INSTITUTO NACIONAL DE LA MUJER
INVESTIGACIÓN PARTICIPACION SOCIAL Y POLITICA DE LAS MUJERES Elaborada por:
COLECTIVO FEMINISTA MUJERES UNIVERSITARIAS
Tegucigalpa, M.D.C Agosto, 2003
Honduras, C.A.
Agradecimientos Nuestro sincero agradecimiento a los líderes y liderezas de los cinco partidos políticos, a las organizaciones de la sociedad civil, al movimiento de mujeres, quienes con sus ideas, aportes y propuestas contribuyeron a que esta investigación sea una realidad y un aporte para el fortalecimiento de la democracia hondureña. Un reconocimiento especial a Ms. María Teresa Blandón Gadea, que con su visión crítica aportó al enriquecimiento de esta investigación. Un agradecimiento a la Licda. Dalila Pinel, por la confianza depositada en el equipo de investigación y por sus comentarios oportunos en el proceso de la misma, agradecemos también a la Licda. Emma C. Velásquez por sus observaciones y críticas constructivas. Un especial reconocimiento a la Ministra del Instituto Nacional de la Mujer (INAM), Ms. Marcela del Mar Suazo, por su empeño, dedicación y compromiso para que esta investigación sea un aporte a la participación social y política de las mujeres hondureñas. Equipo de Investigación
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas
Índice de Contenido Agradecimientos ........................................................................................................ 1 Índice de Contenido................................................................................................... 2 Presentación............................................................................................................... 5 I. Recorrido Por El Panorama Nacional .................................................................. 8 Aspectos Sociodemográficos y Económicos........................................................ 8 La Transición A La Democracia, Gestión De Gobierno, Participación Ciudadana Y Derechos De Las Mujeres.......................................................... 10 La Ley De Igualdad De Oportunidades Y Las Elecciones Del 2001 ............. 14 Elección de Diputados y Diputadas al Congreso Nacional ............................. 15 Elección de Diputaciones al Parlamento Centroamericano ............................ 18 Elección de Representantes de Gobiernos Locales .......................................... 20 II. Contexto Histórico De La Participación Política De Las Mujeres Hondureñas ............................................................................................................................ 23 Las Mujeres Y El Derecho Al Voto................................................................... 23 Las Mujeres Hondureñas Participan En La Política Desde La Naciente Democracia Liberal ............................................................................................ 28 El Movimiento de Mujeres: Actor Emergente ................................................. 30 III. Marco Teórico ................................................................................................... 32 Cultura Política y Democracia .......................................................................... 32 Democracia y Equidad de Género..................................................................... 35 La discriminación de las mujeres, rasgo de la cultura política hegemónica 35 El Poder: fuente de dependencias para las mujeres ........................................ 37 Las Mujeres y la Ciudadanía............................................................................. 39 IV. Principales Resultados De La Investigación .................................................... 43 Rasgos predominantes de la cultura política tradicional................................ 43 El Caudillismo .................................................................................................. 43 El Clientelismo.................................................................................................. 44 Lucro Personal y Corrupción........................................................................... 45 Autoritarismo Y Centralismo............................................................................ 46 Confusión Entre Liderazgos Partidarios Y El Ejercicio De La Función Pública En El Estado........................................................................................ 49
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas División Entre El Espacio Público Y Privado.................................................. 50 Débil Reconocimiento De Los Derechos Ciudadanos De Las Mujeres ........... 51 La Sub-Valoración Del Liderazgo De Las Mujeres ......................................... 52 Construcción De Plataformas Electorales Y Papel De Los Partidos Políticos En La Gestión Del Estado .................................................................................. 53 El Ejercicio De La Ciudadanía .......................................................................... 55 Influencias Y Motivaciones Para La Participación De Mujeres Y Hombres En La Toma De Decisiones En El Espacio Público ......................................... 57 Participación De Las Mujeres.......................................................................... 57 Participación De Los Hombres ........................................................................ 59 Avances, contradicciones, prejuicios y desafíos sobre la participación de las mujeres en la toma de decisiones en el espacio público................................... 61 Valoraciones Expresadas Por Las Mujeres ..................................................... 61 Valoraciones Expresadas Por Los Hombres.................................................... 63 Obstáculos Para La Participación De Las Mujeres En El Espacio Público.. 66 Valoraciones De Las Mujeres .......................................................................... 66 Valoraciones De Los Hombres......................................................................... 70 Avances, aportes y propuestas de las mujeres en el espacio público, para la construcción de una cultura de equidad. ......................................................... 72 Avances Y Aportes De Las Mujeres.................................................................. 72 Un Nuevo Concepto De La Política Y De Lo Político...................................... 73 Importancia Del Movimiento De Mujeres Y Feminista Para La Participación Ciudadana De Las Mujeres .............................................................................. 75 Aportes De Las Mujeres A Los Procesos De Construcción Democrática ....... 76 Algunas Propuestas Para La Construcción De Una Cultura De Equidad ... 77 Impulso De Procesos De Educación Y Articulación Entre Mujeres Para La Toma De Conciencia Y El Fortalecimiento De La Acción Colectiva .............. 77 Promover El Diálogo Intergeneracional Entre Mujeres.................................. 78 Democratización De Los Partidos Políticos .................................................... 78 Incidir En Políticas Públicas............................................................................ 79 Participación Política De Las Mujeres En Los Espacios Locales ................... 79 V. Conclusiones Y Propuestas................................................................................. 80 Rasgos de la cultura política hegemónica ......................................................... 80 Cambios Favorables En La Cultura Política ................................................... 82 Concepto De Ciudadanía Y Participación Ciudadana.................................... 84 Participación Política De Las Mujeres.............................................................. 86 Valoraciones Sobre La Participación De Las Mujeres ................................... 87 Obstáculos Para La Participación De Las Mujeres......................................... 89 Avances En Construcción De Una Cultura De Equidad................................ 91 Página 3 de 100
Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas El Movimiento De Mujeres: Actor Emergente ................................................ 91 Propuestas ........................................................................................................... 92 Anexos ...................................................................................................................... 94 Bibliografía.......................................................................................................... 95 Metodología de Investigación ............................................................................ 98 Listado de Organizaciones e Instituciones Entrevistadas............................. 100
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Presentación
Presentación El Instituto Nacional de la Mujer de Honduras en su calidad de ente rector y normativo de políticas públicas para la equidad de género, le corresponde la conducción del proceso de implementación de la Política Nacional de la Mujer y su correspondiente Plan de Igualdad de Oportunidades para el período 2002-2007, aprobada como política de estado por el Licenciado Ricardo Maduro actual presidente de la república. Uno de los ejes de la Política Nacional de la Mujer afirma como parte de sus objetivos la promoción de la participación política de las mujeres en las instancias de toma de decisiones; así como la realización de un conjunto de acciones que contribuyan a promover la participación de éstas en el espacio público. De manera particular, esta investigación forma parte de las acciones que actualmente está desarrollando el Instituto de la Mujer con el fin de visibilizar los aportes que las mujeres hondureñas han dado a los procesos de construcción de la democracia; así como para reconocer los múltiples obstáculos que enfrentan las mujeres para potenciar y ampliar su participación. Esta investigación formulada desde una perspectiva de reconocimiento a la pluralidad de concepciones y experiencias, pretende tener una especie de balance sobre el estado actual de la participación política de las mujeres, así como de los retos y desafíos que comporta dicha participación para la clase política de nuestro país y para las propias mujeres. Como parte de la metodología utilizada para la investigación, se realizaron un conjunto de entrevistas a profundidad con dirigentes de estado, líderes de partidos políticos, líderes de organizaciones de la sociedad civil -incluyendo organizaciones gremiales, campesinas, indígenas- mujeres líderes de organizaciones mixtas y del movimiento amplio de mujeres, todos y todas con una amplia trayectoria de participación. Así mismo se realizaron grupos focales con mujeres líderes de organizaciones mixtas y del movimiento de mujeres en diversas regiones del país, las que fueron de una gran riqueza en cuanto a la recuperación de sus múltiples experiencias de participación. La presente investigación abarca el período que va desde el retorno a la vida cívico-político( 1980-2001) hasta la actualidad, período durante el cual se reportan indicios o tendencias de cambios en la
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Presentación
cultura política de nuestro país en favor de la democracia y en algún sentido de la participación política de las mujeres. La investigación cuenta con seis capítulos a lo largo de los cuales se analiza los orígenes, desarrollo e implicaciones que la cultura política hegemónica tiene sobre el conjunto de la sociedad y particularmente sobre las relaciones entre hombres y mujeres. El primer capítulo hace un breve recorrido sobre los avances de nuestro país en las últimas décadas para construir una institucionalidad democrática, analizando los rasgos de la cultura política tradicional que subsisten en el tiempo convirtiéndose en obstáculos de orden estructural. El segundo capítulo presenta un panorama general sobre la historia de participación política de las mujeres hondureñas, desde las luchas por el sufragio de inicios de siglo hasta nuestros días. En tal sentido es sumamente interesante constatar como las argumentaciones ideológicas respecto de la ciudadanía de las mujeres aún en pleno siglo XX tienen vigencia aunque con menor fuerza argumentativa. El tercer capítulo plantea un marco conceptual sobre el cual se desarrolla el conjunto de la investigación, el cual nos da pistas teóricas para analizar las experiencias de participación de hombres y mujeres, en el contexto de una cultura política que no termina de reconocer el mismo status de ciudadanía para mujeres y hombres. El cuarto capítulo presenta los principales hallazgos de la investigación, en el cual se releva las voces de hombres y mujeres entrevistados. En este apartado es donde sin duda podemos hallar la mayor riqueza de experiencias y reflexiones de nuestros entrevistados y entrevistadas, que nos permite constatar el tipo y la profundidad de los cambios operados en la cultura política de nuestro país. El quinto capítulo presenta las principales conclusiones que se derivan del conjunto de la investigación, las cuales proveen algunas pistas respecto de los desafíos de la sociedad hondureña y particularmente de la clase política para continuar avanzando en la construcción de la democracia con equidad de género. El sexto y último capítulo contiene anexos con información sobre metodología, fuentes de información y otros. El Instituto Nacional de la Mujer agradece sinceramente a todos los hombres y mujeres que compartieron con el equipo de investigadoras sus valiosas experiencias y reflexiones, que constituyen el corazón de la presente investigación. Esperamos que el presente informe de investigación se constituya en un documento de estudio y consulta para la clase política de nuestro país, de tal Página 6 de 100
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Presentación
manera que las reflexiones en el mismo contenidas, fundamenten, den nuevas y renovadas fuerzas a las propuestas en favor de una participación política con equidad, como uno de los principales fundamentos de la democracia que estamos construyendo. Instituto Nacional de la Mujer
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Panorama Nacional
I. Recorrido Por El Panorama Nacional Aspectos Sociodemográficos y Económicos En la actualidad Honduras cuenta con aproximadamente seis millones, quinientos treinta y cinco mil, trescientos cuarenta y cuatro habitantes(6,535,344) de los cuales, el 50.6% son mujeres y el 49.4% son hombres. El país presenta una tasa de crecimiento poblacional del 2.8% (2.2% para el área urbana y 3.6% para la rural). Según estudios de UNICEF la Población Económicamente Activa (PEA) es de 2,350,841, de los cuales 1,506,922 son hombres y 843,919 son mujeres, dicha fuente señala que la PEA femenina en el área rural se concentra en la agricultura, ganadería y trabajo forestal en un 30%. En el área urbana el 44% de la PEA femenina se encuentra en el sector servicios, frente a un 29% en el sector rural. Una de cada cuatro mujeres en el área urbana labora como trabajadora doméstica. De acuerdo a estudios realizados, entre 1998 y 1999, la participación de las mujeres en la fuerza laboral se incrementó en un 12.6%, en comparación con un 5.1% de los hombres en el mismo período. Esta participación se dio principalmente en la categoría del subempleo, el cual en términos generales se redujo del 20.1% al 17.8%. El Índice de Desarrollo Relativo a Género denota que el ingreso es la variable más significativa de desigualdad entre hombres y mujeres. Las mujeres obtienen un salario equivalente al 80% del ingreso medio nacional, en tanto que los hombres alcanzan un 111%. De acuerdo a datos de la Secretaría de Salud para la atención en este sector, se cuenta a nivel nacional con 978 centros de atención primaria, distribuidos en 28 hospitales, 9 clínicas materno-infantil, 214 centros de salud con un profesional de la medicina (CESAMO), 727 Centros de Salud Rural (CESAR). Estos centros brindan atención a un 70% de la población del país aproximadamente, mientras un 15% del total de los servicios brindados está a cargo del Seguro Social y otro 15% por centros de atención privada.1 Según el último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP), Honduras ocupa el quinto lugar en muerte materna en América Latina. Cifras oficiales señalan que cada día muere una mujer durante el embarazo, parto o puerperio. Las principales causas de muerte materna son hemorragias (47%); infecciones (15%);
1
Erazo, Carlos: Contexto Actual de Honduras: Posibles Estrategias de Trabajo, pag. 22
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Panorama Nacional
aborto (6.2%), así como trastornos hipertensivos y mala posición del parto. El embarazo en las adolescentes es otro serio problema según el FNUAP, ya que las tasas de embarazo además de ser altas, se registran con mayor frecuencia en los grupos más pobres de la población. Según esta fuente, actualmente el 36% de las mujeres embarazadas son menores de 20 años. En relación a las tasas de natalidad, el promedio es de 4.5% hijos/as por mujer, mientras en el área rural este porcentaje se incrementa a 6. Lo anterior está en relación directa con el hecho de que el 50% de las mujeres hondureñas no tienen acceso a los servicios de planificación familiar. En el campo la situación es mucho mas grave ya que se calcula que el 70% de las mujeres no tiene acceso a dichos servicios. La ausencia o poca cobertura de servicios en salud sexual y reproductiva es una de las principales causas del incremento y proliferación de infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA, siendo nuestro país el mas afectado a nivel de la región. La población hondureña cuenta con un bajo promedio de escolaridad (4.5 grados en 1996). El estudio del Gasto Social informa sobre una ganancia de 2 años de estudio para la población de 10 años y más. En 23 años, la fuerza de trabajo apenas a logrado una raquítica ganancia de tres años de estudio. El indicador de eficiencia terminal muestra que un 29% termina la primaria; un 36.4% la secundaria y un 15.3% egresa de la educación superior (SP/UNAT). Según estudios del Banco Mundial, para 1999 la brecha de desigualdad educativa entre los municipios del país, puede llegar a ser extrema: la tasa de analfabetismo en los municipios más empobrecidos, usualmente poblados por comunidades indígenas y negras mayores de 40 años son significativas. Se sabe que por lo menos un 38% de niños y niñas de las comunidades indígenas y negras en edad escolar, no asisten a ningún centro educativo. Es resumen tal y como permite constatar el Índice de Desarrollo Humano del 2002, las reformas económicas desarrolladas en las últimas dos décadas no han logrado fortalecer el proceso democrático, como consecuencia de generar nuevas y más amplias oportunidades para la población. De acuerdo a este informe en el período indicado, la pobreza sufrió leves modificaciones (del 75 al 66%), mientras que las reformas económicas se concentraron en la estabilización de las variables macroeconómicas y a la promoción de las exportaciones y cuando ello no significó una mejora sustancial de la competitividad global de la economía hondureña.
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Panorama Nacional
La Transición A La Democracia, Gestión De Gobierno, Participación Ciudadana Y Derechos De Las Mujeres Transcurridos 20 años de retorno a la vida cívico-política del país, el proceso de construcción democrática ha tenido en los procesos electorales una de sus principales pilares. Las reformas jurídicas para garantizar los derechos de la ciudadanía y la transparencia en la gestión pública, la descentralización del estado y la búsqueda de una mayor eficiencia y eficacia en la gestión pública y el reconocimiento de la participación ciudadana como un derecho inalienable de las y los ciudadanos hondureños, forman parte fundamental del proceso de construcción de la democracia en nuestro país. En relación a los procesos electorales entre 1980 y 2001 se han realizado siete elecciones consecutivas de las cuales, la primera fue para elegir a la Asamblea Constituyente y las restantes para la elección de la presidencia de la república. De igual manera se han llevado a cabo cuatro elecciones directas de autoridades municipales y dos elecciones con voto separado para elegir a las y los diputados del Congreso Nacional. En las contiendas electorales señaladas, han participado cinco partidos políticos a saber: Partido Nacional, Partido Liberal; Partido Demócrata- Cristiano de Honduras, el Partido Innovación y Unidad, y el de más reciente creación, el Partido Unificación Democrática de Honduras. En tal sentido podríamos afirmar que el pluralismo político es otro de los logros de las últimas dos décadas, toda vez que ello signifique una mayor diversificación de las propuestas que se presentan al electorado, así como de la representación de diversos sectores de la sociedad en el estado. Aunque la realización de elecciones no representan en sí misma la garantía de contar con sistemas de gobierno democráticos, sin duda son una condición indispensable de la misma, en tanto son las y los ciudadanos los que libre de toda coacción, deciden que agrupaciones político-partidarias tendrán mayor peso en el estado para representar, organizar y canalizar los recursos públicos en función de determinados intereses. La investigadora Leticia Salomón en su libro “Democratización y Sociedad Civil en Honduras”, reconoce dos fases en la transición a la democracia. La primera da inicio con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente con el General Policarpo Paz García en 1980 y continúa con los sucesivos períodos presidenciales del partido liberal con Roberto Suazo Córdoba (1982-1986) y José Simón Azcona Hoyo (1986- 1990). Este período esta caracterizado por rasgos de semi autoritarismo expresados en la imposición de una doctrina de seguridad nacional que profundizó el autoritarismo , propició la violación a los derechos humanos y se mostró resistente a reconocer la participación ciudadana. Página 10 de 100
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Panorama Nacional
Salomón afirma que las características básicas de esta primera fase se pueden resumir en los siguientes elementos:
Bipartidismo Permanencia del Partido Liberal en la administración pública durante una década Subordinación del poder civil a la lógica de la seguridad nacional de corte autoritario, en el marco de la crisis centroamericana.
Otros elementos que caracterizaron esta primera fase de transición a la democracia apuntan hacia los siguientes rasgos de la cultura política tradicional:
Autoritarismo Separación de la agenda política, de las demandas sociales Relaciones conflictivas entre los diferentes poderes del estado Débil apertura al pluralismo político Sobre-ideologización de los partidos políticos y funcionarios públicos en relación al conflicto Este-Oeste que limitaba toda posibilidad de diálogo.
Según la autora antes señalada, la segunda fase de la transición se da con el triunfo electoral del Partido Nacional que lleva a la presidencia al licenciado Rafael Leonardo Callejas ((1990- 1994). Este período de gobierno se destacó por la reducción significativa del papel de las fuerzas armadas en la vida política del país. Si bien ello representa un logro relevante para la construcción de la democracia, se promovieron desde el estado nuevas formas de resistencia a la participación ciudadana, mediante el impulso de estrategias de desarticulación de los movimientos mas beligerantes de la época. La presidencia del Doctor Carlos Roberto Reina (1994- 1997) del Partido Liberal tuvo entre sus principales méritos el haber profundizado el proceso de subordinación del poder militar al poder civil, así como el establecimiento del servicio militar voluntario. Es también en este periodo en que se inician acciones encaminadas a la modernización del estado y se dan avances importantes en el reconocimiento jurídico de los derechos de las mujeres, entre los cuales están:
Ley Contra la Violencia Doméstica Suscripción de la Plataforma de Acción Mundial de Beijing Ratificación de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer- de Belén Do Paráen 1995
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Así mismo, durante este período se crean diversos mecanismos de estado para la promoción de los derechos de las mujeres, entre los que destacan: o La Oficina Gubernamental de la Mujer o Fiscalía de la Mujer o Consejerías de Familia Dichos cambios sin embargo, no se correspondieron con la participación de las mujeres en el espacio público y particularmente en las instancias de diálogo con el gobierno donde las organizaciones de mujeres escasamente fueron convocadas. En 1998 llega a la presidencia el candidato por el Partido Liberal Carlos Roberto Flores, después de disputar por primera vez en la historia del país, la candidatura con una mujer, la profesora Nora Gúnera de Melgar. Es durante su presidencia que ocurre el Huracán Mitch, fenómeno natural que devastó el país tanto en términos humanos como económicos y sociales, dejando al descubierto los problemas estructurales que aquejan al mismo. El gobierno de Flores se caracterizó por altos niveles de centralismo en la gestión pública, en un contexto de efervescencia de participación de diversos actores de la sociedad civil movilizada en torno a la emergencia nacional. En tal sentido se crearon diversos espacios de concertación de la sociedad como medio para participar en el proceso de reconstrucción, entre las que destacan: INTERFOROS ( Instancia Nacional de Redes y Foros) Foro Ciudadano Foro Nacional de Convergencia Convergencia Nacional de Mujeres En cuanto a la promoción de los derechos de las mujeres, se destaca la creación del Instituto Nacional de la Mujer y la aprobación de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, la cual entró en vigencia en mayo del 2000. En el mismo sentido, es al final de este período que el gobierno, a través del Instituto Nacional de la Mujer, convoca a diversos actores del Estado, la sociedad civil y particularmente el Movimiento de Mujeres, a la elaboración de la Política Nacional de La Mujer / Primer Plan de Igualdad de Oportunidades 20022007. Su importancia radica al menos en dos hechos políticos de gran relevancia por su carácter pionero: a) b)
El gobierno convoca a actores diversos del propio estado y la sociedad civil para concertar compromisos a favor de los derechos de las mujeres. El estado hondureño asume compromisos concretos y mensurables en la promoción y protección de los derechos de las mujeres.
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En el año 2002 se inicia otro período de gobierno con el Sr. Ricardo Maduro del Partido Nacional. Su campaña electoral plantea cambios en las formas tradicionales de construcción de agendas electorales, mediante el impulso de procesos de diálogo con diversos sectores de la sociedad civil. Su gestión de gobierno enfatiza en la modernización del estado, la transparencia en la gestión pública, la descentralización y la participación ciudadana como elementos substantivos para el ejercicio del buen gobierno. A este gobierno le correspondió poner en marcha las reformas al Poder Judicial, incluyendo la participación de la sociedad civil en la elaboración de propuestas para la integración de la Corte Suprema de Justicia, en la cual por primera vez en la historia de nuestro país está al frente una mujer. Durante los primeros meses de la gestión del actual gobierno, se logró la aprobación de la Política Nacional de la Mujer y su correspondiente Plan de Igualdad de Oportunidades. A pesar de los avances anteriormente señalados, la participación de las mujeres en puestos de elección popular y en instancias de dirección del estado, no se ha modificado sustancialmente: Representación de Hombres y Mujeres en los más altos cargos de Toma de Decisión en los Poderes del Estado Período 2002-2007 PODERES DEL ESTADO Poder Ejecutivo Designados Presidenciales Secretarías de Estado Poder Judicial Corte Suprema de Justicia Poder Legislativo PARLACEN Congreso Nacional Gobiernos Locales Alcaldías
Total
Hombres
Mujeres
Total
2 12
1 3
3 15
8
9
17
17 119
3 9
20 128
271 429
27 52
298 481
A manera de resumen, los cambios que se han venido suscitando en Honduras en las últimas dos décadas, han propiciado un panorama favorable para la construcción de un sistema de gobierno democrático, que asegure la estabilidad política a través del impulso de procesos electorales en un marco de pluralismo, el reconocimiento de los derechos humanos de las personas, el reconocimiento y la promoción de la participación de la sociedad civil y el reconocimiento de los derechos de las mujeres como componente intrínsecos de la democracia. Página 13 de 100
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La participación ciudadana y la participación de las mujeres organizadas desde la perspectiva de autonomía y corresponsabilidad, ha contribuido a la construcción de un nuevo marco jurídico así como a la creación de una nueva institucionalidad en el Estado para dar paso a una concepción mas integral de la democracia y la gobernabilidad. Entre los principales cambios jurídicos- institucionales podemos mencionar los siguientes: 1. La Reforma Policial en el periodo 1994-1998, por medio de la cual se abolió el servicio militar obligatorio; el traspaso al control civil del cuerpo policial; la creación del Consejo Nacional de Seguridad Interior y la creación de la Secretaria de Seguridad. En este proceso cabe destacar la lucha desarrollada por el Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla”, las que en conjunto con otras organizaciones sociales promovieron el establecimiento del servicio militar voluntario. 2. La Reforma Judicial, la que en su primera etapa logra la vigencia parcial de la Ley de la Carrera Judicial, el establecimiento de la escuela y bibliotecas judiciales, la creación del Ministerio Publico, la creación de los juzgados de lo contencioso-administrativo, de familia y de menores, así como la creación de la inspectoría de tribunales. 3. La Reforma Legislativa que dio paso a la creación de la figura del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional de la Mujer, las Consejerías de Familia y la reforma electoral para el establecimiento del voto separado para elegir al presidente y alcaldes. 4. La aprobación de la Ley contra la Violencia Doméstica y la Ley de Igualdad de Oportunidades, para lo cual fue de gran importancia la movilización desarrollada por diversas expresiones organizadas del Movimiento de mujeres, así como el papel que jugó la Comisión de Género del Congreso Nacional. 5. La elaboración y aprobación de la Política Nacional de la Mujer/ Primer Plan de Igualdad de Oportunidades 2002-2007.
La Ley De Igualdad De Oportunidades Y Las Elecciones Del 2001 Por la importancia que representa la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer en la promoción de sus derechos y en vista de que de forma particular el Artículo 81 de dicha ley que establece el 30% de participación de las mujeres en las planillas para cargos de elección popular, ha generado una intensa polémica en los propios partidos políticos, presentamos datos estadísticos que nos permiten analizar avances y resultados en la aplicación de dicho artículo en base a los resultados concretos de las últimas elecciones del 2001.
