informe de investigación bibliográfica ENTOMOLOGÍA FORENSE

informe de investigación bibliográfica ENTOMOLOGÍA FORENSE materia: identidad humana i Profesor: Lic. Carlos José comba Autores: Ciminari, Noelia D

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informe de investigación bibliográfica

ENTOMOLOGÍA FORENSE

materia: identidad humana i Profesor: Lic. Carlos José comba

Autores: Ciminari, Noelia Deitos, José Fontau, Marcos Nieva Alvarez, Mayra Spinelli, Mónica “You will never know when a major trial will turn on a small detail that you once recorded (or, regrettably, failed to record)”. Dra. Adriana Oliva. Jefe del Laboratorio de Entomología Forense del MACN. Argentina

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Introducción En el presente trabajo de Investigación se ha recopilado información sobre entomología forense dedicando especial atención a la misma en estudios realizados en el país y su aplicación. Se denomina Entomología Forense a la rama de la Biología que se dedica al estudio de los insectos y otros artrópodos hallados sobre cadáveres humanos. La misma constituye un valioso aporte para fijar la fecha o data de la muerte en ciertos casos, así como otros aspectos relacionados con las circunstancias de la muerte y lugar de los hechos. Es importante aclarar que si bien esta rama de las ciencias biológicas es quizás la más conocida en el ámbito de estudios forenses, no es la única. Existen otros elementos biológicos que contribuyen en la deducción de causas, lugar, medio, accidentes geográficos, etc., además de circunstancias relacionados no solo con el deceso sino también con el hecho delictivo en sí mismo. Entre ellas podemos mencionar el estudio de diatomeas (algas microscópicas de distribución muy específica) y el estudio de polen y esporas (elementos producidos por los vegetales, directamente relacionados con la reproducción). Jean Pierre Mégnin (1828-1905), veterinario y entomólogo francés, inicia los primeros estudios sobre la fauna cadavérica, orientados a la contribución en medicina legal. Entre 1887 y 1894 Mégnin se dedica principalmente a estos estudios con los que llega a estimar la fecha de muerte. A partir de sus observaciones, realizadas exclusivamente en Francia, formula un sistema de 8 cuadrillas u oleadas de insectos que se correlacionan con las etapas de la descomposición, y van desde el cadáver fresco hasta la eliminación de los restos abandonados por oleadas anteriores (octava cuadrilla). Este sistema, que aún se menciona en textos antiguos de medicina, se corresponde con lo que eventualmente ocurre al aire libre en un clima templado. Si bien lentamente y a lo largo de los años se descubrió que la sucesión de fauna entomológica y su modus operandi difiere en cadáveres inhumados o que permanecen encerrados, envueltos y/o sumergidos; su trabajo titulado: “Faune des tombeaux” (Fauna de las tumbas), es considerada como la obra fundadora de la entomología medicolegal y preludio de su obra cúlmine “La Faune des cadavres” (La Fauna de los cadáveres) en la que cita el mencionado sistema.

Un poco de historia En antiguas civilizaciones, como las de Babilonia y Egipto, las moscas y escarabajos aparecen como amuletos, como dioses (Baalzebub: El Señor de las Moscas; Dios Jepri o Khepri: el escarabajo estercolero o pelotero). La metamorfosis de los insectos ya era conocida en el antiguo Egipto. Evidencia de esto es un papel hallado en el interior de la boca de una momia conteniendo la siguiente inscripción: "Los gusanos no se volverán moscas dentro de ti" (Papiro Gized nº 18026: 4: 14). Los tratamientos

