Guerrero J., Diego. Lecturas de Economia Politica, SintesiS, Madrid, 2002

Guerrero J., Diego. Lecturas de Economia Politica, SintesiS, Madrid, 2002 expectativas, etc., cuya incidencia inversa o directa no es posible predec
Author:  Luis Cano Santos

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Guerrero J., Diego. Lecturas de Economia Politica, SintesiS, Madrid, 2002

expectativas, etc., cuya incidencia inversa o directa no es posible predecir a nivel agregado. Su formulación matemática sería: Md/P = f (y, w, em, rb, re, 1/P·dP/dt, u) (siendo y= ingreso real; w = Proporción de riqueza humana/riqueza no humana; rm, rb, re = rendimiento nominal esperado del dinero, renta fija y acciones; 1/P·dP/dt = expectativa de inflación;, u = conjunto de otras variables). A diferencia de la DD keynesiana, aquélla se formula en términos reales, se hace depender de la renta permanente, no de la efectiva, y supone una elasticidad-tipo de interés mucho menor, ya que para los monetaristas el dinero y los bonos no son especialmente buenos sustitutivos, de manera que los cambios en el tipo de interés de los bonos influirán poco sobre la DD. Por su parte, los postkeynesianos* han centrado su atención en el denominado "motivo financiero", en el que Keynes insistió en escritos posteriores a la Teoría General. En ella incluyó, dentro del motivo transacción, el motivo negocios, que se refiere al "efectivo para cerrar el intervalo entre el momento en que se incurre en costos de negocios y aquel en que se reciben los productos de las ventas", de manera que Keynes entiende el motivo transacción incluyendo en él el volumen de financiación necesario para mantener la producción en una economía estacionaria. El objetivo de Keynes al tratar el motivo financiero era hacer hincapié en un caso especial dentro de la financiación que requiere todo proceso productivo, un motivo particular para la demanda de liquidez, adicional al motivo transacción, que creía debía separar de éste debido a que "está sujeto a fluctuaciones especiales" (1937). Este motivo se relaciona con la decisión de incrementar la inversión. Cuando los empresarios prevén un crecimiento de la demanda de sus productos tienen incentivos para aumentar su endeudamiento* con el fin de materializar el incremento de sus planes de producción. De esta forma, la DD por motivo financiero dependerá del crecimiento de la inversión planeada. La consideración del motivo financiero implica tener en cuenta un factor adicional en la DD que puede llegar a tener incluso más importancia que las variaciones del nivel de renta presente (actividad de hecho) y es la variación en el nivel de actividad planeada, que se verá afectada por las expectativas* y el comportamiento del tipo de interés. De esta manera, la función de DD no será independiente del sector real, ya que a diferencia de los planteamientos keynesianos, las alteraciones en la inversión planeada (y en el consumo) influirán directamente en la DD. Y así, ésta podría variar sin alteración previa en el nivel de producción. Si añadimos una repuesta positiva del sistema bancario a dicha demanda, nos encontraremos con una OM determinada endógenamente*, razón por la cual los postkeynesianos han prestado especial atención al motivo financiero. (Ana Casquete, U. de Burgos) 11. Dinero: teoría marxista. En el sistema marxista la teoría del dinero (TD), en sí misma, es insuficiente para el análisis del sistema monetario capitalista, ya que el dinero es una categoría anterior al capitalismo y uno de sus presupuestos históricos. En éste el dinero ejerce sus funciones originarias, pero con una jerarquía y en unas formas características, bajo la influencia de factores derivados del capital. Por este motivo, la TD es sólo un componente de la teoría de Marx sobre los fenómenos monetarios capitalistas (que llamaremos “teoría del dinero del capitalismo”: TDC). Son tres sus componentes: 1) la TD propiamente dicha; 2) la teoría del capital; y 3) la teoría del dinero crediticio. Dinero y capital. En la teoría de Marx cada concepto teórico es significativo porque representa una relación específica entre individuos en la producción y distribución. Dinero y capital son conceptos de este tipo. El dinero expresa una relación de compraventa, también llamada relación-valor, ya que es una expresión del valor de la mercancía. Como las mercancías se relacionan entre sí en la esfera de la circulación, se sigue que el dinero es una categoría propia de la circulación. El capital, por otro lado, expresa la relación existente entre propietarios y no propietarios (fundamentalmente, asalariados*) de medios de producción. Esta relación es más compleja y se desdobla en las esferas de la circulación (compra/venta o contratación de la FT) y la producción (realización