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Elección de Diputados y Diputadas al Congreso Nacional El cuadro No.1 permite conocer la relación de representación de hombres y mujeres en el Congreso Nacional por cada uno de los partidos políticos con representación parlamentaria. En el caso de los partidos con representación mayoritaria la proporción de diputaciones de acuerdo al sexo es la siguiente: Partido Nacional, 11.2 hombres por 1 mujer; Partido Liberal, 17.43 hombres por 1 mujer; siendo el que mantiene la proporción más alejada de la cuota establecida por ley. En el caso de los partidos emergentes el Partido Unificación Democrática hay 4 hombres por 1 mujer, tanto en la posición de propietarios como suplentes; en el PINU hay 3 hombres y ninguna mujer en la posición de propietarios en la de suplentes la relación es 2 hombres y una mujer, la Democracia Cristiana hay 4 hombres y ninguna mujer aparece en la posición de propietaria, en la de suplentes hay 2 hombres y 2 mujeres. CUADRO No.1 Diputados y Diputadas electas Por Cada Partido Político PROPIETARIOS
Partidos Nacional Liberal PINU D.C. U.D. TOTAL PARTIDOS
Hombres
Mujeres
Total
Hombres
SUPLENTES Mujeres
Total
Total General
56 52 3 4 4 119
5 3 0 0 1 9
61 55 3 4 5 128
51 49 2 2 4 108
10 6 1 2 1 20
61 55 3 4 5 128
122 110 6 8 10 256
Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001 DIPUTADOS Y DIPUTADAS ELECTAS EN TODO EL PAIS
60
50
Número de Personas
40
30
20
10
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
Hombres-Propietarios
Mujeres-Ptopietarias
Hombres-Suplentes
Mujeres-Suplentes
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El siguiente cuadro refleja los porcentajes de elección de mujeres y hombres en el Congreso Nacional, lo cual permite medir con claridad los niveles de cumplimiento de los partidos políticos en relación al porcentaje establecido por ley. CUADRO No. 2 Diputados y Diputadas Electas A Nivel Nacional (Totales en Porcentajes) Partidos
PROPIETARIOS Hombres Mujeres Total 91.8 8.2 100.0 94.5 5.5 100.0 100.0 0.0 100.0 100.0 0.0 100.0 80.0 20.0 100.0
SUPLENTES Hombres Mujeres 83.6 16.4 89.1 10.9 66.7 33.3 50.0 50.0 80.0 20.0
Nacional Liberal PINU D.C. U.D. PROMEDIO DE 93.0 7.0 100.0 84.4 15.6 TOTALES Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Total general Hombres Mujeres 87.7 12.3 91.8 8.2 83.3 16.7 75.0 25.0 80.0 20.0 88.7
11.3
DIPUTADOS Y DIPUTADAS ELECTAS EN TODO EL PAIS (TOTALES POR PARTIDO EN PORCENTAJES) 100
90
80
70
Porcentaje (%)
60
50
40
30
20
10
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
PROPIETARIOS Hombres
PROPIETARIOS Mujeres
SUPLENTES Hombres
SUPLENTES Mujeres
Como se puede observar en este cuadro, ninguno de los partidos políticos en la actualidad cumple con la cuota de participación de las mujeres establecida por ley. En todos los casos excepto la UD, la mayor participación de las mujeres se registra en calidad de suplentes. Ello si bien representa un avance, podría estar Página 16 de 100
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expresando una vía de contención o retardación de la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo activo. En el conjunto de los partidos hay un incumplimiento general en la participación de las mujeres, del 23% en la posición de propietarios (30% - 7% = 23%). En la posición de suplentes este porcentaje se reduce a un 14.4% (30% 15.6% = 14.4%). El partido que más se acerca al cumplimiento de la cuota, es la Democracia Cristiana, aunque no cuenta con ninguna diputada propietaria y concentra la participación de las mujeres en calidad de suplentes, lo cual podría sugerir una manera de reducir el impacto positivo del establecimiento de cuotas para la promoción del liderazgo femenino. A pesar de que la Unificación Democrática apenas ha asegurado el veinte por ciento de participación de las mujeres, establece una representación más equilibrada tanto en calidad de propietarias como suplentes (20 y 20), lo cual podría suponer un reconocimiento más claro acerca de la importancia de promover el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones en el espacio público. El siguiente cuadro analiza en más detalle el comportamiento de los partidos políticos en relación a la composición por sexo de las planillas electorales inscritas y su relación con los resultados de la elección.
CUADRO No. 3 Diputadas y Diputados Inscritos y Electos (Totales en porcentajes) Partidos
INSCRITOS/AS Hombres Mujeres Total 80.7 19.3 100.0 85.1 14.9 100.0 64.6 35.4 100.0 73.3 26.7 100.0 69.2 30.8 100.0
ELECTOS/AS Hombres Mujeres 87.7 12.3 91.8 8.2 83.3 16.7 75.0 25.0 80.0 20.0
Nacional Liberal PINU D.C. U.D. PROMEDIO DE 74.6 25.4 100.0 88.7 11.3 TOTALES Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Total general Hombres Mujeres 7.0 -7 6.7 -6.7 18.7 -18.7 1.7 -1.7 10.8 -10.8 14.1
-14.1
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Panorama Nacional
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DIPUTADOS Y DIPUTADAS INSCRITO(A)S VRS ELECTO(A)S EN TODO EL PAIS (TOTALES POR PARTIDO EN PORCENTAJES)
100 90 80
Porcentaje (%)
70 60 50 40 30 20 10 0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
INSCRITOS(AS) Hombres
INSCRITOS(AS) Mujeres
ELECTOS(AS) Hombres
ELECROS(AS) Mujeres
Como se observa en el cuadro anterior, el PINU y la UD sobrepasaron en sus listas de inscripción de candidaturas la representación de las mujeres (35% y 30.8 respectivamente). En el caso de los partidos mayoritarios, al momento de la inscripción sus planillas solo consideraban en promedio el 17.1% de participación femenina, siendo mayor el promedio del Partido Nacional en relación al Partido Liberal, pero bastante menor en relación a los porcentajes de los partidos minoritarios. Sin embargo en todos los casos el número de candidatos hombres electos, está por encima del número de inscritos. En proporción inversa, el número de mujeres electas, está muy por debajo de las inscritas. Ello está relacionado con las posiciones en que fueron ubicados mujeres y hombres, siendo a todas luces mas ventajosas las posiciones asignadas a los hombres. Lo anterior explica, por qué en términos generales, la participación de las mujeres en el Congreso Nacional apenas alcanzó un 11. 3%, lo cual está bastante alejado de la cuota establecida por ley.
Elección de Diputaciones al Parlamento Centroamericano La brecha de participación de mujeres y hombres existente en el Congreso Nacional se mantiene en el Parlamento Centroamericano. Para muchos dirigentes de partidos, son los hombres los que tienen los mejores perfiles para representar a sus respectivos partidos en esta instancia regional.
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En tal sentido los cuadros 4 y 5 confirman que el promedio de incumplimiento de la cuota de participación establecida por ley para las mujeres, es de un 15% en la posición de propietarios y de 10% en la de suplentes.
CUADRO No. 4 Diputaciones electas al Parlamento Centroamericano Partidos
PROPIETARIOS SUPLENTES Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Nacional 8 1 9 8 1 9 Liberal 6 2 8 7 1 8 PINU 1 0 1 0 1 1 D.C. 1 0 1 0 1 1 U.D. 1 0 1 1 0 1 17 3 20 16 4 20 TOTALES Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001
Total General 18 16 2 2 2 40
DIPUTADOS Y DIPUTADAS ELECTAS AL PARLAMENTO CENTROAMERICANO (TOTALES POR PARTIDO EN CANTIDADES) 9
8
7
Número de Personas
6
5
4
3
2
1
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
PROPIETARIOS Hombres
PROPIETARIOS Mujeres
SUPLENTES Hombres
SUPLENTES Mujeres
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CUADRO No. 5 Diputaciones Electas al Parlamento Centroamericano Totales en porcentajes Partidos
PROPIETARIOS SUPLENTES Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres 88.9 11.1 100.0 88.9 11.1 75.0 25.0 100.0 87.5 12.5 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Nacional Liberal PINU D.C. U.D. PROMEDIOS TOTALES 85.0 15.0 100.0 80.0 Fuente: Construcción propia, Gaceta 07-2001
Total General Total Hombres Mujeres 100.0 88.9 11.1 100.0 81.2 18.8 100.0 50.0 50.0 100.0 50.0 50.0 100.0 100.0 100.0
20.0
100.0
82.5
17.5
DIPUTADOS Y DIPUTADAS ELECTAS AL PARLAMENTO CENTROAMERICANO (TOTALES POR PARTIDO EN PORCENTAJES) 120
100
Porcentaje (%)
80
60
40
20
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
PROPIETARIOS Hombres
PROPIETARIOS Mujeres
SUPLENTES Hombres
SUPLENTES Mujeres
Elección de Representantes de Gobiernos Locales Al igual que las diputaciones al Congreso Nacional y Parlamento Centroamericano, la proporción de participación de mujeres y hombres en la conducción de los gobiernos locales está muy lejos de acercarse a las cuotas establecidas por ley, siendo a todas luces desventajosa para las mujeres. En tal Página 20 de 100
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sentido nos encontramos que en el caso de los partidos mayoritarios hay 7.27 alcaldes hombres por 1 mujer en el Partido Nacional y 17.2 hombres alcaldes por 1 mujer en el Partido Liberal. Aun en el caso en que se considere a las mujeres como “segundas al mando” y por ende en la posición de vice-alcaldes, las brechas de participación continúan siendo muy grandes. CUADRO No. 6 Elección de Representantes de Gobiernos Locales (Alcaldes y Vice-alcaldes) PARTIDOS Nacional Liberal PINU D.C. U.D.
ALCALDES Hombres Mujeres Total 131 18 149 138 8 146 0 0 0 2 1 3 0 0 0
VICE-ALCALDES Hombres Mujeres Total 138 11 149 120 26 146 0 0 0 2 1 3 0 0 0
TOTALES 271 27 298 260 Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001
38
298
Total General 298 292 0 6 0 596
PERSONAS ELECTAS DE GOBIERNO LOCAL ALCALDES, ALCALDAS, VICE-ALCALDES Y VICE-ALCALDAS (TODO EL PAIS POR PARTIDO) 160
140
Número de Personas
120
100
80
60
40
20
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
ALCALDES Hombres
ALCALDES Mujeres
VICE-ALCALDES Hombres
VICE-ALCALDES Mujeres
El Cuadro No. 7 contiene la misma información que el No. 6, pero expresado en valores porcentuales que permitan una mas clara relación con la cuota de participación establecida por ley.
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En tal sentido para la posición de alcaldes el Partido Nacional presenta un incumplimiento del 17.9% (30%-12.1=17.9%), mientras en la posición de vicealcaldías el incumplimiento es de 22.6%. El Partido Liberal presenta un 24.5% de incumplimiento en las alcaldías y un relativo incremento de la participación de las mujeres en las posiciones de vice-alcaldes. Solo en el caso del Partido Democracia Cristiana, los porcentajes tanto para ambas posiciones mantienen una relación de dos a una. De acuerdo a los promedios totales de los partidos mayoritarios y la Democracia Cristiana (exceptuando el PINU y UD), en la posición de Alcaldes los partidos políticos presentan un incumplimiento del 20.9% y de 17.2% para la posición de vice-alcaldes. CUADRO No. 7 Elección de Representantes de Gobiernos Locales en Porcentajes a Nivel Nacional PARTIDOS
Nacional Liberal PINU D.C. U.D.
ALCALDES Hombres Mujeres 87.9 12.1 94.5 5.5 0 0 66.7 33.3 0 0
Total 100.0 100.0 0 100.0 0
VICE-ALCALDES Hombres Mujeres Total 92.6 7.4 100.0 82.2 17.8 100.0 0 0 0 66.7 33.3 100.0 0 0 0
PROMEDIOS 90.9 9.1 100.0 87.2 TOTALES Fuente: Construcción propia, Gaceta No. 07-2001
12.8
100.0
PERSONAS ELECTAS DE GOBIERNO LOCAL ALCALDES, ALCALDAS, VICE-ALCALDES Y VICE-ALCALDAS (TODO EL PAIS EN PORCENTAJES)
100
90
80
Porcentaje (%)
70
60
50
40
30
20
10
0 Nacional
Liberal
PINU
D.C.
U.D.
Partidos Políticos
ALCALDES Hombres
ALCALDES Mujeres
VICE-ALCALDES Hombres
VICE-ALCALDES Mujeres
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Contexto Histórico
II. Contexto Histórico De La Participación Política De Las Mujeres Hondureñas La historia oficial que se enseña en el sistema educativo formal, pocas veces recupera la participación política de las mujeres hondureñas a lo largo de la historia. En general en los textos de historia nos encontramos con una sobre-representación de las figuras masculinas en su calidad de héroes, líderes o ilustres hijos de la patria y una subrepresentación de las mujeres, las que en el mejor de los casos son presentadas como honrosas excepciones del género femenino en el espacio público. La posibilidad de promover cambios sustantivos en la cultura política del país, pasa por recuperar los aportes dados por las mujeres a lo largo de la historia tanto en lo que se refiere a la conquista de sus propios derechos ciudadanos como mujeres, como a las luchas compartidas a favor de la paz, la justicia social y la democracia. El reconocimiento de que las mujeres en distintos momentos de la historia han demostrado y defendido su derecho de participación a pesar de las barreras y obstáculos impuestos por la cultura que las intenta confinar al espacio doméstico, es de gran importancia en el proceso de transformación de estereotipos y prejuicios que se levantan como muros de contención para disuadir la creciente disposición de las mujeres a participar en el espacio público.
Las Mujeres Y El Derecho Al Voto La lucha de las mujeres por conquistar el derecho al voto, se ubica como uno de los grandes hitos en la historia de participación de las mujeres en el espacio público, en su esfuerzo por ser incluidas en el concepto de democracia representativa predominante en el siglo pasado. Después de disuelta la Federación Centroamericana en 1839 hasta la última década del Siglo XIX, Honduras estuvo inmersa en un periodo de inestabilidad política determinado por la existencia de partidos políticos que eran verdadera facciones armadas dirigidas por caudillos que tomaban el control del gobierno por la fuerza. En tal sentido, la opción por determinado caudillo significaba verse obligado a tomar parte activa en levantamientos armados. En el caso de las mujeres, éstas no solo no eran consideradas ciudadanas, sino que su posible intervención en los asuntos públicos
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Contexto Histórico
ponía en peligro la sagrada misión de la mujer “...la función primordial de la mujer será satisfacer las necesidades emocionales del hombre: inspirar en su esposo “el deseo de la gloria”, “fortalecerlo para el trabajo”, “reanimarlo en sus horas de desaliento”, “brindarle en sus brazos amorosos un seguro puerto de refugio contra el naufragio en las tempestades de la vida.(Bonilla)”2 A partir de 1876 la cultura política del país se ve influenciada por las ideas republicanas morazanistas, bajo la denominada Reforma Liberal, que desafía las estructuras remanentes del orden colonial. En este contexto entre 1883-1891 se desarrolla el período de gobierno de Luis Bográn, al término del cual, resurgen las luchas caudillistas por el control del Estado. Encabeza un prolongado movimiento armado el señor Policarpo Bonilla en contra del Presidente Ponciano Leiva, derrocándolo y tomando el control del estado. El 11 de Julio de 1894 se instala la Asamblea Constituyente que declara a Bonilla como presidente de la república y somete a debate el artículo 24 de la nueva constitución referente al sufragio. Fueron tres diputados los que propusieron el derecho de las mujeres al sufragio, motivados tanto por los cambios respecto del estatus jurídico de las mujeres en el escenario internacional, como por los intereses particulares del caudillo. La moción de añadir en el artículo 24 de la nueva constitución “ El sufragio se hace extensivo a la mujer”, propuesta por el diputado Francisco Argueta Vargas y secundada por otros dos diputados, fue rechazada por los treinta y siete diputados restantes. Para ilustrar la influencia del pensamiento liberal de la época, presentamos un fragmento del discurso pronunciado por el diputado Francisco Argueta Vargas, citado por Rina Villars ”Pensad que la mujer es la mitad más cara del hombre, que este le ha usurpado sus derechos, violando los preceptos más santos de la justicia. Pensad que el siglo XIX está por concluir y la mujer continua siendo esclava. Será posible que la revolución más justa y más grande que se registra en la historia de Honduras, no reivindique los derechos de los débiles y de los oprimidos. A nosotros nos toca sellar en última instancia, las libertades de los hondureños y por lo mismo nivelemos a la mujer con el hombre... Démosle a la mujer hondureña ese derecho[ del sufragio] y entonces se consolidaran nuestras libertades, porque habrá muerto el despotismo”3.
2
Villars, Rina: Para la casa más que para el Mundo: Sufragismo y Feminismo en la Historia de Honduras, pág. 123 3 Idem, pág. 161
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Contexto Histórico
En contraposición a la moción de reconocer el derecho de las mujeres al sufragio, el diputado Alberto Uclés en aquella ocasión expresó “La ciencia ha consagrado a la mujer para la iglesia y el hogar, y al hombre para el Estado”. 4 Subyace a esta concepción una asignación de roles supuestamente asignados por la ciencia (y no por la naturaleza) por medio de la cual las mujeres estaban destinadas a ocuparse de los asuntos domésticos y resguardar la moral de la familia, mientras los hombres eran los únicos aptos para participar en el espacio público, que por cierto aparece distanciado de la familia, de la moral y de la religión. Veintisiete años después tal y como señala Rina Villars en su libro: “Para la Casa más que para el Mundo: Sufragismo y Feminismo en la Historia de Honduras”, “el 21 de Julio de 1921 representantes de El Salvador, Guatemala y Honduras instalaron en Tegucigalpa la Asamblea Nacional Constituyente, con el fin primario de decretar una Constitución Federal. El artículo 29 del Capítulo III de la Constitución Federal confirió el derecho del sufragio a la mujer, siendo este hecho pionero en la historia del sufragismo de América Latina. La Constitución Federal de 1921 nunca tuvo vida, pues el Pacto Unionista se rompió en febrero de 1922”.5 Continua diciendo la misma fuente que “los representantes de Guatemala y El Salvador votaron casi unánimemente a favor del artículo 29, mientras que siete de los trece representantes del estado de Honduras votaron en Contra”.6 Por otra parte el citado artículo de la Constitución Federal fue establecido con restricciones que negaban a las mujeres el estatus pleno de ciudadana. Para ilustrar los argumentos expuestos por diputados federales que estaban a favor del reconocimiento del derecho de las mujeres al voto, presentamos algunos fragmentos citados por Rina Villars en su obra antes mencionada: “La Mujer con todos sus atributos de inteligencia y perspicacia llevará a no dudarlo un elemento nuevo al fenómeno del sufragio, con el aporte de su honradez equilibrará muchos problemas sociales, porque será el exponente de grandes necesidades y miserias, solo por ellas sentidas como guardián fiel de las virtudes del hogar ...” ( Francisco A. Lima, Salvadoreño).7 “En verdad señores que si al otorgársele su derecho procede la mujer de esa manera, se habrán logrado grandes ventajas: que ella conserve toda la benéfica influencia que hoy tiene en el hogar y en la sociedad y la corrección nuestra como ciudadanos; pues aunque nos cause vergüenza debemos confesar
4
Idem, pág. 165 Ibid, pág. 187 6 Ibid, pág. 189 7 Ibid, pág. 190 5
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Contexto Histórico
que durante un siglo de democracia la hemos practicado muy mal ...” ( Policarpo Bonilla, hondureño).8 En ambos casos se le atribuye a las mujeres una cierta cualidad “natural” relacionada con el papel que juega en la familia y en la sociedad, para moralizar y hacer mas humano el ejercicio del poder público, reconociendo que el mismo ha sido mas utilizado por los hombres. Por su parte los diputados federales que se oponían al sufragio femenino, de alguna manera coincidían en sus argumentos con los que estaban a favor, en cuanto a que rechazaban el voto de las mujeres para evitar que éstas se expusieran a ese mundo público dominado por hombres y plagado de violencia y corrupción. Un argumento defendido por algunos diputados opositores a la iniciativa, presentaba a esta como producto de ideas dizque modernas venidas de una realidad ajena a la del país. En tal sentido el diputado hondureño del partido liberal Angel Zúniga Huete quien votó en contra del sufragio femenino argumentó de la manera siguiente su voto: “En Centroamérica no se tiene conocimiento de ningún movimiento social de importancia[ sufragista]... El artículo 29 que se trata de aprobar no es más que una pretensión esnobista, informada en un romanticismo democrático injustificado y sin base sólida en la opinión pública ni en la constitución política y social de los Estados”.9 En 1924 se retoma la propuesta del reconocimiento del derecho al sufragio para las mujeres con la iniciativa introducida por el diputado Manuel Guillermo Zúñiga, pero la misma fue rechazada por la mayoría de los diputados hondureños. Cien años después los argumentos sostenidos por los diputados para oponerse al reconocimiento del derecho del voto para las mujeres son los mismos, reafirmando con ello el peso que la cultura de discriminación contra las mujeres tiene en la sociedad y en particularmente en la clase política que controla el poder público. Las ideas sufragistas sin embargo se mantuvieron latentes en las mujeres hondureñas, en parte gracias a que circulaba información sobre las luchas sufragistas en otros países, asociada con el “feminismo”, término entendido como la “doctrina en pro de la igualdad política y social de la mujer con el hombre”. 10 “Algunos intelectuales en el afán de evitar que las mujeres se movilizaran en reclamo del derecho al voto, se apresuraron a afirmar que “solo las mujeres contra natura”, “estériles” y marimachas podían abrazar las ideas sufragistas, las cuales eran una amenaza a la “salud moral y física del hogar”. Por regla general afirmó un intelectual hondureño en 1928- las sufragistas son mujeres estériles,
8
Ibid, pág. 191 Ibid, pág. 199 10 Ibid, pág. 211 9
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Contexto Histórico
enemigas por consiguiente del hogar y dotadas de una tendencia muy marcada hacia la varonilidad”. 11 Otro intelectual de la época se mostraba orgulloso de que “las mujeres hondureñas a diferencia de las guatemaltecas y las costarricenses, no se habían dejado influenciar por ráfagas de sufragismo, de factura newyorkina o londinense”, pues ellas “no estaba vinculadas a esas corrientes de tanteo que ensayan algunos gremios feministas”. Lejos de ello, la mujer hondureña, decía, “responde perfectamente a las sustantivaciones de madre, de mujer y de esposa, y se manifiesta aureolada por un sello de resignación, que no es precisamente el de esclava sin voluntad, sino el sagrado gesto de la heroína consciente que hace del sacrificio un deleite y del deleite una sonrisa”.12 Con la presidencia de Tiburcio Carias en 1932, se inicia una dictadura que fundamentó su poder en los mandatos de “encierro, destierro y muerte”, la cual se impuso durante 16 años gracias a la ampliación de su período aprobado por la Asamblea Constituyente en 1936 y posteriormente por el Congreso Nacional en 1939. Fue durante el primer periodo de la dictadura de Carias que en marzo del 1934 el diputado Mariano Bertrand Anduray introdujo en el Congreso Nacional la moción para que se reconociera el derecho de las mujeres al voto. En esta ocasión se nombró una comisión para emitir un dictamen, la que desechó la propuesta con los mismos argumentos defendidos durante varias décadas. Entre 1933 y 1934 se reanima el debate sobre el sufragio femenino. Lucila Gamero de Medina fue una de las pocas intelectuales del país, que se pronunció a favor del voto para las mujeres, defendiendo el principio de igualdad entre los sextos y el derecho de las mujeres a participar en la vida política. La siguiente cita recuperada por Rina Villars en su obra “Para la Casa más que para el Mundo...”, es expresión clara de sus convicciones: “Bien conocidas son mis ideas feministas externadas en diferentes ocasiones y estaría de más repetirlas ahora si no se tratara de recabar la opinión de la mujer hondureña acerca de sí es conveniente de que esta ejerza el sufragio. Desde luego que debe ejercerlo. Y no solo el sufragio puede ejercer, las capacitadas deberían desempeñar importantes puestos públicos como consulados, diputaciones y hasta secretarías de Estado, ¿Por qué no?”.13 Con la elaboración de la Constitución Política los diputados se aseguraron de eliminar cualquier posibilidad para que las mujeres ejercieran el derecho sufragio, explicitando que “eran ciudadanos únicamente los hondureños varones”.
11
Ibid, pág. 213 Ibid, pág. 214 13 Ibid, pág. 294 12
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Contexto Histórico
La fragilidad de la naciente democracia se vio nuevamente sacudida por la disputa en torno a la presidencia del Ramón Villeda Morales (1954) de filiación liberal. El Congreso Nacional controlado por el Partido Nacional rechaza su elección y el vicepresidente Julio Lozano Díaz asume la presidencia de facto y disuelve el Congreso. En este contexto la Federación de Asociaciones Femeninas de Honduras retoma las banderas de lucha por el derecho al voto, logrando concitar el apoyo de mujeres de diversos sectores y particularmente mujeres intelectuales. En 1954 finalmente se reconoce el derecho de las mujeres al voto, sin embargo no fue sino hasta en 1957 que se logro el ejercicio efectivo del mismo.
