Hermandad de la Santa Vera Cruz. Semana Santa Olivares

Hermandad de la Santa Vera Cruz Semana Santa Olivares PREGON Mario A. de La Blanca Noriega Olivares y Febrero a 29 de 2008 Carta a un capataz: Qu

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Hermandad de la Santa Vera Cruz

Semana Santa Olivares

PREGON

Mario A. de La Blanca Noriega Olivares y Febrero a 29 de 2008

Carta a un capataz: Querido Ramón: Ya se que estas preparando el traje negro, que la camisa está ya a punto, y la corbata…, unos Ángeles traviesos te la han escondido…; pero no te preocupes, Ramón que solo están jugando Me contaron que ayer te vieron con la lista en la mano…, que te faltaba un niño, para hacer la igualá. Y se también que otros Ángeles y Arcángeles han preparado los balcones del Cielo con flores, jara y ramitas de olivos… Que sí Ramón, que bajaron al pueblo y las recogieron, pero sabes? cuando volvieron los Ángeles contaron que en Olivares, se hablaba de Ramón el de las “papas”. Ramón, mira las fragancias que trae aromas de la calle Larga, y rumores de los veintidós naranjos de la Plaza de España para embadurnar tus sentimientos y tus fuerzas, para sacar ese Paso de Tu Cristo ahí arriba en el Cielo. Échale cuenta a Antonio el de Gerardo, que ya sabes lo que valen sus criterios, y con la Hermandad, mas todavía… Sí, Ramón ya sé que está contigo

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Hilario Cortés García y que te ayuda con la “igualá” y todo lo demás… Mira, mira, ¿ves como te traen aquellos Ángeles la corbata? ¿Ves como era un juego… ah!, no, hombre, no, te la estaban planchado, anda mira como te la han dejado. De “durse” Ramón… Y cuando tengas la igualá, cuando este la gente abajo, llama como siempre, con tu corazón, que estarán todos esperando, y cuando la fuerza de esa cuadrilla levante a tu Cristo de La Salud, a la voz del martillo de tu alma…, paséalo, sobre los pies, con la mudá “mu” corta para que los Ángeles vean como anda Dios por el cielo…, y luego, Ramón, lleva a Tu Cristo a la Plaza del barrio que allí está tu hijo Antonio Jesús esperando… entrégale los poderes, que ya recibió tu temple y sabiduría, porque de eso te encargaste tu antes de irte, y… …quédate un ratito con nosotros y mira tu gente como reza y canta con saetas por quiebros y padrenuestro, mientras tu hijo, otro Rodríguez el de La Papas, pasea a tu Cristo por las calles del pueblo… Quédate un rato, Ramón…, y luego vuélvete arriba, descansa en paz, ya has visto que Antonio Jesús, aprendió de ti y lo hace Bien… Ten paz, que tu -2-

Cristo de la Salud, está y estará ahí en el Cielo, siempre contigo… Lo mismo que aquí abajo, en Olivares, en tu pueblo, y, no te olvides; a la caída de la tarde del Jueves Santo, cada año, sacas al Cristo de la salud por las calles del Cielo y no te preocupes, Ramón que aquí en el pueblo está Tu hijo, Antonio Jesús y lo hace sin faltar y de forma magistral como tu lo enseñaste… Hasta el año que viene. Un fuerte abrazo, Capataz ¡Ramón el de las pápas!

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Excmo. Sr. Alcalde Presidente de esta Corporación de Olivares, Sr. D. Isidoro Ramos García. Su Señoría Juez de Paz, D. Manuel Carmona Pérez; Sr. D. Juan Antonio Fraile Jaime, Hermano Mayor de esta “Antigua y Primitiva Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Vera Cruz, Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, Santísimo Cristo de La Salud, Nuestra Señora de la Antigua, Santa Ángela de la Cruz y San Juan Evangelista; Sr. Secretario D. Gerardo Díaz Pérez; Sr. Hermano Mayor de la Hermandad de La Soledad, Sr. D. Julián Fraile Suárez; Familia Cutiño Garrido, Hermano Mayor y Sr. D. Manuel Barrio Polvillo Presidente de la Hermandad de La Virgen del Rocío; Sr., Comandante de Puesto de la Guardia Civil, Capataces y Costaleros, Saeteras, Señoras y Señores,,, Cofrades y amigos todos, ¡Buenas noches!: Vaya por delante mi mayor y más profundo agradecimiento a esta Hermandad de la Vera Cruz y de manera muy especial a su Hermano Mayor D. Juan Antonio Fraile Jaime y su Junta de Gobierno, y de manera muy especial a su Secretario D. Gerardo Díaz Pérez y secretario segundo, D Antonio Díaz Blanco; Ellos, desde la autoridad y la responsabilidad de su cargo tuvieron a bien nombrarme Pregonero para -4-

este año 2008. Gerardo, desde la ternura de su corazón, el amor y su sentir por esta, mi ya querida Hermandad, su entrega incondicional por este Olivares que le vio nacer, desde su talante generoso, amable y complacido, me abrió de par en par las puertas de la Casa Hermandad y las de su corazón, facilitándome, en todo momento, cualquiera que fuera mi deseo de saber acerca de la Hermandad. Pero, sobre todo, su trato para conmigo, siempre entrañable, siempre atento y dispuesto para cuanto necesitara. Jamás vi ni sentí, con anterioridad, el sentido de la palabra amistad, que ellos le dan. ¡Gracias, queridos Hermano Mayor y secretario! Y…, verán ustedes…, cuando llegan momentos tan de tanta trascendencia como el que nos ocupa en este momento, cuando se está en este lado de la tribuna y sobre ella se recuesta el verbo calido, profundo y sencillo y ocurrente de un hombre que ama profundamente al ser humano, de un hombre que cree en el hombre precisamente por eso, por ser hombre y que, sobretodo ama a la Santísima Virgen de manera especial y a Su Hijo, Nuestro Señor con autentica devoción. Como les decía, cuando esto ocurre y resulta que es para presentarme, para escanciar ese verbo sublime, -5-

