Hoja del Coleccionista

Hoja del Octubre  2014  Coleccionista etiquetas de vino Museo de Etiquetas del Vino de Jerez Siglo XIX más de 15.000 e quetas impresas entre  18

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Hoja

del

Octubre  2014 

Coleccionista

etiquetas de vino

Museo de Etiquetas del Vino de Jerez Siglo XIX más de 15.000 e quetas impresas entre  1854‐1954, de las que sólo están expues‐ tas 8.000, procedentes de Jerez de la Fron‐ tera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar  de Barrameda, algunas de ellas desapare‐ cidas en la actualidad. 

www.grupogarvey.com [email protected] Horarios Bodegas Garvey de Jerez de la Frontera ha  añadido un nuevo atrac vo para los visi‐ tantes a sus instalaciones: una colección  única de más de 15.000 e quetas de vino  de Jerez, correspondientes a diversas épo‐ cas. Las bodegas de Jerez cons tuyen una  de las visitas más solicitadas de la locali‐ dad gaditana.  El museo de e quetas de vino cuenta con 

‐ De lunes a viernes: De 9:00 a 14:00 Precios

La colección, perteneciente a D. José Sal‐ daña Trigo quien traspasó el legado a Bo‐ degas Garvey, está agrupada por temas y  bodegas, siendo posi‐ ble, además, admirar  una colección de bote‐ llas pintadas a mano del  siglo XIX  Información Bodegas Grupo Garvey. Ctra. N‐IV. Circunvala‐ ción Teléfono y Fax: 956 319 650.

‐ De lunes a viernes: 5 € / adulto y 3 € / niños y fines de semana y fes vos: 6 € / adul‐ to y 4 € / niños

Congost

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Tal y como hemos comentado ampliamente en anteriores artículos de esta misma web, las personas que ahora tenemos algo más de treinta años gozamos de una infancia llena de juguetes de calidad. No solamente muchos de estos juegos y juguetes estaban bien realizados en lo que hace referencia a su construcción física, es decir, con plásticos y materiales de calidad, sino que además disponían de un componente pedagógico importante, siendo los años que van de la década de los sesenta hasta principios de los ochenta una edad de oro para los llamados “juegos educativos”, gracias a los cuales aprender resultaba de todo menos aburrido. Dentro de la categoría de juegos educativos o instructivos, podíamos encontrar desde el "Electro L" de Airgam hasta el propio Tente de Exin, pasando por excelentes productos de muchas otras marcas como por ejemplo Comansi, Famosa, Puch y como no, también la marca protagonista de esta serie de artículos: Congost. Aunque las comparaciones son odio-

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sas, pues nunca son del todo acertadas y exactas, para hacernos una idea de cómo era Congost podríamos compararla con la Exin de sus primeros años. Es decir, ambas empresas surgen en la época de recuperación de la post-guerra, inicialmente estuvieron ubicadas en el área metropolitana de Barcelona (y de hecho no demasiado lejos la una de la otra), compartieron mercado durante muchos años y las dos basaban sus productos en juegos educativos o que precisaban de cierta habilidad de sus pequeños propietarios para su consecución. Aparte de estos puntos en común, y algunos más que se irán descubriendo a lo largo de este artículo, ambas empresas son totalmente diferentes, siendo la historia de Congost y la de su fundador realmente apasionante. En lo que hace referencia a los juegos fabricados por esta marca, a grandes rasgos se podrían dividir en dos grandes grupos: los desarrollados por la propia Congost y los que fabricó/ distribuyó de terceros como por ejemplo de la gigante Mattel. Acerca del primer grupo de juegos, destacar algunos como el titulado

