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El término "huracán" tiene su origen en el nombre que los indios mayas y caribes daban al dios de las tormentas, pero este mismo fenómeno meteorológico es conocido en la India con el nombre de "ciclón", en las Filipinas se le denomina "baguio", en el oeste del Pacífico norte se le llama "tifón", y en Australia "Willy−Willy". Estos términos identifican un mismo fenómeno meteorológico. En forma sencilla, un huracán es un viento muy fuerte que se origina en el mar, que gira en forma de remolino acarreando humedad en enormes cantidades, y que al tocar áreas pobladas, generalmente causa daños importantes o incluso desastres. Características principales
Los huracanes constituyen una clase especial de grandes sistemas de vientos en rotación y poseen características únicas de circulación, completamente distintas de los sistemas ciclónicos típicos de latitudes medias y de los tornados de escala menor, de las trombas marinas y de los remolinos de polvo. Los ciclones o huracanes se forman y se intensifican cuando están situados sobre océanos tropicales o subtropicales en ambos hemisferios, en donde la fuerza de rotación de la Tierra es suficientemente fuerte para que se inicie el movimiento de rotación alrededor del centro de baja presión y cuyas temperaturas de agua a nivel de la superficie son de 27° C o más cálidas. Tienen un núcleo central cálido, se desarrollan en entornos de débiles cortantes del viento vertical y su parte central se inclina sólo ligeramente. Los vientos más fuertes se dan en los niveles bajos, donde el contacto con la superficie terrestre origina una fuerte disipación por rozamiento. Esta disipación aumenta con la potencia del orden de la velocidad del viento y por esta razón los ciclones tropicales o huracanes pueden ser muy destructivos. El rozamiento introduce en el huracán limitaciones de masa; el flujo hacia el interior en niveles bajos se dirige hacia arriba en las nubes que forman la pared del ojo, rodeando primero el centro y yéndose luego hacia afuera en los niveles superiores. La circulación radial necesaria hacia adentro, hacia arriba y hacia afuera, precisa que las nubes que constituyen la pared del ojo mantengan un gradiente vertical condicionalmente inestable.
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Los huracanes de mayor intensidad mantienen en las paredes del ojo una convección más profunda; esto se realiza en primer lugar situando la mayor parte del calentamiento (condensación) en el núcleo interior justamente en la pared del ojo y, en segundo lugar, por las corrientes ascendentes de la pared del ojo en los niveles superiores. Son una combinación notablemente complicada de procesos mecánicos, con procesos mixtos de temperatura y humedad. En estos procesos físicos se tienen interacciones de los sistemas nubosos con los océanos y con las superficies terrestres sobre las que se mueven estos ciclones tropicales. Evolución de un Huracán La evolución de un huracán o ciclón tropical puede ser dividida en las cuatro etapas siguientes: 1. Nacimiento (depresión tropical). Primero se forma una depresión atmosférica, que se caracteriza porque el viento empieza a aumentar en superficie con una velocidad máxima (media en un minuto) de 62 km/h o menos; las nubes comienzan a organizarse y la presión desciende hasta cerca de las 1000 hpa (hectopascales). 2. Desarrollo (tormenta tropical). La depresión tropical crece o se desarrolla y adquiere la característica de tormenta tropical, lo que significa que el viento continúa aumentando a una velocidad máxima de entre 63 y 117 km/h inclusive, las nubes se distribuyen en forma de espiral y empieza a formarse un ojo pequeño, casi siempre en forma circular, y la presión se reduce a menos de 1000 hpa. 3. Madurez (huracán). Se intensifica la tormenta tropical y adquiere la característica de Huracán, es decir, el viento alcanza el máximo de la velocidad, pudiendo llegar a 370 km/h, y el área nubosa se expande obteniendo su máxima extensión entre los 500 y 900 km de diámetro, produciendo intensas precipitaciones. El ojo del huracán cuyo diámetro varía entre 24 a 40 km, es una área de calma libre de nubes. La intensidad del ciclón en esta etapa de madurez se gradúa por medio de la escala de Saffir−Simpson. Escala de huracanes Saffir−Simpson Categoría Vientos Sostenidos (mph) Daños 1
74−95
Mínimos
2
96−110
Moderados
3
111−130
Extensos
4
131−155
Extremos
5
sobre 155
Catastróficos
Ejemplos Marilyn Sept. 1995 Santa Clara (Betsy) Agosto 1956 San Ciprián sept. 1932 Hugo (Vieques y Culebra) sept. 1989 San Felipe sept. 1928
4. Disipación (fase final). Este inmenso remolino es mantenido y nutrido por el cálido océano hasta que se adentra en aguas más frías o hasta que entra a tierra firme, situación ésta última en la que el ciclón pierde rápidamente su energía y empieza a disolverse debido a la fricción que causa su traslación sobre el terreno. Marejada ciclónica La marejada ciclónica es el aumento total en el nivel del mar generado por un huracán. Es el resultado del efecto del viento sobre las olas, que ocasiona el levantamiento de la superficie del mar en forma de una cúpula de agua (marea ciclónica); del efecto de la topografía fuera de la costa en la altura de la ola; y del oleaje 2
sobrepuesto a ésta. Suele tener alrededor de 50 millas de ancho. La marejada ciclónica ocasiona una fuerte erosión en las costas y una gran destrucción sobre las estructuras ubicadas en la costa. Mientras mayor sea la intensidad del huracán, y menos profunda sea la costa, mayor será la marejada ciclónica. Las costas sur y este de Puerto Rico son las más susceptibles debido a la poca profundidad del agua en la costa y la exposición directa a los huracanes, ocasionada por la trayectoria usual de éstos hacia el oeste u oeste−noroeste.
