INSTALACION Y MANTENIMIENTO DE CESPEDES

i^i Núm. 9-10 • 73 H iiií^^ INSTALACION Y MANTENIMIENTO DE CESPEDES MANUEL PEREZ FERNANDEZ Ingeniero de Montes Diplomado en Jardir^ ería y Paisajism

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Núm. 9-10 • 73 H

iiií^^ INSTALACION Y MANTENIMIENTO DE CESPEDES MANUEL PEREZ FERNANDEZ Ingeniero de Montes Diplomado en Jardir^ ería y Paisajismo

MINISTERIO DE AGRICULTURA

INSTALACION Y MANTENIMIENTO DE CESPEDES Los efectos del desarrollo industrial han supuesto un cambio rotundo en la manera de vivir del hombre que, de una sociedad casi exclusivamente agrícola, se ha ido pasardo a la sociedad industrial. El hombre, absorbido por ella, tiende a volver a la Naturaleza no sólo en el momento actual, sin^ también en el futuro. Como consecuencia de ello, cada vez están siendo más necesarios los espacios verdes naturales o artificiales. Esta necesidad ha dado lugar a un desarrollo decisivo de la jardinería. La realización de un jardín requiere el conocimiento de los elementos que lo componen. Uno de ellos, si no el más importante, es el césped. DEFINICION Llamamos césped a toda extensión de terreno poblada de especies herbáceas que cubren el suelo por completo y forman una alfombra o tapiz vegetal. Los céspedes pueden constituir, por sí solos, motivos ornamentales o bien servir de acompañamiento a otros elementos, vegetales o no. Asimismo, pueden utilizarse para la formación de un piso agradable para el juego de los niños, la práctica de deportes, la fijación de suelos inestables, etc. E1 origen de su empleo no es bien conocido, suponiéndose que es algo anterior a la Edad Media. Aparecen citados, por ejemplo, en el Decamerón y en el libro de rezos de Juana c1e Castilla.

Fig. l.-En las ciudades cada vez se hace más necesaria la creación de espa-

cios verdes.

ESPECIES UTILIZADAS Un buen césped debe ser uniforme y duradero y las especies que lo pueblan deben reunir una serie de cualidades : -- Ser perenne. - De crecimiento lento.

-- Resistentes a las siegas baj as. - De fácil a.hijamiento. - Ser rizomatosas o estoloníferas. - Tener tallos finos. - Ser resistentes al pisoteo (en el caso de poder pisar el césped ) . ^

- Ser de agradable tonalidad. Existen, por desgracia, pocas especies que cumplan estas condiciones. De entre ellas, las más interesantes pertenecen a los géneros Agrostis, Cynodon, Cynosurus, Festuca, Lolium y Poa de la familia Gramíneas y a los géneros Lotus y Trifolium de la familia Leguminosas. En lo que sigue, vamos a ocuparnos brevemente de las especies vivaces más importantes. Para una descripción más completa, véase la Hoja Divulgadora núm. 17-18/1971, titulada "Plantas para céspedes". Género Agrostis Las especies pertenecientes a este género sirven para céspedes sin mezclas, que son de gran belleza.

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Propias de suelos arenosos ácidos, viven igual en los secos que en los muy húmedos. Son poco exigentes en nutrientes y agua y pueden utilizarse entre el nivel del mar y los 1.600 metros de altitud. Poseen buena resiste.ncia al pisoteo y escasa a la invasión de otras especies.

Las cantidades utilizadas en siembras puras varían entre 1,25 y 1,75 kilogramos/área; las semillas deben recubrirse tres-cinco milímetros. Género Cynodon La especie más interesante es Cyn®don dactylon L. muy encespedante, ya que se propaga muy bien por rizomas y estolones. En España, su período vegetativo es estival. Muy resistente al pisoteo y muy difícil de desterrar cuando se ha instalado. Es especie que necesita luz. Resiste a la salinidad. Se debe emplear entre el nivel del mar y los 1.500 metros de altitud, con preferencia en suelos arenosos. En siembras puras se utilizan entre 2 y 2,5 kilogramos área, debiendo enterrarse la semilla entre dos y cinco milímetros. Género Cynosurus Se utiliza únicamente la especie C. cristatus L. especie bastante exigente en fertilidad del suelo, se muestra muy resistente al frío y bastante a la sequía, si no es prolongada. No es buena para céspedes sin mezclas, se suele emplear mezclada con Agrostis o Poa. Puede utilizarse entre el nivel del mar y los 1.800 metros de altura, con preferencia sobre suelos arcillosos que retengan bien la humedad. En siembras sin mezcla se utilizan entre dos y tres kilogramos/área. Las semillas deben recubrirse entre cinco-ocho milimetros. Los principales países suministradores de semillas de buena calidad son: Canadá, Nueva Zelanda y Holanda.

