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I

R e d a c c i ó n y A d m i n i s t r a c i ó n : C o s t a d » , 6, 5.* derecha. Madrid.-Distribución: UNION DISTRIBUIDORA DE E D I C I O N E S . M a d r i d : D e s e n g a ñ o , 6. T e l é f o n o 22 0118. Barcelona: Unión, 19. T e l é f o n o s : 31 47 90 y 22 18 4 9 . Impreso en los t a l l e r e s de PRENSA G R A F I C A , S. A . H e r m o s i l l a , 75, M a d r i d . — Numero suelto: 2.50 pesetas. A ñ o 1 L - N ú m e r o 86

D e p ó s i t o l e g a l : M . 6.534-1958

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í5;

N I A de recorrerse casi seisVEcientas millas en el enorme camión de transportes, cuando entró a ver al administrador del almacén por cuenta del qne trabajaba. E l administrador estaba •

Cregory ron Creta Konen, su primera mujer. Aparecen ambas en el hipódromo de Auteil ( F r a n c i a ) buen talante y contento con el chico, que, no cabía dad», era vn bnen conductor. —¡Muy Mal. muchacho! —le dijo— Sifué trabajando con a'jta. y

cuando lleves el tiempo que yo llevo, casi veinticinco aflea de servicio, te regalarán « a reloj de ere y cobrarás mil dólares al mes. Aquel día su recaudación habU

E n P a l m Spring ( C a H f f ñ i a ) , Gregory se retrata con «US t. es hijos. Se ttaman ios chicos Stephm, Jonathan f Carey

Peladito

nido como casi todos los días, unos cine* mil dólares, y «1 único mérito « a e tenía ra trabajo era «o eqohroearse nunca en las cuentas; por lo demás, era un chico honrado, trabajador, no dado al vina ni a tea faidaa... Bueno, a las faldas ai era afielonado, pero sólo a Ida de Betty, ana chica de pelo castaño 7 ojaaoa prendes y andes qae trate a Gregory Peefc de cabeaa. Así ea que estaba deseando dejar el camión, siearse un poquito y salir corriendo en busca de la muohaeha.

Una extraña formo do pelor lo pava

E n « E l hombre del vestid* gris», Gregory llevé cotno compañera a Jennifer Jones

Cualquier muchacha hoy día que pudiera estar un cuarto de hora con Gregory Pede, ¡hay que ver qué cosas le diría! Pues, en cambio, sus conversaciones con Betty se reducían a lo siguiente: —Greg —todo el mundo le llama Greg ra Hollywood—, deberías dejar tu empleo y estudiar. Estoy segura da que tienes condiciones para ocupar en la vida un puesto mejor que el que desempeñas. ¿Por qué no ingresas en la Universidad? —Pero si en los almacenes me aprecian mucho, y algún día ea posible que... —Tú no eres m á s que un vago redomado. Pues al de veras me quieres, tienes que ingresar en la Universidad. —Uña vea lo intenté y me cargaron ra las Matemáticas... Yo nunca sabré Matemáticas. —61 t ú quisieras, yo podría ayudarte. —No puedo. Lo mismo que me suspendieron aquella ves me suspenderán siempre que vuelva. Efectivamente, ya una vez había

pasado por el desagradable trance de recibir unas hermosas calabazas; pero ahora, gracias al amor de esta muchachita. volvía con más Impetu por sus fueros. Y por las noches, después de muchas horas de llevar un camión por las carreteras, había de coger los libros y empollarse los enrevesados nombres de las dinastías europeas, encargándose Betty de despertarle, no siempre de buenos modos, pero siempre animada por el gran cariño que la profesa. Oradas a los desvelos de Betty consiguió aprobar el examen de ingreso en la Universidad de California, dejando Inmediatamente su oficio de conductor de camiones y, lo que es peor, su sueldecito de veintiocho dólares semanales.

Historia retrospectiva California e$ uno de lo» mi» h«üot atados de América; t i cine ha popularizado su» humosos paisajes, tus ríos, sus montañaj, sus gratula» bosque», Y en uno de los más helio» rincones, en L a Jalla, vino al mundo, el 5 de abril de 1916, t í famoso astro einematográ /ico, que fué bautitado con al nombre da Éldrad Gragory Peck. Desde muy pequeña tuvo det paliónos: los deporte» —para practicarlo»— y la» tortita» qua hada w abuelo —para comérselas—. E l mismo cuenta que cuando murió tu abuela t i mundo perdió a urna da su» mejores cocineras, y añade que cuando volvía del eampa> hambriento, tu abuelito ta ponía a hacerle tortitas, y qua a é l lo cundía más comer qua a ella hacer. Uno vea ta comió cincuenta tortita».