"Rescate espacial", con el cual el pequeño o pequeña jugadora necesitaba grandes dosis de precisión, potenciando la capacidad motriz de los más pequeños además que servía para aumentar su capacidad de concentración. En este aspecto diríamos que Congost se asemejaba bastante a la Exin de los inicios, pues ambas fabricaban muchos y variados juegos de estas características. Otra cosa eran los productos que fabricó y distribuyó Congost como la muñeca Barbie o la figura de acción “Big Jim”, los cuales eran patentes de Mattel, los cuales aunque contaban con una calidad extraordinaria, no eran exactamente lo mismo que los productos gestados y desarrollados por la propia Congost. Y también de Mattel, no cabe olvidar le Blandi Blubb, que aun a pesar de ser un juguete divertido y en cierto modo inédito a todo lo que existía en aquel entonces en el mercado, era producto de otro estilo de juegos bastante alejado de la línea propia de Congost, pensado también para un consumidor americano con preferencias y gustos diferentes al ibérico. Es por esta razón que en este artículo nos intentaremos centrar en la marca Congost en sí y los juguetes de cosecha propia que comercializó con bastante éxito durante muchos años. Pero sin duda alguna sería muy difícil com-

prender la historia de Congost sin antes conocer el carácter emprendedor de su fundador, el señor Lluis Congost. Lluis Congost, fundador de la compañía juguetera que llevaría su nombre, nació el año 1913 en una población de la provincia de Girona. Siendo de pequeño un chico bastante inquieto, ya desde muy joven demostró una gran capacidad para el diseño y sobretodo unas dotes realmente excelentes para el cálculo, habilidades que en el futuro le serían imprescindibles para su trabajo. Pero no avancemos acontecimientos y quedémonos todavía con el Sr. Lluis Congost de pequeño, pues con pocos años, y suponemos que fascinado por los incipientes avances en lo que a aviación se refiere, nuestro protagonista de pequeño ya diseño y construyó su propio avión-planeador con materiales muy simples, como por ejemplo cañas y sábanas.

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Según nos explicó la propia familia del señor Congost, con los que tuvimos la suerte de hablar mientras preparábamos esta serie de artículos, el "piloto" de pruebas de este aeroplano tan artesanal fue un mozo que trabajaba en la casa de los Congost. Desconocemos gran parte de los detalles del vuelo que este buen hombre hizo convencido por el joven Lluis y si el aterrizaje fue más bien plácido o con algún que otro problema, pero lo importante es que el avión voló durante algunos instantes a una altura de siete metros, cosa que no está nada mal considerando la juventud de su diseñador y la dificultad en aquel entonces en encontrar guías o manuales a la hora de construir un planeador, por pequeño y simple que fuera. Dicha anécdota viene a ilustrar excelentemente el carácter emprendedor que el señor Lluis tenía ya de bien pequeño, y como no, nos muestra también ciertas dotes de persuasión que tenía para convencer al trabajador involucrándolo en dicha aventura. Pasaron algunos años y durante la

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Guerra Civil Española nuestro protagonista fue incorporado a filas, participando en contra de su voluntad en dicha carnicería. Mientras estaba en la enfermería curándose de diversas heridas, aprovechó la ocasión para escaparse saltando un muro del hospital en el que estaba recluido. Consecuencia de un mal cálculo, tuvo la desgracia de romperse una pierna aunque esto no fue impedimento para que continuara su huida hacia la casa de sus padres en Girona. Después de alguna que otra aventura y llegado a su casa, pudo ocultarse el resto del tiempo que duró el conflicto bélico, impidiendo de esta forma que los militares lo apresaran culpándolo de desertor, cargo que equivalía a un severo castigo y corriendo serio peligro su propia vida. No obstante, este hecho no le impidió seguir sus estudios gracias a una dinamo que él mismo se construyó y que le generaba la electricidad suficiente para encender una bombilla e incluso hacer funcionar una radio con la cual fue siguiendo los acontecimientos que se iban sucediendo en el exterior. Finalizada la Guerra Civil Española Lluis Congost pudo continuar de forma normal sus estudios especializándose en ingeniería. Tal y como se ha comentado, nuestro protagonista era un estudiante espléndido, tanto fue así que gracias a una conferencia que dio ante publico sobre el tema que estudiaba le sirvió para convalidar ni más ni menos que dos cursos de los estudios que realizaba, pudiendo completar así su carrera de Ingeniero Industrial en Barcelona a mediados de los