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de embalsamamiento tendían a evitar la descomposición y las sucesiones de insectos en los cadáveres. “La mayoría de los insectos evitados en los embalsamamientos son los que hoy nos ayudan en la resolución de los casos de muerte.” (Greenberg, 1991) Una lista sumeria de más de 3600 años de antigüedad, se encuentra escrita en cuneiforme y es el primer libro de zoología que se conoce. Entre los 396 animales citados, 111 son insectos y 10 son moscas. La "mosca verde" (Phaenicia sp.) y la "mosca azul" (Callíphora sp.), muy comunes hoy en casos forenses, son mencionadas aquí por primera vez. El primer documento escrito sobre un caso resuelto por lo que hoy conocemos como entomología forense data del siglo XIII. Es una historia en la que se le encomienda a Sun Tzu (autor del clásico “El arte de la guerra”) investigar un caso de homicidio en el que un campesino había sido degollado con una hoz o guadaña. Para resolver el caso Sun Tzu solicitó a todos los labradores de la zona, que concurrieran con sus respectivas guadañas y las depositasen frente a sí en el suelo, al aire libre. Atraídas por los rastros invisibles de sangre que habían quedado adheridos al ‘arma' del crimen, no tardaron las moscas en posarse sobre la hoja de una de las herramientas mencionadas, lo cual condujo al investigador a la conclusión de que el dueño de dicha hoz debía ser el asesino. Muchas veces los años conducen al olvido, otras la imposibilidad de descifrar formas de escritura antigua como jeroglíficos o cuneiforme. Durante muchos años, se pensó que al morir una persona o animal las larvas que aparecían en el cadáver y lo devoraban, aparecían ya fuera por generación espontánea, o bien salían de las entrañas del propio cadáver. No fue hasta después del experimento del médico y naturalista italiano Francesco Redi 1 , que se demostró que este pensamiento era totalmente absurdo, aunque la fuerte creencia de la época sobre la teoría de la generación espontánea apoyada por otros descubrimientos mal interpretados, impidieron por muchos años la evolución del razonamiento y comprensión de los sucesos en contra de esta teoría. Redi también distinguió cuatro tipos de moscas: Moscas azules (Calliphora vomitoria); moscas negras con franjas grises (Sarcophaga carnaria); moscas semejantes a las de las casas (probablemente Musca domestica o quizás Curtonevra stabulans), y por fin moscas de color verde dorado (Lucilia caesar).

Evolución de la Entomología Forense A partir de los estudios de Jean Pierre Mégnin, en Europa se continuaron realizando algunos estudios entomológicos relacionados a la medicina legal, y más tarde también lo hicieron en EEUU. Recién durante las últimas décadas del siglo XX esta rama de las ciencias biológicas comienza a cobrar mayor importancia. 1

En 1668 realizó un experimento donde preparó primero 8 frascos que contenían varias clases de carne. Cerró herméticamente 4 de ellos, dejando abiertos los demás. Las moscas solo podían posarse en estos últimos, y solo en ellos se desarrollaron larvas. La carne contenida en los frascos cerrados entro en descomposición y se pudrió, pero en ella no se desarrollaron larvas. Redi repitió la experiencia pero esta vez cubriendo un grupo de frascos con gasa, de modo que el aire llegaba a la carne, pero no las moscas. La carne entraba en putrefacción, las moscas se acercaban atraídas por el olor pero no aparecieron larvas. Sin embargo, como toda aseveración tiene su excepción, Redi pudo observar moscas que no desovaban por no poder atravesar la gasa con su abdomen y otras que depositaban larvas, que pasaban a través de la malla. Conclusión: en frascos cubiertos con gasa se podían observar escasas larvas sobre la carne putrefacta.

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En varios casos, los estudios relacionados con la entomología forense fueron realizados por médicos legistas, quienes por desconocimiento del rigor de recolección y conservación del material entomológico, resultaron incompletos o incorrectos, varios realizados en Brasil y unos pocos publicados en Argentina. Aún así, las publicaciones entomológicas, tanto sistemáticas, morfológicas, etológicas 2 y fisiológicas aportaron datos de interés.