del trabajo para el capitalista), dando origen a plusvalor o beneficio. Mientras que el dinero representa una masa definida de valor, el capital expresa una masa de valor en expansión. La importancia de esta distinción reside en que el capital se desarrolla a partir del dinero y a la vez lo engloba. El dinero, por tanto, precede al capital y es uno de sus componentes. La diferencia entre los dos es nítida en los símbolos que los representan: el dinero se representa con D, el capital con D-M...P...M´D´. Dinero y capital son masas de valor, pero D representa una masa de valor dada y estática, mientras que el capital representa una masa de valor en movimiento expansivo, que se inicia como D y termina como D´, siendo D´>D (la diferencia D´- D es el plusvalor o beneficio). Esto no significa, sin embargo, que el objeto del capital sea simplemente producir más dinero a partir de dinero. El dinero que inicia el ciclo del capital es capital dinero, y su fin es producir capital dinero adicional, es decir, una fracción adicional de capital en forma de dinero, que se suma al capital inicial, aumentándolo. Así resulta que

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dinero y capital deben estudiarse por separado, en sus características propias. Aunque el 1º no altera su naturaleza ni sus funciones al ser absorbido por el 2º, la jerarquía de sus funciones se altera, y los instrumentos que desempeñan algunas de ellas se desarrollan de forma especial, siendo frecuentemente interpretados, por autores poco atentos, como nuevas formas de dinero. El dinero. Es un componente fundamental de la economía mercantil, cuyas características fundamentales son la división social del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción*. La 1ª implica que cada productor se especializa en ciertas mercancías, y la 2ª, que las tiene que vender para obtener, de otros, los medios de consumo y de producción que necesita. El que la economía mercantil carezca de un proceso institucional explícito de identificación de necesidades sociales, implica que la ley del valor* sea un mecanismo espontáneo e incontrolable, sólo perceptible después de haberse materializado. Este mecanismo consiste en el ajuste de la OyD por medio de un proceso continuo y anárquico de aproximación del total de las producciones individuales a la demanda social. Marx llamó al trabajo social, representado por el valor, trabajo abstracto; es decir, la fracción del trabajo social disponible en la sociedad necesaria (como media, según las técnicas de producción vigentes) para satisfacer la demanda de cada mercancía, es decir, su necesidad social. Como el valor se expresa en dinero, se sigue que una cantidad cualquiera de dinero representa cierta cantidad de trabajo social, una fracción dada del trabajo total disponible. Para que esto suceda es necesario que la cantidad de dinero considerada haya sido producida por la cantidad de trabajo social que representa, lo que conlleva que el dinero tiene que ser una mercancía. De esta forma, el precio de una mercancía consiste en su equiparación a una cantidad de la mercancía-dinero cuya producción haya requerido la misma cantidad de trabajo social que la mercancía considerada. Una mercancía se convierte en dinero como resultado de un largo proceso espontáneo de confrontación multilateral entre las mercancías, a resultas del cual una de ellas es gradualmente discriminada como patrón representativo del trabajo social medio, adquiriendo por esto la denominación de equivalente general, que es el dinero. Así, el equivalente general del valor es la denominación teórica del dinero, o éste, la denominación vulgar del equivalente general. Las funciones del dinero. El dinero se desarrolla a partir del intercambio directo de mercancías, y de las funciones monetarias que surgen de su expansión. Las diferentes funciones monetarias expresan los diferentes aspectos de las relaciones que los productores establecen entre sí como agentes del intercambio de mercancías, a medida que éstos se expanden e intensifican. Así, el desarrollo del intercambio induce gradualmente la selección de mercancías específicas con el papel de intermediarias, caso en el cual éstas realizan la función de medio de circulación. Al consolidarse esta función, los intercambios directos se sustituyen por intercambios mediados por el medio de circulación. Por otro lado, para que las mercancías puedan intercambiarse como equivalentes –que es la regla básica del intercambio-- es necesario que estos valores sean medidos, lo que induce a los intercambiadores a seleccionar mercancías específicas como medidas del valor. El medio de circulación, al desempeñar la función que le es propia, está presente en todo momento en una cantidad determinada, pero ésta