años cuarenta. Finalizados sus estudios trabajó para la compañía Pegaso realizando trabajos de ingeniería para algunos camiones que justo en aquella época la firma estaba empezando a producir. Hay que hacer notar que los talleres de la marca Pegaso estaban situados en Barcelona y eran los mismos que unos años atrás habían sido propiedad de la marca Hispano-Suiza, caída en des-

gracia durante la Guerra Civil Española al producir motores para aviones del bando republicano. Pero el señor Congost continuaba siendo el muchacho inquieto de siempre y gracias a su experiencia como ingeniero entró a trabajar en la marca de motocicletas Motor-Rex como diseñador y constructor de los motores de la marca, montando algunas unidades las cuales iban destinadas a competición con el ánimo de promocionar la marca entre el público. Precisamente una de estas motocicletas compitió

pilotada por la que sería su propia esposa. Paralelamente, como trabajo curioso, también decir que Lluis estuvo al cargo del mantenimiento de una colección de relojes propiedad de un importante coleccionista. La compañía Congost Amante de la ingeniería, al señor Congost le encantaban una cosa por encima de las otras, los juguetes que fabricaría gracias a la constitución de la empresa que llevaría precisamente su propio apellido: Congost. Xylomatic de la marca CongostFundada en los años cincuenta, la empresa Congost inicialmente estaba ubicada en la calle Numancia número 73 de Barcelona aunque al cado de unos años trasladó sus instalaciones hasta la población de Prenafeta, cerca de Montblanc (Tarragona). Dicho traslado se realizó a causa de una importante ampliación de producción en la firma, la cual explicaremos un poco más adelante. Los primeros juegos realizados por Congost eran bastante sencillos, utilizándose de forma abundante el porexpan dada su facilidad a la hora de manipularlos. Aparte que para el consumidor final resultaba bastante económico. En esos primeros juegos uno de los temas recurrentes era el militar, como por ejemplo casamatas con soldados en su interior que disparaban o bien un juego en que el protagonista principal era una batería antiaérea. Ciertamente estos eran juegos de una época en la que el recuerdo de la guerra todavía estaba muy presente y se

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quiera o no, estos productos se vendían bastante bien. No obstante, el señor Lluis tomó conciencia de que el juguete había de tener grandes cualidades pedagógicas y que los juguetes que él inventaba podían servir para algo más que como entretenimiento de los más pequeños. Según recuerdan sus descendientes, en los primeros años de la empresa su propietario realizaba los prototipos de los juguetes en su propio domicilio. Además, como detalle curioso e indicador de hasta que punto era una empresa familiar en esos inicios, comentar que la propia esposa de Lluis fue una de las primeras comerciales de la compañía. Aparte de la calidad con la que Congost fabricaba sus juguetes, estos tenían un claro componente educativo a la vez que, tal y como se ha comentado anteriormente, desarrollaba la capacidad motriz de los más pequeños. Como ejemplo de estas características podemos citar varios de sus juegos educativos como “Rescate espacial” o

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su derivación “Lem 200”. Otro de los juegos conocidos de Congost y desarrollados por la misma empresa fue “Auto Cross”, que consistía en una consola que simulaba un tablero de mandos de automóvil con su volante y cambio de marchas incluido combinado con un circuito en el cual, el objetivo principal consistía en “pilotar” correctamente un pequeño coche y procurar que se mantuviera dentro de los límites del circuito. Estamos como no en los años sesenta y setenta, una época de esplendor para el juguete nacional y también para la propia compañía. Otros reconocidos juegos de la época son el "Xylomatic", un pequeño instrumento musical basado en el xilofón, el "Bingo Congost" con su particular sistema para evitar que se perdieran las bolas del bingo o "Los Imposibles" que se trataba de una colección de pequeños juegos en los que a destreza era primordial para lograr resolver cada uno de los enigmas que nos presentaba el juguete. Y es que verdaderamente Congost se tomaba muy en serio la pedagogía en