Lamentable pero real En 1971 William Bass, jefe del departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee, fue llamado a examinar un cadáver cuyo sepulcro había sido violado por unos ladrones de tumbas. Bass debía descubrir si era un muerto “antiguo” o si lo habían asesinado recientemente y luego lo habían colocado en el sepulcro para ocultarlo. Tras observar su aspecto y ver que los insectos no habían empezado a ocupar su cuerpo el antropólogo declaró que la muerte había ocurrido hace poco menos de un año. El muerto resultó ser William Shy, un coronel confederado que había sido embalsamado y enterrado en un contenedor de metal dentro del ataúd hacía 114 años. El ridículo fue mayúsculo pero la entomología forense saldría reforzada de esa metedura de pata aunque en cada juicio que actuara como perito Bass tendría que volver a escuchar la más famosa de sus evaluaciones. (Berbell, 2005)

La granja de cuerpos A partir del hecho antes mencionado, Bass consideró que la literatura científica sobre entomología forense era inexistente y tendría que comenzar sus ensayos desde cero. Acudió al decano de su facultad y le pidió un trozo de tierra donde colocar unos cuantos cadáveres para estudiar en ellos como se produce el proceso de descomposición. En 1,2 hectáreas de una colina que mira al río Tennessee nacía en 1972, el Complejo de Antropología Forense, conocido popularmente como La Granja de Cuerpos gracias a una novela del mismo título escrita por Patricia D. Cornwell. Casi todos los conocimientos que se poseen hoy en día sobre como se descompone un cadáver proceden de ese lugar. Los 30 cuerpos que son monitorizados en la granja cada año bajo diversas condiciones proceden de tres fuentes distintas: personas que eligieron que su cuerpo se entregara a la granja de cuerpos, personas que donan su cuerpo a la ciencia sin indicar el destino y de cadáveres sin identificar que no son reclamados por nadie. (Berbell, 2005) En 1978 Leclercq publica su libro “Entomología y Medicina Legal: Datación de la Muerte”, en el mismo se puede ver que siguiendo el sistema de J.P.Mégnin, introduce una nueva clasificación y sistema basado en la función ecológica de cada especie: I-

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Necrófagos: organismos que se alimentan de materia orgánica en descomposición (directamente del cadáver): muchos Diptera de las familias Calliphoridae y Sarcophagidae y Coleoptera de las familias Silphidae y Dermestidae. Son más significativos durante las etapas más tempranas de la descomposición.

Etología: rama de la biología que estudia la conducta animal (ej: época de copula y modo, anidación, puesta de huevos, alimentación de juveniles y adultos, etc.)

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Necrófilos: Predadores y parásitos de necrófagos. Predadores: Coleoptera de las familias Silphidae (adultos), Histeridae y Staphylinidae. Díptera: varias familias, entre ellas Calliphoridae y Stratiomyidae,. Parasitoides: varias familias de Hymenóptera; Coleóptera (Staphylinidae: Aleocharinae).

II -

Omnívoros: Se alimentan indistintamente de los necrófilos y del propio cadáver. Hymenoptera (Formicidae, Vespidae); Dictyioptera (Blattodea); Dermaptera.

III -

Oportunistas: Usan el cadáver como una extensión del hábitat natural; por ejemplo Aracnida, Chilopoda, Diplopoda.

IV -

Los Dermestidae (Coleoptera) con frecuencia contribuyen a desecar cadáveres aún dentro de habitaciones humanas, con tal de que el ambiente sea favorable para el proceso de momificación (Schroede, 2002). Hacia fines de 1993 se inicia en Argentina el estudio de la Entomología Forense; realizado con seriedad y rigor científico. En ese momento se tenían datos solo para climas templados, templado-fríos y climas tropicales. A estos conocimientos hay que agregar los estudios realizados por entomólogos sobre especies de Diptera Calliphoridae causantes de miasis 3 (Mazza y Jörg, 1939; Del Ponte, 1958). Otros trabajos relevantes son los que tratan plagas de productos almacenados (Vidal Sarmiento & Bischoff de Alzuet, 1965). Buenos Aires está a 34° 36’S, al nivel del mar: el clima es templado-cálido húmedo (Oliva, 2001). Los datos expuestos nos demuestran que el desarrollo de esta rama de la Entomología aplicada estaba en pañales, cuando la entomóloga del MACN 4 , Dra. Adriana Oliva, se hace cargo en forma intensiva, quizás por herencia, de este tipo de investigaciones. En 1994, luego de la resolución del caso del conscripto Carrasco, el Director del MACN decide crear el Laboratorio de Entomología Forense y nombra Jefe a la Dra. Oliva (cargo honorífico que ejerce hasta la actualidad).

