Haciendas, pueblos y comunidades

Con una acertada selección de textos, Manuel Miño Grijalva abre en este volumen nuevas interrogantes y temas de investigación relativos a las caracter

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LEY DE DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS DEL ESTADO DE OAXACA
LEY DE DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS DEL ESTADO DE OAXACA FUENTE: Gobierno del Estado de Oaxaca Procuraduría para la Defensa del In

media, naturaleza y pueblos
SELVA DE IRATI y PIRINEO FRANCES Puente colgante de Holzarte-Garganta Kakueta-Valle de Roncal Senderismo dificultad baja/media, naturaleza y pueblos

Story Transcript

Con una acertada selección de textos, Manuel Miño Grijalva abre en este volumen nuevas interrogantes y temas de investigación relativos a las características, relaciones y transformaciones de la vida económica y social de los valles de México y Toluca, desde la imposición del sistema colonial español hasta el triunfo de la Revolución de 1910. En su mayoría inéditos, los diez estudios aquí incluidos definen y caracterizan con claridad el proceso dinámico y permanente de adaptación y reconstitución de viejas y nuevas formas de organización en una sociedad compleja.

Haciendas, pueblos y comunidades Manuel Miño Grijalva (Compilador)

Así, mediante cuidadosos estudios de caso, podemos acercarnos a los pueblos, la estructura de gobierno provincial, la formación y consolidación de elites regionales y periféricas, la lucha de las comunidades por su economía y territorialidad, el papel del trabajo femenino en la expansión capitalista, las nuevas tácticas adoptadas frente al criterio modernizador del México liberal y su cancelación por los avatares revolucionarios.

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Cultura _y las Artes;

HACIENDAS, PUEBLOS Y COMUNIDADES Los valles de México y Toluca entre 1530 y 1916 Manuel Miño Grijalva (Compilador)

Un espacio editorial abierto a la pluralidad étnica, social y cultural de México

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes

Indice Presentación ........................................ 11

Primera edición: 1991 Producción : Dirección General de Publicaciones del CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES D. R. © Manuel Edmundo Miño Grijalva D.R. © De la presente edición Dirección General de Publicaciones Av. Revolución 1877, 10° piso San Ángel, CP 01000 México, D.F. ISBN 968-29-2986-5 Impreso y hecho en México

Capitulo 1 . LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICO-ESPACIAL DEL TRABAJO INDÍGENA EN EL VALLE DE TOLUCA, 1530-1630 ........................................... 21 El valle de Toluca : cuatro geografías ................ 22 Repartimiento minero en el valle de Toluca ........... 26 El trabajo en las minas ........................... 27 Taxco ......................................... 33 39 Temascaltepec .................................. Zacualpan ...................................... 40 Sultepec y Amatepec ............................. 41 Zimapan y Tlalpujagua ........................... 43 El repartimiento para obras públicas y para el abasto de la ciudad de México ................................. 44 La cerca de Toluca .............................. 46 El efecto del repartimiento sobre las comunidades indígenas ......................................... 49 Capítulo 2 . ESPAÑOLES ENTRE INDIOS : TOLUCA A FINES DEL SIGLO XVI ..................................... 52 Tipos de propiedades .............................. 55 56 Propiedades de encomienda ...................... 63 Propiedades de plebeyos ......................... Explotaciones de crianzas de cerdos ............... 65 Cardado de ovejas .............................. 66 Cría de ganado ................................. 67 68 Propiedades de los caballeros marginales ........... Actividad industrial y comercial ..................... 70 Textiles ........................................ 71 Curtidos ....................................... 72 Actividad mercantil .............................. 74

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HACIENDAS, PUEBLOS Y COMUNIDADES

INDICE

Comercio de cerdos ............................. 75 Reatas de mulas ................................ 76 Pequeño comercio .............................. 76 La comunidad oficial ........ ....................... 77 El teniente de corregidor ......................... 78 El alguacil ...................................... 79 El intérprete .................................... 80 El procurador ................................... 81 El corregidor .................................... 82 Eclesiásticos .................................... 89 Vicarías ........................................ 90 Frailes ......................................... 92 Mestizos , mulatos y negros ......................... 97 Mestizos ....................................... 97 Negros y mulatos ............................. 99 Indios ................................. ......... 102 Sirvientes ...................................... 102 Trabajo del repartimiento ......................... 103 Trabajadores especializados o de otro tipo ......... 103 Actividad independiente .......................... 105 Maíz y mercados ................................ 106 Pulque ......................................... 108 Legislación ..................................... 109 Nombres indígenas .............................. 109 Lenguaje y alfabetización ........................ 111 Cabildos indígenas .............................. 111 Coexistencia , no aculturación ..................... 113 Toluca como provincia española ..................... 113 Capítulo 3. LA EVOLUCIÓN DE LA CORPORACIÓN INDÍGENA EN LA REGIÓN DEL VALLE DE TOLUCA, 1550-1810 ........................................... Congregación ..................................... Mercedes a españoles en el marquesado ............. Composición ...................................... Los propios del pueblo ............................. Búsqueda del reconocimiento como pueblo ........... Haciendas- comunidades ............................ Comunidades mineras .............................. Títulos para establecer sus demandas o pretensiones ..

8

117 119 122 125 128 130 133 137 139

Capítulo 4. A LA SOMBRA DE LA CIUDAD DE MEXICO: ALGUNOS ASPECTOS DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y LOS PROCESOS SOCIALES EN TEXCOCO, 1570-1620 ....... 143 Las características generales de la sociedad texcocana hispánica ......................................... 145 Las actividades comerciales ......................... 149 Los inicios de la consolidación social ................. 154 La sociedad indígena en Texcoco .................... 156 Capítulo 5. LOS ESPAÑOLES DE LAS PROVINCIAS. LOS PUEBLOS DE INDIOS Y LAS HACIENDAS: SECTORES INTERRELACIONADOS DE LA SOCIEDAD AGRARIA EN LOS VALLES DE MÉXICO Y TOLUCA, 1750-1810 ....... 160 Los españoles de la provincia ....................... 164 La agricultura española a pequeña escala ............. 167 Las comunidades indígenas ......................... 169 Las haciendas ..................................... 177

Capítulo 6. LAS RELACIONES SOCIALES EN LAS HACIENDAS DE MÉXICO: LA REGIÓN DE CHALCO EN LA ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA ............................. 186 Los pueblos y las haciendas en vísperas de la Independencia ........................................... 189 La elite hacendada en transición ..................... 196 Los hacendados posindependentistas : una historia de familia ........................................... 208 Los administradores de las haciendas y los curas de los pueblos : mediadores entre lo urbano y lo rural ........ 212 Las haciendas , los sistemas de trabajo y los habitantes de Chalco después de la Independencia ................. 216 Conclusiones ...................................... 227 Capítulo 7. JORNALEROS Y HACENDADOS. LA DISTRIBUCIÓN DE LA PROPIEDAD DE LA TIERRA EN EL SUROESTE DEL ESTADO DE MÉXICO)HACIA 1900 ......... 230 Introducción ...................................... 230 Errores históricos .................................. 234 El ambiente ....................................... 240 Las grandes propiedades ........................... 244 La pequeña propiedad ............................. 253 Conclusión ....................................... 265 Apéndice ......................................... 268

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Capítulo 8. TRABAJO FEMENINO Y EXPANSIÓN DE LAS RELACIONES CAPITALISTAS EN EL MÉXICO RURAL A FINES DEL PORFIRIATO: EL DISTRITO DE TENANGO DEL VALLE, ESTADO DE MÉXICO , 1900-1910 .............. 270 La estructura ocupacional del Estado de México y el trabajo femenino , 1900- 1910 ............................... 275 Migraciones a la capital : las mujeres en los procesos de urbanización ................................. 275 Las mujeres en la estructura ocupacional del Estado de México ...................................... 277 La estructura ocupacional del distrito de Tenango ..... 281 La división sexual del trabajo : ideología y necesidades .................................... 282 La transformación de la estructura ocupacional ..... 284 Las mujeres en la agricultura : el problema de los datos .......................................... 286 Migraciones y sustitución de trabajo masculino por el femenino .................................... 288 La expansión de las relaciones capitalistas en el distrito de Tenango ....................................... 290 El impacto demográfico de las transformaciones socioeconómicas .................................. 294 Conclusiones ...................................... 297 Capítulo 9. UN EMPRESARIO EN EL VALLE DE MÉXICO: ÍÑIGO NORIEGA LASO, 1867-1913 .................... 300 Hacendados y empresarios: problemas y posiciones ... 300 El empresario ..................................... 303 Agricultura ....................................... 303 Industria extractiva ................................ 315 Industria de transformación ........................ 315 Bienes raíces ...................................... 316 Capítulo 10. HACENDADOS Y APEROS AGRÍCOLAS: EL CASO DE LA HACIENDA DE SAN NICOLÁS DEL MORAL EN CHALCO, 1880-1916 ............................................ 318 Bibliografía .............................................................. 339 Los autores ............................................................. 343

10

TRABAJO FEMENINO...

