Story Transcript
Marcelo A. Morales D.N.I.: 27.499.398, de profesión Técnico Electricista y Mª Alejandra Hvozda de Morales D.N.I.: 17.935.989, de profesión Profesora para la Enseñanza Primaria, ambos por derecho propio y en ejercicio de la patria potestad que ejercemos respecto de nuestro hijo menor Cristian J. M. Morales D.N.I.: 40.958.310, escribimos esta carta porque queremos contar la historia escolar de dolor, padecimiento, frustración y discriminación que Cristian sufrió y sufre aún hoy en la Escuela Nº 514 Domingo Faustino Sarmiento de la localidad de Arrufó en manos de maestras y directivos, lo hacemos aún sabiendo que no vamos a lograr nada y dejamos claro que no es ese nuestro objetivo, porque habiendo transitado tanto camino, habiendo intentado de todas maneras lograr una solución solo logramos agravar las cosas para nuestro hijo, yo como mamá he aprendido que los maestros son una especie aparte, gozan de una impunidad asombrosa en momentos críticos, tienen protección institucional en otros, los afecta la amnesia cuando les conviene, no dan explicaciones de sus actos nunca, se inmiscuyen de una manera vergonzosa en la vida personal del niño, en su familia, en su hogar. El caso de nuestro hijo es totalmente contrario a lo que dicen: ‐“trae los problemas de la casa a la escuela”, esto es al revés el niño trae desde siempre, los problemas de la escuela a la casa, gracias a Dios que en nuestro hogar encuentra todo el apoyo amor y contención que necesita, porque como todo el mundo sabe la familia es la primera y más importante institución para todo niño, entonces la pregunta es porqué si la educación es un derecho y una obligación y nosotros como papás con toda la naturalidad del mundo enviamos a la escuela un chico con entusiasmo, alegre, con ganas de aprender de compartir, ya sea con adultos o con sus pares, nos envían de vuelta un niño enojado, sin ganas, con tristeza en la mirada todos y cada uno de los días desde tercer grado. ¿Qué derecho tienen para a sacarle a un chico las ganas y el entusiasmo por aprender?, un chico que es muy capaz al punto de poder haber aspirado a ser abanderado si “alguien” lo hubiera querido ver, dentro de la escuela por supuesto, si alguien lo hubiera acompañado, ayudado guiado cuando lo necesitaba y digo haber aspirado porque ya hace mucho tiempo que tanto el niño como nosotros los papás solo esperamos a que traiga una B o una S en la libreta que le alcance para pasar de grado, nosotros como papás sentimos que esta es la triste historia del niño a quien no dejaron ser, todos los días cuando a la mañana temprano está sentado desayunando tranquilamente luego se prepara para ir a la escuela se coloca el guardapolvo y junto a éste también se pone la coraza que él piensa lo va a proteger de los golpes que le va a propinar hoy la maestra de turno en la escuela y un minuto antes de entrar cuando deja la bici en la entrada se la ajusta lo más que puede por si el golpe es muy duro. Quizás si alguien tiene ganas de leer esta carta nos pueda decir cómo se sanan las heridas, cómo se borran los malos recuerdos, quién le devuelve al niño todo lo perdido (ilusiones, sonrisas, momentos), quién le quita el dolor de las humillaciones, quién lo reivindica ante sus pares y hace que él pueda incluirse en cualquier momento, situación o lugar como un niño más, como un igual y deje de ser el chico distinto marcado por injustas situaciones escolares. 9 Cristian 8 años 3º grado: este es el trato de la maestra: “burro, no servís para nada”, “Morales, anda al final de la fila, al lugar de los que no sirven para nada”, “los burros como vos nunca llegan a nada, ni a la secundaria vas a poder ir”, “burro, sos obsceno,
haces barbaridades”. En algún momento Cristian no entendió algún tema en el aula, yo se lo expliqué en mi casa, desde ese día la respuesta cuando no entendía algo era “anda que te explique tu mamá”. La historia consta en actas. Docente Virginia Femenias. Vice directora Marisabel Ramos, esta última manifiesta que esta cansada de nosotros y que no quiere o no tiene nada más que hablar del “tema” (Cristian Morales), además agrega que deberíamos dejar de molestar a la Supervisora, Leonor Indurain de Cattaneo, que dice estar cansada de este “tema”. 