Género Festuca Las especies pertenecientes a este género no son ni rizomatosas ni estoloníferas. Poco indicadas para la formación

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de céspedes de gran calidad si se emplean en siembras puras. Se emplean en suelos pobres y con gran sequía, puesto que de todas las gramíneas que mencionamos aquí son las más resistentes. Son especies de plena luz, indicadas por lo tanto, en céspedes siempre descubiertos. Viven desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 1.500 metros, llegando algunas de ellas a superar los 2.000 metros. En siembras puras se utilizan entre dos y medio-tres kilogramos/área. Las semillas deben recubrirse entre 5-10 milímetros. Género Lolium Las especies pertenecientes a este género no son rizornatosas ni estoloníferas. Tampoco deben utilizarse en la formación de céspedes de gran calidad, aunque casi siempre se las encuentra formando céspedes baratos o toscos, debido a su fácil implantación, agradable color y resistencia al pisoteo. Son de crecimiento muy rápido. Son muy exigentes en agua. Prefieren los suelos arcillosos, ricos en materia orgánica y nitrógeno y, dentro de las gramíneas, que son poco exigentes, son de las que necesitan más fósforo. En nuestro país debe utilizarse entre el nivel del mar y los 1.200 metros. En siembras puras se utilizan de cinco a seis kilogramos/ área, debiendo cubrirse la semilla entre 10 y 20 milímetros. Dentro de este género se emplean las especies L. perenne, que es vivaz y la bisanual L. multiflorum; sin embargo, únicamente la primera tiene valor jardinero. Género Poa Las especies que pertenecen a este género y se utilizan en jardinería, son de talla media, rizomáticas o no. Son muy precoces, con un prolongado período vegetativo, muy resistentes al pisoteo y de crecimiento lento. Son especies que requieren precipitaciones superiores a los 750 milímetros mostrándose muy resistentes a las bajas temperaturas. Requie-

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ren suelos fértiles, ricos en materia orgánica, con buena permeabilidad y alta capacidad de retención de agua. En siembras puras se utilizan entre 1,5 y 2,5 kilogramos/ área y la semilla puede quedar enterrada entre tres y seis milímetros. Género Lotus Dentro de este género, solamente se emplea en jardinería la especie L. corniculatus L. No tolera la sombra y por ello cuando es utilizada en céspedes mezclados con otras especies que crecen mucho, hay que tenerlos siempre muy cortos. Se debe emplear en taludes o céspedes ornamentales contempla dos a distancia, ya que es muy irregular. En las siembras combinadas, la semilla empleada de esta especie no debe exceder del 20 por 100 de la cantidad total. Se suele utilizar entre el nivel del mar y los 2.500 metros de altitud, en suelos de cualquier naturaleza, siempre que no sean secos, tolerando los muy ácidos y los subsalinos. En céspedes sin mezclas se emplean entre 1,5 y 2 kilogramos/área y la semilla debe cubrirse entre tres y cinco milímetros.

Variedades : E m p i r e ( Estados Unidos ); Wiking ( Alemania).

Fig. 2.- Un buen césped debe ser uniforme v du-

dero.