Importancia y aplicación de la Entomología Forense ¬ ¬

Fundamentalmente contribuye n a la estima del intervalo post-mortem o data de la muerte. Movimiento del cadáver: por el comportamiento de las especies (algunas son de exterior y otras típicas de interior) y por la distribución de los insectos en áreas limitadas (endemismos), pueden indicar que el cadáver ha sido trasladado de lugar.

Sucesión de la Fauna Cadavérica Las primeras oleadas de insectos llegan al cadáver atraídos por el olor de los gases desprendidos en el proceso de la degradación de los principios inmediatos (glúcidos, lípidos y prótidos), gases como el amoniaco (NH3), ácido sulfúrico (SH2), nitrógeno libre (N2) y anhídrido 3 4

miasis es la infestación de tejidos vivos por larvas de mosca MACN: Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”

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carbónico (CO2). Estos gases son detectados por los insectos mucho antes de que el olfato humano sea capaz de percibirlos, hasta tal punto, que en algunas ocasiones se han encontrado puestas en personas que aún se encontraban agonizando. Existen datos que indican que si dos cuerpos son expuestos a la vez, uno con heridas o traumas y otro sin ellos, el que presenta las lesiones se descompone mucho más rápidamente que el que no presenta traumatismos debido a que la mayoría de las moscas son atraídas por las heridas, donde tienen lugar muchas de las oviposiciones más tempranas (Mann et al., 1990). Tampoco hay que descartar como lugar de puesta la zona de contacto del cuerpo con el sustrato, posiblemente porque en esa zona es donde se acumulan los fluidos corporales, lo que provee una humedad adecuada, así como una temperatura más estable (Anderson & Vanlaerhoven, 1996). Las moscas son los primeros animales que llegan a un cadáver. Su ciclo de vida permite determinar el intervalo post mortem, si se considera el tiempo que tardan en pasar de un estado a otro. La metamorfosis completa de la mosca consta de cuatro estados bien definidos. El huevo es seguido por un período larval de intensa actividad alimenticia, con posterior ingreso a uno de inmovilidad (pupa), período en el cual se desarrollan las características del adulto, quien surge pasadas una o dos semanas. El análisis de los huevos de moscas colectados de los cadáveres (disección, microscopía óptica y microscopía electrónica) puede ayudar a los investigadores en la estimación precisa del intervalo post mortem. Los huevos incuban típicamente en uno a tres días, dependiendo de la especie y las condiciones ambientales. El examen del estado embrionario muestra el tiempo de oviposición y, por lo tanto, el tiempo de muerte. Las larvas de mosca crecen rápidamente, pasando por tres estadios larvales antes de alcanzar su tamaño final. Estas se crían juntas en grandes números y se mueven entorno al cadáver promoviendo, así, la diseminación de bacterias y secreción de enzimas, lo cual hace posible el consumo de los tejidos blandos del cadáver. El desarrollo de las larvas tarda varios días dependiendo tanto de la especie, de las condiciones ambientales, como del número de larvas presentes. A mayor temperatura y mayor humedad relativa el insecto se desarrollará más rápido y viceversa. Se puede utilizar una curva de crecimiento larval, para estimar la edad de una larva a partir del tamaño de la misma. La aplicación de la entomología forense requiere un conocimiento preciso de la mecánica y los factores ambientales que pueden intervenir con los procesos de colonización, tiempo de desarrollo y descomposición de los cadáveres. Para determinar el intervalo post mortem (IPM o PMI) 5 es fundamental saber cuáles insectos se encuentran en la zona, por tal razón, el primer estudio es identificar la entomofauna 6 asociada a la descomposición cadavérica del lugar. Existen dos aproximaciones para la determinación del periodo post mortem en entomología forense. La primera se basa en la estimación del período de tiempo empleado por una determinada especie para alcanzar el grado de desarrollo igual al encontrado en el cadáver y el segundo método utiliza la sucesión de insectos en la descomposición de un cuerpo. Ambas aproximaciones se pueden emplear por separado o conjuntamente, dependiendo del tipo de restos encontrados. 5 6