fluctúa constantemente. La determinación de esta cantidad es un punto distintivo de la teoría de Marx con respecto a la teoría cuantitativa o monetarismo*. Según esta última, la cantidad de medio de circulación se determina de forma arbitraria desde fuera del ámbito de la circulación, y sus variaciones determinan los cambios en los precios de las mercancías. Se presupone que ni las mercancías ni el dinero contienen valores intrínsecos. De esta forma, los precios aumentan cuando crece la cantidad de medios de circulación y viceversa. En la teoría marxista, al contrario, tanto las mercancías como el dinero tienen un valor intrínseco determinado por el trabajo necesario para su producción. Así, la cantidad de dinero que ejerce la función de medio de circulación se determina endógenamente y depende del valor total de las mercancías que circulan en cada momento y del valor del dinero, dada una velocidad de circulación del dinero. El dinero propiamente dicho --es decir, el equivalente general de valor-- cobra existencia a partir del momento en que las dos funciones –medida de valor y medio de circulación-- son realizadas por una misma mercancía. El dinero es una mercancía que representa la cantidad de trabajo social encarnada en su materia. Es, por tanto, la forma de existencia autónoma del valor. En este sentido, las dos funciones anteceden a la constitución del dinero propiamente dicho, el cual se puede definir como el resultado de su unificación en una misma mercancía, que constituye el equivalente general de valor. Como funciones que lo preceden, continúan siendo realizadas por el dinero, sin ninguna alteración en su contenido. La constitución del dinero da lugar tanto a nuevos instrumentos de circulación derivados de sus dos funciones constitutivas, como a nuevas funciones con sus instrumentos específicos. Los instrumentos de circulación más importantes, derivados de las funciones constitutivas del dinero, son dos. El primero es el patrón de precios o patrón monetario, derivado de la función de medida de valores. Se define como una cantidad arbitraria de material monetario, fijada por el gobierno con el objeto de agilizar la comercialización de las mercancías. La acuñación es el proceso que reduce el material monetario bruto (oro) a unidades –monedas y lingotes-- de calidad y cantidad garantizadas por símbolos

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de identificación impresos en ellos. El 2º es el signo de valor, que sustituye al dinero en su función específica de medio de circulación. Esta función se desarrolla cuando el objetivo de los agentes es la venta de sus mercancías para poder comprar otras necesarias para su consumo o producción, es decir, cuando el dinero resultante de la venta no se destina al atesoramiento. En este caso, las monedas de oro pueden sustituirse por otras de menos valor que lleven impreso el valor del oro que representan. Es suficiente con que el valor-oro que representa sea reconocido socialmente para que pueda circular eficientemente sustituyendo al dinero-oro. Las características del equivalente general de valor le permiten desempeñar nuevas funciones, que serán precursoras del funcionamiento del dinero como elemento del capital. Estas características son: i) como equivalente general de valor, y por tanto, representante potencial de todas las demás mercancías –de ahí su denominación de forma material de la riqueza abstracta-- el dinero es inmediatamente convertible en cualquier mercancía, motivo por el cual es siempre deseado por todos; ii) debido a esto, el dinero puede ser retenido o acumulado como depósito de valor de compra o riqueza en general; iii) por el mismo motivo, el dinero puede ser utilizado no sólo como medio de compra, sino también como medio de liquidación de todo tipo de deudas que puedan ser expresadas en términos de valor. La 1ª nueva función desempeñada por el dinero es la de medio de atesoramiento, es decir, medio de acumulación de material monetario como expresión de la riqueza en su forma general. El dinero atesorado constituye una reserva inactiva de material monetario que desempeña una función esencial en la economía mercantil: regular la cantidad de medio de circulación según las necesidades de ésta. La 2ª función es la de medio de pago, en la que se expresa una nueva relación –deudor/acreedor--, que se superpone a la más simple, comprador/vendedor: el comprador se convierte en deudor y el vendedor en acreedor. En este caso la mercancía vendida es entregada, pero su pago se transfiere a un momento posterior, y el comprador, como contrapartida, emite un título de reconocimiento de deuda. Esta forma de crédito se denomina crédito comercial, ya que no hay propiamente préstamo de dinero, sino adelanto de la mercancía con respecto