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Historia Urbana Medieval Beatriz Arizaga Bolumburu - Javier Añíbarro Rodríguez
Historia Urbana Medieval (2011)
Profesores Beatriz Arizaga Bolumburu Javier Añíbarro Rodríguez
Departamento de Ciencias Históricas
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Historia Urbana Medieval Beatriz Arizaga Bolumburu - Javier Añíbarro Rodríguez
Módulo 2. El espacio urbano en la Europa medieval
Desarrollo: 2.1 Fuentes históricas e iconográficas para el conocimiento del paisaje urbano medieval. 2.1.2 Fuentes de información indirectas. 2.1.2 Fuentes de información directas generadas por la propia ciudad. 2.2 Diseños urbanísticos y peculiaridades de la ciudad medieval. 2.3 El paisaje urbano medieval: espacio público, espacio privado. Tipología arquitectónica.
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2.1 Fuentes históricas e iconográficas para el conocimiento del paisaje urbano medieval La ciudad medieval: objeto de estudio y fuente de información Lo que proponemos desde estas páginas es una metodología adecuada para lograr que el paisaje urbano medieval sea el verdadero objeto de estudio. Somos conscientes de la dificultad que tal empresa entraña con los sistemas de investigación tradicionales, pero la experiencia en esta línea de investigación nos hace presentar un metodología que creemos que facilitará el logro de resultados positivos a todos aquellos investigadores que deseen adentrarse en este tema. El paisaje urbano medieval, sea cual fuere la categoría de la villa, es en sí mismo objeto de estudio y a su vez fuente de información. Como objeto de estudio no se le ha prestado la debida atención en la historiografía medieval tradicional hasta fechas muy recientes. Y como fuente de información, todavía hoy no se han aprovechado al máximo las posibilidades que ofrece ni desde el campo del urbanismo ni del de la arquitectura. Para poder desarrollar un buen estudio del paisaje urbano de las ciudades medievales hay que incidir de una forma especial en las fuentes de información indirectas, tales como la documentación textual, la iconografía y la cartografía histórica. Y, sobre todo, aplicarnos en la observación directa del espacio urbano pues todavía hoy, la propia ciudad medieval es una buena informante. Utilizando las técnicas empleadas por los urbanistas y arqueólogos, la ciudad puede ser un buen objeto de estudio y también una espléndida fuente de información directa, si somos capaces de hacerle hablar.
FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA CIUDAD MEDIEVAL Fuentes indirectas: Fuentes textuales. • Documentos medievales. • Descripciones de viajeros antiguos. • Documentos sobre licencias de obras hasta el s.XX • Descripciones de diccionarios histórico-geográficos del s.XIX Fuentes indirectas: Fuentes gráficas. Iconografía histórica. Cartografía histórica.
Fuentes directas a través de la observación del espacio urbano actual.
Estudio del plano y parcelarios.
Estudio de la imagen generada por la propia ciudad: fotografía antigua.
Estudio de la Arqueología urbana.
Estudio de la Arqueología de lo construido.
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2.1.1 Fuentes indirectas Fuentes Históricas Textuales A través del tiempo, el documento original, la ciudad, se ha ido transformando, deteriorando e incluso, en muchos casos, perdiéndose. Por ello debemos recurrir para su conocimiento, en primer lugar, a las fuentes de información históricas, que van a aportarnos una primera aproximación al conocimiento e imagen de la ciudad medieval. Debemos señalar que las fuentes de información histórica, ya sean textuales o gráficas, tampoco son excesivamente expresivas para la época ni para cada una de las ciudades. Sin embargo, es imprescindible realizar una búsqueda exhaustiva de estas materias informativas y saber interpretarlas correctamente para aprovechar la información veraz que en ellas se contiene. Las descripciones textuales medievales no son muy explícitas en temas de urbanismo o construcción urbana. Nos obligan a revisar innumerable documentación para extraer informaciones de cierta entidad. Documentación de épocas posteriores referidos a obras y modificaciones urbanísticas nos podrán ofrecer datos sobre la forma de lo que se va a modificar. Las descripciones textuales de viajeros antiguos son mas interesantes en cuanto a la descripción del paisaje y aportan datos imposibles de adquirir a través de los documentos de época. Las descripciones de los Diccionarios Histórico-Geográficos 1del siglo XIX se presentan como informantes de extraordinario valor, ya que en numerosos casos la evolución de la forma urbana desde la época medieval hasta principios del siglo XIX fue desarrollándose de forma lenta sin grandes cambios o rupturas. Todavía en el s. XIX permanecen buena parte de las infraestructuras
