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Guerra de la Triple Alianza INTRODUCCION El presente trabajo constituye un esfuerzo sistemático por abarcar en una obra de conjunto los complejos y múltiples factores que, de modo mediato e inmediato han concurrido a precipitar la Guerra de la Triple Alianza. El suceso de los acontecimientos se relata de la misma forma en cualquiera de los libros que han sido investigado pero la interpretación que se le da a estos acontecimientos varía de acuerdo a los distintos autores, así también varían las visiones de éstos hacia los protagonistas de los hechos y sus objetivos. Por medio del análisis, el estudio, la comparación de las distintas versiones de los hechos presentados por los diferentes autores; cada uno puede imaginarse lo que realmente sucedió y lo que hasta hoy no puede ser contestado: ¿Por qué?, ¿Cuál fue el verdadero motivo que empujó al Mariscal López a esta trágica guerra cuya consecuencia fue la devastación de toda una nación?. No pretendemos hallar culpables, el único fin de este estudio es profundizar nuestro conocimiento acerca de las causas posibles de la Guerra de la Triple Alianza, y todo lo que a ella se refiere, se da gran importancia a los antecedentes de ésta ya que estamos buscando una clave que nos explique o nos haga concordar ciertos aspectos en los que difieren los diferentes autores. Tratando de explicar estas posibles causas, nuestra investigación sobre la guerra en todo momento trata de penetrar y encontrar dentro de la forma de ser y de pensar del Mariscal Francisco Solano López la respuesta a tantas incógnitas, no es su vida lo que nos interesa, sólo aquella parte que se relaciona con los antecedentes y el desarrollo de esta guerra que para muchos fue inmotivada, o podía ser evitada; ya que como consecuencia de ésta fuimos condenados a la pobreza y el atraso. También buscamos exponer ciertos datos que durante muchos años fueron errados, o en algunos casos desconocidos acerca de la guerra, y que varían según los diferentes textos estudiados. FRANCISCO SOLANO LOPEZ Desde la óptica de Juan Crisóstomo Centurión, contemporáneo de López; en su libro "Memorias o reminiscencias históricas sobre la Guerra del Paraguay", testigo y protagonista de los acontecimientos de la época podemos concluir que este nunca pudo superar la acentuada ambivalencia que sentía hacia la figura del Mcal Francisco Solano López a quien vio como encarnación del sacrificio supremo que toda patria pide a sus hijos y también anoto con amargura rasgos despóticos, mezquinos y una idea exagerada de su propio rol como líder del estado. Su educación Europea le había permitido a Centurión armarse de una visión critica de las cosas que lo empujo a estudiar a fondo las causas de la guerra y las circunstancias que rodearon las primeras decisiones bélicas del Gral. López. A estas Centurión las encuentra francamente deplorables. López no estaba en condiciones de llevar adelante una guerra ofensiva. Los recursos humanos y logísticos de su atrasado país no lo permitirían. Y por si todo fuera poco , el sistema personalista y excesivamente centralizado del mando político−militar, no podía augurarle halagos al futuro guerrero paraguayo. La sucesión desconcertante de errores paraguayos en el primer año de la contienda, en la que la falta de preparación militar del Brasil y la Argentina le permitió a López una cierta iniciativa, iba del campo diplomático al estrictamente militar con las expediciones a Uruguayana bajos jefes que en realidad tenían jerarquía y mandos subalternos de facto, configuraba la hora mas negra de la conducción paraguaya de la guerra. De un zarpazo, en una operación sin sentido ni objetivo realizable, López pierde todo un ejercito. Por su capacidad económica y demográfica suponiendo que en Uruguayana se venciese a los ejércitos argentino y brasileño, estos piases fácilmente podían armar y entrenar varios mas. Un gobernante sin diplomáticos ni diplomacia, que apenas se manejaba con "agentes confidenciales personales" en lugar de diplomáticos residentes profesionales, no podía abrigar la esperanza de comprender muy a fondo las realidades políticas del mundo exterior. Anteriormente, el Gral. 1
López había cometido el error de mediar en el Pacto de San José de Flores, entre la Provincia de Buenos Aires y la Confederación de Provincias del Exterior. Con la ayuda de López la Argentina intenta unificarse bajo la hegemonía porteña. Si la guerra, como afirman los apologistas de López, era inevitable, ?que hacia el comandante de nuestro ejercito en un rol protagónico unificando a su futuro enemigo?. Centurión, que tuvo activa participación en la campaña que ocupara el puerto de Corrientes por poco tiempo, se siente desolado al examinar los primeros pasos bélicos de López y prácticamente condena cada paso tomado por el Mcal. incluyendo los severos castigos en el terreno de la derrota. Centurión en él consigna todo lo que a su criterio era repudiable y reprensible en el comportamiento de Mariscal−Presidente y en el sistema que lo encumbro y mantuvo en el poder. A las penurias psicológicas pronto seguirían sufrimientos físicos, "el que por