Hacia el norte a Galilea

 Hacia el norte a Galilea David Roper  Asignación de lectura núm. 5 IV. DE LA PRIMERA PASCUA A LA SEGUNDA (continuación). C. El traslado de Jude

1 downloads 99 Views 65KB Size

Recommend Stories


[DE GALILEA A JERUSALEN] Capítulo 1: Unidad 6
[DE GALILEA A JERUSALEN] Capítulo 1: Unidad 6 A. DE GALILEA A JERASULEN Cuando Juan escribió su Evangelio, mucho tiempo después de Pentecostés, pudo r

LA FRATERNIDAD CRISTIANA. Segundo Galilea, Pbro
LA FRATERNIDAD CRISTIANA Segundo Galilea, Pbro. La fraternidad cristiana como desafío Hoy día se escribe mucho sobre comunidades de base, Iglesias en

Story Transcript



Hacia el norte a Galilea David Roper 

Asignación de lectura núm. 5 IV. DE LA PRIMERA PASCUA A LA SEGUNDA (continuación). C. El traslado de Judea a Galilea. 1. Las razones para el traslado (Mt. 4.12; Mr. 1.14; Lc. 3.19–20; Jn. 4.1–3). 2. El episodio de Samaria (Jn. 4.4–42). 3. La llegada a Galilea (Lc. 4.14; Jn. 4.43–45). D. Una relación general de la enseñanza que da Jesús en Galilea (Mt. 4.17; Mr. 1.14–15; Lc. 4.14–15). E. El segundo milagro que hace Jesús en Caná (Jn. 4.46–54). F. El traslado a Capernaum de Galilea (Mt. 4.13–16). G. El llamamiento de cuatro pescadores (Mt. 4.18–22; Mr. 1.16– 20; Lc. 5.1–11).

INTRODUCCIÓN La lección «Para todo hay una primera vez» trató sobre los primeros años del ministerio de Jesús en Jerusalén y Judea, según el relato de Juan. En este estudio, la escena se traslada hacia el norte a Galilea. Los relatos sinópticos se centran en «El gran ministerio en Galilea», que duró cerca de año y medio. Esta lección tratará sobre asuntos preliminares relacionados con ese ministerio. HORA DE ENRUMBAR HACIA EL NORTE (MT. 4.12; MR. 1.14; LC. 3.19–20; JN. 4.1–4) Jesús y Sus discípulos estaban teniendo éxito en Judea, al enseñar y bautizar aún más discípulos que Juan el Bautista (Juan 3.22, 26; 4.1). En el apogeo de este éxito, Cristo decidió que era el momento de salir de Judea y volver a Galilea. Fueron dos factores los que contribuyeron al traslado en este momento en particular. Mateo y Marcos dieron una razón para la decisión: Mateo 4.12 dice: «Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso [por Herodes],1 volvió a Galilea» (vea Marcos 1.14). Herodes, el tetrarca,2 vivía con Herodías, una sobrina y esposa de su hermano Felipe. 3 El valiente Bautista le había dicho a Herodes: «No te es lícito tenerla» (Mateo 14.4). Esto había enfurecido a Herodías, que presionó a Herodes para hacer que arrestara a Juan (Marcos 6.17–19). El gobernante «encerró a Juan en la cárcel» (Lucas 3.20).4 1

Vea Mateo 14.1–12; Marcos 6.14–29. Vea más información sobre este Herodes en la página 4 de «El mundo al qual vino Cristo» de «La vida de Cristo, núm. 1». 3 Vea la tabla de la página 7 en la lección «La tormenta que se aproxima». Para más detalles sobre Herodes, vea la página 1 en la lección «El hombre que pensó que él era Dios» de la edición «Hechos, 5» de La Verdad para Hoy. 4 El arresto de Juan, que ordenó Herodes, es comentado 2