1 DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO DE LA CIUDAD DE SAN SEBASTIÁN. COMIENZOS DEL SIGLO XIX: “El sitio que ocupa es una planicie, que empezando a formarse por el septentrión al pie de una muralla medianamente elevada, discurre como un tiro de cañón hasta un parage, en donde vuelve a remontarse el terreno con una dilatada colina, que conforme va penetrando e internándose hacia el mediodía, continúa en tomar mayores incrementos de altura y elevación. Por la parte oriental y occidental cierra dicha planicie el mar Océano Cantábrico, que metiendo sus aguas por dos boquerones o aberturas de montes, forma en la segunda con inclinación al sur, una ensenada de media milla de profundidad, cuyas olas van a batirse contra las murallas de la ciudad y sus espaciosos arenales, que en figura de media luna rodean la concha, y en la primera una peligrosa barra que recibe los caudales del río Urumea, que viene a engolfarse en el Océano, casi pegante al muro oriental de San Sebastián, llamado de la Surriola,después de pasar por debaxo de un puente de madera de 224 pasos de largo y 9 de ancho, muy cerca de la ciudad, habiéndose empezado a hacer otro de piedra de excelente construcción. De esta manera, no distado entre sí mas de un tiro de fusil los dos brazos de mar que bañan ambos muros de oriente y poniente, viene a reducirse el pueblo juntamente con la montaña que le hace espaldas por el norte a una perfecta península, formando un golpe de tan agradable perspectiva, que a los que baxan del camino de Hernani hacia el mismo pueblo, se les presenta como una ciudad fluctuante y sostenida encima de las aguas del Océano.”
Diccionario Geográfico Histórico de España. De la Real Academia de la Historia. Madrid 1802 p. 303
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defensivas de las ciudades así como numerosas viviendas en piedra de época medieval.
Fuentes históricas Iconográficas: La Iconografía histórica La iconografía histórica es una posibilidad informativa a la que debemos recurrir siempre que sea posible. La variedad de las representaciones urbanas es enorme en todo el arte medieval, sin embargo, el lenguaje iconográfico anterior al siglo XIV, suele representar a la ciudad como un ideograma mas que como un objeto real. Convendrá analizar los distintos estilos representativos y las diversas épocas históricas para saber qué grado de verosimilitud pueden ofrecernos estas vistas urbanas. Habrá que esperar hasta la segunda mitad del s. XVI para poder disponer de auténticas colecciones de planos urbanos realizados de forma rigurosa. La mejor obra, la mas conocida, es la dirigida por Braun, la "Civitatis Orbis Terrarum", que comienza a editarse en 1572, se compone de seis volúmenes y 530 "vistas" de ciudades y se prolonga su edición durante cuarenta y cinco años. Destaca en esta obra la calidad y la fiabilidad de las representaciones así como la información adicional que aporta con la ambientación de la ciudad en su entorno. Se trata de una obra excepcional ya que muchas de las "vistas" fueron realizadas a partir de grabados ya existentes por autores anónimos y también se sabe que se emplearon los antiguos grabados de madera de Sebastian Sello del Concejo de Guadalajara, 1460 Münster, y los referidos a las ciudades de los Paises Bajos de Jacob Roelofs. Por tanto aunque se compuso la obra en la segunda mitad del s. XVI, no todas las "vistas" son de este período, hay muchas que están tomadas del natural bastantes años antes de su edición.
Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de San Sebastián.
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Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de Santander.
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Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de Bruselas
Existe otra tipología de iconografía urbana, la que se representa en los fondos de los cuadros pictóricos. Buena parte de las ciudades que se ven en los fondos de los cuadros flamencos representan ciudades imaginarias pero no irreales, se construyen con la adición de partes reales de diferentes ciudades, están dibujadas a partir de elementos existentes, aunque el conjunto resulte imaginario. No podemos decir que sean imágenes de una fidelidad estricta aunque tampoco de una invención pura. Normalmente estas "vistas" están realizadas a partir de la yuxtaposición de diferentes representaciones arquitectónicas, dibujadas con una exactitud prodigiosa. Todas las representaciones arquitectónicas analizadas aisladamente son auténticas, son el reflejo de la época, pero el ensamblaje a lo largo de una calle de estas representaciones no tiene por qué corresponder con exactitud a la calle que está viendo en esos momentos el pintor.
