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LOS INCAS: Uno de los Imperios más Grandes del Mundo Cuando los europeos arribaron a las costas occidentales de Sur América a comienzos del siglo 16 se encontraron con el Imperio de los Incas en su máxima extensión. En ese tiempo era el imperio que abarcaba más área en el mundo, 4000 Km., a lo largo de la costa del Pacifico y sobre las cumbres de los Andes, área similar a la que ocupara el Imperio Romano en su máxima extensión. Su emperador, el Inka, gobernaba a los millones de personas de diversos origines étnicos. El imperio estaba conectado por 16 100 Km. de vías empedradas, algunas de ellas de hasta 7.30 m de ancho, y a todo lo largo de la costa del Pacifico, y cruzando la rugosa espina dorsal de los Andes. Los llamados Chasquis, corredores incansables, llevaban la información a una velocidad increíble, utilizando quipus, un sistema de nudos hecho sistemáticamente en una serie de cuerdas, que lo ayudaban a recordar el mensaje, ya que los Incas no contaban con escritura. Un Imperio construido sobre las bases de la Devoción, los Alimentos y los Textiles Los Inkas y sus predecesores, construyeron miles de extensas terrazas, llamadas andenes, en las laderas de los cerros. Con ellas pudieron cultivar una variedad de plantas que les permitió producir alimentos para poder construir tan vasto Imperio. En una tierra en donde el dinero no existía y el oro (llamado lágrimas del sol) tan solo era apreciado por su belleza, se les pagaban a los trabajadores y los soldados con comida y textiles. Las Raíces de Los Inkas: Los Señores del Cusco Los ancestros de los Inkas provenían de tres tribus que migraron a un valle en el que dos rios se juntan al sur del Perú, en el siglo 13, bajo el mando de su legendario líder, Manco Cápac. Ellos unieron fuerzas con una cuarta tribu, que vivía ya en esa área, y expulsaron a los residentes y establecieron la ciudad del Cusco. Como los señores del Cusco, ellos consolidaron su posición sobre la región por unos doscientos años. Fue el quinto de estos señores, Inca Roca, quien tomó el título de Inka, que eventualmente tomó el significado de Emperador. Una Amenaza Externa forja un Héroe Sin embargo, el dominio Inka se mantuvo reducido hasta que una amenaza externa de otra tribu, los guerreros Chancas, obligaron al príncipe Yupanqui, el menor de los hijos del Inca, a entrar en acción. En una heroica defensa del Cusco, Yupanqui y un reducido grupo de guerreros arremetieron contra los Chancas. Mientras que algunos guerreros no leales miraban la batalla desde lejos viendo quien se llevaba la victoria, Yupanqui y sus hombres hicieron un asalto concertado sobre el ídolo que los Chancas llevaban. Ellos capturaron el ídolo, sembrando el terror en los corazones de los Chancas. Cuando los espectadores vieron que la balanza se empezó a inclinar a favor de los Incas, ellos dejaron la seguridad que los cerros les otorgaban y se unieron a la persecución a los Chancas en su huida. Un Príncipe que torno a incrédulos espectadores en fieles guerreros Después de la victoria, el príncipe Yupanqui corrió la voz que un milagro había ocurrido: Los Inkas habían ganado porque hasta las piedras se tornaron en guerreros a su favor. De ahí en adelante, los ejércitos inkas tuvieron la reputación de que una intervención divina los asistía. Ellos llevaban a la batalla piedras sagradas, cada una con el nombre de un guerrero inmortal. En los años siguientes, muchos de sus enemigos se rindieron sin siquiera librar una batalla, para evitar ser atacados por algún invencible guerrero. La determinación de un sabio líder y un puñado de leales guerreros fueron la chispa que inicio una explosión que forjo el Imperio. El padre del príncipe Yupanqui, Inka Viracocha, aun vivía y privilegiaba a otro de sus hijos como su sucesor. Sin embargo, el pueblo aclamaba a Yupanqui como su nuevo gobernante y le otorgaron a el la dirección del Imperio. El nuevo Inca tomó el nombre de "Pachacuti" que tenía los siguientes significados: "Cataclismo" o 1