cualquier motivo no estaba mas en la gracia y en el buen concepto del Mariscal, vivía aislado: todo el mundo le huía, lo miraban de reojo y le despreciaba". Una muestra de compasión cualquiera hacia el ciado en desgracia era tomada por el Mariscal como causa con el reo y las declaraciones eran torrenciales, "El delator era tenido por el mas leal y adicto ciudadano, y de consiguiente premiado con demostraciones de aprecio y consideración". El Mariscal López, cuyo egoísmo y desconfianza no tenían limites, observaba la mas rigurosa reserva en todas sus determinaciones y cuando tenia el buen humor de hacerlas saber, no era nunca en busca de nuevas luces o de mejor parecer (puesto que él estaba en la firma creencia que ningún otro en el país era capaz de concebir mejores ideas que las suyas), sino mas bien para tener la satisfacción de escuchar los elogios y lisonjas que le hacían los aduladores que le rodeaban. La megaloma Lopizta parecía no tener limites: "Las columnas de los periódicos salían llenas de artículos insulsos y fastidiosos que casi no tenia otra coma que alabanzas a su persona, advirtiendo que no se publicaba una línea sin la previa censura de él". Nada de lo que afirma Centurión sobre el sistema Lopizta puede ser desmentido categóricamente y distintos testigos presenciales corroboraron sus afirmaciones, algunos incluso con mayor rigor que el de Centurión en cuanto a condena. Es que el periodo cubierto por el volumen es el de mayores desaciertos y escasisimas hazañas. No se sabia nada aun del Tratado Secreto de la Triple Alianza, el mas eficaz de los instrumentos de propaganda de la causa de López, ni los aliados habían aun comenzado su campaña de crímenes de guerra que incluía la decapitación de oficiales y tropas una vez rendidas en el campo de batalla. En comparación a tales monstruosidades hasta López y sus crueldades contra sus propia gente parecía inocuo. Asentada la condena de la figura de López, sin embargo, Centurión también encuentra en él características de humanidad y heroísmo. Y así se alimentara la eterna dialéctica paraguaya con relación a López y se acentuara la ambivalencia que hoy ya no es solamente de Centurión, Fidel Maíz y otros que vivieron y combatieron bajo su mando, sino que es compartida por toda la ciudadanía , a excepción de aquellos que por motivos políticos o personales se esmeran en presentarlos como una caricatura grotesca de maldad insuperable o como un compendio inmejorables de virtudes cívicas. No existe aun en idioma alguno una biografía definitiva de López y posiblemente no haya nunca, a pesar de su importancia clave, dado que en la América Hispánica la historia de las naciones inventada por su clase dirigente es generalmente la biografía de sus gobernantes. La propia Primera República Paraguaya de los dictadores que duro entre 1813 y 1869 no tiene otra historia que el recuento de las existencias de sus absolutistas gobernantes. El problema de López, que surge al intentar estudiarlo como sujeto de una biografía no es simple, su verdadera motivación al desencadenar la terrible guerra permanece en el misterio, pues si bien se tiene amplio material fragmentario, el rompecabezas que emerge carece de al mismo tiempo de algunas piezas y en ciertos aspectos las originales sobran. En él hay una mezcla inédita para el Paraguay de excesivo orgullo y sed de gloria militar con la incapacidad de discernir la carencia real de medios. se siente defensor de su "causa americana" que ni existía entonces ni aun hoy. Francisco Solano López, quien se lanzo a una guerra de exterminio en nombre de un "equilibrio de poderes regionales" que no podía existir sino en su mente, cuyo contenido total, como bien nos documenta Centurión , recibía constantes y calurosos aplausos del siempre numerosos de adulones y cortesanos. Y así, cuando a punto se esta de envolver a toda la figura de López en un manto de condena, aparecen los asientos de la otra columna contable. Su egoísmo de otrora, en medio de la contienda se convierte en sus supremos altruismo, pues conocedor que el futuro solo le depara sacrificio, no rehuye sino; es mas, hasta lo desencadena. Y este acto de desprendimiento, que siempre bordea lo grotesco, pues innecesariamente hace fusilar a sus familiares mas íntimos, creyéndose el paladín de una justicia veramente "ciega", aunque en esos actos solo logre demostrar una arbitrariedad desmedida y una crueldad inusitada, le sirve a López de expiación ante propios y extraños. 2