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Fondo urbano en un cuadro flamenco San José Carpintero. Robert Campin. Triptico de Mérode 1425 Museo Metropolitano de Nueva York
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Fuentes históricas cartográficas: La Cartografía histórica La representación cartográfica en época medieval sufrió un retroceso profundo respecto a la cartografía del mundo clásico. Olvidándose de toda lógica y todo conocimiento heredado, la representación del mundo en la bibliografía cristiana está basada en fundamentos religiosos por lo que aparecen las cosmografías, la interpretación del cosmos, del mundo a partir de la verdad revelada en la Biblia. Las cosmografías tienen como objetivo difundir las teorías dominantes sobre la forma de creación del mundo. Habrá que esperar a la aparición de las primeras cartas náuticas y portulanos para poder fiarnos de las informaciones contenidas en las representaciones cartográficas.
Mapamundo del Psalterio del siglo XIII
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Carta náutica del Atlas Catalán del s. XIV de Abraham Cresques
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A partir del s. XVI y especialmente el XVII empiezan a aparecer colecciones cartográficas elaboradas con principios científicos que va a resultar de gran utilidad para conocer el espacio y lugares de asentamiento de las ciudades así como los planos de ellas. Para muchos territorios la primera y más fiable cartografía proviene de los planos elaborados con fines militares. Las zonas fronterizas, costeras y las plazas fuertes, disponen de abundante documentación gráfica a partir del s. XVII. Este tipo de cartografía militar es excepcionalmente valiosa para nosotros a la hora de reconstruir el paisaje urbanístico y la imagen de la ciudad, ya que nos ofrece dos tipos de informaciones:
Por un lado tenemos series de dibujos en los que interesa fundamentalmente el emplazamiento de la ciudad en su entorno físico, con la fiabilidad de buscar los mejores lugares desde donde atacarla o defenderla. Con este motivo no sólo se cartografía la ciudad, sino que se plasma en papel, con el mayor grado de realismo posible, sus contornos, el paraje en el que está emplazada. La precisión del dibujo es extraordinaria, propia de los ingenieros militares, ya que una buena información del terreno puede decidir la victoria o la derrota en una confrontación bélica, podemos considerarla como una fuente de información elocuente y fiable
Por otro lado esta misma cartografía militar suele confeccionar planos del propio recinto amurallado con una precisión admirable. Ya no se trata de una visión del conjunto del territorio, sino de la propia ciudad. Aquí la precisión sigue siendo el elemento primordial. Se levantan planos rigurosos en los que queda reflejada la planta de la ciudad, el trazado urbanístico. El trazado de las murallas se dibuja minuciosamente, con todos sus accesos, puertas, postigos etc. Se distingue muy claramente el espacio vacío del espacio construido.
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Plano militar de Fuenterrabía.
Mapa de San Sebastián y sus alrededores (1820-1825)
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2.1.2 Fuentes de información directas creadas por la propia ciudad El Urbanismo Histórico El Urbanismo Histórico tiene el mérito de desarrollar una fuente de información preciosa que todavía persiste en las ciudades de origen medieval y son las permanencias urbanísticas y arquitectónicas, a las que si les aplicamos métodos correctos de investigación nos ofrecerán informaciones que el historiador nunca podría obtener a través de los textos. Por ejemplo si carecemos de información textual sobre una ciudad medieval, podremos llegar a saber con cierta precisión si se trata de la creación de una ciudad nueva o no. Analizando la planta se podrá percibir un trazado regular, en forma de damero, mas o menos perfecta según la topografía del terreno en la que esté implantada. Las redes viarias permanecen y son, sin duda , los primeros elementos constitutivos de la villa, y a lo largo de ellas se estructuran las construcciones urbanas. Los recintos amurallados nos proporcionan innumerables informaciones sobre la importancia de la villa, y sobre sus posibilidades demográficas. La riqueza y disponibilidad económica de esa sociedad puede apreciarse con nitidez a través de los edificios públicos que en ella se crean. Analizando el paisaje urbano creado por una sociedad, a pesar de haber visto desaparecer sus testimonios escritos, podemos llegar a obtener importantes informaciones del grupo social que se estableció en ella. Los Parcelarios antiguos o en su defecto los actuales permiten conocer la distribución de los solares vecinales y hasta los primeros años del s. XX no se transformaron demasiado. Parcelario de San Sebastián de 1841
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La imagen generada por la propia ciudad: los fondos fotográficos La ciudad también fue objeto de representación desde los inicios de la fotografía. Existe un fondo fotográfico de gran riqueza documental referido al marco urbano, nos referimos a la tarjeta postal. A principios del siglo XX la tarjeta postal se generaliza y sus paisajes urbanos quedan cristalizados en sus primitivos negativos. La fotografía aérea es otra modalidad tremendamente interesante para comprender el paisaje histórico. Para la Península Ibérica disponemos de vuelos del Ejército desde los años 50 y 60, y también la empresa española “Paisajes Españoles” tiene un fondo valioso que permite el estudio evolutivo de la ocupación del suelo. La utilización de la foto aéreas y su manipulación a través de programas informáticos de tratamiento de la imagen, pueden ser de gran utilidad para poder recrear el paisaje en épocas históricas anteriores. Ciertamente no sabemos con exactitud como era el paisaje urbano en el período medieval, pero sí sabemos qué elementos añadidos son posteriores a ese período, o qué grandes trabajos de encauzamiento de ríos, o de rellenos de espacios, o desmontes se han realizado con posterioridad. Si a estas fotografías de paisajes les vamos borrando los añadidos y sustituyendo por zonas de cultivo o de bosques como nos informan los documentos medievales, podemos tener imágenes muy parecidas a cómo pudo ser el entorno urbano o las dimensiones del perímetro original de la villa. La modificación de la imagen del paisaje urbano, con técnicas informáticas, realizada a partir de datos históricos que proporcione el investigador, puede llegar a constituir un documento interpretado.