La pequeña marea que ocurre diariamente cuando no hay ningún disturbio particular se llama marea astronómica. Si la marea ciclónica coincidiera con la marea astronómica alta, el nivel del agua podría ser aún mayor. La marea astronómica en nuestra isla fluctúa normalmente entre uno y dos pies. En esos casos la marejada ciclónica total sería entonces la combinación de esas dos mareas, más el efecto del viento y el rompimiento de las olas sobre la costa.
El huracán se mueve tierra adentro. En el ejemplo demostrado arriba, la marea ciclónica alcanza 12 pies. Si le añadimos 2 pies de altura de la marea alta normal, se crea una marejada de 14 pies. Esta cúpula de agua, acompañada del fuerte oleaje sobrepuesto a ésta, se mueve tierra adentro a lo largo de un área de la costa de alrededor de 50 millas de ancho. La combinación de la marea ciclónica, el fuerte oleaje y los fuertes vientos puede ser mortal. Los vientos Los vientos huracanados de 74 mph o más pueden destruir edificaciones que no fueron diseñadas y construidas para resistir las fuerzas producidas. En muchas ocasiones destruye los ventanales y fachadas de cristal. Los rótulos comerciales, las planchas de zinc y otros objetos sueltos que se encuentran alrededor de su hogar, se convierten en proyectiles peligrosos cuando son impulsados por los fuertes vientos. Estos vientos pueden soplar con fuerza huracanada sobre un lugar en particular por varias horas. Lluvias torrenciales Uno de los aspectos más significativos del huracán es la producción extraordinaria de lluvia. Por lo general, más de 10 pulgadas de lluvia se producen durante el paso de un huracán por un área determinada. Cuando el huracán se mueve tierra adentro en nuestra isla, las lluvias generalmente se intensifican por el efecto de las montañas. Las inundaciones producidas por estas lluvias pueden ocasionar grandes daños a la propiedad y numerosas muertes. Deslizamientos El terreno montañoso y el clima tropical se combinan para hacer de la isla un área muy susceptible a los deslizamientos. Muchos tipos de deslizamientos son comunes en nuestro país. Estos se producen como resultado de lluvias intensas en las áreas montañosas. Satélites 3
Los satélites geoestacionarios que se usan para observar y obtener fotografías meteorológicas de la Tierra están colocados sobre una órbita ecuatorial, localizada a 22,000 millas de altura. Las imágenes que producen sirven para estimar la localización de los huracanes, su tamaño e intensidad, y las condiciones en las áreas circundantes. El primer satélite diseñado especialmente para estudiar las condiciones atmosféricas fue lanzado el 1 ro. de abril de 1960 y fue llamado "TIROS 1" Aviones de reconocimientos Los barcos fueron la principal fuente de información sobre ciclones en el mar hasta 1943, cuando, durante la Segunda Guerra Mundial, se inició la era del avión de reconocimiento. El primer vuelo de un avión al centro de un ciclón en el área de las Antillas ocurrió en octubre de 1943 cuando un avión voló desde Puerto Rico a estudiar un ciclón localizado al sur sobre el Mar Caribe que luego afectó la costa oeste de Puerto Rico con fuertes lluvias y ráfagas. El avión de reconocimiento es la fuente principal de datos meteorológicos. Radar Cuando un huracán se acerca a la costa se le puede observar con los radares meteorológicos. El radar permite seguir el curso del huracán una vez llega a unas 200 millas de San Juan. El Servicio Nacional de Meteorología está instalando actualmente radares meteorológicos tipo "Doppler" en todos los estados de los E.U.A. Estos radares permitirán pronosticar el advenimiento de una tormenta o huracán, y las condiciones de los vientos con mayor precisión y prontitud. De ese modo, las oficinas locales del Servicio Nacional de Meteorología podrán informar más rápido sobre el peligro de inundaciones, tormentas tropicales y huracanes. Las trayectorias determinadas por radar adolecen de incluir oscilaciones e irregularidades que a veces dificultan la labor de seguir el movimiento