Era un caso donde en el propio pecado se hallaba gran parte de la penitencia y la absolución por la horrible pertinacia del protagonista. A pesar de haberse inmolado en el desenlace de la guerra que él iniciara y de haber conducido a su país a la ruina, López fue el "ganador moral" de la misma mucho antes de que los cronistas deportivos acuñaran la frase. La contienda apenas sirvió para exacerbar las terribles limitaciones en todo orden dentro de los emergentes estados−naciones de la América del Sur. El académico norteamericano Harris G. Warren confeso, que un siglo de estudios científicos había sido incapaz de mejorar las conclusiones sobre la guerra y López aparecidas en el respetado periódico porteño en lengua inglesa The Standard a escasos nueve días de la muerte del Mariscal Presidente. "Si la vanidad y la ambición provocaron la guerra que ha concluido en el Aquidabán, la imbecilidad y la intriga la habían prolongado... La victoria ha sido adquirida a un precio tan elevado y ella sugiere reflexiones que en cierta medida roba a la victoria su gloria y a la derrota su humillación. El extraño que intente estudiar esta guerra memorable a pesar de todas las atrocidades acumuladas a las puertas de López encontrara mas difícil admirar la brillante táctica de los aliados que la inmutable tenacidad de Solano López... En consideración a este punto, que ahora con calma podemos examinar con imparcialidad, pero no con indiferencia, una dificultad surge − aquella de dilucidar con precisión el objetivo de López al invitar − una lucha que significo su propia destrucción y la de su país. Algunos escritores políticos urgen persuadir que era apenas el resultado de la vanidad y la ambición personal, pero parece luego de un análisis mas intimo del estado de las cosas al romperse las hostilidades, que López fue menos la víctima de su concupiscencia de conquista que de las circunstancias de entonces que él permitió lo llevaran a la vorágine final". Una vez iniciada las batallas, las cavilaciones concluyeron y los paraguayos liderados por López se aprestaron a defenderse contra el "invasor". Pronto se olvido que fue López quien la causara y este encuentra su reivindicación ( realmente valida solo a medias ) en la publicación del Tratado Secreto de la Triple Alianza, firmado el 1º de mayo de 1865 posterior a las declaraciones de guerra de López al Brasil y a la Argentina e incluso algunas incursiones militares a territorios de esos piases. Desde su acceso al poder, a la edad de 36 años, López fue tallándose posiciones limites para si mismo y se embarco en el reparto de ultimátums hasta que, como si la cosa mas natural del mundo, tenia en su mano una guerra de exterminio cuyo resultado fue fiel a su denominación. Antes de cumplir sus 44 años, López, ejecutor de su propio slogan, no habiendo podido vencer, había muerto de modo prometido en sus arranques de patriotismo. Ninguno de los muchos que alegan tenerlo como paradigma de comportamiento ha sido capaz de emularlo hasta la fecha. SEMBLANZA DE SU PERSONALIDAD Efraim Cardozo en su libro: "Apuntes de Historia Cultural del Paraguay", nos dice ... Solano López poseía una personalidad poco común. Era, sin disputa, el hombre mas ilustrado del Paraguay y también el mas experimentado en las cuestiones de Estado. Se debe también al Padre Fidel Maíz, que mucho lo conoció, la siguiente semblanza: "Todos los que han tenido que tratar y escuchar a López no podrán menos que confesar que poseía una vasta preparación en todo genero de conocimientos. Sus correspondencias y notas diplomáticas prueban que era capaz de desempeñarse con habilidad y altura, sin que haya tenido ningún consejero superior a su talla. Poseía una gran facilidad de expresar sus pensamientos por escrito, y todavía mas, para producirlos a la voz, y entonces, con elocuencia casi conmovedora, en ocasiones arrobadora, arrastrada a sus oyentes. Esto principalmente en su arengas militares, sea que hablase en castellano, sea que lo hiciese en guaraní, idioma que mucho estimaba, hablándolo con especial agrado y hasta con elegancia... De modales cultos, jamas se lo oyó proferir palabras groseras o epítetos injuriosos; de animo siempre reposado, dominaba en el, el estoicismo, aun en medio de los mas inesperados contrastes y en presencia de las mas funestas decepciones y fracasos por los que tuvo que pasar fatalmente. Hombre de rara firmeza en sus resoluciones, sin vacilar entre obstáculo alguno, obraba con decisión, afrontando hasta lo imposible. 3
Apremiado en tales transes, su expresión favorita era esta: "La copa esta servida... es preciso beberla!". IDEOLOGIA POLITICA DEL NUEVO PRESIDENTE A Solano López no se le escapo que el pueblo anhelaba la reforma constitucional y que ella le hubiera reportado prestigio dentro y fuera del país. Confeso, años después, a Juan Centurión, según este en su libro: "Yo pudiera haber sido el hombre mas popular, no solo en el Paraguay, sino tal vez en toda la América del Sur. Para llegar a serlo nada mas hubiera sido mas fácil que promulgar una Constitución. Pero yo no lo he querido porque no deseo la desgracia en mi patria. Cuando leo las Constituciones de los piases vecinos, me quedo extasiado al contemplar tanta belleza, pero cuando del papel vuelvo la vista hacia la practica, me quedo horrorizado". Pensaba como Francia y como su padre en 1854, sin haber acompañado a este en su evolución posterior. Consideraba que cada país tiene "su peculiar modo de ser o de marchar", y que el orden publico y la tranquilidad reposaba en el Paraguay sobre "los hábitos de su misión y respeto a la autoridad", según explico en una carta a Moreira de Castro. Proveniente de las filas del ejercito, su creación y orgullo principal, veía en él − según lo expreso en su Proclama inaugural − "el ejemplo practico de la subordinación y fiel observancia de las leyes y el