poético y sincero sobre mi persona, cuando esto ocurre, señoras y señores y además se llama D. Gerardo Díaz Pérez; ¿Cómo mi insignificante persona, podría agradecerlo? Más aún, cuando ha sido de su mano de la que he llegado al instante presente. El llamó a un buen amigo en común, D. Agustín Pérez y que se yo a quien más, lo cierto es que entre todos prepararon este encuentro, el cual, si bien ya conlleva una tremenda carga de responsabilidad, ante estas palabras de presentación, esta responsabilidad se crece y mi alma se inunda de una pasión al borde de la desmesura, se llena mi corazón de amor por Olivares y por su gente. Fueron palabras que animaron mis ilusiones y, mis sentires se colmaron de devoción por María Santísima de La Antigua y el Santo Cristo de La Salud. Querido Gerardo, Gracias. Y no puedo ni quiero dejar atrás, porque no sería justo, a mis hijos y a mi esposa. Los unos por ser el regalo especial de Dios y su Santísima Madre, porque es bueno recordar que los hijos son “dados” y no tenidos y, a Maria Rosa, porque sin ella, nada en mí sería posible… Gracias a la ciudad de Olivares…, a vosotros. -6-

Vuestra presencia hace mayor, mucho mayor el peso de esta tribuna, pero es que además de todo esto, está la carga de Historia, prestigio y amor que tiene este, -que os ruego-, permitáis que desde hoy también sea mi pueblo. Y repito, ustedes me hacen auto empequeñecer y siento de veras no estar a la altura de las circunstancias… Pero básteme decir que, si yo ya venia predispuesto por lo que me hubieran transmitido unos amigos del lugar, amigos entrañables los cuales antes citaba, a encastrar, a encajarme entre vosotros, en vuestras costumbres, en vuestros sentimientos y en vuestra forma de entender la vida y las cosas; he encontrado, -y tengo que decirlo-, una ciudad como Olivares que tiene por normas la hospitalidad y la cordialidad. Hay lugares en los que los forasteros son siempre seres extraños, son ajenos al sentir popular de las gentes. Hay también ciudades, que ni para sus propios hijos, guardan ya los recuerdos. Ciudades que han perdido el camino de sus tradiciones y viven soportando una novel seudocultura que sólo alcanza a embotar los sentimientos. -7-

Y ni que decir tiene que Olivares no es así, Olivares es un “Retablo de Historias” que se perpetúan. Es una ciudad orgullosa de Leyendas y Tradiciones. Es un pueblo que vive junto y apiñado y que mantiene viva la esperanza. Quien a Olivares llega y quiere compartir el pan y el vino con los que aquí nacieron y aquí viven, debe saber, -y yo así lo he aprendido-, que su misión principal es la de abrir el corazón, abrir los ojos, y dejar que las emociones y las hermosuras le llenen y le colmen la vida. Si así se obra, Olivares es madre generosa y descubre su alma y se entrega. Y así, precisamente así, con estas intenciones llegué a vosotros. Simplemente un hombre sencillo que al llegar se le llenó el alma con los sabores de menta y canela, de albahaca y romero que emanan de los olivos. Y este néctar de amores, rezo, cera encendida, racheo de zapatilla costalera, romero enaltecido, garrapiñadas y mosto del aljarafe, hicieron revolotear mi mente y mi pluma se derramó en este puñado de folios que hoy traigo para ofreceros, queridos amigos. -8-

Mi verbo está escrito desde el balcón particular de mi Fe, de mi amor a Dios y a Su Santísima Madre y del vuestro, queridos Olivareños. Por eso quisiera, en esta noche ilusionada de este Viernes de este agonizante mes de Febrero, tener la fuerza, el dominio y el poder de un dramaturgo y hacer con mis palabras un ramillete de flores para ofrecérselo a los pies de Santa María de Las Nieves, Protectora y guía de esta ciudad siempre amparada por Ella y poder así, darle las gracias, porque también Ella llevó mi pluma a las vías de mis sentimientos para desembocar en este momento. Uno, que empieza ya a tener el corazón dorado de regresos: cuando, a veces, siente que está herido de saber, en llegando a este punto, se da cuenta de que no sabe nada. Conté con vuestra sapiencia, vuestra ternura y vuestra entrega, y, aunque no sea, tal vez, lo que ustedes se merecen, desde ese balcón particular de mi Fe y mi amor…: Aquí está mi pregón...