CAPÍTULO

8 Trabajo femenino y expansión de las relaciones capitalistas en el México rural a fines del porfiriato: el distrito de Tenango del Valle, Estado de México, 1900-1910

L

Soledad González Montes** a progresiva integración de los mercados regionales en un mercado nacional, junto con la am-

pliación del mercado mundial a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, aceleró y profundizó en toda América Latina el proceso de proletarización de los campesinos que habían logrado conservar tierras en las que practicaban la agricultura en pequeña escala para el autoconsumo y la venta . En efecto, las haciendas y plantaciones comenzaron a ejercer fuertes presiones sobre las comunidades rurales para utilizar el trabajo de sus habitantes en la expansión de su producción. Este proceso adoptó diversas modalidades según la región de la que se tratase: en algunos casos la proletarización fue completa , en otros, sólo parcial ; en algunas regiones dominaba el trabajo asalariado , en otras existía una verdadera servidumbre agraria.' * Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en la VII Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos (Oaxaca , 22-26 de octubre, 1985), en la Mesa 33 , " De Campesina a Mujer Urbana . México 1880- 1920". Agradezco a Carlos Marichal y Manuel Miño Grijalva los valiosos comentarios y sugerencias que permitieron mejorarla sustancialmente. — Investigadora de El Colegio Mexiquense. 1 Friedrich Katz , La servidumbre agraria en México en la época porfiriana; K. Duncan e I. Routledge , La tierra y la mano de obra en América Latina.

270

Las páginas que siguen , examinan procesos que tuvieron lugar en una zona típicamente campesina del centro de México, el distrito de Tenango en el valle de Toluca. Esta zona atrajo nuestra atención porque, de acuerdo con la información censal de la época , la proletarización implicó una extraordinaria participación de las mujeres en el trabajo remunerado: en 1910, más de la mitad de las mujeres adultas del distrito se habían incorporado al mercado laboral y uno de cada tres jornaleros era mujer . Según el censo, había casi el mismo número de mujeres ocupadas en los quehaceres domésticos que empleadas en la agricultura por un jornal . Una participación tan fuerte en el trabajo pagado resulta inusitada aun en nuestra época, cuando tendemos a pensar que la incorporación de la mujer a la economía no doméstica es un fenómeno reciente. ¿Ocurrió realmente una entrada masiva de las mujeres en la fuerza de trabajo de este distrito , o se trata de un error en los censos? El presente ensayo tiene por objeto realizar un análisis crítico de los datos oficiales para intentar arrojar luz sobre la cuestión . Fundamentalmente se estudia la información censal de los Anuarios Estadísticos y la Concentración de Datos Estadísticos del Estado de México, pero además se hace uso de material de historia oral que contribuye a la interpretación de esos datos . 2 Por medio de toda esta información se esboza una reconstrucción tentativa de los procesos socioeconómicos que tuvieron lugar en el distrito de Tenango , y se proponen algunas hipótesis para investigaciones futuras. Una de estas hipótesis es que la alta participación de las mujeres en el mercado de trabajo , y en particular como jornaleras agrícolas, es congruente con el conjunto de procesos que estaban ocurriendo y con la demás información de la que disponemos.

El enfoque con que se aborda este problema parte de la premisa de que los cambios en la división sexual del trabajo, que condicionan la mayor o menof participación femenina en 2Mi interés por la historia regional nació de realizar trabajo de campo como antropóloga social . He recogido información de historia oral (sobre todo acerca de la estratificación socieconómica en algunas comunidades y participación en la revolución de 1910), a través de entrevistas a ancianos cuyos recuerdos cubren aproximadamente los últimos cien años. Esta fuente incluye una parte de la interpretación de los procesos ocurridos en el distrito de Tenango.

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TRABAJO FEMENINO...

EL DISTRITO DE TENANGO EN EL ESTADO DE MÉXICO

lo tanto, comprender la posición de las mujeres en el mercado de trabajo exige conocer la interrelación entre el trabajo masculino y el femenino; las formas de penetración capitalista de las economías locales, y el modo en que éstas se articulan con el mercado nacional e internacional.4 La participación femenina en la fuerza de trabajo ha sido un tema poco estudiado en México desde un punto de vista histórico.s Tiene particular relevancia para el caso del Porfiriato pues este fue un periodo de expansión del capitalismo que impuso importantes reacomodos a la estructura ocupacional de la sociedad mexicana, en los que les cupo un papel a las mujeres. Diversos autores han señalado que el desarrollo de los sectores exportadores, en particular de minería y haciendas, junto con el crecimiento urbano y de la red ferroviaria, que contribuyó a integrar las economías regionales al mercado nacional, fueron los elementos básicos de este proceso de transformación capitalista; pero poco es lo que sabemos acerca de los cambios experimentados por las comunidades campesinas en esta época. A lo largo de este periodo la región sudeste del estado de México, de la cual forma parte el distrito de Tenango (véase mapa), experimentó una mayor integración de su economía con ciertos polos de desarrollo, en particular la ciudad de México y el área occidental del estado de Morelos. Esto constituyó un estímulo importante que reorientó parcialmente la i. nal de las comunidades producción y la estructura ocupac^o campesinas.

el sector asalariado, son el resultado de cambios en la economía local y nacional, que inevitablemente ponen presiones sobre los grupos domésticos y su manera de organizarse para llevar a cabo las labores de subsistencia y reproducción.' Por 3Varios estudios antropológicos y sociológicos recientes analizan diversos aspectos del impacto que el desarrollo capitalista de la posguerra ha tenido sobre las familias y mujeres rurales de América Latina y el llamado Tercer Mundo. Aunque se refieren a la época contemporánea, plantean una serie de cuestiones que pueden ser retomadas con provecho por investigaciones con carácter histórico. Tal es el caso de las obras de Ester Boserup, Womans Role in Economic Development, y Lourdes Benería (ed.), Woman and Development. The Sexual Division of Labour in Rural Societies.

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a Carmen Deere , " La mujer rural y la producción de subsistencia en la periferia capitalista "; M. León de Leal y C. Deere , " Planteamientos teóricos y metodológicos para el estudio de la mujer rural y el proceso de desarrollo del capitalismo". 5 La bibliografía histórica acerca del trabajo femenino es cada vez más voluminosa para Europa y Estados Unidos. Un ejemplo del tipo de problemas que desarrolla, lo constituye el artículo de J. Scott y L. Tilly, "Women's Work and the Family in Nineteenth - Century Europe ", que analiza las consecuencias que la incorporación de las mujeres a la industria tuvo sobre las familias de las clase trabajadora europea. Para el caso de México , son muy pocos los estudios de este tipo . Entre estos pocos podemos mencionar el aráculo de C. Ramos, "Peones, bueyes, sacos de maíz, pero no mujeres ", y la obra de V. Vallens , Working Women in Mexico During the Porfiriato, 1880-1910, sobre las trabajadoras urbanas.