sus juegos, existiendo referencias como “Auto Escuela Congost”, consistente en un circuito urbano por el cual, mediante imanes situados bajo un tablero con patas, el pequeño/a podía conducir su coche por su superficie respetando a rajatabla las señales de tránsito dibujadas en la parte superior, aprendiendo de esta forma tan divertida las señales de circulación. Por cierto, comentar que los vehículos de “Auto Escuela Congost” no eran fabricados por la propia compañía, sino que utilizaba modelos de la marca de miniaturas Eko con algunas modificaciones estructurales y que los convierten actualmente en piezas muy buscadas. Hay que decir que Eko era una proveedora habitual de Congost en lo que hace referencia a coches miniatura usados en sus juegos. Los técnicos de Congost llegaban a desarrollar entre ocho y nueve juegos nuevos cada año, aunque muy a menudo el número de juegos nuevos que veían la luz anualmente era solo cinco. La rentabilidad y diversos filtros internos de la propia empresa eran los responsables de esta reducción de juegos. La puesta a punto de un juguete finalizaba cuando chicos y chicas de la edad a quien iban destinados los juguetes los probaban y los técnicos valoraban los pros y los contras. En un

principio este trabajo se realizaba de forma muy sencilla, facilitando estos juegos a un pequeño grupo de niños para que ellos mismos los probasen. Con el tiempo se fue profesionalizando el proceso, invitando a los chicos y chicas a visitar un recinto preparado para su observación gracias a grandes espejos que en verdad eran cristales en cuya parte posterior técnicos apuntaban cada una de las reacciones de los pequeños. Congost y sus alianzas internacionales Aproximadamente en 1975 la norteamericana Mattel, una de las principales multinacionales jugueteras a nivel mundial decidió entrar en el mercado español, creando una efectiva cabeza de puente que le permitiría introducir los productos en un mercado cerrado aunque realmente apetitoso. Para desempeñar tal difícil labor, eligió

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una empresa constituida que fuera capaz de desarrollar los planes que Mattel tenía previstos para ella y fue precisamente Congost la elegida, convirtiéndose en distribuidora pero sobretodo también en fabricante de productos Mattel. Así pues, uno de los principales juguetes que fabricó y distribuyó Congost en aquella época fueron las figuras de acción “Big Jim” y “Barbie” en 1978 (del proyecto Barbie se venia concretando desde 1975). Otro de los juegos creación de Mattel que distribuyó Congost fue el recordado “Blandy Blubb”, una especie de masa viscosa verde que se guardaba en un bote de plástico del tamaño de un baso y que simulaba un bote de basura redondo al estilo americano. Ante la duda de si Congost fabricó o bien solo distribuyó juegos de Mattel en España que tuvimos a la hora de plantearnos este artículo, la respuesta de personas muy cercanas a la empresa es que efectivamente Congost fabricaba con moldes alquilados de la propia Mattel aunque con el tiempo pudo utilizar moldes propios. Tal y como comentábamos, Congost fabricó la muñeca Barbie la cual era idéntica a la versión americana pues estaba realizada inicialmente con los mismos moldes. A propósito, comentar que a menudo algunos grandes almacenes realizaban "pases de modelos" con muñecas Barbie como protagonistas y con vestidos diseñados por los modistos y modistas más conocidos del país. Aunque el acuerdo con Mattel permitió a Congost vender sus productos en el exterior, sobretodo en Estados Unidos,

Congost poco a poco fue perdiendo personalidad, absorbida por los productos externos que ella misma fabricaba y distribuía. Evidentemente se continuaban desarrollando y comercializando juegos propios, pero sin duda los que mejores resultados económicos daban eran los procedentes de Mattel. Barbie de por sí era un gran producto que todavía hoy funciona estupendamente (no olvidemos que fue Congost la primera empresa en dar a conocer la muñeca en España). No obstante, son los números económicos los que mandan en