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…Y estalló el naranjo y se hizo flor de preciosos cristales. Y la luna se recostó en los aljibes de la noche. Se abrieron de par en par las calles. Y cuando la enramada de los olivos y los viñedos al alba todavía están cubiertas de roció en el primer soplo de la Primavera, tiemblan las flores párvulas porque quieren ya… ensayar sus balanceos, por ver si son capaces de mantenerse enhiestas para perfumar de esencias de miel, de albahaca, de tomillo, y de romero y Jacaranda las calles de Olivares… Entonces, en una vuelta del recuerdo, viene a mi pensar una candida armonía que vibra en cada sonar… ¡Y el horizonte es ya de oro! ¡La cal de las paredes, poesía! La calle Roelas se resquebraja al contemplar al sol del Aljarafe que arrastra ya su espalda por el pedregal de su entorno. Es anuncio de despedida: se va la tarde. Pronto se recostará para hacer llegar el oscurecer y con ello la salida, porque ya llega la hora…¡”Los dos costeros, por igual a tierra”!, y con las flores saturadas con el perfume de Olivares, verso a verso, flor a flor, rezo a rezo, lágrima a lágrima, mi verso se alinea en prosa y a ratos poesía… - 10 -

Y la noche llega. El espacio se cuaja de estrellas. Ya está el jardín de los cielos de Olivares sin nadie. Se hace azul oscura la tarde. Hay Primavera en la noche pero en el alma del Olivareño hay otoño con hojas y flores secas. El sol de Febrero se hizo de oro bajo y jugó con la frescura de las olivos en los campos. En el mágico cielo del ocaso, se rindió el sol a lo azul. El aire llena la calle Roelas de ternuras de infinitas tristezas y deja escabullirse una brisa cuajada del llanto de las mujeres de Olivares… Y en el alma del pueblo se entreabre una rosa de los jardines de cepas. Y llega hacia mí un lento y sutil perfume Olivareño con aromas que sólo se pueden oler en Olivares en Primavera. Olor de dulce azahar y agrio oliva, de manzanilla y alhucema, de tomillo y pensamientos, de cera y plata encendida cargadas de llantos y resplandores de estrellas que van labrando las esquinas de los cruces de las calles Sevilla, Ignacio Guzmán, San Sebastián, Larga… Es que el pueblo se transforma. - 11 -

El viento dejó de oler a lluvia. Los geranios reventones, como guirnaldas de nostalgias, se derraman por los balcones de la Calle Olivencia Pérez hasta llegar a la Plaza del Barrio; es entonces cuando el naranjo se viste con terno de azahar y se me abisma la mirada en el cielo misterioso de la misteriosa noche Olivareña…,y aunque pienses y hables y cantes y medites y sueñes y suspires y contemples y ames y llores y sonrías y mires…, es tanta la promesa de la hora, que por las ramas que rozan mi frente se ahonda mi pensar y se recrea en los ecos de la memoria de Olivares… Que este año, tampoco llamará Ramón el de las Papas… Y la luna desnuda, firme e impúdica, dejará correr sobre las calles su última sinfonía de luces para que, como una nana, se mezan las estrellas… …Y me cuentan que alguien ha visto, entre la bruma de la noche, a Manolo “el de prospero” que va con “Rafael el gato” rondando por el final de la Calle Larga, pegadito a la cruz, por ver si no los ve nadie…, que este año tampoco tocan “el palo”…y casi a escondidas entre los veinte naranjos de la Plaza, derraman sus llantos por rezos porque ya no pueden, son los años los que obligan ahora. - 12 -

Que Manolo El Poeta y Rafael Carrera andan inquietos por la calle Larga, porque éste es otro año que tampoco van debajo… Manuel Regaera y Manolo el de Leopoldo, se esconden en la esquina del reloj de la Parroquia, por no darle al pueblo la angustia de su pena… Que este año, tampoco escucharán la voz del capataz abrazado a la “pata”… Que les pueden más los años… Y cuando los campanarios de plata, sin que nadie los toque, les lleve al azul Murillo de su cielo, pensamientos de Cristo llamando a muerte, cuando la tarde, que ya pasa, empiece a refrescar en noche; en el corazón de Olivares se alza un rezo gimiente y hace, de cada esquina, un altar en cuña que se adorna con cristales preciosos. Cristales fundidos en el lagrimal de las mujeres Olivareñas…que van derramándose por la calle Roelas… Y desde la entrada del pueblo nos llega una bruma con fragancias de marisma y río quema que en llegando a la calle Roelas se hace néctar de cera encendida, palio y racheo costalero que nos evoca la mañana del Jueves Santo al ofrecerle flores la

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Hermandad de María Santísima del Rocío a la Virgen de la Antigua… En el monte todo es congoja, y las viñas enrojecidas, cuelgan como terciopelos blondos. Las estrellas caídas, ponen de oro los surcos de la Plaza del Barrio. El mirar de Olivares se va nublando; y a mi alma llegan lloriqueos de resonancias compungidas que vienen de PíoX y serpentean hasta llegar al final donde inevitablemente…Ya llega ese momento esperado… Hasta las piedras de la calle se abren para dejar pasar un flujo de amores y devociones que se escapan del corazón de Sergio Linde. ¡Venga, Sergio, que ya está aquí! ¡Javi te está esperando! …Y con su mano temblando, lleno de emoción, saliéndosele el corazón por la boca, con reverente entusiasmo, con toda la ternura y todo el amor con que el hombre es capaz…, levanta el martillo… ¡Javi! ¡eeeeeeeeeeeeeeeeeeh! ¡va por “ustede”! ¡a esta es! Al otro lado…, con premura y llena de amor la Tía Joaquina espera a su Cofradía, y ya mas no

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aguanta, su espera se hace llanto profuso y colmado de amor porque…, ya se están viendo los ciriales…. Las arrogantes paredes se estremecen y al sobresalto, ¡Hasta las ventanas tiritan! Al contemplar la escena, Olivares con los ojos casi sin lumbres ya, dulces lágrimas sin consuelo vierte. El pensar recorre el caminar de María Santísima de La Antigua en pos de su Hijo, Señor de La Salud. Con mirada serena te acercas, Señor, ¡Clavado a la fúnebre madera de Tus penas! Y la llevaste en tus hombros con lucha amarga, silenciosa. Tu gesto lastimado recorre las calles de Olivares y, al pasar, florecen orquídeas y lirios rociados con Tu sangre febricente. Sangre que hace que nuestros ojos sean, ¡cascadas de llantos de amor y de rezo! Preciosísima sangre que emana de Sus carnes doloridas…, y no se lamenta… Ni ahora, ni antes ni después. No se lamenta. Es Nuestro Señor Jesucristo. ¡El Cristo de La Vera Cruz! ¡Santísimo Cristo de La Salud!, para más señas!