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El distrito de Tenango era una zona de gran densidad de comunidades campesinas con territorios propios, cuna población cultivaba para el autoconsumo y para el mercado, además de vender estacionalmente su fuerza de trabajo a las empresas agrícolas de la región y del occidente de Morelos. Durante el Porfiriato, estas comunidades experimentaron un crecimiento demográfico que llevó a su población a ejercer presión sobre los recursos con los que contaba , al mismo tiempo que ocurría un intenso proceso de concentración de la tierra , como resultado de la desamortización de los bienes comunales . A diferencia de lo que ocurrió en otras zonas, la expansión del capitalismo no implicó tanto el aumento de la producción y la productividad, cuanto la extensión de las relaciones capitalistas sobre el principal medio de producción, la tierra. La reorganización de la fuerza de trabajo tuvo su origen en este doble proceso : el crecimiento de la demanda de mano de obra por parte de los sectores en expansión y la pauperización y proletarización de una amplia masa de la población rural . El primer proceso se vincula con la expansión de la agricultura comercial y de ciertos sectores de la industria. El segundo , con la concentración de la tierra , que desposeyó a gran número de campesinos o redujo la superficie que cultivaban, obligándolos a trabajar , dentro y fuera de sus comunidades, para los caciques locales o para las haciendas y ranchos de su misma zona o de otras. Ambos procesos exigieron reacomodos en la estructura ocupacional en varios planos . Al cambiar las necesidades de fuerza de trabajo de los distintos sectores ocupacionales, según el dinamismo que tuvieran y el papel que jugaran en la economía regional o nacional , varió la cantidad de gente que empleaban y aun el tipo de tareas que desarrollaban . Esto implicó la redistribución geográfica de una parte de la fuerza de trabajo a través de movimientos migratorios en dos direcciones: del campo a la ciudad y de las zonas con excedentes de mano de obra o deprimidas , hacia otras zonas rurales que habían aumentado sus requerimientos de trabajadores . Estas nuevas condiciones modificaron parcialmente, pero de manera importante , las exigencias impuestas al trabajo femenino.

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TRABAJO FEMENINO...

La estructura ocupacional del Estado de México y el trabajo femenino, 1900-1910 El Estado de México fue - y sigue siendo- un estado agrícola marcado por la proximidad de la capital de la república. Este hecho tuvo gran importancia para las economías de sus distintas zonas, por lo que al hablar de su estructura ocupacional no podemos dejar de analizarlo.

Migraciones a la capital: las mujeres en los procesos de urbanización Dos fuerzas impulsaban los movimientos de población hacia la ciudad de México : una de expulsión de sus lugares de origen, y otra de atracción . Los factores que motivaban la primera eran múltiples y complejos: las crisis alimentarias, la sobrepoblación , el cambio tecnológico y una serie de otros elementos , podían conjugarse de distinta manera, según la zona , para provocar el traslado temporal o permanente de una parte de la gente hacia la capital.6

Diversos autores han señalado el poderoso efecto de atracción que ejerció la ciudad de México a fines del Porfiriato al crearse nuevas fuentes de empleo en los sectores de la 6AI magnetismo generado por la ampliación del mercado de trabajo urbano se unían factores que estimulaban la expulsión de una porción de la mano de obra rural de sus lugares de origen. La presión demográfica en algunas zonas y la creciente proletarización en casi todas, eran algunos de ellos . El informe del gobernador del Estado de México durante el periodo 1889- 1893, puntualiza otro : la adopción de tecnologia moderna por parte de haciendas y ranchos en algunas zonas . Así, en el distrito de Toluca "... una gran parte de las fincas posee arados extranjeros y motores de vapor para adaptar máquinas de desgranar, trillar, moler o limpiar los productos de la agricultura . Igualmente se usan máquinas segadoras y sembradoras aunque en menos número que las indicadas antes . Las máquinas traen consigo gran economía de brazos para las labores de campo , lo que hace que los jornaleros emigren en busca de trabajo ..." ( Villada , 1894: 333 ; el subrayado es nuestro). Si bien la sustitución de trabajo humano por maquinaria puede explicar los movimientos de una parte de la población masculina de algunas zonas, no estaba lo suficientemente extendida como para poder explicarla en todos los casos. Según el informe del gobernador Villada , el distrito de Toluca era más bien la excepción que la regla en cuanto a sus avances tecnológicos en el agro.

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industria y los servicios .' Entre 1900 y 1910 el Distrito Federal pasó de alrededor de medio millón de habitantes a tener 720 000 .8 Hacia 1910, 43 % de los residentes en la capital ko había nacido en ella. De todos los estados que expulsaban población hacia el D. F., el de México era el que proveía el contingente más numeroso , uno de cada tres migrantes registrados por el censo , tenía esa procedencia.9 No interesa ahora señalar cuáles fueron las causas de los desplazamientos de la fuerza de trabajo en distintas regiones. Cualesquiera fueran sus orígenes, lo que se debe destacar es la importancia de las migraciones en este periodo y el hecho de que un estudio sobre la participación económica de las mujeres rurales no puede dejar de tomar en cuenta el papel de éstas en los procesos migratorios hacia las ciudades.

taba residiendo y trabajando en la capital en 1910 .11 En este caso la cercanía con la capital debió ser un factor de enorme importancia. Mucho es lo que resta saber acerca de las migraciones de esta época ( tanto hacia la ciudad como hacia otros lugares en el campo ) y sobre la función que les cupo en la adaptación de la fuerza de trabajo a condiciones cambiantes . Los estudios históricos han destacado las transformaciones urbanas pero no han analizado suficientemente su impacto sobre las comunidades campesinas . Por otro lado, los movimientos migratorios de peones y jornaleros hacia zonas de agricultura capitalista son mucho más difíciles de seguir en este periodo, aunque no por ello tuvieron menos importancia que los traslados hacia la ciudad . Ambos tipos de desplazamientos, junto con los cambios económicos experimentados por las economías locales y regionales , abrieron nuevas á reas de actividad económica para las mujeres , lo que contribuye a explicar el aumento de su participación en el trabajo remunerado registrado por el censo de 1910.

Esto se hace evidente cuando se analiza la información censal sobre el sexo de los residentes en la capital . En efecto, a la ciudad de México habían migrado más mujeres que hombres : 53.7% de los migrantes registrados en 1910 eran mujeres. Había estados como Guanajuato , Jalisco y Michoacán que enviaban prácticamente el mismo número de hombres que de mujeres , pero del Estado de México salían más mujeres (55% de los migrantes mexiquenses lo eran ). El caso más extremo era el de Hidalgo pues 58.5% de sus migrantes a la capital eran mujeres.10 Las diferencias en el peso que uno y otro sexo tenía en el caudal migratorio sin duda dependía de múltiples y complejos factores , tanto en la zona de origen como en la receptora. Para el caso específico del Estado de México , queda claro que la alternativa de la migración a la ciudad estaba abierta para un número considerable de mujeres y que su panorama ocupacional quedaría realmente incompleto si no se mencionara que una de cada diez mujeres nacidas en la entidad es7H. de Gortari ( 1985), describe la creciente especialización y diversificación del mercado de trabajo urbano en esta época. Véase también el artículo de J. L. Leal y J. Woldenberg , "Orígenes y desarrollo del artesanado y del proletariado industrial en México, 1867 - 1911". 8 Tercer Censo de Población , t. 1, p. 12. 9lbid., t. 2, pp . 80-83. 10lbid., t. 2, pp . 80-83.

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Las mujeres en la estructura ocupacional del Estado de México Las investigaciones sobre las mujeres del campo han puesto especial énfasis en dilucidar las funciones del trabajo doméstico en el sostenimiento y la reproducción de las familias campesinas y de la fuerza de trabajo . Desgraciadamente, no es posible abordar este tema a través de las fuentes oficiales de información que son las que he empleado para este ensayo , pues el trabajo pagado es el único sobre el que hay

11 Los datos de V. Brachet , La población de los estados mexicanos ( 1824-1895), pp. 104 y 107, sugieren que el crecimiento demográfico moderado del estado de México durante el siglo XIX (0.8% anual entre 1826-1849 y 1.1 % entre 1871-1895), se debió en buena medida a que perdía población a favor de la ciudad de México. Los censos demuestran que este proceso se intens ificó a fines del Porfiriato : la capital creció sólo 0.6% por año entre 1824 y 1874 ; la tasa subió a 2.4% anual entre 1874 y 1895; y fue de 4 . 4% anual entre 1900 y 1910 (Tercer Censo de Población, t. 1, p. 12).