Las Mujeres Hondureñas Participan En La Política Desde La Naciente Democracia Liberal Mucho antes de que las mujeres conquistaran el derecho al sufragio, participaban activamente en la vida política del país como mensajeras, espías, consejeras, propagandistas en períodos de guerra, movilizándose públicamente elaborando discursos para la prensa, alentando a los hombres para que votaran. A finales del Siglo XIX una de las principales formas de organización de las mujeres hondureños se dio a través de la creación de “clubes políticos”, cuyo objetivo era el de apoyar a un determinado candidato durante las campañas electorales. Los argumentos ideológicos con que la clase política y la intelectualidad de la época se negaban a reconocer el derecho de las mujeres al voto, se contradecía con el reconocimiento que los mismos hacían a su capacidad de movilización y de influencia para lograr que los caudillos liberales y nacionalistas obtuvieran cargos públicos en el estado. En tal sentido es importante resaltar la activa participación de las mujeres en las movilizaciones político partidarias de la época, lo cual queda ampliamente reportada en la existencia de clubes femeninos organizados en diversas regiones del país; Tal y como nos continúa diciendo Rina Villars “En las elecciones presidenciales de 1923 se formaron decenas de clubes femeninos en ciudades y pueblos del país... El Alba (Nacionalista, en el Arenal Yoro); Azul y Blanco (Nacionalista, en Guajiquiro, La Paz); Comité Femenino Manuel Bonilla (Nacionalista, en Amapala); Club Enma de Bonilla (Liberal, en Yarula, Intibucá); El Entusiasmo Femenino (Nacionalista, La Encarnación, Ocotepeque)...” Estos clubes se organizaban y funcionaban en casas particulares y algunas veces eran promovidos por dirigentes políticos locales”. 14 Por otro lado y en alusión a la relación que las mujeres establecieron tempranamente entre el espacio doméstico-familiar y la política pública, tal como señala Rina Villars “En la campaña presidencial de 1902 un grupo de señoritas 14
Ibid, pág. 224
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Contexto Histórico
organizó el club “Las Palmeras” en el pueblo de Guarita, departamento de Lempira, para apoyar la candidatura de Manuel Bonilla. Doña Carlota de Membreño, una mujer bonillista, expresó que la simpatía de las mujeres estaba con aquel candidato que mejor supiera garantizar la paz de sus hogares”.15 En las primeras décadas del siglo XX las mujeres participaron en luchas políticas en defensa de la soberanía nacional y el proyecto unionista centroamericano; En tal sentido como afirma Rina Villars “El primero de estos actos tuvo su manifestación más notable en 1913, cuando en el senado de los Estados Unidos se discutía la posibilidad de convertir a Nicaragua en un protectorado estadounidense. Entonces hubo un rechazo casi generalizado del pueblo hondureño ante lo que se consideró una afrenta a la soberanía y dignidad centroamericanas”. 16 Las mujeres se incorporaron a este primer movimiento antiimperialista del siglo XX en el que Visitación Padilla fue una de las voces femeninas que dejó oír con mayor convicción su defensa a la soberanía nacional. Es elocuente la cita que hace Rina Villars respecto a la firmeza de sus ideales: “Este grito es el grito de la mujer hondureña a quien me he permitido representar en esta lucha cívica...”.17 Las mujeres obreras no solo formaron la Federación Obrera Hondureña (FOH) sino que desde esta plataforma reivindicativa se organizaron en comité para la defensa del ideal unionista. “En Tegucigalpa se organizó el Comité Central Femenino Unionista “Juan Rafael Mora” el cual fue presidido por Visitación Padilla...en el interior del país se formaron sub-comités y clubes femeninos unionistas...” en los cuales se destacaron mujeres como “Carlota Boquín..., Olimpia Varela..., Guillermina Chávez...y Cleotilde Galindo.”18 Fueron las mujeres liberales las que iniciaron todo una ola de protestas contra el régimen de Carias. Se destacan en las protestas del 29 de Mayo de 1944 mujeres como Visitación Padilla, Enma de Bonilla, Argentina Díaz Lozano, Carlota de Valladares, quienes al frente de mujeres de diversas clases sociales, se enfrentaron públicamente con el régimen. En un contexto internacional influenciado por la construcción de nuevas formas de convivencia que dan paso a la elaboración y aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como a la creación del Sistema de Naciones Unidas, el gobierno de Carias pierde el apoyo recibido por parte del gobierno de Estados Unidos y en 1949 llega a la presidencia Juan Manuel Gálvez quien inicia una nueva etapa en la historia política del país, en la que se destaca la instalación de procesos electorales como fuente de legitimación
15
Ibid, pág. 223 Ibid pág.232 17 Ibid pág.234, 235 18 Ibid pág. 246 y 247 16
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Contexto Histórico
de los partidos políticos y su acceso al gobierno, en coexistencia con formas de represión frente a protestas populares. La prolongada dictadura de Carias, la represión ejercida por el gobierno de Juan Manuel Gálvez y la sobreexplotación de la mano de obra bananera bajo el monopolio de compañías norteamericanas en la costa norte del país, dan paso a la huelga de 1954, en la que las mujeres tuvieron una participación protagónica y determinante tanto desde posiciones de liderazgo como en apoyo a las familias movilizadas. Como se puede constar en este breve recorrido de la historia de nuestro país, las mujeres han tenido una intensa participación en la vida política , desde donde han logrado articular demandas comunes a toda la sociedad, tales como la soberanía y la democracia, con las demandas por el reconocimiento de los derechos ciudadanos de las mujeres.
El Movimiento de Mujeres: Actor Emergente Si bien la emergencia de líderes y organizaciones de mujeres que han dado importantes aportes a la democracia, datan desde comienzos de siglo, es durante las últimas tres décadas que encontramos un movimiento de mujeres amplio, plural, heterogéneo y con presencia en casi todo el territorio nacional. El inicio de los estudios de género en la academia, el surgimiento de organizaciones de mujeres de diversos sectores, la realización de eventos nacionales, regionales e internacionales convocados por el movimiento de mujeres, así como su activa participación en conferencias internacionales convocados por el Sistema de Naciones Unidas, son parte de los hitos que marcan el proceso de desarrollo de las agendas de las mujeres. El esfuerzo realizado por las diversas expresiones del movimiento de mujeres para lograr por parte de las instituciones del estado la formulación e implementación de políticas públicas que consideren las necesidades específicas de las mujeres en un marco de equidad de género, se reflejan en los siguientes esfuerzos:
Participación de las mujeres campesinas en la elaboración de la política de género del agro, Participación de diversas organizaciones de mujeres en la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, Participación del movimiento amplio de mujeres en la formulación de la Política de Salud Sexual y Reproductiva, así como en la elaboración de la Política Nacional de la Mujer-Primer Plan de Igualdad de Oportunidades, 2002-2007, Aportes de diversas organizaciones de mujeres en la elaboración de propuestas para la Estrategia de Reducción de la Pobreza. Página 30 de 100
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Contexto Histórico
Aportes de diversas organizaciones de mujeres a la formulación de planes de gobierno. Elaboración de propuestas de reformas a la ley electoral.
Un ejercicio ciudadano por parte de las mujeres organizadas, de gran importancia política en las recientes elecciones presidenciales del 2001, fue la elaboración de una Agenda Mínima y un Pacto Político contra la Violencia presentados y suscritos por los candidatos a la presidencia, los cuales se comprometieron a crear mecanismos de interlocución con el movimiento de mujeres e incorporar el contenido de dichas agendas en planes, programas y proyectos del sector público. En el esfuerzo de cambiar la cultura política del país, las organizaciones que integran el movimiento de mujeres, han desarrollado múltiples esfuerzos de sensibilización y educación con mujeres y hombres, para desmontar los estereotipos y prejuicios sobre los que se sostienen relaciones de desigualdad. Ello probablemente constituye uno de los aportes transcendentes de las mujeres a la construcción de la democracia.
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Marco Teórico
III. Marco Teórico Cultura Política y Democracia La construcción social de las personas y colectivos humanos es producto de múltiples procesos de aprendizaje que se desarrollan en el ámbito de la cultura, vista como conjunto de valores, símbolos, imágenes, discursos, tradiciones y costumbres que se materializan en el ámbito de las relacione cotidianas. Aún y cuando existen rasgos predominantes de una determinada cultura, no existe en ningún caso una sola cultura en el sentido de imponerse como un todo, a todas las personas y colectivos que conforman dicha sociedad. Por el contrario, en el marco de una cultura hegemónica coexisten subculturas diversas. La existencia de grupos diversos en una determinada sociedad, así como las recíprocas dependencias e influencias que se dan entre distintas culturas a escala mundial, introducen cambios mas o menos profundos en la cultura predominante. Las propias necesidades de crecimiento económico para los muchos países ha determinado la necesidad de acelerar cambios en la composición de la fuerza de trabajo y con ello en los roles que juegan hombres y mujeres. A manera de ejemplo diremos que la creciente pobreza que afecta a la mayoría de la población de los países pobres ha forzado en el caso de muchas familias la necesidad de que las mujeres y los jóvenes participen activamente en la generación de ingresos, desplazando al hombre adulto como el único o el principal proveedor. Las relaciones entre mujeres y hombres que en la cultura hegemónica está fundamentada en un conjunto de estereotipos, valores y prácticas que afirman el predominio masculino sobre las mujeres presentando como natural la posición subordinada de las mujeres, también ha sufrido importantes cambios que si bien no exentos de múltiples conflictos y contradicciones, ha logrado afianzar al menos en algunos grupos de la sociedad la igualdad entre hombres y mujeres como un valor universal de toda sociedad democrática. La cultura política se podría definir como el conjunto de valores y normas compartidas más o menos ampliamente por los miembros de una determinada unidad social, en torno a un determinada concepción de la política y las formas de instrumentar la participación política a través de un sistema institucional que define las reglas formales con
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que los ciudadanos participan en los asuntos públicos. En tal sentido forman parte de la cultura política de una sociedad, los valores que se asignan a la política como concepto y como ejercicio de toma de decisiones, la definición de quienes tienen derecho a participar en el espacio público, la distribución de conocimientos entre individuos y grupos, la creación de instituciones y definición de sus funciones, la distribución y control de bienes públicos, la creación de agrupaciones de la sociedad para interactuar con el estado, entre otros. Así mismo, el reconocimiento de deberes y derechos en el conjunto de leyes, pasan a formar parte relevante de la cultura política de toda sociedad. Los valores que subyacen y sustentan la acción política que realizan los individuos y los grupos en el espacio público, son también parte de la cultura política de determinada sociedad. En tal sentido valores mas o menos difundidos y aceptados como la defensa del bien común, el reconocimiento de la importancia de la acción colectiva, la voluntad de diálogo, la no violencia, la honradez y la transparencia en el manejo de la cosa pública son parte de una cultura política con evidentes signos democráticos. Por el contrario formas de hacer política como el autoritarismo, el caudillismo, la corrupción, el tráfico de influencias, el nepotismo, la falta de transparencia en el manejo de la cosa pública, forman parte de los rasgos de una cultura política antidemocrática. Una cultura política democrática se podrá observar claramente en la medida que tenga un amplio abanico de reconocimiento de derechos para los más diversos grupos de la sociedad, promueva la participación ciudadana, fomente el diálogo y la concertación de intereses, respete la pluralidad de ideas, asegure la transparencia en el manejo de la cosa pública, ejerza formas de poder más horizontales y colectivas; en tanto una cultura política antidemocrática se podrá observar con claridad por los rasgos contrarios a los señalados. En la medida que los valores de una cultura política democrática van echando raíces en el imaginario colectivo y en las relaciones cotidianas de los individuos y grupos, afirman la necesidad de convertirse en normas de obligatorio cumplimento para el conjunto de ciudadanos y ciudadanas, modificando los rasgos de la cultura política por la vía formal (jurídica) y de valores que definen lo que es bueno y lo que es malo en el ejercicio de “la política”. Evidentemente como la cultura política no está dada de una vez y para siempre y por el contrario está en permanente proceso de transformación, siempre vamos a encontrar contradicciones entre el reconocimiento de nuevos valores éticos en oposición a los esfuerzos que realicen determinadas instituciones y grupos de la sociedad para la reproducción de viejos valores. Así mismo se encontrarán brechas entre las nuevas normativas jurídicas y las prácticas cotidianas que llevan a cabo los individuos y grupos de la sociedad. Página 33 de 100
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Ello ocurre de tal manera por que en toda sociedad existen individuos y grupos mas abiertos al cambio y otros que presentan mayores resistencias a los mismos, ya sea por un exceso de ideologización que lleva a posiciones dogmáticas; por defender intereses individuales, familiares y de pequeñas elites; o por miedo al cambio, como comportamiento típico de las ideologías conservadoras. Según la autora María José Aubet “Esa identificación entre pueblo y soberano es, efectivamente, la base primera de la democracia, cuando la autoridad suprema está en manos de todos y cada uno de los/ as ciudadanos/ as y las prioridades surgen de convicciones antropológicas esenciales como la libertad, la igualdad, la dignidad, la justicia, etc. Y, sobre todo, una nueva concepción de las relaciones de poder. Ningún órgano, individuo o institución puede ejercer autoridad que no sea expresión de la voluntad popular”19. Continúa diciendo la misma autora sobre la comprensión del carácter soberano del pueblo: “Y para que esa autoridad suprema sea realmente soberana y popular, para que la soberanía no la ejerzan sólo unos pocos para sus propios intereses particulares, deben darse unas determinadas condiciones -formales y reales-, organizarse unos canales de expresión y respetarse unas determinadas reglas de juego y unos valores para que todos/ as puedan jugar con las mismas cartas y con idénticas oportunidades y con el exclusivo fin de velar por el interés colectivo”. 20 Para que la democracia formal pueda realizarse con ciertos niveles de coherencia, es preciso asegurar algunas condiciones entre las que algunos autores destacan el sufragio universal a través del cual se exprese la voluntad de las mayorías, y la elaboración de un cuerpo fundamental de leyes que establezcan deberes, derechos y oportunidades de los y las ciudadanas articulados en torno a los principios de dignidad, igualdad y justicia. De acuerdo con Aubet, el principio más importante de la democracia moderna es la división de poderes dentro del Estado. Las funciones de legislar, decidir y juzgar, antes concentrada en una sola persona- monarca absoluto, tirano o dictador- se separa en al menos tres cuerpos distintos y rigurosamente independientes entre sí: el poder legislativo o Parlamento (poder de elaborar leyes por parte de ciudadanos/ as libres ), el poder ejecutivo o gobierno (poder de ejecutar esas leyes en aras del interés general) y el poder judicial (poder para juzgar su correcta aplicación y la sujeción de todos, sin excepción, a la ley). Esos tres poderes separados deben cumplir su cometido con independencia, justicia y equidad. Pero además tienen que ser legítimos y esa legitimidad la obtienen solo del pueblo, que expresa su soberanía y voluntad mediante el voto o sufragio. 21 19
Aubet, María José: Ciudadanía y representatividad. Los Sistemas Electorales en Europa, pág. 9 Idem, pág. 9 y 10 21 Idem pág. 11 20
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Democracia y Equidad de Género
La democracia desde la perspectiva de equidad de género representa un estado no solo favorable, sino indispensable para el reconocimiento y ejercicio efectivo de los derechos de las mujeres. Si la democracia para ser tal debe estar fundamentada en los principios de dignidad, igualdad y justicia, las encontramos en dicha concepción el fundamento para establecer una relación directa entre democracia y equidad de género. La igualdad como principio de la democracia alude al reconocimiento de que todos los ciudadanos de una determinada sociedad son iguales ante la ley y que no pueden sufrir ningún trato discriminatorio que lesione el efectivo ejercicio de sus derechos. Con este lenguaje construido a tenor de modernas concepciones sobre democracia, las mujeres han logrado vincular el reconocimiento de sus derechos ciudadanos consignados formalmente, con los ámbitos múltiples de discriminación que tienen raíces profundas en el orden de género con que se organiza la sociedad y en los roles que se asignan a mujeres y hombres sobre la base de la diferencia sexual.
La discriminación de las mujeres, rasgo de la cultura política hegemónica Desde los tiempos de la colonia hasta nuestros días la cultura política predominante en nuestra sociedad se fundamenta en una arbitraria separación entre el espacio público y el privado, por medio del cual las mujeres son asumidas como “naturalmente facultadas” para hacerse cargo del trabajo doméstico y de la satisfacción de las necesidades de la familia; en tanto los hombres aparecen como “socialmente facultados y capacitados” para representar los intereses de toda la sociedad en el espacio público. El espacio público es definido como el ámbito de la razón, de la creación intelectual como característica de los hombres por excelencia, en tanto el espacio privado es definido como el de los sentimientos y de la intuición como características “naturales” de las mujeres, las que en tanto naturales carecen de valor social. Esta exclusión de las mujeres del ejercicio de sus derechos políticos es la que las ubica en el marco de sistemas democráticos como “ciudadanas de segunda categoría”, que si bien por ley son reconocidas como ciudadanas y en tanto tales están obligadas a cumplir un conjunto de obligaciones, tal reconocimiento no tiene su correlato en el reconocimiento pleno y efectivo de sus derechos.
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La división entre el espacio público y el privado en que se fundamente la división sexual del trabajo, define a su vez un conjunto de valores, estereotipos y asignaciones de roles a mujeres y hombres en función de los significados culturalmente asignados a la diferencia sexual. En tal división se encuentra muchas de las explicaciones al hecho que hombres y mujeres tengan una serie de permisos y prohibiciones en función de los mandatos que le están dados por una determinada cultura en función de la pertenencia a determinado sexo. Explicando la división del espacio privado y el público la Doctora Celia Amorós afirma que “lo privado y lo público constituyen una invariante estructural que articula las sociedades jerarquizando los espacios: el espacio que se adjudica al hombre y el que se adjudica a la mujer. El espacio público, al ser el espacio del reconocimiento, es el de los grados de competencia, por lo tanto del más y del menos. Por el contrario, las actividades que se desarrollan en el espacio privado, las actividades femeninas, son las menos valoradas socialmente.”22 Según la doctora Amorós, una de las principales consecuencias de la separación entre ambos espacios es la ausencia del “principio de individuación” el cual no puede producirse en el espacio privado reservado para las mujeres. Por el contrario dicho principio es característico del espacio público en donde “cada persona marca su espacio y se apropia de el, configurando otros espacios”....23 Relacionando el principio de individuación construido en el espacio público con el ejercicio del poder, nos continua diciendo Amorós “Las actividades que se desarrollan en el espacio público suponen reconocimiento, y este está íntimamente relacionado con lo que se llama el poder. El poder tiene que ser repartido, ha de constituir un pacto, un sistema de relaciones de poder, una red de distribución. Donde quiera que haya poder tiene que haber un sistema de pactos, un sistema de difusión dinámica de ese poder”. 24 Es producto de esa división conflictiva y cada vez más incongruente entre el espacio público (el de los hombres) y el espacio privado (el de las mujeres), que cuando algunas mujeres transgreden incursionando en el espacio público, resultan “excesivamente visibles” y frecuentemente “criticables” para el conjunto de la sociedad. A pesar de los cambios que se han operado en la participación de las mujeres en el ámbito público, estas continúan siendo consideradas como “atípicas”, es decir, como mujeres que presentan una forma de vida que, en la medida que se separa del modelo ideal de mujer y se acerca a la vida típica de los hombres, se vuelve anormal y sospechosa en algún sentido.
22
Amorós Puente, Celia: Mujer, Feminismo: Igualdad y Diferencia, pág. 25 Ibid, págs. 25 y 26 24 Idem, pág. 9 23
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A esta percepción de anormalidad y sospecha se debe en parte al hecho de que las mujeres, que a lo largo de la historia han tenido un papel destacado en el ámbito público y particularmente en el ejercicio del poder público, permanezcan sin dejar rastro alguno en la historia oficial, la cual continua empeñada en resguardar y heredar a las nuevas generaciones figuras masculinas emblemáticas (en plural), llamadas a convertirse en modelos a imitar por el conjunto del colectivo masculino. En relación inversa el modelo de mujer que se recrea y se refuerza en el imaginario colectivo a través de diversos mecanismos, es el de “la mujer” (en singular) que cumple a cabalidad el rol asignado por la cultura tradicional: el de esposa fiel y madre abnegada. En consecuencia son figuras femeninas comprometidas con causas humanitarias las que pasan a figurar en la memoria colectiva que se reporta a través de la historia oficial, es decir, aquella que es reconocida como parte de las experiencias significantes de determinada sociedad. En tanto las mujeres que intervienen en ámbitos considerados masculinos y particularmente en el ámbito de “la política”, escasamente son reconocidas por la historia oficial y en caso de serlo, aparecen con características exageradas hacia aspectos negativos en el ejercicio del poder, lo que ha tenido un efecto disuasivo para el común de las mujeres con interés manifiesto para participar en la política, mientras muchos hombres se basan en tales referencias para sostener una actitud de sospecha hacia el liderazgo de las mujeres. Sin embargo como lo muestran las evidencias, a pesar de los múltiples obstáculos que enfrentan las mujeres en el ámbito individual y colectivo para participar en la política, un cambio importante de las últimas décadas es precisamente el incremento significativo de las mujeres que muestran interés por participar no solo en el espacio público en general, sino en las instancias de toma de decisiones desde posiciones de liderazgo.
El Poder: fuente de dependencias para las mujeres Culturalmente las mujeres hemos sido construidas para ejercer un poder subordinado, es decir, un poder por designación que siempre deberá ser refrendado por aquellos que detentan “el poder” en última instancia. Tal condición si bien tiene su máxima realización en el ámbito de la familia, donde la mujer ejerce un poder en representación del padre, se replica en el ámbito público en donde las mujeres, o bien ejercen un poder carente de reconocimiento comúnmente llamado “influencia”o necesariamente deben pagar el reconocimiento alcanzado, con grandes inversiones de lealtad, obediencia y entrega total a “la causa”. De acuerdo con la Doctora Celia Amorós “La especialización genérica, la capacidad de actuar/ saber/ poder, es un atributo del genérico masculino, que se ejerce en el ámbito público. Este es el espacio del reconocimiento entre “los Página 37 de 100
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iguales” constituidos por negación de lo femenino. Los hombres desmarcan de sus vínculos naturales – separándose de las madres y del ámbito privado - e inauguran un espacio de autonomía por el cual se instituyen como sujetos e interlocutores válidos. Las mujeres son excluidas de esta capacidad y relegadas al ámbito privado, que es el ámbito de “las idénticas”. Se constituye así la “homofilia del poder” y la emergencia de lo político por autoengendramiento, reconocimiento y reproducción de lo semejante por lo semejante”.25 En relación a las características del patriarcado Carole Pateman lo explica como “la auto adjudicación de los varones de la capacidad de generar vida política mediante el poder alumbrador del pacto del ámbito de lo público versus la capacidad de las mujeres de producir vida natural en el espacio privado, que en cuanto antecedido por un contrato sexual, no es otra cosa que un pacto de sujeción, que precisamente por estar en el ámbito privado se “invisibiliza”. Señala que “para que los varones hayan podido construir un orden nuevo basado en la igualdad y la libertad, previamente pactaron un contrato sexual que legitimó la subordinación de las mujeres. El derecho “natural” sobre las mujeres se transformó en derecho civil patriarcal”.26 Este proceso es el que ha dado a la política según Amorós, “el carácter de un círculo iniciático masculino, que sólo podrá romperse en la medida en que las propias mujeres fueran capaces como colectivo genérico de salir de su atomización en los espacios privados, organizarse y establecer un pacto interclasista entre mujeres. Es claro que si la participación política y la ciudadanía se construyen y ejercen principalmente en el mundo público, la asignación exclusiva del ámbito privado a las mujeres opera como principal limitante para su actuación pública y su identidad ciudadana”.27 En relación a como se autoriza a las mujeres a ejercer el poder Amelia Valcárcel afirma que “el único lugar donde está siendo permitido que el sexo femenino tenga acceso mas o menos parejo al masculino al poder es la detentación del poder legítimo, es decir, el político.28 Aclara sin embargo, que “el poder explícito y a la vez legítimo por excelencia es el poder político”, 29 y que en el caso de algunas mujeres tienen cierto grado de experiencia en el poder inexplícito que también suele llamarse “influencia”. En el mismo sentido afirma que “las mujeres tienen para detentar el poder explícito y legítimo una normativa inexplícita enormemente fuerte” 30. En tal sentido 25
Aguilar, Dole, Herrera, Montenegro, Camacho, Flores: Movimiento de Mujeres en Centroamérica, pág. 31 26 Ibid, ref. 25, págs. 31 y 32 27 Idem, pág. 32 28 Valcárcel, Amelia: La Política de las Mujeres, pág. 113. 29 Idem, pág. 114 30 Idem, pág. 115
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señala tres rasgos con características normativas que establecen como una mujer debe detentar este poder, a saber: Detentan este poder sin la “completa investidura”; detentan el poder con los tres votos clásicos: pobreza, castidad y obediencia; a las mujeres les es permitido detentar este poder siempre que a él lleven las virtudes de fidelidad y abnegación. Agrega a las características antes señaladas, la afirmación de que “el poder femenino es genéricamente no significativo” .“Dado el deber de sumisión, distinto del deber de obediencia, dada la no completa investidura, dadas las condiciones especiales de la detentación del poder, este poder es necesariamente inestable: lo detenta alguien, pero ese poder no se hace extensivo como detentación al colectivo completo al que ese alguien pertenece significativamente”.31
Las Mujeres y la Ciudadanía Para analizar el ejercicio de la ciudadanía de las mujeres es preciso definir en términos generales algunos de los supuestos que subyacen al concepto de ciudadanía. En primer lugar diremos que la ciudadanía alude a una función actuante, protagónica, activa, participante y que se vive en relación directa con las condiciones y oportunidades que tienen hombres y mujeres de determinada clase o grupo social. El segundo aspecto que define el concepto de ciudadanía es que la misma es producto de procesos continuos de construcción y deconstrucción de conceptos, valores, aspiraciones, demandas, por medio de los cuales los individuos y los grupos van tomando conciencia de sus derechos y ampliando la capacidad de enunciar y reclamar para sí nuevos ámbitos de reconocimiento social. La ciudadanía se ejerce en la medida que logramos articular los intereses individuales con los colectivos, teniendo a estos últimos como fin último de la participación ciudadana. La ciudadanía está directamente relacionada con otros conceptos como el de autonomía, participación, integración de formas colectivas de participación, entre otros. La ciudadanía es también la búsqueda de identidad, de reconocimiento a la diversidad, pero fundamentalmente es la capacidad de concertar propuestas encaminadas a garantizar el bien común. En tal sentido encarna un valor de solidaridad. La ciudadanía está directamente relacionada con el concepto de poder. “El poder tiene múltiples determinaciones y es síntesis de diversas jerarquías 31
Idem, pág. 125 y 126
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sociales, por lo que ejercerlo y enfrentarlo implica hacer planteamientos sobre el Estado y sus instituciones políticas, jurídicas e ideológicas, incluyendo aspectos relacionados con el ámbito de lo privado, de la ética, de la cultura y la economía”32. El poder tiene una aplicación positiva cuando se ejerce en función del bienestar colectivo, para la ampliación del reconocimiento de derechos, para transformar estructuras que discriminan y excluyen a determinados grupos sociales, y cuando se da en un contexto de participación democrática. El ejercicio de la ciudadanía de las mujeres está marcado por las desigualdades de género que prevalecen en determinadas sociedades. De ahí que a pesar que desde hace varias décadas las mujeres conquistaron el derecho al voto, el reconocimiento de derechos y la igualdad de oportunidades en los ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales continúa siendo una materia pendiente para la democracia moderna. Las mujeres en base a sus experiencias vitales marcadas por la falta de autonomía, por una participación pública limitada a los escasos tiempos que se pueden liberar del trabajo doméstico y del cuidado de la familia, y orientada principalmente a satisfacer las necesidades de “otros”, en muchos casos se ven obligadas a retraerse de participar en el espacio público; o refuerzan la tendencia a participar en actividades que de cierta manera son la reproducción de la “ética del cuidado” que se desarrolla en el espacio doméstico-familiar, evitando otro tipo de participación política que implique mayores exigencias. Las escasas oportunidades que tienen las mujeres para acceder a la información y para el desarrollo de habilidades, frecuentemente hacen que el ámbito público se presente como un escenario difícil, desconocido, hostil y en muchos casos peligrosos. La subrepresentación de las mujeres en las instancias de toma de decisiones en el ámbito público es una de las expresiones mas reveladoras y por eso mismo mas polémicas, que pone en cuestión el ejercicio de la ciudadanía de las mujeres y por ende la calidad de la democracia. “Si las cuestiones denominadas “políticas” pertenecen por excelencia al mundo masculino, el interés de las mujeres por construir un nuevo concepto de lo político y promover nuevas formas de hacer política, tiene al menos dos implicaciones fundamentales: en primer lugar implica “reconceptualizar el territorio que abarca la política para que en él tengan cabida las relaciones de poder entre los géneros, y para que sea reconocido el carácter político de las acciones que las mujeres emprenden para cambiar las relaciones de opresión. En segundo lugar, supone feminizar los espacios políticos logrando una mayor presencia de mujeres 32
Aguilar, Dole, Herrera, Montenegro, Camacho, Flores: Movimiento de Mujeres en Centroamérica, pág. 32
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en los espacios de gestión institucional e incorporar las necesidades y propuestas de las mujeres en las agendas de tales espacios”. 33 A lo largo de la historia de nuestras sociedades tal y como lo señalan las autoras del libro Movimiento de Mujeres en Centroamérica: “El sujeto subalterno es heterogéneo y su construcción como sujeto político implica la promoción de la democratización de la sociedad, incorporar lo cotidiano en la vida política y definir nuevos valores y objetivos liberadores para la sociedad, lo que pasa entre otras cosas por la readecuación o construcción del discurso. Lo que a su vez implica la definición de elementos articuladores, de organicidad, de mecanismos de interlocución y de negociación frente al Estado y otros actores”. 34 El movimiento de mujeres como elemento articulador de nuevos discursos con nuevos objetivos y valores, han aportado nuevas dimensiones a los conceptos de poder, democracia y ciudadanía, articulando las demandas que se derivan de las relaciones de subordinación construidas en el ámbito privado, con aquellas relacionadas con la discriminación que ocurre en el espacio público; en tal sentido también han logrado una profunda articulación entre los así llamados intereses prácticos, con los intereses estratégicos de las mujeres. Las feministas han logrado demostrar que en la construcción cultural de relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres, está la base de la violencia sexual, los prejuicios acerca de la sexualidad, la maternidad como mandato sin protección social, la irresponsabilidad paterna, la explotación del trabajo femenino en principio por la vía del trabajo doméstico no remunerado, las desigualdades económicas entre mujeres y hombres, así como el creciente empobrecimiento de las mujeres, la todavía limitada participación de las mujeres en el poder político, entro otros aspectos de la discriminación. En tal sentido han identificado que en el marco de una cultura de discriminación, las representaciones del cuerpo y de la sexualidad se constituyen en pilares de la subordinación de las mujeres, toda vez que el cuerpo de las mujeres y su capacidad reproductiva se convierten en los principales factores de control de los hombres para sostener relaciones de dominación mediante las cuales se le niega a las mujeres su derecho a tomar decisiones en principio sobre su cuerpo pero también sobre el uso y control de bienes simbólicos y materiales que idealmente están al alcance de todos los ciudadanos. Como señala Sofía Montenegro “En términos muy amplios el feminismo puede ser entendido como movimiento humanista por la justicia social. En sentido ético, el feminismo no es otra cosa que un movimiento de lucha para lograr el estatuto pleno de ser humano para las mujeres y supone por tanto la universalización del protagonismo ético. Se trata pues de la “radicalización de la 33
Aguilar, Dole, Herrera, Montenegro, Camacho, Flores: Movimiento de Mujeres en Centroamérica, pág. 32 34 Idem, pág. 33
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ilustración” y como dice Amorós, de un verdadero test de democracia para todo movimiento político que presuma de emancipatorio. Reclama básicamente la hominización de la mujer, es decir su humanización, en contraposición al status prácticamente de mamíferas con el que se le define”35. Continúa diciendo que “el feminismo es algo más que un movimiento social entre otros: en primer lugar por que está referido al 50% de la especie, en segundo lugar porque constituye la impugnación del prototipo mismo de la opresión y en tercer lugar porque implica el replanteamiento moral en una serie de niveles de la cotidianidad y de las relaciones humanas con unas dimensiones emancipatorias sin precedentes, en la búsqueda de la justicia y equidad para hombres y mujeres en la sociedad”36.