sostén de nuestros sagrados derechos". En ese mismo documento manifestó: " Es posible que ningún país alcance su felicidad sin que le animen sentimientos de justicia, orden y moralidad. Paz, unión, concordia, son los fundamentos mas sólidos de nuestro porvenir y engrandecimiento. Al abrigo de esos sanos principios cultivara nuestra patria el árbol de la libertad, y ajenos a la ardua discusión de los principios abstractos de la política agrupémonos frente a su altar para trabajar por el bienestar general". GOBIERNO • TENTATIVA DE REFORMA POLITICA Pronto el país advirtió que no se admitiría ningún genero de reformas ni siquiera que se las propusiera. El Rector del Seminario, Padre Fidel Maíz, nos cuenta Efraim Cardozo en su libro " Apuntes de Historia Cultural de la Sociedad", encabezo un movimiento para mejoras las instituciones políticas. El docto sacerdote y otros ciudadanos fueron a para a la cárcel, acusados de promover una "revolución social, moral y política", que con la base y palanca del clero, debía obrar "sobre el bello sexo, las masas sencillas de la población, sobre las autoridades de la campaña y del Ejercito y luego refluir sobre las altas clases de la sociedad", según denuncio "El Seminario". Muchos años el Padre Maíz explico los sucesos: "Yo conocía bien a fondo el carácter del general López, y el poder omnímodo que iba a embestirse al ser electo Presidente de la República; y por eso mismo deseaba una Constitución que le quitara las facultades absolutas y pusiera frenos a las posibles arbitrariedades. Conocía también como había sido mimado desde la mas temprana edad: acotó también que cuando apenas tenia 15 años, cuando ya Coronel organizo la guardia nacional, y de 17 años, cuando accedió a General de Brigada, Comandante en jefe del ejercito paraguayo en operaciones fuera del país; en seguida Ministro de Guerra y Marina... Aquel joven militar, mandatario supremo de la edad, con la conciencia de su dignidad y el mayor celo del orden publico, mal podría transigir con ideas alguna que pudiera traducirse, pero ni lejanamente, en una oposición a su persona, mucho menos al sistema establecido de gobierno. Y en tal sentido fue tomando cabalmente su deseo de hacer una nueva Constitución que estableciera la independencia de los tres poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial". ANTECEDENTES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA • EL PARAGUAY Y SUS VECINOS Según el testimonio del ministro americano acreditado en Asunción, el Señor Charles Ames Washburn en su libro: Historia del Paraguay con Notas de Observaciones Personales y Reminiscencias de la Diplomacia en Dificultades, se describe a Francisco Solano López como desafiando a muerte a Brasil, Argentina y Uruguay, que se unieron en legítima defensa contra el demente que, a semejanza del viejo de la montaña, el primer asesino, aterrorizó a su propio pueblo para reducirlo a la sumisión abyecta, y luego lo explotó en una 4
expedición depredadora contra sus vecinos. El hecho patente de que la figura de Francisco Solano López se destaque heroicamente a través de las fugaces llamaradas de la incomparable resistencia opuestas por el Paraguay a las fuerzas abrumadoras de la Triple Alianza, a prestado color a esta manera de ver la gran lucha. Apenas se necesita decir que, como todas las interpretaciones puramente personales de la historia, ésta no puede resistirse a la prueba de un examen cuidadoso. Los orígenes de la guerra del Paraguay arrancan del crecimiento y constitución de la Argentina y el Brasil, dos estados que van ahora en rápida ascensión hacia el nivel de las grandes potencias. Puede considerarse dicha guerra como un episodio de la constitución de la nacionalidad argentina, o puede considerársela como una fase del desenvolvimiento económico del Brasil, lo cierto es que se trata de un suceso inmensamente significativo para la historia de las tierras situadas al este de los Andes y al sur del Amazonas. LA DOCTRINA DEL EQUILIBRIO Solano López introdujo innovaciones fundamentales en la política exterior. Hasta entonces el Paraguay se había cuidado de participar en los asuntos del Río de la Plata, fiel a la doctrina de la no intervención. En el concepto del nuevo gobernante, había llegado el momento de abandonar esa táctica en cuanto los conflictos afectaran los intereses fundamentales del Paraguay, sobre todo la conservación de su independencia. Ésta dependía en gran parte al equilibrio de fuerzas entre los dos poderosos vecinos, el Imperio del Brasil y la República Argentina. Si ese equilibrio se rompía en favor de uno de esos países o si los dos se ponían de acuerdo, la independencia paraguaya estaría en mortal peligro. En consecuencia el gobierno del Paraguay proclamó como norte de su política exterior el mantenimiento del equilibrio en el Río de la Plata y su propósito de impedir cualquier atentado contra el mismo. La ocasión de hacer valer la nueva doctrina se presentó, cuando, con motivo de un movimiento armado iniciado en el Uruguay en 1863, intervinieron primero los argentinos y luego los brasileños en apoyo de los revolucionarios y el gobierno de Montevideo les atribuyó propósitos