Gregory en uno de sus r/silus a Madrid. L a foto está hecha en el aeropuerto de Barajas

Otra foto de los tiemposJeli" ees, cuando Gregory y Greta se amaban ( R o m a , 1950)

r

E l duro capitán de « M o b y Dick*

E n «.Cielo atnarillit»

ü /5

... r llegó un d í a Verónica Pas$ani, periodista y guapa...

LA BAR DE MIS MORES REG era de

pequeño

b u e n o , y de mayor, aficionado a loa deportes. Siendo aillo c o n * coa t a amigo Joña le

una

lancha,

por

ayudados

un viejo marinero. Cuando la flotaron vieron con alegría, no exenta de estupor, que la nave se manteada sobre el agua, asi como los aparejos obedecían a la maniobra. Bitaban l ó e o s

de

Se dieron nn pa-

Durante su época de escolar, Greg fué también periodista, redactor-jefe, además de confeccionador, director, redactor de segunda, gacetillero, botones y limpiador del periódico "Toque de clarín", que se editaba en el colegio. Como todo el mundo, en esta é p o c a leyó "Robinson Crusoe'\ "Las aventuras del rey Arturo"• "La isla del tesoro".., A los catorce años ingresó en el Instituto de San Diego. Nadie podía figftrarse que llegara a ser tan "buen mozo", ya que para entonces sólo media 1,62 metros de estatura, contra 1,92 que mide ahora. También entonces pesaba 66 kilos y ahoxa 76. Terminó sus estudios en el Instituto, pero las matemáticas no le permitieron ingresar en la Universidad. Quizá la blandura de su padre, que sólo pensaba en jugar al golf, en lo que era un verdadero campeón, tuviera la culpa de su falta de voluntad para emular a Einstein, Pero, en f i n , Betty y su amor fueron suficiente acicate para q u é se decidiera a emprender el buen camino. Ingresó, como ya dijimos al principio, en la Universidad; dejó su trabajo y ais 28 dólares semanales, y.~

En calzoncillos Ahora empezó la parte m á s dura de su vida para Gregory. Trabajó en todo cuanto pueda imaginarse. Una de sus actividades fué la de guía en una agencia de turismo, la Radio City. Su obligación era acompañar a los turistas durante su recorrido nocturno por la d u dad, mostrándoles diversos caba-

E n « E l mundo en sus mu nos», f i l m en el que Gregery WByr-¿ también hizo de. marinero 8aw»«-

Afeitado... deupuéa J e nMobv

reto, teatros, salas de fiestas, rincones, etc. De 06010 cumplía con su trabajo, baste decir míe un día, en el teatro, donde sólo debían «Star ¿Hez minuto», fara HWMnUar

DiVfc»

seguidamente el recorrido, se quedó dormido, y sólo se despertó cuando los acomodadores le avisaron que la función habla terminado... Bueno, la función y el cargo.

Madrid. Conjermcim de prensa, en vísperas de *Moby Dicte» Otro de kM tmbajos que hleo Oreg p a n poden» pegar loe gastos de matricula, libros y manutención durante sus estudios, fu* el de modelo de un fotógrafo especializado en la publicidad. No le importaba a nuestro héroe posar todo lo que fuera preciso para el fotógrafo, que a Vetee tenia que posar hasta para cincuenta fotos distintas, sino que la mayoría era para anunciar una atarea de calzoncillos, y asi, sin tnfts que esa prenda íntima, tenia que retratarse en las mis diversas posturas. Pero le pagaban veinticinco dólares, que era lo importante. Cuando se acabaron todas las posturas imaginables que puede hacer un hombre en calzoncillos, el pobre Oregory Peck tuvo que

vivir del «sable», f sus profesores y amigos, que ya sabían en la situación en que citaba, se prestaban de buen grado a prestarle, regularmente, diez dólares a la semana, con los cuáles vivía. Y lo bueno es que ya ellos se lo deben sin necesidad de pedírselo.