Cuando uno lee que Jesús se retiró a Galilea después que Juan fue encarcelado, podría imaginarse que Él estaba tratando de huir de Herodes, al saber que el tetrarca también deseaba ponerlo en prisión. En realidad, Cristo se estaba dirigiendo a una parte de la tetrarquía de Herodes (vea Lucas 23.6–7). ¿Por qué, entonces, el encarcelamiento de Juan motivó que Jesús se trasladara a Galilea? Hay quienes creen que Jesús estaba corriendo hacia el norte a dar ánimo a los discípulos de Juan que se encontraban en esa región,5 para evitar que se dispersaran. Juan añadió otra razón por la cual Cristo pensó que era aconsejable salir de Judea: «Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan […] salió de Judea…» (Juan 4.1–3). Jesús quería evitar una confrontación directa con los fariseos, al menos por un tiempo, por esta razón dejó la provincia donde la influencia de estos era más sentida. Después de haber estado un año en Judea, Jesús y sus discípulos «se [fueron] otra vez a Galilea» (Juan 4.3).6 UNA PARADA DE DESCANSO (JN 4.4–42) La ruta más directa para viajar de Judea a Galilea era por la provincia de Samaria;7 sin embargo, la mayoría de los judíos, debido a su aversión por los samaritanos, tomaban una sinuosa ruta para viajar de una provincia a otra: viajaban hacia con mayor detalle en «Los peligros del éxito» en «La vida de Cristo, núm. 5». También se menciona en «Voz del que clama en el desierto» en «La vida de Cristo, núm. 6». 5 La mayoría de los estudiosos creen que Enón (Juan 3.23) estaba al norte de Judea. Puede haber estado en Samaria. 6 Juan 4.8 nos informa de que los discípulos de Jesús viajaron con Él. 7 Vea el mapa en la página 5 de «Usted vale más de lo que cree».

1

el este, pasaban el Jordán, y luego seguían sobre la margen oriental de este, hasta que pudieran pasar a Galilea. Jesús, en cambio, viajaba directo hacia el norte, pasando por Samaria. Juan escribió que a Cristo «le era necesario pasar por Samaria» (Juan 4.4; énfasis nuestro). Tal vez le era «necesario» porque tenía prisa. Podía ahorrarse unos tres días de viaje si tomaba la ruta directa. Sin embargo, el hecho de que se detuviera en Samaria varios días (Juan 4.40) hace improbable esta razón. Es más probable que le fuera «necesario» porque tenía como propósito hacer contacto con los samaritanos. Lo que los judíos veían como una despreciable raza mestiza, Jesús lo veía como «campos […] blancos para la siega» (Juan 4.35). En el centro de Samaria, Jesús encontró a una mujer junto a un pozo, lo cual dio como resultado uno de los más notables intercambios del ministerio de Cristo.8 La conversación de Jesús con la mujer ha sido estudiada como un modelo de cómo llevar a las personas no religiosas a la fe: cómo entró en contacto con ella, cómo estimuló su interés, cómo corrigió el error, cómo la guió a nuevas verdades, cómo la convenció de pecado y, especialmente, cómo cultivó la fe en el corazón de ella. Como resultado de este único contacto, Cristo tuvo la oportunidad de enseñar a toda una ciudad. «Y creyeron muchos más por la palabra de él» (Juan 4.41). COMIENZA LA OBRA EN GALILEA (MT. 4.13–17; MR. 1.14–15; LC. 4.14–15; JN 4.43–54) Después de varios días con los samaritanos, Jesús y los discípulos reanudaron su viaje, viajando hacia el norte por el valle de Esdraelon. Al final llegaron a los montes del sur de Galilea. Cristo haría su más grande obra en esta provincia. En vista de que Jerusalén y Judea constituían el centro del judaísmo en aquel tiempo, ¿por qué concentró Jesús sus esfuerzos en Galilea? He aquí tres posibles factores: 1) Jesús había crecido en Galilea, de modo que esta era la región con la cual estaba más familiarizado; 2) Galilea era la región más poblada; y 3) por regla general, los galileos eran más receptivos que los de Judea, al estar menos entusiasmados con las tradiciones religiosas. Todos los apóstoles, excepto Judas, eran galileos. Una cálida bienvenida Las noticias del ministerio en Judea le precedieron. En Juan 4.45 dice: «Cuando vino a Galilea, 8

El relato de Jesús y la mujer pecadora se abarca en detalle en la edición «Conozca al Maestro, 1» de La Verdad para Hoy.

2

los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta; porque también ellos habían ido a la fiesta» (vea Juan 2.23).9 Jesús comienza a predicar tal como lo había hecho en Judea. Marcos escribe que «Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed10 en el evangelio» (1.14b, 15; vea Mateo 4.17). Lucas escribió: «Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos» (4.15).11 Fue un comienzo lleno de buenos augurios. Milagros Jesús también comenzó a hacer milagros cuando estuvo en Judea. En Lucas 4.14a dice que «Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea». Esto se refiere a que Jesús ejercía «el poder del Espíritu» por medio de hacer milagros. El primer milagro después del regreso12 de Jesús tuvo lugar en Caná. Jesús hizo otra visita al lugar «donde había convertido el agua en vino» (Juan 4.46). Tal vez Natanael, que era oriundo de allí (Juan 21.2), lo había invitado a su casa. En la cercana Capernaum,13 9