Acceso al puerto de Guetaria Este camino desde la villa al puerto de Guetaria permaneció prácticamente inalterable desde el siglo xv hasta los primeros años del siglo XX.
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Arqueología Urbana y Arqueología de lo construido La denominación de arqueología urbana únicamente deberá aplicarse cuando el objeto de estudio es el conjunto de la villa en sus aspectos físicos, la evolución de su tejido urbano, la reconstrucción de la formación de la villa a través de los tiempos, y si fuera posible el conocimiento de las actividades y producción de sus habitantes. No es inútil recordar que la práctica de la arqueología urbana hasta 1980 tendía a buscar los orígenes primitivos de la ciudad. De esta manera fue destruida durante muchísimos años la realidad medieval. Se desechaba la "tierra de jardín", las construcciones modernas, buscando los cimientos de las grandes estructuras anteriores. Las únicas estructuras construidas que merecían la pena eran los grandes edificios públicos o religiosos; el resto no era valorado y en consecuencia destruido. Han hecho falta muchos años de arqueología de salvamento para que la noción de la topografía de la villa medieval sea tenida en cuenta, como el conjunto de lo construido. El concepto de la arqueología de lo construido nace a partir de la mirada que realizan los arqueólogos generalistas sobre los edificios cotidianos que permanecen en pie. Se define en principio por negación: no es arqueología monumental, no es historia del arte, no es análisis arquitectónico y no es arqueología sedimentaria.. Lo construido supone una especie de "stock" potencial de objetos donde su valor cultural no está establecido a priori. Éste es el caso de las casas antiguas con una estructura tipo, que hoy día están en trance de desaparecer. Desde el punto de vista cultural la decisión de conservar, destruir o transformar una fachada constituye un objetivo específico para la evolución de la forma urbana. La fachada de la vivienda urbana puede ser percibida como el límite de la parcela privada o como el límite del espacio público. En el primer caso la responsabilidad de su conservación residirá en sus propietarios y en el segundo será la colectividad quien tendrá derecho a intervenir, o controlar su evolución para que no desaparezca la imagen del conjunto urbano. Palacio urbano construido dentro del alineamiento de la calle medieval. Ocupa dos suelos de “solar”.
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2.2 Diseños urbanísticos y peculiaridades de la ciudad medieval Podemos preguntarnos ¿qué racionalismo ha impulsado las nuevas creaciones urbanas? Hasta muy finales del siglo XIV y mediados del siglo XIV no encontramos en los reinos peninsulares tratados que hablen de la ciudad, de su forma o de la composición de sus habitantes. Actualmente sólo conocemos las obras de Frances Eiximenis (13301409) y la de Rodrigo Sánchez de Arévalo (14041470). Ambos autores son clérigos bien preparados que tienen una profusa obra literaria de carácter religioso y donde también tratan aspectos del bien público y de las formas correctas de gobierno. Existen tratados sobre ciudades ideales en fechas aproximadas en Italia: los realizados por Leonardo Bruni, Leone Battista Alberti o Antonio Averlino “Filarete”, que propone el modelo urbano denominado Sforzinda. Sforzinda: la ciudad ideal diseñada por Filarete
Eiximenis en su obra lo Crestia (el cristiano), compuesta de doce libros, en el Dotzé (duodécimo) trata del gobierno y de la política en general y en el hace una amplia reflexión de cómo deben estar constituidas las ciudades tanto en su aspecto urbanístico como social y político.