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más detalles en éstas. Toda una gama de actividades productivas, cruciales para la subsistencia en el campo, quedan englobadas bajo la categoría de "quehacer doméstico" y eluden nuestro conocimiento. Es por eso que a pesar de estar consciente del papel fundamental del trabajo doméstico, he debido centrar la atención exclusivamente sobre el trabajo remunerado y lo que en la actualidad llamamos "el sector formal" de la economía.

A primera vista, los datos globales de los censos porfirianos parecen sugerir que la abrumadora mayoría de los habitantes del Estado de México se atenía al estereotipo clásico de la división sexual del trabajo: las mujeres a las labores del hogar y los hombres a las del campo. En efecto, según el censo de 1910, todavía alrededor de 80% de los hombres del estado trabajaban en la agricultura y 90% de las mujeres se dedicaban al trabajo doméstico. Sin embargo, un escrutinio más cuidadoso de la información muestra que la estructura ocupacional del estado distaba mucho de ser tan sencilla, y que en la última etapa del Porfiriato estaban ocurriendo transformaciones profundas a su interior. Una de ellas fue el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo. Sólo 5.5% de las mujeres del Estado de México, registradas por el censo de 1900, trabajaban recibiendo dinero a cambio -esto es, unas 17 000. Diez años más tarde sumaban 40000 y constituían el 12% de toda la población femenina adulta del estado (Cuadros 1 y 2). Si bien estas cifras indican que seguían predominando estructuras tradicionales, también apuntan la velocidad con que se estaban operando los procesos de cambio. No sólo se incrementó de manera notable el número de mujeres que percibían ingresos, sino que además varió el peso que las distintas actividades tenían en la absorción de mano de obra femenina. La participación femenina creció en todos los sectores de la actividad económica tradicionalmente abiertos a ellas, aunque la tasa de expansión no fue homogénea. El incremento más espectacular ocurrió en la agricultura: en 1910 había casi seis veces más peonas y jornaleras que en 1900, de modo que una de cada tres mujeres del Estado de México que trabajaba fuera de su hogar lo hacía en el campo. El sector de manufac-

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tura de textiles y de confección de ropa triplicó en ese lapso el número de mujeres que empleaba, mientras que se duplicaron las molenderas, tortilleras y demás productoras de alimentos para la venta. El avance de los sectores que acabo de mencionar trajo como consecuencia que al servicio doméstico dejara de ser la ocupación principal de las mujeres con ingresos. Prácticamente la mitad de las mujeres que trabajaban fuera de su hogar en 1900 eran criadas, sirvientas y lavanderas. Diez años más tarde, el número de mujeres dedicadas a estos menesteres había crecido 40% en términos absolutos, pero su peso relativo en el conjunto de las ocupaciones remuneradas era mucho menor de lo que había sido: no llegaba a un tercio de la población femenina económicamente activa en 1910 (Cuadros 1 y 2). Al comparar los censos de 1900 y 1910, llama la atención la evolución de la mano de obra femenina ocupada en el sector agrícola del Estado de México. A lo largo de esta década, el total de peones de campo y jornaleros del estado pasó de 215 333 a 217 199. El aumento es pequeño, pero lo notable es Cuadro 1 PARTICIPACIÓN ECONÓMICA DE LAS MUJERES DEL ESTADO DE MÉXICO 1900-1910 Ocupaciones

1900 No.

Trabajo doméstico Trabajo remunerado Propietarias y rentistas Sin ocupación y ocup. desconocida Total población femenina adulta

1910 %

No.

292 807

92.2

282 362

87.6

17 167

5.5

39 216

12.2

448

0.1

550

0.2

4669

1.5

36

0.001

315091

100.0%

322164

100.0%

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Cuadro 2

794); para 1910 ya eran 5.4% (11 810 en números absolutos). De estas mujeres, la mayoría (casi 8000 pertenecían al distrito de Tenango. Más allá de los posibles errores u omisiones en el levantamiento de los censos,12 no cabe duda de que hubo un movimiento en la dirección señalada. ¿A qué se debió este fenómeno de sustitución parcial de la fuerza de trabajo masculina por la femenina en el campo? La cuestión es compleja y es posible que en distintas zonas estuvieran actuando múltiples factores de diversas maneras. El caso del distrito de Tenango tiene especial interés por ser el que, según el censo de 1910, acusó el incremento mas espectacular de mujeres en las labores agrícolas.

TRABAJO REMUNERADO FEMENINO EN EL ESTADO DE MÉXICO POR SECTORES DE ACTIVIDAD, 1900-1910 1900 No.

1910 %

No.

%

Agricultura 8

2036

12.0

12168

31.0

Alimentación b

1954

11.4

3 816

9.7

Manufactura de textiles e indumentaria °

1994

11.6

6 242

16.0

466

2.7

860

2.2

Servicio doméstico d

8378

48.8

11 947

30.5

Comercio e

1 283

7.5

2468

6.3

Otras

1056

6.0

1 715

4.3

Total

17 167

100.0%

39 216

100.0%

Trabajo en establ. industriales

La estructura ocupacional del distrito de Tenango El distrito de Tenango, ubicado en el sudeste del valle de Toluca (véase mapa), ha sido y sigue siendo un área eminentemente agrícola, cubierta por una densa red de comunidades campesinas. A fines del siglo xix 60% de sus habitantes eran indígenas, 25% mestizos y 14% blancos.13 Las cuatro villas del distrito (Tenango, Santiago Tianguistenco, Calimaya y Capulhuac) concentraban los blancos y mestizos que constituían la elite regional que dominaba el comercio, los talleres manufactureros, los molinos y el poder político. Casi toda la población de los otros 35 pueblos, era indígena.14

Fuentes: Segundo y Tercer Censos de Población, 1900 y 1910 'Agricultura. Incluye las siguientes categorías de los censos : agricultoras, jardineras, hortelanas , administradoras y dependientes de campo, peonas y jornaleras. La abrumadora mayoría de las personas en este sector eran peonas y jornaleras. bAlimentación. Incluye bizcocheras, dulceras, panaderas, molenderas y tortilleras. 'Manufactura de textiles e indumentaria. Incluye bordadoras, costureras, empuntadoras, jarcieras , modistas, tejedoras de algodón y lana, tejedoras de palma y zapateras . El número más alto de mujeres en este sector correspondía a las empuntadoras; les seguían las tejedoras de algodón y lana. dServicio doméstico. Sirvientas, criadas y lavanderas. 'Comercio. Corredoras de comercio, comerciantes, dependientes de comercio y vendedoras ambulantes. La mayoría de estas mujeres eran comerciantes, vale decir que tenían tienda propia; la proporción de vendedoras ambulantes registrada por los censos era mucho menor.

12 Los censos inevitablemente presentan problemas de errores y omisiones. Aun cuando esto sea cierto en los que sirven de base a esta investigación , hay que señalar que los censos porfirianos tienen información muy rica sobre una enorme variedad de aspectos demográficos y ocupacionales . Una ventaja es que está desglosada por municipio y aun localidad, lo que permite análisis detallados. Por otra parte, la información es congruente entre uno y otro censo y con respecto a otras fuentes (como los Anuarios de Peña fiel, los informes de los gobernadores y la Concentración de Datos Estadísticos del Estado de México). 13A. Velasco, Geografía y estadística de la República Mexicana, p. 109. 14Concentración de los Datos Estadísticos del Estado de México, año de 1900, p. 63.

que, de acuerdo con los censos, se produjo debido a la extraordinaria incorporación de mujeres a este tipo de trabajo, ya que en la mayoría de los distritos hubo una reducción de, los hombres clasificados en estas categorías ocupacionales. En 1900 las mujeres no llegaban a constituir el 1 % de todos los peones y jornaleros del estado (el censo registró apenas

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La división sexual del trabajo: ideología y necesidades

cepción tradicional que limita la esfera de acción de las mujeres al ámbito del hogar y de las labores domésticas. Pero si bien este aspecto de la ideología se resiste a los cambios, las imposiciones de la necesidad han transformado o flexibilizado las prácticas laborales de los sexos en distintas épocas, esto es lo que ocurrió en el periodo que nos ocupa.