35 36
Montenegro, Sofía: Primer Seminario Nacional Mujer y Política, pág. 9 Ibid, ref. 35, pág. 9
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Principales Resultados
IV. Principales Resultados De La Investigación Rasgos predominantes de la cultura política tradicional
El Caudillismo El caudillismo como un fenómeno que tiene en su base el culto a la personalidad y la subestimación de la acción colectiva y del papel de las instituciones para la solución de problemas que afectan a determinados grupos o sectores de la sociedad, es uno de los principales rasgos de la cultura política tradicional de nuestro país, que se ha perpetuado por encima de los cambios de gobiernos y de las propias transformaciones del marco jurídico-institucional que regula los mecanismos formales de la democracia. Por décadas en nuestro país la concepción del poder en singular, se ha centrado en la figura de una persona que aparece como superdotada con determinadas cualidades para hacerse cargo de la conducción de los destinos de grandes conglomerados de personas. Esta concepción mesiánica sobre el poder encarnado en determinados personas, propicia y fomenta un conjunto de prácticas conexas tales como sumisión de los seguidores al caudillo, la ausencia de debate para el desarrollo de la conciencia crítica; la ausencia de reglas claras para normar la sana competencia; entre otras. El caudillismo como práctica predominante en los partidos políticos tradicionales en América Latina, fue el sustento para la instalación de dictaduras militares que entorpecieron el desarrollo de nuestras sociedades abonando a una cultura marcada por el autoritarismo, la violencia y la violación sistemática de los derechos humanos de los y las ciudadanas. Constatando la necesidad de promover cambios en las instituciones para avanzar en la construcción de liderazgos mas colectivos, señala un líder emergente de un partido político: “... las instituciones tienen que evolucionar... las respuestas no son las personas sino las instituciones, las instituciones tienen que democratizarse.” En el mismo sentido reconoce que el caudillismo como práctica política del pasado, afecta la posibilidad de consolidar las organizaciones partidarias “... es la regresión que están teniendo los países de América Latina, están retrocediendo hacia el caudillismo del siglo XIX, donde la gente ve de menos a los partidos y a las organizaciones políticas... la solución del país es que todos trabajemos juntos... una persona no va ha venir a salvarnos.” Página 43 de 100
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Principales Resultados
La demanda creciente y generalizada por una mayor democratización de los partidos políticos representa en sí mismo, un cambio trascendente en la concepción de la democracia y en el ejercicio de la ciudadanía, en la medida que los y las ciudadanas reclaman para sí mayores cuotas de participación en la toma de decisiones. La reconsideración y revalorización de la participación directa de las y los ciudadanos como fundamento de la democracia, representa la posibilidad de avanzar hacia la construcción de sistemas democráticos con mayores niveles de legitimidad. Confirmando esta apreciación un joven líder de partido político señala “Los partidos tienen que ser más democráticos y más institucionales en el sentido que tienen que desarrollar una organización más permanente y crear órganos intermedios a los diferentes niveles... El estado tiene que crear mas espacios de participación institucional – política...”. Una líder de partido comparte su propia experiencia en torno al esfuerzo de democratización que están desarrollando dentro de su organización “ Una de las cosas fundamentales que se está tratando aquí en el partido... es que la plataforma sea con todos los grupos no solo a nivel de directiva central... que participen las demás autoridades del partido, no solo la junta directiva central, sino que involucren a los sectores, a las bases, a las directivas a nivel nacional...”.
El Clientelismo El clientelismo es también uno de los rasgos predominantes de la cultura política latinoamericana. En su base se encuentra la histórica disparidad entre democracia formal y desigualdades socio-económicas. Es clientelismo es también un fenómeno asociado al caudillismo. Contribuye a distorsionar la naturaleza de las instituciones públicas (estadopartidos políticos) así como el concepto de derechos y ciudadanía en la medida que ubica la relación entre el ciudadano(a), los funcionarios públicos y dirigentes de partidos, como una relación de dependencia paternalista por medio de la cual el ciudadano(a) reclama soluciones y la persona pública está obligada a llevar las soluciones o en su defecto –lo que es cada vez mas frecuente- promesas de solución a problemas que por lo general tienen causas de carácter estructural. El clientelismo establece por su propia naturaleza, una relación insegura e inestable entre el electorado y las personas que aspiran o que ejercen una responsabilidad pública, toda vez que estos últimos no están en capacidad de cumplir con las promesas o compromisos contraídos generalmente durante las campañas electorales.
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Principales Resultados
Un líder joven de partido caracteriza el clientelismo político de la siguiente manera “.... Aquí todos los candidatos ganaron en la proporción que gastaron dinero, ya sea dando víveres a las gentes o sea por publicidad en los medios, entonces el votante se va a dejar engañar porque le traigan recursos, porque le hagan una obra pública... del gobierno y le diga el candidato: .... Yo le he conseguido esto ...” En la práctica del clientelismo subyace una importante dosis de subestimación de la capacidad de discernimiento de las y los votantes ya que se presume que la gente únicamente quiere soluciones a problemas inmediatos, al margen de otras consideraciones que aluden a su condición de ciudadanos(as) con algún sentido de pertenencia. La siguiente afirmación de un líder de partido confirma lo dicho anteriormente “... Las opciones viejas se disuaden de participar en política... en cargos de elección popular, por que saben lo que el electorado quiere... lo que les interesa, lo que les llama la atención es el circo y las caras bonitas y eso es lo que gana en las elecciones y el pisto.”
Lucro Personal y Corrupción Es cada vez menos frecuente reconocer a la política como el compromiso con el bien común. Por el contrario, durante décadas el poder público se ha considerado como un medio de enriquecimiento rápido que generalmente va acompañado de contextos institucionales autoritarios, en donde el sistema de leyes y las normativas que regulan el ejercicio del poder público, pierden legitimidad y son constantemente violadas por los propios funcionarios públicos. El lucro personal y la corrupción son también características comúnmente asociadas a la práctica del caudillismo y del clientelismo, en la medida en que una sola persona y su grupo de leales controlan los diversos factores de poder de las instituciones públicas, lo cual es posible en la medida que los mecanismos de rendición de cuentas son inexistentes o en el mejor de los casos, fácilmente manipulables. Afirmando la preocupación por la relación directa entre poder público y lucro personal, una líder de partido señala: “Algunos diputados invierten en su candidatura y una vez en el cargo trabajan para recuperar dicha inversión, descuidando sus responsabilidades con el cargo y con el partido por el que fueron electos”. Es expresivo para efectos del análisis sobre la transparencia en el uso de recursos públicos y en la lucha contra la corrupción, que en ninguna de las entrevistas realizadas a líderes de partidos políticos encontramos planteamientos relacionados con la rendición de cuentas en el uso de los recursos financieros,
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Principales Resultados
que permita afirmar cuales son los avances obtenidos por los partidos en esta materia. El uso de los recursos públicos para fines privados es uno de los factores principales que explican la pérdida de credibilidad de los y las ciudadanas respecto de los líderes partidarios y de los funcionarios públicos a todos los niveles. La desconfianza creciente de la ciudadanía en la honradez personal de los candidatos a cargos públicos, vulnera los valores de la democracia y desalienta la participación ciudadana. De hecho el creciente abstencionismo en los procesos electorales, es consecuencia directa de la falta de credibilidad en el sistema de representaciones. Considerar que el abstencionismo podría representar un signo de legitimidad y fortalecimiento de la democracia es un riesgo en la medida que puede llevar a los partidos a descuidar su vínculo con el electorado y dejar en manos de otras fuerzas y otros intereses que no son propios de la democracia política, la elección de los gobiernos. La siguiente cita confirma dicha preocupación “... En esta elección el abstencionismo fue de un 30%... eso yo no lo miro como el fenómeno más importante, si la gente vino a ver que el sistema se va afianzando... lo va aceptando como institucional y el grado de participación es bajo...”. Por el contrario tal y como está demostrado en muchas experiencias de la región, a mayor abstencionismo, más riesgos de debilitamiento de las instituciones democráticas –incluyendo los partidos- como expresión de que la ciudadanía ya no cree ni está interesada en colaborar con dichas instituciones y por el contrario se ve tentada a buscar otro tipo de mecanismos –generalmente reñidos con el sistema de leyes- para legitimar sus demandas.
Autoritarismo Y Centralismo La concentración de la toma de decisiones en manos de unos grupos elitistas e incluso de una sola persona, es también uno de los rasgos principales de la cultura política tradicional. El autoritarismo se basa en el reconocimiento de “autoridad” de una o de varias personas, como sinónimo de poder de mando que no admite pensamiento crítico, ni libertad de expresión, sobre todo si esta contradice las orientaciones que emanan de dicha “ autoridad”. El autoritarismo compromete cualquier posibilidad de diálogo, en la medida que ve en la pluralidad de las ideas un riesgo para la “autoridad” que define los intereses de determinados grupos. El autoritarismo se impone, no persuade,
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siendo por ello contrario a cualquier posibilidad de construcción de instituciones democráticas. Inevitablemente el autoritarismo está relacionado con la centralización de la toma de decisiones, siendo una práctica que contradice la naturaleza pública de las instituciones del Estado y de lo partidos políticos. El carácter de representación de intereses colectivos que por definición tienen las instituciones públicas, las obligan a someter sus decisiones al escrutinio y aprobación de los contribuyentes, votantes, ciudadanos(as) de determinada sociedad que se defina democrática. El déficit de conciencia por parte de la ciudadanía sobre sus derechos, así como las dificultades que se presentan en la participación ciudadana, están directamente ligados con prácticas autoritarias y centralistas que han echado raíces en el conjunto de instituciones públicas, teniendo su origen en la propia familia. El distanciamiento de funcionarios públicos y dirigentes partidarios con las y los ciudadanos, se expresa particularmente en la resistencia de los primeros a promover formas estables de interlocución, de información, de consulta y de rendición de cuentas, como medio por excelencia para legitimar las políticas públicas y las propias instituciones públicas. En tal sentido resulta de gran importancia analizar la experiencia desarrollada por una institución pública del poder local, que dada a su naturaleza pluripartidista, está obligada a fortalecer su institucionalidad en un marco de respeto al pluralismo político. Un funcionario de AMONH sobre la base de su experiencia afirma que “... La fortaleza institucional de este país dependerá de legitimar nuestras autoridades... todavía en nuestro medio hay alcaldes que han sido puestos por políticos tradicionales... eso repercute en todos los niveles de la Institución... porque es un batallar con algunos políticos... que creen que deben obedecer al político que les puso el voto, o que les asignó la postulación o les dio la oportunidad o los escogió de dedo...” Para este funcionario, la AMONH si bien es un instrumento que tiene su base de representación en los partidos políticos, debe apuntalar sus esfuerzos hacia las necesidades de los municipios, trascendiendo para ello a los intereses de determinada agrupación político partidaria “... AMONH es un instrumento político no de partido... y para la defensa... de sus municipios, de sus ciudadanos...” Reiterando esta idea enfatiza en que “... Ese es el criterio que AMONH debe tener: Una institución independiente, complementaria, con sentido de responsabilidad, pero sobre todo, con sentido de pertenencia.” En el conjunto de entrevistas realizadas a mujeres y hombres líderes de partidos políticos, se advierte una preocupación latente por las deficiencias que presentan los partidos políticos en los procesos internos de toma de decisiones. Página 47 de 100
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En tal sentido reconocen la necesidad de que las instancias de dirección de los partidos en el ámbito nacional, promuevan procesos de participación de las estructuras locales y las propias bases del partido. En tal sentido una de nuestras entrevistadas afirma “... Las decisiones se toman digamos por una especie de consenso... pero no un consenso eminentemente democrático, sino un consenso de intereses... de compadrazgos”. Otra líder de partido con larga trayectoria afirma con relación a los mecanismos de toma de decisiones, lo siguiente “...Ahora se va ha ser el congreso del partido como una institución obligatoria, que va a revisar las condiciones de la sociedad, si el partido responde a esas condiciones, y yo creo que ya no responden...”. Otra de las entrevistadas en clara alusión en la necesidad de dinamizar la democracia interna de su partido señala “... Yo diría que la convención tiene la gran oportunidad de exigir que se tome en cuenta a los demás grupos que no estén representados en el partido en este momento y que tienen fortaleza, que se integre un comité de gente que realmente pueda ir a los municipios a organizar el partido”. En cuanto a como se abordan los disensos, continua diciendo una de nuestras entrevistadas: “ Puede haber una marginación de la persona que disienta, puede haber arreglos... que son de conveniencia, pero que no implica que las diferencias se resolvieron sino por conveniencia se aplacaron o disimularon”. Otra líder de partido reconoce la existencia de diversas corrientes dentro del mismo y afirma que las mismas se han formado mas “para defender problemas personales y no para defender avances cualitativos del partido.” En su opinión las corrientes dentro de los partidos no son necesarias, toda vez que el partido cuente con una plataforma política. En alusión a la necesidad de diversificar los liderazgos en los partidos políticos, un líder joven afirma que “... Si nosotros no abrimos el abanico... para que vengan elementos con otra mentalidad, y tenemos esas argollas... que están entronizadas para bienes personales, entonces los partidos van a decaer.” Por otro lado, para algunos líderes de organizaciones de la sociedad civil, los procesos de elección deben responder a determinados criterios relacionados con la capacidad y disposición de los y las líderes para contribuir a la transformación de la sociedad. En tal sentido un líder sindical hace las siguientes consideraciones “... Yo creo que los cargos de elección popular deben darse más por... méritos... por liderazgo y no de dedo por que eso al final no contribuye en nada... debe ir un hombre o una mujer que tenga claridad política... conciencia de su clase... pero cuando ya llega allí y no lleva
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compromisos de clase, se llega a ocupar posiciones acomodadas... y se desperdician oportunidades para generar cambios sociales...” En las entrevistas realizadas con líderes de distintas organizaciones de la sociedad civil, se reconocen variados esfuerzos para ensayar nuevas formas de participación y de comunicación que propicien el intercambio de experiencias, la construcción de propuestas colectivas, los procesos de consulta para tomar decisiones, así como para la elección de representantes en instancias de interlocución con el estado. Dichos procesos no están exentos de contradicciones y obstáculos entre los que destacan por un lado problemas de carácter instrumental tales como tiempo, recursos, capacidad de movilización, acceso desigual a la tecnología, entre otros. Otro tipo de problemas están directamente asociados a concepciones y prácticas que reproducen una cultura autoritaria y centralista en la toma de decisiones. Por otro algunas de las personas entrevistadas reconocen la existencia de organizaciones que están desarrollando esfuerzos consistentes para promover el ejercicio de la participación directa en la toma de decisiones. Al respecto resulta muy expresivo el relato que comparte una líder indígena: “... Si tomamos una decisión a nivel central, esa decisión se tiene que consultar con la base... es importante aclarar que va a beneficiar a las comunidades. Nosotros hacemos asambleas, reuniones para... hacer una evaluación de lo que a sido nuestra participación como consejo local y... evaluar a la asamblea ¿cuál ha sido su aporte a la organización?... definir cual va a hacer su trabajo durante este año... somos los pilares de un movimiento nacional, si se descuida la base nos fregamos...”.
Confusión Entre Liderazgos Partidarios Y El Ejercicio De La Función Pública En El Estado La confusión entre intereses políticos partidarios y el desempeño de cargos públicos en el estado, es también factor de conflicto entre los partidos políticos y las instituciones del estado. La selección de funcionarios públicos sobre la base de criterios de calificación y experiencia, muchas veces entra en competencia con criterios ideológicos más propios para la selección de dirigentes partidarios. Las reflexiones expresadas por dirigentes de partidos políticos de distintas tendencias entrevistados en el marco de la presente investigación, expresan una preocupación de doble vía: por un lado los partidos están perdiendo influencia en la gestión de las políticas públicas; y por otro, los liderazgos de mayor trayectoria en los partidos políticos, están siendo desplazados por personas sin compromiso partidario, que presentan perfiles de calificación profesional y experiencia en ámbitos gerenciales.
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Algunas citas de las personas entrevistadas son expresivas al respecto“... Me preocupa por ejemplo, el estado actual del partido, cero acción dentro del partido y el partido no es técnico es político... “. Otro líder señala “... Yo creo que este proceso que se esta llevando a cabo es un retroceso y lo que tenemos ahora es personas que llegan a los cargos... antes llegaban al cargo y creían que se debían a un partido... le trataban de cumplir a su partido, pero hay personas que llegan a los cargos y creen que solo tienen compromiso con su propia imagen y su propia carrera”. Un dirigente nacional explica los problemas de legitimidad de los liderazgos dentro de su partido, de la siguiente manera: “... El partido está como si no existe, en manos de gente que muchas veces no es realmente la mejor...gente que conozca las realidades, que esté compenetrado en la responsabilidad que es estar dentro del comité central”. El conflicto de intereses entre funcionarios públicos y dirigentes de partidos políticos también está relacionado con los sistemas de méritos y de recompensa que se construyen en la dinámica interna de los partidos políticos. En opinión de una dirigenta de larga trayectoria, esta tensión se explica de la siguiente manera “... Los gabinetes normalmente el presidente los escoge afuera, ya no responden al partido, entonces la militancia dice: es fruto de mi trabajo... y voy donde el ministro tal... y no me conoce... y/o no comprende la dinámica del partido. Entonces uno no es que va a venir a llenar de activistas la oficina, pero comprende la dinámica del partido, y entonces trata bien a los correligionarios y le busca salida, aunque no lo pueda acomodar dentro del engranaje de su ministerio. Pero si usted no comprende, no ama, no ha sido parte de esa lucha, entonces... y la gente se ha matado para que usted este donde está...”.
División Entre El Espacio Público Y Privado La división dicotómica entre el espacio público y el espacio privado mediante el cual se asigna a las mujeres la responsabilidad principal de atender las necesidades de reproducción y cuido de la familia, en tanto que a los hombres se les asigna como función principal la de representar a la familia y los intereses colectivos en el espacio público, representa uno de los rasgos estructurales determinantes en la asignación de derechos y oportunidades desiguales para mujeres y hombres. La asignación del espacio privado como el de realización para las mujeres, se plantea como uno de los principales obstáculos para la construcción de sistemas democráticos sostenibles, capaces de potenciar las habilidades y capacidades de todos sus ciudadanos en procura del bienestar colectivo.
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La precaria presencia de los hombres en el ámbito de la reproducción, limita sus perspectivas y posibilidades de mayor eficiencia en el ejercicio de las funciones públicas, toda vez que los aleja de necesidades vitales para el desarrollo integral de las personas, incluyendo sus propias necesidades, así como las de las mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad, entre otras. En el mismo sentido, el hecho de que las mujeres estén subrepresentadas en el espacio público, introduce un sesgo no solo en la forma de hacer política sino en el contenido de las políticas públicas, las que diseñadas desde un enfoque parcializado de la realidad, no logran armonizar los intereses de la reproducción y del desarrollo humano, con la producción de bienes y servicios, dejando por fuera necesidades vitales para el desarrollo integral de las personas. En tal sentido una líder nacional de partido reconoce que “... Por el mismo sistema que fuimos educadas en esa socialización patriarcal, desde allí empezaron las diferencias entre los hombres y las mujeres, de allí es donde se originan las fuentes de poder...siempre estamos allí metidas en la casa haciendo la crianza... ¿Quién nos reconoce esas cosas?... nos da miedo romper esas cadenas...”.
Débil Reconocimiento De Los Derechos Ciudadanos De Las Mujeres El sesgo que se origina en la división dicotómica entre el espacio público y el privado, también define que tipo de derechos serán reconocidos, normados y tutelados por el estado. En tal sentido, aun en la actualidad las democracias formales continúan debatiendo sobre los derechos de las mujeres. Es precisamente por el reconocimiento de que los derechos universales reconocidos por las democracias modernas continúan presentando un sesgo discriminatorio hacia las mujeres, que los Movimientos de mujeres y muchas mujeres ocupando cargos públicos han relevado la necesidad de impulsar acciones afirmativas desde el estado, con el objetivo de corregir y superar dichos sesgos. Como señala una ex –diputada del Congreso Nacional a propósito de la aprobación de la Ley de Igualdad de Oportunidades “... Ellos no sabían ni de que se trataba, en el tercer debate... solo habían dos diputados atentos... los demás no se dieron cuenta ni de lo que se trataba hasta que les dijeron que llegábamos a los artículos... de participación política, allí estaban... todos de acuerdo y ya todos opinaban... esa es la realidad de nuestra cultura de nuestro Congreso, no hay participación, debate, no, no hay”. La subestimación a la necesidad e importancia de promover cambios en el sistema jurídico y en las dinámicas institucionales para la promoción de los derechos de las mujeres, tiene como fundamento ideológico una determinada concepción de poder por medio de la cual se afirma que mujeres deben ocupar Página 51 de 100
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una posición subordinada. En tal sentido una ex – diputada del Congreso Nacional señala “... El lema de ellos es mantener el poder... no quieren compartir el poder...”.