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Proyecto de ciudad según la utopía cristiana. Texto de Frances Eiximeni «Su planta ha de ser cuadrada, de mil pasos de lado; en el centro de cada uno de éstos se abrirá una puerta principal, flanqueada por dos más pequeñas, fortalecidas como las de los castillos; las esquinas estarán igualmente fortificadas. De puerta a puerta, dos anchas calles la dividirán en cuatro cuarteles, cada uno de los cuales tendrá una hermosa y vasta plaza... En las cerca¬nías del cruce de las dos calles mayores se emplazará la catedral; inmediata, una gran plaza con gradas en torno y el palacio episcopal; no se permitirán solaces deshonestos en ella, ni la instalación del mercado ni de la horca para el castigo de los delincuentes. Cada barrio tendrá conventos de frailes mendicantes y parroquias, carnicerías, pescaderías, almudís y varias tiendas. Los hospitales, leproserías, gari¬tos, burdeles y desagües de las cloacas deberán emplazarse al lado opuesto a aquel de donde procedan los vientos rei¬nantes. Las gentes de idéntica profesión vivirán agrupadas en el mismo barrio; si se trata de una ciudad marítima, las viviendas de los mercaderes, cambistas, etc., ocuparán la parte más cercana al mar; las de los labradores deben de estar junto a la puerta que abra al campo; por todas partes se instalarán los comercios necesarios para la vida cotidia¬na. El interior de la ciudad será «bello y deleitoso». Habrá leyes que ordenen las edificaciones y derribos y gentes encargadas de su cumplimiento». Frances Eiximenis. Lo Crestiá. Dotze Cap. X Barcelona 1983
La planta ideal de la ciudad proyectada por Eiximenis. De Puig y Cadafalch. Idees teoriques sobre urbanisme en el segle XV. Un fragment de Eiximenis. 1936.
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2.2 Diseños urbanísticos y peculiaridades de la ciudad medieval. Continuación Rodrigo Sánchez de Arévalo escribe su obra “Suma Política” compuesta por dos libros de 18 y 16 capítulos y publicada en 1455. El primer libro trata de la fundación y edificación de las ciudades, de ”las cosas que se deven considerar y acatar y las que se requieren para bien y útilmente edificar y fundar y ordenar a toda ciudad o villa”. El segundo libro trata sobre las cosas “necesarias al buen y onesto regimiento de toda ciudad o villa, y cumplideras para su salvación y conservación “. Rodrigo Sánchez de Arevalo cree que al buen político no le debe bastar con “engendrar” una ciudad sino que esta debe seguir funcionando de forma ordenada y gobernada correctamente. Una ciudad se funda para que los hombres puedan desarrollar su naturaleza sociable y vivir en compañía para ayudarse y socorrerse mutuamente, desarrollar una existencia pacífica, alegre y tener cubiertas las necesidades primarias. Según estos criterios desarrolla toda una teoría de buen gobierno. Tenemos por tanto dos “tratados urbanísticos” de finales del siglo XIV y principios del siglo XV que resultan demasiado tardíos para que su doctrina y planteamientos pudieran aplicarse al proceso urbanizador llevado a cabo en la Península Ibérica. La sociedad medieval peninsular desde el siglo XIII está generando recintos urbanos con notable éxito, y en ellos un racionalismo contundente a la hosra de la planificación urbana. La causa de la aplicación del racionalismo a este tipo de obras reside en el pensamiento medieval, de carácter teocrático y espiritualista que considera el mundo y la sociedad cristiana como un todo armónico. Mientras tanto desde el siglo XI el proceso de creaciones urbanas seguía inexorablemente su curso y con cierto orden en su estructura urbanística sin esperar a los modelos tardíos que conocemos de finales del s. XIV y del siglo XV. Alfonso X el Sabio, Rey de Castilla, creador de numerosas poblaciones urbanas nos deja un breve relato en su Crónica sobre cómo creó una nueva población en Villa Real en el año de 1255 , la Crónica de Alfonso X dice “E partió de Segovia, e fue a Toledo, é dende a la frontera, è pasando por un lugar que dicen Pozuelo de Don Gil, que era en término de Alcaraz, entre tanto llegaban las campañas por que había enviado, mandó venir gentes de su comarca, e ordenó en que manera se poblase allí una villa, e mando que dijesen Villa-Real, e ordenó luego las calles, e señaló los lugares por do fuese la cerca. E fizo facer luego una puerta labrada de piedra, è esta es la que esta en el camino que viene de Toledo, è mando a los del lugar como ficiesen cerca”.Esta Villarreal creada por Alfonso X fue la conocida actualmente como Ciudad Real. En la zona Levantina El monarca Jaime I (1208-1276) protagonista de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, conquista Mallorca en 1229. Y emprende la conquista del reino de Valencia, tomando Burriana en 1233 y Valencia en 1238. Rápidamente emprendió una activa política de repoblaciones que manifiestan una planificación racional como pueden verse en algunas villas como la de Villa Real. Dio órdenes privadas al caballero tolosano Pedro Montull, para que se ejecutase en la parte alta del término de Burriana, el plano de una nueva población y 18
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encargó al caballero Benito de Guimerans organizar la población buscando pobladores y organizando el emplazamiento y plano de la nueva villa. En 1273 se le concede la Carta Puebla, los fueros de Aragón, y los privilegios de Burriana. Se le concede también mercado semanal los sábados y feria anual.
