Imagen de la mujer en la obra poética de Fray Francisco del Castillo

The South Carolina Modern Language Review Volume 4, Number 1 Imagen de la mujer en la obra poética de Fray Francisco del Castillo by Félix S. Vásque

20 downloads 86 Views 32KB Size

Recommend Stories


Imagen del yo poético en la obra de Gonzalo Rojas
Imagen del yo poético en la obra de Gonzalo Rojas ‘2. El «yo” que habla en la poesía de Gonzalo Rojas es una máscara que sólo podemos identificar con

La obra del pintor novohispano Francisco Martínez
LUISA ELENA ALCALÁ LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE La obra del pintor novohispano Francisco Martínez I. INTRODUCCIÓN El pintor y dorador Francisco Ma

La imagen de la mujer en la obra narrativa de Waldina Dávila de Ponce de León. Sandra Milena Trujillo Peña
La imagen de la mujer en la obra narrativa de Waldina Dávila de Ponce de León Sandra Milena Trujillo Peña 2015 1 Universidad Tecnológica de Perei

Story Transcript

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

Imagen de la mujer en la obra poética de Fray Francisco del Castillo by Félix S. Vásquez The College of Charleston El Virreinato del Perú desde sus inicios estuvo formado por una sociedad bastante estratificada sobre la base de la riqueza, el linaje y el color de la piel. La elite de esta sociedad, ya sea criolla o peninsular, disfrutaba de una vida relajada, rodeada de lujos y algo libidinosa. El tiempo libre, el ocio y el mecenazgo contribuyeron considerablemente al desarrollo de las letras en la clase aristocrática y se llevaban a cabo diversos certámenes en la corte virreinal y residencias particulares en donde se leían, representaban o simplemente circulaban en forma de manuscritos las creaciones de los concurrentes a dichos eventos. Fray Francisco del Castillo, conocido como “El Ciego de la Merced” debido a su ceguera y a que fue lego de la Orden Mercedaria, frecuentó regularmente los círculos literarios de Lima durante la segunda mitad del siglo XVIII, contribuyendo en ellos con su creación poética y teatral. A diferencia de sus contemporáneos, quienes se dedicaban más que todo a imitar los cánones ya establecidos en aquella época, Castillo nos ofrece una innovadora alternativa poética al cultivar, además de la lírica, la sátira. La temática de la obra poética de Castillo es diversa, la poesía lírica cubre diversos temas, como religiosos, circunstanciales, amorosos, mitológicos y filosóficos. Por otro lado, la sátira es la que se encarga de los temas como la corrupción, vicios y costumbres de la Lima colonial. El objetivo de este estudio es explorar las manifestaciones de la imagen poética de

32

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

la mujer en la poesía de Castillo, la cual es presentada desde dos perspectivas, la lírica y la satírica, demostrando de esta manera la importancia que la figura femenina tuvo en la obra del poeta. Es importante resaltar el tratamiento de la mujer en ambas formas, para así establecer un orden que nos permita interpretar una poesía satírica articulada y coherente, con profundidad y trascendencia, lejos de una simple consideración trivial del Ciego como una persona con resentimiento hacia el género femenino. Dentro de la sociedad virreinal limeña, la diferencia de roles entre el hombre y la mujer con respecto al matrimonio y a los hijos era inculcada en las niñas desde una edad temprana, en donde adquirían conciencia de su responsabilidad de tener que ser virtuosas en el aspecto sexual para no mancillar el honor familiar. Con esta educación, la mujer sólo esperaba, por lo general, llegar a ser el objeto poseído por algún hombre de elevado rango social y poder económico que en muchos casos ella no elegía, sino que era de elección paterna que ella aceptaba sumisamente. Como ejemplo de estos casos se puede mencionar la influencia que los virreyes tenían en arreglar matrimonios que eran favorables a sus allegados o servidores que habían llegado a Lima formando parte de su corte virreinal. Herencia del derecho romano, en donde la mujer pasaba de la tutela del padre a la del marido y que la mujer adúltera era castigada con la muerte, mientras que no había sanción alguna para el adulterio del hombre, el honor familiar en el virreinato radicaba en las mujeres, quienes no debían en ningún momento mostrar ningún tipo de interés sexual por el hombre, pero que sí debían admitir el doble estándar en materia de virtud, considerando como natural la posibilidad de tener que aceptar sumisamente en su matrimonio el adulterio masculino. Al respecto Petronella Bomli cita a Juan de Zabaleta,