PMI: Post Mortem Interval (idem IPM) Entomofauna: Fauna de insectos.

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El medio ambiente es esencial cuando se va a estimar el PMI, dado que el desarrollo de cualquier insecto está influenciado por las condiciones ambientales y por el microclima. Los factores más importantes a tener en cuenta son: temperatura, humedad relativa, pluviosidad 7 , irradiación solar y nubosidad. Además, se deben tener en cuenta factores tales como tipo de vegetación, follaje, cobertura y desniveles del terreno. La presencia y el desarrollo de diferentes artrópodos están también influenciados por el posible efecto que puede tener la presencia de determinadas sustancias y sus metabolitos en el cadáver en el momento de la muerte. Así, se ha demostrado que la presencia de algunos pesticidas en el cadáver, alteran el ritmo de crecimiento de los dípteros. Igualmente, la presencia de dosis letales de algunas drogas también altera el crecimiento de la fauna cadavérica. Cada vez es más común el uso de las larvas de insectos para realizar análisis toxicológicos, ya que, en ocasiones, éstas pueden esqueletizar un cadáver en muy poco tiempo, consumiendo los tejidos o fluidos que pueden servir para el análisis toxicológico. La entomotoxicología es una disciplina reciente dentro de la entomología forense cuya principal característica es utilizar la fauna cadavérica para determinar la presencia de tóxicos y drogas de abuso en cadáveres en los cuales ya no es posible realizarlo por los métodos convencionales. La preferencia de los insectos por el estado de descomposición del cadáver permite ver una clara sucesión durante el proceso de descomposición Una sucesión lógica sería la siguiente: Primera oleada.- Calliphóridos, Sarcophágidos, Múscidos Segunda oleada.- Derméstidos y Necrobias Tercera oleada.- Piophílidos y Phóridos Cuarta oleada.- Ácaros Quinta oleada.- Histéridos, Sílphidos, Staphilínidos, etc.

Dentro de la familia Calliphoridae se encuentran las especies más comunes en nuestro entorno geográfico como son la Calliphora vicinia, Calliphora vomitoria, Chrysomya albiceps y Lucilia sericata que suelen ser las primeras que colonizan el cuerpo, en la mayoría de los casos, a las pocas horas de producirse la muerte. Las hembras de estas especies revolotean alrededor del cadáver y una vez inspeccionado realizan sus puestas tanto en los orificios naturales como en las heridas que tuviese el cuerpo. Estos huevos depositados en el cuerpo tardan entre 24 y 72 horas en eclosionar y de ellos salen unas pequeñas larvas que se alimentan del cadáver durante el tiempo de su desarrollo hasta que pasan a estado de pupa (se entierran para realizar la pupación y prefieren hacer sus propios orificios), estado en el cual sufren su metamorfosis para pasar a estado adulto. Este tiempo que transcurre entre la puesta de las hembras y la transformación de las larvas en adulto es el tiempo que necesitamos saber para acercarnos a la hora en que se produjo la muerte. Aunque este tiempo no es exacto ni dentro de una misma especie, las variaciones dentro de unas circunstancias determinadas no son muy grandes, lo que nos permite acercarnos bastante al tiempo de desarrollo de la especie en estudio, sabiendo temperatura y humedad. 7

Pluviosidad: Cantidad de lluvia que recibe un sitio en un período determinado de tiempo.