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¡Ay, Señor!, al verte en Tu dolor, ¡ay Señor!, no se que me entra. Siento que la Cruz se me encastra en mis entrañas. El dolor de Tu alma me penetra hasta los confines de mi sentir. ¡Señor, que no resisto! ¡¡Que se me rompen los centros!! ¡¡Que hasta el pulso me para!! ¡¡Hasta los huesos me cala!! ¡Ay, Señor, que me voy “pa” Ti, que te quiero ayudar y no se como! …Hay azahares y flores de olivos tristes en la pared con luna que, meciéndose a los acordes de Tus Costaleros, tejen sombras de guirnaldas cenicientas. Y las estrellas, -como locas-, se precipitan en las calles al contemplarte, Cristo de La Salud Porque en Olivares al cerrar la tarde, en el remanso de de la calle Larga, nace la luna y su luz se derrama en las paredes y, se ponen pálidas, a pesar de que aún hay restos del perfume de oro y miel que dejara la tarde en la agonía de su despedida… En Olivares hay llantos que se agolpan en la Plaza y desde sus entrañas saltan las piedras y empiezan a brotar notas del más crecido sentimiento olivareño, notas que son ungidas con el sudor dolorido de Tus Costaleros… - 16 -

…Y aunque Olivares esté llorando, porque Tu sangre, que proclama Vida, al suelo se va cayendo. Y aunque la noche se llene de murmullos, de perfúmenes y de música de alas, y se apaguen los ruidos, Señor, aunque empiece a gorgoritear la madrugada estremecida …,¡Olivares!, con el alma a pedazos y balbuciente, encenderá sus calles, y oscurecerá sus casas y se romperá un rezo por saeta en la garganta de la calle San José, que hará estallar un festival de luces de mil colores que romperá en llanto Olivares todo… Pero que no esté inquieto el pueblo, que no hay temor en el tiempo, que ni a su barrio ni a Olivares llegará la hora nona. Que “Javi” escuchó ya la “llamá” de Antonio Jesús y la cuadrilla entera. están “fijando” y esperando la orden De Rodríguez, que también es el de “Las pápas” ¡Despacio! Muy despacio. Que no se note que viene, pero que venga como viene, como lo traéis. Con ese tierno tiento. que sólo vosotros sabéis…

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¡Que pare el llanto de Olivares!, que El Señor de La Salud no se muere: que la noche pone cascabeles de oro con sonar Celeste en esta hora lívida de Primavera y, de las fajas de sus costaleros, se desprenden rezos racheados con esencias de una sinfonía, jamás antes oída, y de su andar, -sobre los pies-, una nana que “apopa” su cuerpo... ¿No lo ves, Olivares? Que ya están en la Plaza. es… ¡Que El Cristo de La Salud no se muere en Oivares! ¡¿No ves que lo traen dormido?! Y no va muerto, no, pero…, la carne deshojada. Pálido pende dolientemente en la madrugada "no nata", que, roja y verde, aún está llamando a los portones del llanto… Y detrás…, Su Madre, María Santísima La Antigua. Lleva en Su llanto, son del Dolor y un compás, que trasfunde al Universo. Madre mía, Virgen Buena: Tu Majestad es sublime; Tu Dolor: infinito; y aunque se que hay Muerte de Cruz que ya empieza a velar Tu sueño, quiero Señora de La Antigua, que mi verbo de amor colmado, llegue a las Bambalinas de Tu Palio, y a la orden de José Salado Rodríguez, la mecida de Tus - 18 -

costaleros se deje caer sobre Tu Peana en forma de Ave María y acompañar así la vela de Tus desdichas… Y cuando el firmamento empiece a ser verdoso, vagas y dulces muselinas, hacen bajar del cielo un resplandor que hace florecer los reflejos sus balcones a su paso por Las Pajas, y en un rincón de la penumbra de los recuerdos, se oye el susurro de Juan Antonio aquel 28 de Junio, llamando a Tu Hijo, Cristo de la Salud… “Dame mis piernas, Cristo bueno “pa” que yo te lleve”… ¡Y en mi pecho estalla el llanto! ¡Y por el néctar de esta brisa de la naciente noche que hace agonizar la tarde, Señora de La Antigua ¡¡Te mando un beso!!... Y cuando te veo venir por Pío X, antes de llegar a la vuelta de San José, las macetas empiezan a dormirse con una nana por saetas que se desgarra en la garganta de un Olivareño… ¡Y se levantan mis sufrimientos y se rompe el alma mía! Y te quiero ayudar, Dios mío… ¡Ay, Señor!… ¡Déjame un poco TU Cruz! Quiero, Cristo de La Salud… - 19 -