una empresa y resultaba más rentable fabricar y distribuir un producto rodado que investigar, diseñar y poner a punto uno de propio. A pesar de esto, Congost siguió creando sus propios juegos, aunque el ritmo de novedades al año fuera menor. Pero este no fue el único pacto comercial con una empresa reconocida a nivel mundial, sino que también creó alianzas con la juguetera Tomy y con Revell, marca con la cual tendría una relación de unos doce años. Congost también tendría otras licencias muy conocidas y sobretodo fructíferas, como Disney o Barrio Sésamo. Durante esta época de expansión, Congost abrió una fábrica en Francia, creando para ella la marca “Congost France, S.A.”, la cual disponía de la misma capacidad que la fabrica matriz catalana, así como delegaciones en Estados Unidos e incluso en Alemania. Transformación en épocas de crisis Logotipo de la nueva Congost No obstante, llegarían para todas las marcas jugueteras nacionales épocas de crisis y Congost no sería una excepción a ello, además que dicho periodo coincidiría con diversos sucesos infortunados que decidieron el futuro devenir de la marca. En el año 1990 fallecería el señor Lluis Congost después de dos años de merecida jubilación, aunque es justo comentar que durante este periodo estuvo todavía activo, pues continuaría diseñando y desarrollando juguetes incluso para otras marcas como por ejemplo Famosa, aunque desgraciadamente pocos verían la luz debido a los malos tiempos que el sector atra-

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vesaba. Otro de los factores negativos para la firma Congost fue el paulatino deterioro de relaciones con Mattel, la cual finalmente dejó plantada a Congost abandonándola a su suerte. Debido a la condición de sociedad anónima de la empresa catalana y de que la familia Congost no poseía la mayor parte del capital de la empresa, el resto de socios acordó dar un brusco golpe de timón a la nave y reorientar la empresa hacia otra actividad, también relacionada con artículos de plástico pero sin nada que ver con juguetes. Fue así como la empresa cambió de nombre, pasando de “Lluis Congost, S.A.” a “Congost Plastic, S.A.”, adquiriendo nuevas instalaciones en Santa Eulalia de Ronçana (Barcelona) y fabricando equipamiento plástico para la industria, como por ejemplo contenedores, bandejas, etc… Aunque no todo cambió, pues esta nueva empresa (que en el momento de escribir este artículo todavía está en activo) tam-

bién adoptó el clásico logotipo de la marca. Pero curiosamente la marca “Lluis Congost, S.A.” tampoco desaparecería del todo, ya que Tecnitoys (la misma empresa que fabrica actualmente Scalextric) adquiriría la denominación integrándola en su grupo de empresas y declarándola como una empresa de fabricación de juguetes mecánicos en general ideados por un departamento propio de creación en productos de electrónica y modalismo. Dicha marca cuenta en la actualidad con una veintena de personas empleadas. Agradecimientos Por último comentar que no fue nada fácil reunir información sobre la firma

Congost para la realización de este artículo, y tal trabajo hubiera resultado casi imposible a no ser por la ayuda que nos ofrecieron los propios descendientes del señor Lluis Congost. Así pues, es justo dar un merecido agradecimiento a estas personas por la atención que nos prestaron y agradecer también las historias que nos contaron, permitiéndonos confeccionar un perfil aproximado del carácter del fundador de la empresa. http://www.rosaspage.com

Congost: Rescate Espacial (año 1969) El objetivo del juego era el de realizar un rescate de los 3 tripulantes de la capsula espacial (mediante el famoso sistema de congost de imanes) dirigiendo el helicóptero, y dejarlos sanos y salvos en la barca de salvamento.

Congost seguía sorprendiendo en sus juguetes. ¿Un juguete que recreaba un salvamento marítimo de la tripulación de una capsula espacial?

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Congost lo fabricaba. Congost se había superado...Este fué uno de los mejores juguetes que fabricó Congost, y todavía tiene muchos seguidores que lo recuerdan con cariño y algunos todavía lo desean.