al pago. Como la circulación de la mercancía y la del dinero se separan en el tiempo, el dinero ingresa en la circulación no como medio para que las mercancías circulen, sino como forma autónoma de riqueza que salda una deuda. La relación que el crédito comercial establece entre los agentes y la resultante función de medio de pago constituyen la base del sistema de crédito del capitalismo moderno y de su correspondiente medio de circulación, el dinero crediticio. El dinero crediticio es un medio de circulación de naturaleza compleja, que se deriva del crédito comercial y de la función de medio de pago del dinero. Se desarrolla progresivamente en el capitalismo hasta sustituir por completo al dinero-oro en la circulación, el cual pasa a desempeñar fundamentalmente la función de medio de pago. Las bases del dinero crediticio son los títulos de deuda (los más representativos son las letras de cambio) gestados en la relación del crédito comercial. Si los éstos sustituyen al dinero como medio de circulación, el dinero necesariamente tiene que aparecer en el pago de las deudas representadas por tales títulos. De esto se sigue que si todas las ventas se hicieran a crédito (comercial), el dinero pasaría a funcionar en la circulación sólo como medio de pago. Sin embargo, para que estos elementos se difundan y generalicen, y para que el dinero crediticio se desarrolle a un nivel superior, es necesario que el crédito comercial se convierta en crédito monetario, y esto sólo es posible en un capitalismo sustentado sobre un sistema bancario. Los títulos de deuda creados en la relación de crédito comercial pueden usarlos sus acreedores hasta su fecha de vencimiento, en forma de aval, para adquirir nuevas mercancías. Por otro lado, a medida que el crédito comercial se difunde, los productores se convierten, general y simultáneamente, en deudores y acreedores entre sí. Esto significa que, en lugar de recibir dinero y transferírselo de unos a otros, es posible sustituir al dinero mediante la compensación de deudas recíprocas, en cuyo caso deudas y créditos se cancelan, efectuándose sólo el pago del saldo deudor resultante. Así, la propia función de medio de pago del dinero es sustituida por la compensación de deudas recíprocas, y el dinero-oro se usa sólo para la compensación de estos saldos. Esto requiere la existencia de agentes cuya función específica sea la compensación de deudas de otros. Los comerciantes de dinero, representantes de lo que Marx llamaba capital comercial dinerario, son los agentes encargados de esta nueva función económica. El capital comercial dinerario constituye la base de los bancos y del sistema bancario. Los comerciantes de dinero son, originalmente, agentes de los productores y comerciantes de mercancías, y realizan en nombre de éstos los pagos, cobros y demás actividades monetarias relacionadas con las actividades industriales y comerciales. Como efecto y condición de estas funciones se convierten en depositarios de las reservas líquidas de sus clientes: guardan los pagos que reciben en su nombre y mantienen sus reservas, necesarias para el pago de sus deudas pendientes. Debido a la garantía que ofrecían, pasaron también a recibir en depósito parte de las reservas atesoradas, emitiendo certificados de depósito. Estas reservas líquidas crecen con la expansión de la economía y constituyen la base de nuevas funciones, las funciones de crédito. Los comerciantes de dinero pasan de su actividad inicial de descuento de las letras de cambio a ofrecer crédito monetario. Originalmente el descuento de las letras consistía en

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su conversión en dinero-oro antes de la fecha de vencimiento, con un descuento correspondiente al período que faltaba hasta esa fecha. Pero los costes de almacenamiento y seguridad, indujeron al uso creciente de certificados de depósito (de oro) debidamente avalados, como sustitutos del oro, para la realización de los pagos. Así, el propio descuento pasó a constituir la conversión de los títulos comerciales no en dinero-oro sino en certificados de deuda del propio banquero. El descuento, por tanto, no era otra cosa que la sustitución de un título de deuda suscrito por un productor o comerciante por otro suscrito por un banquero. Los títulos de deuda bancaria recibieron el nombre de billetes bancarios y constituyeron la primera forma institucional del dinero crediticio. Más tarde, con la constitución del sistema bancario y el surgimiento del BC, los diferentes billetes de banco emitidos por los distintos bancos fueron reducidos a un único billete bancario, emitido por el BC. La generalización de la circulación de billetes bancarios implica que el dinero-oro del sistema se encuentra bajo el control del sistema