contrarios a la independencia uruguaya. López invocó como base de su protesta el mantenimiento de dicho equilibrio político del Río de la Plata, por lo que fue vivamente ridiculizado por los aliados ( históricamente no se había hablado de ninguna alianza) llamándolo equilibrista, ninguno que estudie desapasionadamente los acontecimientos políticos que más de una vez han agitado a las Repúblicas del Plata, podrá negar que allí existe una cuestión de equilibrio político. El gobierno de Asunción, por la voz del ministro de Relaciones Exteriores José Berges declaró, que de ninguna manera consistiría el avasallamiento de la autonomía uruguaya pues consideraría violatorio del equilibrio del Río de la Plata y amenazante para la independencia del Paraguay. CUESTIÓN DE LÍMITES CON LOS PAÍSES VECINOS En el año 1862 vencían los plazos de 6 años fijados por los tratados Berghes−Paranhos con el Brasil y Vásquez−Guido con la Argentina. No se había podido llegar a un acuerdo definitivo sobre la cuestión de los límites con ambos países y el entredicho se agrava mediante el transcurrir del tiempo. Algunos hablaban desembozadamente de una guerra como el único medio e salir del punto muerto en que se encontraban las negociaciones. Los brasileños fundaron las colonias de Dorados y Miranda en la margen derecha del Río Apa. Esta zona estaba neutralizada por el tratado de 1856. En el Río de la Plata los acontecimientos se precipitaban rápida y peligrosamente para el Paraguay, obedeciendo a combinaciones de intereses políticos en pugna en ambas orillas. Los paraguayos exiliados residentes en Bs. As. alentaban las pretensiones porteñistas como un medio de apoderarse del poder en su patria, aún a costa de los grandes sacrificios que 5
ineludiblemente acarrea una guerra. LA OPINIÓN PÚBLICA El deterioro de la situación del Río de la Plata, en coincidencia con el fenecimiento de los plazos para la solución de las graves cuestiones de límites con el Brasil y la Argentina llevó a una crisis grave en la que la República jugaba su destino. El país no fue informado de la situación sino ya al borde de la guerra. No hubo ocasión de debatir los problemas, pues no existía prensa, tribuna, ni parlamento donde la discusión fuera posible. El pueblo debía atenerse a la palabra oficial. Dentro del régimen estatal, todo pendía del juicio y la decisión del presidente. No cabía controvertir opiniones, ni escuchar consejos, ni analizar los motivos sobre los cuales estaba actuando el gobierno. A nadie le estaba permitido el menor reparo. Tampoco había el modo de investigar si el Paraguay se hallaba en condiciones de afrontar un conflicto bélico. Era evidente que, pese a la cuantía bélica del ejército, sus armas eran anacrónicas, la marina de guerra prácticamente no existía, se carecían de jefes y oficiales en número suficiente y no estaban organizados los grandes servicios de estado mayor y de administración militar. Pero nadie podía señalar las deficiencias ni los errores que se pudieran cometer en la conducción diplomática. No obstante el pueblo en masa acompañó a López en su política. Intuía que estaba en juego su suerte y que nuevamente era llamado a los cuarteles para defender la sagrada causa de la independencia nacional. Se confiaba plenamente en el patriotismo y la clarividencia del gobernante. Aparte de las razones patrióticas, motivos psicológicos poderosos guiaron los pasos del Mariscal López al rectificar los rumbos de la tradicional diplomacia paraguaya. Tenía en alto grado el concepto de decoro y de la dignidad nacional. Era como un personaje de Calderón, que ponía al honor por encima de todos los valores. A su juicio, el honor nacional iba a ser menoscabado si se seguía aceptando la prescindencia del Paraguay en los asuntos del Río de la Plata, que podría afectar más o menos directamente, sus más caros derechos. En su discurso al pueblo el 16 de setiembre de 1864 dijo: Será ciertamente doloroso interrumpir la larga paz con que el Paraguay ha conseguido enriquecerse y progresar; pero cuando esa paz, en lugar de proporcionarnos las ventajas que hasta ahora, se convierte en un silencio culpable, y en una prescindencia degradante . GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA • ALGUNOS DATOS SOBRE EL EJÉRCITO ¿De donde viene el mito de los ochenta mil hombres, atribuidos al ejército paraguayo en el momento de comenzar las hostilidades?. De considerar como parte de ese efectivo, a los urbanos, que carecían de preparación militar adecuada, y a los jefes y oficiales en situación de retiro, en su mayor parte ancianos que sirvieron bajo la dictadura de Francia y en los primeros tiempos de la presidencia de Carlos A. López. El documento siguiente mal interpretado es el origen de dicha fábula: Resumen del estado que manifiesta la milicia efectiva de las villas y partidos de todo el territorio de la República, en el mes de enero de 1863. − Servicio activo: Jefes, 22; Oficiales, 373; Tropa, 12945. − Retirados: Jefes, 3; Oficiales, 255; Tropa, 16482. − Urbanos: Oficiales, 109; Tropa, 43846. − Total: Jefes, 25; Oficiales, 737; Tropa, 73273. ¿Y con qué armas contaba el Paraguay al iniciarse la contienda?. Con muy pocas, y casi todas anticuadas. La resistencia paraguaya pudo prolongarse, pese al bloqueo, gracias a estos factores:
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• La rígida y eficacísima organización del país, que se debe al genio fértil y voluntarioso del Mcal. López. • La obra inmensa cumplida por los arsenales y las fundiciones de hierro con los que contaba la nación. • A algunas partidas de armas modernas que fueron introducidas al comienzo de las hostilidades. • Los botines tomados al enemigo, que nutrieron muchas veces los parques paraguayos. ASPECTOS ECONÓMICOS La Guerra de la Triple Alianza fue una de esas empresas en la que todos los socios terminan en la ruina arrastrando consigo a la competencia. Ostensiblemente, sin embargo sólo el Paraguay terminó derrotado en ella. Y eso es incuestionable; es el episodio más traumático de toda su historia, fuente inagotable de mitología, hagiografía y propaganda populista de izquierda, derecha y centro. Los presuntos victoriosos de la contienda, Argentina y Brasil − el Uruguay fue siempre un socio menor que se limitó a enterrar sus muertos luego de las batallas sin recibir siquiera parte de los dudosos premios − hicieron descomunal sacrificio en la búsqueda de un objetivo elusivo que se dibujaba progresivamente y que al final resultó nimio, pues de la guerra no lograron algo inasequible por medios racionales. Para apropiarse de los territorios disputados por el Imperio no hubo necesidad alguna de embarcarse en una aventura bélica para la que nadie estaba preparado, pues el arte de la guerra de conquistas es un bien desconocido en la América Latina. Además, el valor real de los territorios así conquistados por las armas imperiales era muy inferior al costo total de la deuda externa, desequilibrio social, muertos y continuo subdesarrollo. Se quedaron los brasileños dueños de las inmensidades amazónicas, con miles de hectáreas de bosque virgen, omitiendo apropiarse de lo único que quizás hubiese justificado el esfuerzo − aunque anacrónicamente −, los Saltos del Guaira. Todo el drama actual de la deuda impaga e impagable de los brasileños a la Banca Internacional nació con la Guerra Grande condenándose así el país a ser un gigante, en potencia muy rico, pero realmente mendigo. La Guerra, iniciada por el exceso de romanticismo ensoñativo de Francisco Solano López, pero continuada por la tozudez irracional del Emperador Pedro II, terminó devorando a éste y a toda la estructura política cuyo eje era su propia persona. Terminadas las batallas, el Paraguay seguía siendo bravoso al Brasil, pues su ejército de ocupación hacía sangría de recursos, recibiendo a cambio el Imperio el dudoso honor de ser árbitro final de la siempre despelotada política paraguaya. Y aún con ese ejército, en el momento de tener que recibir sanción parlamentaria paraguaya el tratado Loizaga−Cotegipe, que concluía la Guerra y afirmaba la paz, los brasileños tuvieron que desembolsar oro a fin de obtener la aquiescencia guaraní. El Paraguay era en el siglo XIX un barril sin fondo para las finanzas brasileñas, le costó dinero al Brasil hacer la Guerra, le costó dinero lograr la paz y le costó dinero mantener las ambiciones argentinas a buen recaudo. A cambio de eso, el Imperio se contentó con unos kilómetros cuadrados de selva virgen. Obviamente, la reputación de habilidad y astucia con que muchos se empeñaban en revestir a la diplomacia luso−brasileña no fue ganada en el Paraguay el siglo pasado. El Paraguay fue un dolor de cabeza para el Brasil durante López; y después de López todo siguió igual. La Argentina ni siquiera logró la extensión de territorio que codiciaba, por obra y gracia de su aliado el Brasil; y su economía, floreciente mientras la guerra devoraba productos, cae en una profunda depresión al finalizar ella, y no se recupera hasta el influjo masivo de inmigración europea que la convierte en potencia económica mundial. Esa era la Argentina proyectada por Bartolomé Mitre, el estadista más claro y exitoso de toda la historia rioplatense. De todos los contendientes, Mitre fue el único que tenía una meta clara, la unión y el fortalecimiento del estado argentino bajo el liderazgo económico e intelectual del puerto de Buenos Aires. Por medio siglo a partir de 1870, la argentina mitrista obtiene un grado de desarrollo económico similar al de los más avanzados países europeos y es capaz de competir ventajosamente con los propios Estados Unidos de América en la captación de inmigrantes europeos productivos. Desde la década del 30 del presente siglo se hicieron cargo de la conducción política argentina unos militares nacionalistas que en medio siglo lograron borrar el desarrollo económico y convirtieron al país en uno de los líderes mundiales del endeudamiento externo. Así, Mitre, acusado de vender el país a los ingleses, realmente lo había convertido en aventajada potencia económica mundial y, muy irónicamente los nacionalistas con el ejército a la cabeza, que decían buscar independizar el país económicamente, lo convierten en deudores dependientes de la voluntad de los acreedores. La historia de Latinoamérica está plagada de éstas contradicciones.