neto verdadero del vórtice, pero aún así el radar es un aparato poderoso de incalculable utilidad. El radar se comenzó a utilizar por primera vez en Puerto durante el huracán Santa Clara (Betsy) acaecido el 12 de agosto de 1956. ¿Qué hacer antes, durante y después? Antes Acuda a la unidad de protección civil o a las autoridades locales para saber: • Si la zona en la que vive está sujeta a este riesgo. • Qué lugares servirán de albergues. • Por qué medios recibirá los mensajes de emergencia. • Cómo podrá integrarse a las brigadas de auxilio, si quiere ayudar. • Y usted les informará cuántas personas viven en su casa y si hay enfermos que no pueden ver, moverse o caminar. Platique con sus familiares y amigos para organizar un plan de protección civil, tomando en cuenta las siguientes medidas: • Si su casa es frágil (carrizo, palapa, adobe, paja o materiales semejantes), tenga previsto un albergue (escuela, iglesia, palacio o agencia municipal). • Realice las reparaciones necesarias en techos, ventanas y paredes para evitar daños mayores. • Guarde fertilizantes e insecticidas en lugares a prueba de agua, ya que en contacto con ella, la contaminan. • Procure un lugar para proteger a sus animales y equipo de trabajo. • Prevea el transporte en caso de tener familiares enfermos o de edad avanzada. Tenga a mano los siguientes artículos para caso de emergencia 4
• Botiquín e instructivo de primeros auxilios (solicite orientación en su Centro de Salud). • Radio y linterna(s) de baterías con los repuestos necesarios. • Agua hervida en envases con tapa. • Alimentos enlatados (atún, sardinas, frijoles, leche) y otros que no requieran refrigeración. • Flotadores (como cámaras de llanta o salvavidas) • Sus documentos importantes (actas de nacimiento, matrimonio, cartillas, papeles agrarios, etcétera) guardados en bolsas de plástico y dentro de una mochila o morral que deje libres brazos y manos. Ante el aviso de un huracán y de acuerdo a su peligrosidad usted puede: Quedarse en casa si es segura o trasladarse al albergue ya previsto Pero si las autoridades recomiendan evacuar la casa donde vive, no lo piense, ¡¡¡ Hágalo !!! Esta recomendación se basa en el conocimiento de la peligrosidad del huracán. Si decide quedarse en su casa: • Tenga a la mano los artículos de emergencia. • Mantenga su radio de pilas encendido para recibir información e instrucciones de fuentes oficiales. • Cierre puertas y ventanas, protegiendo internamente los cristales con cinta adhesiva colocada en forma de X, corra las cortinas, ya que lo protegerán de cualquier astillamiento de cristales. • Guarde todos los objetos sueltos (macetas, botes de basura, herramientas, etc.) que pueda lanzar el viento. Retire antenas de televisión, rótulos u otros objetos colgantes. • Fije y amarre bien lo que el viento pueda lanzar. • Lleve al lugar previsto sus animales y equipo de trabajo. • Tenga a la mano ropa abrigadora o impermeable. • Cubra con bolsas de plástico aparatos u objetos que puedan dañarse con el agua. • Limpie la azotea, desagües, canales y coladeras y barra la calle limpiando bien las coladeras. • Llene el tanque de gasolina de su vehículo y asegúrese del buen estado de su batería • Selle con mezcla la tapa de su tinaco para tener reserva de agua no contaminada. Si decide trasladarse al albergue ya previsto: Una vez asegurada su casa, lleve con usted los artículos indispensables. Durante • Conserve la calma y tranquilice a sus familiares. Una persona alterada puede cometer errores. • Continúe escuchando su radio de pilas para obtener información o instrucciones acerca del huracán • Desconecte todos sus aparatos y el interruptor de energía eléctrica. • Cierre las llaves de gas y agua. • Manténgase alejado de puertas y ventanas. • No prenda velas ni veladoras, use lámparas de pilas. • Atienda a los niños, ancianos y enfermos que estén con usted. • Si el viento abre una puerta o ventana, no avance hacia ella en forma frontal. • Vigile constantemente el nivel del agua cercana a su casa.
