisión de derogar una ley que fue aprobada en las Cortes puede crear inquietud. Espartero tarda en reunir las Nuevas Cortes porque hay cuestiones que resolver, que hacen que no se pueda hacer apresuradamente. El problema, es que se ha de dar forma legal a la Regencia, ya que si falla el regente, el Consejo de Ministros se puede encargar de ello. Espartero, como jefe de Gobierno puede hacerlo, pero se necesita la aprobación de las Cortes. Hay la posibilidad de que la regencia sea de 1, 3 o 5 personas, y este asunto despierta heridas entre los diversos sectores. Hay gran división entre los partidarios de la Regencia Trina, los Progresistas, y la Unipersonal, que era mucho menos defendida, y no cuenta con el apoyo de la mayorÃ−a. Al final, se decide la regencia Unipersonal, pero se abre una brecha entre Espartero y los sectores que le auparon a lo más alto, y eso se va a ir agrandando, a propósito de la creación del nuevo gobierno. à l ya no es el máximo responsable, pero saldrá una persona muy afÃ−n. Se va a primar sobre todo a los militares, y se prohÃ−be a los progresistas trinitarios, con lo que pierde tanto a moderados como a progresistas. Su enfrentamiento con los moderados tiene que ver con la tutela de la Reina-Niña, porque Maria Cristina no puede serlo, y se la entrega a ARGà ELLES, contando con el apoyo de los progresistas, pero en contra de los moderados, que apoyan a Maria Cristina y pasan a la Acción en 1841, y van a sucederse levantamientos de los conservadores, como el clero. Será sofocado rápidamente, pero tienen unos costes polÃ−ticos. Se relaciona directamente con un tercer momento de oposición, que es el FORALISMO, porque Espartero quiere recuperar el apoyo del progresismo, y se echa en manos del progresismo más radical. Eso lleva al desmantelamiento de la condición foral formada años antes. Espartero, obligado a reprimir estos levantamientos, el régimen se hace más autoritario. También hay oposición en Cataluña, en 1842, cuando en Barcelona hay un levantamiento popular por razones socioeconómicas y catalanistas. Hizo falta que Espartero se trasladara a la Ciudad Condal para reprimir la sublevación, aunque se produce un bombardeo sobre Barcelona. Desde comienzos de 1843, los descontentos se han multiplicado, con actividades muy diversas, y él 7
continua con muchas medidas. En su contra se firma coaliciones que polÃ−ticamente eran imposibles solo para acaban con Espartero, y asÃ−, va a acabar su gobierno y el paÃ−s, entrando en otras fases.
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