Villarreal según la obra de Viciana
Planta de Villarreal
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Peculiaridades de la ciudad medieval La creación urbana en la edad media, aun siendo un fenómeno generalizado en toda Europa presenta ciertas diferencias en la concepción del diseño urbano. En la Península Ibérica el proceso de creación urbana por la sociedad medieval cristiana fue muy intenso. Las tierras fronterizas ganadas a los musulmanes pronto comenzaron a acoger a población cristiana del norte peninsular generando numerosos núcleos urbanos de muy variado tipo. Primeramente cabe distinguir entre ciudades de crecimiento orgánico o espontáneo y ciudades de nueva planta.
Crecimiento orgánico y planta irregular Las ciudades que surgen, de forma espontánea, a partir de un primitivo enclave militar o religioso y que aglutinan entorno a sí población en progresión creciente, pueden dar origen a posteriores ciudades, normalmente con una planta urbana compleja e irregular. En la Península Ibérica tenemos buenos ejemplos de este tipo de resultado urbanístico, que no responde a un diseño preconcebido. Al sur del río Duero se fueron instalando pequeñas poblaciones agrícolas y ganaderas en torno a sus iglesias en los espacios ganados al poder musulmán. Estas minúsculas poblaciones estaban próximas unas a las otras y cuando se produjo el proceso urbanizador fueron los focos que generaron las ciudades. Ciudades como Salamanca aglutinaban dentro de sus murallas a 35 parroquias que ocupaban una superficie cercada de 110 Ha. Soria igualmente acogía a numerosas parroquias y su superficie era de 100 Ha. No en todos los casos se pudo recoger dentro de las murallas a todas las aldeas del lugar, en Segovia y Valladolid algunas aldeas quedaron extramuros. Este modelo origina grandes superficies cercadas con un plano complejo, con varios puntos focales y grandes espacios vacíos en el interior. Sigüenza es otro caso complejo que dará origen a un plano polinuclear. Tuvo una pequeña “puebla” junto al castillo, en la parte alta, otra junto a la catedral en la zona media y una tercera “puebla” en la parte baja, en la antigua medina musulmana. Estos tres núcleos formaron la ciudad medieval aunque tardaron muchos años en constituir una unidad espacial.
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Izqda.: Plano de Salamanca de 1858. Mantiene el recinto medieval Dcha: Foto aérea de Salamanca en 2001. Se aprecia perfectamente el recinto medieval
Siguenza con el castillo medieval
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Nuevas creaciones y planta regular Dentro del grupo de ciudades de planta regular podemos encontrar diversos modelos atendiendo especialmente a su origen.
A) Creaciones medievales sobre planta de origen romano En primer término nos referiremos a las “nuevas ciudades” herederas de una planta urbana de origen romano. Son “nuevas creaciones urbanas” sobre soportes materiales urbanísticos antiguos. Utilizan el mismo emplazamiento de época romana, mantienen en muchos casos sus murallas y el trazado de las calles, pero incorporan los elementos propios de la cultura medieval, los centros religiosos. Estos ocupan extensas superficies en el centro urbano transformando en parte la retícula urbana romana, generando sus propios parcelarios medievales. En la Península Ibérica encontramos variados ejemplos de este modelo, los mas representativos son León y Zaragoza, en donde todavía hoy, en el parcelario actual se perciben los recintos romanos y la tama viaria.