bancario, funcionando exclusivamente como medio de pago para la liquidación de las deudas finales del sistema en su conjunto. Tras el surgimiento del descuento nace el crédito "monetario", es decir, el préstamo de capital dinerario por parte de los bancos a los capitalistas industriales y comerciales. Con la difusión del descuento y del crédito monetario los comerciantes de dinero se convierten en banqueros, cuya función esencial –además del comercio de dinero-- es la captación de saldos líquidos de los capitalistas momentáneamente superavitarios, su conversión en capital crediticio, y la redistribución entre los capitalistas momentáneamente deficitarios. Al trabajar sobre todo con capital de terceros, los bancos se convierten en una potencia económica creciente, pues generan el capital crediticio disponible en cada momento. Asumen, por tanto, una posición de control sobre el capital industrial y comercial, dando origen al capital financiero*, que consiste en la formación de bloques de capital industrial controlados por bancos. Por otro lado, la expansión del número y funciones de los bancos da lugar a un sistema bancario integrado y liderado por el BC. Éste es el responsable de la emisión de dinero crediticio, que es lo que constituye el instrumento de circulación que termina sustituyendo al dinero-oro en sus funciones de circulación, que son básicamente las de medio de circulación y de pago. La circulación generalizada del dinero crediticio, y la sustitución íntegra del dinero-oro por el dinero crediticio en la circulación, significa que el sistema bancario se convierte en el punto de origen y destino de todos los circuitos del capital. Si no hay dinero-oro en circulación, sino solamente dinero crediticio, esto implica que el dinero-oro funciona sólo como medio de pago para los saldos deudores interbancarios y en el comercio internacional, y estas funciones se realizan íntegramente por el sistema bancario, depositario de las reservas de dinero-oro de todo el sistema bajo el control del BC. El hecho de que el oro no circule directamente en forma de moneda o lingote da la impresión de que deja de desempeñar la función de dinero. Esta interpretación no es resultado de la observación de la realidad, sino del dogma de la teoría cuantitativa de la moneda (hoy llamada monetarismo), según la cual el dinero sólo realiza una función relevante, la de medio de circulación. Así, para esta teoría el oro ha dejado de ser dinero porque ya no circula, aunque no consigue explicar la reserva de oro por parte de BBCC, instituciones monetarias internacionales y algunos capitalistas privados. La función de medio de circulación, como se explicó, pasa a ser desempeñada, tras la constitución del dinero, por sustitutos de éste. Pero éstos no sustituyen al dinero-oro en su papel esencial de equivalente general de valor, a través del cual realiza la función básica de medida de valor –y patrón de precios de ella derivada--, y la función de medio de pago, realizada en el circuito interno del sistema bancario integrado. (Claus Germer, U. Curitiba, Brasil) 12. Dinero como deuda. El concepto de dinero es fundamental para entender la macroeconomía y las economías monetarias. La cuestión que se plantea Smithin (2000) --“¿qué es el dinero?”-- es crucial para entender el funcionamiento de las modernas economías productivas. La discusión de conceptos tales como empleo, producto e inversión, no puede hacerse en el vacío, es decir, sin referencia al dinero, a su creación, circulación y destrucción final. Además, cualquier referencia al dinero debe ir acompañada de la noción de deuda, como catalizador de la producción y la inversión. El dinero ni es un velo ni es neutral a corto ni a largo plazo. Ésta es la esencia del enfoque post-clásico del dinero, el crédito y la deuda (Lavoie, 1992). Por desgracia, la mayoría de los economistas no dan respuestas interesantes o relevantes a la pregunta sobre el dinero. En la teoría neoclásica, el dinero existe básicamente como medio de reducir los costes inherentes a los sistemas de trueque. El análisis económico y la discusión de las actividades productivas se lleva a cabo sin una comprensión previa de cómo se integra el dinero en el proceso económico. Se hace el análisis en términos reales, y el dinero se añade más tarde, poniendo énfasis en sus funciones como medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor. Las disensiones observables son más aparentes que reales, y los debates sólo afectan a la mayor o menor importancia de una u otra función. Para los postkeynesianos, la discusión del dinero no está tan alejada de la que mantienen sus homólogos ortodoxos. También enfatizan los papeles y funciones del dinero, aunque prestando interés

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