El descanso de Tu dolor ¡Que cese ya Tu tortura! ¡Déjame un poco Tu Cruz! ¡que con mis manos repletas de fuerza, el poder de mis versos y mis labios colmados de oraciones!…, ¡Arrancaré esos Clavos que Te tienen a esa fúnebre madera cosido!… ¡y parar así Tu quebranto!…, ¡¡Porque Te quiero tanto!!... ¡Por eso Cristo Bueno, ahora, al pasar! ¡Déjame “sentrañas”, Déjame un poco Tu Cruz! ¡Que yo Te ayude y consuele a Tu Madre! Y Olivares y su gente, Señor de La Salud, loca en llantos te contempla anhelando defenderte de la muerte que ya llevas. Y me arrastra, me subyuga tanta pasión, tanto dolor me embarga el corazón y quiero Dios mío, prestarte mi ternura y mis fuerzas y te daría… Te daría, Señor,

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¡Mi vida en un beso, Si la vida pasarse pudiera!, ¡Mi fuerza en tu cuerpo, Si la fuerza pasarse pudiera!; ¡Mi llanto, Señor, Si el llorar pasarse pudiera!, Para aliviar Tu pesar… ¡Que eres, Dios mío, el dolor hecho Hombre dando la vida en la Cruz! Y las flores y los resplandores de la cera encendida, el gorgojeo de la noche en su despedida y la luna…, embalsaman la escapada de lo oscuro porque viene ya la negrura de la noche cuando llegan al cruce de Ignacio Guzmán y los costaleros, andan ya con la boca seca, y aunque no les importe… saben que ya llegan a la esquina de la calle San Sebastián, lo saben, están ya casi en casa Gerardo… Agua y refrescos para refrescar las fuerzas, que no el cansancio…porque no habita en ellos… Y entre el néctar de perfumes de cera encendida y esparto racheado, surge un quiebro que se hace requiebro por saeta, porque aliviar quieren, Madre

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Casta, el dolor de tus pesares cundo ves que delante va Tu Hijo cosido con clavos a una Cruz…. …Y se hace violeta el cielo con la frescura vaga que las viñas y los olivos escancian sobre la calle Sevilla, que llegar quiere a la cuarta Cruz de la ciudad… Tampoco este año estará para verte, Madre mía, Antonio Pérez el de Gerardo. Pero no te apures, Reina de Las Vírgenes, que a la puerta está esperándote la Tía Concha y sus ojos serán los de Antonio y de regreso, cuando llegues al Cielo, te verá, sí, Madre te verá en la última chicotá que mande por las calles de la Gloria… ¡Ramón el de las papas! Y por los confusos recovecos de la calle, yerran luces de oro que llegan hasta San José…, y así este llanto del pueblo recorrerá la calle hasta que se rompa, en la Plaza del Barrio, la garganta de Luís el de Natalia con un rezo por saeta que evocará noche de Cruz, Corona de Espinas y lamentos de los cofrades de Olivares… Y frente a la plenitud de mi amargura, allá por los grises de la Plaza de Jesús Nazareno, en el pasar por la calle Larga llegarán a la Casa Hermandad de La Soledad…

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Un suspiro de ángeles estremecerá las esquinas por donde se escapan mis amores…Olivares, recibe con gusto y respeto la Ofrenda de flores que sus hermanos le hacen a María Santísima de la Antigua. Cada pétalo lleva prendida un Ave Maria lleno de amor y devoción que los hermanos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Maria Santísima de La Soledad, escancian sobre tu peana, Virgen buena. Mas, cuando las estrellas se muevan con la brisa, porque el sol se quedó ya dormido, y las cepas se atormenten a retortijones de congojas, rompiendo los cristales del mosto…: ¡Aparecerá Tu Figura…, Cristo de La Salud. ¡Gracia rota, sueño azul rompido! Hay jazmines llorosos y mustios que queriendo perfumar tu dolor, -por ver si te dolía menos, Padre mío-, sus vidas te dieron en el correr de la noche. Hay azahares tristes y “Damas de Noche” compungidas que, hacen encajes en la pared con luna y, al mecerse al son de tus costaleros, van tejiendo guirnaldas cenicientas, cargadas de Padrenuestro, que se escapan del corazón de Olivares… Y en el pueblo, Cristo Bueno, los reflejos de la noche se tornan macilentos. El cielo se pone violeta en la plaza de España… - 23 -

Y al sonar el tremulante “martillo”, Antonio Jesús, aprietas la frente a la delantera, abres el corazón y, tu gente te responde. ¡”Llama cuando quieras”! Y por las sombras de los recuerdos romanos, se recuesta la memoria por aquel Cerro de Las Cabezas de donde llevaban el agua desde el ya perdido poblado de Tejada, hasta Itálica, Cuando todo ello era Heliche; es decir, el origen de nuestra villa de Olivares…, se escuchan suspiros y un “quejío” de llanto ahogado. ¡Olivares!, Señor que quiere detener, desde sus confines, tu quebranto y no puede, Padre mío…, y la brisa de la madrugada que va llamando en los portones de la noche se entrelaza con tus dedos que están encogidos y retorcidos por ese clavo que las atravesó, como atravesó también los corazones de las mujeres de este pueblo…, composición perfecta de Hombre que en Su dolor estalla. Y esa luz de Humildad, ensueño y oro que de Tus Misericordiosos ojos mana, penetra hasta el más allá de los sentimientos, y alumbran en mi corazón mis tristezas… ¡Son las tristezas de Olivares que se ven por todas partes! Y del sentir de sus calles surgen manos de amores desesperados, que arrancar Tus Clavos quisieran. - 24 -