Juan inserta una extraña nota en Juan 4.44. Leemos: «Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra». Esta podría ser parte de la explicación de por qué Jesús salió de Judea; sin embargo, en todos los demás lugares de los relatos del evangelio, es a Galilea la que se presenta como la «propia tierra» de Jesús. Tal vez tenga como propósito servir de idea parentética para indicar que Jesús sabía que la cálida bienvenida que le dieron en Galilea no habría de durar. (Vea Mateo 13.57; Marcos 6.4; Lucas 4.24.) 10 El mandamiento en el sentido de «arrepentirse y creer» es algo extraño. Por lo general, las personas primero llegan a creer en Jesús, lo cual hace que se arrepientan de sus pecados. Tenga presente que Jesús estaba predicando a judíos que ya tenían una fe básica en Dios, y algún conocimiento de las Escrituras. Necesitaban arrepentirse primero de no haber cumplido la ley de Dios. Después necesitaban conocer acerca del Mesías (Cristo) y llegar a creer en Él. 11 Como regla general, las sinagogas tenían reuniones formales dos veces el día de reposo, una vez el lunes, y una vez el jueves. El lunes y el jueves eran «días de plaza» en muchas ciudades, lo cual aseguraba una buena multitud. Las sinagogas podían abrirse también para reuniones informales en otros momentos. Estas circunstancias constituyeron excelentes oportunidades para que Jesús enseñara. 12 La frase «segunda señal» de Juan 4.54 se refiere aparentemente al segundo milagro que se hizo en Galilea; siendo el primero el haber convertido el agua en vino (2.11), y este era el segundo. No hay duda de que Jesús había hecho otras señales-milagros mientras estuvo en Judea (2.23; 3.2). 13 Capernaum estaba al norte, y a unos treinta kilómetros al este de Caná.

«un oficial del rey»14 tenía un hijo que «estaba a punto de morir» (Juan 4.46–47). Al enterarse de que Jesús estaba en Caná, se apresuró a pedirle que sanara a su hijo. El oficial le rogó a Jesús que viniera a Capernaum, pero Cristo le dijo: «Ve, tu hijo vive» (Juan 4.50).15 El hombre creyó en Jesús y emprendió el camino a casa. Cuando llegó allí, se dio cuenta de que su hijo se había recuperado exactamente a la misma hora que Jesús le dijo que viviría (Juan 4.50– 53a).16 Esto le causó una profunda impresión, y el noble «creyó […] con toda su casa»17 (Juan 4.53b). La noticia de este y otros milagros «se difundió […] por toda la tierra de alrededor» (Lucas 4.14b). Todo el mundo estaba hablando de Jesús. Traslado a Capernaum Una de las primeras acciones de Jesús en Galilea consistió en hacer de Capernaum Su base de operaciones.18 Mateo escribió que Jesús «volvió a Galilea; y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima» (Mateo 4.12b, 13a).19 Jesús nunca tuvo una casa en Capernaum (Mateo 8.20), pero algunos de Sus discípulos sí la tenían (Marcos 1.21, 29). A partir de este momento, durante su ministerio en Galilea, Cristo no se 14 El texto original dice literalmente: «hombre del rey». Es probable que este hombre fuera oficial del palacio de Herodes. 15 La respuesta inicial que da Jesús al oficial (Juan 4.48) es algo extraña. Note que no fue una reprensión personal, sino una crítica a la humanidad en general (la palabra «viereis» también se refiere en el griego a la segunda persona del plural). Tal vez Jesús estaba contrastando a los galileos con los samaritanos, que creyeron «por la palabra de él» (vers.o 41) sin necesidad de milagros. Tal vez las palabras tenían como propósito probar la fe del hombre. Como haya sido, las palabras no hicieron desistir al oficial, quien de hecho creyó en Jesús. 16 Esta es una de cuatro sanidades conocidas que Jesús llevó a cabo a distancia, incluyendo la sanidad del siervo del centurión en Mateo 8.5–13 y Lucas 7.1–10; la sanidad de la hija de la mujer sirofenicia en Mateo 15.22–28 y Marcos 7.25–30; y la sanidad de los diez leprosos en Lucas 17.11– 37. 17 Este es un ejemplo admirable de un hombre que hace a su familia partícipe de su fe. 18 Jesús había visitado anteriormente a Capernaum (vea Juan 2.12). 19 La mayoría de las armonías insertan Lucas 4.16–30 en este punto, para explicar por qué Jesús se mudó de Nazaret a Capernaum. Yo no incluyo ese pasaje aquí por dos razones: 1) El pasaje se refiere a las cosas «que se [habían] hecho en Capernaum» (Lucas 4.23), y a estas alturas de nuestra armonía, todavía no se había hecho nada en esta ciudad. 2) La forma tan severa como lo rechazaron parece corresponder mejor al final de Su ministerio en Galilea. No obstante, puede que usted prefiera insertar el relato a estas alturas. Vea «Cómo responder al rechazo» en «La vida de Cristo, núm. 5».