33

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

quien en su obra El día de fiesta por la mañana y por la tarde publicada en 1654, consideraba que la postura de la esposa ante un marido adúltero debía de ser de silencio y paciencia para intentar cambiarlo, pero que nunca se podía justificar el adulterio femenino, incluso si la mujer estaba siendo engañada por su marido (74). Con la educación que la mujer llegaba al matrimonio y la posible admisión de tener que aceptar calladamente el adulterio masculino, era frecuente que hombres casados buscasen aventuras sexuales en burdeles o con amantes estables o concubinas, en tanto que la mujer, social y sexualmente oprimida, se debía recluir en los espacios privados domésticos o conventuales, entregándose al fiel cumplimiento de sus deberes familiares y religiosos, y teniendo limitada sus posibilidades de acceso a la educación y al desarrollo personal permanecía excluida, salvo contadas excepciones, de participar activamente en la esfera pública y en el ámbito de la cultura letrada. Luis Alberto Mansilla, en Las chilenas de la colonia, Virtud Sumisa, Amor Rebelde, manifiesta que “las mujeres de las capas altas eran cultivadas como rosas de invernadero para ser ofrecidas en matrimonio al mejor postulante¨(10). Siendo de esta manera que el matrimonio era el mejor y casi único destino que les esperaba, para convertirse a partir de ahí en reproductoras de su especie sin incurrir jamás en el pecado del adulterio u otras conductas que podían ser causales de penas del infierno y de segregación social. Este prototipo femenino de “mujer buena” tenía una alternativa, su contrario, la mujer a la cual le gustaba divertirse, coquetear con los hombres y llevar una vida fuera de las limitaciones severas que imponía a la sociedad el poder político-religioso. Esta imagen negativa de la “mujer mala” estaba representada por la mujer de raza no blanca. De esta manera la sociedad desarrolló en la práctica la dicotomía de la mujer esposa/madre/compañera social y la mujer amante/concubina/paria. Para la

34

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

mujer de clase baja, el segundo grupo fue el único medio que tuvo para poder relacionarse con hombres de la clase alta, debido a que por su condición racial -- mulatas, mestizas, indias, negras -- no tenían posibilidad alguna de pertenecer al primer grupo. Dentro de la sociedad limeña, el deseo y el apetito sexual eran aceptados en los hombres como algo natural, y canalizados a través del grupo de mujeres de la clase baja, las concubinas y prostitutas, quienes eran aceptadas por miembros respetables de la sociedad a nivel individual, pero rechazadas y vituperadas dentro del discurso dominante de esa misma sociedad. Las inclinaciones sexuales resultaban inaceptables en una mujer decente, por lo que el interés sexual femenino quedaba relegado a nivel del discurso oficial para las prostitutas, amantes y mujeres mal vistas por la sociedad de aquel tiempo. Sobre este tema, Luis Martín manifiesta que: "[t]he wives were the mothers and the social companions. The concubines were, to use an expression often repeated in colonial documents, the 'women of love'" (151). Castillo construye un discurso sobre la mujer que no presenta una alternativa distinta al discurso ya existente, solamente reafirma una vez más la existencia de una sociedad clasista y racista. Por lo general, acepta y afianza aún más los valores femeninos ya establecidos por la sociedad patriarcal de su tiempo, atacando y ridiculizando cualquier desviación que se presenta en ellos. Ideas que posiblemente las obtuvo en las reuniones a las que concurría; Manuel de Mendiburu revela que el Ciego era muy querido y “no había en Lima fiesta, banquete o regocijo al cual no fuese llamado: buscábanle también los jóvenes cuyo ingenio se cebaba en la detracción y maledicencia, y entre ellos daba rienda suelta a la burla y a la desvergüenza en poesías sarcásticas y obscenas (323). El tema de la mujer en la literatura colonial peruana, al igual que en el resto de los