Y las calles son ahora un campo de penas. Se va durmiendo la noche. Ya esta la luna de oro. Las estrellas están blancas y, hay lágrimas en Olivares que danzan como sombras del dolor… ¡Tomillo y mejorana, lirio y alhelíes, romero y olivos, albahaca y cepa!, llevan mis manos Señor, hechas oración para que a Tu paso se amilane Tu dolor…Y Tus manos, Tus manos, Señor son fiel testimonio de tu dolor, cuando después de rotas, dan aún sus últimas caricias a ese tronco al que inevitablemente te han cosido con clavos… …Y viene poco a poco. Cuanto temple, cuanto amor en Tu gesto dolorido. ¡Que no esta muerto, que no! ¡Que Olivares no quiere! ¡Que Olivares lo sabe, que estas…, sólo dormido… …La tragedia esta presente. ¡Hay que llorar más que nunca lagrimas de estrellas!, pero flojito, que esta dormido, que no esta muerto, no, que esta dormido… Por eso Capataz, tú que lo llevas…, ¡ten cuidado Antonio Jesús! ¡Que se mezan sus brazos con un ritmo insondable! ¡Que las flores y los romeros - 25 -

de las ventanas y paredes de Roelas y PíoX se entrelacen en sus dedos, ¡pero ve despacio, Antonio Jesús! Como conviene a tan Magna Figura, como corresponde a tan buen Capataz. ¡Que no se vayan a quebrar sus brazos! ¡Que no se rompan más Sus huesos! ¡Que no le duela más, costalero! ¡Cuídalo! que ya casi no puede! ¡Jóse, marca la mudá “mu” corta…, despacito! ¡Que ¡no se despierte! ¡Que no esta muerto, no!; ¡Que no se muere Dios en Olivares! Con cuidado, Capataz, ¡Bueno!... …Y si aquel canalla impío Saturó el perfume de Sus mejillas con un beso cobarde Tú, capataz… ¡¡No lo Zamarrees!! ¡¡Que no le duela mas!!.., ¡¡ que no le duela más!! ¡Ay, Señor, no te cambiaron ni por Barrabás! ¡Que no cese el llanto! ¡Que no pare el rezo! ¡Que se calle ya el grito ¡Crucifícale!, - 26 -

¡Que ya viene Crucificado! ¡Que se rompan los corazones! ¡Y que la grandiosa noche de oro y carmín Se cierre sobre nosotros…! …! Que es…! ¡¡Cristo que pasa!! Y ahora que la madrugada hace sonar el aldabón para que le abra la noche, empiezan a notarse los plateados residuos que va dejando la luna, porque de tanto horror se quiere esconder, porque no lo resiste… Plegaria, suspiros y angustia. Un hombre reza. Y en el profundo bosque del corazón de Olivares, con temblores de “niño chico” se le esta rompiendo el alma. Mas, cuando el sol se desperece soñando entre los verdores de las viñas, sus rizos besarán las flores y cambiarán de amarillo las labruscas de los montes del Aljarafe. Será como eco sonoro y profundo que, como estilete, penetra en las entrañas hasta poner de cobre los sentimientos… Y el Olivareño se resiste a creerlo, no quiere ver a Cristo Clavado en La Cruz. Su mirada se pierde a lo lejos para encontrarse con sus congojas. Para recostarse sobre la piedra de la Plaza… ,

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Olivares estalla en verso para quitarte, Virgen Amada, de la sombra de la Muerte que con séquito de mil claveles rompe en Olivares los corazones porque llorar no quiere verte. Y tiene envidia del rumor que gallofea entre Tus Varales y se enreda como espirales de cera, plata, llanto y dolor . Envidia del sol que corona con pan de oro a la aurora; Olivares se rompe toda ahora que avizorra la hora nona. Y revienta a borbotones y sin consuelo El azahar y la color que Bartolomé el Pintor puso en el Aljarafe a su cielo… Y por el infinito negro, donde nuestra voz no alcanza, como la luz fugaz de, yo no se que estrella, el alma del pregonero esta triste y sola. Ahora que la brisa trae suspiros…, tristes canciones de muerte con aureolas de flores perdidas que se quedan sin hojas…, vienen a mi mente.

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Un aire perfumado de dolor pasa besando, con frescor, mi frente. Poco a poco, la luna asoma por la bruma su faz nacarada y tersa… Y en el alma de Olivares se entreabre una rosa de sus jardines que hacen llegar al sentir de mi verbo un lento y sutil perfume de Marzo con esos aromas que antes nombraba y que sólo se pueden oler en Olivares en Primavera. Olor de dulce viña y agrisalado de lágrimas, de manzanilla y menta, de tomillo y cera, de incienso, canela y esparto, cargados de lloros y resplandores de estrellas. Llantos que en temblequera corren a posarse en la plaza y van poniendo de plata las piedras seculares del Monumento a Madre Angelita, porque también de plata se va cuajando la tarde noche. Las ventanas, vagamente sonrosadas por las horas pasadas, han dejado agridulce las persianas que velan, bajo el azul sereno y suntuoso, la sombra fresca de los árboles endulzados de oro. La luna comienza a pensar por la Plaza.