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POST−GUERRA • ESTADO DEL PARAGUAY En la guerra de la Triple Alianza poco faltó para que el Paraguay quedara exterminado totalmente. La población, que superaba los 1 300 000 habitantes antes de la conflagración, quedó reducida a apenas 200 000 habitantes de los cuales aproximadamente el 10% eran hombres en su mayoría niños, ancianos y extranjeros. La industria y el comercio sufrieron un rudo golpe. Los templos y casas particulares fueron saqueados cargándose el fruto de la rapiña en los barcos brasileños y argentinos surtos en el puerto de Asunción. En estas condiciones las mujeres debieron empuñar el arado para arrancar a la tierra el sustento para sus hijos. Los primeros hombres que se reintegraron a la patria de la post−guerra, fueron los excombatientes que escaparon con vida de la contienda bélica, los que durante el conflicto permanecieron en el extranjero o vinieron con los aliados perteneciendo a la Legión Paraguaya y los que estaban estudiando becados en Europa al iniciarse la guerra y no pudieron entrar al país por esta causa. La guerra devastó el Paraguay en una medida desconocida en los tiempos modernos. De la nación floreciente de la época de los López sólo restaron ruinas y escasos sobrevivientes. Destruida la riqueza pública y privada, desaparecidos los organismos jurídicos y culturales, reducida la población a su mínima expresión, todo había que hacer nacer de nuevo. La inmensa desgracia paraguaya despertó la compasión mundial, pero ésta no se tradujo en ningún socorro al infortunio. El pueblo paraguayo quedó entregado a sus propias y decaídas fuerzas, y para peor los vencedores le abrumaron con una fabulosa deuda de guerra superior a la que Alemania impuso a Francia después de la guerra de 1870. La parte más dura de la gigantesca empresa de resucitar a la patria recayó sobre las mujeres; se hicieron agricultoras, comerciantes, industriales, y crearon un género de sociedad poligámica, revivencia forzada de las costumbres del siglo XVI, que permitió al Paraguay reponer rápidamente sus pérdidas demográficas. En esta nueva etapa, la ocupación principal de los hombres fue la política, que absorbió gran parte de sus actividades, aunque también dedicaron energías a la reconstrucción económica y a la reorganización cultural, con no escasos frutos. CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS SOCIALES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA Las consecuencias demográficas y sociales de la Guerra de la Triple Alianza basadas en un estudio realizado por la historiadora norteamericana Bárbara Ganson de Rivas en su libro nos dice que la Guerra de la Triple Alianza fue costosa y sangrienta para todos los combatientes, especialmente para el Paraguay que perdió más de la mitad de la población. Para 1870 el Paraguay fue una tierra de mujeres, niños e inválidos; un país sin hogar y en desesperación. Durante mucho tiempo ha predominado un desconocimiento respecto de las consecuencias demográficas y sociales de la Guerra de la Triple Alianza en el Paraguay. Muchos historiadores han hecho suposiciones, presentando cifras muy elevadas, provenientes de las estimaciones hechas por los viajeros extranjeros que publicaron sus memorias de la guerra y que es muy dudable puedan tener mucha exactitud, por lo tanto para medir los efectos demográficos y sociales de la guerra, la única fuente histórica que tenemos es el censo de 1886, el primero de post−guerra, concluido durante la presidencia del Gral. Patricio Escobar bajo la dirección de la Oficina General de Estadísticas. Por otra parte, hay un censo de 1846 hecho durante la época de Don Carlos que es muy interesante y sirve para comparar con este primero de post−guerra. El censo de 1846 es el único hecho después de la independencia. De acuerdo con éste, había 238.862 habitantes en el Paraguay. Es probable que los difíciles accesos a los puntos más distantes del país haya hecho que estas estadísticas no reflejen con exactitud la cantidad total de habitantes del Paraguay. Surge evidente en el censo de 1886 que habían tres paraguayas mayores de 30 años por cada varón, más no la proporción de diez 8