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No salga hasta que las autoridades indiquen que terminó el peligro. El ojo del huracán crea una calma que puede durar hasta una hora y después vuelve la fuerza destructora con vientos en sentido contrario. Después • Conserve la calma. • Siga las instrucciones emitidas por radio u otro medio. • Reporte inmediatamente los heridos a los servicios de emergencia. • Cuide que sus alimentos estén limpios, no coma nada crudo ni de procedencia dudosa. • Beba el agua potable que almacenó o hierva la que va a tomar. • Use los zapatos más cerrados que tenga. • Limpie cuidadosamente cualquier derrame de medicinas, sustancias tóxicas o inflamables. • Revise cuidadosamente su casa para cerciorarse de que no hay peligro. Si su casa no sufrió daños, permanezca ahí. • Mantenga desconectados el gas, la luz y el agua hasta asegurarse de que no hay fugas ni peligro de corto circuito. • Cerciórese de que sus aparatos eléctricos estén secos antes de conectarlos. • No divulgue ni haga caso a rumores. • Use el teléfono sólo para emergencias. • Colabore con sus vecinos para reparar los daños. • En caso necesario solicite ayuda al grupo de auxilio o autoridades más cercanas. • Si su vivienda está en la zona afectada, podrá regresar a ella hasta que las autoridades lo indiquen. • Desaloje el agua estancada para evitar plagas de mosquitos. Si tiene que salir • Manténgase alejado de las áreas de desastre. • Evite tocar o pisar cables eléctricos. Retírese de casas, árboles y postes en peligro de caer. Esta guía ha sido publicada por la Agencia Estatal de la Defensa Civil y la Administración de Derecho al Trabajo, con la colaboración de: • La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias • El Departamento de Comercio de los EE.UU. • La Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica • El Servicio Nacional de Meteorología • La Cruz Roja Americana El Servicio Meteorológico Nacional
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) es el organismo encargado de proporcionar información sobre el estado del tiempo a escala nacional y local en nuestro país. La Gerencia del Servicio Meteorológico Nacional, depende de la Comisión Nacional del Agua (CNA), la cual forma parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Los objetivos del SMN se concentran en la vigilancia continua de la atmósfera para identificar los fenómenos meteorológicos que pueden afectar las distintas actividades económicas y sobre todo originar la pérdida de vidas humanas. El SMN también realiza el acopio de la información climatológica nacional.
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Sus funciones principales son: • Mantener informado al Sistema Nacional de Protección Civil, de las condiciones meteorológicas que puedan afectar a la población y a sus actividades económicas. • Difundir al público boletines y avisos de las condiciones del tiempo, especialmente durante la época de ciclones, que abarca de mayo a noviembre. • Proporcionar al público información meteorológica y climatológica. • Realizar estudios climatológicos o meteorológicos. • Concentrar, revisar, depurar y ordenar la información, generando el Banco Nacional de Datos Climatológicos, para consulta del público. Para llevar a cabo sus objetivos el Servicio Meteorológico Nacional cuenta con una red la siguiente infraestructura de observación: • Red sinóptica de superficie, integrada por 72 observatorios meteorológicos, cuyas funciones son las de observación y transmisión en tiempo real de la información de las condiciones atmosféricas. • Banco Nacional de Datos Climatológicos, el cual concentra y archiva información proveniente de las diferentes redes climatológicas del país, incluyendo la red de la Gerencia de Aguas Superficiales e Ingeniería de Rios (GASIR). Lo que permite contar con el archivo climatológico más importante del país, el cual incluye datos históricos desde fines del siglo pasado hasta la fecha. • Red sinóptica de altura. Consta de 15 estaciones de radiosondeo, cuya función es la observación de las capas altas de la atmósfera. Cada estación realiza mediciones de presión, temperatura, humedad y viento mediante una sonda que se eleva por medio de un globo dos veces al día. • Red de 12 radares meteorológicos distribuidos en el Territorio Nacional. Esta red comenzó a funcionar en 1993 y proporciona información continua que se recibe en el Servicio Meteorológico Nacional, vía satélite. Los radares permiten detectar la evolución de los sistemas