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Cantar mi pluma quiere desde Roelas a la Torre de San Antonio, preces que hagan colorear el luto de la noche, al ver Tu Virtud callada. El dolor ahora se hace cristal tras las esquinas. Entre las frondas de los viñedos y los olivos, florece un llanto de seda…, de mujeres Olivareñas. Las rosas de la noche son más rojas; los árboles mas verdes… Mi corazón más triste. El llanto de las calles, trae a las tristezas, rubor de aleluya y esencia blanca de azahar. La luna blanca y quejosa, va poniendo medrosa las farolas de la Plaza de España. El paisaje tiene luces de flores llorosas. Es un llanto que llega a las cinco puertas de esta ciudad del Aljarafe; y desde los rosales de mi alma se escapa un canto por lágrimas que lo acompaña en estribillo, voces penetrantes de lirios, azucenas y claveles, voces de rezo y amor por la Virgen de La Antigua que corea el pueblo entero… ¡Jardín de Magnolias, jardín de Jazmines, jardín de Azahares, jardín de rosas enaltecidas es Tu Palio! Tus Varales son álabes de romero que revientan en flor en Tus Bambalinas y a la mecida de Tus

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Costaleros, escancian mil besos de oración que Te da Olivares a cada paso. Y la noche avanza en su negrura corriendo en pos de un sol de madrugada que no tarda en llegar. Hay delirios de infinita tristeza que, como susurros misteriosos, atraviesan los espacios entrelazados, como góndolas que, erráticas, se deslizan por los mares de los cielos de Olivares. Hay otras voces impacientes como notas de cítara de plata que, en el regocijo, se hacen preces para la Virgen; y entre la apoteosis de flores y luces que La rodean, quieren parar Tu llanto. Porque te espera el pueblo,, porque te quiere Tu Barrio, porque Te llama Olivares… Tú, María Santísima de la Antigua, haces que la noche, derrame ya por las calles, seda y plata en una luz de llanto fervoroso que se escapa de los corazones Olivareños. Por la plaza de España , en la esquina del reloj de la Parroquia, a las puertas del Palacio de Gaspar de Guzmán, Conde Duque de Olivares y por el pueblo - 31 -

entero, se escurre, entre la etérea brisa, un fresco olor de violetas, llorar y racimos de vid que van brotando de los ojos de los hombres de este pueblo. Y Olivares, ¡Madre, mía! Abre de par en par los portones de sus calles esperando Tu pasar; porque quiere piropear Tu Rostro Divino con preces que se escabullen del sentimiento, y así, con el alma llena de amores, ¡calmar tu llanto, Madre de La Antigua! Poco a poco el crepúsculo ya apagó esa Fina transparencia de oro viejo que inunda el pueblo en las horas mágicas de su agonía. Quedó pues un olor a rosa humilde que azoró el entierro de la noche… En cada ventana verde hay una luz de “dama de noche” y mil geranios reventones. En cada balcón; una colcha… El raso del cielo, Madre Generosa, envuelve Tu Palio. En cada varal, ¡Madre de Dios!, se cuelgan Primaveras llenas de Salves que exhalan los corazones Olivareños. A Tu paso Señora, se rompen los latidos lacrimosos que emanan de Tus ojos y, se entrelazan con los tristes gemidos que el dolor y la angustia embargan a Tu Hijo que va con sones de Muerte.

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Tu llanto, Virgen de La Antigua, rocía las calles de Olivares y, en el espejo forjado en el llorar de Tus Costaleros, brotan amapolas y margaritas que llevan, en cada pétalo, una oración por Ti, Reina de las Reinas… Y quiere venir la madrugada y con su manto cálido, arrullar Tu pena. Si quiere venir, ¡que venga!, pero que no te arrulle, que no tiente siquiera Tu Candelería. ¡Que no intente aliviar Tu pena! ¡Que no roce Tus Bambalinas, Virgen Buena! ¡Que para eso esta Olivares!, que hace romper de aflicción la madrugada, y de los corazones de su gente, Madre del alma mía, se derrama un perfume de rosas dolorosas con pedestal de febricentes tallos de albahaca y hierbabuena con destellos de madreperla, que forman un rezo por gemidos que llega… ¡Hasta el mismo Cielo! ¡Para sentir estos dolores que el sentir en la Virgen despiertan!!, ¡es preciso tener el corazón frágil, estar llenos de fragancias tristes y de lamentos íntimos! ¡¡Tener gestos de mujer, melancolía de niño y fuerza de hombre!! - 33 -

¡Para amar a la Virgen de La Antigua, es preciso quererla y rezar, cantar, llorar! ¡Querer no es más que adorar, y cuando se adora;…, se quiere, se canta, se reza y se llora!... ¡¡Se siente…, como siente Olivares! Que las lágrimas que surcan Tus mejillas, sean perlas de mares divinos y transformen Tu llanto, en consuelo y esperanza. Que Tu mirada cese en su vagar, y se derrame Tu Misericordia, sobre las almas de nuestros corazones…, Madre mía, no nos abandones, ¡Virgen de La Antigua! ¡Tú, de Olivares la Señora! ¡Tú, Reina de todos los Tronos y todas las Denominaciones! ¡Tú, Reina de Todos los Santos Y todas las Legiones! ¡Tú, raudal inagotable de dulzura! ¡Tú, Manantial sublime de pureza! ¡Tú, bálsamo de consuelo! ¡Tú, Fuente de agua Generosa! ¡Tú, canción de alabanza encendida! ¡Tú, Luz que en la pura transparencia culmina! ¡Tú, cristal tallado en lágrimas que conmueve a este Olivares nuestro! - 34 -

¡Tú, que eres estatua del profundo Dolor que en Tus lágrimas estalla! ¡Tú, amparo y refugio de mis pecados! ¡Tú, Madre de la Divina Gracia! ¡Tú, Crepúsculo dormido! ¡Tú, rosa de esplendor de lirio! ¡Tú, mar de llanto sonoro! ¡Tú, azahar de la Plaza de España! ¡Tú, jardín de embeleso! ¡Tú, llanto de jazmines! ¡Tú, que eres Madre de Dios y de Olivares! ¡Madre mía…, es Tuya mi alma! Y Olivares quiere, Virgen Santísima, consolar tu llanto con un cielo con la color Murillo. Cielo donde Dios se recrea. Bóveda de jazmines y claveles, donde Dios sestea… ¡Olivares!, donde Dios quiso que los Ángeles te trajeran y que Tus plantas este suelo posaran, haciendo de Tu pueblo, Virgen Buena, alfombra de Tu pisar. Para que a Tu paso, Señora, Tus Varales, canten un himno mágico de amores coronados con guirnaldas de adelfas y color de esperanza. - 35 -