Indudablemente, la división sexual del trabajo está determinada históricamente y va adaptándose a las necesidades económicas.í5 Sin embargo, también existe un modelo ideológico de cuál es la distribución correcta y deseable de las actividades entre los sexos. La ideología y la práctica tienden a coincidir habitualmente, pero no siempre esto es posible: hay periodos en los que las condiciones económicas no lo permiten. Aunque a nivel ideológico exista un modelo de división sexual del trabajo, las necesidades reales (tanto por parte de los trabajadores como por parte del mercado de trabajo) son las que en última instancia determinan si las normas ideales se practican o se transgreden. La versión ideológica de cuál debe ser la división sexual del trabajo, aparentemente se remonta al origen mismo de la existencia de los sexos, y es concebida como parte del orden natural de las cosas. Identifica el género de las personas con las actividades que desempeña y que son consideradas "propias". La identidad genérica se construye por oposición de las actividades que se atribuyeron a uno u otro sexo: un hombre no echa tortillas, no lava trastes ni barre... es la mujer quien cocina y limpia. Que estos valores culturales se resisten al cambio se constata por el hecho de que persisten hasta la actualidad. Aún hoy en día muchas familias del distrito de Tenango siguen practicando la costumbre prehispánica de enterrar el cordón umbilical del recién nacido en el lugar que se cree apropiado a su sexo: el de las niñas debajo del fogón "para que les guste el quehacer de la mujer y estar en la casa" mientras que el de los varones se entierra en la milpa o en el monte, "para que les guste salir a trabajar al campo y sean valientes..." De esta manera se define a nivel simbólico, desde el momento mismo de la entrada a la vida, el papel fundamental de los sexos y el ámbito de actividad de cada uno.

El modelo es persistente, todavía hoy tiene vigencia la con15M. León de Leal y C. Deere , op. cit.

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Más allá de que el trabajo en el campo fuera considerado propio de los hombrs y el doméstico de las mujeres, los censos sugieren cuáles eran los trabajos culturalmente asignados a los sexos en otras actividades. Así, las ocupaciones que aparecen como exclusivamente masculinas en el distrito de Tenango -por que los censos no registraron a ninguna mujer que las ejerciera en este periodo- eran las relacionadas con la construcción, las artesanías del cuero, del metal, de la alfarería y de la madera. Tampoco hubo mujeres fabricantes de rebozos -una industria en expansión en la épocaaunque eran ellas quienes hacían el fino acabado de las puntas ("empuntadoras"). En la elaboración de tejidos de algodón y lana participaban hombres y mujeres, pero eran más numerosos los tejedores varones. Otras ocupaciones en las que había miembros de ambos sexos en este periodo fueron las de comerciantes, criados, sirvientes, empleados particulares, profesores y tejedores de palma. Las ocupaciones exclusivamente femeninas eran las de costureras y empuntadoras de rebozos, parteras y lavanderas.

En el sector de la alimentación se daba una peculiar división sexual del trabajo. El procesamiento de los alimentos para el consumo doméstico era una de las ocupaciones fundamentales de las mujeres, pero también participaban de manera importante en la elaboración de alimentos para la venta. Resulta muy interesante el contraste con los hombres que trabajaban en este sector. En efecto, las mujeres elaboraban los alimentos consumidos por la población indígena pues tenían la exclusividad del procesamiento del maíz como molenderas y tortilleras. Los hombres, en cambio, aparecen como los únicos que manejaban alimentos más caros y de más prestigio en la jerarquía social como el pan , la carne y los pasteles -productos todos asociados con "la gente de razón".

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A pesar de estas tendencias generales que sugieren la existencia de una división sexual del trabajo culturalmente establecida , la presente investigación demuestra que en un contexto de proletarización del campesinado y pauperización de las masas rurales como el que tuvo lugar a fines del Porfiriato, las barreras ideológicas cedían lugar rápidamente a las necesidades prácticas. Esto se ve con toda claridad en la evolución del trabajo considerado masculino por excelencia -el agrícola.

Cuadro 3

La transformación de la estructura ocupacional A lo largo del periodo estudiado , un número creciente de mujeres asumieron labores agrícolas, ya no en la propia explotación familiar sino fuera de ella, vendiendo su fuerza de trabajo. El trabajo de campo remunerado del distrito de Tenango aparecía como exclusividad de los varones en los dos primeros censos de población pues el primero no registró ninguna mujer peona o jornalera y el segundo sólo 42 ; en el de 1910, en cambio , aparecen 7 799 . Según esto , uno de cada tres trabajadores agrícolas era mujer. La agricultura era, por lo tanto, la principal ocupación no sólo masculina sino también femenina . Sin embargo , su peso proporcional en el conjunto de la estructura ocupacional tendió a disminuir levemente como consecuencia de una mayor diversificación laboral en el distrito . El Cuadro 3 indica que entre 1900 y 1910 todos los sectores, excepto el de la alimentación, aumentaron el número de personas que empleaban, aunque unos crecieron a un ritmo más veloz que otros. Después de la agricultura , el comercio era la ocupación con más gente en 1900 , pero para 1910 había cedido este lugar a los criados y sirvientes, clara evidencia del ahondamiento en las diferencias socioeconómicas en la zona . El comercio estaba dominado por los hombres tanto en 1900 como en 1910, pero la proporción de comerciantes mujeres creció en esté lapso ( Cuadro 4 ). La mayor parte de ellas pertenecían a los pueblos más grandes del distrito y tenían mucho peso en el comercio ambulante . Había el doble de vendedoras ambulan-

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ESTRUCTURA OCUPACIONAL DEL DISTRITO DE TENANGO , 1900-1910 1900,

Agricultura Peones y jornaleros

1910

16544

76.1

22605

73.0

452 323

2.1 1.5

321 1 479

1.0 4.8

Servicios Criados y sirvientes Empleados particulares Comerciantes

953 328 1039

4.4 1.5 4.8

2408 499 1582

7.8 1.6 5.1

Otros

2102

9.6

2072

6.7

Procesamiento y elaboración de Alimentos Textiles

Total

21 741

100 . 0%

30 966

100.0%

tes que de lavanderas , lo que da la idea de la importancia del comercio para las mujeres. En todos los sectores aumentó la proporción de mujeres excepto en el de los servicios personales. Esta transformación tiene que ver con dos hechos. Uno es que se expandió rápidamente el número de varones clasificados como sirvientes y que trabajaban para los campesinos enriquecidos , convertidos en caciques en las comunidades . El otro es que las mujeres estaban encontrando empleo en actividades distintas de las puramente domésticas, llevadas a cabo en su propio hogar o como trabajo remunerado para terceros.

El sector textil era el que ofrecía más oportunidades de trabajo a las mujeres , después de la agricultura. El tejido del algodón y la lana y su procesamiento para confeccionar prendas de vestir tenía una importancia secundaria para la estructura ocupacional del distrito de Tenango en 1900 , aunque para 1910 era el sector que había crecido más rápido gracias a la apertura de algunos talleres de fabricación de rebozos. Ganó

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1 HACIENDAS, PUEBLOS Y COMUNIDADES

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Cuadro 4

de 1910, 7799. ¿Es plausible que hubiese ocurrido una transformación tan radical en tan poco tiempo? Resulta indispensable, hasta donde sea posible, hacer una revisión crítica de la fuente.

COMPOSICIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO DEL DISTRITO DE TENANGO POR SEXO 1910

1900 Mujeres

Hombres

Mujeres

Agricultura

Hombres

Peones y jornaleros

16 502

42

14809

7 796

Textiles

225 250

227 73

121 217

200 1 262

Servicios Criados y sirvientes Empleados particulares Comerciantes

271 310 891

682 18 148

890 416 1273

1 518 83 309

Otras

2002

100

1904

168

Total

20 451

1 290

19630

11336

Procesamiento y elaboración de Alimentos

Fuentes: Segundo y Tercer Censos de Población, 1900 y 1910.

así el tercer lugar en lo que se refiere a cantidad de gente empleada, y las mujeres pasaron a dominar la industria textil ya que la mayoría de los trabajadores de este sector (85%) eran "empuntadoras". Sintetizando, los datos de los censos muestran una clara tendencia general al aumento de la participación femenina en la industria y el comercio. Pero por sobre todo, resulta impresionante el aumento en el número de asalariadas agrícolas.