B) Nuevas creaciones de planta regular Se pueden ver ciudades de planta regular especialmente en zonas donde los monarcas tuvieron un especial interés por organizar el espacio con nuevas poblaciones concentradas que les permitía un
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mejor control del territorio, de sus pobladores y de sus rentas. La implantación urbana en el norte peninsular responde a dicha motivación. En esa zona las ciudades se caracterizan por ser de tamaño mediano-pequeño, algo menos de 10 Ha. pero suplen sus dimensiones individuales con el elevado número de centros urbanos que se generan. Se crea una intensa red de núcleos urbanos que dinamizan la región. En la zona de Guipuzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias y Galicia se crean mas de 100 poblaciones urbanas. Es especialmente importante la proliferación de puertos en el Cantábrico Las nuevas plantas de dichas villas están programadas de inicio. Se trazan los recintos y se parcelan los espacios destinados a las viviendas de los vecinos, dejando muy poco espacio público libre.
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Plano de San Sebastián. En gris, la primitiva villa medieval; en rojo, el ensanche de época contemporánea. C) Nuevas creaciones de ciudades en el camino de Santiago Sin que podamos incluir a todas las ciudades que se crean en la ruta o camino de Santiago en un mismo modelo urbanístico hay una tendencia a crear villas y ciudades con un “plano itinerario” como lo define Torres Balbás Son poblaciones creadas en torno al camino con una calle larga y viviendas a ambos lados. Dicho plano según las villas y ciudades prosperan pueden generar calles paralelas y complicar dicho plano, pero siguen siendo reconocibles. Ejemplos de dichas estructuras parcelarias son entre otras, Castrojeriz y Santo Domingo de la Calzada.
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Desarrollo urbano de Santo Domingo de la Calzada Según Martínez Martínez, Sergio. Santo Domingo de la Calzada. Una ciudad medieval en el camino de Santiago. Najera 2006.
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2.3 El paisaje urbano medieval: espacio publico, espacio privado. Tipología arquitectónica. Espacio privado El espacio urbano está diferenciado en dos dominios el público y el privado, que se corresponden a dos categorías de suelos: las calles, plazas y espacios públicos por un lado y los solares edificables o espacios privados por otro. La privacidad de los “solares” y las edificaciones es fuerte, están cerradas y no son de libre acceso. En contrapartida las calles y plazas son plena y totalmente públicas.
Dentro del recinto intramuros el espacio parcelado para su utilización con fines privados constituye la mayor parte del suelo urbano.. El espacio intramuros hay que parcelarlo y repartirlo entre los nuevos pobladores, los existentes en el momento de la fundación y también los futuros vecinos que puedan venir. En muchas villas y ciudades de nueva creación se distribuyen lotes homogéneos de terreno para que cada familia construya su vivienda. En algunas zonas el reparto de los lotes de tierra para la construcción de viviendas es similar en toda la región este es el caso de Guipuzcoa donde se reparten los suelos de casas según las medidas del “solar guipuzcoano” . Dicho solar tenía las medidas de 8 metros de fachada a la calle por 12 metros de profundidad. Con el paso del tiempo la homogeneidad del solar familiar puede sufrir alteraciones bien por fragmentación o por adiciones parciales o totales. El caso Guipuzcoano es sorprendente. En todas las Vilas de la provincia (25), cuando se producen alteraciones del solar primitivo , estas son siempre por reducción a la mitad del solar originario o por adición de un medio solar o por la adición de otro solar completo. No se dan otro tipo de casos. En el siglo XV encontramos las particiones horizontales, varios vecinos compartiendo el solar primitivo en diversas alturas si que sean miembros de la misma familia.
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En la zona del Levante, también se distribuyen solares homogéneos a los nuevos pobladores como lo atestiguan las Ordinaciones de Jaime II para el reino de Mallorca.