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La presencia de los Calliphóridos en un cadáver reciente, es inevitable. Toda ausencia de huella de este paso, pupas vacías, adultos muertos, debe obligar a los investigadores a formular ciertas hipótesis:

A. Que el cadáver haya sido trasladado de lugar, y aún en este caso se encontraría algún resto de estos dípteros. B. Que el lugar del fallecimiento sea lo suficientemente oscuro e inaccesible a estos grandes dípteros cosa poco probable pues los calliphóridos se encuentran dentro de las casas durante todo el año. C. Que los restos de los dípteros hayan desaparecido por la acción de los necrófilos (depredadores o parásitos de los necrófagos), o animales (aves insectívoras, hormigas, avispas). Ello no ocurre prácticamente nunca de modo completo, a no ser que el intervalo post mortem sea muy largo. Y aún en este caso, hay que tener en cuenta que la cutícula de los artrópodos es prácticamente indestructible, pudiendo permanecer miles de años; se han encontrado pupas fósiles de dípteros en el cráneo de un bisonte perteneciente al Cuaternario. D. Que el cadáver haya sido impregnado con productos repugnatorios, que hayan impedido el acceso de las primeras oleadas de insectos. En este caso aparecerían en el cadáver restos de productos como arsénico, plomo o formol, que se ha comprobado evitan la presencia de los primeros necrófagos en el cadáver.

La familia Sarcophagidae no pone huevos, sino que deposita larvas vivas. Pupan entre la ropa o en los pliegues del cuerpo y aprovechan los orificios naturales para sus puestas. Dentro de los Sarcophágidos existen diferentes especies en nuestro entorno, pero las más comunes son la Sarcophaga carnaria y en algunas raras ocasiones la Sarcophaga hemorroidalis. Esta familia suele aparecer en los meses de Junio, Julio y Agosto en los cadáveres encontrados en el interior de un domicilio. Por lo demás es también una mosca de los primeros colonizadores y también llega al cadáver en los primeros momentos después del fallecimiento. Por último dentro de la primera oleada esta la familia de los Múscidos cuya especie más común en los cuerpos estudiados por nosotros es la Fannia canicularis. Una vez que los individuos adultos de estas primeras especies se han alejado del cuerpo, en busca de nuevo alimento, aparecen otros grupos de artrópodos para los cuales el cuerpo esta en el estado perfecto. Con la aparición del ácido butírico en el cadáver aparecen los primeros grupos de coleópteros derméstidos. Son familias como Dermestidae y Cleridae. Dentro de los Derméstidos, las especies más comunes son: Dermestes frischii, Dermestes maculatus y Dermestes lardaruis, aunque alguna vez han aparecido adultos de Anthrenus verbasci. Estos coleópteros depositan sus huevos en las grietas del cuerpo y las larvas penetran en la carne de la que se alimentan. Estas larvas pasan por 5, 6 o 7 fases y sus mudas quedan en el cuerpo. Las larvas de la última fase suelen buscar un lugar resguardado para pasar a adultos. El ciclo completo suele durar de 5 a 7 semanas según la cantidad de alimento y las condiciones físicas de los individuos. La especie más común D. Frischii posee una temperatura óptima para su desarrollo que es de 30 a 35º C y una temperatura mínima de 20º C, también necesitan una humedad relativa de 30% o más pero la ideal es del 75%.