Y extiende, Madre, tus manos sobre nuestras almas perdidas, para que en las puras aguas de Tu generoso perdón, aneguen nuestros pobres corazones y, se purifiquen todas las criaturas… Y Olivares todo, Madre Casta, se viene conmigo a rezarte. Son mirtos de amor los que Te traigo que llevan reflejos de oro para el romero florecido… ¡Que roseen los jazmines en el parque! ¡Que nuestro canto no sea funesto! ¡Que tornemos Tu Dolor, con nuestra augusta nobleza! ¡Con fe y constancia…, en ilusión y esperanza! ¡Que Eres, Madre del llorar de Olivares! ¡Eres, Virgen de La Antigua…, mi vida! ¡Mi consuelo! ¡Mi alegría! ¡Mi llanto florecido! ¡Mi esperanza! ¡Mi luz y mi Guía! ¡¡Madre de Jesucristo…, que también eres La mía!!

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Y cuando la noche este rota, el naranjo desnudará sus ramas para hacer alfombra de flores blancas como el armiño, para hacerte más liviano el camino en pos de Tu Hijo en la vuelta a tu Templo… Así, cuando vengas de regreso, la alfombra de cristal de llantos de azahares, será el lecho de Tus plantas… Entonces…, se vendrá Olivares conmigo para cobijar tu Palio… Y Tú, Virgen de La Antigua, veras que los cristales de la alfombra están ya fríos y llenos de un sordo dolor morado oscuro que se agolpa en los sentimientos… Y en ese momento, Reina Madre, en Tus Varales se enredan las Salves de este Pregonero y arrulla el aire mi amor por Ti, mientras el relente pone de plata mi verbo que apopar quiere Tu quimera… Y en la cera de Tu Candelería, ahora que esta encendida, Virgen de La Antigua, puso este Pregonero un Ave María que se me salió del alma. Y en la profundidad de Tus pupilas, -mar inmenso de inmensas oleadas de temple, dolor y llanto-, dejé caer mil jaculatorias en forma de versos, buscando el parar de Tu sufrir… - 37 -

Por eso, Madre Inmácula, yo quisiera… Quisiera, Virgen de La Antigua ser: Peana que sostenga Tus límpidos pies para ser también el sostén de Tus quimeras… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: Tu Puñal de Traspaso, para no traspasar Tu corazón traspasado… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: Tu Sagrado manto y, poder así cobijar, acurrucar, apopar Tu alma de pena perdida… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: rosa blanca en las jarras de Tus Paso para estar sin separarme de Ti…, toda la noche… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: La voz de José Salado, y con mi torrente…, levantar hasta las piedras para que lloren Tu tragedia… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: cera encendida en Tus Candelabros y, que mi verbo, diera luz a las tinieblas de tu sufrir… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: llamador de Tu paso y que mi “llamá” llegue al Cielo, y Ángeles y - 38 -

Arcángeles bajen a la calle Roelas y mezan Tu Paso…, como una nana de niño “chiquitito”, aliviando Tu Dolor, Virgen Buena… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: Tu Capataz, y llevarte como se lleva la Virgen, como lo hacen tus costaleros, como te lleva José Salado,…; con cuidado de cristal, sin que roce un geranio en Tus Varales, sin que te toque un rubor… Quisiera, Virgen de La Antigua, ser: la brisa dulce de la tarde, y que mi susurro acaricie tus mejillas quebradas de dolor y, así enjugar tus lágrimas… Quisiera, Virgen de La Antigua, hacer con mis palabras moñas de jazmines con la esencia de mis versos y echártelos al suelo, para que tus pies se posaran en la alfombra de mis rezosQuisiera, Virgen de La Antigua, ser: Costalero en las trabajadoras de Tu paso, y con mi fuerza, hacer de Tu Dolor, de Tu llanto, de Tu sufrir, de Tu pesar…,¡mi carga!. y llevarte a los corazones de Olivares… Y como no…

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Como no puede ser, esto que yo quisiera, ser Tu Peana, Tu Puñal de Traspaso, Tu Manto, Rosa Blanca, Voz de Tu Capataz, Cera Encendida, Llamador, Brisa, Jazmines, Capataz y Costalero… Como no puede ser… Madre mía, Señora de Olivares, María Santísima de La Antigua… …Me conformo con mirarte, postrarme ante Ti y ofrecerte mi verbo en forma de rezo que, con la mayor de las devociones, quiso ser poeta, por ver, Madre, si mi cantar -que esta lleno de ilusiones-, pudiera calmar Tu aflicción… …Y no tengo más. No tengo otra cosa que ofrecerte. Fue…, todo mi amor. Todo mi sentir… Pero que no sea poco, Virgen Buena. Que no sea poco, Madre de Dios. ¡Que en mi alma brota un suspiro Con Tu nombre grabado: Virgen de La Antigua! ¡Que de mis entrañas se vierten Llantos y rezos de amor por Ti! ¡Y eres Tú a quien prefiero! Por eso, Madre mía… ¡Que no sea poco, Virgen María, - 40 -

Que no sea poco!... ¡Que más decirte yo podría! ¡Que fue contarte mi sueño! ¡Que fue mi sentir, Madre mía! ¡¡Que es…, El sentir Olivareño!! He dicho. Mario de La Blanca

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