9 En ese mismo año a Cristian le ocurrieron otros episodios : un día al ir a buscar a mi hijo a la salida de la escuela me llama la maestra y me cuenta que Cristian junto a un compañero patearon una botella de lavandina, por lo que a mi hijo se le había arruinado el pantalón (que aún tengo guardado), le planteo a la maestra ( para nosotros es muy buena como docente y ser humano) que era peligroso que quedara una botella de lavandina al alcance de los chicos, porque si la tiraban para arriba podría haberles caído en la cara o en los ojos, ella coincidió conmigo y se ofreció a planteárselo a la directora. Al día siguiente lo llevan a Cristian a la dirección lo dejan en penitencia por ”travieso y mentiroso” y seguidamente me llaman a mi casa y me dicen que teníamos que controlar la educación y el comportamiento del niño, ya que desde la dirección habían conversado con las porteras y que abalaban a su personal ya que éstas habían dicho que no dejaron botella alguna y que seguramente el chico se había manchado la ropa entrando en el baño recién limpiado, “no tuvieron en cuenta que la maestra fue testigo presencial de lo ocurrido”. En otra oportunidad también a la salida me encuentro con Cristian muy asustado y con el guardapolvo todo manchado con sangre(también lo tengo guardado ya que no salieron las manchas de sangre), y me cuenta que un compañero lo había cortado en una mano con un lorito (cuchillito para sacar punta), fue sin querer por supuesto, pero nadie lo ayudo, él fue solo al baño, se lavo y se arregló como pudo, cuando le pregunto a la vice me dice, mientras abrazaba al nene que lo había cortado: la culpa es de Cristian porque ¿para qué trae esas cosas a la escuela? Para terminar con este año vuelve a ocurrir un episodio con otro “lorito” pero esta vez no es de Cristian, junto con un compañero ven un lorito en el piso y los dos se agachan para agarrarlo, el compañero lo toma y cuando Cristian también lo quiere agarrar se cae y se vuelve a cortar la mano, esta vez lo llevan a la dirección, la vice (Marisabel Ramos) lo empieza a indagar, y al no entenderle bien, porque Cristian le dice que no sabe bien cómo fue salvo lo que ya contó, ella le dice riéndose y delante de varias personas que seguramente tiene “severos problemas mentales” y que la próxima vez tenga cuidado porque sino en vez de una curita iba a necesitar un sicólogo, en ese momento el niño tenía 8 años, debo aclarar además que en ésta oportunidad debimos llevarlo al médico por el corte. 9 Cristian 9 años 4º grado: llega un chico nuevo al que no le es fácil adaptarse, sin saber cuál es el motivo en setiembre ( dicen una mochila que según ellos Cristian le habría roto en “junio”??) a la madre de éste niño se le ocurre juntar firmas de los padres de los varones de 4º, y redactar una carta donde hace una descripción de Cristian tratándolo como un niño violento y un delincuente juvenil, que le envió a la Sra. Induraín de Cattáneo, por lo que se convocó a una reunión en la escuela, intervino la Jueza local, los padres todos se retractaron, reconociendo que Cristian es un buen
niño, también intervino la Directora Regional Torazza y arreglaron la situación para que les cierre en sus papeles, las cosas de la escuela se resuelven en la escuela dicen, ¿y el daño social que le causaron desde la escuela a Cristian, quién lo resuelve? ¿o acaso pretenderían ustedes que nosotros los papás vayamos casa por casa desmintiendo lo dicho por gente recién llegada a la localidad sobre nuestro hijo? Mas halla de que no era necesario ya que en estos lugares chicos todos nos conocemos, Cabe aclarar que ésta familia Bosio Centurion hasta el día de hoy, tanto la madre como el hijo están bajo tratamiento psicológico‐psiquiátrico, medicada la mujer, dopada constantemente y con continuos problemas con las instituciones y la sociedad. Lo más importante que hay que destacar de esta situación es que la escuela avaló y permitió que todo esto se desarrolle dentro de la institución con directivos, supervisora y directora regional de por medio, violando todos y cada uno de los derechos del niño porque hasta en radios de localidades vecinas se difundió el caso y las palabras de la Sra. Torazza fueron: “ los problemas de la escuela se resuelven en la escuela” y la realidad es que ellos habrán resuelto el problema en sus papeles, actas y demás, pero a Cristian y a nosotros como familia no nos resolvieron nada. 9 Ya en ese momento empezó mi peregrinar pidiéndoles a docentes y directivos que vieran la posibilidad de ayudar a Cristian desde el aula, desde la escuela en lo referente al estudio ya que desde siempre se supo que tiene una gran capacidad, pero debido a lo vivido o a los problemas ya mencionados lo referido a contenidos o estudio quedaba poco a poco relegado: tareas sin corregir, temas sin explicar, falta de incentivo y motivación hicieron que cada vez se hiciera más difícil para mi como mamá llevar adelante el proceso educativo de mi hijo y el acompañamiento desde el hogar. 