35

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

territorios dominados por la corona española, estuvo influenciado por estereotipos de la literatura peninsular del periodo Medieval y del Siglo de Oro. No sólo la personalidad, aspectos físicos y costumbres de la vida cotidiana de la mujer fueron blanco de los satíricos coloniales, sino que la raza también pasó a ser un importante tema para sus sátiras (Johnson 87). La caracterización étnica en la poesía satírica del Ciego esta representada por la mujer mestiza, india, mulata, zamba y negra esclava y libre; en cambio la poesía lírica esta representada por la mujer de raza blanca. De esta manera revela dos imágenes distintas de la mujer limeña, por un lado se encuentra un grupo de mujeres viciosas que estaban al margen de los principios morales, el cual lo formaban mujeres vulgares, vividoras, infieles, amantes, falsas vírgenes, prostitutas y beatas, quienes en todos los casos eran mestizas, zambas, indias o negras. Castillo satiriza el vicio asociado con la raza, la posición social, el físico y el oficio, según las distintas circunstancias. Por el otro lado presenta la imagen de la mujer pura, educada y virtuosa; grupo compuesto por mujeres blancas, bellas y de la alta sociedad. La imagen de la mujer que el poeta presenta a través del tono burlesco revela a un ser degradado e inferior en comparación al de la mujer que es reconocida por la sociedad, constituyendo de esta manera una imagen completamente opuesta a la imagen literaria que se encuentra en su poesía lírica; en ésta la mujer es presentada como un ser superior, puro e inalcanzable. La mujer blanca en ningún momento forma parte de la poesía satírica, ya que el objetivo de su sátira es denunciar los vicios y malas costumbres de la sociedad, y ella no sufre de estos males. Se puede denotar que el Ciego crea un discurso en donde la mujer de la poesía

36

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

satírica es la antítesis de la poesía lírica. El grupo de mujeres de la poesía lírica son damas en el sentido elevado del término, de alto rango social, moral y físico. Mientras tanto que en la mujer de la poesía satírica el término de dama tiene un sentido irónico, ya que toma un significado completamente opuesto al de mujer noble o de calidad. El siguiente cuadro nos dará una idea más clara de los elementos que Castillo utiliza en cada grupo.

Poesía lírica

Poesía satírica

Mujer blanca.

Mujer india, negra, mestiza, mulata, zamba.

Mujer asexual.

Mujer sexual, cuerpo objeto de comercio sexual: amante, prostituta, concubina.

Belleza física.

Cuerpos sucios y animalizados: sarnosas, puercas, sapos, serpientes, raposas, monos, mulas, sabandijas.

Virtud moral y espiritual: buena compañera, esposa, madre.

Amorales y faltas de espiritualidad: vulgar, infiel, mentirosa, alcahueta, ambiciosa, vividora, virgen falsa, ridícula, ladrona.

Educada.

Ignorante.

En la poesía lírica del fraile, la protagonista blanca es un ser asexual. En ningún momento se hace referencia a su sexualidad. El poeta se limita tan sólo a describir a la mujer siguiendo las convenciones descriptivas tradicionales, de arriba hacia abajo y sin llegar a más allá del cuello; o en un gesto de pudor, elude representar el cuerpo y pasa a las manos y los pies. Por lo tanto, la imagen descrita es tan sólo de un rostro que se ajusta a todas las convenciones de este tipo de poesía traída de Europa. En oposición a la mujer positiva, la de raza blanca, tenemos a la mujer negativa, racial y socialmente discriminada, de quien si se hace mención sobre su sexualidad