ausentaría por mucho tiempo de Capernaum. Saldría de esta ciudad para hacer recorridos, y luego volvería a ella. (Lea Marcos 1.21, 29, 38–39; 2.1.) Capernaum se ubicaba «en la región de Zabulón y de Neftalí» (Mateo 4.13b), la región general que se asignó a estas dos tribus cuando los israelitas entraron en Canaán (Josué 19). Mateo informó a sus lectores de que el traslado de Jesús cumplía parte de una profecía mesiánica conocida (Mateo 4.14–16; vea Isaías 9.1–220). ¡SE NECESITA AYUDA! (MT. 4.18–22; MR. 1.16–20; LC. 5.1–11) Casi todo estaba preparado para que Jesús empezara una intensa campaña en la provincia norteña. Necesitaba un componente más: discípulos a tiempo completo. Mateo 4, Marcos 1 y Lucas 5 hablan del llamamiento de cuatro pescadores: Pedro, Jacobo, Juan y Andrés. Este fue el segundo llamamiento para la mayoría o todos estos hombres, pues habían sido discípulos de Jesús durante el ministerio de Este en Judea.21 A medida que continuemos este estudio, descubriremos que en el llamado de Jesús al discipulado, hubo tres etapas. La primera fue una invitación a seguirlo y a aprender de Él. Este llamado no necesariamente suponía renunciar a la familia o al trabajo, tal como lo ilustran los pescadores que volvieron a su ocupación anterior. Durante Su ministerio, Jesús tuvo muchos obreros a tiempo parcial. Una vez envió a setenta discípulos a predicar (Lucas 10.1–20). La segunda etapa era el discipulado a tiempo completo. Los que respondían a este llamado viajaban y vivían con Jesús. El número de estos discípulos era considerablemente menor. El llamado que se hace a estos cuatro hombres en los textos que nos ocupan en esta lección, se encuentra en esta segunda categoría. La tercera etapa se alcanzó cuando Jesús eligió a doce de Sus discípulos para que fueran apóstoles. Más adelante estudiaremos este trascendental evento. Por ahora, no obstante, deseamos concentrarnos en el llamado de cuatro pescadores que acompañarían constantemente a Jesús. 20 Lea los versículos 6 y 7 de esta profecía, que pueden ser más conocidos para usted. 21 Juan 1.40–41 menciona concretamente a Andrés y a Pedro. Anteriormente hicimos notar que el discípulo cuyo nombre no se menciona (Juan 1.37, 40) era probablemente Juan. También observamos que la redacción del texto puede sugerir que Juan halló a su hermano Jacobo del mismo modo que Andrés halló a su hermano Pedro.