9 Cristian 11 años 6º grado: este año escolar es el más doloroso que debió pasar nuestro hijo, debido al constante abuso sicológico, maltrato y discriminación del que fue victima durante todo el año por parte de la docente Nilda Martini de Lucca y Gisela Perez. En este año nos habíamos propuesto con el papá de Cristian intentar dejarlo que de a poco se independice y vaya tratando de recorrer su propio camino, debido a que somos muy unidos y sobre protectores, todo lo hablamos y él tiene la costumbre de contar todo lo que vive y hace, lo bueno y lo malo, lo que vive con alegría y las travesuras y desubicaciones, nuestra relación familiar está basada en el diálogo, hago éstas aclaraciones para que quien lea esta nota pueda entender como y hasta donde pudo verse afectado un niño que vive dentro de un seno familiar común , con los problemas normales de todos, con alegrías y tristezas como todo el mundo, con vivencias que aún hoy no sabemos si ha podido procesar, como graves enfermedades y posterior fallecimiento de sus abuelos maternos o como el nacimiento de su única hermanita, porque todo lo referente a la escuela siempre fue muy fuerte y nos demanda toda la atención, mucha preocupación y dolor y se vive a estas alturas de una manera desesperante. Fue tan grande la falta de comunicación, el entendimiento y el diálogo entre las docentes y Cristian que la mayor parte del año tuve que explicarle todos y cada uno de los temas vistos en el grado: cada vez que no entendía algo la respuesta era –“yo ya expliqué no puedo perder el tiempo”, otras veces el tema a desarrollar requería la explicación de la docente alumno por alumno, cuando la maestra llegaba al banco de Cristian lo salteaba deliberadamente.
En otra oportunidad estas fueron las palabras de las docentes: Nilda Martini – “ustedes tendrían que estar en el Borda de Buenos Aires para que los traten los sicólogos”. Gisela Perez –“ustedes tendrían que estar en el hospital que está a la entrada de Santa Fe, es el lugar ideal para ustedes. Yo a ustedes les pago con la misma moneda, si me tratan bien yo los trato bien, si me faltan el respeto yo se los falto el doble y de paso los mando a la dirección, yo no tengo nada que perder yo ya estudié, me recibí y acá vengo a ganarme el sueldo y ninguno de ustedes va a poder conmigo” Dos veces en el año 2010 debió faltar durante una semana, una por un esguince(fines de julio) que por prescripción médica lo obligó a tener el pié en alto durante una semana además de estar medicado con comprimidos e inyecciones y por lo que no pudo realizar educación física durante un mes; la segunda vez(en agosto) tuvo que faltar por una neumonía por la que estuvo a punto de ser internado, cuando retorna al grado aparte de que las docentes (a pesar de nuestros pedidos para que le manden las tareas a la casa para que no se atrase) no le quisieron mandar nada porque dijeron que eso para ellas era imposible y no era su problema, que cualquier cosa pida prestada una carpeta y saque fotocopias??, a los diez minutos de ingresar al aula la maestra Perez le dice a Cristian –“estuve tan tranquila mientras no venías, tuviste que volver a molestarme ¿por qué no te quedas otro tiempo en tu casa”, como si él viniera de unas vacaciones y no de una enfermedad. Otro episodio doloroso que vivió Cristian fue cuando un día la maestra Nilda Martini le empieza a gritar en la cara y en un acto de violencia total, con el puño cerrado golpea reiteradamente el banco donde él estaba sentado sin dejar de gritarle escupiéndolo ya que lo hacía a 10 centímetros de su cara. Otro día Cristian estaba sentado en una silla de plástico que no está permitida para los alumnos, en lugar de hablarle civilizadamente comienza a gritarle nuevamente a lo que Cristian se para y al venir ella hacia Cristian él se asusta y la dice –“a mi no me toque” y se da la vuelta y se va a llevar la silla y la maestra le dice desde atrás –“vos a mi tampoco, vení pegame, pegame” gritando desaforadamente. En ese momento decidimos con el papá de Cristian ir a la escuela a hablar con la directora y las maestras debido al grado de violencia verbal y sicológica que estaba viviendo y ese fue el error más grande que cometimos porque desde ese día tuvo que soportar