"aquel que transforma la tierra". Pachacuti demostró ser ambas versiones. Al comienzo de su reinado, Pachacuti se dedico a reconstruir la ciudad del Cusco como un monumento a la gloria Inka y el centro ceremonial para impresionar a sus peregrinos. Sus artesanos trabajaron la piedra, creando espectaculares edificios y paredes macizas de piedra, muchas de las cuales aun sobreviven y que impresionan a muchos visitantes, aun después de 500 años de la destrucción causada por los españoles. A la hora de su muerte, Pachacuti y su prole expandieron el imperio en las cuatro direcciones cardinales, por lo que se le dio nombre quechua al imperio de "Tahuantinsuyu", que significa "Las cuatro esquinas del mundo". Su hijo, Tupa Inca Yupanqui, ("El inolvidable") continúo la expansión, doblando su tamaño. Su sucesor, Huayna Capac, expandió el imperio a su máxima extensión. Tupac Inca y Huayna Capac fueron conquistadores de la talla de Julio Cesar y Alejandro Magno. La tercera Profecía A comienzos del año 1500, antes que los españoles empezaran a navegar la costa del Pacifico, se dice que el oráculo Apu−Rimac predijo la llegada de hombres barbados que iban a dominar al Imperio Inka. Nunca se ha contado una profecía tan verdadera! El final de los conquistadores Inkas En 1527, el Inka Huayna Capac, el último y el más grande conquistador Inka murió de viruela, una enfermedad traída al nuevo mundo por los españoles. Mientras que los españoles solo habían encontrado algunas puntas del iceberg del territorio inka, esta enfermedad se propagó a una increíble velocidad diezmando la población, quienes no tenían defensas innatas a dicho virus. El eficiente sistema de comunicación Inca resultó ser la debacle para Huayna Capac: el Chasqui que trajo la noticia de la aparición del hombre blanco y su rara enfermedad, también trajo consigo mismo el propio virus que acabó con la vida del inka (La leyenda dice que el chasqui que trajo la enfermedad abrió su pecho para dejar escapar mariposas y polillas que propagaron la plaga) Como se dijo anteriormente, los Inkas no tenían escritura, pero usaban un sistema de cuerdas y nudos llamados quipus para descifrar mensajes y para cuantificar los bienes. El color, las diversas agrupaciones y el número y tipo de los nudos tenían un significado. Los Inkas desarrollaron una sociedad altamente organizada cuyos burócratas, llamados Quipu Camayocs eran enviados a todas partes del imperio para supervisar en cada poblado la recaudación de impuestos en alimentos y textiles, y el servicio comunitario que se le debía al Imperio (llamado mita) La Guerra entre hermanos Huayna capac nombró a su hijo Huascar como su heredero. Cuando Huascar fue envestido como Inka en el Cusco su hermano, Atahuallpa, se queda en la ciudad norteña de Quito, mandando regalos a Huascar. Sin embargo, el reciente envestido Inka, cortó las narices de los embajadores enviados por su hermano, dejando claro a Atahuallpa que cualquier lealtad hacia él seria igualmente recompensada. La guerra entre los hermanos eventualmente empezó. Mientras que Huascar podía utilizar su posición como Inka y llamar a pelear a 300 000 conscriptos, Atahuallpa gozaba de tropas ya entrenadas, incluyendo los mejores generales que su padre había utilizado en los muchos años en que había tomado la expansión del imperio. Se inicio una guerra civil que costo la vida de unos 200 000 indígenas, hasta que generales quiteños capturaron a Huascar desmoralizando a sus tropas. Para entonces, el ejercito de Atahuallpa saqueo Cusco y ejecutó al Inka. Las profecías se multiplican En su ruta desde Ecuador hasta su entrada triunfal en Cusco, Atahuallpa consultó al oráculo de Huamachuco, quien predijo que iba a temer un final fatal. Encolerizado, Atahuallpa decapitó al guardián del Oráculo. Ya para entonces, los Chasquis trajeron la noticia de hombres barbados, como aquellos que 5 años antes llegaron a sus costas, habían reaparecido. Curioso de ver a estos hombres enchaquetados en plata, montando míticas 2