Ü servicio militar por un corté T a dijimos que Oref ee uh Man aficionado a los deperteS: pues bien, praeticaado la mtegm, un

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día se causó una lesión en la columna vertebral, que le obligó a llevar corsé durante unos cuantos años, librándole del servicio militar y de las clases de baile en la Universidad, por lo que pudo dedicarse m á s intensamente durante todo este tiempo sólo a la declamación, haciéndose el gran actor que es hoy. En las primeras representaciones teatrales, los emolumentos que percibía Gregoiy Pede por sus actuaciones se reducían a tomates, huevos y toda clase de hortalizas. Pero no se piense mal; cobraba así porque en Abingdon, según costumbre ancestral, se pagaba la entrada con efectos comestibles; allí no se conocía el dinero o. al menos, su valor. Sólo pagaban con dinero los forasteros. En 1940 consiguió apuntarse el primer gran éxito de su vida, conquistando el premio de la joven generación de Broadway. Como es sabido, este premio se concede por partida doble, uno a un candidato masculino y otro a una chica. Aquel a ñ o se presentaron m á s de doscientos para cada uno, pero el premio fué para Gregory, después de los tres minutas reglamentarios de actuación. Los principios en el teatro de Qreg no. pudieron ser m á s modestos. Estudiaba segundo curso de declamación cuando fué a verlos representar u n conocido «buscador de talentos», el marido de la famosa actriz Katherine Come 11. Una llamada de este hombre podía representar la popularidad en pocos meses. La llamada fué pan» Oreg, pero la oportunidad no l l t gaba, porque su cometido era el de simple doble de otro actor.

E n «Moby D i c k » , Gregory consiguió una ver datera c r e a c i ó n

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E n ésta tu primera "toumée" conoció o ana chica 91*0 trabajaba romo peluquera do la primera pemt Ero joven, pequeñito, rubio y .ie llamaba Greta Konen. Nacido en Finlandia, vivía desde siempre en lo» Estados Unidos. Cuando terminaba do peinar a Katherine Caeneü le guttabo arreglar también «I cabello duro y encrespado del joven actor mujanta o "doble", anamorado da m a y pretendiente ton» tumos en cuantos punta» tocaban. A l fin, después de un año da ased i o , contrajeron matrimonio en Nueva York» Por cierto que la ceremonia da la boda tuvo cierta grada: Un* noche, paseando con Greta baja la romántiea tus de los áreos voltaicos do ¡a dudad da los rascacielos, la pidii a Greta que ta cuera con Mt ella aceptó para «I momento en que triunfara en Breadway —sin contar siquiera con la posibilidad del cine—; pero como el. triunfa atiaba un poco lejano todavía y la impaeiemeia del amor ara ton pederote, un tobado lo pensaron majar y decidieron contraer matrimonio al día siguiente, después, naturalmente, del partido da "base-ball", que no tetaban dispuestos a perderse por tan poca coto. A d a» que citaron o los amigos que iban a servirles do testigos en el campo del Yankea Stadium. poro no perder tiempo, y oí salir del partido ta cataron. E r a el 4 de octubre da 190. E l banquete do boda —un filete con patota»— tuvo que pagarlo Grata da sus ahorros.

ra. . V casaron el 2 de enero de 1956

Parece ser que con la boda vino la buena suerte o casa de los Peck. La obra que estaban representando a teatro vado en Broadway empezó a atraer público, llevando a la sala incluso a la critica, reacia hasta aquel momento, y que destacó la actuación de un chico desconocido que se llamaba algo así como Gregory Peck. E l triunfo, dice él mismo, se lo debe a Greta, que se pasaba dieciséis horas diarias contemplando sus ensayos para corregirle defectos... Durante aquellas actuaciones, un día acertó o pasar por allí el famoso productor cinematográfico Samuel Goldivyn y le preguntó al empresario que quién era el representante de Gregory Peck. E l empresario se lo dijo, y media hora más tarde su secretaria pudo oír a Gohhoyn hablar por teléfono con el otro: —¿Cuánto quiere por Greg Peck? A l otro lado del hilo dijeron una cifra. —Conforme. Tres m i l dólares. Y asi quedó libre de su compromiso con la compañía. Habló después con Sam Goldwyn y firmó un contrato para cuatro películas, recibiendo como anticipo cinco m i l dólares. Asi pudieron realizar su viaje de bodas en Arizona.