Cada tripulante incorpora un pequeño imán que se adhiere a la "cuerda de salvamento" imantada que tiene colgando el helicóptero...posteriormente también otro imán en la barca permite dejarlos en ella. Tres mandos rotativos permiten controlar al helicóptero (velocidad, altura y ruta). Congost seguía realizando juguetes de habilidad y destreza, cosa que permitía horas y horas de juego incansable entre los niños de aquellas

épocas. El sistema de pilas, que se incorporaban en la base del brazo del helicóptero, permitía ofrecer el contrapeso perfecto para operar con el juguete. Tal como se indica en las instrucciones, no todas las pilas funcionaban bien, solamente las blindadas "en aquellos tiempos" permitían jugar correctamente al juego. La realidad es que había que poseer gran destreza, que con el tiempo se adquiría para jugar con el. Quién tenia este juego era la envidia de todo el vecindario... LA BUHARDILLA DE POL http:// labuhardilladepol.blogspot.com.es

Congost: Magic Tren (años 70) Mediante una manivela que se le va dando vueltas, se puede poner en funcionamiento la maquina de tren que irá dando vueltas y pasando por la "estación-garaje" del cual irán saliendo los diferentes vagones (6) y acoplandose a la máquina.

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También hay una palanca que se accionaba para que los vagones (mediante un ingenioso sistema de imanes en la base) salieran automáticamente del garaje para acoplarse. Un juguete si es de Congost, es apuesta segura por la innovación y la calidad de los juguetes. Una de las casas jugueteras que optaron por realizar diversos juguetes educativos y enseñar a los más pequeños, incluyendo la habilidad como base. Lluis Congost es el artífice, fundador y padre de la gran casa juguetera en los años 50 que inicialmente se ubicó en la C. Numancia nº 73 de Barcelona, para posteriormente trasladarse a Tarragona. Posteriormente podremos centrarnos en las casas jugueteras. Pero vamos a hablar de este juguete llamado Magic Tren. La facilidad para poder divertirse con una cosa tan simple, pero a la vez tan bonita se pone de manifiesto en este juguete.

El sistema de meterse en el garaje era un poco más basto...siendo uno mismo y con precisión milimétrica, ajustarlo

en la entrada del garaje y mediante la palanca delantera pulsarla para meterlos dentro. Verdaderamente los juguetes de Congost eran una obra maestra y con simples ideas hacian que los niños "hoy mayores" pusieran en práctica su ingenio y habilidad a la vez que se disfrutaba. http:// labuhardilladepol.blogspot.com.es

“Los mejores de Congost” de fabricación que ofrecía el plástico y otros avances tecnológicos como la aplicación de la electrónica para que los juguetes tuvieran un mayor realismo. El fundador de la marca intuyó muy pronto que los juguetes tenían que ser algo más que un puro entretenimiento para los más pequeños. Congost se fundó en 1963, en Barcelona, de la mano creativa y emprendedora del ingeniero industrial Luis Congost (Banyoles, 1917-Barcelona, 1989). Lo que nació como una empresa familiar se convirtió, en poco tiempo, una de las grandes marcas en nuestro país.

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Del 16 de julio al 19 de octubre de 2014 "LOS MEJORES CONGOST" en el Museo del Juguete de Cataluña, de Figueres. Una exposición para recordar los juguetes que marcaron toda una época. Congost fue una de las marcas relevantes del mundo del juguete en Cataluña entre los años 60 y 80 del siglo XX. Tal es así que es casi imposible encontrar, en todo el Estado español, un niño que no haya jugado con algún Congost durante las décadas de 1960 a 1980. La buena reputación de que gozaba la empresa se debía a la calidad material, la calidad estética y la calidad pedagógica y educativa de sus productos. Desfiladero supo aprovechar las oportunidades

El éxito empresarial animó a sus directivos a abrir una nueva planta en Hospitalet de Llobregat en 1970 y una fábrica en Montblanc (Tarragona) en 1977 Congost producía, comercializaba y distribuía sus propios juguetes pero también buscó alianzas con fabricantes extranjeros. Así, en 1974 firmó un acuerdo con Mattel (Barbie, Big Jim o el Blandi Blub) y en 1979 se asoció con la estadounidense Revell con quien creó kits de montaje y modelismo.