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La Necrobia rufipes junto con la N. violacea, escarabajos de la familia de los Cléridos, son unos de los huéspedes asiduos en todos los cadáveres de más de 30 días de desarrollo. Las larvas de estas especies penetran profundamente en las grietas del cuerpo y se alimentan no solo del tejido cadavérico, sino también de las larvas de algunas moscas así como de los huevos y larvas de los derméstidos. Las larvas pasan por 3 o 4 fases y en la última producen un capullo, normalmente en el interior de las pupas vacías que han dejado las primeras oleadas de dípteros en cuyo interior pasan a adulto. El ciclo biológico dura unas seis semanas aproximadamente. Los cadáveres de más de mes y medio, en la mayoría de los casos se encuentran bastante momificados, y las partes blandas que quedan suelen reducirse a pequeñas masas que aún conservan algo de humedad. Es allí donde se acumulan las larvas de los siguientes colonizadores: los Piophílidos, cuya especie más común es la Piophila casei, mosca de pequeñas dimensiones, cuyas larvas se distinguen del resto pues se desplazan saltando. Es llamada casei por su afición al queso donde puede aparecer con bastante frecuencia si este no se encuentra en lugares adecuados. Su ciclo vital suele ser de unos veinte días, y es una especie muy resistente a altas temperaturas, soportando hasta 24 horas a temperaturas de 45º C, lo que hace que aparezca en los cuerpos encontrados en pleno verano a la intemperie. Junto con estas moscas suelen aparecer otras de la familia Phoridae, concretamente la Megaselia scalaris, mosca muy común también en los cadáveres enterrados. Aunque con toda seguridad los Ácaros conviven con muchas de las especies de artrópodos que van llegando al cadáver, y su aparición no tiene un tiempo determinado, sí es cierto que suelen encontrarse en cuerpos bastante secos en avanzado estado de descomposición y con pocas partes blandas. La mejor forma de tomar las muestras de ácaros es pasar por la superficie del cadáver cinta adhesiva para recoger y preparar la muestra, que luego se observara debajo de una lupa. En la mayoría de los casos el cadáver es hallado antes de llegar a un estado de descomposición, en el cual lo único que tenemos son huesos y restos de las diferentes oleadas de artrópodos que han ido colonizando el cuerpo y alimentándose de él. Hay casos en que en los cadáveres de avanzado estado de descomposición, y sobre todo en los que se han encontrado a la intemperie, aparecen coleópteros de la familia Histeridae como Hister sp, así como de las familias de los Silphidae y Staphillinidae con especies como Nicrophorus sp y Necrodes sp y Creophilus maxillosus que aunque no se alimentan del cuerpo son muy útiles para la desaparición de los restos de las demás especies. Conviene que no desaparezca nada del cuerpo, pues de todo hasta del más pequeño detalle se puede sacar información útil para llegar a interpretar la información que nos proporcionan todos y cada uno de los artrópodos que han pasado por el cadáver y han dejado alguna huella de su paso.

Resumen de algunos casos reales en Argentina A medida que se suceden los casos en el país se van observando numerosas variaciones que impulsan nuevos estudios científicos en diferentes provincias. Los mismos están asociados a la geografía del lugar, variables climáticas y condiciones en que se produjo el deceso. Ejemplos: 1) En un poster presentado por la Dra. Oliva, se comenta, sin demasiado detalle el caso de un masculino de 25-35 años, de 1,68 metros de altura y 75-80 Kg de peso fue hallado en la ladera sur del cerro “La Movediza” de la ciudad de Tandil.

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Los resultados de la pericia entomológica sugerían que la sucesión de fauna cadavérica había sido afectada por las condiciones de área serrana (topografía, clima, etc.) El clima serrano influiría en la sucesión de fauna cadavérica y en la descomposición, en comparación con los datos de llanura pampeana (Centeno, 2001). Un modelo colocado a la sombra presentaría un retardo en la colonización por parte de insectos cadavéricos con respecto al modelo expuesto al sol, y ese retardo sería más importante en la localidad de Tandil que en la provincia de Buenos Aires (Centeno et al. 2002) 2) Un caso en que se observa que la necrofagia y desove no ha comenzado en las cavidades primarias del organismo, es decir: boca, orificios nasales, borde de los párpados, etc; sino que se hallan larvas dispersas en todo el organismo, se presupone una descomposición previa avanzada, durante la cual los insectos no tuvieron oportunidad de llegar al cadáver. Cuando lo conquistan, oviponen en todo el cuerpo. Si bien es importante la época del año, algunos datos más finos, como estado del contenido estomacal, color de las pupas y presencia de varios dípteros que en general llegan en una sucesión determinada, es indicador de encierro prolongado.