Artista excepcional Desde aquel momento, la vida de Gregory Peck ha sido un continuo triunfo. Películas como «Recuerda», «Las llaves del reino», «Twelve O'Clock High». le han puesto en diversas ocasiones a u n

palmo del Oscar de interpretación, que si nunca ha conseguido hasta ahora, no ha sido por falta de méritos, sino porque, como dice él mismo, siempre hay uno mejor. Su primera película fué «Días de gloria», rodada en 1943 en los estudios hollywoodenses; «Las llar ves del reino», «El valle de la decisión», «Recuerda», «Duelo al sol», «The Yearling», «The Macorober», «The Paradine Case», «Acuerdo entre caballeros», «Yellow Sky», «The Great Sinner», «The O un Lighter», « T w e l v e O'Clock High». «Oaptain HoraUo Homblower», «tOnly the Valient», «David et Betsabé», «El mundo en sus manos», «Las nieves de K i l l manjaro», «Vacaciones en Roma», «El hidalgo de los mares», «Moby Dick» y alguna otra. No es Gregory Peck de los artistas que m á s películas han hecho y. sin embargo, si es uno de los m á s populares y mejor pagados. M á s que una suma fabulosa a la firma del contrato, a Greg le interesa u n m á s o menos elevado tanto por ciento sobre las ganancias limpias de sus películas, porque él sabe que su nombre es lo suficientemente taquillera como para compensarle de sobra la rebaja inicial que pueda hacer en e l momento de la firma. Sea como sea, sus ganancias en el cine le han permitido a Greg poseer unas pozos de petróleo que le aseguran la vejez, e incluso la de sus hijos.

Una francesíta Siempre es una francesita la que se interpone en los matrimo-

En Madrid. L a consabida visita al Museo de Chicote

fué o t r o

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tees

EL NU

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marchó a América con sus hijos, abandonando al infiel. A él no pareció sentarle demasiado mal la marcha de ella, porque después de una especie de vía» je de novios —de «conocimiento», diríamos nosotros— con la joven Verónica, en el que estuvieron en Barcelona, Madrid y Valencia, entre otras capitales españolas, decidieron contraer matrimonio, que se celebró el 2 de enero de 1956. Actualmente, ambos viven felicísimos, hasta ahora, en un rancho que Gregory posee en Hollywood, y tienen un hijo, que ya es nn hombrecito, llamado Anthony.

Epilogo — _

DOR nios m á s felices para dar al traste con la fidelidad del varón. Con motivo del rodaje de «Vacaciones en Roma», Gregory, que siempre viaja con su mujer y sus hijos, Jonathan, Staphen y Carey, parece ser que «se salió del tiesto», cultivando algo m á s de lo debido el culto que se debe a la piren, sa, personificada en este caso por la joven periodista ruso-francesa de veintiún años llamada Verónica Passani. A tanto llegaron los rumores, que Greta, ofendida, se

Gregory Peck no ha hecho muchas m á s de una veintena de películas porque, según dicen fuentes bien autorizadas de Hollywood, no ha querido nunca firmar contrato con ninguna casa productora m á s que para una sola película, y esto después de leer y aprobar el guión. Sólo así es como puede no defraudar nunca a sus miles de seguidores. No hace m á s de u n par de películas al año, por lo que tiene tiempo de estudiar el guión a conciencia, sacando al personaje que ha de crear matices insospechados que ningún otro actor ha superado j a m á s . Actualmente, en España se proyecta con éxito sin precedente una de sus últimas creaciones: «Moby Dick», película que ha merecido las mejores críticas de la Meca del cine.

N ú m e r o s publicados: 1) Carmen Sevilla, 2) L o l a Flores, 3) Sofía Loren, 4) Sara Montlel, 5) M a r i l y n Monroe, 6) Gina Lollobrigkia, 7) M a r i ó n Brando, 8) E ü z a b e t h Taylor, 9) Paquita Rico, 10) A v a Gardner, 11) Víttorio de Sica, 12) Lana Tnrner, 13), Grace K e l l y , 14) Francisco Rabal, 16) L u c í a Bosé, 16) I n g r i d Bergman, 17) Jorge Negrete, 18) A n a Mariscal, 19) Marta F é l i x , 20) Audrey HepEmma Penella, 25) Tyrone Power, 26) R i t a H a y w o r t h , 27) James b u m , 21) Vicente Farra, 22) K i m Novak, 23) Analfa G a d é , 24) Dean, 28) M a r i n a Vlady, 29) M a r l é n e Dietrich, 30) R o m y Scfanetder, 31) A u r o r a Bautista, 32) Abbe L a ñ e , 33) M a r t i n e Carol, 34) B r i g i t t e Bardot, 35) Pierangeli N ú m e r o s en p r e p a r a c i ó n : Lilián de Cdis, Giulietta Masina, Bel inda Lee, Gary Cooper, Giovanna Rallt

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Gregory Peck eg un artista bien pagado* Aquí enseña un cheque, casi diez millones de pesetas, pago de una de sus películas

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