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TEMA 1. Las raíces. La Hispania romana. • El proceso de hominización en la Península Ibérica: Nuevos hallazgos. El proceso de hominización se inicia en el Paleolítico inferior. En Atapuerca, en la cueva de la Gran Dolina, se encontraron los restos del primer homo, llamado Homo Antecessor o Preneanderthal, que son los más antiguos de Europa (800.000 a.C.). Tienen su origen en África y la capacidad craneal todavía es pequeña. Trabajaban la piedra y dejaron la cultura de los guijarros, las hachas de mano y las lascas. Eran nómadas. En el Paleolítico medio (100.000 − 35.000 a.C.) surge el Homo Sapiens u hombre de Neanderthal. Éste surge en Europa y desapareció por causas desconocidas. Hay restos en Gibraltar y Bañolas. La capacidad craneal ha aumentado y tienen un cuerpo más desarrollado. Seguían siendo nómadas e inventan utensilios de piedra como los microlitos. Se sabe que hacían ritos funerarios y que conocían el fuego. En el Paleolítico superior (35.000 a.C.) aparece el Homo Sapiens Sapiens u hombre de Cromagnon. Este homo tiene una capacidad craneal semejante a la actual y trabaja, además de la piedra, el hueso y el asta. Nos deja las primeras manifestaciones artísticas que están vinculadas a un sentido mágico de la caza. Nos dejan el arte parietal (en las paredes de las cuevas) y el arte mobiliar (grabados). Las pinturas rupestres mejor conservadas se encuentran en Altamira. En la Revolución Neolítica el hombre deja de ser nómada y pasa a ser sedentario. Empieza a domesticar a los animales y a cultivar sus tierras. Es, pues, ganadero y agricultor. Ya no viven en cuevas, sino en viviendas, formando poblados. Hacían culto al más allá enterrando a sus muertos con sus pertenencias. En la Edad de los Metales (2.500 a.C.) se trabaja el cobre. Nos dejan la cultura de los millares y comienzan a construir habitáculos. Los enterramientos eran colectivos. En la Edad del Bronce (1.800 − 1.000 a.C.) destaca la cultura del argar: enterramientos individuales en pequeñas fosas o dentro de vasijas en posición fetal. En la Edad de Hierro (1.000 a.C.) se fabrican pequeñas urnas de hierro destinadas a la incineración de los cuerpos. En esta época comienza a haber documentación escrita. • Los pueblos prerromanos. A partir del año 1.000 a. C. empiezan a asentarse en la Península varios pueblos: • Tartessos: se extendieron desde Huelva hasta Cartagena y permanecieron en la Península hasta mediados del S.VI a.C. cuando desaparecieron por razones desconocidas. Su economía se basaba fundamentalmente en la minería (Sierra Morena y Riotinto). También desarrollaban actividades como la pesca, la agricultura y la salazón de pescado. Eran grandes orfebres. Traían el oro de África y comerciaban con griegos y fenicios. Destaca el Tesoro de Carambolo, encontrado en Sevilla, que consta de numerosas muestras en oro. Era una sociedad jerarquizada en castas con la figura del rey en la cúspide. Tenían alfabeto. • Iberos: pueblo indoeuropeo que se asentó desde el Pirineo aragonés por el levante peninsular hasta el sur. Su actividad fundamental era la agricultura, pero también se dedicaban a la minería y a la industria textil. Era una sociedad jerarquizada donde destacan los reyes y jefes militares. Construyeron santuarios para el culto a los dioses. Dejaron esculturas religiosas como las damas oferentes (dama de Elche).