-^Género Trifolium Las plantas pertenecientes a este género tienen el sistema radical generalmente pivotante, lo cual les permite abastecerse de agua en horizontes más profundos que la mayoría de las gramíneas. Son de pequeña a mediana talla y con hojas trifoliadas. Se emplean generalmente dos especies, a saber : T. repens L.-Los más indicados para céspedes son los de hojas pequeñas y cuya talla no pase de los 15 centímetros. Es poco tolerante a la sombra y entre todos los tréboles es el más resistente al pisoteo. Puede emplearse entre el nivel del mar y los 2.500 metros de altitud, sobre suelos de cualquier naturaleza, siempre que no sean muy arenosos. Es bastante exigente en humedad y no soporta la sequía prolongada. No debe emplearse en céspedes de calidad, ya que su tendencia a formar rodales les hace perder uniformidad. De emplearse en mezclas, no debe entrar en proporciones superiores el 15 por 100. En siembras puras se emplea entre 1 y 1,5 kilogramo/área y la semilla debe quedar enterrada entre tres y cinco milímetros. Variedades: Kent (Gran Bretaña). T. fragiferum L.-Es muy útil para suelos alcalinos y salinos, se presenta espontáneo en marismas. No debe ser utilizado en siembras puras. Es muy apropiado para emplearlo en mezclas en el clima mediterráneo con agua o con capa freática muy alta. Las mezclas más utilizadas son : T. fragiferum más C. dactylon y T. fragiferum más L. Perenne; la primera se utiliza en suelos húmedos y algo salinos. En siembras puras se emplean de 1,5 a 2 kilogramos/área, debiendo quedar enterrada la semilla entre cuatro y siete milímetros. Variedades: Palestine (Israel), Columna (Italia). INSTALACION DN: Ci^^SPEDES La creación de un buen césped requiere, además de la elección de especies idóneas, contar con un suelo y un clima

Fig. 3.-Para que un césped tenga duración es necesario realizar una buena preparación del terreno y tener muy en cuenta las operaciones de mantenimiento.

apropiados, realizar correctamente la preparación del suelo y la siembra o plantación. Una vez establecido, deberemos proporcionarle los cuidados correctos. En España, las condiciones térmicas suelen ser apropiadas para que la hierba disponga de un largo período vegetativo, pero, en cambio, el agua es factor limitante para que dispongamos de buenos céspedes. Por consiguiente, si queremos lograr céspedes de gran belleza, deberemos disponer de agua suficiente para el riego durante el período primavera-verano. Los céspedes pueden establecerse por siembra, por dispersión de trozos de plantas, estol^nes o rizomas, o mediante la colocación de "tepes". Los procedimientos citados se distinguen únicamente en su fase final, por lo cual vamos a estudiarlos en conjunto, detallando más tarde las peculiaridades de cada uno. CARACTERISTICAS QUE DEBE REUNIR UN SUELO PARA LA FORMACION DE UN BUEN CESPED Podemos resumirlas de la sigu'_ente manera : - Relieve ondulado o con ligera pendiente. La más adecuada es del orden del 0,75 al 1,25 por 100; con ella evitaremos problemas de encharcamiento.

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- Existencia de una capa cultivable de, por lo menos, 20-25 centímetros de profundidad. - Buena permeabilidad y aireación. - Gran capacidad de retención de agua. - Textura apropiada para un buen desarrollo radicular. Los suelos ideales son los limosos con arcillas en pequeñas proporciones. - pH comprendido entre seis y siete. - Fertilidad suficiente para un buen desarrollo d° las plantas. - Ausencia de carencias nutritivas. - Inexistencia de malas hierbas. - Preparación adecuada. PREPARACION DEL 5UEL0 E1 suelo sobre el que vamos a establecer el césped debe hallarse libre de malas hierbas, poseer una capa de 15 a 20 centímetros de suelo mullido, un subsuelo firme y un nivel de fertilidad suficiente. Las dos primeras condiciones las conseguimos con el laboreo del suelo. Antes de iniciarse éste habrán de resolverse, si fuera necesario, los problemas de drenaje que se presenten, acudiendo a la colocación de drenes o lechos dé grava. LABOREO El laboreo del suelo podemos desglosarlo en las siguientes operaciones :

- Ligera nivelación. - Alzado, con objeto de mullir hasta los 15 ó 20 centímetros. Para esta labor se emplearán arados de disco o vertedera. - Pase de rodillo, con el fin de eliminar los terrones provocados por el alzado. Los rodillos empleados, cuando el suelo se encuentre seco, deben ejercer una presión del orden de un kilogramo/centímetro cuadrado. - Labor más superficial, con el fin de continuar el mullido y desmenuzar los 10-15 centímetros de la capa superior

Fig. 4.-Los céspedes pueden estar solos o asociados con árboles y arbustos.

del suelo. Se realiza con gradas de discos, cultivadores, girocultores, etc. y es conveniente realizar dos pases y que sean cruzados. - Rastrillado, con el fin de eliminar las piedras, terrones pequeños que escapan a los elementos utilizados y refinar el mullido de la capa superficial del suelo. Se deben realizar dos rastrillados. Todas estas labores deberán espaciarse lo necesario para permitir la germinación de malas hierbas en los intervalos. Estas malas hierbas serán eliminadas con las sucesivas operaciones. FERTILIZACIOIN En cuanto a la fertilización es recomendable, en general, utilizar para la implantación, alrededor de 100-200 unidades de N; 100-150 unidades de P^OS y 100-180 unidades de K20 por hectárea.