Las mujeres en la agricultura: el problema de los datos Según los censos, la fuerza de trabajo femenina del distrito se multiplicó diez veces entre 1900 y 1910, sobre todo por el extraordinario vuelco de las mujeres hacia el trabajo agrícola que indican las cifras oficiales. Como mencionamos anteriormente, el censo registró 42 peonas y jornaleras en 1900, y el

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Lo primero que se le ocurre al lector es que quizá la diferencia tan enorme entre las cifras de jornaleras podría deberse a que el censo se levantó en distintas épocas del año. Pero este no es el caso. Ambos censos se realizaron por las mismas fechas: a fines de octubre, cuando seguramente se estaba en el apogeo de la cosecha.

Las entrevistas con ancianos de la región indican que, al menos hasta donde alcanza la memoria, las mujeres han participado en la cosecha (pisca), tanto en los predios familiares como en los ajenos, por un jornal. 16 Para realizar la cosecha en los ranchos y haciendas los hombres se trasladaban con sus familias, diariamente si vivían en los pueblos aledaños, o de manera temporaria si vivían más lejos, hasta la terminación de las labores. Además, dentro de las mismas comunidades había individuos que habían acaparado tierra y necesitaban, contratar mano de obra, como veremos más adelante. Si fuese cierto, como sugieren las entrevistas, que la participación de las mujeres en las cosechas es costumbre "antigua" en el distrito de Tenango, entonces podría pensarse que la cifra tan alta de jornaleras que aparece en el censo de 1910 no está equivocada. Según ésta, uno de cada tres jornaleros era mujer, lo cual está dentro de los márgenes de lo probable: en la actualidad las mujeres participan casi en igual proporción que los hombres en la pisca. Es posible entonces que los censadores de 1900 hayan omitido registrar a la abruma16Tanto el censo de 1900 como el de 1910 fueron levantados a fines de octubre, de manera que no se puede atribuir la diferencia en los datos al hecho de que reflejaran las actividades agropecuarias correspondientes a distintos momentos . En relación con este punto , conviene plantear el problema de la calendarización de actividades y de cómo hacían los jornaleros que tenían tierras propias para combinar el trabajo en ellas con el trabajo asalariado. Hay que tener en cuenta que el ciclo de maduración de las plantas varia según la altitud y ubicación de las tierras : es más lento en las zonas frías hacia la montaña y más corto en las zonas menos frías, hacia la parte plana del valle; en las primeras, la cosecha se hace en el mes de noviembre y en las segundas , antes . Este hecho debió ser muy importante para las formas en que se articulaban los dos tipos de trabajo.

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dora mayoría de las mujeres jornaleras o que haya habido un registro defectuoso o un cambio en los criterios censales en 1910 . Pero aun si la cifra de 1910 contiene errores, el aumento general de la participación femenina en la venta de fuerza de trabajo en el sector agrícola resulta congruente con la demás información de que disponemos, como trataré de demostrar en las páginas que siguen.

agrícola, pasaron a dominar el sector de la alimentación, la producción textil, la confección de ropa y el servicio doméstico. Evidentemente nos encontramos ante un fenómeno de reemplazo parcial del trabajo masculino por el femenino. El problema es saber qué ocurrió con los trabajadores masculinos "faltantes " en este lapso . Propongo que aclarar esta cuestión exige analizar los vínculos que existían entre la estructura ocupacional de la región y su articulación con las nuevas demandas de fuerza de trabajo en otras zonas.

Migraciones y sustitución de trabajo masculino por el femenino

Más adelante me referiré al proceso de ampliación del mercado de trabajo a nivel del mismo distrito de Tenango , es decir al proceso por el que dentro del distrito se generaron presiones para que la gente se "alquilara" a terceros , al mismo tiempo que se ampliaba la demanda de fuerza de trabajo ajena; pero antes de hacerlo quiero referirme a otra fuente de empleo ubicada fuera de la región : las haciendas del estado de Morelos. En efecto , la expansión de la producción azucarera para el mercado nacional provocó un aumento en las exigencias de fuerza de trabajo para el cultivo de la caña.18 La relativa escasez de mano de obra en las zonas cañeras se refleja en el hecho de que los salarios pagados por las haciendas de Morelos eran de los más altos del país. Mientras que en el distrito de Tenango los peones recibían de 18 a 50 centavos por día, en Morelos los jornales eran de 37 centavos a un peso.19

Además de la tendencia general al aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo , los censos revelan otro fenómeno que parece estar estrechamente vinculado al primero : la expansión del trabajo agrícola asalariado de las mujeres fue concomitante al estancamiento o retroceso en la fuerza de trabajo masculino en el sector agrícola. El número de peones y jornaleros hombres del distrito bajó de 16 500 en 1900, a 14800 en 1910 . Este mismo proceso ocurrió en prácticamente todos los distritos del estado; la coherencia en la información sugiere, por lo tanto, que la tendencia era real y general . La mayoría de los trabajadores masculinos "faltantes " no parecen haberse trasladado a otras ocupaciones dentro de sus mismos distritos, sino que la reducción se dio en términos absolutos.17 Es decir, los datos censales sugieren que nos encontramos frente a una tendencia a la sustitución de una parte de los trabajadores masculinos, por mujeres. En el distrito de Tenango solamente se incrementó el número de varones que trabajaban en el sector de los servicios personales y del comercio , pero en todos los demás sectores la presencia masculina tendió a disminuir ( Cuadro 4). Las mujeres , en contraposición , además de aumentar en el trabajo

No es de extrañar, por lo tanto, que se produjera un flujo migratorio desde el distrito de Tenango en esa dirección. Más de la tercera parte ( 36.5%) de los fuereños censados en el estado de Morelos en 1910 , procedían del estado de México.-'0 Es muy probable que una buena parte de estas 6431 personas fueran originarias del distrito de Tenango , que mantenía

la En Morelos se había triplicado la superficie sembrada con caña de azúcar en el periodo 1870-1910 y la demanda de fuerza de trabajo se había ampliado . Los ingenios experimentaron una modernización tecnológica, pero ésta no significó una expulsión de la mano de obra que empleaban pues " si bien se dio un aumento de la productividad , también se produjo un aumento aún mayor en la producción..." ( E. Vega , " Problemas de cuantificación en historia regional", p. 389.). 19Anuario Estadístico de la República Mexicana, año de 1983 , pp. 372-383. 20Tercer Censo de Población , t. 1, p. 107.

17 El número de hombres que trabajaba por una remuneración en el estado de México , era de 276 565 hombres en 1900 y 275 619 en 1910. La disminución se debió sobre todo a la reducción en el número de jornaleros y peones masculinos. (Segundo Censo de Población , p. 323 ; Tercer Censo de Población , t. 2, p. 6951.

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fuertes vínculos de intercambio comercial con la tierra caliente, en particular con el distrito de Cuernavaca. Al incluir en el análisis a los desplazamientos hacia otras regiones, hemos completado el panorama de las fuentes de empleo para la gente del distrito de Tenango. Creo que esto es necesario pues las migraciones hacia otras zonas ( la ciudad de México y el occidente del estado de Morelos, en el caso del distrito estudiado) pueden contribuir a explicar el fenómeno de la disminución de los trabajadores masculinos en el sector agrícola del Estado de México a fines del Porfiriato. Al menos en el distrito de Tenango, las mujeres habrían asumido en parte las labores dejadas por hombres que migraban en busca de mejores ingresos.