La Sub-Valoración Del Liderazgo De Las Mujeres La división entre el espacio público y el privado se ha instalado en el imaginario colectivo a través de un conjunto de mensajes y estereotipos que desafían toda evidencia que actúe en sentido contrario. En tal sentido, todavía se defienden con mucha fuerza argumentos que pretenden justificar e incluso dar carta de naturaleza a la subrepresentación de las mujeres en el espacio público. En palabras de una destacada líder de partido “Muchos hombres afirman que las mujeres somos egoístas... somos chismosas... hablamos mucho... que no le entendemos al trámite”. Otra líder de partido explica esta supuesta no-comprensión del “trámite” de la siguiente manera: “ No entenderle al trámite de cómo administrar el país eficientemente y honestamente no, sino otros trámites ocultos que no se ventilan entre las mujeres, esa experiencia yo no solo la tuve en la política... cuando fui funcionaria...llegué a ser funcionaria por mis propios méritos personales y profesionales, pero...en algunas cosas era ignorada, era saltada en mi autoridad y se ventilaba a través de otro compañero de igual rango que el mío....yo una vez pregunté claramente por qué y me dijo.. el gerente se sentía más cómodo hablando con los hombres que conmigo.. creo que hay algunos códigos que se manejan entre los hombres, en los cuales nosotras no entramos todavía “. Otra manifestación de la desvalorización al liderazgo de las mujeres en los partidos políticos y que se pone de manifiesto especialmente durante las campañas electorales y en el desempeño de funciones públicas, son los comentarios que tienen por objeto desacreditar el prestigio personal de las mujeres. Al respecto señala una líder nacional de un partido “Porque mujeres preparadas hay, pero no tienen valor, muchas le tienen miedo a los hombres... hay que arriesgarse y aunque le pongan de todo, que lo denigren hasta su intimidad...”. Otra líder con proyección nacional explica este fenómeno de la siguiente manera “...Yo he visto también que la cuestión pública es un privilegio para los hombres, una mujer pública es como despectivo... discriminatorio, porque ya lo asocian a uno, que una es mujer pública ya anda en cosas fuera de lo moral y eso no es así, pues”.
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Construcción De Plataformas Electorales Y Papel De Los Partidos Políticos En La Gestión Del Estado La necesidad de promover procesos más participativos para la construcción de plataformas electorales a través del impulso de procesos de consulta con diversos sectores de la sociedad, como factor de legitimidad de las agendas político-partidarias, representa una preocupación común en las y los dirigentes entrevistados. En tal sentido una dirigenta nacional de partido afirma: “Yo creo que nosotros los representantes del pueblo, nuestra principal preocupación debe ser acercarnos cada vez mas al pueblo organizado... y canalizar sus expectativas... Los procesos tienen éxito en la medida que usted sea incluyente...”. Estas formas mas participativas para la elaboración de plataformas partidarias y evaluación del quehacer de los partidos políticos en la gestión pública, requiere de la construcción y apropiación de una nueva conciencia democrática por parte de las dirigencias de los partidos políticos a todos los niveles, así como de la utilización de nuevas metodologías de trabajo. Al respecto, la líder antes mencionada comparte lo que en su opinión deberían ser elementos de estas nuevas metodologías “Las rendiciones de cuenta son importantísimas......nosotros ya cambiamos la metodología.... ahora preguntamos a la gente ¿qué saben de lo que hemos hecho?... La gente sabe más de lo que uno cree... ahora díganos que les gusta y qué no les gusta de lo que hemos hecho... y les decimos ahora nos dan sugerencias... ¿qué quieren que presentemos?... Si nosotros logramos implementar esto y recogemos esas sugerencias de la gente y las canalizamos, no hay quien nos detenga en este país...”. El reconocimiento de la necesidad de construir plataformas electorales sobre la base de las necesidades de distintos sectores de la sociedad, continúa siendo un debate inicial en los partidos políticos mayoritarios. Como señala un dirigente de un partido mayoritario: “.....Desde el año 1990 se toca el tema de transformación del partido y planteamos como necesidad hacer un congreso... Deberíamos de invitar a todos los sectores del partido... por geografía social... para que pudiéramos valorar cómo ven la política y el partido nuestros campesinos, obreros, pequeños empresarios, sectores de la economía informal... esa idea fue propuesta... porque no está regulado...”. En un sentido contrario existen dirigentes partidarios que consideran la noexistencia de condiciones apropiadas para trascender al proselitismo político que se potencia durante las campañas electorales “La agenda global del partido es que ganemos las elecciones otra vez... el bajo grado de movilización política en nuestra sociedad, hace que seamos débiles como instituciones, somos proselitistas.” Página 53 de 100
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Existen otras opiniones de dirigentes de partidos políticos mayoritarios, que hacen distinciones entre las agendas partidarias y los intereses planteados por los diferentes sectores de la sociedad. Ello sugiere una concepción distinta a la que afirma que la fuente de legitimidad de los partidos políticos radica en su condición de representantes de los intereses del pueblo, dejando entrever la posibilidad de que los partidos defiendan intereses propios como grupo, al margen de los intereses de los votantes, lo cual pondría en contradicción el contenido e importancia del voto mismo. Para una ex-diputada del Congreso Nacional la respuesta a esta interrogante se presento de la siguiente forma “Yo creo que es fácil hacer las dos cosas, hay que definir los temas que son partidarios y los temas que son para la base, hay que definirlos igual que definimos un montón de áreas y no es excluyente”. Otra opinión de una dirigente de partido expresa un mayor escepticismo acerca de la viabilidad de consultar a la ciudadanía: “La consulta popular es la mejor, pero a veces el pueblo se equivoca y da mal su respaldo y entonces tiene que pagar los frutos de su inmadurez...”. Comparando los cambios promovidos en los partidos mayoritarios y los nuevos partidos en cuanto a construir plataformas electorales participativas, encontramos una mayor disposición y agilidad por parte de estos últimos para disponer sus estructuras partidarias en función de procesos de consulta. Al respecto podríamos suponer que en el caso de los partidos mayoritarios, los cambios tanto para modificar sus dinámicas internas como para implementar nuevas formas de acercamiento con los votantes encuentran mayores obstáculos, probablemente por al arraigo con las que se han asentado las prácticas políticas instaladas a lo largo de muchos años. Sin embargo tomando en cuenta que no existen partidos monolíticos y que por el contrario se reconoce y admite la existencia de diversas corrientes dentro de ellos, es preciso ahondar en la reflexión sobre los intereses que encarnan los partidos políticos y la fuente de legitimación de sus agendas políticas. En el caso de los partidos políticos que obtienen mayoría en las elecciones y con ello llegan al gobierno, estos deben enfrentar el reto de armonizar los sistemas de rendición de cuentas del partido propiamente dicho, así como de su gestión en el estado, proceso que se hace más complejo en la medida que muchos de los funcionarios(as) de gobierno, también desempeñan funciones de dirigencia dentro de sus partidos políticos. Para expresar la complejidad de esta doble función, un alto funcionario de gobierno afirma: “Tenemos que hacer un trabajo todavía porque la rendición de cuentas aquí... va en relación con la función partidista... Tenemos que darnos cuenta que no solo es eso, sino que vaya el cumplimiento del Página 54 de 100
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programa de gobierno... de las promesas de campaña... El partido tiene que ser un ente supervisor del gobierno... Desde el momento que un partido se hace gobierno, los políticos de dicho partido que están dentro del gobierno tienen que cambiar, no solo para pensar partidariamente, tiene que pensarse en toda la sociedad...”.
El Ejercicio De La Ciudadanía El debate sobre la ciudadanía es de central importancia para la construcción de la democracia. Las nuevas comprensiones sobre el concepto de ciudadanía tiene profundas implicaciones tanto en la ampliación del reconocimiento de los derechos universales de los y las ciudadanas de determinada nación, como en la definición de nuevos términos de relación entre el ciudadano y el Estado. Las respuestas brindadas por las personas entrevistadas respecto al concepto de ciudadanía presentan matices y diferencias importantes que expresan la evolución de dicho concepto. Tales diferencias van desde el reconocimiento del derecho al voto como la máxima expresión de ciudadanía, hasta formas más complejas y sostenidas de participación en los procesos de transformación social. Algunas citas que presentamos a continuación son expresivas de las múltiples comprensiones que existen sobre el concepto de ciudadanía. Una líder del Movimiento de mujeres comprende la ciudadanía “... Desde el momento en que me reconozco no solo como participante, sino como promotora de la vida política de este país, como una mujer que reconoce sus derechos ciudadanos y que los hace efectivos... exigir que me los reconozcan... es lo fundamental...”. Reforzando el concepto de autonomía y derechos como elementos constitutivos de la ciudadanía, una líder de partido la define como “... Una posibilidad de ejercer plenamente mis derechos, mis capacidades, decidir sobre mi vida, sobre mí misma, sobre lo que quiero, sobre lo que hago, con respeto hacia los demás pero con libertad para ejercer mis derechos, mi decisión, mi voluntad...”. En el mismo sentido una líder indígena afirma la ciudadanía como el ejercicio efectivo de los derechos: “Si a mí me preguntan ahora mismo ¿qué necesito?, respondo que tener asegurada mi alimentación y eso pasa primero por tener acceso a la tierra... a la educación, salud... y con esa participación real sí estaríamos erradicando la pobreza”. La ciudadanía relacionada con la capacidad de discernimiento y con el ejercicio de los derechos fundamentales, es definida por un representante de gobiernos locales de la siguiente manera: “ La ciudadanía... es un sentido de pertenencia... de igualdad... de libertad... de fundamentar principios... “. Página 55 de 100
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Otras opiniones cuestionan las prácticas prevalecientes de participación ciudadana toda vez que las mismas se presentan como prerrogativas de cúpulas y/o de partidos políticos que sustituyen la participación directa de las y los ciudadanos. En tal sentido una líder del Movimiento Indígena señala “...No estamos participando, las decisiones se están tomando a nivel de cúpula y no haciendo la voluntad del pueblo... no se va a dar una erradicación de nada, violencia, pobreza, sin la participación de nosotros mismos...”. En el mismo sentido un líder sindical critica la sustitución que hacen los partidos políticos de la participación directa de las y los ciudadanos: “Aquí la participación ciudadana ha sido el de los más fuertes, los que han gobernado... Un diputado siempre se arroga el derecho de representar un pueblo, lo eligió el pueblo, pero nunca han hecho nada por el pueblo”. Para este líder, es desde las organizaciones de la sociedad civil donde se debe construir la participación ciudadana, para evitar la sustitución de representaciones: “...Eso tenemos que construirlo desde abajo, las organizaciones sociales que tengan la claridad de cómo participar...las estructuras y organizaciones han sido utilizadas por los partidos con eso de la participación ciudadana...”. En las entrevistas realizadas con hombres dirigentes de los partidos políticos, encontramos la afirmación de la ciudadanía como una relación entre deberes y derechos, concentrando la satisfacción de necesidades como competencia de las y los propios ciudadanos, en tanto se le asigna al Estado un rol de intervención limitada a aquellas circunstancias en que los propios ciudadanos no están en capacidad de satisfacer sus necesidades. Son expresivas de esta comprensión de ciudadanía las siguientes afirmaciones: “... Yo considero que es un ser responsable, que debe darse cuenta que tiene deberes y que tiene derechos... como derecho está la participación, pero también como deber el cumplimiento obligado de las leyes...”. “...La gente no entiende que el voto es poder y...que está delegando el poder; si no piensa bien a quien va a nombrar, los problemas no se van ha poder resolver... A mí me parece que la participación ciudadana... obliga a la persona a participar en la solución de los problemas que se encuentra, por eso es que nosotros hablamos del estado y del bien común y actuando de manera subsidiaria, en sustitución de él sólo cuando hace falta, las personas deben hacer su propio esfuerzo y el estado debe apoyarles”. Algunos líderes de partidos políticos llaman la atención hacia algunas contradicciones que se presentan en la regulación de los derechos ciudadanos por parte del estado, así como en cuanto a los riesgos que comporta la participación ciudadana: “... Cuando el hombre habla de ciudadanía es que tiene capacidad de racionalizar la conducción del estado, todos serán a diferentes edades y a qué época se le dan los derechos ciudadanos, es una cosa también Página 56 de 100
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discriminatoria y prejuiciosa. Al soldado le dan la obligación de dar su vida por la patria desde los catorce, pero no les dan el derecho de construir su patria a los catorce, allí hay una deformación. Cuando uno adquiere obligaciones debe adquirir por consecuencia derechos. Me parece que la historia ha creado partidos políticos que son caminos... La participación debe ser abierta para todos los que compartan ese camino, pero debe de ser cuidadosamente vigilada...”. Tomando en consideración que los sistemas democráticos en muchos países latinoamericanos tienen una breve historia y que la democracia representativa ha sido probablemente la principal forma de participación adoptada por la clase política, es comprensible que las instituciones públicas incluyendo a los partidos políticos, sostengan una visión fragmentada sobre la ciudadanía y la participación ciudadana.
Influencias Y Motivaciones Para La Participación De Mujeres Y Hombres En La Toma De Decisiones En El Espacio Público
Participación De Las Mujeres En los recorridos históricos reconocidos por las propias mujeres acerca de su participación en el espacio público, se entrecruzan distintos factores que han influenciado dicha participación. Estas incluyen relaciones e influencias familiares, coyunturas políticas nacionales, necesidades y dinámicas comunitarias, el reconocimiento de la discriminación que sufren las mujeres, el intercambio de experiencias vitales entre mujeres y evidentemente las características personales que cada una de las mujeres va construyendo en su particular experiencia de vida. Todas las entrevistas realizadas a mujeres líderes de partidos políticos, organizaciones populares, campesinas, indígenas y organizaciones de mujeres, dan cuenta de valiosas experiencias de participación que concentran un cúmulo de aprendizajes y aportes insuficientemente documentados en la historia oficial de nuestras sociedades. Afirmando la importancia de tener un entorno favorable en el ámbito familiar a la participación de las mujeres en el espacio público, una dirigente de partido afirma: “... Hay una mayor comprensión, una permeabilidad cuando en la familia hay una participación activa... en lo particular toda mi familia era abierta para eso”. Otra dirigenta de partido reconoce la importancia que en su experiencia tuvo la comunicación y el estímulo por parte de su padre para participar en el espacio público a través de un partido “... Mi padre era político y yo tuve un padre muy feminista, mi papá decía: Mis hijas mujeres tienen que ser profesionales, tienen que ser independientes y nos dio mucha Página 57 de 100
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independencia, se nos dio información y se nos permitía expresar nuestra opinión, tenía un respeto profundo por las mujeres... Él me tomó en cuenta siempre, platicaba mucho conmigo”. Confirmando la importancia de la influencia familiar para su participación pública otra dirigente de partido afirma “... Mi papá y mi mamá nos enseñaron – porque éramos tres hermanas - que fuéramos independientes, a tomar mis propias decisiones”. Por otro lado la sensibilidad hacia la problemática que viven los sectores mas empobrecidos del país, representa para algunas mujeres una motivación relevante para su participación en el espacio público. En tal sentido una dirigenta de partido expresa su experiencia inicial de la siguiente manera: “... Allí empecé a vincularme con la gente más pobre del país, que es el sector no organizado del país y empezamos a hablar de la conciencia crítica, de la conciencia política...”. La importancia de la comunicación y el intercambio entre mujeres representa una fuente importante de motivación para la participación de estas en el espacio público. Una líder del Movimiento de mujeres afirma que fue mediante el reconocimiento de sus vivencias personales de discriminación como mujer y el diálogo con otras mujeres, lo que estimuló su participación en el espacio publico: “Vivencias personales respecto a lo que es la discriminación, la posición en la que nos encontramos las mujeres... la necesidad de poder compartir con otras mujeres esas preocupaciones...”. Otras experiencias de participación tienen su origen en la identificación de necesidades comunes de determinados sectores de la población. En tal sentido una líder sindical afirma que su participación en el sindicato se da “Porque mis compañeras de departamento querían ser representadas... y empiezo a trabajar yo en la organización, en la defensa de los derechos de las mujeres”. En el mismo sentido una líder campesina plantea: “ El motivo de ... organizar el bloque de mujeres organizadas del sur fue por la necesidad que había aquí en la región... político-gremial, educación y vivienda... porque... es un departamento muy conflictivo... la situación es muy dura...”. Una líder comunal reconoce como su principal motivación el compromiso con las necesidades de su comunidad “... Me motivó el amor a mi prójimo y la necesidad que había en la comunidad subdesarrollada, sin agua, sin luz, sin letrinas, sin calles...”. Otras mujeres enfatizan su propio interés y actitud personal como el origen de su participación en el espacio público. Una dirigenta de partido, comparte su experiencia en los siguientes términos: “ Yo nací y crecí en... un barrio pobre... donde todos los vecinos están pendientes con quién va, con quién viene... Página 58 de 100
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cuando me vengo al partido y me doy cuenta que aquí... también hay críticas... para mí ya eran cosas superadas”. La participación vinculada a valores como la solidaridad, vocación de servicio, así como la preocupación por los problemas derivados de las desigualdades de clase o de género, parecen ser una constante en las experiencias de participación de las mujeres en el espacio público. Probablemente por eso mismo una de las motivaciones más evidentes de varias de las entrevistadas está directamente relacionada con la búsqueda de soluciones concretas a problemas específicos tales como la defensa de los derechos, solución a problemas de agua, luz, vivienda, empleo, entre otros.
Participación De Los Hombres Las entrevistas realizadas con hombres dan cuenta de referencias más explícitas de su participación en el espacio público como un medio de autorrealización personal. En el mismo sentido, las motivaciones están referidas a grandes causas como la defensa de la democracia y de la Constitución, promover cambios en el ámbito nacional, tomar el poder entre los principales. Las siguientes son citas de dirigentes de partidos políticos y de representantes de instancias de sociedad civil, que afirman lo antes mencionado: “Mi padre fue político, mi abuelo también, pero yo realmente hice algún intento... realmente yo tuve algunas experiencias hace mucho tiempo, políticas... tuve algunas decepciones y realmente yo opté por retirarme y no intervenir nuevamente en política y entonces me dediqué a trabajar y ahí tuve alguna afinidad con algunos profesionales... entonces eso le da alguna figuración nacional...”. “... Andaban buscando a mi padre... cuando yo les escuché decir: Hasta ese cipote nos vamos a echar para que no quede raza de ustedes... me di cuenta que había que hacer cambios... impulsamos esos cambios... decidimos ir a defender la Constitución... a defender la democracia...”. “... En todos los lugares donde yo llegaba sentía que técnicamente no tenía satisfacción completa, pero lo que era todavía más delicado es que yo no miraba que las funciones de las organizaciones... podrían hacer que el país cambiara... Conocí varias organizaciones de alcance nacional y empecé a tener vínculos con ellas...”. “ En realidad no tiene nada que ver con la familia, por que yo finiquité mi carrera... lógicamente el apellido, el nombre, la gente si lo conoce, pero yo no entré a política por mi familia, no entré a trabajar en ninguna campaña de amigos, ni nada así, yo creo que el hecho de haber crecido en un
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ambiente político hace incentivarlo a uno a que participe, pero no es propiamente un impulso...”. “... En mi familia todas las mujeres eran nacionalistas y todos los hombres liberales... tenía que andar en actividades del partido nacional o del partido liberal... Organizamos grupos gremiales y sindicales y entonces tomamos conciencia de que si no tomábamos el poder político, los cambios que estábamos promoviendo no se iban a dar... entonces fue un proceso más de toma de conciencia...”. Resulta de gran importancia para la comprensión de los rasgos de la cultura política de nuestra sociedad, comprender las motivaciones y formas de inserción de hombres y mujeres en el espacio público. Los intereses, la dimensión de los objetivos que hombres y mujeres señalan como sustento de su participación es a la vez causas y efectos de una determinada construcción cultural basada en los roles tradicionalmente asignados en la división genérica del espacio público y privado. En este sentido las entrevistas permiten ubicar con claridad como las mujeres recuperan en sus recorridos históricos las influencias de la familia para motivar o desalentar su participación, la asociación de la participación con la necesidad de transformar las condiciones de vida de determinados sectores de la población, el ejercicio de la política asociado con la satisfacción de necesidades concretas de las personas con mayores carencias. En el caso de los hombres entrevistados las influencias familiares en algún sentido quedan difuminadas; tal pareciera que estos tienen la necesidad de reconocerse como autogeneradores de su propia historia de participación en el espacio público. Las motivaciones reconocidas por nuestros entrevistados están más claramente asociadas a la generación de cambios sociales a nivel macro que incluyen aspectos tales como el control de instituciones públicas, la toma del poder (defensa de la Constitución, crear nuevas instituciones, tomar el poder) en clara relación con una comprensión del derecho de participación en las dinámicas de poder en el espacio público.
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Avances, contradicciones, prejuicios y desafíos sobre la participación de las mujeres en la toma de decisiones en el espacio público La participación de las mujeres en el espacio público es expresión de cambios trascendentes en la cultura política de nuestra sociedad, sin embargo el reconocimiento del derecho de participación de las mujeres convive con un conjunto de prejuicios y estereotipos que analizan dicha participación sino desde una posición de rechazo, al menos de ambigüedad. De cualquier manera, las valoraciones de mujeres y hombres entrevistados, dan cuenta de los avances y contradicciones que existen en la cultura política hondureña en torno a la importancia de la participación de las mujeres y del papel que le corresponde jugar a los partidos políticos, al estado y al conjunto de organizaciones de la sociedad civil.
Valoraciones Expresadas Por Las Mujeres Probablemente uno de los cambios más significativos en la cultura política de nuestro país, es la afirmación por parte de las propias mujeres, del derecho a participar en la toma de decisiones en el espacio público. Tal afirmación implica no solo la ruptura con estereotipos que subsumen los derechos ciudadanos de las mujeres, sobreponiendo roles tradicionales relacionados con el cuidado de la familia, sino que expresan una nueva comprensión de la ciudadanía como la participación efectiva en los procesos de transformación social. La afirmación de una líder partidaria es expresiva en este sentido: “...Soy una mujer política porque creo en el ejercicio de los derechos democráticos, creo que las mujeres debemos ejercer nuestra ciudadanía, creo que tenemos mucho que aportar...”. La participación en el espacio público vinculada con el ejercicio del poder para generar procesos de transformación social que tomen en cuenta las necesidades colectivas representa una nueva comprensión del papel de las mujeres en la sociedad. Tal como lo afirma una líder campesina “...El poder le sirve a cualquier persona pero sabiéndolo manejar... si yo sólo lo pienso personalmente pero no me estoy acordando que atrás de mi hay muchas personas que me necesitan y que ellas también participan. Hay que repartir el poder... la que tiene el poder, tiene que tener conciencia”. El reconocimiento por parte de las mujeres acerca de la importancia de la participación para el fortalecimiento de las organizaciones, conlleva el cuestionamiento de los roles tradicionalmente asignados a las mujeres en el espacio público, como extensión de los roles domésticos / familiares. En tal sentido una líder indígena comparte su experiencia de la siguiente manera: “... Las mujeres damos un gran aporte a la organización, al proceso, y nos consideramos que somos creativas y eso es importante porque le da vida a Página 61 de 100
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las organizaciones. A veces se nos ve que solo estamos para hacer comida, de estar pendientes de los documentos, celebrar los aniversarios, pero no en la toma de decisión, pero hemos ido metiéndonos y los compañeros se han dado cuenta de eso”. En el mismo sentido una líder sindical valora su experiencia de participación de la siguiente manera: “... Yo fui ganando campo, fui aprendiendo, me he preparado, inclusive con dinero de mi bolsa yo fui a las capacitaciones... y empecé a trabajar con ellos en la formulación de contratos colectivos... de las políticas del sindicato... al grado de que hoy no le tengo miedo enfrentar cualquier cargo, ni que me manden a una representación fuera del país...”. La identificación del carácter político de la defensa de los derechos de las mujeres hace parte de una comprensión común de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en las organizaciones de la sociedad. En tal sentido una líder del Movimiento de mujeres afirma “Sí me considero una mujer política, porque tengo un compromiso político con las mujeres... yo quiero cambiar esto, porque no podemos las mujeres seguir siendo sometidas, discriminadas, anuladas, invisibilizadas... “. La comprensión que la participación de las mujeres es importante en todos los espacios de la sociedad es reconocida por una dirigenta de partido como fundamental para un mayor conocimiento de la realidad: “...Pero no es solo un partido político... que va a ayudar a definir realmente los cambios de la sociedad, porque nosotras... estamos ... en la sociedad de padres de familia... en el patronato de la comunidad, en los grupos de crecimiento de las diferentes iglesias... Todas tenemos que involucrarnos en esas organizaciones que al final colaboran y sienten la realidad de cada lugar...”. La experiencia de participación de algunas mujeres las lleva a afirmar la importancia de intervenir en el espacio público desde particulares formas de hacer política, que vinculen la razón con los sentimientos para conocer e insertarse en los mecanismos de poder instalados en las instituciones públicas. En tal sentido una dirigente partidaria afirma: “...He ido ocupando todas las escalas, una apertura que yo me he ido haciendo... hay que entender en que están pensando ellos... que juegos de poder están manejando allí... porque si antes de pensarlo únicamente me expreso con mis sentimientos... puede ser que no esté a tono con lo que esté pasando...”. El liderazgo de las mujeres se ve frecuentemente enfrentado a la tensión que se deriva por un lado de afirmar las experiencias particulares de las mujeres y por otro lado, adoptar prácticas típicamente masculinas en el ejercicio del poder para ser aceptadas en los engranajes de toma de decisiones mayoritariamente controlados por hombres. Las contradicciones y tensiones a las que se ven sometidas las mujeres que participan en las instituciones públicas cuyas reglas del juego han sido Página 62 de 100
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definidas y controladas históricamente por los hombres, es expresada de la siguiente manera por una dirigente de uno de los partidos políticos mayoritarios: “Tiene que tener los pantalones bien puestos, es que esto no es asunto de que es bondad... es que la mujer tiene otros principios... es que somos sentimentales y damos las cosas esperando que nos den un trato preferencial... entonces como no nos lo dan... no queremos incursionar y nos da miedo, a menos que seamos de esas muñecas que para rellenar espacios las ponen allí... cuando incursionamos en el campo que ha sido dominado por el hombre, entonces el hombre se resiente y se resiste... tenemos que saber que vamos a un mundo duro...”. En el mismo sentido, otra dirigente de partido centra su preocupación en las características aprendidas culturalmente por las mujeres, que limitan el ejercicio de su liderazgo. “... Cuando a una mujer se le ha dado la oportunidad en el sector público de ocupar determinado cargo de relevancia...seguimos asumiendo los roles como de desconfianza, de baja autoestima y seguimos con los mismos patrones a los que todavía no hemos podido romper, la subordinación, nos da miedo como hablar, nos da miedo que digan que no sirve... será porque seguimos bajo ese mismo patrón de paternalismo, patriarcal...”. En torno a la participación de las mujeres en las instancias públicas de toma de decisiones, una líder de uno de los partidos políticos mayoritarios afirma: “ El único modo de obligar a los partidos políticos, es a través de la legislación, no hay otra salida, no esperamos que les nazca del corazón, porque son partidos gobernados por hombres, seguimos viendo todavía, una o dos son miembros de una junta directiva.. y una es la encargada de asuntos femeninos...”. Reconociendo la importancia de establecer cuotas de participación como medio para asegurar una base de participación de las mujeres en las planillas electorales, de tal suerte que estas puedan convertiste en un grupo con capacidad de negociación dentro de los partidos, una líder de un partido mayoritario afirma: “... El 30% es un grupo de personas con las cuales tenemos que negociar... hay que luchar por esa línea... porque la misma Ley de Igualdad de Oportunidad dice que esto es progresivo, ahora lo que tenemos que tener es una vigilancia y una denuncia... Hay que modificar el artículo 19 de la Ley Electoral, por que allí es donde se resume lo que esta hecho en la Ley de Igualdad de Oportunidades...” .