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Fundación de Petra- Mallorca según las Ordinaciones de Jaime II
El espacio urbano se muestra insuficiente en la mayor parte de las ciudades dada la presión demográfica que sufren y la “imposibilidad de rebasar los recintos amurallados sin perder el derecho a la vecindad. Esta tendencia a permanecer intramuros lleva a la sociedad urbana medieval a tratar de recuperar los pocos espacios públicos existentes con técnicas poco ortodoxas. Se adelantan las fachadas de las casas sobre el espacio público. Se aumenta la superficie construida en los pisos superiores sacando “voladizos” que impiden la correcta ventilación de la calle, se instalan las escaleras de las viviendas en el exterior, se ocupan los caminos de ronda entre las viviendas y las cercas, se construye sobre la muralla y las torres defensivas. Todas estas trasgresiones urbanísticas son denunciadas por los concejos tratando de devolver al espacio público toda la superficie primitiva. No resulta tarea fácil. Texto Villa Mondragón: La villa de Mondragón “…nos fizo relación por su petición que ante nos en el nuestro consejo presento disiendo que en la dicha villa a cabsa de las quemas pasadas los hedificadores de algunas casas, mediante los vandos e opiniones que entre ellos ovo, ocuparon algunas calles e callejas públicas de la dicha villa, poniendo las paredes de sus casas mas de lo que solían, de manera que ocupan las dichas calles e callejas e están ocupadas mas de lo que las otras calles e callejas Della son, de que conocidamente se sigue agravioi a la dicha villa e calle dellas”. Espacio público El espacio público común, complejo y unitario se reparte por toda la ciudad y en él se instalan los edificios públicos y privados. El equilibrio entre espacio público y privado depende del compromiso entre la ley pública y los intereses privados. Los estatutos comunales regulan, demasiado tarde, los puntos de contacto entre el espacio público y las construcciones privadas. Aún siendo escaso el espacio público frente al espacio privado su importancia es extraordinaria para la vida social. Es el espacio donde la comunidad va a desarrollar su actividad. La iglesia es la primera en estar presente, por su aspecto monumental se aprecia claramente. La actividad económica, esencial en la ciudad medieval, también deja sus huellas en los mercados, y en las calles con actividad artesanal bien definida. La función política durante gran parte de la Edad Media no deja constancia de su presencia, únicamente en los últimos años se hace visible en la estructura de la ciudad. Normalmente las ciudades medievales carecen de un único centro, son villas policéntricas, con puntos múltiples de reunión. El espacio publico es el medio de comunicación, las calles intramurales son aquellas que se constituyen como continuidad de los caminos reales o grandes rutas en el interior del espacio
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murado. Las dimensiones de estas “arterias” o calles se enmarcan entre los seis y los diez metros de ancho para las “calles mayores” o “calles reales”. En la Península Ibérica muchas de estas “calles reales” no sobrepasan los cuatro metros de ancho. El espacio público es el centro de las actividades económicas. Estaban continuamente ocupadas y frecuentadas por comerciantes, viandantes, trabajadores y bestias de transporte. Los artesanos y comerciantes no tienen ningún reparo en ocupar la calzada para la realización de sus actividades profesionales. Sacan sus bancos de trabajo a la calle para aprovechar mejor la luz diurna, exponen sus productos en “tableros” o mostradores que extienden y prolongan desde sus viviendas hasta la calle. Los carniceros matan las reses y arrojan sus desperdicios a la vía pública, los comerciantes ambulantes y las pescaderas exponen sus productos en las esquinas y confluencias de las calles.
Imagen de tienda medieval por Viollet le Duc
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Historia Urbana Medieval Beatriz Arizaga Bolumburu - Javier Añíbarro Rodríguez
El espacio público es también el lugar de encuentro y reunión de la sociedad medieval. Las Ordenanzas Municipales de los centros urbanos tratan de mantener la paz en el espacio público. Tarea nada fácil ya que si nos atenemos a las numerosas sanciones que se recogen en el ordenamiento concejil, las disputas y los enfrentamientos armados constituían una actividad frecuente dentro de las ciudades. Se castigan duramente los insultos y ofensas verbales, ya que daban origen a enfrentamientos mas duros y incluso a sacar las armas para defender el “honor”. Por si las Ordenanzas no resultaban suficientemente disuasorias, en los espacios públicos se levantaban los símbolos de la represión o escarmiento, como las cárceles o las picotas. No todo el contacto social era de carácter violento, abundan los contactos cotidianos de relación normal, cordial e incluso festivo. Los lugares de reunión colectivo podían estar al aire libre, en las capillas de las iglesias o en las casas del concejo. Las casas de Concejo se construyeron tardíamente en Castilla. Los Reyes Católicos en las Cortes de Toledo 1480, instan a todas las poblaciones que construyan sus casas de Concejo para uso de los regimientos y asambleas de vecinos.
La plaza como lugar común de la sociedad medieval, no tiene las mismas connotaciones de la plaza renacentista. En la ciudad Medieval normalmente hay mas de una plaza, se nombran diversas plazas y no tienen por qué ser grandes espacios abiertos en medio de la ciudad, sino que son espacios pequeños abiertos en diversas partes de la ciudad cumpliendo cada una de ellas una función diferente.
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