nubosos. Con ello puede conocerse la intensidad de la precipitación (lluvia, granizo o nieve), la altura y densidad de las nubes y su desplazamiento, así como la velocidad y dirección del viento, en un radio máximo de 480 Km alrededor de cada radar. Con la actual red de doce radares se cubre casi en su totalidad el Territorio Nacional. Estación terrena receptora de imágenes del satélite meteorológico GOES−8; Con esta estación se reciben imagenes cada 30 minutos de cinco diferentes bandas: una visible, tres infrarrojas y una de vapor de agua. Cada imagen cubre la región meteorológica número IV, la cual abarca México, Canadá, Estados Unidos, el Caribe y Centro América. Además, cada tres horas se recibe una imagen visible, otra infrarroja y una de vapor de agua que cubren el total del continente americano. Las imágenes se utilizan para detectar, identificar y dar seguimiento a los fenómenos meteorológicos severos como tormentas, frentes fríos o huracanes. Por medio de las imágenes también se puede estimar la intensidad de la precipitación. Esta información es utilizada por los meteorólogos en la elaboración de sus pronósticos para cada región del país. El SMN difunde su información en forma de boletines o avisos especiales ya sea vía telefónica, fax, módem ó en internet, al Sistema Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación; la Secretaría de la Defensa Nacional; la Secretaría de Marina; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; las Gerencias de la Comisión Nacional del Agua; Petróleos Mexicanos; la Comisión Federal de Electricidad; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; la Secretaría de Turismo; la Secretaría de Salud; el Gobierno del Distrito Federal y los Estados; universidades e instituciones educativas de todos los niveles; medios masivos de comunicación, empresas de todo tipo, laboratorios químicos, hospitales, aseguradoras y público en general. Breve Historia Del SMN
El Observatorio Meteorológico y Astronómico de México se creó por decreto presidencial, bajo iniciativa del 7
Secretario de Fomento, Vicente Riva Palacios, el 6 de febrero de 1877 y dependiente de la Comisión Geográfica Exploradora del Territorio Nacional; fue inaugurado el 6 de marzo de ese mismo año, durante el gobierno de Porfirio Díaz y se instaló en la azotea del Palacio Nacional. En 1901 se forma el Servicio Meteorológico Nacional y de acuerdo a los informes del entonces director, Manuel E. Pastrana, ya se contaba con 31 secciones meteorológicas estatales, 18 observatorios y estaciones independientes, las cuales transmitían información al Observatorio Meteorológico de Tacubaya por vía telegráfica. Durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940−1946), se creó la Secretaría de Recursos Hidráulicos, la cual incorporó al Servicio Meteorológico Nacional y lo denominó como Dirección de Geografía y Metereología. En 1947, México firmó el Convenio de la Organización Metereológica Mundial (OMM), Organismo especializado de las Naciones Unidas, encargado de la vigilancia del tiempo y del clima mundial. El Ingeniero Federico Peña, fungió como Director de Geografía y Meteorología de 1947 a 1960. Durante esos años, esa Dirección también se encargó de la cartografía del territorio nacional. En 1972, durante el gobierno de Luis Echeverría Alvarez, las actividades geográficas de la Dirección de Geografía y Meteorología pasaron a la Dirección de Estudios del Territorio Nacional y la Dirección de Geografía y Meteorologia se transformó en la Dirección General del Servicio Meteorológico Nacional, dependiente de la Secretaría de Agricultura. Para 1980, el Servicio Meteorológico Nacional contaba con una red de 72 observatorios, con 9 estaciones de radiosondeo, con más de 3000 estaciones climatológicas, 5 estaciones de radar meteorológico y un centro de Previsión del Golfo. Conclusiones Con este trabajo aprendí cual es la importancia de siempre estar prevenido para cualquier emergencia de huracanes, pues conocí la intensidad de un huracán y todos los daños que éste puede causar, como la destrucción de ciudades completas, la destrucción de casas y puede causar hasta la muerte. También aprendí que en la república Mexicana hay una institución especializada en las características meteorológicas, el SMN, el cual ésta encargado de mantener a la población informada de cualquier riesgo que ésta pueda correr con respecto a cualquier fenómeno natural. Bibliografía www.huracanes.net www.semarnap.gob.mx
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