Valoraciones Expresadas Por Los Hombres Resulta de gran importancia analizar los planteamientos expuestos por hombres dirigentes de partidos políticos y representantes de instancias colectivas de sociedad civil con relación a la participación de las mujeres en el espacio público y específicamente en las instancias de toma de decisiones. Página 63 de 100
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Aún y cuando en muchos casos no preguntamos de manera particular la opinión de nuestros entrevistados sobre el artículo 81 de la Ley de Igualdad de Oportunidades relativo a las cuotas de participación, en todos los casos las valoraciones acerca del derecho de participación de las mujeres se centraron en el análisis de la reglamentación legal de dicha participación. Advertimos posiciones ambivalentes de nuestros entrevistados acerca de la participación de las mujeres en el espacio público y de la responsabilidad que le compete al estado en la promoción de dicha participación. En tal sentido, por un lado reconocen la importancia de la participación de las mujeres a todos los niveles y por otro, coinciden en oponerse a que el estado legisle para hacer efectivo el derecho de participación de las mujeres. Al respecto un dirigente sindical afirma de manera contundente: “Es bueno que la mujer quiera participar en todo, pero no estoy de acuerdo en esa ley política, esa que dice que 30 y 70... no la ha leído... pero no estoy de acuerdo...porque no me parece que a la mujer hay que darle un puesto, así en los cargos por decreto, obligado y esa cosa no tiene resultado, yo creo que si usted participa en un cargo de elección, en cualquier instancia pero porque se lo gane con méritos, con cualidades, pero no por decreto”. Un representante de una instancia de interlocución estado- sociedad civil plantea respecto a las cuotas de participación: “... De tal manera que los porcentajes de participación de las mujeres en política para mi consideración no son correctos... para mi no tienen sentido de equidad, porque si nos vamos a quienes seleccionan al momento de votar, las mujeres son mayoritarias...”. A pesar de que varios de nuestros entrevistados reconocen en la construcción cultural, la causa fundamental de la sub- representación de las mujeres en las instancias públicas de toma de decisiones, tal consideración no se corresponde con la resistencia a que el estado impulse acciones afirmativas para reducir las actuales brechas de desigualdad en la participación de hombres y mujeres. Así mismo no resulta consistente el reconocimiento de la discriminación de las mujeres como un factor cultural y la afirmación de que es a las mujeres a quienes les corresponde “pelear” su participación en condiciones de igualdad con los hombres. Por el contrario, el reconocimiento de la discriminación producto de construcciones culturales implica redefinir los términos de las relaciones entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el espacio público. Cuando le preguntamos a un diputado del Congreso si conocía la Ley de Igualdad de Oportunidades nos respondió en los siguientes términos: “Yo eso lo he tomado en broma... a mi me parece que no tenemos que asignar porcentajes de participación, si tenemos los mismos derechos... los Página 64 de 100
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espacios de las mujeres se van a ganar, yo entiendo los problemas que tenemos con la cultura...”. Por su parte, un funcionario del estado insiste sobre la idea de que el liderazgo en el espacio público no está condicionado por la construcción cultural del género y que por el contrario obedece a las características de cada persona, recayendo en estas la responsabilidad de trabajar para lograr el reconocimiento de los otros: “... Yo pienso que un liderazgo político se hace, no a través del género... si no que a través de un liderazgo que realmente obedece a la capacidad que pueda tener este líder... en primer lugar de conocer los problemas del país y dar una respuesta adecuada a los problemas... a mi me parece que son las mujeres las que tienen que... hacer su trabajo en los grupos políticos y por lo tanto darse a conocer como verdaderas líderes”. Tomando en consideración que los jóvenes representan un factor potencial de transformación de la cultura política, es importante analizar sus percepciones acerca del derecho de participación de las mujeres en el espacio público; así como sus valoraciones sobre la calidad de la participación de las mujeres. En la siguiente cita un joven líder de uno de los partidos políticos mayoritarios combina por un lado la reflexión crítica respecto del papel de los partidos políticos en la promoción del liderazgo femenino y por el otro coincide con la oposición al establecimiento de cuotas de participación: “... No se ha llevado a cabo ninguna acción en particular, no le podría decir de ninguna acción... institucional... es raro considerando que en realidad hay liderazgo a nivel de cuadros intermedios y bajos, hay una participación bastante grande de las mujeres en el partido... hay un proceso cultural excluyente heredado y hay que tomar acciones para remediarlo, lo que ocurre es que las acciones que se han tomado no han sido las mejores, por ejemplo eso de las tales cuotas del 30%... yo creo que eso fue un error porque tenían que haber especificado bajo que condiciones, para hacerlo... efectivo, sino el resultado usted ya lo vio, que más bien bajó la representación”. En cuanto a la valoración sobre la calidad de la participación de las mujeres, este líder afirma: “... Las mujeres que se expresan políticamente pelean mucho, como que sienten que están peleando por el mismo espacio, se pelean y son confrontativas de una forma que uno no lo hace... pero cuál es el problema, que no se aceptan entre sí... se les hace mucho más difícil tomar un cargo por el cúmulo de envidia que acumulan...”. A pesar de una valoración negativa acerca del liderazgo de las mujeres dentro de los partidos políticos, se advierte un cierto reconocimiento a las causas estructurales que hacen más complejo el ejercicio del poder público por parte de las mujeres. En tal sentido nuestro entrevistado afirma: “...Nuestra cultura esta diseñada de tal forma que a las mujeres las ponen a la defensiva, entonces se ven a sí mismas como seres rivales... nuestra sociedad, nuestras vidas familiares lógicamente es para favorecer a los hombres”. Página 65 de 100
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Resulta reveladora la valoración de un representante de una instancia colectiva de sociedad civil con relación a la actitud que diversas organizaciones tienen acerca de los derechos de las mujeres: ”... Yo diría que la mayor parte de las organizaciones de la sociedad civil no toman en cuenta con seriedad los planteamientos de la mujer... y yo todavía escucho risas...”. En el mismo sentido, existen valoraciones que reproducen los mensajes que afirman la maternidad y el cuidado de la familia como los ámbitos de máxima realización de las mujeres, en contraposición a su participación en el espacio público. En tal sentido continúa diciendo nuestro entrevistado: “... Hay otro elemento muy importante que también esta asociado a lo cultural, una mujer tiene definido un rango de prioridad a la familia, mayor que a su desenvolvimiento personal, entonces dice... yo voy a trabajar un tiempo, me caso, tengo mi familia, la logro criar hasta cierta edad y vuelvo a trabajar; y con toda honestidad eso me parece que es lo más sabio que pueda hacer un ser humano...”. Analizando la validez de la existencia de mecanismos específicos para promover los derechos de las mujeres dentro de las instituciones mixtas y la necesidad de trabajar sobre objetivos comunes a hombres y mujeres tales como el de la reducción de la pobreza, un dirigente de uno de los partidos políticos mayoritarios considera que dichos mecanismos reafirman la “segregación encubierta” contra las mujeres: “...Todavía la participación de las mujeres es insuficiente, todavía hay quienes no creen que tienen exactamente los mismos derechos que el hombre... Hubo una época de segregación franca pero dio paso a la incorporación de la segregación encubierta: las mujeres para los asuntos femeninos... y ¿cuáles son sus funciones? organizar reuniones, ver solo los problemas de la mujer como si... estuviera en una cápsula que no tiene que ver con el resto”.
Obstáculos Para La Participación De Las Mujeres En El Espacio Público
Valoraciones De Las Mujeres La complejidad del análisis de la participación de las mujeres en el espacio público y particularmente en las instancias de toma de decisiones nos obliga a un análisis exhaustivo de las formas de organización de la sociedad, la construcción de identidades de hombres y mujeres articuladas en torno a la división del espacio público y el espacio privado, lo que a su vez conlleva analizar los mensajes y prácticas que se reproducen culturalmente en torno a los ámbitos de intervención de hombres y mujeres.
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Así mismo es preciso analizar las diferentes oportunidades que mujeres y hombres tienen para el desarrollo de habilidades y capacidades necesarias para el ejercicio del liderazgo; el acceso diferenciado a recursos de toda índole, como expresiones de la construcción cultural que establece roles, derechos y oportunidades diferentes y desiguales para hombres y mujeres. Todos estos elementos de carácter sociocultural han sido ampliamente analizados por las mujeres entrevistadas, las cuales cuentan con una basta experiencia de participación en los partidos políticos, organizaciones gremiales, organizaciones campesinas, indígenas y de mujeres. Así mismo los hombres líderes de diversas organizaciones, comparten sus propias perspectivas con relación a los obstáculos que limitan la participación de las mujeres. Relacionando las concepciones y prácticas de poder prevalecientes en las instituciones públicas como factor que limita la participación de las mujeres a pesar de sus capacidades manifiestas, una líder de un partido mayoritario afirma: “Primero están los requisitos que hay dentro de la ley, pero principalmente las oportunidades se dan por vinculación con las estructuras de poder, yo creo que una mujer puede ser muy sobresaliente pero nadie se va acordar de eso, a la hora de buscar una mujer para cargo de elección popular, nadie la va a buscar, eso va ha surgir ya con los contactos, amistades, padrinos”. En el mismo sentido una líder del Movimiento de mujeres señala que: “El hecho de tener que demostrar que podes -cosa que no tienen que demostrar los hombres- el hecho de que cualquier cosa no hagas bien, te descalifica por ser mujer también, eso es muy difícil...”. Por su parte una líder sindical reconoce en su experiencia de participación que algunos hombres compiten con las mujeres por temor a que estas los desplacen de sus posiciones de poder: “Mire, en las organizaciones a veces hasta los mismos de la junta directiva nos hacen la palma, nos meten el puñal por detrás... y eso es un problema... de parte de los compañeros hay como temor a ser desplazados de sus puestos... ellos tienen miedo que cuando una demuestra que si tiene capacidad, ésta me va a quitar el puesto”. Una líder comunal comparte su experiencia en cuanto a la oposición activa que ejercieron algunos hombres de la comunidad para que las mujeres fueran electas en cargos directivos: “No es fácil, los hombres todavía no aceptan que las mujeres podemos dirigir... para llegar a ser presidenta de la comunidad... el trabajo de ellos fue denigrándome como mujer... ¡qué va a ser ella¡ ni la alcaldía conoce... se unieron los dos varones contra mí y se notó el machismo de no querer dejarnos gobernar a las mujeres... los hombres con tal que uno no llegue, empiezan a poner a las mismas mujeres contra uno... En las asambleas van más mujeres que hombres, las mandan los varones... ¡anda ve de que se trata! pero no le dan la potestad de que vaya a hablar solo escuchar...”.
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Analizando la complejidad de la interacción entre defensa de los derechos de la población indígena y afro-descendiente y la defensa de los derechos de las mujeres, una líder indígena comparte de la siguiente manera los obstáculos que han enfrentado: ”...Reconozco que así como hay compañeros que dan oportunidad, también hay otros que dicen no. A veces hemos llegado a escuchar frases como: son inútiles, si tenemos mujeres no vamos a avanzar en el proceso... Nos hemos encontrado con algunas inquietudes de los compañeros, por ejemplo van a dividir el movimiento indígena... entonces nosotras decimos no, de ninguna manera, lo que buscamos es... fortalecer el movimiento indígena con nuestra participación en la toma de decisiones... otros dicen que las mujeres están copiando una cultura occidental... sí es una decisión cultural, porque nuestros antepasados no diferenciaban lo que era mujer y hombre, pero es que las mujeres tenemos temas específicos que tenemos que tratarlos entre nosotras. Ellos tienen la obligación de apoyar”. La falta de interés y el temor de algunos dirigentes de partidos políticos que ocupan cargos de elección popular cuando se trata de promover cambios políticos- institucionales y jurídicos para afirmar los derechos de las mujeres, es expresada por una líder de partido con larga trayectoria de la siguiente manera: “... No es fácil trabajar dentro del Congreso... es imaginarse estar con alguien que no te está entendiendo, que ni tan siquiera te está escuchando por que se cierran los oídos, no les interesa escuchar porque se creen atacados y afectados, no entienden la dimensión del tema... ni aún cuando uno levanta las banderas por sus esposas y sus hijas...”. Otro obstáculo que enfrentan las mujeres en los espacios públicos está relacionado con las constantes referencias peyorativas que algunos hombres hacen respecto del cuerpo de las mujeres. Una líder de partido grafica esta situación en el hecho de que un dirigente escribiera una manta con la siguiente leyenda “La revolución no podrá hacerse jamás sin las mujeres – entre paréntesisincluso las feas”. Por otro lado la falta de libertad que enfrentan algunas mujeres dentro de los partidos políticos para debatir sobre la problemática específica de las mujeres es explícitamente reconocida por una líder de partido en los siguientes términos: “ Ni en los partidos de ellas pueden discutir... entonces... están dependiendo de lo que dicen en sus partidos... ellas están comisionadas por sus partidos, si... definimos una posición de presentar algo y en su partido le dicen que no lo haga, no lo hacen...” El nivel de rigurosidad y poco reconocimiento con que se califica el desempeño de las mujeres en el espacio público en comparación con los hombres, es explicado en los siguientes términos por una líder de partido: “...Para cargos de elección popular siempre a la mujer se le exigen más requisitos que a un hombre y eso es duro porque... el trabajo vemos que la mujer lo desarrolla con mas entusiasmo, con mas compromiso, pero al final las mujeres... siempre vamos
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en cargos de elección no elegible... nunca... se nos valora el trabajo que las mujeres hacemos...”. Otra mujer líder de un partido mayoritario analiza desde su experiencia las exigencias que de forma particular se plantean a las mujeres en el ejercicio de su liderazgo: “...Y cuando llegamos al lugar tenemos que hacer el trabajo diez veces mejor que el hombre, porque nosotras si nos tenemos que probar, este terreno es de ellos... entonces a la mujer se le pide una competencia... se le pide preparación... se le pide currículum donde al hombre no se le pide, se le pide ser inteligente a él no, se le pide que sea decente, que tenga principios, donde al hombre no se le pide. Que si la mujer viene y se enoja, es que anda con la regla o que ya estamos viejas... él si tiene carácter, es firme, la mujer es histérica... Porque estamos compitiendo en un campo que ha sido ajeno a nosotras, entonces nos atemorizan...”. En el mismo sentido una líder comunal reconoce que “... Cuesta más descubrir al hombre en esos asuntos de malos negocios, a la mujer rapidito le hacen un alboroto los mismos hombres...”. Analizando los obstáculos que enfrentan las mujeres en el ámbito doméstico/ familiar y particularmente en la relación con la pareja, una líder comunal nos dice: “...Es que dicen que no les gusta que la mujer ande en reuniones porque se les va a arruinar... y hay hombres que dicen: ya le voy a decir a su marido que le ponga mas mando – que me ponga mano pues“. La valoración negativa que se hace de algunas características que por razones culturales son más visibles en las mujeres, frecuentemente se convierte en un factor de descalificación y sub-valoración de la calidad del liderazgo de las mujeres en el espacio público. La experiencia de una líder de un partido mayoritario es expresiva al respecto ”... Hablo un lenguaje que no choca tanto... no me ven como si fuera... una opinión sentimental... muy débil, muy frágil sino que es una opinión fuerte, con principios, por ideales... y conociendo el escenario donde me muevo, eso me ha ayudado para que en muchas ocasiones no me vean como mujer, que esa es una debilidad, no me vean como la chismosa. Nos han visto siempre como las mujeres que son disidentes... chismosas... disociadoras... informales... que no se puede hablar... porque con ella no hay seriedad... entonces el hecho de la cólera... el llanto... de que nos miran como manipuladoras, no nada de eso...”. En el mismo sentido, otra líder de partido mayoritario reconoce la importancia de compartir con otras mujeres sus experiencias de participación en los partidos políticos como medio para el aprendizaje colectivo: “... No perdonan que una mujer diga las verdades pero un hombre si puede decirlas, pero yo tampoco me podía quedar callada porque hay más mujeres dentro de mi partido que... ambicionan ser candidatas, entonces es bueno que conozcan las interioridades para que se cuiden...”. Página 69 de 100
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Otro de los obstáculos estructurales señalados por las mujeres entrevistadas para incursionar en el espacio público y particularmente para poder competir por cargos de elección popular, es la falta de acceso y control de recursos económicos. Ello se vuelve mas grave en la medida en que la selección de las listas de candidatos está fuertemente determinados por el factor económico. En tal sentido una líder de partido señala desde su experiencia personal: “... Otra de las limitaciones que a mí me ha impedido... participar en un cargo de elección popular es precisamente el aspecto económico... si yo quiero ocupar un cargo de elección popular tengo que dejar de hacer mi trabajo y... financiarme económicamente para después no tener compromiso con nadie...”. Analizando el papel que juegan algunas instituciones ideológicas en la reproducción de estereotipos que afirman la inferioridad de las mujeres, una líder del Movimiento de mujeres afirma que “... El sistema está reforzando los valores patriarcales en las mujeres también... la iglesia es una preocupación, la otra son los mismos partidos políticos, como están dirigidos en su mayoría por varones, ellos están dirigiendo la formación hacia eso porque... sienten que si las mujeres llegamos... a descubrir lo que es el patriarcado, se quedan sin nada... la iglesia, los partidos políticos, los medios de comunicación son los medios para seguir reforzando y fortaleciendo los valores patriarcales en las mismas mujeres”.
Valoraciones De Los Hombres Para efecto de valorar los cambios que han ocurrido en el pensamiento de hombres y mujeres en torno a la participación de las mujeres en el espacio público y las causas estructurales que explican la subrepresentación de estas, es importante contrastar las opiniones de las mujeres líderes con las de los hombres dirigentes de partidos políticos y representantes de instancias colectivos de la sociedad civil. Es de hacer notar que algunos hombres que ocupan cargos de dirección en el estado, en los partidos políticos y en instancias de sociedad civil, continúan considerando el rol de muchas mujeres en el espacio doméstico/ familiar como limitaciones naturales y no como construcciones culturales susceptibles de ser modificadas. Un funcionario del estado señala al respecto: “ Ahora hay un aspecto real... y es... la maternidad de la mujer... en algunas experiencias que he tenido yo con algunas mujeres que son muy capaces pero las obligaciones matrimoniales, las limita en algunas cosas... salir de la ciudad... asumir una responsabilidad en horas fuera de oficina... yo no se como se puede compaginar con lo que estaban pensando ustedes en cuanto al desarrollo político de la mujer, es una limitación natural”.
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En el mismo sentido un dirigente de un partido político mayoritario afirma: “... La vinculación con la disciplina de la mujer viene desde la hora en que le da de comer al hijo, nace con un sentimiento de exactitud de cumplir el deber, en determinado momento hay una predisposición biológica que obliga a que la atención del niño debe ser exactamente disciplinada...”. Un representante de una instancia colectiva de la sociedad civil si bien reconoce que los costos que pagan las mujeres que incursionan en el espacio público son producto del sistema, limita las posibles respuestas al ámbito de la decisión personal de cada mujer, sin hacer ninguna alusión a la responsabilidad que también le corresponde a los hombres-padres en el cuido de la familia. En tal sentido afirma: “Si la mujer dice: yo me voy a dedicar a la parte profesional... el costo de ella... y el costo familiar es muy alto, porque... para poder tener el reconocimiento tengo que hacer más que lo que hace el varón. Ya es un problema de sistema, pero también es un problema de la decisión, porque para poder lograr esto, tengo que sacrificarme físicamente, emocionalmente, luego cumplir con mi función en la casa... y tener una exigencia laboral mayor... está luchando contra toda la corriente y esto es una decisión personal... atiendo a mi familia o no la atiendo...”. Otras opiniones presentan al matrimonio y la participación de las mujeres en el espacio público como dos ámbitos excluyentes para las mujeres, que las obligaría a optar por el matrimonio o por el liderazgo político. En tal sentido un dirigente sindical plantea su experiencia en los siguientes términos: ”... Tengo que reconocer que en las organizaciones sindicales hay mujeres mucho más valiosas que los hombres... pero que al momento de asumir la conducción ellas mismas se autodestruyen... esas acciones muchas veces las llevan al rompimiento del hogar... las mujeres que han tenido acciones protagonistas... no tienen un hombre en el hogar, la lucha las ha obligado a separarse del hogar...”. Es esperanzador encontrar opiniones de hombres líderes que reconocen la necesidad de transformar las relaciones entre hombres y mujeres en el ámbito doméstico/ familiar como medio para corregir las desigualdades que limitan la participación de las mujeres. En tal sentido un joven líder de un partido mayoritario reconoce: “Las trabas de las mujeres son más que todo ocultas, son varias... tienen más responsabilidades familiares que los hombres eso las atrasa... es cultural. Para ser candidato se necesita tener beligerancia económica... la presión es psicológica, a las mujeres las han bombardeado desde chiquitas que tienen que estar protegidas de alguna manera... En Honduras... la cultura masculina se basa mucho en la amistad... y las excluye...”. En el mismo sentido un líder de los gobiernos locales afirma: “Yo decía que esta es una de las limitantes, la cultura de nuestro pueblo en relación a Página 71 de 100
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como se ve el papel de la mujer y por eso es que cuando una mujer se lanza a una postulación política... la ven como de menos... ¡no va a hacer nada¡ a esa el marido la va a mandar... en términos despectivos por el machismo tradicional que hay...”.
Avances, aportes y propuestas de las mujeres en el espacio público, para la construcción de una cultura de equidad.
Avances Y Aportes De Las Mujeres Probablemente el principal avance de las mujeres hondureñas a lo largo de las últimas dos décadas es haberse atrevido a trastocar y subvertir los prejuicios y estereotipos que caracterizan a la cultura de discriminación que durante siglos ha negado el derecho de participación de las mujeres en la toma de decisiones en el ámbito público. En la actualidad la participación de las mujeres se da desde los mas variados ámbitos de interés social tales como la defensa de los derechos económicos, políticos, religiosos, culturales, tanto en los niveles locales y regionales, como a nivel nacional e internacional. Desde las juntas de barrios, juntas de agua, patronatos, club de amas de casa, asociaciones de padres de familia, organizaciones campesinas, obreras, indígenas, negras entre otras, las mujeres están definiendo y materializando su derecho ciudadano a la participación. Las miles de mujeres que están interviniendo en el espacio público tienen como uno de sus principales aportes a la transformación de la cultura política, haber conjugado intereses comunes de la sociedad hondureña, con los derechos de las mujeres en procura de una sociedad más equitativa desde la perspectiva de género. A pesar de que el espacio doméstico-familiar apenas se ha modificado a favor de un reparto más equitativo de tareas relativas a la reproducción y el cuidado, las mujeres han logrado desarrollar múltiples iniciativas para liberar un poco de su tiempo que les permita ejercer su derecho de participación en el espacio público. Aun y cuando muchas mujeres se ven obligadas a transferir una parte de las responsabilidades que les han sido impuestas por la fuerza de la “tradición”, en las hijas mujeres principalmente, sin duda representa un logro trascendente el hecho de que las mujeres trasciendan el ámbito doméstico y redimensionen su derecho de participación en el ámbito público.
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Un Nuevo Concepto De La Política Y De Lo Político “ Yo me veo a mi misma participando en política... pienso que habría mayor sensibilidad social, mayor comprensión de los problemas nacionales, de la pobreza, podría haber mayor ética, mayor trasparencia, mayor compromiso...”. Esta frase condensa la opinión generalizada de muchas mujeres que participan en organizaciones de diversa índole, con relación a su propio concepto de la política. Las mujeres que participan en el espacio público han reafirmado con su sola participación el potencial que encarnan para el ejercicio de un liderazgo constructivo, que en la mayoría de los casos pone los intereses colectivos por encima de cualquier interés personal o de elite. Han dado un nuevo sentido a la “política” y un nuevo contenido a lo “político”, toda vez que la primera es entendida como el ejercicio del poder público a favor del bienestar de las personas y los diversos grupos que componen la sociedad. Este nuevo concepto de la política a su vez se fundamenta en una nueva concepción de “lo político”, trascendiendo el sentido tradicional que ubica un determinado tipo de demandas susceptibles de ser llevado al ámbito público (control del poder público. Por el contrario para los movimientos de mujeres y feministas, el carácter político de sus demandas, están relacionadas directa e inevitablemente con los derechos de las mujeres y la equidad de género, en tanto ellas suponen una nueva concepción y nuevas prácticas en el ejercicio del poder tanto en el espacio doméstico como en el público. Lo político como el contenido de lo que se hace y la política como el conjunto de medios para intervenir en el espacio público, están vinculadas entre sí por la concepción de poder que manejan los individuos y grupos que ejercen su derecho a participar en la toma de decisiones. En tal sentido es profundamente político debatir y proponer soluciones sostenibles a problemas que discurren en el ámbito doméstico pero que impactan de manera contundente las dinámicas sociales, económicas y de participación de mujeres y hombres en el espacio público. Problemas tales como la violencia intrafamiliar y sexual, la ausencia de derechos sexuales y reproductivos para mujeres y hombres, la discriminación que sufren las mujeres en los ámbitos educativos y laborales entre otros, son problemas con un profundo contenido político en tanto sus posibles soluciones plantean cambios muy profundos en la cultura de relaciones entre hombres y mujeres y el mismo papel de las instituciones públicas. El paso de las mujeres por posiciones de liderazgo en el espacio público en muchos casos está directa o indirectamente vinculado a iniciativas que promueven una nueva cultura de relación entre mujeres y hombres, un nuevo ordenamiento jurídico y un nuevo papel del estado en la promoción de la equidad de género. Página 73 de 100
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Muchas mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en los partidos políticos y/o cargos de dirección en el estado, han demostrado su compromiso con la promulgación de leyes, elaboración e impulso de políticas públicas favorables a los derechos de las mujeres y por ende a la equidad de género; así como a la promoción de mecanismos institucionales que garanticen la implementación de las mismas por parte del estado hondureño. En tal sentido leyes como la que sanciona la violencia intrafamiliar, la ley de igualdad de oportunidades, la ratificación de convenios internacionales que consignan los derechos de las mujeres, la aprobación de la Política Nacional de la Mujer y su correspondientes Plan de Igualdad de Oportunidades, son solo algunos de los ejemplos relevantes sobre los esfuerzos realizados por las mujeres que han incursionado en el espacio público. En cuanto a la promoción de cambios institucionales en el estado para la promoción de los derechos de las mujeres y la equidad de género, una líder de partido comparte sus logros en el esfuerzo de creación de la comisión de la mujer en el Congreso Nacional: “ Fui la iniciadora de la comisión de la mujer dentro del Congreso. Yo no sabía ni de que se trataba... la OMS me metieron el hombro, cuando agarramos fuerza nosotras nos fuimos a organizar todas las comisiones de la mujer en Centro América... Fui la Presidenta de las comisiones... se implementaron leyes, al mismo tiempo estábamos con la ley en todos los Congresos, la red Centroamericana de Mujeres, es impresionante”. En el mismo sentido se podría hablar de la creación del Instituto Nacional de la Mujer el cual si bien fue producto de una demanda histórica de las organizaciones feministas y de mujeres, para su ulterior desarrollo ha contado con el esfuerzo de muchas mujeres comprometidas con la promoción de los derechos de las mujeres y con la equidad de género. Refiriéndose a la validez o no de establecer cuotas de participación como medio para comprometer de forma efectiva a los partidos políticos en la promoción del liderazgo de las mujeres, una líder de partido expresa su importancia de la siguiente manera: “ A nivel de jornadas educativas yo implemente el 50%... van un varón y una mujer... eso lo pelié... hay mucho acceso a la educación y no mandaban mujeres cuando venían las invitaciones...”.