Esto se consigue utilizando abonos compuestos del tipo: 1-1-1 y 2-1-1. Si empleamos abonos compuestos la fertilización habrá de realizarse entre labores sucesivas y con 30-60 días de antelación a la siembra, enterrando, a continuación, con un pase de grada ligera.

En el caso de que se utilicen abonos simples, se repartirán

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con un mes de anticipación los fosfóricos y potásicos e inmediatamente antes de la siembra los nitrogenados en forma de sulfato amónico. El abonado orgánico debe efectuarse con estiércol bien hecho, de ga:nado ovino, caballar o vacuno. Deberá repartirse finamente dividido y en proporción de 100-120 toneladas/hectárea por lo menos un mes antes de la siembra. Deberemos asegurarnos que no contiene semillas de malas hierbas, para lo cual deberá sometérsele a desinfección por vapor de agua o a tratamiento con productos comerciales tales como Vapam, etcétera. En algunos casos, y con anterioridad a esta fertilización, deberíamos realizar enmiendas que modifiquen la textura o el pH del terreno. Como norma general podemos decir que cuando el horizonte superior sea muy arcilloso (40 por 1p0 ) o muy arenoso ( 60 por 100 ), será preciso realizar una enmienda que cambie la textura. Casi siempre se realiza mediante adición de estiércol en proporción de 70-90 toneladas/hectárea. Como es lógico suponer, estas enmiendas resultan muy caras y normalmente se prescinde de ellas, aunque para céspedes delicados y costosos es fundamental hacerlas. La modificación del pH es más frecuente y tiene como objeto hacer que varíe, hasta situarlo en el óptimo, que ya hemos dicho anteriormente que se sitúa entre seis y siete. Los productos má;s utilizados son óxidos, hidróxidos, carbonatos o silicatos de cal y magnesio que deben añadirse al terreno finamente divididos. ELECCION DE ESPECIES La elección de la especie o especies más convenientes para la instalación de un buen césped debe ser realizada teniendo en cuenta las siguientes condiciones:

- Clima. - Suelo. - Destino del césped. - Distancia de contemplación.

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- Cantidad de agua disponible. - Disponibilidades económicas. Los céspedes más apreciados, en cuanto a belleza y uniformidad, los obtendremos sembrando una sola gramínea de hoia estrecha y muy encespedante. Sin embargo, la mayoría de las veces se utilizan mezcladas varias gramíneas, con lo que los céspedes muestran una mayor resistencia a la invasión de malas hierbas. Las especies utilizadas en estas siembras es preciso que tengan una muy parecida tonalidad de color, anchura de hoja, ritmo de crecimiento y precocidad. En cuanto a la mezcla de gramíneas y leguminosas, se consigue con ella un mejor aprovechamiento del agua disponible en el suelo, debido a la distinta profundidad que alcanzan sus respectivos sistemas radicales. Sin embargo, los céspedes pierden uniformidad debido a la tendencia de las leguminosas a formar rodales. Como norma general no se crean céspedes puros de leguminosas debido a la falta de estética de los recortes bajos. EPOCA DE SIF,IV7BRA Los momentos más indicados son durante el otoño y la primavera. por este orden de preferencia, con suelo poco 0 nada húmedo, en días sin viento y con temperatura entre 7 y 15 grados. Estas épocas, sin embargo, son susceptibles de variación cuando puedan asegurarse unos cuidadas posteriores suficientes. En climas extremados cabe sembrar fuera de diciembre, enero, j ulio y agosto ; en los de inviernos y veranos suaves, prácticamente en cualquier momento. Como resumen, podemos decir que salvo el Cynodon dactylon, que conviene sembrar en primavera, en las demás especies, es indiferente el momento de la siembra, aunque en otoño germinan antes. DOSIS Y EJECUCION DE LAS SIEMBRAS^ A1 hablar de las distintas plantas hemos dado unas cantidades de semillas a empleax en siembras puras. Estas canti-