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El comercio con los fenicios trajo consigo la introducción de la moneda y de los griegos aprendieron el cultivo del olivo. • Celtíberos: provenían de Europa, pero se mezclaron con los iberos del centro de la Península. Se asentaron por el norte y centro peninsular. Son pueblos poco desarrollados que se dedicaban principalmente a la agricultura, pero la metalurgia del hierro estaba muy avanzada. Destacan los verracos, vetones y vacceos. Éstos últimos vivían en una gran ciudad, Numancia. Se copian de la cerámica ibera. Por otro lado, los pueblos del noroeste, galaicos y astures, son de origen celta; y los de la zona vasca, austrigones y vascones, se desconoce. Eran casi nómadas, pues se dedicaban al pastoreo, la ganadería, el pillaje y la recolección. Vivían en castros y era la mujer quien organizaba el poblado (matriarcado). • Las colonizaciones históricas: fenicios, griegos y cartagineses. A partir del 1.000 a.C. comienzan a llegar a la Península una serie de pueblos mercantiles procedentes del Mediterráneo Oriental: • Fenicios: venían de Tiro. Son los primeros en llegar atraídos por la riqueza mineral de la Península. Fundaron algunas ciudades como Gades, Malaka y Sexi, además, tenían una colonia en África, Cartago. Introdujeron su alfabeto y un sistema de acuñación de monedas. Entran en declive cuando los babilonios conquistan Tiro, afectando a sus colonias en Hispania. • Griegos: procedentes de Focea vinieron aquí principalmente porque en su lugar de origen había problemas. Tenían una gran colonia en Francia, Massalia, y en la Península fundaron Ampurias y Rosas. Sus ciudades estaban estructuradas en cuadrícula y con ágora. Comerciaban con tartessos e iberos. Dejaron constancia de su alfabeto. • Cartagineses: llegaron desde Cartago para comerciar. Sin embargo, a fines del S.III a.C. su objetivo era el de reclutar soldados entre la población nativa y recaudar dinero para pagar al ejército para luchar contra los romanos. Tras romper el tratado del Ebro que tenían con los romanos llegó la 1ª G. Púnica que se desarrolló en Sicilia y que acabó con victoria romana. Más tarde explotó la 2ª G. Púnica, esta vez en la Península, y los cartagineses volvieron a ser derrotados. A partir de este momento comienza la conquista romana. • Etapas de la conquista de la Península por Roma. Tras la victoria en la 2ª G. Púnica ante los cartagineses Roma lleva a cabo la conquista de la Península, que fue larga, dura y no continuada (finales S.III a. C. − finales S.I a. C.). 1ª Etapa. (218 − 170 a. C.). Bajo el mando de Scipión, descienden desde Ampurias y Rosas por el Levante hasta el sur peninsular. La conquista fue rápida, ya que los iberos a penas pusieron resistencia. 2ª Etapa. (154 − 133 a. C.). Se introdujeron en la meseta, pero tuvieron mayores dificultades. Se produjeron dos enfrentamientos importantes: por un lado, la G. Lusitánica, en la que predominó el sistema de guerrillas. Finalmente, los romanos contrataron a un sicario para que asesinase a Viriato, líder lusitano. Por otro, la fortísima resistencia que pusieron los arévacos, que habitaban Numancia. Tras 10 años de luchas los romanos vencieron. 3ª Etapa: (29 − 19 a. C.). Tras un largo período en el que la conquista se paraliza por problemas internos, ésta se retoma por el norte. El emperador Augusto, con la ayuda de su yerno Agripa, derrota a galaicos, astures y cántabros a pesar de la resistencia puesta. A penas se nota la influencia romana en estos pueblos. • El proceso de romanización: el legado cultural. 2
La romanización se define como la adaptación de los pueblos a las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales de los romanos. • A nivel territorial, en el S.II a. C., dividen Hispania en dos provincias, citerior y ulterior. Y en el S.III d. C. acaban siendo seis provincias mas Baleares. • Remodelan y crean ciudades (Emérita Augusta, César Augusta o Totelum). La ciudad estaba estructurada en cuadrícula cruzada por dos grandes vías. • La sociedad queda dividida en hombres esclavos, que no tenían derechos, y libres, que se dividían a su vez en dos clases: honestiores, propietarios de tierras y oligarquías urbanas; y humillores, campesinos y artesanos. Éstos últimos se agrupaban en collegias según la actividad que desarrollaran. • Instauran un mercado universal e introducen mejoras en la agricultura como el sistema de regadío y nuevos cultivos, y mejoras en la extracción de metales con el sistema de entibo (sistema de