todo tipo de humillaciones de parte de las maestras que hicieron que Cristian se vaya transformando de una manera alarmante para nosotros como papás, y como él tiene grabado a fuego todo lo referente al respeto y el comportamiento, la transformación a la que hago referencia se vio reflejada en un absoluto desinterés por el estudio, a las tareas a todo lo referente a la escuela. Para broche de oro del año, el día 15 de noviembre se presento en nuestra casa el Sr. Sergio Bruschini delegado sindical de Ceres junto al delegado de Suardi, por pedido de la maestra Perez y enviado por la escuela, no sabemos aun bien para qué, pero luego de haber conversado durante dos horas, se comprometió a acordar con las docentes que el niño debía terminar el año en un ámbito de tranquilidad, ofreciendo las garantías necesarias para el bienestar de Cristian, cosa que no se cumplió en absoluto y la actitud de, por ejemplo la maestra Perez, fue mucho peor, nunca hasta terminar el año
le volvió a dirigir la palabra al niño, no le contestó una sola vez en casi un mes cuando él se dirigía a ella y literalmente hizo como si hubiera sido invisible. 9 Cristian 12 años 7º grado: al comenzar las clases se entera tristemente que va a tener la misma maestra del año anterior: Nilda Martini, con lo cual ya sabe lo que le espera, no necesitó mucho tiempo para comprobarlo, empezó a agredirlo verbalmente nuevamente con motivo y sin el. Al poco tiempo les dan la noticia que la directora va a ser Marisabel Ramos y la vice Nilda Martini, esto a Cristian le da cierta tranquilidad ya que con las maestras designadas se lleva muy bien. Pero los recuerdos de Cristian acerca de la directora Ramos son ingratos y tristes como por ejemplo que desde que ella llegó a la escuela nunca lo llamó por su nombre, pasó a ser Morales, a Cristian nadie lo llama por su nombre desde 3º grado, ni siquiera sus compañeros de grado entre ellos se llaman: “Carlitos, Huguito, Nico, etc., etc. y Cristian es Morales para todos y tanto para Ramos como para Indurain de Cattaneo, porque según ellas no se merece que lo llamen por el nombre, porque al final con tantos problemas pasó a ser un expediente?? Y tantas cosas como las ya relatadas más arriba, y para terminar, el presente nefasto vivido con la vice Martini, como por ejemplo cuestionarle cómo habla, cómo y por qué se ríe, cómo come (el día que por obligación deben quedarse todos en el comedor), preguntarle constantemente si no quiere ir a charlar con ella porque no lo ve bien, que le ve una expresión de enojo en la cara, que si tiene problemas en la casa ella lo va a entender porque también es madre y sabe que comete errores??, que lo quiere ayudar, que tiene que crecer, entablar nuevamente una discusión absurda otra vez por una silla de plástico, que para los alumnos están prohibidas y en las que estaban sentados varios chicos pero ella solo lo ve a él, y en todo caso ¿no debería reclamarle a las porteras ya que de ellas es la responsabilidad de ordenar las aulas?, decirle que a Educación Física “hay que ganársela” y no dejarlo asistir a las clases y no se sabe por qué o cual fue la causa o la falta cometida, que si Cristian quiere ella hace una encuesta en la calle para ver a quien quiere más la gente si a ella o a él, que no vaya más a la escuela, que vaya a otra, total hay muchas??. ¿Cuánto puede aguantar un niño? Qué necesidad tiene de enfrentarse constantemente con un adulto al que no se sabe lo qué le pasa y que no mide consecuencias y convierte la vida del chico en un martirio. Es por todo esto que nosotros como papás, ya que al haber hablado con la dirección de la escuela no obtuvimos respuesta alguna, sino solamente más de lo mismo, decidimos pedirle a Cristian que se retire de la escuela si la vice Martini volvía a molestarlo con discusiones o cuestionamientos incoherentes, debido a que dichos hechos se repitieron muchas veces en lo que va del año, no conducen a ningún lado y solo perjudican al niño. Por último debo aclarar que todo lo relatado en esta nota es solamente una parte de lo vivido, por Cristian en primer lugar y por nosotros junto a él, porque obviamente es imposible relatar en un papel y de forma suficientemente clara lo vivido en su totalidad, ajunto fotocopias que avalan la veracidad de muchas de las cosas relatadas y también debo aclarar que casi todo consta en actas de la escuela de los distintos años transcurridos. MARCELO A. MORALES MARIA ALEJANDRA H. DE MORALES D.N.I.: 27499398 D.N.I.: 17935989