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APORTE DE LA ENTOMOLOGÍA FORENSE EN EL PARRICIDIO DE PANGITPIXLI Edoardo Tosti-Croce A1. y Marjorie Leyton G.2 1

U. de La Frontera, Fac. Medicina. Dep. Ciencias Básicas, (Temuco, Chile): [email protected]

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Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones (Temuco, Chile)

En enero del 2004. en la localidad de Panguipulli (Valdivia, Chile), se encontró el cadáver de una mujer de aproximadamente 60 años, sobre una cama, semi cubierto por una capa de tierra, con señas de haber sido apuñalada y en avanzado estado de descomposición. La investigación policial estableció como sospechoso al hijo de 22 años de la mujer, quien negaba toda vinculación con los hechos. No se encontraron restos de sangre en sus vestimentas o pertenencias, ni en las superficies del domicilio del sospechoso. Muestras de tierra que cubría el cadáver y un par de zapatillas encontradas en un clóset del sospechoso, con restos de tierra adherida, se remitieron al Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile de Temuco. a fin de efectuar un análisis químico comparativo que permitiera establecer algún tipo de vínculo entre ambas tierras. Por lo corriente del tipo de tierra, el análisis no fue concluyente y así se informó a la Unidad policial solicitante. Sin embargo, como entre los surcos de las plantas de las zapatillas había además unos restos que el oficial a cargo de la investigación reconoció genéricamente como insectos, se solicitó una nueva pericia al citado Laboratorio, ahora con el objeto de establecer qué eran esos restos y si podían aportar algo a la investigación policial, ya que hasta ese momento el principal sospechoso seguía negando su participación en los hechos. Como el Laboratorio de Criminalística nunca había realizado una pericia entomológica, se solicitó apoyo profesional externo y las muestras fueron analizadas con un Microscopio (Lupa) estereoscópico Marca Cari Zeiss Modelo Stemi 2000. al que se acopló una Cámara digital, para fotografiar lo encontrado. Se pudo establecer que tanto los restos de insectos adheridos entre los surcos de las zapatillas como los encontrados en la muestra de tierra correspondían a puparios de Calliphora sp. en distinto estado de conservación. Además, en la muestra de tierra había fragmentos de individuos adultos de Calliphondae que, sin

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embargo, no pudieron ser identificados de manera más específica. Se pudo establecer que: 1) El sospechoso estuvo en un sitio en el que había necesariamente un proceso de descomposición de cadáver, con dípteros en estado de pupa en superficie y no enterrados. Es decir, varios días después de la fecha de muerte y en sitio con suelo duro o artificial que impidió el enterramiento de las prepupas. 2) El sospechoso estuvo en el entorno inmediato del cadáver de su madre, por la concordancia de los puparios de las zapatillas y de la tierra que cubría el cadáver. 3) Los hechos señalan que no se trataría de un caso de locura temporal por parte del homicida, dado que los puparios encontrados en las zapatillas de su propiedad indican un regreso pensado y premeditado al sitio donde se colocó el cadáver. Estos antecedentes permitieron establecer que el imputado efectivamente visitó el sitio donde se encontraba el cadáver de su madre, lo que finalmente fue presentado como prueba por la Fiscalía en el juicio oral.

Fotos y Figuras: Diptera: Los dípteros de importancia forense son las comúnmente llamadas moscas

huevos

larvas de diferente tamaño

pupas

adulto

Callíphora vomitoria (mosca azul común)

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Sarcophaga_carnaria (mosca gris)

Chrysomya_albiceps (mosca de cabeza blanca)

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Cochliomyia-macellaria (mosca carnicera)

Lucilia caesar (mosca verde dorado) sobre la masa de larvas que generan calor, lo que acelera la putrefacción

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Bibliografía

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