Fig. 5. - La siembra de1 Césped puede hacerse en otoño o primavera.

dades pueden aumentarse o disminuirse, según varíen las siguientes circunstancias: - Las dosis habrán de ser elevadas si son de temer temperaturas extremas (máximas o mínimas) durante la germinación. - Si se prevé la invasión de malas hierbas debe aumentarse la cantidad de semilla. - Si la dotación de agua escasea se disminuirá la dosis. - Si los céspedes se van a contemplar desde bastante distancia, al no poder apreciarse la uniformidad se deben disminuir las dosis. A título orientativo podemos decir que en España suelen utilizarse las siguientes cantidades en zonas verdes: - Parques públicos, 2,5-3 kilogramos/área. - Jardines, 4-6 kilogramos/área. - Campos de deporte, 6-8 kilogramos/área. REALIZACION DE LAS SIEMBR^1^ Deberá hacerse con máquina o a mano, pero siempre a voleo. No se debe sembrar nunca en líneas, sino en dos direcciones perpendiculares, empleando en cada pase la mitad de toda la semilla prevista. Con semillas de distinto tama.ño se debe sembrar primero la de mayor tamaño, que se cubrirá seguidamente con un ligero rastrillado. A continuación se sembrará la de menor tamaño y se cubrirá con mantillo o estiércol finamente dividido.

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En el caso de sembrar Agrostis, Poa, etc., debido a su pequeño tamaño debe pasarse inmediatamente un rodillo de poco peso, a fin de que fije las semillas al terreno e impida ^u transporte por el viento o agua. La operación siguiente es el riego, que se debe realizar entre una y cuatro veces al día, mientras dure la germinación. El riego deberá efectuarse con aspersores de baja presión, menor de dos kilogramos/centímetro cuadrado, que repartan el agua en gotas muy finas y a baja velocidad. La cantidad de agua debe variar entre uno-dos litros por metro cuadrado y día. A los seis u ocho días de producida la germinación, se pasa un rodillo liso para afirmar el suelo ( capa superficial ); después se hace un recebado con rr^antillo o estiércol. Cuando el césped tiene una altura de seis a siete centímetros, se le dá el primer corte dejándolo con dos o tres centímetros. PLANTACION DE "TEPES" Los "tepes" son placas de césped que han sido tomadas de un tapiz herbáceo, natural o artificial, situado en otro lugar. La plantación se realizará de forma que : - No haya necesidad de pisar los "tepes" ya colocados. - No queden oquedades entre ellos y el suelo o entre sí. - Las terminaciones de cada pieza no queden alineadas. Se regará hasta saturar el "tepe" y unos centímetros de suelo, lo que requerirá unos 20 litros por metro cuadrado. Los "tepes" deben plantarse poco después de haber sido cortados y son más acusadas las ventajas de realizar la plantación en el otoño. PLANTACION DE RIZOMAS Y ESTOLONES Las especies que se emplean para encespedar por este procedimiento son estolones y admiten la división vegetativa. La distaneia de plantación será de 7 a 20 centímetros, según la rapidez de cubierta que se desee.

Como orientación puede indicarse que un metro cuadra-

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do de tepe sirve para plantar 20 metros cuadrados. No se consiguen céspedes tan uniformes como con los procedimientos anteriores. OPERACIONES DE MANTENIMIENTO La perfecta conservación de un césped requiere una gama de cuidados que lógicamente varían con los factores siguientes:

1."

Condiciones ecológicas del lugar.

2." Especies constituyentes, sobre todo en lo que se refiere a rapidez de crecimiento. 3." Destino. Cuanta m"as uniformidad se desee, más deben entrecruzarse las raíces. De aquí vemos la gran dificultad de dar normas generales. A continuación vamos a pasar revista a las operaciones principales para el mantenimiento en buen estado de un césped.

LIMPIEZA Por estética y conservación, los céspedes deben tenerse limpios. Fig. 6.-•Tepes• preparados para la implantación de césped.