bestias y empuñando raros bastones que escupían trueno y fuego, Atahuallpa hizo un alto en su viaje al Cusco: una de las peores decisiones de la historia. Mientras tanto, los habitantes del Cusco se regocijaron de la noticia de los hombres barbados, creyendo que fueron enviados por el creador Viracocha, a quien la leyenda lo describe como un hombre blanco y barbado, para rescatarlos. El Futuro Conquistador Francisco Pizarro, nativo de Trujillo, España, cruzó el Istmo de Panamá con Balboa en el año 1513 y fue de los primeros europeos de ver el océano Pacifico Rumores de El Dorado Rumores de ricos reinados empezaron a llegar a oídos españoles apenas llegaron al Nuevo Mundo. La conquista de México por Cortez en el año 1519 aumentó la avaricia y la excitación a esta fiebre de riqueza, inspirada por numerosas expediciones a varias regiones del Nuevo Mundo. La estampida de buscadores de oro fue tan severa que el Gobernador de Panamá tuvo que amenazarlos con colgar o cortar las piernas a quien intentara organizar una expedición para descubrir más "Dorados". Sin embargo, Pizarro logró obtener permiso para su expedición inicial hacia el sur siguiendo la costa oeste del continente Sudamericano. La primer Expedición En su primera expedición, Pizarro y sus hombres pudieron llegar hasta la desembocadura del Rio San Juan, en la costa de lo que hoy día es Colombia. Ellos se adentraron tierra adentro a través de manglares, mal equipados, con enfermedades gástricas y la constante amenaza de las flechas de los indígenas. Muchos de ellos murieron y fueron obligados a regresar. De regreso en Panamá, Pizarro evita al Gobernador y a sus prestatarios mientras sus heridas sanaban. Actuando como si hubiera tenido una expedición exitosa, hizo un trato con los que lo apoyaban para conquistar y dividir el Perú. Sus socios eran Fernando de Luque, un clérigo que juntaba el dinero, y Diego de Almagro, un viejo soldado conocido por su verborrea para reclutar guerreros. Todo esto se construyó sobre suposiciones al seguir escuchando rumores de un Imperio bañado en Oro al sur del Continente. La Segunda Expedición Con el éxito que tuvo Cortez en Méjico, que atraía a todos a ir al Norte, a Pizarro le tomó otro año en juntar hombres y dinero para su segunda expedición. En esta expedición, un barco dejo a Pizarro y su grupo nuevamente en las costas de Colombia. Este barco navegó de regreso a Panamá para traer refuerzos, mientras que un segundo barco exploraba más al sur. Este barco tuvo la gran fortuna de encontrar navegando una balsa de comercio de Tumbes, una ciudad Inka más al Sur, cargada de textiles, oro, plata y rubíes. Sin embargo, los intentos de Pizarro por seguir avanzando hacia el sur fueron detenidos por un ejército de indios hostiles en el Puerto Esmeralda. El ordenó a ambos barcos su regreso a Panamá para buscar más hombres, mientras que el y un puñado de compañeros se quedo en La Isla del Gallo, a las afueras de las costas de Colombia. Un enojado Gobernador mandó de regreso a los barcos para recoger a Pizarro y llevarlos de vuelta a Panamá, pero Pizarro se rehusó. Dibujo una línea en la arena con su espada, y luego señalo al norte y desafió a sus compañeros diciendo: "Allá hay hambruna, inclemencias, enfermedades y muerte. Aquel que se arriesgue por Perú y sus riquezas, que me siga; aquel que no, que regrese a Panamá y a la pobreza". Trece hombres cruzaron la línea y se unieron a él. Oro al Fin!!! Cuando su barco regresó 5 meses después Pizarro y sus compañeros navegaron a Tumbes en donde encontraron la civilización Inka que tanto andaban buscando. Fueron recibidos cordialmente por la nobleza Inka, quien los entretuvo con un banquete. Fueron testigos de cómo los artesanos hacían maravillas. Ellos a su vez demostraron el uso del arcabuz y les fueron ofrecido bellas mujeres. Los españoles se volvieron locos de la alegría.