sujeción). • Se declara el latín como lengua oficial, lo que hace que vayan desapareciendo el resto de lenguas prerromanas salvo el vascuence. • Se impuso el Derecho Romano, que regulaba la sociedad. A pesar de sufrir algún cambio sigue siendo la base del ordenamiento jurídico actual. • En tiempos de Augusto se introduce el culto al emperador. A partir del 313 d. C., en el Edicto de Milán, se acepta el cristianismo y en el S. IV se convirtió en la religión oficial. • El proceso de romanización: las obras públicas. Los romanos buscaban la utilidad y la funcionalidad de sus obras públicas. Así, tenemos el gran desarrollo de la comunicación gracias a la construcción de vías y calzadas (vía de la Plata y vía César−Augusta). Se construyeron puentes para salvar ríos y desniveles (Alcántara y Cáceres) para los que utilizaron pilares y arcos de medio punto, igual que en los acueductos. Éstos servían para llevar el agua de un lugar a otro (Segovia o Milagros). Construyeron faros en costas peligrosas (Hércules) y a partir del S. III d. C., por problemas con los pueblos bárbaros, levantaron murallas para las que utilizaron sillares de piedra cuadrada y de mampostería (Tarragona y Lugo). También construyeron obras públicas de recreo, como los teatros. Se inspiraron en los griegos, pero aportaron otros elementos. Estaban formados por una cavea o graderío con varias salidas o vomitorios. Las representaciones ocurrían en la escena, pedestal ligeramente elevado, e iban acompañadas por una orquesta semicircular. La escena estaba cerrada con una estructura de tres plantas que servía de decorado (Mérida, Sagunto y Cartagena). También construyeron anfiteatros, que era como la unión de dos teatros. Éstos eran creación romana. Tenían forma ovalada y en la zona central había arena. Ahí se daban lugar las luchas y en el subsuelo estaban las dependencias de los gladiadores y las celdas de las fieras (Mérida e Itálica). Crearon estadios o circos. Eran rectangulares, con un extremo semicircular y con otro angular, y en el centro un pedestal. Se utilizaban para carreras (Itálica y Mérida). Construyeron termas o baños públicos, aunque también había salas para preparación física y bibliotecas. Para conmemorar hechos o delimitar fronteras levantaron arcos del triunfo (Arco de Medinaceli, por la conquista de Numancia, y el de Bará, para delimitar Tarraconensis y Cartaginensis). Por último, instalaron sistemas de pavimentación en las casas señoriales, generalmente mosaicos. • La monarquía visigoda: las instituciones. En el año 476 d. C. el imperio romano desparece. Empiezan a llegar a la Península una serie de pueblos bárbaros: alanos, vándalos y suevos, pero sólo éstos últimos lograron asentarse en Gallaecia. Los romanos pactaron con otro pueblo bárbaro, los visigodos, para que a cambio de que echasen a los suevos recibieran Toulouse para formar allí su reino. Sin embargo, los visigodos aprovecharon el mal momento del imperio romano para instalarse en la Península. 3
Crearon una monarquía, un poco débil pues era electa y vitalicia, y nombraron Toledo como capital. A parte de los suevos en el norte, en el sur iba avanzando el imperio bizantino, que pertenecía al antiguo imperio romano de Oriente. Los visigodos tenían unos objetivos: la unificación política, territorial, religiosa y jurídica. • Política: crear una monarquía. • Territorial: echar a los suevos y a los bizantinos. En la 2ª mitad del S.VI, el rey Leovigildo conquista la zona de los suevos. Y en el S.VII los bizantinos caen ante Suintila. Pero permaneció una zona que no quedó claramente sometida, la zona vasca. • Religión: eran arrianos, mientras que los hispanorromanos eran cristianos. Por ello hubo varios enfrentamientos hasta que a finales del S.VI el rey Recaredo se convierte al cristianismo. • Jurídico: se logró basándose en el Derecho Romano. Hacia la mitad del S.VII Recesvinto logra la unidad judicial reconociendo el Fuero Juzgo. Tenían una serie de instituciones para llevar a cabo un mejor gobierno: Aula Regia. Formada por los colaboradores del rey y por la alta nobleza del reino. Cuando el rey tenía que tomar una determinación la convocaba. Tenían un valor consultivo. Concilio. Tenía un carácter religioso y político. Lo convocaba y presidía el rey. Officium Palatinum. El rey se apoyaba en este organismo, que no era institución, cuando tenía alguna duda. Lo formaban las gentes de confianza del rey. Se establece una relación de dependencia prefeudal. 1
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