37

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

incontrolada y del uso de su cuerpo como un objeto comercial. En el romance titulado “Conversación y disputa de Tío Juancho,” haciendo referencia a las mujeres de clase baja las describe diciendo lo siguiente: y cuantas gentes del bronce, cholas, mulatas y chinas se embarcan con algazara con sus amigos y amigas. Cada carretón parece, si se ve con luna limpia, la parte inferior de aquella arca en que se contenían sapos, serpientes, culebras raposas, monos y harpías, pues son los que van adentro racionales sabandijas. (Vargas Ugarte, Obras..., 83) No son muy numerosos los detalles de las mujeres en la poesía satírica de Castillo, pero cuando los señala estos están cargados de un estereotipo negativo en donde se representan a las mujeres de raza mixta como los animales más repugnantes. Así mismo manifiesta que son sucias, mentirosas, ladronas, prostitutas, infieles, alcahuetas, vividoras, vírgenes falsas y madres de hijos ilegítimos. La prostitución fue uno de los vicios que Fray Francisco mencionó numerosas veces en su poesía satírica. Este vicio fue bastante común en la ciudad de Lima, a tal punto que en el año de 1690, el Virrey don Melchor Portocarrero, Conde de la Moncloa, ordenó

38

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

la construcción de una cárcel en La Casa de las Amparadas de La Concepción para así tratar de erradicar de la vida pública a prostitutas y concubinas escandalosas (Martín, 165). Una de las causas que originó el alto índice de prostitución en la Lima colonial fue que muchas mujeres se veían forzadas a recurrir a este oficio como único medio de sustento económico, ya que al haber sido abandonadas por sus esposos o amantes no tenían otro medio para poder sobrevivir. El tema de la prostitución en la Ciudad de los Reyes ha sido ampliamente mencionada a través de la sátira colonial peruana por otros autores, entre los que se encuentran Mateo Rosas de Oquendo durante el siglo XVI, Juan del Valle Caviedes en el XVII y Esteban Terralla y Landa en el XVIII. Las prostitutas se convirtieron en objeto de la sátira de Castillo por la comercialización que hacían de sus cuerpos y por la falsedad de sus actos que estaban en contra de los principios morales. No existe a través de toda la poesía un reproche directo que sea de tipo moral religioso, siendo que es más un rechazo de tipo social hacia las prostitutas. La denuncia es que estas mujeres son una lacra de la sociedad, la cual desde un punto de vista oficial no aceptaba tal práctica dentro de sus principios. Sin embargo, en la vida real dicha práctica era ejercida por algunas mujeres con total conocimiento e indiferencia de las autoridades y con fines mercantilistas. Los clientes que compraban los favores de estas mujeres no sólo pertenecían a los estratos sociales más bajos, sino que entre ellos también se encontraban miembros de la clase alta. A través de la burla y la ridiculización Castillo advierte y pone en manifiesto, tanto a hombres como a mujeres, sobre las destructivas consecuencias para la salud que acarreaba la práctica de este oficio debido a las enfermedades venéreas. El ataque de Castillo a la prostitución se centra en la mujer y no en el hombre

39

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

quien hace uso de los servicios de la dama, por lo cual se desprende que existía una diferencia de vicio y culpa en cuanto al género biológico. Para el hombre la prostitución era un mal necesario, del cual no es culpable el que la practica. Hay una ausencia total de crítica hacia el hombre, por el contrario, en algunos casos es presentado como la víctima de la prostitución debido a que ella es la causante de que contraiga enfermedades venéreas. Esta dualidad de juicio moral a la hora de tratarse la prostitución es coherente en todo el discurso del Ciego, y no deja lugar a dudas sobre la postura del poeta ante un tema social importante de su época. En el romance “Conversación de unas negras en la calle de los borricos” manifiesta su postura sobre las prostitutas que ejercían su oficio en los portales de la Plaza Mayor de Lima. Allí es donde a todas horas a Venus se sacrifica, por medio de sus infames inmundas sacerdotisas. Estas son aquellas furias, más que las Parcas malditas, portaleras, que por tales de todos son conocidas. (Vargas Ugarte, Obras..., 37-8) En la Lima colonial las enfermedades venéreas fueron un problema bastante común entre las mujeres que se dedicaban a la prostitución. Castillo a través de sus poemas satíricos relata el sufrimiento que padecían las víctimas de estas enfermedades, el tratamiento que era utilizado para combatirlas y los hospitales que tenían a su cargo el cuidado de estos males:

40

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

las idólatras de Venus, por quien están en la extrema muchos males padeciendo, las fieles adoradoras de aquel Dios de los Mineros que para bubas y cancros Mercurio dulce es remedio (Vargas Ugarte, Obras..., 15) La belleza física constituyó un elemento importante en el discurso de Castillo. El valor magnificado de la belleza responde a varios motivos: por un lado, a la misma naturaleza de la sátira, que tiende a recrearse en la deformidad física; y el de establecer una tensión entre el plano lírico y el satírico. Para el Ciego, el modelo de belleza lo constituye en la poesía la mujer joven de pelo rubio, piel, dientes, cuello y manos blancas, pies pequeños y talle fino, características que encontramos en el poema inédito "Una pintura a una dama": Tus cabellos su origen tienen de Febo, y esto por ver tan claro lo verá un ciego. Por mí lo creo pues él ha dicho en oro lo que yo en verso ....... Si yo quisiera con hablar de tus dientes

41

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

echara perlas. Música de los ojos tu bella cara donde hacen armonía la nieve y grana. .......... De marfil tu garganta bella es columna donde se halla gravado el non plus ultra. ........ De la nieve he sabido un caso raro y ha sido que contigo se fue a las manos ……. A tus pies mis pinceles es bien se rindan que un punto indivisible no admite líneas Como todas veras sabe que mi dictamen en pie se queda (MS. de Chile, folios 57-58) En la poesía satírica también encontramos mención de la belleza femenina de la

42

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

mujer no blanca, pero cuando ésta ya se ha perdido. En el romance “Al Señor Doctor Don Juan José Vidal,” el poeta no describe la belleza física marchitada, sino que ataca con crueldad el recuerdo de la belleza perdida: Aquélla que con sus cuartos feriaba sin limitar hoy ni una cuarta de cuarto se le presente en su edad. Aquélla que supo a muchas cofradías arrastrar, hoy, sola, sin tener otra que la de su soledad. (MS. de Chile, folio 31) Las virtudes morales y espirituales de la mujer fueron otro de los temas que el Ciego tomó muy en cuenta para sus poemas, tanto en la poesía lírica como en la satírica. La mujer no blanca es presentada como un ser amoral, escasa de espiritualidad y colmada de defectos. Por otro lado, la mujer blanca es representada como la compañera, esposa y madre ideal; la perfila como un ser colmado de virtudes morales, espirituales y digna de ser parte de la sociedad colonial. En el romance dedicado a su mecenas y en donde hace referencia a la esposa de este dice lo siguiente: Este el verdadero origen de las que llaman familias, centro cierto de la paz y toda buena armonía. De este bien inacabable

43

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

y de esta noble alegría gozas, hermosa Mariene por influjo de tu dicha. ............. Y dichosa tu Mariene que tan bien prole crías y cual otra mujer fuerte te desvelas por sus dichas, (Vargas Ugarte, Obras..., 101-102) La infidelidad es otro de los vicios que el Ciego ataca duramente a través de su poesía satírica, y otra vez es la mujer no blanca la responsable de cometer este vicio. El hombre es la víctima de la infidelidad femenina y en ningún momento considera al hombre como el posible responsable de la infidelidad en la pareja. Incluso presenta el caso en donde el hombre es engañado al aceptar como hijos suyos niños concebidos en relaciones que la mujer tuvo con otros hombres, le hacen creer que el niño es prematuro, siendo la realidad que cuando inicio sus relaciones con la mujer, ésta ya estaba embarazada. Cuál dice que a fulanita de un todo está manteniendo sino el señor Dn. Sutano juzgando suyo el terreno. Pero que si este supiera cuantos salen y entran dentro afectando relaciones para suponer derecho.