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Las Olas de Conquista Aun cuando el Oro Inka hizo de Pizarro un hombre rico, no vivió mucho para disfrutarlo. Unos años después de la conquista, fue asesinado por descontentos seguidores de su antiguo socio, Diego de Almagro, quienes sintieron que habían recibido menos de lo que les fue ofrecido. Una Vasta y Variada Tierra El imperio Inka abarco 4000 Km. a lo largo de los Andes en el lado occidental del continente Sudamericano, desde las áridas costas del pacifico por el oeste a las gélidas alturas de los cerros, hasta los comienzos de la selva amazónica en el este. Tenía una enorme cantidad de climas y terrenos, desde desiertos extremos hasta frígidas montañas. De llanuras templadas y valles profundos hasta calurosas junglas. Un gran rango de Climas Aun en las mismas montañas, estrechos y rios, coexisten cientos de zonas diferentes tanto en terrenos como en climas Una cantidad impresionante de plantas Una gran diversidad de plantas existió en los confines del Imperio. Más aun, los inkas asimilaron las tribus conquistadas, herederos de otras grandes culturas. Nativos de estas áreas domesticaron y seleccionaron sus cultivos a los largo de los años, alterando dichos cultivos para satisfacer sus necesidades. La política Inca de reubicación Adicionalmente, los Inkas desterraban a poblados enteros que les ponían cierta resistencia y los llevaban a otras zonas. Estos pobladores llevaban consigo sus propios cultivos los cuales eran adaptados a nuevas áreas, sumando a su rusticidad y creando nuevas especies Cultivos del Nuevo Mundo conquistan al Viejo Mundo Cuando los españoles llegaron, adoptaron algunos alimentos locales, como el maíz y las papas y las llevaron a Europa. Algunas, como el chocolate (de Méjico), fueron un éxito inmediato. Otras, como los tomates, las papas (una contribución Inka), fueron aceptadas más lentamente, pero en el curso de los siguientes siglos, estos alimentos del Nuevo Mundo fueron adoptados prácticamente alrededor de todo el globo. La Supresión Española. Otros cultivos sin embargo fueron ignorados por los españoles y otros fueron incluso suprimidos. Estos cultivos abolidos incluían asombrosos cereales así como una variedad especial de maíz gigante, el cual era reservado exclusivamente para el uso del propio Inka, sus nobles, así como para premiar los actos de valor de sus guerreros. Los Conquistadores fueron muy lejos al tratar de erradicar a estos guerreros y nobleza, quienes podían oponerse que los españoles gobernaran su antiguo imperio. Esta abolición fue extendida a los alimentos que eran dados como premios por la nobleza inka. Incluso llegaban al extremo de matar a aquellos granjeros que cultivaban dichas plantas de la nobleza. Como resultado de esto, muchos de estos notables alimentos han estado perdido por los últimos cinco siglos. La Nutrición Perdida Esta fue una gran perdida, ya que muchos de estos alimentos tenían una calidad nutritiva extraordinaria, con niveles altos de proteínas y otros nutrientes apreciados, más altos que la mayoría de los alimentos que comemos hoy en día. Estos incluyen a dos granos, la kiwicha (amaranto) y la quínoa, otras variedades coloridas de papas y el maíz gigante que era reservado para emperadores y héroes, la maca, ollucos entre otros.
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