ción de la propiedad estaba experimentando cambios muy profundos que reestructuraron las relaciones dentro de las comunidades que habían logrado conservar territorios propios y en las que había un control corporativo sobre la tierra (de posesión y usufructo familiar). Propongo como hipótesis que la expansión del capitalismo ocurrió principalmente por la privatización de esta tierra de las comunidades, que habría sido uno de los principales motores generadores de nuevas demandas de fuerza de trabajo asalariado en la agricultura. Las haciendas, en cambio, habrían tenido un papel poco importante en este proceso. No sabemos si las haciendas estaban en proceso de expansión física, de apropiación de la tierra y otros recursos naturales de las comunidades, como ocurrió en el estado de Morelos en la segunda mitad del siglo XIX. El Archivo del Poder Judicial del Estado de México y el Fondo de Tierras del Archivo General de la Nación contienen documentos sobre pleitos entre haciendas y comunidades, pero hasta que no se realicen investigaciones cuidadosas acerca de este tema no sabremos en qué medida éstos eran pleitos que continuaban desde la época colonial o eran resultado de nuevas políticas expansionistas por parte de las haciendas. La primera alternativa parece la más probable. Prácticamente todas las haciendas del distrito de Tenango se originaron en la época colonial. De todos los distritos del Estado de México, el de Tenango era el que tenía la proporción más baja de su superficie controlada por haciendas: sólo la quinta parte.22 Sin embargo, era el distrito con mayor número de peones y jornaleros (en términos absolutos y relativos): en 1910 casi 30% de su población total trabajaba en esas ocupaciones. Peones y jornaleros vivían gran parte del año en sus comunidades, en las que tenían sus propios terrenos y recursos (por ejemplo la pesca en las lagunas de la zona), y periódicamente vendían su fuerza de trabajo de manera temporaria. Así, la hacienda del Veladero (una de las más grandes del distrito) tenía cerca de 4000 hectáreas y sólo em-

La expansión de las relaciones capitalistas en el distrito de Tenango ¿Cómo se explica el crecimiento del sector asalariado dentro del distrito de Tenango, a lo largo de los últimos años del Porfiriato? La información disponible acerca de la transformación de la estructura ocupacional sugiere que, si bien hubo una cierta expansión del sector manufacturero y del comercio, el proceso fundamental fue la expansión de las relaciones capitalistas en la agricultura. Es decir, el desarrollo de las fuerzas de producción (tanto en la industria como en la agricultura) habría sido modesto frente al proceso crucial de profundización y extensión de las relaciones de compra-venta de fuerza de trabajo en la agricultura. Mi hipótesis central es que esto fue posible porque la desamortización de los bienes comunales facilitó un intenso y veloz proceso de concentración de la tierra que llevó a la proletarización, parcial o completa, de gran parte de la población campesina. Desde la época colonial, el distrito de Tenango presentaba dos formas básicas de propiedad sobre la tierra: la privada y la comunal.21 En el último cuarto del siglo xlx, la distribu21 M. Loera , Economía campesina indígena en la colonia.

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22 M. García Luna , Haciendas porfiristas del Estado de México, p. 58.

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pleaba alrededor de 150 trabajadores de manera permanente. ¿Eran las haciendas las principales contratistas de trabajo asalariado? ¿Aumentaron sus necesidades de mano de obra durante el Porfiriato? No lo sabemos. Pero una hipótesis plausible es que los ranchos y propiedades en expansión dentro de las mismas comunidades, habrían generado tanto o mayor demanda que las haciendas, absorbiendo a gran parte de estos trabajadores. Efectivamente, los ranchos (propiedades de menor extensión que las haciendas pero mayores que las explotaciones campesinas) se multiplicaron durante este periodo: sumaban 21 en 1879 y eran 56 en 1910.23 Los datos sobre producción agrícola del distrito no permiten afirmar de manera conclusiva que ésta estuviese en aumento, pues hubo agudas fluctuaciones en las cosechas en la última etapa del Porfiriato. La zona producía maíz, haba, cebada, papa y trigo para autoconsumo, para abastecer a la ciudad de México y para el intercambio con pueblos y haciendas del estado de Morelos. Sin embargo, aunque no hubiera habido un aumento en la producción, lo más probable es que la proporción comercializada fuera cada vez mayor.

blecimientos industriales registrados en 1910 (Cuadro 5). La mayoría de estos negocios estaban localizados en los pueblos más grandes, lo que sugiere que pertenecían a "gente de razón". Pero también en las comunidades aumentó el número de comerciantes y se instalaron nuevas tiendas, tendajones y pulquerías.

La introducción del ferrocarril Tenango-Toluca a fines del siglo xlx facilitó el traslado y comercialización de parte de esta producción fuera del distrito. Además, es probable que haya habido un incremento muy considerable de la demanda dentro de la misma zona. Es decir, aun sin que hubiera un cambio sustancial en el tipo o cantidad de los cultivos, habría cambiado el destino que se les daba: la proporción producida por el sector campesino para el autoconsumo habría disminuido en relación directa a la expansión de la producción para el mercado. Quienes perdieron sus tierras, ahora debían comprar lo que antes producían, provocando una expansión de la demanda interna a la zona y el avance de la agricultura comercial.

La capitalización de una parte de la población puede constatarse en el hecho de que entre 1900 y 1910 se triplicó el número de establecimientos mercantiles, se duplicó el de "artes y oficios", al tiempo que se fundaban 14 de los 30 esta23 Concentración de los Datos Estadísticos del Estado de México , año de 1910, pp. 74-77.

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Los establecimientos verdaderamente industriales (en contraposición a los artesanales y manufactureros), eran pocos en el distrito y sus dimensiones eran modestas. La mayor parte de su producción se consumía en el mismo municipio en que se producía. Sólo una empresa fabricaba lanas y mantas que se vendían en varios estados de la república.24 La manufactura estaba orientada sobre todo a suplir una demanda interna creciente. La multiplicación de los talleres de rebozos, sastrerías, zapaterías, carpinterías, expendios de pan, semillas y carnicerías, sugieren una mayor capacidad de compra de bienes y servicios por aquella parte de la población que habría mejorado su situación económica. Implicaba la expanCuadro 5 ESTABLECIMIENTOS DEL DISTRITO DE TENANGO, 1900-1910 Tipos de establecimientos

Artes y oficios Mercantiles Industriales

1900

1910

75 308 16

169 904 30

Fuente: Concentración de Datos Estadísticos del Estado de México.

24 La empresa más importante en cuanto al valor de la producción y la potencia de fuerza motriz empleada , era el Buen Suceso, fundada en 1881 en Santiago Tianguistenco para producir lanas y mantas . Producía por valor de $55 200, con una fuerza hidráulica de 10 caballos , 9 600 piezas que vendía a varios estados . Ocupaba 35 hombres, tres veces más que cualquier otra. La gran mayoría de las empresas del distrito se fundaron después de 1880. Sólo cuatro de las 14 que había en 1880 , fueron fundadas antes : un molino harinero que funcionaba desde fines del siglo XVIII; una fábrica de aguardientes (desde 1842); una de gas (1864), y una de rebozos (1866).

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Sión de una pequeña y mediana burguesía agrícola, comerciante y manufacturera.

trito de Tenango fue la zona rural más densamente poblada del estado de México: en 1910 tenía 131.2 habitantes por kilómetro cuadrado, densidad muy superior a la del distrito de Toluca, que le seguía con 103.8 habs./km2 (el tercer lugar lo ocupaba Texcoco, con 66 habs./km2).26

A nivel de las comunidades, la información sugiere que quienes obtenían ganacias con la arriería y las tiendas, las invertían en comprar más tierras y en contratar más mano de obra para trabajarlas. Sobre el acaparamiento de la tierra a nivel local no existen investigaciones para esta zona, pero hay indicaciones de que fue muy fuerte, sobre todo en las últimas décadas del Porfiriato. La concentración de la tierra por parte de unos pocos individuos y familias, y la proletarización de los más, habría sido factor determinante en el aumento de peones, jornaleros y sirvientes dentro de las mismas comunidades.25

El impacto demográfico de las transformaciones socioeconómicas Este ensayo quedaría incompleto si no planteara la cuestión del impacto que los procesos descritos tuvieron sobre las condiciones de vida de las comunidades campesinas. El análisis de las estadísticas demográficas sugiere que durante las últimas dos décadas del Porfiriato hubo una aceleración del crecimiento demográfico del distrito y que hacia fines de este periodo la población había comenzado a ejercer presión sobre los recursos, de manera que se dio un proceso de empeoramiento de las condiciones de vida, verificable a través de las estadísticas vitales.