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Importancia Del Movimiento De Mujeres Y Feminista Para La Participación Ciudadana De Las Mujeres Particularmente desde las organizaciones que hacen parte del movimiento amplio de mujeres en sus diversas expresiones, estas han logrado reconocer y hacer visible para el conjunto de la sociedad, la relación intrínseca entre democracia, ciudadanía y derechos de las mujeres. En tal sentido las agendas de las organizaciones de mujeres han logrado poner en el debate público problemas y propuestas sobre temas de gran trascendencia tales como el de la violencia de género, la sexualidad como ámbito del desarrollo humano, la reproducción y las construcciones culturales de la maternidad y la paternidad, la participación de las mujeres en el espacio público, entre otros. En relación al aporte que las organizaciones de mujeres han dado al fortalecimiento de la democracia, una líder sindical expresa: “ Yo me formé con esas organizaciones de mujeres, les decía a mis compañeros que yo sabía más de género que de sindicalismo, me sirvieron para liberarme de tantos tabúes que yo tenía, me dieron una fortaleza para luchar por el derecho de mis compañeras...” En el mismo sentido una líder de partido reconoce los aportes del movimiento de mujeres en los siguientes términos, “... Yo considero que las organizaciones de mujeres han hecho importantes logros en dos campos... en el organizativo... y en el educativo... han logrado tener el tema de la participación de las mujeres en la agenda...” La creciente participación de las mujeres en el espacio público ha sido posible gracias a los esfuerzos que por muchos años han realizado las propias mujeres organizadas, para desarrollar procesos de toma de conciencia que alienten la voluntad de participación de las propias mujeres, así como para reducir las resistencias que muchos hombres tienen respecto de dicha participación. Al respecto una líder sindical comparte su experiencia de la siguiente manera “... En mi organización... es ya la participación de las mujeres... le hablan de cómo defender sus derechos... las mujeres que están como delegadas de grupo, ellas se encargan de defender a las demás compañeras... ellas hacen un buen trabajo de defensa de las mujeres, conocen sus derechos... hacen talleres... los van a reproducir a la base, entonces va creciendo más el numero de mujeres involucradas”. Sobre la necesidad de incorporar a mas mujeres en las instancias de toma de decisión, una líder del movimiento sindical reconoce que “... Hace un tiempo no participaban mujeres en el comité ejecutivo y recuerdo... que costó mucho meter la secretaría de asuntos femeninos, pero lo logramos...”.
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Por otro lado y afirmando la importancia de la participación de las mujeres desde formas específicas de organización, una líder campesina plantea: “Nosotras aglutinadas todas las mujeres... hemos visto... una participación muy activa... hemos participado en la agenda mínima... en las marchas... por la participación en la alcaldía municipal... ya hay oficina de la mujer... lo hemos logrado.” En alusión a esfuerzos de incidencia realizada por el movimiento de mujeres con los partidos políticos en la recién pasada campaña electoral, una líder de partido señala: “ La agenda mínima, los pactos que firmaron con los candidatos fueron importantísimos...”.
Aportes De Las Mujeres A Los Procesos De Construcción Democrática La promoción de cambios en los modelos autoritarios prevalecientes en nuestra sociedad, es visto como uno de los principales aporte del movimiento de mujeres al proceso de democratización del país. En tal sentido una líder del movimiento de mujeres afirma que “... La eliminación del servicio militar obligatorio es una propuesta nuestra a los candidatos... una cosa muy sentida por las mujeres...”. En el mismo sentido una líder de uno de los partidos mayoritarios considera que “ Las mujeres estamos en los movimientos de lucha, en la dictaduras damos la cara, los hombres tienen que salir del país, las mujeres damos la cara. Cuando viene la democracia damos un paso atrás... creemos que la historia ya no nos necesita porque ya esta la paz... entonces vienen los hombres y son los que aparecen... llegan ellos y se reparten el poder......”. La eficacia con que las mujeres están participando en el espacio público ha logrado un importante reconocimiento incluso por parte de algunos hombres que en algún momento se han mostrado reacios a reconocer sus derechos y capacidades. En tal sentido una líder campesina nos cuenta su propia experiencia: “ ... Se levantó un hombre y me dijo... le pido disculpas porque fui uno de los que la criticó fuertemente, usted enfrentó un reto más fuerte que los hombres, la felicito y reconozco que si tienen capacidad las mujeres; eso es una gran cosa, que reconozcan eso en medio de un congreso...” Por otro lado y como expresión de los cambios generados por la participación creciente de las mujeres en el espacio público, una líder de uno de los partidos mayoritarios reconoce que dicha participación ha propiciado cambios en el lenguaje utilizado por dirigentes y funcionarios públicos, el cual aunque tímidamente se aleja de estereotipos centrados en la figura masculina como paradigma de la participación ciudadana: “ Yo si creo que se han propiciado cambios... ya observo por lo menos una atención a no tener un lenguaje tan sexista, con reconocimiento a que las mujeres existimos, que somos importantes, que somos un grupo que no puede dejarse al margen... hay una cierta Página 76 de 100
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sensibilización... al menos en discurso que antes era completamente omitido, invisible.”
Algunas Propuestas Para La Construcción De Una Cultura De Equidad Impulso De Procesos De Educación Y Articulación Entre Mujeres Para La Toma De Conciencia Y El Fortalecimiento De La Acción Colectiva La generación de auto-conciencia sobre los derechos de las mujeres por parte de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo es vista por una líder de partido como una necesidad principal en el esfuerzo de construir relaciones de equidad entre mujeres y hombres: “En política debe trabajarse para formar a las mujeres en el conocimiento del enfoque de género. Creo que las mujeres no podemos estar en cargos importantes sin conciencia, tenemos que tener conciencia y compromiso”. Reconociendo que los derechos de participación vas mas allá del ejercicio del voto y aun en este caso es necesario desarrollar mayores niveles de conciencia, una líder comunal afirma: “Yo pienso... que hace mucha falta la concientización a la mujer y es un trabajo que desde mi comunidad ando poniendo los mensajes, por ejemplo las del INAM que dice que tenemos no solo derecho de votar sino a participar, es una forma de hacer conciencia en la mujer... debemos empezar concientizando y diciéndoles de sus derechos, de las leyes que nos protegen... deben haber campañas... porque la mayor parte no están concientes se les ha educado para votar únicamente, pero no para que piense por ella misma”. Para otra líder comunal los medios de comunicación deben jugar un papel fundamental en el proceso de educación de las mujeres sobre sus derechos: “Formar a las mujeres a través de los medios, programas radiales, televisivos, que un equipo de mujeres vayan a dar esa información... si estamos solo en la casa nadie se va a poder desenvolver y desarrollar, por eso la formación es una escuela... es una lucha...”. Reafirmando la importancia de los procesos educativos, una líder campesina plantea: “ La primera tarea es la capacitación masiva en conocimiento de las leyes, de nuestros derechos y de la igualdad de oportunidades... ”. Las mujeres de partidos políticos entrevistadas, coinciden en afirmar la necesidad de fomentar acciones educativas y de acercamiento entre mujeres para fortalecer su liderazgo en el ámbito público. Las siguientes expresiones dan cuenta de ello. “ ... A mí me gustaría que hubiera un instituto de capacitación política... de capacitación integral para las mujeres”.
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“Para incrementar el trabajo político de las mujeres..... tenemos que hacerlo no solo a nivel de los institutos políticos, sino trabajar con todos los gremios de mujeres...”. “... Ir viendo los problemas... desde la óptica femenina, eso nos permitiría hablar sobre nosotras... como nos miramos frente a nosotras... y ¿por qué?...”. “Yo valoro que la articulación entre los diferentes sectores es una relevancia muy grande para nosotras las mujeres ... de cada estructura, como nos vamos articulando... las indígenas, las campesinas... las feministas... es el movimiento en sí...”.
Promover El Diálogo Intergeneracional Entre Mujeres La necesidad de promover espacios de diálogos entre mujeres de distintas generaciones, en considerado de suma importancia por una líder de partido, como medio para recuperar la historia y la experiencia de participación acumulada por las mujeres: “No hay vínculos generacionales entre mujeres. Yo creo que ellas son nuestra escuela, nuestra experiencia, la experiencia de ellas que sea la de nosotras, son las pioneras y son las que nos han ayudado a abrirnos campo en todo, en todos los aspectos de la vida de la mujer que ha participado no solo en la política, en la empresa privada, como profesionales universitarias, en todos los campos que ellas han abierto”.
Democratización De Los Partidos Políticos La importancia de que los partidos se democraticen como condición para la promoción de la equidad de genero, es afirmada mujeres líderes de distintas organizaciones partidarias en los siguientes términos: “Los partidos tienen que ser más democráticos y más institucionales, en el sentido que tienen que desarrollar una organización más permanente y crear órganos intermedios a los diferentes niveles para poder llegar hacer el trabajo en los diferentes componentes...” ”... Hay que ver más bien estatutos de los partidos, elecciones internas de los partidos y esa etapa ahí es donde podemos incidir para que las mujeres puedan ir encabezando planillas como nunca lo integraron”.
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Incidir En Políticas Públicas Las políticas públicas son vistas por varias de nuestras entrevistadas como uno de los medios importantes para generar cambios en la cultura política y particular en el papel del estado en la promoción de los derechos de las mujeres. Al respecto una líder del Movimiento de Mujeres señala: “ Yo creo que siempre hay que seguir trabajando en las políticas publicas y jurídicas para generar realmente posibilidades de participación para las mujeres.”
Participación Política De Las Mujeres En Los Espacios Locales La participación de las mujeres en los espacios locales es vista por algunas de las entrevistadas, como una escuela de aprendizaje en donde las mujeres y organizaciones de mujeres pueden desarrollar y potenciar la experiencia que han acumulado: “ ....La participación de las mujeres en el espacio local creo que es más fácil desde ahí ir formando... es un trabajo que urge ir preparando a las mujeres para que se puedan mover en los cargos de elección popular..... Ir haciendo campañas... de incidencia... de sensibilización y de acción... el movimiento de mujeres tiene la capacidad de presión... los mecanismos de auditoria social... tienen que ejercerse”.
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V. Conclusiones Y Propuestas Rasgos de la cultura política hegemónica El caudillismo representa uno de los principales rasgos de la cultura política predominante en la sociedad. Hace parte de una práctica política centrada en el culto a la personalidad y por ende la subestimación de la acción colectiva y del papel de las instituciones. En la base del caudillismo subyace una concepción “del poder” centrado en la figura de una persona. Esta concepción mesiánica distorsiona y entorpece el concepto de la política y la participación política. El caudillismo ha sido el fundamento político para la instalación de dictaduras militares que durante varias décadas han entorpecido el desarrollo de nuestras sociedades y reforzado prácticas autoritarias y negadoras de los derechos humanos. Es también uno de los principales obstáculos a superar para avanzar hacia la consolidación de los partidos políticos como formas legítimas de participación ciudadana. El clientelismo como un fenómeno asociado al caudillismo es otro de los rasgos predominantes de la cultura política hegemónica. En su base se encuentra la histórica disparidad entre democracia formal y existencia de profundas desigualdades socio-económicas. El clientelismo en tanto sistema de dádivas, distorsiona la naturaleza de las instituciones públicas, así como el concepto de derechos y ciudadanía, en la medida que ubica la relación entre el ciudadano y figuras públicas, como una relación de dependencia paternalista que por un lado refuerza el poder de los caudillos y por el otro limita y reduce la participación ciudadana. El clientelismo por su naturaleza genera relaciones inestables entre el electorado y los partidos políticos, toda vez que estos últimos no están en capacidad de cumplir con las promesas o compromisos contraídos generalmente durante las campañas electorales, en esa medida debilita la legitimidad de los partidos. En la práctica del clientelismo subyace una importante dosis de subestimación de la capacidad de discernimiento de las y los votantes ya que se presume que la gente únicamente quiere soluciones a problemas inmediatos, al margen de otras consideraciones que aluden a su condición de ciudadanos con sentido de pertenencia. Otro rasgo de la cultura política hegemónica es la asociación de
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas la política y de la cosa pública como medio de enriquecimiento personal o de pequeñas elites. El estado ha sido considerado como un medio de enriquecimiento rápido que generalmente va acompañado de contextos institucionales autoritarios y excesivamente centralistas, en donde las leyes que regulan el ejercicio del poder público, o son muy débiles, pierden legitimidad y son constantemente violadas por los propios funcionarios públicos. El lucro personal y la corrupción son también características comúnmente asociadas a la práctica del caudillismo y del clientelismo, en la medida en que una sola persona y su grupo de leales controlan los diversos factores de poder concentrados en las instituciones publicas, mientras los mecanismos de rendición de cuentas son inexistentes o en el mejor de los casos, fácilmente manipulables. Es precisamente el incremento de los niveles de corrupción de grupos políticos tradicionales, lo que en buena medida explica la pérdida de credibilidad de los partidos políticos y sus dirigentes. La desconfianza creciente de la ciudadanía vulnera los valores de la democracia y desalienta la participación ciudadana. De hecho el creciente abstencionismo en los procesos electorales, es sin duda, consecuencia directa de la falta de credibilidad en el sistema de representación. El abstencionismo como expresión de descrédito de la clase política contribuye al debilitamiento de las instituciones democráticas –incluyendo los partidos- y desaliente la participación ciudadana, debilitando con ello el propio sistema democrático. El autoritarismo y centralismo es otro de los rasgos de la cultura política predominante en muchos de los países de la región. La concentración de la toma de decisiones en manos de reducidos grupos e incluso de una sola persona, es uno de los rasgos que subsisten a las depuestas dictaduras cuyo poder estaba asegurado por las armas. El autoritarismo es incompatible con la democracia en la medida que compromete cualquier posibilidad de diálogo y que ve en la pluralidad de ideas un riesgo para “el poder único”. Inevitablemente el autoritarismo está relacionado con la centralización, siendo por ello mismo una práctica que contradice la naturaleza pública de las instituciones del estado y de los mismos partidos políticos. Disuade la participación ciudadana en la medida que centra la toma de decisiones en reducidos grupos que frecuentemente ponen sus propios interese por encimas de los intereses colectivos. El autoritarismo y centralismo también se expresa en la resistencia mas o menos explícita hacia la participación ciudadana que obliga a funcionarios públicos
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas a someter a consulta determinadas decisiones, así como a rendir cuentas sobre el uso de los bienes del estado. La confusión entre intereses políticos-partidarios y el uso de los recursos públicos es una tensión cada vez mas presente en la relación partido de gobierno-estado; la selección de funcionarios públicos sobre la base de criterios de calificación y experiencia y prestigio personal, muchas veces entra en competencia con criterios ideológicos utilizados para la selección de cierto tipo de dirigentes de partidos. De cómo se resuelva esta tensión, podemos inferir la calidad con que se desempeña la gestión pública, el respeto al pluralismo político y la fluidez con la que se lleve a cabo la interlocución con la sociedad civil. La clase política de nuestro país en el marco de la presente investigación expresa una preocupación de doble vía: por un lado los partidos están perdiendo influencia en la gestión de las políticas públicas; y por otro, los liderazgos de mayor trayectoria en los partidos políticos, están siendo desplazados por personas sin compromiso partidario, que son escogidos en función de la calificación profesional y experiencia gerencial. Lo anterior en algún sentido podría favorecer la eficiencia con que se realiza algunas gestiones públicas y por el otro comporta el riesgo de que la gestión pública se vea separada de los intereses propiamente nacionales, tomando en cuenta que las políticas públicas cada vez mas están sujetas a las disposiciones macroeconómicas orientadas desde instituciones financieras internacionales, sobre las cuales el electorado no tiene incidencia.
Cambios Favorables En La Cultura Política La realización de elecciones periódicas si bien no representan en sí misma la garantía de contar con un sistema democrático, sin duda representan uno de los principales avances en la construcción de una sociedad democrática. El respeto al pluralismo político es otro de los principales cambios en la cultura política, toda vez que ello signifique una mayor diversificación de las opciones de participación representativa y de las opciones de cambio que los partidos construyen para ofertar al electorado. El reconocimiento de la participación ciudadana como un valor intrínseco de la democracia, forma parte de los cambios cualitativos operados en la cultura política predominante de las últimas décadas. La participación ciudadana desde la perspectiva de autonomía y corresponsabilidad, ha contribuido a la construcción de un nuevo marco jurídico así como a la creación de una nueva institucionalidad en el Estado para dar paso a una concepción más integral de la democracia y la gobernabilidad.
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas La demanda creciente por una mayor democratización interna de los partidos políticos y de las organizaciones de la sociedad civil que se documenta en la presente investigación, representa en sí misma un cambio importante en la concepción de los y las ciudadanas quienes reclaman para sí mayores cuotas de participación en la toma de decisiones. El reconocimiento por parte de varios dirigentes partidarios entrevistados respecto de la necesidad de promover procesos más participativos para la construcción de plataformas electorales, a través del impulso de procesos de consulta con diversos sectores de la sociedad, como factor de legitimidad de las agendas político-partidarias, representa una tendencia favorable en la construcción de una cultura política más democrática. Sin embargo, comparando los cambios promovidos en los partidos mayoritarios y los nuevos partidos en cuanto a construir plataformas electorales participativas, encontramos una mayor disposición y agilidad por parte de estos últimos para disponer sus estructuras partidarias en función de procesos de consulta. Al respecto, se puede suponer que en el caso de los partidos mayoritarios los cambios tanto para modificar sus dinámicas internas como para implementar nuevas formas de acercamiento con el electorado encuentran mayores obstáculos, probablemente por al arraigo con las que se han asentado las prácticas políticas instaladas a lo largo de muchos años. Tomando en cuenta que no existen partidos monolíticos y que por el contrario se reconoce y admite la existencia de diversas corrientes dentro de ellos, es preciso ahondar en la reflexión sobre los intereses que encarnan los partidos políticos y la fuente de legitimación de sus agendas. Las nuevas formulaciones del orden jurídico para contribuir a una efectiva independencia de los poderes del estado, así como la creación de algunos mecanismos que limiten las facultades de los funcionarios públicos y que hagan posible la fiscalización en el uso de los bienes públicos, es también un cambio altamente favorable en el proceso de construir modelos mas transparentes y democráticos. En el caso de los partidos políticos que llegan al gobierno, estos deben enfrentar el reto de armonizar los sistemas de rendición de cuentas del partido propiamente dicho, con su gestión en el estado, proceso que se hace más complejo en la medida que muchos de los funcionarios(as) de gobierno también desempeñan funciones de dirigencia dentro de sus organizaciones partidarias. El reconocimiento de los derechos de las mujeres tanto en términos jurídicos como mediante la formulación de políticas encaminadas a la promoción de la equidad de género, así como la creación de mecanismos para su
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas implementación, aunque más lentos en el tiempo, forman parte fundamental en el proceso de transformación de la cultura política predominante.
Concepto De Ciudadanía Y Participación Ciudadana La ciudadanía como concepto y práctica política está directamente ligada con los fundamentos ideológicos con los que se ha organizado el patriarcado antiguo y moderno. La asignación del espacio privado como el de realización para las mujeres, se plantea como uno de los principales obstáculos para hacer efectivo el derecho de participación de las mujeres y con ello avanzar hacia la construcción de sistemas democráticos sostenibles. Por otro lado, la precaria presencia de los hombres en el ámbito de la reproducción limita sus perspectivas y posibilidades de mayor eficiencia en el ejercicio de las funciones públicas, toda vez que los aleja de las necesidades vitales para el desarrollo integral de las personas. La subrepresentación de las mujeres en el espacio público introduce un sesgo no solo en la forma de hacer política sino en el contenido de las políticas públicas, las que diseñadas desde un enfoque parcializado de la realidad, no logran armonizar los intereses de la reproducción y del desarrollo humano, con la producción de bienes y servicios, dejando por fuera necesidades vitales para el desarrollo integral de las personas. El sesgo que se origina en la división dicotómica entre el espacio público y el privado, también define que tipo de derechos serán reconocidos, normados y tutelados por el estado. En tal sentido, aun en la actualidad las democracias formales continúan debatiendo sobre los derechos de las mujeres y negando derechos significativos relacionados con la sexualidad y la reproducción principalmente. El debate sobre la ciudadanía es de central importancia para la construcción de la democracia. Las nuevas comprensiones sobre el concepto de ciudadanía tiene profundas implicaciones tanto en la ampliación del reconocimiento de los derechos universales de los y las ciudadanas de determinada nación, como en la definición de nuevos términos de relación entre el ciudadano y el estado. Las respuestas brindadas por las personas entrevistadas respecto al concepto de ciudadanía presentan matices y diferencias importantes que expresan la evolución de dicho concepto. Tales diferencias van desde el reconocimiento del derecho al voto como la máxima expresión de ciudadanía, hasta formas más complejas y sostenidas de participación en los procesos de toma de decisiones en el ámbito público.
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas En las entrevistas realizadas con hombres dirigentes de partidos políticos, encontramos la afirmación de la ciudadanía como una relación entre deberes y derechos, concentrando la satisfacción de necesidades como competencia de las y los propios ciudadanos, en tanto se le asigna al estado un rol de intervención limitada a aquellas circunstancias en que “los propios ciudadanos no están en capacidad de satisfacer sus necesidades”. Tomando en consideración que los sistemas democráticos en muchos países latinoamericanos tienen unan breve historia y que la democracia representativa ha sido probablemente la principal forma de participación adoptada por la clase política, es comprensible que las instituciones públicas incluyendo a los partidos políticos, sostengan una visión fragmentada sobre la ciudadanía y participación ciudadana. Resulta de gran importancia para la comprensión de los rasgos de la cultura política de nuestra sociedad, comprender las motivaciones y formas de inserción de hombres y mujeres en el espacio público. Los intereses, la dimensión de los objetivos que ambos señalan como sustento de su participación es a la vez causa y efecto de una determinada construcción cultural basada en la división del espacio público y privado en función de las diferencias sexuales. En este sentido las entrevistas permiten reconocer como las mujeres recuperan en sus recorridos históricos las influencias de la familia, la asociación de la participación con la necesidad de transformar las condiciones de vida de determinados sectores de la población, el ejercicio de la política asociado con la satisfacción de necesidades concretas de las personas con mayores carencias, entre las principales. En los recorridos que hacen las mujeres respecto de sus experiencias de participación en el espacio público, se entrecruzan relaciones e influencias familiares, coyunturas políticas nacionales que por su gravedad demandan la participación de las mujeres, reconocimiento y solidaridad con las necesidades de las comunidades, el intercambio de experiencias vitales entre mujeres que permiten reconocer la discriminación de que son objetivo, y evidentemente las características personales que cada una de las mujeres va construyendo en su particular experiencia de vida. La participación vinculada a valores como la solidaridad, vocación de servicio, así como la preocupación por los problemas derivados de las desigualdades de clase o de género, parecen ser una constante en las experiencias de participación de las mujeres en el espacio público. En coherencia con lo anterior, la necesidad de impulsar acciones afirmativas desde el estado, con el objetivo de corregir y superar los sesgos discriminatorios hacia las mujeres que presentan las democracias modernas, ha sido otro de los ámbitos de gran importancia relevados por los movimientos de mujeres, y mujeres ocupando cargos públicos y posiciones de liderazgo. Página 85 de 100
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En general, todas las entrevistas realizadas a mujeres líderes de partidos políticos, organizaciones populares, campesinas, indígenas y organizaciones de mujeres, dan cuenta de valiosas experiencias de participación que concentran un cúmulo de aprendizajes y aportes insuficientemente documentados en la historia oficial de la sociedad. Por otro lado las entrevistas realizadas con hombres dan cuenta de referencias más explícitas de su participación en el espacio público como un medio de autorrealización personal por medio de su participación en causas mas directamente relacionadas con la intervención en las decisiones macro y la conquista del poder: defensa de la democracia y de la constitución, promover cambios en el ámbito nacional, tomar el poder. Las motivaciones reconocidas por nuestros entrevistados están más claramente asociadas a la generación de cambios sociales a nivel macro que incluyen aspectos tales como el control de instituciones públicas, la toma del poder (defensa de la constitución, crear nuevas instituciones, tomar el poder) en clara relación con una comprensión del derecho de participación en las dinámicas de poder en el espacio público. En cuanto a las influencias que en su origen motivaron su participación, tal pareciera que estos tienen la necesidad de reconocerse como autogeneradores de su propia historia de participación en el espacio público y que la familia juega un tangencial.