3

Los tres evangelios sinópticos relatan este llamado. Los tres pasajes demuestran la dificultad que supone combinar pasajes para formar una armonía. Mateo y Marcos hablan de cuatro hombres que son llamados, mientras que Lucas solo menciona a tres. Si usted leyera solamente los relatos de Mateo y de Marcos, no sabría que estuviera alguien más presente. Lucas, no obstante, relata que Jesús estaba predicando a una multitud, y recoge el relato de la pesca milagrosa. Debido a las diferencias, hay quienes concluyen que Lucas se refiere a una ocasión diferente de la de Mateo y de Marcos. Hay varios detalles, sin embargo, que indican que se trata del mismo suceso. Los tres relatos mencionan 1) el mismo lugar: el mar de Galilea22 (Mateo 4.18; Marcos 1.16; Lucas 5.1); 2) tres de las mismas personas: Pedro, Jacobo y Juan (Mateo 4.18, 21; Marcos 1.16, 19; Lucas 5.3, 1023); 3) la misma actividad: lavado y reparación de redes (Mateo 4.21; Marcos 1.19; Lucas 5.2); 4) el mismo llamado: a ser pescadores de hombres (Mateo 4.19; Marcos 1.17; Lucas 5.10); y 5) la misma respuesta: dejarlo todo y seguir a Jesús (Mateo 4.20, 22; Marcos 1.18, 20; Lucas 5.11). Si los tres relatos se refieren a la misma ocasión, ¿cómo se pueden reconciliar? Considere la siguiente posibilidad.24 Cuando Jesús y Sus discípulos volvieron a Galilea, cuatro de estos, Pedro, Jacobo, Juan y Andrés, volvieron a su antigua ocupación, que era pescar en el mar de Galilea. Una mañana, muy temprano, Jesús salió a caminar por la orilla, pasando cerca del lugar donde los hombres por lo general pescaban. Después de una noche sin pescar nada, Jacobo y Juan ya se habían rendido y estaban lavando y reparando sus redes sobre la orilla. Como era más obstinado que los demás, Pedro continuó intentando; al final, él también tuvo que reconocer la derrota. Él y Andrés volvieron a la orilla. Mientras tanto, había corrido la noticia de que Jesús estaba allí. Una multitud se había reunido. Jesús comenzó a predicarles. Cuando el gentío se agolpó sobre él, entró en la barca de Pedro e hizo 22 En Lucas se lee: «lago de Genesaret» (5.1), pero esta es simplemente otra forma de referirse al mar de Galilea. 23 Mateo y Marcos también mencionan a un cuarto hombre, a Andrés. Lucas no menciona específicamente a Andrés; sin embargo, Pedro tenía a alguien más en la barca con él, que no era Jacobo ni Juan (Lucas 5.6–7, 10). Andrés, su hermano, trabajaba con él como pescador (Mateo 4.18). 24 Cuando existen diferencias entre los relatos, basta con saber que se pueden reconciliar, aunque no sepamos exactamente cómo.

4

que este remara un poco mar adentro, y terminó su sermón desde el improvisado púlpito. Esto fue seguido de un milagro fuera de lo corriente: una extraordinaria captura de peces que asombró a los pescadores e hizo que Pedro cayera de rodillas.25 De este modo Jesús preparó el corazón de los pescadores para que respondieran a Su llamado. Mateo recogió el llamado, y la respuesta de ellos: «Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré26 pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron» (Mateo 4.19–20; vea 4.21–22; Marcos 1.17–20). El relato de Lucas es básicamente el mismo, al citar el llamado de Jesús, y al describir la respuesta con estas palabras: «… desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron» (Lucas 5.10–11). Fue así como Jesús llamó a los primeros hombres a ser discípulos de forma permanente e ininterrumpida. Este evento tuvo consecuencias trascendentales. Ahora Jesús no solo estaría acompañado día y noche, sino que también estos cuatro constituirían un tercio del grupo de doce que serían elegidos para servir como apóstoles. Además, tres de ellos compondrían el círculo especial de «los más allegados» de Jesús (Marcos 5.37; 9.2; 14.33). CONCLUSIÓN Todo estaba listo para el ministerio de Jesús en Galilea. En la lección que sigue, veremos cómo inició Jesús sus recorridos para predicar y sanar por esta provincia. ¡Eran días emocionantes los que vendrían!  NOTAS  Si usted no ha predicado últimamente sobre el encuentro que tuvo Jesús con la mujer samaritana junto al pozo, podría usar este como el sermón que se enlaza con esta lección. Juan 4.23–24 puede ser usado también para predicar sobre cómo comunicar, cómo confrontar, y/o cómo convertir a otros. Además, el pasaje se puede usar como la base de un sermón textual sobre la adoración. El relato del llamado que hace Jesús de los cuatro pescadores tiene muchas posibilidades para sermón: el mandamiento «Boga mar adentro» 25 Vea un comentario más completo de los detalles de estos eventos en «El llamado a ser discípulos». 26 En sus notas de clase, Will Ed Warren pone especial énfasis en las palabras «os haré»: «Uno puede hacerse ingeniero a sí mismo, pero no puede hacerse cristiano a sí mismo» (Will Ed Warren, Contenidos de curso, The Life of Christ: The Synoptic Gospels (La vida de Cristo: Los evangelios sinópticos), Harding University, 1991, 16).

(Lucas 5.4) puede servir como punto de partida para instar a «pensar en grande» en cuanto a la obra del Señor. La respuesta de Pedro «en tu palabra echaré la red» (Lucas 5.5) puede usarse para animar a todos a hacer la voluntad del Señor,

entiendan ellos plenamente o no los mandamientos de Dios. (Podría usted enumerar mandamientos que algunos no entiendan.) Podría incluso usar Lucas 5 para hacer una comparación entre pescar peces y «pescar hombres».

©Copyright 2005, 2006 por La Verdad para Hoy TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

5

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.