Hasta que la Revolución de 1910 diezmó a su gente , el dis-

25 Los varones clasificados como sirvientes por los censos pasaron de 706 en 1900 a 1 559 en 1910 y eran particularmente numerosos en las comunidades, lo que sugiere que realizaban labores agropecuarias equivalentes a las de peones y jornaleros, para los campesinos enriquecidos que habían acaparado tierras . La memoria de esto está viva aún en el recuerdo de los ancianos , así como la imagen de las hileras de mujeres moliendo arrodilladas junto a los graneros de "los ricos ". Es decir que es posible que muchas de las mujeres clasificadas como sirvientes también llevaran a cabo tareas productivas . J. Bazant, "Peones, arrendatarios y aparceros en México : 1851-1853", ha señalado que la clasificación de "sirvientes " escondía múltiples actividades.

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1

A lo largo de la última década del Porfiriato, la tasa de crecimiento medio anual de su población (0.68%) seguía siendo superior a la del Estado de México en su conjunto (0.59%), pero las estadísticas demográficas permiten comprobar que la mayor parte de la población del distrito de Tenango atravesaba una profunda crisis. Los datos indican que no se trataba de una crisis a corto plazo, con efectos fulminantes y catastróficos -como en el caso de las epidemias- sino de una crisis menos aguda pero más prolongada, resultado de graves desequilibrios económicos y sociales. En efecto, las tasas de fecundidad y nupcialidad tendieron a disminuir, al mismo tiempo que las de mortalidad y de nacimientos ilegítimos experimentaron un incremento drástico (véase gráfica).

La curva de mortalidad muestra que seguía vigente el patrón tradicional, con fuertes fluctuaciones de año en año; mientras que la de fecundidad muestra una tendencia al descenso a nivel global. La relación entre ambas curvas permite constatar que hubo un nivel estacionario en la tasa de crecimiento de la población entre 1899 y 1905, y que a partir de 1905 la brecha entre fecundidad y mortalidad se acentuó, produciendo una caída demográfica sustancial. Al mismo tiempo, el promedio anual de matrimonios bajó de aproximadamente 400 entre 1899 y 1904, a menos de 340 entre 1905 y 1910. El número de niños nacidos de uniones no legalizadas aumentó de aproximadamente 600 en el primer periodo, a cerca de 700 en los últimos cinco años del Porfiriato. Este aumento resulta más dramático si se tiene en cuenta que los nacimientos en general estaban en declive. La ilegitimidad podía deberse a dos tipos de situaciones: que la mujer fuera madre soltera, abandonada , o que la criatura fuera fruto de un amasiato duradero de parejas cuya 26 Tercer Censo de Población , t. 1, p. 18.

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TENDENCIAS DEMOGRÁFICAS DEL DISTRITO DE TENANGO, ESTADO DE MÉXICO, 1899-1910

cultura la pérdida parcial o total de las cosechas es un hecho recurrente y previsible con el que los cultivadores cuentan como parte de la naturaleza de su actividad. El problema estriba en contar con suficiente tierra propia para producir excedentes almacenables que permitan enfrentar las malas campañas. Sin estas reservas y sin ingresos suficientes, el hambre hace estragos. Propongo que en el caso del distrito de Tenango el proceso de separación parcial o total de los productores de la tierra, había dejado a una gran parte de la población en situación de dependencia con respecto al mercado de alimentos, e indefensa frente a las fluctuaciones en los precios. Todos estos índices sugieren que las transformaciones socioeconómicas ocurridas durante el Porfiriato tuvieron consecuencias negativas, podría decirse que hasta desastrosas , para las comunidades de la zona, en particular hacia los últimos años del régimen.28

NACIMIENTOS DEFUNCIONES

3500

3000 - r

^\ 2500 -

2000-

1500-

1 1 1 $ 1 ' ' 1 ' 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910

Conclusiones

Fuente: Concentración de datos estadísticos del Estado de México , Gobierno del Estado de México, Toluca 1899-1910.

En muchas regiones de México el proceso seguido en la segunda mitad del siglo XIX fue de reorientación de sus economías para intensificarla producción, fuese para la exportación o para suplir las necesidades de otras zonas ( la ciudad de México, las poblaciones mineras o las especializadas en cultivos para exportación ). El caso del distrito de Tenango fue algo distinto . Aparentemente no hubo allí una intensificación de la producción sino más bien una expansión de las relaciones capitalista en la agricultura . A esto hay que agregar que la demanda interna de trabajadores también se amplió en el sector

situación de pauperismo les impedía incurrir en los gastos de la boda . No sabemos cuál era el peso de cada una de estas dos alternativas , pero en todo caso puede sospecharse que la frustación del matrimonio estaba estrechamente ligada al empobrecimiento de gran parte de la población.27 Los datos sobre producción agrícola del distrito indican que hubo varios años de malas cosechas en el periodo tratado. Éstos sin duda fueron los responsables directos del deterioro reflejado en las curvas demográficas . Sin embargo , por debajo de esta cuestión subyace otra. En el mundo de la agri-

29 Una hipótesis que debiera explorarse es que la ilegitimidad se vinculaba de manera directa al grado de proletarización de la población. El hecho de que los municipios con más tierra tuvieran tasas menores de ilegitimidad, en contraste con los que más dependían de las haciendas , sugiere esta posibilidad . Así, el municipio de Xalatlaco , que había logrado preservar un territorio de cultivo propio más extenso que los demás en relación con su población, tuvo 20% de nacimientos ilegítimos en 1910, mientras que Mexicalcingo, que era un pueblo muy ligado a la hacienda de Atenco , tuvo casi 70% de nacimientos ilegítimos ese año.

27 El deterioro en las condiciones de vida se refleja también en el aumento de las tasas de criminalidad del distrito de Tenango a fines del Porfiriato ( S. González Montes y P . Iracheta , " La violencia en la vida de las mujeres campesinas . El distrito de Tenango , 1880-1910"). Esto sin duda fue uno de los resultados de la agudización de las tensiones dentro de los pueblos.

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HACIENDAS, PUEBLOS Y COMUNIDADES

TRABAJO FEMENINO...

manufacturero y comercial , y (en mucho menor medida) en el industrial . Las relaciones asalariadas ganaron espacio en la región , y a las mujeres les cupo un papel de gran importancia en el reacomodo que tuvo lugar en la estructura ocupacional a consecuencia de este proceso : la participación femenina en la fuerza de trabajo remunerada aumentó notablemente.

to del trabajo remunerado femenino , fueron parte del proceso de avance del capitalismo en la región . El empeoramiento de las condiciones de vida en la última década del Porfiriato y la creciente polarización económica dentro de las comunidades , ayudan a explicar este proceso y el hecho de que eventualmente una parte importante de la población del distrito de Tenango se incorporó a las filas del movimiento zapatista.

¿Qué fuerzas presionaban para que las mujeres ingresaran de lleno al mercado laboral? La apertura de nuevas fuentes de empleo y la mayor demanda de trabajadores por parte de las que ya existían , no constituyen una explicación suficiente. El aumento de la participación de las mujeres de las comunidades campesinas en la economía parece estar motivada por otro factor adicional y esencial : la imposibilidad de que los ingresos masculinos alcanzaran para cubrir la subsistencia familiar. El empobrecimiento de una gran parte de la población habría sido el factor que obligó a las mujeres a contribuir con dinero a una economía familiar muy deteriorada. Deere ha propuesto la hipótesis de que en los países capitalistas periféricos con peso del campesinado , la participación femenina en las actividades productivas aumenta cuando los hombres migran en búsqueda de nuevas fuentes de ingreso, porque las mujeres deben asumir la producción de alimentos de subsistencia , contribuyendo de esta manera al sostenimiento y reproducción de una fuerza de trabajo barata . 9 Esta hipótesis es aplicable donde la población rural conserva tierra de la que deriva gran parte de su sustento. Este pudo ser el caso de una parte de los campesinos del distrito de Tenango, aunque para otra parte de la población , la agricultura de autoconsumo se vio limitada y aun reducida , como resultado de la concentración de la tierra . Una parte de las mujeres no podía asumir el trabajo agrícola en las explotaciones familiares porque éstas estaban en vías de desaparecer. Debieron, en cambio , engrosar las filas del proletariado rural , vendiendo directamente su fuerza de trabajo en calidad de jornaleras, peonas y operarias.

La transformación de la estructura ocupacional y el incremen29 C. Deere , " La mujer rural y la producción de subsistencia en la periferia capitalista."

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