Los planes de expansión internacional llevaron a la empresa a conceder en 1975 licencias de fabricación de sus juguetes a Epoch Toys & Games (Japón), a Spears and Sons (Inglaterra) y en Las Jouët Rattionels (Francia); ya crear en 1979, bajo el nombre de Congost-France, una fábrica en Rivesaltes (Rosellón). La muerte de Luis Congost y los años de crisis de la industria del juguete supusieron el cierre de la empresa en 1992. Las piezas que conforman esta exposición forman parte del fondo del museo y han sido dadas a la Fundación del Museo del Juguete de Cataluña / Figueras por: Marc Batlle Izard, Concepción Blasco Masip, Jaume Carol Queraltó, Enrique Clusa Tejerina, Jordi Coll, Pascal Comelade, Francisco Daban Hijazo, Josep Maria Joan Rosa, Marina Laball Vehí, Alfonso Martínez Puig, Montserat Mas Codina, Emilia Labrador Buisan, Jordi y Cristina Peris Gallardo, José Vilà Castaño

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Numismática de la Corona Catalano-Aragonesa medieval (785-1516) Miquel Crusafont i Sabater

libro

Es la mayor auto‐ ridad en cuanto a moneda catala‐ na. De hecho ha dedicado parte de su vida a la inves gación de la numismá ca catalana, publi‐ cando infinidad de ar culos y los principales catá‐ logos que usan todos los que se acercan a este po de piezas. El obje vo de este libro es el de ofrecer un manual manejable, ú l y preciso para poder clasificar correctamente las mone‐ das acuñadas en Cataluña, al principio y más adelante en los diferentes países que se fueron incorporando al conjunto que hoy conocemos con el nombre de Corona Cata‐ lano‐Aragonesa. Las citas bibliográficas que se han incorporado nos dan la información complemen‐ taria necesaria a la perso‐ na que quiera profundizar un aspecto concreto. Siempre que es posible se

sigue el criterio cronológico, intercalando las ramas paralelas a los puntos más cer‐ canos, pero sin fraccionarlas por reina‐ dos, con los que no pueden coincidir siem‐ pre con exac tud. En la catalogación se han hecho constar los pesos y diámetros de las monedas así como la composición química o el conjun‐

de u lizar la propia de cada reino, es decir, la catalana para Cataluña, Mallor‐ ca y Valencia y la castellana para Ara‐ gón. Para los dominios italianos se da la catalana si es documentada, seguida de la italiana. Biblioteca Sant Antoni‐Joan Oliver C/Comte Borrell, 44‐46 to de plata o bien oro. También se amplía al máximo la descripción de detalles en aquellos casos de piezas que por su rare‐ za o situación histórica representan un momento clave o se deducen de ellas da‐ tos más importantes para la historiogra‐ a en general o más específicamente nu‐ mismá ca. En la edición de este libro, simultánea‐ mente en catalán y castellano, han deci‐ dido u lizar una nomenclatura unificada para designar países, reyes y nombres de las monedas, a fin de evitar la doble transcripción. Se ha adoptado el criterio

08015 Barcelona Tel. 933 297 216 Fax. 933 296 728 h p://www.bcn.cat/bibjoanoliver DATOS DEL LIBRO Nº de páginas: 434 págs. Encuadernación: Tapa dura Editoral: VICO Lengua: CASTELLANO ISBN: 946717851516

El Troc ‐ La hoja del Coleccionista, es una nueva publicación inicia va promovida por El Troc—Bole n de coleccionismo Par mos del trabajo previo realizado por EL TROC, en los úl mos años y recupe‐ ramos la cabecera de una publicación que se hizo, hace varios, por el promotor de encuentros, ferias y exposiciones, Julián Arteaga de Madrid. “La hoja del Coleccionista”. Esta nueva publicación nace con la idea de dar a conocer el máximo de actos de Coleccionismo que se realizan en el país y presentar inicia vas de coleccionismo (Museos, exposiciones, colecciones, WEBS, …) Este bole n se distribuirá por Internet mediante lista de distribución creada por El TROC. Más información: [email protected] www.eltroc.org Si quieres colaborar en la difusión del bole n puedes hacerlo ayudando a sufra‐ gar los gastos de la WEB. 1/4 de página 10 Euros, 1/2 página 15 Euros, página portada 25 Euros.

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