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La operación se realiza con una escoba de hilos o flej es metálicos, o bien cepillos de fibra dura; estos últimos son preferibles cuando el césped es corto (menor de cinco milímetros); por encima de un centímetro es preferible la escoba metálica. El barrido debe hacerse siempre que esté sucio el césped y en el mayor número posible de direcciones. Con la limpieza ahuecamos los estolones, estimulándose la emisión de mayor número de brotes. PASE DE RODILLO Tiene por finalidad esta operación, dar consistencia al terreno y evitar que las plantas formen macolla. Se efectúa con un rodillo que tenga un peso de un kilo por centímetro de longitud de la generatriz; los pases se darán alternativamente, en la misma dirección y distinto sentido o en direcciones perpendiculares. Estos pases se realizarán después de cada siega. No se debe emplear nunca para enmendar defectos de nivelación. Las ventajas principales de esta operación son : - Corregir pequeños defectos de uniformidad. - Defensa contra heladas. Como contrapartida, los inconvenientes más acusados son : - Compacta el suelo. - Dificulta la penetración de agua y gases. - Dificulta la brotación de las plantas.

RIEGO Se debe efectuar siempre por aspersión, pues de esta forma se lava el sistema aéreo de las plantas. El suelo debe mantenerse siempre con una humedad del 50-60 por 100 de su capacidad de campo. La periodicidad y cantidad de los riegos es muy variable, según las épocas, las exposiciones y, par supuesto, la cantidad de agua caída. Como norma general, es mucho más útil un riego prolongado a la semana que varios riegos débiles cada dos días.

Fig. ^. - Para la cun,en ^ción de los céspedes se emplean diversas•

herramientas.

En cuanto a la cantidad y como referencia, podemos citar de uno a dos litros por metro cuadrado y día. SIEGA La siega es fundamental y quizás casi nunca se la tome en consideración. El valor estético y la conservación de un buen césped depende de la práctica correcta de esta operación.

Podemos ^íecir que tiene dos puntos fundamentales : - La altura de corte, variable según el destino y las especies que lo forman. Para campos de deporte varía entre 1,5 y 8 milímetros; para céspedes de chalets, entre 5 y 10 milímetros; taludes entre 2,5 y 4 centímetros y para parques, entre 1 y 1,5 centímetros. - La frecuencia del corte depende de la velocidad de crecimiento, del clima, de la fertilidad del suelo, del destino y de los restantes cuidados; el ideal sería segar todos los días pero como esto resulta prohibitivo, se suele seguir la siguiente pauta:

- En época de mayor crecimiento : Campos de deportes, dos o tres veces por semana; jardines familiares, una vez por semana; parques, cada 20 ó 30 días; taludes, cada 60 días. - En invierno: hasta que se inicia la temporada de crecimiento activo se deben realizar un par de recortes como mínimo. AIREACION Consiste en perforar el suelo, por medio de instrumentos

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adecuados, para favorecer la respiración de las raíces y la penetración del^agua, de los gases y de los fertilizantes. La profundidad de los agujeros puede variar entre los 5 y los 15 centímetros y la sección ha de ser pequeña, de dos centímetros de diámetro aproximadamente. El distanciamiento de los agujeros será de unos 20 centímetros. Debe realizarse siempre antes de que se haga el recebado y debe ^er más frecuente en los suelos arcillosos que en los arenosos.

RECEBO Los objetivos de esta operación son: - Corregir pequeñas deficiencias de nivelación superficia1. - Rellenar grietas, formadas coma consecuencia de la sucesión de las heladas y el deshielo. - Facilitar el entrecruzamiento de las raíces. - Proporcionar materia orgánica al suelo. - Fertilizar. Una mezcla muy utilizada en los céspedes es tierra arcillosa y estiércol, preferentemente de oveja, en capas de 12-24 centímetros de tierra y de 10-12 de estiércol. El recebado se debe hacer siempre a la salida del invierno y se suele utilizar de 0,16 a 0,40 metros cúbicos por área. El empleo reiterado de este material tiende a introducir malas hierbas, por lo que es interesante esterilizarlo, por los procedimientos aludidos anteriormente. FERTILIZACION La aportación de elementos nutritivos ha de hacerse también periódicamente y depende, como es natural, de la fer tilidad y de la vejez del suelo; un síntoma claro de su necesidad es el amarilleo de la hierba. De ordinario se emplea un abono de una fórmula 5-10-5 en cantidad de 10 kilos por área, pero lo más indicado es hacer un análisis previo del suelo y obrar en consecuencia. Como operaciones imprescindibles para la perfecta con-

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