a uno, como han afirmado algunos historiadores. Ese desequilibrio entre los sexos de todos modos, constituye un hecho sin precedente en la historia latinoamericana, y debe haber reforzado el rol central de la mujer en la familia paraguaya, creándose así, de hecho, una sociedad de tipo marcadamente matriarcal, que hasta hoy es distintivo en el Paraguay. Los pocos extranjeros que llegaron en el Paraguay, en las décadas de post−guerra, casi todos se casaron con paraguayas. La gran mayoría de los inmigrantes eran hombres de 20 a 40 años de edad. Debido a la guerra y a los pocos casamientos, el número de hijos naturales creció en relación a la población total. A pesar de los cambios demográficos producidos por la guerra y los grandes sacrificios de la mujer paraguaya, durante la misma hubo pocos cambios en su posición o status en la vida paraguaya de la post−guerra. Las campesinas conservaron su rol predominante en la agricultura. No se alteran las costumbre de antes, a pesar de la Guerra de la Triple Alianza. Las costumbres en el Paraguay eran comunes y extendidas a todos los estamentos sociales y había actuado como un nivelador nacional; a lo que se unía la gran solidaridad que las vicisitudes históricas habían creado. Las familias que llegaron a diferenciarse sin conformar un sistema aristocrático, reconocían razones para ello, en las tradiciones de los apellidos, en una mejor educación o cultivo de la inteligencia y sólo accesoriamente en causa de recursos económicos. Así se fue constituyendo un grupo social que a través de la educación o de la moda, se apartaron de las viejas costumbres populares. CONCLUSIÓN Es suficiente una ojeada al terreno que hemos atravesado en esta investigación de los orígenes de la Guerra del Paraguay, para demostrar la inmensa complejidad de las fuerzas en juego. Lo que surge más claramente, es el hecho que la guerra germinó en la inestabilidad política y económica de los estados de Río de la Plata en este período de la historia sudamericana. Los factores inciertos y cambiantes fueron la Argentina, el Uruguay y en menor grado, el Brasil. En un país de trayectoria tan accidentada como el nuestro menester es admitir a Francisco Solano López como expresión acabada de una visión histórica anacrónica, pero no por eso extraña. Inaceptable también nos resulta la pintura paradigmática de su actuación realizada con exclusivos fines de acercarse o alejar a otros del poder político. López es un patrimonio a ser heredado sin reproches ni ditirambos. Incluso, ya para la contradictoria Latinoamérica resulta un abuso semántico tener villanos identificados por decreto ejecutivo o héroes impuestos por coacción políticas. López vive en el recuerdo y no debe su memoria migrar al campo de la vida cotidiana. SU ROL COMO SIMBOLO ES IMPERECEDERO, SU ACTUACION HISTORICA NO LO FUE. Por último quisiera agregar que la Guerra de la Triple Alianza fue una de esas empresas en que todos los socios terminan en la ruina arrastrando consigo a la competencia. Ostensiblemente, sin embargo sólo el Paraguay terminó derrotado en ella. Y eso es cuestionable, es el episodio más traumático de toda su historia. Los presuntos victoriosos de la contienda, Argentina y Brasil − el Uruguay fue un socio siempre menor − hicieron descomunal sacrificio en la búsqueda de un objetivo elusivo que se dibujaba progresivamente y que al final resultó nimio, pues de la guerra no lograron algo inasequible por medios racionales. HIPOTESIS El Mariscal Francisco Solano López no estaba en condiciones de intentar llevar adelante una guerra ofensiva contra los tres países de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay). OBJETIVOS
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• Investigar datos sobre los motivos que originaron la Guerra de la Triple Alianza. • Analizar las consecuencias que dejó la guerra al Paraguay. • Describir como el Mariscal López llevó a cabo la Guerra. • Recopilar opiniones sobre el Mcal. López de distintos escritores. INDICE PAG: • Introducción 1−2 • Hipótesis y Objetivos 3 • Francisco Solano López 4−9 • Semblanza de su personalidad 10 • Ideología política del nuevo presidente 11−12 • Gobierno 13−14 • Antecedentes de la Guerra 15−16 • La Doctrina del Equilibrio 17−18 • Cuestión de límites e/ países vecinos 19 • Opinión Pública 20−21 • Guerra de la Triple Alianza 22−23 • Aspecto Económico 24−26 • Post−Guerra 27−28 • Consecuencias demográficas y sociales 29−31 • Conclusión 32 • Bibliografía 33 • Anexos 34−36 BIBLIOGRAFÍA • Horton Box, Pelham Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. Editorial La Colmena, Asunción, 1936. • Cardozo, Efraim Apuntes de Historia Cultural del Paraguay Editorial Litocolor, Asunción, 1985, págs.: 271−292 • Ganson de Rivas, Bárbara Las Consecuencias demográficas y sociales de la Guerra de la Triple Alianza Asunción − Paraguay, 1985. • O´Leary, Juan E. Historia de la Guerra de la Triple Alianza Asunción− Paraguay, 1992.
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• Vascosellos, Victor Natalicio Lecciones de Historia Paraguaya Editorial Comuneros, 1983, págs.: 162−189 • Centurión, Juan Crisóstomo Memorias o Reminiscencias Históricas s/ la Guerra del Paraguay Editorial Salesiana, 1987.
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