44

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

La echaría a noramala y fuera dictamen cuerdo porque no es razón que cueste el ser cornudo dinero. ..... Guay, niña, qué estás creyendo la farándula no sabes que tiene adelantamiento. Mira al Señor D. Fulano sin ser Saturno, lo han hecho tragar hijo que no tiene ocho meses de concepto. (Vargas Ugarte, Obras..., 18) En la poesía satírica el amor se convierte en un sinónimo de sexo, considerado como un vicio por la Iglesia al no ser practicado dentro de la ideología católica del matrimonio y como función reproductora. El amor al que se refiere Castillo al satirizar a las mujeres, nada tiene que ver con el que menciona en su poesía lírica, aquí se le presenta como un simple acto sexual, lleno de bajas pasiones y cuyos protagonistas representan los vicios de la sociedad. A través de la poesía colonial peruana se aprecia que la percepción y representación de la mujer se concentró en dos polos aparentemente opuestos: la idealización de la figura femenina en la poesía lírica y su degradación en el discurso satírico. Castillo cultivó ambas tendencias en su obra poética, creando un discurso unitario y coherente, los cuales se complementaron y formaron parte de un mismo

45

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

programa poético en donde expuso su visión de la mujer ante la sociedad que vivía, y creó un discurso que justificaba el ataque a la mujer dentro de los paradigmas creados por el poeta.

46

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

Bibliografía Bomli, Petronella. La femme dans l'Espagne du siècle d'Or. 'S-Gravenhage: Martinus Nijhoff, 1950. Castillo, Francisco del. Ms. Volumen 6, Colección Fondo Antiguo, Archivo Nacional de Santiago de Chile, Santiago. Céspedes del Castillo, Guillermo. "La sociedad colonial americana en los siglos XVI y XVII." Historia social y económica de España y América. Ed. Jaime Vicens Vives. Vol. III. Barcelona: Teide, 1957. Chang-Rodriguez, Raquel. Cancionero peruano del siglo XVII. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1983. Johnson, Julie Greer. Satire in Colonial Spanish America: Turning the New World Upside Down. Austin: University of Texas Press, 1993. ---. Women in Colonial Spanish American Literature: Literary Images. Westport Greenwood Press, 1983. Leonard, Irving A. "Vargas Ugarte, Rubén, S.J., ed., "Obras de don Juan del Valle Caviedes; Obras de Fray Francisco del Castillo Andraca y Tamayo". Hispanic Review XVII (1949): 348-350. Martín, Luis. Daughters of the Conquistadores. Women of the Viceroyalty of Peru. Alburquerque: U of Mexico P, 1983. Mendiburu, Manuel de. Diccionario histórico-biografico del Perú. Tomo segundo. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003. Milla Batres, Carlos. "Vida y obras literarias edita e inédita del Ciego de la Merced:

47

The South Carolina Modern Language Review

Volume 4, Number 1

Fray Francisco del Castillo Andraca y Tamayo (1716-1770)." Diss. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1976. Millones, Luis. La cultura colonial urbana: una hipótesis del trabajo para el estudio de las poblaciones tugurizadas. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1975. Miró Quesada, Aurelio. "Una descripción de Lima en el siglo XVIII." Revista Histórica XXVI (1962-63). Palma, Ricardo. "El Ciego de la Merced." Tradiciones Peruanas Completas. Madrid: Aguilar, 1964: 603-608. ---. Tradiciones en salsa verde. Lima: Editorial Jurídica, 1973. Pernoud, Régine. La mujer en el tiempo de las catedrales. Barcelona: Editorial Andres Bello, 1999. Reedy, Daniel R. "El Ciego de la Merced: A Blind Poet's View of Popular Culture in Eighteenth-Century Lima." In Retrospect: Essays on Latin American Literature. Ed. Elizabeth S. Rogers and Timothy J. Rogers. York, SC: Sp. Lit. Pubs. Co. 1987. 40-54. Salinas, Cecilia. Las chilenas de la colonia, Virtud Sumisa, Amor rebelde. Santiago: Ediciones Lom , 1994. Valega, José María. El Virreinato del Perú: Historia crítica de la época colonial en todos sus aspectos. Lima: Ediciones Cultura Ecléctica, 1939. Vargas Ugarte, Rubén. Obras de Fray Francisco del Castillo Andraca y Tamayo. Lima: Editorial Studium, 1948.

48

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.