Participación Política De Las Mujeres Como constatan los textos oficiales que documentan “la historia” del país, pocas veces se recupera la participación política de las mujeres hondureñas del pasado y aun en el presente. En general nos encontramos con una sobrerepresentación de las figuras masculinas en calidad de héroes, líderes o ilustres hijos de la patria, y por el contrario una subrepresentación de las mujeres, las que en el mejor de los casos son presentadas como honrosas excepciones del género femenino en el espacio público. La lucha de las mujeres por conquistar el derecho al voto, se ubica como uno de los grandes hitos en la historia de participación de las mujeres en el espacio público, en su esfuerzo por ser incluidas en el concepto de democracia. Mucho antes de que las mujeres conquistaran el derecho al sufragio participaban activamente en la vida política del país incluso desarrollando actividades que eran calificadas como típicamente masculinas. En tal sentido, a finales del Siglo XIX una de las principales formas de organización de las mujeres hondureñas se dio a través de la creación de los así llamados “clubes políticos”.
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas A pesar de la importante participación política de las mujeres, la clase política y la intelectualidad de la época por varias décadas repitieron argumentos con los que justificaban su negativa a reconocer el derecho de las mujeres al voto, los se contradecían abiertamente con el reconocimiento público que los caudillos de la época hacían al aporte de las mujeres. La posibilidad de promover cambios sustantivos en la cultura política del país caracterizada entre otros aspectos por la discriminación hacia las mujeres, requiere de un esfuerzo consciente de recuperación de los aportes dados por estas tanto en lo que se refiere a la conquista de sus derechos ciudadanos como mujeres, así como a las luchas compartidas en favor de la paz, la justicia social y la democracia. El reconocimiento de que a pesar de las barreras y obstáculos impuestas por la cultura hegemónica que intenta confinar a las mujeres en el espacio doméstico, estas en distintos momentos de la historia han defendido su derecho de participación, es de gran importancia en el proceso de transformación de estereotipos y prejuicios que sirven para perpetuar la discriminación contra las mujeres. A pesar de que en la actualidad las mujeres tienen una significativa participación política, los datos recopilados en el marco de la presente investigación permiten afirmar que su participación en instancias de toma de decisiones a nivel nacional y local continua por debajo de la participación masculina. En todos los casos los hombres ocupan posiciones evidentemente más ventajosas que las mujeres (primeros lugares en las listas de candidatos y primeros cargos en la mayoría de las instituciones del estado sobre todo en los niveles mas altos de la pirámide).
Valoraciones Sobre La Participación De Las Mujeres La participación de las mujeres en el espacio público es expresión de cambios trascendentes en la cultura política de nuestra sociedad, sin embargo el reconocimiento del derecho de participación de las mujeres convive con un conjunto de prejuicios y estereotipos que analizan dicha participación sino desde una posición de rechazo, al menos de ambigüedad. Las valoraciones de mujeres y hombres entrevistados en el contexto de esta investigación, dan cuenta de los avances y contradicciones que existen en la cultura política hondureña en torno a la importancia de la participación de las mujeres y del papel que le corresponde jugar a los partidos políticos, al estado y al conjunto de organizaciones de la sociedad civil en la promoción de la participación equitativa. En cuanto a las valoraciones externadas por las mujeres, estas destacan los siguientes elementos: Página 87 de 100
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Las mujeres afirman su derecho de participación en la toma de decisiones en el ámbito público. Tal afirmación implica no solo la ruptura con estereotipos que subsumen los derechos ciudadanos de las mujeres, sobreponiendo los roles tradicionales relacionados con el cuidado de la familia; sino que expresan una nueva comprensión de la ciudadanía como la participación efectiva en los procesos de transformación social. La participación de las mujeres en el espacio público vinculada con el ejercicio del poder para generar procesos de transformación social que tomen en cuenta las necesidades colectivas, representa una nueva comprensión del papel de las mujeres en la sociedad. El reconocimiento por parte de las mujeres acerca de la importancia de su participación para contribuir al fortalecimiento de las organizaciones sociales, gremiales, partidarias y de mujeres, conlleva el cuestionamiento de los roles tradicionalmente asignados a las mujeres en el espacio público, como extensión de los roles domésticos. La identificación del carácter político que comporta la defensa de los derechos de las mujeres, hace parte de una nueva concepción de “lo política” y de la participación política por parte de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en las organizaciones de la sociedad. Mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en los partidos políticos reconocen la necesidad de escuchar las voces de las mujeres, para poder conocer toda la realidad que se pretende cambiar. Ello implica afirmar que la participación de las mujeres no es prescindible. La experiencia de participación de algunas mujeres y la necesidad de conocer e insertarse en mecanismos de poder instalados en las instituciones públicas controladas históricamente por hombres, lleva a algunas mujeres a afirmar la importancia de intervenir en el espacio público desde particulares formas de hacer política que vinculen la razón con los sentimientos. El reconocimiento de la importancia de establecer cuotas de participación para las mujeres como medio para asegurar una base de participación de las mismas en las planillas electorales que potencialmente las convierta en un grupo con capacidad de negociación dentro de los partidos, es reconocida por el conjunto de mujeres entrevistadas. Ello sin duda representa uno de los pilares para la construcción de alianzas.
En cuanto a las valoraciones expresadas por hombres dirigentes de partidos políticos y representantes de organizaciones e instancias colectivas de la sociedad civil en torno a la participación de las mujeres, estos destacan los siguientes elementos:
En todos los casos las valoraciones acerca del derecho de participación de las mujeres se centraron en el análisis de la reglamentación legal de dicha participación y más particularmente el Arto. 81 de la Ley de Igualdad de Oportunidades que establece el 30% de participación de las mujeres. Al respecto, advertimos posiciones ambivalentes en cuanto a la Página 88 de 100
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responsabilidad que le compete al estado en la promoción de dicha participación, en la que por un lado reconocen la importancia de la participación de las mujeres a todos los niveles y por otro, coinciden en oponerse a que el estado legisle para hacer efectivo este derecho. A pesar de que varios de los entrevistados reconocen en la construcción cultural la causa fundamental de la subrepresentación de las mujeres en las instancias de toma de decisiones, tal consideración no se corresponde con la resistencia de algunos a que el estado impulse acciones afirmativas para reducir las actuales brechas de desigualdad en la participación de hombres y mujeres. Si bien se reconoce la discriminación hacia las mujeres como un factor cultural, por otro lado se afirma que a las mujeres les corresponde “pelear” su participación en condiciones de igualdad con los hombres. La anterior afirmación también encuentra resistencia en otras consideraciones que afirman que el liderazgo no está condicionado por la construcción cultural del género y que por el contrario obedece a las características de cada persona, recayendo en estas la responsabilidad de trabajar para lograr el reconocimiento de los otros. Algunos de los jóvenes entrevistados a pesar de expresar una valoración negativa acerca del liderazgo de las mujeres dentro de los partidos políticos, de cierta manera reconocen la existencia de construcciones culturales que distorsionan y hacen más complejo para las mujeres el ejercicio del poder en el ámbito público. También encontramos valoraciones que reproducen mensajes que afirman la maternidad y el cuidado de la familia como los ámbitos de máxima realización de las mujeres, en contraposición con su participación en el espacio público. Al menos para un dirigente de partido, la existencia de mecanismos específicos para la promoción de los derechos de las mujeres podría suponer una especie de “segregación en cubierta” contra las mujeres
Obstáculos Para La Participación De Las Mujeres La complejidad del análisis de la participación de las mujeres en las instancias de toma de decisiones obliga a intentar un análisis exhaustivo sobre la construcción de identidades de hombres y mujeres articuladas en torno a la división del espacio público y el espacio privado, lo que a su vez conlleva analizar los mensajes y prácticas que se reproducen culturalmente en torno a los ámbitos de intervención y de realización de ambos. Las diferentes oportunidades que mujeres y hombres tienen para el desarrollo de capacidades necesarias para el ejercicio del liderazgo; el acceso diferenciado a recursos, los obstáculos que viven particularmente las mujeres por pertenecer a un sexo culturalmente considerado inferior, son aspectos analizados por las mujeres entrevistadas, las cuales cuentan con una basta experiencia de
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas participación en partidos políticos, organizaciones gremiales, campesinas, indígenas y de mujeres. En tal sentido destacan las siguientes reflexiones:
Las concepciones y prácticas de poder prevalecientes en las instituciones públicas son reconocidas como factor estructural que limita la participación de las mujeres a pesar de sus capacidades manifiestas. Constatan la falta de interés y el temor de algunos dirigentes de partidos políticos cuando se trata de promover cambios políticos- institucionales y jurídicos para afirmar los derechos de las mujeres. Por otro lado la falta de libertad que enfrentan algunas mujeres dentro de los partidos políticos para debatir sobre la problemática específica de las mujeres, es un claro obstáculo para el desarrollo de su liderazgo. El nivel de dureza y poco reconocimiento con que se califica el desempeño de las mujeres en el espacio público en comparación con los hombres, desmotiva la participación de las mujeres. La valoración negativa que se hace de algunas características que por razones culturales son más visibles en las mujeres, frecuentemente se convierte en un factor de descalificación y sub-valoración de la calidad del liderazgo de las mujeres en el espacio público. La falta de acceso y control de recursos económicos por parte de las mujeres. Ello se vuelve mas grave en la medida que la selección de listas de candidatos está fuertemente determinado por factores económicos.
Por otra parte es de hacer notar que algunos hombres que ocupan cargos de dirección en el estado, en los partidos políticos y en instancias de sociedad civil, continúan considerando el rol de muchas mujeres en el espacio doméstico/ familiar como limitaciones “naturales” y no como construcciones culturales susceptibles de ser modificadas. Al respecto algunas opiniones si bien reconocen que los costos que pagan las mujeres que incursionan en el espacio público son producto del sistema, limitan las posibles respuestas al ámbito de la decisión personal de cada mujer, sin hacer ninguna alusión a la responsabilidad que también le corresponde a los hombres-padres-hermanos en el cuidado de la familia. Otras opiniones presentan al matrimonio y la participación de las mujeres en el espacio público, como dos ámbitos excluyentes para las mujeres, que las obligaría a optar por el matrimonio o por el liderazgo político. Es esperanzador encontrar opiniones de hombres líderes que reconocen la necesidad de transformar las relaciones entre hombres y mujeres en el ámbito doméstico/ familiar como medio para corregir las desigualdades que limitan la participación de las mujeres.
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas Avances En Construcción De Una Cultura De Equidad En general se reconoce que las mujeres hondureñas han tenido importantes avances en materia de participación, las cuales se expresan en la promoción de diversas formas de organización, que contribuyen a romper barreras culturales instaladas en el imaginario colectivo. La participación de las mujeres en las juntas de barrios, juntas de agua, patronatos, club de amas de casa, asociaciones de “padres” de familia, comités de mujeres en apoyo a candidatos de partidos políticos, organizaciones comunales, organizaciones campesinas, cooperativas, obreras, indígenas, negras, y organizaciones de mujeres entre otras, constituyen un aporte invaluable a la construcción de una cultura de equidad. Las mujeres desde sus diferentes realidades han logrado mantener en la agenda publica las necesidades más urgentes de las mujeres; han aportado a la elaboración de leyes que afirman la igualdad de derechos, han desarrollado propuestas para la formulación e implementación de políticas públicas que consideren la situación y posición de las mujeres hondureñas. El movimiento de mujeres ha dado aportes significativos en el plano de la sensibilización, educación y formulación de propuestas para avanzar en la construcción de una cultura de equidad. El reconocimiento que algunos hombres tienen sobre las capacidades de las mujeres, es analizado como parte de los avances logrados mediante la participación de las mujeres en el espacio público.
El Movimiento De Mujeres: Actor Emergente Si bien la emergencia de líderes y organizaciones de mujeres que han dado importantes aportes a la democracia datan desde comienzos de siglo, es durante las últimas tres décadas que podemos identificar un movimiento de mujeres amplio, plural, heterogéneo y con presencia en casi todo el territorio nacional. El surgimiento de organizaciones de mujeres de diversos sectores, la realización de eventos nacionales, regionales e internacionales relacionados con los derechos de las mujeres, los estudios de género en la academia, la activa participación de mujeres líderes en conferencias internacionales convocados por el Sistema de Naciones Unidas, son parte de los hitos que marcan el proceso de desarrollo de dicho movimiento. Las organizaciones que integran el movimiento de mujeres de Honduras, han desarrollado múltiples esfuerzos de sensibilización y toma de conciencia con mujeres y hombres, para desmontar los estereotipos y prejuicios sobre los que se
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Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas sostienen relaciones desiguales de poder. Ello probablemente constituye uno de los aportes transcendentes de las mujeres a la construcción de la democracia. Otro de los grandes aportes del movimiento de mujeres a la construcción de la democracia se expresa en los múltiples esfuerzos realizados, para lograr que el estado elabore e implemente políticas públicas desde la perspectiva de equidad de género, lo que implica considerar las necesidades específicas de las mujeres en tanto cargan con el peso de la discriminación. En tal sentido la elaboración de instrumentos de negociación con los partidos políticos representó en la recién pasada campaña electoral, una novedad en las formas de participación ciudadana de las mujeres. En tal sentido, la elaboración de la Agenda Mínima y del Pacto Político contra la Violencia presentados por instancias de concertación del movimiento de mujeres y suscritos por los candidatos a la presidencia, establecieron compromisos mensurables por parte de los partidos políticos con las mujeres y se constituyen en verdaderos mecanismos para la rendición de cuentas.
Propuestas Particularmente las mujeres entrevistadas plantean un conjunto de propuestas encaminadas a ampliar y profundizar los esfuerzos realizados a nivel nacional e internacional para la promoción y efectivo reconocimiento de los derechos de las mujeres. En tal sentido se destacan las siguientes:
Continuar aportando a los procesos de democratización de los partidos políticos como medio para crear condiciones que favorezcan la participación equitativa de mujeres y hombres. Concertar esfuerzos para avanzar en el afianzamiento de sistemas de gobierno que garanticen el pluralismo político, promuevan la participación ciudadana y aseguren la transparencia en la gestión pública como parte de un entorno favorable a la participación ciudadana. Generar procesos educativos de largo alcance tanto en el sistema formal de educación como a lo interno de los partidos políticos y de las organizaciones de la sociedad, orientados a generar sensibilidad y empatía hacia el reconocimiento de los derechos de las mujeres como un valor intrínseco de la democracia que queremos construir. Continuar invirtiendo esfuerzos de incidencia para la transformación del marco jurídico y las políticas públicas, de tal suerte que sean favorables al reconocimiento de los derechos de las mujeres y por ende a la equidad de género. Fomentar la articulación de esfuerzos entre mujeres de partidos políticos, organizaciones mixtas y movimiento de mujeres para potenciar esfuerzos en torno a objetivos comunes. Invertir esfuerzos sostenidos para la formación de las mujeres y la promoción de su liderazgo. Página 92 de 100
Participación Social y Política de las Mujeres Hondureñas Conclusiones y Propuestas
Potenciar y fomentar la participación de las mujeres en los espacios locales de tal forma que dicha participación se exprese en un mayor acceso a las instancias para la toma de decisiones. Fortalecer los mecanismos de estado para la promoción y protección de los derechos de las mujeres.
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Anexos
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Bibliografía Agenda Mínima de las Mujeres, Convergencia de Mujeres, Honduras, Septiembre, 2001. Aprender a ser ciudadanas en el contexto de la violencia, Ana Leticia Aguilar, Revista Malabares IV, Programa Regional La Corriente, 1996. Aspectos Conceptuales para el estudio de los sistemas electorales, José Álvaro Cálix, Documento de Trabajo 1, FIDE, 2001. Buscando un Estado articulador desesperadamente, María Teresa Blandón, Revista Malabares IV, Programa Regional La Corriente, 1996. Caracterización y análisis del sistema electoral en Honduras, José Álvaro Cáliz, documento de trabajo 4, FIDE, 2001. Centroamérica: las mujeres en el espacio local, Un Diagnóstico preliminar, Programa Centroamericano La Corriente, 1997. Constitución de la República, Decreto No. 131 del 11 de enero de 1982, Edición Actualizada, Guaymuras, 2002. Democracia y Constitución Política, Cuadernillo de Trabajo, IPADE – APN, 1996. Democratización y sociedad Civil en Honduras, Leticia Salomón, CEDOH, Honduras, 1997. Diccionario de Política, Siglo Veintiuno Editores Descentralización y Desarrollo Local en América Latina: ¿Nuevas Alternativas para la Equidad de Género?, Documento de Trabajo, CEPAL/DAW, 2002. El Índice de compromiso cumplido – ICC Una estrategia para el control ciudadano de la equidad de género. Teresa Valdés (coord.). Santiago, Chile: FLACSO-Chile, 2001. El nuevo contrato social dirigido a las mujeres: Balance de una Década de Democracia En Chile, Grupo de Iniciativa Mujeres, Santiago, Agosto, 2002. Espacios, Revista Centroamericana de Cultura Política, Debate Contemporáneo, Partidos Políticos y Gobernabilidad, FLACSO, San José, Costa Rica, 1995. Estatutos de los Partidos Políticos, PL, PN, PINU, PDCH, PUDH.
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Estrategia de Combate a la Pobreza de INTERFOROS, desde una perspectiva de la sociedad Civil, Honduras, 2000. Feminismo: Igualdad y Diferencia, Celia Amorós, UNAM, 1994. Identidad y Poder en las relaciones de Género, Encuentro, Revista de la Universidad Centroamericana, 2001. Introducción a las Doctrinas Político-Económicas, Walter Montenegro, Fondo de Cultura Económica, México, 1986 La Aplicación de la cuota mínima de participación de las mujeres ¿Ficción o realidad? Un diagnóstico para Costa Rica. Isabel Torres García. San José, CR. : Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, 2001. La Ciudadanía a Debate. Ediciones de las Mujeres No. 25. Diciembre 1997. LOS DERECHOS Y LA CULTURA DE GENERO, Elizabeth Jelin. La Democracia es una discusión, Participación cívica en viejas y nuevas democracias, Sondra Myers, compiladora, Connecticut College, 1997. La Gaceta, Nos. 29620, 29621, 29622, 29623, 29624, 2001 Las mujeres ante, con, contra, desde, sin, tras...el poder político, Grupo Las Dignas, El Salvador, 1995. La mitad del cielo, la mitad de la tierra, la mitad del poder. Instancias y mecanismos para el adelanto de la mujer, Diana Miloslavich Túpac (compiladora), Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 2002. La Política de las Mujeres, Amelia Valcárcel, Ediciones Cátedra S.A., Madrid España, 1997. La Revolución Simbólica Pendiente: Mujeres, medios de comunicación y política. Sofía Montenegro. Centro de Investigaciones para la Comunicación, CINCO, Agosto de 1997. Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, Decreto No. 53, Graficentro Editores, Honduras, C.A. Marcha hacia el poder: Expansión de las oportunidades de liderazgo de la mujer en América Latina y el Caribe. Mala N. Htun, Centro de Asuntos Internacionales, Universidad de Harvard. Washington, DC. No. WID97-103, Julio de 1997. Movimiento de Mujeres en Centroamérica, Aguilar, Dole, Herrera, Montenegro, Camacho, Flores, Programa Regional La Corriente, Nicaragua, 1997. Mujer, Participación, Cultura Política y Estado, Celia Amorós Puente, Ediciones de la Flor, Argentina 1990. Página 96 de 100
La participación de las mujeres en los espacios locales, Memorias, Programa Feminista Centroamericano La Corriente, 2001. Política Nacional de la Mujer: Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades 2002 – 2007. Instituto Nacional de la Mujer (INAM)Tegucigalpa, Honduras. Noviembre de 2001. Paradigma, Memorias de la Primera Jornada Feminista Centroamericana, La Antigua, Guatemala, Diciembre de 1994; Programa Regional La Corriente. Para la casa más que para el mundo: Sufragismo y Feminismo en la Historia de Honduras, Rina Villars, Tegucigalpa, Guaymuras, 2001. Participación Política, Participación Ciudadana: Sistema de cuotas para mujeres, Ponencia, Diana Miloslavich Túpac, 1994. Primer Seminario Nacional Mujer y Política, Documento elaborado por Sofía Montenegro, Colectivo Feminista La Malinche, Managua, Octubre 1995. Proceso Electoral 2001, Monitoreo desde la Sociedad Civil, CEDOH, Tegucigalpa, 2002. Programas de Formación en Género y Políticas Públicas – PRIGEPP, Ciclo Lectivo 2002, Serie de Ponencias y Conferencias virtuales. Remoción de Obstáculos Electorales para una Participación Equitativa de Mujeres en la Representación Política de América Latina, Documento de Trabajo, CEPAL/DAW, 2002. Sintonizando la conciencia, el voto y los puestos de decisión: las mujeres y la política en Costa Rica, Rosalía Camacho Granados, San José, C.R. Fundación Arias para la Paz y el progreso Humano, 1998.
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Metodología de Investigación
OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN La investigación de los “Factores Claves de la Cultura Política que condicionan y limitan la Participación de las mujeres en la Toma de Decisión a nivel local y nacional”, es de tipo cualitativo y basada en un fuerte trabajo de campo y revisión bibliográfica que permitió el análisis y la caracterización de la participación política de las mujeres, sus limitaciones y obstáculos. El análisis se realizó en tres regiones principales Norte, Centro y Sur, priorizando la participación de las mujeres en la toma de decisiones en los espacios públicos en el ámbito nacional y local. Objetivo General: Analizar los factores claves de la cultura política de Honduras, que condiciona y limita la participación de las mujeres en la toma de decisiones en el ámbito nacional y local, para la identificación de propuestas estratégicas que potencien su participación en el espacio público, como medios para el logro de la equidad. Objetivos Específicos: •
Caracterizar los principales rasgos de la cultura política predominante en el país y sus principales causas, en términos de: Participación ciudadana, papel de los partidos políticos y procesos electorales, tipo de liderazgos, contenido de las agendas, vinculación entre las plataformas electorales y planes de gobierno.
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Analizar los niveles de reconocimiento y apertura, así como las resistencias que presentan los poderes del Estado, los gobiernos municipales, los partidos políticos y las organizaciones mixtas de la sociedad civil, en relación con la participación de las mujeres en el espacio público.
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Caracterizar la participación de las mujeres como grupo social relevante, identificando obstáculos estructurales y aportes a la transformación de la cultura política (contenido de sus agendas, cambios en las relaciones familiares, formas de participación, ampliación de la ciudadanía de las mujeres, contribución al bienestar de las comunidades, etc.)
El período analizado es el retorno a la vida cívico-política del país, que comprende los años 1980-2001, haciendo un breve recorrido histórico sobre la participación de las mujeres, ya que esto marca indudablemente el papel de la mujer en la vida pública del país.
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Se desarrrolló una exhaustiva revisión bibliográfica, se elaboraron guías de entrevistas y guías para grupos focales, la información se recolectó a través de dos técnicas principales: entrevistas a profundidad y el desarrollo de grupos focales. Los Grupos focales se desarrollaron en las tres regiones del país: Sur, Norte y Centro, se diferenciaron los siguientes grupos: representantes hombres y mujeres de los diferentes partidos políticos, representantes hombres y mujeres del Congreso Nacional, representantes hombres y mujeres de alcaldías, representantes hombres y mujeres de organizaciones mixtas de sociedad civil y de instancias colectivas, representantes hombres y mujeres de instancias gubernamentales y las instancias colectivas del movimiento de mujeres. Los criterios principales para la selección de la muestra fueron: ¾ Líderes hombres y Mujeres de las diferentes instancias seleccionadas. ¾ Hombres y Mujeres que ocuparan o hubieran ocupado cargos de toma de decisión. Las variables consideradas para la operacionalización del estudio, a través de los instrumentos de entrevistas y guías fueron las siguientes: a. ¾ ¾ ¾ ¾ ¾
Rasgos de la cultura política predominante en el país Participación ciudadana. Papel de los partidos políticos y procesos electorales. Tipo de liderazgos. Contenido de las agendas. Vinculación entre las plataformas electorales y Planes de gobierno
b. Participación de las mujeres en el espacio público. Resistencias y aperturas que presentan los espacios públicos en: ¾ Poder Legislativo, candidaturas presidenciales. ¾ Gobiernos Municipales. ¾ Partidos Políticos. ¾ Organizaciones Mixtas de la sociedad civil. c. Participación de las mujeres como grupo social relevante identificando, sus obstáculos estructurales y aportes a la transformación de la cultura política. ¾ Obstáculos en el ámbito familiar. ¾ Obstáculos en el espacio público. ¾ Aportes a la Cultura de Equidad. El equipo de investigación realizó diversas jornadas de trabajo e intercambio para la definición del diseño de investigación, elaboración de instrumentos, aplicación de entrevistas, desarrollo de grupos focales, análisis de datos y elaboración del informe.
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Listado de Organizaciones e Instituciones Entrevistadas
PARTIDOS POLÍTICOS: Partido Nacional - PN Partido Liberal - PL Partido Innovación y Unidad - PINU Partido Demócrata Cristiano de Honduras - PDCH Partido Unificación Democrática de Honduras – PUDH ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL Movimiento de Mujeres Colectivo contra la Violencia hacia la Mujer Federación de Asociaciones Femeninas de Honduras FAFH Confederación de Mujeres Campesinas Coordinadora Nacional de Mujeres Negras e Indígenas de Honduras CONAMINH Convergencia de Mujeres Honduras Comité Femenino de la Confederación Centroamericana de Trabajadores – COCENTRA Foro de Mujeres de Partidos Políticos Movimiento de Mujeres de la Colonia López Arellano y aledañas – MOMUCLAA Bloque de Mujeres organizadas del Sur – Blocomosur Secretaría Femenina de la Coordinadora de Pobladores de Honduras - CPH Foros, Redes, Federaciones y Organizaciones Mixtas Federación de Trabajadores de Honduras - FUTH Foro Nacional de Convergencia - FONAC Foro Social de Deuda Externa de Honduras - FOSDEH Gobiernos Locales u Organizaciones Locales Asociación de Municipios de Honduras – AMHON Asociación Nacional de Mujeres Municipalistas de Honduras ANMMH
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INSTITUTO NACIONAL DE LA MUJER Colonia Lara, Avenida Benito Juárez, No. 3701, Edificio de AHPROCAFE. TELÉFONOS: 221-3637, 221-4832, 221-4835 FAX: 221-4827 E-MAIL:
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